TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
1
Preparación de virola:
Fundir granalla (plata 1000) para la virola; para ello, calentar el
crisol.
Retirar el bórax viejo depositado en el crisol.
Depositar el nuevo bórax.
Colocar la granalla en el crisol.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
2
Fundir la plata, tiene que quedar brillante, tiene
que ser una bolita que gire sobre sí misma.
Dejar a un lado el crisol.
Calentar la lingotera, mientras se lleva a cabo el
proceso, pasarle cera virgen.
Llegado al punto de temperatura deseado, volver
a fundir la plata que se enfrió en el crisol.
Cuando la plata está en su punto de fusión,
acercar el crisol a la lingotera, calentando bien
todo el cuenco, especialmente el borde, por
donde se va a deslizar el metal.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
3
Verter la plata dentro de la lingotera en un solo
movimiento, si sale mal el procedimiento o el
lingote queda con burbujas, se tiene que volver
a fundir el metal.
Dejar enfriar.
Una vez frio, comprobar la calidad del lingote de
plata; tirar el mismo a un piso de cerámica,
tiene que escucharse un sonido agudo.
Sacar el bórax del lingote con un martillo sobre
un taz.
Decapar el lingote de plata.
Sumergir la pieza en una solución de agua tibia y
bicarbonato de sodio, para eliminar los restos
de ácido del metal.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
4
Para hacer un fleje, laminar el lingote en hilo
cuadrado. Comenzar por el palacio más grande
de la laminadora hasta llegar al palacio del ancho
que queramos el fleje. Entre pasada y pasada, ir
rotando el hilo cuadrado para que quede parejo.
Una vez concluido el paso anterior, laminar el
hilo en el perfil plano, ir rotando la chapa entre
pasada y pasada.
Recocer el metal constantemente mientras se
lamina.
Llevar el fleje a 0,7 mm. Recocer nuevamente.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
5
Preparación del metal:
Aplanar la chapa de plata de 1mm en el plané.
Si no se logra una superficie bien plana, recocer
la chapa y aplanar con pinza plana.
Calar la elipse de 20mm de radio. Limar y lijar la
superficie y los bordes.
Embutir la chapa en un taz de plomo. Colocar
entre medio del taz y la chapa de plata un papel,
debido a que el metal se contamina.
Recocer seguido para quitarle la dureza a la
chapa.
Seguir embutiendo hasta lograr la concavidad
deseada en la pieza.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
6
Preparación del engarce:
Doblar el fleje de plata 1000 para hacer la virola,
usando como herramienta una pinza media
caña. Se comienza a curvar desde la mitad de la
parte plana de la gema, para que no quede la
unión en la parte superior de la gema.
Una vez que se tiene un cuarto de la gema
envuelta, seguir girando el fleje con la mano
para que copie bien la forma de la piedra.
Si en algún lugar queda aire entre la gema y el
metal, acomodar con la pinza media caña hasta
que quede bien sujeta.
Marcar el lugar de corte y calar el fleje, limar los
extremos.
Encarar bien la unión, soldar y decapar.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
7
Construcción de parte superior del anillo:
Limar un plano sobre la virola.
Apoyar la misma sobre una chapa lisa y plana
de plata. Soldar.
Calentar suave la pieza. Colocar fundente,
calentar hasta que quede líquido.
Colocar los pallones de soldadura dura, darle
fuego hasta que funda.
Una vez que la pieza está fría, llevar al ácido.
Calar el restante de metal.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
8
Limar bien al ras de la virola.
Sacarle el filo a la virola para que calce sobre el
embutido.
Perforar la chapa donde está soldada la virola,
con una mecha de 1mm o 2mm y agrandar
dejando espesor para que la gema apoye.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
9
Colocar la virola sobre el embutido y marcar en
la base embutida el lugar que va a ocupar.
Marcar el diseño que va a llevar la pieza
embutida y calarlo.
Lijar y emprolijar todas las piezas.
Atar con hilo de acero ambas partes. (hilo
doble retorcido)
Soldar la virola sobre la base; dar fuego a toda
la pieza, colocar fundente, varios pallones y
fundirlos. Una vez frío, retirar el hilo de acero.
Decapar. Cortar el metal que sobra en la virola.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
10
Construcción de cinta de anillo:
En una chapa de plata, limar un plano, con un
compás marcar el ancho de la cinta del anillo.
Calar del largo necesario, limar los bordes
para que queden bien rectos.
Darle forma con una pinza media caña.
Emprolijar con un mandril redondo.
Redondear los bordes de la tira de metal para
una mejor terminación.
Engarce de gema:
Colocar la pieza sobre una varilla de madera
con lacre en la punta, para ello se debe
calentar el lacre para poder insertarla. Dejar
secar.
Colocar la gema dentro de la virola.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
11
Con un empujador, se tira el metal sobre la
piedra, primero se bajan los cuatro extremos
en cruz, luego las diagonales. Por último,
bajar toda la virola hasta que quede todo el
metal sobre la gema.
Con un bruñidor
Para retirar la pieza del lacre, darle un poco de calor. Teniendo en cuenta de no darle fuego a la pieza de metal
ni a la gema porque se pueden dañar.
Para retirar los restos de lacre de la pieza hervirla dentro de amoníaco diluido.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
12
Construcción final del anillo:
Encastrar la parte principal del anillo con la
cinta. Tiene que quedar bien apoyada la virola
con la cinta, en caso de no ser así, modificar el
ángulo de apoyo con una pinza plana.
