Date post: | 16-Dec-2014 |
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Art & Photos |
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y otras tantas de los proyectos
de los residentes, por lo que
no es de extrañar que desde el
1 de julio se hayan producido
muchas contaminaciones y
transformaciones.
Núria Gómez suele trabajar con
fotografías encontradas y por
tanto con fragmentos de historias
(con mayúscula y minúscula)
que se abren a numerosos datos
e interpretaciones. Relexionar sobre la investigación artística y
sus límites ha sido parte de su
proceso. También ganar conianza en su propia forma de acometerlo,
abordando diversas investigaciones
y fases al mismo tiempo y hallando
en el hacer una forma de pensarlos
y desarrollarlos. Para ello, ha
observado la forma de trabajar de
sus compañeros, en especial el de
María Mallo y Ana de Fontecha,
muy similar a la suya. Asimismo
se ha apoyado en diversos textos
teóricos que le han permitido
comprender que su labor como
artista no es tanto dar respuestas
como plantear preguntas y dejar
que el azar y el espectador hagan
su trabajo. Gracias a Andrea
González ha conocido las iniciativas
de la autoedición en Madrid. Otra
de sus preocupaciones es lograr
que la autoedición salga de los
canales artísticos y alcance una
mayor difusión fuera de sus circuitos
tradicionales.
Para ello, baraja diferentes
posibilidades: por un lado, seguir
apoyando y participando en eventos
que promuevan la autoedición y las
pequeñas editoriales de fotografía
e imagen; por otro, crear nuevas
plataformas (digitales y analógicas)
mediante la colaboración y la
creación de lazos entre diferentes
ciudades y centros.
María Mallo tiene ininitas cosas en las cabeza y muchas ganas de
hacerlas. Algunas están relacionadas
con la arquitectura, la disciplina que
ha estudiado y ejerce, pero otras son
más heterodoxas y esto le planteaba
dudas. El contacto con la práctica
artística y sus diversas metodologías
de trabajo le ha permitido adoptar
procesos más abiertos e indeinidos, validar ideas y proyectos que antes
habría desestimado y entender
su trabajo como algo dispar pero
coherente. Algunos de los artistas
que han visitado la nave 16, como
Eva Lootz, Eugenio Ampudia o
Guillermo y los residentes Ana
de Fontecha o Núria Gómez han
contribuido a ampliar su ámbito de
trabajo y actuación. Ella ha sido
la que más contacto ha tenido
con los visitantes, convirtiendo
su estudio en un punto de
encuentro donde descubrir nuevas
interpretaciones de su trabajo.
Así, su estancia en Matadero ha
incluido la organización de un taller
de dibujo con plantillas de formas
irregulares y la construcción de una
arquitectura blanda que ha puesto
a prueba con la participación del
público.
Víctor Aguado ha estudiado
arquitectura técnica y lleva
tiempo dedicándose a la música
experimental; del arte se ha
nutrido durante este último año
gracias a un programa sobre arte y
mercado que le ha provisto de un
conocimiento intensivo y al día del
ámbito contemporáneo madrileño.
Llegó a Matadero con la necesidad
de deinir e identiicar su práctica, de debatir y poner a prueba
posiciones dentro del mundo del
arte y categorías como “música
experimental” y “arte sonoro”
o nociones como “artístico” o
“experiencial”. Para él, lo mejor
de estos dos meses ha sido el
programa de charlas y visitas y
el intercambio con los demás
residentes. Sus conversaciones
con Ana de Fontecha (y el
concepto de espectáculo, tan
recurrente en el estudio de ciudades
vacacionales de Andrea González y
Jonás Murias) le han llevado a tomar
mayor conciencia de la dimensión
visual de sus instalaciones sonoras y
la forma en que este elemento inluye en la percepción del espectador,
apoyando o mitigando la experiencia
acústica. También a matizar su
lenguaje plástico y su discurso
a través de una metodología de
proyecto inspirada por Muntadas y el
modo de trabajar de Núria Gómez,
así como a experimentar y a producir
sin poner nombre a las cosas (María
Mallo).
