Date post: | 30-Dec-2015 |
Category: |
Documents |
Upload: | solefernandez2000 |
View: | 16 times |
Download: | 0 times |
EVALUACIÓN DEL ESTADO DE CONSERVACIÓN
DEL SITIO ARQUEOLÓGICO
“CERRO SOMBRERO”
Presentado por:
María Soledad Fernández Murillo
Licenciada en Arqueología
RUT 22.139773-8
Arica-Chile
2
INDICE
1
ENTORNO GEOGRÁFICO Y ECOLÓGICO ................................ 3
2
CONTEXTO ARQUEOLÓGICO................................................... 5
3
DIAGNOSTICO DEL ESTADO DE CONSERVACIÓN .............. 9
3.1 Metodología ............................................................................. 9 3.2 Resultados ............................................................................. 11
4
PROPUESTA DE MANEJO BASADA EN EL DIAGNOSTICO DE CONSERVACIÓN .................................................................................................................... 21
3
1. ENTORNO GEOGRÁFICO Y ECOLÓGICO
La aldea de Cerro Sombrero esta emplazada en el cerro "Pan de azúcar", ubicado
en la confluencia de la quebrada de Azapa y de Acha a 7 km de la costa de Arica. La
quebrada de Azapa, junto con la de Acha son parte del conjunto geográfico de valles
costeros ascendentes separados por grandes extensiones de pampas que caracterizan el
paisaje de la Cordillera de la Costa entre los paralelos 18º50’ (latitud sur) y 70º 30”
(longitud oeste) en lo que geológicamente se denomina la Depresión Intermedia. El sitio en
cuestión está comprendido en la zona denominada “valle de Arica” conformado por el
curso del río San José que nace en la vertiente occidental de la Cordillera de los Andes,
atraviesa el desierto y coincide en llegar al mar en un extenso delta arenoso de más de 50
km.
La aldea Cerro Sombrero se encuentra emplazado en la estrecha faja de interfluvío
de serie de cerros y montículos con pendientes que varían entre 20 y 30 grados. De manera
general, geológicamente está conformado por rocas estratificadas e intrusitas mesozoicas
relativamente extensas cubiertas discordantemente por sedimentos de edad terciaría y
cuaternaria (Tovar et al 1968, García 1967). Ligado al ecosistema de costa baja, el Cerro
Pan de Azúcar (ca. 300 msnm) se inserta en una sub-zona caracterizada por coluvios
arenosos de coloración parda con un suave pendiente hacia el oeste. A menudo, estos
coluvio son interrumpidos por quebradas pequeñas. Los suelos de las planicies adyacentes
son de baja capacidad retentiva de agua, constituyéndose en suelos filtrantes y secos con
cantidades muy bajas de materia orgánica y fósforo (Morris y Panty 1999). A pesar de que
no existen áreas de cultivos por la estrecha faja de territorio que presenta el sector, a partir
de este lugar se tiene muy fácil acceso a las distintas áreas de recursos explotables tanto en
el valle asimismo como en la costa. Haciendo referencia la caracterización ecológica de
Romero (et al 2004) para los valles costeros, el complejo arqueológico Cerro Sombrero se
encuentra estratégicamente localizado entre la zona costera y la zona de valles que
presentan microambientes complementarios. Así, en la parte superior de la zona costera,
ofrece por su cercanía, un extenso sistema de humedales costeros (aguadas) que permitió la
movilización de las poblaciones a lo largo de la costa. Junto a la línea costera se
4
desarrollaron diferentes recursos debido a la acción de la corriente meridional de Humbold
y la gran profundidad que alcanza el mar a escasos metros de la costa (Santoro et al 2001).
Un microambiente diferente, constituido por pequeñas lagunas producto de vertientes
subterráneas y de la napa freática, puede hallarse en la desembocadura de los ríos. Es en
este tipo de zona que se desarrollan especies vegetales como la chillca (Baccharis sp.) y/o
brea o sorona (Tessaria absinthiodes), además de converger distintas especies de animales
terrestres y marítimos. Además, su ubicación de altura le confiere un carácter estratégico, a
la vez que le resguarda de los ambientes malsanos vinculados a las ciénagas antes
presentes.
Figura 1: Fotografía aérea del sitio Cerro sombrero (modificado de Google Earth 2009)
El complejo arqueológico “Cerro Sombrero” carece de vegetación pero a su
alrededor se puede observar la vegetación natural del valle de Azapa que se compone de
pocas especies que se repiten indefinidamente generando un aspecto “fitosociológico muy
5
monótono”, correspondiendo a formaciones de valles costeros, sometidos a condiciones
climáticas y ecológicas propias de un clima desértico.
Figura 2: El valle de Azapa visto desde el Complejo Arqueológico Cerro Sombrero
Una de las especies más abundantes del valle es Limonium spp que es una planta
rústica cultivada como flor de corte, junto a ella aparece Tillandsia sp emparentada con las
piñas (Bromeliaceae), que se ha adaptado para vivir en la arena seca. El clima propio del
área es el desértico con escasas precipitaciones; sin embargo, existen abundantes
camanchacas nocturnas y matinales que avanzan desde el mar por las quebradas más
profundas o se desbordan a través de los portezuelos de la Cordillera de la Costa. La
temperatura es directamente dependiente de la acción moderadora del mar que provoca
temperaturas similares durante el día y a lo largo de todo el año. Para Muñoz (2004) la
ausencia de precipitaciones anuales propia de estos ambientes desérticos permitió un
desarrollo gradual de la agricultura semitropical en tiempos prehispánicos.
2. CONTEXTO ARQUEOLÓGICO
El área poblacional abarca un espacio de siete hectáreas y se encuentra ubicada en
los faldeos del cerro Pan de Azúcar que miran hacia el valle; siendo la parte central
presenta la mayor aglutinación de recintos. Su ubicación aprovecha la mor fología del
terreno y la cercanía a las canteras de donde se obtenía la materia prima para la
6
construcción, esto explica la falta de una intención de planificación con respecto al área
habitacional. Cronológicamente, este yacimiento ha sido ubicado en la Fase de Desarrollos
Regionales (Cultura Arica), alrededor de 1000 d.C.
