Date post: | 27-Oct-2015 |
Category: |
Documents |
Upload: | gabriela-alava |
View: | 143 times |
Download: | 6 times |
EMMARUIZ MARTÍNDELCAMPO.Psicoanalista y Doctora en Ciencias Sociales porla Universidad Johann Wolfgang Goethe, Frankfurt, Alemania. Profesora e In-vestigadora del Departamento de Estudios en Educación de la Universidad deGuadalajara, México. Correo electrónico: [email protected].
FERNANDOOSORIO. Escritor y psicoanalista (UBA). Hizo su formación en clínicacon niños y adolescentes en el Centro de Salud Mental Nº 3 "Arturo Ameghino"(GCBA) y en el Hospital de Emergencias Psiquiátricas con adolescentes. Recibióel auspicio de la UNESCO para el dictado del Seminario: "Violencia en las escue-las" (Facultad de Derecho - UBA). Integró el Consejo Asesor del Observatorio deViolencia en las Escuelas (Ministerio de Educación de la Nación). Autor de Violen-cia en las escuelas. Un análisis desde la subjetividad, Usosy abusos de drogas e Inteligenciay subjetividad, editados en Noveduc libros.
CAMILOE. RAMÍREZGARZA.Psicoanalista. Profesor y supervisor en la Facultad dePsicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) México. ProfesorFacultad de Psicología de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC) cam-pus Monterrey,
PATRICIALINENBERG.Licenciada en Psicología. (UBA). Especializada en Teoría,Clínica y Aplicaciones de las Técnicas Psicoanalíticas, Psicoterapéuticas y Psico-diagnósticas (UB). Member ofSIECUS, Sex Information and Education Council(U.S.A.). Pos grado en "Especialización en Sexualidad Humana". Miembro titularde la Asociación Psicoanalítica Argentina; Miembro de la Asociación PsicoanalíticaInternacional; Miembro Adherente de la Asociación Argentina de Psicología y Psi-coterapia de Grupo y Miembro Adherente de Referencia Buenos Aires.
MARlSAMANEFFA.Maestra Auxiliar en Escuela lntegradora. Docente Adscripta enFilosofía de la Educación, a cargo de Carlos Cullen (UBA). Asesoramiento técnicoen la Asociación Civil ProyectARG (Proyectos Sociocomunitarios).
MARÍATERESAPRIETOQUEZADA.Candidataa Doctora en Educación (Universidadde Guadalajara). Profesora de tiempo completo y coordinadora de investigacióny posgrado del Centro Universitario del Norte de la misma Universidad.
JOSÉCLAUDIOCARRILLONAVARRO.Maestro en Educación (Universidad de Guada-lajara). Profesor de tiempo completo y jefe del departamento "Fundamentos delConocimiento" en el Centro Universitario del Norte (Universidad de Guadalajara).
JOSÉJIMÉNEZMORA.Asistente de investigación en el Dt'pa 1"1:1I1ll"lIIo e-n Estudios deEducación de la Universidad d Gua lalajara y (ll ()I('~(l\ ( 11 ('1 (:('1111 () <1(,Bachille-rato T. cnológico Indust rial CBTIS (Cu;ul:d:lj.II,I)
Prplogo
El libro aquí presentado pone ante nosotros cuestiones
acuciantes que lo convierten en lectura obligada para educa-
dores, maestros y estudiosos de las ciencias sociales.A fin de acercarnos a su interés central: el debilita'p-iento
de las figuras de autoridad, partamos de la pregunta:rqué es
la autoridad y en qué se sustenta? JEtimológicamente el término "autoridad" procede del
latín auctoritas y el Diccionario de la Lengua Espaüola lo de-
fine de diversas maneras, entre ellas:
"Carácter o representación de una persona por su empleo, mérito o nacimiento"."Potestad, facultad". "Potestad que en cada pueblo ha establecido su constitución[mra que le rija y gobierne, ya dictando leyes, ya haciéndolas observar, ya admi-nistrando justicia". "Crédito y fe que, por su mérito y fama, se da a una persona( ... ) en determinada materia". (Real Academia Española, 1990: 145).
Revisemos cada una de las definiciones citadas.El primer enunciado que citamos relaciona a la autori-
dad con las características de una persona; L~ese~aci~de ella o de lo que se ocu~ delluga; que tiene en un cierto
entramado social la vuelven respetable ante los demás. En se-
gundo lugar, la autoridad es descrita como _una potestad, o.
sea IIn poder, 01110 una facultad, a saber una aptitud o po-
111 rl 11111111111111 111
Ernma Ruíz Martín del Campo
tencia. La tercera definición de "autoridad" que considera-
~hace alu~ión al poder político asentado como tal por u~pueblo que lo entrega a quienes considera capaces de hacerrespetar la letra de la constitución, la ley que ha de regir la
convivencia. y la última definición elegida hace alusión al cré-
dito, a la credibilidad o confianza de que goza una persona
que por lo que hace es considerada valiosa, un modelo, al-guien que se ha destacado y se ha hecho notar.
Partiendo de las definiciones enunciadas, preguntémo-nos: ¿Cómo somos vistos y ubicados los maestros hoy en díapor los alumnos, los padres, la escuela, la sociedad? ¿Qué po-
deres se nos confieren en el aula y en otros ámbitos socialesy por quiénes o qué instituciones? ¿Qué papel jugamos como
reg~ladores de la convivencia en medio de nuestros grupos
de alumnos, en nuestras instituciones de referencia y en otros
ámbitos. ¿Respetamos la ley, la misma por cuyo respeto pug-
namos y tenemos el peso requerido para hacerla respetar?
¿Gozamos de credibilidad, despertamos la confianza de nues-
tros estudiantes, nos creemos susceptibles de ser considera-dos modelos a seguir?
El maestro, se dice, ha perdido autoridad frente a susalumnos, frente a los padres, frente a la comunidad. A lo que
pueden seguirse otras cuestiones: ¿Qué ha cambiado en la
forma de ejercer el oficio de maestro? ¿Cómo se han trans-
formado las estructuras que dan sostén a la profesión de en-
señar? ¿Cómo eran y cómo son hoy en día las relacionesmaestro/alumno?
Preguntamos a un ex alumno (como lo somos todos losque alguna vez estuvimos escolarizados) de 58 años, maestro
en la actualidad, si piensa que los docentes tenían más auto-
[81------- 1"IVII V
ridad antes que en el presente. Nos responde: "Sí, creo que entérminos generales sí tenían más autoridad. Porque los docentes de
antes estaban más cerca de sus alumnos y nosotros les dábamos respetoy los apreciábamos, a los buenos maestros, los que se esforzaban por-que entendiéramos, se percataban cuando llegábamos tristes o per-turbados a la escuela, se alegraban con nuestros logros y aprendizajes.Ellos hacían surgir en nosotros el deseo de asemejamos a ellos, porque
valorábamos sus enseñanzas, y sobre todo su amor; su dedicación. Nosinspiraban para seguir su camino, adoptar sus valores, imitar suejemplo. Aceptábamos las normas que nos inculcaban y que veíamosque ellos también respetaban. "
Ante una nueva pregunta: cpor qué cree que podíanestar más cerca de sus alumnos los maestros?, este antiguo
alumno comenta: "Para empezar, las condiciones de vida eranmenos complejas: había menos miseria, más trabajo, más tiempo, las
comunidades eran más pequeñas, el transporte más posible, la vidamás apacible. Además, los maestros sentían su trabajo corno algo se-guro a largo plazo, aceptablemente remunerado. El foco principal delos maestros era su alumnado, era la evolución de esos sujetos vivos,los educandos, lo que les hacía saber cómo estaban trabajando, a par-tir de los cambios en ellos, de sus inquietudes y motivaciones, de susavances y aprendizaje valoraban su labor; la eoaluaban, la aprecia-
ban. Hoy en día, los trabajos son menos seguros, están más amena-zados, los maestros tienen que responder mil formularios y llenarcriterios a través de los cuales son evaluados, la vida es más agitada,se Pierde mucho tiempo en transporte, la sociedad está muy mercan-tiiizada y la tecnología ha desplazado en buena medida a la escuelacorno dadora de información, una información que por otra parteestá accesible para los jóvenes sin compañía, sin supervisión, muchasYW(;(!S sin posibilidad de hablar con otros respecto a lo que escuchan,
11111"111 'u 111111111111 ==='------------111
peto y la confianza que usted irradiaba lo que me motivó a ser másactiva, a reflexionar, a aporta?; a atreverme a pensar en voz alta sintemor a ser ridiculizada. Maestra: cada una de sus explicaciones hadejado huella en mí, sólo me queda agradecer su valioso tiempo y sugran conocimiento".
