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Enfermedad de Graves

Date post: 03-Feb-2016
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trata sobre la enfwrmedad de graves su etiologia comoe nfermedad autoinmune su epidemiologia el cuadro clinico y loes examenes complementarios
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PRESENTACION El desorden conocido como enfermedad de Graves en el mundo de habla hispana y como enfermedad de von Basedow en el continente europeo, es la más enigmática y frecuente de las enfermedades tiroideas, sobre todo en áreas de abundancia de yodo. La enfermedad de Graves Basedow es una afectación multisistémica, autoinmune,caracterizada por hiperplasia glandular difusa (bocio), hiperfunción glandular (tirotoxicosis) y oftalmopatía infiltrativa asociada a dermopatía (mixedema).El componente tiroideo está cercanamente relacionado con la tiroiditis de Hashimoto, de naturaleza autoinmune, por la cual puede ser reemplazada con el correr de los años. La enfermedad es más frecuente en mujeres, con una relación 5: 1 con respecto a los hombres; con un pico de incidencia entre los 20 y los 40 años. La incidencia fue estimada en 1 caso por 1000 mujeres por año. La enfermedad de Graves es la causa más frecuente de hipertiroidismo espontáneo en pacientes menores de 40 años. La primera descripción del cuadro clínico fue en 1825 por Parry, y en los ´50 se creía que la TSH era la hormona causante de la enfermedad. El hito fundamental para el cambio conceptual fue en 1956, cuando se establece la primera y clara evidencia de anomalía inmunitaria en la enfermedad de Graves; Adam Purves, con un bioensayo en cobayos, detecta en el suero una sustancia capaz de estimular el tiroides y con una acción más prolongada que la TSH; más tarde se denominó LATSH (long acting thyroid
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Page 1: Enfermedad de Graves

PRESENTACION

El desorden conocido como enfermedad de Graves en el mundo de habla

hispana y como enfermedad de von Basedow en el continente europeo, es la

más enigmática y frecuente de las enfermedades tiroideas, sobre todo en áreas

de abundancia de yodo. La enfermedad de Graves Basedow es una afectación

multisistémica, autoinmune,caracterizada por hiperplasia glandular difusa

(bocio), hiperfunción glandular (tirotoxicosis) y oftalmopatía infiltrativa asociada

a dermopatía (mixedema).El componente tiroideo está cercanamente

relacionado con la tiroiditis de Hashimoto, de naturaleza autoinmune, por la

cual puede ser reemplazada con el correr de los años. La enfermedad es más

frecuente en mujeres, con una relación 5: 1 con respecto a los hombres; con un

pico de incidencia entre los 20 y los 40 años. La incidencia fue estimada en 1

caso por 1000 mujeres por año. La enfermedad de Graves es la causa más

frecuente de hipertiroidismo espontáneo en pacientes menores de 40 años. La

primera descripción del cuadro clínico fue en 1825 por Parry, y en los ´50 se

creía que la TSH era la hormona causante de la enfermedad. El hito

fundamental para el cambio conceptual fue en 1956, cuando se establece la

primera y clara evidencia de anomalía inmunitaria en la enfermedad de Graves;

Adam Purves, con un bioensayo en cobayos, detecta en el suero una sustancia

capaz de estimular el tiroides y con una acción más prolongada que la TSH;

más tarde se denominó LATSH (long acting thyroid stimulator). En 1964 se

confirmó que se trataba de una Ig de tipo G.

Page 2: Enfermedad de Graves

INTRODUCCION

Robert James Graves nació en Dublín en 1796. Se graduó en medicina en el

Trinity College de Dublín a la edad de 22 años. Obtuvo el primer lugar en su

clase por lo que recibió la medalla de oro, luego de su graduación en 1818,

comenzó un recorrido por diversos hospitales europeos, visitando Londres,

Gottingen, Berlin, Copenhague, y Edimburgo. En Alemania recibió la influencia

de los métodos de enseñanza clínica. Viajó también por Italia en donde

desarrollo una profunda amistad con el famoso pintor Joseph Mallord William

Turnercompartiendo sus cualidades artisticas.

En 1821 Graves vuelve a Dublín e ingresa como médico en el Meath Hospital,

convirtiéndose en los siguientes 15 años, en un extraordinario médico y

profesor. Un día típico en la vida de Graves, comenzaba en las salas del

hospital a las 7 am a la luz de las velas, luego realizaba visitas a domicilio.

En 1824 Graves, fue cofundador de Park Street School of Medicine. Por este

tiempo realizó observaciones originales, se cree que fue el primero que

describió el edema angioneurótico y realizó la primera publicación de las

características clínicas de la enfermedad de Raynaud. Publicó en múltiples

revistas y escribió en 1843, un libro titulado A system of clinical medicine,

basado en los ateneos del Sir Patrick Duns Hospital .

