UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
UNIVERSIDAD
PEDAGOGICANACIONAL
El tabaquismo en los jóvenes,algunas soluciones desde lo educativo.
TESINA
Que para obtener el Título de:
Licenciada en Pedagogía
Presenta
Susana Araujo Andrade
Asesora
M. en C. Laura Elena Ortiz Camargo
México D.F. Noviembre de 2011.
UNIDAD AJUSCO
AGRADECIMIENTOS
A mis padres quienes incansablemente han estado conmigo siempre
brindándome su apoyo incondicional y por haberme dado la mejor herencia de la
vida: la educación.
A mis hermanos y sobrinos, porque sin saberlo depositaron en mí la
confianza para poder realizarme como persona y estar constantemente a mi lado.
A mi pareja, quien ha estado brindándome su apoyo y amor por sobre todo
y ser una de las personas que me ha motivado a realizar este trabajo con tanto
esfuerzo, cariño y dedicación.
A mis maestros y, en específico, a mi asesora, con quien he compartido
este trabajo entre diferencias pero también con voluntad y aprendizajes.
A todos ustedes y algunas otras personas queridas que han hecho de este
trabajo una experiencia fortalecedora y de mi una mejor persona.
GRACIAS.
1
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ........................................................................................ 2
CAPÍTULO 1
EL TABAQUISMO EN MÉXICO................................................................ 4
1.1 Antecedentes del tabaquismo en México ............................................. 5
1.2 El transitar del tabaquismo por el tiempo .............................................. 9
1.3 El tabaquismo en la actualidad ........................................................... 12
CAPÍTULO 2
EL FUMADOR. CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL TABAQUISMO ... 17
2.1 Tipos de fumadores ............................................................................ 18
2.2 Enfermedades que provoca el tabaco ................................................ 23
2.3 Algunos factores que influyen en los jóvenes para consumir tabaco .. 37
2.4 Los jóvenes adolescentes ante el tabaquismo ................................... 40
CAPÍTULO 3
CÓMO SOLUCIONAR EL PROBLEMA DEL TABAQUISMO ................. 43
3.1 El papel del gobierno contra el tabaquismo ........................................ 44
3.2 Acciones de la escuela para prevenir el tabaquismo. Una solución
desde lo educativo .................................................................................... 50
3.3 El trabajo de los pedagogos ante el tabaquismo ................................ 58
3.4 ¿Es posible dejar de fumar? Cómo hacerlo ........................................ 60
CONCLUSIONES ..................................................................................... 68
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................ 71
2
INTRODUCCIÓN
El problema del tabaquismo ha llegado a ser uno de los más sobresalientes
y preocupantes a nivel mundial, debido a la cantidad de enfermedades, como:
cáncer de pulmón, tráquea, páncreas y riñón, entre otras; así como las muertes
que causa a diario. Históricamente, el tabaco ha sido una droga aceptada y
aparentemente sin consecuencias graves a futuro. No obstante, el problema del
tabaquismo ha alcanzado niveles amplios de gravedad.
Se han tratado de implantar algunas medidas y acuerdos como prohibir
vender cigarros a menores o fumar en espacios públicos cerrados para prevenir su
consumo, ya que éste afecta tanto a las personas fumadoras como a las no
fumadoras. Dentro de estas medidas, se ha pensado que la escuela juega un
papel importante en la prevención del tabaquismo, ya que ésta es uno de los
ámbitos donde se desarrollan hábitos; pero también es necesaria e importante la
participación de toda la sociedad para solucionar este problema. Asimismo, este
estudio presenta algunos de los factores que propician que el adolescente sea
más proclive al tabaquismo, como: curiosidad por probar cosas nuevas, influencia
de pares y familia, entre otros.
Por lo anterior, en este estudio se analiza el problema del tabaquismo en
los adolescentes. Para contribuir a su solución, hace falta una intervención desde
el ámbito educativo con el propósito de prevenir este hábito sobre todo en la etapa
adolescente, ya que es en ésta donde los jóvenes se encuentran más propensos a
caer en este problema. Se plantean algunas reflexiones para prevenir que los
jóvenes caigan en éste y determinar cómo es que las instituciones educativas
pueden colaborar en su prevención. Ya se sabe, por ejemplo, los daños que causa
el tabaco al desarrollo cerebral, ya que afecta las conexiones neuronales y, a largo
plazo, el sistema nervioso.
Se ha hecho una recopilación de datos para el abordaje educativo de este
problema y se plantean algunas soluciones que contribuyan al mismo de manera
positiva. Una de las cuestiones a resaltar es qué puede hacerse desde la escuela
3
para prevenirlo. Dentro de este ámbito, el trabajo del pedagogo es parte de la
solución, ya que como profesional de la educación puede aportar herramientas
para llevar a cabo una prevención basada en modelos educativos apoyados en
planes o programas de otras instituciones a favor de la lucha contra el tabaquismo.
Por todo lo anterior, este estudio quedó dividido en tres capítulos.
En el capítulo uno, se menciona el problema del tabaquismo en México. Se
analiza éste como un problema de salud en los últimos treinta años de acuerdo
con datos estadísticos proporcionados por distintas organizaciones que están en
pro de la prevención del tabaquismo. Se hace referencia a sus avances y se
mencionan algunas consecuencias que éste ha provocado.
El capítulo dos analiza los tipos de fumadores y las principales
enfermedades que provoca el tabaco, como son los diferentes tipos de cáncer.
Asimismo, se mencionan algunos factores que influyen en los adolescentes para
consumir tabaco y ciertas actitudes que éstos toman frente a dicho problema.
En el capítulo tres se proponen algunas soluciones al problema de acuerdo
con las medidas que se han planteado gubernamentalmente. Del mismo modo, se
mencionan algunas acciones que se pueden llevar a cabo desde el campo
educativo, que al mismo tiempo se relaciona con el trabajo que el pedagogo debe
realizar contra el tabaquismo. Igualmente se sugieren algunos métodos para dejar
de fumar.
Finalmente, se hace una breve reflexión, a manera de conclusión, en torno
al problema del tabaquismo y la vulnerabilidad de los adolescentes ante el mismo.
Se plantean algunas reflexiones sobre el papel que ha desempeñado el gobierno y
lo que podría llevarse a cabo como prevención en las instituciones educativas para
poder llegar a alguna posible solución. Posteriormente, se menciona la bibliografía
que fue revisada y se consideró pertinente para realizar este estudio.
4
CAPÍTULO 1
EL TABAQUISMO EN MÉXICO
El problema del tabaquismo es tan remoto como la misma humanidad, sin
embargo, en la época prehispánica tenía un uso distinto al que se le da
actualmente, ya que se usaba con fines místicos, ceremoniales y religiosos, lo que
hoy en día es parte del pasado en su uso. La curiosidad innata del ser humano
siempre lo ha llevado a experimentar y probar lo desconocido y perjudicial para él.
El tabaco es una sustancia severamente dañina para la salud de las personas y
puede ser mortal para su vida si no se detiene o previene su consumo.
El tabaco es una de las drogas más mortales que existen hoy en día y
también es una de las más consumidas en la actualidad, principalmente por los
adolescentes. Éstos comienzan a experimentar cada vez a edad más temprana
con drogas como el tabaco y la marihuana que hacen daño a su salud.
Se ha establecido al tabaquismo como una de las drogas más peligrosas
para los jóvenes y adultos en los últimos tiempos. Sin embargo, han sido pocos los
incentivos para tratar de prevenir el problema que está cada vez más arraigado a
la sociedad. Esto ha provocado que los adolescentes terminen por probar el
cigarro y comiencen así su adicción al tabaco.
La manera en que el tabaquismo ha ido avanzando en la sociedad, ha
permitido que actualmente distintas personas alrededor del mundo fumen, ya que
es aceptada porque pareciera ser que no es tan peligrosa. Sobre todo, en los
últimos años ha provocado una mayor curiosidad entre los adolescentes por
consumirlo. La forma en que se dio a conocer el tabaco fue gracias a los efectos
que tiene al ser consumido.
Además, se han venido creando ciertas creencias alrededor del consumo
del tabaco que pueden ser tanto buenos como malos. Esto también contribuye al
mayor consumo de cigarros, sobre todo por parte de adolescentes, lo cual ha
provocado un elevado consumo a nivel mundial, ya que al creer que es un método
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útil para bajar de peso o para calmar los nervios o el frío, los jóvenes tienden a
consumirlo.
1.1 Antecedentes del tabaquismo en México
El tabaco es una de las drogas más antiguas y conocidas por la humanidad
y ha sido utilizada desde entonces, no sólo como droga sino también con fines
medicinales, al menos en la antigüedad para curar moretones, entre otras. “La
planta del tabaco es oriunda de regiones andinas, en Caribe y Mesoamérica se
consumía y cultivaba desde tiempos inmemoriales” (Tapia, 2001: 6).
La historia que se desarrolla alrededor de la aparición del tabaco en la vida
del ser humano, se tomó en un principio por algunos hombres como algo místico y
maléfico, ya que era una droga poco conocida y por tanto era inexplicable la
manera en que se consumía. Tal es el caso de “los españoles, los cuales al ver
fumar a Rodrigo de Jeréz, marinero de Colón, creyeron que el que echara humo
por la boca era cosa del diablo y fue llevado a la Inquisición de donde sería
liberado más tarde al ser aceptado fumar” (Tapia, 2001: 7).
La curiosidad del ser humano, siempre ha sido una de las circunstancias
que lo han obligado a probar sustancias que son desconocidas pero atrayentes
para él, lo cual le ha traído consecuencias un tanto perjudiciales para su salud. En
el México prehispánico, las sustancias adictivas como: los hongos, el peyote o la
marihuana, se usaban en ceremonias o rituales. Sabían de los efectos de ciertos
vegetales y animales (Tapia: 2001). Sin embargo, y a pesar del conocimiento que
se tenía de los efectos que este tipo de drogas causaba, se siguió con su
consumo y se aceptó su uso como un hábito a principios del siglo XX de manera
que se estimulaba como un acto de poderío y personalidad.
Se menciona que “…Colón anotó en su diario que, al llegar a San Salvador
o Guanahaní, entre los presentes que le ofrecieron estaban unas hojas secas que
serían rollos de tabaco, para ellos sagrados, y de un gran valor para los indios”
(Becoña, 1998: 17). Al regreso de Colón a su país, poco a poco se dio a conocer
en toda España lo que eran esas hojas a las que los indios les daban tanta
6
importancia y veneración. Posteriormente, los españoles aceptarían y fomentarían
éstas costumbres y más que nada el consumo del tabaco, como a la postre fue
conocido por los españoles.
Desde tiempos prehispánicos se han dado a conocer las diversas maneras
en que se puede consumir el tabaco, algunas de ellas pueden ser: fumarlo,
inhalarlo, chuparlo y sorberlo, entre otras. Una de las maneras en que se fumaba
en tiempos remotos era encender hojas enrolladas por ambos lados y se chupaba
o se sorbía, en un utensilio en forma de Y por el que se aspiraba el humo del
tabaco una vez que se encendía colocándose en la nariz las dos astas de la Y
(Becoña, 1998). En otros casos, se las ingeniaban para usar por ejemplo trozos de
caña, en donde se introducía el tabaco y se fumaba. Si se consumía de la manera
que se ha indicado, podía producirse hasta la pérdida del sentido en quienes lo
aspiraban.
El tabaco, al ser una droga que se usaba en la vida cotidiana en rituales y
ceremonias, era bien visto entre las culturas de ese tiempo, “los iniciales usos de
esta sustancia por las culturas precolombinas eran de tipo mágico, religioso y
medicinal. Así entre los siglos XVI y XVIII se ensalzaron sus virtudes terapéuticas ”
(Becoña, 1998). Este tipo de utilización del tabaco entre las personas del mundo
antiguo trajo como consecuencia que su consumo fuera aceptado y estipulado
hasta cierto punto, como una manera de rendir culto a las creencias de los
pueblos indígenas. Existen esculturas y pinturas precolombinas que representan
pesonajes en el acto de fumar (De la Garza, 1999); de ahí se puede deducir que
tal vez entre los datos que existen del México antiguo puedan existir pinturas y
algunos datos importantes del por qué y cómo se comenzó a consumir el tabaco,
el cómo se hizo necesario para rituales y cómo era usado con fines curativos.
Posterior a la llegada de los españoles, el uso del tabaco se vio un tanto
difundido y aprobado por estos extranjeros, al ser probado también por ellos y
llevado a sus tierras. Poco a poco se fue dando a conocer el tabaco alrededor del
mundo y en diferentes puntos de la Europa antigua, hasta llegar a ser una de las
drogas más conocidas en el mundo y una de las más consumidas por el hombre.
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“Han pasado 500 años desde este descubrimiento para los españoles y europeos
de aquélla época. Lo que nunca imaginó Cristóbal Colón es que aquella planta
que fumaban los indios, y que trajo para Europa, junto con las patatas, diversas
frutas, etc., se convertiría con el tiempo en el principal problema de salud de
nuestra sociedad actual” (Becoña, 2005a: 7).
Varios de los documentos en los que se encuentra información sobre el uso
y conocimiento del tabaco desde épocas antiguas, mencionan el asombro de los
españoles al ver como los indios aspiraban el humo del tabaco en una especie de
hojas enrrolladas y como lo consumían dejando salir después el humo por su boca
y nariz.
Se han tenido diversas maneras de interpretar el uso del consumo del
tabaco desde tiempos remotos, por ejemplo, “es muy popular la imagen de la pipa
de la paz, que se utilizaba por algunos indios de América dentro de sus rituales
religiosos. De este modo, los guerreros de diferentes tribus establecían alianzas a
través del simbólico humo fumado en la misma pipa” (De la Garza, 1999: 26).
Entre otras cosas, el uso del tabaco ha sido un tanto provocado y hasta impulsado
en cierto modo por las culturas remotas que habitaron y además por las
tradiciones que del tabaco se tenían entonces y las costumbres que se fueron
adoptando alrededor de esta droga legal.
Desde el descubrimiento del tabaco por los españoles, esta planta se
trasladó a otros países, aunque fue en España en donde se tuvo un mayor auge
del tabaco y su consumo. Hacia el año de 1611, se comenzó a importar esta
planta y poco después este comercio se convirtió en un monopolio (Escohotado,
2002). “Ya desde 1612 los colonos de Virginia, las Carolinas y Maryland, se lanzan
a producir intensivamente la planta, aunque sea un cultivo muy sacrificado que
agota rápidamente los terrenos más fértiles, requiere constantes atenciones y
sitúa a los agricultores en condiciones de hambre muchas veces, sin recursos
para alimentarse y alimentar animales domésticos.” (Escohotado, 2002: 378). El
sacrificio de estos agricultores, en el cuidado de la planta, posteriormente trajo
consigo una gran cantidad de satisfacciones.
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En algunos otros países, en los cuales no existía algún indicio de tabaco o
no se había exportado aún, era difícil poder determinar si el consumo de esta
droga ya se conocía o no en regiones apartadas de España. Sin embargo, poco a
poco se fue dando a conocer el tabaco, lo cual trajo consigo consecuencias en la
vida de la sociedad. A pesar del poco conocimiento que se pudiera tener sobre el
tabaco en esa época, ya existía la polémica y la duda sobre si podía causar algún
daño o era sólo algún remedio que los indígenas usaban y que transmiteron en la
época de la Conquista, a otros lugares más lejanos y desconocidos para ellos.
En otros casos, era conocido el tabaco pero mal visto por la sociedad; a tal
grado que se llegó a disponer de ciertos castigos para los fumadores. “A mediados
del siglo XVII, el zar Miguel Fedorovitch dispone que se atormente a todo fumador
hasta que confiese el nombre de su proveedor, y que se corte la nariz de ambos.
Por esas fechas el sultán Murad IV <<gustaba de sorprender a los hombres
fumando, incluso en el campo de batalla, y castigarlos con decapitación,
desmembramiento o mutilación de pies y manos>>. Hacia fines de 1961, la región
alemana de Luneberg se suma a esta iniciativa y decreta la pena de muerte por
mascar, inspirar nasalmente o inhalar humo de tabaco” (Escohotado, 2002: 380).
En otros casos, hablando del año 1642, en la Constitución Cum Ecclesia de
Urbano VIII, se mencionaba que los usuarios de tabaco que hicieran uso del
mismo en lugares cercanos a la diócesis y sus anexos, serían excomulgados por
atreverse a cometer tal abuso (Escohotado, 2002).