"De la relación con usted como maestra aprendí a tener másapertura, a quitar frenos que separan de la vida. No puedo cambiarel mundo, pero puedo cambiarme a mí misma para acercarme a losdemás".
"Los temas que abordamos son apasionantes, por la forma enque lo hicimos, en ese ir y venir entre teoría y vivencia compartida.Creo que cuando a los temas vistos se les empapa de la experienciapersonal de vida, es más fácil encontrarle sentido a lo que se plantea.Fuimos críticos y creativos. Nos ayudó la personalidad de la maestraque facilita la particijJación y no finge un papel absolutista del cono-cimiento y la verdad. Hubo respeto por las ideas, los comentarios, lasdudas y las preguntas del grupo. Fue determinante el clima de inti-midad y confianza que se generó".
Arriba apelé a la voz de maestros y alumnos. Ahora ras-
trearé capítulo a capítulo lo que este libro de vital importan-
cia y vibrante actualidad nos ofrece."Ejercer la autoridad. Un problema de padres y maestros", es
introducido por su compilador, Fernando Osorio, quien nos
anima a atrevernos a cometer errores inéditos, a dejar flore-
cer al diálogo en todos los ámbitos en que se mueve el maes-tro, a escuchar, a ver, a pensar. Se trata, en el decir de Osorio,
de tener la apertura necesaria para buscar nuevas salidas a la
compleja coyuntura actual en que nos encontramos docentes,padres y alumnos, para poner en cuestión una organización
escolar qu . "persiste en una po. ición enquistado que la debilita y
b2 ,.JJitZJ2J&.¡¡:¡m __ aa::.diW¡¡¡¡Wh"¿ Prólogo
miran, asimilan. Los maestros nos hemos alejado de nuestros alumnospor nuestras condiciones de vida. Y ellos también se han alejado denosotros porque hoy en día tiene más fuerza el mercado, la tecnologíay el consumo que la relacum interpersonal con maestros que muchasveces ya no tienen ni el tiempo, ni las ganas, ni la energía para sermodelos, guías. Y la soledad en la que tenemos q"uevivir y encontrar;sentido a nuestras vidas, nos vuelve en ocasiones violentos, entendidala violencia no sólo como golpes, sino como desestima, desapego, in-diferencia ante el otro, ante los otros. Y sin embargo -concluye-, yoestoy convencido de que es posible nadar contra la corriente".
A propósito de nadar contra la corriente, una maestra,
que tiene fama de ser excelente, una autoridad en su materia
y muy querida por sus alumnos, acababa de terminar uncurso. Consciente de que ella pide siempre a sus estudiantes
una .valuación (anónima) del trabajo que realizaron, le pre-
f.\IlIllt si podía prestarme sus evaluaciones, dado que estaba1e'elllic'lIc1o reflexiones en torno a la autoridad del maestro,
e lI.d( .011 las d:lv('s d .Ia misma, yel debilitamiento que sufre
C 11 IIIIIC 1111 I ,ISOS ('11 la :lelualidad. Traslado aquí los comenta-1 ¡el <11'111.11111 dI' SIIS .ihnuuos:
"M» 1//11/11111/11 1,11'/11,\11, /)(}r/r¿j'om/rL en que usted nos lo dio. Lo/11 1'/1fI 11). tUllir! III/.!,I Nlil'I/,{,¡',\' sabrosos para coordinar el seminario ytmslI 1''II,jlUlgO su 'I//,uybuena sazón. Por eso ahora quiero más. Esperovolver- a tener la oportunidad de aprender de usted en cursos, confe-rencias o qué se yo, pues usted es una excelente maestra que nos ex-Plicó teoría con sabor y ligándola a experiencias de la vida".
"El seminario me pareciá interesante y enriquecedor, nos llevó acuestionamientos sobre nuestra propia vida, se fundó en la retroali-mentación, en la combinación de teoría y ejemplificación. Me sentíanimada a participas; a compartir, pero nunca presionada y fue el res-
[10!- ------------- I 11111 I 11111111111111 ==- --( 11 I110 VII V
Emma Ruíz Martín del Campo 1I'l!l!llt&itiii::i!ll!l!1lill!il::::'·m···!!ll_!II!I!1I!II!I!1Is:::m,,!!lld!!ll __ m,c!!ll,!!ll_::::.~m,!!ll, _!!ll~!!ll!!ll!!ll;;¡¡¡g¡;_.,
empobrece cada día, perjudicando profumdamente a sus principalesprotagonistas, los niños y losjóvenes" y que tiene como una de sus
consecuencias los brotes de violencia. Un postulado centralde Osorio nos confronta con la cuestión de por qué hemos de
reforzar la función de la autoridad: porque su declinación
"deja a niños ya jóvenes a la intemperie, desamparados y despojadosde dignidad y derechos".
Camilo Ramírez Garza, en el capítulo "La psicologiza-ción y psiquiatrización del ámbito escolar", nos hace ver cómo
los docentes han sido forzados a formar parte de un sistema
que los somete a operaciones seriales, que los homologa y
"aplasta su creatividad deseante", que era el sostén de su posibi-
lidad de convertirse en guías, en modelos a seguir, en perso-
najes amados e imitados por sus alumnos. Era tal creatividad,
nos as 'gura, la que singularizaba a los maestros, volviéndolos.1 ~II vee promotores de subjetividad e intersubjetividad. EltlllIl 111(',:tI ('II('arnar la ley y respetarla él mismo, aseguraba
,/111IjllIl III'~ p:tllicip,i!>ilrl '11 su grupo, los sujetos integrantes
tll 1.111.1l. 1IIIlMlt'IoIIICOIIIOs '111 :jantes. Si antes el papel del
111.11111111.111tlt·t·"S('II.II.ll':IIlSlllili('lldoalhacerlounaética111111.1\ Id.l. 1111.1IIIIl!iV.l1iO":1 I:t (';('('11 i6n de tareas conside-
10111.1v.tllm.r,~. ('11 la :1(111:tliebd '1 maestro parece muchas
V('(('S 1I'dllddo a 1111ag .uic de ventas que se cuida de no per-
d '1' a .us di ntes, alumnos y padres de los mismos, inmersostodos, como lo están, en las lógicas del mercado, ante las cua-
les han palidecido otras instancias institucionales normativas
que sustentaban la labor de maestros formadores. Maestros
que experimentan la impotencia de no poder moldear la con-vivencia entre alumnos para propiciar un ámbito idóneo para
la enseñanza, acuden con demasiada rapidez a "especialistas".
