Por FOSFORO JI
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
'zación de un argumento quedaba mucho más de sí.
¿A qué obedecen tales defectos? ¿ N o será a que Solan3.ni traza situaciones verdaderamente ingeniosas, ni definecaracteres. ni polemiza contr3.nada,' si no es contra el politiquero, sufrido blanco de casi todos nuestros dramaturgas? Para 10 primero le faltacausticidad o malicia, para 10segundo no recurrir a desdibujados personajes capitalinos que jamás podrán ser lugareños, o sea, no darnos gatopor liebre; para lo tercero lefalta eso que pudiéramos IJamar sentido de la crítica soci,:l, que han poseido en altor;rado un Aristófanes, un Bernard Shaw, Uil Moliére. Uncomediógrafo que se respetedeberá seguir modelós semejantes y no a Múñoz Seca oFélix B. Caignet, más o menosdisfrazadamente. Un comediógrafo que se respete deberáporfiar en la búsqueda de undiálogo no de Café París sinode limpia extracción social yde profundos alcances.
Solana acierta cuando escribe de su obra : "no sé si haráreír, si hará pensar, si las doscosas, o si, ninguna de las dos",acierta en lo último, desdeluego, pues' 10 primero sóloocurre ante una o dos situaciones que destacan del tonogeneral mediócre. d\ la pieza;de lo segundo y tercero, mejorcallamos. ' '
Vale la pena decir algo dela Matea de la' señora Montoya. Como en el primer actosu papel colinda con lo dramático resulta bien, aunque bastante estático y desvanecido.Después de la transformaciónes cuando salen a relucir torios jos malos hábitos de doña?v[aría Teresa: para demostrarque licue muchas tablas enH'Z de dirigirse a sus interlocutores se dirige al público, sepavonea por la escena, se alis:lel pelo, introduce "morcillas",en fin, una delicia. Y consteque no' dejamos de reconoceren t>lla un' maravilloso 'temperamento dramático. Pero enl;{ comedia hace oe las suyasque da miedo.
1.0 'mismo pasa exactamente con Virginia Manzano! queno desmiente su escuela montoyesca'. ,En M a./llá 1¡OS obedeer 10 comprueba hasta el cansancio. Se trata de una comedia de autor español' que Sal\'",dor N ovo nos ha obsequiarlo por desgracia. Seleccionando estc tipo de obras.'NovoSl' nlltestra cafla vez lúenos exigente y dispuesto a complacer;i un público muy dudoso. Eslástima quc el mejor clir,xtorde teatro con que cOl1tamos el mcjor cntre los mexicanos,por 10 111enos- caig;¡ en concesiones tan vituperables. De-
seamos que lleve a cabo la prometida temporada de teatroclásico y que prescinda de comedias con marqueses enardecidos y amas de casa que retornan a sus obligaciones conyugales.
En la Sala Gante se estrenóPlacer de Vl'rano, de ArmandSalacrou, dirigicl3. por J uliánDuprez con la participaciún,en los papeles estelares, de conocidos artistas del cinc y latelevisión. Claro que la comedia es de excelente factura pero, en última instancia, se resuelve en una amarga requisitoria contra la mujer. Queel engañado sea el marido o elamante poco importa; con lassutilezas de la comedia. Sólola certidumbre de que la mujer siempre engaña es la conclusión definitiva. ¿ N.o estaremos frente a un desahogo personal de Salacrou?
La torre sobre el gallinero,de Vittorio Calvino, estuvoprotagonizada por Pedro López Lagar y Andrea Palma.Como la anterior constituyó
EL
SUPONGO que toda crí
tica -aún la cinematográfica- requiere cierta dosis de racionalidad.
¿ Cómo referirse, entonces, a"La burla del diablo" (Beatthe Devil) , n1ás que "película", cara apretada contra laventana, capítulo olvidado deLewis Carroll, desconcierto-bilateral- de un payaso enun púlpito? Invoquemos laandadera, ropaje cientificista,de la nota numerada, y adelante:
1. Génesis. En algún lugardel Mar Tirreno, entre N ápoles y Sorrento, se reunieronalguna noche de verano J ohnRuston, brillante director deEl tesoro de In Sierra Madrr,y Truman Capote. nínfico autor de novelas y cuentos pseudo-neo-faulknerianos. Apa rentemente, en el bolsillo del Sr.H uston vacía un milloncete dedólares, .en el cuarto de hoteldel Sr. Capote varias h3.rricasdel negro vino de Barheril, yen puntos aledaños de la costa estrellas de cinc su¡,tidas.Las vacaciones pueden disf razarse de tedio -o quizá el solitaliano queme en demasía loscerebros maele in U. S. ,1\.: elhecho es que, entre St¡'cga yStrega, Capote se puso a escribir, Rustan a dirigir v lasf'strellas a hurgar en las tienclas de disfraces locales, Ergo,Beat the Devil. .
