Primera edición, Julio 2011Otramérica Editorial y Centro de Estudios Estratégicos (CEE‐Panamá)
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ISBN 978‐9962‐05‐078‐0
Impreso en Articsa Panamá
Con la colaboración de
Paco Gómez Nadal
DOS AÑOS DE LOCURA
Índice
7 Prólogo. Por Julio Manduley (CEE ‐ Panamá)
21 Introducción. El porqué
27 Primer acto. La mentira original
41 Segundo acto. Listos para gobernar
77 Tercer acto. Del super 99 al Rey Martinelli
115 Epílogo. Un partido taxi en un país de tránsito
7
Prólogo
La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla. !"#$%&'()*
Paco Gómez Nadal es un incordio.
Fastidia, molesta, incomoda, disgusta, agobia, hostiga, contraría,
abruma.
En su primer año de Gobierno, Ricardo Martinelli lo hizo descen‐
der del avión que abordaba en el Aeropuerto de Panamá, le retuvie‐
ron el pasaporte y fue retenido por 5 horas con excusas peregrinas
y falsas. Nadie se dignó ofrecer explicación alguna. El tema se saldó
con dos mentiras a cargo de Judy Meana, la vocera presidencial: “no
hay ningún trasfondo político; en Panamá hay plena libertad de ex‐
presión”.
!"#"$%'"($)*"(+&(,-+(.-+/-(,-(0-1%"$2-$%-(34&(-345(."6%&2#-7(intenté poner algún parche antes de previsibles heridas y comen‐
té así el hecho: “Los martes leo regularmente la columna de Paco
8
Gómez Nadal en La Prensa. Siempre me ha extrañado que ese medio
‐que responde globalmente a los intereses de los 100 Dueños– dé cabi‐
da a sus opiniones: dignas y al servicio de las mayorías empobrecidas
del país. Paco Gómez Nadal es mucho más que un Ambientalista. Es
un Hombre Honrado. Paco Gómez Nadal no roba. No participa en pe‐
culados. No se enriquece a costa de los dineros del Estado. (…) Paco
Gómez Nadal no tiene sobre sí la sospecha – ni, por supuesto, la de‐
gradación ética necesaria – de lavar dinero a través de cualquiera de
los negocios que en Panamá mueven ingentes cantidades de efectivo,
sólo por la vía del ejemplo, los bancos, las cadenas de casinos o las
cadenas de supermercados. Paco Gómez Nadal vive de su trabajo y no
explota ni maltrata a nadie. Por eso lo presionan, lo retienen y tratan
de intimidarlo. Creo que se equivocan con Paco Gómez Nadal. La Ma‐
!"#$%&$"&'()'*#+',--'./)0#+1'*&'2/34)35/%6/)+7&'8&9&3)0&1'9#')9‐
tiende que –como señala Aníbal Ponce– el secreto del valor no está en
el coraje sino en la Dignidad. Paco Gómez Nadal es un hombre Digno”.
Ni la protesta de grupos ambientalistas, de Derechos Huma‐
nos o de Organizaciones Populares, ni mucho menos mis líneas
sirvieron de nada: el 26 de Febrero, mientras documentaban
para la ONG Human Rights Everywhere una manifestación de
Pueblos Originarios, Paco Gómez Nadal y la también periodista
española Pilar Chato fueron detenidos y dos días después expul‐
sados del país.
98
Esta vez las mentiras corrieron por cuenta del propio Martinelli
34&(84+/%1%$)(+4+()2'&+(-+59(“ningún extranjero puede venir a Pana‐má a incitar a la violencia (...) Uno va a España o a cualquier otro país
y crea el caos, la violencia y se tira en una calle, y luego lo deportan”.
Huelga decir que no hay sola prueba que avale sus palabras. Todo
lo contrario. Luego de una revisión exhaustiva de los hechos acaeci‐
dos el 26, 27 y 28 de febrero de 2011, el Informe de Human Rights
Foundation (HRF)1 concluye que la ‘repatriación voluntaria’ de Paco
Gómez Nadal y Pilar Chato fue “una expulsión arbitraria”.
¿A qué se debió esta campaña orientada por el propio Martinelli?
¿Acaso Paco Gómez Nadal es un peligro para la estabilidad del país,
para la personalidad interna del Estado (misteriosa expresión), Pa‐
co‐Al‐Murziano es un riesgo para la sacrosanta seguridad nacional?
¡Por supuesto que sí lo es! y por múltiples razones.
Primero porque concibe que “todo periodismo – Gabo dixit – debe
+)%'"9:)+;"6&;":#'4#%'()!"9"$";)9)%?'$#9$")9$"&'()'@/)'*&'A;"$&'9#'
es una condición ocasional sino que debe acompañar siempre al pe‐
riodismo como zumbido al moscardón”.
1 Ver el informe completo en http://www.lahrf.com/IJP.pdf
10
Segundo, por sus denuncias, sus disgustos y sus quejas (que eso es
ser Malcontento2) contra todo lo que en esta sociedad rezuma abuso,
corrupción e impunidad. Y que es mucho. Sus dardos dieron demasia‐
das veces en el blanco y los zumbidos de la Ética pueden llegar a ser un
ruido intolerable para los que no la practican ni la respetan.
Una tercera razón es personal: Paco es uno de esos aturdidos
de que hablaba Erasmo, capaces de escribir contra quienes pueden
castigar (scribere in eos qui possunt proscribere).
Y una cuarta era previsible. Como en estos menesteres hay poco
#4&:"(6-8"(&,(+",7(:-,&(2&$"2'-2(34&(&,(;&2-,(!-:-%.#-$(84+/%1%$-6-(las brutales represiones que ordenaba con una lucidez que Marti‐
nelli y todo su Gabinete están muy lejos de aprehender racional‐
mente pero sí –primitivos– por instinto de clase: “un orden social
que permite el examen de sus principios es un orden social que está
perdido”. En las páginas que siguen Paco examina ‐una vez más‐ los
principios del orden social que padecemos.
Inicia su libro con una explicación ‐El porqué‐ y luego nos pre‐
senta, como en el teatro de buena factura, 3 Actos: Primer Acto: La
mentira original; Segundo Acto: Listo para gobernar, Tercer Acto: Del
2 Paco Gómez Nadal publica todos los martes una columna de opinión en el diario La Prensa bajo el título genérico de El Malcontento.
1110
Super 99 al Rey Martinelli y una Coda: Un partido taxi en un país de
tránsito. Algunos subtítulos (Escenas) son especialmente sugeren‐
tes: Se vende… el Estado; Libertad de Prensa… condicionada; Prome‐
te, que todo se olvida…
El trabajo de Paco Gómez Nadal es un recuento muy documenta‐
do ‐y por eso demoledor‐ de la mentira, la demagogia, la doble, tri‐
12
Fue el cineasta argentino Pino Solanas – hoy candidato a Jefe
de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ‐ quien primero intentó
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1312
M-( 0-1%"$2-$%-( /-*6%G#( +&( '&1%#&( $"*"( “un grupo estructurado, )H"+;)9;)'4#%'/9'4)%7#(#'()';")34#'='@/)';")9)'4#%'!"9'3)("&9;)'&$$"
14
también a ciertos dirigentes sindicales tradicionalmente al servicio
de intereses patronales directamente o a través de los principales
partidos (PRD, CD,…) e incluso a aquellas ONGs que gracias a sus
dineros y a la presencia mediática que sus recursos les permiten, se
-22".-#(@(4+42
1514
indica, pues, que el tipo de sociedad que hoy tenemos es en buena
parte su hechura y lleva su sello.
Desde el punto de vista económico y político (y la Política, reza
el adagio, no es sino la expresión concentrada de la Economía) las
cúpulas del PRD guiaron sus acciones por una suerte de Axioma:
“Para robar en grande, hay que invertir en grande”. El Gobierno Marti‐
nelli en estos Dos años de locura, ha hecho reiterados méritos para
llevar a cotas inéditas y apropiarse –¡también!– hasta del Axioma.
Esta oligarquía incontrolada, este capitalismo de bandidos en
el cual vivimos y en el cual opera rediviva una acumulación origi‐
naria desaforada e impune sobre la base de negociados, cesiones,
$"#$&+%"#&+7(/2=1%$"('&(%#1,4$%-+7(-+-,/"(-(,"+(2&$42+"+('&,(N+/-'">(-
16
Sólo en los primeros meses de gestión, el Gobierno Martinelli ad‐
judicó proyectos de inversión pública (¡el Axioma!) por valor de US$
\]XL^(0L(P"'"+(&,,"+(Q$-22&/&2-+7(:%-,%'-'&+7(&'%1%$%"+7(4#(-&2"
1716
en una economía criminalizada basada, en parte no despreciable,
en el lavado de dinero.
Basta repasar algunos de los hechos que el conjunto de la ciu‐
dadanía, especialmente la que vive en la Zona de Tránsito (el ‘rom‐
bo’ conformado por Colón, Panamá, Chorrera y Chepo) conoce: los
bancos no vienen a Panamá porque nuestro clima sea agradable;
los volúmenes de negocios reportados por la Zona Libre de Colón
#"($"22&+
18
todo ello no sólo facilita sino que invita al desarrollo de economías
criminalizadas.
