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ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL DOCUMENTO DE APROBACIÓN INICIAL DEL PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANÍSTICA DE EL CASTILLO DE LAS GUARDAS. SEVILLA. MAYO. 2011.
Plan General de Ordenación Urbanística de
El Castillo de Las Guardas
ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL.
PLAN GENERAL de ORDENACIÓN URBANÍSTICA de EL CASTILLO DE LAS GUARDAS. Provincia de SEVILLA.
El Exmo. Ayuntamiento del Castillo de Las Guardas ha aprobado el presente Plan General de Ordenación Urbanística
INICIALMENTE en Pleno de: PROVISIONALMENTE en Pleno de:
Fdo. La Secretaria. Fdo. La Secretaria.
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ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL
1. Descripción de las determinaciones del planeamiento
a. Ámbito de actuación del planeamiento b. Exposición de los objetivos del planeamiento c. Localización sobre el territorio de los usos globales e infraes‐
tructuras d. Descripción pormenorizada de las infraestructuras asociadas
a gestión del agua, residuos y energía. Dotaciones de suelo e. Descripción de las alternativas consideradas
2. Estudio y análisis ambiental del territorio afectado a. Descripción de las unidades ambientales b. Análisis de necesidades y disponibilidad de recursos hídricos c. Descripción de los usos actuales del suelo d. Descripción de los aspectos socioeconómicos e. Determinación de las áreas relevantes desde el punto de vis‐
ta de conservación, fragilidad, singularidad o especial protec‐ción
f. Identificación de afecciones a Dominios Públicos g. Normativa ambiental de aplicación en el ámbito de planea‐
miento
3. Identificación y valoración de impactos a. Examen y valoración ambiental de las alternativas estudia‐
das. Justificación de la alternativa elegida
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b. Identificación y valoración de los impactos inducidos por las determinaciones de la alternativa seleccionada
c. Análisis de los riesgos ambientales derivados del planea‐miento. Seguridad ambiental
4. Establecimiento de medidas de protección y corrección ambiental del planeamiento
a. Medidas protectoras y correctoras, relativas al planeamiento propuesto
b. Medidas específicas relacionadas con el consumo de recursos naturales y el modelo de movilidad/accesibilidad funcional
5. Plan de control y seguimiento del planeamiento a. Métodos para el control y seguimiento de las actuaciones, de
las medidas protectoras y correctoras, y de las condiciones propuestas
b. Recomendaciones específicas sobre los condicionantes y sin‐gularidades a considerar en los procedimientos de preven‐ción ambiental exigibles a las actuaciones de desarrollo del planeamiento
6. Síntesis
Pazos y Gómez, 2007
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EQUIPO REDACTOR: Este documento ha sido elaborado por el personal técnico del Grupo de Urbanismo que la empresa Noemí
Sanchís, Arquitectos & Urbanistas, S.L., ha conformado para la elaboración de planes, proyectos y programas en mate‐ria de planificación urbanística, con CIF: B‐21.372.792 y domicilio a efectos de notificación en Plaza de las Monjas, 1, 6º, en Huelva.
Dicho Grupo basa el producto de sus trabajos en el esfuerzo por lograr una conexión eficaz entre Sostenibili‐
dad, Ordenación del Territorio y Planeamiento Urbanístico, integrando los instrumentos de Evaluación Ambiental exis‐tentes. Para ello, su metodología de trabajo trata de introducir una dimensión triple en las decisiones sobre planifica‐ción y gestión de los usos del suelo:
- Una dimensión económica que lucha por equipar el uso racional de los recursos disponibles y el crecimiento económico del territorio a planificar; potenciando el desarrollo local en su propio término y para con su en‐torno;
- Una dimensión social que fomenta la cohesión y dinamiza la perspectiva del individuo en pos de mejorar su calidad de vida, apostando por la participación ciudadana a lo largo de todo el proceso y definiendo la enti‐dad propia del municipio; y
- Una dimensión ambiental que versa sobre la protección de los recursos naturales y la articulación de accio‐nes que permitan evolucionar hacia un entorno más sostenible minimizando, e incluso evitando, los posibles impactos ambientales que pudieran desprenderse de las propuestas de planeamiento.
El Grupo de Planeamiento se compone de técnicos de formación diversa y complementaria, originando de esta
forma un equipo de trabajo multidisciplinar con capacidad real y suficiente para analizar y profundizar en la ordenación territorial y el urbanismo, en la transversalidad que la dimensión medioambiental lleva asociada de forma inherente.
- AYUNTAMIENTO ALCALDE: Francisco Casero Martín TÉCNICO MUNICIPAL: Crispín Martín Martín - NOEMÍ SANCHÍS. ARQUITECTOS & URBANISTAS S.L. NOEMÍ SANCHIS MORALES. ARQUITECTO URBANISTA. VICTORIA GUZMÁN GUZMÁN. ARQUITECTO. MANUEL CÁMARA PÉREZ. ABOGADO‐URBANISTA. DIEGO GONZÁLEZ BATANERO. GEÓGRAFO Y ARQUEÓLOGO. VANESA GÓMEZ PÉREZ. AMBIENTÓLOGA. FRANCISCO JOSÉ PAZOS GARCÍA. AMBIENTÓLOGO.
Colaboradores: JUAN LIMÓN PINO. ARQUITECTO. VERÓNICA GAMERO LÓPEZ. ARQUITECTO TÉCNICO. FRANCISCO JOSÉ VIDOSA FERRER. TOPOGRÁFO.
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1.‐ DESCRIPCIÓN DE LAS DETERMINACIONES DEL PLANEAMIENTO
El presente documento constituye el Estudio de Impacto Ambiental (en adelante EsIA) del Plan General de Ordenación Urbana (en adelante PGOU) del término municipal del Castillo de las Guardas. Constituye un instrumento de prevención y control ambiental, dentro del procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental para la planificación urba‐na del municipio, que concluirá con la emisión del Informe de Valoración Ambiental por parte del órgano competente, en este caso, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
En este EsIA se incorporan las modificaciones que, como resultado de la informa‐ción pública, los cambios en la normativa vigente, las propias necesidades territoriales y el resultado del pasado período de alegaciones, se llevan a cabo respecto al documento original propuesto como aprobación inicial del PGOU.
El desarrollo del procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental en relación con la elaboración del PGOU que nos ocupa, se inició con el establecimiento del marco normativo de referencia de forma paralela a la definición del alcance de la evaluación a realizar. De esta forma, será de aplicación la legislación básica estatal en relación con el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental:
- Real Decreto Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Real Decreto 1131/1988, de 30 de septiembre, por el que se aprueba el Regla‐mento para la ejecución del Real Decreto Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Ley 6/2001, de 8 de mayo de modificación del Real Decreto Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Ley 9/2006, de 28 de abril, sobre evaluación de los efectos de determinados pla‐nes y programas en el medio ambiente.
Asimismo, la Comunidad Autónoma de Andalucía, ha legislado en materia de Eva‐
luación de Impacto Ambiental, siendo por tanto de aplicación la Ley 7/2007, de 9 de julio, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, en particular su artículo 40 (“Evaluación ambiental de los instrumentos de planeamiento urbanístico”).
Al quedar recogida la actuación de referencia en el epígrafe 12.3 del Anexo I de la citada Ley (“Planes Generales de ordenación urbanística, así como las innovaciones que afecten al suelo no urbanizable”), se justifica la necesidad de realizar un EsIA que acom‐pañe y complemente al PGOU del Castillo de las Guardas, con el contenido mínimo esti‐pulado en el Anexo IIB de la mencionada ley.
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En la elaboración de este EsIA se ha tenido en cuenta el enfoque metodológico que deriva del contenido de la Ley 9/2006, de 28 de abril, sobre evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente, adoptando los contenidos en materia de criterios de sostenibilidad que enmarcan la nueva norma, conformando un conjunto final de medidas protectoras y correctoras que se incorporan como normativa urbanística de obligado cumplimiento a los documentos del Plan.
Cabe mencionar, por tanto, que el cumplimiento de los preceptos de la citada normativa se traduce necesariamente en una mejor y más profunda consideración de la variable ambiental en el Plan General, ya sea inducida por determinaciones exógenas al planeamiento (suelos no urbanizables) o por criterio propio del planificador.
En concreto, los cambios introducidos más importantes son los siguientes:
- En el núcleo de La Aulaga se ha eliminado el sector urbanizable emplazado al sur del casco urbano, entre éste y el campo de fútbol.
- En Minas del Castillo, el sistema de gestión que se había propuesto como un AGI, finalmente se está negociando para gestionarlo a través de una junta de compensación vecinal.
- En Archidona se ha reorganizado la propuesta de suelos urbanizables para ajustarlos mejor a lo expresado en el Informe de Incidencia Ambiental y los deseos expresados por el Ayuntamiento.
- En el núcleo de El Castillo de las Guardas se ha eliminado el área de protec‐ción paisajística propuesta en el PGOU en el entorno de protección del BIC, para evitar problemas con las viviendas fuera de ordenación.
- En La Juliana, Lomas del Castillo y el suelo urbanizable situado al noroeste del núcleo urbano de El Castillo de las Guardas, la clasificación del suelo se man‐tiene como SUT; si bien, se espera que durante el proceso de redacción y aproba‐ción del presente Plan, se conviertan en suelo urbano.
- En Arroyo de la Plata el sector urbanizable situado al sur del casco urbano, entre éste y el cauce del río Guadiamar, se ha reclasiflicado como suelo no urbani‐zable.
- Los convenios denominados “El Cañuelo” y “Los Almocafres”, se eliminan de la propuesta convirtiéndose en suelo no urbanizable. En definitiva, el presente EsIA posibilita la adopción de un enfoque positivo del
suelo no urbanizable, que lo define en función de sus caracteres, valores, potencialidades y limitaciones, y no sólo vedándolo al desarrollo urbano, poniendo así fin a la concepción residual de esta clase de suelo que imperaba en la legislación urbanística anterior.
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a. Ámbito de actuación del planeamiento
El municipio de El Castillo de las Guardas se sitúa al noroeste de la provincia de Sevilla, en el área montañosa de las últimas estribaciones de Sierra Morena en su descen‐so hacia el Valle del Guadalquivir.
Sierra Morena es una cordillera que constituye el reborde sur de la Meseta Cen‐
tral. Su aparición se produjo en la Era Terciaria, fruto del movimiento orogénico alpino, cuando la presión de la placa africana afectó al zócalo del macizo Hespérico y a los sedi‐mentos depositados en sus orillas. Por lo tanto, Sierra Morena es una combinación de flexión y falla, con presencia de materiales duros antiguos, junto a otros más plásticos y jóvenes, que actúa como escalón de descenso desde la Meseta hasta la depresión del Guadalquivir, que la flanquea por el sur.
Se extiende al norte de Andalucía y en dirección este‐oeste, incluyendo varias sie‐rras: Sierra Madrona, Sierra de Aracena, Sierra Norte de Sevilla, Sierra de Hornachuelos, Sierra de Córdoba, Sierra de Cardeña y Montoso, etc.
Presenta una gran riqueza minera además de su aprovechamiento forestal, ci‐negético y ganadero. Actualmente, gran parte de su superficie está protegida como la ocupada por los Parques Naturales más cercanos al Castillo de las Guardas: Sierra Norte de Sevilla y Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
El término municipal del Castillo de las Guardas presenta una altitud media sobre
el nivel del mar de 350 ‐ 400 m, tiene una superficie de 261 km2 y una población de 1.612 habitantes en el año 2.010.
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El ámbito territorial que comprende el municipio se corresponde aproximadamen‐
te con un círculo de unos 8 km de diámetro con centro en el núcleo de población principal (El Castillo de las Guardas), distorsionado en su zona oeste por la cuña triangular que avanza hacia el vecino término municipal onubense de Nerva.
Los límites del municipio son los siguientes:
- Al norte, el término municipal de Zufre (Huelva).
- Al sur, los municipios de Aznalcóllar y Gerena (Sevilla).
- Al oeste, los términos municipales de Nerva (Huelva) y El Madroño (Sevilla).
- Al este, los municipios de El Garrobo y El Ronquillo (Sevilla).
El Castillo de las Guardas pertenece al partido judicial de Sanlúcar la Mayor y está incorporado a la “Sociedad Corredor de la Plata” y a la Mancomunidad “Cornisa Sierra Norte” que, además, de este municipio, agrupa a los siguientes: Aznalcóllar, Burguillos, Castilblanco de los Arroyos, El Garrobo, Gerena, El Madroño y El Ronquillo.
Constituye un municipio rural polinuclear caracterizado principalmente por sus
grandes extensiones de dehesas y vertebrado por el Río Guadiamar y la Autovía de la Pla‐ta; estos elementos convierten al término municipal en un territorio a ordenar, que cuen‐ta con elevados valores ambientales y distintas estrategias de desarrollo.
b. Exposición de los objetivos del planeamiento
La elaboración del PGOU del Castillo de las Guardas surge no sólo como conse‐cuencia de la necesidad de adecuar el planeamiento urbanístico municipal a la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenación Urbanística de Andalucía, sino también co‐mo respuesta a la demanda planteada por la Corporación Local, de definir, en este mo‐mento y ante las insuficiencias en el modelo de desarrollo urbano propuesto en las Nor‐mas Subsidiarias, el modelo territorial para los distintos emplazamientos urbanos con objeto de lograr una imbricación racional con el resto del territorio municipal, siempre dentro de unos parámetros generales de sostenibilidad.
En estos momentos, la elaboración del PGOU es una oportunidad real para llevar a
cabo un trabajo en coherencia y simultaneidad con la redacción de los planes generales de todos los municipios colindantes, contribuyendo así a la definición y articulación terri‐torial y urbanística de este espacio supramunicipal.
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En este modelo territorial, el proyecto de infraestructuras “Autovía de la Plata”,
definido desde la Administración Pública, tiene un papel vertebrador del territorio y re‐presenta un factor fundamental que condiciona tanto la futura estructura urbana como los posibles crecimientos y usos a absorber por el resto del territorio municipal. Así, se prevén diversas infraestructuras que siguen el diseño de la Autovía, a modo de corredor de infraestructuras, como factor más importante de oportunidad local.
De la misma forma, el río Guadiamar, se convierte, a su paso por el municipio, en
un elemento más de vertebración del territorio, de forma prácticamente paralela al tra‐zado previsto para la Autovía de la Plata. Precisamente, el PGOU trata de enfocar los ob‐jetivos de planeamiento a este respecto, a la consecución de la puesta en valor de los ecosistemas asociados a su cauce, la calidad de sus aguas y el aprovechamiento de su trazado no como barrera natural que impide el crecimiento urbano sino como elemento o nexo de unión entre las zonas rurales y despobladas con aquellas en las que predominan los usos urbanos.
En este sentido, el PGOU se erige como instrumento integrador de este nuevo co‐
rredor de infraestructuras que se suma a la trama urbana, buscando siempre el desarrollo equilibrado de los cascos urbanos y la puesta en valor, conservación y protección de los recursos naturales existentes en el municipio.
El equipo redactor del PGOU ha basado sus objetivos en la consecución de un úni‐
co eje o plataforma de comunicaciones noroeste – sureste, que facilite las relaciones de los municipios colindantes con la ciudad planificada para el Castillo de las Guardas, pero permitiendo el crecimiento futuro de ésta hacia este y oeste, evitando la aparición de barreras. Se trata de definir un sistema integral de transporte de flujos de entrada y salida al municipio que procure la máxima sinergia, mejorando la conexión entre los distintos puntos de poblamiento disperso y potenciando las relaciones transversales entre las dis‐tintas áreas con la mejora de la accesibilidad.
Por lo tanto, la integración en la estructura urbana del Plan General del trazado vi‐
gente de la Autovía de la Plata (A‐66) a su paso por El Castillo de las Guardas, establecido por el Ministerio de Fomento, así como los enlaces previstos con el sistema general de comunicaciones de la ciudad, se convierte en el objetivo fundamental del planeamiento propuesto para este municipio.
Asimismo, este “Corredor de Comunicaciones e Infraestructuras” (Autovía de la
Plata y río Guadiamar), se plantea con la mínima afección al medio natural, la correcta
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gestión y manejo de los espacios rurales y la potenciación de aquellos recursos naturales como factores de desarrollo local.
Se posibilita así la ordenación de un espacio que ha crecido de manera desigual y
dispersa, afectando en algunas ocasiones al medio natural, definiendo con el PGOU una solución que no sólo resuelve problemas actuales del municipio, sino también contempla los futuros.
Junto a los objetivos de creación de infraestructuras y niveles de servicios y equi‐
pamientos adecuados a las actuales demandas, el PGOU procura dar sentido al espacio a ordenar huyendo de la tradicional “Ciudad Dormitorio” y tratando de definir un municipio más cercano al concepto de “Ciudad Residencial Equipada”, con empresas y servicios que fijen a la población.
Esto conlleva, por un lado la rehabilitación de la vivienda rural y la consolidación de los espacios vacíos que actualmente existen en el término municipal, frente a la crea‐ción de nuevos núcleos desconectados que potencien el consumo masivo de suelo, así como la conservación y puesta en valor del patrimonio arquitectónico; y por otro lado, el esfuerzo por lograr la ampliación de la oferta de equipamientos básicos pero también de los usos alternativos al residencial: turístico, tecnológico, educativo, geriátrico, de espar‐cimiento y ocio,... propiciando la creación de empleo, completando la oferta metropolita‐na e incorporando al Suelo Urbano actuaciones existentes en el medio rural tramitadas como de utilidad pública e interés social. Se trata en definitiva de encontrar e implantar nuevas fórmulas comerciales que revitalicen y modernicen el pequeño comercio adaptándolo a las nuevas tecnologías y a la nueva morfología urbana establecida en el PGOU.
Este objetivo se materializará con la mejora de la actividad tradicional y el fomen‐to de otros usos y actividades compatibles con el mantenimiento de los valores ambienta‐les.
De la misma forma, los núcleos diseminados requieren de su definitiva reurbaniza‐
ción y dotación de servicios. Los equipamientos necesarios deben quedar a cargo básica‐mente de pequeñas actuaciones de ensanche que definan y clarifiquen los límites físicos de dichos núcleos de población integrados en el medio rural y resuelvan demandas de viviendas dirigidas a un aumento en la calidad y habitabilidad del espacio vivido.
El modelo de ordenación ambiental‐territorial propuesto recoge en su estructura
las directrices y planes del ámbito supramunicipal, favoreciendo de este modo, la co‐nexión físico‐natural con otros municipios y conformando la red natural de vertebración de los distintos ecosistemas del territorio a nivel comarcal, provincial y regional.
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En este sentido, el Decreto 103/1999, de 4 de mayo por el que se aprueba las Ba‐ses y Estrategias del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, establece entre las estrategias relativas a la gestión de los recursos naturales y el paisaje la siguiente: “SP‐3 integrar los elementos de protección entre sí, hasta generar redes coherente e interconec‐tadas. Es necesario por lo tanto, que el modelo de ordenación ambiental‐territorial pro‐fundice en las funciones que pueden desempeñar determinados elementos lineales del medio (ríos y arroyos; vías pecuarias y caminos rurales; infraestructuras de comunicación) para configurar el Sistema de Protección Regional, entendido como un sistema integrado de relaciones ecológicas, culturales y recreativas en el territorio”.
El término municipal se configura dentro de un espacio de transición entre los
ecosistemas serranos de Sierra Morena y los de la campiña del Valle del Guadalquivir. En la conexión entre las áreas relevantes, espacios protegidos o ecosistemas singulares ads‐critos, se deberá ordenar el municipio utilizando los elementos del medio que favorezcan la funcionalidad de los corredores para la diversidad y movilidad faunística, para la con‐servación de especies vegetales, preservación de porciones ecológicas naturales, mante‐nimiento de ecosistemas singulares y sustentar paisajes de alta calidad de origen natural o antrópico.
Por tanto, en el término municipal el tejido territorial debe permitir la permeabili‐dad favoreciendo la conectividad norte‐sur y este‐oeste a través de los ecosistemas exis‐tentes, linderos de parcelas, bosques islas y arroyos. Independientemente de las redes naturales que integran el modelo, las áreas de interés físico natural y los pasillos deberán conformar espacios suficientes de esparcimiento para las especies animales y vegetales presentes.
En este sentido, la conexión entre áreas deberá tener como base los elementos del medio (naturales o artificiales), de modo que favorezcan la conectividad y la confor‐mación de un tejido territorial (Pineda et al. 2002), que deberá basarse preferentemente en:
‐La red hidrográfica. Sistemas riparios formados por bosques y otras formaciones propias de sotos más o menos desarrollados. El vector de conexión territorial es el agua, no sólo la que fluye a lo largo del río, sino también la drenada a lo largo de las laderas que configuran la cuenca hidrográfica.
‐Comarcas con patente implantación de sistemas agrarios de base tradicional. La trama rural de cada comarca guarda relación con la estructura socioeconómica de sus municipios: aquella se refleja de alguna forma en esta estructura y viceversa (Schmitz et al., 2001), por tanto, la caracterización de las conexiones deben incorporar parámetros de este tipo. Las conexiones espaciales las proporciona la
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propia dinámica de la gestión agraria (movimiento del ganado, trasiego de materiales y animales, abonados, etc).
‐Sistemas de ladera peculiares, que mantienen sistemas montaraces y agrarios integrados. La conexión es vectorial, determinada por el flujo de agua y materiales desde las zonas de exportación en las partes altas de ladera a las bajas. En el paisaje tradicional las partes más altas contienen sistemas más maduros, como bosques y matorrales, con menor “turnover” y alta persistencia de la materia orgánica en el suelo. Estas pueden actuar como fertilizadoras naturales de las partes bajas de ladera.
‐Zonas altas de los montes. En estos casos, la dificultad del acceso humano a estas zonas termina manteniendo relativamente aislados a estos sitios, por donde pueden trasladarse animales sensibles a ruidos y trasiegos humanos.
‐Red de vías pecuarias. Se trata de estructuras lineales de propiedad pública. Probablemente no actúen como auténticos corredores, sino más bien como refugios para organismos expulsados de campos de cultivos y terrenos agrarios explotados. Los abrevaderos y descansaderos del ganado que se encuentran a lo largo de estas vías constituyen elementos singulares de interés conectivo, sobre todo para la fauna.
‐Sistemas discontinuos de recarga y descarga de aguas subterráneas, sobre todo en las cuencas de los ríos (río Guadiamar).
‐Determinadas extensiones de “monte” mediterráneo y otros tipos de formaciones forestales conservan ciertas especies singulares que precisan conexiones a lo largo de territorios extensos.
‐Sistemas de humedales. Su mantenimiento interesa a fenómenos esencialmente físicos, pero ligados a procesos ecológicos sucesionales de gran interés en la conservación.
Por lo tanto, y resumiendo, a continuación se enumeran los criterios y objetivos generales y específicos que pretende cumplir el PGOU de El Castillo de las Guardas para dar respuesta a las necesidades reales del municipio:
Objetivos Generales:
- Correcta funcionalidad y puesta en valor de la edificación existente.
- Conservación, protección y mejora del centro histórico.
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- Apuesta por la integración de los nuevos desarrollos en la ciudad ya conso‐lidada y los que quedan fuera del entorno del núcleo urbano se ubicarán de forma coherente a la estructura del territorio, justificados de la siguiente forma:
o El sector turístico de Los Parrones se vinculan a las acti‐vidades taurinas y equinas, principal base económica del municipio, para poder generar tanto empleo como valor añadido.
o El sector turístico de Minas se vincula directamente al núcleo zoológico (Reserva de El Castillo de las Guardas) y de forma conexa a la antigua venta y actuales instalacio‐nes hoteleras y de restauración ubicadas junto a la en‐trada del recinto.
- Funcionalidad, economía y eficacia en las redes de infraestructuras para la prestación de servicios urbanos, siempre que sea posible.
- Se preservarán siempre del proceso de urbanización las siguientes superfi‐cies:
o las colindantes con el dominio público natural para pre‐servar su integridad;
o las excluidas por algún instrumento de ordenación del territorio;
o aquellas en las que concurran valores naturales, históri‐cos, culturales, paisajísticos u otros que, conforme a la LOUA y por razón de la ordenación urbanística, merez‐can ser tuteladas;
o aquellas en las que se hagan presentes riesgos naturales o derivados de usos o actividades cuya actualización de‐ba ser prevenida;
o allí donde se localicen infraestructuras o equipamientos cuya funcionalidad deba ser asegurada.
- Mantenimiento de las tipologías edificatorias, edificabilidades y densidades preexistentes.
- Refuerzo de la estructura polinuclear del municipio, apostando por un de‐sarrollo económico y de puesta en carga de suelos, descentralizada en varios de los núcleos más importantes.
- Correspondencia y proporcionalidad entre los usos lucrativos y las dotacio‐nes y servicios públicos previstos.
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- Coherencia, funcionalidad y accesibilidad a las dotaciones y equipamientos, que serán de distribución equilibrada y descentralizada en los distintos núcleos.
- Definición de los ámbitos objeto de especial protección por su valor arqui‐tectónico, histórico o cultural.
Objetivos Específicos:
- Establecer líneas reales de crecimiento urbano.
- Mejora de la estructura viaria interna de los cascos urbanos.
- Consolidación de vacíos en el actual suelo urbano.
- Diversificación de usos y actividades y creación de espacios adecuados para ello.
- Establecimiento de cinturones y vías verdes a partir de las vías pecuarias y cursos de agua presentes en el término municipal.
- Creación de una red de corredores verdes que vinculan los principales núcleos urbanos (Archidona, Arroyo de la Plata‐La Jualiana y El Castillo de las Guardas); asociados a la presencia del Guadiamar y su vega, y que el PGOU pro‐pone como área de protección paisajística (SNU de EP por el Plan General).
- Consolidación de los valores que fundamentan la proyección turística rural sostenible del municipio.
c. Localización sobre el territorio de los usos globales e infraestructuras La localización y distribución de los usos globales referidos al número de viviendas,
espacios libres, equipamiento dotacional y desarrollo de la red viaria e infraestructuras pueden consultarse en los planos de Información y Ordenación del Documento de PGOU.
Respecto al resto de infraestructuras necesarias para el desarrollo del plan, tanto
el abastecimiento de agua potable como el saneamiento se resolverán mediante su co‐nexión a las redes municipales actualmente existentes a través de un convenio firmado al efecto con EMASESA y actualmente en fase de tramitación. De la misma forma el suminis‐tro eléctrico partirá de las instalaciones ya existentes, previendo el propio plan, una vez desarrollado éste y si se superan las expectativas poblacionales, la reserva de terrenos para la construcción de una nueva subestación eléctrica sita al noreste del núcleo princi‐pal, próximo al río Guadiamar y en el punto de intersección de las líneas eléctricas exis‐tentes que dan servicio a todo el municipio.
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De cualquier forma, estas infraestructuras, así como el resto, quedarán plenamen‐te definidas en los correspondientes proyectos de ejecución y puede consultarse su locali‐zación exacta en la distinta cartografía de detalle que acompaña tanto al presente EsIA como al Plan.
d. Descripción pormenorizada de las infraestructuras asociadas a gestión del agua, residuos y energía. Dotaciones de suelo
i. Gestión del agua
En El Castillo de las Guardas, no existe una verdadera red de abastecimien‐
to de aguas potables de consumo urbano, siendo éste el principal problema. Además, si bien la mayoría de los núcleos se abastecen de sus propios pozos de forma suficiente, en especial en el caso de El Cañuelo, y de los futuribles creci‐mientos, no se puede garantizar el abastecimiento bajo las actuales condiciones, por lo que se hace necesario mejorar el sistema, y dotar de infraestructuras de abastecimiento al mayor número de núcleos posible, y servir al mayor porcentaje de la población que permitan los recursos. La financiación de tales infraestructuras es muy costosa y complicada, habiendo entonces que asumir la necesaria adscrip‐ción de gran parte de las mismas a nuevos crecimientos propuestos y existentes, pero a la vez, el crecer implica unos mayores consumos, por lo que debe de garan‐tizarse un abastecimiento suficiente y que a la vez cuente con recursos hídricos de calidad y en la cantidad adecuada.
El Ayuntamiento de El Castillo de las Guardas ha realizado una ímproba la‐
bor de estudio de las necesidades de la nueva red de abastecimiento, contando con numerosos y exhaustivos estudios, con distintas alternativas, y resultados dis‐pares. El coste necesario es, inevitablemente, muy elevado, pero finalmente pare‐ce lógico que el abastecimiento se realice a partir de los embalses de El Crispinejo y el Pantano Viejo, que por sus características (cota, capacidad y ubicación) resul‐tan los más adecuados.
Actualmente, la captación y potabilización de las aguas para el suministro a
los distintos núcleos está totalmente individualizada desde sus propios pozos y de‐pósitos, con la excepción del núcleo principal y de La Aulaga que se abastecen des‐de la Estación de Transferencia de Agua Potable (ETAP) del Pantano Viejo. Por otra parte, los núcleos de Rosaleda de la Plata, Minas del Castillo y Santa Isabel gestio‐nan el suministro de agua potable de forma autónoma sin gestión municipal. El
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Cañuelo recientemente ha pasado a ser gestionado por el Ayuntamiento, siendo además su abastecimiento el que cuenta con mayores problemas, ya que el pozo desde el cual se nutre cuenta con serios problemas de capacidad para los actuales consumos, en especial durante el estío.
Esta situación, claramente anómala en los tiempos que corren, trae consigo
las siguientes consecuencias: o Existencia de una deficiente prestación de este servicio básico para los ciudadanos, con suministros de agua de calidades muy dispares y con serios problemas de abastecimiento en tiempos de sequía. Asimismo, tampoco puede garantizarse la continuidad del servicio cuando se pre‐sentan averías electromecánicas y cuando se llevan a cabo las dosifica‐ciones de potabilización, ya que el personal del servicio se reduce a un solo operario para todos los núcleos.
o Limitación al desarrollo social y económico del municipio, ya que no se puede garantizar el suministro adecuado a nuevas zonas residenciales y turísticas de las que existe una fuerte demanda en la zona.
o El 58% de los abonados actuales del municipio se abastecen de capta‐ciones individualizadas y un tercio mediante pozos propios sin control del Ayuntamiento.
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Entidad de población
Viviendas
Hab
. cen
sado
s
Abo
nado
s
Consum
o (2004)
Suministro
Agua corriente
Totales
Principa
les
No principa
les
Aba
stecim
iento pú
blico
Aba
stecim
iento privad
o
No tien
e agua
corrien
te
La Alcornocosa 112 47 65 104 96 7070 Pozo 111 0 1
Archidona ‐ ‐ ‐ 42 49 4878 Pozo ‐ ‐ ‐
Arroyo de la Plata 188 88 100 195 127 19845 Pozo 186 2 0
La Aulaga 49 48 1 90 75 7206 E. Viejo 49 0 0
Castillo de las Guardas 576 372 204 897 605 71905 ETAP 568 8 0
Las Cañadillas ‐ ‐ ‐ 11 42 2342 Pozo ‐ ‐ ‐
El Cañuelo ‐ ‐ ‐ 4 9 567 Pozo ‐ ‐ ‐
Las Cortecillas ‐ ‐ ‐ 16 28 2439 Pozo ‐ ‐ ‐
Minas del Castillo 36 26 10 ‐ ‐ ‐ ‐ 35 1 0
El Pedrosillo ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
El Peralejo ‐ ‐ ‐ 30 47 5586 Pozo ‐ ‐ ‐
Peroamigo ‐ ‐ ‐ 15 14 830 Pozo ‐ ‐ ‐
Valdeflores 53 49 4 110 90 7522 Pozo 52 1 0
TOTAL MUNICIPAL 1.167 704 463 1.514 1.182 130.190 ‐ 1.150 16 1
‐ Sin datos o sometido a secreto estadístico Fuente: Censo de Población y Viviendas, 2001
ETAP del Castillo de las Guardas (Embalse del Crispinejo)
Pazos y Gómez, 2007
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1. El Castillo de las Guardas: El núcleo principal se abastece del Pantano del Crispinejo y del Pan‐
tano de la Reserva a través de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP). El sistema de distribución es mixto con mallas de la que parten sub‐sistemas ramificados. Las tuberías más antiguas son de fibrocemento con diámetros Ø200 / 100 / 60 / 50, siendo las más recientes de polietileno PEB Ø75 / 63. Las profundidades medias oscilan entre 1 y 1,50 metros, existien‐do válvulas de corte en los cruces con escasa maniobrabilidad. La presión es aceptable en todo el sistema. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 897
• Abonados 605
• Consumo (2.004) 71.905 m3
• Longitud de la red 6.153 metros.
2. Arroyo de la Plata: El núcleo tradicional se abastece de un sondeo regulado con dos
depósitos generales. El sistema de distribución es ramificado puro con un solo punto de alimentación. La tubería general de salida del depósito es de FC Ø80, siendo las tuberías de las calles de polietileno PEB Ø75 y FC Ø50 Las profundidades medias oscilan entre 0,50 y 1,00 metros, existiendo válvulas de corte en los cruces con escasa maniobrabilidad. Los contadores están situados en fachadas en arquetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la hornacina que aloja el con‐tador. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 195
• Abonados 127
• Consumo (2.004) 19.845 m3
• Longitud de la red 1.778 metros.
La urbanización Rosaleda de la Plata tiene un sistema propio, ges‐tionado directamente por los propietarios de las viviendas, estando la ur‐banización sin recepcionar por el Ayuntamiento.
18
3. Valdeflores: El núcleo se abastece de dos sondeos que alimentan a un depósito
regulador situado en el casco urbano. El sistema de distribución es ramifi‐cado puro con un solo punto de alimentación. La tubería general de salida del depósito es de FC Ø80, discurriendo tuberías de polietileno PEBD Ø75 / 63 / 50 por las calles y el arcén de la carretera. El sistema de distribución carece de suficiente válvulas de corte. Los contadores están situados en fa‐chadas en arquetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la ace‐ra, estando ésta situada en la hornacina que aloja el contador. Los paráme‐tros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 110
• Abonados (2.004) 90
• Consumo 7.522 m3
• Longitud de la red 1.112 metros.
4. La Aulaga: El núcleo se abastece del Pantano del Crispinejo hasta dos depósitos
reguladores general situado en el casco urbano. El sistema de distribución es ramificado puro con un solo punto de alimentación. La red de distribu‐ción discurre por las calles con tuberías de polietileno PEBD Ø 63. Existen bajas presiones que obligan a una sobrepresión de la red. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 90
• Abonados 75
• Consumo (2.004) 7.206 m3
• Longitud de la red 1.510 metros.