Así, chicos que se han vuelto violentos sobre la base de acumu-
lar abandono y olvido, pasa; por una serie de pruebas psico-'lógicas, de normas y evaluaciones fundadas en la supuesta
unicidad del organismo y del intelecto humano, quedando ca-
talogados, diagnosticados, de acuerdo a explicaciones fanta-
siosas que encuentran las causas de sus males en defectos
genéticos, sin imaginar siquiera que justamente los humanos
"enfermamos de sociedad", somos afectados por problemas y
fallas en los vínculos y en la interacción. Ramírez Garza pone
frente a nosotros la necesidad de que como docentes advirta-
mos la singularidad de cada uno de nuestros alumnos y des-
cifremos el sentido de los mensajes, de los dichos, de los
síntomas, como lo es la violencia, con los que nos están di-
ciendo de qué sufren, qué incomprensiones padecen, qué do-lores los agitan. Nos insta a no acomodar a nuestros
estudiantes en un orden de cajones, de clasificaciones patoló-
gicas, sino, imitando al Psicoanálisis, "restituir a cada caso sin-
gular su voz y sentido, reconociendo lo que sucede desde los
términos y las lógicas del caso mismo, (. .. ) estando atentos a la
letra, a eso que ya es sensible en las observaciones".
Patricia Linenberg muestra con claridad cuál es la efica-
cia de la intervención de un psicoanalista en el ámbito edu-
cativo. En sus palabras encontramos la luminosidad de esta
propuesta: "La mirada y la escucha analítica, en el campo
educativo, resulta hoy un aporte esencial para la complejidad
cotidiana. En una época donde existe una ética anoréxica que
llega a niveles de quiebre tan profundo y generalizado, es un
clesaíío para los psicoanalistas, imaginar y crear teorías y es-
irat gias para lograr el consenso de políticas educativas que
influyan al psicoanálisis como herramienta esencial y obliga-
11 VO y 1'111111 IIlmlll (I =================~I 1
de sujetos marginales, casi objeto de desecho, propiciándose
un escenario genocida ante el que Maneffa se pregunta qué
podemos hacer para reconstruir un espacio público que po-
sibilite la integración de los sujetos a la sociedad, que permita
a los adultos acompañar a los jóvenes en la tarea de dar
rumbo a su existencia. Propone convertir a la escuela en un, espacio gestador de sentido, en un tiempo de esperanza en el
que se dé a niños y jóvenes la posibilidad de desarrollar unpensamiento crítico y creativo, genere subjetividades recono-
cedoras y aceptantes de las diferencias y permita construirproyectos colectivos.
Finalmente, el capítulo "Convivencia en la escuela y
práctica docente. Formación de profesores para la solución
de conflictos", María Teresa Prieto, José Claudio Carrillo y
José Jiménez nos participan de los diálogos mantenidos condocentes, de las indagaciones que han hecho para saber qué
piensan ellos respecto a la autoridad en el aula, la violencia
entre iguales, las necesidades de programas de "formación
de profesores en la línea de gestión de conflictos y de apren-dizaje de actitudes que favorezcan el desarrollo de la concien-
cia en los actores del proceso educativo". Partiendo de unalegítima preocupación por el aumento de la violencia en el
ámbito escolar, postulan que ésta contiene un mensaje de los
alumnos del siglo XXI que hemos de atender y descifrar, ya
que ellos se vuelven violentos para llenar vacíos de sentido,
para denunciar a una escuela y a una sociedad que no los
provee de las tribunas necesarias para concretar y expresar
sus metáforas, para planificar y llevar a cabo sus proyectos. La
violencia es también denuncia de una sociedad que no les01"1"('(', ámbitos de vinculación ni medios para integrarse al
toria en la formación permanente de los educadores". Y con
esto ya adelanta el caudal de conceptos y proposiciones plan-
teadas, que hará pensar necesariamente respuestas que se
presentan apremiantes. El repertorio de casos clínicos, tanto
individuales como grupales y organizacionales, invita a una
reflexión serena sobre la evidencia del conflicto que envuelvehoya todos los actores del ~i;tema educativo. .
Más adelante, Marisa Maneffa nos habla, en el capítulo
del que fue responsable, de los "Sujetos desujetados". Partedel señalamiento de que los humanos hemos perdido multi-
tud de :::.ferentes simbólicos que nos sostenían. Los adultosya no hacen girar su vida en torno a"Uña sociedad salarial que
aseguraba trabajo a largo plazo, permitía hacer algún ahorroy daba prestaciones como medicina social. Los niños, depen-
die-ntes para su subjetivación de las propuestas simbólicas quele',~h:w(;¡1Ilos adultos, quedan más solos que en otras épocase I11.1t.1Ie'd dI" v(orsclas con sus conflictos y de intentar dar un
e lit ¡dl).1 Sil vida. I':st;íll en buena medida a expensas de me-el11I de' I e11111111ie:H i(111(111('los llenan de una información que
1'111)1(('11.1p.1ItI' IglIOl:l1I(' nuo proc .sar, El Estado-Nación ha
1H'leI¡dn tl'IIC')1() 1II'llt(';¡ IIlIa soci 'dad mercantil que se rige
por la ley el ; la oferta y la demanda y está interesada en la
ganancia, no en los sujetos y sus interacciones. A expensas de
la sociedad de consumo, los jóvenes experimentan la instru-
m~ntalización de la vida en torno al valor predominante en
el siglo XXI: la utilidad. ~ercado influye también sobre el
campo educativo, sometiendo a escuelas y universidades a
mediciones, controles, e~gencia de calidad y rendimiento
que no encajan con los requerimientos de un aprendizaje y
formación centrados en el sujeto. Se incrementa la cantidad
1141,--------------l'le 1111 111111111111 _
quehacer cultural. Por todo lo anterior, lo dicen ellos y lo co-rroboran los docentes con los que interactuaron, es una ne-cesidad urgente implementar una propuesta de intervencióndirigida a la formación de profesores para atender la proble-mática del conflicto y la violencia escolar, para sensibilizarlosrespecto de la necesidad de fortalecer el lazo social entre ellosy sus alumnos, ellos y los padres de familia, y entre los distin-tos actores implicados en el fenómeno educacional.
Vemos, pues, que a través de la serie de capítulos queconforman "Ejercer la autoridad. Un problema de padres y maes-
tros", nos hablan expertos de diversas disciplinas que conocena través de la vivenciay reflexión propia la realidad educativay de los problemas que plantea en el mundo actual. Los au-tor is son investigadores creativos, a la búsqueda de una máspl'Of'lIllda comprensión y posibles soluciones para los sujetosdi' (:1'·c!IIC':lciÓn.
Emma Ruiz Martín del Campo(:II;¡d:dajara, México, 17 de junio de 2008
(111 ~
La maestra pregunta:- Dime Rocío, úómo te imaginas la escuela
ideal?- ¡Cerrada, señorita!