Área habitacional
La mayoría de las habitaciones presentan formas rectangulares de diferentes
tamaños y están ubicadas sobre plataformas construidas son un muro basal que compensa la
pendiente del terreno. Complementariamente, las escasas construcciones de forma circular
con depósitos de ocupación se ubican en las cimas de las lomas a modo de atalayas.
Muñoz (1981) ha sugerido que posiblemente fueron estructuras livianas sostenidas
por postes de madera y toldos de fibra vegetal. Los restos de estas estructuras expeditivas
aún se podría observar en el interior de las viviendas representadas por jirones de esteras de
totora. Para este autor, cada recinto presenta pozos cilíndricos de variados tamaños, cuyas
paredes estarían recubiertas con piedras y la función principal de almacenaje.
Dos hipótesis han sido expuestas con respecto a la naturaleza de la ocupación prehispánica.
La primera, basada en una visión urbanística del patrón de asentamiento, propone que
Cerro Sombrero tendría una caracterización aldeana permanente, considerando la
distribución homogénea de las áreas que la componen y el acceso constante a los recursos
de valle y costa. La segunda hipótesis propone que dicho asentamiento tuvo un carácter de
campamento estacional, debido al carácter expeditivo de los materiales utilizados en la
construcción y a la ausencia de evidencia de una reocupación de las viviendas.
Área de corrales
Esta área fue identificada por una amplia extensión de guano de camélido y su ubicación
espacial fue remitida a “los faldeos de los cerros que miran hacia el valle” (Muñoz
1981:131). La ausencia de murallas con bases claramente definibles que contuviera el
ganado poermite plantear que este sector no fue un lugar de corrales estables, sino más bien
una parada estacional. En la actualidad no se puede distinguir sobre supurficie
Área de geoglifos
Uno de los trabajos más representativos acerca de los geoglifos de Cerro Sombrero, es el
realizado por Briones (2009) quien ubíca este espacio en la estrecha franja de interflujo
7
entre la quebarada de Acha y la de Azapa. Entre los datos más importantes se detaca la
estrecha relación de las imagenes con la intensificación del tráfico de caravaneo alrededor
de 1000 d.C. (Fase de Desarrollos Regionales)
Panel 1
Reune un conjunto de figuras antropomorfas y zoomorfas de menor tamaño y localizadas
en la parte inferior del faldeo del cerro, muy cerca de la actual población de Cerro
Sombrero: Corresponden a figuras que estarían vinculadas al tráfico costero y por el patrón
estilístico que se observa, estarían emparentados con la mayoría de los geoglifos de este
sector del valle. Como información adicional se resalta el hecho de que en este panel se
realizaron trabajos de limpieza.
Panel 2 (1936663 E 7952833 N)
Es un geoglifo aislado de gran tamaño conocido como “la gran llama”. Se localiza en la
ladera norte, en la sección superior el cerro. Este geoglifo junto con el que se identifica en
el panel 4 en el borde noreste de la formación Cerro Sombrero se realizó mediante la
técnica extractiva. La figura no tiene cabeza o por lo menos no se ha conservado, su cuello
es ancho y vertical con la presencia de cuatro patas. El patrón estilítico identifica a este
geoglifo como un ícono en el arte andino, en el que tamaño y la técnica empleada, no se
ajustan a los patrones predominantes del sectos valle de Lluta y Azapa; estas diferencias
formales y técnicas nos induce a postular por lo menos a estas dos figuras, correspondientes
a una fase temporal diferente al “estilo Lluta” y al “estilo figurativo” de Azapa. De acuerdo
a los antecedentes arqueológicos que se dispone, una hipótesis sería que estos geoglifos
fueron realizados con anterioridad al Período Inka (1450-1530 d.C) e incluso anterior al
Período de Desarrollo local (1000-1450 d.C). Esta posibilidad, daría pauta para que se
pueda pensar que son más tempranos, inscribiendolos en el Período Intermedio de
influencia Tiwanaku (500-800 d.C)
8
Panel 3
Se localiza en la sección inferior del cerro y se trata de dos figuras humanas del tipo
denominado “estilo Lluta”. Son figuras aisladas asociadas a la población prehispánica de
cerro sombrero, Az-28
Panel 4 (19367650 E 7952600 N)
Se trata de una figura de camélido de gran tamaño, realizado con técnica extractiva y
aislado, que se localiza en el borde nor-oriental del cerro Sombrero, en la cota media de la
ladera. Tiene un cuerpo rectangular, sus patas anteriores y posteriores y cuello recto. Esta
figura no ha sido intervenida bajo ninguna estancia valórica, salvo el deterioro afecto a la
intervención de transeúntes y el paso incontrolable de vehículos. Junto con el camélido del
panel 2, son las únicas de este tipo, marcando una amplia diferencia tanto en tamaño como
en técnica.
Panel 5
Es un panel menor que está localizado inmediatamente al este del panel 4; se trata de 2
figuras antropomorfas del “estilo Lluta” y un zoomorfo que se define como camélido. Las
figuras son de apariencia más tosca y pueden ser versiones muy posteriores a las originales
9
del valle de Lluta.
Panel 6
Es un conjunto de figuras irreconocibles que se localiza en la parte superior del cerro Pan
de Azucar por sobre el panel 4 y 7. Se visualizan manchas raspadas que indican que en un
momento fueron geoglifos posiblemente con el patrón de las figuras del panel 2 y 4
Panel 7
Las figuras se localizan en el sector medio de la ladera y orientadas hacia el este. Su estado
de conservación es deficiente por desgaste y oxidación del suelo, no siendo intervenidas ya
que fueron descubiertas recientemente desde el aíre. El panel consta de una figura
antropomorfa de grandes dimensiones y figura zoomorfa que se identifica como “llama”.
Ambas figuras fueron hechas en técnica “extractiva”. Esta técnica pareciera tener
antecedentes cronológicos más tempranos, en contraste con la tecnica aditiva que se postula
más tardía.
