Facultad de Geografa e Historia Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contempornea
TESIS DOCTORAL
TPICOS Y CONTINUIDADES EN EL DISCURSO SOBRE LA EXPANSIN
Y EN LA REAFIRMACIN DE LA MONARQUA CASTELLANA
(SIGLOS XII Y XIII):
UNA PROPUESTA DE ANLISIS DE LA CRONSTICA EN LA
RECONQUISTA
Autor:
Raimundo Meneghello Matte
Directores:
Dr. Jos Luis Martn Martn Dr. Diego Melo Carrasco
(U. de Salamanca) (U. Adolfo Ibez)
Salamanca, 2015
2
A Consuelo que comenz junto a m este camino.
A Leonor que lleg al final para darle sentido a todo.
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Prefacio y Agradecimientos
Cuando el 2008 inici mis estudios doctorales, jams dimension el enorme
compromiso que estaba adquiriendo. No se trataba solamente de la confeccin de una tesis
(la que demor mucho ms de lo que plane en un principio) sino el reconocerme como
devoto a una disciplina y una temtica, no siempre grata, pero siempre gratificante.
A lo largo de estos aos han existido muchos sinsabores y desventuras, as como
momentos de felicidad y de logros. En especial por la dificultad de compaginar este
trabajo con la vida familiar y profesional y todo ello sumado a las dificultades de trabajar
desde un pas muy alejado de las fuentes, bibliotecas y archivos espaoles. Pero todo ello
confluy para el logro de este producto de la globalizacin, una tesis sobe la Castilla
Medieval escrita por un chileno con apellido italiano.
Al llegar al final de este camino son muchas las personas a las cuales debo mi
reconocimiento, por su gua, consejos o simplemente por estar ah.
En primer lugar, al Dr. Jos Luis Martn que desde un principio estuvo dispuesto a
guiar esta tesis, aun cuando no era ms que una idea muy alejada de lo que ahora es, y yo
apenas un estudiante de posgrado al que acababa de conocer. A Diego Melo, un amigo
que se comprometi en el momento ms oportuno y dio todo de s en forma totalmente
desinteresada. Ambos, mis Directores, fueron quienes dedicadamente orientaron y
revisaron este trabajo una y otra vez y me tuvieron una infinita paciencia para corregirme
y levantarme en cada uno de mis tropiezos. A ngel Gordo, que siempre estuvo presto a
extenderme su mano y darme sus consejos y palabras de apoyo. A talo Fuentes, de quien
aprend ese extrao amor a la Edad Media.
No puedo dejar de agradecer a Francisco Belmar y a Mathias Mellado, quienes
tuvieron el ingrato trabajo de hacer las transcripciones y pasar en limpio miles de fichas,
un trabajo lento y tedioso, pero que supieron hacer con meticulosidad y compromiso.
Tambin existen otros tantos que de forma consciente o no fueron claves para la
culminacin de este trabajo. El personal de la biblioteca de la Universidad de Salamanca y
tantos profesores con los que intercambi opiniones y recib consejos.
Por ltimo a mi familia, en especial a mis padres, que siempre han credo en m y que
sin ellos no sera la persona que soy.
A todos ellos mis ms profundas gratitudes, puesto que sin ellos estas 663 pginas,
316.076 palabras y 6.044 prrafos nunca hubiesen visto la luz.
Santiago de Chile, diciembre de 2014
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Y despus de que lo haya ledo y se haya enterado de todo, colquelo en su lugar y
permanezca all para siempre y ninguno de all lo robe ni se lo lleve por medio del fraude
o la artimaa.
Y si alguno lo hiciera o sin saberlo lo robara o por medio de algn engao lo
destruyera, por la autoridad de Dios omnipotente y de la bienaventurada Virgen Mara y
de los santos apstoles Pedro y Pablo y del gloriossimo Santiago y de todos los santos de
Dios y por nuestra propia autoridad, sea maldito y excomulgado y condenado en el
infierno para siempre junto con Judas, el traidor del Seor, y con Datn y Abirn, a los
que trag la tierra estando an vivos. Amn, amn.
Y quien lo guarde y custodie bien, sea bendito por Dios Padre omnipotente y por su
discpulo el santo apstol Santiago y santificado por los siglos de los siglos. Amn.
Historia Compostelana, Libro I.
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NDICE
Fuentes y Abreviaturas p. 8
Introduccin
I. De las motivaciones de esta tesis p. 12
II. Sobre la Metodologa de anlisis p. 17
III. Hiptesis y objetivos p. 24
IV. Estado de la cuestin p. 27
VII. Estructura p. 51
PRIMERA PARTE: CONTEXTO HISTRICO
I.1.- El Cristianismo y el Islam dos culturas enfrentadas en el marco
peninsular
I.1.a.- El Cristianismo y el Islam en Castilla y Len:
del discurso a la prctica p. 58
I.1.b.- El 711, debacle y leyenda negra p. 62
I.1.c.- Siglo XI. Se inicia la Reconquista, el moro enemigo o
aliado tolerado p. 67
I.1.d.- Siglos XII-XIII. Avanza la reconquista y la intolerancia p. 70
I.2.- Guerra santa y cruzada: la instrumentalizacin religiosa
de la prctica blica
I.2.a.- La guerra justa: de la Antigedad tarda a la Alta Edad Media p. 88
I.2.b.- De la Guerra santa a la Cruzada p. 99
I.3.- La Guerra Santa y la Cruzada, el caso hispano medieval
I.3.a.- Discusiones en torno al uso de los conceptos:
De Asturias a la Reconquista p. 116
I.3.b- Reconquista, Monarqua e Iglesia p. 123
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SEGUNDA PARTE: LAS FUENTES: LA CONSTRUCCIN DE
INSTRUMENTOS IDEOLGICOS
II.1.- La historiografa medieval, fusin de lo clsico y lo brbaro:
el caso hispano.
II.1.a.- Panorama general. p. 147
II.1.b.- La historiografa de la Reconquista: Siglos VIII-X p. 153
II.1.c.- La historiografa de la Reconquista: Siglos XI-XIII p. 158
II.2.- Las Crnicas y la hagiografa en el discurso de la Reconquista
II.2.a.- Cronistas, crnicas: vidas y contextos p. 164
II.2.b.- La hagiografa, la mano de Dios p. 188
II.2.c.- La demonizacin del Islam: proceso ideolgico y realidad prctica p. 192
II.2.d.- El caso de Mahoma: la construccin de una imagen malvola p. 198
II.2.e.- El escenario fronterizo y algunos intentos de comprensin del Islam p. 201
II.2.f.- Las matanzas: la muerte instrumentalizada p. 207
II.2.g.- Botn, aspectos materiales y humanos p. 223
II.2.h.- La imagen de los musulmanes y el ordenamiento de la
frontera en Alfonso X: Realidad y prctica p. 234
II.3.- La figura del rey y la Reconquista
II.3.a.- La figura del monarca, orgenes y evolucin. p. 243
II.3.b.- El caso hispano, los monarcas visigodos p. 251
II.3.c.- Los monarcas de la Reconquista p. 261
II.4.- Las virtudes del rey: Construccin de un ideal monrquico
II.4.a.- Linaje visigodo y continuidad p. 267
II.4.b.- Virtudes religiosas p. 283
II.4.c.- Validacin Blica p. 289
II.4.d.-Validacin jurdica p. 298
II.4.e.- Virtudes morales p. 305
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TERCERA PARTE: LOS TPICOS
III.1.- El Dios de la guerra
III.1.a.- Providencialismo: Dios, juez y parte en los hechos de los hombres p. 313
III.1.b.- Providencialismo hispano-visigodo p. 317
III.1.c.- Pecado y castigo p. 333
III.1d.- El siglo XIII. Dios y los hombres, consolidacin y cambios p. 343
III.2.- Los santos guerreros al servicio de la causa cristiana
III.2.a.- Los Mensajeros celestes: de oriente a occidente p. 354
III.2.b.- Los mensajeros celestes en Hispania p. 362
III.2.c.- Santiago p. 368
III.2.d.- San Isidoro p. 387
III.2.e.- Santa Mara p. 397
III.2.f.- Santos de la frontera p. 404
III.2.g.- Santo Domingo de Silos p. 405
III.2.h.- San Milln de la Cogolla p. 410
III.2.i.- Otros santos y mensajeros celestes p. 412
III.3.- Las dadivas divinas y los rituales de la guerra
III.3.a.- Las ddivas divinas: recompensas espirituales, indulgencias p. 419
III.3.b.- Martirio p. 430
III.3.c.- Rituales blico-religiosos en occidente p. 435
III.3.d.- Ritos de preparacin al combate p. 438
III.3.e.- Ritos de Victoria p. 448
III.3.f.- Ritos de purificacin de los lugares conquistados p. 455
III.4.- Los Reyes modlicos: Siglos XII y XIII
III.4.a.- Alfonso VI p. 463
III.4.a.- Alfonso VII p. 475
III.4.a.- Alfonso VIII p. 481
III.4.a.- Fernando III p. 486
III.4.a.- Alfonso X p. 494
Conclusiones p. 507
Bibliografa p. 518
Anexos p. 558
8
Siglas y Abreviaturas
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Crnica del Obispo de Oviedo don Pelayo, en Casariego, J.A., Crnicas de los Reinos de Asturias y Len, Len, Everest, 1985.
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Chronica Adefonsi Imperatoris, Edicin y estudio por Luis Snchez Belda, Madrid, CSIC., Escuela de Estudios Medievales, 1950.
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Crnica del Emperador Alfonso VII, Introduccin, traduccin, notas e ndices por Maurilio Prez Gonzlez, Len, Universidad de Len, 1997.
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Crnicas Annimas de Sahagn, Edicin crtica, nota e ndice por Antonio Ubieto Artera, Zaragoza, Anubar, 1987.
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9
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Jimnez de Rada, Rodrigo, Opera Omnia, Pars I, Historia de rebus Hispaniae, Corpus Christianorum, Continuatio Mediaevalis, LXXII, Turnholti, Typographi Brepols Editores Pontificii, MCMLXXXVIII.