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5. La Alcornocosa: El núcleo se abastece de un sondeo que alimenta a dos depósitos
reguladores. El sistema de distribución es ramificado puro con un solo pun‐to de alimentación. La red de distribución discurre por las calles con tuber‐ías de PVC Ø 75, PEBD Ø 63 / 40, siendo la tubería general de salida de de‐pósito PEBD Ø 75. El subnúcleo de Los Humeros está abastecido con tuber‐ías PEBD Ø 63 El sistema de distribución carece de suficiente válvulas de corte Los contadores están situados en fachadas en arquetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la horna‐cina que aloja el contador. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 104
• Abonados 96
• Consumo 7.070 m3
• Longitud de la red 946 metros.
6. El Peralejo: El núcleo se abastece de un sondeo que alimenta a un depósito re‐
gulador de 40 m3. El sistema de distribución es ramificado puro con un solo punto de alimentación. La red de distribución discurre por las calles con tu‐berías de PEBD Ø 63. El sistema de distribución carece de suficiente válvu‐las de corte Los contadores están situados en fachadas en arquetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la hornacina que aloja el contador. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 30
• Abonados 47
• Consumo 5.586 m3
• Longitud de la red 835 metros.
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7. Archidona: El núcleo se abastece de un sondeo que alimenta a un depósito re‐
gulador desde el que se bombea a otro situado a mayor cota. En época es‐tival también se utiliza otro depósito que recoge agua procedente de la ETAP de El Castillo mediante tubería PEBD Ø 90 con una ventosa a la entra‐da de la aldea. El sistema de distribución es ramificado puro con dos puntos de alimentación. La red de distribución discurre por las calles con una tu‐bería de PEBD Ø 63 con ampliación a 75 en la salida del depósito proceden‐te de El Castillo de las Guardas. El sistema de distribución carece de sufi‐cientes válvulas de corte. Los contadores están situados en fachadas en ar‐quetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la hornacina que aloja el contador. Los parámetros funda‐mentales del sistema son:
• Habitantes censados 42
• Abonados 49
• Consumo 4.878 m3
• Longitud de la red 706 metros.
8. Peroamigo: El núcleo se abastece de un sondeo con tubería de transporte de
PEBD Ø 90 hasta un depósito regulador situado a 1 km de distancia. El sis‐tema de distribución es ramificado puro con un solo punto de alimenta‐ción. La red de distribución está compuesta por una sola tubería de PEBD Ø 50 / 40 con ausencia de válvulas de corte en todo el recorrido. La red ali‐menta también a otro depósito que abastece a la aldea de Las Cortecillas. Los contadores están situados en fachadas en arquetas sin normalizar y ca‐recen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la hornacina que aloja el contador. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 15
• Abonados 14
• Consumo (2.004) 830 m3
• Longitud de la red 740 metros.
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9. Las Cortecillas: El núcleo se abastece de un depósito general situado en la aldea de
Peroamigo. El sistema de distribución es ramificado puro con un solo punto de alimentación. La red de distribución está compuesta por una sola tuber‐ía de PEBD Ø 63, siendo la tubería de entrada al casco procedente de Pe‐roamigo de PEBD Ø 75. La red tiene en la entrada a la aldea ventosa, válvu‐la reductora de presión y válvula general, no existiendo más válvulas en el resto del recorrido de la red. Los contadores están situados en fachadas en arquetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la hornacina que aloja el contador. Los parámetros funda‐mentales del sistema son:
• Habitantes censados 16
• Abonados 28
• Consumo (2.004) 2.439 m3
• Longitud de la red 405 metros.
10. Las Cañadillas: El núcleo se abastece de un sondeo con tubería de transporte PEBD
Ø 90 hasta un depósito regulador situado a 7 km del sondeo; estos elemen‐tos no son de titularidad municipal y discurren por terrenos privados. Des‐de este depósito privado se abastece a otro, ya municipal, a pie de al aldea que abastece a la población. El sistema de distribución es ramificado puro con un solo punto de alimentación. La red de distribución está compuesta por una sola tubería de PEBD Ø 50 con ausencia de válvulas de corte en to‐do el recorrido. Los contadores están situados en fachadas en arquetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la hornacina que aloja el contador. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 11
• Abonados 42
• Consumo 2.342 m3
• Longitud de la red 573 metros.
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11. El Cañuelo: El núcleo se abastece de un sondeo con tubería de transporte de
PEBD Ø 63 hasta un depósito regulador situado a 1 km de distancia. El sis‐tema de distribución es ramificado puro con un solo punto de alimenta‐ción. La red de distribución está compuesta por una sola tubería de PEBD Ø 50 con escasez de válvulas de corte en todo el recorrido. Los contadores están situados en fachadas en arquetas sin normalizar y carecen de llave de registro en la acera, estando ésta situada en la hornacina que aloja el con‐tador. Los parámetros fundamentales del sistema son:
• Habitantes censados 4
• Abonados 9
• Consumo (2.004) 567 m3
• Longitud de la red 933 metros.
ii. Saneamiento La depuración de las aguas residuales de todas las poblaciones es un objetivo im‐
pulsado desde la Unión Europea a través de varias directivas, que han sido adaptadas e incluidas en el ordenamiento jurídico de los países miembros. En España las competencias en materia de depuración de aguas residuales corresponden, en virtud de la Ley de Bases de Régimen Local, a los Ayuntamientos, aunque estos pueden delegar la gestión del servi‐cio en empresas públicas o privadas.
La calidad de las aguas de curso alto del Guadiamar tienen un estado bastante aceptable, a pesar que las aguas residuales urbanas procedentes del Castillo de las Guar‐das se vierten directamente al río, tanto desde el núcleo principal, como desde algunas de las aldeas, al no contar con estación depuradora adecuada a las necesidades del munici‐pio. Esta situación será solventada con el presente documento, con la planificación de un correcto sistema de red de saneamiento, basado en la instalación de una serie de depu‐radoras y fosas sépticas repartidas por los distintos núcleos, a medida que se vayan des‐arrollando los crecimientos previstos.
El actual punto de vertido, situado cerca del núcleo de población, concretamente en la intersección de la carretera A‐476 con el propio Río Guadiamar, provoca un fuerte impacto ambiental y visual, debido al mal olor, el color negro parduzco del agua, y la co‐lonización por gran cantidad de algas que delatan la presencia del vertido.
Aguas abajo, la calidad del agua se recupera con relativa facilidad, en gran parte por el escaso volumen de efluentes, dado el pequeño tamaño de las poblaciones ribere‐ñas con vertido directo en el municipio, la propia capacidad auto‐regenerativa del medio,
23
la oxigenación del agua por los saltos y rápidos y la acumulación en el lecho de piedras de regular tamaño.
Algunas de las pedanías de este término municipal cuentan con fosas sépticas co‐mo es el caso de Archidona, La Aulaga y un barrio de Arroyo de la Plata. El resto de Arroyo de la Plata y Valdeflores no cuentan con sistema de depuración alguno.
La situación a nivel de vivienda, es, como vemos en los datos del censo (2001) mu‐
cho más esperanzadora:
Entidad de población
Viviendas
Hab
. cen
sado
s
Abo
nado
s
Saneamiento To
tales
Principa
les
No principa
les
Alcan
tarillado
Otro tipo
No tien
e
La Alcornocosa 112 47 65 104 96 111 0 1
Archidona ‐ ‐ ‐ 42 49 ‐ ‐ ‐
Arroyo de la Plata 188 88 100 195 127 185 3 0
La Aulaga 49 48 1 90 75 49 0 0
Castillo de las Guardas 576 372 204 897 605 571 3 2
Las Cañadillas ‐ ‐ ‐ 11 42 ‐ ‐ ‐
El Cañuelo ‐ ‐ ‐ 4 9 ‐ ‐ ‐
Las Cortecillas ‐ ‐ ‐ 16 28 ‐ ‐ ‐
Minas del Castillo 36 26 10 ‐ ‐ 24 1 11
El Pedrosillo ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
El Peralejo ‐ ‐ ‐ 30 47 ‐ ‐ ‐
Peroamigo ‐ ‐ ‐ 15 14 ‐ ‐ ‐
Valdeflores 53 49 4 110 90 52 1 0
TOTAL MUNICIPAL 1.167 704 463 1.514 1.182 1.140 9 18 ‐ Sin datos o sometido a secreto estadístico
Fuente: Censo de Población y Viviendas, 2001
iii. Gestión de residuos
Una mala o incorrecta gestión de los residuos sólidos urbanos (RSU) puede contribuir al deterioro del medio aéreo, de las aguas subterráneas y superficiales, del medio físico, de la vegetación, del paisaje y de la salud pública. Es por ello que se hace imprescindible un correcto control y tratamiento de los RSU producidos, evitando los efectos perversos:
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o Los sistemas incontrolados de tratamiento de residuos lanzan al medio aéreo humos, gases y olores, humos que aportan partículas sólidas en suspensión a la atmósfera y se producen por la combustión indebida de los residuos. Los gases son generados por procesos de fermentación ae‐robia y anaerobia de los residuos, la mayoría de los cuales producen olores desagradables. Incluso aquellos inodoros, como las dioxinas, que puede producir la muerte, se deben a la combustión incompleta de los residuos y constituyen un importante problema para la salud pública.
o Los residuos líquidos generados en los procesos de fermentación y compactación de residuos sólidos (lixiviados) presentan una elevada carga contaminante que pueden acabar alcanzando a las aguas de pre‐cipitaciones o escorrentías superficiales que entren en contacto con las masas de residuos. La contaminación de las aguas subterráneas es de especial gravedad pues los acuíferos suelen tener una regeneración muy difícil, o directamente inviable, por la lenta circulación de esta agua.
o El propio medio físico se ve afectado de diversas formas por el inade‐cuado almacenamiento de RSU:
Aterramiento de cauces y aumento de riesgo de inundaciones. Deslizamiento de laderas. Pérdida de suelos y tierras para el recubrimiento de los RSU. Colapsos y hundimientos por disolución del substrato por los lixi‐viados. Modificación de las características del suelo.
o Los vertederos anulan físicamente la cobertura vegetal, e incrementan el riesgo de incendio. Además fomentan la aparición de especies opor‐tunistas, ruderales y generalmente nitrófilas, distintas de las naturales.
o Los vertederos mal sellados se convierten habitualmente en focos de alimentación para animales de diferentes especies (gaviotas, cigüeñas, cuervos, zorros, jabalíes…), modificando la composición de la biota.
o Sobre el paisaje, los efectos son evidentes:
Dispersión de la fracción ligera (papeles, plásticos) por los alrede‐dores del vertedero empeorando la calidad paisajística general del entorno. Aparición indeseada de zonas de vertido espontáneo en sus proximidades.
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Afección negativa sobre el paisaje en las zonas de ubicación de vertidos incontrolados que no cuentan con la infraestructura de aislamiento e integración paisajística requerida.
Además, las secuelas anteriores se unen al incremento de efectos nocivos
sobre la salud y la seguridad pública, en especial por la afección a las sociedades humanas a través de la contaminación del aire, aguas, posibles incendios y anima‐les transmisores de enfermedades.
1. Marco jurídico:
El texto jurídico que en España regula todo lo referente a residuos,
es la Ley 10/1998, de 21 de abril, de Residuos en la que se hace la transpo‐sición de la Directiva Comunitaria 97/156/CEE, del Consejo de 18 de marzo de 1991, donde se asume por la Unión Europea el abandono de la clasifica‐ción de residuos que se nombró anteriormente de general y peligroso, para establecer una norma común para todos ellos. A ello se suman las distintas normativas (Capítulo V de la Ley 7/2007,de 9 de julio, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental) y reglamentos de desarrollo. La Ley respeta las competencias tradicionalmente que vienen ejerciendo las entidades locales en materia de residuos sólidos urbanos, además admite la posibilidad de que ellas mismas establezcan sus propios planes de gestión de residuos ur‐banos. En el Art. 12 se establecen normas generales sobre la gestión de los residuos: o Las operaciones de gestión de residuos se llevarán a cabo sin poner en peligro la salud humana y sin utilizar procedimientos ni métodos que puedan perjudicar al medio ambiente.
o Queda prohibido el abandono, vertido o eliminación incontrolada de re‐siduos en todo el territorio nacional y toda mezcla o dilución de residuos que dificulte su gestión.
o La eliminación de residuos en el territorio nacional se basará en los principios de proximidad y de suficiencia. Los municipios estarán obliga‐dos a implantar sistemas de recogida selectiva de residuos urbanos que posibiliten su reciclado y otras formas de valorización. En materia de re‐siduos de envases se recurrirá a lo establecido en su normativa específi‐ca.
o Las Entidades locales podrán realizar las actividades de gestión de resi‐duos urbanos directamente o mediante cualquier otra forma de gestión prevista en la legislación de régimen local.
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2. Gestión actual de los RSU
En El Castillo las Guardas, hasta hace apenas unos años, la gestión de RSU se realizaba mediante el volcado de los mismos en un vertedero in‐controlado que se encontraba a escasos 2 km del núcleo poblacional, en la carretera SE ‐ 530 hacia Aznalcóllar por donde se accedía a él, y en una pendiente cuya escorrentía iba a dar al cauce del Guadiamar. Se trataba de un vertedero de más de 18.000 m2.
En el año 2003, se desarrolló un proyecto para dotar al Castillo de
las Guardas de puntos limpios, adecuando la gestión de los RSU a la norma‐tiva vigente. Así se crea el punto limpio del Castillo de las Guardas, cons‐truido sobre el antiguo vertedero, previamente sellado (soterrado e im‐permeabilizado).
La instalación está dotada de viales interiores con pavimento de
aglomerado asfáltico, plataformas de carga y descarga separadas por un muro de hormigón de 2 m de altura útil, en las que se alojan 4 contenedo‐res (6,45 x 2,32 x 1,25 m), control de escorrentías, estructuras para aloja‐miento de contenedores, caseta de control, cerramiento perimetral me‐diante malla de alambre galvanizado, y plantación de un seto de cipreses en la zona de carretera, para minimizar el impacto visual.
Asimismo, se dota a ciertas aldeas de pequeños puntos limpios
compuestos de una plataforma en la que se instalan 2 contenedores para la recogida selectiva de vidrio, papel y enseres.
3. Otros vertidos
A lo largo de caminos y carreteras, y en zonas pendientes de urbani‐zar aledañas a los núcleos existentes, si bien de forma esporádica, se en‐cuentran algunos vertidos (fundamentalmente de escombros y otros ense‐res). Se trata de vertidos difusos de escasa entidad, cercanos a los núcleos de población que por motivos de accesibilidad se sitúan ceca de las vías de comunicación y en consecuencia próxima a lugares paisajísticos sensibles.
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Estos convendría retirarlos y sellarlos por el impacto paisajístico que suponen y por las implicaciones que algunos suponen para la flora, la fauna y la salud de las personas, y sobre todo porque de no controlarse, pueden convertirse en puntos de vertido y acumulación de residuos, ya que la pre‐sencia de residuos en un lugar es un factor de atracción para el vertido de más residuos.
iv. Gestión de la energía
Actualmente la gestión de la energía se realiza a través de las compañías
suministradoras del mercado libre de la energía y las instalaciones de Red Eléctrica de España.
El suministro está garantizado para la población actual, si bien, a medida que se vayan poniendo en carga los distintos suelos previstos en el PGOU, se ha es‐tablecido una nueva subestación ubicada al este del núcleo de El Castillo de las Guardas.
Infraestructura eléctrica en Archidona
Pazos y Gómez, 2007
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e. Descripción de las alternativas consideradas La realidad actual del municipio del Castillo de las Guardas radica en el agotamien‐
to de parcelas catalogadas como suelo urbanizable en las que poder edificar viviendas que den respuesta tanto a la propia dinámica demográfica del municipio, como a los pro‐cesos de deslocalización poblacional desde el área metropolitana de Sevilla, en busca de mejor calidad de vida, localizando sus viviendas principales en entornos menos antropi‐zados, y aprovechando las facilidades de acceso. Actualmente, los sectores planificados para el crecimiento urbano del municipio, se encuentran ya desarrollados o comprometi‐dos para su desarrollo, por lo que el municipio será, en poco tiempo, incapaz de asumir la nueva demanda.
La filosofía que emana desde el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía no
se corresponde plenamente con la realidad a la que nos enfrentamos. El sistema de po‐blamiento que presenta el municipio, de forma similar a lo que sucede en el entorno se‐rrano colindante, no se corresponde con el modelo de ciudad compacta mediterránea, por lo que, apostar por la implantación de una ordenación orientada hacia este modelo, conllevaría la destrucción de la idiosincrasia y del entramado polinuclear heredado, rela‐cionado con el tejido socioeconómico, ligado a la actividad agropecuaria tradicional basa‐da en un sistema de dehesas abiertas, grandes propiedades y pequeñas aldeas íntima‐mente unidas tanto a la propiedad de la tierra como a la cercanía a los recursos y sus áre‐as de explotación.
Evidentemente la transformación de usos del territorio de forma general resulta
irreversible a la escala temporal que es usual en la planificación territorial; los cambios de uso previstos en la ordenación urbanística suelen ser de no urbanos a urbanos o, en su defecto, a urbanizables, lo que suele implicar la pérdida de suelos de carácter rural y muy especialmente agrarios (“barbecho social”), muy a tener en cuenta en el territorio del municipio que nos ocupa.
En estas circunstancias, adquiere un especial significado el examen de las alterna‐tivas posibles en el Plan General, que se han evaluado teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
- Delimitación del suelo urbano.
- Posibles suelos urbanizables.
- Caracterización urbanística de los diferentes suelos: asignación de usos.
- Protección especial de determinados espacios.
- Infraestructuras.
- Gestión de las dotaciones y servicios.
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Las posibles alternativas en lo referente a suelos urbanizables se ven condiciona‐das de forma necesaria y en gran medida por aspectos socioeconómicos y técnicos; así, su localización no siempre se ha determinado por los criterios más objetivos resultados del análisis más coherente. Asimismo, las necesidades de suelo, la oportunidad de desarrollo, la propiedad del suelo, el desarrollo de la actividad turística rural, etc., han sido aspectos imposibles de obviar en la selección de las posibles alternativas de diseño del modelo territorial municipal.
Cabe añadir, además, el hecho de la existencia de infraestructuras determinadas por políticas de rango superior y sobre las que el municipio no tiene gran capacidad de decisión (caso de la Autovía de la Plata).
De esta manera, se ha tratado de conformar un esquema territorial racional sien‐do el planteamiento básico la delimitación de territorio que no puede ser urbanizable haciendo uso para ello de aquellas superficies que presentan limitaciones a la actividad urbanizadora (valores ambientales, riesgos naturales, suelos contaminados, afecciones a dominio público, normativa de rango superior, etc.) y proponiendo como posible suelo urbanizable aquel territorio (de escasa entidad en El Castillo de las Guardas) que, por el contrario, no presenta restricciones al uso urbano (consolidación de espacios intersticia‐les, continuación de tramas urbanas ya existentes, existencia de proyectos de actuación, áreas de actividades tradicionales, superficies de dotaciones, inexistencias de valores am‐bientales, etc.).
Siendo así, se plantea como mejor alternativa la desarrollada en el documento de planeamiento al que este EsIA acompaña y que se resume en el siguiente cuadro:
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ACTUACIONES URBANIZADORAS
ACTUACIONESEN SUELO
NO URBANIZBLE
ACTUACIONESPARA LA GESTIÓN DE RESIDUOS
ACTUACIONESPARA LA GESTIÓN DEL AGUA POTABLE Y LAS RESIDUALES
‐ En Archidona se ha reorganizado la pro‐puesta de suelos urbani‐zables para ajustarlos mejor a lo expresado en el Informe de Incidencia Ambiental y los deseos expresados por el Ayun‐tamiento. ‐ En el núcleo de El Cas‐tillo de las Guardas se ha eliminado el área de protección paisajística propuesta en el PGOU en el entorno de protec‐ción del BIC, para evitar problemas con las vi‐viendas fuera de orde‐nación. ‐ En La Juliana, Lomas del Castillo y el suelo urbanizable situado al noroeste del núcleo urbano de El Castillo de las Guardas, la clasifica‐ción del suelo se man‐tiene como SUT; si bien, se espera que durante el proceso de redacción y aprobación del presente Plan, se conviertan en suelo urbano.
‐ En Arroyo de la Plata el sector urbanizable si‐tuado al sur del casco urbano, entre éste y el cauce del río Guadia‐mar, se ha reclasificado como suelo no urbani‐zable. ‐ Los convenios denomi‐nados “El Cañuelo” y “Los Almocafres”, se eliminan de la propuesta convirtiéndose en suelo no urbanizable.
‐ Participación en un proyecto de carácter supramunicipal, descar‐tando opciones relacio‐nadas bien con el transporte, y tratamien‐to de los mismos, a un vertedero fuera del término municipal, bien con la creación de insta‐laciones de tratamiento en un vertedero munici‐pal.
‐ Gestión integral del abaste‐cimiento de agua potable, frente a alternativas como la gestión individualizada en cada núcleo o diferenciada por cuencas. ‐ Agrupación de depuración y vertidos según criterios de‐pendientes y cercanía de los núcleos, frente a opciones como la gestión diferenciada e independiente por núcleos o la gestión integral en un único punto de depuración y verti‐do.
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2.‐ ESTUDIO Y ANÁLISIS AMBIENTAL DEL TERRITORIO AFECTADO a.‐ Descripción de las unidades ambientales
Una de las mejores formas de conseguir una expresión gráfica y significativa, de
fácil interpretación e incorporación al planeamiento urbanístico, consiste en la definición de las denominadas “unidades ambientales homogéneas”. Podemos definir las mismas como aquellos ámbitos territoriales de comportamiento en mayor o menor grado uni‐forme frente a las diversas posibilidades de actuación que definen las zonas homogéneas de ecosistemas naturales e identifican las posibilidades y problemas para el desarrollo. Obviamente esto condiciona que las unidades ambientales presenten una organización respecto a su estructura y funcionamiento y una proyección en el espacio de esta ordena‐ción.
Atlas de la Provincia de Sevilla. Dip. de Sevilla
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Su delimitación y estructuración están básicamente concebidas en función de parámetros físicos, de humedad, temperatura, precipitación, caracterización fisonómica de vegetación, suelos y fisiografía, y su determinación posibilita el establecimiento de forma sectorizada de las limitaciones territoriales del medio físico respecto a las actua‐ciones urbanístico‐territoriales que sobre él se proponen.
En atención a la naturaleza del proyecto del que forma parte este Estudio, en la iden‐
tificación y delimitación de dichas unidades se ha de tener presente, necesariamente, la escala de definición en la que se plantean los criterios, objetivos y soluciones generales de planeamiento. Ello nos conduce a abordar esa tarea de acuerdo con las dos premisas que se indican a continuación:
- La primera de ellas nos lleva a centrar la atención en los ámbitos que, por unas u otras razones, pudieran ser considerados como más relevantes, al tiempo que más estructurantes en la definición del modelo territorial perseguido.
- La segunda a atender a las grandes unidades superficiales; es decir, aquéllas que alcanzan una cierta “presencia” en la representación gráfica del término munici‐pal. A éstas, necesariamente, se han incorporado aquellas otras que provienen de instrumentos, planes y proyectos de rango superior, que contienen delimitación expresa de distintos ámbitos territoriales.
Con esas premisas, en la delimitación de ámbitos en el medio natural‐rural del territo‐
rio municipal, la geomorfología constituye el principal elemento a considerar, junto a la vegetación y el paisaje. Por su parte, la delimitación de las unidades en el ámbito urbano, necesariamente ha de basarse por un lado, en el tejido urbano o trama morfológica que el espacio ya edificado constituye y, por otro, en las propias previsiones de desarrollo de algunos ámbitos contenidas en el planeamiento vigente y pendientes de ejecución.
La definición de las unidades ambientales homogéneas se basa en la superposición
y generalización cartográfica de un conjunto de elementos territoriales (tipo de suelo, cobertura vegetal, riesgos, niveles legales de protección, etc.) que, por sus características y grado de integración, ofrecen mayor capacidad explicativa de síntesis. Las características semejantes de cada una de las variables que componen el territorio son las que conforman unidades sintéticas de similar comportamiento. De esta forma, a partir de la superposición y generalización de distintos mapas temáticos, se delimitan un conjunto de unidades físico‐ambientales que sirven de base para la valoración de la calidad ambiental, asignada a las distintas unidades ambientales, de manera relativa, en función de los valores ambientales encontrados en cada una de ellas (flora, fauna, paisaje, etc.) y las incidencias detectadas.
Estas unidades físico‐ambientales se tratan como sectores territoriales básicos, homogéneos y tienen carácter de unidades operativas, en el sentido que se adoptan como áreas de toma de decisiones en el diagnóstico y en las propuestas de actuación, permitiendo su ordenación conjunta. De cada una de ellas se identifican los elementos del medio físico‐natural, los usos, la vegetación y fauna presente, los recursos disponibles, los impactos actuales, la propuesta preliminar de actuación, las limitaciones de uso
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derivadas tanto de los condicionantes ambientales como normativos y su calidad ambiental.
Basándonos tanto en las premisas anteriores como en la composición cartográfica y en los factores relevantes del medio físico‐natural, se han definido una serie de unidades ambientales homogéneas con el objetivo de articular actuaciones con el fin de proteger el territorio y sus recursos de las actividades incompatibles con su vocación natural e implementar actuaciones de mejora, recuperación y puesta en valor de aquellos elementos y procesos ambientales potencialmente afectados por las actividades urbanísticas.
La homogeneidad de las unidades ambientales determinadas obedece a los indicadores más estructurantes del territorio que en nuestro caso son:
- Su conformación morfológica.
- La existencia de una trama urbana consolidada y polinuclear.
- La presencia de usos y limitaciones claramente definidos (infraestructuras lineales
y accidentes geográficos).
- La presencia de espacios naturales con alguna figura de protección.
- La existencia de especies de flora y fauna de especial interés.
- La existencia de grandes áreas adehesadas de elevado valor paisajístico frente a
otras menores de uso forestal de valor inferior.
De esta forma, se han seguido unos criterios no excluyentes para la determinación de las unidades ambientales homogéneas en El Castillo de las Guardas que son los siguientes:
- Criterios ecológicos: aquellas zonas en las que los aspectos prioritarios son los ecológicos y los principales indicadores son la vegetación, la fauna y la geomorfología.
- Criterios de productividad primaria: aquellas superficies caracterizadas por su vocación productiva y la riqueza de sus recursos.
- Criterios de ocupación antrópica: espacios en los que la ocupación antrópica es determinante.
Así pues, las unidades ambientales que se han establecido son las siguientes:
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A.‐Las unidades de interés “natural‐rural”. a) Las riberas naturales de los cauces fluviales: ríos y arroyos. Dada la presencia del importante cauce fluvial del Guadiamar y algunos arroyos en el ámbito natural‐rural del municipio, para aquellos casos en los que sus riberas presentan una buena conservación se configura las unidades ambientales de indudable valor para el territorio municipal. El interés de las riberas del río Guadiamar se basa en su geomorfología de carácter fluvial, la buena capacidad agrológica de los terrenos, la existencia de vegetación de ribera de interés, la actual predominancia de usos agrarios de alto rendimiento y el paisaje rural de fondo de valle. La posibilidad de compatibilizar la preservación de buena parte de esos valores naturales del río y sus riberas con el disfrute de la naturaleza, a través de “vías verdes peatonales” de borde, son algunas de las características que nos llevan a delimitar ésta unidad ambiental. b) El sector interior de dehesas de valor. Este sector que posee el municipio cuenta con elementos de carácter natural, biológico y geográfico, que permiten su identificación como una unidad ambiental de indiscutible valor. Se trata de áreas naturales menos transformadas por el hombre cuyo interés naturalístico reside en el buen estado de la conservación de sus bosques, la importancia de los aflora‐mientos rocosos, la permanencia de determinadas especies endémicas, la fauna y los res‐tos arqueológicos‐culturales existentes. Es una unidad perfectamente identificable por la buena conservación del paisaje como vestigio de la tradicional imagen del medio rural, por lo que habría que sumarle el valor agrológico de sus suelos. Su estado de conservación es bueno debido a la presencia activa de las numerosas explo‐taciones agrarias localizadas en el entorno. c) Las masas boscosas de entidad. Si bien nos encontramos ante un paisaje fuertemente humanizado y cuya vegetación ac‐tual dista mucho de la potencial, existen diversos ámbitos territoriales dignos de su consi‐deración individualizada en atención a la vegetación arbórea existente en ellos. Concre‐tamente pueden citarse quercíneas, pinares y eucaliptales, al constituir manchas de vege‐tación boscosas de cierta entidad. Su interés es tanto paisajístico como ecológico, en la preservación de dicha vegetación. d) Las laderas de fragilidad visual e interés paisajístico desde y para la ciudad. A todas las unidades anteriores ha de sumarse otra, compuesta de forma genérica, por todas aquellas laderas de elevada presencia en el entorno municipal, en las que cualquier tipo de actuación alteraría sustancialmente la perspectiva paisajística que se tiene desde la ciudad. Constituyen ámbitos de indiscutible fragilidad visual, ya que son visibles desde gran parte de la ciudad.
35
e) Espacios agrícolas marginales, matorral, y espacios naturales con escaso porte arbóreo inmersos en procesos de sucesión ecológica. Eucaliptales degradados, zonas reforestadas y espacios degradados con vegetación de porte arbóreo alóctono. f) Embalses y aguas superficiales. B.‐Las unidades de interés urbano. g) Los núcleos rurales compactos y poblamiento rural tradicional. La existencia de ámbitos con unas importantes densidades, diversidades y mezclas de usos urbanos, rurales y el ruedo agrícola, es definida desde las actuales pautas de soste‐nibilidad como altamente positiva. La compactación urbana permite, por un lado, en un espacio relativamente reducido, ob‐tener múltiples ventajas desde el punto de vista de la sostenibilidad: permite y favorece la mezcla o mixtura de funciones y usos urbanos; reduce los recorridos de los desplazamien‐tos de la población, eliminando barreras psicológicas, lo que favorece la movilidad soste‐nible, acerca las dotaciones y servicios públicos al ciudadano; reduce los costes de urbani‐zación, a la vez que potencia su rentable consumo; constituye un inmejorable marco de relación y socialización de la población; etc. Así, las formas de ocupación urbana de la mayor parte de las zonas centrales de la ciudad son buenos ejemplos de esa ciudad com‐pacta. Por otro lado, el tipo de poblamiento tradicional del municipio aporta unos valores etnográficos y urbanísticos peculiares, de un sistema basado en la aldea como unidad de poblamiento, disperso a lo largo y ancho del municipio, y que se entreteje con pequeños huertos y zonas agrícolas de autoconsumo. h) Las zonas mineras, algunas de las cuales aún no han sido recubiertas por la vegetación o reforestados.
37
Teniendo en cuenta una valoración cualitativa basada en los principales rasgos que caracterizan a cada una de las unidades ambientales, se proponen las siguientes limita‐ciones en cuanto a posibles usos con objeto de definir una clasificación de suelos en el documento de planeamiento basada en el uso racional de los recursos ambientales del término municipal y la conservación y puesta en valor de los mismos:
UNIDAD AMBIENTAL
VALORACIÓN AMBIENTAL (VALORES)
USOS PROHIBIDOS
POSIBLE PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN
De interés natural ‐ rural
A.a.‐ Riberas naturales
Flora y fauna Todos excepto viope‐cuarios, naturales y de
interés público SNU EP
A.b.‐ Dehesas Flora, fauna y uso
tradicional
Urbano residencial e industrial no vincula‐do a explotaciones
agrarias
SNU CNR
A‐c.‐ Bosques Flora y fauna Urbanos SNU CNRA.d.‐ Laderas paisajísticas
Paisaje Urbanos SNU CNR
A.e.‐ Espacios agrícolas, matorral y otros
Producción ‐ SNU CNR
A.f.‐ Embalses y aguas
superficiales
Fauna, abastecimiento y reserva
Todos, excepto los permitidos por la normativa sectorial
vigente
SNU EP
De interés urbano
B.g.‐ Núcleos rurales y
poblamiento tradicional disperso
Hábitat rural y patri‐monio etnográfico
‐ SU y Urb
B.h.‐ Zonas mineras
Patrimonio histórico‐cultural
‐ SNU CNR
b.‐ Análisis de necesidades y disponibilidad de recursos hídricos.
El Ciclo natural del agua es el sistema que se inicia con el aporte de las precipita‐
ciones desde la atmósfera a la tierra y a partir del cual el agua se evapora, transcurre so‐bre la superficie o se infiltra en mantos subterráneos. Depende por tanto de la interrela‐ción de diversos factores: las precipitaciones, así como su distribución espaciotemporal; el relieve, el sustrato y el tipo de materiales de los suelos, especialmente su permeabilidad y resistencia, la capacidad de retención de agua y la vegetación.
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El hombre se ha convertido asimismo en un factor más del ciclo. El ser humano in‐terviene en el ciclo natural para captar y canalizar el agua desde la naturaleza hasta los puntos de consumo, siendo además uno de os mayores consumidores de agua del plane‐ta, tratándola además de diversas maneras para distintos usos, según su destino sea ur‐bano, industrial o agrícola, e interviene también de forma negativa empeorando la cali‐dad de las aguas una vez utilizadas, en forma de vertidos, ya sea, aguas sin tratar (factor que se trata de eliminar), o aguas residuales depuradas. Es cuando se incorpora la inter‐vención humana cuando hablamos de ciclo integral del agua. También se suelen conside‐rar otros mecanismos indirectos de modificación del ciclo natural por parte del hombre: la deforestación, la erosión y la contaminación. El objetivo fundamental que se persigue con las políticas y normativas actuales es una gestión sostenible del agua.
Fuente: CMA, 2007
i. El Ciclo del Agua en El Castillo de las Guardas Todo el sur peninsular se halla sujeto a los rigores hídricos del clima medi‐
terráneo, lluvias muy irregulares y de distribución variable. Se suma una fuerte evapotranspiración, propia de los regímenes de temperaturas, en especial de una zona de interior, relativamente alejada de la suavización oceánica, que, pese a to‐do, si influye en el municipio. En Andalucía se estima que apenas un 24% de las precipitaciones, discurre después por escorrentías hacia los ríos, lagunas, humeda‐
39
les, embalses y se filtra en el subsuelo y forma acuíferos. El Castillo de las Guardas cuenta con una peculiaridad, y es su ubicación en Sierra Morena, donde la pluvio‐sidad es relativamente abundante, y los materiales, en su mayor parte impermea‐bles, obligan al ciclo del agua a realizarse en su mayor parte por superficie. Así, los manantiales y acuíferos son escasos y de pequeña envergadura y los arroyos ape‐nas desarrollan vegas o llanuras aluviales. Resulta curioso pues que pese a esta si‐tuación, tradicionalmente el abastecimiento del municipio se haya realizado me‐diante captaciones subterráneas en pozos de, además, no demasiada profundidad. A su vez, si existe una vega desarrollada, la del Guadiamar, que atraviesa gran par‐te del municipio, pero que carece de un acuífero potente que permita su utiliza‐ción, además de que el río cuenta aquí con unos parámetros de calidad de aguas poco adecuados para su consumo.