El lavado de dinero, pues, es otro de los elementos constitutivos del
-$$%"#-2('&(,-(0-1%"$2-$%-L(B"234&7(-(:&27(2-A"#&*"+9(&,('","2('&($-6&‐A-('&(/"'"(,-:-'"2('&('%#&2"(`#-2$"/2-1%$-#/&("(#"C(&+(34G(D-$&2($"#(las gigantescas cantidades de efectivo que su crimen le produce. Para
ese dolor de cabeza existen aquí variados analgésicos.
Sobre muchas de estas cosas, explícita o tácitamente, coincidiendo
o no con el enfoque de este Prólogo, escribe Paco Gómez Nadal. Incó‐
modo ¿no?
Panamá hoy día es un país gobernado personalmente por los lla‐
mados 100 Dueños, ya sin intermediarios (PRD). La mayoría de ellos
son corruptos e impunes, como les espetó en septiembre 2003 la ex
embajadora norteamericana Linda Watt en la Cámara de Comercio.
Entre ellos son hegemónicas las fracciones improductivas (banqueros,
1%#-#$%+/-+7($"*&2$%-#/&+7(-6".-'"+C7(34&(#"($2&-#(#%(
1918
impunemente por delincuentes de guante blanco, como señaló hace ya
tres lustros hasta la Conferencia Episcopal Panameña.
a&+'&(&,(
20
A toda esta situación ‐resumida apretadamente‐, sólo puede opo‐
nerse con algún grado de éxito previsible el desarrollo de la conciencia,
de la organización, de la lucha redoblada por los Derechos Humanos
plenos, económicos, sociales y políticos que no son posibles en los regí‐
*&+('&(,-(0-1%"$2-$%-(+%#"(+),"((4#-(a&*"$2-$%-(:&2'-'&2-7(
2120
El porqué
Estamos en tiempos de retórica fácil, de imperio del espectáculo,
de discursos vacíos que toman cuerpo gracias a la ‘iluminación’, a la
&+$".2-15-('%+&S-'-(
22
democrático, que repite todavía argumentos tan gastados como el
Pacto Social o la representatividad parlamentaria, y dónde los polí‐
ticos y la política –noble camino de antaño para la construcción de
lo público‐ son solamente asistentes ejecutivos del poder económi‐
co. Esta situación se hace evidente en Inside Job,(&,(*-.#51%$"('"$4‐*/-,('&(!D-2,&+(c&2.4#+"#(+"62&(,-($2%+%+(1%#-#$%&2-(34&(-22-#$)(en 2008 y que lastra al mundo occidental ante la inacción política
frente a sus patrones. El intelectual suizo Jean Ziegler, ex relator de
Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, lo denomina el
“orden caníbal” y es contundente en su explicación: “Esta oligarquía
()*'$&4";&*'!"9&9$")%#'#%6&9"I&(#';")9)'/9'4#()%'$#3#'J&3K+'*#';/:#'
un papa, un rey o un emperador. Creo que la ceguera y la arrogancia
de los occidentales es total”.
Es decir, que la democracia ha sido vaciada de contenido para
+&2(&,($-+$-2)#(["2*-,($"#(&,(34&(&*
2322
formales que garanticen que los antagonismos están totalmente ab‐
sorbidos dentro de las ‘reglas del juego”,(&E
24
entendió que su sex appeal electoral se encontraba en jugar discursiva‐
mente contracorriente. Y le funcionó.
Hablar de ‘El Cambio’, así con mayúsculas, no era muy original. No
sé si hay estudios al respecto, pero un alto porcentaje de candidatos se
convierten en presidentes con esa vaga y vacía promesa. Gritar ‘Los locos
somos más’ ya iba mejor encaminado; un discurso casi antisistema para
perpetuar el sistema. Insistir, mentir y multiplicar la idea de que Martinelli
y Cambio Democrático eran la antipolítica sí fue un hit. El 3 de mayo de
2009, el dueño, entre otras muchas empresas, de los Super 99, ganaba las
elecciones presidenciales con un 60,11% de los votos validos, frente a un
pingüe 37,54% de su rival Balbina Herrera, candidata del ‐en aquel mo‐
*/"Q("1%$%-,%+/-(B-2/%'"(d&:",4$%"#-2%"(a&*"$2=/%$"(̀ BdaCL
Encaramado en la soberbia de los votos, Martinelli empezó su
mandato con mazo y gestos fuertes. El 1 de julio tomaba posesión
de su cargo y el 7 de ese mismo mes derribaba en persona la valla
que ocultaba al peatón el relleno ilegal del dudoso empresario re‐
lacionado con todo lo turbio Jean Figalli (también con doble ele) en
la Calzada de Amador: todo un símbolo del estilo de Gobierno que
prometía para los cinco años de administración.
La realidad es que Martinelli pertenece a un nuevo tipo de gober‐
nante que no tiene nada de nuevo, excepto el ropaje. Latinoamérica,
2524
y Europa, han conocido de primera mano lo que son los presiden‐
tes populistas de derecha. Hombres de carácter, nacionalistas, que
+&(&+$4'-#((,-(%'%"+%#$2-+%-((general.
Para lograrlo o, al menos, para llegar y mantenerse en el poder,
la mayoría de ellos se apoya en un sólido esquema de marketing
político y control mediático. Erik Gandini lo retrata a la perfección
26
en su documental Videocracia, sobre la dictadura civil mediática
de Berlusconi en Italia. La fórmula, con variaciones leves, se puede
aplicar con perfección para cualquiera de los otros países que están
en este Eje del Neopopulismo.
‘Los Locos’, como se autodenominaron los seguidores de Cam‐
bio Democrático, el partido unipersonal de Martinelli Berrocal,
ya llevan dos años en el poder y es tiempo de mirar hacia atrás y
evaluar lo acontecido. Eso es lo que voy a tratar de hacer en este
texto. No hay revelaciones ni investigaciones sesudas. Se trata,
simplemente, de un ejercicio de memoria para evitar la desme‐
moria; una urgencia por revisar para evitar la catástrofe de la
amnesia colectiva. Es un ejercicio limitado, ya que llega hasta
mayo de 2011 (en algún punto había que hacer el corte). Tam‐
poco se le podrá echar en cara a este trabajo que deje de lado el
análisis del papel de la oposición inexistente o de la activísima
sociedad civil (sería material para otro ensayo). Aquí sólo voy a
hacer historia respecto a un gobierno que prometió cambiar a
mejor y la realidad sobre ese supuesto cambio.
Cuando el Gobierno actual llevaba 100 días en acción, el presi‐
dente pidió tiempo. Ya han pasado 24 meses y se puede ver con
cierta perspectiva lo que han sido estos dos años de locura… y de
olvido.
2726
PRIMER ACTO
La mentira original
+,'-."%/"."%,-%.0#1,(#"%#2%3'#'%2-%,-%2-4'5"6%7'%82-9('%
"(040-'7%:,2.2%:'#'(%;'1/,('*%&'(9-2770%7724
28
‘caminar con los zapatos del pueblo’ una expresión que lo distingue y
que se vuelve su slogan político”.
En septiembre del mismo año, era el propio Martinelli el que
presumía de no ser político en una entrevista concedida al progra‐
ma Economía y Finanzas del canal estadounidense CNN: “Este es
un gobierno de empresarios, no de políticos”. A esta perla se suma‐
ban otras como: “No dejemos los gobiernos en manos de personas
que no contrataríamos ni siquiera para administrar una heladería”
o “Los políticos están pensando en su partido. No están pensando en
su pueblo”. Allá donde han invitado a Martinelli, allá que él repite el
mismo discurso.
Pero… ¿es verdad que Ricardo Martinelli y su equipo no es de
políticos tradicionales sino de empresarios limpios de mácula, desi‐
deologizados, entregados al pueblo y sus necesidades?
Ricardo Martinelli arrastra una mentira original y es la de su
supuesta desvinculación de la política tradicional. Como algunos
de sus héroes políticos, Álvaro Uribe en concreto, se montó sobre
el discurso antipolítico cuando los partidos tradicionales le cerra‐
ron sus puertas o, al menos, cuando no se mostraron dispuestos a
ponerle una alfombra roja para dejarle llegar a donde él quería: el
Palacio de Las Garzas.
2928
Nada más lejos de mi intención queda analizar la ‘carrera’ em‐
presarial del hoy presidente de la República, sorprendentemente
vertiginosa y, como tal, con muchas áreas de sombra. Esa no es la
intención de este texto. Sin embargo, sí hay que echar un ojo a la
‘no carrera política’ de Ricardo Martinelli. No lo olviden: CA+;)')+'/9'
gobierno de empresarios, no de políticos” (Algo que ya había procla‐
mado a los cuatro vientos Vicente Fox al asumir el poder en México.
No quiero recordar los resultados).
