cuadernos FIE
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El Populismo
en América
Latina:
¿Pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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Existe en Europa un déficit de cono-
cimiento sobre el fenómeno popu-
lista. Este trabajo pretende ser una
reflexión que ayude a determinar
sus orígenes y descifrar sus conse-
cuencias a medio y largo plazo en
lo relativo a sus relaciones con la
libertad.
María Victoria Almonte y Alfredo
Crespo Alcázar tienen una trayec-
toria académica y científica que les
avala. El documento que sigue
quiere convertirse en un texto de
referencia y consulta cuando el
fenómeno del Populismo sea
objeto de estudio en posteriores
investigaciones.
cuadernos FIE
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El Populismo
en América
Latina:
¿Pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
El P
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FIE
27
Existe en Europa un déficit de cono-
cimiento sobre el fenómeno popu-
lista. Este trabajo pretende ser una
reflexión que ayude a determinar
sus orígenes y descifrar sus conse-
cuencias a medio y largo plazo en
lo relativo a sus relaciones con la
libertad.
María Victoria Almonte y Alfredo
Crespo Alcázar tienen una trayec-
toria académica y científica que les
avala. El documento que sigue
quiere convertirse en un texto de
referencia y consulta cuando el
fenómeno del Populismo sea
objeto de estudio en posteriores
investigaciones.
El Populismo en América Latina:
¿pasado o presente?María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
Esta publicación forma parte del proyecto: “Programa de investigación y sensi-bilización en valores democráticos”, cofi nanciado por la Consejería de Inmigra-ción y Cooperación de la Comunidad de Madrid.
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54
PRESENTACIÓN
Existe en Europa un défi cit de conocimiento sobre el fenómeno populista. Este trabajo pretende ser una refl exión que ayude a determinar sus orígenes y descifrar sus consecuencias a medio y largo plazo en lo relativo a sus relaciones con la libertad.
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar tienen una tra-yectoria académica y científi ca que les avala. El documento que sigue quiere convertirse en un texto de referencia y consulta cuando el fenómeno del Populismo sea objeto de estudio en pos-teriores investigaciones.
En su primera parte se analiza, desde el punto de vista teórico, en qué consiste el fenómeno populista, cuales son sus caracte-rísticas principales y su evolución histórica en América Latina. En la segunda parte, realizan un examen de los populismos ac-tuales descifrando y explicando el modus operandi de esta ideo-logía, desde su llegada al poder hasta el role y características de la oposición, pasando por el sistema de alianzas, internas y externas, que establecen.
Maria Victoria Almonte y Alfredo Crespo nos ofrecen en las si-guientes páginas un documentado trabajo de investigación so-bre el fenómeno populista y la amenaza que este supone para la libertad y el desarrollo democrático de las sociedades latinoa-mericanas.
Pablo Izquierdo Juárez
Presidente de FIE
6 7
PRÓLOGO
La aparición de gobiernos de corte populista en América Latina
es un fenómeno de rango abolengo en la región. El poco conoci-
miento que sobre este tema hay en escenarios geográfi cos como
Europa exige que se haga una refl exión profunda sobre el mis-
mo, atendiendo a objetivo tales como defi nir en qué consisten
dichas formas de gobiernos, cuáles son sus orígenes y tratar de
enumerar/descifrar sus consecuencias a medio y largo plazo.
La premisa de la que partimos para la realización de este trabajo
es que la emergencia de este tipo de gobiernos evidencia la cri-
sis por la que atraviesan los sistemas democráticos en la región
promoviendo el afi anzamiento de gobiernos populistas que lejos
de propiciar la vigencia de instituciones democráticas incitan a
su desarraigo ya que:
minimizan la libertad de las personas, dando lugar a otra a.
consecuencia no menos nociva: generan individuos apáticos,
carentes de toda responsabilidad e iniciativa. Además, más
allá de dar lugar a una adecuada distribución de los recursos
y riqueza, éstos tienden a polarizar las sociedad, a modo de
todos antagónicos, con lo que lejos hacer desaparecer las
diferencias en las mismas, estas se agudizan.
menosprecia las instituciones básicas de la democracia libe-b.
ral, especialmente el parlamento que lejos de ser un foro de
debate y control del ejecutivo, se convierte en una cámara
de refrendo de éste.
la demagogia de quienes practican el populismo asociada a c.
la búsqueda de un enemigo irreal al que se acusa de todos
los males del país, supone un elemento tergiversador de la
realidad.
Esperamos que este trabajo ofrezca un conocimiento sufi ciente
del fenómeno populista y de la amenaza que este supone para
la libertad y el desarrollo democrático de las sociedades latinoa-
mericanas.
En Madrid, 19 de noviembre de 2008.
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar.
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina 111. Marco Teórico y Objeto de la Investigación 122. Características Generales del Fenómeno 18 2.1. El líder 19 2.2. El pueblo 22 2.3. El discurso 24 2.4. El estado 253. El fenómeno populista en América latina 27 3.1. El populismo temprano 31 3.2. El populismo clásico 35 3.3. Los populismos actuales 43 3.3.1. Los populismos de derecha 44
II. El populismo en el siglo XXI:¿una amenaza para la democracia latinoamericana? 491. Introducción 502. La legitimación interna y externa 583. La fragmentación de la oposición política 634. El discurso neopopulista: características 67 4.1. Antiamericanismo, anticapitalismo, antiliberalismo. 67 4.2. La descalifi cación y la amenaza como herramientas frente a las críticas recibidas. 70 4.3. El mesianismo de los neopopulistas. 72 4.4. Mercantilismo ideológico: el trueque petróleo por socialismo del siglo XXI. 755. La geopolítica del neopopulismo. La apelación constante de Fidel Castro. Alianzas más allá de la región 786. Un modus operandi simétrico: llegada al poder y ejercicio del mismo 81 6.1. Carácter beligerante y campaña de rearme. 83
III. Conclusiones fi nales 87
IV. Bibliografía 991. Libros 1002. Artículos 1003. Prensa 106
Índice
1
I. Características y
evolución histórica
del populismo
en América latina
12
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
13
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
1 MARCO TEÓRICO Y OBJETO DE LA INVESTIGACIÓN
Desde la década de los 90, la expresión “populista” comenzó a
recobrar vigencia en el ámbito de la política para caracterizar a
las nuevas experiencias de gobierno que se estaban manifestan-
do en algunos países de América Latina1.
Pero, ¿a qué hace referencia, qué intenta defi nir o describir este
término cuando se utiliza?. Las respuestas han sido tan variadas
como los enfoques o las disciplinas que dentro de las Ciencias
Sociales han intentado resolver estos interrogantes. En este sen-
tido, y gracias a las investigaciones y refl exiones que se inicia-
ron hace más de cuatro décadas, hoy existe un amplio corpus de
ideas sobre esta cuestión que posibilita acercarse a este comple-
jo fenómeno socio-político desde distintas perspectivas.
Ahora bien, el origen del término como referencia a una deter-
minada situación socio-económica y política, puede ubicarse a
fi nales del siglo XIX cuando se empleó por primera vez haciendo
alusión a dos situaciones distintas, tanto por el ámbito geográ-
fi co en el que se enmarcaron, como por las características y las
evoluciones que siguieron cada uno de estos procesos. Ambos
tenían como elemento común haberse gestado como respuesta
a los efectos negativos que el capitalismo estaba teniendo sobre
un determinado sector de la sociedad.
1 Haciendo referencia al retorno del cardenismo en Méjico 1988; Hugo Chávez en
Venezuela 1998; Abdalá Bucaram en Ecuador en 1996; Alberto Fujimori en Perú en
1990 o Carlos Menem en Argentina en 1989.
Así, en la Rusia de los Zares, se trató de un movimiento intelec-
tual, el “narodnichestvo”, que infl uido por el idealismo alemán,
consideraba que se podía lograr la meta socialista obviando las
distintas etapas del capitalismo y reclamaba la ejecución de po-
líticas “populares” que mejorasen las precarias condiciones de
vida de grandes sectores de la sociedad. Por otra parte, en los
Estados Unidos, el “People´s Party”, fue un movimiento campesi-
no nacido como una alternativa a los grandes partidos políticos
demócrata y republicano, que veía como una amenaza el desa-
rrollo industrial y fi nanciero propio del capitalismo2.
Pero, es en América Latina donde este fenómeno adquiere reales
dimensiones, convirtiéndose en parte de la cultura política de la
región, cuando se empieza a usar este término para caracterizar
a las nuevas formas de gobierno que surgen como consecuencia
de la crisis del modelo político-económico de la oligarquía (entre
los años 30 y 50), o de la crisis de los sistemas democráticos o
de partidos en los años 90.
Frente a este variado panorama vuelve a surgir el interrogante
sobre qué es el populismo. A lo largo de estos cuarenta años se
ha intentado defi nir o conceptualizar este término desde distin-
tas disciplinas como la historia, la sociología y la ciencia políti-
ca, centrándose en dos cuestiones principales, la primera, buscar
2 Para este tema ver PÉREZ HERRERO, Pedro: Auge y caída de la autarquía, Vol V
deHistoria Contemporánea de América Latina (1950 – 1980). Ed. Síntesis, Madrid;
o también LACLAU, Ernesto: La razón populista. Ed. Fondo de Cultura Económica,
Buenos Aires, 2005.
14
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
15
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
autores al estudio de la cuestión fue el defi nir una tipología a
partir de una buena descripción empírica del fenómeno. Tam-
bién, el señalar como características de la política populista el
liderazgo carismático y la participación emotiva de las masas,
aunque asignándoles una relativa importancia frente a la que
cobraban los factores socioeconómicos y geopolíticos como cau-
sas del surgimiento de estos sistemas políticos.
Más adelante y en confrontación con el enfoque anterior, algu-
nos autores infl uenciados por la teoría de la dependencia o por
el marxismo, sostuvieron que los populismos debían ser inter-
pretados como una fase de desarrollo del capitalismo, en concre-
to, como la etapa que marcaba el fi nal del modelo oligárquico
que, desde el punto de vista político implicaba la desarticulación
del estado liberal y desde lo económico, marcaba el fi nal del
modelo agro-exportador.
Este enfoque interpreta el populismo como resultado de la rela-
ción que se da entre el centro y la periferia y en la confrontación
pueblo-oligarquía. El concepto de justicia social cobra relevancia
como un benefi cio tangible que estos tipos de gobierno buscan
alcanzar con sus acciones tanto políticas, como sociales o eco-
nómicas.
Para autores como Fernando Cardoso o Guillermo O´Donell, el dis-
curso populista es nacionalista, antiimperialista, antioligárquico
y desarrollista y lo que pretende es la conciliación de clases. En
conjunto, todos estos elementos producen el Estado populista
las razones que dan origen al mismo, atendiendo sobre todo a
sus manifestaciones históricas más destacadas, y la segunda,
tratar de defi nir su naturaleza frente a otro tipo de fenómenos
políticos, poniendo en evidencia una serie de elementos comu-
nes y recurrentes que se hayan manifestado en contextos muy
diferentes.
Para Francisco Savarino, esta línea de interpretación, “aunque
conlleva el riesgo de fallar en describir rigurosamente el fenóme-
no, permite un mayor nivel de generalización y facilita la tarea
de abordar en una misma perspectiva los populismos de distintas
áreas geográfi cas”3.
En relación a la primera cuestión, el volumen de producción aca-
démica se ubica entre los años 60 y los 80. En la década de los 60
cobraba importancia el enfoque estructuralista que sostenía que
el populismo era el resultado de la modernización de las socieda-
des, siendo una etapa intermedia entre la sociedad tradicional y
la moderna. Esta teoría privilegiaba los factores socioeconómicos
como causa de este fenómeno y lo consideraba algo transitorio e
imperfecto, que con el tiempo produciría una forma de gobierno
diferente y acorde con una sociedad moderna.
Dentro de esta línea de investigación destacan Gino Germani,
Torcuato di Tella y Octavio Ianni, entre otros. El aporte de estos
3 SAVARINO, Franco: Populismo: perspectivas europeas y latinoamericanas. En Espiral,
septiembre-diciembre, año/vol XII, Nº 138. Universidad de Guadalajara, 1998.
pág. 79.
16
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
17
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
res, en este proceso ideológico, es condensada por el discurso
populista en un conjunto de equivalencias unifi cadoras.
En esta tarea adquiere un papel central el “líder”6 que es el que
le da sentido al “pueblo”. La identidad popular así construida,
requiere entonces una representación en las esferas del poder.
Para algunos autores, la crítica a este tipo de análisis es que el
populismo no se puede reducir solo al discurso ideológico 7.
También dentro de esta corriente se ha interpretado el populis-
mo como una forma social de intervención del Estado a través
de la construcción de un proyecto basado en el discurso de lo
nacional-popular en donde las masas son las legitimadoras del
proceso que transforman las sociedades tradicionales en socieda-
des modernas.
Una interpretación diferente a éstas, es la que considera al po-
pulismo como una forma de cultura política, más que como la
cristalización de un proceso ideológico. Para Roger Bartra “en
esta cultura política podemos reconocer hábitos autoritarios, me-
diaciones clientelares, valores anticapitalistas, símbolos naciona-
listas, actitudes que exaltan a los de abajo, a la gente sencilla,
al pueblo”8.
6 LACLAU, Ernesto: Op. Cit.
7 SANMARTINO, Jorge: Populismo y estrategia socialista en América Latina, 20 de junio
de 2007. En www.corrientepraxis.org
8 BARTRA, Roger: Populismo y democracia en América Latina. En Perspectivas Progre-
sistas, Publicación de la Fundación Friedrich Ebert, México, pág. 11.
En www.fesmex.org
caracterizado por ser corporativista y una etapa necesaria en el
camino del desarrollo capitalista latinoamericano 4.
A partir de los 90 y con el resurgir de los “populismos”, los
autores que intentan explicar esta situación entienden que las
causas que dan origen a estos fenómenos están directamente
relacionadas con la crisis del sistema democrático y con la des-
articulación de los sistemas de partidos tradicionales, a raíz de
la aplicación de las políticas neoliberales y de las tendencias
globalizadoras5.
En relación a la segunda cuestión, las investigaciones al res-
pecto son más recientes y están centradas en las maneras de
manifestarse o en las formas de expresión que adquiere el popu-
lismo, especialmente en el ámbito del discurso, con el objetivo
de evidenciar su especifi cidad dentro de la fenomenología de las
ciencias políticas.
En esta línea de análisis, centrada en lo discursivo, destaca Er-
nesto Laclau quien ha defi nido al Populismo como un discurso
ideológico, cuyo objetivo es constituir a los individuos en sujetos
a través de la interpelación en oposición al otro que representa
el orden social establecido. La diversidad de demandas popula-
4 GONZÁLEZ, Osmar: Los orígenes del populismo latinoamericano. Una mirada diferen-
te. En Cuadernos del Centro de Estudios del Desarrollo, Año 24, Nº 66, Tercera Época,
septiembre-diciembre de 2007, pág. 83.
5 Al respecto, véase FREIDERNBERG, Flavia: La tentación populista: una vía de acceso
al poder en América Latina, Ed.Síntesis, Madrid, 2007.
18
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
En este sentido, resulta signifi cativa la apreciación de Roger
Bartra al respecto cuando afi rma que: “el autoritarismo que sue-
le caracterizar tanto a los movimientos populistas como a los
regímenes que fundan, está directamente relacionado con la
fuerza personal de dirigentes cuyo discurso suele ser una mez-
cla ideológica que gira en torno a la exaltación del “pueblo”,
que es una noción vaga referida a la existencia de una dualidad
nefasta que es necesario liquidar. (…) Lo que se ha observado
como propiamente populista es el discurso ideológico del líder
y las peculiares mediaciones que lo conectan con las masas que
lo apoyan. Se trata del carácter multi-ideológico de un discurso
con fuerte carga emocional que apela directamente a la masa
pluriclasista y heterogénea agraviada. Pero, aunque el discurso
populista se dirige (…) al pueblo, al que convoca directamente,
el movimiento tiende a organizar (especialmente cuando llega al
poder) una compleja red de mediaciones de tipo clientelar”, y
agrega que, “el culto al líder carismático se asocia a una genera-
lizada “estatolatria”11.
2.1. El líder
El liderazgo carismático es uno de los componentes más impor-
tantes de este fenómeno socio-político, donde la relación que se
establece entre el líder y las masas, por un lado, está signada por
la identifi cación que éste hace de sí con el “pueblo” quien, a su
11 Ibidem, pág. 7. La negrita es nuestra.
Para este autor, si bien el populismo es una expresión cultu-
ral, no es un fenómeno que pueda albergar cualquier conte-
nido político y mucho menos compararse con el nazismo o el
comunismo9. Y aunque es cierto que suele presentar variadas
formas ideológicas, en muchos casos hasta contradictorias, “su
coherencia no proviene de la ideología sino de la cultura” 10. Por
lo que considera a ambos (caracterizados por una “monolítica
coherencia ideológica”) como fenómenos que pertenecen a otro
orden político diferente. Esto no implica que no existieran ma-
nifestaciones de cultura populista en este tipo de Estados o que
a la inversa, se encuentren elementos fascistas o socialistas en
los populismos de Cárdenas o Perón, por ejemplo.