En caso de ser necesario, utilizar hilo de acero
para sujetar las partes.
Soldar, llevar el anillo al ácido.
Pulir el anillo, con la piedra engarzada.
Limpiar con agua tibia y jabón en polvo de ropa, para quitarle los restos de pasta de pulir.
Enjuagar con agua.
Pieza finalizada
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
15
Gemas
Las gemas se han venido usando en joyería desde hace miles de años.
Las primeras fueron amatista, cristal de roca, ámbar, granate, jade, corales,
lapislázuli, perlas, serpentina, esmeralda y turquesa. Pertenecían
exclusivamente a las clases pudientes y eran al mismo tiempo un símbolo de
nivel social.
Antiguamente, las gemas llevaban siempre consigo algo misterioso, algo divino.
Por ello se utilizaban como amuleto o talismán. Ofrecían protección contra espíritus y agradaban a los ángeles y a los
santos. Podían defender del mal y conservar la salud; actuaban como antídotos
contra venenos y evitaban la peste, agradaban a los monarcas y conducían a los
marineros de vuelta a casa. Hasta principios del siglo XIX las gemas servían
incluso como medicamentos contra enfermedades.
Como consecuencia natural de la creencia en fuerzas sobrenaturales inherentes
a las gemas se tendió un puente a la astrología, y se ordenaron las piedras
preciosas según los signos zodiacales. Por simplificación resultaron las “piedras
mensuales” y las “piedras de los planetas”.
Más recientemente, algunos países se identifican tomando como símbolo gemas
extraídas dentro de su territorio. No obstante, las gemas pierden
frecuentemente sus atributos estéticos o simbólicos para considerarse
exclusivamente como una pura inversión de capital. Los grandes valores en una
forma tan pequeña se han mostrado de hecho como muy estables a lo largo de
los avatares de los últimos decenios.
Las gemas a menudo constituyen el centro de atención de una joya, pero
También se usan para acentuar o destacar una pieza. Las gemas se engarzan, se
ensartan o se montan para dar color o producir destellos.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
16
En el amplio grupo de las gemas se incluyen todas las sustancias sólidas orgánicas o inorgánicas, de origen
natural principalmente, pero también sintética o artificial, con valor en función de sus propiedades. Se utilizan para la
ornamentación, el adorno personal o para la conservación.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
17
La mayoría de las gemas son de naturaleza mineral;
formadas en el subsuelo bajo presión, calor y otros factores,
se hallan en rocas ígneas, sedimentarias o metamórficas. Los
procesos de cristalización de los minerales condicionan las
propiedades de los minerales en términos de tamaño,
exfoliación y fractura, así como los efectos ópticos que se
crean tras tallar la piedra.
El color de las piedras procede en general de los elementos y
minerales que contienen: por ejemplo, el cromo y el vanadio
dan a las esmeraldas su color verde.
Las gemas se agrupan en familias según su composición: el cuarzo es un
amplio grupo de piedras que incluye el cristal de roca, el cuarzo rosa, el
citrino y la amatista, entre otras. Muchas gemas son específicas de ciertas
ubicaciones geográficas.
Las gemas orgánicas, como el ámbar, las perlas, el azabache y el coral se
consideran materiales preciosos y proceden de fuentes naturales animales
o minerales. Las perlas se cultivan, y las naturales alcanzan precios
elevados. El ámbar puede reconstruirse con resinas sintéticas, una práctica
que se utiliza desde mediados del siglo XIX. Las gemas orgánicas suelen
ser mucho más blandas que las minerales, por lo que su gama de
aplicaciones es menor.
Generalmente, las gemas son tratadas para mejorar su color y claridad
mediante calor, irradiación, perforación con láser para eliminar
inclusiones; entre los tratamientos de superficie se encuentran la
aplicación de ceras, aceites o resinas para rellenar grietas y defectos.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
18
Color:
El color forma parte de los caracteres determinativos más importantes, pero no siempre es fiable. Un determinado
número de minerales presentan, de hecho, tonos e incluso colores, muy diferentes. La fluorita puede ser incolora,
blanca, azul, amarilla, violeta, etc. En algunos minerales estas diferencia de color determinan variedades diferentes; por
ejemplo, el cuarzo, el cristal de roca, la amatista, etc. En muchos minerales es color es típico y ha determinado su
nombre, como la azurita (azul cielo).
Cuando la luz blanca (compuesta por todos los colores del espectro) atraviesa una gema mineral, la estructura interna
del cristal puede absorber alguno de sus colores. Las tonalidades que emergen se combinan para dar el color de la gema.
Si no se absorbe ninguna parte del espectro, el cristal aparecerá incoloro. El espectro de absorción producido cuando la
luz blanca pasa a través de una gema puede observarse usando un instrumento llamado espectroscopio. La capacidad
de una gema para dividir la luz blanca en los colores del espectro se denomina dispersión.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
19
El color de un mineral, está determinado dentro de su composición química. Según su origen, la mineralogía distribuyó
a los mismos en idiocromáticos y acromáticos; en el primer caso siempre tienen la misma tonalidad de color (ejemplo:
turquesa, malaquita, rodocrosita), mientras que en el segundo caso los minerales tienen variedad de colores (ejemplo:
familia de cuarzo).Una gema puede tener inclusiones, defectos en la estructura cristalina o impurezas químicas.
Brillo:
El comportamiento de la luz al penetrar en un cristal depende de la estructura atómica interna del mineral, y los valores
para las distintas gemas minerales pueden medirse y emplearse como medio de identificación.