Quizá nuestro protagonista, a principio de los noventa, an‐
daba en busca de nuevos negocios cuando comenzó a coquetear
con los partidos tradicionales. El Centro de Estudios y Docu‐
mentación Internacionales de Barcelona comienza la biografía
política de Martinelli de este modo: “(…) el empresario estuvo
primero activo en el Partido Solidaridad (PS), agrupación del
centro‐derecha liberal registrada en 1993 por su colega de profe‐
sión Samuel Lewis Galindo. Paralelamente, se aproximó al Partido
Revolucionario Democrático (PRD), la formación socialdemócrata
que entre 1979 y 1989 había servido de instrumento político a los
regímenes autocráticos de Omar Torrijos Herrera y su sucesor al
frente de las Fuerzas de Defensa (ex Guardia Nacional), el general
Noriega. Martinelli hizo donaciones de campaña al PRD –inocul‐
table episodio de su currículum que en el futuro, al exponer sus
ambiciones políticas en oposición al perredismo, iba a resultarle
30
embarazoso‐ y en 1994, tras ganar la elección presidencial el can‐
didato de dicho partido, Ernesto Pérez Balladares, recibió su pri‐
mer nombramiento en el sector público, la dirección de la Caja de
Seguro Social (CSS)”. Y allá estuvo hasta que, en 1996, Pérez Ba‐
lladares le fuerza a renunciar ante el alto clima de conflictividad
provocado dentro de la CSS y el lastre que suponía la gestión del
empresario para la imagen política del Gobierno.
Las relaciones con El Toro Balladares, para el que ahora Mar‐
tinelli pide la cárcel y cuya persecución ha supuesto un desgaste
terrible para la Justicia panameña, son tan profundas, que Cambio
Democrático (fundado en 1998 por el ahora presidente) apoyó el
referéndum sobre la reelección inmediata que impulsó y perdió el
carismático y polémico líder del PRD. Es más, en los mentideros po‐
líticos de la época se rumoreaba que la pretensión de Martinelli era
ser candidato a vicepresidente de la República en una hipotética
nómina encabezada por Pérez Balladares en 1999. [Hoy, Martinelli
es uno de los más furibundos críticos del PRD y conecta siempre a
este partido con los episodios más tétricos de los gobiernos milita‐
res].
A Ricardo Martinelli no le gusta perder ni estar con los que pier‐
den, así que el fracaso de El Toro en la consulta sobre la reforma
$"#+/%/4$%"#-,( +%.#%1%$)( +4( 24
3130
Democrático en 1998 y el comienzo de un estilo habitual entre el
fundador y los miembros de Cambio Democrático: la mudanza de
camiseta política sin el menor pudor público.
El cambio de afectos políticos quizá tuvo que ver también con
que el negocio ya estaba hecho. En 1998, el Gobierno de Pérez Ba‐
lladares privatiza el ingenio azucarero La Victoria a favor de Mario y
Ricardo Martinelli, y de Rafael y David Virzi (cuñado de los Martine‐
lli) a un precio ‐considerado irrisorio‐ de 10.5 millones de dólares.
En 1999, los nuevos dueños compran un gran paquete de acciones
(340 mil) a 1.16 dólares la acción, cuando los empleados y colonos
habían pagado 1.49 por las que lograron adquirir.
Ya con La Victoria en su poder, el ajedrez político de Martinelli lo
lleva a olvidar que, hasta ese momento, su pequeñísimo partido apo‐
yaba decididamente la continuidad del PRD en el poder y en 1999 se
une a una constelación de formaciones parásito (Partido Democrático,
Movimiento Liberal Republicano Nacionalista –Molirena‐ y Movimien‐
to de Renovación Nacional –Morena‐) que impulsan como candidata
presidencial a Mireya Moscoso, la viuda de Arnulfo Arias Madrid, ex
32
de Asuntos del Canal y preside la Junta Directiva de una Autoridad
del Canal de Panamá que pasa a control panameño después de 86
años en manos estadounidense. Un dulce político para un hombre
que se declara antipolítico. No fue el único premio para Cambio De‐
mocrático (CD). Su gente controló el Instituto de Acueductos y Al‐
cantarillados (IDAAN) hasta que en octubre del año 2000 el aboga‐
do democratacristiano Guillermo Cochez (ahora embajador de este
Gobierno de El Cambio ante la Organización de Estados America‐
nos) denuncia el cobro de cuotas a los militantes de CD que labora‐
ban dentro de la institución. El gerente del contubernio era Ramón
Martinelli Corró, primo del máximo líder del partido, tesorero de
CD y ahora encarcelado en México por lavado de dinero del narco.
La abogada de Ramón Martinelli era Alma Cortés, la actual ministra
de Trabajo y subsecretaria general de CD, que ahora recuerda con
vaguedad el nombre de Ramón Martinelli.
Ricardo Martinelli terminó apartándose de Mireya Moscoso,
pero eso no ocurrió hasta enero de 2003, tres años y medio después
de ocupar la silla como ministro. Lo hizo no para seguir su vida
como ‘no político’ sino para lanzarse como candidato presidencial
en 2004. A pesar de haber ‘caminado en los zapatos del pueblo’ ‐su
slogan de campaña ridiculizado por los creativos miembros del
programa de humor televisivo La Cáscara‐ sólo logró un 5.3% de
los votos y tres diputados en la Asamblea Nacional.
3332
Relea los párrafos anteriores y responda esta pregunta: ¿Ricardo
Martinelli ha jugado a la política tradicional? Por si faltara algún ele‐
mento en el cóctel podemos incluir el uso de las tradicionales prácticas
mentirosas de los políticos tradicionales. Por ejemplo: desdecirse sin
rubor, sumar votos captando políticos de otros partidos o aliarse con
sus enemigos. Nada nuevo bajo el caliente sol de El Cambio.
,-./*0"$#&1*234"$5#3/*0"$#.-#.'#&"4.1
Activemos la memoria de nuevo. En 2009 la campaña de Martinelli
arremete en cuñas de televisión contra Juan Carlos Varela, el lico‐
rero ultraconservador líder del Partido Panameñista (antes Arnul‐
1%+/-CL(!-*6%"(a&*"$2=/%$"(-$4+-6-(-(e-2&,-('&(+&2(“cara joven con huesos viejos” y se centraba en su relación con la política tradicional
para desacreditarlo.
Es más, ante la propuesta de Varela de realizar una consulta in‐
terpartidaria para elegir un candidato único de oposición (la idea
'&(0-2/%#&,,%(
34
+)%7&'$#3#'4#9)%'&'B"%)=&'()':/)*;&')9'*&'8%)+"()9$"&G'A*'@/")%)'@/)'
yo forme parte de eso y eso no es cambio. Eso es más de lo mismo. Yo
no voy hacer alianza con alguien [Varela] que por razones políticas
se opuso a la ampliación del Canal, poniendo sus intereses personales
y partidistas por encima de los intereses del pueblo. Eso no es tener
las manos limpias. Yo he recibido el mandato de miles de paname‐
ños para realizar un cambio en sus vidas y ni Varela ni la cúpula de
su partido representan ese cambio. Varela puede tener la cara fresca
pero tiene los huesos viejos”.
Poco después, este renovador del mundo político selló ante
las cámaras un acuerdo con el candidato panameñista, le ofreció
la vicepresidencia de la República, y ambos procedieron a olvidar
y a repartir puestos e, incluso, el futuro. Martinelli ha reconocido
públicamente que el acuerdo con el Partido Panameñista consiste
en apoyar al candidato de éste en 2014, aunque al cumplir los dos
años de Gobierno también parece haber olvidado ese trato. En todo
caso, la cara joven con huesos viejos acompañaba así en su aventu‐
ra triunfal a una cara vieja con huesos viejos. Una pareja ganadora
rodeada de joyitas políticas. Veamos.
Martinelli es un político que ha sabido enterrar su pasado o dis‐
[2-A-2,"(+41%$%/&*/&(
3534
él y repleto de viejos rostros de la política panameña. Cierto es que
ya siendo presidente electo, el empresario anunció que con él estarían
“los mejores sin importar su ascendencia política”, pero probablemente
*4$D"+(
36
a contar en mayo de 2011 con 30, a solo 6 curules de tener mayoría
absoluta en la Asamblea Nacional. Todo ello a punta de reclutar di‐
putados tránsfugas del PRD y de otros partidos para, quizá, poder
prescindir hasta de su aliado clave electoral, el Partido Panameñis‐
ta de Varela. El escándalo del transfuguismo en la política nacio‐
nal es tal (vieja práctica politiquera llevada al extremo por el nada
político Martinelli) que el Tribunal Electoral admitió al menos 29
expedientes para posible revocatoria de mandato de 29 alcaldes y
representantes electos por el PRD que se han pasado a Cambio De‐
mocrático. La mayoría de ellos ha convertido el transfuguismo, ade‐
más, en un acto de pornopolítica(
3736
socio: el Partido Panameñista. Todo el cuadro pareciera el de una
venganza histórica e histriónica de aquel empresario millonario
que mendigaba apoyos hace apenas siete u ocho años. Hoy, todos (o
casi todos) comen de su mano y la Asamblea Nacional se ha conver‐
/%'"((4#-("1%$%#-(*=+('&,(0%#%+/&2%"('&(,-(B2&+%'$%-L(a&(D&$D"7(en el periodo legislativo de julio de 2010 a abril de 2011, el 80%
de los proyectos de ley tramitados y aprobados por los diputados
provenía directamente del Ejecutivo.
Todo vale en esta batalla y los enemigos de antaño ahora pueden
ser socios indispensables para el proyecto.
