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El diseño de
Cristóbal Balenciaga
ANA FLORES SÁNCHEZ
UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS
DISEÑO INTEGRAL Y GESTIÓN DE LA
IMAGEN. DIBUJO AL NATURAL
SEDE ARGÜELLES
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ÍNDICE
1. Introducción…………………………………………………………………..página 3 2. Vida…………………………………………………………………………..páginas 4-5
3. Casa Balenciaga………………………………………………………...........páginas 6-7 4. Influencias……………………………………………………………............página 8 - 11
5. Diseño y creación…………………………………………………………...páginas 12-15 6. Conclusión…………………………………………………………………..página 16
7. Bibliografía………………………………………………………………….página 17
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1. INTRODUCCIÓN
“Un buen couturier debe ser arquitecto de la forma, pintor para el color, músico para la armonía y
filósofo para la medida” son las palabras de Cristóbal Balenciaga, diseñador español que marcó un
antes y un después en el mundo de la moda. Fiel a sus raíces y a la tradición, Balenciaga creó un
concepto propio del diseño y lo supo adaptar en cada ámbito en el que lo desarrolló, desde sus
inicios en ciudades españolas hasta su etapa de mayor apogeo en la capital francesa. Tal fue el
éxito que cosechó, que despertó el respeto y la admiración de los grandes diseñadores coetáneos,
como Christian Dior y Coco Chanel.
La frase citada al principio de este apartado define su visión de trabajo: un modisto debe actuar de
forma multidisciplinar y supervisar cada detalle de la creación para que ésta sea perfecta.
En los siguientes puntos se analizarán la vida del modisto, sus influencias, su trabajo y la
repercusión que produjo en el mundo de la moda.
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2. VIDA Balenciaga nació el 21 de enero de 1895 en Guetaria, un pueblo pesquero de la costa vasca. Su
padre, pescador y eventual alcalde de Guetaria, murió cuando Cristóbal tenía 11 años. Su madre se
hace cargo de la familia de tres hijos, entre sus labores se encuentra la costura, lo cual permitió a
Cristóbal, familiarizarse con el patronaje y la costura desde una edad muy temprana. A la edad de
12 años, estaba listo para emprender su aprendizaje como sastre, contaba en su haber una formación
básica en lectura, escritura, aritmética y catecismo, pero es poco probable que recibiera enseñanza
oficial sobre arte.
El municipio de Guetaria podía presumir de ser un destino atractivo para muchas familias
acomodadas españolas, entre ellas la Familia Real. Esto permitió el encuentro entre Cristóbal y la
marquesa de Casa Torres, abuela de la Reina Fabiola de Bélgica, la cual se convertiría en su
mecenas.
Se formó en algunos de los establecimientos más prestigiosos de San Sebastián, la ciudad más
próxima a Guetaria. La capital guipuzcoana se convirtió por aquel entonces en un lugar de
vacaciones bastante popular entre la monarquía y las clases altas españolas y europeas. Gracias a
ello, Balenciaga tuvo la oportunidad de aprender a apreciar la elegancia internacional, las prendas
de calidad y el éxito comercial, y de instruirse en las técnicas que los realzaban y, además, de
conocer él mismo a la clientela.
En 1917 abrió su primer taller, con la ayuda de su hermana y, en poco tiempo, fue ganando un
prestigio que le reportó clientela procedente de la alta aristocracia y la realeza y le permitió
expandir el negocio creando un segundo taller, Eisa, en honor a su madre, destinado a una
incipiente clase media. Posteriormente, ante las buenas perspectivas del negocio, abre su primera
tienda en Madrid y, justo un año después, se instala en Barcelona, donde abriría otra.
Balenciaga se exilia a París tras el estallido de la Guerra Civil en 1936, teniendo que cerrar
momentáneamente sus tiendas en España. En 1937, presentó su primera colección y el éxito fue
fulminante. Sus creaciones, basadas en la comodidad, la pureza de líneas, la reinterpretación de la
tradición española y en el desarrollo de los volúmenes, marcarían la moda entre los años 40 y hasta
mayo del 68, cuando la Alta Costura empieza a perder peso en favor del prêt-à-porter (listo para
llevar). Precisamente ese año decide retirarse y volver a España, donde muere en 1972.