Todas estas precauciones o castigos no siguieron aplicándose en épocas
posteriores, sino que se fue aprobando y autorizando socialmente el fumar o
consumir tabaco como una droga legal, pese a los malos tratos sufridos por los
fumadores y las mutilaciones a estos, “a pesar de ello, antes de que termine el
siglo XVII, el hábito de mascar o fumar la planta ha invadido todos los continentes”
(Escohotado, 2002: 381).
El auge del mercado del tabaco se elevó, esto pese a muchas otras
circunstancias, pues éste llegó a ser tan importante que se utilizó como moneda
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para comprar esclavos de las regiones de Virginia. Asimismo, se usaba para
comprar no sólo esclavos en África, sino también tierras de ese continente
(Becoña, 1998: 5). Es por esto y muchas otras causas que el tabaco no se logró
erradicar de las sociedades y mucho menos en la sociedad actual. Esta ya tiene
arraigado su consumo y por tanto su dependencia.
Toda la historia del tabaco, a través del tiempo, lleva a pensar que han
existido factores que han determinado que el tabaco se acepte socialmente como
parte del creciemiento y desarrollo de los jóvenes. Esto se analizará en el
siguiente apartado.
1.2 El transitar del tabaquismo por el tiempo
A través del tiempo se han venido dando diversos cambios en todas las
sociedades, tanto en el ámbito económico como en el cultural. Sin embargo, al
contrario de lo que se pensaba o esperaba, el consumo del tabaco ha ido en
aumento. Pero lo más interesante, es el como se ha difundido el consumo del
mismo y el por qué tantas personas fuman cada vez más. A la par, se han
extendido las enfermedades por el tabaco y los efectos que éste causa a las
personas, tanto a las fumadoras pasivas como a las activas.
La historia del tabaco y su aceptación en las sociedades, son factores
importantes para tomarse en cuenta en cuanto al avance y aceptación del cigarro
y su consumo en lugares en los que aún se desconocía. Su comercio no era tan
importante y conocido como lo es ahora, “el cambio se produjo coincidiendo con la
industrialización y con la creación, a partir de 1881, de las máquinas de fabricar
cigarros” (Becoña, 2005a: 8). A partir de esto, fue que se comenzó a expandir y a
comercializar aún más el cigarro y su consumo.
Por otro lado, también se difundió bastante el tabaco gracias a las guerras
en las cuales los soldados consumían cigarros debido a los nervios, ansiedad o
preocupación que les causaba estar en batalla. Un ejemplo de esto lo podemos
encontrar en la segunda guerra mundial, la cual estuvo mezclada con el aumento
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en el consumo de tabaco, ya que les servía como un tranquilizante fumar antes de
las batallas o durante las mismas.
También es sabido como es que el consumo del tabaco se veía normal
entre las personas de clase social alta. El fumar era una manera de dar
personalidad y distinción a las clases altas, éstas dejaban ver que era un privilegio
el realizar esta acción; esto les causaba cierto aire de superioridad.
Posteriormente, este hábito comenzó a verse relegado conforme se aceptó el
consumo del tabaco por la mayoría de la población. Asimismo, su publicidad y
manera de adquirirlo se hizo cada vez más accesible para las personas con
menos recursos económicos.
“Con la aparición del cine y con la incorporación de las actrices al mismo, se
puso también de moda que ciertas mujeres fumasen (ej., en los años 20 y 30 del
siglo XX)” (Becoña, 2005a: 9). Las tabacaleras obviamente han estado al tanto de
lo que pasa con su negocio y con el cómo lograr que se consuma más para lograr
mayores ganancias. Así, al descubrir que algunas mujeres en el cine fumaban,
comenzaron a pagar más a las actrices por salir fumando en las películas con el
fin de aumentar su producción, ganancias y clientes consumidores de tabaco.
Por supuesto, esto fue un golpe psicológico y estratégico, ya que los más
afectados fueron los niños y adolescentes, pues al ver a sus artistas favoritos
fumar, tenían la idea de que éste era un hábito aceptado y proporcionaba
personalidad, lo que los llevaba a comenzar un consumo de sustancias sin
conocer el daño y las repercusiones que podría tener posteriormente a su salud y
a su calidad de vida.
Esto ha venido a desembocar en grandes problemas tabáquicos a través de
los años, pues desde entonces las tabaqueras comenzaron a engañar con falsa
publicidad, principalmente a niños y adolescentes, sin importar qué tanto pueden
afectar su salud y que puedan causar daños mayores a su calidad de vida.
Fabricar cigarros lleva consigo toda la historia que hay detrás. Por ejemplo,
antes se usaba fumar pipa o fabricar los cigarros a mano envueltos en hojas de
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tabaco, entre otras cosas. Hoy en día se fabrican cientos de miles de cajetillas de
cigarros al año, mismas que son consumidas por jóvenes y adultos que se ven
envueltos en esta droga.
Otro factor que se debe tomar en cuenta es el papel que ha jugado la
publicidad a lo largo de los años para comercializar el consumo de tabaco, que a
pesar de ir dirigida a los adultos, en su mayoría son los jóvenes quienes se ven
más afectados con los bombardeos publicitarios sobre drogas legales, “es muy
difícil escapar a la oferta de periódicos, revistas, radios o cadenas de televisión”
(Drogodependencias, 2004: 19). Desde los años ochenta se prohibio publicar
cigarros en televisión, aunque tuvo que pasar tiempo para lograr una prohibición
total de publicidad en torno al tabaco. Por el contrario, se hace lo posible para que
los anuncios sobre el daño que éste provoca llegue a la gente, pero es irónica la
manera en como el consumo de esta droga lejos de disminuir ha aumentado,
pues en la actualidad existen maneras de consumir tabaco de una forma fácil.
Actualmente, la publicidad que se ha dado a conocer a los jóvenes sobre el
tabaco es mínima o nula, pero esto no impide que se acerquen a probar esta
droga legal, ésta es una manera de convivencia y de relación con otras personas
así como una manera de integrarse a un grupo de amigos. Son muchos los
factores que influyen en los jóvenes a consumir o probar el tabaco.
Una de los datos que también debe resaltarse es que a pesar de que
disminuyen los anuncios televisivos sobre tabaco, existe un modo más fácil para
las tabaqueras de llegar a los jóvenes, éste es por medio del cine, “lo han
demostrado investigadores pacientes que han analizado cientos y cientos de
películas y leído los documentos confidenciales de las tabaqueras, que éstas han
tenido que hacer públicas en Estados Unidos, obligadas por el gobierno de ese
país. En ellos indican su estrategia de anunciarse en el cine para llegar a los más
jóvenes e incitarlos a fumar” (Becoña, 2005b: 29 – 30).
La difusión que ha tenido el tabaco a través del tiempo, también viene
mediada por factores económicos; por ejemplo, anteriormente se creía que sólo
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las personas con una mejor estabilidad económica podían tener acceso a algún
cigarro o puro, pero con el avance que se tuvo tanto en la producción de cigarros
como en la facilidad para obtener tabaco, fue más fácil también poder consumir
cigarros para las personas de cualquier nivel económico.
La perfección de la máquina de fabricar cigarrillos, por ejemplo, provocó
que se dejaran de llevar a cabo otras formas de hacer estos productos y de
fumarlos, “hoy el consumo de cigarrillos es el consumo predominante de tabaco en
todo el mundo” (Becoña, 2005a: 9).
A pesar de todos los factores que influyen en el consumo de tabaco de una
persona, se deja de lado la parte educativa del adolescente. Por ejemplo, muchos
jóvenes están mediados por la forma como sus padres los han educado en
cuestión de valores. Esto ha estado muy unido con la religión, la cual prohibe
realizar ciertos actos hasta el punto de llegar a limitar a las personas para tomar
decisiones importantes en su vida y que podrían cambiar su personalidad
drásticamente, algo que también define si el joven decide consumir ciertas
sustancias o no probarlas.
El consumo del tabaco ha tendido a ser uno de los problemas a los que se
enfrentan los jóvenes. Esto debe prevenirse no sólo desde la familia, sino desde la
escuela y por qué no, hacer que los mismos adolescentes tomen conciencia de lo
perjudicial que puede ser consumir o probar el cigarro por medio de planes que
vayan encaminados a enseñarles los daños que causa el tabaco y prevengan así
su consumo y adicción a él que tan fuerte se ha vuelto en los últimos años, tema
del que se hablará en el siguiente apartado.
1.3 El tabaquismo en la actualidad
Recientemente se ha observado una gran influencia del tabaco en la
socialización y la interacción de los jóvenes con otros de su misma edad o hasta
dentro del hogar. El tabaco ha llegado a ser un problema epidemiológico y de
salud en nuestros días y, a pesar de que se ha minimizado la publicidad a esta
droga legal, existe un consumo excesivo y mayor al que había hace varios años.
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En la actualidad existen cerca de mil millones de personas a nivel mundial
que son consumidoras de tabaco, entre las cuales casi un millón de personas son
jóvenes de entre 12 y 17 años de edad (INEGI, 2011). Los adultos que fuman hoy
en día empezaron a consumir tabaco a una edad temprana, esto es, en la
adolescencia. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el
tabaco es la primera causa de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el
mundo. Del total de fumadores a nivel mundial, aproximadamente un tercio de la
población es mayor de 15 años. Por sexos, el 47 % de los hombres y un 11 % de
las mujeres en este rango de edad consumen una media de 14 cigarrillos al día, lo
que supone un total de 5,827 billones de cigarrillos al año. El 74% de todos los
cigarrillos, se consumen en países de bajo-medio nivel de ingresos. El Banco
Mundial señala que el 74% del total de cigarrillos son consumidos a nivel mundial
por sólo una parte de la población total del planeta (OMS: 2002).
Las personas que son fumadoras muchas veces ya son dependientes del
tabaco y de las sustancias que éste contiene, pues éstas provocan seguir
fumando para satisfacer las necesidades de consumo que el cuerpo demanda. La
OMS considera al tabaquismo como el consumo de productos hechos total o
parcialmente con tabaco, sean para fumar, chupar, masticar o esnifar; todos estos
contienen nicotina (OMS: 2010).
En México existen diversos casos de aumento en el consumo de cigarros, a
pesar de las leyes y medidas de prevención que se han tomado para evitar que los
niños y jóvenes caigan en el uso de drogas y en específico en el consumo de
tabaco. En México, es grave el problema y en unos años más puede ser aún peor
debido a que un porcentaje de la población se ha convertido en consumidora de
tabaco y las mujeres y los jóvenes son especialmente un blanco constante de las
compañías productoras de cigarros (Tapia, 2001).
Otro punto resaltante es que según la OMS, cada minuto mueren siete
personas por enfermedades asociadas al tabaquismo y su consumo es
responsable de más de tres millones de muertes al año a nivel mundial (Tapia,
2001). Según estadísticas recientes, el 71.9% de las personas que participaron en
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el estudio en México, dijo haber probado el cigarro alguna vez en la vida y el
28.1% dijo no haber probado nunca el cigarro. De estos, el 78.6% de los hombres
y el 70.1% de las mujeres dijeron haber probado el tabaco alguna vez, mientras
que el 21.4% de los hombres y el 29.9% de las mujeres dijeron no haberlo
probado nunca (Quiroga, 2007: 75). En cuanto al consumo de tabaco que ha
habido durante el año 2000 – 2001, el 51.1% dijo haber consumido tabaco y el
48.5% dijo no haber consumido tabaco (Quiroga, 2007: 79).
En la actualidad, existe un problema entre los adolescentes por el consumo
y el abuso de drogas legales como lo son el tabaco o el alcohol. En esta etapa, los
adolescentes comienzan a experimentar cambios tanto físicos y biológicos, así
como sociales. Debido a esto, ellos también sienten la necesidad de descubrir y
conocer cosas nuevas, así como también muchas veces comienzan a consumir
tabaco por la necesidad de sentirse aceptados dentro de un grupo social con el
cual se sienten identificados. Ellos requieren empezar a experimentar cosas
nuevas, entre ellas está el tomar o fumar. Una de las drogas legales y
perjudiciales es el tabaco, la cual provoca efectos que no son tan notorios como el
alcohol físicamente, pero que son peligrosos y mortales.
Existen también algunas medidas que se han llevado a cabo por parte del
gobierno de la Ciudad de México con el fin de evitar que más personas fumen,
sobre todo entre los jóvenes, quienes son más vulnerables al consumo de este
tipo de sustancias. A esto se le suman las leyes que el gobierno ha establecido en
contra del tabaquismo, leyes que muchas veces no se cumplen. Por otro lado, ha
aumentado también el consumo de cigarros entre los adolescentes a una edad
muy temprana. Se sabe que hasta en un 15% de los menores de 13 años alguna
vez han consumido cigarros (Cruz: 2010). Esto es un problema cada vez más
grave. En este sentido se debe cuestionar qué es lo que pasa y cómo es que a
pesar de las medidas que se han tomado, como las que indica el Convenio Marco
para el Control del Tabaquismo de la OMS (Becoña: 2005a), se sigue
consumiendo tabaco.
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Actualmente se han tomado otras medidas, por ejemplo, los precios del
tabaco han aumentado su costo. Sin embargo, en algunos de los casos esto no es
limitante para que los fumadores dejen de consumir.
Así pues, los jóvenes hoy en día fuman más que antes ya que la
adquisición de cigarros no les es complicado; los esfuerzos que se hacen en
contra del tabaquismo, por parte del gobierno y de algunas instituciones, parecen
no ser suficientes ni las apropiadas para que se logre el cometido. A esto conviene
mencionar que las instituciones escolares, en muchas ocasiones, no proporcionan
la información suficiente y acertada para prevenir el consumo de tabaco en los
adolescentes y tampoco lo hacen de una manera continua, es decir, desde las
primeras etapas de escolaridad del estudiante hasta su adolescencia y/o adultez.
Es por ello que también es necesaria la participación del ámbito educativo en
contra del tabaquismo, en donde se requiere un trabajo pedagógico serio para
lograr prevenir, desde temprana edad y con éxito este problema en los jóvenes.
Se estima que, de continuar así, para 2030 aumentará a poco más de ocho
millones. Por otra parte, el tabaquismo en las mujeres ha tendido a aumentar y se
calcula que cerca del 20% de las mujeres en el mundo son fumadoras
(Wordpress: 2010). Hoy en día se habla también de la participación por parte de la
escuela en cuanto al educar y/o enseñar a los alumnos desde temprana edad lo
que es el tabaquismo y cómo puede afectar su vida diaria hasta llegar al punto de
que sea bastante mortal con el fin de prevenir a edades tempranas el consumo del
tabaco y si es posible, erradicar la epidemia mundial de tabaquismo en la que se
vive actualmente.
El tabaco es una sustancia adictiva, razón por la cual es importante que
desde la escuela se lleven a cabo medidas de prevención para evitar que los
adolescentes comiencen a probar este tipo de sustancias. Existen fumadores que
comienzan a temprana edad a probar el cigarro muy a pesar de las medidas que
se han tomado mundialmente.
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Lo anterior está implicado en el medio familiar, que junto con el apoyo
desde la escuela sería más fácil resolver este problema para evitar que cada vez
más niños y adolescentes lleguen a conocer lo que es probar un cigarro y evitar
así consecuencias mortales para su vida en un futuro.
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CAPÍTULO 2
EL FUMADOR. CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL TABAQUISMO Existen problemas y malestares que el tabaco causa al fumador desde el
primer momento en que consume un cigarro, como el mal sabor que provoca,
mareos o náuseas al probar el cigarro; problemas de los que posiblemente se dé
cuenta al instante o los ignore, pues gusta de consumirlo y le es más fácil
continuar haciéndolo que dejar el gusto por fumar.
Una persona que fuma puede tener consecuencias a corto y a largo plazo.
A corto plazo, pueden presentarse mareos, náuseas y/o ansiedad. A largo plazo,
puede acarrear enfermedades como cáncer. Esto no sólo sucede con las
personas fumadoras, sino también con las personas que se encuentran alrededor
de ellas.
Las consecuencias del tabaquismo pueden ser mortales y llevar junto con
ello síntomas causados por distintas enfermedades mortales y casi siempre muy
difíciles de tratar, debido a su gran complicación o detección a destiempo. Muchas
veces los fumadores no presentan ningún síntoma hasta que la enfermedad ya
está bastante avanzada o, por el contrario, se presentan síntomas pero las
enfermedades que el tabaquismo provoca así como la indisposición del fumador
para dejar el cigarro, causan avance en las enfermedades y finalmente llegan a
provocar la muerte.