2 CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL FENÓMENO
Como vemos, intentar defi nir este concepto resulta una tarea
bastante complicada y no es el objetivo concreto de este tra-
bajo. Lo que sí nos resulta interesante, sobre todo atendiendo
a la relevancia que ha adquirido en la actualidad esta cuestión
en América Latina, es tratar de analizar aquellos elementos que
aparecen como distintivos de este fenómeno y que son: el rol
del líder y el del pueblo; el papel que cumplen el discurso y la
ideología en esa relación y la función que el Estado desempeña
como marco en el que se desarrollan estos procesos.
9 Cfr. LACLAU, Ernesto: Op. Cit.
10 Ibídem, pág. 11.
20
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
21
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
nidad orgánica en tanto el “pueblo” necesita proyectarse en una
sola persona y hablar por medio de ella con una sola voz. El líder
no “representa”, expresa directamente la voluntad popular”14.
Para Carlos Cousiño, el populismo va a estar asociado a líderes o
caudillos ya que éstos “pueden recomponer un vínculo de lealtad
personal hacia él por parte de las masas urbanas que se han visto
desposeídas de este tipo de vínculos al abandonar el espacio rural
para situarse en la anonimidad de la ciudad”15.
Por otro lado, implica una relación directa entre el líder y el
pueblo, siendo innecesaria la mediación de las instituciones po-
líticas tradicionales, es decir, es inmediata ya que no hacen falta
canales o intermediarios para que se produzca. En realidad, ésta
es su característica.
El líder apela directamente al pueblo, por medio del discurso,
superando las dimensiones políticas partidistas e incluso a las
propias instituciones. Como expresa Alejandro Tagle:”la domina-
ción carismática importa una relación de tipo personal. Se basa
en los rasgos de la personalidad del gobernante que se proyecta
sobre su acción y le da sentido a su proyecto. Estos rasgos pro-
vocan una reacción efectiva de sus seguidores. Por lo mismo su
14 SAVARINO, Francisco: Op. cit, pág.87.
15 COUSIÑO, Carlos: Populismo y radicalismo político durante el gobierno de la unidad
popular. Revista de Estudios Públicos, otoño de 2001. En TAGLE SALAS, Alejandro:
El populismo en América Latina: la experiencia de caudillos de formación militar,
Pe-rón, Velasco Alvarado y Chávez, Documentos de Facultad, Nº 7, marzo de 2004.
Universidad Central de Chile, pág.19.
vez, lo ve como el hombre que garantiza la satisfacción de sus
aspiraciones y deseos en una asociación casi mística.
En un sentido primigenio el líder o la fi gura carismática, tiene
su origen en el patriarcado de las sociedades primitivas, donde
aquél era el que se ocupaba de satisfacer las necesidades (tanto
de índole económica como en materia de justicia) del grupo al
que dirigía.
Así, algunos autores entienden que el populismo tiene un con-
tenido “mágico”:”de allí que el caudillo o el líder pueda no sólo
tener una convocatoria amplia sin mayor necesidad de explicacio-
nes, sino que además demanda de sus seguidores comportamien-
tos de cierta irracionalidad. Es lo que legitima la acción discre-
cional de él, y lo que le otorga esa capacidad de conducir al país
hacia un futuro que él ha sido capaz de prever”12.
Es por esto que, “en el esquema populista, el líder o gobernante
se percibe y se hace percibir como quien corrige una carencia de
justicia que ha caracterizado al régimen anterior. En torno a ello
se crea una mística que promete a cada persona la oportunidad de
comenzar de nuevo frente a posibilidades de vida renovadas”13.
En las sociedades actuales, para Franco Savarino el liderazgo ca-
rismático: “es la expresión más consecuente de la idea de comu-
12 TAGLE SALAS, Alejandro: El populismo en América Latina: la experiencia de caudillos
de formación militar, Perón, Velasco Alvarado y Chávez. En Documentos de Facultad,
Nº 7, marzo de 2004, Universidad Central de Chile, pág.15.
13 Ibídem, pág 12.
22
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
23
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
Dentro de este esquema, el “pueblo” es una noción vaga, una
abstracción, una idealización que puede hacer referencia o a la
masa que conforma la totalidad de la población o a la existencia
dentro de ésta, de una dualidad social agraviante con la que
hay que acabar. En este sentido, “pueblo” contiene una carga
semántica ambigua y polivalente, según los contextos en el que
se lo utilice18.
Para algunos autores, esto es posible porque dentro de la cultura
populista el “Pueblo” es ante todo un mito y como tal “proclama
su inocencia eterna y suprema”19, constituyendo así una lógica
cultural que permite superar contradicciones de la más diversa
índole.
De esta manera al convertirse en un concentrado de virtudes
tiene la capacidad, pero sobre todo la entidad, para que en su
nombre se denuncien los agravios de los que han sido víctima
aquellos que lo conforman. En él reside el fundamental derecho
de soberanía política, que es anterior a todo mecanismo institu-
cional, a toda fórmula legislativa y a toda delegación represen-
tativa20.
18 En el caso del peronismo el “pueblo” era identifi cado por el líder con las clases po-
pulares contrapuestas a las oligarquías dominantes, en otras ocasiones pueblo es lo
nacional frente a lo foráneo o extranjero o también puede identifi carse con el sobe-
rano, el titular de los derechos políticos fundamentales que han sido avasallados por
una dirigencia política corrupta, sectaria y distante.
19 DI CAMERANA, Incisa en SAVARINO, Franco: Op. Cit. pág. 84.
20 Ibídem, pág 12.
relación con la masa no requiere de una mediación demasiado
estructurada, ya que todo se concentra en la personalidad del
caudillo populista”16.
Es por esto que lo ideológico no tiene sentido, “pues para tener
efecto el populismo tiene que volverse personalizado. La fuen-
te de poder es aquí el líder y no la ideología, de modo que los
contenidos de ésta pueden ser variados por el líder con cierta
libertad”17.
Ahora bien, esto no signifi ca que el líder siempre prescinda
de las instituciones establecidas, lo que puede suceder es que
éstas o terminan siendo algo decorativos o en ocasiones éste,
promueve situaciones de verdaderas crisis institucionales para
desacreditarlas. En este sentido, otra característica del líder es
su desconfi anza hacia los partidos políticos preexistentes por lo
que favorecerá la formación de nuevas estructuras partidarias o
“redes clientelares”, fomentando las relaciones de dependencia y
lealtad más hacia su persona que a las instituciones.
2.2. El pueblo
El pueblo es el segundo componente de esta dualidad y su carac-
terística es ser la causa y la consecuencia, el principal referente
y el centro de la acción política y discursiva del líder carismá-
tico.
16 TAGLE SALAS, Alejandro: Op. cit, pág 16.
17 GRACIERENA, Jorge: Poder y Clases Sociales en el desarrollo de América Latina, Ed.
Paidos, Buenos Aires, 1972 en TAGLE SALES, Alejandro: Op. cit, pág. 19.
24
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
25
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
tro de una realidad social que es en gran medida heterogénea y
fl uctuante”23.
Al ser una encarnación del pueblo, las expresiones que utiliza
(el líder) son accesibles, directas y cautivantes no admitiendo
las complejidades y el hermetismo del lenguaje político tradi-
cional. En este tipo de discursos solo hay “un pueblo”, el agra-
viado, frente a un enemigo cuya característica es ser siempre
conspirativo. Es así que el líder, al basar su contenido en la con-
frontación, “no pretende crear ciudadanos, sino seguidores”24.
La principal característica de este discurso es una retórica que
hace política basándose en la lucha ética y moral entre el pueblo
y el “enemigo” de turno, yendo más allá de los confl ictos de
intereses para convertirse en el refl ejo de la lucha eterna entre
el bien y el mal, es decir, es básicamente maniqueo. En este
sentido, “no es la ideología la que determina (…) el discurso
y la acción de un líder sino la coyuntura política en la que se
desenvuelve”25.
2.4. El estado
Las dos herramientas de las que se servirá el líder populista para
proyectar y consolidar su situación de poder son el discurso y
23 LACLAU, Ernesto: Op. Cit. pág. 151.
24 PARAMIO, Ludolfo: La izquierda y el populismo. En Revista Nexo Nº 370, octubre de
2008. En www.nexos.com
25 MÉNDEZ, Ana Irene y Elda MORALES ALDANA: Los populismos en América Latina. En
Cuestiones Políticas, V.21, Nº 34, Maracaibo, junio 2005. En, www.scielo.org.ve,
El término implica en sí la unión de una masa, que es incuestio-
nable y sagrada por lo que no admite ningún tipo de divisiones
regionales, étnicas o clasistas. En este sentido se opone, pero
sobre todo niega, relevancia y legitimidad a las divisiones deri-
vadas de las diferencias socio-económicas21.
Por otra parte, Roger Bartra establece que esa “masa heterogé-
nea” a la que los líderes populistas llaman “Pueblo”, es un ver-
dadero “potpourri” social, cuya dimensión y composición van a
variar según los países y las épocas, ya que no es una caracterís-
tica de los años treinta, cuarenta o cincuenta, sino que se puede
reconocer su existencia hasta nuestros días. Por esta razón es
que no se lo puede entender como un fenómeno social propio de
una situación coyuntural de transición de un tipo de sociedad a
otra exclusivamente22.
2.3. El discurso
En el vínculo que se genera entre el líder y sus seguidores, el dis-
curso cobra gran relevancia ya que suele ser una mezcla ideoló-
gica que gira en torno a la exaltación del pueblo, con una fuerte
carga emocional que apela directamente a las masas.
Para Ernesto Laclau “(…) el lenguaje de un discurso populista
(…) siempre va ser impreciso y fl uctuante: no por alguna falla
cognitiva, sino porque intenta operar performativamente den-
21 Ibídem, pág. 84.
22 BARTA, Roger: Op. cit, pág.6.
26
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
27
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
“fetichización del Estado”27. Estos autores subrayan que la nece-
sidad de establecer un principio de unidad por parte del popu-
lismo, hace necesario elevar a niveles casi místicos tanto al líder
como al estado, con el fi n de neutralizar las demandas sociales
que puedan cuestionar a los dirigentes populistas.
El hecho de que el gobierno actúe sobre la gente conlleva al for-
talecimiento de las facetas jerárquicas e ideológicas del control
sobre al sociedad en general, es así que líder y Estado tienden a
identifi carse.
3 EL FENÓMENO POPULISTA EN AMÉRICA LATINA
Una vez brevemente planteado estos elementos como los requi-
sitos mínimos a la hora de intentar interpretar el fenómeno po-
pulista, vamos a tratar de marcar sucintamente la trayectoria
histórica que éste siguió en América Latina.
Las etapas en la que se manifestó, van a variar según los autores
pero podría hacerse una periodifi cación y hablar de tres momen-
tos: el del populismo temprano (entre 1910/20, con Billinghurst,
Irigoyen, Batle Ordóñez y Alessandri), el del Populismo Clásico
(entre 1940/50, Perón, Vargas y Cárdenas) y el de los populismos
actuales (desde los 90 a la actualidad).
27 DE ÍPOLA, Emilio y PORTANTIERO, Juan Carlos: “Lo nacional popular y los populismos
realmente existentes”. En Revista Nueva Sociedad, Nº 54, Caracas, 1981. En TAGLE
SALAS, Alejandro: Op. cit, pág. 18.
el Estado. El primero como vehículo de sus postulados teóricos
y el segundo porque es el marco en el que se desarrolla, cobra
sentido y se ejecuta esa relación líder – pueblo.
El populismo es así, básicamente, estatista, ya que al ejercer su
control, por un lado, lo utilizará como fuerza productiva y como
un generador de empleos, adquiriendo así nuevas dimensiones,
y por otro, llevará a cabo, de manera más “efectiva”, la labor
redistributiva necesaria para mejorar las condiciones de vida de
esos sectores sociales que se han sumado a la vida política.
Para algunos autores esto es posible porque los gobernantes de
este signo comenten el error de apartarse del modelo de estado
weberiano (que se basa en una administración pública efi caz y
profesionalizada), cayendo en la utilización de canales de ges-
tión de lo público construidos sobre las relaciones personales y
de lealtad: “el populista ve en el Estado la redención del pueblo
frente a la injusticia. Esa redención pasa por otorgarle varias
responsabilidades productivas y comerciales y por convertirlo en
una agencia de empleo”26.
En este sentido, Emilio Ipola y Juan Carlos Portantiero afi rman
que: “ningún populismo ha sido ideológico y políticamente an-
tiestatal; muy por el contrario, ha acordado siempre al Estado
un papel al mismo tiempo positivo que central, en una suerte de
26 VARGAS LLOSA, Álvaro: El renacimiento del populismo. En Letras libres, Marzo
2005. En http://www.letraslibres.com/
28
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
29
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
de ser atraídos por los liderazgos carismáticos de tipo populis-
ta30.
En este sentido, Germani sostiene que como la relación líder –
masa se encuentra lejos de los valores de la democracia represen-
tativa, el populismo será la forma política particular que asumen
los países latinoamericanos en esa transición a la modernidad.
En cuanto a la segunda cuestión, este autor, considera que estos
procesos de modernización abrupta van a dar como resultado
una movilización no integrada dentro del sistema democrático
liberal vigente, sobre todo debido al desbordamiento de los ca-
nales institucionales existentes por ser insufi cientes e inadecua-
dos a la nueva realidad social emergente31.
Es lo que actualmente algunos autores denominan “crisis de re-
presentación” y que se entiende como:”la inadecuación funcional
de los partidos –y como consecuencia, de los gobiernos que estos
forman- respecto a lo que los ciudadanos esperan o demandan.
Los ciudadanos no se sienten bien representados por los partidos,
ni bien servidos por los gobiernos”32.
Según Paramio, la crisis de representación implica una inadap-
tación del sistema de partidos tradicional a una nueva realidad
30 Ver DI TELLA, Torcuato S.: Populismo y reformismo. En Gino GERMANI y otros, Popu-
lismo y contradicciones de clase en Latinoamérica. Ed. ERA, México 1977.
31 Ver GERMANI, Gino: Política y sociedad en una época de transición. Ed. Paidós, Bs.
As., 1971.
32 PARAMIO, LUDOLFO: Op. cit, pág.2.
En líneas generales, y sobre todo atendiendo a las dos últimas
etapas, puede decirse que su aparición va a guardar una estrecha
relación con dos situaciones concretas. Por un lado, la masifi ca-
ción de las sociedades como consecuencia de la modernización28,
y por otro, y estrechamente relacionado con lo anterior, con la
inestabilidad social que va a ocasionar la inadecuación del siste-
ma político a tales circunstancias29.
En relación a la primera cuestión, tanto Torcuato di Tella como
Gino Germani analizan las consecuencias generadas a nivel so-
cio-político por la modernización y establecen que el impacto
que va a provocar en las sociedades el surgimiento de nuevos
grupos (aunque sus orígenes puedan ser muy disímiles), que al
no tener cabida en las estructuras políticas vigentes, será el de
aunar sus fuerzas para oponerlas a la situación emergente.
El primero considera que como la modernización suele producir-
se de forma rápida y enérgica, va a generar movimientos sociales
repentinos y excesivos para un sistema económico incapaz de
satisfacer las nuevas demandas.
Estas masas, caracterizadas por su “anomia” y formada por ”gru-
pos incongruentes” que no están contenidos en la sociedad tra-
dicional, por lo general, son incapaces de organizarse en ningún
tipo de movimiento o partido político desde donde poder canali-
zar sus demandas, lo que las convierte en un sector susceptible
28 MÉNDEZ, Ana Irene y ELDA MORALES ALDANA: Op. cit, pág.17.
29 PARAMIO, Ludolfo: Op. cit, pág. 4.
30
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
31
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
descrédito, y a menudo sus políticas estarán dirigidas a socavar
los mecanismos de funcionamiento de la representación, erosio-
nando sus bases sociales y recortando su papel en las institucio-
nes. En último término, el ataque a la oligarquía política conduce
casi inevitablemente a un ataque a las propias instituciones po-
líticas –más allá de los partidos- y al intento de crear una nueva
institucionalidad a la medida del régimen populista, lo que puede
tener efectos negativos muy duraderos para la vida política demo-
crática, más allá del propio círculo populista”34.