Otros enemigos relativos, en función de los intereses, son los
antiguos colaboradores del régimen militar de Manuel Antonio No‐
2%&.-L(0-2/%#&,,%('%8"(D-$&(4#"+(*&+&+7(2&1%2%G#'"+&(-(-,/"+($-2."+(del PRD, que resulta “irónico que miembros de la dictadura militar,
quienes saquearon, robaron, violaron los derechos de los panameños,
ahora sean los que hablen de autoritarismo cuando todos sabemos
lo que hicieron cuando ostentaron el poder”. Sin embargo, algunos
ven en Martinelli trazos del populismo practicado por el general
Omar Torrijos, tal y como escribía la periodista Eliana Morales en
el diario La Prensa hace unos meses: “A principios de 2010, cuan‐
do el actual gobierno anunció que daría mochilas y útiles escolares
gratis a todos los estudiantes del país, la noticia no fue novedad para
38
los panameños que vivieron la época en que Omar Torrijos gober‐
nó Panamá. ‘Torrijos hacía eso’, se escuchó decir a muchos. Incluso
el analista Mario Rognoni asegura que eso de trasladar el Gabinete
para poblaciones del interior, imita el estilo de Torrijos. A ello suma el
‘patrullaje doméstico’ que suele hacer Martinelli, sus constantes visi‐
tas al interior, el discurso sencillo, y muchas de las inquietudes con la
población escolar. ‘Es que el estilo de gobierno de Omar cambió para
siempre el estilo de los gobernantes’, asegura. ‘Martinelli es populista
como el general; y eso le da muchas simpatías con el pueblo’, puntua‐
liza [el analista político] Renato Pereira”.
Estilo similar y también cierto amor por los uniformados. Mar‐
tinelli sorprendió al país a los pocos días de ganar las elecciones
cuando anunció que el nuevo jefe de la Policía Nacional sería Gusta‐
vo Pérez de la Ossa, un ex militar que estuvo hasta el último minuto
junto al General Manuel Antonio Noriega durante la invasión esta‐
dounidense a Panamá en 1989 como segundo de la temida Unidad
Especial Antiterror (UESAT). Curiosa elección para un presidente
electo que hasta unos días antes atacaba a su más directa contrin‐
cante, Balbina Herrera, por sus vínculos con el noriegato y al PRD
por su complicidad con los militares. Es más, Gustavo Pérez había
sido antes el asesor y diseñó la política de seguridad de Martín To‐
rrijos, hijo de Omar y presidente de la República de 2004 a 2009,
durante la campaña electoral que lo llevó al poder.
3938
Pérez, prisionero de guerra durante la invasión y expulsado de
la Policía Nacional “por afectar el prestigio de la institución” al se‐
cuestrar a ciudadanos norteamericanos en el Hotel Marriot de Pa‐
namá la nefasta noche del 20 de diciembre de 1989, tampoco tiene
*4$D-+(1%'&,%'-'&+(%'&",).%$-+L(a42-#/&(&,(;"6%&2#"('&(;4%,,&2*"(Endara corrieron fuertes rumores sobre sus intentos de impulsar
un golpe de Estado desde la Policía Municipal de la capital a la
que él mismo había dado forma para la entonces alcaldesa Mayín
Correa [y hoy fanática a gritos de Martinelli desde los micrófonos
de su emisora y como Gobernadora de la Provincia de Panamá].
A Martinelli se le olvidó su antimilitarismo y contagió de su am‐
nesia a un ex miembro de la autodenominada Cruzada Civilista, el
*":%*%/"(-#/%(h"2%&.-(+42.%'"(-(1%#-,('&(,"+("$D/-L(O"+G(d-?,(Mulino, de la ya extinta (por fagocitación de CD) Unión Patriótica,
se unió con entusiasmo al proyecto de Martinelli, primero como Mi‐
nistro de Gobierno y Justicia y después como Ministro de Seguridad,
trabajando mano a mano con Gustavo Pérez. El olvido de lo que fui‐
mos para construir el mañana que no seremos.
T/2"(&*%."($"#:&2+"(( ,-+( 1%,-+('&,(-$/4-,(;"6%&2#"(&+(;4%‐llermo Cochez. El beligerante abogado, ex diputado del Partido
Demócrata Cristiano, era en el año 2000, según Cambio Democrá‐
tico, el eje de una conspiración en contra del partido de Ricardo
40
Martinelli. Hoy, a pesar de sus intentos de desmarcarse a ratos del
'%+$42+"("1%$%-,7(&+(&,(&*6-8-'"2('&,(;"6%&2#"(-#/&(,-(T2.-#%A-$%)#(de Estados Americanos y buscó (de forma fallida) un puesto en la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a pesar del triste
expediente en esta materia que ostenta el Ejecutivo al que repre‐
senta.
El problema para Martinelli no son los enemigos, sino la canti‐
dad brutal de ‘amigos’ coyunturales que venía como regalo envene‐
nado junto a ese 60% de votos útiles en las elecciones de 2004. Al‐
gunos ya han empezado a recular en privado, otros ya se atreven a
cuestionar al héroe empresarial en público. ¿Se acuerdan de la oda
de Roberto Brenes titulada Los Locos somos Más? Bueno, las ideas
se matizan unos meses después y el 28 de junio de 2010 ya escri‐
be: “No dudo que las intenciones del Gobierno sean cumplir y servir.
Pero esas normas, como están, sirven también para el privilegio y el
saqueo. Y es cosa de pensar que salen de un gobierno de empresarios
que ha sufrido la prepotencia anterior, que juró derogar y reformar.
Pero los estados de excepción siguen y se aumentan; se compra en
forma directa más que nunca, los decretos mordaza allí, la promesa
de abolir la prueba sumaria, que blinda y encubre a los funcionarios
sigue engavetada. Las mieles del Estado omnipotente son gustosas, y
ahora con el portaaviones se acomodan, como el lobo de Caperucita
‘¡Para mandarnos mejor!”.
4140
SEGUNDO ACTO
Listos para gobernar
@-'%:(":,2#/'%A'1='%B%,-'#%0-/2-10"-2#%.2#1"-"10.'#*%
@-'%A2C%4'-'.'#%7'#%272110"-2#%.2%;"(8'%'3(,8'."('%B%1"-%,-'%
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.2%7'%1"-/('.0110
42
radio y televisión y del uso de todos los mecanismos populares (y
populistas) a su alcance.
DJ Black, en primera línea ese 3 de mayo, fue después nombrado
Embajador Cultural de Panamá y Director Ejecutivo del Consejo de
la Etnia Negra. DJ Black también estuvo en primera línea el 1 de
julio durante el concierto de celebración por la toma de posesión
de Martinelli. DJ Black, autor de una canción que no pasará a las an‐
tologías poéticas y que fue un éxito durante el carnaval de 2009, en
plena campaña electoral, que se titulaba Chucha de su madre, una
las expresiones más vulgares que puede imaginar un panameño y
que se repite hasta la saciedad en el tema junto al embrión de su
nuevo éxito Los Locos Somos Más: “este pueblo está cabrero, está
cabreao”. Ésta fue la frase de marras para el jingle electoral de Mar‐
tinelli, cuya campaña supo adaptarse de forma magistral a cada mo‐
*/"9($4-#'"(&,(
4342
$-*41,-2( ,-+(
44
causas que impiden el mejoramiento social de los panameños, (…)
no con paliativos ni dádivas que no resuelven permanentemente su
situación”. El problema, como siempre en ‘política tradicional’, no
son las palabras, sino los hechos. El Gobierno de los hechos parece
haberse quedado en meras palabras.
!343#4.#&3'*3)*2"$
Soluciones de fondo, eso proponen todos los candidatos presiden‐
$%-,&+7(-4#34&(,4&."(,&+(.4+/-(#-'-2((,-(+4
4544
El más llamativo es el programa 100 a los 70, un regalo carita‐
tivo (y probablemente necesario) a aquellos ancianos de más de
70 años que no tengan pensión de jubilación. El proyecto, promesa
electoral de Juan Carlos Varela, es de los primeros implementados
por el Gobierno mostrando mucha prisa y poca práctica: censos mal
&,-6"2-'"+7(-#$%-#"+(&+
46
populista de contento masivo. Ahora, el Ejecutivo propone incluir
el programa en una Constitución Nacional reformada que se con‐
vertirá en una colcha de retazos de proyectos desarticulados de la
institucionalidad.
A este Gobierno, al que no le gustan nada los paliativos, parece
gustarle repartir dinero. Por eso ha mantenido (y potenciado) la
Red de Oportunidades, el proyecto insignia de la ‘política de erradi‐
cación de la pobreza’ de Martín Torrijos. Unas 75 mil familias bene‐
1%$%-'-+((=2&-+(242-,&+7(%#'5.-+(@(426-#-+($"#(4#($D&34&(*‐sual a cambio de cumplir con compromisos en salud y educación.
jXL\(*%,,"#&+('&('),-2&+((X]^]( 1%#-#$%-'"+(
4746
extrema. La segunda era mantener y mejorar la Red de Oportunida‐
des. La tercera es un proyecto de la administración de Mireya Mosco‐
so: las Granjas Autosostenibles, que serán “multiplicadas, impulsadas y
desarrolladas con un enfoque que permita mercadear sus productos a
nivel local”. Pero, en la realidad, el programa, para el año 2011, consiste
en “instalar”(\7]]](D4&2/"+([-*%,%-2&+(@($"*4#%/-2%"+(@(&+"(+),"(+%.#%1%‐ca que entregan para cada huerto herramientas, insumos y pollos por
valor de 900 dólares. Es decir: nada. Inversión perdida sin seguimiento
y sin apoyo a la venta de la producción, en caso de que algo se produzca.
