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EL MAESTRO EN EL CINE MEXICANO
Sonia Ibarra
CORREO ELECTRÓNICO: [email protected]
INSTITUCIÓN EDUCATIVA: Instituto Superior de Investigación y Docencia para el Magisterio (México).
RESUMEN:
Se destacan aquí las imágenes del maestro en el cine mexicano, comentando el guión de las principales cintas que lo han abordado y las representaciones sociales a que han dado lugar, la forma en que se le ha reflejado y los actores que han personificado a maestros. Se considera la producción fílmica de 1935 a 1976.
Este trabajo forma parte de la tesis de maestría titulada "Ser maestro en Jalisco, 1910-1943. Nuevas perspectivas del docente".
Sonia Ibarra Ibarra
De acuerdo con Marc Ferro, "un film es un testimonio", y sus imágenes constituyen "otra
historia diferente de la Historia, un contraanálisis de la sociedad"1 y deben emplearse no sólo
para confirmar un saber, sino para invocar otros saberes.
En el cine mexicano, la mirada hacia el maestro ha sido retrospectiva, por ello
retomamos cintas realizadas en periodos posteriores al que nos ocupa,2 pues retratan al
maestro de dicha etapa.
A partir de 1935 aparece el docente en el cine y es significativa la forma en que se le ha
reflejado. Los títulos de las películas pueden sugerirnos la forma en que se ha abordado el tema
y el lugar que ocupa el maestro en dicha cinta, si es tema principal o no. El género que ha
inspirado el docente también nos habla del lugar que se le ha otorgado en la sociedad y de su
función; y los actores que han personificado a maestros, expresan cómo la sociedad los percibía
y dibujaba en el imaginario proyectado. Con esos tres aspectos podemos definir a grandes
rasgos, las imágenes del maestro en la pantalla grande.
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Básicamente, consultamos la obra Historia documental del cine mexicano, de Emilio
García Riera, para inventariar las cintas dedicadas a los “profes” desde 1935 hasta 1976,
destacando los actores que desempeñaron el papel docente.
Hay cintas que abordan a los mentores como figuras principales que, para nuestro
estudio son las más significativas, y otras consideran, en forma secundaria en la trama, algún
maestro o maestra; de cualquier modo, aportan imágenes del momento acerca del docente en
cuestión. Sería imposible hablar de cada filme; por tanto, se anexa aquí un cuadro que nos
permitirá comprender cómo se ha abordado al docente de acuerdo con los títulos y los actores
portadores de la imagen.
TITULO
ACTOR EN EL PAPEL DE MAESTRO
AñO
Juan Pistolas
Lucha Ruanova
1935
Los muertos hablan
Manuel Noriega
1935
Malditas sean las mujeres
J.José Martínez Casado
1936
Estrellita
Manuel Noriega
1938
Su adorable majadero
Paco Martínez
1938
Un viejo amor
Consuelo Frank
1938
Una luz en mi camino
Miguel Arenas
1938
Corazón de niño
Domingo Soler
1939
Mil estudiantes y una muchacha
Joaquín Pardavé
1941
No matarás
Emilio Tuero
1943
Internado para señoritas
Emilio Tuero
1943
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Amor Prohibido Domingo Soler 1944
La pícara Susana
Luis Aldás
1944
Una mujer que no miente
Gloria Marín
1944
Club Verde
Emilio Tuero
1944
La viuda celosa
Salvatore Baccaloni
1945
Escuadrón 201
Jorge Mondragón
1945
Las colegialas
Aurora Walker, Mimí Derba y Celia Manzano
1945
Soltera y con gemelos
Ángel Garasa
1945
Yo fui usurpadora
Carlos Martínez Baena
1945
Amar es vivir
Octavio Martínez
1945
Ella
Lina Montes
1946
Yo vendo unos ojos negros
Chela Bon
1947
El niño perdido
Marcelo Chávez
1947
Otoño y Primavera
Emilio Tuero
1947
Río Escondido
María Félix
1947
Nocturno de amor
Carlos Martínez Baena
1947
Una mujer con pasado
Ernesto Vilches
1948
Maclovia
Arturo Soto Rangel
1948
El supersabio
Carlos Martínez Baena
1948
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El dolor de los hijos
Armando Sáenz
1948
Medianoche
José Angel Espinoza Ferrusquilla
1948
El mago
Manuel Noriega
1948
¡Ay Palillo no te rajes!