Robert J. Graves es recordado hoy, por las múltiples contribuciones en el

desarrollo de la enseñanza clínica, sus observaciones originales y su prolífica

labor como escritor de artículos médicos, respetado en su tiempo por el

reconocido Trousseau en Paris y posteriormente por Osler.

Otras denominaciones de la EG son: enfermedad de March, enfermedad de

Parsons, enfermedad de Flajani, enfermedad de Begbie, enfermedad de

Graves-Basedow-Parry.Fue Graves fue el primero en identificar la triada de

bocio, palpitaciones y exoftalmos.

Page 3: Enfermedad de Graves

RESUMEN

La oftalmopatía es una manifestación común de la enfermedad tiroidea

autoinmune. El edema periorbitario, la retracción palpebral, el exoftalmos y las

alteraciones visuales son signos y síntomas frecuentes. De un 25 a un 50% de

los pacientes con hipertiroidismo de Graves tendrán algunas manifestaciones

de oftalmopatía. Todos los síntomas clínicos visuales significativos y los

hallazgos de los pacientes con oftalmopatía de Graves pueden ser englobados

dentro de dos fenómenos: el engrosamiento del espacio retrobulbar debido al

depósito de glicosaminoglicanos (GAG) o a la restricción de la motilidad

extraocular, que se atribuye a un engrosamiento inicial y posterior fibrosis. Los

pacientes con enfermedad de Graves típicamente se quejan de dolor ocular o

periocular, lagrimeo, fotofobia, visión borrosa, diplopia, o percepción cromática

alterada. A la exploración, muestran congestión orbitaria, proptosis, neuropatía

óptica, restricción de la motilidad ocular extrínseca, ejes visuales divergentes,

exposición corneal, retracción palpebral y edema periorbitario. 

En este trabajo se describen las principales manifestaciones clínicas de la

oftalmopatía de Graves con el objetivo de establecer unas clasificaciones

medibles y reproducibles que puedan ser empleadas en la clínica diaria para

objetivar cambios y guiar y adecuar la terapia. Finalmente, recomendamos el

uso de medidas objetivas para la proptosis, movimientos extraoculares,

alteraciones corneales y del nervio óptico, usando una escala de actividad

clínica o cambios en medidas objetivas para poder establecer la actividad de la

enfermedad, y finalmente, reflejar la percepción de los pacientes de su estado

de enfermedad.

Page 4: Enfermedad de Graves

MARCO TEORICO:

ENFERMEDAD DE GRAVES BASEDOW

DEFINICION: La oftalmopatía de Graves (OG) es la manifestación extratiroidea

más frecuente de la enfermedad de Graves (EG) y sigue siendo un enigma

etiopatogénico y un dilema terapéutico. Su denominación ya es en sí

controvertida, dado que puede presentarse en pacientes con tiroiditis de

Hashimoto o en eutiroideos. Existen, por tanto, varias deficiencias críticas en su

conocimiento: etiología, relación con el hipertiroidismo, fracaso en la detección

de su inicio, historia natural variable y terapéutica que se debe aplicar. Por otra

parte, la metodología para su valoración no es uniforme, algunas de sus

manifestaciones importantes no tienen criterios objetivos de medida y es difícil

iden tificar los diferentes estadios. Se presenta con una relación mujer/varón de

2,5/1, y con una clínica que aparece entre el 10 y el 25% de los casos no

seleccionados y entre el 30 y el 45% de los que ya presentan signos oftálmicos;

por otra parte, la mayoría de los pacientes con EG presenta OG demostrable

con técnicas de imagen precisas, con determinación de la presión intraocular o

forzando la mirada hacia arriba. El espectro de su afección varía desde

cambios sutiles hasta situaciones graves, y sólo entre el 3 y el 5% de los casos

necesita tratamiento. En el 5-14% de los casos la OG es unilateral, y es la

causa más frecuente de proptosis unilateral. Más frecuente es la asimetría, que

se define como la diferencia de más de 2,1 mm entre ambos ojos y que puede

estar favorecida por la vulnerabilidad del retorno venoso en esta situación. En

cuanto a su presentación, la tendencia observada es que desciende tanto su

prevalencia como su gravedad, probablemente debido a que el diagnóstico del

hipertiroidismo es más precoz y a que el hábito tabáquico disminuye.