No se sabe muy bien si era o no un hombre de derechas, sí que era partidario de la Monarquía, lo
cual parece razonable teniendo en cuenta los contactos profesionales del modisto en sus inicios, sus
aristocráticas clientas en España y sus amistades con la marquesa de Lanzo y con la reina Fabiola
de Bélgica. Actuó como un astuto empresario, tenía clientela de diversa procedencia en París:
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españolas adineradas en exilio, esposas de oficiales alemanes y franceses, mujeres estadounidenses,
etc.
Balenciaga fue católico practicante durante toda su vida. Hizo uso de su talento como modisto y
coleccionista de antigüedades en interés de la Iglesia, y contribuyó al arte religioso que conocía y
veneraba.
Tuvo siempre un interés especial en salvaguardar su vida privada. Poco se sabe de ella, aunque la
historia demuestra que vivió abiertamente como homosexual en el París de finales de los años
treinta. El gran amor de su vida fue Wladzio d´Attainville, un aristócrata polaco-francés, que hizo
posible reunir el dinero para abrir allí su casa de costura.
Tan reservado era que únicamente concedió una entrevista a la prensa en toda su carrera. Toda esta
atmósfera de misterio que envolvía al diseñador español, no hizo más que beneficiarle y provocar el
interés por parte de todo el mundo, perdurando no solo en sus años de vida, sino hasta el día de hoy.
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3. LA CASA BALENCIAGA
Como se avanzó en el apartado de la vida del diseñador, éste empezaría a una edad muy temprana
con el oficio de sastre debido a su gran interés en la materia.. El conocimiento casi innato de la
sastrería y la costura se convirtió en lo que distinguiría a Balenciaga del resto de los creadores:
nadie como él sabía cómo se cose un traje, el movimiento de las telas, su adaptabilidad. Era un
ingeniero textil, solo que sin estudios.
Balenciaga establece su primer salón de modistería en San Sebastián en 1919, que funcionaba con
la confección de prendas individualizadas para clientas particulares. Dos veces al año, el modisto
visitaba las casas de alta costura parisinas, donde adquiría modelos que traía a España para
adaptarlos a su clientela local. En esta ciudad, donde sus principales clientes iban a ser los visitantes
estivales, el emplazamiento elegido fue una avenida que constituía el principal bulevar comercial y,
además, se encontraba próximo a los principales hoteles.
La casa establecida en Madrid en 1924 se ubicaría en la que ahora se conoce como Gran Vía, arteria
principal de la ciudad. Justo en frente se hallaba el café Chicote, frecuentado por personajes
cosmopolitas ricos y famosos, que no pudieron evitar fijarse en esta Casa Balenciaga.
El comercio de Barcelona, abierto un año después que el de Madrid, tendría una ubicación más
discreta y se hallaba en una calle situada detrás del l nuevo centro comercial del Paseo de Gracia.
Esto la hacía más accesible a la clientela que destacaba por su diligencia y discreción más que por
su ostentación.
Las tres ciudades constituían puntos estratégicos para el comercio: San Sebastián por ser destino
estival costero, Madrid por ser la capital española y Barcelona por ser la ciudad más grande del país
y que albergaba la industria textil.
Tras su llegada a París en 1937, Balenciaga vivió de nuevo la experiencia de fundar una sociedad.
Tuvo que cerrar temporalmente sus tres comercios en España debido a los tiempos difíciles
causados por la Guerra Civil. La casa parisina se fundaría gracias al talento del diseñador, pero
también a que gran parte del capital invertido sería aportado por sus dos socios. La ubicación vuelve
a tener un papel importante como ya lo hizo en las casas españolas: el emplazamiento se hallaba en
el barrio parisino donde se congregaban los miembros acomodados de la comunidad inmigrante
española. Además la avenida escogida se hallaba asimismo en el área de París dedicada a la
industria del lujo.
La alta costura iba a sufrir unos cambios fundamentales, especialmente en los años de Balenciaga
en París. La industria se transforma pasando de depender exclusivamente de una clientela privada
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cosmopolita a estar supeditada a los grandes almacenes y a los compradores mayoristas. La II
Guerra Mundial hizo que se disparase el precio de la alta costura, lo que provocó que muchos
mayoristas realizaran adaptaciones de modelos de alta costura a precios moderados. La Casa
Balenciaga, dependiente del desarrollo social y político de España y Francia, fue fiel al antiguo
sistema de la alta costura de los años treinta. Mientras que en Europa la figura del modisto o sastre
local se estaba perdiendo, en España seguía persistiendo y siendo necesaria en toda la vida de
Balenciaga. Por el contrario, en París, la llegada del ya citado prêt-à-porter y de la moda juvenil
influyen en la decisión del diseñador de retirarse de la profesión en el año 1968.
