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19MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
CASA DEL SOL
MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA
27.09.19 — 15.03.20
2322 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
Entre el 27 de septiembre de 2019 y el 15 de marzo de 2020 el Museo
Nacional de Escultura presenta en su sede de Casa del Sol la expo-
sición Miró. La musa blanca. Se trata de un conjunto de 30 escul-
turas de Joan Miró (1893-1983), presentadas en su mayor parte por
primera vez, realizadas en escayola, que Joan Miró realizó como
modelos para su posterior fundición en bronce, si bien no todas
llegaron a ese estadio final. Las obras abarcan un largo periodo
de esta actividad plástica, desde las obras iniciales hasta las
realizadas un año antes de su muerte.
El proyecto es fruto de la colaboración con la Successió Miró (Pal-
ma de Mallorca), de donde proceden veintiuna de las esculturas,
perteneciendo las nueve restantes a la Fundación Mas Miró (Mont-
roig del Camp, Tarragona).
Conocido universalmente por su pintura, la obra escultórica de
Miró tiene una fuerza expresiva y un sentido del riesgo que va
más allá de su trabajo con el pincel. Empezó a practicarla ya en
su edad madura, a fines de la II Guerra Mundial, durante una tem-
porada de retiro y concentración en la masía familiar de Montroig
(Tarragona), a cuya tierra se sentía físicamente imantado por una
emoción inspiradora. Es entonces cuando la escultura se vuelve
para él una actividad decisiva, apasionada, y muy distinta de
su pintura: igualmente poética, pero menos complaciente, más
furiosa y radical.
Las obras aquí expuestas se encontraban en su taller o perma-
necían en distintas fundiciones. Las escayolas de los escultores,
por su aspecto pobre y su papel secundario en el proceso creati-
vo, son destruidas con frecuencia y se mantienen desterradas de
las exposiciones. Sn embargo, como sucede aquí, son un material
precioso, porque ayudan a visualizar el desarrollo de la obra en
la imaginación de su autor, guardan la huella de sus manos e irra-
dian una frescura de sentimiento y una belleza misteriosa que las
convierte en pequeñas «obras maestras». Son su «musa blanca».
El propio Miró manifestó en diversas ocasiones su deseo de que
fuesen mostradas públicamente —deseo que no vio cumplido—.
La exposición tiene lugar en uno de las sedes más singulares del
Museo Nacional de Escultura, la Casa del Sol, que alberga yesos
centenarios, reproducciones, en altísima calidad, de obras grie-
gas y romanas. Aquí, las estatuillas de Miró cohabitan con diosas
arcaicas, faunos, centauros y venus sensuales formando islotes de
contemporaneidad, que encajan como un guante en su visión de la
historia del arte: «El tiempo no existe para mí. Un pequeño paisaje
pompeyano y un paisaje de Corot pertenecen a la misma época.
El choque que me ilumina no tiene nada que ver con el tiempo».
Hermanadas unas y otras por un mismo aliento atávico, por una
común vitalidad mediterránea y por el pálido material en que están
fabricadas, ofrecen al visitante motivos de reflexión sobre los pro-
cesos artísticos, sobre la paradójica relación entre original y copia,
sobre las afinidades y contrastes en la historia de la escultura.
La exposición se inscribe en la línea expositiva emprendida por el
Museo Nacional de Escultura en 2018, en este mismo espacio de la
Casa del Sol, con la presentación de un conjunto de obras de otro
gran escultor español de aliento clásico, Baltasar Lobo. También
en esa ocasión se trataba de «obras de taller», procedentes de
su estudio de París, muy próximo, por cierto, al del propio Miró.•
E INT
RO
2524 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
F. Català-Roca,
Miró trabajando sobre un modelo en cera, 1981.
© Archivo Fotográfico Català-Roca-
Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos
de Cataluña (AHCOAC)
Notas de trabajo, 1941
26 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA
SE
CC
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ES
LA BELLA EFICACIA DEL YESO
POESÍA DE LOS OBJETOS
MIRÓ TELÚRICO
MONSTRUOS VIVIENTES
INVITADAS DE HONOR
2928 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
LA BELLA EFICACIA DEL YESO
La escayola es una técnica inmemorial, rudimentaria y primitiva,
sin evolución, pero altamente eficaz, que consiste en obtener una
huella presionando sobre un objeto real, para conseguir una seme-
janza por contacto, una especie de «doble» blanco que mimetiza
la forma del original hasta el mínimo detalle. Es un método que se
empleaba, por ejemplo, para obtener reproducciones de las obras
maestras de la Antigüedad, tal como se ve en las obras de esta
sala. Los artistas han seguido usándola hasta el presente como
una técnica de alta precisión.