La historia natural de la OG es difícil de analizar, ya que cada componente

puede seguir un curso diferente de progresión o resolución. Los signos y

síntomas de la OG avanzan rápidamente entre 6 y 24 meses, salvo en el 10%

de los casos, en que evolucionan más lentamente. La progresión se sigue de

una fase de estabilización de 1 a 3 años y de una resolución gradual e

incompleta y de forma asimétrica. La retracción palpebral es la dolencia que

menos persiste, la afección de partes blandas se resuelve entre 1 y 5 años, y la

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oftalmoplejía se soluciona de forma espontánea entre el 30 y el 40% de los

casos; la proptosis es la que menos disminuye. Globalmente, en la mayoría de

los casos la OG mejora, en un grupo menor de pacientes se estabiliza y en una

minoría, empeora.

La conducta que se debe seguir se basa en 2 conceptos diferentes: gravedad y

actividad de la OG. La de finición de gravedad es arbitraria. Así, si hubiese

afección óptica, la OG sería grave, pero, si hubiese disfunción muscular

extraocular, no habría riesgo de pérdida de visión pero sí diplopía, lo que

comportaría numerosas dificultades para el paciente; la afección extraorbitaria,

salvo excepciones, no suele comportar gravedad. La gravedad y la actividad a

veces son divergentes y, así, la actividad pasa por una fase inicial, una fase

activa o progresiva y una regresión parcial, que puede no coincidir con la

gravedad; por otra parte, el grado de actividad pronostica la respuesta al

tratamiento.

B.- ETIOPATOGENIA:

a enfermedad de Graves se ajusta a la condición de enfermedades genéticas

multifactoriales, por interacción de un componente poligénico y otro ambiental,

de tal forma que personas predispuestas genéticamente (sobre todo mujeres),

después de exponerse a factores precipitantes o desencadenantes (infecciones

bacterianas, virales, stress, yoduros, hormonas esteroideas, Rx ), se rompe la

tolerancia inmunológica y se inicia el proceso autoinmune.

Es bien reconocido el agrupamiento de sujetos con enfermedad de Graves

dentro de una misma familia y se han observado familias cuyos componentes

se ven afectados por otras tiroideopatías autoinmunes, sobre todo tiroiditis de

Hashimoto; y aún en una misma glándula ambas afecciones pueden coexistir. 

Los estudios de población indican varias asociaciones genéticas en las

endocrinopatías autoinmunes, así como Diabetes mellitus, anemia perniciosa,

miastenia gravis, atrofia adrenal, Síndrome de Sjögren, lupus eritematoso

sistémico, artritis reumatoidea y púrpura trombocitopénica; de ellas las más

significativas se dan en relación con el complejo HLA, que contiene genes que

controlan la capacidad del individuo para producir una respuesta inmunológica

cuando se exponen antígenos extraños. 

Page 6: Enfermedad de Graves

Se ha consolidado el concepto de la enfermedad de Graves como una

enfermedad organoespecífica caracterizada por respuestas inmunes

(autoanticuerpos) hacia tres diferentes autoantígenos tiroideos: la tiroglobulina

(Tg), la peroxidasa tiroidea (TPO) y el receptor de TSH (TSHR). La

estimulación inadecuada de este receptor en la tiroides puede conducir a una

hiperfunción (hipertiroidismo) con o sin hiperplasia (bocio), así como a una

proliferación(adenoma). Los sitios de interacción de autoanticuerpos contra el

receptor de TSH son los epítopes determinados por la estructura terciaria del

receptor. En el 80-100% de los pacientes con enfermedad de Graves no

tratados se detectan estos anticuerpos frente a TSHR, biológicamente activos.

Tras el reconocimiento del antígeno por el linfocito T se desencadena el

proceso autoinmune a través de segundos mediadores como son las moléculas

de adhesión y las citoquinas, tras lo cual tiene lugar la activación y proliferación

de células B, quienes son las responsables de la síntesis de los

autoanticuerpos.

En el inicio de cualquier reacción inmune, las células T deben interactuar con

un complejo formado por el antígeno y una molécula HLA. Las células T de tipo

CD4 o colaboradoras (helper) reconocen a los antígenos que forman complejos

con moléculas de HLA clase II (DR, DP,DQ), mientras que las de tipo CD8 o

supresoras reconocen a los antígenos combinados con moléculas HLA tipo I

(A,B,C).

El hecho de que los autoanticuerpos TSHR sean detectables sólo en pacientes

con enfermedad tiroidea autoinmune indica que estos autoanticuerpos son

específicos de la enfermedad tiroidea, en contraste con la elevada prevalencia

de TgAb y TPOAb en la población normal. Los autoanticuerpos TSHR son

únicos de la especie humana (TSHRAb o TRAb).