un ejemplo de teatro profesional y ya es bastante que asísea. Pero una cierta tendenciade los actores al astrakán nosllevó a engaño, durante los dosprimeros actos. Hasta el fin;¡1se comprende que la obra posee dignidad artística y unamoraleja muy arraigada en lotradicional. En efecto, es tema antiguo, ya tratado -¡ ycómo ,- por Cervantes, que elsoñador . empedernido tengaque rem]¡rse 3nte la cruda realidad. ¿ Cob:mlía? ¿ Claudicación? ¿ 0, simplemente, buensentido? En los Ilidos de antaño ...
El Teatro Esparíol dr M éxico sigue manteniendo un envidiable nivel artístico, auncuando nos parece que en estaocasión no se acertó en la obraseleccionada, ya que si el asunto de I?eil1ar después de 1/Iori?'contiene una honda esenciadramática, no se puede' asentar lo mismo de su tratamiento. Ahora que con menos obraCustodio y sus actores hicieron más. Aquél dirigió mejor,
2. Género, Los norteamericanos, no contentos con qllee.e. cummings escriba sus iniciales con minúsculas, h:\11 elevado a la categoría ele géneroliterario un tipo especial decuento: el shaggy dog story o,en sentido latísimo, lo que lasniñas de sociedad denominan,entre nosotros, "chistes surrealistas" (¿ André Breton gerellte de banco?) Los ejemplosson múltiples: basten algunosbotones un tanto descosiclos:a) Un caballero con la orejasangrante se presenta en elconsultorio de su médico. "Memorelí la oreja" explica. "Noes posible; ¿ cómo puede Ullapersona mon!rl'se la orej;¡?"replica el bon sens ca rtesiallodel facultativo. Contesta el paciente: "Estaba parado en un:tsilla ", b) Clásico diálogo desliaggy dog: "Déme un heladosin sabor". "; Sin cuál sabor ?"."Sin chocola·te". "No tenemoschocolate". "Entonces sin vainilla". Estos cuentos -en quelos caballos piden angostur<len los bares y las palomasmensajeras se ven súbitanlC'nte cnvueltas en juegos de b;¡dmington- constituyen el !~é
nero ele Beat Ihe Drvil. Añ:ldamos una gota del versolimmeriek, algo del aliento deun conejo de Carroll, muchode un in~lés sacando ];¡ len,~ua CLlando Rentham, Berke)ry y Hume no están miran-
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moviendo a sus personajes,mas sin hacernos sentir el ritmo solemne del drama. También tenemos que objetar lae;;cenografía de Vlady; su telon con eL bosque resulta demasiado llamativo y, el gobeli,no, de época bastante posterIor. Por fortuna, Custodiohizo un uso ad('cuado de loscortinajes. En el terreno de laactuación se dejó sentir la falta de Ofelia Guilmáin; estabaft~era de tipo, y no muy feliz,L111a Santamaría, que ocupósu lugar. De Ignacio LópezTarso diremos que es ya unactor extraordinario. Tiene fig'llra, escuela, talento y emotividad. En la escena final lograda perfectamente porCustodio- raya a alturas inesperadas. Que'se le cuide y seconvertirá en el Gerard Philippe de México. Puede darnos un Segismundo memorable, si ahonda más en sus 1)('1'
sonajes y si llega a comprender que el menor movimientode su cuerpo deberá repercutircn el ánimo del espectador.
do. N o se trata de una paradoja, porque no se planteanproblemas; de un cuento dehaJas, porque no se solicitauna suspensión de la credulidad: de una ironía. porque lean ustedes el artículo de Jorge Portilla ('1J cl 1Júmero anterior de l/nivrrsidad de Mé:rico. Es, ante todo, un shaggydog story, oscilante entre e.1absurdo -que sería demasiado cómico- y el relajo -quesería demasiado serio.
