Wirtschaftswunder El milagro económico alemán
Julio 2015
Introducción
Se le dio el nombre de milagro económico alemán a la rápida reconstrucción y desarrollo de las
economías de Alemania y Austria después de la Segunda Guerra Mundial, denominación dada por
“The Times”, periódico británico, en el año 1950.
La Segunda Guerra Mundial se caracterizó por la enorme cantidad de muertes que provocó, así como
por la destrucción de extensos territorios habitados en toda Europa. Tanto Austria como
Alemania no solo fueron los derrotados, sino también fueron los que mayor impacto sufrieron, por
los altos niveles de destrucción en sus territorios.
Particularmente, Alemania quedó en condiciones lamentables. Durante la guerra, sus ciudades, sus
vías de transporte y demás infraestructura, fueron bombardeadas hasta su casi total aniquilación.
Por ejemplo, el total de bombas lanzadas por los aliados sobre Alemania fue de 1.18 millones de
toneladas, del total de 1.42 millones de toneladas durante el último año de la guerra (Rigole, 1989)
Sin embargo, algunos dudan sobre la destrucción que sufrió la industria, ya que, pese a los intentos
de destrucción mediante bombardeos masivos, la producción industrial aumentó durante la guerra
pues se trabajaba 24 horas diarias. No fue sino hasta el último año de la guerra cuando disminuyó el
PIB, el cual era de 437 millones de dólares de 1990 en el año 1944, y bajó a 310 millones en el año
1945. En el año 1939 había sido de 384 millones de dólares de 1990. (Ocaña, 2003)
En efecto, la destrucción sí fue masiva en las ciudades, muchas de ellas destruidas en más de un 60%,
razón por la cual se calculó que, al finalizar la guerra, se necesitaban alrededor de 3,9 millones de
viviendas, y que había dos millones de refugiados que vinieron del Este. Esta última cifra luego
aumentaría hasta trece millones, dado que la población alemana de la Prusia Oriental, Polonia y
Checoslovaquia, fue obligada a emigrar. A esto se suma el cálculo de que seiscientos mil niños
estaban alojados en establecimientos públicos y otros quinientos mil debían también ser atendidos
con fondos públicos. (BDB, 2005)
Al terminar la guerra, Alemania quedó dividida en cuatro zonas de ocupación. Una quedaría ocupada
por la Unión Soviética, otra por los Estados Unidos, otra por Gran Bretaña y una última por Francia.
Durante esta época, conocida como de “ocupación”, el gobierno sería ejercido por los comandantes
de cada uno de los ejércitos. De igual forma la capital, Berlín, situada en la zona soviética, se
encontraba dividida.
Sin embargo, poco tiempo después, los aliados de la Segunda Guerra se distanciaron, y comenzó lo
que se llamó la Guerra Fría. No es de extrañar que fuera Alemania el país en que esta se manifestara
en mayor forma, puesto que se encontraba ocupada por todas las potencias. Vemos así que en las
cuatro zonas de ocupación se pusieron en operación órganos administrativos centrales. De forma
significativa, en la de los Estados Unidos e Inglaterra la reactivación de la administración política se
hizo de abajo hacia arriba. Esto generó que, en una primera etapa, la organización política se
implementara a nivel local; y sólo a ese nivel se autorizaron los partidos políticos. Más tarde, se
constituyeron los primeros Estados Federados (Länder), donde también los partidos políticos fueron
autorizados para operar a este nivel. Sólo mucho más adelante se les permitiría organizarse por
zonas. (Collasius, sin año)
El grado de estructuración de los órganos administrativos por zonas fue muy rudimentario al
principio, pero la miseria material del país, reducido a escombros, requería una cooperación más allá
de los límites de los Estados Federados y de las zonas. De manera semejante a lo que había
sucedido en la posguerra de la Primera Guerra Mundial, se empezó a dar un proceso de inflación, el
cual derivó en la más absoluta pérdida de confianza en la moneda circulante. La moneda oficial, el
Reichsmark, era rechazado en las transacciones económicas y se prefería el trueque para realizar las
compras y ventas.