Se puede hablar también de distintos tipos de fumadores, los cuales se
distinguen de acuerdo con la cantidad de consumo que hacen del tabaco.
Igualmente, se han dado cambios en cuanto a las reglas de consumo del tabaco
por los perjuicios que trae para la salud. Lo que no sabe el fumador es que, junto
con su consumo y la ganancia de las tabacaleras por la venta de cigarros, está
lentamente consumiéndose por el excesivo uso que hace del tabaco, ya que fumar
también perjudica a las personas que se encuentran alrededor y esto muchas
veces acarrea problemas de salud.
18
La etapa en la cual las personas comienzan a fumar es en la adolescencia,
ya que ésta es la etapa en la que existe más curiosidad. Aunque esto no es lo
único, existen otros factores que llevan a los adolescentes a probar una fumada.
Las excusas, pretextos o necesidades de probar un cigarro pueden variar
dependiendo de la persona, de su vida personal, de su contexto, de su educación
y de su economía, entre otras, aunque ésta última ya no es un impedimento para
continuar consumiendo tabaco.
Tanto las causas como las consecuencias del consumo del tabaco que se
presentan en el fumador como en el no fumador, son temas que han venido a
resaltar a nivel mundial. Existen varios avances al respecto para saber qué daños
causa el cigarro en las personas y se han hecho algunas otras cosas más para
tratar de resolverlo.
2.1 Tipos de fumadores
Existen diversas circunstancias que motivan a fumar y a tener un consumo
cotidiano. Las personas que fuman hoy en día, se iniciaron en esta práctica desde
que eran adolescentes y, en su gran mayoría, han sido incapaces de dejar el
hábito de fumar debido a circunstancias como: tener poca información sobre como
dejar de fumar, no contar con apoyo de personas o instituciones para dejar el
hábito, o no saber de los daños que consumir tabaco causa y/o estar ya habituado
a fumar.
Los jóvenes sienten la curiosidad por probar distintas y variadas cosas, una
de ellas es el tabaco. De acuerdo con los diversos convenios que se han firmado
durante los últimos años para prevenir y determinar qué tanto los fumadores como
los no fumadores han sido afectados por el consumo de tabaco, se han llevado a
cabo distintas acciones para disminuir y erradicar su consumo. A pesar de estas
medidas de prevención, existe un público que se adentra cada vez más al
consumo de tabaco desde muy joven.
19
Si bien existen diversas clasificaciones según el tipo de fumadores, aquí se
presentarán sólo dos de ellas. La primera está basada en lo recomendado por la
OMS. (Tapia, 2001: 36):
No
fumadores
Ex
fumadores
Fumadores
ocasionales
Fumador
diario
Fumadores
pasivos
Personas que
nunca han
fumado
Ocasionales Fumadores en
reducción
Personas
que fuman
todos los
días
No fuman pero
tienen
contacto con
fumadores
Diarios Experimentadores
Fumadores
continuos
De acuerdo con esta clasificación, se puede identificar que hay diversidad
en cuanto a las personas que consumen tabaco. Podemos observar que en la
primera columna resaltan las personas que nunca han fumado. En la segunda
columna están los exfumadores, los cuales se dividen en ocasionales y en diarios.
En cuanto a los exfumadores ocasionales, sólo fumaban de vez en cuando. Los
exfumadores diarios, consumían cigarros todos los días pero, ninguno de ellos
fuma actualmente.
En cuanto a la tercera columna, que se refiere a los fumadores ocasionales,
se encuentran los fumadores en reducción, los cuales fuman cada vez menos en
un intento por dejar por completo el consumo de tabaco. También se encuentran
aquí los experimentadores, que son aquellos que fuman por curiosidad de conocer
las sensaciones al fumar. Estas personas tienen más probabilidades de caer en un
consumo adictivo. Por último, en esta columna están los fumadores continuos, que
fuman ocasionalmente pero a un ritmo más acelerado, es decir, que ya tienen
estipulado un consumo frecuente y por tanto consumen cigarros más seguido. En
20
lo que se refiere a la cuarta columna, se encuentran las personas que fuman
diariamente sin importar la hora del día o la actividad que estén llevando a cabo.
Estas personas ya están adentradas en el tabaco y por tanto tienen una mayor
dependencia a la nicotina y les es difícil pasar un solo día sin fumar.
Las personas de la quinta columna, que se refiere a los fumadores pasivos
al tener convivencia con fumadores a diario, sufren daño en ocasiones igual o peor
que las personas fumadoras al inhalar las sustancias que el fumador deja salir al
fumar. En una encuesta realizada por la Secretaría de Salud en 1998, se definió al
fumador pasivo como “la persona no fumadora expuesta al humo de tabaco de un
fumador…” (Tapia, 2001: 88).
Las personas que no son fumadoras pero que conviven con gente que
acostumbra fumar, aspiran todos los componentes que contiene un cigarro a
través del humo. Esto es un daño para estas personas, ya que los componentes
del cigarro que aspiran es igualmente peligroso y dañino para su salud. Este
problema preocupa cada vez más a organizaciones como la OMS y el Consejo
Mexicano Contra el Tabaquismo (CMCT). De acuerdo con la Encuesta Nacional
de Adicciones 2008, cerca de 11 millones de mexicanos que nunca han
fumado (23.3% de la población) se encuentran expuestos al humo de tabaco ajeno
(CMCT: 2011).
Los fumadores pasivos también son afectados por el cigarro. Lo que sucede
es que al encender el cigarro se producen dos corrientes de humo, la corriente
principal o humo de primera mano y la corriente secundaria o humo de segunda
mano; la principal es inhalada por el fumador y solo le afecta a él. La secundaria
es esparcida al ambiente y a las personas que están cerca del fumador cuando
éste expulsa el humo del cigarro, lo que afecta a dichas personas pues en el humo
van incluidas sustancias como el alquitrán, el arsénico, el uretano y el
formaldehido, entre otros, los cuáles son algunos de los más letales para la salud
de los fumadores pasivos (Eseverri, 1999).
21
Otro dato muy importante es que, existe un tipo de humo obtenido de
tercera mano. Este contiene sustancias tóxicas que quedan como residuos en los
lugares cercanos al fumador, ya sean ropa, comida, utensilios, o en otra persona
(W. Juan, 2011). Estas partículas también son dañinas para la salud de las
personas que no fuman, pues sin saberlo, pueden estar consumiendo algunas de
las más de 4,700 partículas que deja el cigarro y que siguen latentes aún después
de que el fumador ha terminado de consumir su cigarrillo. Uno de los
componentes que se transmiten aún después de haber sido apagado un cigarro es
la nicotina. La nicotina es una de las sutancias que más altera la salud, ya que es
una de las más peligrosas. De cada cigarro que un fumador consume dos tercios
de nicotina se esparcen en la atmósfera y un tercio lo consume la persona
fumadora.
En cuanto a la categoría de Eseverri (1999), encontramos que existen
características específicas según el tipo de fumador al que pertenezcan. Dichos
tipos de fumadores son: el fumador negativo, el fumador hedonista, el fumador
habitual o crónico y el fumador drogodependiente.
El fumador negativo fuma en situaciones de crisis, ansiedad o
problemáticas. Usa el tabaco como un relajante y por tanto el hábito es
muy intenso por el esfuerzo que supone el alivio de su malestar.
El fumador hedonista fuma de una manera controlada y por lo regular
después de haber comido. Aunque también puede llegar a tener una
dependencia fuerte al cigarro si fuma constantemente.
El fumador habitual o crónico fuma muy constantemente pero sin ser
consciente de ello; es el típico “fumador empedernido” quien fuma de una
manera casi automática y en grades cantidades sin saber exactamente
por qué o para qué fuma.
22
El fumador drogodependiente. Éste siente deseos de fumar constantemente
al grado de estar incómodo si no tiene un cigarro en la boca o en la mano,
como si no supiera estar sin él. Enciende un cigarro tras otro sin fumarlos
por completo. Esto lo lleva a tener un comportamiento automatizado.
Estudios hechos en Hong Kong revelan que muchas de las personas que
actualmente fuman, tuvieron influencias o ejemplos en casa (Tapia, 2001). La
mayoría de las personas expuestas a algún familiar fumador durante su niñez
fuman actualmente. La exposición a algún amigo fumador también es un factor de
influencia.
Se puede concluir que todavía falta mucho para que se pueda llegar a una
solución contra el tabaquismo. Los adolescentes son un sector vulnerable en este
problema y están más propensos. En este sentido, se considera importante el
abordaje sobre el problema del tabaquismo desde instituciones como la escuela y
la familia.
Actualmente se han realizado diversas encuestas y estadísticas donde se
resalta la importancia de las medidas que se han llevado a cabo para evitar que
los adolescentes caigan en el tabaquismo. El Estado de México, cuenta con un
reglamento para el control del tabaco. Este establece la separación de áreas pero
no garantiza espacios 100% libres de humo. En el D.F. se cuenta con una de las
dos legislaciones en todo el país, la cual determina a la entidad como 100% libre
de humo de tabaco. Por su parte, el CMCT menciona que de acuerdo con la
Encuesta de Tabaquismo en Jóvenes 2005, el 57.80% de los jóvenes de Toluca
ha fumado alguna vez (CMCT: 2011). Basados en datos de la Encuesta de
Tabaquismo en Jóvenes 2006, 60.90% de los jóvenes de la Ciudad de México ha
fumado alguna vez (CMCT: 2011).
Consumir tabaco se ha vuelto una forma de convivencia social aceptada por
todos los grupos de edad; más entre adolescentes, ya que ellos realizan esta
actividad como forma de convivencia y aceptación social. A esta edad, tanto
hombres como mujeres ceden más fácilmente al consumo de tabaco y más
23
adelante pueden arraigarlo al grado de hacérseles necesario el fumar para estar
bien en donde se encuentren. La Encuesta Nacional de Adolescentes realizada
por la Secretaría de Salud en 1998, “en la Ciudad de México, de los jóvenes entre
12 y 17 años de edad, 30.5% son fumadores pasivos; 37.5% de este rango son
hombres y 26.1% son mujeres, lo que hace resaltar que son los hombres quienes
más conviven con los fumadores activos y por tanto son más propensos a sufrir
daños a causa de ello o a iniciarse en el hábito del consumo de tabaco” (Tapia,
2001: 89).
2.2 Enfermedades que provoca el tabaco
Tanto a nivel mundial como nacional, los fumadores son personas que
comenzaron a consumir tabaco desde la adolescencia y hoy en día esto ha
llegado a formar parte de su vida cotidiana. Esto los lleva a que, posteriormente,
corran el riesgo de desarrollar alguna de las graves enfermedades que causa el
consumo del tabaco.
Existen enfermedades que podrán controlarse o prevenirse. En 2009, en
México los costos atribuibles a las enfermedades relacionadas con el tabaquismo
fueron de alrededor de $45 mil millones de pesos, mientras los impuestos
provenientes del tabaco ascendieron, aproximadamente a $23 mil millones de
pesos (CMCT: 2011).
Una de las enfermedades más comunes ocasionadas por el tabquismo es
el cáncer. Éste se puede presentar en las vías aerodigestivas superiores,
páncreas y vías urinarias, entre otras (DGCS, 2011).
De acuerdo con Tapia (2001) algunas de estas enfermedades se pueden
clasificar según el tipo de zona corporal a la que afectan. Algunas de ellas son la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que también se refiere a la
bronquitis crónica y al enfisema pues tienen relación una con la otra, una puede
desencadenar otra; hiperactividad de las vías respiratorias, cáncer broncogénico,
cáncer de laringe, cáncer en la cavidad oral, cáncer de esófago, cáncer de vejiga,
cáncer de páncreas, enfermedades cardiovasculares como la coronaria,
24
enfermedades cerebrovasculares como la enfermedad oclusiva arterial periférica,
enfermedades gastrointestinales y efectos perinatales, entre otras más.
Las enfermedades traen consigo distintos y variados síntomas que muchas
veces pueden ser percibidos por el fumador como normales o como parte de
alguna otra enfermedad sin mayor importancia pero que sin embargo pueden
acarrearle hasta la muerte. A continuación se presentan algunas de las
enfermedades más comunes por causa del consumo de tabaco.
Bronquitis crónica
La bronquitis crónica. Existen dos tipos de bronquitis: la aguda y la crónica.
La bronquitis aguda es causada por virus como el de la gripe y el resfrío. Se
presenta con síntomas como tos. Esta puede durar varias semanas sin mayor
complicación. Su contagio puede darse por medio de las bacterias que viajan a
través del aire, por contacto físico, por estar cerca de algún fumador o por
contaminación del aire, bacterias y gases. El tratamiento para sanar incluye
descanso, abundantes líquidos y algún medicamento recetado por un doctor
(MedlinePlus, 2011).
La bronquitis crónica provoca, en los casos de bronquitis más severos, la
inflamación de los bronquios y las vías respiratorias, lo que obstruye y dificulta la
llegada de oxígeno a los pulmones del fumador. Este tipo de bronquitis provoca
síntomas más incómodos, como dificultad para respirar, jadeo y presión en el
pecho. Los bronquios, al estar inflamados, producen una secreción mucosa
abundante, lo que lleva consigo tos y dificultad para respirar. En ocasiones la tos
viene acompañada de sangre. Este caso es un nivel más grave de bronquitis
(UPMC, 2011). Es importante saber que, a pesar de que existe un tratamiento
para reducir o controlar los síntomas molestos de esta enfermedad, no existe cura.
Los síntomas pueden disminuir pero nunca desaparecer.
25
Enfisema pulmonar
El enfisema pulmonar provoca lesiones en los alvéolos y hasta la
destrucción de las paredes alveolares que son un tipo de bolsas de aire, lo que
ocasiona que el cuerpo no reciba el oxígeno que necesita. El tratamiento se da de
acuerdo con la gravedad del enfisema y varían entre inhaladores, oxígeno
artificial, medicinas y en ocasiones cirugías muy dolorosas para evitar que los
síntomas empeoren. Los resultados de las cirugías pueden ayudar a mejorar las
funciones de los alvéolos con opciones artificiales; sin embargo, es una
enfermedad incurable y si no se controlan los síntomas puede ser mortal para el
fumador debido a la devastación que sufren estas bolsas de aire (UPMC, 2011).
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad
progresiva, la cual hace que cada vez le sea más difícil al fumador poder respirar.
Puede causar además una tos severa que al mismo tiempo trae consigo grandes
cantidades de mucosidad, silbidos al respirar y presión en el pecho, entre otros
síntomas. Estos son muy parecidos a los que se presentan en las dos
enfermedades anteriores, ya que las paredes de los bronquios se vuelven gruesas
e inflamadas (hinchadas) y producen más mucosidad que en condiciones
normales lo que obstruye la función de los bronquios y por tanto la respiración
(Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, 2010).
Se llama EPOC al conjunto de estos síntomas, así como a los síntomas que
se presentan en la bronquitis crónica y el enfisema, debido a que la mayoría de los
pacientes que presentan EPOC tienen ambas enfermedades y las desarrollan a la
vez teniendo mayores complicaciones. Aún no se tiene una cura para esta
enfermedad y los síntomas van empeorando con el tiempo lo que hace más difícil
encontrarla.
26
Hiperactividad de las vías respiratorias
La hiperactividad de las vías respiratorias, también conocida como
hiperactividad bronquial o asma, se caracteriza por un proceso inflamatorio crónico
de las vías aéreas en el que predominan diversas células, ocasionando que el
músculo liso de las vías aéreas se vuelva inestable y responda de forma
exagerada a estímulos diversos dificultando el paso del aire (INER, 2010). Se
presentan síntomas como tos, sensación de ahogo, silbidos y sensación de
opresión del pecho. Se bloquean la función de los bronquios, los alvéolos, los
capilares y por tanto de los pulmones. Esta enfermedad se puede controlar,
aunque si no se atiende trae como consecuente la muerte.
Tipos de cáncer
El tabaquismo, el alcoholismo, el consumo insuficiente de frutas, las
infecciones por virus de la hepatitis B y C, por causas hereditarias y por el virus del
papiloma humano (VPH), entre otras, son los principales factores de riesgo de
cáncer en países de ingresos bajos y medianos (OMS, 2011). A continuación se
explicarán algunos tipos de cáncer.