3. DIAGNOSTICO DEL ESTADO DE CONSERVACIÓN
3.1 Metodología
La evaluación técnica del estado de conservación del complejo arqueológico “Cerro
Sombrero” se realizó siguiendo el lineamiento básico normado por la Carta de Burra (1999)
Esta carta provee una guía para la conservación y gestión de los sitios de significación
cultura (sitios del patrimonio cultural) y se basa en el conocimiento y experiencia de los
miembros de ICOMOS-Australia. Partiendo de la noción básica de que la conservación es
parte integrante de la gestión de los sitios de significación cultural , la evaluación del
espacio patrimonial actual del Complejo Arqueológico Aldea Cerro Sombrero comenzó con
una estimación elemental del impacto negativo de factores organizados como externos e
internos. Esta estimación fue llevada a cabo por medio de una prospección pedestre
intrasitio realizada en tres salidas diarias a terreno. Durante los reconocimientos de
superficie se evaluó de manera sistemática los factores determinantes en la conservación y
mantenimiento de la Aldea Cerro Sombrero en relación (a) los elementos estructurales
(muros) y (b) las superficies horizontales (pisos de estructuras o áreas de ocupación). La
patología de los muros fue definidas como: erosión basal, pre-colapso y colapso mientras
10
que los problemas de las superficies horizontales consisten en: presencia de desechos
sólidos; impacto de investigaciones arqueológicas y exposición y erosión de materiales .
La evaluación general del sitio dio un total de 146 estructuras registradas aunque
este registro no tomó en cuenta todas las estructuras de manera individual, existiendo 6
casos en los cuales la sigla E-(número) representaba a un conjunto de estructuras.
Sigla Nº Real de Estructura
E-15 3
E-16 2
E-32 3
E-33 2
E-133 3
E-134 3
Las estructuras -tanto los conjuntos como las estructuras independientes- fueron
registradas a través de coordenadas UTM y sus características fueron señaladas en
formularios individuales de registro, lo que permitió un control claro de datos y la
posibilidad de comparaciones y manejo estadístico de resultados. Los formularios,
registraron, de manera paralela a la identificación de las patologías más importantes de las
estructuras, las acciones más pertinentes a realizarse, recomendando las siguientes
acciones:
Re-estructuración de muros colapsados: Actividad referida a la reintegración
formal de aquellos sectores de muros que por efectos de colapso exponen al
monumento a daño mayor.
Re-estructuración de muros en pre-colapso: Alude a la intervención en aquellas
secciones de muro que estaban en peligro de próximo colapso. En algunos casos
posiblemente sea necesario desmontar los muros para efectuar su reestructuración.
Limpieza: La proliferación de desechos sólidos en la zona arqueológica,
Calzadura de erosión basal: La erosión en la sección basal de los muros de las
plataformas que conforman las estructuras de Cerro Sombrero, es un hecho común,
11
debido al factor eólico. La necesidad de evitar mayores daños nos obliga a calzar
tales afecciones.
Figura 3: Distribución espacial de las estructuras de Cerro Sombrero
3.2 Resultados
A continuación se detallas los resultados más importantes para la conservación y
mantenimiento del Complejo Arqueológico Aldea Cerro Sombrero
Factores internos
Entre los agentes internos se cuentan aspectos como la calidad del material y
factura propia de los elementos que constituyen el sitio arqueológico en cuestión y cuya
interacción en el tiempo deviene en factores negativos frente al monumento. En Cerro
Sombrero, las estructuras arquitectónicas (habitaciones y corrales) y los paneles de
geoglifos fueron construidos bajo la lógica de una tecnología expeditiva que se caracteriza
por la acción situacional, es decir los materiales utilizados en la construcción de las
viviendas fueron aquellos hallados a la mano, en el lugar de actividad. Como consecuencia,
12
la totalidad de las estructuras de este yacimiento fueron confeccionadas con rocas
metamórficas (cuarcíticas) como materia prima y con un uso limitado de argamasa. Esta
lógica de construcción determinó que en la actualidad se pueda observara un deslizamiento
de segmentos de muros y el asentamiento y pandeo estructural propio del material
utilizado para la construcción.
Figura 4: Colapso de muro causado por factores internos
Figura 5: Deslizamiento y colapso de muro producido por presión interior
13
Factores externos
Dentro de esta definición se engloban los agentes naturales o medioambientales y
los agentes antrópicos, que históricamente son el principal factor de degradación de los
monumentos.
En el primer grupo, se hallan concentrados los factores medioambientales que
actúan en contra de la preservación de los sitios: clima, condiciones edafológicas, etc. En
Cerro Sombrero, se puede diferenciar entre constantes y ocasionales. Entre los de origen
natural constante se cuenta, principalmente, la acción del viento, con los daños colaterales
a que va aparejado, tales como modificación del entorno, la desestabilización y posterior
colapso de las estructuras. Dentro de este ámbito, la aldea prehispánica de Cerro Sombrero
al encontrarse inserta en un ambiente extremadamente árido y muy estable no sufre los
embates de variaciones climáticas, suelos ácidos, etc. Sin embargo, debido a la
exposición constante de los vientos se puede observar (a) una creciente erosión de la
argamasa utilizada en los muros basales de algunas estructuras y (b) la degradación de las
estructuras causada por la presencia de montículos arenosos al interior de muros que
generan empujes y fuerzas expansivas colaterales, posibilitando el desplome de amplias
porciones de paramentos. Entre los agentes de origen natural ocasional se cuentan
aspectos como: los de origen tectónico (temblores) y los asociados al fenómeno de El Niño.
Éste último, aunque forma parte de un complejo de carácter continental que afecta de
manera cíclica a todos los sitios de la costa, es importante señalar que su impacto es el
menos perceptible e importante en la conformación actual de este yacimiento.
