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El Pajaro del Brujo

Date post: 15-Mar-2016
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Entrega final 3er corte Taller de Diseño
13
El Pajaro del Brujo
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El Pajarodel Brujo

El Pajarodel Brujo

Colección de los Hermanos Grimm

EDITORIAL CUBO

Colección:Los Hermanos Grimm

Editorial“Cubo”ISBN:

123-456-789-456-1Depósito legal:1f45200874125

C.A. EDITORIAL CUBORif:

J07000000-4Editor en jefe:Luis Fernández

Presidente ejecutivo:José Sánchez

Redacción:Tatiana Fernández

Diseño Gráfico:Marielina Pineda

Fotografía:Ángel Rodríguez

Edición:Yolanda Pérez

Coordinador Editorial:Pedro Zambrano

Apartado postal:4005

Todos los derechos reservados,impreso en Venezuela Editorial Cubo

Biografia Pag 4

Pajaro del Brujo Pag 8

Bibliografía Pag 18

Érase una vez un brujo que,adoptando la figura de anciano, ibaa mendigar de puerta en puerta yrobaba a las muchachas hermosas.Nadie sabía adónde las llevaba, puesdesaparecían para siempre. Un díase presentó en la casa de un hombrerico, que tenía tres hijas muy bellas;iba, como de costumbre, en figurade achacoso mendigo, con una cestaa la espalda, como para meter enella las limosnas que le hicieran.

Pidió algo de comer, y al salisteis lamayor a darle un pedazo de pan,

tocóla él con un dedo, y lamuchacha se encontró en uninstante dentro de la cesta.

Se alejó entonces el brujo a largospasos, y se llevó a la chica a su casa,que estaba en medio de un tenebroso

bosque. Todo era magnífico en lacasa; el viejo dio a la joven cuanto

ella pudiera apetecer y le dijo:- Tesoro mío, aquí lo pasarás muy

bien; tendrás todo lo que tu corazónpueda apetecer.

Así pasaron unos días, al cabo de loscuales dijo él:

- Debo marcharme y dejarte sola porbreve tiempo. Ahí tienes las llaves dela casa: puedes recorrerla toda y ver

cuanto hay en ella. Sólo no entrarás en la habitación

correspondiente a esta llavecita. Telo prohíbo bajo pena de muerte. – Leda también un huevo, diciéndole: -

Guárdame este huevocuidadosamente, y llévalo siempre

contigo, pues si se perdiese ocurriríauna gran desgracia

Cogió la muchacha las llaves y elhuevo, prometiendo cumplirlo

todo al pie de la letra. Cuando sehubo marchado el brujo, visitó ellatoda la casa, de arriba abajo, y vioque todos los aposentos relucíande oro y plata, como jamás soñaratal magnificencia. Llegó, por fin,

ante la puerta prohibida, y suprimera intención fue pasar delargo; pero la curiosidad no la

dejaba en paz.Miró la llave y vio que era igual alas otras, la metió en la cerradura,y, casi sin hacer ninguna fuerza, lapuerta se abrió. Pero, ¿qué es lo

que vieron sus ojos? En el centrode la pieza había una gran pila

ensangrentada, llena de miembroshumanos, y, junto a ella, un tajo y

un hacha reluciente. Fue tal suespanto, que se le cayó en la pila elhuevo que sostenía en la mano, y,aunque se apresuró a recogerlo ysecar la sangre, todo fue inútil; nohubo medio de borrar la mancha,

por mucho que la lavó y frotó.

A poco regresaba de su viaje el hombre,y lo primero que hizo fue pedirle lasllaves y el huevo. Díselo todo ella,pero las manos le temblaban, y el brujocomprendió, por la mancha roja, que

la muchacha había entrado en lacámara sangrienta:

- Puesto que has entrado en elaposento, contraviniendo mi voluntad- le dijo, - volverás a entrar ahora en

contra de la tuya. Tu vida haterminado.

La derribó al suelo, la arrastró por loscabellos, pásale la cabeza sobre el tajoy se la cortó de un hachazo, haciendofluir su sangre por el suelo. Luego echó

el cuerpo en la pila, con los demás.

- Iré ahora por la segunda - sedijo el brujo. Y, adoptandonuevamente la figura de un

pordiosero, volvió a llamar a lapuerta de aquel hombre para

pedir limosna. Dile la segundahermana un pedazo de pan, y elhechicero se apoderó de ella consólo tocarla, como hiciera con laotra, y se la llevó. La muchacha

no tuvo mejor suerte que suhermana: cediendo a la

curiosidad, abrió la cámarasangrienta y, al regreso de su

raptor, hubo de pagar tambiéncon la cabeza.

El brujo raptó luego la tercera, que eralista y astuta. Una vez hubo recibidolas llaves y el huevo, lo primero que

hizo en cuanto el hombre partió, fueponer el huevo a buen recaudo; luegoregistró toda la casa y, en último lugar,

abrió el aposento vedado. ¡Dios delcielo, qué espectáculo! Sus dos

hermanas queridas, lastimosamentedespedazadas, yacían en la pila. La

muchacha no perdió tiempo enlamentaciones, sino que se puso enseguida a recoger sus miembros yacoplarlos debidamente: cabeza,

tronco, brazos y piernas. Y cuando yano faltó nada, todos los miembros

empezaron a moverse y soldarse, y lasdos doncellas abrieron los ojos y

recobraron la vida. Con gran alegría,se besaron y abrazaron cariñosamente.

El hombre, a su regreso, pidió enseguida las llaves y el huevo; y al nodescubrir en éste ninguna huella de

sangre, dijo:- ¡Tú has pasado la prueba, tú serás

mi novia!Pero desde aquel momento habíaperdido todo poder sobre ella, y

tenía que hacer a la fuerza lo queella le exigía.

- Pues bien - le dijo la muchacha -,ante todo llevarás a mi padre y a mi

madre un cesto lleno de oro,transportándolo sobre tu espalda;entretanto, yo prepararé la boda.Y, corriendo a ver sus hermanas,

que había ocultado en otroaposento, les dijo:

- Éste es el momento en que puedosalvaros; el malvado os llevará a casaél mismo; pero en cuanto estéis allí,enviadme socorro. - Metió a las dosen una gran cesta, las cubrió de oroy, llamando al brujo, le dijo: - Ahorallevarás este cesto a mi casa, y no sete ocurra detenerte en el camino adescansar, que yo te estaré mirando

desde mi ventanita.


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