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10
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La "Vita Dominici Siliensis" de Grimaldo, estudio, edicin crtica y traduccin de Vitalino Valcarcel. Logroo, Instituto de Estudios Riojanos, 1982.
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Los "Miraculos romanados" de Pero Marn, edicin crtica, introduccin e ndices por Karl-Heinz Antn, Abada de Silos, 1988.
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Tuy, Lucas de, Milagros de san Isidoro, traduccin de Juan de Robles (1525), Trascripcin, prlogo y notas de Julio Prez Llamazares (1947), Len, Universidad de Len, 1992.
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El Fuero de Coria, Estudio histrico-jurdico por Jos Maldonado y Fernndez del Torco; trascripcin y fijacin del texto por Emilio Sez; con prlogo del Excmo. Sr. D. Jos Fernndez Hernando, Instituto de Estudios de Administracin Local, 1949.
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El fuero de Cuenca, 2 Edicin, Introduccin, traduccin y notas de Alfredo Valmaa Vicente, Cuenca, Torno, 1978.
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Aquino, Tomas de, Suma Teolgica, Traduccin y Anotaciones de Francisco Barbado Viejo O.P., Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1959.
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Orosio, Paulo, Historia contra los paganos, Estudio preliminar, versin y notas de Enrique Gallego-Blanco, Barcelona, Puvill Libros, 1983.
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Aquino, Tomas de, Suma Teolgica, Parte II-II (a), Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1990.
ST 1990
12
INTRODUCCIN
I. De las motivaciones de esta tesis
El periodo de la Reconquista, comprendido entre los siglos XII y XIII, ha sido uno
de los temas predilectos de la historiografa hispnica, en razn de que, junto con el
siglo anterior, comprenden una de las etapas de mayores transformaciones en el
escenario peninsular. Como consecuencia se ha producido un abundante cuerpo
bibliogrfico que ha abordado las reas ms diversas, como la historia militar, la
frontera, el comercio, las treguas, las relaciones entre los distintos estamentos sociales,
la construccin de la monarqua y el rol de la Iglesia, entre otros. Todos ellos trabajos
que en distintas medidas han contribuido a construir un completo panorama del periodo.
Desde esta perspectiva puede parecer arriesgado el estudiar esta poca a partir de
fuentes tradicionales como son las crnicas y hagiografas, en el entendido de que el
discurso de las mismas ya ha sido estudiados incluso, en este momento, por
medievalistas como Carlos de Ayala, Amancio Isla, Ana Rodrguez, Martn Ros
Saloma, Margarita Torres Sevilla, Ins Caldern Medina, Jos Manuel Nieto Soria y
Carlos Estepa, solo por nombrar algunos. No obstante ello, es nuestro inters
concentrarnos en esta poca con la intencin de, a travs de una mirada amplia intentar
sintetizar parte de este saber, con el fin de ayudar a la categorizacin del conocimiento
del periodo, contribuyendo a la disciplina por medio de la sistematizacin de una
informacin contenida en las crnicas y que constituye parte de un relato compuesto de
un significativo lenguaje simblico, elemental para la comprensin del discurso
cronstico en Castilla, y secundariamente en Len, durante los siglos XII y XIII.
Nuestro eje de anlisis se remite al reino castellano en razn de que si bien,
durante parte importante de nuestro periodo de estudio, se encontr unido con Len, en
sus momentos independientes se convirti en un eje central del avance hacia el sur y
construy su propio discurso validador, basado en el linaje de sus monarcas y la victoria
militar sobre sus enemigos, cristianos y musulmanes.
13
Es en ese contexto en que la cronstica consolid una serie de tpicos1 que se
mantuvieron y perfeccionaron a lo largo de esos doscientos aos, y que reflejaron el
modelo de monarqua y de reino que se estaba configurando. Estos tpicos se
concentraron en torno a la figura del monarca, de la guerra contra el Islam, las prcticas
religiosos y el providencialismo, constituyendo un todo ideolgico que poda ser
aplicable a distintos reyes y pocas, adaptando el uso de los mismos, segn las
necesidades y contexto del momento.
Es as como nuestro trabajo se concentra en el uso de estos tpicos en el discurso
cronstico y como estos pueden ser contrastados en su uso con la realidad prctica2. Por
ello hemos buscado identificar los conceptos ms amplios posibles, con el fin de que
reflejen su uso y significancia. De esta manera hemos podido dividir nuestros tpicos en
aquellos vinculados directamente al monarca, lo que hemos llamado las virtudes reales,
siendo estas religiosas, militares, jurdicas y morales. Las que a su vez se ven
complementadas con otros conceptos constitutivos del discurso y que reflejan la forma
en que el monarca relacionaba los elementos culturales y prcticos, como el
providencialismo, la Iglesia y la idea de cruzada. Construyndose as, por parte de los
cronistas, un relato coherente y unitario, que si bien es atestiguable en los siglos
anteriores, se encuentra claramente perfilado en los siglos XII y XIII.
Para que el discurso cronstico pudiese llevar a cabo estos objetivos, era necesario,
en palabras de Margarita Torres Sevilla, cumplir con cinco reglas: la simplificacin, es
decir que el mensaje sea breve, claro y centrado en un objetivo preciso; que recurra a la
desfiguracin o engrandeciendo, que exagere y repita para exacerbar las filias y fobias
comunes del receptor; que tenga una orquestacin, es decir que el mismo mensaje se
1 Por tpico acogemos la acepcin del termino para la retrica segn la RAE que lo define como: Lugar comn que la retrica antigua convirti en frmulas o clichs fijos y admitidos en esquemas formales o conceptuales de que se sirvieron los escritores con frecuencia. (http://lema.rae.es/drae/?val=topicos. 31 de julio de 2014) En otras palabras nos referimos a los trminos ms utilizados por los cronistas y que prcticamente no experimentaron variaciones en su significado en el trascurso de nuestro periodo de estudio, constituyndose en una suerte de lugar comn en el discurso cronstico. 2 Respecto al uso de las crnicas y su impacto en el conjunto de la sociedad peninsular, es importante establecer que, siguiendo los postulados de Ladero Quesada, para el contexto en que nos movemos, es en extremo complejo separar lo oral de lo escrito en razn de que hablamos de una sociedad mayoritariamente analfabeta y donde la trasmisin del conocimiento era vertical. Misma razn que explica la importancia del peso de los conceptos y las formas de trasmisin de los acontecimientos, ya que es muy distinta la comprensin actual de esos testimonios al significado que pudo tener en su poca de origen. Para ms referencias sobre esta problemtica ver Ladero Quesada, Miguel ngel, Comunicacin y propaganda de creencias, opiniones e ideas en la Europa de los siglos XIV y XV, en Revista de la Universidad Complutense de Madrid, N 3, 1981, pp. 193-211.
14
trasmita por diversos cauces paralelos con el fin de saturar al pblico objetivo; que
posea mecanismos de contagio o unanimidad, para ello debe impactar primeramente a
las elites y luego esparcirse por las masas; y finalmente ejercer como contra propaganda
para contrarrestar el discurso del oponente, al que se caricaturiza, menosprecia y
ridiculiza para neutralizarlo3. Elementos que se pueden observar en la cronstica y
hagiografas a travs de instrumentos como la repeticin constante, mediante un
lenguaje directo y claro, de episodios en los cuales son frecuentes las exageraciones,
mismas que se pueden encontrar en distintas fuentes, siempre procurando exaltar a las
elites del reino y descalificando a los enemigos, musulmanes o cristianos, acusndoseles
de traidores, mentirosos, lujuriosos, cobardes, etc.
Dado lo anterior, nuestro trabajo puede encuadrarse, en parte, dentro del rea
metodolgica del anlisis de contenido, especficamente dentro del mbito cronstico, en
el entendido de que refleja la mentalidad del autor de la obra, es decir como el cronista
comprende e interpreta su realidad, a la vez que proyecta una imagen idealizada de la
misma4. Es de destacar que la mentalidad debe ser comprendida, segn Bouthoul, como
un elemento comn a los miembros de una civilizacin y uno de los lazos identitario y
de unin ms poderosos5. Para nuestro caso de estudio, parte significativa de esta
mentalidad estaba compuesta por el pensamiento cristiano providencialista, el que
perme todos los aspectos del discurso e incluso de la realidad, desde las instituciones
como la monarqua hasta los personajes individuales, sin que existiesen verdaderas
divisiones entre lo sagrado y lo profano6. Lo que se evidencia en las crnicas y en
similar medida en las hagiografas, obras que deben ser entendidas como un recipiente
de los mensajes simblicos de y para una sociedad7.
3 Torres Sevilla, Margarita, La propaganda y sus tcnicas en las crnicas leonesas y castellanas (siglos IX-XIII), en Aragn en la Historia, N 18, 2004, Universidad de Zaragoza, [pp. 57-82], p. 66. 4 En lo posible queremos evitar el uso del concepto de propaganda para referirnos a este discurso. Ello en razn de la carga ideolgica que tiene este concepto, no obstante reconocemos que en algunos aspectos este discurso cronstico puede ser interpretado de esta forma, en especial por su caracterstica de editar y manipular los hechos de forma premeditada, omitiendo acontecimientos o exagerndolos, con el fin de adaptar el relato a las intenciones del autor. En ese sentido es que compartimos los postulados de Margarita Torres Sevilla en su articulo La propaganda y sus tcnicas op. cit., p. 58. 5 Bouthoul, Gastn, Las Mentalidades, Qu s?, N 21, Barcelona, Oikos-tau, 1971, p. 31. 6 Bertelli, Sergio, Religio Regis la propaganda del poder real, en Medievalismo, Ao 8, N 8, Madrid, 1998, [pp. 9-18], p. 12. 7 Tuliani, Mauricio, La idea de Reconquista en un manuscrito del la Crnica General de Alfonso X el sabio, en Studia Historica. Historia Medieval, Vol. 12, 1994, Salamanca, [pp. 3-23] pp. 6, 7.
