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Destinos / Esteros del Iberá el portal Carambo - la, el gaucho Roberto nos dice: “Ahora, a...

Date post: 07-Oct-2018
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Página treinta y siete h Aasí se ve el atardecer en el Portal Carambola. D estinos / Esteros del Iberá
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Page 1: Destinos / Esteros del Iberá el portal Carambo - la, el gaucho Roberto nos dice: “Ahora, a caminar y sentir el es - tero”. La sensación es hermosa. 43 que les habían dado una

Página treinta y sieteh Aasí se ve el atardecer en el

Portal Carambola.

Destinos / Esteros del Iberá

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h Karina Spørring, biólogadanesa a cargo del Centro

Experimental Cría de Yaguare-tés. Nahuel, el macho del CECY.Roberto López y su padre, po-bladores de Carambola. Guaca-mayos rojos (especie extingui-da), listos para ser liberados.

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hDecidir ser bióloga.Trabajar en zoológicos.Frustrarte. Volver a

empezar. Trabajar gratis. Ir alotro lado del mundo. Ser volun-taria. Que valoren tu trabajo. Pa-sar seis meses en el campo condiez gauchos. No entenderlescuando hablan. Entenderles unpoco. Ser uno de ellos. Sentir elcalor aplastante cuando venís deun lugar frío. Mosquitos, ana-condas, vampiros. Incertidum-bre, dudas. Extrañar. Preguntar-te y re preguntarte por tu vida.Resignar. Emocionarte cuandoves, cara a cara, una esperanza.Hablo de Karina Spørring, unabióloga danesa de 39 años quetrabajó en zoológicos de Europa,no le gustó lo que veía y decidiódejar todo y cambiar radical-mente de vida. Se vino a los Este-ros del Iberá para sumarse comovoluntaria al equipo de una fun-dación ecologista que quería reintroducir fauna extinta. Entreuna cosa y otra, terminó al frentedel proyecto de reintroduccióndel yaguareté, y estuvo seis me-ses en una isla en el medio de losesteros, construyendo los monu-mentales corrales que alojarían alos animales. Lo hizo junto a diezgauchos correntinos que muchasveces hablan en guaraní y que,cuando lo hacen en español,puede ser imposible descifrarqué dicen. Si hoy quisiera escri-bir un libro sobre las anécdotasvividas en ese tiempo y lo publi-cara en Dinamarca, sus lectoreslo podrían interpretar comociencia ficción. Cuando los co-rrales estuvieron terminados,había que esperar a que llegara

la primera pareja de yaguaretés,y eso la llenó de incertidumbreporque los plazos fueron laxos.Mientras tanto, Karina dedicabasu vida a este proyecto y lo hacíacon pasión, pero a la vez resigna-ba un estilo de vida más parecidoa la mayoría de los mortales: fa-milia, esposo, hijos, horarios. Esmenuda, de ojos azules, rostroanguloso y viste de chica safari:botas, pantalón con bolsillos portodos lados y un VHF que lecuelga del cinturón. Para llegar adonde está ella, tuvimos que via-jar a la localidad de San Miguel,en Corrientes, desde allí avanzarpor un camino poco amigablehasta el embarcadero del PortalSan Nicolás y, luego, subirnos auna lancha y navegar durante 45minutos por lo más profundo delos Esteros del Iberá hasta la islaSan Alonso, donde funciona elCentro Experimental de Cría deYaguaretés. El CECY forma par-te de un proyecto más ambiciosoque es el de reintroducir la faunaextinta en los esteros, y recupe-rar a la que estaba al borde dedesaparecer. Todo esto se en-marca dentro de una idea tan ex-travagante como ideal: el Pro-yecto Iberá, llevado adelante porla fundación Conservation LandTrust (CLT) y que consiste encomprar tierras en distintas zo-nas de los Esteros del Iberá, re-cuperarlas medioambiental-mente, reintroducir fauna extin-ta, donarla al Estado para que secree un Parque Nacional y, así,que las comunidades puedan vi-vir del turismo de una forma sus-tentable, sostenible en el tiempo.Lo interesante es que el Proyecto