3.1. El populismo temprano
Una serie de estudios recientes, plantea la idea de que en Amé-
rica Latina el populismo tuvo sus primeras manifestaciones a
principios del siglo XX, más concretamente entre 1910 y 1920
y que sus orígenes no estuvieron directamente vinculados con
los procesos de modernización y sus consecuencias, como será
el caso de los populismos clásicos, sino más bien que fueron
producto de la aceleración del crecimiento económico en dichos
países y de los efectos que éstos provocaron en la sociedad.
Para Osmar Gonzáles, dicho crecimiento estuvo vinculado estre-
chamente con el modelo agro-exportador que generó el surgi-
miento de un sector industrial, que, a su vez, propició la apari-
ción de nuevos actores sociales, especialmente un proletariado
urbano y rural, que ayudo a despertar expectativas en cuanto a
bienestar y participación política, creando una demanda de am-
34 Ibídem, pág .4.
económica y social, en donde las reglas del juego han cambiado
(como consecuencia tanto de factores internos como externos) y
en la que los políticos no son capaces de responder a las nuevas
demandas sociales bajo las mismas. Los actores políticos son in-
capaces de diseñar estrategias adecuadas para mantener la iden-
tidad con la que los electores se puedan sentir representados, o
por lo menos calcular qué es lo que más les conviene o con que
acciones pueden ver mejor plasmados sus intereses.
Si los partidos preexistentes acumulan una sucesión de fracasos
o no aparecen como alternativas creíbles, el descrédito puede
extenderse al sistema de partidos y a los políticos como clase.
Según sus palabras: “esta situación se produce porque la relación
entre actores sociales y partidos políticos se basa en una trayec-
toria histórica de intercambios. Si la modifi cación de las reglas
del juego hace imposible la continuidad de ese intercambio (…)
se crea una fuente adicional de frustración y des-identifi cación
política: los grupos sociales ya no pueden confi ar en que los par-
tidos, si llegan al gobierno les garanticen la resolución de sus
problemas”33.
Para este autor, por lo tanto, una crisis de representación será
el contexto más adecuado y favorable para la aparición de líde-
res populistas, considerando además que “(…) es obvio que la
consolidación de un liderazgo populista contribuye a profundizar
la crisis de partidos preexistentes, ya que su discurso fomenta su
33 Ibídem, pág. 3.
32
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
33
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
que buscaba destruir el “pacto oligárquico” vigente desde fi na-
les del siglo anterior, aunque no tuvo éxito. Su fracaso se debió
a la ausencia de relaciones orgánicas entre el líder y las clases
subalternas, lo que a la larga implicó el regreso de la oligarquía
al poder.
Ahora bien, su caso no fue aislado ya que en el mismo período de
tiempo y aunque con algunas singularidades, según los Estados,
estas características también se pueden observar en los gobier-
nos de Batle Ordoñez en Uruguay, de Hipólito Irigoyen en Ar-
gentina y el de Alessandri en Chile, quienes ya sea por la forma
de hacer política o por las medidas de gobiernos que adoptaron,
van a poner en tela de juicio e incluso van a desbancar del po-
der político a las oligarquías de sus respectivos países, abriendo
nuevos espacios de participación política e inaugurando estilos
que luego serán propios de los populismos clásicos latinoame-
ricanos.
Otra característica es que muestran ya un interés por recons-
truir el Estado sobre bases sociales más amplias, al tratar de
incorporar a los sectores excluidos intentando consolidar nuevas
formas de ejercer la política y abrir espacios de acumulación
económica.
En cuanto al liderazgo, éste ya no se ejerce a la vieja usanza
de caudillo militar o hacendado, sino como Jefe de Estado, una
institución política de carácter más general.
pliación de la representación política en dos sentidos. “Por una
parte, dar efectividad al voto, eliminando el fraude y el caciquis-
mo, y permitir así a las clases medias participar en el gobierno y
ver representados sus intereses. Por otra, para otorgar el sufragio
a los grupos excluidos, en particular obreros y jornaleros, supe-
rando las barreras que dejaban sin derechos civiles y políticos a
grupos muy extensos” 35.
Otra característica importante de este “populismo temprano”,
fue la experiencia organizativa de las clases trabajadoras (espe-
cialmente urbanas), que partiendo de ciertas tradiciones gremia-
les como las del anarquismo o el socialismo, adoptaron nuevas
formas de organización y protesta, que aunque no se tratasen
de procesos plenamente desarrollados, serán la constitución ini-
cial de tendencias que luego se acentuarán con los populismos
clásicos.
Su primera manifestación fue en Perú con el gobierno de Gui-
llermo E. Billinghurst, que aunque sólo estuvo unos meses en
el poder, durante su gestión de gobierno, se manifestarían una
serie de rasgos que años más tarde caracterizarían a los populis-
mos clásicos, sobre todo en lo concerniente a una nueva forma
de relación entre los sectores populares, gobierno y Estado.
Para este autor, la coalición anti statu quo que impulsó al Billin-
gurismo, estuvo compuesta básicamente por el líder y las clases
subalternas limeñas en un proceso de radicalización ideológica,
35 Ibídem, pág.4.
34
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
35
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
3.2. El populismo clásico
Según Alain Rouquie, las sociedades latinoamericanas a prin-
cipios del siglo XX, estarán permanentemente orientadas por
dos tendencias opuestas: la formación de sociedades industriales
modernas y la acumulación de obstáculos para ese desarrollo37.
Es en el contexto marcado por la 1º guerra mundial y la crisis
del 29 donde hay que encuadrar el surgimiento del populismo
clásico, cuando el estado liberal-oligárquico que se caracterizaba
en lo económico por ser un modelo basado en la exportación de
materias primas y en el ámbito de lo político por la concentra-
ción del poder en las elites aristocráticas terratenientes y expor-
tadoras, entraba en crisis.
Entre los años 20-30 aparecen nuevos grupos sociales como con-
secuencia del desarrollo de una industria liviana (ISI) tendente
a cubrir las necesidades del mercado interno, acabar con la de-
pendencia externa e impulsar un desarrollo más autónomo de las
potencias capitalistas.
Excluidos de la participación política y con capacidades organi-
zativas crecientes (trabajadores industriales, artesanos, maes-
tros, hombres vinculados a las profesiones liberales) van a em-
pezar a buscar su espacio dentro de este ámbito. La “cuestión
social” hace su aparición y las demandas de ampliación del siste-
37 ROUQUIE, Alain: Extremo occidente. Introducción a América Latina. Ed. Emecé,
Buenos Aires, 1987.
En resumen, según este autor, el surgimiento del populismo
temprano, por una parte, va a estar estrechamente relacionado
con el crecimiento económico promovido por el modelo agroex-
portador y el desarrollo industrial que vinculado a éste se ge-
neró. Pero por otra, entiende que la elección de estos gobiernos
corresponde a un momento de transición política, ya que apare-
cerán dentro de los regímenes oligárquicos, socavando su legiti-
midad pero sin conseguir derrumbarlos completamente.
Así, considera que el mismo: “(…) en tanto estrategia polí-
tica que se profundizaría con el tiempo marcó el principio de
constitución de un nuevo “pacto de dominación” sustentado en
la aparición de nuevos sujetos sociales – como producto del cre-
cimiento económico- que requería a su vez de nuevos formatos
institucionales de representación política. Esto obligaba a reaco-
modar la institucionalidad estatal, la cual ya resultaba obsoleta
en relación con el innovado escenario social. De esta manera, los
populismos iniciales modifi caron las características de la arena
de lucha política; desde ese momento ya no se podría obviar la
participación de las clases populares”36.
Estos elementos van a aparecer en mayor o menor medida, según
los tipos de sociedades y contextos, en las primeras décadas del
siglo XX, pasando de rasgos embrionarios a características plena-
mente defi nidas que darán identidad a los populismos clásicos.
36 GONZALES, Osmar: Los orígenes del populismo latinoamericano. Una mirada diferen-
te”. En Cuadernos del Centro de Estudios del Desarrollo, Año 24, Nº 66, Tercera Época,
septiembre-diciembre de 2007, pp 75-104. Pág. 92.
36
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
37
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
Esta inclinación al autoritarismo (tanto de derechas como de
izquierda) radica: “en que la masa necesita de conductores-pro-
tectores fuertes a quienes seguir y en quienes descansar. Es una
búsqueda intuitiva y emocional y, por lo mismo, no entra en
consideraciones de tipo racional-ideológico”39.
Fueron México con Lázaro Cárdenas (1934/40); Brasil con Getulio
Vargas (1930/45 – 1950/54) y Argentina con Juan Domingo Pe-
rón (1945/55), los países paradigmáticos del populismo clásico.
Estos Estados experimentaron un proceso de industrialización
temprana que se complementó con la actividad exportadora, y si
bien el límite de esta industrialización fue que no era producto
de una estructura diversifi cada, su ventaja radicaba en que con-
taba con mano de obra abundante que podía ampliar los círculos
de consumo, permitiendo reforzar el mercado interno40.
Ahora bien, sin atender a las especifi cidades propias de la rea-
lidad socio-económica de cada uno de estos países, se pueden
establecer una serie de elementos y características comunes a
los tres, que evidencian una nueva forma de hacer política y que
van a ser consideradas como propias del populismo clásico.
El primer elemento será el rol que va a asumir el Estado, tanto
en el ámbito económico, donde su participación será vista como
“un valioso removedor de antiguos escollos (…), un mecanismo
de castigo al “rentismo”, de estímulo a la nueva burguesía y un
39 TAGLE SALAS, Alejandro: Op. cit, pág.21.
40 GONZÁLES, Osmar: Op. cit, pág.93.
ma político e institucional están a la orden de día. Aparecen los
partidos de izquierda marxista y los socialismos nacionales.
En este sentido, “la caída del régimen de acumulación produjo
la búsqueda de nuevos modelos, tanto políticos como económicos
que incorporasen a estos nuevos sectores “urbanos” tanto dentro
del estado como en la producción de una identidad nacional”38.
Pero el carácter cerrado del estado oligárquico imposibilita la
inclusión de estos nuevos sectores y es incapaz de dar respuestas
a los problemas socio-políticos emergentes y a la producción de
identidades ciudadanas que lo legitimen ante el conjunto de la
población.
Frente a esta situación, son muchos los autores que han tratado
de explicar por qué ante el fracaso del estado oligárquico, Amé-
rica Latina, no hizo la transición hacia un Estado democrático
pleno, sino que adoptó, salvo algunas excepciones, la formula
populista.
Según Alejandro Tagle, la respuesta puede estar asociada a que
en las masas populares, había una cultura propensa al autorita-
rismo, herencia de la sociedad tradicional cuyo antecedente se
podría rastrear en el pasado colonial hispánico. Ésta valora más
lo ancestral que lo foráneo y en este sentido las ideologías libe-
rales siempre fueron percibidas como ajenas al mundo cultural
que aquí se desarrolló.
38 MIRRA LARRAÍN, Paz: El populismo en América Latina.
En http://www.ugm.cl/institutos/ced/articulos/2005
38
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
39
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
los sectores populares, se debió a la irracionalidad de los mis-
mos, consecuencia de la exigua experiencia democrática que los
caracterizaba. Esto se traducirá en el espejismo de la participa-
ción de las masas en la vida política, cuando en realidad lo que
sucedió fue la imposición del líder.
Frente a esta postura, otros señalan, por el contrario, que el
apoyo al líder fue racional ya que éste representó para las masas
marginales la posibilidad de ingresar en el ámbito de la política,
a la que de otra forma no habría podido acceder, es decir, la ad-
hesión popular a Perón expresaba una racionalidad instrumental,
que se explica porque el peronismo atendió a las necesidades y
demandas de los obreros como tales43.
Una tercera característica es la utilización del discurso como
estrategia política, estos movimientos populistas se distinguen
por una retórica que se sustentaba en la búsqueda de responsa-
bles (tanto en el marco interno como externo) de la situación
vigente. En el ámbito interno, será antioligárquica, es decir, la
oligarquía (a la que se defi ne vagamente) será la culpable del
estado imperante. En el contexto internacional, el discurso será
nacionalista lo que se traducirá en un marcado antiimperialismo
proponiendo incluso nuevas alternativas al respecto.44.
43 Ibídem, pág. 96.
44 Tal es el caso de la “Tercera posición” formulada por el peronismo contra los grandes
bloques de poder durante la Guerra Fría.
instrumento idóneo para asignar recursos y distribuir riqueza”41;
como en el ámbito social, en tanto mediador en los confl ictos de
clases existentes y como cooptador de los movimientos popula-
res. En este sentido, “(…) la prédica nacionalista actuaba como
un elemento que permitía neutralizar los confl ictos o, de no ser
esto posible, reprimirlos mediante el uso legítimo de la fuerza,
apelando a intereses que iban más allá, que eran superiores a los
derechos individuales”42.
Otra característica fue el inmenso poder que asumió el líder
frente a las masas, por su capacidad de convocatoria como de
movilización. Evidentemente, en este sentido, no se puede ne-
gar la importancia que para tales circunstancias tuvo el carisma
del personaje. Tanto es así que la “personalización” del poder
se ha convertido en sinónimo de populismo, aludiendo así al
peronismo, cardenismo, varguismo etc., cuando se quiere hacer
referencia a este tipo de gobierno.
En torno a esta cuestión existe un debate sobre si la actuación
del líder ante las masas fue de dominación o de representa-
ción. Algunos autores presuponen que las mismas, carentes de
una ideología, proyecto o conciencia política, se subordinaron
al dictado del líder que no las representaba, sino que las mani-
pulaba. Este análisis es el que hace Gino Germani respecto del
peronismo, cuando sostiene que el apoyo que éste consiguió de
41 CANDIA, José Miguel: América Latina. Las desventuras del discurso político.
En Nueva Sociedad, Nº 133 septiembre-octubre 1994. En www.nuso.org
42 GONZÁLES, Osmar: Op. cit, pág.95.
40
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
41
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
rales o que eran prestadoras de servicios públicos o subsidiar la
industria nacional orientada al mercado interno, lo que a su vez
conllevaría a la adopción de medidas de tipo proteccionistas.
Otra característica, en este sentido, fueron sus políticas redis-
tributivas de ingresos y riquezas; los inconvenientes de las mis-
mas: el no confi gurar una estrategia de desarrollo sustentable.
“Cuando un país dispone de recursos o reservas, las medidas
inmediatas del populismo resultan exitosas y efectivamente se
produce una redistribución de ingresos, sin embargo a corto y
mediano plazo se van creando cuellos de botella en la economía
tanto por una expansión de la demanda que no puede ser satisfe-
cha, como porque la infl ación comienza a aumentar y esta vez los
salarios ya no aumentan. Fuera de ello, dado que el Estado quie-
re evitar el quiebre de los resortes redistributivos aplica fuertes
subsidios que terminan traduciéndose en incremento del défi cit
presupuestario”47.
Por último, y relacionado con los puntos anteriores, fue la im-
portancia que cobraron los movimientos sindicales dentro de
este tipo de estado. La tarea de neutralizar a los antiguos grupos
dominantes y abrir espacios a los sectores sociales emergentes,
requería del apoyo activo de las clases subalternas y en general
de los habitantes pobres del campo y la ciudad.
Así, “el sindicalismo fue entonces el medio a través del cual no
sólo se expresaron los reclamos económicos más importantes, se
47 Ibídem, pág. 7.
Según José Miguel Candia, el discurso político latinoamericano
se levantó sobre tres componentes principales: “el “nacionalis-
mo”, como un medio legítimo de afi rmación de intereses y valores
propios frente a las potencias dominantes; el “desarrollo econó-
mico” entendido como un proceso de crecimiento a través del cual
se buscó eliminar los últimos vestigios del antiguo esquema oli-
gárquico (…). Por último la “justicia social” (…) asociada a una
distribución equitativa de la riqueza mientras que en la esfera
propiamente política se la vinculó a la organización y participa-
ción de las clases subalternas en el marco de vastos movimientos
policlasistas”45.
Para este autor, estos fueron los componentes ideológicos que
le dieron consistencia y arraigo al discurso “nacional-popular”.
Así, “el antiimperialismo, el impulso a la industria nacional y la
adopción de medidas proteccionistas y hasta cierto “anticapita-
lismo”- a veces identifi cado solo como una visión primaria del
repudio a los ricos y a las antiguas clases dominantes – fueron
elementos que de diversas maneras y con distinta gravitación,
estuvieron presentes en el nacionalismo popular”46.
Desde el punto de vista económico, lo discursivo se traducirá en
acciones tendentes a ejercer desde el Estado un control sobre los
recursos productivos, lo que en algunos casos implicaría políticas
de nacionalización de empresas que explotaban recursos natu-
45 CANDÍA, José Miguel: Op. cit, pág.47.
46 Ibídem, pág. 47.
42
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
43
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
la industrialización brasileña anhelada por Vargas no proporcio-
nó la independencia económica a ese país, Perón no vio concre-
tizada su “tercer posición” y la reforma agraria boliviana de Paz
Estenssoro acabó siendo un desastre49.