Los títulos de TRAb disminuyen a lo largo del tratamiento de la enfermedad;

cuando persisten elevados son predictivos de fracaso al tratamiento con drogas

antitiroideas.

Finalmente, se puede plantear,a modo de teoría global, que en la enfermedad

de Graves, así como en las enfermedades tiroideas autoinmunes en general, el

infiltrado linfocitario tiroideo es la anormalidad inicial. Se ha comprobado que el

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título sérico de anticuerpos antitiroideos que presentan estos pacientes pueden

guardar relación con la intensidad de dicho infiltrado. 

En la activación extratiroidea podrían participar los fenómenos de reactividad

cruzada entre antígenos tiroideos y antígenos procedentes de agentes

infecciosos con una alteración en el normal funcionamiento de la red idiotípica.

La activación inmunológica de las células T específicas de tiroides induce,

siempre en presencia de una adecuada segunda señal mediada por citoquinas,

una estimulación y proliferación de células B, que a su vez origina la

producción oligoclonal de anticuerpos dirigidos contra el receptor tiroideo de

TSH. Estos anticuerpos pueden tener acción activadora o bloqueante de dicho

receptor; cuando predominan funcionalmente los de acción estimulante se

produce la consiguiente estimulación en la síntesis de hormona tiroidea, lo que

da lugar a la presentación del cuadro clínico de hipertiroidismo.

FISIOPATOLOGÍA 

Todos los aspectos de la economía son anormales en pacientes con bocio

tóxico difuso, incluyendo la disrupción de la regulación de las hormonas

tiroideas; alteraciones en la autofunción tiroidea; cambios en la concentración,

unión y metabolismo de las hormonas tiroideas; y manifestaciones del exceso

de hormonas tiroideas en los tejidos periféricos. En la enfermedad de Graves,

los mecanismos regulatorios están sobrerregulados por la acción estimuladora

de los TRAb . La hiperfunción resultante de la tiroides permite la supresión de

la secreción de TSH , la cual se refleja mediante niveles indetectables de dicha

hormona en suero.

En la enfermedad de Graves, la tiroides está controlada por un estimulador

anormal; cuando dicho estimulador no actúa, como por ejemplo cuando la

enfermedad entra en remisión, la hiperfunción declina y la naturaleza no

autonómica de la función tiroidea se hace evidente con la re-secreción de TSH

y el control de la función tiroidea.

El disturbio en la enfermedad de Graves se debe a hipersecreción de

hormonas tiroideas. La tasa de conversión de T3 a T4 en la tiroglobulina es

aproximadamente el doble de lo normal, y este incremento en la producción de

Page 8: Enfermedad de Graves

T3 no puede deberse a deficiencia de yodo intratiroideo porque el contenido de

yodo dentro de la tiroglobulina y el número de residuos de T4 por molécula son

normales. Esto puede simplemente reflejar la hiperestimulación crónica de la

glándula. La tasa del turnover y secreción del pool intratiroideo de yodo está

incrementado. El producto de mayor secreción glandular es T4, pero la tasa de

conversión de T3 a T4 en la secreción tiroidea está incrementada en proporción

a la sobreproducción de T3.

Los niveles séricos de T3 y T4 se encuentran elevados tanto en su fracción

libre como en la unida a proteínas debido a un leve descenso en la

concentración de la globulina ligadora de tiroides (TBG) y por el incremento de

la concentración de T4.

c.- ANATOMIA PATOLOGICA:

La histología de la glándula tiroides en pacientes que padecen la enfermedad

de Graves está caracterizada por hiperplasia folicular, gotas intracelulares de

coloide pálidas con márgenes festoneados, reducción del coloide folicular y en

ocasiones una infiltración irregular (multifocal) de linfocitos. Sólo en contadas

ocasiones se podrán ver centros linfoides germinales.

Este cuadro histológico puede ser extremadamente influenciado por el

tratamiento con fármacos antitiroideos. La mayoría de los linfocitos

intratiroideos son linfocitos T, pero los linfocitos B tambiñen pueden estar

presentes. Nada de esto puede ser visto en enfermedades autoinmunes

tiroideas crónicas como por ejemplo la enfermedad de Hashimoto. En algunas

áreas, el tamaño de las células tiroideas epiteliales se correlaciona con la

intensidad de la infiltración linfocitaria, sugiriendo la estimulación de las células

tiroideas por las células B que secretan estimulantes locales TSHR-Ab

La glándula tiroides suele presentar un aumento de tamaño simétrico por

hipertrofia e hiperplasia difusa de las células epiteliales foliculares. Al corte, el

parénquima tiene aspecto carnoso blando similar al músculo sano. Las células

epiteliales foliculares en pacientes sin tratamiento son altas y están más

concentradas de lo habitual. Esto provoca la formación de papilas pequeñas

que se proyectan en la luz folicular e invaden el coloide, ocupando los folículos

Page 9: Enfermedad de Graves

en ocasiones. Dichas papilas carecen de eje fibrovascular a diferencia de las

observadas en el carcinoma papilar.