Introducción -I
Aníbal Litvin '
Para poder progresal~ necesariamente se deben cometererrores inéditos", pues si se siguen cometiendo siempre losmismos, no se podrá crecer ni progresar en ninguna de lasempresas que ser-a encaradas en la vida; se estará siempre enel mismo lugar. Y no cabe ya ninguna duda de que en mu-chos aspectos del desarrollo de la vida del hombre modernoningún error inédito se está produciendo. Se siguen come-tiendo lasmismas faltas y se continúan dando las mismas res-puestas que antaño, frente a un mundo que se muestracambiante y profundamente desafiante. Hasta la naturaleza,con su implacable presencia, evidencian que las cosas no soncomo eran o como se suponía. Lo que parecía estable y cons-rante en este mundo de hoy, se conmueve con una variabili-
.,I':xtractado de: Chiste de colegio,de Aníbal Litvin, Buenos Aires, V&R Edito-
ras, ~()07.Com .rcr errores inéditos es una propuesta del filósofo contemporáneo San-
IiilJ.IC)Kovadloff, t.a nurua igllor(!'lIti({" B ucnos Aires, Emece, 2001.
l' 11111111 nllllllll1",--------------------11111
las organizaciones escolares, es la violencia psicológica y sim-
bólica; ésa que tiene que ver con los acosos, con los discursos
persecutorios, denigrantes, discriminatorios, de la mano de
las nuevas tecnologías para la comunicación.Cuando el otro semejante insulta o pega es claro su men-
saje; pero cuando se produce un abismo entre el decir y lo
dicho, la violencia se multiplica y lastima de tal modo que lasconsecuencias no podrán ser vistas sino hasta que el daño sea
irreversible.Las crisis actuales de la organización familiar y escolar
tienen en el centro de la polémica la decadencia de la autoridad,la negligencia parental y la indolencia de los docentes frente a una
infancia que propone otros modos de ser entendida, de ser
mirada, de ser escuchada.La declinación de la función de la autoridad, por parte
de los adultos, deja a niños y a jóvenes a la intemperie, des-
amparados y despojados de dignidad y de derechos, porquese pasa de la negociación infructuosa a la orden arbitraria.Como resulta complejo decir "no", se deja hacer con indife-
rencia o no se dejar hacer absolutamente nada, que es lomismo en su efecto subjetivo de degradación y arrasamiento.
Desde estas páginas, se pone énfasis en tal tipo de polé-
micas, abriendo debates acerca del lugar que se le da, en lasorganizaciones escolares, a la ideología e idiosincrasia con la
que llegan los niños y los jóvenes, sociocultural e histórica-
III .nte determinados, al encuentro con las organizaciones so-
ciales, en este caso la escuela.Se analizan supuestos básicos, prejuicios e ideología que
1 ransmiten los adultos cotidianamente como cultura y como
liSOS y cos: urnbr '5 a la hora el' criar O educar a un niño.
Introducción
dad e inconstancia que le hace sentir al hombre que no está
preparado para lo que se viene: calentamiento global, efecto
invernadero, inundaciones extremas, contaminación, desas-
tres ecológicos, etc. Mientras tanto, el hombre se sigue aniqui-
lando en el contexto de una evolución bélica infinita.Las organizaciones sociales estallan presas de esta falta
de originalidad en sus errores. Siguen pensando que "tiem-pos pasados fueron mejores" y vuelven, en un circuito sin fin,
a repetir una y mil veces los mismos deslices. Y podría decirse
que justamente éste es el punto de anclaje para no poder
crear nuevas respuestas. Réplicas discursivas que suturan,
con la misma rapidez de siempre, lo que no se está dispuesto
a pensar, a ver, a escuchar.Si no hay nuevos errores es porque no hay nuevas
apuestas que permitan encontrar una posible salida a las co-
yunturas actuales. Este es, básicamente, un padecimiento de
1" org-rll1ización escolar actual; persiste con esquemas y tradi-
rionc-s obsolctas y,en algunos casos, decadentes y autoritarios.
Ik la m;1I10 de muchos docentes y padres, que no se ani-111;111 ;1 ("Olll('ter error is inéditos y en quienes la autoridad está1'1/Ilt'tru[¡''II.rirl, la organización escolar persiste en una posición
cnquisiada que la debilita y empobrece cada día, perjudi-
cando profundamente a sus principales protagonistas: los
niños y los jóvenes.La consecuencia inmediata de este enquistamiento en el
mundo adulto se transforma en una tensión generacional
que se traduce en violencia. Y no ya violencia física o verbal,
que es la más evidente.
Si hay algo que está horadando contundentemente losvínculos entre jóvenes y adultos, tanto en la familia como en
1101 111 tlll IIIIIIIIIII -==III}
Fernando Osario
Las familias van delegando en el Estado una función regu-ladora que debe fundar la autoridad parental, que, al no existir,
aparece como fuerza externa violenta y sin contemplaciones.
La falta de afecto en la transmisión de un saber y el des-crédito por los buenos vínculos hace que lo cotidiano de la
escuela se torne tedioso e improductivo tanto para los docen-
tes como para los alumnos que allí concurren en espera de unaliciente para sus vidas.
Se apuesta a producir discursos democráticos que sopor-ten lo actual sin desestimarlo ni negarlo. Para eso hay que
romper con el esquema: dominio-sumisión que tanto daño ha
hecho a muchas generaciones de niños y jóvenes argentinosy latinoamericanos. Por lo tanto, se analizarán algunos esque-
mas posibles de mediación dentro de la escuela. Pero no para
:i .rc .r un liderazgo o una tutela omnisciente, sino para 10-g ra r 1Ina mediación que permita delegar y que brinde herra-IIli('IlI:IS (It' las que se apropien los niños y los jóvenes parap()lIl'!' Itl("go sostener un discurso democrático.
l ,:IS('si r:llt'gias para la resolución de conflictos no puedenS('I lIi('r:IS I '(,lIi(';I.~,clcb '11 convertirse en recursos concretos
p:lra prevenir la viol .u ia () abordaría cuando se suceda.
des y de saberes. Cuando se le coarta esa posibilidad, se
vuelve violento porque se angustia. Como para él todo lo que
propone aparece obturado por el saber del adulto, siente que
no le queda ningún lugar en el discurso social y entonces
debe hacerse uno a los golpes. Debe perforar o perforarse,
debe golpear o golpearse, debe matar o matarse. En defini-
tiva, debe fundar un agujero que le permita un lugar posiblepara sí. Si es dable ese espacio desde el discurso del adulto, el
joven hallará un lugar y esto lo tranquilizará. Saber que el
adulto no sabe todo ni puede todo lo alivia.
y de las familias no se pretende que tengan certezas ab-
solutas sobre todo. Sólo se espera una base paren tal que le
permita al sujeto sostenerse en lo normativo, saber lo que está
bien y lo que está mal, diferenciar moralmente una acción de
otra, valorar al otro por su condición humana y no por sus
pertenencias o sus atributos culturales o de raza. No es tan
complejo cumplir esta función.
No se trata de no poder cometer errores, se trata de come-
ter errores inéditos para que la vida siga proponiendo nuevas
respuestas para las nuevas realidades que viven los docentes,los alumnos y los padres, que actualmente están en Pie de guerra.
¿Qué se espera de la escuela y de la familia?De la escuela se espera que sea un lugar posible para que
circule la palabra de los niños y de los jóvenes, pero no desde
la certeza omnipotente del adulto, sino desde la conjetura,
desde la hipótesis de trabajo. Esto permite construir subjeti-
dad, porque el joven no siente que ya está todo dado. Algofalta: su palabra, su opinión. Y cuando esto es verdadero y
sincero, el joven puede ejercer ese rol de buscador de verda-
11uérfanos de autoridadNiños y jóvenes que golpean a compañeros de escuela o
abusan de ellos y, en algunos casos, hasta los asesinan. Se trata
d(' niños y jóvenes sin rumbo, sin ley, sin padres que cumplan
1111;1 lu nción normativa y víctimas de un sistema que no sabe
qll(- hacer con ellos. Estos niños yjóvenes agresivos se rodean
de adultos que están insertos en un contexto, también, deIllall ralo.