La cuarta propuesta era tan ambigua como genérica: “se implemen‐
;&%K9'4%#6%&3&+'()'$&4&$";&$"
48
servir, en todo caso y según anunció Alberto Vallarino, el multimillo‐
nario Ministro de Economía al que el propio presidente le echó en
cara que no paga impuestos, para crear un Fondo Soberano a partir
de 2014. Para ello, llegará a Panamá un equipo del Fondo Monetario
k#/&2#-$%"#-,( '%+
4948
$-,%'-'L(N+('&$%27(
50
En todo caso, lo más escandaloso se produjo unos días después
del alegre anuncio. El decreto número 1 de 14 de enero de 2010,
1%2*-'"(XZ(D"2-+(-#/&+('&(,-(/2-'-((:%."2('&(,"+(#4&:"+(+-,-2%"+(mínimos, crea una sola zona de salario mínimo para los trabajado‐
res de la industria y comercialización de la caña de azúcar, dejando
su salario muy por debajo del trabajador agrícola general. Si éste
último cobra una media de 2 dólares la hora de trabajo, el cañero
queda entre 1.06 y 1.50 dólares la hora. Esto no pasaría de ser una
discriminación más de un sistema discriminador si no fuera porque
Martinelli es socio principal del gran ingenio azucarero La Victoria
(ver el Primer Acto) y que su vicepresidente, Juan Carlos Varela,
es uno de los dueños de la mayor empresa licorera del país cuya
materia prima es… la caña de azúcar.
¿Hace falta explicar algo más?
:-3#+3-3$)3#+343#2.;#/.-"$#
5150
subido 79 Balboas. En el próximo gobierno tenemos que bajar el costo
de TU comida! (sic) Proponemos hacer una alianza con los producto‐
res a nivel nacional para que comida más barata llegue a TU mesa (sic).
Vamos a expandir el programa COMPITA [programa de venta de pro‐
ductos agrícolas promocionado desde el Gobierno], para que de verdad
tengas comida más barata. Como presidente bajar el costo de TU vida es
lo más importante para MÍ (sic). Eso es cambio! (sic)”.
La Canasta Básica Alimentaria. Una promesa emblemática de Mar‐
/%#&,,%L(h"(
52
libre o los gastos en educación, sanidad, consumo eléctrico, agua o
saneamiento.
Pues aquí está el problema. En Panamá, el país del ‘ejemplar’
crecimiento del Producto Interior Bruto (12.1% en 2007, 10.7%
en 2008, 2.9% en 2009, 7.5% en 2010), la Canasta Básica tampo‐
co deja de subir a un ritmo muy superior al del poder adquisitivo
de los ciudadanos. El Ministerio de Economía y Finanzas reportaba
una CBA de 288.34 dólares para marzo de 2011. En julio de 2009,
cuando Ricardo Martinelli asumió el poder la Canasta Básica de Ali‐
mentos costaba 268.48 dólares. Es decir hoy cuesta, al menos 19.86
dólares más, un alza del 7.39%.
La Canasta Básica no solo no ha descendido sino que ha subi‐
do. Martinelli, que había conectado en campaña el tema del costo
de la CBA con la seguridad alimentaria, apostaba a su renombrado
proyecto Cadena de Frío para bajar el costo de esa lista de produc‐
tos y también, en teoría, a la reactivación de la producción agrícola
nacional. Pero está ocurriendo todo lo contrario. El Ministerio de
Desarrollo Agropecuario reconoce que cada año se siembran me‐
nos hectáreas de arroz o de vegetales, y Panamá tiene que importar
productos básicos para cubrir las necesidades nacionales. La Cade‐
na de Frío, un proyecto supuestamente innovador de tecnología, se
ha reducido a la construcción de un nuevo mercado de abastos en
5352
David y la promesa de otros seis nuevos centros de acopio y venta
en el país (aunque en el Programa de Gobierno la Cadena de Frío y
la construcción de mercados eran dos proyectos claramente dife‐
renciados). En realidad se ha reducido más.
El 9 de abril de 2011 los diarios panameños reseñaban que el
único proyecto visible de la tan cacareada Cadena de Frío, el merca‐
do de David, naufragaba antes de nacer ya que la licitación quedaba
desierta porque el único concursante ofrecía un precio de 13 mi‐
llones de dólares cuando el valor de referencia era de poco más de
4 millones de dólares. En un ‘gobierno de empresarios’ probable‐
mente el responsable de este proyecto estaría de patitas en la calle.
En el ‘gobierno de los locos’, Fernando Duque, Secretario Ejecutivo
para la Cadena de Frío del Ministerio de la Presidencia, cobra 6,000
dólares al mes (14.4 veces más que el mayor de los salarios míni‐
mos aprobados por el Ejecutivo).
En resumen, no ha pasado nada. O sí, la Canasta Básica de
Alimentos sigue incrementando su costo y a ella se suma la es‐
calada en el precio de los combustibles, el aumento de hasta el
21% en las tarifas del transporte interurbano aprobada por el
Gobierno ante las protestas de los dueños de las rutas, y una in‐
flación creciente. El Cambio no ha cambiado el peor drama del
ciudadano medio panameño.
54
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5554
de 820.2 millones de dólares, 248 millones más que en 2009, y el
&34%:-,/&(-,(jLln('&,(D%+/)2%$"(&(%#1,-'"(
56
Tampoco se ha percibido contención en la deuda externa que
pasó de los 8,907 millones que dejó la Administración Torrijos en
julio de 2009 a los 10,438 de enero de 2011, 1,531 millones más
en tan sólo 18 meses (cuando el ritmo de crecimiento era de 298
millones al año con Mireya Moscoso y de 324 con Martín Torrijos).
Pero el verdadero salto se produjo en la deuda interna que de enero
de 2010 a enero de 2011 pasó de sumar 368.8 millones de dólares
a 1,191 millones.
?1"/.).5#@>.#)"4"#$.#"'2*43
Al presidente Martinelli le gusta prometer y tiene la ventaja de que
casi nadie le recuerda sus compromisos. Casi nadie…
Lo dijo en campaña, lo reiteró en entrevistas hechas en Panamá y
en Italia ya siendo presidente. Martinelli, crítico de los habituales via‐
jes al exterior de Martín Torrijos, no usaría el viejo avión presidencial
de Panamá y no necesitaría uno nuevo: “Yo viajo en mi jet privado”. Dos
promesas en una: ni avión nuevo, ni muchos viajes presidenciales.
Dos meses después de llegar al poder, el Ejecutivo anuncia la com‐
pra de un nuevo avión presidencial que se realizaría con fondos de la
5756
cooperación donados por Taiwán, gobierno conocido por su ‘diploma‐
cia de chequera’ en Centroamérica y que ya había incurrido en escán‐
dalos de corrupción durante la Administración de Mireya Moscoso. El
12 de enero de 2010 el Consejo de Gabinete autorizó la compra de un
Embraer Legacy 600 por la módica cantidad de 22 millones de dóla‐
res. La polémica estaba servida, pero Martinelli se empeñó, molesto,
en decir que él no estaba incumpliendo su promesa, que este avión
se compraba para labores humanitarias. Lo mismo dijo el ministro de
Exteriores taiwanés, Timothy Yang: “La donación del avión es parte de
nuestro programa de cooperación. Tiene razones humanitarias y se uti‐
lizará para inspeccionar áreas de desastre y para rescates de emergencia,
de modo que no es un regalo diplomático, como informó la prensa de
Panamá”. Mientras, la ‘prensa’ en Panamá resaltaba que Embraer co‐
mercializa este avión dentro de la serie de jets de lujo y que lo presenta
como una nave ideal para altos ejecutivos. Cómodos asientos de cuero
tiene, pero no equipamiento para atender emergencias. El viejo avión
presidencial se vendió como chatarra por 227 mil dólares y ya no será
utilizado para parrandear: “Si yo voy a usar un avión lo uso por cuestio‐
9)+'#!"$"&*)+1'9#'$#3#'N&$7&'>B&%;79?'T#%%"J#+'@/)'+)'"5&'&'4&%%&9()&%'='
a pachanguear a costillas de la plata de todos ustedes. Eso está mal”, dijo
el ahora mandatario en Septiembre de 2009.
