Formas de Gobierno y autoridades Indígenas: El Caso de los Tepehuanos del Sur
de Durango
Antonio Reyes Valdez
UNIDAD DE PLANEACIÓN Y CONSULTA
Dirección General del Desarrollo y Cultura de los Pueblos Indígenas
2007
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................. 3 CONSIDERACIONES PRELIMINARES ................................................................................ 5
A. LAS COMUNIDADES TEPEHUANAS ...................................................... 9 B. LOS CONCEJOS DE ANCIANOS................................................................... 10 C. LOS MITOTES.................................................................................................. 11 D. EL GOBIERNO................................................................................................. 14 E. AUTORIDADES AGRARIAS.......................................................................... 16
SAN FRANCISCO DE LAJAS........................................................................................... 18 SISTEMA DE AUTORIDADES ........................................................................... 21 A. El concejo de ancianos ...................................................................................... 22 B. Autoridades de los patios de mitote ................................................................... 22 C. Las autoridades del gobierno ............................................................................. 24 D. Las autoridades agrarias .................................................................................... 35
SANTIAGO TENERACA.................................................................................................. 38 SISTEMA DE AUTORIDADES ........................................................................... 43 A. El concejo de ancianos ...................................................................................... 43 B. Autoridades de los patios de mitote ................................................................... 44 C. Las autoridades del gobierno ............................................................................. 47 D. Las autoridades agrarias .................................................................................... 60
SANTA MARÍA DE OCOTÁN ......................................................................................... 64 SISTEMA DE AUTORIDADES ........................................................................... 67 A. El concejo de ancianos ...................................................................................... 68 B. Autoridades de los patios de mitote ................................................................... 69 C. Las autoridades del gobierno ............................................................................. 72 D. Las autoridades agrarias .................................................................................... 87
CONCLUSIONES ........................................................................................................... 92 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 99
3
INTRODUCCIÓN Los sistemas de gobierno en las comunidades tepehuanas de Durango aglutinan, a partir
de una gran capacidad de adaptación, autoridades de diversa índole y origen: las de
raigambre aborigen muy probablemente prehispánicas correspondientes a los patios de
mitote; las del gobierno, denominado localmente como “gobierno tradicional”, con un
origen, al menos nominal, en la época colonial; y las agrarias, de más reciente creación
e incorporación generadas por el estado mexicano durante la época de la Reforma
Agraria. El propósito de la presente monografía es describir la constitución y
articulación de estos grupos de autoridades en tres comunidades de los tepehuanes del
sur de Durango: San Francisco de Lajas, en el municipio de Pueblo Nuevo; Santiago
Teneraca y Santa María de Ocotán, ambas en el municipio de Mezquital.
Las referencias etnográficas acerca de las formas de gobierno y autoridad entre
los tepehuanes del sur (Durango y Nayarit) son muy limitadas y sólo el trabajo de
Escalante (1994) las aborda de forma específica. Si bien el tema se ha tratado
indirectamente como parte de investigaciones cuyo tema central es otro, en su mayoría
la información proviene de la comunidad de Santa María de Ocotán, que es por mucho,
de la que se tienen más conocimientos en diversos ámbitos de la cultura. Lo anterior ha
contribuido a generar una visión limitada acerca de la diversidad cultural al entre las
distintas comunidades tepehuanas, derivando en una apreciación global a partir de una
sola comunidad o, mejor dicho, de un sólo poblado.
El único texto que aborda una comunidad distinta a la mencionada es también el
trabajo etnográfico pionero sobre los tepehuanes. Se trata del clásico de la antropología
El México desconocido (1904 [1902]) del explorador noruego Carl Lumholtz, que
ofrece una breve descripción de las autoridades del gobierno de San Francisco de Lajas.
Más de medio siglo después, Sánchez Olmedo (1980: 87-95) proporcionó un listado de
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cargos que documentó en diversas comunidades y de los cuales nos habla en forma
general, refiriendo a la función que se les atribuye, tanto de las autoridades del
gobierno, las del mitote y las de carácter agrario. Asimismo, Fernando Benítez (1980)
trató brevemente de los cargos del gobierno de Santa María de Ocotán y su elección.
En años más recientes, como parte de las “Etnografías jurídicas de rarámuris y
tepehuanos del sur” Escalante (1994) nos ofrece una síntesis de los dos trabajos
anteriores enriquecida con datos nuevos de sus propias investigaciones. La información
se sintetiza en un organigrama que ordena y jerarquiza las autoridades en tres conjuntos,
divididos en autoridades religiosas, civiles y agrarias (Íbidem: 54). Esta presentación
resulta muy didáctica no obstante que aglutina, indiscriminadamente, información
proveniente de diversas comunidades, por lo que no es posible distinguir la
especificidad de cada una de ellas, creando una imagen de que todas las comunidades
poseen exactamente los mismos cargos.
Los últimos trabajos han sido los de Reyes (2006a), quien presenta información
específica sobre Santa María de Ocotán, destacando la asociación de las autoridades con
las deidades indígenas, pero limitándose a los cargos del mitote comunitario y a los del
llamado gobierno tradicional en la medida que explican su partición y relación con los
rituales del mitote. Por otra parte, hace nula mención del papel de las autoridades
agrarias. El documento más completo, que sin duda representa un punto de partida para
esta investigación, es el texto de Reyes (2006c) desarrollado para la CDI y que forma
parte del trabajo “Sistemas normativos internos en comunidades indígenas” (inédito)
coordinado por Neyra P. Alvarado, aunque en éste también descuida el caso de las
autoridades de carácter agrario. Este último y el de Escalante (1994) deben ser el punto
de partida para esta monografía pues nos ofrecen una primera interpretación de cómo se
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estructuran, jerarquizan y relacionan los distintos grupos de autoridades en las
comunidades tepehuanas.
Fuente: Escalante, 1994: 54
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
El trabajo de Escalante (ídem) y el diagrama resultante se insertan muy bien en la
perspectiva estructural-funcionalista que está presente en la tradición del estudio de los
sistemas de cargos en México. Una característica de dicha escuela es la de establecer
una estructura jerarquizada de cargos con funciones más o menos bien definidas y una
división básica entre los de tipo cívico y los orden religioso, correspondiente a lo que se
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conoce como el “típico sistema de cargos” (véase Korsbaek, 1996). En palabras de Sol
Tax, uno de los precursores en el tema:
Los oficiales son teóricamente “elegidos”, pero en realidad se turnan, empezando desde los oficios más bajos y poco a poco van escalando cada vez más alto: en esta progresión se alternan la jerarquía secular y la sacra, de tal manera que las dos están efectivamente vinculadas. Cuando han pasado por todos los oficios, el individuo llega a ser principal, un anciano de la comunidad que queda exento de todo nuevo servicio del pueblo Tax, 1937).
Asimismo, Cancian agrega que “el cargo tiene una esfera específica de competencia,
una esfera de obligaciones y funciones a cumplir, que han sido señalados como parte de
una división sistemática de trabajo” (Cancian, apud Koesbaek, 1996: 71).
Estos planteamientos encuentran límites en el organigrama desarrollado por
Escalante que son muy importantes cuando se trata de explicar la particularidad del
sistema de autoridades tepehuanas desenvuelto en casos concretos en las distintas
comunidades, porque da la impresión de que cada uno de los cargos tiene una serie de
tareas específicas que cumplir y, en muchos de los que aquí presento, no necesariamente
las hay. Pero sobre todo encuentra límites en lo que respecta a la comprensión del
concepto y el fundamento de la autoridad, el cual ni se plantea ni se desarrolla, y que es
necesario explicar en términos semejantes a los que se encuentra en las propias
comunidades tepehuanas. Para lograr una mejor aproximación del fenómeno que nos
ocupa, enunciaré algunos de los problemas derivados del esquema referido para llegar al
final a una nueva noción de autoridad entre los tepehuanes y a una explicación de la
organización interna de los sistemas de gobierno en tres comunidades específicas.
* * *
Primero nos enfrentamos ante el hecho de que los organigramas como el anterior
presentan una suerte de fotografía instantánea de la estructuración de los cargos dando
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la apariencia de una invariabilidad en el tiempo y en el espacio, correspondiente a la
interpretación del etnógrafo de un modelo ideal del grupo que no necesariamente se
presenta de forma empírica. En dichos casos no sólo se trata de una abstracción del
etnógrafo, sino que en ocasiones también corresponde con una abstracción de los
individuos del grupo en cuestión, que plantean una forma ideal de su organización
social.
En el esquema referido no se distingue entre autoridades y cargos mezclándose
de forma indistinta. Las autoridades son parte de un grupo mayor de cargos y sin duda
ambas categorías se integran en una misma estructura y hay cargos con autoridad pero
no necesariamente todos la tienen como es el caso de los mayordomos. Éstos tienen un
cargo cuyas atribuciones implican mantener, a lo largo del año ritual, el culto y el
cuidado de los santos. Pero no ejercen autoridad sobre persona alguna. Podría
argumentarse que tal vez se encuentran en la parte más baja del sistema de escalafón.
