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Feminidad de Altura: El desafío de ser mujer en un deporte de “machos”
Mario Alberto Vega Yañez
Mesa Temática: Cuerpos e Interseccionalidad: Raza, género/sexo, étnia
Título: Feminidad de altura: El desafío de ser mujer en un deporte de “machos”
Autoría:Mario Alberto Vega Yañez
Pertenencia Institucional:Agroecología Universidad Cochabamba – AGRUCO
Correo de contacto:[email protected]
INTRODUCCIÓN
El folklorismo es uno de esos conceptos que tardé en entenderlo, es más, hasta ahora dudo
que lo entienda en su amplia magnitud. Es una especie de adormecimiento sobre un
elemento de la sociedad, donde sólo vemos lo estético y superficial sin analizar sus
variantes, sus orígenes y por ende claro, no ver cuál es el camino que puede tomar este
elemento.
Este elemento puede ser el fútbol del cual me declaro apasionadamente soñador, lo juego
no a un nivel profesional, pero el que me llamen de varios equipos que participan en
campeonatos de Villa ya me hace sentir un “Pro”. El fútbol también adquiere un concepto
folklórico como elemento social, sólo el fútbol comercial existe, sólo los jugadores que
ganan arriba de 50 millones de Euros existen, sólo el fútbol de varones existe, sólo el fútbol
mediático existe.
Como nos gusta tanto este deporte y es un elemento social que va sumando fanáticas que se
animan a jugarlo dentro de la cancha, es un honor para mí poder hacerles un tributo a todas
aquellas que se atreven a luchar consciente o inconscientemente por la posición de un
deporte que la misma FIFA califica como “el futuro del futbol”. Considerando a este un
deporte muy “masculino” y lleva consigo muchos elementos simbólicos que lo hacen
reflejo de una sociedad patriarcal, las jugadoras toman un rol de guerreras dentro de la
sociedad, dentro y fuera de la cancha.
Adelante, quiero recordar los orígenes de este deporte rey en el mundo para luego pasar a
hablar de que es lo que la historia escribe sobre aparición de la mujer dentro del futbol y
para terminar recoger el testimonio de una amiga jugadora de futbol que se abre espacio a
plan de pasión.
POR ACÁ COMIENZA LA PASIÓN DE PATEAR UN BALÓN
El origen histórico del fútbol como los sentimientos que despierta son muy confusos e
inexplicables en muchos casos. ¿Sus orígenes fueron aristocráticos? Si, lo fueron, tan cierto
como que la historia la sitúa inicialmente en Inglaterra, pero no fue el primero ni el único
lugar donde se lo jugó, pero sí fue el primero que se registró en el papel y el lápiz.
El antropólogo suizo Bachofen descubrió en la zona de Kerven en Nueva Guinea unas
cuevas que fueron habitados evidentemente por humanos primitivos, en sus paredes puede
evidenciarse pinturas rupestres que grafican a un hombre corriendo tras un objeto redondo,
quizás una de las expresiones más antiguas de la obsesión que años más tarde generaría al
hombre moderno, el perseguir un pedazo de cuero redondo y dominarlo.
La gente creería mucho más en la palabra del antiguo presidente de la FIFA Jules Rimet
que en la de Bachofen, quien afirmó que los orígenes del fútbol se sitúan en el extremo
oriente, específicamente en China y Japón documentadas por los eruditos chinos TsaoTse y
Yang Tse que afirmaban que ya se pateaba un esférico apasionadamente en el siglo XXV
a.c. bajo el patrocinio del emperador Xeng-Ti quien obligaba a los militares a patear un
pellejo rellenado de diversos materiales de origen animal, sin descartar el uso de las manos;
el éxito se alcanzaba cuando el esférico pasaba por una circunferencia del mismo diámetro
ubicado a unos 10 metros de alto.