Curiosamente, toda Sierra Morena, dados los materiales impermeables y
las precipitaciones, se ha erigido en un verdadero reservorio de agua para el con‐sumo de las grandes urbes y zonas de las Vegas (por ejemplo Sevilla), mientras municipios como el Castillo, carecen de unas adecuadas infraestructuras.
ii. Financiación de infraestructuras: Convenios y protocolos supramunicipales Existen varias líneas de ayudas, muchas a través de las recomendaciones de
la Directiva Marco de Agua (DMA) y el nuevo modelo de gestión impulsado por la Agencia Andaluza del Agua, que resulta sin embargo insuficiente por las peculiari‐dades del municipio. El poblamiento disperso y polinuclear exige una red amplia y muy costosa, inasumible por las arcas municipales, pero que no es tampoco finan‐ciable por las exiguas cantidades que facilita la Consejería de Medio Ambiente o de Obras Públicas a través de convenios y protocolos, que, de forma lógica, priorizan zonas más pobladas o con mayores problemáticas. El problema financiero es pues, uno de los mayores para acometer una red unificada y consolidada de abasteci‐miento, y la paralela de saneamiento, para una población escasa y mal repartida. Nuevas infraestructuras de abastecimiento, saneamiento y depuración de aguas residuales que deben de ser solventadas en la medida de lo posible, a través de los propios recursos municipales, y el desarrollo de este PGOU. Las ayudas “externas”, si pueden, por el contrario, financiar obras puntuales que ayuden al desarrollo de la nueva red, y que deben ser bien gestionadas y coordinadas con las determina‐ciones del PGOU para evitar gastos inútiles.
Esta situación parece que finalmente logra salvarse mediante la entrada de El Castillo de las Guardas en EMASESA, cediendo por un lado la explotación de los recursos hídricos municipales (Embalse del Crispinejo, Pantano Viejo y Pantano
40
Nuevo), y, por otro, permitiendo que esta sociedad gestione y dote a los núcleos de un correcto suministro de agua.
iii. Disponibilidad de recursos
Los estudios de la capacidad de los embalses del Crispinejo y el Pantano
Viejo, que son los dos que se pueden utilizar para la captación de aguas de consu‐mo, arrojan una capacidad mínima garantizada1 de 414.000 m3. Los parámetros de consumo en el municipio, la población fija, y la flotante, o las posibilidades de cre‐cimiento potencial en las viviendas vacías, etc. Son factores que distorsionan los datos reales de consumo en un municipio que cuenta con una escasa población censada, y un gran número de residencias secundarias. Otros factores (pérdidas, otros gastos, nuevos crecimientos) también varían según núcleos, tipologías de la vivienda, etc. Todo ello se contempla en el análisis que se expone a continuación:
Parámetro Aplicación/estadística de
Consumo medio INE 2004 (l/hab/día)
España 171
Andalucía 189
Sevilla 190
Consumo 2004 (l/hab/día) Castillo de las Guardas (real) 161
Recomendaciones de la CMA (l/hab/día)
Muy Alto (CMA) 250
Alto (CMA) 200
Normal (CMA) 150
Pérdidas distribución (%) Media en España* 17,9
Población empadronada 2006 1.627
Viviendas (Censo 2001)
Total 1.167
Principales 704
Secundarias 461
Otras 2
Otros edificios (Censo 2001) Edificios 1.003
Locales 25
Capacidad embalses (m3) 414.000
Índice de habitantes por vivien‐da
Andalucía 3,03
Sevilla 3,1
Castillo de las Guardas (real) 2,29
Otros gastos de aguas potables (estimación)
Alto 0,8
Medio 0,5
Bajo 0,3
* Consideramos un 15% por ser en gran parte una red nueva
Crecimientos actuales en ejecución (nº viv) Estimación en ARI's (nº viv)
589 120
1 De forma que se garantice una cantidad de agua embalsada suficiente para dos años completos
41
Para el cálculo del consumo medio diario en el municipio se han utilizado los siguientes criterios: El consumo total de 2004 se ha dividido entre la población censada en esa fecha, y la suma de la población flotante en el municipio con un factor de corrección del 50% (bastante conservador, si tenemos en cuenta que apenas cuentan con ocupación los fines de semana y un mes del verano). Se ha contemplado asimismo una ocupación media de 3 habitantes por vivienda, a pesar de que la ratio censada en el municipio es mucho más baja (2,29):
Consumo diario en El Castillo de las Guardas
130.190,0 m3 consumidos en 2004
1.514,0 Población Censada
691,5 Población Flotante
161,0 consumo l/día
Embalse del Crispinejo Pazos y Gómez, 2007
Para los cuatro horizontes contemplados, se utilizan distintos consumos
medios de forma orientativa, que permite observar la evolución que derivaría de un aumento o decrecimiento del consumo medio. El real para el municipio, es, por lógica, el que debe de considerarse como el óptimo para realizar los cálculos, pero sin perder el horizonte de la futurible evolución de los recursos según consumos:
42
Consumos diarios por habitante: Alternativas de cálculo
Consumo medio INE 2004 (l/hab/día)
España A1
Andalucía A2
Sevilla A3
CDLG 2004 (l/hab/día) Castillo de las Guardas (real) A4
Recomendaciones de la CMA (l/hab/día)
Muy Alto (CMA) A5
Alto (CMA) A6
Normal (CMA) A7
Finalmente, se realizan los cálculos para cuatro posibles horizontes de con‐sumo y disponibilidad de recursos, y considerando el abastecimiento desde los dos embalses comentados para la totalidad del municipio (Universo A), en un primer lugar, y un abastecimiento parcial (Universo B) que mantiene a algunas pequeñas aldeas con abastecimiento mediante pozo.
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UNIVERSO A: ABASTECIMIENTO PLENO
I. Horizonte mínimo
Considerando:
- Índice de ocupación de 2,29 hab/viv (estadística de El Castillo de las Guardas)
- Otros gastos de aguas de consumo de la red de +30% (bajos)
- Viviendas secundarias con un índice de consumo de 0,25 (consumo bajo del 25% ‐ un trimestre)
- Pérdidas en la red del 15% (altas)
Consumos según po‐blación
Consumo por vivienda
Consumo por vivienda y otros Viviendas
abasteciblesViviendas ocupables
Viviendas en construcción
Nuevas viviendas posibles
Nuevos cre‐cimientos posibles
Incluyendo pérdidas
l/día l/día m3/año l/día m3/año
A1 278.217 391,59 142,93 509,07 185,81 2.228,09 1.408,84 709 699,84 595
A2 307.503 432,81 157,98 562,65 205,37 2.015,89 1.196,64 709 487,64 414
A3 309.130 435,10 158,81 565,63 206,45 2.005,28 1.186,03 709 477,03 405
A4 261.947 368,69 134,57 479,30 174,94 2.366,48 1.547,23 709 838,23 712
A5 406.750 572,50 208,96 744,25 271,65 1.524,01 704,76 709 ‐4,24 ‐4
A6 325.400 458,00 167,17 595,40 217,32 1.905,02 1.085,77 709 376,77 320
A7 244.050 343,50 125,38 446,55 162,99 2.540,02 1.720,77 709 1.011,77 860
Permite más de 700 nuevas viviendas sin problemas de abastecimiento.
44
II. Horizonte moderado
Considerando:
- Índice de ocupación de 2,29 hab/viv (estadística de El Castillo de las Guardas)
- Otros gastos de aguas de consumo de la red de +50% (altos)
- Viviendas secundarias con un índice de consumo de 0,5 (consumo moderado del 50% ‐ medio año)
- Pérdidas en la red del 15% (altas)
Consumos según po‐blación
Consumo por vivienda
Consumo por vivienda y otros Viviendas
abasteciblesViviendas ocupables
Viviendas en construcción
Nuevas viviendas posibles
Nuevos cre‐cimientos posibles Incluyendo pérdidas
l/día l/día m3/año l/día m3/año
A1 278.217 391,59 142,93 587,39 214,40 1.931,01 996,51 709 287,51 244
A2 307.503 432,81 157,98 649,22 236,96 1.747,10 812,60 709 103,60 88
A3 309.130 435,10 158,81 652,65 238,22 1.737,91 803,41 709 94,41 80
A4 261.947 368,69 134,57 553,04 201,86 2.050,95 1.116,45 709 407,45 346
A5 406.750 572,50 208,96 858,75 313,44 1.320,81 386,31 709 ‐322,69 ‐274
A6 325.400 458,00 167,17 687,00 250,76 1.651,01 716,51 709 7,51 6
A7 244.050 343,50 125,38 515,25 188,07 2.201,35 1.266,85 709 557,85 474
Permite más de 340 nuevas viviendas sin problemas de abastecimiento.
45
III. Horizonte alto
Considerando:
- Índice de ocupación de 3,1 hab/viv (estadística de España)
- Otros gastos de aguas de consumo de la red de +80% (muy altos)
- Viviendas secundarias con un índice de consumo de 1 (consumo alto del 100% ‐ año completo)
- Pérdidas en la red del 15% (altas)
Consumos según po‐blación
Consumo por vivienda
Consumo por vi‐vienda y otros Viviendas
abasteciblesViviendas ocupables
Viviendas en construcción
Nuevas viviendas posibles
Nuevos cre‐cimientos posibles
Incluyendo pérdidas
l/día l/día m3/año l/día m3/año
A1 278.217 530,10 193,49 954,18 348,28 1.188,71 21,71 709 ‐687,29 ‐584
A2 307.503 585,90 213,85 1.054,62 384,94 1.075,50 ‐91,50 709 ‐800,50 ‐680
A3 309.130 589,00 214,99 1.060,20 386,97 1.069,84 ‐97,16 709 ‐806,16 ‐685
A4 261.947 499,10 182,17 898,38 327,91 1.262,55 95,55 709 ‐613,45 ‐521
A5 406.750 775,00 282,88 1.395,00 509,18 813,08 ‐353,92 709 ‐1.062,92 ‐903
A6 325.400 620,00 226,30 1.116,00 407,34 1.016,35 ‐150,65 709 ‐859,65 ‐731
A7 244.050 465,00 169,73 837,00 305,51 1.355,13 188,13 709 ‐520,87 ‐443
Implicaría que con los crecimientos en ejecución, habrá problemas de abastecimiento.
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UNIVERSO B: ABASTECIMIENTO PARCIAL
Hemos considerado pertinente, evaluar la prioridad de actuación en los distintos núcleos, cuales necesitan el abastecimiento, bien por problemas de escasez actual, calidad deficiente o crecimientos previstos importantes, y cuales pueden seguir abasteciéndose de pozos, para maximizar los recursos económicos disponibles. Según eso, hemos estimado que unas 341 viviendas pueden usar pozos sin problemas de abas‐tecimiento, aplicando como factor de corrección un consumo del 100% (como si fuesen viviendas principales) y realizar así un cálculo menos optimista.
ENTIDAD TOTAL Viviendas Principales
Viv. No prin‐cipales
Hab. censa‐dos
Abonados Consumo 2004
(m3) ACTUAL Propuesta
TOTAL 1.167 704 463 ND ND 130.190
ALCORNOCOSA (LA) 112 47 65 104 96 7.070 Pozo Pozo
ARCHIDONA ND ND ND 42 49 4.878 Pozo ETAP
ARROYO DE LA PLATA 188 88 100 195 127 19.845 Pozo ETAP
AULAGA (LA) 49 48 1 90 75 7.206 E. Viejo ETAP
CASTILLO 576 372 204 897 605 71.905 ETAP ETAP
CAÑADILLAS (LAS) ND ND ND 11 42 2.342 Pozo Pozo
CAÑUELO (EL) ND ND ND 4 9 567 Pozo ETAP
CORTECILLAS (LAS) ND ND ND 16 28 2.439 Pozo Pozo
MINAS DEL CASTILLO 36 26 10 ND ND ND E. Viejo E. Viejo
PEDROSILLO (EL) ND ND ND ND ND 0 Pozo Pozo
PERALEJO (EL) ND ND ND 30 47 5.586 Pozo Pozo
PEROAMIGO ND ND ND 15 14 830 Pozo Pozo
VALDEFLORES 53 49 4 110 90 7.522 Pozo Pozo
ND: Dato no disponible, o sometido a secreto estadístico
Fuente: Censo 2001.
Según ello, obtenemos, con los criterios anteriores:
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I. Horizonte mínimo
Considerando:
- Índice de ocupación de 2,29 hab/viv (estadística de El Castillo de las Guardas)
- Otros gastos de aguas de consumo de la red de +30% (bajos)
- Viviendas secundarias con un índice de consumo de 0,25 (consumo bajo del 25% ‐ un trimestre)
- Pérdidas en la red del 15% (altas)
Consumos según po‐blación
Consumo por vivienda
Consumo por vivienda y otros Viviendas
abasteciblesViviendas ocupables
Viviendas en construcción
Viviendas abastecidas por pozos
Nuevas viviendas posibles
Nuevos cre‐cimientos posibles
Incluyendo pérdidas
l/día l/día m3/año l/día m3/año
A1 278.217 391,59 142,93 509,07 185,81 2.228,09 1.408,84 709 341 1.040,84 885
A2 307.503 432,81 157,98 562,65 205,37 2.015,89 1.196,64 709 341 828,64 704
A3 309.130 435,10 158,81 565,63 206,45 2.005,28 1.186,03 709 341 818,03 695
A4 261.947 368,69 134,57 479,30 174,94 2.366,48 1.547,23 709 341 1.179,23 1.002
A5 406.750 572,50 208,96 744,25 271,65 1.524,01 704,76 709 341 336,76 286
A6 325.400 458,00 167,17 595,40 217,32 1.905,02 1.085,77 709 341 717,77 610
A7 244.050 343,50 125,38 446,55 162,99 2.540,02 1.720,77 709 341 1.352,77 1.150
Permite más de 1000 nuevas viviendas sin problemas de abastecimiento.
48
II. Horizonte moderado
Considerando:
- Índice de ocupación de 2,29 hab/viv (estadística de El Castillo de las Guardas)
- Otros gastos de aguas de consumo de la red de +50% (altos)
- Viviendas secundarias con un índice de consumo de 0,5 (consumo moderado del 50% ‐ medio año)
- Pérdidas en la red del 15% (altas)
Consumos según po‐blación
Consumo por vivienda
Consumo por vivienda y otros Viviendas
abasteciblesViviendas ocupables
Viviendas en construcción
Viviendas abastecidas por pozos
Nuevas viviendas posibles
Nuevos cre‐cimientos posibles
Incluyendo pérdidas
l/día l/día m3/año l/día m3/año
A1 278.217 391,59 142,93 587,39 214,40 1.931,01 996,51 709 341 628,51 534
A2 307.503 432,81 157,98 649,22 236,96 1.747,10 812,60 709 341 444,60 378
A3 309.130 435,10 158,81 652,65 238,22 1.737,91 803,41 709 341 435,41 370
A4 261.947 368,69 134,57 553,04 201,86 2.050,95 1.116,45 709 341 748,45 636
A5 406.750 572,50 208,96 858,75 313,44 1.320,81 386,31 709 341 18,31 16
A6 325.400 458,00 167,17 687,00 250,76 1.651,01 716,51 709 341 348,51 296
A7 244.050 343,50 125,38 515,25 188,07 2.201,35 1.266,85 709 341 898,85 764
Permite más de 630 nuevas viviendas sin problemas de abastecimiento.
49
III. Horizonte alto
Considerando:
- Índice de ocupación de 3,1 hab/viv (estadística de España)
- Otros gastos de aguas de consumo de la red de +80% (muy altos)
- Viviendas secundarias con un índice de consumo de 1 (consumo alto del 100% ‐ año completo)
- Pérdidas en la red del 15% (altas)
Consumos según po‐blación
Consumo por vivienda
Consumo por vi‐vienda y otros Viviendas
abasteciblesViviendas ocupables
Viviendas en construcción
Viviendas abastecidas por pozos
Nuevas viviendas posibles
Nuevos cre‐cimientos posibles
Incluyendo pérdidas
l/día l/día m3/año l/día m3/año
A1 278217 530,10 193,49 954,18 348,28 1188,71 21,71 709 341 ‐346,29 ‐294
A2 307503 585,90 213,85 1054,62 384,94 1075,50 ‐91,50 709 341 ‐459,50 ‐391
A3 309130 589,00 214,99 1060,20 386,97 1069,84 ‐97,16 709 341 ‐465,16 ‐395
A4 261947 499,10 182,17 898,38 327,91 1262,55 95,55 709 341 ‐272,45 ‐232
A5 406750 775,00 282,88 1395,00 509,18 813,08 ‐353,92 709 341 ‐721,92 ‐614
A6 325400 620,00 226,30 1116,00 407,34 1016,35 ‐150,65 709 341 ‐518,65 ‐441
A7 244050 465,00 169,73 837,00 305,51 1355,13 188,13 709 341 ‐179,87 ‐153
Implicaría que con los crecimientos en ejecución, habrá problemas de abastecimiento.
50
Conclusiones: Como se puede observar, con el actual sistema de abastecimiento, y los
actuales volúmenes embalsables, y considerando agua garantizada para dos ci‐clos completos (dos años), obtenemos que no queda plenamente garantizada en los horizontes más consumistas, mientras que sí se garantizan con bastantes garantías en los más moderados. Sin embargo, los horizontes intermedios, y, por otro lado, los más lógicos y realistas, garantizan un adecuado abastecimien‐to para más de 639 nuevas viviendas, además de las actualmente en ejecución, o pendientes de ejecutarse (pendientes de aprobación inicial) y derivados de la normativa vigente (NNSS).
Esta situación, que en principio supone un freno claro a las posibilidades
de crecimiento municipal, parece que finalmente logrará salvarse mediante la entrada de El Castillo de las Guardas en EMASESA, permitiendo que esta socie‐dad gestione y dote a los núcleos de un correcto suministro de agua, que se ve cuantiosamente acrecentado por los aportes de la red de aguas de esta empre‐sa, que incluye, entre otras, la explotación de los recursos hídricos del embalse de La Minilla, parte del cual trascurre e inunda terrenos del Castillo de las Guar‐das (límite oriental del municipio).
c.‐ Descripción de los usos actuales del suelo
Usos del Suelo en el Castillo de las Guardas
El Castillo de las Guardas (%) Km² SUPERFICIES CONSTRUIDAS Y ALTERADAS 0,45 1,16
Zonas edificadas, infraestructuras y equipamientos 0,37 0,95
Zonas mineras, vertederos y áreas en construcción 0,08 0,21
SUPERFICIES AGRÍCOLAS 1,07 2,76
Superficies en secano 0,82 2,12
Cultivos herbáceos 0,72 1,86
Olivares 0,1 0,26
Áreas agrícolas heterogéneas 0,25 0,65
Cultivos con espacios de vegetación natural 0,25 0,65
SUPERFICIES FORESTALES 97,77 252,25
Formaciones de arbolado denso 0,88 2,27
Quercíneas 0,72 1,86
Coníferas 0,16 0,41
Formaciones de matorral con arbolado 48,76 125,80
Quercíneas 35,49 91,56
Coníferas 0,07 0,18
Eucaliptos 12,93 33,36
51
Otras frondosas y mezclas 0,27 0,70
Formaciones herbáceas con arbolado 18,98 48,97
Quercíneas 18,98 48,97
Formaciones arbustivas y herbáceas sin arbolado 23,74 61,25
Matorral denso 15,92 41,07
Matorral disperso 3,09 7,97
Pastizales 4,72 12,18
Espacios abiertos con escasa cobertura vegetal 5,41 13,96
Espacios abiertos con escasa cobertura vegetal 5,41 13,96
ZONAS HÚMEDAS Y SUPERFICIES DE AGUA 0,71 1,83
Embalses 0,71 1,83
SUPERFICIE TOTAL 100 258 Fuente: Land Cover, 1999
El municipio cuenta con un término municipal relativamente grande, sin llegar
las dimensiones de los grandes municipios campiñeses, alcanzando los 258 km², la ma‐yor parte de los cuales se dedican a usos forestales (casi el 98%), seguido de los usos agrícolas con apenas 1,07% de las tierras, y ya de cerca, zonas húmedas y la creciente superficie construida. La estadística es, sin embargo, mentirosa en cuanto a la vocación real de los suelos, pues la mayor parte de los suelos destinados a usos forestales, no son sino dehesas de uso agrosilvopastoril, contando el municipio con una fuerte pre‐sencia de ganado bovino, caprino y otros, que dan buena cuenta del uso ganadero de muchas de esas tierras.
iv. Agricultura y ganadería
El Castillo de las Guardas cuenta con una escasa superficie realmente destinada
a la agricultura, y en su totalidad a secano; esto es, el ciclo vegetativo se desenvuelve sin aportes artificiales de agua. Por el contrario, las explotaciones ganaderas ocupan grandes extensiones, en forma de dehesa fundamentalmente, así como pastos (más bien dehesa muy aclarada), y el resto de la superficie se destina a algunas parcelas de secano, fundamentalmente forrajes. También está representado, con una pequeña superficie, el olivar de secano, generalmente de autoconsumo. En general se suelen considerar tierras cultivadas en condiciones extremas, la llamada agricultura marginal. Una agricultura heredada de situaciones históricas de autarquía, que agredió a la fron‐tera forestal para ocupar nuevos espacios, hoy muchas veces fuente de degradación y erosión, y que paulatinamente tienden a ser colonizadas de nuevo por usos forestales, ya sea de forma natural o forzada por la mano el hombre.
En el Castillo de las Guardas, como en gran parte del entorno, conviven situa‐
ciones de abandono y marginalidad de muchas de las explotaciones serranas. Sin en‐trar ahora en los conocidos efectos de la emigración y los cambios sociales, sumados a los cambios de mercado y estructura económica, deben señalarse también como parte
52
de las causas explicativas la peste porcina y sus consecuencias para el mantenimiento de los encinares. Se han detectado puntualmente esquemas de explotación exógenos vinculados a la introducción del olivar, si bien estos se detectan más al sureste del mu‐nicipio, ya aguas abajo del valle del Guadiamar, donde este cultivo se ha extendido con mayor profusión.
Los últimos años parecen mostrar tendencias algo más esperanzadoras, gracias a la revalorización de los espacios serranos vinculados al turismo rural o el aprovecha‐miento ganadero que deberían repercutir en la conservación del entorno. Muy positi‐va, curiosamente, es el tipo de propiedad, con grandes terratenientes taurinos que permiten la pervivencia de unas explotaciones agrosilvopastoriles en muy buen esta‐do.
Principales cultivos agrícolas
Cultivos herbáceos. Año 2009 Cultivos leñosos. Año 2009
Superficie total
dedicada (Ha) 225
Superficie total
dedicada (Ha) 53
Principal cultivo de regadío
‐ Principal cultivo de
regadío ‐
Principal cultivo de secano
Alfalfa Principal cultivo de
secano Olivar aceituna de
aceite
Superficie en Ha 61 Superficie en Ha 51 Fuente: SIMA, 2009. Elaboración propia.
Nótese que el municipio carece de cultivos de regadío, que en realidad, existen,
pero se limitan a pequeñas huertas de autoconsumo que se riegan con pozos o en las vegas de los arroyos, pero de carácter marginal.
Por el contrario, la mayor parte de la superficie municipal destinada a la agricul‐tura está ocupada por forrajes, lo que se relaciona directamente con los datos anterio‐res sobre la fuerte vocación ganadera de las dehesas de la zona, muchas de las cuales son periódicamente sembradas para el alimento de los animales. Como se observa, estos datos se contradicen con los obtenidos del Corine Land Cover (1999), pero, como ya se ha señalado, obedece a la identificación de la dehesa como forestal, obviando su uso agroganadero, mientras que la Consejería de Agricultura sí diferencia las superfi‐cies sembradas de forrajes.
El Olivar cuenta con alguna presencia en los terrenos más fértiles de las vegas, y
en los entornos inmediatos a aldeas y pueblos, conformando buena parte de su ruedo agrícola. La escasa aptitud agrológica de los suelos, explica la ausencia de otro tipo de agricultura, así como la ausencia de zonas de regadío.
Pese a que el olivar es el más extenso y representativo ejemplar de la arboricul‐tura mediterránea, y su producto, el aceite de oliva, uno de las producciones históri‐camente más importantes en Andalucía, aún se mantienen graves carencias de calidad y comercialización; en gran parte debido a la marginalidad económica y ecológica de
53
muchas plantaciones, como sucede en El Castillo de Las Guardas y si bien se adapta con facilidad a las limitaciones que este medio ofrece, esta situación, característica de los antiguamente “olivares adehesados”, se ha modificado en mucho con la adecua‐ción del cultivo a la moderna agricultura, monoespecífica, y con un cada vez mayor presencia del regadío. Pese a todo, en El Castillo de las Guardas aún se mantiene como un cultivo de secano. Es evidente que muchas de las funciones ecológicas del olivar tradicional se han perdido en aras de una fuerte elevación de los rendimientos aparen‐tes, pero el olivar tradicional de secano, se mantiene como un cultivo de alto valor ecológico, y, en especial, en ámbitos como el que nos ocupa.
Datos municipales del Censo Agrario (2001) Superficies
Superficie total de las explotaciones (Ha)Tierras labradas;
1.316Otras tierras no forestales; 825
Especies arbóreas forestales; 9.265
Tierras para pastos permanentes; 11.390;
49%
TOTAL 22.796
Tierras labradas 1.316
Pastos permanentes 11.390
Especies forestales 9.265
Otras tierras 825
Número de parcelas 535
Explotaciones sin tierras 18
Unidades trabajo/año (UTA) 257
Número de explotaciones TOTAL: 244 Tamaño de la explotación
Explotaciones con tierras < 5 Ha 5 a 10 Ha 10 a 20 Ha 20 a 50 Ha > 50 Ha
Subtotal: 226 73 31 31 18 73
Explotaciones con SAU < 5 Ha 5 a 10 Ha 10 a 20 Ha 20 a 50 Ha > 50 Ha
Subtotal: 201 84 33 17 27 40
Unidades Ganaderas (UG) Unidades ganaderas
Bovinos; 5028; 57%
Caprinos; 564; 6%
Porcinos; 2011; 23%
Equinos; 204; 2%
Aves; 712; 8% Ovinos; 385; 4%
TOTAL: 8.904
Ovinos 385
Bovinos 5.028
Caprinos 564
Porcinos 2.011
Equinos 204
Aves 712
Tierras labradas (Ha) Herbáceos 1.261
Frutales 2
Olivar 53
Superficie total según régimen de tenencia (Ha)
54
TOTAL: 22.796
Propiedad Arrendamiento Aparcería Otros regímenes
18.742 3.557 45 453
Superficie agrícola utilizada de las explotaciones según regimen de tenencia (Ha) TOTAL: 12.706
Propiedad Arrendamiento Aparcería Otros regímenes
10.605 1.927 40 134
Maquinaria propiedad exclusiva de la explotación (número de máquinas) Tractores Motocultores y otras Cosechadoras cerealistas Otras cosechadoras
60 15 0 0
Titulares por grupos de edad Titulares por ocupación principal
TOTAL: 214
< 34 años 35 a 54 años 55 a 64 años > 65 años Dedicación exclusiva
Otra activi‐dad principal
Otra activi‐dad 2ria
16 74 49 75 157 51 6
Cónyuges por grupos de edad Cónyuges por ocupación principal
TOTAL: 37
< 34 años 35 a 54 años 55 a 64 años > 65 años Dedicación exclusiva
Otra activi‐dad principal
Otra activi‐dad 2ria
1 18 10 8 25 8 4Los datos del Censo Agrario son de 1999.
Fuente: MAPA, 2007. Elaboración propia.
v. Sector forestal
Una de las características más diferenciadoras de la agricultura mediterránea es
el gran peso de la arboricultura. Además del olivar, otras muchas plantaciones de leño‐sos están presentes en la región. A la utilidad económica de estas plantaciones se su‐perpone con frecuencia un evidente interés ecológico.
Dejando a un lado la encina y el alcornoque, las frondosas autóctonas con ma‐
yor representación son los quejigos, el acebuche, el algarrobo y los propios de las ribe‐ras de ríos y arroyos. El quejigo es bastante frecuente en las dehesas más húmedas de Sierra Morena, en donde se aprovecha su montanera más temprana que la de la enci‐na y el alcornoque, lo que permite adelantar el engorde de la cabaña ganadera pastan‐te.
El acebuche es un árbol que curiosamente ha pasado desapercibido como es‐
pecie forestal, aun a pesar de ser el clímax de varias series de vegetación termomedi‐terráneas. Dada la importancia que tiene este árbol en Andalucía, se encuentra prote‐gido en la actualidad, limitada su corta y regulados sus tratamientos. La reducción de su área se debe a la extensión de la agricultura que ha ocupado el clímax en amplias
55
zonas, la mayor parte dedicadas al olivar; no obstante es aún frecuente en Andalucía occidental en setos y dehesas.
En Andalucía el algarrobo está presente en todas las provincias aunque huye de
los terrenos húmedos y siempre se sitúa por debajo de los 400‐500 metros de altitud; aparece disperso y sin llegar a formar bosquetes. Hoy en día se aprecia más su capaci‐dad para vivir en zonas secas y de temperaturas extremas, por lo que cumple una fun‐ción importante en la retención y mejora de los suelos. Esto explica que últimamente se haya rescatado el carácter forestal de este árbol.
Dejando de lado los árboles característicos de la vegetación de ribera, muchas
otras son las frondosas que se pueden encontrar en El Castillo de las Guardas, siempre dispersas e intercaladas entre otras formaciones, piruétano, madroño,…
Usos forestales en el Castillo de las Guardas
El Castillo de las Guardas (%) Km²Subtotal: Superficie forestal 97,77 252,25
Formaciones de arbolado denso 0,88 2,27
Quercíneas 0,72 1,86
Coníferas 0,16 0,41
Formaciones de matorral con arbolado 48,76 125,80
Quercíneas 35,49 91,56
Coníferas 0,07 0,18
Eucaliptos 12,93 33,36
Otras frondosas y mezclas 0,27 0,70
Formaciones herbáceas con arbolado de quercíneas 18,98 48,97
Formaciones arbustivas y herbáceas sin arbolado 23,74 61,25
Matorral denso 15,92 41,07
Matorral disperso 3,09 7,97
Pastizales 4,72 12,18
Espacios abiertos con escasa cobertura vegetal 5,41 13,96
Total: Superficie municipal 100 258Fuente: Land Cover, 1999
56
Superficies forestales1%
37%
13%0%
19%
19%
5%6%
Bosque densoMatorral arbolado con Quercíneas Matorral arbolado con Eucaliptos Matorral arbolado otras especiesHerbáceas arboladas con QuercíneasMatorralPastizales Baldíos, suelos desnudos y otros
Fuente: Land Cover, 1999
La dehesa: un caso particular de explotación agroforestal
Una gran parte del bosque mediterráneo se ha modificado por el
hombre para dar lugar a la dehesa, un tipo de organización del monte don‐de se integran los aprovechamientos agrícolas, ganaderos y forestales. Se considera a la dehesa como ejemplo modélico de equilibrio entre la extrac‐ción de productos y recursos útiles muy variados y el mantenimiento de va‐lores ambientales y de madurez ecológica de los ecosistemas intervenidos: un tipo de explotación agraria compleja creada por el hombre a partir de la manipulación y transformación del bosque originario, con una producción mixta, agrícola, ganadera y forestal. La mayor parte de la superficie de Casti‐llo de las Guardas se dedica a este tipo de aprovechamiento:
Usos forestales en el Castillo de las Guardas
Formaciones adehesadas (%) Km² Superficie forestal total del municipio 97,77 252,25
Formaciones de matorral con arbolado de quercíneas 35,49 91,56
Formaciones herbáceas con arbolado de quercíneas 18,98 48,97
Total de formaciones adehesadas de quercíneas 54,47 140,53
Total: Superficie municipal 100 258
Fuente: Land Cover, 1999
Este paisaje caracteriza gran parte del suroeste y oeste de la Penín‐
sula Ibérica, con una superficie estimada en más de cinco millones de hectá‐
57
reas. La superficie ocupada por las dehesas en Andalucía ronda las setecien‐tas ochenta mil hectáreas, encontrándose la mayor parte de ellas a lo largo de Sierra Morena y sierras gaditanas, si bien de forma esporádica aparece en otras zonas de las sierras Subbéticas e incluso en la campiña. Ocupan fundamentalmente áreas pizarrosas y graníticas, con suelos poco profundos y ácidos. Como puede comprobarse, El Castillo de las Guardas no es, por ca‐sualidad, un área de claro dominio de este tipo de aprovechamiento.
El arbolado de la dehesa está constituido fundamentalmente por la
encina y el alcornoque, bien como masas monoespecíficas o bien mezcla‐dos; pero se pueden encontrar otras especies con una menor representa‐ción. Este es el caso de las dehesas en las que aparece el quejigo, siempre en zonas de mayor pluviometría; o el acebuche, que aparece en las dehesas de quercíneas más termófilas.
Dehesa en la finca Santa María
Pazos y Gómez, 2007
El sotobosque de la dehesa varía con el destino finalista de su pro‐
ducción y el estado selvícola en que se encuentre. En las dehesas con cultivo agrícola, anual o no, el matorral es eliminado por laboreo. En las restantes dehesas, con vocación pastoral, el matorral más representativo está com‐puesto por jaras, retamas y aulagas que llegan a invadir el pastizal por abandono del pastoreo. Un proceso, llamado de matorralización, muy común a partir de la crisis de las actividades tradicionales.
58
Esta invasión es, en todo caso, consecuencia de la evolución natural de un ecosistema mantenido artificialmente por el hombre. Este proceso merma considerablemente la productividad del ecosistema y por lo tanto supone una evolución regresiva dentro del contexto endógeno y agrario.
Los pastizales de la dehesa están constituidos principalmente por
especies anuales y poco productivas, de aprovechamiento estacional en otoño y primavera, lo que implica una alimentación suplementaria para el ganado durante el verano y a veces en invierno. Esta última puede suplirse en gran parte con el aprovechamiento de la bellota y la acebuchina, así co‐mo del ramón. La poca productividad del pasto está relacionada con las condiciones climatológicas y edáficas. En los suelos ácidos que caracterizan la mayor parte de las dehesas, la presencia de leguminosas es escasa.