Kenneth Galbraith (1983:293) dice sobre el trueque en Alemania de 1945 lo siguiente:
“( … )hubo un retorno a una de las monedas clásicas de antaño, a saber, el tabaco. Éste podía tenerse ahora en una forma muy superior. En vez de la hoja que pasaba de mano en mano, estaba el recién acuñado y estandarizado cigarrillo. Era el equivalente, en todos los aspectos, de una moneda reputada. El cigarrillo suelto era una excelente calderilla y el paquete de veinte cigarrillos o el cartón de doscientos eran múltiplos adecuados para mayores transacciones… El instinto de los primeros colonos americanos, en el sentido de que el tabaco era un admirable medio de cambio, fue firmemente confirmado por la experiencia de los alemanes después de la Segunda Guerra Mundial”.
En este ambiente de desconfianza y de escasez, surgieron vicios económicos tales como el
acaparamiento de bienes esenciales, el mercado negro con precios de especulación y, en general,
corrupción en los negocios por aquellos que podían tener mejores accesos a los bienes económicos.
El régimen de ocupación por parte de las cuatro potencias creó una administración poco operativa,
en razón de lo cual en el año 1947 los Estados Unidos de América y Gran Bretaña decidieron unir sus
dos zonas en una “bizona”.
El 6 de septiembre de 1946 el Secretario de Estado norteamericano, James Byrnes, pronunció en
Stuttgart un discurso que supuso un auténtico punto de inflexión. La presencia de los aliados
occidentales en Alemania ya no respondería a su origen como potencias de ocupación, sino que
desde ahora su función sería de potencias protectoras frente al avance del comunismo. (Collasius,
sin año).
Pronto los franceses se convencieron de las ventajas de intensificar la cooperación, de tal forma las
tres potencias occidentales crearon la “trizona” como área económica occidental uniforme.
Por este tiempo había sido nombrado Ludwig Erhard como coordinador económico de la trizona en
un tiempo en que el reichsmark tenía muy poco valor y que estaban en uso las cartillas de
racionamiento y los cupones, más que el dinero, para las adquisiciones de los bienes. Fue así como el
20 de junio de 1948 vino la reforma monetaria alemana, se creó una nueva moneda, el deutschmark,
la cual se cambió a razón de diez reichsmark por uno. Se eliminó el racionamiento y se abandonaron
los controles de precios, la gente volvió a confiar en la moneda, ahora más escasa y con mayor valor
monetario y subjetivo. Esta medida se considera el inicio del mencionado milagro económico
alemán. (Galbraith, 1983:192)
Desde un principio los productores y comerciante la acogieron y se llenaron las tiendas de artículos.
Galbraith lo comenta así: “El invariable ciclo que hace que la gente reaccione, en el manejo del
dinero, contra su experiencia adversa más reciente, no tardó en presentarse en Alemania”.
(Galbraith, 1983:193)
El plan de conversión de la moneda se atribuye a dos americanos de origen judio alemán, Gerhard
Colm y Raymond Goldsmith, sin embargo el mérito se le asignó a Erhard, ministro alemán de
Finanzas, quien era la cabeza visible del grupo.
Inmediatamente se empezaron a dar las disposiciones necesarias para dar rumbo a la economía de
mercado, eliminando todas las ordenanzas vigentes sobre la reglamentación de la actividad
económica y sobre el control de los precios.