No obstante, las mayordomías son ocupadas por personas de la más diversa índole y con
distintas motivaciones: jóvenes, viejos, autoridades pasadas, etcétera. Más bien, los
mayordomos se encuentran en un proceso de adquisición de autoridad moral que puede
influir en el acceso a otros cargos de autoridad como el de Fiscal en el templo de origen
católico. Sin embargo, muchas veces se asume la mayordomía por presión de las
autoridades o del mayordomo saliente, o bien, alguien la solicita con el afán de obtener,
a cambio de su trabajo, los favores de los patrones bajo su cargo. Esta distinción es
importante en términos de desentrañar la noción de autoridad, no obstante que todos los
cargos se integran y forman parte de la misma estructura de organización social de las
comunidades.
La división básica entre cargos de carácter cívico y religiosos es otro aspecto que
es necesario describir y explicar con mayor detalle. Si bien Escalante aclara
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acertadamente que “muchos de los puestos tienen, incluso, funciones orientadas hacia
ambas actividades […] para una mayor claridad en la exposición, dividiremos a las
autoridades tradicionales en civiles y religiosas” (íbidem: 45-46), el doble carácter de
los cargos es algo que el organigrama no alcanza a exhibir y más bien parece dividirlo.
Pero partiendo del mismo podemos plantear una transición gradual de autoridades que
son eminentemente o sólo de carácter religioso, como los jefes del mitote comunal y los
mitotes familiares, pasando por el gobierno que hoy en día también cumple funciones
con un carácter que desde el derecho positivo mexicano podríamos llamar “cívico” y
“penal”, pero cuyos atributos y el sustento de autoridad es de orden religioso.1 Bajo
dicha distinción, los cargos encabezados por el capitán y que denominaré “militares”,
rara vez parecen tener atribuciones “cívicas” más allá de presidir las asambleas y los
juicios junto con las otras autoridades allegadas al gobernador mientras que, en cambio,
su carácter religioso es notable. Por último, y con nulo carácter religioso se encontrarían
en el extremo opuesto a las autoridades del patio de mitote, las de carácter agrario. Lo
anterior podría plantearse esquemáticamente de la siguiente forma:
1 Es difícil atribuir un carácter cívico y penal a los atributos del gobierno tepehuán pues esas división no existe propiamente en su sistema normativo el cual, además, se funda en un orden moral y religioso. No obstante, muchos de esos atributos corresponden a esa división en el derecho positivo mexicano.
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* * *
Uno de los principales objetivos que persigue el presente trabajo es el de destacar las
particularidades de cada comunidad para posteriormente replantear un nuevo modelo
general sobre los sistemas de autoridades de los tepehuanes del sur. Con ese fin trataré
de todos los grupos de autoridades diagramados arriba en los casos particulares.
A. LAS COMUNIDADES TEPEHUANAS Entre todas las comunidades tepehuanas cabe hacer una distinción cultural y lingüística
entre las del occidente del río Mezquital-San Pedro cuya variante dialectal es el audam,
y aquellas del lado oriental hablantes de o’dam (Reyes, 2006a: 14 y 2006b: 6). En el
presente trabajo trataré de una comunidad audam, San Francisco de Lajas y dos
comunidades o’dam, Santa María de Ocotán y Santiago Teneraca.
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Mapa1 Comunidades y variantes lingüísticas de los tepehuanes del sur
B. LOS CONCEJOS DE ANCIANOS
Los llamados ancianos no necesariamente son personas de edad avanzada. Más bien
como indica Tax (cfr. 1937) se trata, por lo general, de personas que han pasado por
todos o la mayoría de los cargos del sistema. Por ello, en muchos lugares se les
denomina acertadamente como “pasados” o “principales” (Cancian apud Korsbaek,
1996: 201). Hasta ahora no había quedado muy claro cuál es su papel en las
comunidades tepehuanas, si este cuerpo de autoridades realmente existe o si más bien se
mencionaba siguiendo la tradición de los trabajos que abordan el tema. Sánchez Olmedo
(1980) no lo menciona y Escalante (1994: 54) se limita a colocarlo en la cumbre del
organigrama bajo el rótulo de “autoridad informal de ancianos”, sin proporcionar más
información sobre el mismo ni aclarar a qué se refiere con “informal”. La información
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que presento adelante sobre los casos particulares aclaran las dificultades para dar
cuenta de estas autoridades.
C. LOS MITOTES Otro conjunto de autoridades corresponde a las de los llamados patios de mitote
conocidos genéricamente como nii’kar tam. En estos espacios se realizan las
ceremonias de carácter primordialmente agrícola denominadas xiotalh o con el vocablo
nahua de mitote. Se trata de plazas, en su mayoría circulares, al aire libre en cuyo
extremo oriental se coloca un altar. En el centro se encuentra el fuego sagrado donde
además se ubica un músico que percute un arco musical soportado por un bule o
calabaza hueca que le sirve de caja de resonancia. Los xiotalh tienen una duración de
entre tres y cinco días. Su característica esencial es la danza realizada durante la última
noche, en la que hombres y mujeres bailan en parejas del mismo sexo la mayor parte del
tiempo en sentido contrario a las manecillas del reloj alrededor del músico y el fuego.
Cada comunidad cuenta con al menos un patio de mitote comunitario al que se
adscriben diversos patios familiares que afilian a personas de un mismo apellido
paterno, aunque recientemente he documentado excepciones en que se congregan dos o
más apellidos. Todos estos espacios cuentan con sus propias autoridades o jefes.
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Músico del mitote
Los xiotalh se realizan de acuerdo con el calendario agrícola de siembra, fructificación y
cosecha del maíz y con los cambios estacionales entre las temporadas de secas y lluvias.
En ellos se bendice la semilla, se piden las lluvias y se agradecen los primeros frutos.
Además, las ceremonias a nivel comunitario están relacionadas con el culto a los
antepasados y la cohesión grupal, así como con la legitimación del sistema de
autoridades (Reyes, 2006: 214-218). Por otra parte, los mitotes familiares rinden culto a
los antepasados del grupo de parentesco y en ellos tienen lugar las ceremonias que
marcan el paso de los individuos por las diferentes etapas del ciclo de vida (Reyes,
2006b: 30).
En general, las autoridades de los patios de mitote, también conocidos como los
“mayores del patio”, se organizan jerárquicamente de la siguiente manera:
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Los dos primeros cargos corresponden a personas del genero masculino, mientras que el
de tuadam o cocinera corresponde a una o varias mujeres. Los jefes de los mitotes son
designados de por vida y su proceso de iniciación implica que se desarrollen como
buenos chamanes pues una tarea fundamental de su trabajo es la intermediación con las
deidades. Los nombres de jichoo’dagim (o’dam), ich au’dagim (audam) y notaste son
más apropiadamente asignados a los mayores de los patios comunales, mientras que el
de kiikam (literalmente el que está parado) es más apropiado para los jefes de los
mitotes familiares.
Las autoridades de los mitotes, particularmente de los mitotes comunitarios, son
personas muy respetadas y para mucha gente son “verdaderos santos o antepasados
vivos”, pues son los responsables de interceder por el resto de los comuneros en
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términos de obtener buenas lluvias y buenas cosechas, así como la salud y el bienestar
de la comunidad. Las principales tareas de estas autoridades radican en conducir el
xiotalh sobre todo “dar parte”, es decir, dirigir sus oraciones a Dios durante los días del
ritual. En los días del mitote su autoridad sobre la del gobierno queda manifiesta cuando
todos esos cargos le entregan su vara al jefe de patio y las colocan al borde del altar del
mitote.
Mujeres ofrendando flores y las varas de autoridad en al altar del mitote, Santa María de Ocotán
D. EL GOBIERNO Los gobiernos indígenas constituyen una amalgama entre instituciones de origen
prehispánico y el cabildo español, introducido por los misioneros que en esta región
pertenecían a la orden franciscana. Sebastián Ramírez de Fuenleal, obispo de Santo
Domingo y presidente de la Real Audiencia en 1532, dispuso que “se eligiesen alcaldes
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y regidores que administraran la justicia, como se hacía en las poblaciones de España”
(Alamán apud Aguirre, 1991 [1953]: 34).
Estas autoridades fueron impuestas en las comunidades tepehuanas pero no sin
que fueran adaptadas localmente dotándolas con atributos propios quizá de autoridades
preexistentes. Así, por ejemplo, el cargo de gobernador que en las comunidades
orientales se denomina jixkai’2 está íntimamente relacionado con el héroe cultural Jix
kai’ chio’ñ, la deidad de de la estrella de la Mañana (Reyes, 2006b, 25), lo que supone
que tal vez en tiempos prehispánicos había algún cargo equivalente.
Los gobiernos, localmente denominados “tradicionales” por contraste con las
instituciones estatales, son el órgano de enlace entre los distintos grupos de autoridades
(véase Escalante, 1994: 45) e incluso, tienen ingerencia en espacios distintos al de la
Casa Real u oficina de gobierno que las alberga. Por ejemplo, si bien estas autoridades
se someten a los mayores del mitote en los patios entregándoles la vara que cada
autoridad porta como distintivo de su cargo, también tienen un papel importante que les
reconoce su estatus en dicho espacio pues siguen mandando al resto de la comunidad y
tienen un asiento especial en el patio de mitote remembrando a las deidades o a los
antepasados comunes (véase Reyes, 2006a: 80).