Iberá no sólo tiene por objetivorecuperar la flora y la fauna dellugar, sino también su cultura;darle valor a la identidad delgaucho correntino, a su forma devida, sus tradiciones, su lengua,música, rituales… Por eso decíaque el proyecto es tan extrava-gante como ideal. La cuestión esque vinimos hasta acá para co-nocer de cerca lo que será el nue-vo Parque Nacional Iberá y, en-tre otras cosas que nos pasaron,nos encontramos en lo más in-hóspito de los Esteros del Iberácon Karina, que ya recibió a laprimera pareja de yaguaretés.Ellos son Tobuna y Nahuel, vie-nen de zoológicos diferentes yestán en préstamo reproductivo.En ese contexto, el trabajo deKarina y su equipo es admirable-mente profesional, ya que tieneen cuenta hasta el más mínimodetalle. En nuestro canal de You-tube podés verla a ella mostran-do el lugar en el que Tobuna po-dría parir a la nueva generaciónde yaguaretés del Iberá.

Hubo un tiempo en elque las preocupaciones era muydistintas a las que tenemos hoyen día. La época de la Coloniaobligó a indios y gauchos a emi-grar de lugares como la actualMisiones, y muchos de ellos ter-minaron en lo que los habitan-

tes originarios llamaban Iberá,es decir, agua que brilla. Se tra-ta de un humedal de 13.000 ki-lómetros cuadrados que ocupael 14 por ciento de la provinciade Corrientes. “Es un ecosistemaúnico. Imaginate una gran ban-deja, con agua –me explicaba elbiólogo Aníbal Parera, intentan-do que yo me arme una imagende semejante accidente geográ-fico –. Como es de baja profundi-dad, permite el desarrollo de vege-tación flotante y sumergida. De-bajo del agua está la pradera su-bacuática; por encima, la vegeta-ción que crece sobre los embalsa-dos… Todo genera un ecosistemaenorme y complejo que, por su na-turaleza y por ser un lugar remo-to, atrae a mucha fauna.”Hacia fines del Siglo XIX y du-rante gran parte del Siglo XX,sus habitantes vivieron de la ca-za de animales, tanto para lasubsistencia, como para la ventade cueros. Llegada la década del’80, la poca fauna que quedabase había extinguido o se habíaretirado a lo más inhóspito,donde los cazadores no llega-ban. Por eso los cazadores y ma-riscadores, ya sin posibilidades,comenzaron a trabajar en cam-pos arroceros o emigraron nue-vamente en busca de trabajo. Y,mientras tanto, no sólo se extin-guían animales; las costumbres

El renacer del Iberá Hubo un tiempo en el que los Esteros de

Iberá fueron arrasados. Luego, laprovincia creó una reserva y elecosistema renació. Ahora, gracias altrabajo de una fundación, se creó elParque Nacional Iberá, y nosotrosviajamos para explorarlo. Todo lo quevimos, oímos y sentimos, en esta nota.Escribe y saca fotos Andrés Messiga.

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h Después de recorrer encanoa el portal Carambo-

la, el gaucho Roberto nos dice:“Ahora, a caminar y sentir el es-tero”. La sensación es hermosa.

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que les habían dado una identi-dad a sus habitantes, de a pocoempezaron a desaparecer, unpoco por la influencia de la civi-lización, y otro poco por ver-güenza. Hasta que, un día, seencendió una luz: la del ecotu-rismo. Por iniciativa del Gobier-no de Corrientes y de algunospobladores, en 1983 se creó laReserva Provincial Iberá, queapuntó su principal desarrolloen torno a un pueblito llamadoColonia Carlos Pellegrini. El re-sultado fue asombroso: el Esta-do contrató a antiguos cazado-res (quienes más conocían el lu-gar) para que fueran los guarda-faunas; de a poco empezaron ainstalarse hosterías en torno a lalaguna Iberá; y, lo más impor-tante, la fauna empezó a volver.Hoy, Pellegrini es uno de los me-jores sitios del país para ver fau-na en estado salvaje.