3. Dramatis Perso1l1wr, Enprim':r lugar, la siniestra banda de cuatro. El jefe, un gordísimo sujeto que usa ropademasiado grande y un sombrero ele chango cilindrcro(Robert Morley). Un alemúnde apellido il-Iandés (se escribe O'Rara y se pronunciaO'Horror) interpretado porPeter Lorre ter ido de rtlbioy portando chalecos de fantasía. ln italiano (Marco TulIi) de ademún draculesco. Yun inglés diminuto (1vorBarnard) e"-oficial del cjército dc la lndi<l, que en S11
bastón oculta un florete y hajo su bombín una admiración~lesenfrellad;¡ por Hitler yMussolini. Los cuatro cofrades se dirigen al Africa Ccntral, con cl obit'1n (le l'"p1 0 ,-'1'clandrstinamente tierras eleuranio, y con el pretexto devenderles aspiradoras eléctricas a los negros, A este grupose unen. cn c;¡lidad de "age1Jtes", U1J ciudadano de los EE,VU. (Humphrey Bogar!) \'su nelllll(ttica cónvugr (Gin:lLollobrig-ida), Fl' Sr, Bog;¡rtes multimillonario. 10 cual noes obstrlculo p;¡ ra f]uc esté :tsueJclo r\(' la banda, ~' feliz po-
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... reducidos a !airraciol1alidad .. ,
.. reacciones di'! estado "avcnl-ltra." ...
desvinculación elel "h0111bre dela calle~'.
5. Huston Ex Macchil1a.John Huston ha logrado tinapelícula sin anteceeleNtes -nivisibles consecuencias·- en lahi storia dd cine. Tslote felizy despreocupado, Beat the Drvil crea un refrescante climade indefinición dentro de ungénero .agobiacl'o por los clisés y las fórmula.s previs.iblrs,salta de escena en escena con d desparpajo de un P;'ólago quevediano-· lanZalldütrompetillas a los i11cómodosespectadores, pronuncia frases incomj)rensibles, hace alusiones histórico-literarias, evade toda coherencia y se deleita en sus propios errores que a veces éstos, como enuna sesión de le jazz hot, unpoema de Amado Nervo o unanovela de D. H. Lawrence,constituyen el sello· inconfundible y magnífico. El tema dela "aventura" -aunado a lacodicia y a la ruptura de lasolidaridad ell El' tesoro de laSierra Madre,. al aislamientoen el maten The AsphaH fungil', a la cobardía superada' enRed Badge of Couragc, a unsentido muy particular del ipdividualisrho en -Thf AfricallQueen- encuentra aquí sudesembocadura natural en elhunlor y en la estilizaóón denn absurdü con cara de palo.Muestrario ele tipos, 'situaciones v reacciones del estado"ave~tura", Huston los estáreduciendo continuamente a lairracionalidad: las damas escotadas de oscuros antecedentes, los extranjeros sospechosos, el "tough guy'" con corazón de oro, el local "internacional", se desnudan de sustruculencias de papiermaché eingresan a la tierra de nadiee!e 1:1 caricatura. El antecedente más visible ele La buda del(1 ¡aMo está en las películas delos hermanos Marx (buena fe:me refiero a los originales,pre-Cortina ele Hierro) y rnalgunas formas patinant{~s delhumor inglés. Quizá tengaEeat the Devil algún contactocon el delicioso Drole dl' DraIHe; la película de Carné, sinemb8rgo, poseía cierta dosisele sátira, cierto leve subrayado poético, que no existe --"':'nopodría existir- en el film eleHIlstOll, feliz en S11 chapoteochi nado, dondr la única granca rcajaela qne se escucha' es ladel propio director, pues elpúblico se Ciuedó, amarRam~n
1e, esnerando pI emocionantpfilm ele espiona ie.el sutil melodrama dr 11 vid;t marital. elrlesgarrante drama de .'Icll1lterio neorrralista: qur PeterLorre cometiera algl1na C?Ila
liarla, {lne Tennifer Tones sufriera intpnsamente, 'Cine GimT.ollobri~·ifh tomara un bañoron leche ele cabras..
portugués cuyo capitán viveen estado abstracto de embriaguez, los siniestros cofrades s'.:pasran en fila india por cubierta cantando canciones decuna, el inglés -con notahlefalta de sentido del hUllloramenaza con descubrir los planes de la banda a la policía,los siniestros cofrades intentananiquilar al inglés mientrasjuegan bridge y una pianolatoca sin intervención humana,Lollobrigida se siente en p1e-
no condado de vVorcestershi re,el barco -aparentemente- sehunde, el grupo naufraga enuna costa árabe, se les encarcela bajo sospecha de espionaje, se les suelta cuando Boganpromete al Califa local que lepresentará a la Princesa Rit:!(Hayworth) -¿es preci~;o
continuar ?)-Ay, Suzv, y yo quc crC'Í
que iba a haber un OTan "ro-., ~
mance .