En el segundo grupo se concentra las actividades derivadas del factor humano,
que es uno de los más importantes agentes en la conservación y preservación de los sitios
arqueológicos, pudiendo ser concebido como actor desencadenante de un problema
específico. Dentro de los agentes antrópicos que más influyen en el sitio en cuestión se
incluye: al turista (ya sea aislado o en grupo, accidental o frecuente), como a los
investigadores y a los pobladores locales, debido a que todos ellos son agentes de deterioro
según las actividades desarrolladas. Extendiendo aún más este concepto, también, es
posible incluir al contexto institucional y administrativo que por medio de regulaciones,
decretos, leyes y otras disposiciones de carácter obligatorio y/o prohibitivo modifican
14
directa o indirectamente al sitio restringiendo o autorizando el acceso o la realización de
actividades en su cercanía.
En Aldea Cerro Sombrero se ha podido evidenciar:
a. Manejo inapropiado de desechos orgánicos e inorgánicos, causado por la falta de
control e información constante acerca de la importancia histórica y social. A esto
se añade la carencia de contenedores de basura que faciliten la administración
adecuado de desechos y que permitan un mantenimiento óptimo del espacio. Desde
una perspectiva panorámica, las acciones que han provocan la acumulación de los
distintos residuos son causados por: actividades comunitarias (rituales o festivas)
que concentran un grupo importante de personas (e.g. Festividad del Año Nuevo
Aymara) y el turismo descontrolado tanto local y extranjero. Con respecto al último
punto, Cerro Sombrero es el punto de partida obligatorio para el conocido
“Circuito arqueológico del Valle de Azapa” que incluye los sectores de Atoka,
Canchas de Golf y Cerro Sagrado.
Figura 6: Restos de basura en los alrededores del Complejo Arqueológico "Cerro sombrero"
b. Modificación intencional del paisaje arqueológico y cultural, reflejada
principalmente en la intervención consiente de algunos espacios. Dentro de este
acápite se destaca el movimiento de materiales de construcción propios de las
estructuras prehispánicas para la conformación de “nuevos geoglifos” (e.g.
nombres, alusiones regionales. etc.), asimismo el creciente impacto a los paneles de
geoglifos cercanos a las áreas de actividad turística a puesto en peligro su
15
conservación. Esto se debe principalmente, a la falta de senderos formales que
controlen y guíen los paseo turísticos además de prevenir
Figura 7: Impacto de agentes antrópicos alrededor de Aldea Cerro Sombrero
Figura 8: Impacto de agentes antrópicos en Cerro Sombrero
c. Impacto de investigaciones arqueológicas sin planes de conservación formales.
Cerro Sombrero ha sido parte importante del desarrollo arqueológico de la región
Arica y Parinacota desde inicio de la década de los años 80 debido, principalmente a
su rica evidencia arquitectónica y material para la conformación de la historia
16
cultural de la zona. Como parte de las investigaciones realizadas, muchos de los
recintos fueron sometidos a excavaciones intensivas que dejaron expuestas perfiles
y materiales arqueológicos y vulneraron de manera importante la estructura
arquitectónica básica de la construcción. Actualmente, se pueden observar desechos
materiales propios de la intervención arqueológica (e.g. estacas, señalizadores,
lienzas, etc.) en las superficies de algunas estructuras y el incremento de la erosión
causada por la exposición de los perfiles y los contextos.
Figura 9: Restos materiales de excavaciones arqueológicas de la década de los 80’s.
Figura 10: Detalle de la erosión causada por la exposición al interior de una estructura
17
De manera general se observó que el 38,4% de las estructuras presentaba un nivel
bajo de conservación estando, principalmente, afectadas por el colapso (derrumbe y
separación de sus elementos) y la erosión (pre-colapso), mientras que sólo el 10,3 % de las
construcciones presentaba un nivel óptimo (alto) de conservación. Con respecto a los
pisos y áreas de ocupación interna, el 42% necesitan de limpieza y mantenimiento debido a
que el acceso descontrolado a varios sectores de Aldea Cerro Sombrero de los turistas y
locales que ha generalizado el descarte de basura sólida en los alrededores.
Figura 11: Distribución porcentual del deterioro/nivel de conservación
La evaluación del nivel de atención requerido señaló que 31 estructuras necesitan de
intervención urgente, 20 de una intervención a corto plazo, 64 intervención a mediano
plazo y 30 una intervención a largo plazo.
18
Figura 12: Distribución porcentual de la intervención recomendada/nivel de atención
Distribución espacial del deterioro no mostró ningún patrón específico, aunque se
pudo observar que las estructuras con mejor nivel de conservación se hallan emplazadas en
alturas superiores a los 200 msnsm, mientras que las estructuras en el coluvio inferior eran
las más afectadas (nivel medio/bajo). En general, los agentes naturales externos afectaron
de manera homogénea la arquitectura del sitio, siendo la erosión eólica el mayor causante
de los colapsos. Sin embargo, el conjunto de estructuras ubicado al norte del cerro presenta
un grado más óptimo de mantenimiento.
Esta distribución bastante homogénea determinó que tanto la intervención
recomendada: limpieza (N=20), consolidación de elementos (N=38), reintegración de
materiales (N=29) y consolidación y reintegración (N=52) no siguiera un orden espacial
establecido,
19
Figura 13: Distribución espacial de los niveles de conservación
Figura 14: Distribución espacial del nivel de atención requerido
20
Figura 15: Distribución espacial del nivel de atención requerido
El estado de conservación de geoglifos debe ser tomado de manera independiente
del estado actual de las estructuras debido principalmente a que esta área se halla
constantemente expuesta al deterioro causado por el por la intervención de los
transeúntes y el paso incontrolable de los vehículos (Briones 2009).
Acción recomendada Estado de conservación
Nivel de atención
recomendado
PANEL 1
Aún se observa sobre la
superficie. Se recomienda
limpieza y mantenimiento.
Medio Corto plazo
PANEL 2
Aún se observa sobre la
superficie. Se recomienda
limpieza y mantenimiento.
Medio Corto Plazo
PANEL 3 No se distingue sobre la
superficie.