15
Visto lo anterior fue necesario que este discurso crease tpicos que se convirtieron
en parte integral de la interpretacin de la sociedad, con el fin de crear instancias
identitarias8 que sirvieran a los propsitos reconquistadores de la elite, a la que
pertenecan los cronistas, y desde all permeasen, mediante la oralidad, a las restantes
capas sociales, para lo cual era necesario contar con cierto grado de complicidad por
parte del pblico objetivo, es decir que este se encontraba dispuesto a creer en los
relatos, en parte gracias a la existencia de creencias, lenguaje y tpicos comunes9. Estos
tpicos, pueden ser asimilados a los que Bouthoul, parafraseando a Fouille, refiere
como las ideas-fuerza, palabras que en una sociedad determinada pueden llegar a
tener una potencia objetiva cuando su valor y credibilidad han sido aceptados por
todos10. Es decir se trata de conceptos fcilmente identificables y asimilables por todos
los componentes sociales que reconocen en ellos un valor intrnsico y prcticamente
incuestionable. A nuestro entender, tales serian los casos de conceptos como rey,
justicia, castigo, guerra, religin, etc Conceptos y realidades que revelan, segn
Mallo Salgado, el hecho de que todo discurso esta penetrado por una ideologa11 de
clase las elites en nuestro caso- razn por la cual las palabras pierden su neutralidad
8 Estas instancias son parte de lo que nosotros identificamos como un Ideal identitario, lo que entendemos como el conjunto de ideas que, observables en las fuentes, sirven para caracterizar la concepcin que de si mismo tenan los hispanos, o al menos las que los cronistas pretendan imponer como una visin de su propia sociedad. El origen de este ideal se remonta a los tiempos visigodos y a pensadores como Isidoro de Sevilla que a travs de sus obras establecieron la creencia de que los visigodos constituan un pueblo sealado por la providencia y destinado a regir Hispania. Una autoconcepcin, que luego de la irrupcin islmica fue asociada al convencimiento de la necesidad de recuperar las tierras ancestrales para los descendientes de los godos y la cristiandad. Conviccin que se reflej en las crnicas castellanos y leonesas, a travs de la descripcin de los hispanos como un pueblo de guerreros cristianos, valientes y esforzados, que pese a sus pecados luchan por la recuperacin de la tierra santa peninsular, bajo el liderazgo de sus reyes. 9 Torres Sevilla, Margarita La propaganda y sus tcnicas op. cit., p. 65. 10 Bouthoul, Gastn, Las Mentalidades op. cit., p. 60. 11 Respecto al concepto de ideologa, aceptamos la caracterizacin de Nieto Soria que dice Siempre supone un sistema completo en s mismo que provoca cierta seguridad en el individuo, as como una visin ms o menos deformada de las realidades que produce la incuestionabilidad de determinadas creencias esenciales en el sistema ideolgico de que se trate. Tienden a la bsqueda de formas de estabilizacin o, ms raramente, de limitada transformacin siempre controlada, siendo ello consecuencia de que toda ideologa se asienta sobre un determinado sistema de valores que se pretende inmutable. Las mutaciones que se producen en las realidades concretas siempre se reflejan con extraordinario retraso en los sistemas ideolgicos, teniendo, por tanto, toda ideologa, por definicin, un importante componente conservador. Una ideologa poltica tiene, como uno de sus caracteres esenciales, la disponibilidad de un amplio conjunto de signos y smbolos que actan como formas elementales de comunicacin y propagacin de los contenidos propios de esa ideologa, aunque en su forma ms simplificada. Entre sus funciones se encuentra la de justificar determinados comportamientos, jugando en ello un papel muy importante la utilizacin del tpico y del lugar comn, disponiendo de un cierto abanico de frmulas retricas. En todos estos aspectos de comunicacin, justificacin y explicitacin desarrollan un papel muy importante los denominados aparatos ideolgicos, cuyos caracteres contribuyen significativamente a definir un sistema poltico. (Nieto Soria, Jos Manuel, La ideologa poltica bajomedieval en la historiografa espaola, en Hispania, Revista espaola de historia, Vol. 50, N 175, 1990 [pp. 667-681] p. 668)
16
ideolgica, tornando las palabras mismas en estereotipos significativos, que revelan la
ideologa del autor12. Una ideologa, que adems, debe servir para integrar, identificar y
promover los sentimientos de perteneca de los miembros de una comunidad, al mismo
tiempo que sirve para que esta se justifique como sociedad13. Es por ello que para el
estudio de este discurso se debe considerar que los aspectos de lo material y lo mental
se encuentran relacionados, influencindose mutuamente, por lo que se hace necesario
conocer a los productores del discurso y el contexto que los influy para as poder
comprender sus actitudes mentales y como esta fue expresada en las crnicas14.
* * *
En vista de lo anterior, el marco cronolgico de nuestra investigacin se concentra
en el periodo comprendido entre la etapa final del reinado de Alfonso VI (1065-1109) y
el reinado de Alfonso X (1252-1284), esto, en razn de que sus reinados coinciden con
el periodo central de la Reconquista.
Los aos comprendidos entre 1065 y 1284 corresponden a un periodo de gran
actividad militar y poltica. Es una poca donde los reinos cristianos peninsulares
iniciaron su consolidacin poltica y social, al mismo tiempo que se vean afectados por
los procesos de cambio que ocurran en Europa. El aumento de la influencia del Papado,
la reforma eclesistica y monacal, las cruzadas, los cambios sociales; en suma todas
aquellas transformaciones vinculadas a la Plena Edad Media.
Para el caso particular de los reinos de Len y Castilla, los reinados de Alfonso VI
y Alfonso X, son una etapa fundamental, puesto que vemos la consolidacin de
procesos iniciados en los periodos anteriores, as como las bases de las siguientes etapas
del desarrollo hispnico de modelos, tal es el caso de los modelos monrquicos, en
torno a los cuales los cronistas consolidaran un discurso validador basado en la tradicin
12 Mallo Salgado, Felipe, Un anlisis del discurso histrico: La ideologa. (Leccin terico-metodolgica), Salamanca, Imprenta Comercial Salmantina, 1980, pp. 9-11. 13 Garca Fitz, Francisco, La conquista de Andaluca en la cronstica castellana del siglo XIII: Las mentalidades historiografas en los relatos de la conquista, en Emilio Cabrera (coordinador), Andaluca entre oriente y occidente (1236-1492) Actas del V Coloquio internacional de historia medieval de Andaluca, Crdoba, Excma. Diputacin Provincial de Crdoba, 1988, pp. 59-61. Nieto Soria, Jos Manuel, Propaganda y opinin pblica en la historia, Valladolid, Universidad de Valladolid, 2007, pp. 15-17. 14 Nieto Soria, Jos Manuel, La ideologa poltica bajomedieval op. cit., pp. 667, 668.
17
cristiana, el linaje, la guerra y las virtudes. Creando un bloque ideolgico fundamental
en la posterior consolidacin global de Espaa.
La ocupacin de Toledo (1085) se convirti en uno de los principales hitos de la
Reconquista y del goticismo que se vera fortalecido entre los siglos XII y XIII. En tanto
que las conquistas de Crdoba (1236) y Sevilla (1248) sealaron el mayor avance
territorial y prcticamente dieron por terminada la etapa ms intensa del largo conflicto
contra el Islam peninsular. Finalmente, las reformas legales de Alfonso X vinieron a
sealar la reorganizacin del territorio, pero, adems, evidenciaron claramente las
influencias polticas europeas en la corte castellano-leonesa, as como las proyecciones
de esta en el escenario poltico del Mediterrneo occidental.
II. Sobre la Metodologa de anlisis.
Para abordar la problemtica de nuestro estudio, fue imperiosa la revisin del
amplio repertorio bibliogrfico existente, esencialmente para lograr elaborar una visin
integral del periodo de estudio y los enfoques historiogrficos desde los cuales ha sido
estudiado.
A continuacin nos dimos al trabajo de ordenar las fuentes que fueron nuestro
principal insumo de trabajo, con este fin se seleccionaron las principales crnicas del
periodo, entendiendo por ellas las que fueron elaboradas en los ambientes cortesanos o
que tratasen la narracin de los hechos desde una perspectiva amplia, razn por la cual
textos muy regionalistas o particulares, como la Crnica de la Poblacin de vila,
fueron reducidos a material de referencia, pero no de anlisis. Junto con las crnicas se
elabora una seleccin de hagiografas y obras piadosas, con el objeto de que
complementasen el anlisis de las crnicas, teniendo en consideracin aquellos textos
que trataban problemticas similares y tiles a nuestros propsitos, como aquellos
donde la guerra, el cautiverio o la figura de los monarcas, fuesen tema central de sus
relatos y que adems pudiesen identificarse claramente a sus autores, para as poder
dilucidar su contexto e intenciones.
Finalmente seleccionamos algunos documentos jurdicos referenciales, tales como
los Fueros de Cceres, Cuenca y Coria, con el fin de extraer en ellos algunos aspectos
18
prcticos y contrastar estos con los elementos ideales observables en el discurso
cronstico. Con el fin de que esta operacin escapase a las particularidades locales, es
que tambin se incorporaron los textos jurdicos alfonses, por sus intenciones
aglutinadoras y ordenadoras del aparato jurdico del reino.
Todas estas fuentes fueron estudiadas a partir de sus versiones editadas,
buscando siempre en la medida de que fue posible trabajar con textos en latn y romance
en forma conjunta con sus versiones en castellano. Razn por al cual, en el trascurso de
nuestro trabajo se han citado los textos en su idioma original y al pie la traduccin
contempornea.
En su conjunto las crnicas, hagiografas y textos jurdicos conforman el reflejo de
la sociedad de los reinos de Castilla y Len en los siglos XII y XIII, por lo que no son
excluyentes, sino que complementarias en cuanto que todas ellas contienen, en distintas
proporciones, elementos discursivos y prcticos. Consideramos que el estudio parcelado
de las mismas nos impedira obtener la visin global que buscamos y que por el
contrario, esta solo es posible de observar a travs de una dinmica de interaccin,
complementacin y contraste entre las diversos tipos de fuentes.