(~(Jl------ _I'ICIIII 111111111111 1 '11
Este tipo de violencia y la transgresión se registran tantoen escuelas y hogares de bajos recursos como en los de alto
poder económico; lo que cambia es la presentación del hecho.
En estos hogares se advierte que algunos padres pretenden
hacerse amigos de sus hijos; esa actitud deja a los niños huér-fanos. Pero también están los que se desentienden de la
crianza y por lo tanto refuerzan esa orfandad. Muchos padres
posmodernos, pobres o ricos, están carentes de un valor fun-
damental: la autoridad. Transitan un mundo que desvalorizael orden, los rituales, las tradiciones y sobre todo la autoridad
y la experiencia; así lo transmiten a sus hijos. Muchos niños
y jóvenes de hoy son huérfanos de autoridad, no de padres.
El saber que se brinda desde el mundo adulto ya no tiene
que ver con la transmisión de una experiencia, con el que111:íS ha vivido para contarlo, con quien ha ocupado muchas
IIOI':IS de- Sil vicia entre los libros, con aquel que autoriza a( 1I1 (1 ( () 111() S 11 iu a (' s [ro.
1·:1 s:dwr C~¡;í cid lado de los que más bienes o dinero tie-11('11 cI(' ljlli('Il('s Ill(¡S lecnología dctentan. Y en la actualidad
el j>o<!n ('sl(¡ vinculnrlo al qu ' más tiene, no al que más sabe.
La transgr .sión quc se vivencia en la actualidad se halla aso-ciada a un fenómeno de masa, que nada tiene que ver con el
proceso de aprendizaje en el que se desafía a la autoridad con
el afán de consolidar la personalidad y reforzar el carácter.
Algunos de estos rasgos culturales se acentuaron fuertemente
durante la década de los noventa, no sólo en la Argentinasino también en muchos países de Latinoamérica.
Estos huérfanos de autoridad se enfrentan al mundoadulto, pero no para cambiar una realidad que los agobia o
para transformar un mundo injusto, ni para consolidar dere-
chos ciudadanos. La transgresión de masa, producto de la
orfandad de ley, es un fenómeno que no tiene más funda-
mento que el de generar un oposicionamiento entre bandos;
un clásico: los jóvenes contra los adultos. Y es allí donde se ge-nera la violencia social que irrumpe en los establecimientos
escolares y en los hogares. No hay, en muchos jóvenes, nin-
guna intención de transformar esa actitud de transgresión en
una experiencia de crecimiento o de aprendizaje. Algunos de
ellos se encuentran deshabitados de valores y de afectos.
Otros tantos no creen en la palabra del adulto. Y muchos,
están angustiados y sin rumbo.Cantidad de padres han pasado del discurso autoritario,
cuya impronta deriva de los períodos de gobiernos dictatoriales,
a un discurso permisivista posdemocrático. Estos padres con-
funden el valor de la autoridad y de la sanción; se cansan a la
hora de poner límites a sus hijos o simplemente los dejan hacer.
En las organizaciones escolares se ha mudado del régi-
111 -n disciplinario, de amonestaciones, al acuerdo de convi-
vencia institucional que todo lo negocia, hasta las sanciones
mismas. El acuerdo de convivencia perdió fuerza de ley al
postergar la punición, de tal modo que el joven dejó de creer('11 su eficacia: nada le podía pasar. En estos días, vuelve a
1('11('1' vigencia un nuevo sistema disciplinario con vicios de
:1( IlIel de las amonestaciones, creado en 1948. Se propone
1111; I rouoioencia con límites¿ Es que acaso algún gobernante cree que la convivencia
podrh ser sin límites, para tener que formulario? Que nos
<¡IICc! ' claro que el sistema disciplinario va y viene sin que
medie, en muchos legisladores de turno, un análisis real de su
1)(' 1'[iIIcnÓ".
[111---- _ 1"1111 IIIhlllrlll t?:11
Fernando Osorio
Pareciera que no se contempla que la educación de un
niño o un joven no es posible sin preceptos, normativas o me-
didas correctivas y estos conceptos no son malas palabras ni
pertenecen al mundo castrense. No hay conciencia en muchos
niños y adolescentes de que luego de una transgresión tiene
que haber una acción que repare el daño provocado y que
deben asumir la responsabilidad que les cabe por dicho acto.
Las investigaciones que hemos realizado entre 2004 y2007, en el marco del Seminario anual permanente, Violencia enlas Escuelas de la Facultad de Derecho de la UEA, permiten adver-
tir que más del 85% de los docentes admite que los conflictosfamiliares se perciben en la conducta del alumno dentro de
la escuela. Más del 90% de los educadores dice que las nuevas
conformaciones de la familia moderna (mono paren tales, ho-
moparentales, ensambladas, otras) no han podido provocar
r.unhir», sustanciales y profundos en las políticas y estrategiasl)('d.lg()gi('a~ implcmentadas por el sistema educativo actual,
plll 11)III.tI S(' hall incrcmcntado los conflictos entre familia y
" 1111'1.r. ' 1:llIlhi '11dellullcian que 110 hay un sistema educativo'1111'1 ,Ipll' ('1>1.• IIl,'1:1I11()rI()~isso .ial y actúe en consecuencia.
Mas d('1 7 [¡Ij¡, d,' los docentes .ncuesiados en este contexto
:tcae! :tlli('() afirman que no reciben la capacitación adecuada.
El 85% expresa que en su escuela sí se aplican los acuerdos deconvivencia institucional, pero el 52% respondió que su apli-
cación no ha mejorado la convivencia entre docentes y alum-
nos; y el 58% deseaba regresar al régimen disciplinario de
amonestaciones. El 38% de los encuestados dice haber sidovíctima de agresiones verbales por parte de sus alumnos y el
76% afirma que la violencia que predomina en las escuelas esverbal y fisica.
1241------ 111 V"V
Es en el contexto escolar, entonces, donde hay que poner
a trabajar cuestiones individuales y sociales que generan ma-
lestar y hostilidad creciente, ya que la familia, con sus transfor-
maciones actuales, aparece debilitada en su propia estructura
afectiva, interna, por lo que le resulta muy dificultoso afrontar
este trabajo a solas. Las estrategias para frenar la violencia y
la transgresión deben involucrar a todos los actores del sis-
tema educativo, porque los docentes son agentes de salud. Y
además es urgente aplicar políticas y estrategias de reducción
de daños sobre la violencia social que irrumpe en las aulas.
¿De qué modo? Capacitando a los docentes; trasmitiendo ex-periencias; recuperando la experiencia democrática de los
chicos; considerando la capacidad de cambio de algunosjóve-I)(":Svalorados como violentos; generando acuerdos de convi-
vencia con una real participación de todos los involucrados
('11 ese proceso, con la inclusión de la sanción como última me-
dida; estableciendo modos de relevamiento de situaciones
I un flictivas personales y familiares entre pares y entre chicos, .ulultos; priorizando, en el trabajo cotidiano, la problemática
IIldividualo grupal como modo de facilitar y estimular luego
1.1sil Ilación de aprendizaje; monitoreando regularmente el
l'slado afectivo y emocional de los alumnos y de los docentes,
1'.1 a nivel de asamblea, en pequeños grupos o grupos opera-tivo»; ofreciendo el espacio de la escuela como un club social
y rultural para generar situaciones sociales de encuentro co-uuuutario entre alumnos, padres, docentes y vecinos.