Los griegos también registraban deportes similares al fútbol de hoy en día, clasificándolos
acorde al tamaño de la pelota:
Los similares a un puño humano (baseball, tenis, hockey)
Los similares al tamaño de una cabeza (futbol, rugby, voleyball, básquet)
Las equivalentes a un tórax humano
El Episkyros era el deporte que reunía a 12 jugadores por lado y se lo practicaba con la
mano, algo más cercano a lo que es el deporte rey hoy en día para los griegos. Cuando
Roma toma Grecia y se impone sobre este pueblo reconoció su cultura como superior, la
expresión de sus artes y como no, sus deportes, entre ellos el Episkyros que pasaría a
llamarse el Haspartum, que ya mezclaba el balonmano, el fútbol y el rugby, famoso por la
brutalidad en su desarrollo tanto que fue asimilado al ejército romano. Tras la expansión del
imperio, este deporte fue llevado a rincones como Germania, las islas Británicas, las Galias,
Hispania, Norte de África y el Cercano Oriente.
Sin encontrar conexión alguna con el Haspartum, en la hoy conocida Francia se desarrolló
un deporte muy popular que aglomeraba a una masiva cantidad de personas pateando un
pellejo relleno de crines entre fangos, bosques y terrenos hasta llegar a una pared donde
contaba como un actual gol, este deporte era conocido como el Soule. Jugado en los
terrenos aledaños a los castillos medievales, pasó a ser un deporte de las clases populares a
ser uno practicado por los sectores aristocráticos en el siglo XIII, consiguiendo tal
popularidad que es mencionado en textos literarios de la época del Renacimiento hasta que
los monarcas Felipe V en 1319 y Carlos V en 1369 lo prohibieron por ser altamente
distractivo para la disciplina de los soldados. Luego y pese a su prohibición este deporte
pasó a practicarse dentro de los monasterios donde el poder del Rey llegaba muy
disminuido y las prohibiciones eran pisoteadas por la pasión, manteniéndose hasta que
levantaron su negación y hasta el siglo XIX cuando comenzaron a difundirse juegos con
características similares.
Por 1410 en Italia ya se hablaba de un deporte de pelota popular llamado Gioco del Calcio,
oficializándose con las llegada de los Medicis al poder en Florencia, el deporte sólo
permitía el tocar el balón con el pie a excepción del jugador que vigilaba la meta.
En fin, el fútbol moderno y el cual conocemos tiene el sello británico, el capitalismo tuvo
mucho que ver sobre todo en el aspecto de re definición de las relaciones humanas en todos
los ámbitos, una porción acumuló grandes fortunas y otra porción se mantenía en el filo de
la subsistencia. La historia moderna comienza en 1863 cuando se separan del rugby del
futbol, fundándose la FootballAssociation (Asociación de Fútbol de Inglaterra) la
institucionalización del fútbol la hacía oficial y la reglamentaba a su vez.
CUANDO LAS FALDAS TOMAN LA CANCHA
Si bien la institucionalización del futbol tomó su tiempo y hubo una primacía casi total del
monopolio masculino a la hora de practicar este deporte, a tal punto que la Federación
Internacional de Futbol Asociado – FIFA organiza el primer campeonato mundial de futbol
para mujeres recién en el año de 1991 en China, el origen del futbol femenino no puede
situárselo en esta fecha.
Algunos investigadores aclaraban que la práctica del deporte (en ese entonces no conocido
oficialmente como fútbol) estaba anexado con el impulso natural de demostrar fuerza y
habilidad que en muchos casos estaba vinculado también con costumbres paganas como los
ritos de fertilidad lo que motivaron la aparición de nuevos futbolistas y la organización de
partidos entre casados y solteros, tanto varones como mujeres en Inveresk, Escocia a finales
del siglo XVII se presenciaba estos espectáculos, el futbol femenino no es tan reciente
como parece ser.
En el siglo XII las mujeres en Escocia y Francia ya jugaban juegos de pelota y para 1863,
cuando se institucionaliza el futbol en Inglaterra se definen normas generales para evitar la
violencia extrema en el juego con la finalidad de que fuera aceptable para las mujeres, para
que posteriormente 29 años después en Glasgow se presencie el primer partido de futbol
entre mujeres en 1892.