Los cambios en el tejido extratiroideo suelen corresponder a una hiperplasia

linfoide generalizada. Puede haber hipertrofia cardíaca y cambios isquémicos,

sobre todo en pacientes con cardiopatía coronaria previa. En pacientes con

oftalmopatía los tejidos orbitaros están edematosos por presencia de

mucopolisacáridos hidrófilos. Además hay infiltración de linfocitos y fibrosis. Los

Músculos orbitarios están edematosos al principio, aunque pueden presentar

fibrosis más adelante en el transcurso de la enfermedad. La dermopatía,

cuando está presente, se caracteriza por engrosamiento de la dermis debido a

acumulaciones de glicosaminoglicanos e infiltración de linfocitos.

Destacar finalmente que el tratamiento preoperatorio altera la morfología del

tiroides en la enfermedad de Graves. La administración preoperatoria de yodo

provoca involución del epitelio y acumulación de coloide por bloqueo de la

secreción de tiroglobulina. EL tratamiento con propiltiouracilo, un antitiroideo,

aumenta la hipertrofia e hiperplasia epitelial al estimular la secreción de TSH.

Por tanto, en pacientes pretratados es imposible evaluar la actividad funcional

de la glándula mediante análisis morfológicos de muestras quirúrgica

Page 10: Enfermedad de Graves

D.- CLINICA

D.1.- MANIFESTACIONES CARDIOVASCULARES:

Las alteraciones de la función cardiovascular son debidas al incremento de las

demandas circulatorias que resultan del hipermetabolismo y la necesidad de

disipar el exceso de calor producido. La resistencia vascular periférica está

disminuida.

Page 11: Enfermedad de Graves

Las hormonas tiroideas en exceso tienen un efecto inotrópico directo mediado

por alteraciones en las proteínas contráctiles.

La mayor parte de los pacientes acusan palpitaciones, disnea y precordalgias

leves asociadas a taquicardias de 90 latidos por minuto.

El examen físico evidencia un pulso arterial amplio, saltón, con elevación de la

tensión arterial sistólica y disminución de la diastólica, características todas

derivadas del estado circulatorio hiperdinámico que origina la tirotoxicosis. El

primer ruido cardíaco se ausculta acentuado con latido enérgico de la punta,

que se percibe en toda el área del precordio y el segundo ruido se ausculta

desdoblado.

D.2.- ALTERACIONES DEL SISTEMA NERVIOSO Y MUSCULAR

Destaca por su constancia y presentación precoz, la hiperexcitabilidad psíquica

con desasosiego, nerviosismo, intranquilidad constante que impide al enfermo

quedarse quieto. Muchas de las manifestaciones de la tirotoxicosis son

similares a las de la activación del sistema nervioso simpático. El sueño es

superficial, interrumpido a veces por sueños angustiosos; la gran labilidad

emocional origina reacciones fáciles y exageradas, que oscilan desde la

depresión a la euforia y originan en ocasiones la aparición de cuadros

psicóticos (pudiendo incluso ser el debut de la enfermedad), de tipo maníaco

depresivo.

La exploración neurológica presenta unos reflejos musculares vivos, e

invariablemente se aprecia un temblor fino que se pone de manifiesto con las

manos extendidas.

D.3.- ALTERACIONES DIGESTIVAS

Las alteraciones del ritmo intestinal son frecuentes, pero es rara la

presentación de diarrea; lo que suele haber es una hiperdefecación de varias

deposiciones al día, blandas, de menor consistencia que lo habitual debidas a

la aceleración del ritmo intestinal. En pacientes previamente estreñidos, suele

observarse una normalización del ritmo.Anorexia, náuseas, vómitos y dolor

abdominal son de presentación excepcional, pero cuando aparecen suelen

alertar sobre la posible aparición de una crisis tirotóxica.Se ve frecuentemente

Page 12: Enfermedad de Graves

un incremento del apetito acompañado de pérdida de peso debido a un

aumento de los requerimientos calóricos.

D.4.- ALTERACIONES CUTANEAS

Cambio más característico es la humedad y tibieza de la piel que resulta de la

vasodilatación cutánea y de la excesiva sudoración.Mientras que las manos

están usualmente tibias y húmedas, la textura de las mismas puede estar

alterada por factores ocupacionales o del medio ambiente; por lo tanto, hay que

examinar la región interna de los brazos o sobre el tórax. Los codos son suaves

y rosados, y el aspecto del paciente es de "ruborizado". El eritema palmar

recuerda la "palma hepática", e incluso pueden estar presentes las

telangiectasias.El cabello es fino y quebradizo, y puede haber caída excesiva

del mismo y encanecimiento prematuro.