Respecto al gusto presidencial en Panamá por viajar durante el
mandato… a 6 de marzo de 2011 Martinelli acumulaba 30 viajes
58
al extranjero, 1.5 viajes al mes. Si sigue ese promedio, igualará a
su antecesor, Martín Torrijos, al que fustigó habitualmente por la
“viajadera”. Claro que el presidente dice viajar a punta de tarjeta de
crédito y de su fortuna, y quizá por eso, solidario con los empleados
públicos que no son multimillonarios como él, impulsó y aprobó
un aumento en los viáticos de los altos funcionarios que viajan: de
75 a 125 dólares diarios en desplazamientos internos y de 300 a
450 dólares diarios en viajes al extranjero para ministros, vicemi‐
nistros, magistrados y diputados. El honorable panameñista Alci‐
6%-'&+(e=+34&A(84+/%1%$)(,-(*&'%'-(“por el alto costo de la vida”. Sin comentarios…
El presidente llega a Colón el 5 de noviembre de 2010. Le dan
un micrófono y promete. Promete inversiones por mil millones
de dólares para convertir a la decrépita ciudad en “la tacita de oro
de América”. Las cuentas le saldrán porque ya ha licitado un ter‐
cer puente sobre el Canal (ubicado en la provincia de Colón) en el
que se va a gastar 300 millones de dólares (el puente Centenario, el
segundo sobre el Canal, costó 104 millones de dólares después de
sumar los sobrecostos y restar los escándalos).
Mayo de 2010. El presidente asiste en pantalón corto a una mar‐
cha contra la inseguridad y promete… claro que promete… “acabar
con la violencia [en Panamá] en 3 años”. “Si tengo que poner visa a
5958
todo el mundo lo voy a hacer, si tengo que hacer más cárceles lo voy
a hacer, vamos a ser más enérgicos, a implementar el sistema acu‐
satorio… Denme tres años y les prometo que resuelvo este problema”,
-1%2*)(0-2/%#&,,%(&,(+4
60
de Mar de Plata (Argentina). Alguien le deberá recordar esta doble
promesa. Cada computador comprometido tiene un costo de 200
dólares… Sin palabras.
Xm('&(84,%"('&(X]^]L(N,(
6160
llamamiento a todos sus adversarios políticos ‘para que nos ayuden
a cambiar este país”. Este compromiso duró poco. La misma agen‐
cia informativa reseñaba en diciembre de 2010 la siguiente noticia:
“Necesito ayuda con la intervención de teléfonos’, fue el mensaje que
supuestamente envió el presidente, en julio de 2009, al teléfono Blac‐
kberry de Stephenson, publicó El País, que recibió la información de
Julian Assange, el fundador de WikiLeaks. Según el diario, Stephenson
&!"%3
62
desconoce si efectivamente recibirá los cinco millones de dólares pro‐
metidos por el mandatario panameño, Ricardo Martinelli, quien ofre‐
ció dicho dinero el pasado abril, cuando la selección nacional todavía
no tenía un director técnico”.
El presidente promete en campaña un aumento a los jubilados.
E incumple. La Asociación de Jubilados y Pensionados independien‐
tes le reta en las calles y el presidente se reúne una vez. Prome‐
/&(&,(-4*/"L(U#($"*4#%$-'"("1%$%-,('&(B2&+%'$%-([&$D-'"(&,(q(de abril de 2009 reza así: “Presidente Martinelli cumple a jubilados
promesa de Campaña”. La Caja del Seguro Social dice que no tiene
fondos para asumir un aumento de 50 dólares mensuales. Cortes
de calles y protestas. Enfrentamiento mediático entre Eladio Fer‐
nández, el beligerante líder de los jubilados, y el propio Martinelli.
El presidente se descuelga en septiembre de 2010 anunciando la
&,%*%#-$%)#('&,(+46+%'%"(&,&$/"2-,(
6362
del Carnaval que había operado durante el Gobierno de Martín To‐
rrijos. No sólo critica con dureza el derroche económico torrijista
64
En plena campaña electoral, Martinelli y Varela criticaron con
dureza los gastos publicitarios del Gobierno de Martín Torrijos y
prometieron rebajar esa factura para invertir el dinero en obras
sociales. El 14 de marzo de 2011 el diario Panamá América ti‐
tula: “Recorte a la publicidad estatal: una promesa incumplida”.
Dice la entradilla del reportaje especial: “Hace dos años, en plena
campaña electoral, Ricardo Martinelli y su compañero de fórmu‐
la, Juan Carlos Varela, prometieron recortar los gastos en publici‐
dad estatal; sin embargo, tras 20 meses en el poder, nada ha cam‐
biado. ¿La razón? De acuerdo con el Ejecutivo, ‘esta administración
impulsa muchas obras de interés social que nunca antes se habían
ejecutado’. Un informe consolidado de inversión, preparado por IBO‐
PE Time Panamá y al que tuvo acceso Panamá América, revela que,
en el 2010 y el primer mes del 2011, el Gobierno gastó 17 millones
de dólares en la promoción de sus obras, monto que se acerca a la
4&%;"(&'&9/&*'4&%&'*#+'5#9#+'/9":)%+&*)+'@/)'5)9)!"$"&9'&'3"*)+'()'
estudiantes”. ¿Algo más que decir?
Sería injusto seguir con esta lista interminable de promesas ma‐
tizadas, incumplidas o manipuladas, porque el Gobierno sí ha cum‐
plido algunos de sus compromisos. Por ejemplo, habló de una Beca
Universal para los estudiantes y ha cumplido. 20 dólares de apoyo
por mes y estudiante de la educación pública y, próximamente, tam‐
bién Beca para los alumnos de la enseñanza privada. Es cierto que
6564
esperó para activar el programa a un momento crítico, que fue el
66
no fueron muy discretos y la Casa Presidencial de ese país
emitió un comunicado 24 horas después en el que informaba
que Martinelli había llamado telefónicamente a Lee Myung‐
bak para informarle de que la promesa se había cumplido. La
ira popular fue creciendo, especialmente entre las comunida‐
des Ngäbe y Buglé, y los cortes de la carretera Panamericana
obligaron a Martinelli a dar marcha atrás y derogar la ley el
4 de marzo de 2011. Aunque nadie confía demasiado en sus
intenciones a partir de ese momento, el intento de cumplir
la promesa a su homólogo le salió caro al país con un enrare‐
cimiento del clima social, decenas de heridos y detenidos, e
inmensas pérdidas para diversos sectores económicos.
En la lista de ‘cumplido’ también se puede incluir Internet
para Todos, otro de los programas estrella del Gobierno. Se tra‐
taba de lograr que Panamá fuera el primer país con Internet ina‐
lámbrico gratuito en los principales espacios públicos de todo
el territorio nacional. El dinero se ha gastado y la publicidad se
ha hecho pero, tal y como han denunciado los medios, el sistema
no funciona y, además hay serias dudas sobre la adjudicación en
tiempo récord (1 mes) del contrato por 25.5 millones de dólares
a Liberty Technologies, la empresa que presentó la oferta más
cara y cuyos propietarios tienen relaciones familiares con el pre‐
sidente de la República.
6766
Una promesa que va camino de cumplirse, al menos en el gas‐
to, es la de la construcción de un metro en ciudad de Panamá.
Esta fue una de las promesas bandera de la campaña de la Alian‐
za para el Cambio y el 14 de marzo de 2011, 21 meses después
de la toma de posesión, se comenzó a abrir la tierra cerca de la
Plaza 5 de Mayo para la construcción de la línea de metro en la
que el Estado invertirá, a punta de crédito, unos 1,800 millones
de dólares. La promesa de campaña comenzó por unos 1,000 mi‐
llones, luego creció a los 1,400 y ya va por los 1,800. En todo caso,
va adelante con la gestión de Roberto Roy, el Secretario Ejecuti‐
vo de la Oficina del Metro que cobra 7,000 dólares mensuales
(rango salarial de ministro y 16.8 veces el mayor salario mínimo
fijado por el propio Ejecutivo).
El problema, por tanto, no es sólo cumplir o no cumplir las
promesas, sino qué promesas se cumplen y qué tan articuladas
están.
:-#.@>*&"#6&1"A.$*"-3'9
Ya se ha demostrado que Martinelli ha incluido en su equipo polí‐
tico a lo mejorcito de cada casa (tránsfugas de toda índole), pero
68
34&'-(
6968
poder y mantiene el control sobre los principales proyectos em‐
blemáticos del Gobierno: la construcción del Metro; la Cadena de
Frío; la Secretaría Nacional de Infancia, Adolescencia y Familia;
el Plan Alimentario; el Fondo de Inversión Local, la oficina de
Electrificación Rural; la Secretaría Social, entre otros. El Ministe‐
rio de la Presidencia es un Gobierno dentro del Gobierno y qui‐
zá por eso no parece practicar el ahorro en sus contrataciones.
Revisando la planilla de Presidencia en abril de 2011, al menos,
49 funcionarios de confianza cobran por encima de los 4,000 dó‐
lares mensuales (9.6 veces el salario mínimo más alto aprobado
por el Ejecutivo) y, de ellos, al menos 13 con salarios por encima
de los 6,000 dólares mensuales. Parece que la oferta de trabajo
del Gobierno es competitiva en el mercado.
V%(B-
70
empresas bandera del presidente) es la Contralora General de la
República que ha decidido eliminar el control previo a numerosas
contrataciones del Estado y cuya gestión durante la realización del
censo nacional ha sido muy criticada ya que ha logrado que ‐en el
papel‐ Panamá tenga menos habitantes que hace 10 años; el Ins‐
tituto de Investigaciones Agropecuarias (IDIAP) quedó en manos
de Julio Ábrego, el jefe de depósito de Importadora Ricamar; Delia
Luzcando, Gerente General de Ricamar y cercana a Martinelli los
últimos 30 años, puede estar contenta: su hija Marisín y su nuera
Sonia están al frente del Sistema Estatal de Televisión y del Insti‐
tuto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos
(IFARHU).
