EL ARTE ESPAÑOL EN EL TRÁNSITO DEL S. XVIII AL S. XIX
EL NEOCLASICISMO
En el reinado de Carlos III se impone en España el Neoclasicismo, el estilo que responde a la ideología de la
racionalista e individualista de la Ilustración. Este estilo se mantendrá durante el primer tercio del S. XIX (Guerra
de la Independencia y reinado de Fernando VII). El nuevo estilo, que se opone al recargamiento decorativo y
refinamiento del rococó, toma como modelo la Antigüedad clásica porque en ella ve los valores morales que los
ilustrados quieren resaltar frente la frivolidad de la aristocracia: sencillez, sinceridad, heroísmo y grandeza. Al
igual que en otros países, aparecen las Academias que imponen normas rígidas a los artistas dando cierta
uniformidad al arte de esta época.
a) Arquitectura neoclásica: Sabatini, Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva.
b) Escultura neoclásica se desarrolla poco por el peso que aún mantiene la imaginería. Algunos artistas desde
la Academia crearon una escultura de materiales nobles destinada al adorno de edificios públicos.
Francisco Gutiérrez es el autor de la Fuente de Cibeles y colabora en la decoración de la Puerta de
Alcalá; a la misma época corresponden la Fuente de Apolo y de Neptuno en el Paseo del Prado de Madrid.
c) La pintura neoclásica
- Los pintores extranjeros en España: el más importante de los pintores extranjeros es MENGS, hijo de
un miniaturista de Bohemia. Trabajó en varias Cortes europeas y a España llegó de la mano de Carlos III
para decorar los techos del Palacio Real. Defiende el estilo neoclásico frente al colorismo de Tiépolo.
Retrata a la nobleza y a la monarquía: Carlos III, Mª Luisa de Saboya,..Sus pinturas son frías, casi
escultóricas, colores pálidos y pincelada minuciosa.
- El italiano Tiépolo es un pintor veneciano, que incluimos en el Barroco decorativo, muy colorista que pinta
las estancias del Salón del Trono del Palacio Real. En sus pinturas conviven formas muy dibujadas –
propias del Neoclasicismo- con otras más vaporosas –propias del Barroco-.
- Los pintores españoles más destacados son:
Francisco Bayeu, cuñado de Goya, muy influido por Mengs y los italianos. Fue un importante
fresquista que pintó temas mitológicos y paisajes, algo que no era muy común en España.
Salvador Maello, muy influido por Mengs, realizó una serie de las estaciones del año.
Luis Menéndez, pintor de bodegones, que por carácter desordenado (objetos repartidos en diversos
planos) recuerdan a los holandeses.
Los más clasicistas son dos pintores de principios del S. XIX muy influidos por David, cuya obra
conocieron en París: José Aparicio y José Madrazo al que pertenece la muerte de Viriato que se
inspira en el Juramento de los Horacios.
GOYA es el artista que domina la pintura de este periodo.
EL ROMANTICISMO
El Romanticismo sustituye al Neoclasicismo en torno a 1830 con retraso respecto a otros países. Es una
forma de pensar que defiende la libertad, el individualismo, la subjetividad, y los sentimientos frente a las normas
academicistas y la razón. Afirma los valores nacionales, propios de cada pueblo, y busca lo exótico y pintoresco.
a) La arquitectura historicista. La mentalidad romántica, con su valoración del pasado histórico, refuerza
la vuelta a los estilos del pasado, especialmente los que se identifican más con la tradición nacional como
el neomudéjar y neogótico. Esta arquitectura se extenderá a lo largo del S. XIX.
b) La escultura romántica es una tendencia de corta duración que coincide durante el reinado de Isabel II.
Sus temas giran sobre la espiritualidad, la tradición medieval, la religión y los sentimientos. Imita los
modelos medievales, especialmente el Renacimiento. Se usa para embellecer palacios y monumentos. El
principal escultor es José Gragera que inicia un nuevo estilo de estatua en la que cuida el parecido con el
representado dejando a un lado la imitación de la antigüedad. Su obra más destacada es el monumento a
Juan Álvarez Mendizábal.
c) La pintura romántica es el principal campo de expresión, junto al literario, del Romanticismo. Lo
exótico, lo pasional, las costumbres y el folclore tradicional que tanto interesaban al Romanticismo se
podían encontrar dentro de una España atrasada. El Romanticismo desarrolló tres campos principales: la
pintura de historia, el costumbrismo y el paisajismo. La pintura romántica se desarrolló sobretodo en la
segunda mitad del S. XIX.