El ganado que pastorea las dehesas está formado por razas que han
evolucionado de forma paralela a la del arbolado; es decir, que están adap‐tadas a dicho medio. El vacuno está representado por las razas retinta, avi‐leña y morucha. La raza ovina característica fue la merina, hasta que debido al hundimiento del mercado lanar fue mezclada y desplazada por otras razas para producción cárnica. El caprino, que ha experimentado un relativo cre‐cimiento durante los últimos años, está representado por las razas verata, retinta y serrana, con producción mixta leche‐carne.
El aprovechamiento más eficiente y tradicional de la dehesa es el realizado por el cerdo ibérico, que ha experimentado un auge creciente propiciado por la rentabilidad y amplio mercado de sus productos.
Además la dehesa tiene una serie de producciones múltiples asocia‐
das: leña, carbón vegetal, corcho, productos agrícolas, hongos... una amplia gama de productos útiles para el hombre, capaces además de generar in‐gresos suplementarios en áreas marginales desde el punto de vista econó‐mico. En la dehesa abundan asimismo las especies de carácter cinegético como el ciervo, jabalí, conejo, torcaz y perdiz, cuya caza supone no pocos ingresos, que superan a veces los obtenidos por el aprovechamiento gana‐dero.
La dehesa es, en definitiva, el medio forestal más representativo,
económica, social, cultural y superficialmente del municipio, y de su entorno mediato e inmediato. Un medio que, como se ha dicho repetidamente, re‐presenta el más inteligente equilibrio posible en la intervención del hombre sobre la naturaleza. En condiciones óptimas de explotación es capaz de
59
aportar una gran variedad de recursos útiles a la sociedad, manteniendo una estabilidad ecológica no muy lejana del bosque climácico originario.
Cambios recientes en la gestión forestal
La matorralización natural ha venido siendo, durante los últimos años, una estrategia plenamente intencionada en el caso del monte público, en el que se ha tendido a permitir la regeneración natural del monte medi‐terráneo, opción observada tanto después de incendio como para conseguir la transformación de monte alóctono –eucaliptar– en formaciones autócto‐nas. No obstante, se trata de actuaciones relativamente recientes en el tiempo, por lo que aún no han tenido tiempo de plasmarse en la generación de masas mediterráneas maduras, objetivo final de este tipo de decisiones de gestión. En algunos casos, los montes de propiedad privada han “segui‐do” estos procesos de forma involuntaria, por el evidente abandono que de sus aprovechamientos podemos observar. En estos casos, el proceso de ma‐torralización tiene lugar por puro abandono de montes anteriormente ma‐derables. Esta matorralización no suele ocurrir, al menos como ocupación única del suelo, en plantaciones de eucaliptal, pues, para no incurrir en gas‐to, no se realiza el destoconado, con lo que los pies rebrotan de cepa, aun‐que quedan igualmente abandonados.
En casi todos los municipios de la zona, incluyendo el propio Castillo
de las Guardas, como El Madroño, El Garrobo o Gerena, las masas de euca‐lipto han mostrado, en general, gran estabilidad desde 1975, no sólo en monte de particulares, sino incluso en el público. En otras ocasiones, los predios repoblados son zonas previamente ocupadas por el matorral, o bien improductivas.
No obstante, la tendencia general en el monte público ha sido la
progresiva sustitución de eucaliptares por pinares, aunque, a veces, hayan transcurrido muchos años entre la eliminación del eucalipto y la repoblación con pies de pino, generalmente por problemas presupuestarios, aunque también por la adopción, por parte de la Administración Forestal, de ritmos de intervención lentos, lo que resulta necesario en la gestión del monte.
Otro cambio habitual es la degradación de formaciones de matorral
a pastizal. En la presencia de este caso es imprescindible la utilización, cons‐ciente o involuntaria, del fuego, mediante, respectivamente, quemas –controladas o intencionadas‐ e incendios forestales, naturales o accidenta‐les.
60
No se evidencian ni numerosos ni importantes casos de alternancia forestal‐agrícola, que, además, corresponden en su mayoría al abandono de explotaciones forestales poco rentables, que acaban transformadas en sue‐lo forestal. Se han producido, sin duda, transformaciones muy positivas desde el punto de vista ambiental. El abandono de tierras de cultivo regis‐trado en El Castillo de las Guardas, han tenido lugar mediante procesos ple‐namente naturales (matorralización de pastizales), que deben ser aprove‐chados para desarrollar el monte mediterráneo autóctono.
vi. Edificaciones e infraestructuras existentes
1. Sistema de poblamiento
Este municipio ofrece la particularidad de ser el único de la provincia de Sevilla que cuenta con un poblamiento polinuclear típico de la vecina Sierra de Huelva, y ba‐sado en un amplio número de núcleos menores o aldeas y otros diseminados de po‐blación.
Núcleos y otros elementos del poblamiento
Nombre Tipología Superficie (m2) Minas del Castillo de las Guardas Núcleo urbano 77.716
Castillo de las Guardas Núcleo urbano 326.909
Urb. Santa Isabel Núcleo residencial 58.606
Arroyo de la Plata Núcleo urbano 468.279
El Peralejo Núcleo urbano 24.950
Las Cañadillas Núcleo urbano 24.487
El Cañuelo Núcleo urbano 21.815
Las Cortecillas Núcleo urbano 19.653
Valdeflores Núcleo urbano 66.511
Archidona Núcleo urbano 53.672
El Pedrosillo Núcleo urbano 31.554
Cortijo del Rocío Poblamiento rural 9.700
Cortijada Buenavista Poblamiento rural 56.293
Cortijo Santa María Poblamiento rural 39.376
Peroamigo Núcleo urbano 23.837
La Aulaga Núcleo urbano 86.867
Cortijo de El Gardón Poblamiento rural 29.943
Cortijo del Bujardo Poblamiento rural 27.937
La Alcornocosa (Barrio de Abajo) Núcleo urbano 69.895
La Alcornocosa (Barrio de Arriba) Núcleo urbano 22.139
Casa de Dehesa Quinta Poblamiento rural 8.792
Ventorro Negro Poblamiento rural 13.713
61
Casa de El Confite Poblamiento rural 11.112
Cortijo El Romeral Poblamiento rural 16.387
Casa de las Majadillas Poblamiento rural 34.982
Cortijo La Cepeda Poblamiento rural 21.301
Urb. Sierra Lagos Núcleo residencial 179.306
Polígono industrial Zona industrial y comercial 11.512
Deportes Equipamiento 5.608
Minas del Castillo de las Guardas Mina 250.823
Mina Mina 27.742
Minas de San José Mina 31.462
Fuente: Land Cover y ortofotografía aérea (CAP, CMA e ICA), 2007
Los núcleos urbanos del Castillo de las Guardas no son de grandes dimensiones
si se compara a escala regional o nacional. Por lo que respecta a su posición en el sis‐tema de asentamientos regional, se está ante núcleos con una jerarquía urbana muy débil de núcleos rurales basado en la aldea como unidad poblacional.
Archidona
Este núcleo histórico está situado en la zona centro‐este del término municipal, a 4 km. del núcleo principal. El acceso se realiza mediante un ramal (SE‐315) que parte de la N‐433 (Sevilla‐Lisboa) y muere en la aldea.
Arroyo de la Plata, Venta Abajo y Rosaleda de la Plata
Este núcleo dista 8 kilómetros del principal, en la zona sur de El Castillo de las Guardas. A esta pedanía se accede a través de la carretera N‐433 (Sevilla‐Lisboa). Cuenta con el barrio de "Venta Abajo", situado un poco más al sur aún que el anterior, y la Urb. Rosalda de la Plata.
El Cañuelo
El acceso se realiza mediante un ramal de 500 metros de longitud desde la carretera N‐433 (Sevilla‐Lisboa). Este núcleo histórico está situado en la zona noreste del término municipal, a 10 km. de El Castillo de las Guardas.
El Peralejo (Alto y Bajo)
Este núcleo histórico está situado en la zona noroeste del término muni‐cipal, a 10 km. del núcleo principal. El acceso se realiza mediante el ramal SE‐546, que parte de la A‐476 (El Castillo de las Guardas‐Nerva), pasando el núcleo de las Minas. La aldea presenta dos núcleos de similar entidad: "Peralejo Bajo" y "Peralejo Alto", distanciados 300 metros.
La Alcornocosa y Los Humeros
Está situada en la carretera de El Castillo de las Guardas a Zufre (SE‐312), un ramal de la N‐433 (Sevilla‐Lisboa). Se halla a 9 km. del núcleo principal,
62
en la zona norte del término municipal. En ella se encuentra también el barrio de "Los Humeros", situado a 150 metros del anterior.
La Aulaga
Se accede a ella a través de la carretera A‐476, en el tramo de El Castillo de las Guardas‐Nerva, a 9 km. del núcleo principal. Está situada en la zona oeste del término municipal. Celebra sus fiestas en honor de la Santa Cruz en el mes de Julio.
Las Cañadillas
Núcleo situado en la zona centro‐este del término municipal, a 6 km. del núcleo principal. El acceso se realiza mediante un ramal de 1 km. de la carretera El Castillo de las Guardas‐Aznalcóllar (SE‐530), que muere en la aldea. Las Cortecillas
Está situado en la zona noroeste del término municipal, a 10 km. de El Castillo de las Guardas. El acceso se realiza mediante la carretera SE‐556, que comunica el asentamiento con la N‐433 (Sevilla‐Lisboa). El núcleo presenta una estructura lineal apoyada en un camino rural que parte de la SE‐556.
Minas del Castillo
Este poblado, que no aldea, está situado en la zona centro‐oeste del término municipal, a 5 km. del núcleo principal, en las proximidades de la carre‐tera A‐476 (El Castillo de las Guardas‐Nerva). Responde a un poblado minero cuyas edificaciones se ubicaron siguiendo los condicionantes de la explotación. El asentamiento es disperso y cuenta con varios subnúcleos (Fuente Pinar, Vis‐tahermosa, La Mina,…).
Peroamigo
Está situado en la zona noroeste del término municipal, a 10 km. de El Castillo de las Guardas. El acceso se realiza mediante un ramal de la carretera SE‐545, que comunica el núcleo con la CC‐421 a la altura de las Minas.
Valdeflores
Está situado en la zona norte del término municipal, a 8 km.del núcleo principal, siguiendo la carretera N‐433 (Sevilla‐Lisboa).
63
Clase de vivienda familiar
Entidad de población TOTAL Principal con‐vencional
Secundaria Otro tipo
La Alcornocosa 112 47 63 2
Archidona ‐ ‐ ‐ ‐
Arroyo de la Plata 188 88 100 0
La Aulaga 49 48 1 0
Castillo de las Guardas 576 372 204 0
Las Cañadillas ‐ ‐ ‐ ‐
El Cañuelo ‐ ‐ ‐ ‐
Las Cortecillas ‐ ‐ ‐ ‐
Minas del Castillo 36 26 10 0
El Pedrosillo ‐ ‐ ‐ ‐
El Peralejo ‐ ‐ ‐ ‐
Peroamigo ‐ ‐ ‐ ‐
Valdeflores 53 49 4 0
TOTAL MUNICIPAL 1.167 704 461 2
‐ Sin datos o sometido a secreto estadísticoFuente: Censo de Población y Viviendas, 2001
Tipo de edificio
Entidad de población TOTAL Una vivien‐da familiar
Varias vi‐viendas familiares
Viviendas familiares compartido con locales
Vivienda colectiva
Locales
La Alcornocosa 100 85 13 0 0 2
Archidona ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
Arroyo de la Plata 166 152 14 0 0 0
La Aulaga 39 30 9 0 0 0
Castillo de las Guardas 499 406 75 0 1 17
Las Cañadillas ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
El Cañuelo ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
Las Cortecillas ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
Minas del Castillo 30 22 6 0 0 2
El Pedrosillo ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
El Peralejo ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
Peroamigo ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
Valdeflores 45 38 7 0 0 0
TOTAL MUNICIPAL 1.003 838 140 2 1 22
‐ Sin datos o sometido a secreto estadístico Fuente: Censo de Población y Viviendas, 2001
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2. Núcleo principal
Tipologías urbanas en el núcleo principal (hectáreas)
Tipología ha %
Unifamiliar tradicional 11,85 71,64
Plurifamiliar en manzana 0,81 4,90
Plurifamiliar en bloque 0 0,00
Unifamiliar de promoción (adosados) 0,66 3,99
Unifamiliar aislada 1,56 9,43
Industrial y comercial integrado 0,46 2,78
Infraestructuras y equipamientos 1,2 7,26
TOTAL 16,54 100
La tipología residencial con menor incidencia son las plurifamiliares,
ya sea en manzana o en bloque, al ser unas soluciones constructivas vincu‐ladas al desarrollo industrial y a una fuerte demanda de viviendas y un alto crecimiento poblacional. El Castillo de las Guardas, curiosamente, presenta casi un 5% de la superficie con tipología plurifamiliar en manzana. Se trata de una barriada situada en la salida a la carretera de Sevilla. Aunque como valor absoluto es muy pequeño, no llega a la hectárea, sí es una extensión muy grande en un núcleo. La última tipología residencial, la unifamiliar de promoción, tiene una incidencia que va en aumento, si bien siempre es mu‐cho menor que unifamiliar tradicional y aislada. Es un tipo de construcción muy reciente, y que empieza a imponerse, por lo que en el futuro puede te‐ner un peso relativamente importante.
El uso de suelo urbano industrial y comercial “integrado” incluye tan‐
to zonas industriales como granjas, invernaderos, naves para guardar ape‐ros agrícolas, etc. dentro del propio casco, no incluye, por tanto, el Polígono Industrial recientemente construido, ni los locales en bajos de viviendas.
Es necesario reflejar la transformación que en la última década ha sufrido el sector industrial y comercial del municipio. El esfuerzo combinado de instituciones públicas y agentes privados está haciendo que vaya conso‐lidándose una pequeña, pero muy importante oferta de suelo para activida‐des productivas en un territorio que prácticamente carecía de ella. Ello vie‐ne a diversificar y a fortalecer la economía del área, dotándola de unos re‐cursos urbanísticos siempre necesarios para la implantación de actividades económicas.
Sin embargo, quedan todavía algunas cuestiones pendientes que de‐ben ir corrigiéndose para mejorar tanto las condiciones funcionales como los impactos territoriales, urbanísticos y ambientales de estos suelos.
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Es necesario proceder a la urbanización, reordenación y dotación in‐fraestructural de muchos de los suelos actualmente existentes, sobre todo de aquellos surgidos sin planificación previa. Aparte de la mejora de sus condiciones urbanísticas y de funcionamiento en algunos de estos suelos, es necesario proceder de manera general en la mayoría de ellos a un programa de control y tratamiento de efluentes, de la que carecen casi en su totali‐dad, ya que de no ser así esta cuestión se convertirá en un futuro no muy le‐jano en el primer y más importante factor de deterioro de calidad de las aguas en el Guadiamar.
Los equipamientos están todos dentro de los mínimos básicos (cole‐
gio, asistencia sanitaria primaria,…), siendo escasa la presencia de equipa‐mientos culturales.
3. Hábitat rural
No se debe olvidar que en este término municipal, la actividad pri‐
maria sigue siendo la principal, por lo que el análisis de las edificaciones y elementos que existen asociados a esta actividad es pertinente, ya que ayu‐dan a configurar la organización funcional y territorial del municipio y, fi‐nalmente, por su potencial capacidad de diversificación económica, orientándose hacia actividades productivas terciarias (turismo, restaura‐ción…).
Desde el punto de vista de su estudio, el hábitat rural y su arquitec‐tura han sido un aspecto poco trabajado, y sin embargo la arquitectura ru‐ral, relacionada con las explotaciones agrícolas y ganaderas, es de una enorme diversidad y calidad. Sin duda la expresión más significativa para designar el poblamiento rural de la zona occidental andaluza es el término cortijo. Bajo este nombre común se agrupan una gran variedad de construc‐ciones aisladas de toda Andalucía a las que indispensablemente va asociada una extensión de tierra de labor y/o de monte de superficies grandes o me‐dias.
Dentro de las distintas tipologías del hábitat rural2, en El Castillo de
las Guardas nos encontramos tan sólo con una, los cortijos ganaderos. Se puede considerar cortijo ganadero a todo aquel en el que la actividad pe‐cuaria constituya la dedicación principal del complejo productivo, y dentro de la actividad pecuaria, específicamente la que se dedica a la cría de vacu‐
2 FLORIDO TRUJILLO, G. (1996): Hábitat rural y gran explotación en la depresión del Guadalquivir. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Junta de Andalucía.
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no de lidia, algo tan íntimamente ligado al sistema socioeconómico actual y tradicional del municipio. Para dar respuesta a las necesidades que conlleva la cría de los animales y las faenas de selección y conserva de su bravura, tienen que contar con las dependencias adecuadas. También ha de haber viviendas para los trabajadores de la finca y cuadras para los caballos, im‐prescindibles para la cría del toro de lidia.
Por otro lado, las actividades sociales que giran en torno al mundo de los toros (visita de matadores y empresarios para seleccionar los toros, fiestas que se organizan con la tienta de hembras, etc.) hacen que haya un marcado interés estético y formal en los edificios.
De los edificios que componen los cortijos de reses bravas, suele ser
un espacio importante tanto en su ubicación como en su cuidado y decora‐ción el picadero y la plaza de tientas. Con un diámetro de 25 a 30 metros, cercado por un muro de unos dos metros de altura. Los recursos utilizados para el adorno suelen ser diversos desde el uso de elementos constructivos con finalidad ornamental como basas o capiteles, amplios tejaroces sobre ventanales o puertas, galerías porticadas, bóvedas, pavimentación, etc. Muy habitual es el empleo del color en el recubrimiento de los zócalos y perfiles, combinado con la cal blanca o con el color almagra. La azulejería con la composición de cuadros es otro elemento recurrente ya sea para decorar fachadas, pórticos, patios como habitaciones.
En el Castillo de las Guardas hay un elevado número registrado de
cortijos de gran tamaño (11), destacando entre ellos los de El Confite y El Romeral por su extensión, estado de conservación y accesibilidad y valor histórico‐arquitectónico. Los cortijos del municipio suelen tener una exten‐sión considerable de hectáreas. Así Dehesa Quinta y Lo Álvaro se han unido bajo un único propietario y superan las 4.000 hectáreas, mientras El Confite (familia Martínez Fernández, que la utiliza como residencia de recreo) tiene 1.250 (y más de 11.000 m2 edificados), buena parte de ellas adehesadas. Gran parte de los cortijos del municipio se encuentran bien cuidados y su explotación es óptima, desarrollando fundamentalmente actividades gana‐deras con explotación de ganado bovino (tanto ganado bravo como cárni‐co), complementado con borregos, cerdos y cabras. El Confite, por ejemplo, cercano a la pedanía de La Alcornocosa, conserva todas las características de un cortijo ganadero (cuadras, tentadero, etc.) y sus orígenes se remontan a cerca de trescientos años de antigüedad.
Se aprecia sin embargo cómo la modernización de la agricultura está
provocando el abandono de las formas y usos tradicionales, lo que a la post‐
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re ha provocado el desuso de algunas de estas edificaciones. Los cortijos poco rentables terminan siendo comprados por un único propietario, como sucede en el Castillo de la Guardas con Los Álvaros y Dehesa Quinta, que pertenecen a los Domeq, o bien se produce un abandono total de las edifi‐caciones originales. En otros casos, la introducción de nuevas técnicas cons‐tructivas y de materiales (ya sea como reforma del edificio o como nueva instalación), ajenos completamente al entorno tradicional, empobrecen el hábitat rural. Una de las mejores alternativas para su conservación es la di‐versificación de la actividad hacia el sector terciario, como en Los Parrones, con la organización de capeas y fiestas.
vii. Otros usos no urbanos
La minería
En el Castillo de las Guardas se encuentra dentro de la llamada Faja
Pirítica Suribérica. Ello explica en gran medida su pasado minero, y las re‐percusiones que ello ha conllevado a su sistema de poblamiento, y explica la presencia de amplias superficies dedicadas a un “no‐uso” en la actualidad, como ha determinado la destrucción de grandes superficies de suelos en aras de una productividad que poco dejó una vez cesada la actividad a los vecinos del municipio.
Aunque el sector sevillano de la Faja Pirítica del SW había sido objeto
de explotaciones puntuales desde muy antiguo, es en 1850 cuando se regis‐tran trabajos de envergadura en el Castillo de las Guardas. Las actividades en la zona fue‐ron muy numerosas, especialmente en el último tercio del si‐glo, destacando las minas de Admirable, Diana, Marichu, Mercedes y Con‐cepción. De estas minas, la mayoría extraían cobre y algunas plomo y zinc. Se explotaron también criaderos de manganeso.
Al comenzar la década de los 60, en el sector sevillano de la Faja Pirí‐
tica, sólo existían dos minas activas: Admirable, de El Castillo de las Guardas (hasta 1947 de la sociedad homónima, pasando en 1948 a Minerales Reuni‐dos, que las arrendó al grupo lndumental hasta su cierre en 1963) y la mina Caridad de Aznalcóllar.
La imagen de malacates, cortas y otros referentes mineros no apare‐
ce aislada, sino que articuló y condicionó las comunicaciones, especialmente por ferro‐carril, hoy desaparecido, pero si ha dejado claros efectos en el po‐blamiento y el urbanismo.
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De la actividad minera hoy sólo queda el paisaje degradado de es‐
combre‐ras e instalaciones derruidas... que quedan como testimonio identi‐tario de épocas pasadas. Pero estos testimonios, pueden ser rescatados como patrimonio cultural y recreados para impulsar el desarrollo local sos‐tenible, mediante operaciones de mejora territorial.
La minería parece haber sido también una de las eternas potenciali‐dades económicas que, pese a ello, no ha llegado a dar como resultado una posición ventajosa a la economía regional. La vinculación entre minería y comercio internacional es una constante desde los primeros momentos de la historia. Sin embargo, la efectiva consolidación de un mercado de escala mundial sólo se conseguirá en el siglo XIX, será entonces cuando la revolu‐ción industrial desarrollada en los países europeos actuará como elemento motor de una nunca antes conocida explotación del subsuelo regional para obtener materias primas (especialmente las metálicas como hierro, cobre, plomo...), con destino a esos países. La intensificación de la actividad minera durante esa centuria fue, pues, en gran medida, resultado de una posición de dependencia económica y comercial respecto a los lugares en que, real‐mente, triunfó la revolución industrial. Es decir, las materias primas andalu‐zas sirvieron ante todo para el desarrollo de la industria noreuropea, en tan‐to que la industrialización producida por la actividad minera no pasó gene‐ralmente de los primeros eslabones de transformación del mineral, sin im‐pulsar por tanto la creación de industrias intermedias y de bienes de equi‐po. Algunas de las más expresivas claves de ese modelo dependiente se en‐cuentran en el hecho de que las empresas mineras fueron mayoritariamen‐te de capital extranjero o el que la propia red de comunicaciones por ferro‐carril no surgiera como un intento de conectar los centros económicos de la región, sino, estrictamente, las minas con los puertos de embarque para la exportación.
La minería ha sustituido históricamente a otras vocaciones producti‐
vas propias de las áreas serranas (ganadería, explotación forestal, agricultu‐ra) por lo que la reconversión de la minería no cuenta con alternativas económicas, dado el deterioro sufrido por el medio físico‐natural de las zo‐nas de explotación, que convierte los terrenos en prácticamente improduc‐tivos.
Puede afirmarse que, pese a la larga tradición minera y a los perio‐
dos de sobreexplotación de las sustancias, persiste una potencialidad real, por más que a veces poco conocida y evaluada, de un gran número de re‐cursos en diferentes áreas de la región. Igual ocurre con algunos yacimien‐
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tos ya explotados en los que los avances técnicos en los métodos de explo‐ración y explotación, pueden conferirles nueva rentabilidad. Otro aspecto es el de la reutilización con nuevas tecnologías de las escorias de anteriores procesos de extracción (el ejemplo de más relevancia es sin duda la extrac‐ción de oro de la oxidación de escombreras de sulfuros).
A pesar de las evidentes potencialidades, uno de los problemas clave
continúa siendo el escaso valor añadido que genera el sector y la débil inte‐gración con otros subsectores industriales. Es por ello que, junto al déficit ambiental del sector y junto a sus problemas económicos y comerciales, las estrategias de futuro pasan por mejorar el grado de integración del ciclo de transformación de los minerales en el tejido industrial. Paralelamente es un requerimiento indispensable un mayor desarrollo tecnológico y de la inves‐tigación aplicada que permita una adecuación a las nuevas demandas es‐tratégicas de los mercados y favorezca la apertura de nuevas líneas de ex‐plotación que garanticen la competitividad del sector.
La Reserva Zoológica del Castillo de las Guardas
Curiosamente, la mayor parte de la antigua Mina de El Castillo de las
Guardas está hoy ocupada por una de las principales actividades económi‐cas, para nada relacionada con la actividad minera: la Reserva Zoológica del Castillo de las Guardas.
Está situada en El Castillo de las Guardas, un pequeño pueblo de la
Sierra Norte a 58 Km de Sevilla, entre las ruinas de una antigua mina, con un total de 230 hectáreas.
Los animales viven en semilibertad, se pueden contemplar más de
un millar de animales de los cinco continentes. El recorrido puede hacerse tanto en el vehículo propio como en un tren neumático. Contará con la próxima inauguración de un hostal “del oeste” con 30 habitaciones, que se suman a los alojamientos y Bungalows actuales.
viii. Red de comunicaciones: Carreteras
Se ha eliminado, del estudio de la red, el ya desaparecido sistema fe‐rroviario. No han sido incluidas tampoco otras vías, por tratarse en realidad de caminos y pistas forestales.
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Atlas de la Provincia de Sevilla. Dip. de Sevilla
� RED DE INTERÉS GENERAL DEL ESTADO (RIGE), a N‐433, que cumple un importante papel en la articulación de la zona, así como en su conexión a través de la N‐630 con la Ruta de la Plata y con el área metropolitana de Se‐villa. También facilita unas relaciones con la provincia de Badajoz.
� RED INTERCOMARCAL. Complementa a la anterior, contribuyendo a la formación de estructuras reticulares en torno a determinadas poblaciones, no puede obviarse por su importancia en términos de funcionalidad y flujos soportados, el otro gran eje transversal, la A‐476 Castillo de las Guardas‐Nerva.
� RED SECUNDARIA. Es la de mayor longitud. Su estado es diverso, bueno en general, pero, bastante mejorable tanto en lo que a trazado se refiere como en cuanto al firme. Representa el único recurso disponible para muchos de los núcleos existentes en el ámbito.
Destacar la importancia paisajística de la SE‐530 Castillo de las Guardas‐Aznalcóllar, que atraviesa espacios de alto valor ambiental.
Las principales arterias de conexión del municipio con el exterior son
así:
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1. Sevilla: a través de la A‐66 o N‐630 (Sevilla‐Mérida) para enlazar con la N‐433 (Aracena‐Portugal) y desde ahí con la A‐476 (Nerva‐Riotinto).
2. Aracena‐Portugal: a través de la N‐433. 3. Nerva‐Riotinto: a través de la A‐476.
d.‐ Descripción de los aspectos socioeconómicos El Castillo de las Guardas constituye un municipio de media montaña
con relieve abrupto y con predominio de las dehesas y monte mediterráneo (encinares y alcornocales con gran incidencia de eucaliptal de repoblación); está considerado como un municipio netamente rural de vasta extensión (261 km2) y relativamente poco poblado (la pérdida de población es intensa desde la déca‐da de los sesenta pero se ha ido ralentizando durante los últimos años, con una tendencia a la estabilización del número de habitantes siendo de 1612 en 2010), de forma que para el uso de la mayoría de servicios especializados es necesario desplazarse a otros municipios cercanos o a Sevilla capital.
En este municipio, la gran diversidad ecológica, paisajística y social (de‐
bida a la gran concentración de la propiedad de la tierra), supone un auténtico punto de conexión entre las políticas de desarrollo rural, la gestión de los recur‐sos naturales y la actividad económica de sus habitantes. Se mantiene una es‐tructura tradicional donde se combina el cultivo de secano, la ganadería exten‐siva o semi‐extensiva de cerdo ibérico con bovino y, en menor medida, ovino, caprino y equino, y otros aprovechamientos forestales como la caza (el aprove‐chamiento cinegético es uno de los mayores activos de la explotación agraria) y la transformación de corcho (que permite la existencia de una industria de transformación que juega un papel clave en la economía de la zona).
Así pues, las políticas e inversiones públicas (ayudas públicas para la agricultura y la forestación, primas ganaderas, etc.) tienen un papel muy impor‐tante en la dinámica socioeconómica de la población, que se debate entre el crecimiento económico, la mejora de la calidad de vida y la conservación de aquellos ecosistemas que confieren al territorio su originalidad y son la base pa‐ra su desarrollo económico futuro.
La agricultura del Castillo se basa en el sistema de extensas dehesas, en menor medida en el olivar y, de manera mucho más marginal, en otros cultivos leñosos de secano. Los forrajeros son los cultivos herbáceos más abundantes, seguidos por los cereales y las leguminosas en grano.
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El papel de la ganadería en el municipio adquiere gran importancia; la evolución de los censos de las distintas cabañas en la comarca muestra un des‐censo del vacuno (desaparición del vacuno lechero y sustitución por el de car‐ne), un considerable aumento del ovino, un descenso del caprino, un incremen‐to de la cabaña porcina y un aumento del equino, siendo la venta de carne el principal aprovechamiento, seguido de la venta de leche de cabra y de la venta de animales de desecho.
El tejido chacinero maneja pequeñas producciones en relación al ganado existente en la comarca, con métodos de elaboración artesanal y poco indus‐trializados, poco intensivas en mano de obra, pero con la exigencia de una im‐portante cualificación, y con un mercado que podría definirse como «local». El municipio exporta prácticamente la totalidad de su producción y especialmente la terminada con bellota, y por tanto, la de mayor calidad. De este modo, la ma‐yor parte del valor añadido de la producción porcina municipal se va fuera de la zona.
El valor estratégico del sector corchero es muy importante (incluso a es‐
cala comarcal), pues aprovecha un recurso natural endógeno para diversificar la economía comarcal y evitar la exclusiva dependencia de la ganadería.
Además de la actividad corchera, existen otros aprovechamientos fores‐
tales de menor entidad, pero con un valor estratégico importante. La produc‐ción de madera se concentra en eucaliptos, pinos y quercíneas. Las leñas se aprovechan como combustible en un mercado de carácter local, en el que des‐taca la adquisición de este producto por parte de las industrias de la zona. La existencia de abundantes superficies de matorral mediterráneo permite la ob‐tención de plantas aromáticas de interés comercial y medicinal. Asimismo, exis‐te una gran tradición en el consumo de espárragos y setas silvestres, dedicadas al autoconsumo y a la venta como plato de temporada en la gastronomía típica de la zona. Su comercialización es muy poco transparente y no existen datos sobre su valor económico. Tampoco existe información suficiente para estimar la producción de miel en el municipio, aunque se produce en muchas de las fin‐cas privadas del término. Asimismo, los trabajos forestales son numerosos tanto en las superficies públicas como en las privadas (desbroces, podas, cortas, etc.).
La caza es una actividad tradicional municipal que no ha permanecido
ajena a los cambios experimentados en los últimos años. Del carácter comple‐mentario en la economía familiar de los cazadores locales se ha pasado a su consideración como un recurso natural atractivo para gente foránea que está dispuesta a desplazarse para disfrutar de este aprovechamiento en sus diversas formas. Una característica clave del sector sigue siendo el carácter informal de
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la actividad económica generada, el desconocimiento y la falta de datos no permitan evaluar el supuesto valor comercial.
El municipio presenta una gama poco variada de oferta turística, desco‐
nectada entre sí y de la administración e insuficiente ante las potencialidades del entorno, destacando la Reserva de El Castillo de las Guardas como núcleo zoológico de elevada afluencia de turistas, que supone un de los pilares básicos del municipio. Además mantiene una escasa relación con la población residen‐te, que sólo ve en el turismo un potencial económico complementario y a corto plazo. En cuanto al hospedaje, los alojamientos privados que representan la mayoría de las plazas disponibles, coexisten con una reducida oferta de aloja‐miento comercial o específicamente turístico. Sorprende el reducido número de licencias de hospedaje y llama la atención la ausencia de licencias de arrendata‐rios para el alquiler de casas, lo que vuelve a indicar una actividad sumergida. Puede afirmarse que el turismo ha experimentado un crecimiento en la zona por causas ajenas a la evolución interna del sector en el municipio: mayor in‐quietud en las familias de las ciudades con cierto poder adquisitivo por las ten‐dencias actuales del “saludable” turismo rural sostenible.
Otros rasgos significativos son: la estructura de la propiedad, basada en
los grandes latifundios privados; la cercanía a los Parques Naturales Sierra Norte de Sevilla y Sierra de Aracena y Picos de Aroche; la proximidad relativa a un im‐portante polo de desarrollo urbano, como es la ciudad de Sevilla; el riesgo de desertización frente a la revalorización de sus recursos naturales; y la aplicación de políticas de desarrollo rural de alcance europeo (iniciativa LEADER) durante un periodo de tiempo suficientemente largo como para poder obtener resulta‐dos.
De forma esquemática, la situación que en la actualidad define el desa‐
rrollo del municipio está determinada por unos factores marcados por la tradi‐ción y la situación geográfica del territorio:
• Una cierta vulnerabilidad frente a los cambios en los ciclos económi‐cos.
• La situación de lejanía a los grandes mercados y centros de decisión. • La gran dependencia de las producciones primarias no transformadas. • La fuerte dependencia de las subvenciones en los sectores agrarios. • Las deficiencias en la cualificación del mercado de trabajo. • La debilidad y falta de madurez del tejido empresarial. • La atomización de las estructuras productivas, sin fuertes interrelacio‐
nes y sinergias.
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No obstante, no podemos afirmar que se trate de una zona deprimida ya que realmente la economía tradicional sí es dinámica: la actividad constructiva se mantiene, la emigración es cada vez menor e incluso se ha invertido la ten‐dencia, el sector ganadero no está en crisis, aunque sí se ha transformado en la última década; la cabaña porcina ha experimentado un crecimiento en número de cabezas y explotaciones y es el sector que más renta genera y todo ello sin necesidad de subvenciones pero sin asumir una total comercialización y defensa de la calidad de sus productos; el corcho, continua permitiendo un desarrollo industrial de peso a escala comarcal e integrado en el territorio que se encuen‐tra en un momento excelente: la demanda de tapones es superior a la oferta, la materia prima ha alcanzado un elevado precio de mercado y tiende al alza, y en la comarca se tiene experiencia y recursos suficientes para aprovechar este im‐pulso; asimismo, el sistema de dehesa no está en regresión.