2 La “j” corresponde a una “h” fonética por lo que en ocasiones la palabra se escucha como “Ixkai”, no obstante he adoptado la ortografía que actualmente se usa en el sistema de enseñanza en las propias comunidades. Véase Ramírez, et alli, 2005: 85.
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En su relación con las autoridades del estado mexicano han logrado un acuerdo en que
el municipio les reconoce su carácter de “autoridades tradicionales”. Incluso, en
ocasiones, dichas instancias publican la convocatoria para la renovación de gobiernos y
posteriormente extienden los nombramientos correspondientes. Asimismo, existe un
“traslape” o yuxtaposición de funciones, pues además los reconoce también como jefes
de cuartel o jefes de manzana. En las cuestiones agrarias, si bien hay un grupo especial
de autoridades correspondientes, las del gobierno deben sancionar muchas de las
decisiones tomadas por las primeras. No obstante, el grado de intervención en esos
temas varía un poco en cada uno de los casos que presento a continuación, sin dejar de
pesar en todos ellos.
E. AUTORIDADES AGRARIAS
Las comunidades tepehuanas se encuentran conformadas bajo el régimen de propiedad
comunal que una vez reconocidos por la Reforma Agraria a través de las acciones de
Reconocimiento, Confirmación y Titulación de Bienes Comunales (RCTBC) puestas en
marcha a partir de la década de 1940 (si bien la acción agraria de Santa María de Ocotán
fue anterior). Dicho proceso generó una estructura de autoridades responsables de
administrar y vigilar las tierras reconocidas. En estos casos, la ley agraria reconoce la
figura de los Comisariados de Bienes Comunales aunque, a diferencia de los ejidos,
dicha ley no reglamenta todas sus funciones ni su forma de operación, reservadas a la
reglamentación interna de las comunidades ya sea por la costumbre, como ocurre
principalmente, o por estatutos comunales.
Las acciones agrarias generaron no sólo un nuevo tipo de autoridades sino
también unidades administrativas menores al interior de las propias comunidades.
Denominadas como anexos, ahí reside el más bajo de los cargos dentro de las
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autoridades agrarias que son los llamados “representantes” del comisariado. Estos
comparten jurisdicción con los jefes de cuartel y los jefes de manzana, una figura
derivada de la administración municipal, pero compartida y dependiente de los
gobiernos tradicionales quienes a su vez los reconocen con varas de autoridad
otorgándoles el cargo de alguacil.
Las normas de operación interna de las comunidades quedan establecidos por la
ley agraria (art. 99-II) en los siguiente términos: “la existencia del Comisariado de
Bienes Comunales como órgano de representación y gestión administrativa de la
asamblea de comuneros en los términos que establezca el estatuto comunal y la
costumbre” (Ley agraria, 2005).
Como veremos en los casos específicos las autoridades agrarias han tomado un
papel muy importante detentando, en algunos casos, un gran poder económico derivado
de la administración del potencial forestal de las comunidades, lo cual ha sido también
una de las principales fuentes de inconformidad con los linderos reconocidos por la
Reforma Agraria, pues cada ápice de territorio representa un posible ámbito de
explotación forestal.
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SAN FRANCISCO DE LAJAS
Templo San Francisco de Lajas
El nombre de San Francisco de Lajas se refiere a tres cosas entre las que es importante
hacer una clara distinción. Primero, corresponde a una localidad o población cuyo
nombre en lengua audam o tepehuán del suroeste es Aicham, que significa “lugar de las
lajas”, indicando seguramente la gran cantidad de este tipo de piedra que hay en ese
lugar (cfr. Lumholtz, 1904: 446). Aicham se localiza a una altura de 1590 metros sobre
el nivel del mar en un templado bosque de pinos en cuyas inmediaciones no corre
ningún afluente hidráulico importante. Según el conteo INEGI 2005, la localidad cuenta
con una población de 340 personas. Ubicado al occidente del río Mezquital, Lajas
comparte su variante dialectal con las comunidades de Santa María Magdalena de
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Taxicaringa en Mezquital, Durango; San Bernardino Milpillas Chico en Pueblo Nuevo
Durango; y San Andrés Milpillas Grande en Huajicori, Nayarit.
Cabe destacar que en esta localidad y quizá en la comunidad en general, hay
mucha gente originaria de otras comunidades vecinas o bien tienen lazos de parentesco
extendidos hacia ellas, principalmente hacia San Andrés de Milpillas Grande y San
Bernardino de Milpillas Chico. Al parecer durante la guerra cristera hubo muchos
movimientos de población en la zona debido a que la gente huía de la leva de ambos
bandos.3
El pueblo se encuentra emplazado en una mesa con muy pocas casas donde
también se encuentran la iglesia, la Casa Real y la cárcel, las cocinas comunales, el
panteón, la escuela primaria, la Unidad Médica Rural del IMSS, una tienda Diconsa y
una pista de aterrizaje. Para llegar a la localidad desde la ciudad de Durango es
necesario tomar al sur, desde el poblado de La Ferrería, la carretera que conduce al
aserradero de la Flor donde el camino se bifurca al sur hacia Taxicaringa y al poniente
hacia San Bernardino de Milpillas. Al llegar a esta cabecera el camino sigue al sur hacia
San Francisco de Lajas. La mayor parte del camino carece de pavimento, aunque en
general se encuentra en buenas condiciones y sólo se dificulta transitar algunos tramos
en temporada de lluvias. El viaje desde la ciudad de Durango toma entre 10 y 12 horas.
La comunidad cuenta con un autobús, pero intermitentemente suspende servicios por
falta de pasajeros y solvencia económica para sostenerlo.
En Aicham se encuentra la sede del gobierno tradicional y del Comisariado de
Bienes Comunales de San Francisco de Lajas. Así, la comunidad entendida en términos
de tenencia de la tierra corresponde a la segunda acepción del término. Ésta cuenta con
un territorio de 94 770.80 hectáreas, reconocidas por el entonces Departamento de
3 Testimonio del señor Efrén Padilla Ríos habitante de San Francisco de Lajas, marzo de 2005.
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Asuntos Agrarios y Colonización a través de una acción agraria RTBC del año 1965.
Tienen un polígono muy irregular que colinda al sur con San Andrés Milpillas Grande,
municipio de Huajicori, Nayarit; al sureste con San Francisco de Ocotán, al oriente con
Santiago Teneraca, éstas dos en el municipio de Mezquital, Durango; al norte con San
Bernardino Milpillas Chico, municipio de Pueblo Nuevo; al noroeste con otras
comunidades de este municipio; al poniente con tierras del estado de Sinaloa y al
suroeste con Quiviquinta en el estado de Nayarit,
Finalmente, podemos afirmar que los comuneros de San Francisco de Lajas se
integran en una comunidad de carácter religioso que celebra tanto las fiestas patronales
del templo católico ubicado en la cabecera, y las ceremonias del patio de mitote
comunitario. Cabe aclarar que esta es una distinción principalmente de carácter analítico
a la que los comuneros sólo refieren cuando declaran a cual patio de mitote pertenecen.
Así por ejemplo, los miembros de la comunidad de Santiago Teneraca o San Bernardino
de Milpillas Chico forman una comunidad que se reúne en su propio patio comunitario.
El patio de mitote de San Francisco de Lajas se localiza en una arbolada pendiente al
poniente de la localidad, pocos metros por debajo del nivel la misma.
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Mapa 2 Croquis de San Francisco de Lajas Tomado del mapa que el señor Antonio Ríos, comunero de Lajas, elaboró para el trazo de la pista de aterrizaje
SISTEMA DE AUTORIDADES
En 1895 el explorador y naturalista noruego Carl Lumholtz realizó un extenso viaje
desde Arizona, en la unión americana, hasta Michoacán. En ese trayecto conoció
muchas comunidades de los diferentes grupos indígenas que encontró en su camino. En
el caso de los tepehuanes de Durango visitó el poblado de San Francisco de Lajas
realizando uno de los primeros registros sobre gobiernos indígenas. Lumholtz (1904
[1902]: 451) documentó en 1895 que en Lajas había un gobierno local electo e
integrado por catorce autoridades civiles y siete eclesiásticas bajo el poder supremo del
gobernador. En ese año observaba que “el gobernador ejerce supremo poder sobre
ambos cuerpos, y cuando ocurren asuntos importantes se convoca al pueblo para
consultarle” (Ídem).
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A. El concejo de ancianos La información disponible hasta hoy no permite asegurar la integración de un concejo
ancianos en esta comunidad.
B. Autoridades de los patios de mitote
A finales del siglo XIX Lumholtz (1904 [1902]: 450) describía el patio de mitote de San
Francisco de Lajas de la siguiente forma:
Los tepehuanes del sur ejecutan una danza religiosa, llamada por los mexicanos mitote, usada también por los aztecas [mexicaneros], coras y huicholes. Hay cerca de Lajas un llano circular, rodeado de encinas que es donde se reúnen para bailar. En el lado que está al oriente, existe un jacal de techo de paja sosteniendo un desván sobre cuatro postes, y cuyos costados más angostos dan al este y al oeste. En su interior se halla un altar que consiste únicamente en un tendido de varas (tapexte) que descansa sobre un bastidor formado de cuatro palos horizontales, sostenidos a su vez por cuatro horquetas verticales.