Se afirma que para llevar a cabo una medida económica que resultaba ser socialmente impopular,
como lo fue el cambio de moneda, la distribución de cupones y el control de los precios, el ministro
Erhard eligió un domingo para pasar su decreto. La máxima autoridad de las fuerzas de ocupación
aliadas, el General Clay, (todavía no se había formado el nuevo Estado alemán), al enterase de la
noticia, llamó a Erhard y le reprochó lo siguiente: "Todos mis asesores me dicen que sus medidas son
absolutamente desaconsejables en estos momentos". Al parecer, Erhard contestó lo siguiente: "Es
curioso, los míos me dicen lo mismo". (Cabrillo, 2014)
Las organizaciones populares trataron de conseguir la revocación de estas medidas tan perjudiciales
para los sectores más pobres de la población. La prensa criticó el programa de Erhard por dejar sin
cartilla de racionamiento a millones de alemanes pobres y los sindicatos convocaron hasta dos
huelgas generales, las cuales no tuvieron mayores consecuencias políticas. Sin embargo, dichas
medidas económicas serían lo que históricamente se considera como fortalezas de Alemania y
sirvieron de base al llamado milagro alemán.
El porqué de este nombre, se debe a que, considerando los efectos devastadores de la guerra,
Alemania mostró una muy rápida recuperación, probablemente mucho mayor a la que muchos
esperaban. El PIB per cápita, por ejemplo, tuvo un crecimiento impresionante después de la guerra,
alcanzando una tasa de crecimiento de hasta 18.23% en 19501. Como se puede ver en el gráfico 1, el
PIB per cápita se disparó justo después de la guerra.
La pregunta es, ¿cómo puede explicarse esto? ¿Cómo tuvo Alemania esta capacidad de recuperación
y en qué puede basarse esta?
1 Calculada con la base de datos de Maddison ((3.881-3.282)/3.2820)*100=18.23%, donde 3.881 es el PIB per
cápita en 1950, y 3.282 el PIB per cápita en 1949. Esta base de datos se encuentra en GK$, (Gheary-Kamis dollar o dólar internacional) esta es una unidad con la misma paridad del poder adquisitivo que los dólares de cierto año. Para el caso de Maddison, dólares de 1990.
Se tomará como hipótesis de este trabajo, que el gran crecimiento que tuvo Alemania después de la
guerra, especialmente en los cincuentas, se explica por la convergencia a su nivel de estado
estacionario de largo plazo. Tomando en cuenta que esta convergencia fue interrumpida por la
guerra, Alemania contó con las herramientas necesarias para ponerse al día con el crecimiento
económico que ya venían teniendo desde antes, aprovechando al máximo su capacidad de progreso.
Desarrollo
Muchos consideran, que el rápido crecimiento después de la guerra fue gracias a la liberalización
económica que vivió Alemania después de 15 años de intervencionismo del estado Nazi (Buchheim,
1989; en Reichel, 2002). Ludwig Ehrard, enfatizó que el crecimiento se explicaba por la
implementación de un sistema económico libre, caracterizado por la búsqueda de estabilidad de
precios, un sistema redistributivo restrictivo, una política de competencia efectiva y un régimen
liberal de intercambio. Él planteaba que la economía de mercado es inherentemente social, y
necesita poca intervención redistributiva.
Además, aunque la destrucción de Alemania fue enorme, no había sido total, y mucha industria pudo
ser reconstruida con cierta rapidez gracias al llamado Plan Marshall. La capacidad productiva estaba
viva en la población alemana, la cual conocía el trabajo fabril y artesanal.
01.0002.0003.0004.0005.0006.0007.0008.0009.000
10.000
GRÁFICO 1 PIB per cápita 1940-1965
Medido en Int.GK$ Datos de Maddison (2008)
De igual forma, la pequeña y mediana empresa fue capaz de reiniciar la producción gracias al
conocimiento técnico y empresarial de sus gestores, quienes además fueron estimulados por la
economía de mercado que les permitía participar con mayores libertades económicas.
La transformación que se dio en la gran empresa alemana fue resultado de innovadoras
modificaciones tecnológicas. Muchas empresas pudieron transformar su producción de armamentos
y municiones en producción de maquinaria, motores y automóviles, por una parte, e industria
química por la otra. Recordemos que a Alemania se le restringió su producción de armamentos por
parte de las potencias victoriosas, por lo que usaba sus ahorros para reconstruir o construir nuevas y
eficaces instalaciones industriales. Esto hizo que se produjeran artículos civiles a bajo coste. Caso
muy distinto a los Estados Unidos que siguió participando en guerras y como consecuencia se
convirtió en comprador de la industria alemana. (Galbraith 342-344).