Cáncer broncogénico
El cáncer broncogénico o de pulmón es la resultante del crecimiento
maligno de células del tracto respiratorio, en particular del tejido pulmonar. Este es
la primera causa de muerte por cáncer en México y en el mundo; su incidencia en
el año 2003 fue de 6,754 muertes y para 2005 se dieron a conocer 9,000 casos de
los cuales hubo 8,000 muertes (Alba, 2006).
Se estima que en México del 70 al 85% de los cánceres de pulmón tienen
como causa el tabaquismo. Esta enfermedad va en aumento sin importar el sexo
(Alba, 2006). Los síntomas que se presentan son tos, expectoración o disnea. Su
tratamiento va desde medicamentos hasta cirugías y quimioterapias según la
etapa del cáncer en el que el fumador se encuentre.
27
Cáncer de laringe
El cáncer de laringe es el cáncer de las cuerdas vocales, la laringe u otras
áreas de la garganta. El hecho de fumar y beber alcohol combinados lleva a un
aumento del riesgo de cáncer en la garganta. Se presentan síntomas como
sonidos respiratorios anormales, tos, expectoración con sangre, dificultad en la
deglución, ronquera, dolor en el cuello o garganta, hinchazón o protuberancias en
el cuello y pérdida de peso. El único tratamiento que existe para esta enfermedad
son las cirugías que pueden ser benévolas en tanto que se descubra a tiempo el
cáncer, de lo contrario puede llegar a riesgos como eliminar las cuerdas vocales
en parte o por completo, trayendo consigo la pérdida de la voz (MedlinePlus,
2011).
Cáncer de esófago
Al cáncer de esófago se le conoce por causar una gran dificultad al fumador
para comer. El esófago transporta los alimentos y líquidos desde la garganta hasta
el estómago, lo que hace casi imposible el poder comer bien pues mientras va
creciendo el tumor va disminuyendo el peso del enfermo y la dificultad para comer
aumenta. Presenta síntomas como expulsión de sangre al toser. El tratamiento
sólo se da por medio de cirugía y en muchas ocasiones no es posible salvar a la
persona enferma cuando está muy avanzado el cáncer (MedlinePlus, 2011).
Cáncer de boca
El cáncer de boca o de la cavidad oral, involucra órganos como labios,
lengua, paladar, mejillas y hasta las encías. “Se estima que en México podría
haber hasta15 mil casos de cáncer bucal, y la mitad de las personas detectadas
en etapas tardías no sobrevivirá más de cinco años”. Según el profesor de
posgrado de la Facultad de Odontología Enrique Acosta Gio (Olvera, 2011: 12),
los hombres son dos veces más propensos que las mujeres a contraer este tipo de
cáncer.
28
En cuanto a los síntomas, están la aparición de fisuras en la boca de color
pálido, oscura o pigmentada, problemas para masticar, úlceras bucales, dolor al
deglutir, dificultad para hablar, ganglios linfáticos inflamados, problemas linguales
y pérdida de peso. La mayoría de los pacientes lo detectan en la fase tardía y lo
único que se puede hacer es tratar el tumor con cirugía extensa y desfigurante que
implica la pérdida de la lengua, la faringe y parte del techo de la boca. Otra
condición para contraer este tipo de cáncer es la infección bucal con el Virus del
Papiloma Humano, aunque se desconocen cómo se originaron algunos casos
sobre ello (Olvera, 2011).
Cáncer de tráquea
El cáncer de tráquea. Es uno de los más comunes en el caso de los
fumadores y de los más letales a nivel mundial. Este tipo de cáncer es muy
frecuente entre los casos de tumores del árbol respiratorio y es uno de los
principales causantes de muertes por cáncer en fumadores. Los hombres son más
propensos a tener este tipo de tumores.
“En 2008, según la tasa de mortalidad observada de tumores malignos para
la población de 60 años y más, los tumores en tráquea, bronquios y pulmón
presentan la tasa más alta 60.19 por cada 100 mil habitantes” (INEGI, 2011). La
persona enferma de este tipo de cáncer presenta síntomas como: tos seca,
disnea, voz ronca, dificultad para comer, fiebre, escalofríos, infecciones y en
ocasiones tos con sangre. No hay un tratamiento específico para este cáncer ya
que depende de la gravedad que el enfermo tenga; sólo se puede tratar con
cirugías o radioterapias, pero es muy difícil una vez que se ha propagado a otras
áreas del cuerpo.
Cáncer de estómago
El cáncer de estómago en la mayoría de las ocasiones se detecta cuando
ya está muy avanzado y puede no presentar síntomas hasta que ya es complicado
el tratar con este tipo de tumor. En las etapas iniciales del cáncer de estómago, el
29
paciente sufre de indigestión y malestar estomacal, se siente inflamado después
de comer, con náusea leve, pérdida de apetito o acidez. En las etapas más
avanzadas del cáncer de estómago, el paciente presenta sangre en las heces,
vómito, pérdida de peso o dolor de estómago. La probabilidad de que al paciente
le dé cáncer de estómago es más alta si ha tenido una infección en este órgano
causada por Helicobacter pylori, o si es de edad avanzada, si es hombre, si fuma
cigarrillos o si consume con frecuencia una dieta de comida seca y salada”
(GeoSalud, 2010).
El cáncer de estómago se divide en etapas que van de la menos peligrosa y
más tratable a la más peligrosa y mortal; además de que es riesgoso llevar a cabo
una cirugía. En el año 2005 se presentaron 5,201 muertes a causa de este cáncer
(Alba, 2006).
Las enfermedades gastrointestinales podrían llevar a cáncer de estómago.
Éstas son causadas por muchas circunstancias, pero el tabaco es un factor de
riesgo que la provoca fácilmente, ya que desarrolla la úlcera péptica que es una
lesión en la piel o en este caso en la zona gastrointestinal que no tiene una
cicatrización normal. Influye la cantidad de cigarros fumados, tiempo que se lleva
fumando y la profundidad de la inhalación que una persona da a un cigarro al
momento de fumar (Tapia, 2001).
Cáncer de páncreas
El cáncer de páncreas es producido por diabetes, factores hereditarios y
tabaquismo principalmente. Pueden presentarse síntomas como la ictericia,
pérdida de peso, fatiga, pérdida de apetito y dolor en el abdomen y espalda, entre
otros. Es muy difícil detectar este tipo de cáncer debido a que no se presentan
síntomas tempranos y cuando estos aparecen son muy parecidos a los de otras
enfermedades.
30
Cáncer de riñón
El cáncer de riñón es un tipo de cáncer que igualmente es letal, ya que se
encuentra cercano a otros órganos vitales, lo que puede provocar mayor
enfermedad para el fumador. Este cáncer se forma en la membrana que recubre
los tubos diminutos que están dentro de los riñones. Ocurre con más frecuencia
entre las personas mayores de 40 años. Los factores de riesgo incluyen el
tabaquismo, algunos cuadros genéticos y el mal uso de analgésicos por períodos
prolongados. Muchas veces, el cáncer de riñón no tiene síntomas anticipados, sin
embargo, es importante tomar en cuenta algunos de ellos que son confundidos
con otras enfermedades, los cuales pueden ser sangre en la orina, un bulto en el
abdomen, pérdida de peso inexplicable, dolor en el costado o pérdida del apetito
(MedlinePlus, 2011).
Este tipo de cáncer que ocasiona el cigarro, se presenta debido a que la
nicotina, como diurético natural, provoca la expulsión de líquidos continuamente.
Los riñones por su parte desechan todo lo que no es necesario para el organismo
a través de la orina. Los diuréticos son necesarios hasta cierto punto pero el que
las personas fumadoras consumen uno o varios cigarros al día, provocan que el
organismo deseche sustancias que pueden ser aprovechadas por él y esto
conlleva a forzar el trabajo de los riñones, lo que provoca una deshidratación y
otras alteraciones severas en el cuerpo y por tanto se puede llegar a contraer
algunas enfermedades como el cáncer.
Cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga provoca que se presenten síntomas como dolor
abdominal, sangre en la orina, dolor o sensibilidad ósea, fatiga, micción dolorosa,
incontinencia urinaria y pérdida de peso entre otras. Se ha clasificado este tipo de
cáncer en varias etapas según como vaya avanzando y se desarrolle. También se
sabe que se puede propagar a áreas cercanas a la vejiga como la próstata, el
recto, los riñones, el útero y la vagina; además de los huesos, el hígado y los
pulmones. El tratamiento se basa principalmente en quimioterapia, inmunoterapia
31
y cirugías, pero puede haber complicaciones posteriormente. Es importante
recordar que la nicotina es un diurético que impide el desecho de las sustancias
tóxicas que el cigarro contiene. Estas se pueden alojar en la vejiga, lo que podría
provocar más adelante el desarrollo del cáncer en ella (W. Juan, 2011).
Cáncer cervicouterino
Este cáncer es detectado mediante el papanicolaou. Lo causa el virus del
papiloma humano (VPH). El problema comienza cuando una mujer es fumadora,
ya que la nicotina es la causante de que el VPH logre desarrollarse con más
facilidad en la mujer provocándole cáncer. Es en la vagina en donde se comienzan
a destruir las células que son distribuidas en todo el cuerpo y en especial en las
zonas expuestas al exterior. El tabaco lleva sus toxinas a estas zonas, en especial
al tracto genital femenino destruyendo estas células, dando paso a
microorganismos dañinos como el VPH y generándose así el cáncer
cervicouterino. El cáncer cervicouterino fue causante de 4,326 muertes en 2005
(Alba, 2006) de entre las cuales, algunas tuvieron influencia del tabaco.
Actualmente el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se encarga de
vacunar a niñas de entre 9 y 12 años para prevenir que este mal avance
(Universal, 2010).
Cáncer de mama
El cáncer de mama fue responsable de 3,933 muertes en 2005 (Alba, 2006)
y en algunas de ellas el tabaco influyó. Se dice que existen dos tipos, los cuales
son el carcinoma ductal que comienza en los conductos que llevan leche desde la
mama hasta el pezón y el carcinoma lobulillar que comienza en partes de las
mamas, llamadas lobulillos, que producen leche. Son raros los carcinomas que se
desarrollan en otra parte de la mama (MedlinePlus, 2011).
Muchos cánceres de mama son sensibles a las hormonas estrógenos, lo
cual puede provocar que se desarrolle más rápido en algunas mujeres. Se dice
que las mujeres que iniciaron el hábito del tabaco a temprana edad así como las
32
mujeres que lo iniciaron al menos cinco años antes de su primer embarazo,
aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama. El tabaco contrarresta los
efectos beneficiantes que tiene el amamantar para una mujer con hijos lo que
tampoco disminuiría el riesgo de cáncer (BBCMundo, 2004).
Cáncer de próstata
El cáncer de próstata es otro tipo de cáncer mortal. En el año 2005 llegó a
causar 4,602 muertes (Alba, 2006). Este cáncer es un grupo de células
cancerosas que comienza muy frecuentemente en la parte exterior de la próstata.
Todavía no se conocen exactamente las causas de este tipo de cáncer pero
algunas investigaciones de los Estados Unidos hechos en la Universidad de
Washington, han encontrado factores de riesgo que pueden aumentar las
probabilidades de contraerlo, entre las cuales se encuentra el tabaco, debido a
que fumar cigarrillos aumenta la producción de hormonas masculinas que
estimulan el crecimiento celular y por lo tanto el crecimiento de los tumores
prostáticos (Venelogía, 2005).
Enfermedades cardiovasculares
Entre las enfermedades que causa el tabaco también se encuentran las
cardiovasculares, que tienen que ver con las enfermedades del corazón. A
continuación se mencionan algunas de ellas.
Enfermedad coronaria
Ésta es causada por el monóxido de carbono, la nicotina y los alquitranes,
que provocan varias alteraciones en el funcionamiento del organismo, así como el
humo del tabaco es causante de enfermedades arterioescleróticas, que provocan
el endurecimiento en las arterias, privando al organismo de funcionar
correctamente. Esto que provoca modificaciones en la manera en que funciona el
organismo y lleva al fumador a tener distintas enfermedades del corazón (Tapia,
2001).
33
Enfermedad cerebrovascular
La enfermedad cerebrovascular o enfermedad vascular cerebral (EVC) es
otra causada por el tabaquismo y puede provocar insuficiencia vascular cerebral,
oclusión de los vasos cerebrales por embolismo y hemorragia subaracnoidea entre
otras (Tapia, 2001).
Enfermedad oclusiva arterial periférica
El factor que predispone la enfermedad oclusiva arterial periférica es el
tabaco. Esta se presenta en los fumadores con la enfermedad aortoiliaca y
femoropoplítea (Tapia, 2001). Es una de las afecciones más prevalentes y es
habitual la coexistencia con enfermedad vascular en otras localizaciones. El
diagnóstico precoz es importante para poder mejorar la calidad de vida del
paciente y reducir el riesgo de eventos secundarios mayores, como el infarto
agudo de miocardio (IAM). Algunos estudios han confirmado que los factores de
riesgo mayores (diabetes, hipertensión o tabaquismo) están implicados en la
mayoría de las enfermedades cardiovasculares.
Otros efectos causados por el tabaco
Los efectos perinatales que pueden existir por causa del tabaco en los hijos
de mujeres fumadoras, es bajo peso; en promedio 200 gramos menos que los
hijos de las madres que no fuman. Además, “el niño tiene una capacidad reducida
de fijación al oxígeno y en la presión con que se libera este a los tejidos, lo que se
traduce en hipoxia fetal”, cuando la madre fuma durante el embarazo (Tapia, 2001:
76). Lo que significa que el oxígeno no llega a los pulmones del feto lo suficiente
como para que se desarrolle de manera normal. Quienes tienen el hábito de fumar
aún durante el embarazo, pueden llegar a causar daños severos al bebé al nacer,
desde dificultades al respirar, bajo peso, cambios contraproducentes en su
sistema nervioso, entre otras. Otro efecto del tabaco es que el 11% de las muertes
por cardiopatía isquémica, una de las principales causas mundiales de muerte,
34
son atribuibles al consumo de éste, así como el 70% de las muertes por cáncer de
pulmón, bronquios y tráquea.
Otra de las consecuencias que puede causar el tabaco es la disfunción
eréctil en el hombre y falta de libido tanto en hombres como en mujeres
fumadores. Una consecuencia más en ambos sexos es la infertilidad que surge a
causa del consumo de tabaco que podría ser prevenible si se deja el hábito del
tabaquismo (UPN, 2011). La infertilidad puede tener su origen en los cánceres que
se llegan a desarrollar por el excesivo consumo de cigarros.
Uno de los puntos que cabe resaltar es que fumar también causa
envejecimiento prematuro. Esta es una de las consecuencias que más se nota en
un tiempo corto si es que el fumador consume tabaco constantemente, pues las
personas que fuman tienen un aspecto físico que, muchas veces, aparenta más
edad de la que en realidad tienen. Además, fumar provoca mal aliento y dientes
amarillos, así como también los dedos de las manos pueden tornarse de un color
amarillento debido a los componentes que el cigarro contiene.
Las sustancias del tabaco son dañinas para la salud y varias de ellas son
causantes de algunos síntomas físicos e internos en el fumador. Sin embargo,
sólo algunas de todas estas sustancias causan cáncer al ser ingeridas en
cantidades grandes. El proceso de elaborar un cigarro por parte de las compañías
tabacaleras, es hoy en día más peligroso que antes, ya que en un principio se
consumía el tabaco en su forma más natural, pero actualmente se hace por
medios más químicos y con ingredientes poco agradables; esto lo hace un
producto mortal para la salud de sus consumidores. Tan sólo en el cultivo de la
planta de tabaco se utilizan plaguicidas que pueden ser dañinos para la salud.
Algunas de las sustancias que contiene el cigarro y principales causantes
de cáncer son la naftilamina, el pireno, la dibenzocridina, el cadmio, el
benzopireno, el cloruro de vinilo, la tolouidina, el uretano, el polonio–210,
alquitranes, arsénico, níquel, creosota, nicotina, amoniaco y formaldehido entre
35
otras (Becoña, 2005). A esto se le debe agregar que varias de esas sustancias
son químicos peligrosos y perjudiciales para la salud.
Entre algunos de los usos y consecuencias que tienen algunos
componentes del cigarro se encuentran los siguientes (Becoña, 2005a):
El alquitrán se usa para asfaltar carreteras o pintar barcos.
El arsénico es un veneno muy potente.
La creosota y el cloruro de vinilo son carcinógenos letales.
El cadmio y el níquel que se utilizan en las baterías.
El polonio – 210 es un radioactivo muy peligroso y además es un
carcinógeno.