Bajo Urgente
PANEL 4 No se distingue Bajo Urgente
PANEL 5 No se distingue Bajo Urgente
PANEL 6 No se distingue sobre la
superficie
Bajo Urgente
PANEL 7 No se distingue sobre la Bajo Urgente
21
superficie
4. CONCLUSIONES: PROPUESTA DE MANEJO BASADA EN EL
DIAGNOSTICO DE CONSERVACIÓN
Los planes de manejo son herramientas para asegurar la correcta toma de decisiones
en términos de la supervivencia a largo plazo de los recursos patrimoniales. Siguiendo el
trabajo de Ferraro y Molinari (2001) se ha planteado que una estrategia de manejo funciona
en dos niveles: nivel técnico-académico ponderado por los agentes académicos (e.g.
arqueólogos), que interviene en temas como la documentación de la historia de los sitios, la
revisión de la condición física del sitio y los problemas actuales de conservación y el nivel
social que contempla fundamentalmente las particularidades de la población local no-
especializada científicamente y los distintos recursos y beneficios que se quieran para
lograr un manejo sustentable de un bien cultural. Para que sea exitoso un plan de manejo se
debe definir el significado cultural de los sitios y luego conciliar las posiciones de todos los
grupos involucrados. En la siguiente propuesta, sólo se apoya en recomendaciones y
considerandos del grupo del primer nivel.
Al hablar de manejo, también, hablamos del patrimonio y de la identidad de la comunidad
que está involucrada en el plan propuesto. Por ello, se hace necesario aquí considerar
algunas cuestiones vinculadas con estos temas. Pero también es necesario considerar la otra
esfera que es inseparable del aspecto técnico: el manejo evaluativo. El enfoque holístico al
supone que el manejo es exitoso si considera las interrelaciones del recurso con el medio
físico y social en el que nos incluimos.
Consideramos que la conservación de un recurso requiere de la identificación de la
sociedad con el patrimonio que posee (Ferraro y Molinari 2001), con lo cual la propuesta
que presentamos deberá considerar el intercambio de evaluaciones y proyectos de todos los
participantes para consensuar una estrategia de manejo sustentable acorde a los intereses y
a las necesidades de la comunidad, y a la supervivencia a largo plazo del recurso. Así, la
comunidad científica participará en las distintas etapas del plan de manejo en calidad de
asistente técnico permanente pero la toma de decisiones quedará en manos de un organismo
local con poder de aplicación.
22
Hemos tomado las etapas propuestas por UICN (1997): diagnóstico, metas, acciones,
resultados, monitoreo y evaluación para la planificación hacia la sostenibilidad. A partir de
este esquema diseñamos los siguientes pasos que bajo este criterio responderían a las
necesidades de una localidad arqueológica dentro de una comunidad dada.
En Cerro Sombrero, es importante determinar la totalidad de área bajo manejo realizando
estudios distribucionales reiterados a partir de los cuales se puedan localizar e incluir todas
las ocupaciones antrópicas y recursos de interés hasta el momento desconocidos en el área a
demarcar y promover el desarrollo sostenible de la comunidad y su ecosistema de
pertenencia a través del uso racional y rentable a largo plazo de sus recursos
culturales y naturales, diversificando la economía, promoviendo un desarrollo turístico
planificado que integre la localidad arqueológica con los espacios linderos y así regularizar
y mejorar la calidad de visitación del recurso y otros lugares cercanos de interés.
Acciones recomendadas
1. Gestionar subsidios ante distintos organismos públicos y/o privados, nacionales y/o
internacionales para el financiamiento del proyecto.
2. Controlar los efectos de la variable antrópica, imponiendo pautas al uso de la zona. La
regulación debería corregir ciertos usos actuales que atentan contra la integridad física de
los recursos. Las propuestas deben incluir la relocalización de actividades como: la
creación de un nuevo circuito de enduro para trasladar el tránsito de vehículos doble
tracción a otro lugar; el trazado de rutas alternativas; la modificación del sistema
actual de recolección de basura por medio de técnicas menos destructivas; el
establecimiento de una normativa urbanística que tenga en cuenta la fragilidad del
área.
3. Ampliar las investigaciones de la dinámica del deterioro con actividades de control
del ciclo de erosión.
4. Considerar la viabilidad de la difusión del lugar o el sitio arqueológico de acuerdo a la
evaluación técnica anterior. En el caso de que esta fuera beneficiosa tanto para la
23
comunidad local como para los visitantes y el recurso, la difusión puede hacerse a través de
un centro de visitantes el cual debería construirse en una zona que asimismo permita el
control y vigilancia del recurso pero que no lo impacte. La muestra puede estar
acompañada de folletería y se la reforzará con el mensaje de uso racional, rentable y
sustentable de la localidad. Por último, en la medida de lo posible se realizarán visitas
interpretativas guiadas al sitio con soporte de cartelería y/o se replicará un sector
representativo en el centro de visitantes para evitar una aceleración del deterioro y
contrarrestar los efectos negativos de la escasa visibilidad.
5. Proponer un recorrido que incluya sitios de diversa índole pero representativos o
significativos para la vida de la localidad. Estos lugares llevarán infografía adicional que
sitúe al visitante con respecto a los otros lugares de interés.
Sugerencias de monitoreo
1. Evaluar el deterioro y los agentes que actúan sobre el sitio de acuerdo a un plan de
monitoreo intensivo de 6 meses sobre los sectores visitados.
2. Elaborar una planilla de participación y control para el registro y seguimiento de las
actividades rituales comunitarias realizadas por los distintos grupos sociales y capacitar a
involucrados locales para su llenado durante todo el año.
3. Elaborar una breve encuesta para los visitantes que permita conocer sus intereses y
necesidades, para modificar o reforzar las medidas tomadas hasta el momento.
4. Revisar las etapas anteriores.
24
BIBLIOGRAFÍA
Briones, L.
2008 Geoglifos del Norte De Chile, Región de Arica y Parinacota. Consejo de
Monumentos Nacionales, Gobierno de Chile
Ferraro, L. y R. Molinari
1999 Arte en el Manejo: procesos naturales de deterioro, graffitis y difusión
interpretativa en sitios arqueológicos del PN Perito Moreno (Prov. de Santa
Cruz). Ponencia presentada al XIII Congreso Nacional de Arqueología
Argentina. Simposio Recursos Culturales Arqueológicos. Córdoba.