POI' último, tenemos que trabajar intensamente sobre la1)( '('sidad de cambiar las representaciones sociales estigmati-
'''III,'S, tales omo la del sujeto nombrado como violento. Lo
" 1" ('sado, si bien 110 resolverá la totalidad cid problema de
111111111111111111111111 1 rol
Fernando Osario mmt'%mlJ~&Jt'JlJ&ilml,ml~",'ml, !IIIIII\I!IIIIII\IW!!!!&J&JJ &Jt'Jl!llllll\l&Jiiiali&&Jt'Jl_!IIIIII\Imli;;aI¿,t'll,JU&Jt'Jltl""dllllll_mliG&!IIIIII\Iillllllm~1IIIII2&JAMi_.g
la violencia dentro de las escuelas, sin ningún lugar a dudas
disminuirá el daño que provocan la crueldad y la hostilidad
social en el ámbito escolar. Y desculpabilizará tanto a los
alumnos como a los docentes, dándoles una categoría más
sensata frente a los hechos de violencia: la de ser responsa-
bles, no culpables. Y, por sobre todas las cosas, se verá forta-lecido el orden democrático.
Fernando Osario
r1n~-------- _
( "l'lItllo 1
LA PSICOLOGIZACIÓN y PSIQUIATIUZACIÓN
DEL ÁMBIENTE ÉSCOLAR
Camilo E, Ramirez Garza
Los maestros ya no son más quienes contienen la angus-
tia y dan forma a la educación, acompañando, siendo ejem-
plo para los alumnos, pues ellos mismos -los docentes- están
insertos en una seriación-operacionalización que los homo-
loga y aplasta en su creatividad desean te; la misma que antes
los singularizaba. En lugar de ello, ahora se les demandan la-llores administrativas, más del lado de la vigilancia y de los re-
gisLros cuantificadores que de la docencia, por lo que en la
.ntualidad sus funciones también comprenden un vasto lle-
u.u lo de requisitos: listas de asistencia diarias, semanales,
uunsuales, semestrales; listados de alumnos con dificultades
) ('si rategias a seguir ante cada una; cartas descriptivas, ins-
11 umcntos de evaluación, el estricto cumplimiento y apego a
11)" programas en los tiempos determinados; listas de cotejo
d(' c.rda una de las actividades, así como cada instrumento de('v;¡)¡lación para apreciar el cumplimiento de los objetivos du-
1,1111 e .ada clase; lecciones estandarizadas, presenciales o enIIII('¡¡, 'Le. La evidencia medible y cuantificable, el "santo y,~('II;¡"el ' lo que se hace en el aula.
1""111111 111111,111 II ================{.., I
11111111 1I111,lIt 111~====================- 1'11
"Cada vez_ que la psiquiatría avanza unpoco, profundiza, Pierde de inmediato el te-rreno conquistado, por el modo mismo deconceptualizar lo que era inmediatamentesensible en las observaciones".
Jacques Lacan, 1955'
eficientización (global) de los programas e instrumentos demedición cuantitativa, a fin de evaluarlos y certificarlos. Ahora
la escuela, programas, maestros y alumnos "perfectos" serán
los mejores evaluados por las instancias certificadoras. Lle-vando, así, a la institución educativa a quedar estructurada
por las lógicas de certificaciones de agencias (ISO) -ajenas a la
misma- sobre la base de programas de calidad, que otrora re-
glllaban exclusivamente las actividades de la empresa y el
mercado. Ahora instaladas en la escuela y, al parecer, trans-
mitiéndose a las estructuras de las demás instituciones que
I(:jcn el campo sociocultural humano (culturales, políticas,
nsixtcnciales, de salud, informativas y de entretenimiento),
11:111 ido desplazando los valores e ideales (filosofía) de cada
1111:1 de ellas, para quedar operacionalizadas, no solamente en11-; procesos administrativos sino, lo que es peor, en el servicio
'111(' prestan, sea educar, curar, gobernar, generar y adminis-11.11' :11'1 ,2, etc. Ello ha llevado a una transformación de los va-
1," ('~ Y las lógicas educativas, así como de los vínculos de
'1' III'IWSconviven dentro de la escuela: alumnos, maestros y0111,'( tivos, incluyendo a los padres de familia, pues ahora
" 11l~, ('11 la mayoría de los casos, participan (des)implicándose
ti" 1111:1 manera particular, la que se comentará más adelante".
La escuela, institución social con una cierta misión: im-
partir educación y conocimientos a los sujetos, dotándolos de
herramientas para la vida pública, laboral y productiva, poseeuna breve, pero intensa, transformación. En poco tiempo ha
pasado de los objetivos disciplinares a las competencias edu-cativas, y de ahí a la operacionalización de sus estatutos y pro-
gramas, tan necesaria para la estandarización de evaluaciones
y mediciones de la llamada calidad educativa, otorgadas pordifcr .ntcs instancias, corno la Irüernatumal Organiuuion 01Staudtuizcuion (ISO).
1,:1 ('snlcla '11 la posmodernidad, aunque se la siga con-,"ldcl :III!10 II('I'('([(T" del saber de las academias de la antigua(:, ('( iu, ('S r Ít: :tp;¡rici611 más reciente. Tiene sus orígenes en la
(":1 dI' 1:1 IllISIratióu y, principalmente, en los procesos de se-
r i:l('i )11, e-manados de la era industrial (siglo XIX), atrave-
sando dos guerras mundiales (siglo XX), tomando de estaúltima su sistematización y operacionalización de acuerdo alos ideales de "sujeto perfecto", según los cuales el alumno
"bien educado" sería el mejor disciplinado, el obediente. Ob-
jetivos que en la actualidad se han transformado por los cri-
terios de calidad, que plantean una operacionalización y
11." (' :d¡';IIllos años, un funcionario de cultura local hizo la declaración de'1'" Itt.~escritores, antes de ponerse a escribir, debían hacer un estudio de"" ""cIo,:o fin de identificar las necesidades, las demandas de sus potenciales'ltlllp",(\ores, para recibir una efectiva retribución económica por su trabajo,ti, ~I""I,,IIdo la molestia en un grupo importante de escritores.,\I""I~lillli"s('1a .scucla sobre la base de las lógicas del mercado, éste surge
'"111" 111101 IIII"Tallda que no termina por satisfacer las necesidades de sus, 111 III,'~, ti" :,11 '1"(' requiera d ·1soporte constante de la publicidad, a fin de1",,1," 1"'1('1 ",~(' plus, 1\111(' lo (',,:tlla sahidurta popular advierte, diciendo:'111/1/" ilr ,/,,,, 11(('11111/1'\ ~ /1' di,.¡f dr '11/¡I rrurrrs".
~ac~n, J., El seminario deJacques Lacan: libro 3: las psicosis, 1955·1956, 1ª ed.,14- relmp., Buenos Aires, Paidós, 2006, pág. 32.