El uretano es un carcinógeno y es utilizado en embalajes,
El formaldehido es un conservante orgánico utilizado en laboratorios
forenses y anatomía patológica.
El amoníaco es uno de los causantes de que el cigarro sea más adictivo
para quienes lo consumen.
La nicotina es otro de los componentes más importantes y más conocidos
en el cigarro, pero también uno de los más mortales. La nicotina “se
sintetiza en forma de líquido oleaginoso e incoloro y se disuelve fácilmente
en agua y alcohol, pasando del color amarillo al oscuro en contacto con
estos líquidos. (…) En altas dosis produce intoxicación (mareos, náuseas,
vómitos, diarreas). Incide negativamente en el sistema cardiovascular (ej.,
produce taquicardia, aumento en la presión arterial, etc.)” (Becoña, 2005b:
11).
La nicotina provoca gran dependencia del fumador al cigarro y es un
componente adictivo muy fuerte, ya que actúa directamente sobre el cerebro. Este
es el daño más importante que el cigarro causa al fumador, pues le produce
36
sensaciones de placer debido al grado adictivo que esta sustancia tiene, lo que
provoca que sea más difícil dejar el hábito del tabaco al fumador.
Esta sustancia llega al cerebro en siete segundos después de cada
inhalación actuando en zonas que llevan a cabo funciones intelectuales (UPN,
2011). Cada cigarro contiene entre 0.1 y 2.0 mg. de nicotina, lo que estimula el
sistema nervioso central y periférico, causando enfermedades mortales para el
fumador (Tapia, 2001). Si se interrumpe la administración de la nicotina puede
haber una inquietud por parte del fumador ya que su organismo ya está habituado
a un grado de consumo de esta sustancia. “En el nivel psicoconductual, la nicotina
parece aliviar la inquietud emocional e incrementar la habilidad para enfrentar los
problemas y el estrés de cada día” (Tapia, 2001: 63). Si se toma en cuenta
también que cada inhalación a un cigarro por parte de un fumador representa un
reforzamiento para continuar con la conducta tabáquica, entonces la dependencia
psicológica está estrechamente ligada a este consumo y esta dependencia es más
difícil de eliminar que la física.
Estos son sólo algunos de los usos que se le dan a estas sustancias que se
encuentran en los cigarros y que muchas personas consumen sin saber el gran
detrimento que su cuerpo tiene al tratar de desechar estas sustancias que
perjudican al organismo. Todas y cada una de las sustancias que contiene el
cigarro tienen que ver con los síntomas que el fumador presenta después de un
tiempo de haber comenzado con el consumo de tabaco. Un dato revelador es que
las sustancias que el cigarro contiene, al ser inhaladas, provocan alteraciones
incomparables en el cuerpo del fumador, pues en cada inhalación el humo entra a
temperaturas de hasta 900ºC (UPN, 2011). Ese humo no quema directamente ya
que se encuentra en forma de vapor, sin embargo, poco a poco provoca un
desgaste irreversible a los pulmones.
Hoy en día aumenta el número de enfermedades y casos en los que el
tabaco es causante de que millones de personas en el mundo mueran a diario por
el excesivo consumo de cigarros, lo que es sólo una muestra de lo que este
consumo provoca.
37
2.3 Algunos factores que influyen en los jóvenes para consumir tabaco
Los jóvenes adolescentes son cada vez más intrépidos y curiosos que en
épocas anteriores debido, en gran parte, al rápido crecimiento de la sociedad y los
cambios culturales y contextuales. Es por este motivo, la importancia de llevar un
control y prevención del tabaquismo desde temprana edad. El periodo de
desarrollo de la adolescencia está enmarcado por la exploración y los
comportamientos justamente generadores de riesgo, los mismos que pueden
comprometer la salud, la supervivencia y el proyecto de vida de un individuo.
Cabe resaltar la importancia de tomar más en cuenta a los jóvenes cuando
buscan adentrarse al mundo tratando de experimentar lo que los adultos les van
presentando en su vida cotidiana. Alegret (2005: 53) menciona que, “antes de
obsesionarnos hipócritamente por sus consumos de drogas hemos de comenzar
por ocuparnos de nuestros adolescentes”. Añade que “no podremos ayudarles
cuando tengan problemas con los usos de drogas si antes no hemos sido
capaces de prestarles ayuda simplemente cuando tenían dificultades, cuando
estaban en crisis” asimismo, “casi todo lo que hacen, casi todo lo que les pasa en
esos años de su vida ha de ser leído primero en clave evolutiva, en clave de
adolescencia, considerando que son personajes que están en transición, en
cambio. Después, en todo caso, podemos mirarlos como problema, pero no al
revés”. Esto nos lleva a pensar que las personas mayores, encargadas de la
formación y educación de los adolescentes, también son responsables en gran
medida del comportamiento de los jóvenes durante esta etapa.
Una de las causas de por qué los jóvenes fuman es principalmente la
curiosidad. Esta es un arma muy poderosa a favor del tabaco, ya que la curiosidad
lleva al joven a probar lo que nunca antes había experimentado. Existen también
diversos mitos por los cuales los adolescentes consumen tabaco. Uno de los mitos
más vigentes y famosos es que el cigarro adelgaza, y por esta razón los jóvenes,
principalmente las mujeres, acuden al consumo del cigarro. Otro mito es que éste
calma los nervios y la ansiedad que se presenta en algunas personas ante
38
diversas situaciones que viven cotidianamente; así como también existe el mito de
que el cuerpo se conserve caliente y no pase frío en el invierno.
Los hombres por su parte tienen la idea del hombre delgado, varonil, viril,
maduro e interesante cuando consumen un cigarro y creen que el fumar les da
estas características. Asimismo, las mujeres fuman porque creen verse más
sexys, sensuales y atractivas. Los chicos adolescentes tienden a fumar porque
creen que esto es algo atractivo en ellos para las mujeres y los hace ver maduros
y responsables. Esto provoca que muchas veces también las mujeres lleguen a
fumar para conseguir pareja.
Además de tratar de adelgazar con el cigarro, los adolescentes adoptan el
fumar como uno de los hábitos que los lleva a mostrarse como adultos ante la
sociedad y ante sus semejantes. Algunos jóvenes creen que si quieren
equipararse a los demás hombres en diversos aspectos, pueden hacerlo fumando
(Becoña, 2005b).
Existe un factor muy importante que puede llevar a los adolescentes a
fumar. Cuando muchos de los adolescentes comienzan a probar el cigarro con la
intención de pertenecer a un grupo en el cual la mayoría o todos fuman, ven
necesario el comenzar a adentrarse en el mundo del tabaco para tener ese
sentido de pertenencia, el cual los lleva a tener un consumo frecuente de tabaco y
aprender a convivir con personas fumadoras.
La familia es uno de los factores que influye en los jóvenes para iniciarse en
el consumo de tabaco, ya que muchas de las personas que comienzan a fumar en
la adolescencia viven o vivieron con personas adultas que también fumaban, lo
que causa una influencia en los adolescentes para consumir tabaco u otras
drogas.
Una vez que el joven ha decidido probar el primer cigarro y decide volver a
hacerlo hasta que desaparecen los síntomas que en un principio tuvo, desarrolla el
gusto por fumar (Eseverri, 1999). Esto comienza a producir una dependencia y, si
39
es mayoritariamente psicológica, es posible que sea difícil dejar el hábito del
tabaco.
Existen factores que provocan que el adolescente o fumador se mantenga
en un nivel de consumo tabáquico que impide el que deje de fumar. Pueden existir
distintos enfoques para explicar el mantenimiento del tabaquismo. El primer
enfoque es “considerar los aspectos farmacológicos y fisiológicos como base de la
dependencia. Es decir, el tabaco por sí mismo como mantenedor del hábito”. El
segundo enfoque es “considerar el tabaquismo como un hábito adquirido. Con las
influencias sociológicas y psicológicas que contiene” (Eseverri, 1999: 188).
El primer enfoque se refiere a que la nicotina, como causante de
dependencia al tabaco, provoca que se refuerce constantemente el hábito de
fumar en las personas fumadoras.
El segundo enfoque se refiere a que el fumador se ha acostumbrado a
fumar constantemente debido a que las personas con las que convive también son
fumadoras, lo que ocasiona que sienta la necesidad o el deseo de fumar. Otra
opción podría ser que la persona que fuma ha llegado a tener un aprendizaje
conductual del consumir cigarros, por lo que no puede dejar de fumar pues, es un
hábito psicológico, lo que es más difícil de contrarrestar (Eseverri, 1999), debido a
que como hábito arraigado a la psicología de una persona y a su conducta como
una costumbre, lo que es difícil de contrarrestar en las personas.
Becoña (2005a) menciona que deben tomarse en cuenta algunos factores
que pueden ocasionar que los adolescentes lleguen a fumar:
Relacionarse con personas que son conflictivas sobre todo fuera de la
escuela.
Beber alcohol puede llevar fácilmente a fumar un cigarro e iniciarse en el
consumo de tabaco.
40
No querer estudiar, no tener metas o aspiraciones es un factor que propicia
la “salida fácil” para los jóvenes como lo puede ser iniciarse en el consumo
de alguna sustancia tóxica como el tabaco.
La presión de los amigos para probar un cigarro.
El gusto o la curiosidad por probar y saber a qué saben ciertas sustancias.
El imitar en diversas ocasiones a hermanos, amigos o personajes ficticios.
Tener síntomas de depresión o baja autoestima.
Ser una persona muy impulsiva lleva a fumar más fácilmente.
En 2008, la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) llevó a cabo un estudio
en el que menciona que la edad promedio de inicio de los adolescentes en el
consumo de tabaco era de 17 años pero ha ido bajando hasta tener la edad
promedio de 13 años (Araujo, 2011) lo que es una problemática preocupante para
el tratamiento contra el tabaquismo.
Se tienen que considerar todos los elementos necesarios y suficientes para
lograr tener una lucha contra el tabaquismo más concreta y que sea más eficiente
con los datos y las herramientas necesarias para lograr obtener resultados
favorables a favor de los adolescentes. Es por ello que es necesaria la
colaboración de las autoridades, el gobierno, la familia y la escuela, en donde
puedan prevenir este problema.
El papel que la escuela desarrolla en la prevención del tabaquismo, es parte
fundamental en la formación y el aprendizaje de un individuo, papel que se puede
aprovechar tratando el problema dentro de esta institución con el fin de prevenir el
consumo de tabaco a temprana edad en los adolescentes.
2.4 Los jóvenes adolescentes ante el tabaquismo
En la actualidad existen varios problemas que llevan a los jóvenes a tener
una vida de fumadores que pronto puede finalizar en enfermedades mortales y sin
cura. Existen factores que podrían propiciar el consumo de tabaco en los jóvenes.
41
Algunos de estos son la familia, la sociedad y la personalidad de cada sujeto
(Araujo, 2011). Estos factores suelen afectar a las personas desde niños y
comienzan así su desarrollo del hábito tabáquico.
En México, el tabaquismo es una droga legal. Cada vez son más las
personas que fuman, éste se ha convertido en una adicción difícil de superar una
vez que se ha empezado a fumar, ya que es complicado salir de ella,
principalmente si se comenzó en la adolescencia.
En cuanto a lo que se ha hecho para prevenir que se vendan y consuman
cigarros, está el que los precios del tabaco han aumentado. Sin embargo, esto
muchas veces no sirve de nada, pues no es limitante para que los jóvenes
obtengan cigarros. Los jóvenes hoy en día fuman más que antes y parece que la
adquisición de cigarros no les es complicado, principalmente si se venden
“sueltos”. Aunque hace ya algunos años se estableció una medida para prohibir
vender cigarros a menores de edad, existe aún la posibilidad de que se vendan
cigarros a personas de cualquier edad, que incluye a los adolescentes. Las
acciones que se llevan a cabo en contra del tabaquismo, por parte del gobierno y
de algunas instituciones, parecen no ser suficientes para que se logre el cometido.
Además, la curiosidad de los adolescentes hacia el tabaco propicia mayor
dificultad en la prevención del tabaco.
Un punto que trata el Convenio contra el Tabaquismo, es el de prohibir toda
publicidad del mismo. Aún cuando esta prohibición pareciera llevarse a cabo
satisfactoriamente, no así la reducción del consumo de tabaco y la cantidad de
fumadores parece no disminuir. Esto puede deberse a la libertad que sienten los
jóvenes y a la necesidad de sentirse acogidos entre los adultos al tratar de
demostrar madurez al consumir cigarros.
A esto conviene mencionar que las instituciones escolares, en muchas
ocasiones, no proporcionan la información suficiente y acertada para prevenir el
consumo de tabaco en los adolescentes y tampoco lo hacen de una manera
continua, es decir, desde las primeras etapas de escolaridad del estudiante hasta
42
su adolescencia y/o adultez. Es por ello que es también necesaria la participación
del ámbito educativo en contra del tabaquismo, en donde también se requiere un
trabajo pedagógico para lograr prevenir, desde temprana edad y con éxito, el
tabaquismo en los jóvenes ya que es una forma de influir de manera positiva en
ellos, pues la escuela es un factor de desarrollo de hábitos y personalidad de los
individuos.
Se necesita hacer saber a los jóvenes de las graves consecuencias que el
cigarro llega a causar. Esto se puede realizar a través de diversas actividades
como planes y programas educativos y lúdicos, donde se den a conocer las
enfermedades que ocasiona el tabaquismo. Cuando una persona comienza a
fumar desde la adolescencia, es más propensa a desarrollar posteriormente
síntomas depresivos, además de las enfermedades que causa el tabaco. Es aquí
donde se requiere proporcionar información y prevenir el tabaquismo desde la
etapa adolescente para evitar que los jóvenes marquen su vida con el consumo
del tabaco.
Uno de los espacios que fue diseñado para proporcionar información y
prevenir el consumo de tabaco se encuentra en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) en Universum, el cual inauguró una sala para promover la
cultura de la salud. En éste se dan explicaciones sencillas y se realizan
actividades prácticas y lúdicas para mostrar que el hombre puede desarrollar un
bienestar físico y de buena salud sin necesidad de consumir sustancias tóxicas
como el cigarro (Juárez, 2011).
Se deben retomar espacios como éstos para evitar el consumo de tabaco,
entre otras drogas, ya que si no se hace a tiempo seguirá creciendo el número de
personas que a más temprana edad prueba un cigarro. Es necesario reaccionar
ante la gran problemática del tabaquismo y ayudar a erradicarlo por medio de
distintos métodos que podrían ser de mucha ayuda para prevenir que futuros
fumadores sean una más de las personas enfermas que formen parte de los
millones que mueren a causa del tabaco en el mundo.
43
CAPÍTULO 3
CÓMO SOLUCIONAR EL PROBLEMA DEL TABAQUISMO
Muchas de las personas que actualmente fuman han intentado dejar el
cigarro alguna vez y se han apoyado en personas que creen les pueden ayudar a
abandonar el hábito del tabaquismo. Sin embargo, muchas de estas personas no
lo han logrado ante el arraigo que este hábito tiene en la sociedad.
Una de las maneras para que el consumo del tabaco disminuya ha sido
establecer leyes y medidas para que los fumadores dejen de consumirlo. Una de
éstas es la Ley General de Salud en la que se mencionan las adicciones como un
problema de salubridad en general y las características que debe contener la
publicidad del tabaco.
Asimismo, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se
hace mención al artículo 4º. En este se destaca el derecho a la salud. Esto ha
implicado iniciar trabajo en las clínicas de salud, las cuales deben proporcionar
información sobre temas como el tabaquismo y su prevención. En cuanto al
trabajo que desarrolla el Consejo Nacional contra las Adicciones, está el de
prevenir problemas de salud pública y evaluación de programas para combatir las
mismas.
Otra de las medidas que se han tomado, ha sido lo propuesto por el
Convenio Marco para el Control del Tabaquismo. Éste menciona que las
instituciones educativas tienen la responsabilidad de proporcionar información
sobre este tipo de problemas para ayudar a prevenirlo desde el ámbito educativo.
Se plantea que los docentes y las autoridades académicas cooperen para llevar a
cabo la acción que conlleve a prevenir el tabaquismo en adolescentes. Para ello
se requiere el trabajo pedagógico que, a través de programas que vayan
encaminados a la solución de este problema basados en estrategias o consejos
que se plantean en algunas instituciones de salud, realicen actividades que
expliquen de manera didáctica a los adolescentes los daños que el tabaco podría
causar a la salud de las personas; asimismo se debe mostrar a los docentes que
este problema ya no es sólo un problema social, sino también escolar. Hoy en día
44
se puede observar que, no obstante las medidas y reglamentos escolares, muchos
de los adolescentes han llegado a probar un cigarro alguna vez dentro de su
escuela. Por ello la necesidad de prevenir el tabaquismo desde ésta y poder llegar
a una solución que implique un trabajo conjunto entre gobierno, sociedad, familia y
escuela.