El índice de refracción señala numéricamente cuánto se curvan los rayos al penetrar en un mineral y se calcula mediante
un refractómetro. Un mineral de refracción simple posee un solo índice de refracción, mientras que las piedras de
refracción doble presentan varios índices de refracción. La diferencia entre el índice máximo y el mínimo en dichos
cristales recibe el nombre de birrefringencia.
La cantidad de luz que se refleja en la superficie de un mineral constituye su brillo. La mayor parte de las gemas posee
un brillo vítreo. Del brillo del diamante se dice que es adamantino, mientras que el ámbar posee un brillo resinoso. La luz
que se refleja desde las fibras o las cavidades fibrosas del mineral puede originar efectos tipo ojo de gato o estrella, al
cortar la gema con una superficie superior curva (talla cabujón).
Dureza:
Se considera la dureza de un mineral como la resistencia que opone un mineral a ser rayado por un material de ensayo
afilado. En la práctica mineralógica se utilizan escalas de dureza relativas, representadas por determinados minerales. La
más común es la escala de Mohs, que abarca diez grados y está compuesta únicamente por minerales de raya blanca.
Las separaciones son pequeñas en la base de la escala y muy grandes en la cúspide. Cada uno de los minerales incluidos
en esta serie raya a los anteriores y es rayado a su vez por los posteriores. Los minerales de igual dureza no se rayan
entre sí.
Las piedras de dureza de rayado entre 1 y 3 se consideran blandas, las de grado 4 a 6 semiduras, las de grado 6 duras y
las superiores a 7 muy duras.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
20
Estructura cristalina:
Son los “diseños” naturales de átomos o grupos de átomos dispuestos según redes de tres dimensiones que se repiten
regularmente.
La estructura interna, la red espacial, determina las propiedades físicas de los cristales, como son la forma externa, la
dureza, la exfoliación, el tipo de fractura, el peso específico o las manifestaciones ópticas.
En cristalografía, se ordenan los cristales en siete sistemas (cúbico, tetragonal, hexagonal, trigonal, rómbico, monoclínico
y triclínico). La diferencia se basa en los ejes cristalinos y en los ángulos en que se cortan dichos ejes.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
22
Exfoliación:
Es la capacidad de un mineral de partirse en planos de debilidad. La cual depende de la estructura reticular de los
cristales, de las fuerzas de cohesión entre los átomos. Los planos de exfoliación están orientados en el sentido de la
menor cohesión, es decir, en el sentido de las uniones más débiles entre cada unidad de la estructura cristalina.
Se distinguen los siguientes grados de exfoliación:
- Excelente: el mineral se exfolia en finas láminas en un sentido; ejemplo diamante, grafito, yeso.
- Perfecta: el mineral se exfolia en formas regulares delimitadas por los planos de exfoliación; ejemplo cubo
(galena), romboedro (calcita).
- Buena: los planos de exfoliación son menos visibles y no siempre son perfectamente rectos; ejemplo feldespato,
anfíbol, piroxena.
- Imperfecta: la exfoliación no es neta; los planos de separación presentan en general una superficie irregular;
ejemplo azufre, apatito, casiterita.
- Muy imperfecta: no existe exfoliación. En estos minerales se suelen observar fracturas. Se habla de fractura
concoidea (ópalo, cuarzo), desigual (arsenopirita, pirita), rugosa (plata, oro, acantita), desmenuzable (nefrita,
granate), terrosa (aluminita, caolinita).
Exfoliación Fractura
TP Final – Técnicas y materiales III
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VENTURINA/AVENTURINA
Color
Verde con inclusiones de fuchsite, o rojizo con hematita
Brillo
Vítreo
Indice de Refracción
1,544 - 1,553
Familia
Cuarzo
Composición química
SiO2 + inclusiones diferentes minerales
Estructura cristalina
Trigonal
Dureza (Escala de Mohs)
7
Peso específico
2,66 ±0,30
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
24
Esta forma de cuarzo contiene inclusiones de pequeños cristales que
reflejan luz y que dan una gama de colores dependiendo de la naturaleza
de la inclusión.
El cuarzo venturina tiene inclusiones laminares de la mica verde fuchsita,
las inclusiones de pirita dan un color pardo; una variedad parda verdosa
puede ser debida al mineral gocthita. Otras inclusiones dan variedad
blanco azuladas, verde azuladas o naranjas.
Inclusiones y color
Las inclusiones más corrientes y el color que producen son:
Inclusiones de mica fuchsita: le dan a la aventurina su típico color verde esmeralda y, en ocasiones, color azul.
Presenta destellos plateados y dorados si contiene también mica moscovita.
Inclusiones de hematites o de goethita: le dan a la aventurina un color pardo rojizo.
El color verde también puede estar provocado por inclusiones de actinolita, y la hematites puede darle a la aventurina
un color naranja albaricoque (entonces la piedra se conoce como eosita).
La aventurina no se presenta como cristal aislado; de hecho, su hábito más común es el masivo. Habitualmente es
translúcida, pero un exceso de fuchsita puede convertirla en opaca. El resto de sus propiedades físicas y químicas son
iguales que las del cuarzo, exceptuando quizá la dureza y el peso específico, que varían un poco debido a las inclusiones.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
25
La mayoría de la aventurina verde y azul se origina en Karnataka, en la India. También se puede encontrar aventurina en
algunos yacimientos de EEUU, de Sudáfrica, de Alemania y de Austria.