Ana de Fontecha venía desarrollando
una investigación sobre el propio
espacio (su deinición, límites, fricciones...) dentro del estudio que
compartía en el número 3 de la
calle Cardenal Mendoza de Madrid.
Trasladar el proyecto a la nave 16
suponía empezar de cero. No se
trataba de replicar el proceso ni las
fases de investigación anteriores,
sino de iniciar otro que se adaptara
a las condiciones concretas del
espacio de Matadero. Identiicar las necesidades internas que imponía
al proyecto el nuevo espacio no
fue tarea fácil. Había que soltar
lastre, abandonar supuestas
obligaciones y asumir que el proceso
de experimentación constituía la
propia obra. ¿Y qué hacer con los
fragmentos del proceso? ¿Son
tan sólo ensayos?¿Qué entidad
poseen? Quizás la clave está en
no darles nombre sino más bien
reconocerlos como parte del proceso
y como piezas conclusas y válidas
en sí mismas. Para Ana estos dos
meses han sido en cierta manera un
viaje de ida y vuelta: ir descartando
elementos y composiciones por ser
aparentemente irrelevantes o ajenos
al espacio para luego recuperarlos
y encontrar su pleno sentido. Poco
a poco, ya a mediados de agosto,
ese espacio que Ana desea construir
se ha ido separando del plano de la
pared para adentrarse en el territorio
más incierto de la tercera dimensión.
Andrea González y Jonás Murias
son los “más arquitectos” de todos
los residentes, a pesar de que su
estudio no dé esa impresión. Suelo,
paredes y mesas están cubiertos
de postales, instantáneas, conchas,
pósters y platos de cerámica. Son
muestras recogidas en diferentes
lugares de veraneo, evidencias de
una arquitectura del deseo erigida
a partir fantasías y realidades
asociadas al ocio vacacional. Jonás
y Andrea se mueven con facilidad
entre varias disciplinas: el cine,
las artes escénicas, el diseño y
las artes visuales. Sin embargo,
da la sensación de que en su
práctica la arquitectura funciona
como una especie de horizonte, no
necesariamente en tanto que límite
pero sí como referencia donde situar
experiencia y conocimiento.
El reto, desde un inicio, ha sido
cómo dar forma a todo este
material recogido durante sus
viajes por la costa española sin
perder la complejidad de su
discurso ni caer en la literalidad
o la pedagogía. Pensaron en
una publicación pero parecía un
formato demasiado circunspecto
para material tan explosivo.
Tampoco se descartó organizar
una paellada conjunta gigante
en la plaza de Matadero, aunque
se quedaba corto y norecogía ni
pesquisas ni conclusiones. Respetar
la ambiguüedad del material,
reforzándolo o contradiciéndolo con
técnicas de collage podría ser una
respuesta. Otra sería construir un
archivo.
A lo largo de estos meses, a medida
que unos y otros han construido y
desmantelado, hecho y deshecho,
propuesto soluciones parciales y
experimentos deinitivos, propiciado
experiencias colectivas y compartido
tribulaciones individuales, se ha
producido un proceso de aprendizaje
colectivo, un dejarse llevar por el
hacer y el pensar sin descartar las
contradicciones ni pensar en una
sola dirección.
Nada es original. Roba de
cualquier sitio que te llene
de inspiración o alimente tu
imaginación.
Jim Jarmush
Advierten los artistas
norteamericanos Louise Lawler y
Allan McCollum que cuando uno
se pone a pensar en sus futuros
proyectos es normal caer en lo que
se denomina “el agujero negro”:
pienses lo que pienses parece
que todo está ya hecho. Para salir
de tan nefasto sitio es importante
recordar que durante el proceso
esa idea inicial, supuestamente tan
manida, irá transformándose hasta
convertirse en algo completamente
distinto.
En efecto, el proceso
puede modiicar el proyecto sustancialmente, sumarle
derivadas, abrir vías para nuevos
proyectos… Tiene el poder de
cambiarlo todo. Durante estos
dos meses de residencia, la nave
16 ha estado abierta a todo aquel
que quisiera pasarse por allí y a un
programa de visitas formado por
comisarios, artistas y educadores.