3.1 El papel del gobierno contra el tabaquismo
El papel que juega el gobierno en contra del tabaquismo es de suma
importancia, tanto para las instituciones educativas como las instituciones de salud
y la familiar ya que, conlleva medidas que permiten prevenir el consumo de
cigarros. Durante las últimas décadas, se han establecido distintas leyes en contra
del consumo de tabaco con el fin de proteger tanto a las personas fumadoras
como a las que no lo son. Se han llevado a cabo distintos programas para
solucionar este problema, sobre todo para evitar que los adolescentes caigan en el
consumo de tabaco. Sin embargo, aún no existe una solución acertada para lograr
prevenir el tabaquismo.
Desde hace ya varios años se ha tratado de controlar desde diferentes
frentes el consumo de cigarros. Sin embargo, aún no se tiene una solución. En el
marco legal de las adicciones, planteado por el gobierno, se han establecido un
conjunto de disposiciones jurídicas y regulaciones administrativas que norman la
producción, comercialización, consumo, así como prevención, tratamiento y
rehabilitación provocadas por el consumo de drogas (es decir, estupefacientes,
sustancias psicotrópicas y productos que los contengan), tabaco y alcohol (Tapia,
2001) . Estas normas que se espera llevar a cabo, se encuentran estipuladas en la
Constitución Política de México en el artículo 4º constitucional. Aquí se reconoce
el derecho a la salud. Esto implica un trabajo para llevar bienestar físico y mental a
sus ciudadanos.
En dicho artículo se establece que toda persona tiene derecho a la
protección de la salud y a recibir atención de las instituciones encargadas de
preservar la misma. Además, se menciona que toda persona tiene derecho a un
ambiente sano, lo que tiene que ver con los derechos de los fumadores pasivos;
45
así como procurar la prolongación y el mejoramiento de la calidad de la vida
humana al proporcionar el conocimiento para el adecuado aprovechamiento de los
servicios de salud (Tapia, 2001).
Asimismo, existen otros documentos que se han establecido
gubernamentalmente a favor de la lucha contra del tabaquismo, como lo es la Ley
General de Salud. Esta Ley se ha establecido de manera permanente. Esta Ley
“considera a las adicciones como un problema de salubridad general y establece
la obligación de la Secretaría de Salud, las Entidades Federativas y el Consejo de
Salubridad General, de coordinarse para la ejecución de los programas contra el
alcoholismo y el uso de bebidas alcohólicas; contra el tabaquismo y la
farmacodependencia” (Tapia, 2001: 46). Asimismo, esta Ley dispone de
estrategias que podrían llevarse a cabo en programas preventivos. Dentro de ésta,
se alude al trabajo que se puede hacer desde las instituciones educativas para la
prevención del consumo de sustancias tóxicas como lo es el tabaco y sugiere
realizar actividades que alejen a niños y adolescentes del consumo de éste. Estas
actividades varían entre el deporte, las actividades lúdicas y visitas a instituciones
recreativas, entre otras.
De acuerdo con dicha Ley, la publicidad del tabaco debe estar controlada.
Uno de los estándares que se menciona indica que “la publicidad de bebidas
alcohólicas y tabaco deberá limitarse a dar información sobre las características,
calidad y técnicas de elaboración de estos productos; prohíbe asociar su consumo
con ideas o imágenes de éxito en la vida afectiva, sexualidad de las personas o
exaltación de prestigio social; así como con actividades recreativas, deportivas,
cívicas o religiosas” (Tapia, 2001: 47). En la actualidad se prohibe mostrar
publicidad sobre tabaco en los medios de comunicación.
En la última década, se ha optado por publicar leyendas en las cajetillas de
cigarro en las cuales se advierte sobre el daño y los riesgos de consumirlo. En
México, a partir de 1974, se implantó la leyenda “este producto puede ser nocivo
para la salud” en los envases y paquetes; las reformas a la Ley General de Salud
en 1987 modificaron la leyenda por una que decía “este producto es nocivo para la
46
salud”. Asimismo, se incluyeron leyendas en las cuales se explica a mujeres en
estado de gestación y a personas cardíacas o con enfermedades respiratorias los
daños que puede causar a su salud el tabaco. A partir de las reformas de 1991 y
1997, se incorporan las siguientes advertencias (Tapia, 2001: 48):
Dejar de fumar reduce importantes riesgos en la salud.
Fumar es causa de cáncer y enfisema pulmonar.
Fumar durante el embarazo, aumenta el riesgo de parto prematuro y de
bajo peso en el recién nacido.
Estas leyendas anteriormente se escribían en letras pequeñas. Con las
reformas que se han ido haciendo a favor de la prevención del tabaquismo, dichas
leyendas se han hecho más visibles al público para advertir a las personas que
consumen estos productos el daño que causa a su salud el fumar tabaco.
Como otra forma de publicidad en contra del tabaquismo, se da a conocer
el contenido de alquitrán y de nicotina por unidad de producto que el fumador
consume. Esto con el fin de que éste esté consciente de lo que consume. La
Norma Oficial Mexicana también contribuye en esta área al estipular y controlar
todo lo anterior (Tapia, 2001).
A la nicotina tabacum y sus sucedáneos, también se le han establecido
características sanitarias sobre su uso para la fabricación de los cigarros (Tapia,
2001). Se mencionan cuáles deben ser los plaguicidas que son aceptados para
llevar a cabo la siembra y cultivo de esta planta con el objetivo de prevenir que al
ser utilizada para la fabricación de los cigarros no sean aún más dañinos sus
componentes. Estas medidas acerca del control sanitario, en la fabricación de
cigarros, se encuentran establecidas en la Ley Federal sobre Metrología y
Normalización para la elaboración de las normas oficiales mexicanas en materia
de salubridad general (Tapia, 2001: 49).
47
Con lo anterior y el aumento de los precios a las cajetillas de cigarros, se
espera que el consumo de tabaco disminuya. Esto ha sido otra de las medidas a
tomar para favorecer la prevención del tabaquismo en los adolescentes.
Asimismo, la Ley General para el Control del Tabaco menciona la
importancia de proteger la salud de las personas fumadoras y no fumadoras
mediante el control sanitario del tabaco. Dicha Ley se encuentra basada y
apoyada por la Ley General de Salud con el fin de que la orientación, educación,
prevención, producción, distribución, comercialización, importación, consumo,
publicidad, promoción, patrocinio, muestreo, verificación y en su caso la aplicación
de medidas de seguridad y sanciones relativas a los productos del tabaco, sean
reguladas bajo los términos establecidos.
Algunas de las medidas anteriormente mencionadas son apoyadas por el
Consejo Nacional contra las Adicciones, el cual, al crearse se determinó que tiene
por objeto “promover y apoyar las acciones de los sectores público, social y
privado tendientes a la prevención y combate de los problemas de salud pública
causados por las adicciones, así como proponer y evaluar los programas
nacionales contra el alcoholismo y abuso de bebidas alcohólicas, el tabaquismo y
la farmacodependencia” (Tapia, 2001: 46).
El Consejo Nacional contra las Adicciones cuenta también con la
participación de las Secretarías de Gobernación, Comercio y Fomento Industrial:
la de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural; la de Educación Pública y del
Trabajo y Prevención Social, coordinados por la Secretaría de Salud. Además de
la Procuradoría General de la República; el Instituto Mexicano del Seguro Social;
el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado; el
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia; el Instituto Mexicano de
Psiquiatría; el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y la Secretaría del
Consejo de Salubridad General (Tapia, 2001). Todas ellas están encaminadas a
combatir problemas de salud como el tabaquismo.
48
Como se sabe, la OMS es una de las instituciones a nivel mundial que
también se encarga de la prevención en contra del tabaquismo. Esta tiene por
objeto mantener la salud de las personas a través de las instituciones encargadas
de esto. Entre las últimas medidas que ha tomado está la aprobación del Convenio
Marco para el Control del Tabaquismo, el cual entró en vigor a partir del año 2005
(Becoña, 2005a). Este tiene por objeto permitir el control del tabaquismo en todos
los países del mundo de un modo efectivo. Este fue un acuerdo al que todos los
países llegaron después de observar el problema del tabaquismo a nivel mundial.
Entre las principales medidas que propone dicho Convenio (Becoña 2005a: 44) se
encuentran las siguientes:
Incrementar los impuestos de los productos del tabaco.
Incluir advertencias claras sobre la incidencia del tabaco en la salud en los
paquetes en los cigarros. Deben ocupar al menos el 30% de la cajetilla.
Prohibir toda publicidad de tabaco, promoción del mismo o de otros
productos con la marca de tabaco.
Incrementar la información, educación y concenciación de la población
sobre las consecuencias del tabaco en la salud.
Favorecer la protección contra la exposición pasiva al humo del tabaco.
Prohibir la venta de tabaco a menores.
Potenciar los programas preventivos para que los jóvenes no fumen.
Facilitar los tratamientos para que los que hoy fuman dejen de fumar.
Eliminar el comercio ilícito de tabaco, como el que se hace a través de
contrabando u otros procedimientos fraudulentos.
Estas son algunas de las medidas que este Convenio propone para evitar
que el tabaquismo siga avanzando principalmente en los adolescentes. Aunque
49
aún queda mucho trabajo por hacer, es un buen comienzo que muchos de los
países tomen en cuenta estas medidas.
Un aspecto importante que se reglamentó en México a partir del año de
1990, es el referido a los derechos del fumador pasivo o involuntario. En cuanto a
esto, la OMS afirma que “el tabaquismo pasivo, impuesto o involuntario, viola el
derecho a la salud de los no fumadores, que deben protegerse contra toda forma
perniciosa de contaminación ambiental; por lo que insta a los Estados miembros
para que pongan en práctica medidas para garantizar ese derecho” (Tapia, 2001:
49). Una de estas medidas es prohibir a las personas fumadoras consumir
cigarros dentro de espacios cerrados, lo cual ha mejorado la situación del fumador
pasivo. Junto con estas medidas que se establecen a nivel social, se ha prohibido
que se fume dentro de las escuelas (Becoña, 2005a); sin embargo, muchos de los
maestros fuman fuera de las mismas y/o en tiempos libres, lo que los jóvenes
pueden interpretar como ejemplos a seguir.
Otra de las medidas tomadas en cuenta para el control de tabaco es el
establecimiento de reglamentos tales como el Reglamento para la Protección de
los No Fumadores en el Distrito Federal, en el cual se basa la actual medida sobre
la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados. También está el “Convenio
de concertación de acciones que celebran el Ejecutivo Federal a través de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de la Secretaría de Salud con
diversas líneas aéreas para prohibir fumar en viajes aéreos nacionales con
duración máxima de noventa minutos. Firmado el 24 de abril de 1996” (Tapia,
2001: 55).
Estos organismos tienen el propósito de mejorar la calidad de salud de la
población en general, así como de apoyarse unos a otros. Sin embargo, aunque
se tenga un determinado control sobre los productos nocivos que ocasiona el
tabaco, no se llega a cubrir por completo el área necesaria de cuidado. Por ello, “la
prevención de las adicciones debe plantearse la erradicación de éstas como un
ideal, a sabiendas de que si esta meta no es alcanzable, es posible acercarnos a
ella lo suficiente como para asegurar el control sanitario de esta patología que
50
afecta al mundo entero” (Fernández, 1997: 162). Debido a todo lo anterior, se
establecieron las leyes mencionadas, ya que a través de ellas se pretende llegar a
una prevención sobre todo a favor de los adolescentes que son los más propensos
a caer en esta problemática.
3.2 Acciones de la escuela para prevenir el tabaquismo. Una solución
desde lo educativo
Quizá el trabajo más importante que se pueda llevar a cabo en contra del
tabaquismo es el que realizan las instituciones escolares, las cuales son un apoyo
para el gobierno y la familia en contra de este problema. La escuela tiene un papel
relevante dentro de la vida de una persona y se debe reconocer el papel central
que juega, ella tiene el objetivo de desarrollar en los individuos las capacidades
necesarias para enfrentar los problemas que se le presenten en el quehacer
cotidiano y así resolverlos lo mejor posible, lo que puede ser una manera efectiva
de prevenir el tabaquismo en los jóvenes. Para ello, “se requiere poner el acento
en la prevención del consumo… resaltando la importancia de la educación, la
investigación, la cultura y la atención oportuna a quienes, en forma inicial,
experimentan con esas sustancias” (UNAM, 2011).
En cuanto a la prevención, Vega (1983) menciona que hoy en día prevenir
tiene mucho que ver con el trabajo en las aulas, al crear sistemas de apoyo
intrainstitucionales. Es en las instituciones escolares en las que podría abordarse
este problema a partir de un marco de educación para la salud. Dicha educación
“es una herramienta que sirve para adquirir valores, actitudes, destrezas y
conocimientos encaminada a la promocion de la salud. (…) La promoción de la
salud (según la carta de Otawa, 1986) se define como el proceso mediante el cual
los individuos y las comunidades están en condiciones de ejercer un mayor control
sobre los determinantes de la salud y, de ese modo, mejorar su estado de salud”
(Moradillo, 2001: 49).
La escuela debe estar integrada a la comunidad, más que en cualquier otro
momento, cuando se trata de prevención con la intención de que forme parte de
un modelo preventivo que ayude de una manera concreta y directa a los jóvenes
51
adolescentes. Yaría (2005: 113) nos habla de un centro preventivo escolar en
cuanto que “es en principio un modelo de formación, de prevención y de proyectos
preventivos como tal, es una gestión de cambios en la comunidad y en las
personas”, es decir, este centro buscará la protección de la comunidad y tratará de
que este problema disminuya.
El centro preventivo escolar deberá contar con ciertas características para
llevar a cabo la prevención del tabaquismo, las cuales irán desde la inspección de
las autoridades hasta el diseño del currículum. Deberá existir un proyecto
curricular exclusivamente dirigido a la prevención, así como también incluirá otros
núcleos de capacitación como lo son la familia, la sociedad y el contexto, entre
otros; y será un servicio de apoyo tanto para padres y adolescentes como para la
comunidad en general (Yaría, 2005). Éste deberá estar planeado con el objetivo
de prevenir el consumo de tabaco en los jóvenes, el cual tendrá que estar
compuesto por actividades que promuevan el conocimiento sobre lo dañino de los
cigarros. Esto es un trabajo educativo y que debe dirigirse pedagógicamente.
Cada una de las tareas que la institución escolar requiera llevar a cabo, en
el caso de la prevención, deberán estar enfocadas a lo que sucede dentro de la
vida escolar del adolescente, su formación y desempeño académico, su
interacción con otros compañeros y con sus maestros, así como sus aspiraciones,
metas y logros obtenidos. Esto con el fin de determinar si podría ser vulnerable al
consumo del tabaco y determinar qué se puede hacer para prevenir. Es por ello
que una de las vías por las que se puede atacar a este problema es por medio de
programas establecidos, tanto dentro como fuera de escuela.
Es importante enfatizar en el apoyo familiar que cada adolescente necesita.
El acercamiento que los padres pueden tener con sus hijos y la confianza que
estos desarrollen hacia sus padres, es un gran determinante a incidir o no en el
uso de drogas como el tabaco. Los padres son una influencia que determinará en
gran medida si los adolescentes deciden adentrarse a este mundo. Asimismo, las
familias modernas requieren de una escuela en la que los docentes estén
comprometidos con el bienestar tanto físico como mental de sus alumnos. Ahora
52
más que nunca, las necesidades de la sociedad han cambiado, por lo que se
requiere de planes que se acoplen a sus necesidades.
Además de tomar en cuenta a la familia, dentro de un programa preventivo,
se debe enfatizar no sólo en el currículum explícito, sino también en el implícito u
oculto, que podría ser de utilidad ya que en éste se expresan normas, valores,
actitudes, organización y funcionamiento del clima entre docentes y alumnos
(Eseverri, 1999), lo que puede formar parte de la prevención del tabaquismo.
Según la Oficina Regional Europea de la OMS, la Comisión de la Unión Europea y
el Consejo de Europa se acordó que una escuela promotora de salud es aquella
que responde a los siguientes objetivos (Eseverri, 1999: 50):
Favorecer modos de vida sanos y ofrecer al alumnado y al profesor
opciones, a la vez realistas y atractivas, en materia de salud.