En cuanto a sus aplicaciones, la aventurina se emplea principalmente en joyería o como piedra ornamental.
Distribución
Las venturinas se sacaban en otro tiempo de las orillas del Mar Blanco suministrándolas Siberia, Bohemia y Francia. La
segunda especie provenía al principio solamente de España pero después se comenzó a explotar igualmente en Escocia.
En la actualidad, el cuarzo Venturina se encuentra en Brasil, India y Rusia. Otras localidades son Estados Unidos, Japón y
Tanzania.
Origen del nombre
El nombre aventurina procede del italiano ventura, que quiere decir azar. Es una alusión al descubrimiento por
casualidad de la síntesis del cristal de aventurina o goldstone, una piedra artificial muy similar a la aventurina, en el siglo
XVIII. Otros nombres que recibe la aventurina son prasio, que viene del griego prasos (puerro), en alusión a su color
verde, o simplemente, cuarzo verde.
Tallado
La aventurina se encuentra en talla cabujón y se emplea para objetos de adorno, ya que se puede tallar debido a su
dureza.
Cabujón Tallado Pulido
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
26
Cuarzo
Representa un 12% de la corteza terrestre, convirtiéndose en el
mineral más común de la tierra. Su nombre deriva del alemán
"Quarz", antigua denominación de este mineral, y significa hielo.
Los cuarzos siempre tendrán la misma composición química, sin
embargo, cambios de temperatura y presión o inclusiones
determinarán y modificarán el color, la textura o el brillo de cada
variedad.
Fórmula química: SiO2
Clase: Silicatos
El cuarzo se divide en dos grandes grupos fundamentales, en base a su color, textura y forma cristalográfica:
Variedades fanerocristalinas:
Cristal de roca (estado más puro), ágata, amatista, cuarzo azul,
cuarzo rosa, citrino, ónix, ojo de tigre, cuarzo rutilado, cuarzo
ahumado, entre otros.
Variedades criptocristalinas:
Usos: cerámica, industria del vidrio, construcción,
metalurgia, electrotécnica, óptica, piedra fina.
TP Final – Técnicas y materiales III
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27
Propiedades físicas:
Color:
Blanco, gris, pardo, negro, violeta, verde, azulado, amarillo, rosa.
Brillo:
Vítreo, graso.
Indice de refracción:
1,544
Dureza:
7 (Escala de Mohs)
Raya:
Blanca.
Exfoliación:
Imperfecta.
Fractura:
Concoidea, astillosa.
Morfología:
Cristales, agregados granulares y masivos.
Densidad:
Amatista
Ojo de tigre
Cuarzo azul
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
28
2,65.
Sistema cristalino:
Hexagonal.
Forma de los cristales:
Prismáticos, bipirámidales, pseudocúbicos, maclas frecuentes. Suelen
presentar los cristales inclusiones de otros minerales, agua o gases. También
en granos irregulares o compactos.
Química: Solamente es atacable por el bórax fundido y ácido clorhídrico.
Génesis: El cuarzo se forma a partir del enfriamiento de magmas y son
expulsados con el tiempo y la presión hacia la corteza terrestre.
Ónix
Cuarzo rosa
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
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Tallas
Las gemas en estado bruto muestran, por lo general, poca belleza. Su magnífico colorido y su brillo alcanzan el
máximo esplendor cuando son talladas. La talla es un factor importante que influye de forma decisiva en el precio final
de una piedra preciosa, siendo una característica cada vez más valorada, pues depende por completo de la pericia y la
habilidad de su creador. Es durante el proceso de talla cuando el artesano incide directamente en la forma natural de un
cristal, una variable exterior independiente que potenciará o disminuirá las características naturales inherentes al propio
cristal.
La talla consiste básicamente en dar forma a un cristal, potenciando con ello algunas de sus características, por ejemplo
su brillo, su color y aquellas propiedades naturales del material que el tallador considere respetar.
Existen tres tipos de talla: facetadas, cabujón y mixtas.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
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Estructura cristalina, dureza y fractura
A excepción de las de origen orgánico, como el ámbar o el coral, las gemas se obtienen de los cristales. Se trata
de unas formaciones sólidas con una estructura atómica interna definida y ordenada, agrupadas en algunos de los siete
sistemas cristalinos conocidos, como reflejo de una estructura molecular concreta, donde los átomos están dispuestos
según una estructura regular y simétrica. Son cristales delimitados por una serie de superficies planas externas
denominadas caras y cuya orientación define lo que es la forma del cristal.
Por lo general, la dureza de un cristal, y en consecuencia de una gema, está en función de cómo es su estructura interna,
y en concreto de cómo están entrelazados los átomos entre sí, es decir, de su estructura atómica y de los enlaces
químicos de la misma. Algunas capas atómicas se hallan fuertemente
cohesionas en el interior y las fuerzas que las unen con las capas
inmediatamente superiores o interiores son más débiles. Estos planos se
denominan planos de exfoliación y deben ser contemplados en cualquier
proceso de talla. Por regla general son paralelos, pero también pueden
encontrarse perpendiculares o diagonales a las caras de un cristal, debido
a que estas se hallan directamente relacionadas con su estructura
atómica. La estructura de una gema es la que determina su dureza y su
Facetadas Mixtas Cabujón
Luz Penetra en la gema, se refleja y rebota
en las facetas multiplicándose
Se refleja por toda la superficie
Transparencia Suele ser transparente o translúcida Suele ser opaca
Formas Formas geométricas, conformadas por
figuras poligonales
Semiesféricas, redondas, ovaladas,
gotas, cuadradas, triángulos,
rectángulos
Dureza Escala de Mohs: 7-10 Escala de Mohs: 1-7
Engarce Generalmente abiertos; grifas, granos,
tensión, carril
Generalmente cerrados: virola
Cotización Por quilate (0,2 gramos) Por gramo o unidad
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
31
posterior exfoliación o fractura. Un ejemplo de ello es el diamante y el grafito: los dos poseen el mismo contenido en
átomos de carbón, pero el diamante tiene una dureza muy superior a la del grafito.