Patio de Mitote, San Francisco de Lajas
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Actualmente en San Francisco de Lajas se reproduce de forma muy fiel el modelo ideal
descrito en la introducción, mas es posible que esta situación haya variado con el
tiempo, tal y como ha ocurrido en los casos de las otras dos comunidades que aquí se
presentan. De tal manera, en Lajas las autoridades del mitote se organizan de la
siguiente manera:
Como en todas las comunidades, las autoridades de los mitotes asumen el cargo de
forma vitalicia y no son renunciables. El jefe actual del mitote comunal nació en San
Francisco de Ocotán, donde incluso su familia tiene el patio de apellido. A él lo llevaron
a Lajas con diez años y casi desde entonces le dieron el cargo que desempeña desde
entonces. En 2005 cuando lo entrevisté declaró tener 70 años. Como jefe del mitote no
recibe remuneración alguna. En esta comunidad el jefe del mitote comunitario se
conoce como ich au’dagim o Notaste. Las cocineras o tuadam son las esposas de los
cargos del gobierno.
A diferencia de las comunidades orientales, donde el calendario de la
celebración de los mitotes está regida principalmente por los diferentes momentos del
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ciclo del maíz (p. e. enero la bendición de la semilla; mayo-junio propiciación de lluvias
y buenas cosecha; y septiembre-noviembre bendición de primeros frutos), en San
Francisco de Lajas corresponde a cada gobernador organizar siete mitotes entre el mes
de noviembre, recién designado, hasta los últimos días de mayo y primeros de junio.
Así, pueden decidir celebrar uno cada mes y cumplen con su obligación, o bien
realizarlos en grupos de dos en diferentes momentos durante les siete meses disponibles
que corresponden más a menos a la temporada de secas.
C. Las autoridades del gobierno En San Francisco de Lajas los cargos del gobierno son lis siguientes:
Autoridades de gobierno
Gobierno Propiamente dicho
Autoridades Militares Autoridades de la Iglesia
Gobernador (usa vara) Capitán (usa vara) Fiscal (usa vara)
Segundo gobernador o Alcalde (usa vara)
Alférez (usa vara) Topil o campanero
Segundo Alcalde (usa vara) Cabo Primero
Regidor (usa vara) Cabo Segundo
Alguacil (varejón) Tambor
Segundo Alguacil (varejón) 12 Sargentos (sólo en Semana Santa)
Sacristán
El principal atributo de estas autoridades es una vara de madera rojiza (idealmente palo
de Brasil) u obscura cuya punta y remate están cubiertos por un casquillo de plata u otro
metal de color semejante. Del extremo posterior de las varas penden listones de diversos
colores aunque los gobernadores prefieren regularmente el verde, el blanco y el rojo. En
esta comunidad las varas nunca son tomadas directamente con la mano y para ello se
valen siempre de un pañuelo u otro lienzo. No todos los cargos usan vara con lo que
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puede observarse la jerarquía de los mimos. Los autoridades menores, por ejemplo,
portan varejones de rama de membrillo o algún otro árbol y puede decirse que estos son
deséchales, mientras que las varas han sido transmitidas durante generaciones. En
cambio, hay cargos que no usan ninguno de esos atributos señal de su carencia de
autoridad. Además de estos cargos, los de mayor jerarquía pueden nombrar alguaciles
auxiliares temporales para la realización de tareas específicas. En esos casos son
dotados con varejones semejantes a los de los alguaciles permanentes. A diferencia de
las comunidades tepehuanas orientales, en las que se usa el término ixkai o jix kai, aquí
no registré algún nombre en lengua aborigen para el gobernador.
Tal como lo observó Lumholtz a finales del siglo XIX, el gobernador y su
cuerpo de autoridades atienden cotidianamente los asuntos de la comunidad incluidos
problemas que podríamos denominar como de carácter “civil” y “penal” (ver
introducción nota1). Las principales tareas del gobernador, en compañía con sus
subalternos inmediatos, es el de la resolución de conflictos y la organización de los
trabajos necesarios para el constante mantenimiento y mejoramiento de la comunidad.
El gobernador atiende todo tipo de denuncias interpuestas por los comuneros, tales
como robos, invasiones de terreno o acusaciones de adulterio. En esos casos es
responsable de enviar alguaciles para presentar en el juzgado o Casa Real a los
denunciados. En ese recinto escucha los argumentos de la parte acusadora y de ser
necesario impone los castigos correspondientes. Como en las otras comunidades
tepehuanas, los juicios son orales y públicos, y el gobernador tiene el respaldo de los
comuneros para imponer las sanciones que considere pertinentes. No obstante, en San
Francisco de Lajas los gobernadores se quejan, en ocasiones de que los acusados andan
armados y sus ayudantes temen detenerlos.
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El gobernador también es responsable de formar las cuadrillas de trabajo para
limpiar las calles del poblado, reparar los edificios públicos y los caminos, y de pagar
los refrescos a los trabajadores. Entre estos trabajos también se encuentra el de
participar en los funerales mandando gente que cave la tumba. Todas las autoridades del
gobierno participan en las fiestas de la iglesia y muchos de ellos, como se verá adelante,
tienen papeles específicos. Los dos alguaciles, por ejemplo, siempre permanecen afuera
de los recintos donde el gobernador, los alcaldes y el regidor permanecen. Ya sea en el
templo o en la Casa Real, los alguaciles resguardan la entrada sosteniendo sus varejones
como si se tratara de lanzas.
En su participación en los patios de mitote, las autoridades del gobierno se
someten a las del patio. No obstante, conservan ahí un lugar importante e incluso tienen
un lugar específico donde sentarse. Frente al fuego de cara al oriente, al centro se coloca
siempre el ich au’dagim. A su costado izquierdo (norte) en hilera y viendo también al
oriente se sientan las autoridades del gobierno propiamente dicho, mientras que a la
derecha (al sur) el capitán y sus subalternos.
Leyenda: I=Ich au’dagim, U=Umuagum, 1=Gobernador, 2=Segundo Gobernador, 3=Segundo Alcalde, 4=Regidor, 5=Alguacil, 6=Segundo Alguacil, M=Mayordomo de Candelaria, 7=Capitán, 8=Alférez, 9=Cabo, 10=Segundo Cabo, Sargento. En este diagrama el altar y el oriente se colocan arriba, tal y como lo indica la cosmovisión indígena del espacio.
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Ni el gobernador ni otro miembro del gobierno reciben remuneración alguna por su
trabajo dentro de la comunidad. Sin embargo, ya que sus puestos se han convertido en
cargos de un poder político a nivel local, estos logran diversos arreglos con los
gobiernos municipal y estatal que de forma extraoficial los proveen de recursos.
* * *
Para elegir a las autoridades del gobierno tradicional, el 15 de septiembre se reúnen la
asamblea en el juzgado integrada por los comuneros varones mayores de dieciséis años.
Las personas reunidas hacen propuestas sobre quién piensan que debería ocupar el cargo
de gobernador y demás subalternos, con excepción de los cargos militares que serán
designados en la Semana Santa. Las propuestas se sustentan en el hecho de que se les
reconoce como personas trabajadoras, pacientes y sin vicios. Para los cargos mayores se
busca que hayan desempeñado antes uno de los cargos menores en la jerarquía y que
conozcan acerca de las costumbres de la comunidad. La decisión se toma por consenso
y las personas inconformes pueden exponer sus argumentos en contra que deben ser
considerados por la asamblea.
El 3 de octubre inician los preparativos para la fiesta del patrón del pueblo y el
cambio de autoridades. Alrededor de las 6 AM, las autoridades salientes, gobernador,
segundo gobernador (o alcalde), el segundo alcalde y el regidor, sacrifican una res para
preparar la comida de la fiesta, ofrendarle al patrón y entregar a su sayo. Más tarde,
alrededor de las 10 AM, acompañado de los danzantes y diferentes personas que tiene a
sus servicios, sacan en procesión la imagen del señor San Francisco visitando todas las
casas de la localidad en las cuales, le ofrendan alimentos. El recorrido dura todo el día y
la imagen regresa alrededor de las 8 PM al templo. En la víspera del día de San
Francisco truenan muchos cohetes en la iglesia y al terminar llevan la imagen al
juzgado.
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Hombres de todos los anexos se reúnen en el juzgado donde se presentan las
personas que han sido designadas para ocupar los distintos puestos del gobierno.
Entonces, inicia el cabildo. Los señores de más edad o los que ya han cumplido cargos
les “dan valor”, lo que implica que en un discurso les advierten de sus nuevas
responsabilidades. Pasan uno por uno de los designados y varios señores repiten un
discurso semejante en el que los alientan a tomar el cargo. El cabildo termina alrededor
de las 6 AM después de lo cual llevan en procesión la imagen del patrón al templo.
El 4 de octubre al mediodía, día de San Francisco de Asís, las autoridades
salientes ofrecen atole a la comunidad en las cocinas localizadas frente del juzgado.