12.- EL ARTE ESPAÑOL EN LA SEGUNDA MITAD DEL S. XIX
La gran inestabilidad política, social y económica que tuvo lugar en España durante el S. XIX (reinado de
Fernando VII, las Regencias, Isabel II, Sexenio democrático y Restauración de Alfonso XII) contribuye a que
España se incorpore con retraso a la revolución industrial y a su aislamiento del mundo artístico internacional. En
este periodo se suceden distintas corrientes artísticas: el Romanticismo, el Realismo, las influencias del
Impresionismo o el Modernismo en la última década. En la arquitectura, convive el historicismo con la
arquitectura de las nuevas técnicas y materiales
a) Urbanismo y arquitectura.
El lento avance de la revolución industrial en España da lugar a un importante desarrollo urbano. La
arquitectura dará respuesta a las nuevas necesidades. Surgen nuevos tipos de edificios: estaciones de ferrocarril,
puentes, fábricas, teatros, mercados, bibliotecas, etc.
El urbanismo cobrará gran importancia al aprobarse en el último tercio del S. XIX los ensanches entre los que
destacan el Plan Cerdá para Barcelona y el Plan Castro para Madrid (1860): plano ortogonal, amplias avenidas,
manzanas de viviendas con espacios interiores ajardinados, parques públicos y amplia dotación de servicios.
También, de acuerdo con la idea de ciudad-jardín de Howard, se diseñó en Madrid la Ciudad Lineal de Arturo
Soria. Estos proyectos se proponen organizar de forma racional la vida en la ciudad con una preocupación social.
Pero la especulación posterior hizo que se modificaron los planes y muchos de sus planteamientos no fueron
respetados: la trama se densificó desapareciendo muchos espacios verdes, el acceso a la vivienda se limitó a la
clase burguesa y la clase obrera se amontonó en barrios insalubres junto a las fábricas y estaciones. Además de los
ensanches, se derribaron las murallas que asfixiaban el casco antiguo y en su lugar
aparecieron grandes rondas o avenidas. El casco antiguo se transformó como
consecuencia de la desamortización y de grandes operaciones urbanísticas: nuevas
plazas, grandes avenidas como la Gran Vía. Los espacios urbanos se embellecen con
nuevos edificios.
La arquitectura estuvo dominada por distintas tendencias:
El historicismo o neos está caracterizado por la vuelta al pasado. La inspiración en
los estilos antiguos ya se había iniciado en el siglo XVIII con el Neoclasicismo pero
el Romanticismo, reforzó esta tendencia al recuperar de las tradiciones de cada
pueblo (de acuerdo con la idea de “Estado-nación). En España se recupera el pasado
medieval con dos estilos destacados:
- El Neomudéjar caracterizado por la decoración con cerámica vidriada y el
uso del ladrillo. Es un estilo habitual en las estaciones (Toledo), plazas de
toros (Las Ventas), hoteles, iglesias, cárceles o centro oficiales. Su foco más
importante fue Madrid.
- El Neogótico emplea arcos ojivales y pináculos en
forma de aguja. Se utiliza en iglesias, capillas,
palacetes, etc. Un ejemplo es el interior de la catedral
de la Almudena.
- Otros historicismos son el Neorrománico (Basílica de
Covadonga), Neobizantino, Neo barroco.
- El Eclecticismo o clasicismo ecléctico que copia y
mezcla elementos de otros estilos, principalmente
renacentistas y barrocos, en el mismo edificio. Se
inició en París en el Segundo Imperio de Napoleón III,
periodo de la importante reforma urbanística de París
(Haussman) y en España aparece en 1870 en las viviendas burguesas de los ensanches, palacetes,
hoteles de lujo y sedes oficiales. Utiliza los nuevos materiales: hierro, cristal y hormigón. Esta
corriente se mantiene a principios de S. XX en obras que rodean la Gran Vía en Madrid como el
Palacio de Telecomunicaciones de Cibeles, obra de Antonio Palacios o el Circulo de Bellas Artes; en
Sevilla se realiza la Plaza de España en el que se inspiran otros edificios de esta ciudad como el Hotel
Alfonso XIII.
Antiguas Escuelas Aguirre,
hoy Casa Árabe de Madrid. Estilo neomudéjar.
Interior de la Estación de ferrocarril de Toledo. Estilo
neomudéjar.