Muchas conversaciones han
puesto en cuestión categorías
y realidades del mundo del arte
ESTUDIO BUSCA TALENTO
Hazlo TÚ misma.
Donde tu quieras, vamos palante.
Estamos en una fase de aprendizaje porque antes tuvimos que dedicarnos a luchar contra él.
P
Que el decir se compone,sobre todo, de silencios,de cosas que por sabidas se callan o que son por completo inefables.Todo se descomponía en partes, y cada parte en otras partes, y nada se dejaba ya abarcar con un concepto.
Que todo sea idéntico a lo conocido: cada planta, pura conjetura hacia el futuro, ajustada a las especies divulgativas. ¿No sería preferible disponer las cosas como en una mesa o en un tablero, y obsevarlas a partir de entonces según la cualidad particular modiicable al antojo de recomposiciones -siempre posibles- de sus encuentros?Así los cuerpos saben bien o saben mal, nos saben bien o nos saben mal; nos saben bien, los degustamos.
Tengo verdadera curiosidad por saber qué son estos cuadernos ¿es como un diario?CLAUS dice:-No, son mentiras.¿MENTIRAS?-SÍ. Cosas inventadas HISTORIAS que no son verdad, pero podrían serlo.
Una pasión morfológica, incluso morfogenética.
Cuando la mirada domina, el cuerpo pierde su materialidad.
Lo que a ella realmente le importaba estaba guardado en los cajones.
Decía que el historiador materialista es:un trapero un arqueólogo de la memoria.Hurgando con obstinación el material –el ingente mercadillo de viejo- de todo cuanto nos hemos acostumbrado a no mirar.
P
Decía que la “profundidad del
tiempo” se maniiesta con gestos humanos.
¿Qué es un fantasma? –preguntó Stephen-
Un hombre que se ha desvanecido hasta
ser impalpable, por muerte, por
ausencia, por cambio de costumbres.
P
Siempre somos otra cosa y bajo la otra cosa otras cosas ocultas.Nombrar, no, nada es nombrable, decir, no, nada es decible, ¿entonces qué?
P
*Composición a partir de fragmentos de textos de Bravas Fanzine, Estrella de Diego,
Georges Didi-Huberman, António Lobo Antunes, James Joyce, Eva Lootz y Agota Kristof.
P
NÚRIA GÓMEZAtlas
Núria Gómez (Barcelona, 1987) es fotógrafa y fundadora del sello editorial independiente Ediciones del Martes. Tras formarse como Técnica Audiovisual Multimedia en EMAV se graduó en Arte y Diseño en la Escola Massana-UAB de Barcelona. Sus trabajos, ya sean libros, películas o proyectos expositivos, exploran los límites de la narración y del diseño y la noción postmoderna del reciclaje. Desde hace varios años también realiza reportajes fotográicos en el ámbito de las artes escénicas e imparte talleres de edición fotográica y editorial. Algunos de sus escritos pueden leerse en la revista de crítica de arte Situaciones (www.situaciones.com).Ha participado en festivales como Arts Libris (2014), Gutterfest (2013/14)o Loop Art Fair (2013)y ha recibido el premio ArtFad (2013)por su escultura fotográica Ámbar. Insectos gritando, su último proyecto editorial, obtuvo una beca de producción artística VEGAP en 2013.
Atlas es el primer estadio de un proceso de investigación artística que conecta diversos elementos autobiográicos con múltiples casos de estudio basados en la fotografía marginal. El proyecto, construido a partir de materiales fotográicos encontrados, citas y textos dispersos es, más que un estudio cerrado, un dispositivo generador de posibilidades que se entrecruzan y colisionan entre sí, formando a su vez otros territorios de exploración formal y/o conceptual. La fotografía de espíritus, el cuerpo como campo de insumisión, el punk metafísico del siglo XIX, la fabulación, los falsos recuerdos, la metanarrativa o la imagen contra-hegemónica son algunos de los territorios explorados en el presente atlas, donde la falta de literalidad es intencionada y la revisión de la ortodoxia historicista y fotográica su base ideológica.w
ww.nuriagg.com / www.edicionesdelmartes.com
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