Sin embargo, falta iniciativa empresarial y es necesario un impulso cuali‐
tativo de la economía tradicional (transformación, innovación, comercialización y defensa de la calidad). El desarrollo sostenible de este municipio y de la co‐marca a la que pertenece, adquiere una naturaleza conflictiva entre los inter‐eses privados y los de la sociedad en general, entre las necesidades de las po‐blaciones rurales y las nuevas demandas de una sociedad mayoritariamente ur‐bana, entre la tradición y la necesidad de innovación, en definitiva, entre la di‐mensión económica del desarrollo y su dimensión ambiental y de conservación de los recursos.
De hecho, la llegada en los últimos años de personas foráneas que bus‐caban residir en un ambiente rural, ha aportado al municipio nuevas ideas y di‐ferentes niveles de formación, y precisamente son ellos, apoyados con la tradi‐ción de la zona, los que actualmente apuestan por nuevas actividades relacio‐nadas con el turismo rural o los recursos locales. De ahí surge la necesidad de poner en carga nuevos suelos para acoger a este tipo de iniciativas, vinculadas a las actividades productivas (asociadas a las infraestructuras de comunicación y los centros de producción) y a las actividades turísticas (Reserva Zoológica).
El desarrollo del municipio supone una transformación a largo plazo de
la economía tradicional pero también de la cultura, las actitudes y los hábitos sociales de la población, por lo que, las soluciones técnicas no son suficientes.
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e.‐ Determinación de las áreas relevantes desde el punto de vista de con‐servación, fragilidad, singularidad o especial protección
A pesar de encontrar en un estado de conservación aceptable los dife‐
rentes ecosistemas existentes en el término municipal de El Castillo de las Guardas y poder definirse como importantes la riqueza y calidad de su medio natural, actualmente no existe ninguna figura de protección que así lo manifies‐te a excepción de los Lugares de Interés Comunitario (en adelante LICs), y los espacios catalogados en el Plan Especial de Protección del Medio Físico (PEPMF) de la provincia de Sevilla, que a continuación se describen y que se muestran en el siguiente croquis:
‐ Una pequeña franja al norte del municipio pertenece al LIC PARQUE NATURAL SIERRA DE ARACENA Y PICOS DE AROCHE (Código: ES0000051). Los hábitats re‐presentativos de este espacio están constituidos por brezales, maquis y garriga, pastizales áridos, estepas, otras zonas arbustivas y algunos cultivos extensivos de cereal (incluyendo los que alternan con barbecho). Los bosques característi‐cos son los de coníferas y los bosques esclerófilos. Constituye una reserva tras‐cendental para los hábitats 6310 y 9260 de la Directiva 92/43/CEE y de elevada importancia para el lince (Lynx pardina) y peces de la Directiva 92/43/CEE. Exis‐te una gran diversidad vegetal así como una gran cantidad de especies de aves y mamíferos. Pueden encontrarse muchas especies protegidas y endémicas de la
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zona como las siguientes: cigüeña negra, águila real, águila culebrera, cernícalo primilla, buitre negro, lince ibérico, gato montés, nutria, tejón, meloncillo, jara‐bugo,...
Amenazas antrópicas como la gran cantidad de explotaciones silvícolas presentes en la zona y el desarrollo urbanístico, constituyen los factores de vul‐nerabilidad más importantes para este LIC que fue declarado Parque Natural por la Ley 2/1989, de 18 de julio. ‐ Terrenos que rodean por su flanco oeste al municipio, destacando el vértice más occidental en el límite con el municipio onubense de Nerva, así como el propio cauce del Río Guadiamar a lo largo de todo su recorrido por el municipio, se incluyen en el LIC CORREDOR ECOLÓGICO DEL GUADIAMAR (Código: ES6180005). Se trata de un espacio formado por cuerpos de agua continentales, entre los que aparecen algunos brezales, zonas arbustivas, maquis y garriga, pastizales áridos, estepas y cultivos extensivos de cereal (incluyendo los que al‐ternan con barbecho). Pueden observarse bosques decíduos de hoja ancha, bosques de coníferas y bosques esclerófilos que se alternan con áreas cultiva‐das no boscosas con plantas leñosas.
Constituye un importante nexo de unión y corredor ecológico entre Do‐ñana y Sierra Morena.
‐ Espacio Catalogado como RA‐1 del PEMF de la Provincia de Sevilla, de‐
nominado “Ribera de Cala y Huelva”, con una superficie de 12.673 Ha, conside‐rado un Complejo Ribereño de Interés Ambiental por el catálogo del PEPMF. Ambos ríos atraviesan suelos pizarrosos donde se encajan formando angostos valles, para anchar sus cauces al alcanzar el dominio de los granitos. Sobre sue‐los inceptisoles y entisoles, en concreto hablamos en este caso del espacio ale‐daño al embalse de La Minilla. Frente al riesgo de erosión derivado de las fuer‐tes pendientes de la topografía, encontramos valores naturales de importancia, como vegetación ribereña bien conservada, restos de antiguos bosques de ga‐lería y su fauna asociada (destacando la nutria), dominando el resto del espacio el encinar asociado al alcornoque y el acebuche. Además de aprovechamiento hidráulico y las potencialidades recreativas (especialmente la pesca), hay apro‐vechamientos relacionados con la dehesa, la ganadería y otros asociados, como
la caza y algunos aprovechamientos forestales.
En las diversas y múltiples visitas hechas al ámbito territorial a lo largo del desarrollo del presente documento, se han podido identificar varios hábitats incluidos en la Directiva 92/43/CEE del Consejo, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.
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A continuación se enumeran aquellos hábitats contenidos en el Anexo I (Tipos de hábitats naturales de interés comunitario cuya conservación requiere la designación de zonas de especial conservación) de la citada Directiva, presen‐tes en el municipio, marcándose con un asterisco (*) aquellos que son priorita‐rios.
3. HÁBITATS DE AGUA DULCE.
31. Aguas estancadas. 3170 (*) Estanques temporales mediterráneos
32. Aguas corrientes – tramos de cursos de agua con dinámica natural y seminatural (lechos menores, medios y mayores), en los que la calidad del agua no presenta alteraciones significativas.
3280 Ríos mediterráneos de caudal permanente del Paspalo‐Agrostidion con cortinas vegetales ribereñas de Salix y Populus Alba.
4. BREZALES Y MATORRALES DE ZONA TEMPLADA.
4030 Brezales secos europeos 4090 Brezales oromediterráneos endémicos con aliaga.
5. MATORRALES ESCLERÓFILOS
53. Matorrales termomediterráneos y pre‐estépicos. 5330 Matorrales termomediterráneos y pre‐estépicos.
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6. FORMACIONES HERBOSAS NATURALES Y SEMINATURALES.
62. Formaciones herbosas secas seminaturales y facies de matorral. 6220 (*) Zonas subestépicas de gramíneas y anuales del Thero‐Brachypodietea.
63. Bosques esclerófilos de pastoreo (dehesas). 6310 Dehesas perennifolias de Quercus spp.
64. Prados húmedos seminaturales de hierbas altas. 6420 Prados húmedos mediterráneos de hierbas altas del Molinion‐Holoschoenion.
9. BOSQUES. Bosques (sub)naturales de especies autóctonas, en monte alto con sotobosque típico, que responden a uno de los siguientes criterios: raros o residuales, y/o que albergan especies de interés comunitario.
92. Bosques mediterráneos caducifolios. 92D0 Galerías y matorrales ribereños termomediterráneos (Nerio‐Tamaricetea y Securinegion tinctoriae).
92. Bosques esclerófilos mediterráneos. 9330 Alcornocales de Quercus suber. 9340 Encinares de Quercus ilex y Quercus rotundifolia.
Asimismo, la ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventa‐
rio de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adi‐cionales para su protección, acoge el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva, que se extienda por una pequeña superfi‐cie al norte de nuestro municipio. No obstante, la localización de El Castillo de las Guardas es estratégica a este respecto ya que también está relativamente cerca del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla.
Evidentemente, los recursos naturales, los valores ambientales y los eco‐sistemas, no entienden de límites municipales ni barreras administrativas, sino de continuidad espacial y territorial. Por lo tanto, muchas de las características que sirvieron como criterios a la hora de definir estos dos espacios como prote‐gidos, podemos también encontrarlas en El Castillo de las Guardas. Así pues, pasemos a describir brevemente los rasgos fundamentales de ambos espacios.
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Atlas de la Provincia de Sevilla. Dip. de Sevilla
‐ PARQUE NATURAL SIERRA NORTE DE SEVILLA.
El Parque Natural Sierra Norte de Sevilla fue declarado como tal en 1.989 por la ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección. Asimismo, fue declarado como Lugar de Interés Comunita‐rio (LIC) y Zona de Especial Conservación para las Aves (ZEPA) (1989 – ES0000053).
Abarca una región de Sierra Morena con orografía suave y alomada y al‐turas comprendidas entre los 260 y los 968 m, en la que el paisaje dominante lo conforman extensas dehesas de encinas y alcornoques.
Entre los pocos ríos que surcan este Parque, siempre en dirección norte – sur hacia el río Guadalquivir, destaca el Rivera de Huesna, en cuyas márgenes se desarrollan frondosos bosques de galería y con presencia de nutrias, siendo, además, el único río truchero de Sevilla y Sierra Morena, de ahí que cuente con tres cotos de pesca. Junto con los ríos Viar y Retortillo, todos afluentes del Gua‐dalquivir, conforman la red fluvial que drena el Parque.
La precipitación anual media es de 810 mm, aunque con grandes varia‐ciones estacionales, ya que la sierra hace de barrera a los vientos que del Atlán‐tico penetran por el Valle del Guadalquivir.
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Tiene una superficie de 177.84 Ha, ocupando, total o parcialmente, los municipios de Alanís, Almadén de la Plata, Cazalla de la Sierra, Constantina, Guadalcanal, Las Navas de la Concepción, El Pedroso, La puebla de los Infantes, El Real de la Jara y San Nicolás del Puerto.
La vegetación de Sierra Norte se adapta al clima mediterráneo de vera‐nos secos y calurosos e inviernos suaves, siendo la encina y el alcornoque las especies más características, que, hacia las zonas más altas, abren paso a espe‐cies más exigentes en humedad como el quejigo, el rebollo o el roble melojo, que encuentra aquí su único enclave en toda la provincia.
En las márgenes de los ríos se desarrollan bosques de galería muy bien conservados, constituidos por especies de alto valor ecológico como el aliso, el fresno, el olmo, el chopo, diversas especies de sauces, el almez, el avellano, etc.
En cuanto a la fauna, el ciervo es la especie más característica de la zona y, junto al jabalí, han creado en el Parque una importante tradición cinegética. Otros mamíferos que habitan el Parque son el zorro, la gineta, el turón, el me‐loncillo, el gato montés y la nutria. Asimismo, existe constancia de la presencia del lince en la zona.
Sin embargo, las aves son el grupo de vertebrados más abundante del Parque, encontrando refugio en él especies como el águila imperial, el buitre negro, el mirlo acuático o la escasa cigüeña negra.
Entre la ictiofauna, además de la trucha en el Rivera de Huesna, pode‐mos encontrar otras especies en los cursos de agua como son las bogas y los barbos.
Entre los valores geológicos y paisajísticos destacan Las Cascadas de la Rivera del Huesna y Cerro del Hierro, ambos declarados Monumentos Natura‐les.
La Sierra Norte es también rica en yacimientos mineros y arqueológicos.
‐ PARQUE NATURAL SIERRA DE ARACENA Y PICOS DE AROCHE. El Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche fue declarado co‐
mo tal en 1.989 por la ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inven‐tario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección. Asimismo, fue declarado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Conservación para las Aves (ZEPA) (1989 – ES0000051) y forma parte de la Reserva de la Biosfera “Dehesas de Sierra Mo‐rena” (2002).
Se encuentra en el norte de la provincia de Huelva y conforma el extre‐mo occidental de Sierra Morena. Tiene una extensión de 186.827 ha repartidas entre 28 municipios serranos onubenses. Esta superficie está surcada por una red fluvial recogida en tres cuencas hidrográficas: la del Guadalquivir (Ribera de
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Huelva), la del Guadiana (Caliente, Múrtigas e Ingenio) y la del Odiel (Rivera de Linares y Rivera de Santa Ana).
La especial disposición orográfica de las sierras crea una barrera a las masas de aire que penetran desde el Atlántico, determinando una elevada plu‐viosidad en la comarca. Este clima es el idóneo para que especies foráneas co‐mo el castaño, el chopo, el eucalipto, el pino negro y el piñonero, encuentren en éste ámbito un hábitat excepcional y sustituyan así al bosque original com‐puesto principalmente de encinas, alcornoques y quejigos en las umbría y va‐guadas, y de un matorral de coscojas, cornicabras y zarzaparrillas en los suelos más degradados, así como sauces, alisos y fresnos en los suelos más húmedos y robles en las zonas más frías y elevadas. Otras especies que conforman la flora del Parque son el álamo blanco, el olivo, las jaras, los jaguarzos, las estepillas, el romero, el cantueso y el lentisco.
La fauna del Parque está constituida mamíferos como el ciervo y el jabalí y otros de menor tamaño como la comadreja, la garduña, el tejón, el turón, la gineta, el gato montés y el meloncillo. Asimismo, es posible encontrar al lince ibérico y a la nutria, bioindicador de aguas limpias.
Las aves rapaces están representadas por las águilas perdicera, calzada, culebrera y real o el buitre negro, el aguilucho ratonero, el milano real y el ne‐gro, el azor, el cernícalo primilla y el halcón común. No podemos olvidar que es‐te Parque constituye uno de los pocos hábitats para la escasa cigüeña negra. Entre la población piscícola destaca el jarabugo y el barbo cabecicorto.
Respecto a los valores geológicos y paisajísticos, destacar la existencia de materiales calizos que quiebran el relieve dando lugar a impresionantes cue‐vas como la Gruta de las Maravillas en Aracena, o resurgencias como las de la Peña de Arias Montano, en Alájar.
Al igual que en el Parque Sierra Norte de Sevilla, existen importantes ya‐
cimientos mineros y restos arqueológicos. Sin embargo, el principal recurso económico de la zona lo constituyen las grandes extensiones de alcornocales, que han dado lugar una importante industria corchera y al aprovechamiento ganadero, fundamentalmente de porcino.
En el presente documento de PGOU se propone la protección como Sue‐
lo No Urbanizable de Especial Protección por sus valores paisajísticos y natura‐les, un tramo del cauce del Guadiamar y sus terrenos aledaños, entre la carrete‐ra N‐433 y las proximidades del núcleo de El Castillo de las Guardas, y la carre‐tera que une este con Archidona; siguiendo paralelo al río Guadiamar hasta La Juliana y Arroyo de la Plata. En este tramo, el bosque de ribera aparece con un grado de conservación aceptable. Si bien no presenta una parte arbolada muy desarrollada, el interés paisajístico se ve reforzado por constituir un pasillo vi‐
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sual entre las dos carreteras citadas, el principal núcleo de población del muni‐cipio, y la zona de crecimiento más importante que se propone (Archidona). Además, el antiguo trazado del ferrocarril atraviesa aquí el río con un puente mixto de fábrica de ladrillo y metal, de gran interés patrimonial y belleza singu‐lar, que refuerza el marco paisajístico que termina con el perfil del núcleo al fondo del cuadro.
f.‐ Identificación de afecciones a dominios Públicos
ix. Montes Públicos Buena parte de los Montes Públicos andaluces fueron repoblados para
dotarlos de cierto beneficio económico. Esto explica la existencia de muchas masas de pinar y, especialmente, de eucaliptal, situadas sobre montes públicos.
Los montes de régimen jurídico público presentes son de tipo estatal, formando parte del patrimonio forestal del Estado (Montes del Estado), fre‐cuentes en este municipio, y generalmente de tamaño mediano y grande.
En términos generales en los montes de propiedad pública predomina el
eucaliptal. Este predominio obedece a su frugalidad y rendimiento maderero, superiores a los de otras especies más exigentes.
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La gestión pública del monte del Castillo de las Guardas no difiere sus‐tancialmente de la realizada para el conjunto del monte público andaluz, cons‐tatándose cierta escasez inversora por parte del Gobierno regional, que resulta más clara al relacionarla con la superficie afectada (inversión/hectárea). En par‐te, esta reducción de la inversión propia obedece y conlleva al mismo tiempo la excesiva dependencia (aprovechada) de fondos de origen comunitario. Hay que tener en cuenta, no obstante, la antigüedad y densidad de la mayor parte de las repoblaciones de pinar y eucaliptal presentes en la zona, lo que les hace reque‐rir más inversión por unidad de superficie de la que sería normal para el conjun‐to del monte andaluz.
Las líneas de actuación preferentemente seguidas en materia de gestión
de los Montes Públicos por la Administración forestal, han venido marcadas por los objetivos establecidos en el Plan Forestal Andaluz, siendo las preferentes:
1. Diversificación florística de las zonas degradadas de eucaliptal, es decir, de aquellas plantaciones que ya han alcanzado, al menos, la terce‐ra corta. 2. Aclarado del pinar, buscando favorecer el desarrollo de la regenera‐ción natural, fundamentalmente de encina y alcornoque, que, como ya se ha apuntado, han ido colonizando, junto con el matorral noble, el es‐trato inferior de los pinares. Hay que recordar que, en el PFA, el destino principal de las masas de pinar es su transformación en manchas mixtas de frondosas autóctonas y resinosas. En este sentido, la tendencia actual es a acudir más a la regeneración a partir de bellota –en número de cua‐tro por casilla‐ que de plantón, por ser este método más económico y no ocasionar problemas (pérdida de pies) el trasterrado. 3. Actuaciones de silvicultura preventiva de incendios forestales. 4. Compatibilización entre conservación de los recursos forestales y uso recreativo de los mismos, en los que debido a la fuerte carga de ac‐tividades de ocio que soportan, se están sustituyendo las actuales áreas de recreo por otras más concentradas a la entrada de los pinares, con objeto de evitar la actual dispersión de los excursionistas por toda la zo‐na, con las consecuencias de pisoteo, residuos y riesgo de incendio que ello comporta. La labor de la Administración forestal ha venido siendo menos vigorosa
en lo que a forestación en zonas de predominio agrícola y adquisición de tierras privadas se refiere.
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x. Dominio Público Hidráulico (DPH) La actividad antrópica implica muchas veces el consumo del recurso es‐
pacio como uno más de sus inputs. Esta expansión territorial se hace muchas veces a costa de terrenos de titularidad pública, como es el caso del DPH. Mu‐chas actividades humanas se han desarrollado desde siempre en torno a los cauces naturales, de corriente continua o no, así como a orillas de cuerpos de agua de distinta entidad y tipo. Esto supone muchas veces, además de la inde‐bida apropiación, un deterioro en la calidad de las aguas, en la capacidad de ac‐ceso al DPH, de la accesibilidad del cauce desde el viario, etc. En definitiva, un impacto negativo.
En el caso concreto del LIC del Guadiamar, la ocupación del DPH o el
menoscabo de sus características naturales suponen, además, un severo impac‐to grave de las funciones centrales y características que han llevado a su protec‐ción.
En cuanto a la situación actual, en El Castillo de las Guardas se puede ac‐
ceder al DPH correspondiente al Guadiamar a través de varias vías de comuni‐cación:
‐ La SE‐545, zona de montes y dehesa, con varios que cotos privados de caza. El vallado a ambas márgenes respeta los cinco metros de zona de servidumbre siendo posible el acceso al cauce.
‐ La SE‐9026, zona de dehesa como la Dehesa La Quinta y cotos privados de caza, respetando en ambos casos los cinco metros de zona de servi‐dumbre.
‐ La A‐476, zona de montes y dehesa, con varios que cotos privados de ca‐za. El vallado a ambas márgenes respeta los cinco metros de zona de servidumbre siendo posible el acceso al cauce. Destacar que en este punto es donde se realiza actualmente el vertido de las aguas residuales del núcleo de El Castillo de las Guardas, situación que el desarrollo del PGOU estudiado solventa. El cauce cuenta aquí con una abundante ve‐getación, que impide el paso por los 5 m de sus márgenes. No se analiza el caso de otros ríos (Crispinejo) o riberas puesto que el
Plan no lleva a cabo actuaciones en sus cauces o cercanías, exceptuando el sec‐tor de “Minas”, destinado a usos turísticos, pero que no afecta a las servidum‐bres legales, ni efectuará vertidos u otro tipo de afecciones.
Ningún tramo fluvial estaba sujeto hasta ahora a protección urbanística
especial en las márgenes del cauce, por lo que éste se ve afectado únicamente por lo establecido por la Ley de Aguas de 1985. En el presente documento de
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PGOU se propone la protección como Suelo No Urbanizable de Especial Protec‐ción por sus valores paisajísticos y naturales, un tramo del cauce del Guadiamar y sus terrenos aledaños, entre la carretera N‐433 y las proximidades del núcleo de El Castillo de las Guardas, y la carretera que une este con Archidona. En este tramo, el bosque de ribera aparece con un grado de conservación aceptable. Si bien no presenta una parte arbolada muy desarrollada, el interés paisajístico se ve reforzado por constituir un pasillo visual entre las dos carreteras citadas, el principal núcleo de población del municipio, y la zona de crecimiento más im‐portante que se propone (Archidona). Además, el antiguo trazado del ferrocarril atraviesa aquí el río con un puente mixto de fábrica de ladrillo y metal, de gran interés patrimonial y belleza singular, que refuerza el marco paisajístico que termina con el perfil del núcleo al fondo del cuadro.
ZONA DE SERVIDUMBRE PARA USO PÚBLICO: En general, los 5 m. de an‐
chura para uso público se respetan en el caso del Guadiamar, allí donde la vege‐tación no lo impide. Para otros arroyos, se dan puntualmente incumplimientos, pero, por el contrario, los crecimientos previstos ahondan en el respeto de esta servidumbre, al optar por una mejora y potencialización de los itinerarios pai‐sajísticos, zonas de esparcimiento y relación con el río en varios puntos, desta‐cando la protección de una parte del cauce del Guadiamar como SNU de espe‐cial protección por sus valores naturales paisajísticos (a la altura de Archidona y El Castillo). No se prevén edificaciones o construcciones de ningún tipo, y los desarrollos que se acocan a ríos y arroyos, garantizan el respeto de las servi‐dumbres legales mediante zonas verdes o espacios libres.
ZONA DE POLICÍA: Los 100 m. de anchura que comprende no van a sufrir
alteración alguna del relieve natural del terreno, y no se contemplan en absolu‐to construcciones definitivas o provisionales. Queda la duda, en todo caso, de cómo se pormenorizará el desarrollo de la zona conocida como Los Almocafres, que se sitúa a orillas del Guadiamar. El resto de crecimientos cercanos a los cauces, garantizan el respeto de las servidumbres legales mediante zonas ver‐des o espacios libres, destacando la protección de una parte del cauce del Gua‐diamar como SNU de especial protección por sus valores naturales paisajísticos (a la altura de Archidona y El Castillo).
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Destacar la existencia de un área importante en torno a la Minilla de
protección del embalse (espacio catalogado RA‐1 del PEPMF de la Provincia de Sevilla), que se respeta plenamente, ya que no se planea nada en la zona ni en sus proximidades, más allá de lo que el desarrollo de los Planes Hidrológicos y Administraciones competentes para la realización de obras hidráulicas de in‐terés general, y los que sean necesarios para su ampliación puedan desarrollar con posterioridad a la aprobación del PGOU, siendo estos, por rango superior, los Planes Generales deberán recoger esta clasificación y calificación para ase‐gurar la funcionalidad de las obras, la protección del dominio público, su com‐patibilidad con los usos del agua y las demandas medioambientales. (art. 128 Ley de Aguas).
ZONA INUNDABLE: el Plan de Prevención de avenidas e inundaciones en
cauces urbanos andaluces establece que los terrenos inundables estarán suje‐tos a las limitaciones, que deberán ser recogidas en los instrumentos de planifi‐cación territorial y urbanística. Dicho Plan, que tiene como objetivo general prevenir y minimizar los riesgos por inundaciones en los núcleos urbanos anda‐luces, en su inventario de puntos de riesgo, señala a uno en el núcleo principal del Castillo de las Guardas, concretamente en la zona baja del pueblo, donde derivan las escorrentías procedentes de la propia loma sobre la que se asienta el núcleo. La clasifica con un nivel de riesgo tipo B, más por la frecuencia relati‐va de episodios que por el peligro real. No se prevén nuevos crecimientos en la zona. Más aún, se ha optado por proteger los cauces de los arroyos por los que de forma natural discurren las aguas de escorrentía hacia el Guadiamar, me‐diante un Sistema General de Espacios Libres, a lo que se deberían sumar las
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posibles mejoras en el encauzamiento y aumento de la capacidad de la red de pluviales y medidas similares.
xi. Dominio Público Viario (DPV)
El PGOU establece nuevos crecimientos urbanos, y los nuevos accesos que serían necesarios afectan todos a la N‐43, de titularidad estatal. Se trata de los accesos a los sectores urbanizables en Los Parrones, El Ventorro y Los Almo‐cafres. Por su parte, Minas afecta a una carretera de titularidad pública de la CCAA andaluza la A‐476.Los demás, utilizarán infraestructuras preexistentes o se apoyan en los viarios ya en uso.
Las afecciones sobre la ZONA DE DOMINIO PÚBLICO, ZONA DE SERVI‐DUMBRE, ZONA DE AFECCIÓN, ZONA FUNCIONAL DE CARRETERAS y LÍNEA LÍMITE DE EDIFICACIÓN no se ven afectados por el desarrollo del PGOU más allá de las posibles intervenciones de Obra Civil a realizar puntualmente, y de forma que cumpla los requisitos legales establecidos. Por su parte las modificaciones de trazado, modificación de accesos o nuevos accesos, contarán siempre con los pertinentes informes y permisos de las autoridades competentes, ya que el propio proceso de elaboración y aprobación del PGOU da audiencia a las mis‐mas, que podrán así expresarse e incluso modificar las determinaciones del plan.
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xii. Vías Pecuarias. Por el término municipal de El Castillo de las Guardas, discurren cuatro
de estas rutas de ganado clasificadas según Orden de 29 de julio de 1963. Sus características generales se resumen a continuación:
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Características de las Vías Pecuarias en el término municipal
Nombre Anchura
(m) Dirección
Descansaderos y abrevaderos
Estado
Colada del Trabuco 10 O – E ‐
Pendientes del acto administrativo de
deslinde y amojona‐miento
Colada de Archidona 10 NO – SE ‐
Vereda del Ronquillo al Castillo de las Guardas
20.89 O – E ‐
Vereda del Camino de los Camellos
20.89 O ‐ E
‐ Descansadero‐Abrevadero Fuente de la Umbría (1 ha) ‐ Abrevadero Fuente Despeña‐dero
Según el contenido del Decreto 155/1998, de 21 de julio, por el que se
aprueba el Reglamento de Vías Pecuarias de la Comunidad Autónoma de Anda‐lucía, a pesar del desplazamiento actual de la vocación tradicional del ganado debido principalmente a las modernas técnicas de aprovechamiento ganadero, la creación de vías de comunicación y la evolución del sistema económico hacia la diversificación productiva, las vías pecuarias son un testimonio físico de una gestión racional del territorio y de un desarrollo económico basado en el uso de recursos naturales, por lo que “tienen un papel protagonista en el incremento de la calidad de vida por su valor en el territorio y para el medio ambiente”.
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Las vías pecuarias constituyen una red de caminos milenarios que han albergado el paso del ganado ibérico a lo largo de los siglos y que han constitui‐do el verdadero fundamento infraestructural de la trashumancia castellana que se desarrolla a lo largo de la Edad Media.
Hoy en día, las vías pecuarias, además de su tradicional vocación gana‐
dera con favorables repercusiones en el aprovechamiento de pastizales y la pre‐servación de las razas autóctonas, constituyen un entramado de los ecosiste‐mas existentes comunicando entre sí espacios naturales y haciendo posible el enriquecimiento genético de las especies. Por lo tanto, permiten su uso colecti‐vo y constituyen un instrumento favorecedor del contacto del hombre con la naturaleza.
Estos caminos merineros pueden acoger diversos usos, siempre acordes
con el ganadero y agrícola que es el que por derecho histórico y vocacional la legislación considera prioritario. Actualmente esta red de caminos se aprovecha para otros usos como pueden ser el de ocio y esparcimiento en los casos en los que se constituyen como “vías verdes” que permiten el conocimiento y contac‐to del habitante con el espacio en el que vive.
Así pues, el modelo territorial propuesto por el PGOU, considera a las
vías pecuarias como un elemento más en la estrategia diseñada de política am‐biental, sin olvidar, por otra parte, que constituyen un tipo específico de domi‐nio público afectado, por tanto, por la Ley autonómica 4/1986, de 5 de mayo, de Patrimonio de la Comunidad Autónoma andaluza y por el Reglamento para su aplicación (Decreto 276/1987, de 11 de noviembre).
Las determinaciones del planeamiento urbanístico no contemplan nin‐
guna afección a las Vías Pecuarias del municipio, respetándose la anchura legal de las mismas en la totalidad de sus trazados. No obstante, si del replanteo final de las actuaciones o de los proyectos de ejecución emanara algún tipo de afec‐ción transversal a cualquiera de las Vías Pecuarias, con efecto de hacerlas efec‐tivas en términos legales, según el artículo 47.1 del capítulo 5º del título 1º del Reglamento de Vías Pecuarias de la Comunidad Autónoma de Andalucía (Boja nº 87 de 4 de agosto de 1988), el Ayuntamiento como agente promotor de la actuación, solicitará los expedientes de ocupación pertinentes, con carácter previo a las actuaciones que generen afección, a la Delegación Provincial de Se‐villa, de la Consejería de Medio Ambiente (Art. 47.3) junto a una propuesta de aseguramiento de la cobertura económica de la obligación de restaurar los da‐ños ambientales que pudieran producirse en las Vías Pecuarias con motivo de la ocupación (Art. 47.2).
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g.‐ Normativa ambiental de aplicación en el ámbito de planeamiento El proyecto se encuentra afectado por una amplia relación de disposiciones le‐
gales, en referencia a los factores medioambientales, que es evaluada y considerada en detalle a la hora de analizar los mismos, con objeto de determinar las limitaciones o condicionantes en su desarrollo. El presente epígrafe identifica el conjunto de normas, planes y programas, tanto de ámbito estatal como autonómico, que de algún modo afectan al término municipal y por tanto, deben ser tenidos en cuenta en la planifica‐ción territorial.
En lo que se refiere al procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, el
presente estudio se ajusta a lo establecido en la legislación europea, estatal y auto‐nómica de Evaluación de Impacto Ambiental, que se enumera a continuación.
Cabe destacar la Ley 7/2007, de 9 de julio, de Gestión Integrada de la Calidad
Ambiental (GICA); dicha norma completa, unifica y simplifica el marco legal existente, a la vez que se refuerza a la Administración de nuevos instrumentos de protección am‐biental. Con un enfoque integrado, supone cambios en una triple dimensión: 1. la inci‐dencia ambiental de instalaciones industriales, 2. simplificación administrativa de los procedimientos para la evaluación global de la actividad, que culmina ahora en una resolución única, la autorización ambiental integrada (AAI), y, 3. se determinan en la autorización los valores límites exigibles de sustancias contaminantes conforme a las mejores técnicas disponibles.
Tiene un doble objetivo básico: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y obtener un alto nivel de protección ambiental. Esta ley refuerza la aplicabilidad del principio de "quien contamina paga" y la restauración de los daños ambientales, clari‐ficando la determinación de responsabilidades y los comportamientos considerables como infracción administrativa. Se orienta de forma determinante hacia la prevención, creando y regulando los instrumentos que permitirán conocer tanto los efectos sobre el medioambiente y la calidad de vida derivados de planes, programas y proyectos, (PPP) incluyendo el Planeamiento Urbanístico (PGOU), como el caso que afrontamos; como los derivados de obras y actividades.
Destaca la aparición de dos figuras claves: la Autorización Ambiental Integrada y la Autorización Ambiental Unificada. Se desarrolla asimismo un régimen de respon‐sabilidad por daños donde se hace obligatoria la exigencia de garantías financieras que respondan de los potenciales perjuicios, y refuerza instrumentos como la fiscalidad ecológica, amén de un claro refuerzo en su papel de estímulo e incentivo con una vi‐sión positiva de la mejora ambiental. Entre sus mayores innovaciones, asume la regu‐lación de la contaminación lumínica, y las mejoras en la lucha contra la contaminación acústica (zonificación en áreas acústicas, mapas de ruido y planes de acción, servidum‐bres acústicas y objetivos de calidad acústica).
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Con objeto de no establecer una relación demasiado extensa, se presentan sólo
las normas que, según lo establecido en el Artículo 12.2 del Decreto 292/1995, de 12 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambien‐tal de la Comunidad Autónoma de Andalucía, recogen las determinaciones legales más relevantes afectas a las diferentes legislaciones sectoriales:
1. NORMATIVA EUROPEA:
- Directiva 2001/42/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de junio de 2001, relativa a la evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente.
- Directiva 97/11/CE, de 3 de marzo, por la que se modifica la Directiva 85/337/CEE, relativa a la evaluación de las repercusiones de determinados proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente. (D.O.C.E. nº L 73, de 14.03.1997).
- Directiva del Consejo 85/337/CEE, de 27 de junio de 1985, relativa a la evalua‐ción de las repercusiones de determinados proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente. Modificada por la Directiva 97/11/CE del Consejo de 3 de marzo de 1997.
2. NORMATIVA ESTATAL:
- Real Decreto Legislativo 1302/86, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Real Decreto 1131/88, de 30 de septiembre de 1988, por el que se aprueba el Reglamento para la ejecución del RDL 1302/1986.
- Real Decreto Ley 9/2000 de 6 de octubre de modificación del Real Decreto le‐gislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Ley 6/2001, de 8 de mayo, de modificación del Real Decreto Legislativo 1302/1986 de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Real Decreto Legislativo 1/2008, de 11 de enero, por el que se aprueba el tex‐to refundido de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental de proyectos.
- Ley 6/2010, de 24 de marzo, de modificación del texto refundido de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental de proyectos, aprobado por el Real De‐creto Legislativo 1/2008, de 11 de enero.
- Decreto 356/2010, de 3 de agosto, por el que se regula la autorización am‐biental unificada, se establece el régimen de organización y funcionamiento del registro de autorizaciones de actuaciones sometidas a los instrumentos
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de prevención y control ambiental, de las actividades potencialmente con‐taminadoras de la atmósfera y de las instalaciones que emiten compuestos orgánicos volátiles, y se modifica el contenido del Anexo I de la Ley 7/2007, de 9 de julio, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental.