Esta metodologa nos acerca a la tcnica metodolgica de anlisis de contenido y
dentro de esta parte de lo que se conoce como anlisis del discurso15. No obstante
nuestro enfoque no puede ser totalmente inserto en estas disciplinas analticas, puesto
que ellas pretenden un anlisis ntegramente cuantitativo o cualitativo normalmente
asociado a estadsticas, mientras que nosotros nos hemos enfocado al estudio de una
cantidad limitada de casos.
15 Como definicin genrica del anlisis de contendido adoptamos la de Jos Luis Piuel, que si bien pertenece al enfoque de la Sociologa, consideramos ilustra a groso modo sus principales caractersticas: Se suele llamar anlisis de contenido al conjunto de procedimientos interpretativos de productos comunicativos (mensajes, textos o discursos) que proceden de procesos singulares de comunicacin previamente registrados, y que, basados en tcnicas de medida, a veces cuantitativas (estadsticas basadas en el recuento de unidades), a veces cualitativas (lgicas basadas en la combinacin de categoras) tienen por objeto elaborar y procesar datos relevantes sobre las condiciones mismas en que se han producido aquellos textos, o sobre las condiciones que puedan darse para su empleo posterior. El anlisis de contenido, de hecho, se convirti a finales del siglo XX en una de las tcnicas de uso ms frecuente en muchas ciencias sociales, adquiriendo una relevancia desconocida en el pasado a medida que se introdujeron procedimientos informticos en el tratamiento de los datos. (Piuel Raigada, Jos Luis, Epistemologa, metodologa y tcnicas del anlisis de contenido, en Estudios de Sociolingstica, 3(1), 2002, [pp. 1-42], p. 2)
19
Sin perjuicio de lo anterior nosotros adoptamos de estas tcnicas su intencin de
buscar los significados expresos y latentes de un relato, mediante la observacin de su
contexto explicativo, intencionalidad y omisiones del mismo, a travs del recogimiento
de informacin mediante un anlisis que pretende identificar parmetros o tpicos
objetivos y sistemticos que pueden ser categorizados siendo posible su replicacin y
validacin posterior. Todo ello sin perder de vista la importancia de la elaboracin de
una categorizacin sistemtica cuya amplitud permita la replicacin del modelo de
anlisis, asumiendo que esta prctica metodolgica siempre podr ser criticada en razn
de la seleccin de los criterios utilizados, por su posible tendencia a la subjetividad e
inexactitud16.
El cmulo documental por nosotros seleccionado, ms los problemas propios del
anlisis del contenido nos oblig a crear una metodologa de trabajo, que, en un primer
lugar, requiri del establecimiento de parmetros de anlisis considerando los tpicos y
periodo de uso, para ver as si podamos identificar unas determinadas series o
continuidades, todo lo cual permitira establecer una cronologa que situara los
contenidos en una dimensin temporal, observando de esta forma la existencia de
agrupaciones, evoluciones y rupturas. Ello nos permiti concluir la necesidad de
visualizar esta informacin a travs del uso de grficos, mediante los cuales se puede
hacer evidente la relacin entre los tpicos, su uso y el contexto cronolgico que los
explica.
Como se indic anteriormente, el discurso para que sea efectivo debe buscar la
creacin de un lenguaje comn que sea simple, directo y que cumpla con los propsitos
de exaltar, identificar, orquestar y crear unanimidad. Para ello nosotros identificamos
una serie de tpicos presentes en las fuentes, los cuales fueron seleccionados por su
amplitud y flexibilidad significativa, as como por su reiteracin, es decir por el hecho
16 Al respecto de otras disciplinas ver Andru Abela, Jaime (2001). Las tcnicas de Anlisis de Contenido: Una revisin actualizada., en http://public.centrodeestudiosandaluces.es/pdfs/S200103.pdf (Consultado 29 marzo 2010), Bardin, Laurence, El anlisis de contenido, Madrid, Akal, 2002. Lpez Noguero, Fernando, El anlisis de contenido como mtodo de investigacin, en Revista de Educacin, 4, 2002, [pp. 167-179]. Fernndez Chaves, Flory, El anlisis de contenido como ayuda metodolgica para la investigacin, en Ciencias Sociales, Junio, Vol. II, Nmero 96, Universidad de Costa Rica [pp. 35-54], y Piuel Raigada, Jos Luis, Epistemologa, metodologa op. cit.
En cuanto a lo que se refiere a su uso en la disciplina historiogrfica, imprescindibles nos resultaron los trabajos de Felipe Mallo Salgado, Un anlisis del discurso histrico: La ideologa (Leccin terico-metodolgica), Imprenta Comercial Salmantina. Salamanca, 1980. y Torres Sevilla, Margarita La propaganda y sus tcnicas op. cit.
20
de que pueden ser aplicados a distintos personajes y en distintos periodos. Por razones
prcticas estos conceptos fueron vertidos al castellano, principalmente porque ello nos
permita el poder usarlos en su significado ms amplio y porque as nos asegurbamos
de poder incorporar tanto las fuentes escritas en latn, como aquellas en castellano y
gallego medieval. Todo ello sin perder de vista el significado contextual de cada uno de
los conceptos seleccionados.
Nosotros pudimos establecer que el discurso de los siglos XII y XIII, centrado en
la figura del monarca, el providencialismo y la Reconquista, se podan subdividir en
distintos aspectos complementarios. En primer lugar el linaje, esto es la intencin de los
autores por resaltar la sangre de los monarcas, hacindolos herederos directo de los
visigodos y por lo tanto de una estirpe marcada por una especia de virtus, o bien de
reyes pretritos que por sus victorias parecieron sealados por la Providencia. En ambos
casos la intencin es sealar la idea de una continuidad sangunea, lo que se expresa en
conceptos como heredero, continuador y restaurador.
A continuacin los cronistas procuraron caracterizar a los soberanos con una serie
de virtudes que reforzaban la validacin de los mismos, as como de sus actos. Nosotros
dividimos estas virtudes en religiosas, militares, jurdicas y morales. Para el caso de las
virtudes religiosas, estas son la suma de los conceptos de piadoso (que sintetiza las ideas
de devocin, temor de Dios y la prctica y aplicacin de normas religiosas); restaurador
(como aquel que funda o refunda iglesias y monasterios en las zonas reconquistadas,
recuperando as el espacio para la Iglesia); protegido o auxiliado por Dios (expresiones
que trasmiten la nocin de que el rey est amparado por Dios); instrumento o posedo
por Dios (concepto amplio que engloba ideas como el actuar posedo por Dios o el
Espritu Santo, estar al servicio de Dios, o ser impulsados por el Seor. En general
expresiones que nos dicen que las acciones del soberano son fruto de la accin divina.
En esta categora tambin incluimos la Inspiracin Divina que tiene muy pocas
menciones en las crnicas); finalmente incluimos el concepto de estar al servicio de
Dios (que los cronistas utilizan para justificar algunas acciones y decisiones de los
monarcas).
En lo que respecta a las virtudes militares estas se componen del concepto de
guerrero (compuesta de calificativos como combativo, luchador, esforzado o que se
21
enfrenta al Islam); valiente o bravo (que generalmente se usa en forma literal o bien
afirmndose que el monarca no tena temor ante sus enemigos); y victorioso (concepto
que poda ser usado en forma literal o bien indicando que se obtuvo una victoria, pero
siempre aplicado en el sentido militar).
Jurdicamente, los principales conceptos fueron la expresin de justo o justiciero
(expresiones vinculadas a la capacidad del rey para crear leyes y ejecutarlas);
pacificador (todas aquellas ideas relacionadas con la capacidad de imponer la paz al
interior de un territorio, a travs de lograr la armona, el orden, y la concordia); por
ltimo encontramos las expresiones de piadoso, clemente y misericordioso, las que
consideramos como una sola idea vinculada a la capacidad del monarca de perdonar a
sus enemigos cristianos y que suele verse utilizada en relacin a soberanos que
enfrentaron rebeliones o querellas internas.
Finalmente en lo referido a las virtudes morales, estas agrupan una diversidad de
atributos como virtuoso (un concepto genrico muchas veces mencionado sin mayores
detalles); hermoso o fermoso (tambin usado literalmente y referido a la proporcin y
caractersticas fsicas); casto (que si bien no es una idea muy utilizada si aparece como
una virtud deseada); sabio (es quizs el concepto ms difuso, puesto que viene a
englobar calificativos como conocedor, sabidor, instruido, conocedor y prudente. Todas
ellas se refieren principalmente a las acciones de un monarca ms que a sus capacidades
intelectuales o acadmicas); y generoso (en el que hemos incluido los actos de hacer
donaciones religiosas, otorgamiento de favores, as como las ideas de humildad y
bondad).
Junto a lo anterior existen aquellos tpicos que hemos considerado universales
en el sentido de que no solo se limitan al monarca sino que a otros personajes y a veces
al conjunto de la comunidad, siendo el principal el del providencialismo, el cual
dividimos segn se refiera al monarca, a un grupo especifico o bien algn individuo. En
este caso los tpicos seleccionados fueron el de castigo divino (el que suele referirse a
calamidades provocadas por Dios en respuesta a los pecados, la impiedad, avaricia,
lujuria, soberbia o la imprudencia); protegido o ayudado por la Providencia (que
engloba a distintas manifestaciones que expresan la nocin de que se est amparado por
Dios, como es la expresin rex gratia. En el mismo apartado se incluyen las ideas de ser
22
un instrumento de la voluntad divina y la victoria como recompensa divina); auxilio (un
tpico en extremo amplio que engloba los distintos episodios favorables explicados
como intervencin de la Providencia como situaciones climticas, otorgamiento de
virtudes o actitudes, facilidades en la organizacin, entre otras); y bendito (una
expresin que suele aparecer de forma explicita, pero que tambin engloba otras
expresiones como gracia y beneficiado, siendo muy comn en el pensamiento isidoriano
en relacin a los visigodos).