2001 Impacto Antrópico sobre el arte rupestre: un cambio de entendimiento hacia su
uso sustentable. I Taller Internacional de Arte Rupestre. La Habana
ICOMOS
1999 Carta de Burra, http://www.international.icomos.org/burra1999_spa.pdf
Molinari, R., L. Ferraro, H. Paradela y A. Castaño
2001 Odisea del Manejo: Conservación del Patrimonio Arqueológico y Perspectiva
Holística. II Congreso Virtual de Antropología y Arqueología.
www.naya.org.ar
Muñoz, I.
1981 La aldea del cerro Sombrero en el período del Desarrollo Regional de Arica.
Chungara 7:105-143.
Romero, A.; Santoro, C.; Valenzuela, D.; Chacama, J.;Rosello, E. y L. Piacenza
2004 Túmulos, ideología y paisaje de la Fase Alto Ramírez del Valle de Azapa. En:
Chungará Volumen Especial (1): 261-272
Morris M. y O. Panty
1999 Espacio y Conciencia geográfica en Tacna. Ediciones Tercer Milenio. Tacna
Santoro, C.
2000 Formativo en la región de los valles occidentales del área centro sur andina (Sur
Perú y Norte de Chile). En: Formativo Sudamericano, Una Reevaluación, P.
Ledergerber-Crespo (Ed.), pp. 243-253, ABYA-YALA, Quito
25
Tobar, A, Salas, I y René, F Kast.
1968 Carta Geológica de Chile: Cuadrángulos Camaraca y Azapa. Provincia de
Tarapacá. Cartas Nº 19 y 20. Instituto de Investigaciones Geológica de Chile.
UICN
1997 Evaluación del progreso hacia la sostenibilidad: Enfoques, métodos,
herramientas y experiencias de campo. Equipo Internacional de evaluación.
UICN. Cambridge.
26
ANEXO 1
TABLA DE REFERENCIA ESPACIAL DE LAS ESTRUCTURAS REGISTRADAS
Estructura UTM N UTM E
E-1 7.952.879 367.139
E-2 7.952.861 367.099
E-3 7.952.860 367.130
E-4 7.952.858 367.084
E-5 7.952.849 367.113
E-6 7.952.846 367.108
E-7 7.952.844 367.081
E-8 7.952.835 367.092
E-9 7.952.833 367.094
E-10 7.952.832 367.094
E-11 7.952.830 367.083
E-12 7.952.829 367.083
E-13 7.952.826 367.079
E-14 7.952.822 367.073
E-15 7.952.821 367.074
E-16 7.952.821 367.070
E-17 7.952.802 367.092
E-18 7.952.800 367.082
E-19 7.952.799 367.071
E-20 7.952.795 367.084
E-21 7.952.732 367.190
E-22 7.952.732 366.929
E-23 7.952.727 367.206
E-24 7.952.727 366.942
E-25 7.952.725 366.943
E-26 7.952.722 367.213
E-27 7.952.720 366.942
E-28 7.952.720 367.226
E.29 7.952.718 367.192
E-30 7.952.718 367.248
E-31 7.952.715 367.230
E-32 7.952.715 367.225
E-33 7.952.711 366.811
E-34 7.952.711 367.232
E-35 7.952.707 366.940
E-36 7.952.702 367.239
E-37 7.952.700 367.234
E-38 7.952.698 366.896
E-39 7.952.698 367.242
E-40 7.952.697 366.942
E-41 7.952.695 367.248
E-42 7.952.694 367.206
E-43 7.952.689 366.958
E-44 7.952.687 367.224
E-45 7.952.686 366.942
E-46 7.952.685 366.954
E-47 7.952.683 367.234
E-48 7.952.679 366.965
E-49 7.952.679 367.181
E-50 7.952.677 366.963
E-51 7.952.673 367.164
E-52 7.952.670 366.961
E-53 7.952.668 367.173
E-54 7.952.668 366.961
E-55 7.952.666 366.983
E-56 7.952.666 366.995
E-57 7.952.666 367.143
E-58 7.952.666 366.938
E-59 7.952.666 367.067
E-60 7.952.664 367.186
E-61 7.952.662 367.062
E-62 7.952.660 366.961
E-63 7.952.659 366.981
E-64 7.952.658 367.146
E-65 7.952.657 367.047
E-66 7.952.655 367.092
E-67 7.952.654 367.147
E-68 7.952.653 367.082
E-69 7.952.652 366.962
E-70 7.952.652 366.958
E-71 7.952.651 367.141
E-72 7.952.649 367.003
E-73 7.952.646 367.037
E-74 7.952.645 367.084
E-75 7.952.644 367.112
E-76 7.952.644 367.086
E-77 7.952.642 366.946
E-78 7.952.642 366.943