3. NORMATIVA AUTONÓMICA:
- Ley 7/1994 de 18 de mayo de Protección Ambiental, de Andalucía
- Ley 7/2007, de 9 de julio, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental Dado el carácter transversal de la actuación a evaluar ambientalmente, la legis‐
lación que resulta de aplicación abarca diversas materias a distintos niveles, desde el comunitario hasta el municipal. A continuación se muestra un listado de la normativa que resulta de aplicación.
A. ORDENACIÓN URBANÍSTICA Y TERRITORIAL:
- Ley 8/2007, de 28 de mayo, de Suelo.
- Reglamento de Planeamiento.
- Reglamento de Gestión Urbanística.
- Reglamento de Disciplina urbanística.
- Real Decreto 1093/1997, sobre inscripción en el registro de la propiedad de actos de naturaleza urbanística.
- Ley 1/1994, de 11 de enero, de Ordenación del Territorio de la Comunidad Autónoma de Andalucía (B.O.J.A. nº 8, de 22.01.1994).
- Decreto 83/1995, de 28 de marzo, por el que se acuerda la formulación de Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (B.O.J.A. nº 65, de 05.05.1995).
- Decreto 103/1999, de 4 de mayo, por el que se aprueban las bases y estrate‐gias del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (B.O.J.A. nº 96, de 19.08.1999).
- Ley 7/2002 de 17 de diciembre de Ordenación Urbanística de Andalucía (B.O.J.A. nº 154 de 31.12.02).
- Resolución de 14 de Febrero de 2007, por la que se dispone la publicación del Plan Especial de Protección del Medio Físico y Catálogo de Espacios y Bie‐nes Protegidos de la Provincia de Sevilla.
- Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de la ley de suelo.
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B. EDIFICACIÓN.
- Real Decreto 1039/1991 de instrucción para el proyecto y la ejecución de las obras de hormigón en masa o armado (EH‐91) (BOE nº 158 del 03.07.1991).
C. CARRETERAS:
- Ley 25/1988, de 29 de julio de Carreteras (B.O.E. nº 182, de 30.07.1988). - Real Decreto 1818/1994, de 2 de septiembre por el que se aprueba el Regla‐
mento General de Carreteras (B.O.E. nº 228, de 23.09.94).
- Ley 8/2001, de 12 de julio, de Carreteras de Andalucía (B.O.J.A. nº 85, de 26.07.2001).
- DECRETO 293/2009, de 7 de julio, por el que se aprueba el reglamento que regula las normas para la accesibilidad en las infraestructuras, el urbanis‐mo, la edificación y el transporte en Andalucía.
D. VIVIENDA:
- Ley 13/2005, de medidas sobre la vivienda protegida y el suelo de Andalucía.
- Orden de 8 de agosto de 2005, por la que se publica el Texto Integrado del Reglamento de la Vivienda Protegida y el Plan Andaluz de Vivienda y Suelo 2003‐2007.
- Instrucción 1/2007 de la Secretaría General de Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía sobre los Informes de Incidencia Territorial de los Planes Generales.
E. ENERGÍAS RENOVABLES Y ENERGÍA ELÉCTRICA:
- Decreto de 12 de marzo de 1954 por el que se aprueba el reglamento de veri‐ficaciones eléctricas (RVE) y la regularidad en el suministro de energía eléc‐trica (RSE) (B.O.E. nº 105, de 15.04.1954).
- Real Decreto 3151/1968 por el que se aprueba el reglamento de líneas eléc‐tricas aéreas de alta tensión (RAT) (B.O.E. nº 311, de 27.12.1968).
- Decreto 2413/1973, de 20 de septiembre, por el que se aprueba el reglamen‐to electrotécnico para baja tensión (B.O.E. nº 242, de 09.10.1973).
- Ley 82/80 de 30 de diciembre sobre conservación de la energía (B.O.E. nº 23, de 27.01.1981).
- Real Decreto 970/1982 de 2 de abril sobre fomento de autogeneración de energía eléctrica.
- Orden Ministerial de 7 de julio de 1982 sobre obtención de la condición de autogenerador eléctrico (B.O.E. de 17.07.1982).
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- Real Decreto 3275/1982 de 12 de noviembre, sobre condiciones Técnicas y Garantías en Centrales Eléctricas y Centros de Transformación (B.O.E. nº 288, de 01.12.1982).
- Orden 5 de septiembre de 1985, por la que se establecen normas administra‐tivas y técnicas para el funcionamiento y conexión a las redes eléctricas de hasta 5000 KVA y centrales de autogeneración eléctrica.
- Real Decreto 2366/1994 de 9 de diciembre, sobre producción de energía eléc‐trica por instalaciones hidráulicas de cogeneración y otras abastecidas por recursos o fuentes de energía renovables.
- Ley 40/1994, de 30 de diciembre, de ordenación del sistema eléctrico nacional (B.O.E. nº 313, de 31.12.1994).
- Ley 54/97, de 27 de noviembre del Sector Eléctrico.
- Real Decreto 2018/1997 de 26 de diciembre, por el que se aprueba el regla‐mento de puntos de medida de los consumos y tránsitos de energía eléctri‐ca.
- Real Decreto 661/2007, de 25 de mayo, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en régimen especial.
- Real Decreto 1995/2000, de 1 de diciembre, por el que se regulan las activi‐dades de transporte, distribución, comercialización, suministro y procedi‐mientos de autorización de instalaciones de energía eléctrica.
- Decreto 86/2003, de 1 de abril, por el que se aprueba el Plan Energético de Andalucía 2003‐2006.
- Decreto 279/2007, de 13 de noviembre, por el que se aprueba el Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética (PASENER 2007‐2013).
F. CALIDAD DEL AIRE Y LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA Y ACÚSTICA:
- Directiva 1999/30/CE del Consejo, de 22 de abril de 1999, relativa a los valo‐res límite de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y óxidos de nitrógeno, partículas y plomo en el aire ambiente.
- Decisión 2001/744/CE de la Comisión, de 17 de octubre de 2001, por la que se modifica el anexo V de la Directiva 1999/30/CE del Consejo relativa a los va‐lores límite de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y óxidos de nitróge‐no, partículas y plomo en el aire ambiente.
- Directiva 2000/69/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de no‐viembre de 2000, sobre los valores límite para el benceno y el monóxido de carbono en el aire ambiente.
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- Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de junio de 2002, sobre evaluación y gestión del ruido ambiental.
- Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, Reglamento de Actividades Moles‐tas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Corrección de erratas. Orden Ministe‐rial de 15 de marzo de 1963, sobre industrias molestas, insalubres, nocivas y peligrosas.
- Ley 38/1972, de 22 de diciembre, de Protección del Ambiente Atmosférico.
- Decreto 833/1975, de 6 de febrero, que desarrolla la Ley 38/72. - Real Decreto 547/79, por el que se modifica el Decreto 833/1975.
- Real Decreto 1613/1985, de 1 de agosto por el que se modifica parcialmente el Decreto 833/1975, de 6 de febrero y se establecen nuevas normas de ca‐lidad del aire en lo referente a contaminación por dióxido de azufre y partí‐culas.
- Real Decreto 717/1987, de 27 de mayo, por el que se modifica parcialmente el Decreto 833/75 y se establecen nuevas normas de calidad del aire en lo referente a contaminación por dióxido de nitrógeno y plomo.
- Real Decreto 1321/1992, de 30 de octubre por que se modifica parcialmente el Real Decreto 1613/1985, de 1 de agosto, y se establecen nuevas normas de calidad del aire en lo referente a la contaminación por dióxido de azufre y partículas.
- Real Decreto 1494/1995, de 8 de septiembre, sobre contaminación atmosféri‐ca por ozono.
- Real Decreto 1316/1989, de 27 de octubre, sobre protección de los trabajado‐res contra el ruido ambiental y correcciones de errores.
- Real Decreto 212/2002, de 22 de febrero, que regula las emisiones sonoras en el entorno debidas a determinadas máquinas al aire libre.
- Decreto 74/1996, de 20 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de Calidad del Aire.
- Orden de 23 de febrero de 1996, que desarrolla el Decreto 74/1996, en mate‐ria de medición, evaluación y valoración de ruidos y vibraciones (derogada por 326/2003).
- Decreto 326/2003, de 25 de noviembre, de la Junta de Andalucía.
- Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica.
- Orden de 18 de octubre de 1976 de Prevención y Corrección de la Contamina‐ción Atmosférica de Origen Industrial (B.O.E. nº 209, de 26.12.1976).
- Resolución de 14 de enero de 2008, de la Secretaría General para la Preven‐ción de la Contaminación y el Cambio Climático, por la que se publica el
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Acuerdo de 7 de diciembre de 2007, del Consejo de Ministros, por el que se aprueba el II Programa Nacional de Reducción de Emisiones, conforme a la Directiva 2001/81/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de oc‐tubre de 2001, sobre techos nacionales de emisión de determinados con‐taminantes atmosféricos.
- Real Decreto 100/2011, de 28 de enero, por el que se actualiza el catálogo de actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera y se estable‐cen las disposiciones básicas para su aplicación.
- Real Decreto 101/2011, de 28 de enero, por el que se establecen las normas básicas que han de regir los sistemas de acreditación y verificación de las emisiones de gases de efecto invernadero y los datos toneladas‐kilómetro de los operadores aéreos y de las solicitudes de asignación gratuita transi‐toria de instalaciones fijas en el ámbito de aplicación de la Ley 1/2005, de 9 de marzo, por la que se regula el régimen de comercio de derechos de emi‐sión de gases de efecto invernadero.
- Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire.
G. CALIDAD DE LAS AGUAS:
- Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas.
- Decisión 2455/2001/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de no‐viembre de 2001, por la que se aprueba la lista de sustancias prioritarias en el ámbito de la política de aguas, y por la que se modifica la Directiva 2000/60/CE.
- Real Decreto 849/1986, de 11 de abril, por el que se aprueba el Reglamento del dominio público hidráulico, que desarrolla los títulos preliminares, I, IV, V, VI y VII de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas. Real Decreto 927/1988, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la Admi‐nistración Pública del Agua y de la Planificación Hidrológica, en desarrollo de los Títulos II y III. Real Decreto 1315/92, de 30 de octubre, por el que se modifica parcialmente el R.D. 849/1986.
- Real Decreto 606/2003, de 23 de mayo, por el que se modifica el R. D. 849/1986.
- Orden Ministerial de 23 de diciembre de 1986, sobre normas complementa‐rias en relación con las autorizaciones de vertido de aguas residuales; y co‐rrección de errores.
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- Decreto 650/1987, de 8 de mayo, por el que se definen los ámbitos territoria‐les de los organismos de cuenca y de planes hidrológicos.
- Real Decreto 927/1988, de 29 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la Administración Pública del Agua y de la Planificación Hidrológica, en desarrollo de los títulos II y III de la Ley de Aguas.
- Real Decreto 1315/1992, de 30 de octubre, por el que se modifica parcialmen‐te el Reglamento de Dominio Público Hidráulico.
- Real Decreto 484/1995, de 7 de abril, sobre Medidas de Regularización y de Control de Vertidos.
- Resolución de 25 de mayo de 1998, de la Secretaría de Estado de Aguas y Cos‐tas, por la que se declaran las “zonas sensibles” en las cuencas hidrográficas intercomunitarias.
- Real Decreto 2116/1998, de 2 de octubre, por el que se modifica el Real De‐creto 509/1996, de 15 de marzo, de desarrollo del Real Decreto‐Ley 11/1995, de 28 de diciembre, por el que se establecen las normas aplica‐bles al tratamiento de las aguas residuales.
- Ley 46/1999, de 13 de diciembre, de modificación de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas.
- Real Decreto 995/2000, de 2 de junio, por el que se fijan objetivos de calidad para determinadas sustancias contaminantes y se modifica el Reglamento de Dominio Público Hidráulico, aprobado por el Real Decreto 849/1986, de 11 de abril.
- Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional. - Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley de Aguas; y corrección de errores.
- Real Decreto 9/2008, de 11 de enero, por el que se modifica el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, aprobado por el Real Decreto 849/1986, de 11 de abril.
- Planes hidrológicos de cuenca: Orden de 13 de agosto de 1999 por la que se dispone la publicación de las determinaciones de contenido normativo de los Planes Hidrológicos de Cuenca del Guadiana I y Guadiana II, aprobados por el Real Decreto 1664/1998, de 24 de julio (B.O.E. nº 208, de 31.8.99). Corrección de errores (B.O.E. nº 23, de 27.01.00).
- Orden MAM/85/2008, de 16 de enero, por la que se establecen los criterios técnicos para la valoración de los daños al dominio público hidráulico y las normas sobre toma de muestras y análisis de vertidos de aguas residuales.
- Ley 9/2010, de 30 de julio, de Aguas para Andalucía.
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- Corrección de errata de la Ley 9/2010, de 30 de julio, de Aguas de Andalucía (BOJA núm. 155, de 9.8.2010).
H. RESIDUOS:
- Real Decreto 952/1997, de 20 de junio, por el que se modifica el Reglamento para la Ejecución de la Ley 20/1986, de 14 de mayo, Básica de Residuos Tóxicos y Peligrosos (B.O.E. nº 160, de 05.07.1997).
- Ley 10/1998, de 21 de abril de Residuos (B.O.E. nº 96, de 22.04.1998). - Decreto 283/1995, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento
de Residuos de la Comunidad Autónoma de Andalucía (B.O.J.A. nº 161, de 19.12.1995).
- Decreto 218/1999, de 26 de octubre, por el que se aprueba el Plan Director Territorial de Gestión de Residuos Urbanos de Andalucía (B.O.J.A. nº 134, de 18.11.1999).
- Acuerdo de 28 de julio de 2009, del Consejo de Gobierno, por el que se acuerda la formulación del Plan Director Territorial de Gestión de Residuos no Peligrosos de Andalucía 2010‐2019.
- Acuerdo de 3 de agosto de 2010, del Consejo de Gobierno, de formulación del Plan de Prevención y Gestión de Residuos Peligrosos de Andalucía (2011‐2020).
- Decreto 397/2010, de 2 de noviembre, por el que se aprueba el Plan Director Territorial de Residuos No Peligrosos de Andalucía 2010‐2019.
I. NATURALEZA, DE LOS ESPACIOS PROTEGIDOS Y DE LA FAUNA Y FLORA SILVES‐
TRES:
- Directiva 92/43 CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conser‐vación de los hábitats naturales y la fauna y flora silvestres.
- Recomendación 75/66/CEE de la Comisión, de 20 de diciembre de 1974, a los Estados miembros relativa a la protección de las aves y de sus espacios vita‐les.
- Convenio sobre la conservación de las especies migratorias de la fauna silves‐tres.
- Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a la conser‐vación de las aves silvestres.
- Directiva 91/244/CEE de la Comisión, de 6 de marzo de 1991, por la que se modifica la Directiva 79/409/CEE del Consejo, relativa a la conservación de las aves silvestres.
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- Directiva 94/24/CE, de 8 de junio, por la que se amplía el Anexo 2 de la Direc‐tiva 79/409/CEE.
- Directiva 97/49/CE, de 29 de julio, que modifica el anexo 1 de la Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a la conservación de las aves silvestres.
- Resolución del Consejo, de 2 de abril de 1979, referente a la Directiva 70/409/CEE relativa a la conservación de las aves silvestres.
- Decreto 485/1962, de 22 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de Montes, y corrección de erratas.
- Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres.
- Real Decreto 439/1990, de 30 de marzo, por el que se regula el Catálogo Na‐cional de Especies Amenazadas.
- Ley 40/1997, de 5 de noviembre, sobre reforma de la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Sil‐vestres.
- Ley 41/1997, de 5 de noviembre, por la que se modifica Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Sil‐vestres.
- Orden de 9 de julio de 1998 de Ministerio de Medio Ambiente de Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. (Rectificación error de omisión en la presente Orden (RCL 1998, 1786).
- Orden de 9 de junio de 1999, por la que se incluyen en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas determinadas especies de cetáceos, invertebrados marinos y de flora y por la que otras especies se excluyen o cambian de ca‐tegoría.
- Real Decreto 1997/1995, de 7 de diciembre, por el que se establecen medidas para contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.
- Decreto 178/2006, de 10 de octubre, por el que se establecen normas de pro‐tección de la avifauna para las instalaciones eléctricas de alta tensión.
- Real Decreto 1432/2008, de 29 de agosto, por el que se establecen medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión.
- Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes.
- Ley 10/2006, de 28 de abril, por la que se modifica la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes.
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- Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de Espacios Na‐turales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección. (B.O.J.A. nº 60, de 27.07.1989), modificada por:
- Ley 6/1996, de 18 de julio, relativa a la modificación del artículo 20 de la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de espacios na‐turales protegidos (B.O.J.A. nº 83, de 20.07.1996).
- Ley 2/1995, de 1 de junio, sobre modificación de la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de espacios naturales protegidos de An‐dalucía y se establecen medidas adicionales para su protección (B.O.J.A nº 95, de 07.06.1995).
- Decreto 104/1994, de 10 de mayo, por el que se establece el Catálogo Anda‐luz de Especies de la Flora Silvestre Amenazada (B.O.J.A. nº 107, de 14.07.1994).
- Ley 7/1994 de 18 de mayo de Protección Ambiental, de Andalucía.
- ORDEN de 4 de junio de 2009, por la que se delimitan las áreas prioritarias de reproducción, alimentación, dispersión y concentración de las especies de aves incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas y se dispone la publicación de las zonas de protección existentes en la Comunidad Autó‐noma de Andalucía en las que serán de aplicación las medidas para la pro‐tección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en las líneas eléc‐tricas aéreas de alta tensión.
- Resolución de 31 de julio de 2009, de la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal, por la que se dispone la publicación del Acuerdo de Conse‐jo de Ministros de 5 de junio de 2009, por el que se autoriza la inclusión en la lista del Convenio de Ramsar (2 de febrero de 1971), relativo a humeda‐les de importancia internacional especialmente como hábitat de aves acuá‐ticas, de diversas zonas húmedas españolas situadas en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
- Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Es‐pecies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas.
- DECRETO 15/2011, de 1 de febrero, por el que se establece el régimen gene‐ral de planificación de los usos y actividades en los parques naturales y se aprueban medidas de agilización de procedimientos administrativos.
J. PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO Y CULTURAL:
- Ley 23/1982, de 16 de junio, Reguladora del Patrimonio Nacional.
- Real Decreto 496/1987, de 18 de marzo por el que se aprueba el Reglamento de la Ley 23/1982, de 16 de junio, reguladora del Patrimonio Nacional.
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- Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español y corrección de errores.
- RD 111/1986, de 10 de enero, de desarrollo parcial de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español; modificado por RD 64/1994 de 21 de enero.
- Real Decreto 1680/1991, de 15 de noviembre, por el que se desarrolla la dis‐posición adicional novena de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, sobre garantía del Estado para obras de interés cultural.
- Real Decreto 162/2002, de 8 de febrero, por el que se modifica el artículo 58 del Real Decreto 111/1986, de desarrollo parcial de la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español.
- Ley 1/1991, de 3 de julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía (B.O.J.A. nº 59, de 13.07.1991).
- Decreto 19/1995, de 7 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico de Andalucía (B.O.J.A. nº 43, de 17.03.95).
K. LEGISLACIÓN EN MATERIA DE VÍAS PECUARIAS:
- Ley 3/1995, de 23 de marzo, de Vías Pecuarias (B.O.E. nº 71, de 24.03.1995).
- Decreto 155/1998, de 21 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Vías Pecuarias de la Comunidad Autónoma de Andalucía (B.O.J.A. nº 87, de 04.08.1998).
L. ESPACIOS FORESTALES:
- ORDEN de 21 de mayo de 2009, por la que se establecen limitaciones de usos y actividades en terrenos forestales y zonas de influencia forestal.
- Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes (B.O.E. nº 280, de 22.11.2003).
- Ley 2/1992, de 15 de junio, Forestal de Andalucía (B.O.J.A. nº 57, de 23.06.1992).
- Decreto 208/1997, de 9 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento Forestal de Andalucía (B.O.J.A. nº 117, de 07.10.1997).
- Acuerdo de 7 de septiembre de 2010, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba la adecuación del Plan Forestal Andaluz Horizonte 2015.
M. PREVENCIÓN Y LUCHA CONTRAINCENDIOS FORESTALES:
- Ley 81/1968, de 5 de diciembre, de Incendios Forestales (B.O.E. 294, de 07.12.1968).
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- Decreto 3769/1972, de 23 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Incendios Forestales (B.O.E. nº 69, de 7.12.1968).
- Real Decreto 407/1992, de 24 de abril, por el que se aprueba la Norma Básica de Protección Civil (B.O.E. nº 105, de 01.05.1992).
- Decreto 470/1994, de 20 de diciembre, de prevención de incendios forestales en la Comunidad Autónoma de Andalucía (B.O.J.A. nº 26, de 16.02.1995).
- Decreto 108/1995, de 2 de mayo, por el que se aprueba el Plan de Lucha con‐tra Incendio Forestales (B.O.J.A. nº 70, de 13.05.1995).
- Ley 5/1999, de 29 de junio, de Prevención y Lucha contra los Incendios Fores‐tales (B.O.E. nº 190, de 10.08.1999).
- Decreto 247/2001, de 13 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales (B.O.J.A. nº 144, de 15.12.2001).
- Orden de 11 de septiembre de 2002, por la que se aprueban los modelos de determinadas actuaciones de prevención y lucha contra los incendios fores‐tales y se desarrollan medidas de protección (B.O.J.A. Nº 116, de 03.10.2002).
- Decreto 371/2010, de 14 de septiembre, por el que se aprueba el Plan de Emergencia por Incendios Forestales de Andalucía y se modifica el Regla‐mento de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales aprobado por el Decreto 247/2001, de 13 de noviembre.
N. OTRAS:
- Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las bases del régimen local.
- Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administracio‐nes Públicas y del procedimiento administrativo común.
- Real Decreto 2090 /2008, de 22 de diciembre, por el que se aprueba el Re‐glamento de desarrollo parcial de la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad Medioambiental.
- Acuerdo de 22 de septiembre de 2009, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba la formulación de los Planes por Zona Rural para la aplicación del Programa de Desarrollo Rural Sostenible 2010‐2014 en la Comunidad Autó‐noma de Andalucía.
- Acuerdo de 22 de septiembre de 2009, del Consejo de Gobierno, por el que se delimitan y califican las Zonas Rurales para la aplicación del Programa de Desarrollo Rural Sostenible 2010‐2014, en la Comunidad Autónoma de An‐dalucía.
- Ley 7/2010, de 14 de julio, para la Dehesa.
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- Real Decreto 367/2010, de 26 de marzo, de modificación de diversos regla‐mentos del área de medio ambiente para su adaptación a la Ley 17/2009 de 23 de noviembre, sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio, y a la Ley 25/2009, de 22 de diciembre, de modificación de diver‐sas leyes para su adaptación a la Ley de libre acceso a actividades de servi‐cios y su ejercicio.
105
3.‐ IDENTIFICACIÓN Y VALORACIÓN DE IMPACTOS a.‐ Examen y valoración ambiental de las alternativas estudiadas. Justifi‐cación de la alternativa elegida
Como ya se ha citado anteriormente en el epígrafe 1.e, la realidad actual del municipio del Castillo de las Guardas radica en el agotamiento de parcelas catalogadas como suelo urbanizable en las que poder edificar viviendas que den respuesta tanto a la propia dinámica demográfica del municipio, como a los procesos de deslocalización poblacional desde el área metropolitana de Sevilla, en busca de mejor calidad de vida, localizando sus viviendas principales en entornos menos antropizados, y aprovechando las facilidades de acceso. Actualmente, los sectores planificados para el crecimiento urbano del municipio, se encuentran ya desarrollados o comprometidos para su desa‐rrollo, por lo que el municipio será, en poco tiempo, incapaz de asumir la nueva de‐manda.
Por este motivo, la filosofía que emana desde el Plan de Ordenación del Terri‐
torio de Andalucía no se corresponde plenamente con la realidad territorial a la que nos enfrentamos. El sistema de poblamiento que presenta el municipio, de forma simi‐lar a lo que sucede en el entorno serrano colindante, no se corresponde con el modelo de ciudad compacta mediterránea, por lo que, apostar por la implantación de una or‐denación orientada hacia este modelo, conllevaría la destrucción de la idiosincrasia y del entramado polinuclear heredado, relacionado con el tejido socioeconómico, ligado a la actividad agropecuaria tradicional basada en un sistema de dehesas abiertas, grandes propiedades y pequeñas aldeas íntimamente unidas tanto a la propiedad de la tierra como a la cercanía a los recursos y sus áreas de explotación.
Por lo tanto, estos condicionantes hacen que tan sólo se haya valorado la alter‐
nativa seleccionada y desarrollada en el documento de planeamiento al que este EsIA acompaña y que se plantea como la mejor justificándose de según los siguientes crite‐rios:
- Actuaciones urbanizadoras: ‐ En Archidona se ha reorganizado la propuesta de suelos urbanizables para ajustarlos mejor a lo expresado en el Informe de Incidencia Ambiental y los de‐seos expresados por el Ayuntamiento. ‐ En el núcleo de El Castillo de las Guardas se ha eliminado el área de protec‐ción paisajística propuesta en el PGOU en el entorno de protección del BIC, pa‐ra evitar problemas con las viviendas fuera de ordenación.
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‐ En La Juliana, Lomas del Castillo y el suelo urbanizable situado al noroeste del núcleo urbano de El Castillo de las Guardas, la clasificación del suelo se man‐tiene como SUT; si bien, se espera que durante el proceso de redacción y aprobación del presente Plan, se conviertan en suelo urbano. ‐ La mayor parte de crecimientos en suelos urbanizables se proponen en el triángulo conformado por El Castillo de las Guardas, Archidona y Arroyo de la Plata, que son los núcleos más dinámicos y de mayor entidad. En el caso de Archidona, este pequeño núcleo absorbe los crecimientos previsibles en el núcleo El Castillo de las Guardas ante las dificultades orográficas para desarro‐llarlo en el mismo. ‐ Las propuestas de clasificación de suelo urbanizable de uso turístico en Los Parrones y Minas, se mantienen por su vinculación a la actividad taurina y equina (en el primer caso) y a la Reserva Zoológica (en el segundo caso).
- Actuaciones en suelo no urbanizable: ‐ En Arroyo de la Plata el sector urbanizable situado al sur del casco urbano, entre éste y el cauce del río Guadiamar, se ha reclasiflicado como suelo no ur‐banizable por una parte por los valores a preservar asociados al cauce, y por otra, por las dificultados técnicas y los riesgos que supondría la urbanización de esta zona. ‐ Los convenios denominados “El Cañuelo” y “Los Almocafres”, se eliminan de la propuesta convirtiéndose en suelo no urbanizable para dar cumplimiento a los preceptos de la LOUA y no crear nuevos núcleos de población. ‐ Se ha propuesto la clasificación como suelo no urbanizable de especial pro‐tección de un amplio sector ubicado entre la N‐433 y el cauce del Guadiamar, preservando tanto sus usos actuales como la cuenca visual desde la N‐433 hacia el núcleo histórico de El Castillo de las Guardas. ‐ Se dota de continuidad a los espacios verdes propuestos entre Archidona y El Castillo de las Guardas, con objeto de crear un corredor verde de uso bici‐peatonal que conectará ambos núcleos.
- Actuaciones para la gestión de residuos: ‐ Se ha optado por un sistema de gestión mancomunado a nivel comarcal por su mayor facilidad y menor coste para un municipio del tamaño de El Castillo de las Guardas. Además, así se evita la necesidad de crear un punto de vertido o un nuevo vertedero controlado en el término municipal dada la proximidad a vertederos existentes en municipios vecinos.
- Actuaciones para la gestión del abastecimiento de agua potable: ‐ Dado el carácter polinuclear del municipio, el abastecimiento de agua indivi‐dualizada para cada núcleo resulta inviable por la inexistencia o escasa entidad
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de los recursos hídricos para cada aldea. Al optar por una gestión integral se garantiza el acceso a los recursos para todos los habitantes.
- Actuaciones para la gestión de aguas residuales: ‐ En el caso del saneamiento, la opción de una gestión integral resultaría más costosa y compleja por lo que se ha optado por llevar a cabo la depuración de las aguas residuales en varios puntos adaptados al tamaño y singularidades de los distintos núcleos.
b.‐ Identificación y valoración de los impactos inducidos por las determi‐naciones de la alternativa seleccionada
Una vez finalizada la primera fase del estudio, a continuación se acomete la iden‐tificación y valoración de los impactos que sobre el medio pueden producirse como consecuencia del desarrollo de las actuaciones objetos del Plan General de Ordenación Urbana propuesto.
En primer lugar se identificarán aquellas actuaciones potencialmente impactan‐tes, así como los elementos del medio que sean susceptibles de ser afectados por las mismas. Seguidamente se describen los impactos susceptibles de originarse con la im‐plantación del modelo territorial propuesto.
El resultado final será la Matriz de identificación y valoración cuantitativa de impactos.
Identificación de acciones con posible impacto sobre el entorno
‐ Fase de ejecución de las determinaciones y desarrollos del PGOU:
Movimientos de tierra, explanación y terraplenado, vaciado de zanjas y ci‐mentaciones, rellenos, obra civil (urbanización, edificación), etc..:
• Destrucción del suelo, desaparición de elementos geológicos y geomor‐fológicos y aparición de procesos de compactación
• Desbroces, talas y retirada de ejemplares arbóreos
• Generación de áreas erosivas o incremento de las existentes
• Generación de residuos de obra
• Incremento de los niveles sonoros y de la contaminación atmosférica por emisión de partículas
• Perturbación y dispersión de la fauna y aumento del efecto barrera
• Cambios en la estructura paisajística
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‐ Fase de desarrollo y funcionamiento:
• Incremento poblacional
• Incremento en la generación de residuos
• Incremento en los niveles sonoros
• Aumento de las demandas de agua
• Aumento en el consumo de energía
• Aumento del efecto barrera a la fauna
• Disfrute y aprovechamiento de las viviendas y espacios libres
• Aumento del tráfico/Movilidad de residentes (peatonal y rodado)
Inventario de factores susceptibles de recibir impacto
Medio Físico
- Agua (subterránea y superficial) - Suelo - Atmósfera
Medio Biológico
- Flora - Fauna
Medio Socioeconómico
- Socioeconomía:
• Infraestructuras
• Empleo
• Economía - Paisaje - Usos del territorio - Espacios Naturales - Patrimonio Histórico‐Artístico:
• Vías Pecuarias
• Yacimientos Arqueológicos
• Patrimonio Arquitectónico
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Análisis y valoración de impactos. Metodología aplicada
La metodología empleada para la identificación y valoración cuantitativa de im‐pactos puede seguirse en la Matriz de Impacto Ambiental que se adjunta como resul‐tado de los pasos que a continuación se describen.
Ponderación inicial
Como valoración de la situación inicial en el municipio a ordenar, se hace un re‐parto de 1.000 puntos entre los distintos componentes del medio, según el sistema Battelle‐Columbus. De esta forma, el medio ambiente quedaría dividido en Medio Físi‐co, Medio Biológico y Medio Socioeconómico.
Cada uno de estos medios está compuesto por “factores ambientales” divididos a su vez en “subfactores”, quedando la ponderación de la siguiente forma:
Medio Físico (200 puntos):
o Atmósfera (Calidad del Aire: 25 puntos),
o Tierra (Suelo y Geomorfología: 75 puntos)
o Agua: 100 puntos (Aguas superficiales: 45 puntos y Aguas Subterráneas: 20 puntos).
Medio Biológico (250 puntos):
o Fauna (125 puntos)
o Flora (125 puntos).
Medio Socioeconómico (550 puntos):
o Socioeconomía: 200 puntos (Infraestructuras: 25 puntos, Empleo: 100 puntos y Economía: 75 puntos),
o Paisaje: 100 puntos,
o Usos del Territorio: 100 puntos,
o Espacios Naturales: 25 puntos
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o Patrimonio Histórico‐Artístico: 125 puntos (Vías Pecuarias: 25 puntos, Patrimonio arquitectónico: 25 y Yacimientos Arqueológicos: 75 puntos).
Valoración del impacto producido
Una vez identificados todos los impactos producidos, se lleva a cabo su valori‐zación a través de seis criterios que se reflejan en las cuadrículas de cruce de la matriz de la siguiente forma y que se explican a continuación:
A: SIGNO
+ = impacto positivo ‐ = impacto negativo
B: INTENSIDAD
0,05 = compatible 0,15 = moderado 0,30 = severo 0,40 = crítico
C: EXTENSIÓN SUPERFICIAL
0,05 = puntual 0,15 = moderado 0,30 = global
D: DURACIÓN
0,025 = inmediato (< 1 año) 0,05 = medio (1 a 3 años) 0,1 = largo (> 3 años)
E: FRECUENCIA
A BC DE F
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0,025 = ocasional 0,05 = habitual 0,1 = persistente
F: PERSISTENCIA TEMPORAL
0,05 = temporal y reversible 0,1 = permanente e irreversible
El Valor Medio del Impacto se obtiene con la suma algebraica de los valores obtenidos en cada casilla para cada subfactor dividida por el número de acciones del proyecto con impacto sobre el entorno.
El Factor de Valoración del Impacto se determina mediante la fórmula siguien‐te: FVI = (1 ± Valor Medio)
La Ponderación Final permite valorar la situación de cada subfactor, una vez
puesta en funcionamiento la ejecución del planeamiento propuesto. Se obtiene apli‐cando la fórmula siguiente.
PF = PO x FVI Siendo:
o PF = ponderación final. o PO = ponderación inicial. o FVI = factor de valoración del impacto.
Por último, el impacto producido sobre cada subfactor vendrá determinado por
la diferencia entre la situación “con proyecto” y “sin proyecto”, definida mediante la diferencia entre PF y PO:
Impacto = PF ‐ PO
Identificación de impactos
De forma general, podemos afirmar que la clasificación de suelo urbano prácti‐camente no genera impactos sobre la situación actual del medio ya que se limita reco‐ger situaciones ya de hecho, tratándose de suelos parcial o totalmente consolidados
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sobre los que no se introducen modificaciones que varíen sensiblemente la situación actual y que puedan incidir de forma absolutamente negativa en su futura evolución.
De forma similar, los impactos derivados de la clasificación de suelos urbaniza‐
bles, pueden asumirse como compatibles en la mayoría de las superficies ya que en aquellos suelos urbanizables sectorizados con ordenación pormenorizada y en ejecu‐ción, se trata de sectores prácticamente consolidados y en últimas fases de ejecución, en los sectorizados con ordenación pormenorizada se trata de áreas con una clara vo‐cación a convertirse en suelo urbano perfectamente integrado en la trama urbana ya existente, y en los suelos urbanizables sectorizados sin ordenación pormenorizada se trata, en la mayoría de casos, de espacios de baja calidad ambiental y pequeñas super‐ficies que completan o rellenan sectores ya urbanizados.