Nuestro inters no fue solo identificar los tpicos directamente vinculados a las
estructuras de poder, sino que tambin aquellos que reforzaban la mentalidad
providencialista y a travs de ella las figuras del monarca y la Reconquista. Fue por ello
que incorporamos en nuestro anlisis la figura de los, a nuestro juicio, principales santos
en el mbito de la Reconquista: Santiago, San Isidoro, la Virgen Mara, y santos
fronterizos como Santo Domingo de Silos, San Milln de la Cogolla y otras figuras
celestes menores como apariciones angelicales. Para su anlisis dentro del discurso
cronstico y hagiogrfico se les categoriz segn las acciones que les atribuyeron los
autores, siendo las principales la de castigador (concepto que engloba todas las acciones
donde se atribuyen a los santos el envo de enfermedades, muertes, pesadillas contra
algn individuo); defensor o protector (es decir cuando se le atribuye al santo la
proteccin de un lugar o persona. El concepto suele aparecer vinculado al anterior);
mensajero (referido a la entrega de mensajes mediante apariciones y sueos); guerrero
(donde englobamos todos los relatos que describen algn santo combatiendo
directamente a sus enemigos); rescatador (una de las funciones ms comunes); y
legitimador (otro concepto amplio que agrupa las distintas manifestaciones de santos o
ngeles que con su actuar vienen a reforzar la figura o decisiones de un personaje).
Junto con los santos, otro de los aspectos del providencialismo, pero ms prctico
y cuantificativo, fueron las entregas de indulgencias y la difusin de las ideas de
martirio. Sobre estos conceptos no es necesario profundizar, puesto que a diferencias de
los otros reseados se trata de tpicos que no generan mayores controversias.
Un poco ms complicado son los tpicos vinculados a los ceremoniales y rituales
blicos, los cuales clasificamos como rituales de preparacin para el combate, ritos de
preparacin para la muerte, ritos de victoria y ritos de purificacin de lugares
conquistados. Su dificultad, ms que por su significado, se debe a la forma en que las
23
tratan las fuentes puesto que no son categoras propias de ellas, por lo que fue necesario
identificar los episodios y las distintas ceremonias o rituales descritos en ellos para
luego categorizarlos. Fue as que los rituales de preparacin para el combate se
desprenden de las liturgias, oraciones, confesiones y actos de arrepentimiento realizados
por las huestes antes de emprender el combate, en tanto que los ritos de preparacin
para la muerte son aquellos que se desprenden de los actos de construccin realizados
por los guerreros ante lo que podra parecer una muerte inminente.
Los ritos de victoria son aquellos efectuados luego de que las huestes cristianas
derrotasen a sus enemigos y se componan de oraciones, liturgias formales y desfiles
triunfales. Como parte de estos rituales se podan realizar tambin los de purificacin de
lugares conquistados, consistente en la ocupacin de edificaciones o asentamientos y se
componan del acto de purificar con agua bendita esos lugares, el encumbramiento de
signos religiosos y polticos como estandarte y cruces.
La ltima parte de nuestro estudio consisti en el anlisis detallado de lo que
llamamos los reyes modlicos, Alfonso VI, Alfonso VII, Alfonso VIII, Fernando III y
Alfonso X, por considerarlos figuras centrales en la Reconquista en su periodo de
mayor actividad y referentes obligados en las fuentes cronsticas, donde los autores
centraron en ellos las virtudes propias del ideal de la monarqua. Sus acciones y virtudes
fueron categorizadas segn el modelo de monarqua basado en el linaje y virtudes, con
el fin de ver como los cronistas hicieron uso de los tpicos y crearon un ideal que se
convirti en parte integral del discurso de la Reconquista.
Todo lo anterior fue complementado con el estudio de monografas y artculos
especializados que nos sirvieron para contextualizar nuestro anlisis, as como
incorporar distintos enfoques al mismo.
Toda esta informacin fue vertida en tablas, que ordenadas cronolgicamente en
periodos de una dcada, durante los siglos XII y XIII, servan para identificar la
presencia de un determinado tpico en una fuente en particular. Ello desde una
perspectiva general, puesto que la cuantificacin del uso de tpicos en cada una de las
fuentes hubiese significado un trabajo fuera de los alcances de nuestra investigacin. De
24
esta forma las tablas evidencian la presencia constante de un tpico en un periodo de
tiempo claramente identificable.
Una vez que esta informacin fue sistematizada en las tablas, los datos de las
mismas fueron graficados para ilustrar as la informacin en ellas contenidas. Fue as
como se elaboraron principalmente grficos de dispersin y de barras, siendo los
primeros los ms utilizados, debido a que por sus caractersticas se ajustaban mejor a
nuestros datos y la forma en que queramos mostrarlos, esto es, una visin completa de
la progresin en el uso de determinados tpicos en relacin al marco temporal de la
Reconquista.
Todo lo anterior nos ha permitido configurar una herramienta integrada en base al
uso de una tabla de hoja de clculo asociada al anlisis grfico, que nos ha permitido
extraer, sintetizar y representar una informacin, que sirve para ilustrar los elementos
constitutivos de la construccin del discurso en general, facilitando as su posterior
estudio en particular para aquellos investigadores que lo consideren pertinente.
III. Hiptesis y objetivos
Hiptesis
A partir de los problemas planteados, nosotros hemos generado la siguiente
hiptesis, la cual trataremos de demostrar a lo largo de nuestra investigacin: que
durante los siglos XII y XIII, en el marco de la Reconquista, es posible identificar, en la
cronstica castellana, un discurso de reafirmacin de la monarqua y por extensin del
reino, compuesto de una serie de tpicos que sirvieron para el establecimiento y
continuidad de un ideal identitario, algo que sera constatable a travs de un estudio del
lenguaje cronstico y las formas en las cuales este se refiere a las caractersticas que
deba poseer el monarca comprendido como un modelo real.
En un segundo nivel la hiptesis a demostrar pretende lograr ilustrar el cmo se
sustent este discurso en medio de la realidad fronteriza donde los contactos y
relaciones entre los reinos cristianos de la Pennsula y el al-Andalus obligaban a adaptar
las prcticas y costumbres en razn de las particularidades de la frontera y las
influencias externa que confluan sobre esta, tales como los intereses del Papado y la
Iglesia y las ideologas de guerra santa.
25
En un tercer nivel, y subordinado a los dos anteriores, la hiptesis pretende ilustrar
el rol que le cupo a la Iglesia, a travs de algunos de sus obispos y otras autoridades, en
la creacin, divulgacin y sustentacin del discurso cronstico mediante la elaboracin y
patrocinio de crnicas y hagiografas destinadas a la exaltacin de algunos monarcas en
particular y la guerra contra el Islam.
Objetivo General
Con la intencin de demostrar algunas de las cuestiones plateadas en la hiptesis
propuesta, es que hemos establecido el siguiente objetivo general.
Constatar y comprender a travs de fuentes directas, en especial crnicas,
hagiografas y textos jurdicos, cmo entre los siglos XII y XIII, en Castilla se
desarrollaron una serie de tpicos, que contribuyeron a conformar un discurso destinado
a la reafirmacin del modelo monrquico y la expansin territorial de la Reconquista,
con el fin de establecer un ideal identitario.
Desde esta perspectiva se analizarn las caractersticas de las principales fuentes
cronsticas del periodo y sus autores, combinndolas con el estudio contextual del
periodo para dilucidar las influencias y elementos que pudieron afectar al desarrollo y
motivaciones del discurso cronstico.
Objetivos especficos
En funcin de la hiptesis y objetivo general que nos hemos propuesto, es que se
pueden desprender los siguientes objetivos especficos:
En primer lugar, aproximarnos al contexto general de la Reconquista en Castilla,
identificando los marcos polticos, culturales y militares en los que se escribieron las
crnicas y dems fuentes de nuestro estudio y en el cual se gest y desarroll el discurso
cronstico, en el contexto del enfrentamiento entre cristianos y musulmanes. Ello en el
entendido de que tanto los cronistas como sus producciones son el reflejo de su realidad
y de los intereses y necesidades propios de su entorno.
26
Lo anterior sin perder de vista que algunos de estos tpicos corresponden a
concepciones producto de influencias forneas, tales como las ideas de guerra santa y
cruzada, y que por ende debieron ser adaptados a la realidad peninsular. Por lo que se
hace necesario conocer las formas mediante las cuales se introdujeron estas ideas y la
manera en que impactaron en la mentalidad cronstica hispnica.
Para lograr lo anterior es necesario exponer las diversas fuentes cronsticas, y en
menor medida hagiogrficas y jurdicas, en relacin a como expresaron los elementos
esenciales de este discurso, teniendo como fin ltimo contrastar este con los aspectos
prcticos y cotidianos de la Reconquista.
Ello en vista de identificar y explicar el uso de los diversos tpicos, a travs de los
siglos XII y XIII, especialmente centrndonos en los tpicos providencialistas, militares
y morales en relacin a la figura del monarca como modelo prctico e ideal del
discurso de la Reconquista.
En directa relacin con lo anterior se buscar integrar la construccin de la figura
del monarca segn la historiografa con la imagen que de l se da en las fuentes a travs
de los diversos tpicos, analizando la construccin de la figura del rey como un modelo
ideal, validado por su linaje y actos, centrndonos para ello en los casos particulares de
Alfonso VI, Alfonso VII, Alfonso VIII, Fernando III y Alfonso X.
Junto con desglosar y explicar el uso y continuidades de los tpicos, para poder
visualizar de mejor forma los datos sistematizados y su uso durante los siglos XII y
XIII, junto se confeccionaran tablas y grficos de dispersin y de barras, que sirvan para
ilustrar y explicitar el uso y desarrollo de los tpicos en relacin a su contexto histrico
y desarrollo.