Arturo Soto Rangel
1948
Cara sucia
Paz Villegas
1948
El gallo giro
Aurora Walker
1948
La casa chica
Dolores del Río
1949
La dama del alba
Queta Lavat
1949
Ladronzuela
Dolores Tinoco
1949
Duelo en las montañas
Rita Macedo
1949
Canta y no llores
Rodolfo Landa
1949
Puerta, joven (El portero)
Carlos Martínez Baena
1949
El baño de Afrodita
Luis Sandrini
1949
Bodas de fuego
Alejandro Cobo
1949
Sangre torera
Agustín Isunza
1949
También de dolor se canta
Pedro Infante
1950
El grito de la carne
Fernando Soler y Gustavo Rojo
1950
Menores de edad
Consuelo Mujica
1950
5
Rosauro Castro Rosana Ladrón de Guevara 1950
María Montecristo
Eduardo Arozamena
1950
Historia de un corazón
Beatriz Ramos
1950
Muchachas de uniforme
Marga López
1950
El ruiseñor
Elodia Hernández
1951
La ausente
Rosita Quintana
1951
Paraíso robado
Arturo de Córdova
1951
La bienamada
Roberto Cañedo
1951
¡Y murió por nosotros!
Felipe de Alba
1951
La estatua de carne
Héctor Mateos
1951
Del rancho a la televisión
Armando Arriola
1952
Acuérdate de vivir
Libertad Lamarque
1952
Borrasca en las almas
Roberto Cañedo
1953
Las infieles
Irasema Dilián
1953
Reto a la vida
Susana Canales
1953
Miradas que matan
Julio Villarreal
1953
El joven Juárez
Víctor Alcocer
1954
Las nenas del 7
Estanislao Schillinsky
1954
Y mañana serán mujeres
Salvador Lozano
1954
6
Pobre huerfanita
Diana Ochoa
1954
Píntame angelitos blancos
Enrique del Castillo
1954
El mil amores
Anita Blanch y Conchita Gentil
1954
Escuela de Música
Libertad Lamarque y Pedro Infante
1955
La fuerza del deseo
Armando Calvo
1955
Un vago sin oficio
Carlos Martínez Baena
1955
La tercera palabra
Marga López
1955
Mi influyente mujer
José Ángel Espinoza Ferrusquilla
1955
El médico de las locas
Enrique García Alvarez
1955
Sublime melodía
León Barroso
1955
Y si ella volviera
Irasema Dilián
1956
Felicidad
Carlos López Moctezuma
1956
Escuela para suegras
Pompín Iglesias
1956
El camino de la vida
Roberto Meyer
1956
Tropicana
Dalia Íñiguez
1956
El impostor
Pedro Armendáriz
1956
El bolero de Raquel
Manola Saavedra
1956
Mi esposa me comprende
Arturo de Córdova
1957
7
La marca del cuervo Antonio Aguilar 1957
Aquí está Heraclio Bernal
Domingo Soler
1957
Concurso de Belleza
Kitty de Hoyos y Augusto Benedico
1957
Tres lecciones de amor
Germán Valdez Tin Tan
1958
Mi niño, mi caballo y yo
Guillermo Orea y León Barroso
1958
El supermacho
Óscar Pulido
1958
Los Santos Reyes
Pepe Nava
1958
Mi madre es culpable
Beatriz Aguirre
1959
Yo pecador
Andrés Soler
1959
Qué bonito amor
Joaquín Cordero
1959
La comezón del amor
Demetrio González
1959
Dormitorio para señoritas
Andrés Soler
1959
Ojos tapatíos
Roberto Silva
1960
Teresa
Fernando Rey
1960
El hombre de la ametralladora
Silvia Fournier
1960
El analfabeto
Carlos Martínez Baena
1960
Simitrio
José Elías Moreno
1960
Pueblito
María Elena Marqués
1961
Corazón de niño
Ignacio López Tarso
1962
8
El pecador
Arturo de Córdova
1964
Aquella Rosita Alvírez
Pascual García Peña
1965
Los años verdes
Enrique Lizalde
1966
Hasta el viento tiene miedo
Marga López
1967
El libro de piedra
Marga López
1968
La maestra inolvidable
María Rivas
1968
Un Quijote sin mancha
Angel Garasa
1969
El Profe
Cantinflas
1970
El deseo en otoño
Maricruz Olivier
1970
Tómalo como quieras
Rogelio Quiroga
1971
Pepito y la lámpara maravillosa
Eduardo McGregor
1971
La recogida
Bertha Moss
1972
El nacimiento de un guerrillero
Rubén Monterrubio
1973
La lucha con la pantera
Robert Dumont
1974
La india
Jorge Martínez de Hoyos
1974
Presagio
Carmen Montejo
1974
México, México, ra, ra, ra!