Cuando un mineral o una gema se rompen siguiendo un plano de exfoliación, se dice que se exfolia; por el contrario,
cuando la rotura no sigue estos planos se habla de fractura.
Estilo de corte o talla
El estilo de corte (talla) se refiere a la forma en la que se corta una piedra en facetas. El tallado está basado en la
ciencia. Cada piedra preciosa tiene un índice de refracción determinado el cual indica al lapidario cómo se comporta la
luz al pasar por la piedra preciosa. Con esta información, el cortador de la gema determina, de forma precisa, cómo
darle forma para mejorar su belleza natural.
Los tipos de tallas de piedras preciosas se dividen generalmente en gemas talladas (piedras con formas geométricas y
caras pulidas planas) y las gemas no facetadas (las piedras que no tienen formas geométricas planas ni caras pulidas
como los cabujones).
Talla en cabujón: Tiene una tapa en forma de cúpula que se pule, pero sin facetas.
El término proviene de una palabra francesa que significa calva (caboch). Las
piedras opacas, con asterismo, iridiscentes, opalescentes o con efecto irisado se
cortan generalmente en cabujón. La parte de atrás de un cabujón es plana, pero
puede ser vaciada para realzar el color. Esta es la forma más simple de corte de una
piedra y se ve a menudo en joyería antigua. Es habitual en materiales de calidad
inferior que no son aptos para tallar de otra manera y por lo general es más barato
que cualquier otra talla.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
32
Talla brillante: La talla brillante es la más clásica y utilizada para el diamante. Consta de 58 o 57 facetas, según se
trunque o no el vértice inferior, llamado culet. La disposición y nomenclatura de las distintas facetas
Hasta principios del siglo XX, la evolución de la talla de los
diamantes se desarrolló de forma empírica, siendo las
mejoras el resultado de la práctica artesanal. En 1919 Marcel
Tolkowsky realizo los primeros estudios técnicos teniendo en
cuenta las propiedades ópticas del diamante y las reacciones
de la luz al refractarse en su interior. Tras algunos retoques
posteriores en la determinación de los ángulos de la corona y
la culata, estableció las medidas "ideales" para la talla
brillante. Dicho nuevo modelo de la talla fue rápidamente
apreciado La mejora del aspecto de diamante ha sido tal, que
numerosos dueños de diamantes de talla antigua decidieron
la retalla de sus piedras, a pesar de la gran pérdida en peso, que supone esta operación. Las tallas derivadas del brillante
tienen el mismo número de facetas, pero su contorno no es circular. Son las denominadas talla ovalada u oval, marquise
o marquesa, pera o perilla y corazón.
Tallas en galerías: Son unas tallas en la que las facetas tienen forma de
trapecios alargados, con las aristas paralelas al filetín denominadas
habitualmente galerías.
La talla más importante de este grupo es la talla esmeralda, utilizada
especialmente para esta gema. Tiene forma octogonal en el plano del filetín,
pudiendo ser rectangulares y cuadradas. Se utilizan generalmente en piedras
de color. Reciben distintos nombres según la forma: talla esmeralda,
baguette, cuadrada o carré, trapecio, rombo, pentágono, etc.
Talla mixta: En estas tallas la parte superior es de tipo brillante y la culata se
talla en galerías paralelas, como en la talla esmeralda. Actualmente la
inmensa mayoría de zafiros y rubíes que se tallan en Tailandia, India o Sri
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
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Lanka tienen tallas de este tipo, ya que las culatas talladas en galerías permiten mayor aprovechamiento del bruto, a
costa de la apariencia estética de la piedra.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
34
Proceso de tallado:
Al elegir un cristal para tallar hay que asegurarse de que
posee una gran dureza, ya que éste es un factor
particularmente importante durante las tareas de pulido. Una
vez elegido el material, se contempla su magnitud en bruto, así
como la situación de las posibles inclusiones o fracturas del
cristal, y se valoran las características ópticas y físicas.
Principalmente su color, estructura y forma.
Los primeros pasos consisten en dar una forma aproximada a la
gema, es decir, una preforma. Para ello, hay que definir el
volumen y la forma que se pretende obtener en ella aplicando cada tallador una serie de premisas en función de su
objetivo: máximo peso, número de gemas que se desea obtener, destacar una determinada inclusión, obtener un
correcto efecto de asterismo, el máximo de brillo, color y transparencia, etc.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
35
Procesos básicos en la talla de una gema:
Evaluar la dureza, definir partición.
Aserrado y exfoliación:
Se debe obtener un primer volumen aserrando el mineral con diversos discos de metal, del mínimo
grosor posible, los cuales estarán cargados con polvo muy fino de diamante y refrigerados constantemente en
agua. Estos discos abrasivos desgastan el mineral y avanzan en él por desgaste abrasivo. Algunas gemas como el
diamante se pueden exfoliar de un golpe, pero por lo general, es mucho más frecuente y seguro el aserrado. En
cualquier caso, se realizará un análisis cristalográfico previo para determinar el modo correcto de proceder.