Las uñas son frágiles y blandas, llamadas "uñas de Plummer" por la separación

del margen distal de la uña del lecho ungueal, con estriaciones longitudinales y

onicolisis.

D.5 MANIFESTACIONES OCULARES

OFTALMOPATIA DE GRAVES

La Oftalmopatia de Graves es un trastorno autoinmunitario confinado a la

órbita, donde el tejido conectivo se inflama y acumula glucosaminoglucanos,

especialmente ácido hialurónico, un compuesto polianiónico e hidrofílico. Existe

aumento de la musculatura extraocular y del propio tejido orbitario, edema

muscular por el aumento de glucosaminoglucanos e infiltración de linfocitos T

CD4 y macrófagos. Los fibroblastos muestran una respuesta aumentada a los

agentes proinflamatorios. Existen 2 tipos de OG: la congestiva, con predominio

de cambios inflamatorios en el tejido periorbitario, y la miopatía, en la que

predominan los cambios musculares. En muchos pacientes ocurren ambas.

Para unos autores, la diana del proceso autoinmunitario sería el tejido muscular

y el resto serían cambios secundarios, mientras que para otros, la diana sería

el tejido conectivo, donde está el receptor de la hormona tirostimulante (TSH)

Page 13: Enfermedad de Graves

localizado en el preadipocito orbitario, y los miocitos serían un objetivo

secundario como consecuencia de la perpetuación del proceso. Los principales

anticuerpos implicados en la autoagresión son los dirigidos contra una proteína

de 64 kDa, que es una flavoproteína de la sucinato deshidrogenasa

mitocondrial, y una nueva proteína compartida con el tiroides de función

desconocida llamada G2s. Todos ellos son intracelulares y se expresan en

otros tejidos, lo que cuestiona su papel como desencadenantes o si es una

consecuencia del proceso ya establecido que lo mantendría. La expresión del

receptor de TSH a concentraciones bajas en los tejidos adiposo y conectivo en

diversos órganos, entre ellos la órbita, puede tener poca significación

fisiopatológica en sujetos normales, pero no así en pacientes con EG. Los

linfocitos autorreactivos reconocen antígenos compartidos entre la órbita y el

tiroides, y el proceso es facilitado por moléculas de adhesión inducidas por

citocinas. Las citocinas inducen la expresión de antígenos HLA de clase II y

de heat shock protein-72, además de las mencionadas moléculas de adhesión;

por otro lado, también estimulan los fibroblastos para producir glucosami

noglicanos que atraen fluidos hacia el tejido periorbitario, lo que contribuye a la

proptosis y al engrosamiento muscular. Los preadipocitos se diferencian en

adipocitos, con aumento del volumen retrorbitario. Toda la inflamación puede

desencadenarse por traumatismos o aumento de la presión retrobulba.

Hay que destacar la relación estricta que existe entre el tabaquismo y la OG,

así como con su gravedad, como también ocurre con otras enfermedades

autoinmunitarias. Sin embargo, no se conocen sus mecanismos y podría

deberse a la acción directa de los componentes del tabaco o a la hipoxia.

Existe una gran variabilidad en cuanto a la expresión clínica, incluyendo desde

pequeñas alteraciones anatómicas que rozan la diversidad interindividual hasta

grandes deformaciones subsidiarias de recibir los más agresivos tratamientos

quirúrgicos y radioterápicos6.

Párpados

La retracción palpebral, es un signo cardinal de afectación. Ocurre más

frecuentemente en el párpado superior. La zona del limbo corneal,

correspondiente a las doce horas, normalmente cubierto 1 mm por el párpado,

Page 14: Enfermedad de Graves

queda al descubierto. El mecanismo es mixto: por un lado, existe hipertonía

simpática del músculo de Müller, por otro, fibrosis y adherencias en los

retractores palpebrales, así como hiperfunción del complejo recto superior-

músculo elevador secundaria a la fibrosis del recto inferior. La fibrosis del

elevador da lugar a una excursión palpebral en resorte y una asinergia en la

mirada inferior7.

En casos de severa proptosis puede producirse la desinserción de la

aponeurosis del elevador, apareciendo ptosis del párpado. Esto nos plantea un

interesante diagnóstico diferencial con la ptosis de la miastenia gravis, proceso

autoinmune no pocas veces asociado a la enfermedad de Graves-Basedow.