Las tendencias renovadoras tratan de dar respuesta a las nuevas necesidades surgidas en la sociedad
industrial utilizando nuevos materiales (hierro fundido, cristal y hormigón) y nuevas formas constructivas
más ligeras, amplias y abiertas de gran luminosidad. Se introducen en nuevos edificios relacionados con la
revolución industrial o las necesidades urbanas como las estaciones de ferrocarril, centros oficiales o
Exposiciones Universales. Aunque la decoración es escasa o
inexistente, en algunos edificios las fachadas o muros puedan
estar revestidos con materiales tradicionales (piedra o ladrillo) y
decoración historicista como por ejemplo el neomudéjar de la
estación de Atocha.
El Palacio de Cristal del Retiro (Madrid) (1887).
Se construyó para la Exposición de las Islas Filipinas, junto con
el estanque que tiene a sus pies. Servía como gigantesco
invernadero para flores y plantas de estas islas; de ahí su
nombre original: “pabellón-estufa”. Es el primer edificio
español que utiliza el hierro y el cristal para un uso no industrial. Se realizó siguiendo el modelo del Cristal
Palace de Paxton de que tomó su estructura desmontable y en el mercado de Les Halles de París del que tomó
la elevación de la nave central sobre las laterales gracias a unos arcos que recuerdan a los sistemas
constructivos góticos. La decoración de la puerta de entrada tiene recuerdos historicistas.
El Modernismo se desarrolla a finales del S. XIX y principios del S. XX. (Ver rasgos generales). Es un
nuevo estilo opuesto al historicismo, que rompe con las tradiciones, con un concepto global del arte y de gran
sentido decorativo.
En muchas ciudades españolas se construyeron edificios modernistas. En Madrid se conserva un bello ejemplo,
el Palacio Longoria (sede de la SGDA) de JOSÉ GRASES RIERA; pero donde adquirió más importancia el
movimiento fue en Cataluña. Aquí se desarrolló uno de los principales focos del modernismo europeo debido a
especiales circunstancias socioeconómicas. Hacia 1900 Cataluña era la región española más poblada, industrializada y
opulenta del país, Barcelona era la verdadera capital económica. La Exposición Universal de 1888 contribuyó a
aumentar su prestigio. Su burguesía próspera y culta con una ideología nacionalista desea resaltar sus tradiciones y sus
afanes de modernidad.
En los nuevos edificios del ensanche trabajaron arquitectos modernistas con
diversas tendencias decorativas como la orgánica1, la racionalista y la gótica. La planta y
el alzado de los edificios se diseñan de forma libre y dinámica, gracias al uso del hierro
como soporte; predominan las líneas curvas y las formas geométricas irregulares. En el
exterior de los edificios la libertad de formas es mayor: uso del mosaico, de la piedra o
ladrillo junto a nuevos materiales como el vidrio y el hierro que crean formas orgánicas.
Entre los arquitectos catalanes destaca DOMENECH Y MONTANER que
apuesta por las nuevas tecnologías en estructura metálica. La Casa Lleó-Morera y el
Palacio de la Música son sus obras maestras.
Palau de la Música Catalana (1905-1908). Auditorio y sede del Orfeón catalán
construido por suscripción popular. Usa soluciones estructurales muy avanzadas como
grandes muros de cristal. Es un ejemplo de
integración de todas las artes: escultura, mosaico,
vitrales y forja.
PUIG I CADAFALCH sigue una línea de inspiración modernista europea
pero su labor fundamental fue el estudio y la restauración de los edificios
medievales catalanes. La Casa Amatller es su más importante obra con una
fachada extremadamente plana.
La Casa Amatller de Puig i Cadafalch junto a la Casa Batlló de Gaudí.
1 Decoración orgánica es aquella en la que sus formas se inspiran en la naturaleza con predominio de la línea curva y el
contorno irregular.
ANTONIO GAUDÍ (1852-1926) es la figura simbólica del modernismo catalán. Su obra, criticada en su momento, no
hizo escuela pero posteriormente ha provocado una gran fascinación que se debe a su libertad como artista y arquitecto.
Gaudí es el primer arquitecto español que emplea el hormigón armado lo que permite comprender su estilo. Sus
obras son especie de esculturas: comenzaba las casas sin planos fijos y las realizaba como si estuviera modelando una
figura. Liberó a la arquitectura del dominio de ángulo recto.