3.3. Los populismos actuales
Al hablar de los populismos actuales hacemos referencia a los
que surgirán a principios de los años 90 y que actualmente se
han consolidado en algunos países de la región.
En este sentido hay que hacer un distinción entre los que algu-
nos autores denominan populismos de derecha50 y populismos de
izquierda. Los primeros fueron los gobiernos que en el afán de
resolver la acuciante situación económica que sufren los países
de la región durante la década de los 80, van a llevar a cabo
una política económica liberal, aplicando los postulados del con-
senso de Washington. En tanto los populismos de izquierda (a
los que se hará referencia mas detalladamente en la segunda
parte de este documento de trabajo), son los que surgirán como
consecuencia de la crisis económica que sufrirán algunos de es-
tos países tanto por la inadecuada aplicación de dichas medidas
49 TAGLE SALAS, Alejandro: Op. cit, pág.2.
50 Algunos autores, sin embargo, consideran que solo se trataba de una adaptación del
estilo populista ya que carecieron del contenido social que había acompañado a los
populismos clásicos.
CALLE, Fabián: El populismo en América Latina como factor de amenaza: su ascen-so
en el discurso de las agencias federales de seguridad de los Estados Unidos post w11-9
y post consolidación de Chávez. En www.cadal.org
constituyó también en la vía que permitió materializar el apoyo
político de los trabajadores al nuevo bloque de poder. El acele-
rado proceso de afi liación gremial y la conformación de grandes
centrales obreras sumaron a los movimientos nacionales de raíz
populistas rasgos distintivos de la época. El clientelismo políti-
co, la organización corporativa y el carácter tutelar de muchas
disposiciones de gobierno, aseguraron la movilización de los
grupos sociales populares para defender conquistas económicas
o implantar medidas tendientes a eliminar los privilegios que
pudieran favorecer a los sectores patronales no integrados al blo-
que nacional-popular. Al mismo tiempo el funcionamiento “ver-
tical” de las jerarquías políticas administrativas y la formación
de una cultura de tintes personalista (…), permitía castigar o
aislar cualquier intento de autonomía que pusiera en riesgo la
permanencia de los otros aliados en el bloque social que le daba
sustento al conglomerado nacional-popular (…) La sanción de
códigos laborales avanzados y el fuerte protagonismo sindical,
son signos propios de este período. El marco normativo que se
estableció era la expresión de una determinada correlación de
fuerzas y de interés del Estado por consolidar la alianza sobre la
que se construiría su legitimidad”48.
Para autores como Tagle, el populismo como respuesta al deseo
de encauzar la inclinación del clientelismo de las masas fue un
fracaso, sobre todo atendiendo a los objetivos inmediatos y es-
pecífi cos en torno a los cuales se articularon. Así, establece que
48 Ibídem, pág. 48.
44
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
45
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
la situación vigente junto con la administración defi citaria de
los organismos públicos. La satanización de la gestión pública
a partir de criterios efi cientistas y el uso ideológico de la dico-
tomía Estado-sociedad, facilitó la instrumentación de profundas
medidas de reordenamiento económico51.
En el discurso que justifi caba las nuevas medidas económicas se
hizo habitual contraponer la racionalidad de las reformas pro-
mercado a las políticas económicas propias del populismo clásico
(redistributivas y estatistas). En este sentido, la acuciante crisis
económica y el tratar de poner fi n a la hiperinfl ación fueron los
argumentos utilizados para que reapareciera el “discurso popu-
lista” como recurso político.
Según Paramio, los líderes paradigmáticos de este neopopulismo
liberal fueron Alberto Fujimori en Perú y Carlos Saúl Menem en
Argentina. Desde el punto de vista político, ambos gobiernos
fueron negativos en el sentido que condujeron al desmantela-
miento o la perversión de las instituciones democráticas, parti-
cularmente las que cumplen la función de trapesar o controlar
el ejecutivo. En ambos casos se manipuló la Corte Suprema y las
Cámaras legislativas y esa ausencia de controles estuvo acompa-
ñada de irregularidades en la gestión y de una corrupción casi
generalizada, en buena medida aprovechando las oportunidades
51 PARAMIO, Ludolfo: Op. cit, pág.5.
como por la corrupción extendida dentro de las clases políticas
que ejercieron el poder en el periodo anterior.
3.3.1. Los populismos de derecha
Globalización, apertura comercial y modernización se constitui-
rán en los referentes conceptuales más importantes a la hora de
tratar de explicar el contexto en el que tendrán lugar los nuevos
populismos del siglo XX y que se proyectan al siglo XXI.
Luego de varias décadas en la que América Latina se debatió
entre gobiernos de izquierdas y golpes de Estado, los 80 serán
muy signifi cativos para la región. Por una parte, se iniciará un
proceso de democratización que se asentará en casi todos los
países latinoamericanos; pero por otra, y desde el punto de vista
económico, será conocida como la “década perdida”, debido al
estancamiento económico que la región experimentó como con-
secuencia, básicamente, del insoportable peso de la deuda exter-
na que los países tenían que afrontar. Todo esto condujo a una
vorágine de crisis económicas caracterizadas por un aumento del
desempleo, la caída de los salarios y la hiperinfl ación.
En este contexto, donde la democratización no fue sufi ciente
para resolver estas cuestiones, el proyecto neoliberal supo en-
volverse en una aureola “societal” que encontró su justifi ca-
ción en la crítica al Estado “interventor” como el causante de
46
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
47
I. Características y evolución histórica del populismo en América latina
creadas por la propia liberalización de la economía, y en parti-
cular por las privatizaciones52.
Todo esto condujo a una situación de inestabilidad tanto econó-
mica como política cuyas consecuencias no tardarían en hacerse
sentir en ambos países en el mediano plazo.
52 Ibídem, pág. 6.
II. El populismo
en el siglo XXI:
¿una amenaza para
la democracia
latinoamericana?
2
50
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
51
II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
1 INTRODUCCIÓN
De las numerosas defi niciones que se han formulado sobre el
populismo actual, nos parece que la siguiente es la que mejor
refl eja la situación latinoamericana: “por defi nición el populismo
es una democracia personalista, no una democracia de institu-
ciones, incluso apelando a la democracia participativa, directa,
etc. (…) Y eso es un problema porque la democracia consiste en
consolidar instituciones”1.
El populismo o neopopulismo, se ha convertido en la forma de
gobierno de un buen número de países latinoamericanos. El re-
sultado, tras años de gobierno, son sociedades divididas y con-
frontadas en las que la obtención del consenso es una utopía.
Asimismo, también supone una apuesta de la izquierda más dic-
tatorial. Una vez caída la URSS y todo el tejido de países satéli-
tes, la izquierda necesitaba una nueva ideología con que llegar y
establecerse-perpetuarse en el poder y la ha encontrado en este
conjunto de líderes que tienden a presentarse como salvadores
de sus respectivas sociedades.
Sin embargo, tal macro-deseo choca frontalmente con la reali-
dad pues en buena parte de sus países, las necesidades básicas
de la población están lejos de ser cubiertas. De ahí que una de
sus características sea su empobrecimiento.
1 Palabras de Ignacio Walker, ex Canciller Chileno y Presidente de Cieplan.
En www.cadal.org, 10 de enero de 2007.
Éste, quizás, sea el efecto más pernicioso del neopopulismo.
Unido al mismo, la merma de las libertades, puesto que desde
el poder se impulsa un modelo de organización centralizado que
trata de aniquilar todas las diferencias (políticas, económicas y
sociales) que puedan existir. Los niveles de centralización a los
que aspiran estos regímenes tienen como modelo, implícita o
explícitamente, a la antigua URSS.
Venezuela, con sus dólares procedentes del petróleo, se ha con-
vertido en el gran patrocinador de este movimiento por todo el
continente. Ha fomentado en los países vecinos gobiernos de su
misma naturaleza, algunos de nuevo cuño, como la Bolivia de
Morales y otros como, la Nicaragua de Daniel Ortega, que han
sabido adaptar su discurso estalinista-dictatorial del siglo XX al
siglo XXI.
Una de las razones para que este proceso haya podido tener lu-
gar es el “descuido” de Estados Unidos de su “patio trasero”. Los
ocho años de gobierno de Bush (2000-2008) han priorizado de
forma cuasi-absoluta otros escenarios, como Afganistán e Irak.
En este sentido, la recientemente fi nalizada administración re-
publicana ha sido víctima del lenguaje incendiario en su contra
que inicialmente partía de Caracas y tenía como eco Managua y
La Paz. Igualmente, ha sufrido afrentas claras como la expulsión
de sus embajadores de Bolivia y Venezuela durante el pasado
mes de septiembre.
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
se vislumbraba para América Latina. Según él: “los movimientos
sociales son ahora una fuerza decisiva en América Latina, incluso
en el principal feudo de Estados Unidos como es Colombia. En
toda América Latina Hugo Chávez es el moderno Simón Bolívar.
La gente admira su imaginación y su coraje. El ha tenido las aga-
llas de describir a Estados Unidos como una fuente de terrorismo
y a Bush como Mr. Danger. Desde sectores de la izquierda que se
oponen al Estado por principio y demandan que el poder fl uya
directamente desde las comunidades y creen que las reformas de
Chávez ya han llegado a su límite, aún con todo ello le apoyan y
le piden que siga con el mismo vigor”3.
Siguiendo esta línea de argumentación, la citada revista, con
ocasión del triunfo de Morales en el referendo de agosto de 2008,
sostenía que el Presidente boliviano había tenido que hacer un
gran esfuerzo frente a los deseos de la oposición por desestabi-
lizarlo. Sin embargo, aquélla ha fracasado ya que “el pueblo dijo
de manera muy sonora que quería que Morales siguiera liderando
a Bolivia”4.
En ningún caso el neopopulismo es un sentir mayoritario en
América Latina ni tampoco debemos pensar que toda izquierda
en el continente es igual. Las diferencias entre, por ejemplo, el
binomio Lula y García vs Venezuela-Nicaragua-Bolivia son evi-
3 America´s new enemy, 14 de noviembre de 2005. En www.newstatesman.com
(Traducción nuestra)
4 Victory for Morales, 11 de agosto de 2008. En www.newstatesman.com
(Traducción nuestra)
Asimismo, Estados Unidos ha cumplido otra misión a la hora
de legitimar a estos gobiernos haciendo las labores de “chivo
expiatorio” para relativizar, que no eliminar, los problemas do-
mésticos, sobre todo, cuando las medidas que tratan de imponer
no siempre son respaldadas, Washington será acusado de estar
detrás de la oposición.
Un buen ejemplo de esta tesis son las palabras de Evo Morales
tras expulsar a Philip Golderg (Embajador de Estados Unidos en
La Paz): “donde está el imperio no hay desarrollo, no hay supera-
ción, independencia, dignidad de un país, aquí se trata de cómo
liberarnos para impulsar nuestro propio desarrollo e igualdad.
Ese plan fascista se articula con el respaldo silencioso de los pre-
fectos opositores de las regiones de Pando (Leopoldo Fernández),
Beni (Ernesto Suárez), Santa Cruz (Rubén Costas) y Tarija (Mario
Cossío)”2. La medida adoptada por el ejecutivo boliviano encon-
tró respaldo en Venezuela, Nicaragua y, sorprendentemente, en
la Honduras de Zelaya.
Desde posiciones intelectuales europeas estos gobiernos supo-
nen la quintaesencia de la democracia pero en el fondo, lo que
este sector doctrinal viene a valorar de ellos, es que suponen
una envestida al poder de Estados Unidos.
Un ejemplo lo tenemos en John Pilger, investigador y periodista
de la prestigiosa revista británica The New Statesman para quien
tras el triunfo de Morales en 2005, un nuevo horizonte positivo
2 La Vanguardia, 14 de septiembre de 2008.
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
los referendos, pues los emplean para legitimar sus políticas au-
toritarias. Como sostenemos, se valen precisamente de las insti-
tuciones, no excesivamente arraigadas, de la democracia para
hacerse con el poder e instrumentalizarlo.
Los gobiernos neopopulistas apuestan por un discurso radical-
mente orientado a la izquierda, del que hacen proselitismo y de
conceptos tales como libertad, fi n de la pobreza...sin embargo,
lo que realmente encierran es el deseo de convertir a América
Latina en un paraíso comunista7.
No podemos decir que la oleada neopopulista vaya extenderse
por toda América Latina. Las “afrentas” al sueño político del
chavismo han sido constantes: desde la más radical representada
por Colombia, hasta Brasil, Perú, Chile...por tanto, motivos para
una preocupación general no los hay.
Sí que los hay para una de tipo particular, ya que es en las so-
ciedades más pobres como la boliviana o nicaragüense, donde
tiende a consolidarse este fenómeno, provocando el aún mayor
deterioro de la situación, fomentando la inseguridad jurídica y
la intervención estatal, y alejándose por tanto, del libre merca-
do, la economía global y los valores democráticos, que por otro
lado sí están presentes en aquellas naciones que han tomado
distancia de estos gobiernos8.
7 BRECHER, José: GEES: Cuatro militares golpistas, 10 de noviembre de 2006.
En www.gees.org
8 BARDAJÍ, Rafael: “Antiespañolismo”, en Expansión, 29 de noviembre de 2007.
dentes5. Con ellos comparten como característica común que
han llegado al poder vía elecciones, algo que nadie discute; es
más, han obtenido grandes mayorías. A partir de entonces es
cuando su naturaleza autoritaria se deja sentir, lo mismo que la
tendencia a la centralización.
Este deterioro democrático tampoco es nuevo, pues como seña-
laba Carlos Ball, tras la recuperación que experimentó América
Latina durante los años noventa, la crisis que sufre en el siglo
XXI tiene las mismas raíces de siempre: la ausencia de libertad
y el deseo de los gobernantes de interferir en la vida de los ciu-
dadanos6.
Estos regímenes se vuelven peligrosos una vez que llegan al po-
der por vías democráticas y amparándose en mecanismos como
5 Bajo el título de El socialismo del siglo XXI, Ignacio Sotelo nos ofrece una interesan-
te refl exión sobre la realidad política de América Latina, de la que destacamos en
primer lugar la división entre la izquierda representada por un lado por Venezuela,
Nicaragua, Cuba, Bolivia y Ecuador; y por otro lado, Argentina, Chile, Perú y Uru-
guay. En segundo lugar, el autor no apuesta por las fórmulas neopopulistas (repre-
sentadas por el socialismo del siglo XXI de Chávez), ni por las neoliberales, sino que
lo hace por la socialdemocracia vinculada a unas instituciones fuertes. En El País, 6
de junio de 2008.
6 BALL, Carlos: América Latina al borde del abismo, 30 de agosto de 2001.
En www.elcato.org
En 2003 el autor hacía la siguiente afi rmación: “si alguna lección tendremos que
aprender de nuevo en el siglo XXI es que lo verdaderamente importante es la liber-tad
individual y que las verdaderas democracias deben ser juzgadas según la am-plitud,
profundidad y fuerza de la libertad que disfruta la población entera”. BALL, Carlos:
Venezuela: democracia sin libertad, 21 de marzo de 2003.
En www.elcato.org
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
tación del otro. Si yo digo que soy de izquierda y el otro me reco-
noce como de izquierda entonces soy de izquierda. Tanto Chávez
como Lagos se defi nen de izquierda y la diferencia fundamental
de ambos creo que es que Lagos tiende a privilegiar la construc-
ción y consolidación de las instituciones democráticas que vayan
más allá de la persona. En cambio, Chávez es un líder de izquier-
da que tiene objetivos similares a Lagos en el largo plazo pero que
tiende a privilegiar los liderazgos personales mucho más que las
instituciones. La diferencia entre ambos está mucho más allá de
las políticas públicas, que son diferentes, por el lugar que ocupan
las instituciones democráticas, el peso y el contrapeso en el sis-
tema democrático en sus respectivos países. Mientras Lagos ve en
las instituciones la fortaleza de la democracia y de la propia iz-
quierda, Chávez tiende a debilitar las instituciones y a consolidar
más su liderazgo personal y su poder personal para poder avanzar
en su agenda. La izquierda correcta y más de futuro, que puede
contribuir a disminuir la pobreza y a consolidar la democracia es
la izquierda que cree en las instituciones, mientras que la izquier-
da que pone todos los huevos en la canasta de un solo líder, esta
izquierda personalista que más que en partidos cree en liderazgos
individuales, más que en instituciones cree en liderazgos incluso
populistas, al fi nal del día va a terminar haciéndole mas daño a
la democracia y a la reducción de la pobreza y el crecimiento que
deberían ser los objetivos de la izquierda”10.