Así, entre un 15 y 20% de los pacientes con miastenia gravis presentan

enfermedad tiroidea, incluso tiroiditis eutiroideas diagnosticadas por la

presencia de autoanticuerpos.

Proptosis

Se trata del signo más típico de la oftalmopatía de Graves. Se encuentra

presente en un 40 a 65 % de aquellos pacientes diagnosticados de Graves. En

la estimación de la proptosis influyen variabilidades anatómicas individuales, el

sistema de medición y la experiencia del propio examinador. Estadísticamente,

se considera normal una medición igual o inferior a 21 mm, y clínicamente

significativa una diferencia entre ambos ojos mayor de 2 mm (causas de

seudoexoftalmos son la craneosinostosis, ptisis bulbi del ojo adelfo, miopía

magna anisometrópica etc.). Frecuentemente el exoftalmos es axial y bilateral

(80-90% de los casos) aunque puede ser asimétrico. No son raros los

desplazamientos del globo en eje vertical u horizontal cuando existe un

engrosamiento particularmente intenso de algún músculo extraocular, con el

consiguiente efecto masa. La asimetría es mucho más marcada si existe

retracción palpebral; la hendidura palpebral se agranda y parece que hay más

exoftalmos del que realmente se mide.

Page 15: Enfermedad de Graves

La proptosis se produce por un conflicto de espacio en la cavidad orbitaria, en

el que participan la oftalmopatía infiltrativa de la grasa, de los músculos y

glándulas lagrimales (linfocitos, células plasmáticas y mucopolisacáridos que

son muy hidrófilos)A esto se añade un trastorno mecánico de retorno venoso,

con el consiguiente edema en el territorio de la vena oftálmica superior, por un

doble mecanismo: aumento de la presión hidrostática por el efecto masa de

todas las estructuras hipertrofiadas e hidrofilia de los mucopolisacáridos y

proteínas del infiltrado.

Músculos extraoculares

Aparece una gran hipertrofia muscular por infiltración de vainas y fibras, que

característicamente, afectan más a la porción ventral (carnosa) y a menudo a la

inserción muscular en el ápex orbitario.

El tendón de inserción escleral siempre está respetado, aunque

microscópicamente es apreciable la hiperemia de la tenon y de la conjuntiva

que lo recubren.

Se produce una evolución secuencial en el músculo, secundaria al proceso

inmunológico: presencia de leucocitos, incremento de la permeabilidad vascular

y producción de glicosaminoglicanos por los fibroblastos9. La miositis originada

por este proceso inflamatorio, cuando se hace crónica, puede desembocar en

un cuadro de atrofia y en la proliferación de tejido conjuntivo con la

consiguiente fibrosis y establecimiento de una oftalmopatía restrictiva o incluso

en la aparición de zonas de atrofia (zona de músculo sin fibras). La miopatía

Page 16: Enfermedad de Graves

aparece cualquiera que sea la situación metabólica del paciente: hiper, hipo o

eutiroideo.

La diplopia, referida por algunos pacientes como visión borrosa o desenfocada,

aparece en casos de más larga evolución, en los que la infiltración

linfoplasmática y el edema de la fase subaguda, dan paso al predominio celular

fibroblástico. Los músculos son menos distensibles, aparecen restricciones en

los movimientos del globo y esto da lugar a diversos cuadros de oftalmoplegía

por efecto mecánico (oftalmopatía restrictiva). El engrosamiento de los

músculos rectos interfiere el drenaje uveoescleral en diferentes posiciones de

mirada, contribuyendo a la hipertonía del humor acuoso y al desarrollo de

neuropatía óptica. Entre el 25 y 65% de los exoftalmos endocrinos tienen

elevada la presión intraocular en posición primaria de la mirada.

Grasa orbitaria

Aparece aumento de volumen de la grasa en los compartimentos extracónico y

preseptal (oftalmopatía infiltrativa de la grasa, con o sin afectación muscular,

que puede ser inaparente). El aumento de volumen de la grasa se produce por

infiltración celular y edema de sus tabiques conectivos, no existiendo

hiperplasia de la misma (igual cantidad de grasa pero con mayor volumen), lo

cual constituye un factor etiológico de primer orden en la alteración del retorno

venoso en el territorio de la vena oftálmica superior. En el área preseptal, la

hernia grasa y el edema dan lugar a bolsas que recuerdan una blefarochalasia.

El edema de larga evolución, ocasiona hiperpigmentación cutánea periocular

más acusada por las mañanas y dan al paciente una gran sensación de presión

periocular10.