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4. INSPIRACIÓN E INFLUENCIAS
Balenciaga amplió su repertorio de influencias a través del arte español de los siglos XVI al XIX. -
Estaba familiarizado con Velázquez, Zurbarán y Goya. Esto se debe a varios motivos: su relación
con la marquesa de Casa Torres, quien poseía una gran colección, y a la presencia de una colección
de obras de estos artistas en el museo principal de San Sebastián, el Prado de Madrid y en el Louvre
de París. Las referencias a la indumentaria regional o campesina en la obra de Balenciaga se
solapan con las que aparecen en los cuadros de los antiguos maestros (imágenes 1, 2, 3 y 4).
Además, los encargos que el modisto recibió para realizar vestuarios teatrales y disfraces le
obligaron a consultar fuentes primarias directamente o a través de reproducciones.
La inspiración de Balenciaga provenía de las plazas de toros, de los bailarines de flamenco, de los
holgados blusones que llevan los pescadores, del frescor de los claustros.
En París, el círculo de conocidos de Balenciaga incluía a un cierto número de artistas, entre los que
se encontraban Braque y Chagall y a sus compatriotas españoles Picasso, Miró y Palazuelo.
La religión fue una parte fundamental de la vida de Balenciaga. Los atuendos drapeados de los
santos de Zurbarán, la escultura procesional y las vestimentas que había visto en la iglesia
contribuyeron a sus sensaciones acerca de la corporeidad y de las posibilidades escultóricas de los
tejidos (imágenes 5,6 y 7).
Se pueden reconocer en la obra del diseñador las influencias provenientes de la indumentaria de las
regiones fuertemente orientadas al turismo, como la bata de cola flamenca del sur de España
(imágenes 8 y 9) o los encajes de los atuendos festivos de los habitantes de la Costa Brava y de las
Islas Baleares, o las chaquetas de los trajes de luces de los toreros (imágenes 10 y 11).
Balenciaga viajó extensamente, visitando otras partes de Europa (Austria, Inglaterra, Italia y Suiza)
y Estados Unidos, recogiendo influencias de cada uno de estos lugares. Pero no solo encontró
aportaciones de Occidente, en su colección encontramos también algunas procedentes de Oriente e
India.
Con frecuencia, el modisto recurría al pasado y extraía de ahí su inspiración de la historia. Sus
propias colecciones de indumentaria y de láminas de moda de siglos anteriores, eran fuente de
muchas de sus ideas (imágenes 12 y 13).
Todas estas influencias, entre las que cabe subrayar la de la tradición española, conformaron el
estilo particular de Balenciaga. Fue considerado como un fenómeno notable fuera de España, era
diferente a lo que ofrecía el círculo de diseñadores parisinos. Sus diseños se basaban en mantenerse
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al paso del tiempo en el que vivía, a la vez que mantenía las tradiciones con las que estaba
familiarizado.
Imagen 1. Retrato de la reina Maria Luisa con mantilla. Francisco de Goya
Imagen 2. Vestido de encaje de Balenciaga
Imagen 3. Santa Casilda (1640). Francisco de Zurbarán.
Imagen 4. Vestido de noche de Balenciaga
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Imagen 9. Vestido de noche de Balenciaga Imagen 8. Conjunto La mariquita de Balenciaga
Imagen 6. Vestido y capa de Balenciaga
Imagen 5. Fray Francisco Zúmell (c.1630). Francisco de Zurbarán
Imagen 7. Capa de Balenciaga
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Imagen 10. Traje de luces de finales del siglo XIX
Imagen 13. Vestido capa de Balenciaga
Imagen 4. La Toilette (1749). François Boucher.
Imagen 11. Bolero de Balenciaga
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5. DISEÑO Y CREACIÓN
Son arte los diseños que se crean y, también lo es, el procedimiento que se emplea para crearlos.
Balenciaga sabía muy bien cómo componer sus creaciones utilizando el Arte como instrumento. El
modisto logró establecer lazos muy estrechos entre la arquitectura y la moda: más que diseñar
vestidos, los construía. “Si la estructura es buena, se puede construir lo que sea”, afirmó una vez.