Del otro lado de Pelle-grini, el desarrollo turístico eracasi nulo. Un rosario de pueblosrecostados sobre el borde Oestede los esteros le daba la espaldaal humedal. Hasta hace poco…Con el objetivo de conocer estelado del Iberá, viajamos hastaItuzaingó, en el límite con Misio-nes, y nos alojamos en un hotelnuevo. Se llama Puerto Valle y,además de ser de esos hoteles enlos que te querés quedar a vivir,me llamó la atención semejanteproyecto hotelero en esta partede los esteros. Días más tarde en-tenderé que pueblos y ciudadescomo Ituzaingó, San Miguel yConcepción, entre otros, ahoracuentan con una nueva indus-tria: la del turismo sustentable. Si mirás en Google Maps vas aver que Puerto Valle está justoentre los Esteros del Iberá y ríoParaná, y al estar tan cerca deMisiones, sus propuestas de ac-tividades combinan navegacio-nes por el Paraná, por la lagunaValle dentro de los esteros, y vi-sitas a las Cataratas del Iguazú. “Acá vas a conocer el extremo

Noreste de los Esteros del Iberá”,me dice Hernán, guía de PuertoValle que nos lleva a una excur-sión por la laguna del mismonombre. En los lugares de avis-taje de fauna, hay animales quees común verlos, y algunos deellos son espectaculares. Si vas aPenínsula Valdés, ver pingüinoso ballenas es común, y especta-cular a la vez. Pero es muy raroavistar orcas, y cuando alguienlas vio, se corre la bola. Por logeneral, la experiencia es relata-da con detalles de tiempo, espa-cio, compañía, situación. Acá enIberá es lo mismo. Hernán mecuenta que se ven yacarés, car-pinchos y hasta ciervo de lospantanos, pero también me ha-ce un relato del día que vio unaguará guazú o lobo de crin, elcánido más grande de Américadel Sur que está en serio riesgode extinción. Me ilusiono conver uno y fotografiarlo; mientrasvamos en el Jeep hacia la lagu-na, pienso en que tengo que es-tar atento, con el teleobjetivolargo y la luz bien medida.

Aguará guazú quieredecir lobo grande en guaraní.Guazú es grande, como las Ca-taratas del I-guazú, agua gran-de. Y miní quiere decir chico.Esa mañana en laguna Valle novimos al lobo, pero sí le pude sa-car unas hermosas fotos a unacigüeña americana, a un jabirú ya un lobito de río, este último,no muy fácil de ver. También lesaqué fotos al mate con chipáque nos tomamos en un deck enel medio de la laguna Valle.

Hablemos de la forma de hablarde los correntinos. La sonoridades única, porque las posicionesde la lengua (imagino que porinfluencia del guaraní) al pro-nunciar algunas consonantescomo la erre, la i griega o la ellela hacen única. La palabra vallese pronunciaría vaie, yacaré esiacaré, jabirú es iabirú y la ma-nera de decir carpincho es como

Guía

h Cómo llegarEn avión hasta Posadas.

Al no ser un destino turístico dedemanda alta, podés conseguirpasajes ida y vuelta desde Bue-nos Aires por $2.000.Alquilar un auto chico desde elAeropuerto de Posadas cuestaalgo más de $1.000 por día.

h Dónde dormirEn Ituzaingó, el hotel

Puerto Valle (doto) es únicopor su ubicación y por su pro-puesta. Está a 30 kilómetrosde Posadas, con lo cual, abre lapuerta a los esteros en un viajede un par de horas desde Bue-nos Aires. Está sobre la costadel río Paraná, y las habitacionessúper confortables tienen vistaal río. Toda la propuesta incluyesalidas en lancha por el Paraná ypor los esteros, remadas en ka-yak y hasta cabalgatas. Imper-dible: su gastronomía.www.puertovalle.com.ar

En Concepción, LaAlondra abrió suhotel hace pocosmeses en una an-tigua casona de laciudad. Fiel a suestilo, la arquitec-tura y el diseñobuscan darle valora la identidad local.Además, su res-taurante se desta-ca con una pro-puesta de gastro-

nomía bien correntina.www.laalondra.com.ar

h Para conseguir información de los

campings, hosterías y activi-dades de Conservation LandTrust, consultar su página web www.cltargentina.org

Nosotros dormimos en el cam-ping del Portal San Nicolás, y ellugar es único, en pleno paisajedel estero. No hay proveeduría,con lo cual tenés que llevar to-do para cocinarte.