Terminando el atole, entre las 2 y las 3 PM, ofrecen caldo tortillas y frijoles,
retribuyendo lo que recibieron el año anterior. El siguiente día, 5 de octubre, entregan a
sus sayos cuatro cubetas de atole, un tanto de caldo y carne de res y una pierna del
animal sacrificado. Los sayos reparten los dones entre la comunidad y reservan algo
para ellos. Al poco tiempo en el mes de noviembre, el nuevo gobernador debe convocar
a su primer mitote.
El siguiente paso en la toma de poder de las nuevas autoridades se da el 24 de
diciembre. Alrededor de las 8 AM se reúnen en la iglesia las autoridades salientes y las
nuevas y entonces las primeras entregan una por una las varas de autoridad a sus sayos.
También entregan los sellos correspondientes a la comunidad. Se dice entonces que “los
nuevos ya valen” y los pasados quedan libres pudiéndose emborrachar si gustan. Por la
noche, los nuevos deben permanecer en el templo acompañando a los matachines y
esperando la llegada del niño Jesús a las 4 AM, después de lo cual pueden ir a
descansar.
Finalmente, el 8 de enero las autoridades salientes preparan los últimos dones
que deben entregar para quedar completamente libres. Estos son tamales, cañas, coronas
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y bancos. Los bancos, que corresponden a los asientos de las autoridades, llevan atados
tamales, plátanos, pan, naranjas, cañas y cocas. Así culmina el proceso de cambio de
autoridades que de acuerdo con los comuneros pasa normalmente en paz.
Entrega de Bancos y coronas
* * *
La estructura de las autoridades del gobierno coloca a la cabeza al gobernador primero y
a sus subalternos inmediatos hasta el alguacil segundo. Pero si bien las autoridades
militares pueden colocarse jerárquicamente por debajo de las subalternas inmediatas del
gobernador, en ocasiones también conforman una estructura paralela a la de aquellas.
De hecho, al interior de la oficina o casa del pueblo, las autoridades se dividen en dos
mesas separadas, correspondiendo una al gobernador y la otra al capitán. De la misma
manera se distribuyen tomando cada uno su puesto en el patio de mitote con la
30
mediación del mayor del patio. Por otra parte, el capitán y las otras autoridades militares
se eligen en un proceso distinto que tiene lugar en la Semana Santa.
Es precisamente durante la Semana Mayor cuando no sólo es posible observar el
paralelismo entre lo dos grupos, pues el capitán no sólo queda al nivel del gobernador,
sino que éste y sus subalternos directos desaparecen como autoridades siendo
sustituidos por completo por los cargos militares.
El Jueves Santo por la mañana con las autoridades y la gente de la comunidad
reunida en el templo, hacen su aparición los 12 sargentos que bajo el mando del capitán
toman el templo resguardando la puerta y regulando el acceso. En el interior del recinto,
el capitán pide al gobernador y los otros cargos del gobierno que le entreguen su vara
respectiva. Éstos se las dan envueltas en un pañuelo y el capitán las coloca sobre un
petate en el piso, junto a las imágenes que permanecen cubiertas con lienzos en señal de
luto. Sólo conservan dicho atributo de autoridad el fiscal, el alférez y el mismo capitán.
A partir de ese momento no sólo el templo permanece cerrado sino también el pueblo, y
quedan bajo la autoridad del capitán y los sargentos que vigilan la celebración para que
se desarrolle adecuadamente, con la facultad de castigar a cualquier trasgresor.
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Sargento de Semana Santa, San Francisco de Lajas
Cada sargento lleva en una mano un largo machete conocido como caguayán, en la
cabeza un tocado de plumas de guajolote negro rematado por una pluma de urraca y en
la cintura un lazo con amarras para apresar a cualquiera que quebrante el orden. La
autoridad representada por los sargentos corresponde a la de un ejército oscuro cuyo
poder eclipsa el poder luminoso representado por Cristo y el gobernador que ahora están
“en tinieblas dentro del templo” (Reyes, 2007).
El dominio del capitán y los sargentos permanece hasta el Sábado de Gloria. Ese
día, antes del mediodía, reunidos en el templo el capitán devuelve sus varas al
gobernador y las otras autoridades. Posteriormente todos los varones ahí presentes se
trasladan a la Casa Real para discutir quienes serán los nuevos capitán, alférez, cabo 1º,
cabo 2º y tambor. Por otra parte, los doce sargentos tienen la libertad de elegir y
entregar el cargo a los sayos de su elección. Junto con los cargos se entregan también
algunos litros mezcal y los sargentos el tocado de plumas de guajolote.
* * *
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En el templo católico el fiscal es la máxima autoridad y bajo sus órdenes se encuentran
el topil y el sacristán. El primero administra el culto conduciendo también a los
mayordomos en sus obligaciones y dirigiendo los festejos. Comúnmente el fiscal es una
persona de cierta edad, mayor a cincuenta o sesenta años, mientras que el topil es un
adulto más joven y el sacristán un joven alrededor de los 16 años. Dentro de sus labores
cotidianas deben mantener limpio el recinto y administrar las limosnas, llevar flores a
las imágenes y el campanero debe tocar sus instrumentos en la torre adosada al templo
al mediodía y a las 7 PM.
Los mayordomos o fiesteros son los responsables directos de mantener el culto
permanente de los santos en el templo católico. Los eligen cada año durante la
celebración del patrón respectivo y a su vez entregan el cargo el año siguiente al sayo
que han conseguido para que los supla. El trabajo de mayordomo se tiene por muy
arduo, ya que el responsable debe trabajar a lo largo del año para conseguir los recursos
y sufragar los gastos de la fiesta patronal comprando: una res, pólvora, maíz, frijol,
harina, piloncillo, chocolate, miel, cera, velas, papel de china, manta, copal, entre otras
cosas menores. En Lajas resulta particularmente difícil acumular los bienes necesarios
para la fiesta, pues a diferencia de las otras comunidades tratadas en este trabajo, en esta
comunidad los mayordomos no pueden abandonarla pues deben atender diariamente a
las imágenes a su cargo durante todo el año. Todos los días “acuestan” a los santos a las
7 PM, tapándolos con un paño y los despiertan a las 4 AM descubriéndolos, tal como lo
registró Lumholtz hace ya más de un siglo (Lumholtz, 1904 [1902]: 453). El cargo de
mayordomo se recibe siempre en pareja, el mayordomo y su esposa, por lo que se
espera que el hombre sea casado.
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No todas las celebraciones ni todas las imágenes del templo cuentan con una
mayordomía. En Aicham se siguen las siguientes celebraciones y se indican con un
signo de (+) las que cuentan con mayordomos
Fecha Celebración Mayordomía 2 de febrero Virgen de la Candelaria (+) Mes de febrero Carnaval (-) Semana Santa Semana Santa (+) 3 de mayo Santa cruz (-) 25 de julio Santo Santiago (+) 4 de octubre Señor San Francisco (+) 2 de noviembre Día de muertos (santur) (-) 8 de diciembre Virgen Inmaculada Concepción (+) 12 de diciembre Virgen de Guadalupe (+) 24 de diciembre Nochebuena (-) 1 enero Año Nuevo (-)
La virgen de la Candelaria es sin duda la que despliega mayor cantidad de recursos
humanos pues es la que tiene más personas a su servicio, los cuales también sirven a la
virgen Inmaculada Concepción. Hay dos mayordomos mayores, de los cuales uno
nombrado mayor es el principal, otro llamado prioste y ambos cuentan con una pareja
de ayudantes.
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En cambio, la Virgen de Guadalupe sólo cuenta con un fiestero mayor y un prioste.
Asimismo, a las vírgenes les asisten cuatro mandantes, que son mujeres solteras
encargadas de llevar estas imágenes en andas durante las procesiones.
Procesión de la virgen de la candelaria
Tanto en la Semana Santa como en la fiesta de San Francisco, la fiesta corre a cargo de
las autoridades del gobierno.
Además de los mayordomos hay en Lajas un grupo de personas responsables de
rendir culto a los cristos durante la Semana Santa. Estos son llamados “los clavos” y
están bajo las ordenes de un “mayor clavo” que tiene un cargo de carácter vitalicio.
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D. Las autoridades agrarias
Este es el grupo de autoridades de más reciente creación. Su función se encuentra
reglamentada en la ley agraria. En San Francisco de Lajas, a decir de algunos
comuneros, el comisariado y el gobierno tradicional tienen una relación cordial y
estable, pues cada quien reconoce muy bien su ámbito de competencia. No obstante, ya
que esta comunidad cuenta con una gran proporción de tierras maderables, el
comisariado representa la administración de un poder económico importante.