Para él el vestido era la casa del cuerpo, bonito o feo, con imperfecciones o no, una forma de
esconder lo peor y resaltar lo mejor. Por eso, jugaba con las siluetas, las cambiaba. Si creía que algo
no era el punto fuerte, decidía centrar la atención en una zona distinta del cuerpo, con sutileza. Ese
era su arte y en lo que estaba permanentemente concentrado. Para él no exist ían solo el talle o el
busto, estaban también la espalda o la nuca, y se permitía crear vestidos que eran distintos vistos de
frente, de perfil o desde atrás. Por este motivo, resultaba tan moderno y lo que expertos y no
expertos admiraban de una mujer vestida de Balenciaga..
Balenciaga tenía una obsesión por conseguir el equilibrio y la perfección en la construcción del
vestido. Después de encontrar la tela y el material adecuado, calculaba los patrones y las líneas con
una perfección geométrica. El resultado era una arquitectura de volúmenes y originalidad en las
mangas, en el cuello o en el talle. Dotaba a los vestidos, a las faldas, a las chaquetas o a los abrigos
de un carácter arquitectónico que conseguía que la ropa y el cuerpo de la mujer se confundieran y se
complementasen al mismo tiempo. Según Balenciaga la labor del modisto tenía muchas facetas y
requería un gran número de habilidades, de ahí que a menudo dijera que el buen modisto tenía que
ser arquitecto, escultor, pintor, músico y filósofo a la vez. Tiene que ser capaz de abordar los
diferentes problemas de planificación, forma, color, armonía y proporción. Balenciaga se implicó en
cada uno de los procesos del diseño: produjo bocetos, escogió, cortó y cosió tejidos, supervisó la
finalización de cada colección e incluso formó a sus percheros vivientes.
Ese planteamiento creativo era además compatible con fuentes de inspiración muy pegadas al
terreno. Como ya se abordó en el apartado de influencias, la indumentaria tradicional de los
pescadores que conoció y trató en su Guetaria natal tuvo un papel destacado en el origen de algunas
de sus creaciones. La pintura fue otra de sus musas, sobre todo a la hora decidir los colores y
algunas formas de sus vestidos. Cecil Beaton, fotógrafo inglés de Vogue y de otras publicaciones
del sector, lo bautizó como “el Picasso de la moda”. Hay un parentesco muy estrecho entre sus
diseños y las pinturas de Goya, Pantoja de la Cruz, Zurbarán, Velázquez o Zuloaga. Influido por la
plástica del barroco español, Balenciaga se decantó por los colores austeros y oscuros en algunos de
sus diseños. Fue amigo de Joan Miró, al que envidiaba porque no necesitaba a nadie para componer
sus cuadros, que ya una vez le comentó: “tienes suerte porque tus obras de arte las pintas tú solo, yo
necesito a 500 personas”.
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Balenciaga era un genio de las proporciones. El cuerpo de la mujer era para él una escultura viva
que la moda podía completar. A partir de 1947, comenzó a dibujar líneas que se despegaban del
cuerpo: los abrigos de la línea tonneau, en forma de barril; los vestidos balloon, en forma de globo;
los trajes semi-ajustados; los vestidos baby doll, aniñados y espaciosos; y los vestidos queu de paon,
es decir, “cola de pavo real” (corta por delante y larga por detrás), fueron las creaciones más
innovadoras y exitosas de aquella época. Apostó también por la túnica, carente de toda forma,
austera como él mismo, y, sin embargo, muy sofisticada. El escultor donostiarra Eduardo Chillida,
gran amigo de Balenciaga, esculpió una obra para homenajear la labor del modisto. Se trata de una
pieza en la que se advierte la figura de una mujer entre dos piezas de acero: toda una metáfora de la
filosofía que animaba el trabajo el diseñador. Sus modelos no tenían que ser guapas ni altas ni muy
delgadas: la perfección del diseño era suficiente. Tampoco se involucró en desfiles espectaculares o
grandes fiestas: el vestido tenía que ser lo fundamental.
Sus creaciones han aparecido en numerosas exposiciones en todo el mundo, enfatizándose el
parentesco de las prendas de Balenciaga con las artes plásticas, como la escultura.
En los dibujos del modisto tenemos unas características generales presentes en prácticamente todo
dibujo de moda. Éstas serían:
- La figura tiene que mostrar una expresión viva y presentar una línea satisfactoria, que nos
aporte la información que permita entender la pose y la anatomía del modelo.
- La altura de una figura es 7,5 u 8 veces la medida de la cabeza, pero en estos casos es de 8,5
para mujer y 9 para hombre.