En Colonia Carlos Pellegrini, unpuñado de posadas ofrece alo-jamiento, comidas y activida-des en una suerte de all inclu-sive. A Pellegrini se llega desdeMercedes por camino de tierra.

h Travesías en kayak. Hernán Feldkamp or-

ganiza travesías de tres días ydos noches remando por loprofundo de los esteros. puravidaecoaventura.com.ar

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h Edith (izq.) pasó a formarparte del staff del nuevo

Parque Nacional. Noelia trabajacon el guacamayo rojo. Abajo,garza mora en laguna Valle.

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El ecosistemaLos Esteros delIberá ocupan13.000 km2 conríos, lagunas,embalsados, montesy una biodiversidadúnica. La ReservaNatural fue creadapor la provincia deCorrientes en 1983.Ahora, la fundaciónCLT acaba de donarlas tierras para lacreación del ParqueNacional Iberá.Ambas áreasprotegen esteparaíso.

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si la primera parte (car) se pro-nunciara en inglés, y a veces pa-rece que no pronunciaran la o fi-nal. Además, hay algo en loscambios de velocidad al hablarque le imprime una dulzura úni-ca. Un dato no menor es que sonpersonas alegres, y creo que esacaracterística está implícita enlas formas y modismos del ha-bla, ya que parece tener una mu-sicalidad especial, contagiosa.

Desde cada uno de lospueblos hasta los esteros, hayque recorrer caminos arenosos.Al estar rodeados de explotacio-nes forestales, es común que porellos transiten camiones que de-jan una huella vertiginosa. Lle-gar hasta el portal Cambyertádesde Ituzaingó no fue fácil, pe-ro una vez en el camping Mon-terrey, nos deslumbramos con elentorno. Cambyretá es la prime-ra de cuatro entregas de tierrasque la fundación ConservationLand Trust le hará a Parques

Nacionales para la creación delParque Nacional Iberá. La do-nación de Cambyretá se produjolos primeros días de noviembre,justo después de nuestro viaje.Por eso, cuando llegamos allí ynos encontramos con Edith, laresponsable del camping, esta-ban haciendo los ajustes para elacto formal. Con ella estaba No-elia, una bióloga que está a car-go de otro proyecto de reintro-ducción del fauna: la del guaca-mayo rojo, un ave que, junto alguacamayo violáceo (ya extin-to), fueron perseguidas por loshumanos debido a su llamativoplumaje. El guacamayo rojo hoyestá extinto en Argentina, y des-de CLT consiguieron ejemplaresprovenientes de zoológicos ycriaderos. Noelia trabaja conellos desde hace un año y ya seencuentran prontos a la suelta.

No soy de buscar coincidencias.Me causa mucha gracia la esce-na de Un novio para mi mujer

en la que Valeria Bertuccelli seburla de las personas que nopueden evitar buscarlas. Perocuando volví de este viaje y mesenté a editar las fotos, se meapareció una coincidencia.En la década del sesenta, dosamigos yanquis hicieron un viajedesde California hasta El Chalténen una van Ford E-Series parasubir el Fitz Roy. Uno de ellos eraIvon Chouinard, quien luegofundaría la marca Patagonia, y elotro era Douglas Tompkins,quien fundó The North Face en1964. La cuestión es que Tomp-kins vendió su compañía y ya a fi-nes de los 90 se había alejado dela industria textil, enfocándoseen el cuidado del medioambien-te. Por esos tiempos, creó unafundación para conseguir algoque él veía como clave para laHumanidad: recuperar ambien-tes naturales y desarrollar enellos el turismo sustentable (unconcepto novedoso por ese en-tonces). Con Conservation Land