San Francisco de Lajas inició de reconocimiento de tierras desde 1947, pero no
fue sino hasta 1965 (véase Rosa de la, 2003: 67) cuando obtuvo la resolución
presidencial a favor de 290 comuneros. Ésta se ejecutó el 20 de septiembre de 1977
conformándose el primer comisariado de bienes comunales y el concejo de vigilancia
bajo la siguiente estructura:
Comisariado Bienes Concejo de Comunales Vigilancia
Asamblea General
Presidente del Comisariado de Bienes Comunales
Secretario
Tesorero
Presidente del Concejo de vigilancia
1er. Secretario
2do. Secretario
Suplentes
Suplentes
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La primera mesa directiva se integró con las siguientes personas:
Comisariado de Bienes Comunales
Propietarios Suplentes
Epifanio Bautista Cervantes Presidente No consta en documentación
Valentín Ríos González Secretario No consta en documentación
Cimitrio Carrillo Rodríguez Tesorero No consta en documentación
Fuente: Acta de posesión y deslinde relativa al reconocimiento y titulación de bienes
comunales del poblado “San francisco de Lajas”, municipio de Pueblo, estado de Durango, Carpeta Básica, San Francisco de Lajas RAN, Durango
Concejo de Vigilancia
Propietarios Suplentes
Martín Cortés Alvalle Presidente No consta en documentación Antonio Mallorquín Secretario No consta en documentación Ismael Chamarro Tesorero No consta en documentación
Las autoridades agrarias se encuentran desde entonces organizadas bajo el siguiente
esquema, no obstante, que en la actual administración en 2006-2009 el Concejo de
Vigilancia cuenta con dos secretarios:
Estas autoridades son electas cada tres años y su periodo de ejercicio es equivalente. De
las dos planillas registradas se escoge la ganadora para el comisariado y la que resulta
en segundo lugar para el concejo de vigilancia, que será responsable de velar por la
correcta actuación del primero. San Francisco de Lajas cuenta con un total de 17 anexos
que corresponden a las unidades administrativas menores y que pueden contener varias
rancherías. A diferencia de las comunidades de Mezquital tratadas en este trabajo, los
anexos no cuentan con un representante del Comisariado de Bienes Comunales, no
obstante que sí cuentan con jueces o jefes de manzana que son representantes del
gobernador y el municipio.
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La máxima autoridad en la toma de decisiones es la asamblea, y está integrada
por todos los hombres mayores de 18 años que cuentan con credencial de elector, así
como por las mujeres viudas. Para ser comunero basta con haber nacido en la
comunidad y ser mayor de edad. La gente que llega de otras comunidades y solicitan ser
integrados con derechos reconocidos deben demostrar que son personas honradas,
cooperar en las faenas de la comunidad y no negarse a tener los cargos que les sean
designados, tales como el mayordomo o los puestos menores en el gobierno. Después de
un par de años su solicitud de integración como comunero se pone a consideración de la
asamblea. El aval de este tipo de decisiones le corresponde en primer término, al
comisariado, mientras que al gobernador sólo le queda hacer el reconocimiento. En el
censo de 1999 se identificó alrededor de 660 comuneros pero actualmente hay poco más
de 890 a los cuales ya se les otorgó el título correspondiente.
El comisariado de bienes comunales actual (2006-2009) afirma que las
autoridades agrarias aprenden la normatividad correspondiente durante su ejercicio. En
ocasiones no es hasta entonces, y por alguna necesidad particular, que llegan a tener en
sus manos un ejemplar de dicha ley. No obstante, en términos generales los comuneros
aprenden lo necesario participando en las asambleas.
El comisariado debe buscar cómo hacer mejoras para la comunidad, cómo llevar
beneficios a través de proyectos a partir de sus necesidades. Debe estar al tanto de las
problemáticas y conflictos derivados de la propiedad comunal, como los pleitos por
linderos, por lo que debe conocer bien la Carpeta Básica de la comunidad. Actualmente,
Lajas tiene problemas por linderos con San Andrés Milpillas, Quiviquinta (ambos en
Huajicori, Nayarit), Santiago Teneraca y Santa María Magdalena de Taxicaringa.
En San Francisco de de Lajas se han elaborado a la fecha tres estatutos
comunales, uno que ya perdió vigencia, uno vigente y un tercero que falta su discusión
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y posible aprobación para sustituir al anterior. Éste fue desarrollado por la promotoría
agraria con asistencia de algunos comuneros. Asimismo, en Lajas se ejecutó el
Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (PROCEDE)
sin muchas objeciones.
SANTIAGO TENERACA
Templo de Santiago Teneraca con el Cerro Banco a sus espaldas
Como en el caso anterior, el nombre de Santiago Teneraca se refiere a tres cosas
distintas. Primero, corresponde al nombre del poblado llamado en lengua o’dam como
Chianarkam, localizado en el municipio Mezquital, al sur de Durango. Soto (1999: 105)
sugiere que dicho topónimo significa “lugar del zapote”, no obstante que dicho árbol se
conoce en la localidad como jubii’ñ, por lo que considero que la etimología del término
debe ser distinta. Es probable que se trate de una “atepehuanización” del nombre
Santiago o su apócope “Chago”, en “Sanchiag” o “Chiag” más el término kam que
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implica “ser nativo de un lugar”, o “el lugar donde habita algo o alguien” (véase
Ramírez et alli, 2005: 100), lo que significaría “el lugar donde habita Santiago” o santo
Santiago.
El asentamiento se encuentra sobre la primera terraza fluvial de un tributario del
río Mezquital-San Pedro que pasa más al norte. Limita al poniente con un barranco por
el que corre dicho arroyo y al oriente con varios cerros como el Tutuukuapicha y el
Bonaam tam. De acuerdo con el conteo INEGI 2005 la localidad tiene una población de
74 habitantes.4
Chianarkam se encuentra a una altura aproximada de 1 300 metros sobre el nivel
del mar en un nicho ecológico en el que predominan los guamúchiles, los ciruelos y los
pitayos, permitiendo además el crecimiento de frutos como el plátano y la papaya. El
terreno es muy accidentado por lo que el cultivo de maíz se practica principalmente en
coamiles en las laderas de los cerros.
Coamil en Santiago Teneraca 4 No obstante que el censo de la Unidad Médica Rural del IMSS de la localidad registra más de 50 jefes de familia con un promedio de 6 integrantes por unidad familiar.
40
Para llegar a la mayoría de las cabeceras comunales tepehuanas del municipio de
Mezquital es necesario hacerlo primero la localidad de Guajolota, Tobaa tam. Hay dos
vías de acceso terrestre desde la ciudad de Durango. La primera, siendo el camino más
viejo, parte de la cabecera municipal de Mezquital para encontrarse después en la
Cuesta Blanca con el camino que viene de la ciudad de Vicente Guerrero y que conecta
con la carretera Panamericana. Por esta ruta, el viaje dura entre diez y doce horas desde
la ciudad de Durango, dependiendo de las condiciones del camino. Esta ruta se conoce
como la “de Charcos”, ya que aproximadamente a la mitad pasa por una localidad con
ese nombre. Esta es la vía larga y durante muchos años fue la única, siendo transitada
principalmente por camiones madereros. El otro se trazó en la década de 1990. Éste es
más rápido y directo, aunque la mayor parte del trayecto no está pavimentado. Por este
camino el viaje lleva alrededor de seis horas, pasando por localidades como Temoaya y
Candelaria del Alto, y se encuentra desde el año 2000 en proceso de pavimentación
habiendo alcanzado a finales de 2007 la primera de las dos localidades mencionadas.
Al llegar a Guajolota parte un camino al oriente que conduce a Santa María de
Ocotán y otro al occidente que lleva a Santiago Teneraca. Tomando este último, se llega
a un lugar conocido como “la pata de gallo” donde se divide: hacia el sur rumbo la
cabecera de San Francisco de Ocotán y al norte hacia Santiago Teneraca. Desde
Guajolota hasta Teneraca son aproximadamente 35 kilómetros de terracería que se
recorren entre dos y tres horas según las condiciones del camino. En temporada de
lluvias éste se vuelve muy peligroso y difícil de transitar. En ocasiones la localidad llega
a quedar incomunicada por una o dos semanas y únicamente pueden circular vehículos
con doble tracción. La comunidad no cuenta con corridas de autobús hasta el poblado,
por lo que el transporte más accesible lo constituyen los autobuses que transitan de
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Durango a Santa María de Ocotán o de Durango a Llano Grande que paran en
Guajolota.
El pueblo cuenta con muy pocas casas construidas. Éstas se encuentran, en su
mayoría, sobre terrazas en la ladera del cerro que limitan el poblado en su costado
noreste. Los edificios públicos se encuentran en la primera terraza fluvial, entre la
ladera del cerro y el barranco. Estos son la escuela-albergue, la clínica, la iglesia, la
oficina del gobierno (que incluye la cárcel), las cocinas comunales, la capilla, el
auditorio así como el panteón. Hacia el norte, fuera del centro del pueblo, se localiza la
tele-secundaria y un nuevo edificio construido por la CDI y en el que próximamente se
espera trasladar el albergue y la escuela primaria.