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IV. Estado de la cuestin
En virtud de los objetivos de la presente investigacin es necesario enfocarnos en
el estudio de diversas fuentes cronsticas y hagiogrficas. El criterio para seleccin de
las mismas se basaron en sus temticas y periodos de elaboracin, todo ello con el
objeto de obtener una visin lo ms amplia posible sobre los problemas que nos abocan
con el fin de poder realizar una dinmica comparativa entre los tpicos discursivos y la
prctica.
Respecto al discurso, sus distintos tpicos integradores se obtuvieron de la
revisin de crnicas y hagiografas. Respecto a las crnicas se dio especial atencin a
aquellas que, elaboradas, durante los siglos XII y XIII representaban la visin de las
elites del reino. En ese sentido es importante considerar que las crnicas que utilizamos
para los aos centrales de nuestro estudio, pueden ser divididas en oficiales y oficiosas.
Siendo las primeras aquellas que fueron producidas en los ambientes cortesanos o
directamente promocionadas por algn monarca y aquellas que, en cambio, responden a
una produccin local o particular no necesariamente vinculada a las grandes esferas de
poder real. No obstante en ambos casos existen elementos discursivos comunes, tpicos,
que constituyen parte importante de sus narraciones e interpretaciones.
Es as como podemos calificar, para los siglos XII y XIII, de oficiosas a las
Crnicas annimas de Sahagn (I Parte), edicin crtica, nota e ndice por Antonio
Ubieto Artera, Zaragoza, Anubar, 1987; Historia Compostelana, edicin de Emma
Falque, Madrid, Akal, 1994; Crnica del Obispo de Oviedo don Pelayo, en Casariego,
J.A., Crnicas de los Reinos de Asturias y Len, Len, Everest, 1985; Crnica
Najerense, edicin de Juan A. Estvez Sola Tres Cantos, Madrid, Akal, 2003; el Liber
Sancti Jacobi/ Codex calixtinus, traduccin de Abelardo Moralejo, Casimiro Torres y
Julio Feo, Galicia, Xunta de Galicia, 200417; los Annales Toledanos I II, en Las
crnicas latinas de la Reconquista, estudios prcticos de latn medieval por Antonio Huici,
Espaa, Establecimiento Tip, Hijos de F. Vives Mora, 1913. En tanto que entre las oficiales
encontramos la Historia Silense/Legionense, Historia Silense, edicin crtica e
introduccin por Don Justo Prez de Urbel y Atilano Gonzlez Ruiz-Zorrilla, Madrid,
17 Sobre la calificacin de esta obra, ver el apartado Cronistas, crnicas: vidas y contextos, en el captulo II.2. Las Crnicas y la hagiografa en el discurso de la Reconquista, de la II Parte de la presente tesis.
28
Escuela de Estudios Medievales, 1959; la Chronica Adefonsi Imperatoris, edicin y
estudio por Luis Snchez Belda, Madrid, CSIC., Escuela de Estudios Medievales, 1950;
la Crnica latina de los reyes de Castilla, edicin de Luis Charlo Brea, Madrid, Akal,
1999; la magna obra de Lucas de Tuy el Cronicon Mundi, cura et studio Emma Falque,
Corpvs Christianorvm, Brepols, 2003; de Rodrigo Jimnez de Rada su Historia de
Rebus Hispanie, cura et studio Juan Fernndez Valverde, Corpvs Christianorvm,
Brepols, 1987; la Crnica General de Espaa, editada por Ramn Menndez Pidal con
un estudio actualizador de Diego Cataln, 2 tomo de la tercera reimpresin, Madrid,
Gredos, 1977; y la Crnica de veinte reyes, Burgos, Ayuntamiento de Burgos, 199118.
No obstante, en virtud de nuestra intencin de presentar una perspectiva global de
los procesos tambin hicimos uso de crnicas fuera de nuestro eje cronolgico central.
Es por ello que a modo de referencia se incluyen textos pertenecientes a los primeros
siglos de la Reconquista, concretamente la Crnica Mozrabe de 754, edicin crtica y
traduccin por Jos Eduardo Lpez Pereira, Zaragoza, Anubar, 1980; la Crnica
Albeldense y Crnica Proftica y la Crnica de Alfonso III en sus dos versiones Rotense
y A Sebastin, las tres obras publicadas en conjunto con introduccin y edicin crtica
de Juan Gil Fernndez; traduccin y notas de Jos L. Moralejo; estudio preliminar de
Juan I. Ruiz de la Pea, Oviedo, Universidad de Oviedo, 1985. Junto a ellos se
incluyeron algunas crnicas y textos de los siglos XIV y XV, a modo de referencia en
cuanto a las siguientes etapas de evolucin del discurso, concretamente se trato la
Crnica de Alfonso X, edicin, trascripcin y notas por Manuel Gonzlez Jimnez, Real
Academia Alfonso X el Sabio, Murcia, 199819.
En cuanto a las hagiogrficas utilizadas, estas se restringieron a los siglos
centrales de nuestro estudio y corresponden a una pequea, pero a nuestro juicio,
significativa muestra de este tipo de obras. Si bien, por lo general, los textos
hagiogrficos no tienen pretensiones directamente polticas, si son difusores del aspecto
religioso del discurso. En los textos elegidos, como la Vita Dominici Silensis de
Grimaldo, estudio, edicin crtica y traduccin de Vitalino Valcarcel, Logroo, Instituto
de Estudios Riojanos, 1982; de Gonzalo de Berceo la Vida de Santo Domingo de Silos,
18 Para un conocimiento ms completo de estas obras, autores y caractersticas, ver el subcaptulo Cronistas, crnicas: vidas y contextos, en el captulo II.2. Las Crnicas y la hagiografa en el discurso de la Reconquista, de la II Parte de la presente tesis. 19 Idem.
29
los Milagros de Nuestra Seora, la Vida de San Milln de la Cogolla, y la Vida de
Santa Oria y Martirio de San Lorenzo, prlogo y versin moderna de Amancio Bolao
e Isla, Mxico, Porrua, 1969. As como los Miraculos romanados de Pero Marin,
edicin crtica, introduccin e ndices por Karl-Heinz Anton, Stvdia Silensia, Abada de
Silos, 1988. Los Milagros de San Isidoro de Lucas de Tuy, transcripcin, prlogo y
notas de Julio Prez Llamazares, Len, Universidad de Len, Secretariado de
Publicaciones, Ctedra de San Isidoro de la Real Colegiata de Len, 1992 y la alfons
Cantigas de Santa Mara, introduccin, versin castellana y comentarios de Jos
Filgueira Valverde, Madrid, Castalia, 198520. En ellas observamos una intencin
consciente por exaltar el cristianismo y denostar a sus rivales, musulmanes y judos,
trasmitiendo una imagen por lo general bastante maniquea de la realidad fronteriza.
Adems, en las hagiografas, se desarrollan con ms detalles aspectos de la cotidianidad
hispnica que no se ven reflejadas en las grandes crnicas, puesto que a diferencia de
los cronistas los hagigrafos parecan dirigirse a un pblico mucho ms amplio, que
abarcaba desde los monjes y clrigos menores a los simples campesinos.
A travs de sus relatos milagrosos se pueden observar aspectos del cautiverio,
comercio, peregrinaje, la guerra, la justicia y la administracin, siendo muchos de estos
episodios protagonizados por personajes simples, alejados de las grandes esferas del
poder. Lo que no significa que omitan a los protagonistas de los grandes procesos,
puesto que no ser extrao que en ellas tambin se mencionen y exalten a algunos
monarcas y magnates.
Por lo anterior, las hagiografas, aportan importantes datos complementarios a los
grandes sucesos cronsticos y junto a ellos son claves en la difusin de un discurso
identitario basado en el providencialismo y la confrontacin contra el Islam.
Con respecto a aquellas fuentes que sirven para el estudio de las condiciones
prcticas, nos concentramos en textos jurdicos. Los cuales dividimos en dos grandes
grupos, los textos forales y los diversos cdigos elaborados bajo la iniciativa de Alfonso
X. Estamos concientes de que los textos jurdicos tambin expresan un discurso, puesto
que representan los ideales y principios de la sociedad que los producen, pero no
20 Idem.
30
debemos olvidar que las leyes y cdigos son elaborados a partir de una realidad prctica
y cotidiana, por lo que reflejan las necesidades y problemas de una comunidad.
Esto es ms evidente en los textos forales, dado que, en muchos casos,
respondieron a la realidad concreta de una comunidad especifica. Sabemos que estos
ordenamientos contaron con el respaldo de las monarquas que los otorgaban o
ratificaban, pero nos aparece evidente que respondan a las necesidades de normar la
convivencia de las comunidades, ms que a las necesidades polticas y militares de las
elites del reino.
Nosotros nos concentraremos en los fueros de Cuenca, Coria y Cceres, por
considerar que son homogneos en cuanto a su poca y contexto, concentrndonos en
aquellos aspectos que nos parecan un fiel reflejo de las necesidades reales de las
comunidades que los utilizaron, tales como las normas vinculadas a la guerra, el botn,
el comercio y la convivencia entre credos distintos.
En cuanto a la obra jurdica alfons, conformada por el Espculo, el Fuero Real y
las Siete Partidas, es evidente que esta posee importantes elementos discursivos, en
especial vinculados a la consolidacin de la figura del monarca. No obstante, los
cdigos seleccionados, tambin se vean en la necesidad de normar sobre aspectos
cotidianos, por lo que entre sus aspectos discursivos, es posible observar prcticas y
costumbres vinculadas a problemas concretos propios de la convivencia.
Junto a estos textos, que utilizaremos de forma transversal en nuestro trabajo,
tambin haremos uso de otras fuentes para algunos aspectos en particular. Ese fue el
caso de Paulo Orosio y su Historiae Adversus Paganos en cuanto a la historiografa
medieval y de San Agustn y sus textos Contra Faustum, y De Civite Dei, respecto a las
dimensiones de la violencia y guerra santa cristiana. Sobre estos mismos problemas
tambin nos fueron tiles las partes II y III de la Suma Teolgica de Tomas de Aquino y
las Etimologas y la Historia Gothorum, Vandalorum et Suevorum de Isidoro de Sevilla
y del mismo autor, con respecto a las implicancia del poder real, sus Sentencias.