Desbaste o pre-pulimentado:
En el desbaste se eliminan, por lo general, aquellos pedazos de gema con excesivos defectos y se define
la forma aproximada que ésta tomará. Bien con las manos o bien pegada en el extremo de una varilla, la gema
se desbasta en muelas verticales de carborundum (carburo de silicio), diamante sintetizado o bien en platos
horizontales de hierro fundido que actúan de soporte para el abrasivo de diamante o de polvo de carborundum.
Las muelas deben estar constantemente refrigeradas con agua. El desbastado se realizará presionando el
material contra la muela hasta eliminar los trozos sobresalientes y lograr definir y concretar con ello el volumen
de la gema, que quedará así lista para facetar.
TP Final – Técnicas y materiales III
“Gemas y Engarces”
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Facetado:
La luz penetra por la parte superior de una gema tallada (tabla) y es reflejada por las distintas facetas en
ellas realizadas, en especial la del fondo de la misma. Estas facetas actúan a modo de espejos de luz, y forman
entre ellas ángulos perfectos que varían en función de las propiedades ópticas de cada material en concreto de
su refracción y reflexión; por ello cada gema requiere un ángulo concreto de corte que permita que la luz salga
correctamente reflejada a través de la tabla. Para que esto ocurra, se empieza a facetar por la faceta principal
(suele ser la de mayor tamaño, la más limpia y normalmente opuesta a la zona de color). Se lleva a cabo con
diversos discos de giro horizontal realizados en diferentes materiales, sirven de soporte al polvo de diamantes
que actúa como abrasivo. Se comienza por la tabla, se pule de manera que sirva de guía para tallar las demás, ya
que por ésta faceta es por donde entra la luz y sale reflejada. Para pulir la tabla se utiliza un abrasivo que varía
según la gema.
Pulido:
Una vez pulida la tabla se pega con un lacre adecuado en el extremo de una varilla de metal
(denominada enargot tradicional) la cual permitirá manipular la gema, es muy importante que la gema quede
centrada con el dop, pues de este modo las facetas estarán en perfecta simetría. Se coloca el dop en la máquina
de facetar y se hace primero un pre pulido del filetín torneándolo en el disco. Seguidamente se ajusta el ángulo
de la faceta en la máquina de facetar y se presiona la gema contra el disco; de este modo, y siguiendo
determinado orden se realizan todas las facetas de la parte superior de la gema (filetín). Después se gura la
gema y se encola en la parte superior ya finalizada dejando libre la parte posterior (o culata) para facetarla.
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Pulido y abrillantado:
Al facetar se consigue un afinado muy preciso, debe completarse con un buen pulido.
Independientemente del material, si no está bien pulido el brillo será deficiente. Se obtiene mejores resultados
de pulido y consecuencia brillo con cristales de elevada dureza. Para pulir pueden utilizarse: discos con diamante
de grano muy fino, de cobre u otras aleaciones metálicas impregnadas con abrasivos variados, por ejemplo:
oxido de cromo, oxido de serio u oxido de aluminio. Para comprobar un buen pulido, hacemos reflejar en la
superficie luz de modo que sea posible observar cualquier detalle reflejado en ella.
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Talla cabujón:
Se trata de la talla más antigua y simple.
Resalta mejor los colores y las formas en las piedras translúcidas u opacas y los efectos ópticos como el lustre, la
iridiscencia, los ojos de de gato y las estrellas.
El nombre tiene su origen en la palabra francesa “cabuchón”, que puede traducirse como “cabeza”. La palabra tiene
varias acepciones, una de las cuales, se aplica a las piedras preciosas pulimentadas sin facetar, con la parte superior de
forma convexa, más o menos pronunciada, y la base totalmente plana, aunque también puede ser ligeramente convexa.
Las piedras con talla cabujón se encuentran entre las primeras que se utilizaron para adornar la joyería primitiva y hoy
en día siguen siendo populares, especialmente cuando se tratan de piedras translúcidas u opacas.
La forma de reflejar la luz de una talla cabujón es totalmente distinta a la de las gemas talladas con facetas. Las piedras
empleadas suelen ser: cuarzo, piedra de la luna, ojo de gato, ópalo, berilo, turmalina, etc.
Los cabujones pueden ser adquiridos en una gran variedad de formas y tamaños normalizados.
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Engarce de cabujón:
Al tratarse de piedras totalmente opacas, o en el mejor de los casos, sólo ligeramente translúcido y carente de culata, a
efectos de la luz, da lo mismo que el engaste sea abierto o cerrado. Básicamente, se trata de monturas de forma sencilla,
que garantizan una sujeción segura de la piedra y que sólo permiten que la luz incida desde la parte superior.
En su forma más simple, la piedra descansa sobre el fondo plano de la caja de engaste y queda retenida por la pared
vertical de la misma, cuyo borde superior se apoya contra la pared.
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Engarces
Las piedras han constituido desde siempre la esencia de la joyería y con su fin de ser mostrado surgió la técnica
del engarce.
Se da el nombre de “engarce” a cualquier sistema, entre los utilizados en joyería, que sirva para fijar una gema en un
emplazamiento elegido de antemano, procurando que ofrezca el mejor aspecto posible. Generalmente, suelen elegirse
piedras cuyo color, tamaño y forma combinen armónicamente con el color del metal y la forma de la pieza.