Gilberto Pérez Gallardo y Eva Calvo
1975
Caminando pasos...caminando
Ernesto Gómez Cruz
1975
9
Las fuerzas vivas Héctor Ortega 1975
La palomilla al rescate
Ofelia Medina
1976
La casta divina
Ana Luisa Peluffo
19763
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Los actores, personajes y su drama:
Distintos géneros han abrazado al docente: la farsa, la comedia, el melodrama y,
fundamentalmente, el drama, lo que habla del tipo de definición que de él se hace.
Para el mexicano el género por excelencia es el melodrama: se nos da de una manera absolutamente natural e independientemente de las cargas de "moralina" que tiene, es nuestro género y ha sido muy bien realizado.4
Existen tres cintas de gran fama que significativamente
destacan imágenes predominantes de los mentores y se caracterizan
por ser dramas profundos:
Río Escondido
La maestra inolvidable y
Simitrio
En Río Escondido, dirigida por Emilio Fernández en 1947, María Félix desempeña el
papel de maestra. Rosaura Salazar, hermosa, de gran carácter e iniciativa; encarna el papel de
maestra vasconcelista, apóstol y mártir. Una dramática historia, que personifica las dotes del
maestro ideal, factor de cambio social. Vence epidemias, al cacique, y el miedo y la apatía ante
el progreso, así como las limitantes personales de salud y físicas.5
10
Tras recibir una plaza de manos del presidente
de la República, y la encomienda de salvar al pueblo de la
ignorancia, Rosaura Salazar se dirige a Río Escondido, un
pueblo del norte del país, a pesar de la advertencia de su
maestro que conoce su mal cardíaco.
En el trayecto conoce a un joven pasante de
medicina, que la atiende en un desvanecimiento. Al llegar al pueblo, Rosaura se encuentra con
que no hay escuela, pero sí una epidemia de viruela y que el pueblo está sometido a la voluntad
del cacique Regino. Con la ayuda del pasante, Rosaura logra vencer la epidemia y negocia con
Regino la reapertura de la
escuela. La escasez de agua
se agudiza y un niño muere al
tratar de sacar agua del aljibe.
Finalmente, Rosaura mata a
Regino por querer abusar de ella,
liberando así al pueblo, sin
embargo, sufre un nuevo ataque
cardiaco y antes de morir escribe
un informe de su labor al Presidente de la república.
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Con una profunda creencia en la educación como arma para
salvar al pueblo, Emilio Fernández presenta una maestra ideal,
maravillosa, pero llena de falsedad, que influye extraordinariamente
en la vida de Río Escondido, y curiosamente no asume su principal
misión: enseñar. Otro tipo de gestiones
absorben su tiempo y su vida.
María Rivas, encarna a La maestra inolvidable -dirigida por
René Cardona en 1968-, cuyo destino es sufrir y soportar
estoicamente. Víctima de un incidente personal, en el que muere el
hombre que ama, queda coja muy joven. Asume abnegadamente su situación y continúa dando
clases hasta en los lugares más apartados del pueblo, visitando e impartiendo clases a quienes
no pueden asistir a la escuela. Por falsas intrigas, es destituida de su empleo y se va. Todo el
pueblo intenta impedir su partida, pero muere bajo la lluvia. La recompensa por parte de la
comunidad es simbólica y póstuma: una placa en su honor.6
Entre líneas podemos leer la problemática de los docentes de esa época: la incertidumbre
laboral, y la facilidad con que se les despojaba de su trabajo, de tal modo que una intriga
propiciaba una destitución de una maestra
con muchos años de servicio. Por cierto,
en el Archivo de Instrucción Pública
encontramos testimonios de ceses
injustificados, más no así de
condecoraciones y rectificaciones del
pueblo en favor de los docentes.