10 Entrevista a Patricio Navia en www.cadal.org, 22 de julio de 2007.
Esta es una idea clave a la que hace referencia Duncan Currie en
su artículo de la revista norteamericana The Weekly Standard, del
que extraemos como puntos más destacados, los siguientes:
según un estudio de popularidad del Pew Global Attitudes Sur-
vey, Chávez es cada ver peor percibido por sus vecinos.
la mayoría de los países latinoamericanos han optado por las
políticas de libre mercado, instituciones democráticas y políticas
fi scales responsables9.
De un modo más contundente se manifi esta el Profesor Patricio
Navia, cuando explica que en América Latina existen dos izquier-
das, “por un lado, Chávez y por otro Lagos. Ambos se defi nen de
izquierda, pero lo importante a destacar es que la única forma
correcta de defi nir a la izquierda es la autodefi nición y la acep-
9 Mr. Chávez Neighborhood. He´s not very popular there.
En The Weekly Standard, Vol.13-Issue 02, 24 de septiembre de 2007. www..weeklys-
tandard.com
El autor añade una serie de testimonios relevantes para refrendar su tesis de que
Chávez no supone una amenaza para Estados Unidos y la región y sí para aquellos
países que han optado por seguir sus políticas. El primero de ellos, el de Otto Reich,
funcionario en las administraciones republicanas de Reagan y Bush, para quien
EEUU no debe temer a la izquierda en América Latina. Chávez puede que sea el viejo
caudillo que apuesta por el antiguo estilo populista, autoritario y caudillista pero
sus seguidores son meras copias, como Ortega y Morales. Ecuador, Bolivia y Vene-
zuela son los países más pobres de América Latina. Christopher Sabatini añade que
el triunfo de Ortega fue más el de la manipulación que el de la izquierda; aunque
Chávez ha establecido relaciones con Rusia e Irán, su radicalismo está presente en
los Andes pero más allá no llega.
(Traducción nuestra)
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
quienes no sólo no han sabido servir a los intereses de sus ciu-
dadanos, sino que han generado un panorama político donde
corrupción y nepotismo fueron sus grandes protagonistas. Es
entonces, cuando los gobiernos de corte populista que irrum-
pen, se presentan a sí mismos como eliminadores de este modus
operandi. Sin embargo, años después de su estancia en el poder,
actúan de la misma manera que aquellos a quienes sustituye-
ron.
Los anteriores partidos desprestigiados tienen un elevado grado
de culpabilidad en el fracaso de la democracia liberal en Amé-
rica Latina, tal y como nos expone Carlos Ball en lo relativo a
Venezuela, cuando tuvo lugar el primer triunfo de Chávez: “los
llamados neoliberales han logrado mayor éxito desprestigiando
al libre mercado que los líderes del Movimiento al Socialismo o
que los viejos dirigentes comunistas que ahora reaparecen junto
a Chávez”12.
Otro autor venezolano, como Carlos Goedder explica que en la Ve-
nezuela actual de Chávez, con las características que la defi nen,
(un aparato estatal fortalecido por los petrodólares que limita
la propiedad privada y que distribuye entre los fi eles al régimen
los negocios más prósperos, ya había existido en el pasado), la
gran diferencia con respecto a los ejecutivos precedentes, es que
12 El Universal, 5 de noviembre de 2008.
2 LA LEGITIMACIÓN INTERNA Y EXTERNA
Este tipo de gobiernos tienen dos fuentes de legitimidad, una
interna, a través de su triunfo en los procesos electorales domés-
ticos; y otra externa, consecuencia de la anterior, puesto que
una vez se ha producido el triunfo en las urnas, se constituyen
como gobiernos (legítimos) y como tales son reconocidos por la
comunidad internacional11.
Un buen ejemplo de ello fue el apoyo de la UNASUR a Mora-
les con motivo de su confl icto con los prefectos opositores. En
ningún momento cuestionó la citada organización el carácter
democrático del aymara y su llegada al poder. Sin embargo, esta
apuesta por la democracia que hacen las organizaciones interna-
cionales, en un buen número de casos es empleada doméstica-
mente como baluarte para imponer, o cuando menos intentarlo,
sus proyectos centralizadores.
Como venimos explicando, su llegada al poder tiene lugar en un
escenario de descrédito de los partidos políticos tradicionales
tales como los socialcristianos, democristianos, socialistas etc,
11 Al respecto, Florentino Portero hacía un brillante análisis sobre el modus operandi
de este tipo gobiernos: llegan al poder a través de elecciones legítimas, si bien
mostrando ya desde la campaña desprecio por la democracia liberal. Por ello, no se
trata de obviarlos una vez ocupan el gobierno sino de hablar con ellos y “hablar con
fi rmeza. Que no les quepa duda del coste de su aventura. Mientras tanto tenemos que
fortalecer a las formaciones políticas y a los grupos sociales democráticos para que
puedan hacer frente a los abusos que contra ellos se van a cometer. Tienen que prestar
resistencia y a la postre vencer”. En ABC, 2 de octubre de 2007.
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
Perú pudo haberse convertido en aliado de Caracas de haber
ganado Ollanta Humala14.
Si de algo tienen superávit los gobiernos neopopulistas es de
legitimidad externa, entre otras razones porque tienden a mos-
trar una cara en casa y otra en el exterior. Javier Paz García
analizaba así el caso de Bolivia y las peligrosas semejanzas en-
tre el socialismo hitleriano y Morales: “para ambos partidos la
democracia no es más que un medio por el cual llegar al poder,
para luego deshacerse de ella, ambos destruyen las instituciones
democráticas, las cortes electorales, los poderes legislativo y judi-
cial. Ambos creen en la lucha armada y la violencia revoluciona-
ria. Ambos son centralistas, extremadamente centralistas”15. Una
de las razones de este superávit se debe a que llegan al poder
cargados de promesas democráticas para degenerar, con el paso
del tiempo, en situaciones autoritarias.
No olvidemos que más allá de las relaciones bilaterales entre
ellos (v.g Venezuela y Bolivia) hay otros aspectos que no debe-
mos dejar de lado, como por ejemplo, las relaciones con otros
14 Florentino Portero sostiene que mal anda la política latinoamericana cuando hay que
festejar un triunfo de Alán García, pues lo único que se ha evitado es un nuevo Evo
Morales. Con sus propias palabras: “el triunfo de García es pan para hoy y hambre
para mañana. Ha servido para impedir un nuevo Evo, pero poco más. No es probable
que lo haga peor que durante su primer mandato pero no es sensato ilusionarse con
él en la Presidencia de la República”.
En ABC, 6 de junio de 2006.
15 PAZ GARCÍA, Javier: Nacional socialismo y movimiento al socialismo, 29 de septiem-
bre de 2008. En www.hacer.org
ahora estas características se exaltan aún más y emplea como
modelo ideológico el marxismo-leninismo a la cubana13.
Para este tipo de gobiernos y políticos, el concepto de legitima-
ción va intrínsecamente unido al de imposición. ¿Qué queremos
decir? Consideran su mensaje como el único válido y proceden a
anular a la oposición por todos los medios a su alcance. La tra-
ducción de esta premisa es clara: una vez conseguido el poder,
proceden a concentrarlo eliminando las competencias que antes
podrían tener otros entes políticos y administrativos.
En todo este proceso, la piedra angular y el modelo es la Vene-
zuela de Hugo Chávez, que aspira a ser el caudillo de la región.
Hasta ahora, no ha escatimado esfuerzos en ello y lo ha hecho
de dos formas complementarias:
apoyo a los políticos y formaciones afi nes del entorno (v.g a.
el MAS).
en aquellos países donde el gobierno es hostil a sus ideas b.
y programa, apoyo a la oposición o incluso, a movimientos
terroristas. Colombia es una de las víctimas del Chavismo y
13 GOEDDER, Carlos: Libertad individual y política socialista, 11 de agosto de 2008.
En www.cedice.org.ve
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
de mantener el populismo es con altos ingresos y eso sólo se
puede con altos precios de petróleo”17.
Asimismo, Posada Samper advierte de un hecho que se ha con-
vertido en real: el resto de países investiga en materias sustitu-
torias del petróleo, por lo cual su dependencia (de Venezuela)
será cada vez menor18. El petróleo, como denunció el alcalde
opositor Leopoldo López, se ha convertido en un arma al ser-
vicio del chantaje, lo que denomina “petrochantaje”. Nosotros
añadimos una idea fundamental y es algunos de los países con
los que negocia, al más puro trueque, tampoco se pueden consi-
derar clientes fi ables por su defi ciente situación económica.
En defi nitiva, la política exterior juega un doble papel para es-
tos gobiernos, por un lado, establecer un tejido de alianzas con
gobiernos afi nes. Por otro, sirve de cortina de humo de los pro-
blemas nacionales, el principal, que pese a las promesas de me-
jora de la sociedad, este objetivo no se ha cumplido sino que el
deterioro es más que perceptible.
3 LA FRAGMENTACIÓN DE LA OPOSICIÓN POLÍTICA
Aún reconociendo que la oposición está fragmentada en la ma-
yoría de estos países, no es menos cierto que desde las ins-
tancias gubernamentales se intenta boicotear su labor. En este
17 Diario Hoy (El Salvador), 27 de octubre de 2008.
18 POSADA SAMPER, Miguel: Vecindario colombiano: Chávez, Ecuador y Bolivia, 7 de
agosto de 2007.
En www.gees.org
países que no se hallan en los puestos más altos en el ranking
de demócratas. Este fenómeno lo hemos podido ver reciente-
mente en el caso de las mantenidas entre Venezuela-Rusia o
Irán-Bolivia.
Mary O´Grady, extrae otra lectura ya que el caudillo venezolano
ante el fracaso de su revolución bolivariana, sigue el ejemplo
de Castro buscando una amenaza externa a su soberanía, lo que
provocará que se cierren fi las. Para la aludida analista: “Chávez
está feliz de ser usado de esta forma. Él cree que está recibiendo
algo a cambio. Su revolución bolivariana, un esfuerzo diseñado a
imponer el comunismo a lo largo de América Latina está en pro-
blemas y su popularidad se ha ido desvaneciendo, así como sus
opciones para restaurar la confi anza en su liderazgo”16.
Otro aspecto que no podemos ni debemos olvidar es el de las
auto-legitimaciones, es decir, la creación de una suerte de
pools que tienden a retroalimentarse. En este sentido uno de
los grandes ejemplos es PETROCARIBE, la gran iniciativa creada
por Chávez y con la que compra voluntades. Sin embargo, esta
forma de proceder exige una serie de condiciones previas, es-
pecialmente el mantenimiento alto del precio del petróleo. La
oposición venezolana ha condenado este hecho y por ejemplo,
el Presidente de la Fedecámara de Venezuela, José González de
Tovar, lo denunciaba en los siguientes términos: “la única forma
16 O´GRADY, Mary: El coqueteo ruso de Hugo Chávez, 17 de septiembre de 2008.
En www.elcato.org
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
bolivianos”20. El objetivo que se marca el citado político lo desle-
gitima el apelativo que dedica a su ex Presidente (Jorge Quiroga)
al que acusa de estar confabulado con la OEA para poner fi n al
régimen de Morales.
Es también en este país donde hemos podido ver a la oposición
más aglutinada alrededor de un programa político modernizador.
PODEMOS es un gran ejemplo. Una de sus fi guras principales es
Jorge Quiroga que acusaba al ejecutivo de Morales de mimetizar-
se con Venezuela.
Sin embargo, no podemos eludir el realizar una crítica sobre la
forma de proceder de la oposición en estos países, pues una de
sus características es su división y fragmentación. A esta situa-
ción, por ejemplo, hacía referencia Robert Bottome en Libertad
Digital cuando sostenía que “impresiona la falta de capacidad de
asombro del venezolano medio. Pero alarma, aún más, que tam-
bién se haya perdido la capacidad de indignarse y de exigir que
se respeten los más elementales derechos humanos. Venezuela se
desploma, la corrupción está desatada y la vida no vale nada”21.
Sin embargo, aunque el balance que este autor hace de la situa-
ción de la oposición en Venezuela es real, no es menos cierto el
panorama que nos describe Carlos Sabino: “las elecciones son una
20 FERNÁNDEZ BARBADILLO, Pedro: La izquierda latinoamericana opta por la subver-
sión, 20 de septiembre de 2006. En www.gees.org
21 BOTTOME, Robert: Venezuela, el coraje perdido, 15 de octubre de 2008.
En www.libertaddigital.com
sentido, el referendo venezolano de 2004 ilustró bien a las claras
la situación, tal y como nos explica el investigador principal del
área de América Latina del Real Instituto Elcano, Carlos Mala-
mud, para quien Chávez empleó una ingente cantidad de dinero
para fi nanciar una campaña de larga de duración y ante el des-
censo de su popularidad de los meses previos, lo compensó con
las denominadas “misiones”, logrando así atraer el apoyo de las
clases más pobres. Frente a ello, la oposición estuvo plenamente
desorganizada, no creó plataforma alguna ni tampoco seleccionó
candidatos susceptibles de ser elegidos por los votantes19.
La acusación es la de traidores o vendepatrias, por poner un
ejemplo de esta tesis, aunque hay muchos más, el ministro de
Exteriores boliviano, David Choquehuanca, defi nía así la situa-
ción de su país: “Bolivia está viviendo un proceso revolucionario,
de cambio, que para nosotros es fundamental. El proceso de la
Asamblea Constituyente tiene que construir una nueva Consti-
tución política del Estado, que defi enda los intereses de la na-
ción, nuestros recursos naturales, que permita vivir en armonía
entre todos los bolivianos, que permita la unidad de todos los
19 MALAMUD, Carlos: Venezuela después del referéndum, 9 de septiembre de 2004.Una
vez obtenida la victoria, Chávez cargó contra la oposición eliminando cualquier op-
ción para que tuviera lugar una negociación y así en su programa “Aló Presidente”
afi rmó que su imbecilidad (de la oposición) le impedía ver el momento que vive
el país, por tanto “hay que eliminar del mapa democrático del continente. No se le
puede dar reconocimiento, beligerancia, bandeja de plata, a una dirigencia irrespon-
sable”. En www.realinstitutoelcano.org
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
regímenes populistas es de lo más heterogénea, empezando por
artistas, hombres de los medios de comunicación…23.
4 EL DISCURSO NEOPOPULISTA: CARACTERÍSTICAS
Como hemos analizado en la primera parte de este documento de
trabajo, el discurso es una de las herramientas fundamentales en
la práctica política del populismo. El mismo le sirve para aglu-
tinar y ejercer una simbiosis con las masas. En la actualidad, el
leit motiv de estos discursos es la oposición visceral al capitalis-
mo/neoliberalismo y la “demonización” de Estados Unidos, que
según los líderes populistas, son los responsables de los males
que acucian a sus Estados.
4.1. Antiamericanismo, anticapitalismo, antiliberalismo.
Expresiones como “el Imperio” son empleadas habitualmente
para referirse a la superpotencia del norte. Ante esa supuesta
culpabilidad global y regional, cualquier medida que se adopte
estará justifi cada. El victimismo ante Estados Unidos no sólo lo
han practicado una vez en el poder, sino previamente.
Para ilustrar esta tesis, el siguiente ejemplo nos parece signifi ca-
tivo. Durante el pasado mes de abril, Morales desmanteló lo que
23 .MANSUETI, Alberto. La Derecha boba o por qué la izquierda manda, julio de 2007.
En www.fundacionlibertad.org.pa
Proponemos la lectura íntegra del artículo puesto que hace una refl exión muy pro-
funda sobre los complejos de la derecha en América Latina así como las consecuen-
cias fatales a que pueden dar lugar.
completa farsa en Venezuela porque además el gobierno intervie-
ne abiertamente en las campañas electorales, gasta centenares de
millones de dólares de los dineros públicos en ellas, hostiga a la
oposición y atemoriza a los electores con constantes amenazas.
Por eso muchos analistas no consideramos al venezolano como un
gobernante legítimo”22.
¿Y el partido de gobierno? En la mayor parte de las ocasiones
nos encontramos con que la fi gura del Presidente, caudillo o
líder populista, está por encima de la formación política, cu-
yas siglas ni siquiera son conocidas. También es cierto que en
ocasiones, es una amalgama de fuerzas y de sectores sociales
los que forman un partido en el cual puede haber elementos de
izquierda, derecha, reaccionarios, extrema izquierda, liberales…
tal es el caso de Concertación Nacional en Paraguay que enarbola
la bandera de la justicia social para dar respuesta a todos los
problemas del país (en especial a los relacionados con el contra-
bando, la delincuencia y el desempleo).
