Date post: | 11-Apr-2017 |
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Nueva evangelización y Pastoral de la Salud
P. Silvio Marinelli
• No se puede desaprovechar esta hora de gracia. ¡Se necesita un “Nuevo Pentecostés”
¡Es necesario salir al encuentro de las
personas, las familias, las comunidades y los
pueblos para comunicarles y
compartir el don del encuentro con Cristo,
que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de
verdad y amor, de alegría y de esperanza!
¿Qué es la Misión Continental?Es un estado de misión
permanente, que implica el “envío” (misión) personal y
eclesial de todos los bautizados, anunciar a
Jesucristo y compartir su Evangelio con cada persona,
empezando por los que se han alejado de la comunidad de la iglesia ofreciéndolo también a quienes se confiesan indiferentes, e incluso
contrarios a la fe.
1) Entusiasmo interior.2) Confianza plena en el Señor.3) Continuidad en los procesos.4) Firmeza ante la adversidad.5) Constancia para llevar nuestras naves mar adentro.6) Creatividad, para encontrar respuestas adecuadas a los desafíos.7) Disponibilidad a repensar y reformar algunas estructuras pastorales.8) Espiritualidad de la comunión.9) Audacia misionera.10) Apertura a la acción del Espíritu Santo.
LA MISIÓN CONTINENTAL
FRATERNIDAD – SOLIDARIDAD
EUCARISTÍAORACIÓN
CONVERSIÓN
PALABRA DE DIOSKERIGMA
BAUTIZADO - FAMILIA
“Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó…” (Lc 10,30)
La narración del Buen Samaritano se ha convertido en la metáfora más
expresiva de la Pastoral de la Salud, actuada por los creyentes y grupos
eclesiales.
La narración se desarrolla “en la calle”, y no en lugares cerrados y protegidos.
Esta narración nos sugiere la necesidad de dejar las comodidades para ir hacia el
necesitado.
Esta narración bosqueja una pastoral misionera y evangelizadora (DA)
Acercarse
- Ver – detectar
- Compasión
- Vendar
- Cuidar
- La posada: involucrar
- Pagar
- Volver: continuidad
Discípulos misionerosen el mundo de la salud
CONCLUSIÓN
Con gran alegría asumimos la preocupación que nuestra Iglesia, experta en humanidad,
manifiesta por el mundo de la salud, en medio de la amenaza permanente de una "cultura de
muerte".
Deseamos fervientemente que, a nivel de todas las Conferencias
Episcopales, se promueva e implemente una pastoral de la salud
eficaz y en favor de una salud integral, al servicio de los que más
sufren.
Queremos expresar nuestro reconocimiento y estímulo, así
como nuestro compromiso solidario, a todos los agentes de la
pastoral de la salud que, especialmente con su testimonio,
anuncian, en el nombre de Jesús, el Evangelio de la esperanza y de la
vida.
A nuestros hermanos que viven una situación de dolor y de sufrimiento recordamos que la Iglesia siempre
estará atenta a su clamor, al de todos y cada uno, será presencia cercana y esperanzadora del Cristo resucitado que vino para que tengamos vida y
vida en abundancia.
Nuestro pensamiento también se dirige a los responsables de las políticas de salud de nuestros pueblos, para que se trabaje
por lograr un sistema equitativo y solidario que garantice el ejercicio del
derecho a la salud de todos los ciudadanos.
María, Salud de los Enfermos, nos ayude a testimoniar al mundo la ternura de Dios y a proclamar con valentía el Evangelio de
la vida.
Los Documentos de la Iglesia nos iluminan sobre lo que significa misión.
No se trata solo de “misión a las gentes”, como misión entre los que todavía no conocen a Jesucristo. La Encíclica Redemtoris Missio propone una visual más amplia, un abanico de
posibles misiones:
la misión a las gentes, la primera evangelización y constitución de las
iglesias locales, el ministerio pastoral entre los fieles, la nueva evangelización
de personas o grupos o ámbitos descristianizados, inculturación y diálogo
con las culturas, promoción de la justicia, ecumenismo, diálogo entre las religiones, ministerio con los medios de comunicación social, etc. (RM 33, 34)
En el mundo de la salud se van delineando de manera siempre más clara varios fenómenos, algunos de
ellos se sintetizan aquí:
- Una nueva sensibilidad frente a los fenómenos de la vida, la salud y la
calidad de vida
El concepto de salud ha cambiada.
No se relaciona de hecho únicamente a factores orgánicos, sino que conjuga las
dimensiones física y espiritual de la persona, extendiéndose al ambiente
físico, afectivo, social y moral en el que la persona vive y trabaja. Entre la
salud y la calidad de vida y bienestar del hombre se establece una relación
nueva y profunda.