1;>1It--------- _ 1111VII'1
Los maestros ya no son mas quienes contienen la angus-
tia y dan forma a la educación, acompañando, siendo ejem-
plo para los alumnos, pues ellos mismos -los docentes- están
insertos en una seriación-operacionalización que los homo-
loga y aplasta en su creatividad deseante, la misma que antes
los singularizaba. En lugar de ello, ahora se les demandan la-
bores administrativas, más del lado de la vigilancia y registros
cuantificadores, que de la docencia; por lo que en la actuali-
dad sus funciones también comprenden un vasto llenado de
requisitos: listas de asistencia diarias, semanales, mensuales,
semestrales; listados de alumnos con dificultades y estrategias
a seguir ante cada una; cartas descriptivas, instrumentos de
evaluación, el estricto cumplimiento y apego a los programas
en los tiempos determinados; listas de cotejo de cada una de
las a rividades, así como cada instrumento de evaluación para:q)l"("ciar ,1 umplimiento de los objetivos durante cada clase;1('((ic)ll("s ('sl:llldarizadas, presenciales o en línea, ete. La evi-
d,'II( LI Ilwdihlc y ru.uu ificable, el "santo y seña" de lo que se11,11('('11('1:1111:1.
(:,d)(' s('Il:d:11'lo sucedido recientemente como sustento
dc' ('sl:IS ideas. Sl'gllll ·1 Programa Internacional de Evalua-
ción de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), México
ocupa el último lugar respecto del rubro de educación de una
lista de treinta países que conforman la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)4. La res-
puesta de los funcionarios de gobierno no se enfocó a la edu-
cación en sí misma, a ese vínculo entre los maestros y los
alumnos, que es donde finalmente se produce o problematizael aprendizaje, sino a dirigir la tención hacia la evaluación,
4 Periódico La jornada, México, D.F., 5/12/2007.
[301----------------- [11 'yll 1'11 11 IIhlllll,1 1 111
ih"ü=,=x:zx_L&J~_A.$2i la psicologización y psiquíatrización
impugnando la mencionada calificación debido a una su-
puesta pobreza de validez del instrumento, así como a una
inconsistencia y poca sensibilidad para medir -y por lo tanto
'valuar- a los alumnos mexicanos. La otra respuesta fue po-
lftico-económica, por parte del Sindicato Nacional de Traba-
jadores de la Educación (SENTE), con su secretaria vitalicia,
Flba Ester Gordillo, demandando al gobierno federal mayor
presupuesto para fortalecer la educación en México y elevar
los estándares de evaluación; solo unos pocos abordaron re-,11m.nte el tema de la educación y del aprendizaje.
Quedó atrás el tiempo del contexto escolar-disciplinar
,'11el cual "forjar el carácter" y educar para transmitir cierta
('1ira y posición moral ante la vida fueron los ejes conductores
cll' las labores de la escuela, creando propósitos y metas a
1"110, mediano y largo plazo, tanto como la adquisición de
, '"lnri mientos encaminados a desarrollar habilidades (juicio, 11111o, pensamiento creativo, análisis, debate, ete.), en lugar
11, 1.1sola medición de los índices de inteligencia (C.l.) o las
,.lIdl( :I('iones de las diferentes pruebas y exámenes locales,11.11Inll,,1 is e internacionales. En dicho modelo, el maestro
1IIIItin liaba en el lugar de guía-amo, ofreciéndose como mo-
dl·ln «:j .mplo) a seguir para sus alumnos, dejando en ellos1111.1impresión duradera en la cual sostenerse (identificarse),
,',11'1"(' Freud, rememorando su propio paso por la escuela,1l'ikl'(' ('11 obre la psicología del colegial (1914) acerca de la per-
~1)ll.did"d de los maestros:
/1 \, '/1/1' I/(),\ I'I·rla·lI/,aba con más intensidad ni qué era más sustantivo para"" /1/111\ (1111/111/ IIIIS dr los ciencias que nos exponían o de la personalidad de/" 11,1\ /111/1'\111/\,., I .os ctntejálunuos o nos a!JlJ,Ttábarnosde ellos, les imagina-
1//11/1 111111/1/11111IIIIIIillllll(/\ /Jlol/(//¡/('IIII'/If(' iuexistenu«, ('slurlirí./¡rwws sus cr¿-
racteres y sobre la base de éstosformábamos o deformábamos los nuestros. Pro-vocaron nuestras más intensas revueltas y nos compelieron a la más total su-misión; espiábamos sus pequeñas debilidades y estábamos orgullosos de susexcelencias, de su saber y su sentido de la justicia. En el fondo los amábamosmucho cuando nos proporcionaban algún fundamento para ello; no sé si todosnuestros maestros lo han notado. Pero no sepuede desconocer que adoptábamoshacia ellos una actitud particularisima, acaso de consecuencias incómodas paralos afectados. De antemano nos inclinábamos por igual al amor y alodio, a lacritica ya la oeneracion'>,
En dicho modelo, los alumnos son considerados a priorinaturalmente "salvajes e irreverentes", pero con posibilidadde ser influenciados por una buena educación. Era el maestro
quien encaraba, significando, tanto el sentido de lo que el
nh unno r .alizaba, como el cómo responder (contener y co-11q.;ir) ;¡IITSP('CIO. El supuesto que sostenía tal modelo era la
'1lII'lld"I.1I ióu ck- <¡II. todo lo que hacen los alumnos es un1,1,·,111dl'l .,,)1 e'lldiz;¡jc del medio, en particular, influencia de
1.1!llse iplill;1 y e-lorde-n ('11 el carácter. Por lo tanto, la lectura
'lIle' rq.;b la vida es .olar era la de la causalidad del medio: est'11el m 'dio (familia, escuela y sociedad) donde se encuentran
los elementos que potencian y desarrollan, tanto las virtudes
y habilidades, como los problemas y vicios. Por consiguiente,en la (imposible) labor de educar, hay que proporcionar "me-
dios adecuados" para el desarrollo fisico y mental, e inclusoel espiritual, como también se habrá presentado desde el ám-
bito religioso, con sus respectivos excesos de privación y en-
cierro, la mortificación de la carne para controlar las pasiones
5 '" Freud, S. (1914), "Sobre la psicologíadel colegial",Obras completas, T.XIII,'" BuenosAires,Amorrortu, 2000.
(:l1!------- _ 11Iyll Vi lIullllllln11)11111
eL :;, :;}!!I!"""'!!!",ti!!l!".,!IJ.d_&i .•.~m2m,,.mL&i.&i .. M_&i !!I!tj!!l!i=mMm&i&i_ La psícologización y psíquíatrízación
y la concupiscencia, donde la lógica será controlar el cuerpo
para hacer lo propio con el alma.
A diferencia de ese tipo de escuela que producía un su-
jeto particular: educado con base en la prohibición, la disci-
plina y la vigilancia, donde alguien ocupaba el lugar de
guía-amo, representante de la ley y el orden (igenerando,por lo tanto, el deseo!), ejerciendo un control, principalmente
lisico y por la mirada" (formarse antes de entrar, tomar dis-
1ancia, lugar asignado para sentarse; postura erguida al estarde pie y al sentarse, al escribir y al leer; castigos físicos, pa-
rnrse en el rincón, educación fisica, ete.), en donde la parti-
, ipución (roles) de cada uno de los involucrados (directivos,
11I:ll'slros y alumnos) era clara.