El Sólido Pilar sale del cilwmaldiciendo, mientras estecronista se regoci ¡a en sentirsemfts "snob" que 'nunca, V conun ligero arqueamiento d~' cejapone rn evidencia su absoluta
mienza a contar mentiras: quesu marido va a explolar uranio a Tanganyka, que los intrreses de su familia en lasfinanzas de Inglaterra. Bogartopina que Jnglaterra es muchapompa y poca circunstancía con los dientes apretados, naluralmtn1l'. )
-Caray, no hay nada de acción, como quien dice. (Sufrid: ya vamos a la mitad dela película.)
( J.ollobrígid:¡ l'ae entre laspíldoras del inglés. ¡Ahoraprocede a un deshabillé! N o:c8nta "tí forrr tú an' tú forrrlí". El inglés y el diminuto(,ficial del ejército de La Inelia~e enojan en el bar. j Ahora\'al1 a darse de puñetazos y aromper todas las botellas, acción. acción ! No: el diminutogrila p81abras incomprensibles:"j Los rosacrucianos! ¡LaSanta H l'rmandad I j Fe yIJoder !")
-Voy, l'Oy, y cerca de l:tcasa daban una de Oro1.
(El prccioso automó\il desocupado- se despeña, losactores abordan un carguero
seedor de un Yiej ísimo automóvil adornado de cortinajesde terciopelo y una cantina rococó (el Sr. Bogart habla como héroe de Hemingway, bebe como una playa·y sabemosque, aunque ya en declive moral. lo hace con los dientesapretados y un saco sport delmejor corte). La Srita 1.0110brigida, con un ;\cento gruesocomo la pizza. vive de una envidiable nostalgia hacia el eslila de vida de la aristocnciabritánica, que actualiza contea alld cn./lll/Jets a las cincode la tarde v un;¡ suscripcie'ma Cou'IItrv r.ifl'. A rdonele;\re1 cocktail. un tieso súbelito deSu Nfaiest:1d (Edward Undrrdown) ,Ira icado a u nausanza quC' deje') de observarsedesde que Galsworthy organizaba días de l':lmpo para la.familia 17orsyll1('. y que en unmisterioso veliz negro acarreapíldoras homeopáticas y unabotc'la de- agua caliente í esbien sabiclo Cjue una ele las muchas di frrencías entre el elropeo y el inglés consiste enCjue aquél tirne vida s:,xual yéste botellas ele agua caliente)./\ su vera, la esposa (Jrnnifei'JCJ11es), una mentirosa "ital.cmpeñada en hacer creer quesu marido fonna parte de 1:1:1ristocr;:lcia terrateniente.
4. Voz PO/Ju1l-i, Voz Dei. El"público cineadicto" paga CU:I
tro pesos por gozar de su espectáculo prefericlo. Los sábados y domingos, la cifra semultiplica por novias, hijos ysuegras. N o es posible timara este sólido pilar de la industria. ¿La prueba? T{eproduz-
. camos -j fI'cmche de 'V'ie!los sonidos no-estereofónicosque c('rGt de mi hutaca se escucharon un sábado por la noche:-j Qué padre' Es como una
de esas prlíndas dc Jír-roc.(Saca sus chocolates).
(Peter Lorre, con la mirada turbia. se introduce en brecáma ra de H umphrey Bogart, dudando de su lealtadhacia el grupo. Toma asientoy fuma lentamente de nna boquilla china. j Ahora dC'be sacar una pequeñísima pistola dela cigarrera! N o: discurre entorno a la superioridad cultural de Alemanía sobre EstadosUnidos, y. cuando le dicen"MI'. O'Horror", hace un berrinche y se justifica diciencioque en la ¡{epública de Chikmuchos distinguidos a1C'manesse llaman O'Hara).-j Qué suave! El muchacho
le va a quitar la muchacha aese inglés aburrido. (Saca suspañuelos. )
(Jrnnifer cae el1 brazos deI-Iumphrey, y rápidamente co-