Para 1894 NettieHoneyball quien fuera una activista de los derechos de la mujer, encontró
el mejor espacio para demostrar la independencia de la mujer y el nuevo posicionamiento
que había alcanzado la mujer en un nuevo panorama de relaciones sociales que habría
dejado el capitalismo a su paso, fundó el “British Ladies Football Club” que sería el primer
club de futbol femenino en el mundo. La masificación del deporte para las mujeres se dio
en plena Primera Guerra Mundial, cuando los hombres llamados a combatir dejaron los
espacios para que muchas mujeres asuman el rol de jefas del hogar, el trabajo en las
fábricas y por supuesto, el desarrollo del futbol.
A partir de ese momento el deporte comenzó a desarrollarse gracias a la participación de
más mujeres que se veían atraídas por el balompié. Su popularidad alcanzó niveles
insospechados en Europa a pesar de que lamentablemente una vez terminada la guerra, la
Federación Inglesa de Futbol no reconoció al futbol femenino como tal. Esto provocó que
se creara la “English Ladies FootballAssociation” (FA) con los tropiezos y boicots que las
obligarían a jugar en canchas de rugby por cerrárseles los espacios para la práctica de este
deporte. Luego del mundial de 1966 el interés y la presión de las aficionadas obligaron a la
FA a reincorporarlas en 1969 luego de crear la rama femenina.
La presión se difundió por toda Europa, tanto que la UEFA encargó a sus asociados la
gestión y fomento del fútbol femenino. No es sino hasta el Congreso de la FIFA en México
el año de 1986, donde las noruegas reclaman airadamente la atención a la rama femenina
desembocando en la disposición del entonces presidente de la FIFA Joao Havelange a un
campeonato internacional de futbol de naciones para 1991 en China, aunque de manera
experimental. El fútbol femenino alcanzó su institucionalización a nivel internacional.
El éxito en la realización del primer mundial de futbol femenino fue tal que se resume en
tres elemento básicos: en el mundial femenino de China 1991, las mujeres consiguieron
marcar mas goles, cometer menos faltas y recaudar más dinero. En este mundial se
consagró campeona la selección de Estados Unidos.
El inicio del nuevo milenio marcó la incorporación e interés por parte de otras selecciones
para participar en el futbol femenino a nivel mundial, teniendo a países sudamericanos
conquistando importantes lugares dentro del ranking de la FIFA. En las primeras versiones
del Mundial Femenino sólo Brasil fue a representar a Sudamérica, recién el año 2003,
Argentina ocupó un segundo cupo sudamericano y lo repitió el 2007. Hoy en día Colombia,
Paraguay y Chile han ido ganando espacio.
UNA JUGADORA DE ALTURA
Wendy Soria Amusquivar es una chica de 25 años, su timidez aflora a la segunda palabra
que cruzas con ella, pero la risa convierte la charla en un ambiente cálido capaz de deshelar
cualquier miedo a decir lo que ella piensa. Paceña de nacimiento, bolivarista de corazón,
licenciada en Comercio Internacional, parte de la selección paceña de futbol de salón y
flamante campeona nacional en esa rama es heredera de un legado que la puso en el
ambiente futbolístico.
Su padre es Vladimir Soria, quien es un legendario jugador del Club Bolívar, parte de la
selección nacional de futbol de Bolivia que representó al país en el Mundial de Estados
Unidos 94 y Director Técnico del mismo Club llevándolo hasta la final de la Copa
Sudamericana el año 2004 que la disputó frente a Boca Juniors, una leyenda sin dudas que
pasó un legado de talento y pasión a sus dos hijos y por supuesto a Wendy. Todo comienza
como comienzan las cosas simples, “mis hermanos jugaban en el Coliseo y yo me metí a
jugar con ellos, viene de mi papá también la idea de jugar fútbol”, el resto ya fue dejarse
llevar por la corriente, “de ahí han aparecido campeonatos de chicas, clubes donde
entrenaban chicas y ahí comencé a jugar de manera más profesional, por así decirlo”.