Miró —que había aprendido a pintar con los ojos tapados, palpan-
do volúmenes—, confesaba el placer físico que sentía al amasar
con sus manos esta sustancia obediente, dúctil y viscosa, de ópti-
ma plasticidad, que le permitía asistir a la génesis de su mundo
imaginario. En sus acabados, a veces, trataba el yeso como un
volumen macizo y henchido; otras veces, dejaba una textura tos-
ca e inconclusa, de apariencia arqueológica. En cualquier caso
siempre dejaba impresa la huella de sus manos, trazando inci-
siones, dibujando a lápiz ojos y bocas o moldeando cavidades y
protuberancias.•
L
3130 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
POESIA DE LOS OBJETOS
Su fascinación por la materia terrenal, su «amor franciscano»
por las cosas ordinarias, son el centro de su visión de la escul-
tura. Guijarros, una almendra, raíces de caña, un envoltorio de
caramelo, un tomate de Mont-roig, una figura de belén, calaba-
zas… Los objetos son, para él, entidades llenas de energía. En parte,
son naderías, pero también armas que combaten la decadencia de
la pintura. Se funden aquí su cosmopolitismo europeo —la atracción
por el «objet trouvé» de sus amigos surrealistas de París—,
el mundo telúrico de Mont-roig y la inspiración popular catalana.
Miró respeta su franqueza original, su brutalismo material y la
fisicidad de su volumen, y potencia su lado más perturbador.
Dejándose llevar por un vagabundeo asociativo, los va meta-
morfoseando hasta que la ‘cosa’ deja de existir y se transforma
en una escultura. Y es para no perder ese carácter fortuito del
hallazgo, por lo que realiza el vaciado en escayola del objeto
original, que luego será eternizado al fundirlo en bronce.•
S
3332 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
MIRO TELURICO
Buena parte de la escultura mironiana parece recrear reminiscen-
cias de las viejas culturas mediterráneas. Son ídolos hieráticos, a
veces dotados de atributos fálicos, con cuernos y extremidades
apuntadas; o cuerpos femeninos, de curvas plenas y tensas, abul-
tados como campanas, que parecen alusiones a una diosa-ma-
dre, arcaica y telúrica, gesticulante y violenta como un animal
devorador.
Se manifiesta aquí el «niño monstruoso» que fue Miró, la inclinación
de su sensibilidad taciturna por el juego fantasmagórico, por
la mezcla de burla y terror, de «sol y sombra». En sus versiones en
escayola, la blancura de estos pequeños totems las tiñe de un
mayor misterio. Su blanco espectral acentúa ese aire de criaturas
incorpóreas, como ectoplasmas sonámbulos, disparatados y un
punto malignos.•
B
3534 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
MONSTRUOS VIVIENTES
Aunque la mayoría de las esculturas de Miró recrean formas huma-
nas, sus personajes no conservan nada de realismo antropomór-
fico. Al contrario, el artista, al igual que sus colegas surrealistas,
se deja seducir por el juego transgresor con el cuerpo femenino,
quizá, porque, como decía uno de sus biógrafos, «parece como si
a Miró le invadiera el espanto frente a la figura humana». Inicial-
mente su manipulación de los objetos, las metamorfosis a que los
somete, se orienta hacia su «humanización»; pero, acto seguido,
altera su apariencia corporal hasta desfigurarlos, y convertirlos
en seres híbridos que pueden resultar, según los casos, incongruen-
tes, aterradores, desenfadados, delirantes.•
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3736 MIRÓ. L A MUSA BL ANCA MUSEO NACIONAL DE ESCULTUR A
INVITADAS DE HONOR
La modernidad de Miró cohabita en esta sala con yesos centena-
rios que reproducen obras griegas y romanas. Dispuestas entre
diosas arcaicas, faunos, centauros y venus sensuales, las estatui-
llas forman islotes de contemporaneidad, que en nada contradi-
cen la vecindad con el pasado, porque esta convivencia encaja
como un guante en su modo de entender la historia del arte: «El
tiempo no existe para mí. Un pequeño paisaje pompeyano y un
paisaje de Corot pertenecen a la misma época. El choque que me
ilumina no tiene nada que ver con el tiempo». Y para Miró, ade-
más, la escultura —mejor que la pintura— era el arte idóneo para
«recuperar el sentido sagrado y mágico de las cosas». Este fue uno
de los empeños de Miró escultor: recuperar la infancia del arte,
su fuerza primaria.