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En Simitrio, dirigida por Emilio Gómez Muriel en 1960, se
capta la idea del maestro abnegado, agotado en y por su
profesión. El viejo y casi ciego maestro rural, Cipriano,
personificado por José Elías Moreno, es víctima en el final de su
vida, de burlas y engaños por parte de sus alumnos. Sus
exalumnos, padres de los chicos, le reconocen su esfuerzo y se oponen a su jubilación.
Finalmente, todo su sufrimiento es compensado con las satisfacciones del cariño de los
discípulos y con los honores y monumentos que el pueblo rinde a su labor social.
Esta cinta patentiza, de nueva cuenta, la ingrata carrera del docente, a quien la
sociedad trata de pagar con honores y discursos, en lugar de ofrecerle una vida digna. La cinta
proyecta la etapa final de su existencia, prolongada hasta lo inaudito por la sobrevivencia, para
evitar una irrisoria pensión y con el consecuente menosprecio popular por su experiencia ante el
inevitable desgaste físico.
Mención aparte merecen dos cintas que, aunque proyectan al maestro en forma
secundaria, no dejan de ser significativas: Maclovia y La Guerra Santa.
Una interesante imagen encontramos en Maclovia, dirigida por Emilio Fernández en
1948, pues permite apreciar el significado del maestro dador de la verdad y mensajero de amor
al interpretar las cartas enviadas entre Maclovia y José María (representados por María Félix y
Pedro Armendáriz). Arturo Soto Rangel representa aquí a don Justo, el maestro de escuela que
además trata de moderar en las difíciles relaciones entre los indígenas y las tropas federales, un
rol que habían desempeñado anteriormente los curas y que
a partir de la Revolución Mexicana (1910-1917), asumen los
docentes.
En La Guerra Santa, dirigida por Carlos Enrique
Taboada en los años setenta, Claudio Obregón asume el
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papel de docente, intermediario, gestor y representante del gobierno durante la cristiada, así
como de dador de conocimiento y de luz para el pueblo. Es dibujado como el enemigo de los
cristeros; pero, a la vez expresa la imagen de apostol y víctima sacrificado en el cumplimiento
fiel de la lucha contra la ignorancia y el fanatismo.
Ante el asesinato de un cura, un jefe cristero investiga entre los lugareños los
pormenores del asunto:
El maistro denunció (al padrecito Luis), disque porque habló mal del gobierno. El maistro lo llamaba con una palabra rara que no entendí... ¿Y ese maestro qué?(pregunta el jefe cristero). Un hombre muy malo, no cree en nada, ni en Dios ni en la virgen, pero pues está
bien con el gobierno, y les informa de todo lo que hacemos acá.
En su huida, el maestro fue capturado de inmediato y al día siguiente ahorcado delante
de su hija de cinco años, a quien pidió: "Rosa, no te tapes la cara, quiero que veas todo para
que nunca olvides lo que hacen los soldados de Cristo".
Los actores investidos como maestros nos permiten dibujar esa imagen colectiva
proyectada en el celuloide. En los papeles femeninos, además de María Félix y María Rivas,
encontramos a:
Dolores del Río quien personifica a una maestra en la cinta La Casa chica, donde el
sugestivo título nos habla de una maestra universitaria que sostiene una relación con un hombre
casado, situación que no es aceptada por la sociedad,
y donde la intimidad afecta su vida profesional.
En Pueblito, María Elena Marqués protagoniza
a Rosalía, maestra que lucha por la construcción de
una escuela rural y que se enamora del ingeniero
encargado de realizar tal empresa. Ella lucha contra
la oposición del cacique y triunfa finalmente.7
Irasema Dilián, Mimí Derba, Rita Macedo, Rosita Quintana, Libertad Lamarque, Maricruz
Olivier, Ana Luisa Peluffo, Ofelia Medina, Prudencia Griffel y Marga López entre otras, desfilan
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también en este juego de espejos.