Para Mansueti, el gran problema de América Latina no es que la
izquierda esté en el poder, sino que va más allá, y declara que
es la propia derecha y sus complejos la que posibilita esta situa-
ción de tal modo que en muchas ocasiones, la oposición a estos
22 SABINO, Carlos: La supervivencia de la libertad en Venezuela, 9 de diciembre de 2007.
En www.eldiarioexterior.com
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
ha estado más preocupada de la guerra contra el terrorismo,
descuidando lo que sucede en su patio trasero. En este sentido,
Álvaro Vargas Llosa hacía referencia a cómo Barack Obama en el
inicio de las primarias demócratas califi caba la política de Bush
hacia América Latina como “negligente”, en su artículo Obama
y América Latina26.
Poco antes de publicitar este artículo el propio Vargas Llosa ha-
bía escrito otro en el que constataba una entrevista que había
mantenido con Vicente Fox una vez que éste ya había dejado el
poder. El ex Presidente mejicano, al analizar la realidad política
latinoamericana, focalizaba un riesgo en el medio y corto plazo,
como Chávez, pero era optimista porque había sido derrotado
en el referendo y porque México también había abandonado los
gobiernos populistas27. En este sentido, la derrota de Chávez en
el referendo de diciembre de 2007 supone una bocanada de aire
fresco para los amantes de la libertad y avala la postura de Fox.
26 VARGAS LLOSA, Álvaro: Obama y América Latina, 18 de febrero de 2009. En www.el-
diarioexterior.com. En este artículo, sostiene que la política de Estados Unidos hacia
América Latina se debería de caracterizar por “un ejercicio atmosférico: muchas fotos
y frases dulces, y pocas políticas minuciosas. Las políticas minuciosas inevitablemen-
te llevan al intervencionismo o la condescendencia, y lo que los latinoamericanos
precisan es avanzar hacia el sentido de responsabilidad”.
27 “No podemos permitir que un populista autocrático nos robe el siglo XXI. La derrota
de Chávez en el reciente referendo sobre la reforma constitucional es una buena noti-
cia, pero mientras haya tanta gente oyendo el canto de sirena del socialismo porque
carece de propiedad no seremos libres”.
VARGAS LLOSA, Álvaro: Fox vs Chávez, 17 de diciembre de 2007.
En www.eldiarioexterior.com
él creía una Ofi cina de la CIA en el Palacio de la Presidencia, al
mismo tiempo que arremetió contra la AUSAID. Fueron, sin duda
alguna, medidas que allanaron el camino de cara a la expulsión
del embajador norteamericano en Bolivia, acontecimiento que
se produjo en septiembre, y más tarde de la DEA24. También en
abril, en el Foro Indígena de la ONU25, propuso la erradicación
del capitalismo como solución al cambio climático y su sustitu-
ción por el socialismo comunitario.
Estados Unidos, y más en particular la Administración Bush, es
acusada de interferir en los asuntos latinoamericanos. Sin em-
bargo, nosotros sostenemos justo lo contrario. La Casa Blanca
24 La política boliviana Silvia Lazarte (MAS) vanagloriaba a Morales por haber expul-
sado al Embajador norteamericano de La Paz ya que ello había tenido dos positivas
consecuencias interrelacionadas para su país: debilitamiento de la presencia estado-
unidense y fortalecimiento de la unidad y cohesión del pueblo ya que éste “lo que
no quiere son intromisiones. No nos gusta, nunca nos gustará y nunca lo permitire-
mos”.
Drugs, unrest and socialism, 7 de noviembre de 2008.En www.newstatesman.com
(Traducción nuestra)
25 Morales se ha convertido en el abanderado de la causa indígena con el resultado
de fomentar la confrontación en su país. Jimmy Ortiz Saucedo lo defi ne como “la
izquierda transgénica” que en lugar de la lucha de clases apuesta por la lucha de
razas: “los rasgos del racismo indigenista son muy claros en el discurso y las políticas
del M.A.S. Desde que Morales llegó al gobierno los niveles de intolerancia racial han
aumentado a niveles nunca vistos en Bolivia. El odio y el resentimiento étnico son
parte hoy de la vida nacional.(…).Para el M.A.S los únicos que tienen derechos plenos
en Bolivia son los aymaras y los quechuas. Pretenden hacer un neocolonialismo al
mando de estas dos etnias.(…).Esta visión racista no es propia del socialismo”. ORTIZ
SAUCEDO, Jimmy: La izquierda transgénica, 30 de marzo de 2008.
En www.eldeber.com.bo
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
sentaba el sentir político de América Latina, el líder venezolano
la acusó de pertenecer al mismo partido que Hitler29.
La alemana no estaba desencaminada en sus tesis y un buen
ejemplo lo hemos podido vivir en países del entorno venezolano
que han rechazado a candidatos patrocinados por el chavismo.
Uno de ellos fue Perú, cuyo electorado dio una segunda opor-
tunidad a Alán García (quien ya gobernó entre 1985-1990) o
México.
En este sentido, la investigadora María Solano Altaba analiza-
ba así este fenómeno: “los votantes peruanos, primero, y los
mexicanos después, se decantaron por apartar el populismo y
mantener contenta a la inversión extranjera, imprescindible para
la economía de estos países. Hugo Chávez, Evo Morales y Fidel
Castro despertaron de un sueño que apenas duró unos meses, el
de una Iberoamérica de izquierdas que acabara con lo que ellos
consideran un capitalismo que los explota. Y, al despertar, se
dieron de bruces con la dura realidad”30.
Frente al contexto peruano tenemos el de Venezuela, donde el-
los sucesivos gobiernos de Chávez integrados por comunistas y
29 McKENZIE, Eduardo: Ángela Merkel lo hizo. ¿Nicolás Sarkozy lo hará?, 5 de junio de
2008. En www.gees.org
30 SOLANO ALTABA, María: El populismo en América Latina ya le ve las orejas al lobo,
20 de septiembre de 2006. En www.gees.org
Nota distintiva del discurso neopopulista es predecir la muerte
del capitalismo al más puro estilo Carlos Marx. Este argumento
ha recibido un plus de auto-legitimidad con la crisis fi nanciera
de 2008. Sin embargo, como sostiene Hernán Pérez Loose: “es
una ironía por ello que ahora Chávez lance sus dardos contra el
capitalismo cuando todo su éxito político como dictador de Ve-
nezuela se debe a un precio del petróleo que, como ha quedado
evidenciado ahora, permaneció alto en los últimos años debido,
no tanto por su demanda, que ahora será menor por la recesión,
sino por la presión que sobre él habían venido ejerciendo preci-
samente los especuladores de Wall Street. Su socialismo del Siglo
XXI ha sido construido gracias a capitalistas que actuaron con el
mismo instinto especulativo que caracterizó a sus antecesores del
Siglo XIX”28.
4.2. La descalifi cación y la amenaza como herramientas frente a las críticas recibidas.
Cualquier opinión vertida acerca de la forma que tienen de go-
bernar los dirigentes neopopulistas, es contestada rápidamente
por estos con el uso de la descalifi cación. En este sentido, los
peor parados han sido Bush, Aznar, Blair y este año la Canciller
alemana Ángela Merkel quien tras sostener que Chávez no repre-
28 PÉREZ LOOSE, Hernán: La tormenta perfecta, 15 de octubre de 2008.
En www.hacer.org
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
Cuando estos gobiernos de corte neo-populista llegan al poder
realizan una serie de promesas fáciles y retóricas de formular,
para posteriormente no cumplirlas. Daniel Ortega nos sirve de
ejemplo, cuando ganó en 2006 (y el primero en bendecir su
triunfo fue Chávez) declaró que su gobierno tendría tres priori-
dades33:
estabilidad nacional.a.
reconciliación nacional.b.
swwacar al país de la pobreza.c.
Dos años después, la situación en su país ha empeorado nota-
blemente. La táctica de Ortega para llegar al poder en 2006 fue,
en cierta forma, diferente a la seguida por los que más tarde se
convirtieron en sus socios. Ya había estado en el gobierno du-
rante el periodo 1984-1990. El panorama en que dejó al país: un
ingreso per cápita destrozado…mismo camino que siguieron las
infraestructuras34. Durante la década de los noventa asistió a la
división del sandinismo y a tres derrotas consecutivas.
En las elecciones de 2006 reapareció victorioso (38%) de los
votos y para ello, una de las claves fue “el olvido” de la parte
33 MALAMUD, Carlos: La deriva somocista de Daniel Ortega, 13 de octubre de 2008.
En www.infolatam.com
En este texto la tesis principal de Malamud es que el gobierno de Daniel Ortiga cada
vez se asemeja más al de Anastasio Somoza.
34 http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7721000/7721218.stm
admiradores de Fidel Castro31, fomenta el odio entre clases asus-
tando a los inversores nacionales e internacionales. Además, la
ignorancia y el primitivismo económico de Chávez y de quienes
le rodean, provocarán más tarde o más temprano, una profunda
crisis que no podrá ser resuelta con burlas, amenazas o intermi-
nables discursos32.
4.3. El mesianismo de los neopopulistas.
Con esto hacemos referencia a la tendencia que tienen estos
líderes de presentarse como los salvadores-redentores frente a la
corrupción y nepotismo que caracterizó a los gobiernos anterio-
res , situación que fue posible, entre otras razones, por el défi cit
de una clase política seria y responsable en América Latina.
Esta situación tiene su máximo ejemplo en la vuelta al poder de
líderes del pasado los que habían hecho mucho por el deterioro
de la situación política y económica de sus países. Tal es caso de
Alán García en Perú y Daniel Ortega en Nicaragua...pero, mien-
tras el primero parecía haber aprendido de sus errores, el sandi-
nista inició tras 2006 un proceso de acercamiento a Venezuela.
31 Un buen ejemplo de la procedencia de los miembros del gabinete de Chávez lo te-
nemos en el hecho de que el programa de educación lo trazó Carlos Lanz Rodríguez
quien en los setenta había participado en el secuestro del empresario norteamerica-
no Bill Niehaus y que defi nía su ideología como un compendio de “la teología de la
liberación, marxismo, bolivarianismo y el cimarronismo”.
BALL, Carlos: Delincuentes al mando de Venezuela, 12 de junio de 2001.
En www.elcato.org
32 BALL, Carlos: La fi nca de Hugo Chávez, 14 de septiembre de 2000.
En www.elcato.org
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
4.4. Mercantilismo ideológico: el trueque petróleo por socialismo del siglo XXI.
Los gobiernos de corte populista tienden a utilizar los concep-
tos capitalismo y neoliberalismo indistintamente. Ambos son los
culpables de los males por los que atraviesa América Latina y la
supresión de los mismos, y su posterior sustitución por el so-
cialismo del siglo XXI, eliminará todos los males de las naciones
latinoamericanas.
Se trata de una tesis a la que todos ellos se adhieren, pero
son incapaces de brindar un modelo o solución alternativa que
conduzca a mejorar la vida en sus sociedades. Además, ellos
“olvidan” que la virtud real del liberalismo es “crear las con-
diciones para que las personas puedan diseñar su proyecto de
vida sin violar los derechos de los demás y, a la vez, crear más
prosperidad”38.
Las arcaicas, caducas y fracasadas enseñanzas del socialismo
colectivista, cobran de nuevo protagonismo con esta oleada de
dirigentes. Desde los grupos de izquierda más radicalizados, se
les exalta (por ejemplo en España, Izquierda Unida).
En efecto, determinados productos o materias en las cuales son
ricos productores les sirven no sólo como instrumento para inter-
cambios comerciales sino ideológicos. Tal es el caso del petróleo
en la Venezuela de Chávez. Sin embargo, los resultados no son
38 Entrevista a Ian Vásquez que podemos leer en la website del Cato Institute
(www.elcato.org) y titulada “Un fantasma recorre el mundo”.
marxista de su discurso35, traducido en una apuesta contra el
neoliberalismo salvaje que parecía más retórica que real. No tuvo
rubor alguno en reiterar que había cambiado con respecto a eta-
pas precedentes, que se encontraba unido a Dios y que apostaba
por la reconciliación nacional36.
Los hechos desmintieron su modus operandi preelectoral fomen-
tando una polarización de la sociedad bajo “el disfraz de bene-
factor social”. Nada diferente, por tanto, a Morales o Chávez.
Todos ellos suponen, en defi nitiva, una de las grandes amenazas
a la libertad37.
35 Un elemento signifi cativo de este cambio es que se presentó a las presidenciales
de 2006 con el lema “trabajo y paz” que suplía al incendiario de los años ochenta
cuando declara sin rubor que “luchamos contra el yanki, enemigo de la humanidad”.
Sin embargo, quienes en Estados Unidos habían mantenido polémicas con Ortega en
los ochenta, eran escépticos hacia el giro del sandinista. Un buen ejemplo es Dana
Rohrabacher, quien fuera redactor de discursos para Ronald Reagan, que señalaba
ante un triunfo de FSLN se podría revisar la política de inmigración de Estados
Unidos hacia Nicaragua, algo que, bajo su punto de vista, no se podría considerar
intervencionismo, ya que el totalitarismo sandinista y los lazos con Chávez, Castro
y los islamistas extremistas, tendría que tener consecuencias.
The Comandante who promises divine light, 4 de diciembre de 2006.
En www.newstatesman.com
(Traducción nuestra)
36 America awakes from a corrupt and incompetent nightmare, 13 de noviembre de
2006. En www.newstatesman.com
(Traducción nuestra)
37 CANTA YOY, Carlos: Amenazas a la libertad, 12 de noviembre de 2008.
En www.eldiarioexterior.com
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
Interamericana Contra el Terrorismo de 2002?”. Su respuesta des-
cribe la situación que se vive en el continente: “algunos, como los
países caribeños, están interesados en seguir recibiendo petróleo
barato de Venezuela. Otros, incluidos algunos gobiernos centro-
americanos, consideran que las buenas relaciones con Chávez
son un antídoto contra el terrorismo marxista en sus países. Hay
quienes, como el presidente de Brasil, utilizan a Chávez para
mantener contenta a la base mientras siguen una política interna
que es el polo opuesto del venezolano. Y gobiernos como el de
la Argentina combinan intereses fi nancieros, Buenos Aires vende
bonos soberanos a Caracas, con la búsqueda de la respetabilidad
revolucionaria a ojos de la base”40.
En ocasiones, como ha sucedido en el caso argentino, ser un
país rico en determinadas materias es algo que se ha vuelto en
su contra. Este año hemos tenido un ejemplo de esta tesis con
el “problema” de las exportaciones de soja. La administración
Kirchner buscó aumentar la carga impositiva sobre las mismas,
lo que degeneró en un confl icto que se prolongó durante tres
meses, que costó el puesto al Ministro de Economía (Martín Lo-
usteau), paralizó el comercio exterior argentino y que, en última
instancia nos trajo por parte de la Presidenta y su lenguaje, un
recuerdo de los viejos tiempos.
40 VARGAS LLOSA, Álvaro: Los Compinches de Chávez, 2 de junio de 2008.
En www.eldiarioexterior.com
ni serán los deseados pues como se está viendo, las diferencias
y desigualdades siguen su curso ascendente.
Facundo Guardado (ex guerrillero salvadoreño y ahora político
de la izquierda moderada) se opone radicalmente al modus ope-
randi del chavismo y lo explica así: “los centroamericanos que
no producimos petróleo nos toca pagar las aventuras de Chávez.
Pero francamente, lo que hace Chávez en la región es alimentar
falsas expectativas para una sociedad que está hastiada de lo que
tiene”39.
Que el petróleo se ha convertido en la moneda que emplea
Chávez para comprar adeptos a su régimen es algo evidente.
No sólo busca aliados sino que también desestabilizar gobiernos
elegidos democráticamente en las urnas como el de Colombia.
Las conexiones del régimen chavista con las FARC ya fueron
demostradas durante este año.
Es en este punto donde introducimos la importante refl exión
de Álvaro Vargas Llosa: “¿por qué tantos gobiernos apoyaron a
Venezuela y Ecuador cuando la Organización de Estados Ameri-
canos debatió el ataque de las fuerzas armadas colombianas al
campamento de las FARC ocurrido a comienzos de marzo y evita-
ron mencionar que Caracas y Quito habían violado la Convención
39 En www.cadal.org, 20 de noviembre de 2006.
Asimismo en la entrevista analiza la fi gura de Daniel Ortega y la segunda oportuni-
dad que le ha dado la democracia para gobernar. Facundo Gallardo instaba al- san-
dinista a retirarse de la infl uencia de Chávez y optar por el desarrollo de una iz-
quierda plural en su país.
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
tarista la que coincide con el establecimiento de relaciones con
grupos terroristas.
Este último punto ha sido una de las características sobresalien-
tes de la segunda mitad de año. Hemos asistido a una acentua-
ción de relaciones de estos gobiernos con Rusia y menor medida,
con Irán. Su traducción es que Venezuela y Bolivia han compra-
do importantes cantidades de material bélico a Moscú, ¿a qué es
debido?, ¿tienen que hacer frente a alguna amenaza interna o
externa? Negativo.