Hermanadas unas y otras por un mismo aliento atávico, por una
común vitalidad mediterránea y por el pálido material en que
están fabricadas, ofrecen al visitante motivos de reflexión sobre
los procesos artísticos, sobre la paradójica relación entre original
y copia, sobre las afinidades y contrastes en la historia de la
escultura.•
L
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Entrevista con G. Charbonnier, 1959
Irving Penn,
Joan Miró en Mont-roig, 1948.
© The Irving Penn Foundation
« CUANDO VIVO EN EL CAMPO NO PIENSO
EN LA PINTURA. ES LA ESCULTURA LA QUE ME INTERESA. POR EJEMPLO:
LLUEVE, LA TIERRA SE MOJA, RECOJO UN POCO DE
BARRO Y SE CONVIERTE EN UNA ESTATUILLA.
UNA PEQUENA PIEDRA PODRIA DETERMINAR UNA
FORMA ARTISTICA»
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PRESTADORES
La exposición se ha realizado en colaboración con la Successió
Miró (Palma de Mallorca), de donde proceden veintiuna de las
obras, perteneciendo las nueve restantes a la Fundación Mas Miró
(Mont-roig del Camp, Tarragona).
CATALOGO
El catálogo de la exposición contiene dos estudios de Maria
Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura, y de Elena
Juncosa Veccherini, directora de la Fundación Mas Miro (Mont-roig,
Tarragona). Coedición del Ministerio de Cultura y Deporte y de la
Asociación de Amigos del Museo. 120 páginas, 18 €.
Portada del Catálogo Miró, La Musa Blanca
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CATALOGO
EDICIÓN
María Bolaños
COORDINACIÓN
Pedro González
DISEÑO GRÁFICO
El Taller de GC
DOCUMENTACIÓN GRÁFICA
Ana Gil
FOTOGRAFÍA
Gabriel Ramon Javier Muñoz Paz Pastor
IMPRESIÓN
Gráficas Gutiérrez Martín
ENTIDADES COLABORADORAS
Asociación de Amigos del Museo Nacional de EsculturaFundación Belondrade. Arte y vino
CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
© Archivo Fotográfico Català-Roca- Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña
© Fons Joaquim Gomis, dipòsit a l’Arxiu Nacional de Catalunya-Hereus Joaquim Gomis. Fundació Miró
© Gabriel Ramon. Archivo Successió Miró
© Javier Muñoz y Paz Pastor. Museo Nacional de Escultura
© Josep Planas Montanyà. Archivo Successió Miró © Photograph by Ernst
Scheidegger, 2019. Stiftung Ernst Scheidegger-Archiv, Zurich
© Roger Picherie. Archivo Successió Miró
© The Irving Penn Foundation
ENTIDADES PRESTADORAS
Successió Miró, Palma de MallorcaFundación Mas Miró, Mont-roig del Camp, Tarragona
AGRADECIMIENTOS
Manuela AnzulesLola Fernández Elena Juncosa Vecchierini Arran MilneGloria MoraguesMaría del Mar MorantaPilar OrtegaJosé María Pardo FalcónJoan Punyet MiróGabriel RamonMaría José Salazar
EXPOSICION
ORGANIZACIÓN
Museo Nacional de Escultura(Ministerio de Cultura y Deporte)
DIRECCIÓN
María Bolaños
COORDINACIÓN
Manuel AriasAna Gil
DOCUMENTACIÓN
Ana Mª PérezMónica Cerrejón
COMUNICACIÓN
Pedro GonzálezTania Fábrega
CONSERVACIÓN PREVENTIVA
Alberto CampanoAna GilCarmen WattenbergCarolina GarvíaSara Cabero
COLECCIONES
Miguel Ángel MarcosRocío Coletes
DISEÑO EXPOSITIVO Y DISEÑO GRÁFICO
El Taller de GC
PRODUCCIÓN Y MONTAJE
Fernando Frutos Red Producciones
TRANSPORTE
Andrés Martín
ILUMINACIÓN
Toño Sáinz
TRADUCCIÓN
Daniel Grace
PROGRAMAS EDUCATIVOS
Eva Mª GarcíaMuseando. Gestión cultural
BIBLIOTECA
Israel FernándezMª Concepción de la Torre
ADMINISTRACIÓN
Victorino Hernando Mª Isabel AlagueroPilar VaqueroCarmen MuñozLuis Pedro Pedrero Laura Diezma
RESTAURACIÓN
José María Pardo FalcónMaría del Mar Moranta
FOTOGRAFÍA
Javier Muñoz Paz Pastor
SEGURIDAD Y MANTENIMIENTO
Alfonso LezcanoFernando Frutos Raúl Moreno
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