La lista sigue, pero la perla es Alma Cortés, Ministra de Trabajo y
uno de los polis malos del Gobierno. Cortés ha protagonizado algu‐
no de los choques más duros con la sociedad civil y con la oposición
y hasta su nombramiento era la abogada personal de Martinelli. Y
de más gente… como el primo presidencial Ramón Martinelli Corró
(encarcelado en México por sus servicios al cartel narco de Beltrán
Leyva), o Ernesto Chong Coronado, principal imputado por el caso
de David Murcia en Panamá.
Y si el presidente lo hace por qué no lo va a imitar el vicepresi‐
dente. Juan Carlos Varela ha contratado a, al menos, 12 empleados
7170
de su poderosa empresa licorera (Varela Hermanos) como funcio‐
narios del Estado. Según detalla una nota periodística, los cercanos
colaboradores ocupan ahora altos cargos en la Cancillería, en el
Aeropuerto Internacional de Tocumen o en las delegaciones diplo‐
máticas de Panamá en España o Taiwán, donde el embajador Mario
Cucalón cobra 9,500 dólares al mes (22.8 veces el salario mínimo
más alto aprobado por el Ejecutivo).
Imposible detallar la cantidad de amigos, familiares y ex em‐
pleados que ocupan puestos diplomáticos panameños… la lista es
interminable e incluye desde familiares de la Primera Dama hasta
hermanos del Ministro de la Presidencia o del de Seguridad Pública,
amigos de negocios y primos varios.
La nómina estelar del Gobierno también suma a personajes de
la farándula local. El ministro de Desarrollo Social, Guillermo Ferru‐
1%#"7(&+(4#"('&(,"+(34&(+%&*
72
e-2&,-(@(!"*
7372
chó contra la dictadura militar y protagonista en estos dos años
de Gobierno Martinelli del retorno al militarismo y la represión.
Malencarado ministro, no solo con la oposición y la sociedad ci‐
vil, sino incluso con compañeros de Gabinete. Ha llamado “borra‐
chos” a los indígenas de Panamá, ha denominado como “malean‐
tes de mierda” a los sindicalistas, ha dicho que los periodistas
panameños se mueven por “la ética del dinero”, ha ‘rofeado’ (pe‐
leado, en buen panameño) con la ministra de Gobierno, Roxana
Méndez, y ha justificado sin pudor los indultos a decenas de poli‐
cías involucrados en hechos de sangre y ha tapado la corrupción
en la Policía Nacional. Por si faltara algo, declaró “la guerra” a las
tropas insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (rompiendo con una tradición de neutralidad paname‐
ña) y ha logrado ‘éxitos’ legales como bajar la edad penal a los 12
años, penalizar con cárcel el corte de calles (la denominada ‘Ley
Carcelazo’) o aumentar el control sobre los teléfonos celulares o
los café Internet (‘Ley Pinchazo’).
Shamah, de origen colombiano y nacionalizado panameño, tiene
rango de Ministro de Turismo (aunque la ley panameña obliga a ser
panameño de nacimiento para tener dicho rango), su hoja de vida
ocupa 5 líneas en la propia página web de la Presidencia y su único
mérito fue el de ser director creativo de la campaña electoral de
Martinelli. ¿O tiene algún mérito más?
74
Según escribió la ex embajadora de Estados Unidos en Panamá, Bár‐
6-2-(V/&
7574
Martinelli, sobre los cables de Wikileaks, sobre la conspiración para
sacar a Ana Matilde Gómez como Procuradora o sobre cualquier de‐
cisión polémica del Gobierno. También fue el encargado de organizar
la nueva Autoridad del Aseo de Panamá (imagine la relación de este
sector con su experiencia como productor musical) y organizó los car‐
navales capitalinos de 2011 (esto sí parece más en su línea).
Carnaval y aseo fueron, precisamente, dos de las tareas que el
Palacio de las Garzas le quitó al alcalde de la ciudad, el paname‐
ñista Bosco Vallarino, que fue la primera pieza del rompecabezas
de la Alianza a la que Martinelli retiró sus afectos. Y eso que Va‐
llarino tenía el honor de haber sido de los pocos ‘nombrados’ en
el discurso de cierre de campaña electoral del ahora presidente:
“Y aquí veo un hombre de grandes ideas, Bosco Ricardo Vallarino,
que será nuestro próximo alcalde. Bosco y yo, vamos a caminar
juntos hasta que un mejor Panamá llegue a todos”. Pero el paseo
duró poco.
Las cosas empezaron mal. La bancada de Cambio Democráti‐
co tuvo que torcer la Constitución y aprobar una ley ¡retroactiva!
con nombre y apellidos para que el alcalde electo pudiera tomar
posesión (su nacionalidad estadounidense hizo que Vallarino no
recibiera las credenciales como alcalde en la fecha prevista). Pero
las primeras ideas peregrinas de este comunicador ‐aupado al poder
76
.2-$%-+(-,(&+$=#'-,"('&(4#-(+4
7776
TERCER ACTO
Del super 99 al Rey Martinelli
“Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero
Y mi palabra es la ley. No tengo trono ni reina,
ni nadie que me comprenda Pero sigo siendo el rey”
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De hecho, nada más comenzar el gobierno se destapó el llamado
Caso FIS (Fondo de Inversión Social). En julio de 2009 el director
del FIS, Giacomo Tamburelli (conocido restaurador de la ciudad),
anunció la contratación de una auditoría y prometió hacer públi‐
cos los resultados. En realidad, no lo hizo. En octubre de 2009 la
empresa López Consultores le entregó un informe de 900 pági‐
nas que registraba desvíos de fondos, facturas falsas y un amplio
catálogo de fraudes cometidos por 19 diputados de Gobierno y
oposición. Tamburelli mandó archivar el informe y en enero de
2010 La Prensa logró revelarlo. El escándalo fue monumental y
Martinelli prometió ese mismo mes acabar con el FIS. Dos años
después, estamos a la espera.
No está demostrado aún, por tanto, si el mandatario y su
equipo han metido la mano, pero sí está ampliamente documen‐
tado cómo el propio presidente ha sido muy aplicado en esto de
meter la pata… con la boca.
Martinelli, cuyo Gobierno ha utilizado el discurso nacionalista
panameño para estigmatizar las críticas externas, está rodeado
en su gobierno de hijos de inmigrantes como él y así lo declaró
en su emotiva visita de septiembre de 2009 a Lucca, esa pequeña
ciudad de la Toscana (Italia) de donde emigró su abuelo. Allí, tan
solo dos meses después de asumir el poder, declaró al periódico
80
Il Giornale: “Yo soy el primer Presidente que es un hijo de inmi‐
grantes. Hoy aquí me han recibido como el hijo de esta ciudad. Es
una emoción muy fuerte. Cuando nació mi hijo pensé que era el día
más feliz de mi vida. Pero hoy, va mucho más allá”. El periodista
se muestra algo sorprendido, pero el mandatario panameño va
“más allá”: “En el mundo, hay dos presidentes con pasaporte italia‐
no: [Silvio] Berlusconi y yo”. Berlusconi, el primer ministro con el
que nadie quiere hacerse una fotografía en Europa es un ejemplo
para Martinelli: “Creo que es el mejor presidente que ha tenido
Italia, junto con De Gasperi. En Panamá es muy popular”.
¿Es parte de la personalidad de Martinelli decir lo que no se
espera en un presidente? Podría decirse que sí, especialmente
cuando viaja. El 2 de marzo de 2010 el presidente de Panamá es‐
taba en Israel, uno de sus principales socios políticos, armados
y económicos. Allí, imbuido por la emoción, aseguró que “Israel
es la guardiana de la capital del mundo: Jerusalén”. El escándalo
fue tan monumental como la ciudad, mundial e inmediato. La
Autoridad Palestina respondió asegurando que “las declaracio‐
nes de Martinelli no son sólo una ofensa al pueblo palestino, al
mundo árabe y a todo el mundo cristiano e islámico, sino que tam‐
bién una ofensa al derecho internacional” y la Coalición Cristiana
Nacional de Tierra Santa pidió a la Liga Árabe que declarara a
Martinelli como persona ‘non grata’: “Las enfermas declaraciones
8180
son un intento censurable de legitimar la ocupación militar israelí
de la ciudad de Jerusalén contra el derecho y voluntad de sus ha‐
bitantes”. En aquel momento, el difunto y homenajeado por este
Gobierno Guillermo Billy Ford aseguró a los medios que el man‐
datario “nos está metiendo en demasiados problemas por estar
opinando de temas que desconoce”. El mandatario aseguró que se
le había malinterpretado.
En agosto de 2010 el presidente de Panamá realizó una visita
oficial a Perú y, obviamente, parecía haber buena sintonía entre
él y Alan García. Hasta que metió la pata. O la boca. Según el
diario de Lima La Primera, Martinelli “incurrió en un acto de in‐
jerencia política interna” tras exhortar a los empresarios de esa
nación a “hacerse del poder político como ha hecho él”. La “insólita
declaración”, como era calificada en el diario, se produjo en un
almuerzo que le ofreció la Cámara de Comercio de Lima: “Dijo
que sólo un presidente empresario es capaz de resolver los proble‐
mas de un país”. La respuesta de Martinelli: se le había malinter‐
pretado. Otra vez.