La reconstrucción de las vías de comunicación y de la vivienda reactivó la industria de la
construcción, para la cual Alemania contaba con muchos ingenieros y técnicos con conocimiento
práctico. Se establecieron estándares, gracias a lo cual se lograron establecer fábricas de materiales
y artículos para la construcción.
Mención aparte merece la herencia cultural del país en lo que respecta al orden social. En este
sentido, se habla del bagaje cultural político alemán, que recibe el nombre de “Estado Social” (del
alemán Sozialstaat). Este concepto se remonta a la formación del Estado Prusiano, el cual, pasando
por una serie de transformaciones, dio las bases al sistema actual denominado “economía social de
mercado”.
Del Estado Social se incorporan al sistema actual los conceptos de derechos sociales mediante los
cuales se fortalecen servicios y se garantizan derechos considerados esenciales para mantener el
nivel de vida de cada uno de los ciudadanos, el cual le es necesario para participar como miembros
plenos de la sociedad. Por ejemplo, la asistencia sanitaria, la salud, la educación pública general y
gratuita, el trabajo y la vivienda digna. Muy importante es la existencia de un seguro social estatal
obligatorio, relativamente completo, contra enfermedad, accidente, vejez e invalidez establecido en
los años 80 del siglo XIX. (Ritter, 1989:160)
Dicho Estado provee la integración de las personas con mayores desventajas socio económicas, de
tal modo que no exista exclusión y marginación social, dando compensaciones y redistribuyendo el
ingreso mediante los impuestos y el gasto público.
Se conserva también el intervencionismo en el mercado y la planificación de la economía
desmarcándose de los principios clásicos del liberalismo.
La reinterpretación que se le dio al Estado Social en la reconstrucción posterior a la guerra, se
sustenta en una concepción social cristiana, donde se remplaza el nacionalismo y centralismo
tradicional por el concepto del bien común y el de la libertad individual, así como el valor de las
diversas comunidades que dan origen a la República Federal con cierta autonomía para los Estados
(Länders en alemán) que la forman. (Ritter, 1989. 158)
Este sistema de economía social de mercado ha sido calificado como “liberalismo ordenado o
controlado”, que es, por principio, opuesto a las concepciones socialistas o colectivistas.
Una vez puesto en claro el contexto socioeconómico de la posguerra, se puede analizar su rápida
recuperación desde un punto de vista teórico, basándose en la teoría general de crecimiento para
poder encontrar algunas explicaciones de esta rápida recuperación en un sentido teórico.
La teoría de crecimiento intenta aclarar, entre otros aspectos, por qué algunos países son más ricos
que otros, y por qué algunos crecen más rápido. Esto tiene su base en que cada país tiene sus
respectivas tasas de crecimiento. Si un país tiene una tasa de crecimiento mayor a otro desde un
principio, entonces, conforme pase el tiempo, la brecha entre esos dos países se va a abrir más.
Existen diferencias significativas en las tasas de crecimiento entre los países, tal y como se ve en el
gráfico 2.
GRÁFICO 2
Estimación de distribución de países de acuerdo
con tasa de crecimiento del PIB per cápita (ajustado por PPP) (Acemoglu, 2003:10)
Como muestra dicho gráfico, el crecimiento mundial en promedio fue más rápido en las décadas de
1950 y 1960 (décadas de la posguerra), que en años posteriores. Sin embargo, para 1960 ya existía
una brecha importante entre países desarrollados y subdesarrollados, y aunque algunos países
tuvieron un crecimiento importante entre 1960 y el 2000, en realidad el ranking relativo de los países
ha cambiado poco en este intervalo de tiempo, es decir, que los orígenes de la brecha entre países
vienen desde años atrás y aún se mantiene. De hecho, la evidencia indica que parte de la divergencia
toma lugar en el siglo XIX e inicios del XX. (Acemoglu, 2003:12)
Usando los datos de diferencias en PIB per cápita entre países recopilados por Angus Maddison,
como se ve en el siguiente gráfico.