Para aspectos variados referentes a la violencia, el poder poltico y el
providencialismo tambin reconocemos la pertinencia de la Biblia, incluidos los dos
31
Testamentos y los Hechos de los Apstoles21, y el Corn22. En cuanto a la relacin del
Papado con la Reconquista fundamental resulta la Coleccin de Documentacin
Pontificia Referente a Espaa recopilada por Demetrio Mansilla y Santiago Domnguez
Snchez. A ellos se suman otros autores y recopilaciones que por su limitado uso no
consideramos necesario mencionar en este apartado.
* * *
Con respecto a la bibliografa historiogrfica que hemos revisado es innegable que
muchos autores han dedicado estudios respecto a la comprensin de los principales
aspectos de los siglos XII y XIII, produciendo un corpus acadmico difcilmente
abordable. Por ello y reconocindonos tributarios de muchos de sus planteamientos
trataremos de abordar de la manera ms completa posible algunas de los principales
estudios que nos han servido para nuestro trabajo, por lo que consideramos prudente
ordenarla segn las principales partes de nuestro trabajo.
Para ello hemos calificado las obras segn la presencia que en ellos tengan los
temas por nosotros estudiados. Es as como para la primera parte de nuestra
investigacin, dedicada a elaborar un contexto histrico y conceptual, nos hemos visto
obligados a tratar los conceptos de discurso, Ideologa, Goticismo, Guerra Santa y
Cruzada, entre otras.
En cuanto al discurso nuestro enfoque se concentr en lograr una
conceptualizacin general del trmino como parte de la visin de una cultura, para ello
el trabajo de Michel Vovelle, Ideologas y mentalidades, Barcelona, Ariel, 1985, nos
sirvi para una aproximacin general al tema, en tanto que para un conocimiento ms
acabado en cuanto al discurso en el escenario peninsular, imprescindible nos resultaron
los trabajos de Emilio Mitre y Martn Alvira Ideologa y guerra en los reinos de la
Espaa Medieval: Revista de Historia Militar, 2001, N 1 Extraordinario, pp. 291-334;
Jos Manuel Nieto Soria, Ideologa y poder monrquico en la Pennsula: en La
Historia medieval en Espaa. Un balance historiogrfico (1968 - 1998) XXV Semana
21 Biblia de Jerusaln, Bilbao, Descle de Brouwer, 1975; Santa Biblia, Reina-Valera, Edicin de Estudio, Bogot, Sociedades Bblicas Unidas, 1995. 22 El Corn, Edicin preparada por Julio Corts, Barcelona, Herder, 2009.
32
de Estudios Medievales Estella, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1999; los que a su vez
se completan con los trabajos vinculados al concepto de Ideologa, como son los
trabajos de Nieto Soria, La ideologa poltica bajo medieval en la historiografa
espaola: Hispania, revista espaola de historia, L/2, N 175, 1990, pp. 667-681; y
Propaganda y opinin pblica en la historia, Valladolid, Universidad de Valladolid,
2007; de Rogelio Rubio Hernndez, Antropologa: Religin, mito y ritual, Madrid,
Universidad nacional de Educacin a Distancia, 1988; y ms recientemente de
Francisco Garca Fitz en su aporte La conquista de Andaluca en la cronstica
castellana del siglo XIII: Las mentalidades historiografas en los relatos de la
conquista: Andaluca entre Oriente y Occidente (1236-1492), Actas del V coloquio
internacional de historia medieval de Andaluca. Todas ellas obras que intentan
contextualizar las mentalidades de los cronistas y de las elites en el marco de la
Reconquista y el fortalecimiento de las instituciones monrquicas y nobiliarias en
distintas etapas de la Edad Media Peninsular.
En cuanto al goticismo, lo hemos desarrollado a travs de los textos de Jos
Antonio Maravall, El concepto de Espaa en la Edad Media, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 1997; y Estudios de Historia del Pensamiento Espaol,
Madrid, Ediciones Cultura Hispnica, 1983; el trabajo de Emilio Mitre Alfonso X:
historiografa y tradiciones compilatorias del medievo europeo: Curso de Cultura
Medieval. Repoblacin y reconquista, Centro de Estudios Romnicos Aguilar del
Campoo, 1991; y de Luis Gonzlez Antn, Espaa y las Espaas, Madrid, Alianza,
1997, interesante texto que desde una mirada global de la historia espaola trata de
explicar la configuracin poltica de los estados peninsulares.
La guerra y sus acepciones como guerra justa, guerra santa y cruzada son objeto
de diversos anlisis y polmicas, razn por la cual existe una extensa bibliografa al
respecto, entre la cual nosotros destacamos respecto a los aspectos generales de la
guerra y su rol cultural los trabajos de Arnold Toynbee, Guerra y Civilizacin, Buenos
Aires, Alianza, 1952; de Gaston Bouthol, El Fenmeno Guerra, Barcelona, Plaza &
Janes, 1971; y del mismo autor La Guerra, Barcelona, Oikos-tau, 1971; textos escritos a
mediados del siglo XX, pero que exponen el fenmeno de la guerra desde una
perspectiva cultural aplicable a distintas pocas.
33
Ya acercndonos a la problemtica de las guerras justas y santas son
recomendables los textos de Jean Flori, Guerra Santa, Yihad, Cruzada. Violencia y
Religin en el Cristianismo y el Islam, Granada, Universidad de Granada y Universitat
de Valncia, 2004; La Guerra Santa. La formacin de la idea de cruzada en el
Occidente cristiano, Granada, Trota, Universidad de Granada, 2003; Caballeros y
caballera en la Edad Media, Barcelona, Paidos Ibrica. 2001; y La caballera,
Barcelona, Alianza, 1998. Adems podemos mencionar los trabajos de Francisco Garca
Fitz, La edad Media. Guerra e ideologa, justificaciones jurdicas y religiosas, Madrid,
Silex, 2003; a Jos Fernndez Ubia y su libro Cristianos y militares. La iglesia antigua
ante el ejrcito y la guerra, Granada, Universidad de Granada, 2000; a Jos Marn,
Cruzada, Guerra santa y Yihad, Valparaso, Pontificia Universidad Catlica de
Valparaso, 2003, de Peter Partner, El Dios de las batallas: Las guerras santas desde la
Biblia hasta nuestros das, Madrid, Anaya, 2002; el trabajo de Philippe Contamine, La
guerra en la Edad Media, Barcelona, Labor, 1984; y el estudio de Frederick Russell The
Just War in the Middle Ages, Cambridge University Press, Londres, 1977, quizs una de
las obras ms importantes escritas sobre la materia.
Ms prximos al tema de las cruzadas son destacables las obras de Geoffrey
Hindley, Las cruzadas. Peregrinaje armado y guerra santa, Ediciones B, Buenos Aires,
2004; Jonathan Riley-Smith y su libro Qu fueron las cruzadas?, Barcelona,
Acantilado, 2012; de Maurice Keen, La caballera, Barcelona, Ariel, 2008; de Luis,
Garca-Guijarro Papado, cruzadas y rdenes militares, siglos XI-XIII, Madrid, Ctedra,
1995, y de Francisco Garca Fitz su trabajo El discurso militar en la historiografa de
las cruzadas: la ideologa patente, presente en la obra colectiva de Juan Carlos Iglesias
Zoido (ed.), Retrica e Historiografa. El discurso militar en la historiografa desde la
Antigedad hasta el Renacimiento, Madrid, Ediciones Clsicas, Cceres, Universidad
de Extremadura, 2007.
En cuanto a estas problemticas aplicadas a la Pennsula Ibrica, necesariamente
estos conceptos se confunden con la Reconquista, siendo estudiada as en obras como
los trabajos de Jos Antonio Maravall La idea de Reconquista en Espaa durante la
Edad Media, Arbor N 28, 1954, pp. 1-37; de Joseph O'Callaghan, Reconquest and
Crusade in Medieval Spain, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 2003; de
Alexander Pierre Bronisch, su amplio estudio titulado Reconquista y guerra santa: La
34
concepcin de la guerra en la Espaa cristiana desde los visigodos hasta comienzos del
siglo XII, Granada, Universidad de Granada, 2006; de Francisco Garca Fitz sus trabajos
La Reconquista, Granada, Universidad de Granada, 2010; y Las Navas de Tolosa, Ariel,
Madrid, 2005; as como tambin Emilio Mitre y Martn Alvira, en su articulo ya
mencionado Ideologa y guerra en los reinos de la Espaa Medieval y de Derek
Lomax, La Reconquista, Barcelona, Crtica, 1978. Imprescindible resulta adems, por
su recopilacin documental y anlisis de la misma, el trabajo de Jos Goi Gaztambide
Historia de la Bula de Cruzada en Espaa, Vitoria, Editorial del Seminario, 1958.
Junto a estos autores tambin destacan las monografas y artculos de Martn
Alvira Cabrer, que ha dedicado diversos estudios a estos temas, entre otros Guerra e
ideologa en la Espaa del siglo XIII: la conquista de Mallorca segn la crnica de
Bernat Desclot: En la Edad Media, 19, 1996, pp. 37-50; y de Carlos de Ayala
Fernando I y la sacralizacin de la Reconquista: Anales de la Universidad de
Alicante, Historia Medieval, 17, 2011, pp. 67-115; y Fernando III: Figura, significado
y contexto en tiempo de cruzada, en la obra colectiva de Ayala y Martn Ros Saloma
(eds.), Fernando III, tiempo de cruzada, Silex, Madrid, 2012. Finalmente incluimos los
trabajos de Ana Beln Snchez Prieto, Guerra y guerreros en Espaa segn las fuentes
cannicas de la Edad Media, Madrid, Servicio de Publicaciones del E.M.E., 1990, una
obra un tanto general pero muy ilustrativa; y de David Porrinas Gonzlez, La caballera
y la guerra en la Edad Media castellano-leonesa: El libro del caballero Zifar y su
contexto. Medievalismo 15, 2005, pp. 39-70.