Trust, entre otras cosas, compróla estancia Monte León en SantaCruz, recuperó las tierras abati-das por la desertificación de la in-dustria ganadera, trabajó paraque volviera la fauna nativa y,una vez equilibrado el medioam-biente, donó todo a Parques Na-cionales para la creación del pri-mer Parque Nacional con costade mar. Pero ya venía con eseplan en la zona de los Esteros delIberá, donde el último 4 de no-viembre, y después de muchosaños de trabajo, se concretó laprimera donación de tierras aParques Nacionales para la crea-ción del Parque Nacional Iberá. ¿La coincidencia de la que ha-blaba? Mientras editaba las fo-tos, me llamaba la atención unaimagen de un gaucho correnti-no. Él es Roberto López, nacidoy criado en los esteros de Con-cepción del Yacaré Corá. Hastahace poco, vivía de changas encampos vecinos, pero frente a laposibilidad de trabajar con via-

jeros, ahora lleva turistas en sucanoa hasta su casa, les convidaun mate, les cuenta de su vida ycobra por eso. Una nueva vida,

una nueva oportunidad genera-da, en gran medida, por CLT. Yuna de las fotos más atractivasque tomé es desde la popa de lacanoa: se lo ve a él, tirando elbote desde su caballo, con elsombrero de ala ancha, los piesdescalzos en los estribos, y unachica en la proa de la canoa, conuna camperita roja con el logode The North Face.

En el Jeep, Hernán maneja,Cristina hace mate y yo voy atrás,limpiando la cámara y los lentes.Hernán Chaves Muñoz es socio

de Ochentamundos y Cristina,por ser esposa de Hernán, tam-bién. Los tres venimos fascina-dos con lo que estamos viendo en

esta parte de los Esteros del Ibe-rá, pero nos espera algo mejor:una increíble pasta frola con cafécon leche en la estación de servi-cios La Indígena, en la entradade San Miguel, un pueblito co-rrentino. Allí nos encontramoscon Matía Rebak, un empleadode CLT que trabaja en la parte delogística, y que ahora nos acom-pañará hasta San Alonso.Matías es correntino. EstudióDerecho, pero desde hace unpar de años conoció el trabajo deCLT y se enamoró de la idea; seofreció como voluntario y ahora

es empleado. Para llegar a SanAlonso desde San Miguel, pri-mero desandamos un caminoque nos lleva hasta el Portal SanNicolás, donde funciona uncamping. Allí nos espera unalancha que, después de 45 mi-nutos de andar por ríos y cana-les, nos deja en lo más inhóspitode los Esteros del Iberá: la islaSan Alonso, donde funciona elCentro Experimental de Cría deYaguaretés. Todo este pequeñoviaje fue esclarecedor para mí.En San Miguel conocimos aNelson Aguirre, nacido y criadoen esa localidad. Nelson es arte-sano, pero también preparaviandas para los turistas que vie-nen a esta parte del Iberá; quienpasa por su casa a buscar lavianda, puede ver sus manuali-dades y las de otros artesanos,todas con una profunda identi-dad local. En el mismo viaje,Matías me habla de otros pobla-dores de la zona que empezarona trabajar con el turismo, y me

cuenta cómo desde CLT los ayu-dan a interactuar mejor con elviajero. Entre San Nicolás y SanAlonso, vemos ciervos de lospantanos, que en esta parte delecosistema estaban desapareci-do. No llegamos a avistar ososhormigueros, pero están, y tam-bién fueron reintroducidos gra-cias al arduo trabajo del equipode CLT. Y una vez que estamos enSan Alonso y Karina Spørring noslleva hasta el CECY, puedo ver decerca de Tobuna y Nahuel, quie-nes tienen sobre sus hombros laesperanza de que el yaguaretévuelva a poblar los esteros des-pués de 70 años, cuando se extin-guió de Corrientes. Nahuel mepasa cerca mientras lo observodesde afuera de su inmenso co-rral. Gira su impresionante cabe-za, me echa una mirada y sigue.Él y Tobuna no sólo le podrían de-volver al Iberá al yaguareté: esta-rían generando un equilibrio in-dispensable para este bellísimoecosistema. a

Conservatio Land TrustEs la fundación creada por Douglas yKristine Tompkins para recuperarambientes naturales.

h Ciervo de los pantanosde camino a San

Alonso, y mates tempranerosen el camping de San Nicolás.De fondo, el Renegade(¡gracias Jeep!)


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