“A mis 8 años me regalaron un balón, fueron mis papás, me regalaron el balón porque no
me gustaban las muñecas”, y es que la idealización de los roles que debe cumplir las
personas por la identificación biológica del sexo nos divide el mundo en dos colores, el azul
y el rosa, pero para Wendy estaba claro, su entorno más cercano que es la familia
necesitaba de una herramienta para desatar la emotividad que genera el fútbol. Disfrazado
de un juguete llega para muchos la mejor herramienta para ser feliz, para Wendy no era la
excepción, ella quería un balón.
Si el fútbol como deporte tiene algo de egoísta, esto puede reflejarse en aquella actitud que
pueden llevar los cracks, el agarrar el balón y no soltarlo, el gambetear con él, el amagar
que lo entregan y volverlo a tener, el llevarla cerca de ellos y no pasarla, pero a la hora de la
hora si ganamos, ganamos todos y si perdemos, perdemos todos, he ahí la razón por la cual
un crack no puede jugar sólo al fútbol, necesita del equipo, las demás herramientas, que
cada una ponga su grano para hacer mover una maquinaria que puede llegar a ser un
equipo, así define Wendy porque escogió al fútbol como deporte “es divertido y es un
trabajo de equipo, es rápido que es lo que me gusta”. “Prefiero el fútbol al futsal y mi
posición favorita es la de ser delantera”.
Sus primeros pasos fueron en la Asociación de Balonpié Boliviano – ABB a sus 17 años y
su primer nacional fue en la ciudad de Oruro, con la selección de La Paz y unos años más
tarde llegó donde muchos jugadores y jugadoras sueñan llegar, a una concentración de la
selección nacional de fútbol del país, una de esas “espinitas” que le quedaron clavadas en
su alma futbolera, el clima repercutía sobre el rendimiento, algo que era indispensable en
ese momento.
Que la mujer juegue al fútbol para muchos, incluso en estos tiempos, puede sonar a una
aberración, tal como respondía un fanático del fútbol estereotipado masculino cuando le
preguntaban si había presenciado un partido de fútbol femenino “Gracias a Dios…no”. Y es
que el deporte en general, y el futbol como parte de ese mundo gigante guarda muchos
elementos que resaltan la masculinidad para muchos, y ver a las mujeres practicar este
deporte se acerca a un sacrilegio hecho por las pecaminosas. En todo, es muy diferente la
apreciación de una persona que juega el futbol desde dentro que de otra personas que la
mira y comenta desde fuera. “Al futbol femenino no le veo nada de malo, más bien las
asociaciones deberían ponerle más interés”, a tal punto llega el desinterés por el futbol 11
femenino que mientras entrevistaba a Wendy, en Santa Cruz se jugaba un campeonato
nacional de futbol femenino sin la presencia de una delegación de la ciudad de La Paz, algo
que ya es recurrente según la opinión de la jugadora “no le tiran bola”.
Pero, ¿que lleva a una mujer a escoger un deporte no identificado como “femenino”? para
Wendy es claro, “no es divertido, no es rápido” refiriéndose al vóley, “no es un trabajo de
tanta interacción de equipo”. Muchas de las personas que comienzan por el hecho de
preferir un auto en lugar de una muñeca cuando son niñas se someten al juicio
estereotipado de su género y preferencia sexual, y las mujeres que escogen el futbol en
lugar de la equitación o juegos más “femeninos” se someten al mismo juicio, algunas
llevadas hasta el denominativo de “marimachas” que quiere decir “mujer varonil y porque
no, lesbiana”, una expresión de esa violencia simbólica que recae sobre las jugadoras. “Una
juega al futbol porque le gusta, no porque sea marimacha” es su respuesta.