Entre los actores, el preferido es Emilio Tuero, quien aparece en seis cintas como
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maestro joven, atractivo, modesto con grandes cualidades y preparación: Internado para
señoritas 1943; No matarás1944; Club Verde (El recuerdo de un vals) 1944; Yo fuí usurpadora
1945, Otoño y primavera, 1947 y Secretaria Particular, 1952.8
Tuero da vida al docente bien parecido del que se enamoran las
adolescentes y que, a su vez, cae en las redes de alguna de sus alumnas.
Expresa al docente castrado del que nos habla Theodor Adorno, que tiene el
compromiso de guardar cierto ascetismo. Además de su atractivo físico,
este tipo de maestro es noble y posee un gran corazón.
Arturo de Córdova en El Pecador muestra otra cara del docente: un maestro universitario
viudo y con circunstancias adversas cae en el vicio del alcohol y renuncia a dirigir la escuela. Se
mete en líos y al final un exalumno, agente del ministerio público, lo libra de la cárcel.9
Domingo Soler caracterizó también a maestros, aunque del tipo maduro y de gran
experiencia, v.gr. en Corazón de niño, (1939).10 En una
versión posterior de este tema, en 1962, Ignacio López
Tarso representa al profesor Almeyda quien se involucra en
la vida de sus alumnos y trata de ayudarles a resolver sus
16
problemas.
La gracia del ser docente:
En la comedia, existe algo singular: predomina un actor como expresión
del docente, aunque en cintas donde el maestro mantiene un papel
secundario. Por ejemplo, encontramos a Carlos Martínez Baena en 6
cintas: Yo fui usurpadora, 1945; Nocturno de amor, 1947; El
supersabio, 1948; El portero, 1949; Un vago sin oficio, 1955 y El
analfabeto, 1960.
Por su parte, Germán Valdez, Tin Tán, protagoniza a un
maestro cuya trama embona perfectamente con nuestra temática:
Tres lecciones de amor (o las tres caras de Tin Tán), donde representa
a un docente que sufre "amnesia de moral" y se comporta
desordenadamente. Al final, por supuesto, recobra la sensatez y
vuelve a ser el recto maestro
de antes.
Mario
Moreno
Cantinflas, en
El Profe,
encarna al
maestro
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Sócrates García, quien lucha contra el cacique y el cura para sacar adelante la escuela que está
en ruinas. Sortea sinnúmero de dificultades al organizar a sus alumnos y conquistarse al cura,
para establecer una alianza como poseedores del camino recto, y consigue el enjuiciamiento del
cacique por parte del gobernador. Se reivindica la imagen del cura, y no así la del caique, que
continúa siendo el “malo de la película”. Contrariamente a otras cintas, ésta tiene un final feliz
para el maestro, quien se enamora de Hortensia y es recompensado con una escuela nueva.11
Sen ella se proyecta un docente que arregla la vida de todos y una imagen burda de la rectitud
y la perfección.
Sacando cuentas..
El periodo revisado en cuanto a producción cinematográfica, nos permite destacar que en 1948
y 1949 se realizaron 9 filmes en cada año, es decir, una cada 2 meses. Sin embargo, ninguno
aborda al maestro como personaje principal.
De 1960 a 1970 encontramos una mayor producción en este sentido, pues se hicieron 7
cintas donde el primer papel corresponde al docente, mientras que de 1935 a 1960, sólo
encontramos el mismo número de películas dedicadas enteramente al maestro.
Un total de 125 películas en un lapso de cuarenta y un años, de las cuales catorce
abordan al docente como estelar y 111 lo refieren en forma secundaria. En ellas, 41 son
mujeres y 84 hombres.
El cine, es mejor que la vida”, dice Emilio García Riera, y sin embargo, el dibujo que en la
pantalla se hace de los profesores no es nada halagüeño. El cine de los años cuarenta,
principalmente, se encargó de fortalecer en nuestras conciencias, la imagen de un maestro
vasconcelista, apóstol y con vocación de mártir; imagen que guardamos hasta el presente. Se
sublimó al maestro a tal grado, que se alejó de la realidad y se contribuyó a esa imagen ajena a
lo material, pero dueña de la sabiduría. Una compensación simbólica, opuesta a la miseria
material, dibujando un mentor que vive y sobrevive con base en el prestigio y las alabanzas.