Por último, aquellos suelos clasificados como no urbanizables son los que menos
afectados se verán por las determinaciones propuestas en el planeamiento, ya que con esta figura se amplía la reserva de suelo sobre la que no se actuará urbanísticamente y, por contra, será objeto de actuaciones de mejora y puesta en valor, debido principal‐mente a los valores ambientales, históricos, culturales y arqueológicos que estas su‐perficies presentan.
Por lo tanto, los impactos que se prevén deriven del contenido del Plan propues‐to serán aquellos fruto de la ejecución física de las determinaciones y de su posterior uso y funcionamiento.
Para identificar los impactos producidos, se ha seguido el método matricial cau‐sa‐efecto propuesto por Leopold, basado en la interacción de todos los subfactores ambientales con cada una de las acciones propuestas en el Plan en sus distintas fases.
Se exponen a continuación los impactos que previsiblemente se producirían so‐
bre los distintos subfactores inventariados en cada fase de actuación. FASE DE EJECUCIÓN Movimiento de tierras, explanación y terraplenado, vaciado de zanjas y cimentacio‐nes, rellenos, etc. ‐ Aguas superficiales: los movimientos de tierras provocarán un aumento en los conte‐nidos de partículas sólidas en las aguas superficiales, dejando al descubierto y posibili‐tando el arrastre de los sedimentos.
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‐ Agua subterránea: bajo el subsuelo de El Castillo de las Guardas no hay ningún acuífe‐ro de importancia, más allá de los de escasa entidad y algunos aprovechamientos loca‐les, pese a todo, por el tipo de intervenciones contempladas en el PGOU no es espera‐ble a priori afecciones importantes sobre este subfactor, exceptuando durante la fase de Obra Civil. ‐ Suelo y geomorfología: la alteración al suelo vendrá motivada fundamentalmente por los desbroces, explanaciones y terraplenados y apertura de zanjas y cimentaciones previos necesarios para preparar el terreno antes de la obra civil. Se contemplan algu‐nos desmontes que no suponen alteraciones significativas del perfil topográfico actual, intentando respetar la pendiente en aquellas actuaciones donde sea factible. Por otra parte, los suelos en el área de actuación son de tipo esquelético y escasa aptitud agronómica, lo que limita la afección sobre este subfactor. En base a los criterios ex‐puestos, se estima un impacto negativo. ‐ Atmósfera: durante la etapa de movimiento de tierras se generarán emisiones gaseo‐sas derivadas de la combustión de los motores de la maquinaria de obra, así como rui‐dos y emisiones pulverulentas. Se estima un impacto negativo. ‐ Vegetación: será preciso limpiar el terreno de vegetación y retirar los ejemplares arbóreos existentes para emprender algunas actuaciones, aunque tratarán de reubi‐carse cuando sea viable. En la mayoría de las actuaciones se realizan los desarrollos sobre suelos desprovistos de ejemplares arbóreos adultos, correspondiendo al mato‐rral el porcentaje de vegetación a eliminar más elevado. Existe una excepción (Los Pa‐rrones) en la que irremediablemente se perderá parte del sistema adehesado carac‐terístico del municipio, si bien, se trata de una porción insignificante respecto del total. No obstante, ésta afección será negativa. ‐ Fauna: al igual que desde el punto de vista florístico, y vinculada a éste, el municipio alberga una rica y variada fauna. Sin embargo, y según queda descrito en el Análisis Ambiental del Territorio, la fauna esperable en las parcelas a desarrollar está más vin‐culada a explotaciones agroganaderas que a formaciones naturales. Se entiende un impacto negativo, pero claramente reversible una vez cesada la actividad. ‐ Infraestructuras: la fase de movimiento de tierras incrementará temporal y puntual‐mente el tráfico en la carretera de acceso a las zonas en obra y dentro de sus calles cuando afecte a parcelas urbanas. Esta afección puede considerarse prácticamente despreciable por la escasa densidad de tráfico en la zona. ‐ Empleo: durante la etapa de movimiento de tierras se precisará el servicio de distin‐tos profesionales. Atendiendo además al hecho de que para reducir costes debe recu‐
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rrirse a empresas radicadas en el entorno del lugar de actuación, esta demanda de empleo repercutirá favorablemente sobre el propio medio. Se entiende así un impacto positivo. ‐ Economía: la creación de empleo tiene un efecto directo sobre la economía local que en este caso se considera positivo. ‐ Paisaje: durante esta fase de la obra se producirá una alteración del paisaje original. Aunque constituye un impacto negativo, no podemos olvidar que se trata de una ac‐tuación temporalmente dilatada ya que no todas las determinaciones del planeamien‐to se ejecutarán de forma simultánea, aunque, por el contrario, sí será puntual. ‐ Usos del territorio: teniendo en cuenta la necesaria diversificación de usos y la puesta en valor de terrenos baldíos con la ordenación propuesta, este impacto se considera positivo, aunque de escasa envergadura. Cabe mencionar que en algunos casos, los menos, el cambio de uso en esta fase sí será negativo véase el caso de Los Parrones. ‐ Espacios naturales: al no formar parte el municipio de ningún espacio protegido, no se prevé afección directa al conjunto ecológico. ‐ Patrimonio histórico‐artístico: como se desprende del Análisis Ambiental del Territo‐rio, este impacto se reduce a la posible afección que el planeamiento conlleve sobre las vías pecuarias en Archidona, si bien, esta afección se elimina estableciendo una franja de protección como sistema general de espacios libres a ambos lados del traza‐do de la vía pecuaria. Obra Civil ‐ Aguas superficiales: el impacto deriva del uso de maquinaria sobre espacios relativa‐mente amplios, movimiento de materiales, trabajadores y el incremento de suelo ur‐banizable y urbano, unido al aumento en los contenidos de partículas sólidas en las aguas superficiales y posibles vertidos puntuales. ‐ Agua subterránea: bajo el subsuelo de El Castillo de las Guardas no hay ningún acuífe‐ro de importancia, más allá de los de escasa entidad y algunos aprovechamientos loca‐les, pese a todo, por el tipo de intervenciones contempladas en el PGOU las afecciones no son importantes, pero existen, si bien la ocupación de nuevos terrenos reducen la capacidad de infiltración de pequeños sectores de terreno, cuya escorrentía será ahora canalizada, por lo que se reduce, en parte, los posibles aportes a los escasos y peque‐ños acuíferos de la zona, si bien, al carecer apenas de uso, no es de importancia.
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‐ Suelo y geomorfología: la alteración del suelo y geomorfología ya ha sido evaluada en la fase de movimiento de tierras, aunque esta fase afecta en una pequeña parte, afec‐ciones que tienen lugar durante la realización de las obras. Hablamos ahora, sobre to‐do, de la modificación de algunos perfiles topográficos para adecuarlos a los nuevos usos, si bien se tratará siempre de respetar la pendiente en aquellas actuaciones don‐de sea factible. Por otra parte, los suelos en el área de actuación son de tipo esqueléti‐co y escasa aptitud agronómica, lo que limita la afección sobre este subfactor. En base a los criterios expuestos, se estima un impacto negativo. ‐ Atmósfera: al igual que durante el movimiento de tierras, el funcionamiento y tránsi‐to de maquinaria producirá emisiones gaseosas, ruidos y emisiones pulverulentas que tendrán un impacto negativo. ‐ Vegetación: en la mayoría de las actuaciones se realizan los desarrollos sobre suelos desprovistos de ejemplares arbóreos adultos, correspondiendo al matorral el porcen‐taje de vegetación a eliminar más elevado. Existen dos excepciones en las que irreme‐diablemente se perderá parte del sistema adehesado característico del municipio, si bien, se trata de una porción insignificante respecto del total. No obstante, ésta afec‐ción será negativa. ‐ Fauna: al igual que desde el punto de vista florístico, y vinculada a éste, el municipio alberga una rica y variada fauna. Sin embargo, y según queda descrito en el Análisis Ambiental del Territorio, la fauna esperable en las parcelas a desarrollar está más vin‐culada a explotaciones agroganaderas que a formaciones naturales. Se entiende un impacto negativo, si bien la ocupación de espacios, no es reversible, como sucede con los ruidos y otras molestias derivadas en la fase anterior. ‐ Infraestructuras: al igual que en la fase anterior, se incrementará temporal y pun‐tualmente el tráfico en la carretera. Esta afección puede considerarse prácticamente despreciable por la escasa densidad de tráfico en la zona, si bien, la puesta en marcha de nuevas infraestructuras y mejora de las existentes, unido al mejor servicio que se dará por la mayor demanda prevista, hace que este impacto sea ahora positivo. ‐ Empleo: también en esta etapa se precisará la intervención de diferentes equipos de profesionales en un número muy superior al de la fase anterior, con lo que el impacto será positivo, atendiendo asimismo además al hecho de que para reducir costes debe recurrirse a empresas radicadas en el entorno del lugar de actuación, esta demanda de empleo repercutirá favorablemente sobre el propio medio. ‐ Economía: la creación de empleo tiene un efecto directo, reactivador sobre la eco‐
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nomía local que en este caso se considera positivo. ‐ Paisaje: durante esta fase se producirá una alteración del paisaje original, y constitu‐ye un impacto negativo. Se perderá parte del paisaje preexistente, y varias cuencas visuales se verán claramente modificadas. ‐ Usos del territorio: teniendo en cuenta la necesaria diversificación de usos y la puesta en valor de terrenos baldíos con la ordenación propuesta, este impacto se considera positivo. Cabe mencionar que en algunos casos, los menos, el cambio de uso en esta fase sí será también negativo véase el caso de Los Parrones o Los Almocafres. ‐ Espacios naturales: al no formar parte el municipio de ningún espacio protegido, no se prevé afección directa al conjunto ecológico. ‐ Patrimonio histórico‐artístico: el presente documento de PGOU ha realizado una ex‐haustiva catalogación de los yacimientos y restos de interés patrimonial en la totalidad de la superficie del municipio, constatando que las propuestas de crecimiento no se prevén afecten a ninguno de ellos con la excepción evidente de aquellos edificios y monumentos vinculados a los distintos núcleos urbanos, que quedan igualmente cata‐logados para evitar una posible afección. FASE DE DESARROLLO
Contempla tres aspectos diferentes, evaluados de forma individual y con diver‐
sos resultados: por un lado el incremento poblacional (IP), esperable y deseable en un ámbito deprimido y con una frágil estructura demográfica; el propio uso de las vivien‐das, hoteles, dotaciones, infraestructuras y EELL que el PGOU acarrea (UV), y la movili‐dad derivada de la población residente y visitante (MV), tanto por la reactivación so‐ciodemográfica como la de la diversificación y enriquecimiento socioeconómico. ‐ Aguas superficiales: el IP implica un incremento de los volúmenes de las aguas resi‐duales urbanas. Teniendo en cuenta que las características urbanísticas serán las ade‐cuadas para acoger usos residenciales, se contará con una red de saneamiento que se conectará a la red municipal, reduciendo la los impactos sobre las aguas superficiales. Además el propio desarrollo del plan, implica la mejora del saneamiento, especialmen‐te en la depuración, Se entiende, por tanto, una afección escasa. ‐ Suelo y geomorfología: el UV nos hace que debamos contemplar el incremento de la generación de residuos urbanos y asimilables, que previsiblemente acabarán deposita‐dos en vertedero comarcal, previo paso por el Punto Limpio municipal. No obstante,
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dado que éstos serán puestos a disposición del gestor municipal autorizado, se consi‐dera un impacto poco significativo. La MV derivada tiene asimismo un pequeño im‐pacto negativo, por el posible pisoteo fuera de vial y la mayor intensidad de paso por los caminos rurales. Todo ello repercute negativamente sobre la erosión, pudiendo incrementar su riesgo en algunas zonas sensibles. ‐ Atmósfera: destaca el impacto negativo del aumento de la movilidad en la zona que llevará asociado el aumento del nivel de presión sonora y de la concentración de con‐taminantes procedentes de fuentes móviles (circulación de vehículos automóviles). Si bien, tanto la MV como el UV, serán especialmente intensos durante los fines de se‐mana y periodos vacacionales (por la reactivación económica derivada del sector ter‐ciario, turismo especialmente) y el IP será relativamente fácil de asumir en un entorno tan natural, y con una muy escasa densidad de población, y por tanto, aún una elevada capacidad de carga en este sentido. ‐ Vegetación: el IP no afecta directamente, si, por contra, el UV y la MV. El impacto es negativo, por la aparición de afecciones derivadas del mayor tránsito y el uso de espa‐cios (pisoteo, apertura de sendas, y otros daños), amén de un posible deterioro de la vegetación agrosilvopastoril por una caída en esta actividad derivada del traslado de la mano de obra hacia otras actividades y el abandono de explotaciones. ‐ Fauna: los tres subfactores afectan a la fauna de distinta forma, pero las tres de for‐ma negativa. Diferentes especies faunísticas, especialmente las salvajes, se verán es‐pantadas desplazadas de sus zonas de campeo, amén de la pérdida de espacio físico de su hábitat natural. Además, la introducción de especies ruderales y otras invasoras está directamente relacionado con el IP y la MV. ‐ Infraestructuras: curiosamente la afluencia de residentes y visitantes, que evidente‐mente se incrementará, tendrá un efecto dual, pero positivo. El mayor uso implicará mayores gastos de mantenimiento, pero, a s vez derivará en una mayor demanda, que, unida al IP, implica una mayor capacidad de presión amén de mayores recursos para afrontarlos. Además se contempla la construcción de nuevas infraestructuras, muy positivas especialmente en lo que se relaciona a red de abastecimiento, saneamiento, red eléctrica y nuevos viales que articularán de una forma más correcta el territorio municipal, tanto internamente como co el exterior. ‐ Empleo: el IP implica asimismo un aumento del mercado real y potencial, esto impli‐cará irremediablemente una reactivación, e, incluso, diversificación de la demanda de empleo en la zona con la creación de nuevos servicios que vengan a dar respuesta a las necesidades de la mayor población, considerándose en este caso un impacto clara‐mente positivo.
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‐ Economía: la afluencia de nuevos residentes y visitantes, la creación de empleo y el mejor reconocimiento del municipio que ello conlleva, implica una reactivación y di‐versificación de la socioeconomía local, con unas repercusiones muy positivas. Ni que decir tiene que la MV y el UV implican también mayor demanda de servicios relaciona‐dos, amén de las sinergias que derivan en otros sectores no directamente relaciona‐dos. ‐ Paisaje: por un lado, el IP conlleva una mayor visibilidad y, por tanto, puesta en valor del paisaje de la zona, siendo esto positivo. Pero, por otro lado, el cambio de uso del suelo derivado del UV implica una serie de espacios que, al peder su naturalidad, em‐peoran el paisaje general del municipio. Por su parte, la MV aunque directamente rela‐cionado con el IP y su papel positivo en este caso, tiene connotaciones negativas en la valoración estética que implica la valoración de un paisaje. Asimismo, el hecho de que la normativa del PGOU persiga y refuerce la integración arquitectónica de los nuevos crecimientos, atendiendo a la tipología constructiva tradicional en la zona, hará que los nuevos crecimientos no supongan un elemento tan impactante en el paisaje. ‐ Usos del territorio: la diversificación de usos que implica tanto el IP como el UV, en un municipio donde los usos están tan claramente dominados por un escaso número de ellos, hace que los nuevos aprovechamientos (residencial, espacios libres y equipa‐miento rotacional, etc.) vengan a dar respuesta a las nuevas necesidades plantadas por un necesario cambio de modelo territorial y urbano, considerándose el impacto positi‐vo, por el escaso porcentaje de superficie a transformar. ‐ Espacios naturales: el acercamiento de la población al medio rural y la promoción de éste con criterios de sostenibilidad, atendiendo a los valores estéticos tradicionales y a la integración en el medio de la actuación urbanística, favorece el turismo rural, supo‐niendo el reconocimiento y la puesta en valor de un territorio de gran potencial. Pese a todo, el impacto es inapreciable si lo relacionamos con el IP y el UV. Por el contrario, la mayor MV traerá posiblemente consecuencias negativas, aunque no de gran enverga‐dura, considerando el tipo de espacios al que nos referimos. ‐ Patrimonio histórico‐artístico: las vías pecuarias se verán negativamente afectadas por la mayor MV, y, por tanto, mayor presión sobre ellas, sobre todo por la posible mala utilización (tráfico rodado) que conlleva. Por otro lado, el IP ayudará a potenciar su papel lúdico y recreativo, siendo en este caso un impacto positivo.
Los yacimientos arqueológicos citados en el Análisis del Territorio se localizan a bastante distancia de las áreas a desarrollar, lo que implica la no afección en el UV y la MV. Por contra, el IP puede conllevar un mayor riesgo de expolio, o destrucción del patrimonio, negativo por tanto, incluso contemplando los posibles aspectos positivos
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(mayor posibilidad de conocerlo, didáctica, uso público, etc.). Finalmente, el Patrimonio Arquitectónico, más accesible y valorado por la pobla‐
ción general, verá como el IP favorecerá su conocimiento y puesta en valor, lo que, sumando la mayor MV, implica una mejora clara en el reconocimiento, posibilidad de uso y valoración general, así como generará mayores presiones para su mejor uso y conservación. Se entiende por tanto que el impacto será positivo. Conclusiones
Una vez evaluados los impactos previsibles, y a la vista de los resultados obteni‐dos en la Matriz de Impacto anexa se establecen una serie de consideraciones genéri‐cas:
a) El Medio Socioeconómico es el que cuantitativamente se verá afectado de
forma positiva (+121,5).
b) El Medio Biológico se verá afectado de forma negativa (‐83,125).
c) El Medio Físico tendrá una repercusión también negativa (‐71,135).
El resultado final del P.G.O.U. del Castillo de las Guardas (Sevilla) resulta negativo (‐32,76), representando una pequeña pérdida de la calidad ambiental del territorio con respecto a la situación actual, en concreto un 3,3%. Por lo tanto no se trata de un impacto de notable magnitud, sino de una afección fácilmente asumible dada la ca‐pacidad de acogida del territorio y necesaria de afrontar dado el actual estado de la economía y el desarrollo de la zona.
Aún habiéndose obtenido valores negativos de impacto ambiental, se estima que la
descripción y valoración de los impactos, las medidas correctoras y preventivas plan‐teadas a continuación y el programa de vigilancia ambiental descritos en el presente EsIA, garantizarán el correcto análisis de las afecciones ambientales previsibles, así como las acciones para salvaguardar el medio ambiente minimizando e incluso evitan‐do los potenciales impactos producidos en la medida de los posible.
Cabe destacar que, por un lado, el impacto es apenas apreciable (una pérdida del
3,3%), y, por otro, que en un plazo tan largo como el de vigencia de este plan (al me‐nos 8 años), y, la indeterminación de muchos de los desarrollos futuros, conllevarán un amplio margen de error sobre las consecuencias, y curiosamente esta indeterminación afectará fundamentalmente a las positivas, ya que, las medidas correctoras y preventi‐vas y el programa de vigilancia ambiental, sumado al férreo control que, frente a mu‐chos impactos, contempla la amplia normativa del PGOU, evitará que la balanza del
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error posible se incline hacia las afecciones negativas. Cumple decir el importantísimo papel que juegan las administraciones y, en especial, la local que ha de velar por un correcto funcionamiento y aplicación del PGOU.
c.‐ Análisis de los riesgos ambientales derivados del planeamiento. Segu‐ridad ambiental
Relacionando los crecimientos propuestos con los riesgos derivados, cabe destacar
que apenas se plantean efectos de importancia. El respeto de la normativa y la planifi‐cación, especialmente la relacionada con los dominios públicos (en especial en este caso el DPH), en un área donde los mayores riesgos se relacionan con el mundo fores‐tal (incendios) y el hidrológico (inducciones), implican una minimización de riesgo deri‐vado.
Las acciones urbanísticas producen efectos inducidos de riesgos naturales cuando
no son objeto de una correcta regulación o planificación. Es necesario a este respecto hacer una valoración de las limitaciones naturales del espacio en el que se pretendan instalar los nuevos usos ya que éstas se constituyen como posibles factores condicio‐nantes del desarrollo urbanístico. Cuando no se respetan o tienen en cuenta en la loca‐lización de ciertas actividades suelen manifestarse en daños a los bienes o incluso a las propias personas.
Aunque actualmente estas limitaciones están ampliamente dominadas por la técnica y existen instrumentos adecuados para superarlas, eliminando estos condicio‐nantes físicos con la aplicación de medidas correctoras o disminuyendo los riesgos que puedan infringir, se analizan a continuación de forma breve algunos factores de riesgo a tener en cuenta:
‐ Riesgos geotécnicos: la geología del ámbito debe ser tenida en cuenta a la hora de
determinar las condiciones para la realización de obras civiles. Así es importante con‐siderar factores como los siguientes: Potencial de corrosión, que establece el potencial de resistencia o vulnerabilidad de los suelos a los ataques de agentes químicos; Estabi‐lidad/Inestabilidad de las pendientes; Facilidad de excavación o Consistencia de los suelos; Potencial de contracción/expansión, que nos orientará acerca de la vulnerabili‐dad y capacidad de acogida de construcciones o infraestructuras y Capacidad portante para soportar pesos, tales como edificios, carreteras, líneas de ferrocarril, etc. Así, po‐demos establecer que las condiciones constructivas de la zona que nos ocupa son fa‐vorables tanto por su composición litológica relativamente bien cementada, como por constituir una zona llana, prácticamente horizontal, con una capacidad de carga media. No obstante, aparecen materiales de composición arcilloso–margosa, de condiciones constructivas desfavorables, pudiendo originarse procesos de flujo de arcillas y peque‐
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ños riesgos de deslizamientos que habrá que prevenir con las técnicas constructivas adecuadas
‐ Riesgos de inundabilidad: Numerosas instalaciones residenciales, industriales o
de cualquier tipo se sitúan en zonas de riesgos, con los consecuentes episodios de pérdidas de bienes materiales, o peor de vidas humanas, producidos por catástrofes naturales como consecuencia de lluvias torrenciales. Aunque la predicción del riesgo de ocurrencia de una inundación y el daño a producir desbordaría los objetivos del presente documento, habrá que tener en cuenta que los siguientes factores pueden determinar las zonas potencialmente inundables: la topografía, la litología, las condi‐ciones de drenaje de la cuenca, la vegetación y el clima. No obstante, el relieve suave de las parcelas de actuación, la ausencia de laderas de fuerte pendiente en los alrede‐dores, el buen drenaje interno y la ausencia de cursos de agua importantes y perma‐nentes, nos hace afirmar que las condiciones de inundabilidad parecen mínimas en nuestro caso.
‐ Vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos: se considera un factor limitante
por cuanto en su consideración radica la determinación del potencial del suelo para actividades tales como la instalación de fosas sépticas o vertederos (riesgo de filtración de lixiviados o contaminantes hacia capas freáticas), respuesta a drenajes, etc. En ge‐neral se puede decir que la vulnerabilidad a la contaminación de las aguas subterráne‐as crece con la permeabilidad y altura del nivel freático y decrece con la pendiente y profundidad de la roca madre. La superficie de actuación se asienta sobre el acuífero Almonte – Marismas, cuya caracterización hidrogeológica responde a la presencia de unos potentes depósitos detríticos permeables, constituidos por arenas y gravas, que tienen como substrato general impermeable margas azules, y en los que es frecuente que aparezcan intercalaciones arcillosas que les confieren, en cierto grado, carácter de acuífero multicapa. Estas formaciones permeables alcanzan los 15 – 20 m de espesor en Almonte por lo que habrán de extremarse las precauciones con objeto de no pro‐ducir episodios de contaminación de este acuífero.
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4.‐ ESTABLECIMIENTO DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y CORRECCIÓN AMBIENTAL DEL PLANEA‐
MIENTO
a. Medidas protectoras y correctoras, relativas al planeamiento propuesto
El valor obtenido en la valoración de los impactos sobre el Medio Ambiente
hace necesaria la adopción de medidas para la disminución y, cuando sea posible, la eliminación de los impactos causados por las actuaciones que conlleva el planeamiento propuesto. Así pues, se describen a continuación aquellas medidas correctoras y pro‐tectoras de forma que, al integrarse este aspecto desde la etapa de diseño del pla‐neamiento, se previenen las afecciones negativas en su origen, lo que supone una in‐dudable ventaja desde el punto de vista medioambiental.
1.‐ Medidas protectoras y correctoras de aplicación directa, relativas a la ordenación propuesta 1.a.‐ Medidas protectoras: Tienen un carácter fundamentalmente preventivo. Entre ellas se encuentran las siguientes: Previo al inicio de las obras: ‐ Formación
La dirección de obra facilitará a las empresas contratadas para la ejecución de los trabajos de obra civil aquella documentación sobre procedimientos ambientales que recoja y desarrolle las medidas correctoras y protectoras establecidas en el pre‐sente documento y las que se establezcan desde la Delegación Provincial de Sevilla de la Consejería de Medio Ambiente o cualquier otro condicionante de carácter ambiental de las autorizaciones previas que requiere el proyecto.
A todo el personal que participe en la construcción se le informará de aquellos aspectos significativos y/o que impliquen requisitos medioambientales del proyecto y se le instruirá a través de instrucciones de trabajo con objeto de que obtenga una sen‐sibilización y capacitación ambiental mínima. ‐ Señalización y balizamiento de cada una de las áreas de trabajo. Ubicación y descrip‐ción del Parque de la maquinaria y residuos
Con objeto de minimizar y eliminar la posible afección a superficies no contem‐pladas en el Plan, de forma previa a la ejecución de las obras, se señalizarán y balizarán adecuadamente cada una de las áreas de trabajo.
A efectos operativos y de prevención medioambiental se habilitará en cada sector de actuación una zona destinada al estacionamiento, mantenimiento de la ma‐quinaria de obra, localización de las casetas de obra, elementos y materiales de obra y
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almacenamiento temporal de residuos. Este sector de control operativo y ambiental estará cercado perimetralmente a efectos de evitar la entrada de personal ajeno a las obras. A grandes rasgos con esta zona se conseguirá una mayor eficacia y eficiencia en los trabajos de las obras civiles al concentrar en un único lugar todas las instalaciones provisionales necesarias en el desarrollo de las actuaciones previstas. Asimismo, se logrará la protección adecuada de las zonas en las que se manejen y/o almacenen sustancias (carburantes, lubricantes, hormigones, pinturas, etc.), cuyo vertido accidental pueda suponer la contaminación del suelo y de las aguas. Esto supone un uso eficiente del espacio, con la reducción del impacto ambien‐tal que ello conlleva, en el que se controlará y supervisará tanto la producción como la gestión de los residuos generados (peligrosos y no peligrosos). Las áreas de mantenimiento, al objeto de evitar la contaminación del suelo, se impermeabilizarán con hormigón o lámina de polietileno. En caso contrario, las opera‐ciones de mantenimiento se realizarán en establecimientos autorizados. Las casetas de obras estarán dotadas de equipos de depuración de las aguas residuales de naturaleza urbana. De la misma forma, en caso de precisarse un almacenamiento temporal de combustibles en las zonas de obra, éste se realizará en un depósito homologado y tan‐que de doble pared y se dará cumplimiento a lo dispuesto en el Real Decreto 1427/1997, de 15 de septiembre, por el que se aprueba la instrucción técnica com‐plementaria MI‐IP 03 "Instalaciones petrolíferas para uso propio". En aquellas zonas previstas para la acumulación de residuos de la obra, podrán depositarse sobre el mismo terreno aquellos residuos que su naturaleza lo permita (hormigón, áridos, restos de ferralla, piezas, etc.) hasta su entrega a un gestor autori‐zado. Se dispondrán contenedores específicos y homologados para la recogida de resi‐duos peligrosos de diferente tipología hasta su retirada por gestor autorizado. Esta zona estará techada y descansará sobre losa de hormigón o lámina de polietileno de‐limitada por bordillo de hormigón. Se instalará un pozo ciego donde se recogerán los vertidos accidentales y aguas sucias, al objeto de proceder a su retirada mediante bombeo. Durante el desarrollo y ejecución de las obras ‐ Protección de las aguas
Las captaciones para agua de obra o para el riego se harán en lugares autorizados previa autorización del organismo competente.
Queda terminantemente prohibido el vertido de productos químicos auxiliares procedentes de la obra civil (desencofrantes, etc.) o de otras labores de ejecución.
Las casetas de obra instaladas en la zona de actuación estarán dotadas de los correspondientes equipos de depuración para las aguas fecales.
Se adoptarán las medidas necesarias para evitar que durante las fases de cons‐trucción o de funcionamiento se vea dificultado el libre curso de las aguas superficia‐les.
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La red de saneamiento de los nuevos terrenos que se urbanicen, deberá canali‐zarse a través del sistema municipal de alcantarillado y deberá contar con las suficien‐tes garantías para no afectar en ningún momento a las aguas subterráneas, superficia‐les o al suelo. ‐ Protección del suelo
Con el objeto de controlar el impacto sobre el suelo, se realizará una labor de vigilancia y control por parte de la Dirección de Obra, que evitará la ocupación de más suelo que el estrictamente necesario. Así, para minimizar la afección física y restringirla a la estrictamente necesaria, antes del inicio de las obras se balizarán conveniente‐mente todas las zonas afectadas por las obras, quedando prohibida la circulación de las máquinas y personas fuera de la zona balizada. Con esta medida se protegerán los usos que se desarrollan próximos a la zona de trabajo y se acotarán los suelos afecta‐dos.
En la realización de desmontes y terraplenes, deberán adoptarse las medidas necesarias para minimizar la erosión, con especial atención a su pendiente a fin de evitar movimientos de tierras innecesarios, así como excedentes y vertidos de las mis‐mas. Para ello, el diseño de la mayor parte de las actuaciones se ha basado en el respe‐to de la topografía original.
Los materiales de construcción necesarios para la ejecución de las obras a realizar (áridos, zahorras, gravas, etc.) procederán de canteras o instalaciones debidamente legalizadas según la normativa vigente.
Los viales temporales de acceso se adaptarán al máximo a la topografía del te‐rreno procurando minimizar la creación de accesos nuevos he intentando adaptar los ya existentes.
El mantenimiento de la maquinaria de obra se realizará en el Parque de Maqui‐naria caso de estar adecuadamente preparado para ello. En caso contrario, los mante‐nimientos y reglajes de los que pudieran derivarse vertidos y afecciones al suelo se realizarán en establecimientos autorizados.
Queda prohibido todo relleno efectuado a base de escombros sin la preceptiva autorización. En ningún caso se realizarán rellenos a base de residuos sólidos urbanos. ‐ Protección de la calidad del aire Polvo
Los vehículos que transporten tierras procedentes de los movimientos de te‐rrenos u otros materiales pulverulentos dispondrán de una lona que los cubra para evitar su dispersión.
Al objeto de evitar la formación de polvo, en periodos de escasas precipitacio‐nes, se realizarán riegos regulares de las zonas de tránsito y maniobra de vehículos y
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maquinaria, así como los materiales que vayan a removerse para su acopio, carga o transporte, en zonas susceptibles de generar polvo.
Se limitará la velocidad de circulación de la maquinaria por el interior de las obras y viales de acceso a 20 Km/h.
En los periodos secos, las labores susceptibles de generar más polvo, como desbroces y movimientos de tierra, procurarán hacerse en las primeras horas del día, cuando la humedad ambiente es mayor y por consiguiente la generación y dispersión de polvo es menor. Emisiones gaseosas
Para asegurar que las emisiones gaseosas de la maquinaria y vehículos de tra‐bajo empleados en las obras se adecuan a los niveles establecidos en la normativa sec‐torial vigente, se llevará un estricto control de los mismos (revisión de los resultados de la Inspección Técnica de Vehículos y mantenimientos/reglajes ordinarios y marcado CE o equivalente). Ruidos
Las máquinas de trabajo deberán cumplir lo especificado en la siguiente norma‐tiva de referencia:
- Decreto 326/2003 por el que se aprueba el Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica en Andalucía.
- Real Decreto 212/20202 por el que se regulan las emisiones sonoras en el entorno debido a determinadas máquinas de uso al aire libre.
- Real Decreto 524/2006 de modificación del anterior.
- Ley 37/2003 de ruido (estatal).
- Real Decreto 2042/1994 por el que se regula la inspección técnica de vehículos.
El horario de trabajo será el comprendido entre las 7 y las 23 horas, en los casos en los que los niveles de emisión de ruido superen los indicados para los períodos noc‐turnos.
Por otra parte, en lo relativo a la protección contra la contaminación acústica de la planificación urbanística y los planes de infraestructura física, y en aplicación del artículo 21 del Capítulo IV del Decreto 326/2003, deberán tenerse en cuenta, por un lado, las previsiones contenidas en el referido Reglamento, en las normas que lo des‐arrollen y en las actuaciones administrativas realizadas en su ejecución, en especial los mapas de ruido y las áreas de sensibilidad acústica. Por otra parte, la asignación de usos generales y usos pormenorizados del suelo en las figuras de planeamiento tendrá en cuenta el principio de prevención de los efectos de la contaminación acústica y ve‐lará para que no se superen los valores límite de emisión e inmisión, establecidos en el Reglamento.
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No se podrán emplear máquinas de uso al aire libre cuyo nivel de emisión me‐dido a 5 m. sea superior a 90 dBA. En caso de necesitar un tipo de máquina especial cuyo nivel de emisión supere los 90 dBA, medido a 5 metros de distancia, se pedirá un permiso especial, donde se definirá el motivo de uso de dicha máquina y su horario de funcionamiento.
Se adoptarán las medidas oportunas que disminuyan los niveles de ruido pro‐ducidos por la maquinaria y equipos relacionados con la fase de construcción, ins‐talándose en su caso mecanismos silenciadores.
‐ Protección de la flora y la fauna
Flora
Se restringirá la superficie de ocupación a través de un replanteo previo que de‐limite claramente las zonas a desbrozar, evitándose en la medida de lo posible la eli‐minación de ejemplares arbóreos y las afecciones sobre las formaciones de vegetación de mayor interés. Se escogerán para las actuaciones, siempre que sea posible, las zo‐nas desprovistas de vegetación natural.
Se localizarán las especies vegetales de interés especial para su protección pre‐viamente al inicio de las obras.
Se tendrá especial atención en el replanteo de las obras que afectan a la zona ocupada por pies arbóreos de especies protegidas. Una vez identificados los pies afec‐tados se optará por la solución menos impactante y más viable técnicamente, a priori se consideran o bien el trasplante de los pies afectados a otras zonas o bien realizar una repoblación artificial para compensar los daños. Esta decisión se tomará de acuer‐do con el personal técnico de la Consejería de Medio Ambiente.