Glándulas lagrimales

Al igual que en la grasa, la oftalmopatía infiltrativa produce una hipertrofia de la

glándula, que se hace palpable en su porción palpebral. Aparece móvil, de

consistencia firme y no dolorosa a la presión. En fase de infiltración

fibroblástica, se produce destrucción de los acinos y déficit de secreción

acuosa, lo que agrava las manifestaciones de la enfermedad en el polo

anterior.

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Córnea y conjuntiva

La exoftalmía, la disminución del parpadeo espontáneo y la retracción

palpebral, producen una queratopatía por exposición de gravedad variable (Fig.

2). En las formas leves, apenas una fina desepitelización puntiforme en la

hemicórnea inferior (más expuesta por el lagoftalmos nocturno) y conjuntiva

bulbar adyacente. Si la exposición es mayor, la desepitelización córneo-

conjuntival se amplía al área de la hendidura palpebral, pudiendo, en los casos

más desafortunados, ulcerarse el estroma, e incluso perforarse la córnea. La

situación se agrava si también hay fibrosis de la glándula lagrimal.

Son muy llamativas la hiperemia conjuntival crónica (más acusada en al región

de los músculos rectos horizontales) y la quemosis conjuntival. Los pacientes

se quejan de picazón, arenas, epífora, fotofobia y sensación de cuerpo extraño.

Esto se produce por evaporación acelerada del componente acuoso de la

lágrima por agrandamiento de la hendidura palpebral.

A la oftalmopatía de Graves se asocia la queratoconjuntivitis límbica superior

de Theodore. No está clara la relación entre ambas entidades (casual o por un

mecanismo de la oftalmopatía aún no descubierto que ocasiona alteración local

del tono vasomotor de la conjuntiva).

Nervio óptico

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La neuropatía óptica que se produce en la oftalmopatía de Graves es de tipo

compresivo y aparece en el 3-5% de los pacientes con oftalmopatía. Sucede en

aquellos casos de mayor afectación en el vértice de la órbita. Curiosamente, no

suelen ser pacientes con gran exoftalmía. Además de la compresión directa del

nervio en su porción apical, contribuyen al daño del mismo, el trastorno del

retorno venoso, el estiramiento que sufre el nervio en la órbita perdiendo su

trayectoria sinuosa y la hipertonía del humor acuoso. Cuando predomina la

compresión apical del nervio, la papila puede aparecer de aspecto normal,

edematosa o ligeramente isquémica. Las alteraciones más precoces, se

producen en la esfera de la percepción cromática, por ser los axones que

proceden de la mácula, los más sensibles al daño. La progresión de la

neuropatía a escotoma absoluto, atrofia-excavación, y estasis dependerán de

la propia oftalmopatía de Graves y de la situación circulatoria previa del nervio

(mayor sensibilidad a la isquemia-compresión en pacientes con antecedentes

de patología vascular).

La oftalmopatía no aparece en los ojos más exoftálmicos con mayor congestión

orbitaria, sino más bien en pacientes de media a moderada oftalmopatía. Suele

asociarse a cierta sensación dolorosa. El paciente siente molestias o disconfort

en el transcurso de la progresiva pérdida de visión que se asocia inicialmente a

escotomas relativos reflejándose posteriormente en su campo visual. Una vez

ha sido corregida su oftalmopatía con tratamiento médico o quirúrgico los

escotomas son reversibles, así como la neuropatía en el transcurso de meses,

en algunos casos.

La pérdida de visión por neuropatía puede ser lenta o brusca y establecerse en

un plazo de 1 a 2 semanas. Se asocia a trastornos en la visión de colores,

trastornos pupilares aferentes, alteración el PEV, etc. El edema de papila e

incluso la atrofia óptica tienen una incidencia muy variable (del 16 al 50%).

Al estar muy engrosados los músculos en el ápex orbitario (hasta 6-7 veces su

diámetro) se va a producir una gran compresión sobre el nervio, tal como se

demuestra en imágenes de scanner. Estas mismas imágenes demuestran que

la neuropatía no tiene nada que ver con exoftalmos marcados. Por ello, se

deduce que para mejorar la neuropatía la descompresión tiene que hacerse en

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el tercio posterior de la órbita y lo más próxima al anillo de Zinn (etmoides

posterior).

La alteración de las reacciones fotomotoras (reflejo paradójico de Marcus-

Gunn) es otro dato clínico a tener en cuenta en caso de evaluación de

neuropatía óptica (casos muy graves). En casos de exoftalmía moderada o

grave, un posible hallazgo funduscópico, junto con las alteraciones papilares y

del árbol venoso, son los pliegues retinocoroideos por compresión directa del

polo posterior.

CONCLUSIONES:

BIBLIOGRAFIA:

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