En casa, en enero de 2010, ante un grupo de empresarios ex‐
tranjeros, Martinelli aseguró que los espacios informativos en las
televisiones del país eran “noticieros rojos de pacotilla” y acusó a los
medios de comunicación nacionales de tratar de “destruir la imagen
82
del país”. El escándalo fue mayúsculo pero los propietarios de las
cadenas televisivas, atemorizados por el tono y por la amenaza
velada (es práctica habitual de esta administración mandar a los
inspectores de la Dirección General de Ingresos a las empresas
díscolas) corrieron al Palacio de las Garzas y prometieron auto‐
control en los contenidos sobre la inseguridad y la delincuencia
en el país.
El 30 de septiembre de 2010, acosado por las protestas de los
jubilados y empeñado en acabar con el PRD, el mandatario unió
dos temas en uno y anunció la eliminación del subsidio electoral
porque “no puede haber un subsidio tan cuestionado, con nece‐
sidades como la de los jubilados”. Clásica táctica del populismo:
hacer una ensalada de arroz con mango y presentarla como algo
coherente desde el punto de vista de ciudadano ‘cabreao’.
Uno de los últimos excesos verbales de Martinelli se produjo
hace poco, cuando la abogada Zulay Rodríguez dio detalles escan‐
dalosos de una conspiración en Palacio que concluyó con la ex‐
pulsión de Ana Matilde Gómez como Procuradora de la República
y que involucra al ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia
y ex primer Secretario de Seguridad de este Gobierno, José Abel
Almengor. Para el presidente se trata, solo, de una “telenovela amo‐
rosa”, “una pelea de rating entre televisoras y periódicos”.
8382
Las metidas de boca (y de pata política) no son solo del pre‐
sidente. Quizá una de las más sonadas y de la que menos se ha
hablado fue la posición diplomática de Panamá a favor de Estados Uni‐
dos en un foro sobre el embargo a Cuba, defendida por el embajador
ante la OEA Guillermo Cochez. El insólito apoyo a Estados Unidos en
&+/&(++%6,&(-+4#/"("6,%.)(-(0-2/%#&,,%(-(*"#/-2(4#(1%$/%$%"(:%-8&([-*%‐liar a La Habana y pedir audiencia a Raúl Castro para pedir disculpas.
Si Gramma no hubiera publicado la foto, nadie se hubiera enterado.
Unos meses antes el Gobierno de Panamá echó de la noche a la mañana
a los médicos cubanos que desde la anterior administración maneja‐
ban el programa de operaciones de los ojos a personas sin recursos en
Panamá. La medida fue jaleada por los comentaristas ‘anti‐comunistas’
(así se declaran) que vieron en esta pérdida un acto de nacionalismo y
de resistencia a los “perversos intereses de esos ñángaras (palabra des‐
pectiva para referirse a las personas de izquierdas) de Cuba en nuestro
país”, como dijo la Gobernadora de Panamá en su programa diario de
radio donde la bilis se distribuye sin criterio ni medida.
La última metida de boca del presidente –poco destacada en Pa‐
namá‐ se produjo poco antes de terminar este texto. El 13 de mayo,
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institucionalidad democrática y de la división de poderes en el país.
Son muchos los síntomas de esta enfermedad que para una demo‐
cracia en maduración puede resultar mortal. Ya hemos visto como el
principal partido de gobierno, Cambio Democrático, se ha hecho con
el control casi absoluto de la Asamblea Nacional, una institución ya de
por si desprestigiada en Panamá. La división de poderes ha quedado
en la teoría después del asalto al poder judicial. Por si eso fuera poco,
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86
independientes, y que presentaría una propuesta para garantizar la
igualdad ante la ley. Nada más lejos de la realidad. Si hay un asalto
que se ha ejecutado con precisión es del poder ejecutivo al judicial.
Martinelli, al mejor estilo de sheriff del viejo Oeste, llegó al cargo
prometiendo que encarcelaría a los corruptos (aunque él no sea
84&AC("(+&(34&8-6-('&(,-(%#&1%$-$%-(&(,-(O4+/%$%-(-+59(“No puede ser que la justicia sea solo para la gente sin recurso mientras los cocotudos
[millonarios] salen impunes de todos los procesos”. Y como sus atri‐
buciones presidenciales no le alcanzaban pues lo que ha hecho es
tomarse el aparato de justicia.
Quizá la jugada más escandalosa es la de la salida de la Procura‐
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&*6-8-'"2-('&(N+/-'"+(U#%'"+((4#"('&( ,"+($-6,&+( 1%,/2-'"+(
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implicados apuntan a las presiones de Martinelli a Gómez para que
encarcelara a el ex presidente Ernesto Pérez Balladares (investiga‐
do en el momento en que la procuradora fue separada del cargo);
también parece que el caso David Murcia y las conexiones con las
campañas electorales, o el caso de Ramón Martinelli (el primo del
Presidente) aderezan esta intriga de locos más típica de ‘El Sastre
de Panamá’ que del Gobierno de El Cambio.
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8988
destapó la agencia estadounidense anti drogas (DEA) cuando ad‐
virtió que la institución que dirigía Bonissi había liberado a cuatro
90
Ministro de Gobierno y Justicia durante la dictadura militar de No‐
riega y fue destituido como director de la Policía Técnica Judicial
por “faltas a la ética”. Casualmente, después de una dilatada carrera
en el PRD, en enero de 2009, en precampaña electoral, se pasó a
Cambio Democrático y promocionó la candidatura de Martinelli. Él
@(+4(*48&2(&2-#(D-6%/4-,&+((,-+(1%&+/-+([-*%,%-2&+('&(,"+(0-2/%#&,,%(antes de ser nombrado en la Corte.
Más grave es el caso de José Abel Almengor. Como adelanté, Ana
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92
Pro Justicia, una reconocida organización de la sociedad civil, “la
designación es violatoria de la Constitución”.
Por si faltara algún elemento en el cóctel del despropósito, el Co‐
legio de Abogados emitió un comunicado apoyando la designación
pero se supo que fue redactado por la vicepresidenta, Julie Martine‐
lli, sobrina del presidente de la República, aprovechando la ausen‐
cia del máximo responsable del gremio.
Como se puede apreciar en este sucinto resumen, la Justicia en
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94
El proceso casi siempre ha sido similar. El Gobierno utiliza su
apisonadora en la Asamblea Nacional para aprobar alguna ley
inconsulta, la sociedad reacciona en las calles ante la falta de
espacios democráticos, la Policía reprime con dureza y, entonces,
el mismo Gobierno da aparente marcha atrás y busca otros res‐
quicios para sacar adelante sin escándalo las leyes en cuestión.
Así ocurrió en julio de 2010 después de que la Asamblea y el Go‐
bierno aprobaran tres iniciativas muy polémicas. La Ley 14, denomi‐
nada Carcelazo, aprobada en abril de 2010 después de la despropor‐
cionada represión de una protesta obrera en la capital (según Mulino,
de unos “maleantes”), que penaliza con cárcel el cierre de calles por
parte de manifestantes; el Decreto Ejecutivo 537 de junio de 2010 que
*"'%1%$-( ,-(!-2/-(T2.=#%$-('&(,-(!"*-2$-(h.s6&(o4.,G(@(-//-($"#‐tra la autonomía indígena; y la Ley 30, denominada Ley 9 en 1 o Ley
Chorizo, de junio de 2010, algo que empezó como un proyecto de ley
+"62&(R:%-$%)#(!"*&2$%-,(@($4@"(-2/%$4,-'"(%#/2"'48"(*"'%1%$-$%"#&+(a seis leyes y tres códigos que nada tienen que ver con alas o turbinas.
Los temas más polémicos eran los que limitan el derecho a huelga y
*"'%1%$-6-#(&,(2G.%*(+%#'%$-,_(,"+(34&(&,%*%#-6-#(&,(&+/4'%"('&(%*‐pacto ambiental para aquellas obras públicas o privadas que el Gobier‐
no determinase, y los artículos que indicaban que un agente de poli‐
cía no sería retirado de su puesto cuando hubiera cometido un delito
en el horario de sus funciones. La Ley 30 se aprobó en la Asamblea
9594
Nacional con las puertas bloqueadas con candados y agentes antidis‐
/426%"+(2"'&-#'"(&,(&'%1%$%"(
96
centenares de víctimas que no han logrado un proceso de verdad, justi‐
cia y reparación. Unas horas antes de derogar la Ley 30, Martinelli dijo
en rueda de Prensa (el día 10 de julio): “La ley no se va a derogar y se
interpretará tal cual indica la normativa, porque no afecta los derechos
laborales y sólo les da la opción a los trabajadores, entre otros puntos, a
decidir si quieren pagar cuota sindical o no”. Como ya va siendo habitual,
el presidente puede meter la lengua y retractarse a sabiendas de que
nunca hay consecuencias.
En la espiral de olvido provocada por el Gobierno se fue muy
selectivo, tanto que nunca se volvió a hablar del informe de