Se deberán utilizar siempre que sea posibles caminos, pistas y cortafuegos exis‐tentes, para evitar en los desplazamientos de la maquinaria y en la obra los desbroces, corta de ramas o pies arbóreos.
Los terrenos que no queden definitivamente afectados por las obras, deberán ser restituidos a su estado anterior, debiendo dejarse el terreno acondicionado, para evi‐tar encharcamientos. Se restablecerán las condiciones de esponjosidad que devuelvan al suelo la permeabilidad y aireación necesarios para facilitar la revegetación natural, para ello será necesario un escarificado del suelo hasta 20 cm. de profundidad. En caso de precisarse labores de revegetación estas serán desarrolladas en la fase inmediata‐mente posterior a las obras, durante la época más adecuada para la siembra y/o plan‐tación de las especies, empleando especies vegetales autóctonas similares a las exis‐tentes en cada una de las áreas afectadas. No obstante se respetarán las distancias mínimas entre la línea eléctrica y las copas de los árboles.
Las actuaciones de restauración de la vegetación serán objeto de un proyecto específico a desarrollar tras la finalización de las obras y a ejecutar en el marco del Plan de Vigilancia Ambiental.
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Los depósitos temporales de materiales y tierra evitarán la ocupación de cual‐quier tipo de formación vegetal, ocupándose por tanto terrenos desprovistos de vege‐tación.
Para la creación de zonas verdes, deberá fijarse en el correspondiente proyecto la época, especies y cuidados necesarios al objeto de que la plantación resulte exitosa. En este sentido, se emplearán preferentemente especies arbóreas de origen autócto‐no con adaptaciones a la estructura del paisaje existente.
Fauna
Se procurará que las excavaciones y zanjas permanezcan abiertas el menor tiem‐po posible y se balizarán con cintas el tiempo que así se mantengan a fin de evitar la caída de animales en las mismas.
A efectos de garantizar la dispersión de la fauna terrestre que habita en el lugar de actuación, cualquier tipo de cerramiento que se incorpore durante las obras será permeable al paso de la misma.
Se evitará realizar los trabajos de obra durante épocas reproductivas y próximos a núcleos de nidificación y/o reproducción de especies faunísticas. ‐ Protección de infraestructuras y bienes sociales
Al igual que el caso de la flora y la fauna, antes de proceder a las obras se reali‐zará un inventario in situ de los bienes sociales existente en la zona de trabajo (cami‐nos de acceso a fincas privadas, áreas habitadas, infraestructuras eléctricas, de sanea‐mientos, etc.). Los elementos identificados se señalizarán mediante balizas, siendo respetados a lo largo de la duración de las obras. ‐ Protección del paisaje
A efectos de reducir el impacto paisajístico, las viviendas a ejecutar se dise‐ñarán atendiendo a la normativa urbanística municipal a este respecto y buscando la integración y similitud a la tipología constructiva tradicional de la zona.
Asimismo, se adoptarán medidas para la ordenación de los volúmenes de las edi‐ficaciones en relación con las características del terreno y el paisaje, incluyendo el es‐tablecimiento de criterios para su disposición y orientación para obtener la mejor dis‐posición de vistas de unos edificios sobre otros del conjunto hacia los panoramas exte‐riores.
Los acopios de materiales de trabajo (tierras, elementos estructurales, etc.) no superarán los 2 m de altura, disponiéndose inmediatamente próximos a las zonas de trabajo para su uso posterior. En caso de no utilizarse en las obras, se trasladarán al parque de maquinaria y residuos habilitado.
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La localización de líneas eléctricas y demás redes de comunicación y distribución deberán discurrir de la manera más integrada posible con el paisaje circundante, plan‐teando como solución preferente la canalización subterránea. ‐ Protección de los usos del territorio
Durante las obras se procurará no invadir parcelas privadas o elementos de uso público existentes en la zona.
Se limitará el acceso a la zona de trabajo con el fin de evitar tanto la entrada de personal ajeno, la degradación del área próxima a la misma y el riesgo de accidentes. En este sentido, se procederá al cercado del perímetro de la zona de actuación con elementos verticales. ‐ Protección del patrimonio histórico
Con carácter previo a las obras se llevará a cabo una prospección arqueológica de los terrenos afectados, con el objeto de acotar posibles afecciones al patrimonio ar‐queológico potencialmente presente en el emplazamiento. Tanto esta prospección como las posibles actuaciones posteriores que pudieran emprenderse serán realizadas por un técnico competente (arqueólogo) y serán sometidas a autorización previa por parte de la Delegación Provincial de Cultura.
Se delimitarán los enclaves arqueológicos que sean detectados tras la realización de la prospección.
Se planteará la intervención arqueológica previa en los posibles yacimientos loca‐lizados en la prospección y que se encuentren afectados directamente por las obras, siempre y cuando la entidad del yacimiento no obligue a su conservación “in situ”.
Conforme a lo establecido en el artículo 81 del Reglamento de Protección y Fo‐mento del Patrimonio Histórico de Andalucía (Decreto 19/1.995), la aparición durante las obras de hallazgos casuales de restos arqueológicos deberá ser notificada inmedia‐tamente a la Consejería de Cultura o al Ayuntamiento correspondiente. 1.b.‐ Medidas correctoras: Su misión es la corrección de impactos negativos que hayan sido detectados durante la realización del Estudio. Se proponen las siguientes: ‐ Protección del suelo y geomorfología
En las excavaciones y desmontes en la que se afecte a la capa superior de suelo fértil, este se retirará y conservará en montones de altura menor a 2 m hasta su em‐pleo en las labores de restauración, revegetación o ajardinamiento, debiéndose man‐tener su potencial biológico y protegerlos adecuadamente de la erosión hídrica y eóli‐ca.
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En la manera de lo posible, los productos de las excavaciones serán aprovecha‐dos en la propia obra.
En caso de derrame accidental de aceites, combustibles u otros elementos de naturaleza peligrosa, se retirará el vertido junto con la parte de suelo afectada, ges‐tionándose el conjunto como residuo peligroso y dando parte del suceso de forma in‐mediata a la Delegación Provincial de Sevilla de la Consejería de Medio Ambiente.
‐ Protección de la flora
Dado que en el desarrollo de la actuación se prevé la tala de varios ejemplares de encinas, éstos deberán ser trasplantados al lugar designado por la Delegación Provin‐cial de Sevilla de la Consejería de Medio Ambiente, siempre que su estado fitosanitario lo permita. En caso contrario, se seguirán las directrices al respecto de este mismo organismo.
Asimismo, previo a las actuaciones, se solicitarán a la Delegación Provincial de Sevilla de la Consejería de Medio Ambiente, las pertinentes solicitudes de desbroce, poda y trasplante de los ejemplares afectados y para la quema de los residuos foresta‐les generados. ‐ Protección de infraestructuras y bienes sociales
Las afecciones a caminos o linderos serán subsanadas en la mayor brevedad po‐sible. Asimismo, se restaurarán íntegramente todos los cerramientos de las fincas que deban ser abatidos por motivo de las obras a medida que se vaya avanzando en el de‐sarrollo de éstas.
La ejecución de las obras no deberá afectar de forma crítica o irreversible a las infraestructuras presentes, debiéndose reparar o reponer, en su caso, el servicio que éstas proporcionan. ‐ Protección del paisaje
A la terminación de la obra, tendrán que ser retiradas las instalaciones emplea‐das y los materiales sobrantes, procediéndose a la limpieza de los lugares ocupados por los mismas y dejando éstos, en todo caso, limpios y libres de desperdicios. ‐ Gestión de residuos
En cumplimiento de las obligaciones emanadas de la Ley 10/1998, de Residuos y sus disposiciones reglamentarias, las empresas titulares de la maquinaria, vehículos y medios auxiliares estarán registradas como pequeños productores de residuos peligro‐sos.
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Los residuos de naturaleza peligrosa se almacenarán y etiquetarán adecuada‐mente hasta su entrega a gestor autorizado. En este sentido, se llevará un control do‐cumental riguroso de todos los residuos generados durante la obra.
Respecto a los residuos no peligrosos generados en la obra (escombros, tierras, materia orgánica u otros de naturaleza no peligrosa) serán retirados y trasladados a vertedero autorizado o, en su caso, entregados al gestor municipal (plásticos, papel y cartón, basuras, etc.).
Una vez finalizadas las obras, se retirarán y demolerán todas las instalaciones de obra, gestionando los residuos generados de la manera descrita en el presente docu‐mento.
Independientemente de las medidas propuestas en el presente documento, se pondrán en marcha cuantas medidas de protección ambiental y corrección de impacto adicionales se consideren oportunas o sean indicadas por la Consejería de Medio Am‐biente a través de su Informe de Valoración Ambiental.
b.‐ Medidas específicas relacionadas con el consumo de recursos natura‐les y el modelo de movilidad/accesibilidad funcional ‐ Control de las materias primas y el uso eficiente de la energía
Las materias primas empleadas en la obra procederán de proveedores homolo‐gados.
En ningún caso se utilizarán materiales procedentes del medio natural donde se desarrollará la actividad.
Se empleará biodiesel en maquinaria que emplee gasoil como combustible, siempre y cuando próximas a la zona de trabajo se encuentren estaciones de servicio que ofrezcan este tipo de combustible.
Se controlará que la maquinaria no esté encendida durante largos periodos en momentos en los que no se encuentre operativa.
Se realizarán mantenimientos periódicos de la maquinaria de obra evitando aver‐ías que puedan producir fugas de combustibles y/o aceites.
No se empleará maquinaria obsoleta de baja eficiencia.
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‐ Control de la movilidad/accesibilidad funcional:
Las redes de comunicación propuestas para la conexión interior y exterior de El Castillo de las Guardas se ha estructurado apoyándose en los dos corredores funda‐mentales, y ya existentes, que surcan el territorio: la Ruta de la Plata y el río Guadia‐mar. De esta forma la afección a los usos del suelo y la ocupación del espacio se mini‐mizan.
Las decisiones territoriales en cuanto a redefinición de la movilidad y ocupación del espacio, se han resuelto desde una visión integral, más allá de la perspectiva muni‐cipal, a través un sistema radial de carreteras secundarias y comarcales con origen en el núcleo de población principal (El Castillo de las Guardas) y que parte de las dos ca‐rreteras principales existentes (la N‐433, Sevilla ‐ Aracena, cuyo desdoble está previsto, y la N‐476, El Castillo de las Guardas ‐ Nerva). Con este sistema se posibilita la conexión de nuestro municipio tanto con los municipios cercanos, como con Sevilla, Huelva y Badajoz, evitando problemas de saturación a corto y medio plazo por el gradual incre‐mento de tráfico.
En términos generales, el modelo de movilidad/ accesibilidad propuesto busca la habitabilidad en El Castillo de las Guardas y los territorios adyacentes. Para ello se basa en una mejor ordenación de las funciones urbanas, la jerarquización del viario, la recu‐peración de los desplazamientos peatonales y en medidas que controlen el uso del automóvil y fomenten la intermodalidad. Constituye una línea con futuro que potencia un sistema integrado de transporte sostenible que apuesta por la recuperación y pues‐ta en valor de la calidad ambiental (vías pecuarias como vías verdes, río Guadiamar como eje vertebrador, etc.), susceptible de abordar inversiones que permitan mejorar la calidad del servicio y la captación de nuevas demandas
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5.‐ PLAN DE CONTROL Y SEGUIMIENTO DEL PLANEAMIENTO
a. Métodos para el control y seguimiento de las actuaciones, de las medidas protectoras y correctoras, y de las condiciones propuestas
Los objetivos básicos de este apartado son, por una parte, comprobar la opor‐tunidad y eficacia de las medidas correctoras contempladas en el presente Estudio de Impacto Ambiental y, por otra, detectar alteraciones no previstas inicialmente con el fin de poder articular nuevas medidas correctoras. Así se elabora un Programa de Vigi‐lancia Ambiental (en adelante PVA) que suministre datos que permitan comprobar la magnitud de ciertas incidencias ambientales previstas en el presente documento, de‐biendo en este caso, adoptarse nuevas medidas correctoras. Asimismo constituye una fuente de datos importantes para la mejora de estos estudios en el futuro.
De esta forma, se contará con un documento que servirá como herramienta operativa a efectos de salvaguardar el medio ambiente y la salud e integridad de la población. La observancia del contenido del mismo tendrá que contemplarse en toda la obra. En tal sentido, se enmarcan un conjunto de acciones que conforman el PVA del Plan General de Ordenación Urbana de El Castillo de las Guardas:
Con carácter general:
Se solicitarán, de forma previa a la realización de cada una de las actuaciones planeamiento, todas aquellas autorizaciones que sean necesarias, como son las de corta de árboles, expedientes de ocupación, etc.
Todas las actuaciones y mediciones que se realicen en aplicación del PVA de‐berán tener constancia escrita de forma que permitan comprobar su correcta ejecución y respeto de los trabajos a las condiciones establecidas y a la norma‐tiva vigente que le sea de aplicación. Esta documentación recogerá todos los datos desde el inicio de la actividad y quedará a disposición de los órganos de inspección y vigilancia.
Sistema de policía de obra: durante los trabajos de construcción, se establecerá un estricto sistema de policía de obra, cuyo responsable será el jefe de obra. Es‐te sistema incluirá una supervisión de los aspectos siguientes: ‐ Correcto replanteo de las obras, al objeto de que se ocupen únicamente las superficies inicialmente previstas.
‐ Límites de la obra.
‐ Plazos de ejecución.
‐ Control de presencia de yacimientos arqueológicos.
‐ Control de acopios.
‐ Control de montajes.
‐ Gestión de residuos generados.
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Cualquier incidencia en estos aspectos dará lugar a un informe escrito, que se trasladará a la empresa o contrata responsable, con conocimiento del promotor y con indicaciones precisas para la reparación o subsanación de las incidencias de‐tectadas.
Asimismo, de forma paralela, el control ambiental, y en última instancia la vigilancia de todas las actuaciones dispuestas a lo largo del presente documento, pasará, por tanto, por la puesta en marcha de una estricta policía ambiental de obra. El promotor deberá asignar un responsable del Programa, que deberá ser un técnico ambiental especializado, notificando su nombramiento al Órgano Sus‐tantivo y al Órgano Ambiental. La persona que asuma tal función se responsabili‐zará de que durante la ejecución de la obra se cumplan todas las medidas de con‐trol ambiental dispuestas en el Estudio de Impacto Ambiental, el Informe de Va‐loración Ambiental, las directrices marcadas por la Administración Ambiental Competente de manera previa y durante el desarrollo del trabajo y otros docu‐mentos ambientales relacionados con las obras.
Las actuaciones a acometer serán, a grandes rasgos, las que siguen:
‐ Seguimiento de los trabajos de ejecución.
‐ Control de la correcta ejecución de las medidas previstas en el de Impacto Ambiental, el Informe de Valoración Ambiental y otros.
‐ Verificar los estándares de calidad de los materiales y los medios empleados en la integración ambiental.
‐ Comprobar la eficacia de las medidas correctoras establecidas y ejecutadas. Cuando tal eficacia se considere insatisfactoria, determinar las causas y esta‐blecer los remedios adecuados.
‐ Detectar impactos no previstos en el Estudio de Impacto Ambiental y propo‐ner medidas adecuadas para reducirlos, eliminarlos o compensarlos.
‐ Describir el tipo de informe y la frecuencia y periodo de emisión que deben remitirse a la Dirección de Obra.
Independientemente de la existencia de un policía ambiental dispuesto
por el propio promotor en la obra, el control y seguimiento de las medidas con‐templadas y recogidas en los documentos de planeamiento y en el Estudio de Impacto Ambiental quedan sujetas a los actos de disciplina urbanística y al con‐trol por los técnicos municipales y de la dirección técnica de la obra con rela‐ción a las diferentes actividades a desarrollar, sin perjuicio de las competencias en la vigilancia ambiental y urbanística de las Delegaciones Provinciales de Me‐dio Ambiente, Obras Públicas y Urbanismo, así como de otros organismos públicos.
Definición del Cronograma de trabajo: para la planificación de los trabajos que
constituyen el Programa de Vigilancia Ambiental se desarrollará un plan de acuerdo a las etapas que se definan para la ejecución de las actuaciones pro‐puestas en el documento de planeamiento.
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Con independencia de las medidas indicadas, el promotor del planeamiento se
compromete a cumplir las condiciones medioambientales que sean impuestas por la Administración en la resolución del presente Estudio de Impacto Ambien‐tal.
Con carácter particular, y dando cumplimiento a la diversa normativa que en cada materia rige actualmente, el PVA incidirá en los siguientes puntos:
Vigilancia de las obras: Con el fin de prevenir alteraciones innecesarias y no contempladas en la estructura de la vegetación, así como daños colaterales causados por el desarrollo de las actuaciones, se controlará que las obras se realicen de acuerdo con el replanteo final de cada uno de los sectores. La vigi‐lancia de estas condiciones conlleva:
‐ Control de apertura y mantenimiento de caminos.
‐ Control del tipo de zahorra utilizada en el acondicionamiento de caminos.
‐ Control de la restauración de las zonas degradadas.
‐ Control de no afección de los cursos de agua.
‐ Control de la afección a la vegetación y elementos geomorfológicos
‐ Control de la afección a bienes de dominio público.
‐ Control de los niveles de ruido generados.
‐ Control de los residuos producidos y su gestión.
‐ Control de la aparición de restos arqueológicos.
‐ Se realizarán revisiones periódicas anuales de las Instalaciones a fin de verifi‐car el cumplimiento de las medidas técnicas adoptadas en el PGOU y en el pre‐sente Estudio.
‐ Previo al inicio de la fase de ejecución de cada sector, se elaborará un Plan de Restauración de todas las superficies afectadas por la construcción e instalacio‐nes que no formen parte de los elementos de funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones. Y se remitirá, para su aprobación, al la Delegación Provin‐cial de Medio Ambiente.
‐ En la Fase de Abandono se llevará a cabo la comprobación del desmantela‐miento efectivo de las instalaciones y del grado de cumplimiento de las actua‐ciones de restauración que se estime necesario llevar a cabo.
‐ En caso de producirse algún incidente ambiental de consideración se presen‐tará en la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente un infor‐me detallando los hechos y las medidas adoptadas para su corrección.
Gestión de residuos: deberá presentarse por el promotor de la actuación un Plan de Gestión de los Residuos que se generarán en obra. Dicho Plan identifi‐cará y cuantificará estos residuos y plasmará la separación selectiva que se re‐
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alice de los mismos, así como los mecanismos de gestión que se seguirán para cada tipo de residuo.
Una vez iniciadas las obras, se llevará un estricto control documental de la ges‐tión de residuos, en especial en lo referente a residuos de naturaleza peligrosa y a residuos inertes (tierras, escombros, etc.).
Prevención y control de incendios: en lo relativo al riesgo de incendios, se se‐
guirán las directrices de la Consejería de Medio Ambiente. De cualquier forma, de manera previa al inicio de las obras se diseñará un Plan de Prevención de In‐cendios donde queden plasmadas las acciones a seguir, así como los medios ne‐cesarios. Este Plan será informado a todo el personal participante en la obra.
Control arqueológico: si se produjese hallazgo de restos arqueológicos durante las obras, deberá actuarse conforme a lo previsto en el artículo 50.1 de la Ley 1/1991, de 3 de julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía, comunicando a la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura dicho hallazgo de forma in‐mediata.
‐ Distribución del PVA:
Al objeto de que todas las partes afectadas e interesadas por los correspon‐dientes Proyectos de Ejecución estén al corriente de lo establecido en el presente PVA, se distribuirá una copia del mismo a los responsables de la ejecución de la obra y al Director de Obra. También se dispondrá una copia en la caseta de obra instalada. Informes: Los informes resultantes de todo el periodo cubierto y que constituyen el PVA son:
‐ Antes de las obras: cronograma actualizado de los trabajos de ejecución y re‐visiones del PVA.
‐ Durante las obras:
• Informes mensuales a presentar a la Dirección de Obra. Con‐tendrán los resultados del PVA relativos al grado de cumplimien‐to de los preceptos contemplados en el presente documento, así como su eficacia y, en caso de detectarse deficiencias, descrip‐ción de las nuevas medidas adoptadas. Asimismo, incluirá las in‐cidencias ambientales acontecidas, así como de las medidas co‐rrectoras adoptadas y eficiencia de las mismas.
• En el primer trimestre de cada año se entregará tanto a la Dele‐gación Provincial de Medio Ambiente un Informe del PVA cuyo contenido versará sobre las funciones del responsable ambiental a los que se hace referencia en el presente documento y comple‐tado con lo estipulado en el futuro Informe de Valoración Am‐biental, acompañado del Plan de Restauración Ambiental de las zonas que correspondan y un reportaje fotográfico.
‐ Informes excepcionales: cualquier acontecimiento de un suceso imprevisto que implique una alteración de alguna de las condiciones expresadas en Infor‐
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me de Valoración Ambiental se pondrá inmediatamente en conocimiento de la Delegación Provincial de Sevilla de la Consejería de Medio Ambiente para que adopte las medidas oportunas.
Planos: Los planos generados a lo largo del servicio serían:
Planta general obra:
‐ Estado inicial
‐ Estado final
‐ Localización de puntos clave en las obras: puntos de acopio y/o depósito de material, zonas a proteger o balizar, etc.
Plano de ubicación parque de maquinaria y residuos.
b.‐ Recomendaciones específicas sobre los condicionantes y singularida‐des a considerar en los procedimientos de prevención ambiental exigi‐bles a las actuaciones de desarrollo del planeamiento
El presente Estudio de Impacto Ambiental se elabora como complemento del PGOU de modo que la regulación de las formas de utilización del territorio, la estructu‐ra urbana y los crecimientos previstos, mejoren y potencien los valores naturales y paisajísticos, logrando una integración armónica entre los usos del territorio y los valo‐res naturales y ambientales del mismo, de acuerdo con las características del territorio municipal y la evolución histórica de la ocupación del mismo.
Con el fin de lograr un planeamiento urbanístico sostenible del municipio, este Estudio de Impacto Ambiental se ha elaborado de forma simultánea al resto de la do‐cumentación urbanística, consiguiendo por tanto contemplar objetivos ambientales desde el origen del planeamiento propuesto y sometiendo sus determinaciones a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental de las actividades que probable‐mente vayan a causar impactos negativos sobre el medio ambiente. Para lograrlo se establecieron las siguientes medidas preventivas como criterios a incluir en los distin‐tos horizontes temporales del proceso de ordenación territorial y cuya revisión y vigi‐lancia se incluye en el PVA descrito con anterioridad:
‐ Establecimiento de los diferentes usos en zonas lo más vocacionales posible para los mismos y de forma coherente con las características del entorno, teniendo en cuenta la capacidad de acogida del medio para cada tipo de actividad.
‐ Inventario de los suelos potencialmente contaminados y las edificaciones in‐dustriales en desuso.
‐ No ocupación innecesaria de suelo para usos urbanos e infraestructuras vincu‐ladas, dando preferencia a la recuperación de zonas interiores al entorno construido.
‐ Optimización funcional de los espacios urbanos mediante la rehabilitación, re‐utilización y recuperación de espacios intersticiales, degradados o infrautilizados, prio‐
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rizando nuevos desarrollos sobre espacios que han perdido su valor natural, como las antiguas explotaciones mineras de la zona.
‐ Propiciar zonas urbanas compactas, de densidad media y diversidad de usos. ‐ Protección y conservación de áreas frágiles y vulnerables, enclaves de alto va‐
lor ecológico, zonas de riesgo y espacios y elementos de valor relevante. ‐ Proteger las zonas de mayor valor ecológico tanto en el interior de los núcleos
urbanos como en el resto del municipio facilitando la continuidad ecológica entre las áreas protegidas cercanas y las zonas verdes para evitar la fragmentación de los hábi‐tats naturales.
Éstas, que son premisas de las que parte el modelo territorial propuesto, de‐
berán respetarse y hacerse efectivas en la ejecución de cada una de las actuaciones de planeamiento propuesto y en las distintas entregas del PVA se dará debida cuenta de ello.
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6.‐ SÍNTESIS.
El objeto del presente Estudio de Impacto Ambiental es el de completar al Plan General de Ordenación Urbana del Castillo de las Guardas como documento que enfo‐ca la necesidad de crecimiento que experimenta el municipio en los últimos años hacia parámetros sostenibles y de respeto y puesta en valor del medio natural.
Con la ordenación propuesta se consigue:
‐ Incrementar el número de viviendas. ‐ Incrementar los espacios libres. ‐ Incrementar el equipamiento dotacional. ‐ Desarrollar la red viaria dentro y fuera de los núcleos urbanos.
En resumen, se persigue una mejora de la zona con la creación de nuevas vías de
comunicación y circulación que potenciarán el desarrollo futuro del municipio gracias a las mejoras en la accesibilidad y movilidad propuestas, compactación y remodelación del tejido urbano (red de saneamiento, red de abastecimiento de agua potable y sumi‐nistro eléctrico), definición y complemento de zonas verdes dentro y fuera del ámbito urbano, diseño de vías verdes, etc. que configuran un nuevo paquete de equipamien‐tos sociales y un mayor número de viviendas donde poder disponer el incremento rela‐tivo de la población, potenciando y apostando de esta manera el desarrollo de El Casti‐llo de las Guardas.
Del Estudio y Análisis Ambiental del territorio afectado se deduce que, pese a que
el ámbito de actuación viene se enmarca en áreas de elevado valor ecológico y pai‐sajístico, el cumplimiento de la normativa vigente limita la afección del modelo territo‐rial a sus valores ambientales.
Una vez evaluados los impactos previsibles, y a la vista de los resultados obtenidos en la Matriz de Impacto, se comprueba que el Medio Socioeconómico es el que cuanti‐tativamente se verá más afectado de forma positiva, pero el Medio Físico y el Medio Biológico sufren afecciones negativas que hacen necesaria la adopción de algunas me‐didas correctoras para que la ejecución de las actuaciones de planeamiento sea real‐mente beneficiosa para el área y contribuya al desarrollo económico y al bienestar de la población, mejorando el territorio a escala local y global. Entre estas medidas cabe destacar las siguientes:
- Formación e información al personal participante en la obra sobre requisitos medioambientales del proyecto, sensibilización y capacitación ambiental.
- Definición, ubicación y gestión de un parque de maquinaria y residuos.
- Medidas protectoras de las aguas referentes a captaciones, vertidos y libre cir‐culación de aguas superficiales.
- Medidas protectoras del suelo y la geomorfología en relación a delimitación de zonas de obras, desmontes y terraplenes, procedencia de materiales de construc‐
139
ción, adaptación de viales temporales a la topografía del terreno, derrames deriva‐dos del mantenimiento de la maquinaria y rellenos.
- Medidas protectoras de la calidad del aire referentes a emisiones pulverulentas, de gases de combustión y ruidos.
- Medidas protectoras de la flora mediante inventario, cartografía, protección de espacios externos a la zona de obra e introducción de especies vegetales autócto‐nas.
- Medidas protectoras de la fauna mediante el control de zanjas, respeto de pe‐riodos de nidificación y/o reproducción y permeabilidad al paso de cerramientos.
- Medidas protectoras de infraestructuras y bienes sociales mediante inventario y balizamiento.
- Medidas protectoras del paisaje en relación a la tipología constructiva tradicio‐nal de la zona, ordenación de los volúmenes de las edificaciones en relación con las características del terreno y el paisaje, acopios de materiales de trabajo y localiza‐ción de líneas eléctricas y demás redes de comunicación y distribución.
- Medidas protectoras de los usos del territorio mediante limitación de acceso a la zona de trabajo.
- Medidas protectoras del patrimonio histórico durante las excavaciones.
- Control de las materias primas en relación a su procedencia.
- Control del uso eficiente de la energía en la maquinaria empleada en obra.
- Conservación y aprovechamiento de la capa superior de suelo fértil retirada.
- Aprovechamiento en obra de los productos de las excavaciones.
- Gestión de derrames accidentales de aceites, combustibles u otros elementos de naturaleza peligrosa.
- Trasplante o medidas compensatorias en relación a la tala de varios ejemplares de encina.
- Corrección de afecciones a caminos o linderos.
- Reparación o reposición del servicio de las infraestructuras afectadas por las obras.
- Desmantelamiento y limpieza de la zona de trabajo al término de las obras.
- Gestión de residuos en función de su tipología. Asimismo, se establece un sistema que permita controlar el grado de ejecución y
efectividad de las medidas anteriormente propuestas. De esta forma, se contará con un documento que servirá como herramienta operativa a efectos de salvaguardar el medio ambiente y la salud e integridad de la población. La observancia del contenido del mismo tendrá que contemplarse en toda la obra.
140
Las acciones generales que integran el Programa de Vigilancia Ambiental de la ac‐
tuación son las que siguen:
• Sistema de policía de obra
• Gestión de residuos
• Prevención y control de incendios
• Control arqueológico
Para la planificación de los trabajos que constituyen el Programa de Vigilancia Am‐
biental se desarrollará un plan de acuerdo a las etapas definidas en el proyecto. Dicho Programa será distribuido a todas las partes afectadas e interesadas por el
proyecto de ejecución, con especial atención a los responsables de la ejecución de la obra y al Director de Obra.
Derivado de la puesta en funcionamiento del Programa se generará una serie de
informes periódicos y excepcionales que, a grandes rasgos, recogerán la información referente al grado de implantación y efectividad del PVA.
Asimismo, se generará una planimetría representativa de la evolución de las obras
y, en su caso, de la implantación de algunas de las medidas protectoras previstas.
En Huelva, mayo de 2.011
Fdo.: Francisco José Pazos García Fdo.: Vanesa Gómez Pérez
Lcdo. en Ciencias Ambientales Lcda. en Ciencias Ambientales
Subfactor Factor Medio Global
- -0,300 - -0,300 - -0,050
-0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,050
80 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,025 -0,100 -0,408 0,592 47,333 -32,667
- -0,050
-0,050 -0,050
20 -0,025 -0,100 -0,275 0,725 14,500 -5,500 -38,167
- -0,050 - -0,150 - -0,050 - -0,050
-0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100
75 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100 -0,100 -0,050 -0,025 -0,050 -0,331 0,669 50,156 -24,844 -24,844
- -0,050 - -0,050 - -0,050 - -0,050 - -0,150
-0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100 -0,150 -0,100
25 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100 -0,050 -0,325 0,675 16,875 -8,125 -8,125
- -0,050 - -0,050 - -0,050 - -0,050
-0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100
125 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,250 0,750 93,750 -31,250 -31,250
- -0,300 - -0,300 - -0,050 - -0,050 - -0,050
-0,150 -0,050 -0,150 -0,050 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100
125 -0,050 -0,050 -0,050 -0,100 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 -0,415 0,585 73,125 -51,875 -51,875
- -0,150 + 0,050 + 0,150 + 0,150 + 0,300
-0,150 -0,050 0,150 0,050 0,050 0,100 0,150 0,100 0,050 0,100
25 -0,100 -0,050 0,100 0,100 0,050 0,050 0,050 0,050 0,100 0,050 0,290 1,290 32,250 7,250
+ 0,150 + 0,300 + 0,300
0,050 0,050 0,150 0,050 0,300 0,100
100 0,050 0,050 0,050 0,050 0,100 0,050 0,600 1,600 160,000 60,000
+ 0,150 + 0,300 + 0,300 + 0,300 + 0,300
0,050 0,050 0,150 0,050 0,300 0,100 0,300 0,100 0,300 0,100
75 0,050 0,050 0,050 0,050 0,100 0,050 0,100 0,050 0,100 0,050 0,700 1,700 127,500 52,500 119,750
- -0,050 - -0,050 + 0,050 - -0,300 - -0,150
-0,050 -0,050 -0,050 -0,050 0,050 0,100 -0,050 -0,100 -0,050 -0,100
100 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 0,025 0,050 -0,100 -0,050 -0,100 -0,050 -0,245 0,755 75,500 -24,500 -24,500
+ 0,150 + 0,300 + 0,150 + 0,150
0,050 0,050 0,150 0,050 0,050 0,100 0,050 0,100
100 0,050 0,050 0,050 0,050 0,050 0,050 0,050 0,050 0,438 1,438 143,750 43,750 43,750
- -0,150
-0,050 -0,100
25 -0,050 -0,050 -0,400 0,600 15,000 -10,000 -10,000
- -0,050 - -0,050 + 0,150 - -0,150
-0,050 -0,025 -0,050 -0,025 0,050 0,100 -0,050 -0,100
25 -0,025 -0,050 -0,025 -0,050 0,050 0,050 -0,050 -0,050 -0,100 0,900 22,500 -2,500
+ 0,150 + 0,150
0,050 0,100 0,050 0,100
25 0,050 0,050 0,050 0,050 0,400 1,400 35,000 10,000
- -0,050 - -0,050
-0,050 -0,050 -0,050 -0,050
75 -0,025 -0,025 -0,025 -0,025 -0,200 0,800 60,000 -15,000 -7,500
-0,042 -0,078
Uso de viv.,EELL e infraestruc.
Movilidad
-0,155 -0,048
Incremento poblacional
0,283
MED
IO S
OCI
OEC
ON
ÓM
ICO
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
DESARROLLO
ESPACIOS NATURALES
YACIMIENTOS ARQUEOLOG.
VÍAS PECUARIAS
FAUNA
AGU
A
FA
UN
AFL
OR
A
Estudio de Impacto Ambiental. PGOU de El Castillo de las Guardas (Sevilla)
Valoración global del Medio ambiente (1000 puntos)
MED
IO F
ÍSIC
O
MED
IO
BIO
LÓG
ICO
EJECUCIÓN
Obra civil
75
AGUAS SUPERFICIALES
AGUAS SUBTERRÁNEAS
Valor Medio
55
0
Movimiento de tierras
CALIDAD DEL AIRE
FLORA
12
5
20
02
50
SOCI
OEC
ON
OM
ÍAAT
MÓ
SFER
A SU
ELO
FASES CÁLCULO DEL IMPACTO
-32,760
Factor de Valoración del
Impacto
Ponderación Final
IMPACTO NETO
-71,135
-83,125
121,500
10
02
00
PATR
IMO
NIO
HIS
TÓR
ICO
-AR
TÍST
ICO
12
52
51
00
PAIS
AJE
ESPA
CIO
S N
ATU
RAL
ES
12
5
SUELO Y GEOMORFOLOGÍA
USOS DEL TERRITORIO
USO
S D
EL
TER
RIT
OR
IO
10
0
PAISAJE
EMPLEO
ECONOMÍA
INFRAESTRUCTURAS
25