E-79 7.952.639 367.180
E-80 7.952.639 367.109
E-81 7.952.636 367.194
E-82 7.952.635 367.107
E-83 7.952.632 367.258
E-84 7.952.632 367.214
E-85 7.952.631 367.179
E-86 7.952.629 367.222
E-87 7.952.622 367.220
E-88 7.952.622 367.224
E-89 7.952.619 367.208
27
E-90 7.952.616 367.245
E-91 7.952.608 367.254
E-92 7.952.608 367.273
E-93 7.952.605 367.280
E-94 7.952.596 367.253
E-95 7.952.594 367.273
E-96 7.952.589 367.281
E-97 7.952.587 367.278
E-98 7.952.583 367.270
E-99 7.952.578 367.261
E-100 7.952.577 367.258
E-101 7.952.642 367.043
E-102 7.952.651 367.038
E-103 7.952.639 367.038
E-104 7.952.608 367.045
E-105 7.952.643 367.060
E-106 7.952.636 367.084
E-107 7.952.630 367.074
E-108 7.952.625 367.067
E-109 7.952.604 367.070
E-110 7.952.613 367.084
E-111 7.952.634 367.093
E-112 7.952.661 367.088
E-113 7.952.680 367.108
E-114 7.952.677 367.119
E-115 7.952.690 367.106
E-116 7.952.687 367.104
E-117 7.952.709 367.123
E-118 7.952.716 367.116
E-119 7.952.733 367.131
E-120 7.952.616 367.026
E-121 7.952.624 367.013
E-122 7.952.625 366.997
E-123 7.952.656 367.021
E-124 7.952.604 367.035
E-125 7.952.622 367.055
E-126 7.952.621 367.040
E-127 7.952.693 367.128
E-128 7.952.712 367.138
E-129 7.952.645 367.127
E-130 7.952.732 367.146
E-131 7.952.713 367.153
E-132 7.952.735 367.164
E-133 7.952.691 367.143
E-134 7.952.715 367.172
E-135 7.952.678 367.086
E-136 7.952.671 367.023
E-137 7.952.682 367.009
E-138 7.952.709 367.098
E-139 7.952.691 367.072
E-140 7.952.682 367.052
E-141 7.952.713 367.084
E-142 7.952.711 367.064
E-143 7.952.733 367.115
E-144 7.952.703 367.049
E-145 7.952.752 367.160
E-146 7.952.752 367.142
28
ANEXO 2
TABLA DE CRUCE DE DATOS:
INTERVENCIÓN RECOMENDADA/TIEMPO SUGERIDO
Intervención recomendada
To
tal
Ninguna
Limpieza Consolidación de elementos
Reintegración de materiales
Consolidación y reintegración
Urg
en
te
E-103 0 0 0 0 1 1
E-104 0 0 1 0 0 1
E-105 0 0 0 1 0 1
E-106 0 0 0 0 1 1
E-107 0 0 0 0 1 1
E-110 0 0 0 0 1 1
E-119 0 0 0 0 1 1
E-132 0 0 0 0 1 1
E-137 0 0 0 0 1 1
E-14 0 0 0 0 1 1
E-19 0 0 0 0 1 1
E-32 0 0 0 0 1 1
E-37 0 0 0 0 1 1
E-48 0 0 0 0 1 1
E-49 0 0 0 0 1 1
E-51 0 0 0 0 1 1
E-52 0 0 0 0 1 1
E-53 0 0 0 0 1 1
E-65 0 0 0 0 1 1
E-66 0 0 1 0 0 1
E-67 0 0 0 1 0 1
E-68 0 0 0 0 1 1
E-69 0 0 0 0 1 1
E-72 0 0 0 0 1 1
E-81 0 0 0 0 1 1
E-82 0 0 1 0 0 1
E-83 0 0 0 1 0 1
E-84 0 0 0 0 1 1
E-85 0 0 0 0 1 1
E-88 0 0 0 0 1 1
E-95 0 0 0 0 1 1
Total 3 25 31
29
Co
rto
Pla
zo
E-121 0 1 0 0 1
E-123 0 1 0 0 1
E-125 0 1 0 0 1
E-127 1 0 0 0 1
E-138 0 0 1 0 1
E-139 0 0 1 0 1
E-140 0 0 1 0 1
E-141 0 0 1 0 1
E-20 0 0 1 0 1
E-21 0 0 1 0 1
E-22 0 0 1 0 1
E-23 0 0 1 0 1
E-27 1 0 0 0 1
E-3 0 1 0 0 1
E-38 0 0 1 0 1
E-43 0 0 0 1 1
E-44 0 0 0 1 1
E-5 0 1 0 0 1
E-7 0 1 0 0 1
E-9 1 0 0 0 1
Total 3 6 9 2 20
Me
dia
no
pla
zo
E-10 1 0 0 0 0 1
E-100 0 0 0 0 1 1
E-102 0 0 0 1 0 1
E-108 0 0 0 0 1 1
E-109 0 0 0 0 1 1
E-111 0 0 0 0 1 1
E-112 0 0 1 0 0 1
E-113 0 0 0 1 0 1
E-115 0 0 0 1 0 1
E-116 0 0 0 0 1 1
E-118 0 0 0 1 0 1
E-12 0 0 0 0 1 1
E-122 0 0 1 0 0 1
E-128 1 0 0 0 0 1
E-13 0 0 0 0 1 1
E-130 0 0 0 0 1 1
E-131 0 0 0 0 1 1
E-133 0 0 0 0 1 1
E-134 0 0 1 0 0 1
E-142 0 0 1 0 0 1
E-143 0 0 1 0 0 1
E-144 0 0 1 0 0 1
30
E-145 0 0 1 0 0 1
E-15 0 0 0 0 1 1
E-16 0 0 1 0 0 1
E-24 0 0 1 0 0 1
E-25 0 0 1 0 0 1
E-28 1 0 0 0 0 1
E-30 0 0 0 0 1 1
E-31 0 0 0 0 1 1
E-33 0 0 0 0 1 1
E-34 0 0 1 0 0 1