Las piedras cuyos bordes presentan un elevado grado de inclinación, como las de talla cabujón, fueron las primeras en
ser talladas por el hombre y, en consecuencia para sujetar estas piedras, los engarces de virola fueron también los
primeros en utilizarse. Estos engarces se diferencian especialmente de los de grifas y los de granos en que, en la
totalidad del perímetro de la piedra, queda ajustado en el interior de una pared metálica cuyo borde superior o pestaña
se dobla contra la corona de la piedra, fijándola en el asiento. Actualmente, los engarces de virola, son el medio más
utilizado para el engarce de piedras, incluso en piezas de alta joyería. Se fabrican en toda clase de aleaciones de metales
nobles, tales como: oro de color, oro blanco, platino, plata fina, plata 925, etc. Aunque estos engarces pueden obtenerse
por microfusión, ya incorporados a la pieza, es mucho mejor fabricarlos aparte, con chapa laminada y luego soldarlos a
la pieza principal.
Antes de empezar la montura de la piedra, es necesario observar primero la gema, estudiar sus propiedades físicas y su
talla.
Los engarces se dividen en abiertos y cerrados.
El equipo necesario consiste en buriles, fustes o soportes de madera, que sirven para fijar las piezas, lacre, el motor de
mesa y una buena iluminación.
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Engarce abierto:
Es el que permite que la luz, además de penetrar a través de
la corona de la piedra también pueda hacerlo a través de la culata de
la misma, ya sea desde la parte de atrás de la montura, por los lados,
o por ambas partes al mismo tiempo. Por este motivo, cuando se
trata de piedras transparentes o translucidas, es conveniente que la
luz pueda atravesarlas, con objeto de mejorar los efectos ópticos y
aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece la reflexión de la
misma.
Engarce cerrado:
Cuando la pared que rodea la piedra es continua, y no existe
abertura alguna en la parte inferior, el bisel recibe el nombre de
“cerrado”. En un engaste de estas características, la piedra sólo
recibe la luz por la parte superior o corona. Este tipo de engaste
resulta adecuado para piedras opacas, generalmente planas o de
talla cabujón, en los que el realce de la piedra no depende
exclusivamente de la refracción de la luz y en los que, además de la
forma y color, también reviste suma importancia la luz reflejada.
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Herramientas:
Los buriles
Son las herramientas más utilizadas para engastar; el
buril es un perfil de acero que, convenientemente
preparado, se utiliza para cortar metal, realizar los
ajustes en las monturas, levantar granos y decorar o
recortar el metal.
El empujador
Es un utensilio imprescindible y se utiliza para abocar el metal encima de la
piedra y cerrar la montura, evitando de este modo que la piedra caiga.
Bruñidor
El bruñidor es una herramienta de acero que sirve para
pulir la virola y para rebajar las desigualdades o asperezas
que tiene la misma en la superficie.
Los bruñidores de acero para trabajar el oro, plata, cobre,
hierro y acero son curvos o rectos, redondos o en punta
para adaptarse a los salientes o entrantes de las piezas.
La parte redonda debe estar muy pulimentada, y el
instrumento muy templado y liso.
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Lacre
Para poder engastar se fijan firmemente las monturas
en una pasta rígida denominada Lacre; asimismo, para
soportar y manipular convenientemente la pieza se
aplica lacre en unos soportes llamados fustes.
El lacre es una composición de goma laca, almagre y
colofonia; se pueden variar los distintos componentes,
pero la proporción más utilizada es la que consiste en
mezclar partes iguales de los tres ingredientes. Aunque
tiene la misma apariencia y el mismo método de
preparación que el lacre de cincelado, éste posee
una mayor dureza y diferente función.
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Tipos de engarce:
Engarce de virola
Se utiliza sobre todo para montar cabujones, pero también sirve
para piedras facetadas, si se fabrica dentro de la virola una “repisa”
donde la piedra pueda asentarse.
Consiste en una banda protectora del metal que rodea la circunferencia
de la gema y la retiene en su posición. Para construir la virola, se
emplea una tira de plata 1000 de 0,5mm. Se suelda la unión y debe
quedar lo suficientemente suelta para que la gema pueda introducirse
sin forzarla desde arriba, pero lo suficientemente ajustada como para
que ésta no quede suelta. Se suelda la virola en una plancha, se recorta
la parte sobrante para formar un cuenco. Se puede recortar también la
parte interior de la base, dejando una repisa para que apoye la piedra,
esto se hace para que ingrese luz.
Para engarzar la gema, se coloca dentro de la virola, y con la ayuda de
un empujador, se baja el metal sobre la piedra, presionándolo en
puntos opuestos (norte, sur, este y oeste; y luego, noroeste, noreste, suroeste, sureste y así sucesivamente). Para
suavizar el metal alrededor de la piedra, se emplea un bruñidor.
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Se usa para engarzar piedras trasparentes y facetadas, puesto que
eleva y muestra la piedra manteniendo el mínimo metal alrededor de
ella. Las grifas se sueldan a un bisel para que mantengan una forma
estable, y hacen falta al menos tres para sujetar la piedra. Se pueden
añadir detalles decorativos, como por ejemplo cortes para que las grifas
queden dentadas, o engarces pequeños en la parte superior de éstas.
En la parte interior de cada grifa se debe grabar una hendidura con una
fresa, ligeramente por debajo de la punta, para que la piedra se asiente.
La punta de la grifa se debe adelgazar y pulir antes de colocar en su lugar.