De acuerdo con imágenes de Santiago Teneraca que fueron captadas por
Sánchez Olmedo (1980: 52) hace casi 30 años, es posible notar que las construcciones
antiguas han sido renovadas en su mayoría, sustituyendo construcciones monumentales
de adobe y techos de teja, por nuevas edificaciones de ladrillo y cemento. En la imagen
referida es posible observar lo que debió ser la Casa Real o juzgado donde despacha el
gobernador. Así como un muro lateral de la casa del padre la cual, después de haberse
deteriorado, fue finalmente demolida en 2007 para edificar una nueva construcción. El
templo que actualmente se encuentra en pie fue reconstruido a finales de la década de
1990. La gente asegura que se hizo muy parecido al anterior.
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Antigua Casa de Misión antes de ser derrumbada Santiago Teneraca
Chianarkam es también el pueblo cabecera o sede tanto del gobierno tradicional como
de la propiedad comunal en términos agrarios, lo que denota otro significado de
Santiago Teneraca. Esta comunidad cuenta con un territorio de 100 224 hectáreas
reconocidas en 1965 en favor de 216 comuneros (Rosa de la, 2003: 66). Colinda al norte
con la comunidad de Santa María Magdalena de Taxicaringa, al noroeste con San
Bernardino de Milpillas Chico y al noreste con San Miguel Temoaya; al oriente con
Santa María de Ocotán, al poniente con San Francisco de Lajas y al sur con San
Francisco de Ocotán. Santiago Teneraca mantiene disputas por linderos con casi todos
sus vecinos, destacando por su extensión la que mantiene con Santa María de Ocotán
en el anexo de Ramadas o Las Enramadas.
Finalmente, Santiago Teneraca se refiere a una comunidad en términos
religiosos que cuenta con dos centros ceremoniales principales: el templo de origen y
tradición católica y el patio de mitote. Esta comunidad se integra celebrando tanto las
fiestas patronales del templo católico, ubicado en la cabecera, como durante la
43
realización de los xiotalh comunales, cuyo espacio ceremonial se localiza al poniente
separado del pueblo por el barranco y el arroyo que resultan difíciles de sortear en época
de lluvias. Llegar al patio de mitote desde el centro del pueblo toma alrededor de 20
minutos. Cabe señalar que este tercer significado del nombre “Santiago Teneraca”, al
cual estoy refiriendo, es una distinción de carácter analítico, a la que los comuneros sólo
refieren cuando declaran a cuál patio de mitote comunal pertenecen, de la misma
manera como lo hacen los miembros de otras comunidades (cfr. Reyes, 2006: 40).
SISTEMA DE AUTORIDADES
Es muy escasa la información registrada antes por otros autores sobre esta comunidad
en general y prácticamente nula respecto a sus autoridades. En lugares como Santa
María de Ocotán, algunas personas afirman que en Santiago Teneraca las tradiciones se
respetan más que en cualquier otra parte y que sus autoridades hacen respetar
cabalmente la ley.
A. El concejo de ancianos
Aquí se les denomina como los gobernadores pasados o “pasados” simplemente, los
“siñores” o los “señores” y son todos aquellos hombres que hayan tenido cargo de
capitán hacia arriba en la escala jerárquica. Los pasados son responsables de elegir cada
año a los sucederos de las autoridades del gobierno en turno durante el xiotalh de
septiembre correspondiente a la bendición de los elotes, lo cual establece un símil entre
la legada de las nuevas autoridades y el maíz tierno. Los señores no están obligados a
realizar determinados trabajos en la comunidad que corresponden a los más jóvenes.
Así, por ejemplo, durante la Semana Santa están exentos del trabajo ritual de la “tropa”
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que consiste principalmente en permanecer de pie durante todo el día montando guardia
afuera del juzgado. En cambio, tienen permitido tomar asiento dentro de la oficina del
gobierno como señal de su estatus.
“Señores” mostrando sus armas en Semana Santa
B. Autoridades de los patios de mitote
En esta comunidad se reproduce el esquema general de las autoridades del mitote con
dos variantes: idealmente tanto en el patio mayor como en muchos de los familiares hay
dos umuagum en algunos de los cuales al segundo de ellos se le denomina baimalh o
baimilh. Hay una tuadam o cocinera principal que es auxiliada por las esposas de los
cargueros del gobierno. Asimismo, estos últimos prestan servicios en el patio mayor
divididos en los cargos del grupo del gobernador (gobernador segundo, regidor, alguacil
primero y alguacil segundo) y los del capitán (sargento, cabo, guerra, alférez, cajero).
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Jichoo’dagim o notaste es el nombre que recibe el jefe del patio mayor de mitote
mientras que a los jefes de los patios familiares se les designa como Kikam., no obstante
que esos nombres pueden llegar a emplearse de manera indistinta. La organización
representada en el cuadro siguiente corresponde a una forma ideal que puede variar
entre los patios familiares y se adapta dependiendo el contexto en el patio comunitario.
Por ejemplo, actualmente sólo hay un mayor o jichoo’dagim trabajando en el patio.
Uno de los umuagum tiene más de 100 años y no puede estando imposibilitado de asistir
al patio. En cambio, el otro umuagum murió hace algunos años y aún no se ha
designado a un sustituto. Durante el años 2007 se realizaron las ceremonias mortuorias
necesarias para poder suplirlos.
Los cargos en los mitotes son vitalicios e irrenunciables. Una vez que alguien ha sido
designado como tal deberá consagrar su vida a realizar ese trabajo pues de ello depende
la cohesión social de la comunidad. Los jefes del mitote no reciben ningún pago por su
trabajo aunque se espera que las autoridades del gobierno les ayuden a conseguir
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sustento y que la gente les regale cosas para subsistir. En general, a las personas que
tienen este cargo les resulta complicado trabajar en algo más que sus coamiles
particulares debido a que deben celebrar mitote cuando menos tres veces al año, además
de aquellos que se realizan de manera extraordinaria por alguna petición especial a los
dioses. Esta situación se vuelve aún más complicada con la edad por lo que los jefes del
mitote llegan a depender casi por completo de sus familiares y de las autoridades del
gobierno en turno. En ocasiones, estas autoridades han gozado de algún apoyo por parte
de la CDI pero nada de forma permanente.
En Chianarkam se celebran tres temporadas de mitotes comunitarios. Me refiero
como temporadas por que normalmente se celebran cuando menos dos mitotes
consecutivos y en ocasiones hasta cinco. El primero se conoce como jaak xiotalh o
mitote del esquite y se realiza pasando el año nuevo alrededor del 10 de enero. Su
nombre lo recibe debido a que en esa celebración se tuesta maíz que representa la fase
de su semilla. El segundo grupo, mebio’kam xiotalh se realiza alrededor del 1 de junio y
es el mitote de las lluvias. El 10 de septiembre comienza el tercero, gaibak xiotalh,
correspondiente a los primeros frutos y en el cual los “señores” escogen a los nuevos
gobernadores. La autoridad de los jefes del mitote tiene plena vigencia y es ampliamente
respetada. Las fechas en los mitotes familiares pueden variar entre todos ellos pero
siempre corresponden a las mismas temporadas.
En Santiago Teneraca es la única comunidad de la que tenemos noticia de la
existencia de un patio de mitote familiar en el que confluyen personas de ocho
apellidos. Se trata de un patio ubicado a un costado de la iglesia y que en ocasiones
reúne más gente que el propio patio mayor. En ese caso, las autoridades de dicho centro
ceremonial son casi tan importantes como las del patio comunitario pues se considera
que ese patio es de Santo Santiago. Éste, de la misma forma que el mayor cuenta con
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cuatro autoridades: un jichoo’dagim, un umuagum, un baimalh y una tuadam que es
auxiliada por las otras mujeres de las ocho familias que se dan cita en ahí.
C. Las autoridades del gobierno
En esta comunidad son trece los cargos y se conforman de la siguiente manera:
Autoridades de gobierno
Gobierno Propiamente dicho
Autoridades Militares Autoridades de la Iglesia
Gobernador Capitán Fiscal
Gobernador segundo Sargento
Regidor Cabo
Alguacil primero Guerra
Alguacil segundo Alférez
Cajero
Topil
El principal atributo de estas autoridades es una vara de madera rojiza (idealmente palo
de Brasil) u obscura denominada oxia cuya punta y remate están cubiertos por un
casquillo de plata u otro metal de color semejante. De las varas penden listones de
diversos colores aunque los gobernadores prefieren, regularmente el verde, el blanco y
el rojo. Además de estos cargos, ellos pueden nombrar temporalmente alguaciles u
orociles para la realización de tareas específicas. Éstos son dotados con una vara de
otate. A diferencia de las demás, las varas del fiscal y el topil tienen una cruz en el
remate. Aunque el cajero aparece también en otras comunidades, como es el caso de
Santa María de Ocotán, en esta última no se le integra directamente dentro del cuerpo de
autoridades ni mucho menos se le dota con una vara.
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El gobernador y su cuerpo de autoridades, así como los cargos militares son
quienes cotidianamente atienden los asuntos de la comunidad incluidos problemas de
carácter “civil” y otros que podríamos llamar de carácter “penal” (ver nota al pie
número 1). A diferencia de otras comunidades en Teneraca, las autoridades son muy
estrictas con el hecho de que todos los que tienen cargo deben vivir en la localidad
durante el año entero de su ejercicio. Incluso, algunos de ellos, los que proceden de los
lugares más alejados, buscan la manera para que sus hijos asistan a la escuela en la
cabecera comunal, teniendo que cambiarlos tanto al inicio como al final del año de
trabajo.