E-4 0 0 1 0 0 1
E-45 0 0 0 0 1 1
E-46 0 0 0 0 1 1
E-47 0 0 1 0 0 1
E-50 0 0 0 0 1 1
E-54 0 1 0 0 0 1
E-55 0 0 1 0 0 1
E-56 0 0 0 1 0 1
E-57 0 0 0 1 0 1
E-58 0 0 1 0 0 1
E-59 0 0 0 1 0 1
E-61 0 0 0 1 0 1
E-62 0 0 0 0 1 1
E-64 0 0 0 1 0 1
E-70 0 0 0 0 1 1
E-71 0 0 0 0 1 1
E-73 0 0 0 0 1 1
E-74 0 0 1 0 0 1
E-75 0 0 0 1 0 1
E-77 0 0 0 1 0 1
E-78 0 0 0 0 1 1
E-80 0 0 0 1 0 1
E-86 0 0 0 0 1 1
E-87 0 0 0 0 1 1
E-89 0 0 0 0 1 1
E-90 0 0 1 0 0 1
E-91 0 0 0 1 0 1
E-93 0 0 0 1 0 1
E-94 0 0 1 0 0 1
E-96 0 0 1 0 0 1
E-97 0 0 0 1 0 1
E-99 0 0 0 1 0 1
Total 3 1 19 16 25 64
31
La
rgo
Pla
zo
E-101 0 1 0 0 1
E-11 1 0 0 0 1
E-114 0 1 0 0 1
E-117 0 1 0 0 1
E-120 0 1 0 0 1
E-124 0 1 0 0 1
E-126 0 1 0 0 1
E-129 1 0 0 0 1
E-135 0 0 1 0 1
E-136 0 0 1 0 1
E-146 0 0 0 1 1
E-17 0 0 1 0 1
E-18 0 0 1 0 1
E-2 0 1 0 0 1
E-26 0 1 0 0 1
E-35 0 0 1 0 1
E-36 0 0 1 0 1
E-39 0 0 1 0 1
E-40 0 0 1 0 1
E-41 0 0 1 0 1
E-42 0 0 1 0 1
E-6 0 1 0 0 1
E-60 0 1 0 0 1
E-63 0 1 0 0 1
E-76 0 1 0 0 1
E-79 0 1 0 0 1
E-8 0 1 0 0 1
E-92 0 1 0 0 1
E-98 0 1 0 0 1
E.29 1 0 0 0 1
Total 3 16 10 1 30
32
ANEXO 3
TABLA DE CRUCE DE DATOS:
NIVEL DE CONSERVACIÓN/TIPO DE DETERIORO
niv
el
de
co
nserv
ació
n
Deterioro General
Total
NIN
GU
NO
DE
RR
UM
BE
SE
PA
RA
CIÓ
N
DE
EL
EM
EN
TO
S
ER
OS
IÓN
DE
LA
A
RG
AM
AS
A
DE
RR
UM
BE
Y
ER
OS
IÓN
Bajo
E-103 0 1 0 1
E-104 0 1 0 1
E-105 0 1 0 1
E-106 0 1 0 1
E-107 0 1 0 1
E-110 0 0 1 1
E-119 0 1 0 1
E-125 0 0 1 1
E-132 0 0 1 1
E-138 1 0 0 1
E-139 1 0 0 1
E-14 0 0 1 1
E-140 0 0 1 1
E-141 0 1 0 1
E-143 0 1 0 1
E-145 0 1 0 1
E-20 1 0 0 1
E-21 1 0 0 1
E-22 0 0 1 1
E-23 0 1 0 1
E-25 0 1 0 1
E-32 0 0 1 1
E-38 1 0 0 1
E-44 1 0 0 1
E-45 0 1 0 1
E-48 0 1 0 1
E-49 0 1 0 1
E-50 0 1 0 1
E-51 0 1 0 1
E-52 0 1 0 1
E-53 0 1 0 1
E-65 0 1 0 1
33
E-66 0 1 0 1
E-67 0 1 0 1
E-68 0 1 0 1
E-69 0 1 0 1
E-7 0 0 1 1
E-72 0 0 1 1
E-81 0 1 0 1
E-82 0 1 0 1
E-83 0 1 0 1
E-84 0 1 0 1
E-85 0 1 0 1
E-88 0 0 1 1
E-95 0 1 0 1
TOTAL 6 29 10 45
Me
dio
E-100 0 0 1 0 1
E-102 0 0 0 1 1
E-108 0 0 0 1 1
E-109 0 0 0 1 1
E-111 1 0 0 0 1
E-112 0 1 0 0 1
E-113 0 1 0 0 1
E-115 0 1 0 0 1
E-116 0 0 1 0 1
E-118 0 0 0 1 1
E-12 0 0 0 1 1
E-121 0 1 0 0 1
E-122 1 0 0 0 1
E-123 0 1 0 0 1
E-127 0 0 0 1 1
E-13 0 0 0 1 1
E-130 0 0 0 1 1
E-131 0 0 0 1 1
E-133 1 0 0 0 1
E-135 0 1 0 0 1
E-136 0 1 0 0 1
E-137 0 0 0 1 1
E-142 0 0 0 1 1
E-144 0 0 0 1 1
E-146 0 1 0 0 1
E-15 1 0 0 0 1
E-17 0 1 0 0 1
E-18 0 1 0 0 1
E-19 0 0 0 1 1
E-24 0 0 0 1 1
34
E-27 0 0 0 1 1
E-3 0 1 0 0 1
E-30 0 0 0 1 1
E-31 0 0 0 1 1
E-33 1 0 0 0 1
E-35 0 1 0 0 1
E-36 0 1 0 0 1
E-37 0 0 0 1 1
E-4 1 0 0 0 1
E-43 0 0 0 1 1
E-46 0 1 0 0 1
E-47 0 0 0 1 1
E-5 0 1 0 0 1
E-54 0 0 1 0 1
E-55 0 0 0 1 1
E-56 0 0 1 0 1
E-57 0 0 0 1 1
E-58 0 1 0 0 1
E-59 0 1 0 0 1
E-61 0 1 0 0 1
E-62 0 0 1 0 1
E-64 0 0 0 1 1
E-70 0 0 0 1 1
E-71 0 0 0 1 1
E-73 1 0 0 0 1
E-74 0 1 0 0 1
E-75 0 1 0 0 1
E-77 0 1 0 0 1
E-78 0 0 1 0 1
E-80 0 0 0 1 1
E-86 0 0 0 1 1
E-87 0 0 0 1 1
E-89 1 0 0 0 1
E-9 0 0 0 1 1
E-90 0 1 0 0 1
E-91 0 1 0 0 1
E-93 0 1 0 0 1
E-94 0 1 0 0 1
E-96 0 1 0 0 1
E-97 0 1 0 0 1
E-99 0 1 0 0 1
TOTAL 8 28 6 29 71
Alto
E-10 1 1
E-101 1 1
35
E-11 1 1
E-114 1 1
E-117 1 1
E-120 1 1
E-124 1 1
E-126 1 1
E-128 1 1
E-129 1 1
E-134 1 1
E-16 1 1
E-2 1 1
E-26 1 1
E-28 1 1
E-34 1 1
E-39 1 1
E-40 1 1
E-41 1 1
E-42 1 1
E-6 1 1
E-60 1 1
E-63 1 1
E-76 1 1
E-79 1 1
E-8 1 1
E-92 1 1
E-98 1 1
E.29 1 1
TOTAL 29 29