Para fijar la piedra hay que presionar los extremos de las grifas contra el
borde de la piedra, por encima del filetín, con un empujador. El metal se
debe bruñir para que quede al mismo novel que la superficie de la piedra.
Engarce de carril
Se usa para engarzar filas de piedras de talla cuadrada o baguette.
En el interior del carril se talla una hendidura, y el metal se “dobla” por
encima de la piedra para sujetarla por el filetín por dos de sus lados. De
esta manera, las gemas pueden introducirse unas junto a otras y se
consigue un efecto continuo. Este tipo de engarce requiere exactitud,
puesto que las piedras tienen que ser del mismo calibre y del mismo
color.
La montura debe fabricarse de manera que se ajuste a las
especificaciones precisas de las gemas que se empleen. El interior del
carril se debe tallar para que las piedras se ajusten perfectamente y
queden a la misma altura. Una vez que las piedras están colocadas
dentro del carril, sin que haya huecos ni metal entre ellas, el borde del
metal se presiona por encima de las piedras para fijarlas en su posición.
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Engarce de tubo
Aunque el efecto del engarce a partir de un tubo puede ser similar a un engarce de
virola, la elaboración de la pieza es diferente. El hecho de que la parte posterior
quede abierta significa que la piedra recibe más luz.
Se suelda un tubo al cuerpo de un anillo y se lima el extremo para que quede
enrasado. Con una fresa redonda del mismo tamaño que la piedra se rebaja el
interior del tubo para que la piedra pueda asentarse en el hueco, que debe ser lo
suficientemente profundo como para que el filetín quede justo por debajo
de la superficie. La pared del tubo debe ser lo bastante gruesa para poder
rebajar el interior y dejar un grosor de al menos 0.5mm donde engarzar la
piedra. El borde del tubo se puede adelgazar con una lima, si es necesario,
para que sea más fácil presionarlo contra la piedra con un empujador. Esta
pieza debe limpiarse muy bien y pulirse antes de engarzar la piedra. Este
método es muy bueno para mostrar cabujones y piedras facetadas.
Engarce de grano
Puede usarse con tallas facetadas, cabujones, medias perlas y perlas
enteras. En el metal se hace un hueco que alojará la piedra, y éste se
sujeta con ayuda de unos minúsculos granos. Estos se elaboran haciendo
unas “uñas” en el metal con un cincel, a la que a continuación se da forma
redondeada con un granidor, que es una herramienta especial para ello
con una pequeña cavidad en la punta. Los granos se asientan sobre el
borde de la piedra y la sujetan.
Las piedras facetadas deben asentarse en un hueco hecho con una fresa
para que el filetín quede al mismo nivel que la superficie del metal, el
metal que rodea l piedra se talla a menudo con un buril plano para que
refleje luz sobre la piedra y para eliminar las marcas producidas durante la
fabricación de los granos.
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Engarce “Pavé”
Se emplean piedras pequeñas de talla brillante, que se colocan muy
cerca unas de otras, dejando solo una minúscula superficie del metal a
la vista entre ellas, y sujetas por pequeños granos que se levantan con
mucho cuidado del material de la base. La superficie del metal parece
estar empedrada, y de ahí su nombre. Se puede crear un efecto similar
usando garras en lugar de granos.
En la base del metal se practican unos agujeros con el taladro, muy
cerca unos de otros, pero teniendo en cuenta el diámetro de las
piedras. Con una fresa redonda se agrandan los agujeros de manera
que, al introducir la piedra, el filetín quede al mismo nivel que la
superficie del metal. Los granos se levantan con el buril y se presionan
sobre la piedra con un granidor del tamaño preciso, para darles forma.
El metal que queda entre las piedras se trabaja para eliminar las
posibles marcas de las herramientas. Se pueden levantar granos para
tapar los huecos que hayan podido quedar.
Engarce de tensión
Este tipo de engarce aprovecha la tensión del cuerpo del anillo para
mantener la piedra, que sólo tiene dos puntos de contacto con aquél, en su
lugar. El anillo debe ser de oro blanco, platino, o acero inoxidable. La plata y
otros materiales no tienen la resistencia a la tensión necesaria para
mantener la piedra en su sitio durante mucho tiempo y ésta acabaría
soltándose y cayéndose. Además, el anillo debe ser lo bastante grueso para
como para poder contener toda la altura de la piedra, con el fin de que la
culata no produzca roces incómodos en el dedo.
En las dos caras del metal se hace una hendidura con una fresa o buril que
ayuda a sujetar la pieza más fuertemente.
Una vez elaborado el cuerpo del anillo, se puede abrir lo suficientemente para colocar la piedra en su sitio con una lastra
o otra herramienta para ensanchar anillos. Cuando se suelte, el cuerpo del anillo sujetará la piedra con firmeza.
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Engarce de fantasía
Consiste en tallar facetas en el metal que rodea la piedra para que reflejen la luz de una
manera que engaña la vista y hace que la piedra parezca más grande de lo que en realidad es.
En un disco de metal más grande que la piedra se hace un agujero donde se coloca la piedra.
Esta se sujeta gracias a unos granos o grifas. Entonces se talla el metal con un buril para crear
facetas pulidas que imitan los reflejos de la piedra y crean la ilusión de que ésta es más grande
de lo que es.
Los mejores resultados se obtienen si se emplea una piedra incolora transparente y un metal
claro, como el oro blanco o el platino, y la pieza se enchapa con rodio blanco.