Desde sus inicios se interesó por las ideas de Ruskin y Morris, y de éste tomó la idea de
arte total que domina toda su obra.
Sus primeras obras se pueden considerar dentro del historicismo, aunque
su interpretación del gótico y el mudéjar es muy personal. Entre ellas destaca la
Casa Vicens, encargada por un fabricante de azulejos, y en la que se mezcla la
influencia mudéjar y oriental; el Capricho de Comillas (Cantabria) que recuerda a un
minarete musulmán, el Colegio de las Teresianas en Barcelona con un original
neomudéjar y dos edificios neogóticos: la Casa de Botines en León y
El Palacio Arzobispal de Astorga (León)
A partir de 1900, cuando tenía ya 50 años abandona el neomedievalismo y
se empieza a interesar por las formas orgánicas del modernismo. Se inspira en la
naturaleza (la “arquitectura natural” obra de Dios: las colmenas, las células, las
ramas de los árboles, las escamas de los reptiles, las montañas, los huesos, etc).
Entre 1900 y 1917 es el periodo más original de su carrera. La libertad artística de la que gozó se debió a la
colaboración de ricos mecenas entre los que destaca Eusebio Güell
que le encargó la construcción de varios edificios privados y del
Parque Güell, su obra de madurez.
La idea inicial del Parque Güell respondía a una
reivindicación social, inspirada en la ciudad-jardín británica, que
consistía en edificar una colonia de viviendas que no llegó a
realizarse por la falta de compradores. El resultado es el conjunto en
el que se mezcla la vegetación natural con edificaciones de uso
comunitario para los futuros habitantes de la colonia, como el
mercado cubierto, la escuela o la plaza-teatro al aire libre.
En el Parque Güell utiliza la arquitectura como un objeto
pictórico creando un mosaico con fragmentos de materiales
desechados (trencadís)2 anticipándose a los collages cubistas. Se
adapta a la línea ondulada de la naturaleza, otra característica de su estilo. Emplea pilares inclinados que cumplen
diversas funciones: una decorativa, porque semejan con su superficie áspera una hilera de árboles y otra técnica
porque hacen de contrafuerte al empuje del terreno y de drenaje para eliminar las aguas. El enlace con la naturaleza
convierte a Gaudí en precursor del organicismo. En el terreno de las viviendas particulares Gaudí continúa experimentando y, entre 1904 y 1906, en la Casa
Batlló alcanza la plenitud de su originalidad. No es una obra totalmente suya sino una reforma que el encargó un
industrial textil. La fachada en curva está recubierta de trencadis, para lo que contó con la colaboración de Jujol, y es de
gran fantasía con balcones que recuerda a animales marinos.
La otra gran construcción urbana es la Casa Milá construida entre 1906-1910, se conoce también como “La
Pedrera” (término despectivo utilizado por los barceloneses a los que no les agradó en un principio). Hoy día se
considera una de sus obras más geniales. Parece que Gaudí se inspiró en las construcciones rupestres de Capadocia o
las montañas de su entorno. Supone la incorporación de la naturaleza (montaña) a la arquitectura. Una línea ondulada,
como el remate de una cordillera, dibuja la cresta del tejado. La superficie de la fachada se anima con concavidades y
convexidades. Las rejas de las ventanas se hacen con hierros retorcidos como las lianas de un extraño bosque. Esta
ausencia de ordenación arquitectónica preestablecida se aprecia igualmente en el interior, ya que todas las habitaciones
son distintas, incluso de nivel.
La iglesia de la colonia Güell puede considerarse como una obra perteneciente al expresionismo o al brutalismo
por la exaltación del material. Sus vastas columnas monolíticas recuerdan al arte prehistórico y le dan un aspecto de
rusticidad.
El gran proyecto de Gaudí que quedó inconcluso tras su muerte, y así ha continuado hasta la actualidad, es el
Templo de la Sagrada Familia, edificio que había sido comenzado por otro arquitecto y del que Gaudí se hizo cargo
en 1883. Fue este edificio un verdadero laboratorio experimental. Supera la tradición constructiva románica y gótica en
2 Trencadís: técnica ligada a la obra de Gaudí que consiste en utilizar cerámica troceada.
que había sido comenzado el templo, y experimenta con la llamada bóveda hiperbólica, para Gaudí mucho más fluida y
espiritual, que absorbería sus empujes mediante descargas (soportes) inclinadas convenientemente, con el fin de recrear
un bosque naturalista. Todos los elementos de la construcción son concebidos de una forma simbólica, (puertas,
ventanas, color) y claramente modernista.