La discriminación tiene muchas caras, quizás el insulto, la agresión física, verbal o
psicológica no son la única manera de expresarla. Aunque para Wendy la discriminación no
tuvo esta figura en cuanto a su relación con jugadores varones, esta puede expresarse de
otras maneras, “obviamente cuando un hombre ve a una mujer no juega como juega con los
demás, ni fuerte ni torpe”, y es que detrás de esa afirmación también entran y juega un
conjunto de elementos que son parte de la formación familiar, escolar y ambiental
patriarcal, y es la falsa delicadeza con la que un hombre debería tratar a una mujer. Con
esto no quiero decir que elevar la torpeza al extremo cuando vayamos a compartir el césped
con las mujeres, pero tampoco llegar a los niveles de desvalorizar el aporte deportivo que
pueden añadir las mujeres al fútbol, jugando como si jugáramos con personas con
capacidades especiales, o con menor desarrollo, al punto de no tomar su aporte en serio.
Las mujeres de la selección paceña entrenan a las 6:00 am cada día de la semana cuando
están a las puertas de un nacional, y no lo hacen por masoquistas se los puedo asegurar, ni
por apasionadas. Como ocurre en muchos lugares y campeonatos femeninos los horarios
para los partidos y entrenamientos de futbol femenino están reservados para determinadas
horas, de madrugada hasta las 9:00 am que es donde la mayoría está despertando o
desayunando, a medio día donde el sol es tan fuerte que es dañino jugarlo o a partir de las
18:00 horas que es donde comienza a escasear la luz del sol, lo único que se puede
garantizar en estos horarios es la poca asistencia de público, ¿no es esta también otra forma
de discriminación hacia la mujer en la práctica del fútbol?
“El futbol es machista, si, hay a algunos hombres que no les gusta jugar con mujeres,
algunos piensan que el futbol no es para mujeres y que deberíamos dedicarnos a otra cosa”
dice Wendy. Y es que para muchos hombres tanto dentro de la cancha al momento de jugar
frente a una mujer, como al momento de ser espectadores fuera de ella consideran que es un
espacio de poder, un terreno donde deben luchar los varones por el deseo de imponerse
sobre otros y mostrar quien es mejor, el hecho de que las mujeres también ocupen ese
espacio que es la cancha para practicarlo suena a una profanación, una desvalorización de
aquello que ellos hacen en serio y que en algunos casos son de vida o muerte.
Algo desesperanzada sobre el futuro del futbol once en la ciudad de La Paz, Wendy apuesta
por el futbol de salón, hay varios equipos y más interés, quizás porque estos elementos
rondan los pensamientos de sus dirigentes al momento de pensar en tomar en serio el futbol
femenino paceño. En cuanto a la selección de futbol nacional femenino, la esperanza es una
llama más encendida, no tanto, sólo como el de una vela, esto por las goleadas que nos
trajimos de los últimos torneos.
La estructura y los clubes de futbol en Bolivia no abren los espacios para el futbol
femenino, y no es una cuestión de sólo abrirlos, existe un conjunto de elementos producto
de un sistema patriarcal que ejerce una violencia simbólica hacia las mujeres y desvaloriza
la práctica del sexo femenino sobre esta rama. El fútbol y su valoración se vale de un
ingrediente indispensable para tomarlo en serio y mover sentimiento y bolsillos, si un
equipo no gana, no hace historia y no hace seguidores, pero si no comenzamos a jugarlo,
mucho menos podemos pensar en ganarlo.
BIBLIOGRAFÍA
Página oficial de la FIFA “Éxito de audiencia de la Copa Mundial de la FIFA” consultado
el 15 de octubre de 2014.
The English Football Archive “The History of English Football” consultado el 20 de
octubre de 2014.
MELCON & VIDAL (1973) “Futbol femenino. Enciclopedia del fútbol”
ORUÉ &GuTIERREZ (2001) “Locas por el fútbol, de las Gradas al vestuario” Barcelona:
Temas de Hoy.