ETAPAS DEL DUELO.

Psic. Clín. María Cristina García Rubio.

Tanatóloga y Especialista en Sexología Educativa

"Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos".

Viktor Frankl.

DUELO. El duelo es el doloroso proceso de adaptación

emocional que sigue a cualquier pérdida.

Aunque convencionalmente se ha enfocado la

respuesta emocional de la pérdida, el duelo también

tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la

conducta

ETAPAS. Son individuales, no lineales y pueden tener

diferente intensidad:

Negación. Ira. Negociación. Depresión. Aceptación.

NEGACIÓN.

¿Por q

ué a

mi?

La primer reacción de la negación es el shock.

Después se presentan emociones como angustia y miedo, además puede haber aislamiento.

La pregunta que se hace en ésta etapa la persona es:

IRA. La persona se enoja consigo misma y con él

mundo, con su cuerpo, con la familia, con los amigos, con dios y con la vida.

Nos molesta que lo que nos ocurre nos pase a nosotros y no a otras personas.

¿Por qué no a él?

NEGOCIACIÓN. En ésta etapa se piensa en hacer un trato,

con la vida, con dios, con el médico, etc.

Es un canje que pretende sanación a cambio de buena conducta.

¿Cambiamos?

DEPRESIÓN

La depresión es el resultado de la consciencia de lo ya perdido y un proceso de preparación para los cambios que se avecinan.

Aquí conviene preguntarnos para qué nos ha pasado esa experiencia, que lecciones nos deja.

¿Para qué?

Nunca cierres tu corazón al dolor, llorar es tan exclusivamente humano como reír.

ACEPTACIÓN. Aparece cuando la persona ha podido

elaborar su ansiedad y su cólera.

«No hay dos caminos iguales, cada experiencia es única, diferente y válida»

RECOMENDACIONES PARA VIVIR TU DUELO

El duelo implica un proceso de reaprendernos y conocernos a nosotros/as mismos/as.

Permítete estar en duelo: date permiso de sentirte mal, necesitado y vulnerable.

Abre tu corazón al dolor: Registra y expresa las emociones que surjan, no las reprimas. Permítete el llanto: una cosa es ponerse triste y otra muy distinta es poder llorar.

Se amable contigo.

Aunque tus emociones sean displacenteras es importante que recuerdes que siempre son pasajeras.

No te apresures creyendo que deberías sentirte mejor.

No tengas miedo de volverte loco: la rabia, culpa, confusión y hasta la fantasía de morir son reacciones comunes.

No descuides tu salud.

Anímate a pedir ayuda.

Busca las puertas abiertas.

¡GRACIAS POR SU ATENCIÓN!