GRÁFICO 3
Evolución del ingreso per cápita 1820-2000 (Acemoglu, 2003:13)
Como se ve, Europa occidental (entre ellos Alemania) viene teniendo un crecimiento relativamente
rápido desde 1820, y las caídas más importantes en el PIB se dan naturalmente en los años de crisis y
guerra vividos en el siglo XX.
Específicamente para Alemania, Maddison (2008), creó también una base de datos para el ingreso
per cápita alemán del periodo que comprende desde 1870 hasta 1994. Al graficar los datos del PIB
per cápita expuestos por Maddison podemos observar que Alemania viene mostrando un
crecimiento desde 1850 (aunque más lento al actual) el cual fue interrumpido durante la época de
crisis y guerra del siglo XX y se dispara justo después de la guerra en 1948.
En este gráfico se puede observar que el crecimiento del ingreso parece seguir una tendencia
estocástica en el tiempo. No parece ser determinístico.
De hecho, el trabajo de Reichel (2002) busca responder si el crecimiento alemán durante la
posguerra fue gracias a la liberalización económica (reforma de políticas económicas) o al
crecimiento de reconstrucción. Él se enfoca primero en verificar si el ingreso per cápita alemán sigue
una tendencia estacionaria, o si es estacionaria en diferencia (estocástica). Luego de esto, estima la
tendencia de crecimiento en función del tiempo y calcula las desviaciones existentes. Su objetivo es
captar adecuadamente los posibles efectos de reconstrucción, según lo indicado por el modelo de
crecimiento neoclásico.
Según Reichel (2002), la importancia de distinguir entre una tendencia estocástica o tendencia
determinística, radica en que a partir de cuál de las dos sea, las desviaciones de la tendencia se
explican de diferente manera. Si por ejemplo, la serie tiene tendencia estacionaria, la tasa de
crecimiento de largo plazo es constante, las fluctuaciones pueden ser irregulares o cíclicas, pero no
persistentes y los residuos de la regresión serían estacionarios. Una consecuencia económica de
una tendencia de este tipo es que el coeficiente de tendencia indicaría la tasa de crecimiento
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GRÁFICO 4 PIB per cápita 1850-1994
Datos de Maddison (2008)
determinística de largo plazo, es decir que la tasa de progreso económico es constante en el tiempo,
lo cual es poco probable que suceda en la realidad.
Un modelo así no dejaría espacio para que políticas económicas o estrategias sean las que impulsen
crecimiento (es decir que si el ingreso de Alemania siguió una tendencia de este tipo, las políticas
aplicadas no causaron ningún efecto en el crecimiento).
Si por otra parte el ingreso siguiera una tendencia estocástica (la cual se puede identificar como una
tendencia que depende del tiempo) entonces sí se podría hablar tanto de impactos tecnológicos
como de impacto por cambios de políticas y, a su vez, efectos reconstructivos. Los residuos en un
modelo estocástico a diferencia del determinístico, no vienen a ser estacionarios (habría qué
diferenciar la serie una vez para que si lo fueran). (Reichel, 2002:432)
Reichel (2002), hace la prueba para verificar si la tendencia es estacionaria o estocástica y se llega al
resultado de rechazar la hipótesis nula de que la serie tiene una tendencia estacionaria a favor de la
estocástica. Esto quiere decir entonces, que sí hay espacio para un impacto tecnológico, una
respuesta positiva ante políticas efectivas y en reconstrucción.