Este imaginario es válido para toda América Latina
18
El cine es responsable, en gran parte, de la imagen obsoleta y poco real del maestro, que
prevalece y que guardamos dentro de nosotros, pues enaltece la cruzada vasconcelista en un
periodo posterior, prolongando el apostolado hasta la muerte misma y propone una imagen
predominantemente masculina del docente, opuesta totalmente a la realidad, con gran capital
cultural, pero en la miseria material. Un criterio estético acompaña a maestras y maestros, o se
es joven y encantador o de avanzada edad con poca autoridad moral. Para una reivindicación
magisterial es indispensable una campaña nacional que redefina al docente desde el cine, la
literatura, la legislación y sobre todo, desde la propia autopercepción del maestro. Pues el
gobierno mediante el discurso y la legislación ha aportado esa imagen y la literatura ha dibujado
también al docente del que hablamos.
Los actores y los géneros definen a un maestro patético, objeto de dramas y a la vez,
víctima de la comedia, donde o es un individuo engrandecido, o ridiculizado. La miseria material
lo acompaña en todas las películas, al igual que los atributos de capital cultural; pero en las
imágenes, la vocación compensa simbólicamente su pobreza, pues se le reconoce como
poseedor y dador de conocimiento. Con amores trágicos, imposibles o insatisfechos, su misión
lo vacía.
Las máscaras a veces ahogan, y con tanto patrón y tipo ideal, el maestro olvida su
particular y personal existencia. Los modelos congelan y evitan el ser real pleno de matices, así
como influyen en su devenir y en su propia existencia.
Estas imágenes han colaborado a crear un imaginario ajeno a la realidad del docente,
fortaleciendo los tabúes acerca de la profesión de enseñar, donde el profesor debe ser un
modelo a seguir, un ser ejemplar, desinteresado y culto, con la misión consiste de salvar a la
sociedad de la ignorancia.
Se enfatiza el lado sublime del asunto y la compensación simbólica opuesta a la material
dibujando un mentor que vive y sobrevive con base en el prestigio y las alabanzas.
¿No será tiempo ya de reclamar el derecho a la imperfección y de recuperar una imagen
20
NOTAS
1.Ferro Marc. "El cine, ¿un contranálisis de la sociedad?", en:Jacques Le Goff y Pierre Nora (dir.) Hacer la historia, España: Editorial Laia, volúmen III, 1974, pp. 245-246.
2.El periodo del trabajo de tesis es de 1910-1943.
3.García Riera, Emilio. Historia Documental del cine mexicano. Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1992.
4.Patricia Vega."Hacer cine en México: un milagro" en: Revista Artes de México Revisión del cine mexicano. Número 10 Nueva Epoca, invierno de 1990.
5.Emilio García Riera.Op.Cit. tomo 4, pp 143-144.
6. Ibid., tomo 14, pp. 127-128.
7.Ibid., Tomo 11, pp. 78-80.
8.Ibid., Tomo 3.
9.Ibid., Tomo 12, pp. 78-79.
10.Ibid.,Tomo 2, p 11.
11.Ibid., Tomo 15, pp. 147-148.
BIBLIOGRAFIA ADORNO, Theodore. Consignas. Argentina: Amorrortu,1993. Artes de México. Revisión del cine mexicano. Edicion Especial. Número 10, Nueva Epoca. México, 1992. DE LA VEGA ALFARO, Eduardo. La industria cinematográfica mexicana perfil histórico-social. Cuaderno de Divulgación Segunda Epoca No. 37. Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1991. FERRO, Marc. "El cine, ¿un contranálisis de la sociedad?", en: Jacques Le Goff y Pierre Nora (dir.) Hacer la historia, España: Editorial Laia, volumen III, 1974. GARCIA RIERA, Emilio. Historia documental del cine mexicano. Guadalajara: Universidad
21
de Guadalajara, 1992. GOMEZJARA, Francisco Javier y DE DIOS, Delia Selene. Sociología del cine. México: Editorial Diana, (Colección Sep Setentas), 1981. IGLESIAS, Norma. La visión de la Frontera a través del cine mexicano. Baja California: Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México. 1985. ROZADO, Alejandro. Cine y realidad social en México. Guadalajara: Centro de Investigación y Enseñanza Cinematográficas de la Universidad de Guadalajara. 1991.