El objetivo real es amedrentar a la oposición jugando la carta
anti-Estados Unidos e infl amando la mecha del nacionalismo, de
ahí que el líder venezolano indique una y otra vez que Estados
Unidos tiene planes hostiles contra su país.
La realidad es que Chávez tiene miedo de que en las elecciones
municipales de 23N se produzca un descalabro de su partido
como ya sucediera en el pasado referendo de 2 de diciembre. Es
esta la tesis de Ray Walser para quien “un sentido de constante
amenaza es también una excelente herramienta para aislar y ata-
car a la oposición mediante el recurso a los planes de seguridad
nacional.(…).El respeto por la soberanía nacional, por la no in-
tervención y por la resolución pacífi ca de los confl ictos salen por
la ventana cuando Chávez se alinea con Rusia”41.
41 WALSER, Ray: Chávez, Venezuela and Russia: A new Cuba Missile crisis?, 15 de sep-
tiembre de 2008. En www.heritage.org
(Traducción nuestra)
Desde el ejecutivo argentino se apostó por el recuerdo al golpis-
mo militar de los setenta apuntando directamente a las asocia-
ciones, a la prensa y al mero hecho de ser mujer. La táctica Kir-
chneriana se basó en este lenguaje y en convocar a sus acólitos
en la Plaza de Mayo.
Como sucede con este tipo de ejecutivos, el matrimonio guber-
namental no hizo autocrítica sobre la falta de inversiones que
sufre su país o el aumento de la infl ación. Más que solucionar el
confl icto, la Presidenta buscó la división de las organizaciones
agropecuarias.
5 LA GEOPOLÍTICA DEL NEOPOPULISMO. LA APELACIÓN CONSTANTE DEFIDEL CASTRO. ALIANZAS MÁS ALLÁ DE LA REGIÓN
Los gobiernos de esta naturaleza, en su afán de exportar su
modelo político están elaborando una serie de alianzas ideoló-
gicas que tienen como referente a Cuba y como brazo ejecutor
a Venezuela.
El ¿ex dictador? cubano goza del máximo predicamento moral,
tanto que parece ser el gurú al que seguir. Su profeta en la
tierra es Hugo Chávez quien no duda en apelar una y otra vez
a sus consejos, a los que suma las “peculiaridades ideológicas
venezolanas”: bolivarianismo (esto es, una autoridad superior
a la que apelar), militarismo (compra de material bélico a Rusia
y establecimiento de un entramado de relaciones con regímenes
de diferente naturaleza, desde el iraní hasta el ruso, pasando
por el sirio) y marxismo. Para Gustavo Coronel, es la etapa mili-
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
2 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
respectivos mandatarios por minar el poder de Estados Unidos
en el mundo, la tesis está más que demostrada42.
El resultado son la creación de alianzas contra natura, que com-
plementan la establecida a nivel intra-latinoamericano (por
ejemplo, Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua), destacando las
que a nivel bilateral establecen con otros países no regionales
del tipo Venezuela-Irán; Venezuela-Rusia.
6 UN MODUS OPERANDI SIMÉTRICO: LLEGADA AL PODER Y EJERCICIO DEL MISMO
Tras el triunfo electoral, la siguiente fase que tiene lugar es una
modifi cación de la constitución con la fi nalidad única de per-
petuarse en el poder. Venezuela, una vez más, ejemplifi ca esta
tesis. Como señalaba William Ratliff como motivo del pasado
referendo, “el 2 de diciembre, se les pedirá a los venezolanos que
voten sobre unas colosales 69 enmiendas constitucionales que
reducirían enormemente la gobernabilidad democrática del país,
42 Cuando Ray Walser y Ariel Cohen analizan el acercamiento de Venezuela a Rusia e
Irán y concluyen que uno de los grandes elementos que tienen en común es que se
trata de gobiernos que han rechazado a la sociedad civil y han cercenado el espacio
político. Son tres países donde se ha experimentado un retroceso democrático desde
fi nales de la década de los noventa, con un incremento del role del Estado y un de-
clive del gobierno democrático; el dinero procedente del petróleo sirve para mermar
a la oposición, silenciar a la prensa, construir milicias de seguridad internas y aislar
a sus regiones de las críticas nacionales e internacionales.
WALSER, Ray y COHEN, Ariel: The Russia-Venezuela axis: using energy for geopolitical
advange, 21 de julio de 2008. En www.heritage.org
(Traducción nuestra)
Las diferencias de régimen político, de cultura, de organización
social o simplemente culturales entre los países que han optado
por el neopopulismo en América Latina y Rusia (e Irán) son
más que evidentes, pero aún con ello, han buscado alianzas. En
común sí que tienen su tendencia a la nacionalización de impor-
tantes sectores económicos del país, especialmente los vincula-
dos a la energía, y la ausencia de claridad y transparencia a la
hora de gestionarlos.
Desde Rusia se apuesta por este tipo ententes por una razón:
la dupla Medvedev-Putin no quiere seguir jugando un role se-
cundario en los asuntos internacionales pues su país goza de
poderío económico procedente del gas y del petróleo y tratan
extrapolarlo al área de la geopolítica. Es más, el petróleo lo em-
plean como arma, en especial Rusia hacia sus vecinos checos y
polacos, cuyo viraje hacia Estados Unidos no es del agrado del
Kremlin.
Tras el reconocimiento (febrero de 2008), aunque no unánime
de la independencia de Kosovo, Moscú no podía quedarse de bra-
zos cruzados. La intervención desproporcionada contra Georgia
así lo demostró. La aceleración de las relaciones con América
Latina, fue el siguiente ejemplo. Y a eso unimos el deseo de los
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
6.1. Carácter beligerante y campaña de rearme.
El carácter beligerante de este tipo de gobiernos se manifi esta
de dos maneras, de forma verbal, contra aquellos países, bien de
derechas, bien de izquierdas, que no secunden el modelo popu-
lista como son los casos de Perú o Colombia.
Sin embargo, una vez han acumulado años en el poder, proceden
a llevar a cabo una intensa campaña de rearme. En efecto, tras el
pasado en el cual estos países estuvieron regidos por dictaduras
militares, durante la década de los noventa, la paz que en sus
contextos domésticos se vivió fue acompañada de un olvido del
tema militar y en lo que a Defensa y Fuerzas Armadas se refi ere,
éstas habían quedado obsoletas46, hecho que se prolongó en el
tiempo hasta entrar en el siglo XXI.
46 Al respecto, José Brechner sostiene que mientras tras el 11 S Europa y Estados
Unidos procedieron a reforzar su seguridad, América Latina no hizo lo mismo, de
tal modo que en este apartado presenta importantes défi cits, que se traducen en la
facilidad con la que terroristas procedentes de Oriente Medio llegan a Caracas, donde
no tienen problemas para obtener falsas identidades y moverse posteriormente por
todo el continente con la fi nalidad de reclutar miembros para sus células, cuya fi na-
lidad sería atentar contra los intereses de Estados Unidos en América Latina.
BRECHER, José: Latinoamérica en la mira de los terroristas, 14 de octubre de 2008.
En www.eldiarioexterior.com Rosendo Fraga realiza un interesante estudio en 2004
analizando el gasto de defensa de América Latina y Caribe, señalando que es la re-
gión del continente donde menos se gasta en defensa y añadiendo que presenta una
baja relación con el porcentaje de población que se incorpora a las Fuerzas Armadas.
Así, América Latina tiene baja importancia estratégica a nivel mundial y aunque el
problema del terrorismo global ha generado un aumento del gasto militar en todo
el mundo, menos en América Latina. FRAGA, Rosendo: El gasto en defensa en Ibero-
américa, 28 de abril de 2004. En www.realinstitutoelcano.org
despojarían a los ciudadanos de aun más libertades individuales
y de esa forma expandirían el poder del presidente Hugo Chávez
incluso más allá de lo que es en la actualidad. La triste realidad
es que los votantes probablemente aprobarán las enmiendas, en
la medida que los opositores a Chávez han estado confundidos,
desacreditados, desorganizados e intimidados”43.
El resultado de los referendos triunfantes es una centralización
del poder, en la fi gura del Presidente; y la consecuencia inevita-
ble, la minimización de las libertades. Como ilustra Álvaro Vargas
Llosa, las políticas populistas consisten en concentración del
poder en manos del Presidente, la colocación de las empresas
bajo el control gubernamental y el debilitamiento de los lazos
comerciales con el mundo exterior44.
El objetivo va claramente encaminado a la creación de un “Parti-
do Único” imposible de diferenciar del gobierno. Simbiosis total
entre ambos. Este era el diagnóstico que hacia Óscar Ortiz, dipu-
tado de la oposición en Bolivia45.
43 RATLIFF, William: El derrotero de Venezuela hacia la autodestrucción, 24 de noviem-
bre de 2007.
En www.elindependent.org
44 VARGAS LLOSA, Álvaro: La ilusión de Paraguay, 28 de septiembre de 2007.
En www.eldiarioexterior.com
45 ORTIZ, Óscar: El desafío de la libertad en Bolivia, 27 de noviembre de 2008.
En www.eldiarioexterior.com
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II. El Populismo en el Siglo XXI: ¿una amenaza para la democracia latinoamericana?
en un líder mundial, comparable a Lenin o a Mao, en la cabeza
visible de una gesta que se enfrente a los norteamericanos en to-
das partes del mundo. Por eso su alianza visible con un Irán que
ahora está a punto de poseer armas nucleares, los cuantiosos gas-
tos que realiza en comprar voluntades fuera y dentro del país, su
armamentismo desembozado, provocativo, insólito en una región
en la que de hecho no existen auténticos confl ictos territoriales,
étnicos o religiosos. Chávez espera que, en algún momento, los
Estados Unidos caigan en el juego de su provocación y se lancen
a atacarlo. Se prepara para lo que llama una “guerra asimétri-
ca”, una confrontación parecida a la que se desenvolvió en Irak
hace cuatro años, y en la que aspira a triunfar de algún modo u
otro”48.
Ese rearme presenta la peculiaridad, además, de que se lleva a
cabo a través de acuerdos con Estados acusados de fi nanciar-
patrocinar el terrorismo (como Irán) aunque no sólo, ya que el
gran suministrador de armamento al gobierno de Caracas ha sido
la Rusia del binomio Putin-Medvedev.
Como decimos, la acentuación de las relaciones entre Rusia-
América Latina/ Centroamérica ha sido una de las constantes de
este año. Con motivo del reconocimiento de Moscú de la inde-
pendencia de Abjazia y Osetia, Daniel Ortega fue el primero (y
único) en secundar tal punto de vista.
48 SABINO, Carlos: Socialismo y militarismo, 30 de junio de 2007.
En www.elindependent.org
Un punto en la estrategia política de estos gobiernos es retomar
el pasado armamentista pero ¿con qué objetivos? y ¿contra qué
enemigos? La respuesta a esta pregunta nos lleva a otro tema de
no menor interés.
En efecto, tras el fi nal de la guerra fría y de la dialéctica entre
bloques asociada a la misma, el gran enemigo de las sociedades
democráticas del siglo XXI es el terrorismo yihadista. Sin embar-
go, América Latina no es un foco prioritario a la hora de atentar
para las diferentes células de Al Qaeda.
Entonces insistimos, ¿para qué este rearme? puesto que con el
aumento en los presupuestos de Defensa, otras necesidades bá-
sicas de la población quedan desatendidas47. En este punto, an-
tes de que en 2008 Venezuela acelerase su rearme y su alianza
con Rusia, Carlos Sabino nos alentaba del peligro, señalando al
respecto, que en dos años (2005-2007), este país había gasta-
do 4.300 millones de dólares, cifra mayor que otros como Irán
que viven en un entorno más confl ictivo y cuando en Venezuela
grandes capas sociales no tiene acceso a productos alimenticios
básicos como el azúcar.
Para Sabino no hay contradicción en que Chávez actúe de ese
modo puesto que tiene un deseo desmesurado de grandeza y se
ve a sí mismo como el representante del socialismo del siglo XXI
que quiere llevar a todas partes. En defi nitiva, “desea convertirse
47 MUÑOZ CANDIL, Antonio: Sudamérica se rearma, ¿hay motivos para una carrera de
armamentos?, 12 de septiembre de 2008. En www.gees.org
III. Conclusionesfi nales
3
88
El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
3 María Victoria Almonte y Alfredo Crespo Alcázar
89
III. Conclusiones fi nales
El sucinto recorrido histórico que acabamos de marcar, eviden-
ciando las recurrentes manifestaciones de gobiernos populistas
a lo largo del siglo XX y entrando ya en el XXI, más allá de los
intentos teóricos por defi nirlo, nos permite llegar a dos tipos de
conclusiones en relación a este fenómeno,
Por un lado, éste implicaría una nueva forma de hacer política
en donde las clases populares pretenden legitimar formas de
expresiones distintas a las vigentes. Lo que revela que el popu-
lismo no solo es un tipo de régimen político que integra deman-
das, sino también un espacio simbólico en el que se procesa la
ideología de la “unidad nacional”. Como plantea Osmar Gonzales,
“el populismo, al permitir el ingreso de las masas excluidas a la
vida social mas amplia, propicia la construcción de un estado
que pretende ser nacional, sea en términos de instituciones o
discursivos”1.
Y como manifi esta Franco Savarino, ”todo parece indicar que el
populismo se manifi esta allí donde el “pueblo” que es invocado
por los lideres percibe una situación insostenible de crisis, va-
cío, fragmentación de la unidad orgánica comunitaria, que no
encuentra solución en los canales de la política formal e institu-
cional. Esta percepción se agudiza en momentos en que grandes
transformaciones sociales, económicas y culturales hacen apare-
cer obsoleto e incapaz el sistema político tradicional”2.
1 GONZÁLES, Osmar: Op. cit, pág. 101.
2 SAVARINO, Franco: Op. cit, pág. 90.
Pero por otro, y desde el punto de vista institucional, las conse-
cuencias que tienen estos tipos de gobierno para la democracia,
suelen ser nefastas. En este sentido, Ludolfo Paramio, sostiene
que después de un gobierno populista, no solo es preciso recu-
perar las instituciones democráticas, sino también la confi anza
de los ciudadanos en las mismas. Si, además, el propio sistema
de partidos ha resultado arrasado por el gobierno populista, el
problema de la crisis de representación se agrava, y se hace ma-
yor la difi cultad de reconstruir identidades partidarias capaces
de estabilizar la representación política.
Este tipo de gobiernos, heredan un panorama político desolador,
caracterizado por el hastío de sus sociedades hacia instituciones
y partidos políticos tradicionales. Llegan al poder con un pro-
yecto social que busca poner fi n a la pobreza y a la exclusión
social…pero el método elegido para hacerlo es la concentración
del poder en manos del ejecutivo lo que supone una cortapisa
para la libertad.
Sin embargo, su principal característica es el triunfo a través de
elecciones democráticas donde obtienen abrumadoras mayorías,
fenómeno que nos explica de modo muy preciso Carlos Sabino
cuando expresa: ”desde los sandinistas en Nicaragua hasta los
grupos indigenistas extremos en Ecuador, desde los piqueteros
argentinos hasta los etnocentristas en Perú, toda la región está
ahora bajo la presión constante de grupos de personas y partidos
que utilizan sin escrúpulos las libertades que ofrece la democra-
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III. Conclusiones fi nales
y a los derechos y libertades de las personas. Para tal fi nalidad,
uno de los instrumentos de los que se valen son las nacionaliza-
ciones, ejemplo máximo de la privación de libertad económica.
Para Gabriela Calderón, los populistas creen que el bien común
está en confl icto con los derechos individuales, sin embargo,
como ella bien señala aquél, realmente se consigue cuando esos
derechos individuales son respetados. Optar por la premisa po-
pulista, da como resultado la situación que viven ciertas partes
de América Latina: avance hacia lo que Hayek denomina “la
mano muerta” de la planifi cación central y el colectivismo6.
Al famoso economista austriaco también apela Carlos Ball para
explicar la situación particularizada que vive su país (Venezue-
la): el aumento de la redistribución y de las competencias del
Estado que está teniendo lugar con el chavismo, supone el avan-
ce hacia el camino de servidumbre y tiene su traducción directa
en la nacionalización de bancos o la politización del poder ju-
dicial7.
6 CALDERÓN, Gabriela: Cuidado con el populismo, 1 de junio de 2005.
En www.elcato.org
7 Una vez más, Carlos Ball acude a las raíces del problema actual: “la demagogia
socialdemócrata y socialcristiana a lo largo de cuatro décadas condujo a la actual
profundización del socialismo chavista: expropiación de tierras, incumplimiento de
contratos, corrupción galopante, más concentración de riqueza en manos políticas,
altos impuestos, controles de precio y de cambio, todo lo cual refl eja un desprecio por
el individuo y la propiedad privada”. BALL, Carlos: La incompatibilidad del socialismo
y la libertad, 2 de diciembre de 2005. En www.elcato.org
cia para imponer sus puntos de vista a todos los ciudadanos”3.