La escuela de hoy, sea pública o privada, agenciada por
1,1IO:slado,por grupos empresariales o de asociaciones de pa-
,11('S, se ha transformado en sus principios y prácticas, debido1 1.1uirlusión de las lógicas del mercado (producción, seria-
, It 111,uorrnativas de calidad, operatividad, medición y preven-• 11111,1('<llIcción de costos, transparencia, ete.), haciendo de la
( (111(,I( ión un producto más que debe colocarse, mediante es-
1l,lI('gias publicitarias", en la población de consumidores, efec-
111.111<10con ello una transformación de los alumnos y sus
p.IIII'('S en clientes (usuarios), con la correspondiente de maes-
1, 1:11FOllcault,M., "Los cuerpos dóciles","El panoptismo", en Vigilar y cas-111:,1/. rvkxico,SigloXXI, 1976, págs. 139-232,NIIIIti 11''s el ' colegiosen inglés,métodos rápidos y efectivosde lectura; va-
.11" ,lIiOlllas,un supuesto tratamiento integral en donde los padres sólo,1.11111[1.1(.\:11'y llevara sus hijos,pues ahí se les atenderá de todo: académica\ 1,,,., ,Io(.\i.""It'IU', 'le. Recientementese ha hechoun estudio en Monterrey,NI. I\lni. o, i cspcrto a la prcfcr nciade colegiospor el nombre, destacando"1'" IIII~'1"1' li"II('11SIISlIolllhn:s('11illglrs ("PorSIISnombres losconocerán",l', 11111111111';/ N(l/II'. MOIII"IlI'y.N, 1.. M 'xim, 11/l1/2()()7),
I "1111I""tlllltlll ~===11 I
Camilo E. Ramírez Garza ailli!l!!~iIIi!l!!~aiilli!l!!iIIi!l!! __ iIIi!l!!Wkm5¡¡_iIIi!l!!iIIi!l!!iIIi!l!!_5
================II~I
r,;;;;::;:,,,\'!!·n!!!MW&· _U!!!kM.ailli!l!! . ;~W!!!!iIIi!l!!!!I!ailli!l!!."mLm,_m.iIIi!l!!::II La psicologízación y psiquiatrízacíón
tros y directivos en vendedores. Ahora, en la mayoría de los
casos, el maestro ya no ocupa el lugar de guía-amo, sino uno
similar al del agente de ventas que tiene que buscar agradar
a su consumidor; los alumnos ya no se reconocen como pupi-los-aprendices, sino como usuarios-clientes que pagan por un
servicio, que, además, no les agrada del todo, pues debencomprarlo medio forzados, "Tienen que pasar'».
Dichas lógicas del mercado (global, operativizado, foca-lizado en la medición de los resultados'', en la reducción decostos, etc.), estructurando ahora a la escuela, de igual ma-
nera producen un tipo de sujeto: usuarios, clientes, que se
inscriben (reconocen) subjetivamente ya no en relación con
ley, la prohibición y el orden, sino a la parte más obscena de
la imposición superyoica posmoderna: ilrebes gozar!, que in-1('1I1t111 '11'11" la brecha de la falta fundamental, ¡Es posible que1I,,.ill(l\' /)1)" tll dinrn: exactamente "eso" que deseas y sin mucho es-/1/1'1 ni ,1,'-;11g:ll'a 111fa? El discurso políticamente correcto, sus-
IC'III,ulo ('11 1111:1:1]>;II'('n(,' lectura científica de datos y
c'NI". I/'~Ii('a,~(:111101':1la vicia, al plantea, a la ecologta'v, cuidadodI' 1:1S:lIlId, ('1('.),se 0/'1'.ccrá para fundamentar desde un pro-
grama político, una medida didáctica en la escuela, la canali-
zación del alumno al "especialista" ante cualquier dificultad;
hasta un desodorante ambiental, un simple refresco bajo en
calorías o la mejor marca de agua embotellada.
Un ideal inexistenteAl ser invadida (estructurada) la escuela por las lógicas
cid mercado, los sujetos que conviven en ella (maestros,
.ilumnos y directivos) se ven afectados en su lugar y función.1'('1'0 -y aquí viene uno de los ejes que nos ocupa en el pre-
scntc escrito-, ¿qué efectos producen dichas transformaciones?, es
decir, iqué nuevas subjetividades van "tejiendo"? ¿Qué sujetos está/11aduciendo la escuela hoy? ¿Cuáles son sus características?
Para intentar responder a tales preguntas abordaremos
11('1'1 casos de actualidad, articulando algunas nociones que
dC'1Icuenta de los efectos en maestros, alumnos y directivos
v, C'IIci .rta medida, en los padres de familia, de la aplicación,1, I.ISlógicas de calidad a través de -lo adelantamos-la nece-
, 111,1Ioclificación psicológica y psiquiátrica del ámbito educa-
111'11. Coruo "nuevas" coordenadas del tejido (clasificatorio)III")I/Iieo e imaginario con el cual situarse y abordar el ám-
1111,)ni('olar, por no decir la total existencia humanal l.A fin de
.tI 1111dar el asunto desde los avatares de la cotidianidad y no
d,'sclt- la sola pura-ya menudo ingenua- abstracción teórica,
.1 "111:1<1:1sobre un ideal inexistente sobre lo que debe o de-111'11,111ser la educación, las escuelas, los maestros, los alumnos
)' II,~ p:ld res.
il
9
J!
t10
"Tener que [msrn" es una expresión que se utiliza en México, o el "panzazo"cuando alguien acredita un curso C'raspando") con el mínimo requisito de ca-lificación aprobatoria.
Lo mismo sucede durante las campañas políticas y el ejercicio de la enco-mienda ya como servidores públicos, los candidatos y servidores públicosestán constantemente monitoreando las encuestas, es decir, las reacciones desu mercado, ante talo cual cosa que dicen o hacen (obra pública, programaasistencial, medida, declaración, escándalos, ete.).En una conferencia recient.e "Ecology Without Nature" (Atenas, 20(7), Slavoj
Zizek ha señalado al discurso ecológico (cuidado por el planet.a, calenta-miento global, etc.) como el opio actual de las masas. Cfr. Zizek, S., "Censors.hip today: violence, or ecology, or ecology as a new opiurn for the rnasses",web: http://www.lacan.com/zizecologyl.htm.
r~" '" 1,1(,( IIlS p:ll'a In misma psicología y psiquiatría, las cuales se van su-1" 11111'nt l••" ,- "';S"';'S, por '1 predominio de una neurologización y gcncti-"1'"1, ""'Y 1"'1:11'1(', Cj'"' 1I('I"'l'a l<lela uorión ideológica, psi ológica -incluso
11 IIHIII ,1, d,,,,,I,, l., ¡h,si 111eI(' ir .rl (('IIlro tI('1 ",5111'IIl, r('lr;II:IIIdn lo real.
11
[34r----------- _In Iyll Vi
Ejercer la autoridadUn problema de padres y maestros
Las crisis de la organización familiar y escolar tienen en el centro de la polémica
a la decadencia de la autoridad, la negligencia porentel y la indolencia de los
docentes frente a uno infancia que demanda otros modos de ser entendido, mirodo
y escuchada. La declinación adulta de lo función de autoridad deja o niños y jóvenes
o lo intemperie, despojodo~ de derechos y dignidad. Resulta complejo decir "no".
Se dejo hacer con indiferencia o no se dejo hacer nado; que es lo mismo en su efecto
subjetivo de degradación y arrasamiento.
Los autores analizan los supuestos básicos, los prejuicios y la ideología que
transmiten los adultos como cultura y como usos y costumbres o la hora de criar y
educar o un niño. Abriendo debates acerca de lo ideología e idiosincrasia con lo que
llegan los niños y jóvenes, sociocultural e históricamente determinados, al encuentro
con los organizaciones sociales, en este caso lo escuela.