Esto último puede explicarse basándose en el Modelo de crecimiento Solow-Swan (1956). Este
modelo dinámico de equilibrio general es una simplificación de una economía compleja, donde se
asume que existe un único agente representativo, que la economía cuenta con un único bien final y
que todas las empresas tienen acceso a la misma función de producción de este bien (es decir, que
también hay una firma representativa).
Por el lado de la demanda se asume que se ahorra una fracción constante “s” del ingreso, dejando
una fracción constante (1-s) para el consumo.
La producción de este modelo está en función de la mano de obra, denotado por L(t) (cuya tasa de
crecimiento es igual a n), el nivel de capital K(t) y la tecnología E(t) (cuya tasa de crecimiento es igual
a g). Entonces asumiendo tecnología neutral a la Harrod (es decir que la tecnología está asociada a la
mano de obra), la función de producción agregada está dada por Y(t)=F(K(t),E(t)L(t)). (Acemoglu
2009:27-29)
Dentro del modelo se supone que esta función, es diferenciable dos veces en K y L, que tiene
productos marginales positivos y decrecientes, es decir, que cada unidad adicional de capital o mano
de obra (manteniendo lo demás constante) incrementa cada vez menos el nivel de producto, y que
cuenta con retornos a escala constantes. Además, se asume que la función cumple las condiciones
Inada2, las cuales implican que, cuando hay pocas unidades de capital o trabajo (las primeras
unidades), estas unidades van a ser muy productivas, mientras que si son muy abundantes, sus
productos marginales se van acercando más a cero (Acemoglu, 2009:29-33). Este supuesto será muy
útil para el caso expuesto de Alemania, ya que, como se verá más adelante, el shock originado por la
guerra, causó un aumento en las productividades, las cuales pueden venir a explicar el boom
reconstructivo de las décadas posteriores a la guerra.
En el modelo de Solow, dada una secuencia de mano de obra y tecnología y un stock de capital
inicial K(0), el equilibrio se define como una secuencia de stocks de capital, consumo, salarios, tasas
de alquiler y niveles de producto tales que K(t) cumple K(t+1)=sF(K(t),L(t)E(t)) + (1-δ)K(t) 3
Dado el modelo básico y los supuestos dichos, entonces existe un único equilibrio de estado
estacionario. Un estado estacionario es definido como un punto del cual no nos movemos, las
variables por unidad eficiente no están cambiando, es un equilibrio de largo plazo. En este punto el
radio capital-trabajo, que se define como k(t+1)=k(t)=k* cumple la siguiente ecuación:
sf(k*)=(z+δ)k*(t)4
El producto per cápita está dado por y*=f(k*), y el consumo per cápita por c*=(1-s)f(k*) (Acemoglu,
2009:34-38)
Este nivel de estado estacionario es único y se converge a él en el largo plazo.
2 Las condiciones Inada se definen de la siguiente forma: lim𝑘→∞ 𝐹𝑘 (𝐾, 𝐿, 𝐴) = 0 lim𝑘→0 𝐹𝑘 (𝐾, 𝐿, 𝐴) = ∞
lim𝐿→∞ 𝐹𝑘 (𝐾, 𝐿, 𝐴) = 0 lim𝐿→0 𝐹𝑘 (𝐾, 𝐿, 𝐴) = ∞ 3 donde δ=depreciación
4 z=(1+n)(1+g), y se define como la tasa de crecimiento de largo plazo.
Como ya fue mencionado, el progreso tecnológico es neutral a la Harrod, y la tasa de crecimiento de
largo plazo de la economía está determinada por la tasa de crecimiento de la población (n) y la tasa
de progreso tecnológico (g).