Por tanto, la consecuencia es clara: a través de la democracia,
imponen la arbitrariedad.
Claudio Paolillo emplea el concepto de “dictaduras demócratas”
para defi nir a los regímenes políticos que se han instalado en
Argentina, Cuba, Nicaragua, o las aspiraciones de Humala en
Perú y López Obrador en México4.
Adrián Lucardi, también sigue este hilo argumental para extraer
desoladoras conclusiones ya que con respecto al pasado dictato-
rial “la única diferencia con la América Latina de nuestros días
reside en que los nuevos aventureros llegan al poder por los votos
y no mediante las armas, y la debilidad que aprovechan no es la
de los aparatos militares, sino la de los partidos políticos. Como
en la Italia de Maquiavelo, los que mejor partido sacan de la
situación son los intrigantes, los advenedizos y los demagogos.
Fujimori y Montesinos en Perú, Correa en Ecuador, Morales en
Bolivia, López Obrador en México y Chávez en Venezuela, por citar
los casos más conspicuos”5.
Una vez instalados en el ejecutivo, disfrazados de benefactores
sociales, proceden a perpetuarse amenazando las instituciones
3 SABINO, Carlos: La fragilidad de la democracia, 19 de enero de 2007.
En www.eldiarioexterior.com
4 PAOLILLO, Claudio: La perversión populista, 11 de noviembre de 2008.
En www.eldiarioexterior.com
5 LUCARDI, Adrián: Maquiavelo y la política latinoamericana, 25 de abril de 2007.
En www.cadal.org
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El Populismo en América Latina: ¿pasado o presente?
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III. Conclusiones fi nales
ple y sencilla tarea de la concurrencia a las urnas cada dos años,
y esa es su única obligación8.
La búsqueda de un chivo expiatorio nacional e internacional al
que culpar de todos los problemas, es otra de las características
de este tipo de gobierno. El externo es Estados Unidos, el in-
terno la oposición a la que se acusa de estar patrocinada por la
Casa Blanca9.
Esta idea se ha acentuado tras el fracaso del referendo venezola-
no de 2 de diciembre de 2007. Sin duda alguna, fue una buena
noticia para la democracia pues mostraba que los compatriotas
de Chávez estaban cansados de su forma autoritaria de gobierno,
pese a que la oposición, como sucediera en la consulta de 2004,
afrontó la consulta amenazada y dividida.
Esta derrota chavista no ha supuesto una atenuación de su men-
saje y discurso. La revolución socialista no se ha detenido por
8 MONTESINOS. Carlos: 25 años de democracia. En www.atlas.org.ar
9 Para Wiliam Ratcliff, los patrocinadores del socialismo del siglo XXI ven en éste la
panacea al gran problema de América Latina como es su pobreza, de la que culpan
a Estados Unidos El citado autor se opone a tal tesis ya que sostiene que es la res-
puesta fácil y carente de autocrítica.
Véase los siguientes artículos del autor: Cuídese del antiguo socialismo del siglo
XXI, 20 de marzo de 2007 y Chávez y la izquierda fascista en América Latina, 22 de
septiembre de 2006. En www.eldiarioexterior.com
El renacer democrático que experimentaron algunas de estas na-
ciones, en la década de los ochenta se ha visto cercenado, por
tanto, con la llegada de estos gobiernos. No podemos decir que
sea la situación caracterizadora de América Latina, pero sí de
países concretos como Venezuela, Bolivia, Argentina, Nicaragua
o Ecuador.
En el resto de Latinoamérica predomina la izquierda moderada,
esto es, que acepta el libre mercado y los principios asociados
al liberalismo, obteniendo como resultado el crecimiento econó-
mico.
Por contra, quienes han optado por seguir los postulados neopo-
pulistas, han originado el empobrecimiento progresivo de sus
poblaciones. A ello se añaden problemas estructurales patrocina-
dos desde la propia órbita del poder y que hacen que cualquier
tentativa neoliberal esté abocada al fracaso.
Relacionado con el problema de la ausencia de alternativas polí-
ticas en estos países, de una oposición que ejerza como tal, te-
nemos el concepto de que una suerte de cansancio democrático
que parece caracterizarlos.
En este sentido, Carlos Montesinos señalaba que, tras 25 años de
establecerse la democracia en Argentina, observaba una suerte
de hastío entre sus compatriotas expresando al respecto: “per-
cibo con tristeza que el comportamiento de nuestros dirigentes y
de la sociedad en su conjunto ha perdido el rumbo. El ciudadano
argentino está persuadido que la democracia se agota en la sim-
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III. Conclusiones fi nales
Este marcado autoritarismo es producto, entre otras razones, de
que la oposición está desorganizada y no presenta una alterna-
tiva seria y susceptible de ser tomada en cuenta. Sin embargo,
este hecho irrefutable va acompañado de otro no menos im-
portante: en muchas ocasiones, las voces críticas proceden de
aquellos que ayudaron a los Chávez, Ortega o Morales a llegar al
poder. Un buen ejemplo lo tenemos en el Movimiento Renovador
Sandinista que ha dado su apoyo a Eduardo Montealegre en los
recientes comicios municipales de Nicaragua12.
Una vez se han establecido en el poder, los siguientes pasos son
complementarios y en muchas ocasiones paralelos. Se inician
las medidas oportunas para reformar la Constitución, tras lo que
se llevará a cabo un referendo. La siguiente fase, la de las na-
cionalizaciones. De este modus operandi tiene el “copy right”
Chávez pero ha sido exportado a un buen número de socios en
la región13.
12 Destacar las palabras de Hugo Torres, miembro del Movimiento Renovador Sandinista
quien defi nía así el modus operandi de Ortega en relación con quienes cuestionan
su gobierno: “se trata de la misma actitud que conocimos los sandinistas cuando
luchábamos contra Anastasio Somoza. No estamos apoyando a Eduardo Montealegre
por debajo de la mesa ni hacemos política de tirar la piedra y esconder la mano, con
toda claridad decimos que en Managua y en todo el país el MRS llama a votar contra
la dictadura”. En www.laprensa.com.ni, 26 de octubre de 2008.
13 Reiteramos que la formulación más completa la encontramos en Chávez cuya “natu-
raleza autoritaria no está hecha para la democracia” tal y como sostiene, entre otros,
CORONEL, Gustavo: La Venezuela de Hugo Chávez, 10 de mayo de 2007.
En www.eldiarioexterior.com
ello, sino que se han reafi rmado las alianzas en la región y se
han iniciado otras con países del entorno más lejano10.
Bolivia y Morales, como fi eles seguidores de las ideas que desde
Caracas salen, también emplean la táctica de acusar a Estados
Unidos de estar detrás de cualquiera de las desdichas que les
suceden. Si en septiembre fue expulsado el embajador norte-
americano de La Paz (Philip Goldberg), cuando parecía que las
relaciones habían entrado en una etapa de impass, uno de los
hombres fuertes del ejecutivo aymara, Juan Ramón Quintana,
acusó a la Casa Blanca y a la USAID de haber orquestado los su-
cesos de Pando, que se cobraron la vida de varios campesinos y
de miembros de la oposición11.
10 Muy pocos apostaban por una derrota de Chávez en el referendo pero sobre todo,
es conveniente preguntarse qué implicaba su victoria: un aumento de los poderes
presidenciales y por ello, una merma de la libertad individual. Carlos Sabino lo ex-
plica así: “¿Por qué votarían los venezolanos por un recorte de sus propias libertades
como este? Primero, porque la gente recuerda que los gobiernos anteriores fracasa-
ron en atender los intereses populares, mientras que Chávez les promete benefi cios,
tales como la jornada laboral de seis horas, y el reparo de sus reclamos contra los
opresores internos y foráneos, incluidos los Estados Unidos”. SABINO, Carlos: El de-
rrotero de Venezuela hacia la auto-destrucción, 24 de noviembre de 2007.
En www.elindependent.org
11 En este sentido, no perdamos de vista otro de los elementos empleados por Morales
en su discurso como es el indigenismo y que le ha servido para victimizarse. Un
ejemplo lo tenemos en el artículo de Lucy Ash (4 de diciembre de 2006) No ties for
peasants´ champion que sostiene la tesis de que antes de la llegada del aymara al
poder, Bolivia vivía una situación propia del siglo XVI cuando fue colonizada. En
www.newstatesman.com
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III. Conclusiones fi nales
de proyectarse por oposición al mundo exterior y quienes están
ansiosos por jugar en las grandes ligas del desarrollo económico.
Los latinoamericanos se encuentran atrapados entre dos fuerzas
diametralmente opuestas que rivalizan por marcar el rumbo para
las próximas generaciones: una pugna trascendental entre mo-
dernizadores y reaccionarios16.
16 VARGAS LLOSA, ÁLVARO: Redescubrir América Latina, 17 de octubre de 2008.
En www.eldiarioexterior.com
Desde el punto de vista económico, la baza con la que cuenta
Chávez (y su revolución-socialismo del siglo XXI) es el petróleo
y sus altos precios. Mientras se mantengan al alza, podrá patro-
cinarla en el exterior y fi nanciar sus campañas en el interior.
Sin embargo, en el momento en que desciendan, los problemas
aparecerán como ya les sucediera a los gobiernos que le prece-
dieron14.
A lo largo del presente trabajo hemos ratifi cado que el destino
que espera a los países que apuestan por seguir la estela del
caudillo de Caracas es peligroso, pero será la propia Venezuela
quien más duramente pague las consecuencias.
De la misma manera, debemos hacer una crítica a la comunidad
internacional. El respeto a la soberanía venezolana es un arma
que está empleando Chávez para conducir a su país hacia el
totalitarismo y un ejemplo para su red de aliados y la excusa
perfecta para justifi car su tendencia a intervenir en los asuntos
del resto de países del continente, bien para fomentar un entra-
mado de relaciones, bien para desestabilizar (como en el caso de
Colombia)15.
En defi nitiva, como sostiene Álvaro Vargas Llosa, América Latina
está partida entre quienes consideran que su identidad sólo pue-
14 VARGAS LLOSA, ÁLVARO: ¿Por qué Hugo Chávez?, 2 de octubre de 2007.
En www.eldiarioexterior.com
15 SABINO, Carlos: La supervivencia de la libertad en Venezuela, 9 de diciembre de 2007.
En www.eldiarioexterior.com
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ABC. ·
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Diario Hoy (El Salvador). ·
Diario La Prensa. ·
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Autores
María Victoria Almonte
Es Coordinadora Académica del Máster en Relaciones Internacionales y Comu-
nicación en la Facultad de Ciencias de la Información (UCM), cargo que tam-
bién ejerció en la Universidad Nacional de Tucumán en la Facultad de Derecho
y Ciencias Políticas. Investigadora pre-doctoral en el Departamento de Dere-
cho Internacional Público y Relaciones Internacionales (UCM). Profesora de la
Cátedra Historia de las Comunicaciones en la UNSTA (2000-2002) y Adscrita
Docente a la Cátedra de Historia Argentina I, Facultad de Filosofía y Letras
(UNT, 1999-2002). Profesora de Bachillerato Internacional de Historia a nivel
superior en el Colegio San Patricio (Miembro de la Internacional Baccalaureate,
1995-2002).
Alfredo Crespo Alcázar
Investigador de la Fundación Iberoamérica-Europa. Licenciado en Ciencias Po-
líticas y Ciencias de la Información, está fi nalizando su tesis doctoral en el
Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de
Madrid, donde ha ejercido la docencia y la investigación durante los últimos
10 años. Ha sido fellow researcher en la Facultad de Ciencias Políticas de la
Universidad de Leeds y la Facultad de Historia de la Universidad de Manchester.
Entre sus líneas de investigación destacan Reino Unido y sus relaciones con UE;
nacionalismos periféricos británicos; historia y perspectivas del Liberalismo;
Australia como potencia regional en Asia Pacífi co. Ha trabajado en proyectos
de investigación de la Universidad Rey Juan Carlos y la EGAP. Más de una vein-
tena de comunicaciones y ponencias en Congresos y publicaciones en revistas
científi cas y capítulos de libros. Profesor invitado en diferentes cursos de la
Escuela Complutense de Verano.
110 111
NUMERO l.- · “LA INTERRELACION CULTURAL ENTRE ESPAÑA E IBEROAMERICA”. Autor: Carlos Bascuñán.
NUMERO 2.- · “CRISTIANOS EN POLITICA”. Autores: Sergio Molina,Claudio Orrego,Eugenio Ortega,Raúl Troncoso.
NUMERO 3.- · “LA VISION POLITICA DEL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL”. Autor: Andrés Zaldívar Larraín. “EL INGRESO DE ESPAÑA EN LAS COMUNIDADES EUROPEAS”. Autor: Luciano Berrocal.
NUMERO 4. · - “PROPUESTAS PARA UNAS NUEVAS RELACIONES ENTRE ESPAÑÁ E IBEROAMERICA”. Autor: Alberto Sepúlveda.
NUMERO 5.- · “EL MENSAJE HUMANISTA”. Autor: Eduardo Frei. (Español, Inglés, francés).
NUMERO 6.- · “EXILIO EN MADRID”. Por: Florencia Varas (Entrevista a Andrés Zaldívar).
NUMERO 7.- · “VIOLENCIA Y TERRORISMO”. Autor: Gustavo Jiménez.
NUMERO 8.- · “PROPOSICIONES POLITICAS Y ECONOMICAS PARA UNA SOLUCION A LOS PROBLEMAS DE LA DEUDA EXTERNA EN AMERICA LATINA”. Autores: Hernán Bosselín y Ramón Briones.
NUMERO 9.- · “TERRORISMO,GUERRILLA Y REINSERCION POLITICA - INSTITUCIONAL”. Autor: Rodolfo Fortunatti.
NUMERO lO.- · “EL FENOMENO DE LA CONCERTACION SOCIAL COMO BASE PARA UN DESARROLLO ESTABLE Y DEMOCRATICO”. Autor: Andrés Aylwin Chiorrini.
NUMERO 11.- · “EL PENSAMIENTO POLITICO DE EDUARDO FREI”. Autor: Jaime Castillo Velasco.
NUMERO 12.- · “ERNESTO SABATO: TESTIGO Y PROTAGONISTA”. Autor: Francisco Tokos.
NUMERO 13.- · “LOS VALORES Y LA EDUCACION”. Autor: Iván Navarro Abarzúa.
NUMERO 14.- · “ESPAÑÁ Y AMERICA LATINA: UN ESTUDIO DE POLITICA INTERNACIONAL”. Autor: Alberto Sepúlveda.
NUMERO 15. · - “AMERICA LATINA HOY”. Autor: Andrés Zaldívar Larraín.
NUMERO 16.- · “VIGENCIA DE BOLIVAR”. Autor: Felipe Herrera.
NUMERO 17.- · “CHILE-ESPAÑA, REFLEXIONES POLITICAS”. Autor: Luis Risopatrón.
NUMERO 18.- · “REFLEXIONES SOBRE LAS RELACIONES ENTRE LA COMUNIDAD AMPLIADA Y AMERICA LATINA”. Autor: Pedro Luis Gómis Díaz.
NUMERO 19.- · “LAS NACIONES UNIDAS E IBEROAMERICA”. Autores: Javier Pérez de Cuéllar y José Rodríguez Elizondo.
NUMEROS 20 Y 21.- · “EDUARDO FREI: PENSAMIENTOS”. Selección de Andrés Zaldívar Larraín.
NUMERO 22.- · “DEUDA EXTERNA Y DESARROLLO”. Autor: Javier Pérez de Cuéllar.
NUMERO 23.- · “BOLIVAR Y EL PROYECTO LATINOAMERICANO”. Autores: Miguel Angel Gutiérrez, Pedro de Baquero Lazcano, Ana Irka Seitz Graciano,Silvia Paz Illobir, Aurora Ravina.
NUMERO 24.- · “EDUARDO FREI: PENSAMIENTOS”. Selección de Andrés Zaldívar Larraín. Cuadernos CIPIE, número 24, Madrid
NUMERO 25.- · “LA EUROPA QUE VIENE”. Autores: José María Aznar, Mijail Gorvachov, Wilfred Martens, Jordi Pujol, Manuel Marín,Pedro Luis Gómis, Emilio Fontela, Alberto Van Klaveren.
NUMERO 26.- · “ELECCIONES PRESIDENCIALES EN ESTADOS UNIDOS. ¿CAMBIO O CONTINUIDAD?”. Autora: Soledad Segoviano Monterrubio
Otras publicaciones Cuadernos FIE