- Una nueva concepción de la enfermedad, donde esta no es ya
considerada una simple patología, sino como un malestar existencial, biográfico,
consecuencia de determinados hábitos de vida, de cambio de valores y de manejos equivocados del
ambiente natural. Por todo esto la enfermedad ya no se considera como
una calamidad que tenemos que aceptar pasivamente o como una fatalidad.
- La tutela de la salud no es más una tarea del individuo, sino de la
comunidad civil. Se está pasando de la curación de la enfermedad a la tutela de la salud, organizada con servicios básicos territoriales y con estructuras
especializadas.
- La profesionalización de los operadores de la salud.
- Una creciente demanda de participación ciudadana en la gestión
de la salud, también con formas de voluntariado.
- Una sensibilidad más aguda al enfrentamiento de las situaciones de
deshumanización.
- El riesgo de marginación de algunas categorías de pacientes (enfermos terminales, crónicos y ancianos,
discapacitados físicos y mentales, enfermos mentales, drogadictos, alcohólicos, enfermos de Sida).
Desde el punto de vista socio-religioso el fenómeno de la secularización se está convirtiendo en un fenómeno masivo. Con este término se indica la tendencia a
afirmar la autonomía de la realidad mundana de toda religión. Podemos ver
como el cristianismo ha dejado de ser, para mucha gente, el punto de referencia y la
norma de los pensamientos, de las decisiones y de los comportamientos.
Este fenómeno ha atropellado de manera quizás más perceptible
respecto de otros campos, el sector de la salud y en particular en los
hospitales. La revolución tecnológica en la salud, ha
modificado profundamente el rostro de la medicina y de las
estructuras
La actitud de la población en relación con la realidad de la enfermedad y la muerte se ha modificado bastante: en
muchos casos éticos (como el aborto, la eutanasia, la anticoncepción, esterilización,
fecundación artificial) prevalecen orientaciones muy distantes u opuestas a aquellas que propone la Iglesia católica. En fin, las profesiones han perdido su
carácter vocacional.
Toda la Iglesia, y con ella todo bautizado, tiene la tarea
misional: dar a conocer a Cristo entre sus hermanos.
Cuando se trata de traducir a la práctica (de hacer pastoral) la tarea
misional conoce diversidad de opiniones, de opciones; surgen también conflictos entre varias tendencias. Esto no debe maravillarnos: la pastoral está
siempre sujeta a la dinámica de la historia.
Estas diversidades brotan de diferentes perspectivas o imágenes
generales de cómo deba desarrollarse la evangelización. Algunas de estas imágenes más difundidas pueden sintetizarse
así:
como enseñanza (la atención está puesta sobre la fe como un
complejo de verdades que se deben comunicar; la Iglesia es
Maestra),
misión como cruzada - la insistencia está puesta sobre la negatividad del mundo
como conversión (la insistencia está puesta sobre la dimensión personal; la Iglesia es el Arca de Noé en un mundo
perverso),
como liberación (la insistencia se pone sobre el desarrollo, la
justicia y la liberación social),
como testimonio (se orienta la vida cristiana hacia una forma de presencia activa y silenciosa
según el modelo de la vida monástica),
como inculturación (una tradición que se mantiene
inmutable se debería traducir en las categorías de
la cultura local),
como diálogo (las otras religiones son consideradas como elementos positivos en
el proyecto de Dios).
Estas imágenes no son alternativas, sino que cada una
trae en sí misma algunos elementos importantes de
verdad. El riesgo es el absolutizar una perspectiva,
olvidando los posibles aportes de las demás.
La Pastoral de la Salud debe llegar a ser
“misionera”
La superación del iglesiocentrismo. La iglesia no puede encerrarse en sí misma, preocupándose únicamente
de su conservación y expansión; tiene que asumir una perspectiva
evangelizadora.
Esto implica la solicitud para todas las personas, y no sólo para los
creyentes practicantes.
- La actitud del diálogo que supere una pastoral centrípeta. El pluralismo
ideológico y cultural es un hecho. Aparece siempre más necesario un diálogo abierto y
respetuoso con todas las personas. No podemos ya comportarnos como si todos
fuéramos cristianos: muchos lo son sociológicamente, pero no por
convencimiento y madurez; con todos se debe dialogar.
- La atención a la promoción y liberación integral de las personas, superando
aspectos típicos de una pastoral sacramentalista y devocional. El divorcio
entre la fe y la vida y la desproporción entre las masas de los fieles oficialmente
cristianos y la realidad de nuestras comunidades eclesiales, imponen una estrategia pastoral más atenta a las
necesidades de la persona.