Definir objetivos claros de Promoción de la Salud y de seguridad para el
conjunto de la comunidad escolar.
Ofrecer un marco de trabajo y de estudio dirigido a la Promoción de la
Salud, donde se tengan en cuenta: las condiciones del edificio escolar, las
instalaciones deportivas, los comedores escolares y los aspectos de
seguridad de los accesos.
Desarrollar el sentido de responsabilidad individual, familiar y social en
relación con la salud.
Posibilitar el pleno desarrollo físico, psíquico y social, y la adquisición de
una imagen positiva de uno mismo en todo el alumnado.
Favorecer buenas relaciones entre todos los miembros de la comunidad
educativa y de ésta con su entorno.
Integrar la Educación para la Salud en el proyecto curricular de forma
coreherente, utilizando metodologías que fomenten la participación del
alumnado en el proceso educativo.
53
Proporcionar a los alumnos y las alumnas conocimientos y habilidades
indispensables para adoptar decisiones responsables en cuanto a su
salud personal y que contribuyan al desarrollo de la salud y seguridad de
su entorno.
Identificar y utilizar los recursos existentes en la colectividad para el
desarrollo de acciones a favor de la Promoción de la Salud.
Conocer los servicios de salud de la comunidad para hacer de ellos un
recurso educativo que ayude a las personas a utilizar adecuadamente el
sistema sanitario.
Las características de esta escuela integradora y promotora de salud debe
considerar no sólo la educación que se encuentra impuesta en los planes y
programas o en el currículum, sino tener una preocupación por los alumnos así
como por los docentes de la institución, las familias y la comunidad implícitos en la
prevención (Eseverri, 1999).
La escuela como formadora integral del individuo, debería entonces aplicar
una estrategia globalizante que trate de llegar a la mayor población posible, en la
que no sólo se pretenda abarcar la parte académica del sujeto, sino también la
parte personal, social, familiar y de salud, entre otras (Vega, 1993). “Hoy la
escuela necesita transformarse en un factor de inmunización frente a los diversos
problemas en el desarrollo infantil. Aquí adquiere relevancia como factor de
protección emocional el papel del docente, del grupo de compañeros escolares y
de toda la comunidad educativa” (Yaría, 2005: 85).
Otro papel central, dentro de las instituciones escolares, lo ocupa el
docente, ya que es de quien los estudiantes obtienen enseñanzas. De acuerdo
con la manera en que los docentes enseñen a los alumnos, estos desarrollarán las
habilidades y herramientas necesarias para su formación. “La escuela y los
adultos orientadores (…) son elementos del contexto humano que fomentan
relaciones significativas y que, al funcionar como modelos de aprendizaje, llevan
hacia un desarrollo sano del niño” (Yaría, 2005: 87).
54
Es necesario reconocer que la escuela en ningún momento puede
prescindir de la familia, ya que “constituye el primer recurso a tener en cuenta en
los programas educativos por la importancia de su colaboración en cualquier
programa (preventivo o terapéutico)” (Vega, 1993: 136). Debe tomarse en cuenta
a la familia como primera socializadora y educadora de los individuos y que junto
con la escuela y los docentes proporciona enseñanzas y aprendizajes, mismos
que posteriormente los jóvenes reflejarán. No es suficiente sólo el transmitir la
información teórica a los adolescentes para que puedan saber los daños que el
consumir tabaco acarrearía a sus vidas, es importante también resaltar que el
llevar a cabo actividades mediante ejemplos lúdicos, creativos y reflexivos, es una
de las formas en que se puede mostrar al adolescente cómo prevenir este
problema.
Los programas de prevención deben contar, además, con objetivos a
desarrollar en las personas como lo son las habilidades, las cuales tienen que ver
tanto con su personalidad como con las relaciones sociales que vaya creando y el
apoyo familiar con el que cuente. Relacionar sus acciones con las actividades que
lleva a cabo y el cómo se sientan, es un factor determinante para asumir o no el
consumo de tabaco. Esto podría hacer la diferencia entre decidir consumir tabaco
o sólo probarlo para los jóvenes.
Escámez (1990: 166) propone, de acuerdo con las teorías conductiva y
cognitiva, que se pueden usar distintos modelos de actuación ante la prevención,
sin embargo sólo menciona dos. El primero es el Health Believe Model (HBM) que
está basado en las creencias y resalta cuatro categorías principales.
Peligro percibido: el sujeto cree o no cree que determinado comportamiento
comporta un riesgo serio para su propia salud.
Susceptibilidad percibida: existe una gran diferencia entre las estimaciones
estadísticas y lo que el sujeto percibe como su propia probabilidad de ser
afectado por determinada enfermedad o accidente.
55
Beneficios percibidos: el sujeto puede adoptar un comportamiento saludable
si cree que las ventajas obtenidas van a ser importantes, objetivas,
valorables.
Dificultades percibidas: el sujeto le da más importancia a las dificultades
para desarrollar un comportamiento saludable, al racionalizar su actitud.
Lo anterior puede contribuir a la elaboración de programas o planes para la
prevención del tabaquismo, de manera que se conjunten los factores familiares y
sociales al trabajo escolar en la prevención de este problema. Un ejemplo de ello
podría ser mostrar a los jóvenes que existe peligro para la salud y hacerle ver por
medio de información teórica y casos reales el daño que causa fumar. Así como
también será necesario mostrarle que él puede evitar ser una de las personas con
cáncer.
Posteriormente, convendría mostrar a través de imágenes o exposiciones
las consecuencias de las enfermedades que se contraen por fumar, así como
también explicar los beneficios que se tendrían si se elige no fumar. Por último, se
podrían realizar algunos talleres lúdicos en torno a la prevención del consumo de
tabaco, elaborar actividades como experimentos en que se muestre los efectos
que el cigarro tiene en el cuerpo.
El segundo modelo que menciona este autor es el llamado PRECEDE
(Predisposing, Reinforcing, Enabling Cauces for Educational Diagnosis and
Evaluation). “Se refiere a los factores que predisponen, que refuerzan, que facilitan
el desarrollo del programa (…) insiste sobre la fase previa de estudio de las
necesidades (...) para alcanzar toda la problemática de los servicios de salud y de
los cambios sociales” (Escámez, 1990: 167).
El contexto social en que el joven se desarrolla es otra determinante en el
consumo de tabaco. Por ello, Vega (1993) propone que debe existir al mismo
tiempo una relación más estrecha entre la sociedad y la educación. Debe existir
una intervención social que desde el ámbito educativo sea tomada en cuenta para
56
la prevención de este tipo de problemas en los adolescentes, lo que conllevaría un
trabajo de escuela, sociedad y familia.
Cualquiera de las teorías en que se base la prevención del tabaquismo a
realizar, debe tener en cuenta todo el contexto en que se va a desarrollar y tratar
de resolver el problema (Vega, 1993). Es por ello que es necesario tomar en
cuenta cada uno de estos factores. Hoy en día es necesario resaltar que ya no
sólo son los problemas orgánicos sino también los mentales e interpersonales
causados por el tabaquismo (Vega, 1993). Por ello se propone una intervención
dividida en tres fases de apoyo, en las que podría intervenir la escuela que son,
prevención: primaria, secundaria y terciaria (Vega, 1993: 72):
Prevención primaria: Educación preventiva (Vega, 1993: 72). Intenta evitar
la aparición del proceso o del problema. Intenta anticiparse a la formación de
estructuras tanto en el individuo como en la comunidad-sociedad favorecedoras de
la inadaptación. Como objetivos de la prevención primaria están:
Mantener el no consumo entre la población en general.
Prevenir el inicio en el consumo de las diferentes drogas.
Crear conciencia sobre la necesidad de prevenir las dependencias.
Prevención secundaria: Atención en situación de riesgo (Vega, 1993: 74).
Se intenta, ante todo, la detección precoz del problema de la inadaptación y del
consumo de drogas, para ofrecer respuestas adecuadas a las necesidades
específicas de los individuos implicados: sujetos en dificultad escolar, con
problemas familiares o de compañeros, perturbaciones psíquicas, fracasos
profesionales, etc. Como actividades centrales se pueden señalar:
Detección precoz del consumo o del riesgo de consumir drogas.
Intervención en momentos de crisis.
Atención educativa a grupos de alto riesgo.
57
Orientación, y otros.
Como objetivos de tipo general, se pueden señalar (Vega, 1993: 77):
Modificar el consumo de las drogas (naturaleza, tipo, circunstancias y
otros).
Cambiar aquellas conductas que puedan llevar al consumo.
Prevención terciaria: Educación terapéutica (Vega, 1993: 77). En ésta, el
énfasis está puesto sobre el individuo como ser humano. La prevención terciaria
pretende superar, detener o retardar la evolución de un trastorno, proceso o
problema, así como sus consecuencias. “La educación terapéutica se traducirá en
ese conjunto de recursos pedagógicos puestos a disposición de los individuos con
problemas (…) con el fin de promover un cambio positivo ante el consumo. Dentro
de esta óptica se pueden recordar los siguientes objetivos a conseguir (Vega,
1993: 77):
Modificar las conductas de consumo de drogas y/o conductas afines.
Minimizar los daños producidos por el consumo.
Reconstruir la personalidad del individuo y preparar su inserción dentro de
la sociedad.
Permitir al individuo comprender que el fenómeno de la salud recoje unas
leyes de crecimiento y desarrollo, de equilibrio, y que está hecho de
interrelaciones.
Guiar al individuo en la adquisición de los comportamientos consecuentes a
estos conocimientos y actitudes.
La educación terapéutica incluye el tratamiento, la reeducación, la terapia,
la rehabilitación psicológica y la reinserción laboral y social (Vega, 1993).
58
Dentro de la prevención primaria, el papel de la escuela puede ser el de
proporcionar la información necesaria sobre el consumo de tabaco, lo que puede
hacerse por medio de actividades recreativas o salidas educativas y culturales.
En la prevención secundaria, la escuela puede intervenir por medio de
ayuda profesional, es decir, clínica o terapéutica en la que se complemente con la
educación y aprendizajes que los jóvenes reciban dentro de la escuela. Asimismo,
se pueden proporcionar herramientas, desde el ámbito familiar, como platicar
abiertamente con los adolescentes y proporcionarles confianza en sí mismos y
apoyo para modificar las conductas en contra del tabaquismo..
En la prevención terciaria, la escuela, por medio de sus enseñanzas, podría
intervenir para atraer a los adolescentes a reducir el consumo de tabaco. Se
pueden proporcionar igualmente actividades físicas, deportivas y/o intelectuales,
para crear hábitos en este sentido y así evitar que caigan en el tabaquismo.
La prevención del tabaquismo, entre otras, es una tarea pendiente debido a
la importancia que ha cobrado en últimos tiempos y se requiere llevar a cabo
intervenciones que ayuden a resolver este problema mundial de una manera
educativa y pedagógica, sin dejar de lado lo político, lo familiar y lo social.
3.3 El trabajo de los pedagogos ante el tabaquismo
Actualmente, es necesario que se retomen problemas sociales y de salud,
como lo es el tabaquismo desde una perspectiva pedagógica y educativa. Es
importante que exista un trabajo de equipo entre el gobierno, la sociedad, la
familia, los docentes y la escuela en general para desarrollar una prevención que
contemple todos los medios alrededor de la persona afectada. Es aquí donde la
tarea del pedagogo comienza, ya que él puede ser el encargado de diseñar las
estrategias y los planes que sirvan de apoyo al docente. El papel de éste es
fundamental ante tal labor, pues es quien se desenvuelve frente a los jóvenes
dentro de las aulas. “Hasta ahora, el docente ha sido el símbolo del educador en el
pleno sentido de la palabra. La familia y la sociedad en general le han confiado la
responsabilidad de <<preparar al niño para la vida>>, de <<hacer hombres para el
59
día de mañana>>. Resulta por esto imprescindible contar con su colaboración a la
hora de informar y prevenir en el campo de las drogas” (Vega, 1983: 157). Al
docente le corresponde trabajar unido al pedagogo, quien le proporcionará las
estrategias necesarias basadas en programas clínicos que haya revisado en
cuanto a la prevención del tabaquismo y en los que tenga un sustento para
realizar dicha acción.
El problema de las drogas, sobre todo las legales como lo es el tabaco, ha
venido a ser un tema olvidado dentro de los planteamientos educativos cuando en
la actualidad es uno de los más sobresalientes y en los que es necesario
enfocarse desde la escuela (Vega, 1983). Una educación y/o prevención sobre las
drogas como el tabaco, que pretenda ser eficaz, primero requiere una reforma
total de la escuela actual (Vega, 1983) que, si bien es cierto, ha tenido avances a
través del tiempo, también es cierto que necesita tomar en cuenta aspectos como
el de la salud a manera de prevención.
Se cree que la escuela no debe ocuparse de estos problemas, sin embargo
es de suma importancia que sí lo haga debido al papel de formadora de hábitos y
educadora que tiene ante la sociedad. La realidad es que las drogas están
cercanas a los jóvenes y hay quienes ya son dependientes de alguna de ellas y
con más facilidad del tabaco (Vega, 1983). Es por ello que se requiere que la
escuela tome parte en la prevención de tabaquismo. Sin embargo, algunos
docentes aún creen que la función en la prevención de drogas y en específico del
tabaquismo, no les corresponde a ellos y que el trabajo queda sólo a cargo de las
instituciones de salud (Escámez, 1990). En este sentido, el pedagogo se enfrenta
a un gran reto. Es importante que él haga comprender a los docentes que el
problema del tabaquismo es serio y que desde la escuela se debe llevar a cabo
una formación que contribuya a solucionar el problema del tabaquismo.
Es por ello que es trabajo del pedagogo llevar a cabo una capacitación
complementaria de los docentes para enfrentar este problema y que comprendan
que el tabaquismo puede ser tratado de manera significativa desde dentro de las
aulas, así como también puede haber una prevención a través de su función de
60
educadores referida a la formación integral de los alumnos. En este sentido, es
vital la función del pedagogo hoy en día pues, con base en sus conocimientos,
puede desarrollar programas preventivos a través de los cuales se logre evitar o
disminuir el consumo del tabaco.
Una manera de hacerlo es diseñar un taller en el que se explique
detalladamente el daño que causa el tabaco a la salud de las personas y las
consecuencias que podría haber posteriormente. Educar a los jóvenes en cuestión
de valores es una herramienta imprescindible para evitar que entren en el
consumo de tabaco.
3.4 ¿Es posible dejar de fumar? Cómo hacerlo
El hábito de fumar conlleva consecuencias graves para el fumador, el cual
muchas veces no cuenta con la información suficiente que le haga saber los daños
que causa el tabaco. Sin embargo, muchas personas que han conocido los
efectos que el tabaco trae a su vida, han decidido dejar de fumar mediante alguno
de los métodos que existen.
Algunas de las personas que quieren dejar de fumar acuden a las clínicas a
preguntar sobre las opciones que tienen para dejar el consumo. Otras acuden
cuando padecen síntomas relacionados con alguna enfermedad grave a causa del
tabaco y buscan tratamiento para dichos síntomas aunque la mayoría de las veces
la enfermedad ya está avanzada y es difícil curarla, por lo que sólo queda
controlarla. Con base en esto y de acuerdo con la Encuesta Nacional de
Adicciones, el 42.3% de los adolescentes han hecho intentos por dejar de fumar.
El método más popular para hacerlo es suspender súbitamente el consumo del
tabaco. Este ha sido utilizado por el 49.9% de los adolescentes (ISSSTE, 2010).
Otra alternativa para dejar de fumar es dejar de comprar cigarros. Esto ha sido
utilizado por un 19.4% de los adolescentes. En cuanto al uso de tratamientos, se
encuentra únicamente el 0.6% de los adolescentes (ISSSTE, 2010).
El proceso para dejar de fumar está ligado al proceso de hacerse fumador,
ya que así como el fumador ha tenido factores que lo han influenciado para
61
consumir tabaco, estos mismos también pueden propiciar ayuda en el abandono
del hábito. Este proceso de dejar de fumar tiene ciertas etapas. Estas son: inicio
del consumo, precontemplación, contemplación, preparación, acción,
mantenimiento y recaída (ISSSTE, 2010). A continuación se describen estas:
Inicio del consumo, es el momento a partir del cual el fumador prueba por
primera vez un cigarro (ISSSTE, 2010: 10).