Según este modelo, una destrucción del stock de capital físico, causa una caída en la relación capital
trabajo a un punto por debajo de su equilibrio de largo plazo. Sin embargo, a fin de cuentas, esta
escasez según explica el modelo, resulta en aumentos de la productividad del capital y,
consecuentemente, en mayores tasas de crecimiento de la producción. Como se mencionó, dadas las
condiciones innada sabemos que, cuanto menos unidades de capital se tengan, más productivas van
a ser estas. Sin embargo, conforme se van añadiendo más unidades, cada unidad marginal va a ir
aportando cada vez menos aumento en la producción debido a que existen productividades
marginales decrecientes. Esto quiere decir que las tasas de crecimiento son más altas al principio de
la reconstrucción y van siendo menores conforme nos acercamos al respectivo nivel de estado
estacionario de largo plazo. Entonces, conforme pasa el tiempo se va a converger a este punto
(la convergencia está garantizada por las productividades marginales decrecientes, y los costos de
reposición que están asociados al capital, los cuales son constantes), el ingreso per cápita aumenta
por encima de las tasas de crecimiento de equilibrio y nos vamos acercando más al crecimiento de
largo plazo.
Retomando lo expuesto antes, el ingreso per cápita alemán sigue una tendencia estocástica (lo cual
deja espacio para crecimiento económico de reconstrucción) y planteada la explicación del shock de
destrucción del capital físico bajo el modelo de Solow. Se puede argumentar que, debido a la guerra,
Alemania se alejó de su nivel de equilibrio de largo plazo cayendo a un punto por debajo del estado
estacionario, lo cual impulsó sus tasas de crecimiento (que vienen a ser mayores inmediatamente
después del shock y van disminuyendo conforme nos acercamos nuevamente al estado estacionario)
justo después de terminada la guerra, y viene a explicar en parte el milagro alemán durante los años
cincuenta.
Sin embargo, según la teoría neoclásica de reconstrucción, las tasas de crecimiento están
inversamente relacionadas al ingreso inicial. Esto, aplicado a Alemania, implicaría que la tasa más
alta de crecimiento debió darse en 1946, lo cual no fue así. Las tasas más altas fueron a partir de
1948, año en el que empieza a darse mayor liberalización económica y políticas importantes, como lo
fue la reforma monetaria. Además, el crecimiento acelerado se dio por un tiempo bastante
prolongado ya que continuó a lo largo de la década de los años 50 y 60, lo cual no puede ser
explicado únicamente por la teoría de reconstrucción.
Conclusión
Para este ensayo se tomó como hipótesis del modelo, que el crecimiento en la posguerra se puede
explicar como una convergencia al nivel del estado estacionario de largo plazo. Según se expuso,
Alemania sufrió una contundente destrucción de capital físico, así como muchos otros daños de
carácter moral y de innegable repercusión socioeconómica a consecuencia de las guerras mundiales
en las que participó. Sin embargo, desde una posición como esta, aparentemente desventajosa, supo
aprovechar la época de la posguerra y las altas tasas de crecimiento que tenían debido al shock,
aplicando reformas y cambios estructurales acertados para impulsar su crecimiento; con lo cual
queda demostrada la hipótesis.
Alemania es un país que, desde el siglo XIX, viene mostrando una buena capacidad de crecimiento y
de uso de los recursos, por lo que su rápida recuperación consistió en ponerse al día con los
progresos que venía teniendo desde antes.
Como se planteó en el ensayo, se buscó explicar formalmente con el modelo de Solow, y se
encontró que bajo el modelo sí debería de haber un importante efecto reconstructivo.
Sin embargo, también existe una influencia positiva de la reforma monetaria, la liberalización y la
desregularización fueron factores importantes que promovieron el crecimiento, y según vimos, la
tendencia estocástica del ingreso nos garantiza, que este sí responde a cambios de políticas. Es
decir, que existe un efecto combinado de altas tasas de crecimiento después de la guerra, junto con
la aplicación de la economía social de mercado. Estos fueron factores que impulsaron una
recuperación rápida y una convergencia a su senda de crecimiento de largo plazo, la cual ya se venía
mostrando desde antes de la Segunda e incluso desde antes de la Primera Guerra Mundial.
Número de palabras: 4570.
Ortografía de acuerdo con las normas de la Nueva Ortografía de la RAE de 2010.
Referencias bibliográficas
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