El desarrollo de actitudes y modalidades de comunión que superen
el clericalismo, el infantilismo y el machismo en la Iglesia. Se trata de
mostrar el rostro de la Iglesia como pueblo de Dios, de ayudar a los bautizados a
convertirse en sujetos adultos en la fe, de valorar cada vez más la presencia y los
carismas de las mujeres.
- Actitudes que muestren la naturaleza misterio - profética y carismática de la Iglesia frente a
estilos y actividades que subrayan el componente institucional. Esto
implica la valoración de todos los ministerios, la apertura y la fe en el
futuro, una diferente impostación de los organismos de decisión y de la
modalidad de gestión de la autoridad.
“En una época de transformaciones grandes y rápidas, la Iglesia, los creyentes, tienen que pensar más en el futuro que en la conservación y nostalgia del pasado… En su conjunto, la praxis eclesial debe
preocuparse más de convencer y atraer a los jóvenes y los constructores del futuro, que de
satisfacer ante todo y siempre las peticiones de los conservadores y de los nostálgicos. En un mundo
en estado de aceleración no se puede seguir caminando volviéndose atrás, sino se impone el valor del riesgo, la prudencia de la audacia…”
(Alberich E.).
Lucas 24
Camino a Emaús
Situación existencial de Cleofás y compañero
Es el domingo de Pascua por la mañana. Dos discípulos, de ellos se
conoce el nombre de uno, Cleofás, están caminando de Jerusalén hacia Emáus.
Probablemente, después del día sábado, en el que los Judíos no podían caminar, están volviendo a su casa y a su trabajo
La aventura con el maestro se ha terminado trágicamente. Lo dicen:
“Esperábamos..., pero…”.
Están tristes, decepcionados, todos sus sueños se han roto. El fracaso es total.
Quizás tienen también miedo que alguien quiera hacer a ellos lo mismo
que hicieron a su maestro.
El desánimo, el desaliento, la tristeza y la duda son las emociones que les
acompañan.
Han perdido la esperanza.
... Y sin esperanza no se puede ir lejos...
Jesús se acerca a estos viajeros, pero tiene una identidad diferente de la que ellos habían conocido y, por esto, no lo
reconocen.
Este acompañante afirma que no sabe nada de lo que sucedió y de su historia. Muestra interés en sus acontecimientos,
los provoca a la plática, los escucha
El acercamiento a los que sufren psicológicamente empieza con estas actitudes: acercamiento, preguntas
adecuadas para que el enfermo se abra y comience a hablar, escuchar
En la narración evangélica casi parece que el Señor pida permiso: “Disculpen, ¿puedo hacer este camino con ustedes? ¿No les molesto?”. Parece un gesto de
extrema delicadeza. La compañía no se impone, se pide con educación y
respeto.
Muestra interés por su situación. Esta actitud nos recuerda la importancia de
un verdadero interés para todas las personas y su historia.
El Señor acepta también una provocación: “Eres tú el único que no
sabe lo que sucedió?”. Jesús no reacciona, acepta este juicio negativo
sin quejarse o defenderse, sin expresar su verdadera identidad y sabiduría
Lo que verdaderamente le importa es ayudar a estos pobres discípulos.
Los escucha con atención, sin muchas preguntas. Permite que se aclaren… despacio. No muestra nerviosismo.
Esta actitud de paciencia, de escucha atenta y de respeto por sus
impertinencias, hace brotar la confianza
Nadie puede bloquearlos, parecen un río en plena corriente. Y hablan,
cuentan su historia.
Estaban viviendo una historia de salvación, pero no se daban cuenta, no
estaban conscientes.
Luego de escucharlos, el Señor Resucitado los ayuda en una verdadera relación de ayuda. Se pone como en una actitud de ayuda a la clarificación de sus
vivencias. A través de la Sagrada Escritura, citada y comentada, los
conduce a “abrir los ojos”, a ver más claro en su situación.
Hace surgir en sus corazones una nueva vitalidad; los corazones empiezan a “calentarse”, a vibrar con nuevos
motivos para seguir caminando en la esperanza.
El acompañamiento permite que puedan encontrar los motivos
profundos y reales (no fantásticos o falsos) para seguir esperando y
luchando por su felicidad
Se trata de subrayar que el Señor no da juicios morales sobre su
comportamiento (estaban huyendo y muestran poca fe), ni señala soluciones
inmediatas de sus problemas con consejos tan fáciles de brindar como
tan inútiles en situaciones problemáticas, ni ofrece palabras de
fácil consuelo
El Señor Resucitado espera los tiempos de maduración de los dos, los deja
libres, no los manipula con su inteligencia y no juega con chantajes
emocionales para convencerlos
Llama la atención el hecho de que Jesús, cuando lo reconocen, desaparezca de su
vista. La ayuda, para que sea verdaderamente noble y genuina, tiene
que encontrar su fin