Precontemplación: se refiere a la etapa en que se encuentra el fumador en
la que no tiene la intención de dejar de fumar en un futuro próximo (ISSSTE,
2010: 10).
Contemplación: ésta es la etapa en la que el fumador está consciente de los
puntos a favor y en contra del consumo de drogas (alcohol, tabaco y otras). La
necesidad de cambiar puede estar presente, pero no se cuenta con un plan para
cambiar, o incluso la persona puede no estar preparada para el cambio (ISSSTE,
2010: 11).
Preparación: cuando las personas están en esta etapa, es común que
hayan logrado pequeños avances en cuanto a su consumo de tabaco, tales como
fumar menos cigarros al día o fumar menos días de la semana. A pesar de estas
mejoras, el paciente todavía no logra acciones efectivas para suspender el
consumo, por lo que requiere apoyo para lograr dejar el hábito. En esta etapa, la
persona “toma la decisión” de cambiar (ISSSTE, 2010: 11).
Acción: es cuando la persona modifica su comportamiento y los elementos
de su vida que giran en torno a la conducta de fumar. En esta etapa se observan
modificaciones importantes en cuanto al consumo de tabaco, puede disminuir el
número de cigarros o la frecuencia con la que fuma (ISSSTE, 2010: 11).
Mantenimiento: es aquí cuando los pacientes trabajan en consolidar los
logros obtenidos para modificar el consumo y es el momento adecuado para
desarrollar estrategias y prevenir las recaídas. Se considera que los pacientes se
encuentran en “mantenimiento” seis meses después de haber logrado la
62
abstinencia. Durante esta etapa, el paciente es capaz de mantenerse alejado del
comportamiento adictivo y puede comprometerse en sostener esta conducta por
más tiempo (ISSSTE, 2010: 12).
Recaída: Algunos de los fumadores volverán a fumar a pesar de los
esfuerzos que se hayan hecho para suspender el consumo de tabaco. La mayor
parte de las personas que recaen volverán a intentar dejar de fumar. Es muy
importante hacer la diferencia entre la recaída (que se refiere a regresar a
consumir el mismo número de cigarrillos al día o más) y la caída (que se refiere a
consumos mínimos como uno o dos cigarrillos al día o algunas fumadas)
(ISSSTE, 2010: 12).
En cuanto la recaída sucede, el fumador puede volver a la etapa de la
acción o a la etapa del mantenimiento y volver a tratar de dejar de fumar (ISSSTE,
2010). Por ello es importante hacerle saber al fumador que recaer no significa que
ha fracasado sino que, fue simplemente un tropiezo en el que no está solo para
tratar de mejorar su calidad de vida y la clínica o el lugar al que asista a pedir
ayuda para dejar el cigarro debe proporcionarle otras opciones como herramientas
para dejar el hábito del tabaco. Eseverri (1999: 197) menciona algunas estrategias
que podrían llevarse a cabo para la desabituación tabáquica las cuales son las
siguientes:
Convencimiento: mediante la comprensión de ventajas que supondría dejar
de fumar.
Conocer: el malestar que produce el dejar de fumar (abstinencia), así como
los beneficios que se pueden obtener.
Ofrecer: medios y métodos para aliviar el malestar.
Establecer: un sistema con base en esquemas para que el fumador deje el
cigarro, que podrían ser dejarlo bruscamente aunque hay una probabilidad alta de
63
que recaiga, o disminuir el consumo de cigarros hasta que lo deje totalmente en
una fecha establecida.
Otro tipo de ayuda para el fumador que quiere dejar de hacerlo, son las
unidades de tabaquismo, las cuales atienden de forma personalizada, dan apoyo,
tratamiento y seguimiento a quienes quieran dejar de fumar. Estas unidades
pueden proporcionar parches o chicles de nicotina, los cuales tienen como función
controlar la administración de nicotina en el fumador hasta que sea capaz de dejar
el cigarro (Eseverri, 1999). Sin embargo, no siempre tiene un efecto permanente.
Otro método para dejar de fumar, el cual se ha dado a conocer en los
últimos años, es el cigarro electrónico, aunque se utiliza también por personas que
no quieren dejar de fumar. El aparato por sí mismo, únicamente vaporiza la
sustancia contenida en los cartuchos provocando la expulsión de vapor que imita
al humo en el cigarrillo tradicional para conseguir así un efecto similar, además no
provoca malestar en las personas que están alrededor. Sin embargo, no se sabe
aún si en verdad es un método eficiente para dejar el hábito del tabaco y si es
dañino para la salud.
Tapia (2001) menciona otro tipo de métodos orientados a corrientes
psicológicas los cuales son los conductuales. Estas son las técnicas aversivas
como choques eléctricos, sobresaciedad y la terapia compensatoria. Otros
métodos de tratamiento pueden ser la hipnosis o la acupuntura y los métodos de
tratamiento farmacológico para la adicción a la nicotina. A continuación se
describen cada uno de ellos.
Métodos conductuales: se han utilizado por mucho tiempo, incluso fumar se
veía como una conducta aprendida y se llegó a pensar que era un comportamiento
altamente sobreaprendido. Estos métodos normalmente se enseñan a través de
instrucciones verbales, la remodelación de comportamientos deseados,
realimentación en relación con la calidad de la actuación y la enseñanza de
habilidades de apoyo (Tapia, 2001: 114-115).
64
Técnicas aversivas: se basan en métodos más fuertes o aversivos como:
a) Choques eléctricos: la base racional para su uso se fundamentó en un
condicionamiento aversivo; se asumía que el asociar el choque eléctrico
con el acto de fumar condiciona que éste último sea aversivo. Aunque su
uso podría ser contraproducente ya que ocasiona ansiedad y podría
aumentar el deseo de fumar (Tapia, 2001: 115).
b) Sobresaciedad: con este método los fumadores aumentan el consumo de
tabaco drásticamente antes de intentar la abstinencia. Aunque al probar
esta técnica, los resultados fueron prometedores, por desgracia
posteriormente los resultados eran desalentadores (Tapia, 2001: 115).
c) Terapia multicompensatoria al fumar rápidamente: esta técnica utiliza al
cigarro como su único agente aversivo. Se instruye a los fumadores a
acelerar la frecuencia con la que lo utilizan. Inhalan el humo cada seis
segundos durante todo el tiempo que puedan tolerarlo. Sin embargo, los
resultados a largo plazo podrían ser mejores si se combina con técnicas
no aversivas y estrategias cognitivo-conductuales (Tapia, 2001: 115) las
cuales vendrían a ser un complemento entre la educación y las conductas
que los adolescentes pueden desarrollar objetiva y satisfactoriamente si se
basan en la ayuda que la escuela puede proporcionar en la prevención del
tabaquismo.
Otros métodos de tratamiento:
a) Hipnosis: se aplica con el propósito de incrementar la motivación del
fumador para abandonar el hábito. Las sugerencias poshipnóticas ponen
énfasis tanto en los aspectos negativos del fumar como en las técnicas
para resolver problemas. Por desgracia, la mayor parte de los reportes no
dan una adecuada descripción de los procedimientos de tratamiento, ni
65
incluyen seguimiento a largo plazo. Sin embargo, la hipnosis por sí sola ha
demostrado ser un método efectivo de tratamiento para la dependencia a
la nicotina (Tapia, 2001: 115-116).
b) Acupuntura: “se basa en la estimulación de determinados puntos
corporales, con la que se conseguiría la reducción de la ansiedad”
(Eseverri, 1999: 198). En la mayor parte de los informes que se tienen
sobre esta técnica, es posible apreciar que no se utilizan evaluaciones de
control, por tanto no existen fundamentos científicos que evidencien su
eficacia, tanto para tratar el síndrome de abstinencia como para ayudar a
dejar de fumar (Tapia, 2001: 116).
Entre los métodos de tratamiento farmacológico, está la adicción a la
nicotina. Esta se refiere a la acción de causar con medicamentos el efecto que la
nicotina produce al fumador. Sin embargo, induce a la tolerancia y podría ser que
existiera una recaída posterior al dejar de fumar por medio de este método. Los
síntomas de abstinencia pueden llegar a afectar seriamente al fumador y podrían
provocar que vuelva al hábito (Tapia, 2001: 116).
El fumador debe tomar en cuenta que si deja de fumar tendrá efectos
positivos en su vida. Una forma de convencerlo podría ser a través de (Becoña,
2005b: 46):
Analizar los efectos negativos que actualmente produce fumar, o los que ha
producido en ocasiones anteriores.
Fijar el día en que se va a dejar de fumar para siempre.
Distraerse en el día en que se ha dejado de fumar, y en los días siguientes,
para evitar alguno de los síntomas del síndrome de abstinencia de la
nicotina.
66
Estos puntos se complementan con los que el modelo ISSSTE aconseja
para dejar de fumar. En éste último, se menciona que dejar de fumar “está
involucrado con la decisión de modificar la conducta, lo que depende
principalmente de dos factores: la sensación de amenaza por mantener esa
conducta y la confianza en sí misma para modificarla” (ISSSTE, 2010: 13). Es por
ello que los pasos de la consejería que se mencionan para dejar de fumar son
averiguar, aconsejar, acordar, apoyar y anticipar (ISSSTE, 2010). Estos son:
a) Averigüe: debe empezarse por saber si la persona es fumador activo o
pasivo. Posteriormente se debe investigar su hábito tabáquico en cuanto a
la cantidad de cigarros que fuma al día y si es propenso a contraer alguna
enfermedad a causa de estos (ISSSTE, 2010: 13).
b) Aconseje: el consejo debe ser positivo, claro, afirmativo y personalizado
(ISSSTE, 2010: 17). La ENA reporta que el 38.3% del total de personas
que han dejado de fumar lo lograron porque hicieron conciencia de los
daños a su salud, lo que en gran medida tiene que ver con los consejos
que reciebieron.
c) Acuerde: la posibilidad de que el paciente deje de fumar es cuatro veces
mayor cuando se selecciona una fecha determinada y se suspende el
consumo de manera tajante que si se abandona el consumo poco a poco.
Por lo tanto, es importante establcer una fecha límite en la que el paciente
dejará de fumar (ISSSTE, 2010: 19).
d) Apoye: en los casos que sea posible es muy importante lograr que a través
de los familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo u otras
personas cercanas, los fumadores reciban apoyo social para mantenerse
sin fumar. También pueden asistir a clínicas en donde se ofrezcan pláticas
o terapias para mantenerse sin fumar (ISSSTE, 2010: 20).
e) Anticipe: se debe comentar al fumador que podría presentar síntomas
después de haber dejado el tabaco, debido al síndrome de abstinencia.
67
Estos síntomas son la principal causa de que las personas recaigan en el
hábito. Por ello es importante mencionar las molestias que puede causar
la abstinencia (ISSSTE, 2010: 25).
En cualquiera de los casos que las personas acudan a las clínicas para
dejar de fumar, o que utilicen métodos para ello, no importa cuando o en qué
momento de su vida se encuentren, nunca es tarde para dejar el cigarro y tratar de
vivir una vida más sana. La solución al problema del tabaquismo está en cada una
de las personas que fuman y que se han dado cuenta de los daños que el tabaco
trae a su salud. Por ello es importante también el apoyo y consejos tanto médicos
como de las personas cercanas. “La persona que fuma recordará para siempre a
quien le ayudó a dejar de fumar” (ISSSTE, 2010).
68
CONCLUSIONES
En la actualidad, a nivel mundial el problema del tabaquismo ha llegado a
cobrar relevancia; pareciera ser que cada día se vuelve éste más conocido, pero a
su vez aceptado por la sociedad.
La manera en que socialmente se ha presentado el consumo de tabaco, ha
propiciado que las personas, sobre todo los adolescentes, lleguen a consumirlo de
manera muy frecuente hasta la adicción. Es por ello que actualmente se han
llegado a tomar algunas medidas para tratar de evitar que exista un mayor avance
de este problema. Sin embargo, es importante que no sólo se tome en cuenta que
se llevan a cabo acciones para controlar el tabaquismo, sino que se den a conocer
las alternativas que existen tanto a nivel clínico como educativo para su
prevención y llegar así a una solución para al menos disminuir su consumo.
Las medidas y las formas de prevención que hay a nivel clínico juegan un
papel primordial en el control de este problema, más no significa que sea un
trabajo que sólo se deba llevar a cabo a nivel salud. Hoy en día el problema del
tabaquismo, así como otros referidos a las adicciones, es un problema que no se
ve únicamente en las calles, entre familias o en reuniones sociales; recientemente
se ha convertido en un problema en que la educación puede ser una de las bases
para la lucha y prevención del mismo.
Hoy en día, el pedagogo como profesional de la educación conlleva la
responsabilidad de buscar una solución no sólo a problemas propiamente
educativos, sino a otro tipo de problemas, como el consumo de tabaco. Es por ello
la importancia de tomar en cuenta que, de acuerdo con lo estipulado a nivel
gubernamental y a las situaciones de riesgo de salud en las personas, la
educación toma un papel relevante como parte de la prevención y enseñanza del
cuidado a cada una de las mismas. Aunque es cierto que desde niños las
personas tienen influencias para posteriormente retomar hábitos como el
tabaquismo, es desde la etapa adolescente donde se debe hacer énfasis en el
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daño que causa al cuerpo el consumo de esta droga y los resultados que pueden
generarse a largo plazo si se sigue con un consumo descontrolado.
Asimismo, se deben mostrar didáctica y lúdicamente algunas de las causas
y consecuencias de este problema a través de programas para lograr una
prevención basada en datos estadísticos, en explicaciones y, sobre todo, mediante
casos reales.
Es importante no sólo dar a conocer a los jóvenes los daños que causa al
cuerpo consumir tabaco, y a las personas que están alrededor de ellos. También
es necesario informar sobre las enfermedades que provoca el tabaco, las
consecuencias, sus síntomas, así como de sus tratamientos. Igualmente se
requiere propiciar una profunda reflexión en los adolescentes sobre todo lo que
implica el consumo del mismo.
Por otro lado, debe contemplarse a la familia como un factor de protección
para el adolescente. Ésta puede ayudar a prevenir este problema desde cerca y
ser un apoyo para ayudar a desarrollar en él la capacidad de tomar una decisión
asertiva ante la presencia del tabaco.
Igualmente, el trabajo de la escuela y más en concreto, el trabajo que el
maestro puede desarrollar en función de la prevención, es primordial a tomar en
cuenta dentro del papel que la escuela puede realizar contra el tabaquismo. Así, el
trabajo del gobierno con las medidas que propone, el de la escuela y el del
pedagogo en conjunto con la sociedad, a través de diferentes acciones que cada
uno de ellos realice, podrán contribuir a solucionar este problema.
Por lo tanto, es necesario que se tenga en cuenta que al realizar un
programa de prevención desde lo educativo, también existen otros ámbitos en los
que se desarrolla el adolescente, es decir, su personalidad y la convivencia con
sus amigos, compañeros de clase y familiares, entre algunos otros.
La tarea de la prevención de problemas como el tabaquismo no es fácil y
tampoco existe un método determinado y seguro para solucionar éste. Sin
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embargo, sí es posible tomar en cuenta la vida de los adolescentes en conjunto.
Esta es la principal característica que debe tenerse más presente desde la
pedagogía y desde la educación para la prevención del tabaquismo. Es de
esperarse que con el tiempo se obtengan resultados favorables para evitar que
más personas caigan en el consumo de cigarros desde temprana edad e impedir
que este problema siga creciendo a nivel mundial.
Es importante considerar que la escuela es formadora de individuos pero
que también necesita ayuda de la sociedad y la familia para poder llevar a cabo
una prevención eficaz en torno al tabaquismo. Esta prevención podría estar
reflejada en algún programa en el que se determine primero qué individuos
podrían estar más propensos y así poder posteriormente determinar las causas
por las cuales son vulnerables y formular estrategias, como: creación de
actividades deportivas, intelectuales, experimentales, ecológicas y culturales, entre
otras. Éstas mantendrían al adolescente ocupado para evitar que consuma
tabaco. Algo importante a resaltar, es que las actividades experimentales y/o
vivenciales que tengan los jóvenes, marcan la diferencia entre la facilidad con la
que pueden fumar y puedan tomar la decisión de no hacerlo para evitar
perjudicarse y deteriorar su salud.
Por tanto, el trabajo que los pedagogos tenemos es hoy en día complicado
de realizar, pero con ayuda de la sociedad y la familia, el tabaquismo podría ser un
problema del cual los jóvenes estén libres.
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