- La figura debe servir como percha del vestuario, por lo que no hay protagonismo anatómico
Por otro lado, se pueden apreciar unas características específicas de los diseños de Balenciaga:
- Una figura femenina simple conformada por líneas de trazo fino y con colores muy suaves.
- Protagonismo absoluto de la prenda diseñada. El centro de atención es el atuendo que
destaca por su volumen y suele ser la zona de mayor sombreado, simulando al color que
deberá llevar la pieza.
- En ocasiones aparecen una imagen principal de mayor tamaño, que corresponde a la vista
más importante del vestido y otra u otras secundarias, en las que se quiere resaltar algún
detalle.
Las dos primeras características ponen de manifiesto la creencia de Balenciaga: la mujer no tenía
porque tener una figura perfecta para verse bien, sino que es el vestido el que va a resaltar lo
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mejor. De ahí que sus creaciones se adaptasen a todo tipo de mujer. En los siguientes bocetos del
diseñador (pertenecientes a diferentes épocas) se pueden apreciar los rasgos citados anteriormente.
Imagen 16 Imagen 17
Imagen 15
Imagen 14
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Imagen 18 Imagen 19
Imagen 14. Imagen 20 Imagen 21
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6. CONCLUSIÓN
Tras el análisis de la obra del diseñador hay tres palabras que le definen en su totalidad: genialidad,
innovación y perfección. Un genio, porque empezó “de la nada”, no tenía una formación específica
en el mundo de la moda y, sin embargo, supo desenvolverse como lo haría el más experto. Un
innovador, que supo enlazar la tradición con la novedad y atraer con ello a una sociedad totalmente
desligada y poco familiarizada con esa tradición. Perfeccionista, ya que toda la producción debía
estar bajo su atenta supervisión, si una pieza no le convencía, la descosía para empezar de nuevo el
trabajo.
Respecto a la discusión de si Balenciaga se retira del mundo de la moda como consecuencia a la
llegada del fenómeno prêt-à-porter, o por el contrario, porque considera que simplemente ha
llegado el momento de finalizar su trabajo como modisto, mi opinión está más a favor de la primera
opción. Su forma tradicional de trabajo, el diseño personalizado, no concordaba con la nueva forma
de diseño en masa y más asequible económicamente a toda la población. Por tanto, es más lógico
que el diseñador, al no encontrar su lugar con estos cambios, decidiera que sus métodos ya no eran
los adecuados para la sociedad venidera, dejando así su trabajo.
Otro aspecto que resulta relevante es el uso del dibujo como herramienta de trabajo. La moda bien
puede ser considerada un arte plástica, y, como sucede con la arquitectura, siempre parte de un
diseño. Cuando un artista, un arquitecto, un diseñador de cualquier ámbito (moda, producto,
gráfico) tiene en mente una idea, lo primero que va a utilizar es el dibujo para plasmar esa idea
inicial, que va a servir de base a la creación del producto final. Por tanto, podemos considerar el
dibujo como parte esencial de cualquier diseño, ya que gracias a él, sabremos su estructura principal
y cómo podemos mejorarlo.
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7. BIBLIOGRAFÍA
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SL.
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http://www.revistavanityfair.es/moda/tendencias/articulos/el-misterio-de-balenciaga/17584
[Consultado el 29 de diciembre de 2016].
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http://www.vogue.es/moda/modapedia/disenadores/cristobal-balenciaga/172 [Consultado el
29 de diciembre de 2016].
- Museo de arte moderno. (2016). Cristóbal Balenciaga. [online] Disponible en:
http://www.museoartemoderno.com/balenciaga/ [Consultado el 29 de diciembre de 2016].
- Zárate, M. (2011). Balenciaga. Nuestro Tiempo, 666. [online]. Disponible en:
http://www.unav.es/nuestrotiempo/temas/balenciaga [Consultado el 19 de enero de 2017].
- Arzalluz, M. (2011). The making of a master. Londres: V&A Publishing.
- Lualayon, (2017). Presentación sobre el dibujo de moda [online] Es.slideshare.net.
Disponible en: http://es.slideshare.net/lualayon/presentacin-sobre-el-dibujo-de-moda-
14791185 [Consultado el 25 de enero de 2017].
- Balenciagalovers.wordpress.com. (2017). Bocetos. Balenciaga Lovers. [online] Disponible
en: https://balenciagalovers.wordpress.com/tag/bocetos/ [Consultado el 25 de enero de
2017].