De forma complementaria, para esta primera parte fue necesario tambin construir
un contexto general en el cual se enmarcaran los conceptos mencionados, para ello
trabajamos con las obras de autores de diversas pocas y posiciones, con el fin de lograr
un panorama lo ms amplio posible. Al respecto debemos mencionar los trabajos de
Francisco Garca Fitz, Castilla y Len frente al Islam: Estrategias de expansin y
Tcticas militares (Siglos XI XIII), Sevilla, Universidad de Sevilla, 2001; y Relaciones
Polticas y Guerra. La experiencia castellano leonesa frente al Islam. Siglos XI-XIII,
Sevilla, Universidad de Sevilla, 2002, que tratan la Reconquista en los siglos pleno
medievales a partir de sus aristas militares y las implicancias de esta para la
configuracin de la sociedad hispana. En un plano ms analtico, en especial en cuanto
al estudio de las estructuras de dominacin, ocupacin del espacio y feudalizacin,
35
encontramos los trabajos de Jos Mara Mnguez, La Espaa de los siglos VI al XIII:
Guerra Expansin y Trasformaciones. En busca de una frgil unidad, Donostia, Nerea,
1994; y de Luis Miguel Villar Garca La Extremadura Castellano-Leonesa, guerreros,
clrigos y campesinos (711-1252), Valladolid, Junta de Castilla y Len, Consejera de
Educacin y Cultura, 1986.
Junto a estos trabajos, tambin es necesario referirse a la serie de biografas
dedicadas a los monarcas de Len y Castilla, entre las cuales utilizamos el trabajo de
Mnguez, Alfonso VI. Poder, expansin y reorganizacin interior, Donostia, Nerea,
2000; sobre el mismo monarca Bernard Reilly, El Reino de Len y Castilla bajo el Rey
Alfonso VI, 1065-1109, Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios
Toledanos, 1987; de Pallares y Portela, La Reina Urraca, Donostia, Nerea, 2006; el
texto de Manuel Recuero Astray Alfonso VII (1126-1157), Burgos, La Olmeda, 2003;
los importantes y completos estudios de Julio Gonzlez, El reino de Castilla en la
poca de Alfonso VIII, 3 vols., Madrid, Escuela de Estudios Medievales, 1960 y
Reinado y Diplomas de Fernando III, Crdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y
Caja de Ahorros de Crdoba, 1983; y de Manuel Gonzlez , Alfonso X el Sabio 1252
1284, Palencia, Diputacin Provincial de Palencia, La Olmeda, 1993. Consientes que
estos trabajos son solo una pequea muestra sobre la amplia produccin biogrfica
sobre estos personajes, nuestro inters radic en usarlos como complementarios al
contexto histrico de nuestros aos de estudio.
Con respecto a la imagen de los musulmanes y su evolucin a partir del 711,
utilizamos una variada bibliografa entre la que se cuentan la imprescindible obra de
Ron Barkai, El enemigo en el espejo, Madrid, Rialp, 2007; y los trabajos de John Tolan,
Sarracenos. El Islam en la imaginacin medieval europea, Valencia, Publicaciones de
la Universitat de Vlencia, Espaa, 2007; y Richard Fletcher, La cruz y la media luna,
Barcelona, Pennsula, 2005, que si bien tratan el tema de las relaciones entre cristianos y
musulmanes desde una perspectiva general, permiten colocar el problema peninsular en
una perspectiva amplia. Tambin son tiles, desde la perspectiva hispnica, los trabajos
de Ana Beln Paniagua Lortau, Consideraciones sobre la imagen de los musulmanes
en la Gran Crnica de Alfonso XI: IV Estudios de Frontera, Historia, Tradiciones y
leyendas en la Frontera, Jan, Diputacin Provincial de Jan, 2002; Martn Alvira
Cabrer, La muerte del enemigo en pleno medioevo cifras e ideologa (el modelo de las
36
Navas de Tolosa): Hispania, Revista Espaola de Historia. Vol. LV/ II, N 190, 1995,
pp. 403-423; y Jos Mara Soto Rbanos Reflexiones sobre el discurso cristiano a
judos y musulmanes en los snodos castellanos, siglos XIII-XV: IV Jornadas de
Historia en la Abada de Alcal la Real, Alcal la Real, 2002; as como el texto de
Thomas Glick Islamic and Christian Spain in the Early Middle Ages: Comparative
Perspectives on Social and Cultural Formation, Princeton, Universidad de, 1979. Por
ultimo el interesante articulo de Cristina Granda Gallego Otra imagen del guerrero
cristiano (su valoracin positiva en testimonios del Islam): En la Espaa Medieval, 8,
1986, pp. 471-480.
Complementando los temas y sus respectivas bibliografas, tratados en la
primera parte de la tesis, es necesario contemplar un conjunto de obras que, creemos,
sirven para ilustrar los aspectos prcticos de estas problemticas y que versan sobre la
sociedad de frontera y las relaciones entre las distintas estructuras que la componen,
tales como la Iglesia, la Monarqua y los Concejos Urbanos. Es as como contemplamos
para los temas concejiles los trabajos de James F. Powers, A society organized for war.
The Iberian Municipal Militias in the Central Middle Ages, 1000-1284, University of
California Press, 1999; de Antonio Palomeque Torres. Contribucin al estudio del
ejrcito en los estados de la Reconquista: Anuario de historia del derecho espaol,
Tomo XV, 1944, pp. 205-351, de Jos Rodrguez Molina, Alcal la Real.
Comunicacin, Defensa y Convivencia en la Frontera: III Estudios de Frontera.
Convivencia, Defensa y Comunicacin en la Frontera, Alcal la Real, Diputacin
Provincial de Jan, 2000; de Santiago Palacios Ontalva Fortalezas y Guerra Santa. Un
estudio comparado de algunos aspectos de su funcionalidad en las fronteras de la
Cristiandad: Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H. Medieval, Tomo 14, 2001, pp.
193-217. Respecto a los aspectos jurdicos los trabajos de Pedro Andrs Porras
Arboledas, Derecho a Guerra y paz en la Espaa medieval: Revista de Historia
Militar, 2001, N Extraordinario, Instituto de Historia y Cultura militar, pp. 335-359; de
Enrique Gacto Fernndez, Temas de Historia del derecho: Derecho Medieval, Sevilla,
Universidad de Sevilla, 1977; y de Diego Melo Carrasco, Las treguas entre Granada y
Castilla durante los siglos XIII a XV: Revista de Estudios Histricos-Jurdicos,
XXXIV, 2012, pp. 237-275. Sobre la monarqua y la Iglesia, entre muchos otros son
recomendables de Evelyn Procter su esclarecedor libro Curia y Cortes en Castilla y
Len 1072-1295, Madrid, Ctedra, 1988; el trabajo de Jess M. Mollero Garca, La
37
Frontera Castellana en tiempos de Alfonso VII: Nobleza y organizacin del espacio: II
Estudios de Frontera. Actividad y Vida en la Frontera, Alcal la Real, Diputacin
Provincial de Jan, 1997; y los libros de Peter Linehan La Iglesia Espaola y el Papado
en el S. XIII, Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca, 1975 y de Antonio
Garca y Garca, Iglesia, Sociedad y Derecho, Salamanca, Publicaciones Universidad
Pontificia de Salamanca, 2000.
* * *
Para la segunda parte, La construccin de instrumentos ideolgicos, dado que
nuestro trabajo se basa en el estudio de fuentes, es imprescindible adentrarse en el
anlisis de la historiogrfica medieval y luego en las particularidades de la misma para
el escenario hispnico. Desde una perspectiva general tiles son los trabajos de Emilio
Mitre Historiografa y mentalidades histricas en la Europa Medieval: Actas del III
Curso de Cultura Medieval. Repoblacin y reconquista, Centro de Estudios Romnicos
Aguilar del Campoo, Septiembre de 1991; y de Nilda Guglielmi y Adeline Rucquoi en
su obra colectiva El discurso poltico en la Edad Media = Le discours politique au
Moyen Age, Buenos Aires, CONICET, Paris, Centre National de la Recherche
Scientifique, 1995; as como tambin el articulo de Eloy Benito Ruano, La
historiografa de la alta edad media. Ideologa y Estructura: Cuadernos de Historia de
Espaa, XVII, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, Instituto de Investigaciones
Histricas, 1952, pp. 50-104; y el aporte, que aunque sinttico ilustrador, de Bernard
Guene, Historia, presente en el Diccionario razonado del Occidente Medieval de Le
Goff, y Schmitt, Madrid, Akal, 2003.
Estos trabajos, que son solo la referencia de un universo ms amplio, sirvieron
como complemento para el estudio de la historiogrfica hispana de la Reconquista,
inicindose con el trabajo de Daz y Daz, De Isidoro al siglo XI. Ocho estudios sobre la
vida literaria peninsular, Barcelona, El Albir, 1976, texto antiguo pero an vigente, as
como los estudios ms recientes de Eustaquio Snchez Salor, El Providencialismo en
la Historiografa Cristiano-Visigtica en Espaa, Anuario de Estudios Filolgicos V,
Universidad de Extremadura, Cceres, 1982, pp. 179-192; de Ariel Guiance, Morir por
la patria, morir por la fe: La ideologa de la muerte en la Historia de Rebus Hispaniae:
Cuadernos de Historia de Espaa, LXXIII, 1991, pp. 75-104; de Emilio Mitre, Un
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sentimiento de comunidad hispnica? La historiografa peninsular: Historia de Espaa
Menndez Pidal, Tomo XVI, Madrid, Espasa Calpe, 1994; el articulo de Manuel
Rodrguez de la Pea, Ideologa poltica y crnicas monsticas: La concepcin
cluniacense de la realeza en la Espaa del siglo XII: Anuario de Estudios Medievales,
30/2, 2000, pp. 681-734, Y los artculos de Fernando Arias Guilln, Honor y Guerra.
La tensin entre realidad blica y el discurso ideolgico en la cronstica castellana de la
primera mitad del si