Casa Batlló Casa Milá o La Pedrera Sagrada Familia
b) La escultura
A igual que en toda Europa en este periodo, la escultura está en decadencia sin artistas innovadores. Las nuevas
tendencias llegan a España a través de escultores becados en Roma y París, aunque tardan en implantarse. La
escultura española del S. XIX destaca por su dependencia del poder (encargos oficiales, monumentos o
exposiciones), la repetición de estereotipos artísticos y, en las décadas finales, por sus efectos escenográficos y
narrativos.
El Romanticismo sustituye al Neoclasicismo en torno a 1830. Es una tendencia de corta duración que coincide
durante el reinado de Isabel II. Sus temas giran sobre la espiritualidad, la tradición medieval, la religión y los
sentimientos. Imita los modelos medievales, especialmente el Renacimiento. Se usa para embellecer palacios y
monumentos. El principal escultor es José Gragera que inicia un nuevo estilo de estatua en la que cuida el
parecido con el representado dejando a un lado la imitación de la antigüedad. Su obra más destacada es el
monumento a Juan Álvarez Mendizábal y el busto de Jovellanos. Muchas de sus obras han desaparecido.
El Realismo se impone en el último tercio del S. XIX. Se basa en la representación objetiva de la realidad con
gran detallismo. Estas esculturas en bronce y mármol se usan para embellecer edificios oficiales, cementerios y
ciudades; también para decorar el interior de los palacetes burgueses con figuras de alabastro o terracota con
temas profanos. El retrato, en especial de busto, es uno de los géneros preferidos y demandado por la realeza y
la alta sociedad mostrando la expresión gestual, algo idealizada, y la riqueza de vestidos y peinados. Las
Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, creadas en 1856, son casi la única muestra artística donde se
consagran los artistas.
El escultor más importante es RICARDO BELLVER, autor del Ángel Caído, el
único monumento erigido al diablo. Se encuentra en el Retiro. Es un desnudo juvenil
situado un tronco seco, con grandes alas abiertas y una serpiente enrollada en el
cuerpo. Es un excelente ejemplo de estudio anatómico y de la vigencia de los
historicismos, en este caso de inspiración barroca, por el dinamismo y la tensión del
cuerpo.
El monumento conmemorativo
Es el tipo de escultura de mayor importancia del S. XIX. Se desarrolla durante la
Restauración (1875-1902). Su valor no es sólo artístico sino sobretodo político ya que era
un instrumento de propaganda del poder mediante la exaltación de personajes o hazañas
ilustres del país. Son esculturas hechas en mármol, bronce o piedra que se alzan en sititos
destacados sobre altos y complejos pedestales diseñados por los arquitectos para embellecimiento de la ciudad. El
protagonista –en bulto redondo- ocupa un lugar destacado y junto a él aparecen figuras alusivas junto a símbolos y
cartelas en bronce.
Los monumentos más destacados son:
- El monumento a Colón frente al puerto de Barcelona (1881-1888). Sobre una columna de hierro de 60
metros de altura se alza la figura en bronce de Colón.
- El monumento a Alfonso XII en el parque del Retiro de Madrid, formado por una estatua ecuestre de
Mariano Benlliure, sobre un pedestal asentado sobre tres grupos escultóricos alusivos a la paz, la libertad
y el progreso.
- El monumento a las Cortes de Cádiz en esta ciudad o el monumento a los Sitios en Zaragoza.
El cementerio es otra ubicación de la escultura monumental. Las tumbas y panteones historicistas ofrecen
una extensa tipología de relieves o escultura exenta, alegórica o realista. Destaca por su creatividad, el
mausoleo del tenor Gayarre (1896), en el valle del Roncal (Navarra) realizado por Benlliure.
MARIANO BENLLIURE (1862-1947) es uno de los artistas más destacados y galardonados del arte español.
Resume las tendencias de fin de siglo e inicios del siguiente. Como escultor y pintor ha dejado una extensa obra de
gran creatividad y dominio técnico que abarca todos los géneros. Se le valora por su obra conmemorativa y sus
bustos, como el de la bailarina francesa Cléo de Merode, un puente hacia el Modernismo.
c) La pintura.
Está representada por varias tendencias sucesivas:
La pintura romántica es el principal campo de expresión, junto al literario, del Romanticismo. Lo exótico, lo
pasional, las costumbres y el folclore tradicional que tanto interesaban al Romanticismo se podían encontrar
dentro de una España atrasada. El Romanticismo desarrolló tres campos principales:
- La pintura de historia ha dejado obras de gran calidad.
Muestra episodios de nuestro pasado inspirados en la
literatura y con una finalidad patriótica y del culto a la
heroicidad. Se caracteriza por un perfecto dibujo y un
colorido variado y natural. Las obras son de de gran
teatralidad, realizadas en grandes lienzos horizontales, de
gran expresividad y fidelidad por estar muy documentados
tanto los rasgos físicos y psicológicos de los protagonistas
como su entorno. Los figuras y obras más destacadas son:
Antonio Gisbert, autor del célebre Fusilamiento de Torrijos
y sus compañeros en la playa de Málaga encargado por Sagasta, durante la Restauración como ejemplo de
defensa de las libertades; Eduardo Rosales que pintó El testamento de Isabel la Católica y Francisco
Pradilla, con La rendición de Granada y Doña Juana la Loca.
La pintura de “casacón” es una variante en pequeño formato de
la pintura de la historia de gran éxito en la época. Representa
escenas del S. XVIII, de temas anecdóticos, amables e
intrascendentes dirigidos al gusto burgués. Los personajes
representados llevan peluquines y casacas
de la época de ahí el nombre de esta
corriente. Aparecen reflejados con gran
maestría todos los detalles, sedas y encajes.
La Vicaría de Mariano Fortuny es una de
las obras maestras de este género.
- El paisajismo surge como un género nuevo en el romanticismo, independiente y al
aire libre. Esta tendencia estuvo fomentada por la literatura, la fotografía y el
desarrollo del ferrocarril que facilitaba los desplazamientos. El paisaje transmite un estado espiritual ya
que se eligen paisajes que emocionan. Carlos de Haes, pintor hispano-belga, es el principal representante
de esta corriente y modernizador de la pintura paisajística española; entre sus obras destaca Los Picos de
Europa.
- El costumbrismo es un género romántico que refleja las costumbres, tipos y fiestas de las diversas
regiones españolas. Destacan dos escuelas:
o La andaluza de carácter colorista, amable y sin crítica social. Su principal representante es
Federico de Madrazo, también un excelente retratista.
o La madrileña, de contenido más sobrio, pesimista y moralizante. Destaca Lucas Velázquez,
seguidor de Goya, y Leonardo Alenza.
En el costumbrismo catalán, destaca Mariano Fortuny, que tras sus viajes a Marruecos, se convirtió en
uno de los grandes pintores orientalistas de Europa
El Realismo pone su interés en los temas sociales de los marginados, como mendigos y presos. Esta tendencia
convive con la pintoresca de costumbres y folclore. Destaca Pérez Villaamil y Esquivel.
Impresionismo y Postimpresionismo
En el paso del S. XIX al XX nos encontramos a un grupo de pintores que
llevan a cabo una modernización de la pintura ligada a la recepción de las
novedades que se difunden en París, por donde pasan o se establecen muchos
artistas españoles. En España no existe una corriente propiamente impresionista
pero si artistas que incorporan elementos impresionistas a sus obras. Los artistas
de la cornisa cantábrica y de Cataluña son los que primero asimilan las
lecciones del Impresionismo como el asturiano Dario de Regoyos, más cercano
al puntillismo por sus pinceladas pequeñas y después los artistas catalanes.
El valenciano JOAQUÍN SOROLLA es el principal
representante del Impresionismo y uno de los pintores españoles más
internacionales de su tiempo. Sin abandonar nunca el costumbrismo
y el realismo social, descubre en su paso por París el tratamiento
lumínico de los impresionistas. Creará un estilo propio, llamado
luminismo, en el que destaca la plasmación de la luz y el color
mediterráneo. Sus temas preferidos son paisajes, temas de playa y
costumbres regionales.
En Cataluña, se forma el grupo del Els Quatre Gats en una
cervecería barcelonesa donde se reúnen, entre 1989-1903, pintores vinculados al Modernismo e influidos por
Toulouse-Lautrec. Todos conocen bien el Impresionismo. Ramón Casas es un hábil retratista y uno de los
mejores cartelistas publicitarios de España. Santiago Rusiñol ha sabido captar la intimidad de la vida cotidiana
del interior de las casas y patios; en su obra sobresalen los jardines como El Generalife.