Las principales tareas del gobernador, en compañía con sus subalternos
inmediatos, es el de la resolución de conflictos y la organización de los trabajos
necesarios para el constante mantenimiento y mejoramiento de la comunidad. El
gobernador atiende todo tipo de denuncias interpuestas por los comuneros, tales como
robos, invasiones de terreno o acusaciones de adulterio. En esos casos es responsable de
enviar alguaciles para presentar en el juzgado a los acusados. En ese recinto escucha los
argumentos de la parte acusadora y de ser necesario impone los castigos
correspondientes. Como en las otras comunidades tepehuanas, los juicios son orales y
públicos, y el gobernador tiene el respaldo de los comuneros para imponer las sanciones
que considere pertinentes.
El gobernador también es responsable de formar las cuadrillas de trabajo para
limpiar las calles del poblado, reparar los edificios públicos y los caminos y de pagar los
refrescos a los trabajadores. Entre sus obligaciones se encuentra la de participar en los
funerales mandando gente que cave la tumba, y a los alguaciles para que acompañen al
finado desde su casa hasta la capilla para su velación y luego al panteón. El gobernador
y las otras autoridades también deben acompañar a los deudos durante el entierro.
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Todas las autoridades del gobierno participan en las fiestas de la iglesia y muchos de
ellos, como se verá adelante, tienen papeles específicos. Asimismo, si bien se someten a
la autoridad de jefes de los patios de mitote, en dichos espacios también tienen un lugar
importante en ellos teniendo incluso un lugar específico donde sentarse. Frente al fuego,
de cara al oriente, al centro se coloca siempre el jichoo’dagim. A su costado izquierdo
(norte) en hilera y viendo también al oriente se sientan las autoridades del gobierno
propiamente dicho, mientras que a la izquierda (al sur) el capitán y sus subalternos.
Santiago Teneraca, el jefe de patio flanqueado por las autoridades militares (izquierda) y las del gobierno (derecha)
Ni el gobernador ni otro miembro del gobierno reciben remuneración alguna por su
trabajo dentro de la comunidad. Aunque en ocasiones logran ciertos arreglos con los
gobiernos municipal o estatal para tener algún apoyo económico durante su gestión. No
obstante ello es excepcional.
* * *
50
El proceso de elección de los cargos es, al parecer, muy sencillo, aunque deben darse
varios pasos para que estos asuman plenamente su responsabilidad. Cada año, el tercer
día del mitote al mediodía (suele ser el 13 de septiembre), “los señores” se retiran del
patio mayor a un espacio entre la hierba al sureste del mismo. Ahí reunidos durante una
o dos horas (el tiempo puede variar), los señores platican acerca de los prospectos para
ocupar los cargos del gobierno. En dicha reunión el gobernador saliente tiene el
privilegio de proponer a los sayos, para lo cual da sus razones como “que es buena
persona, es responsable y no es borracho”. En ocasiones, sobre todo cuando se trata de
cargos menores, estos se otorgan con la intención de incorporar en la vida y las
responsabilidades comunitarias a los jóvenes o bien a personas que viven en los lugares
más recónditos de la comunidad y que tienen menor participación. Los demás señores
dan su consentimiento o bien expresan sus reservas dependiendo del caso. Por otra
parte, en el patio permanecen tanto el jichoo’dagim como las mujeres y aquellos
hombres que sólo han cumplido con cargos menores y que no forman parte del grupo de
“señores”.
Después del mitote las autoridades visitan a sus sayos para comunicarles su
reciente designación. Algunas de las autoridades salientes prefieren llegar de noche o al
amanecer para evitar ser vistos y que los “nuevos” pretendan huir. Hay un discurso
formal que los salientes deben pronunciar para pedir a los recién designados que
acepten el cargo. Es muy común que los sayos se nieguen al principio y los pasados
tengan que insistir. Así lo indica el protocolo pues sólo así pueden justificar que
accedieron a ocupar el cargo ante tanta insistencia. La autoridad saliente también puede
recurrir a la compañía de muchos miembros de la comunidad para que insistan al
designado y no se rehúse, lo que también servirá de argumento a este último cuando
necesite el apoyo de la comunidad.
51
Posteriormente, en la víspera del día de muertos durante la noche de todos santos
(del 1 al 2 de noviembre) las autoridades salientes presentan a sus sayos por primera vez
en la comunidad en el juzgado. Ahí, los señores entran a la oficina donde los salientes
uno por uno van llegando con su sayo al que le ofrecen un poco de mezcal y le dan
valor por primera vez. Es de decir, les ofrecen un discurso en el que les agradecen por
recibir el cargo y les indican cuales serán sus obligaciones. También los animan
diciéndoles que el trabajo que realicen será en beneficio de su comunidad y les ofrecen
un poco de mezcal. Por lo general pasan toda la noche en el juzgado hasta el amanecer
por lo que es común que los salientes y los sayos amanezcan alcoholizados.
Más adelante, en la madrugada del primero de enero las autoridades lavan la
vara de autoridad en el arroyo y renuevan sus listones para más tarde, el mismo día,
entregarla a los nuevos. Reunidos en el juzgado delante de los señores y la gente que
haya concurrido ahí, las autoridades salientes llaman a su sayo, uno por uno, a la mesa
donde ellos atienden. Les piden que hagan una reverencia con la cabeza inclinándola de
lado a lado frente a la avara de autoridad, luego la señal de la cruz y enseguida la
entregan en mano del sayo invistiéndolo con los atributos de la autoridad. Así, a partir
del día primero del año las autoridades asumen su cargo, aunque aún deben recibir en
una fiesta los dones que deberán entregar al año siguiente.
A finales del mes de mayo se realiza “la fiesta de los gobernadores pasados”
también conocida como “fiesta de las entregas” y “fiesta de nuestra madre” (véase
Sánchez, 1980: 114 y 116). Y es que en esta fiesta participan tanto las autoridades
salientes, aquellas que entregaron la vara en enero, así como un grupo de mayordomos
que festejan conjuntamente a la virgen de Dolores el día 25. Esta celebración se
considera como la más grande, comparable con Semana Santa, pero a diferencia de
aquella, en esta el dispendio y la borrachera son notables.
52
Los preparativos para la celebración comienzan desde el día 22 por la mañana
cuando el jaok o “viejo” que es el jefe del los danzantes, los llama a la capilla para que
comiencen las danzas con un alarido que se escucha en todo el pueblo y gritando las
palabra ninidam ninidam baichihim, es decir, “danzantes, danzantes, vengan”. Estos
ejecutan danzas diariamente en la capilla dos veces al día, alrededor de las 9 AM y 8
PM respectivamente, y en ambos casos reciben alimentos de los mayordomos al
terminar. La fiesta comienza el día 23 con la limpieza y adorno de la iglesia. La mayor
parte de ésta corre a cargo de los mayordomos que celebran a Dolores lo cual implica,
además, que la virgen sanciona la entrega definitiva del cargo de las autoridades.
Durante la noche del 23 y la madrugada del 24 de mayo, tanto los mayordomos
como las autoridades llevan a sus sayos al pueblo, los primeros a la iglesia y los
segundos al juzgado. Las nuevas autoridades reciben “valor” nuevamente (un discurso
que los invita a tomar el cargo y en el que se indican sus obligaciones) acompañado con
copas de mezcal. La mañana del 24 de mayo la mayoría de los participantes andan
borrachos, mas no así las autoridades salientes que deben mantener el orden. Los
mayordomos y las autoridades llevan a la virgen de Dolores y a santo Santiago en
procesión a la capilla y les ofrendan alimentos. Las imágenes son devueltas al templo
después del mediodía.
Los cargueros salientes y sus esposas pasan toda la noche anterior al 25
preparando las coronas y el atole para entregarlos. En la madrugada mataron una res y
pusieron a cocinar el caldo. También prepararon el kipii (dulce de pinole con miel) para
hacer las coronas. Por la mañana, la virgen de Dolores y santo Santiago salen
nuevamente en procesión a la capilla. Pasando el mediodía, los mayordomos construyen
un nicho de ramas (aproximadamente 1.5 m de alto) en el espacio entre la iglesia y la
capilla, y a ese lugar se llevan las imágenes en procesión después del mediodía.
53
Alrededor de las 3 PM, tanto los mayordomos como las autoridades, se dirigen a la
ramada y frente a la virgen de Dolores y Santo Santiago se realiza la entrega de
mayordomías y el cambio definitivo de las autoridades.
Fiesta de las entregas, Santiago Teneraca. Entrega de mayordomía
Los pasados entregan una corona y una caña a los “nuevos”. Posteriormente, en
el juzgado les dan otra corona y caña, además de cuatro cubetas con atole, cuatro con
caldo y carne de res, así como una de las patas de la res sacrificada. Los nuevos se
encargan de repartir entre la concurrencia buena parte de lo recibido y guardan otro
tanto para ellos. Con esta celebración concluye la entrega de los cargos de gobierno.
A finales del año 2007, ante un inminente apoyo económico por parte de la
presidencia municipal de Mezquital, algunos señores pusieron a consideración de la
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asamblea cambiar a periodos de tres años a partir del gobierno entrante. Al finalizar este
documento la discusión la había concluido.
* * *
La estructura de las autoridades del gobierno coloca a la cabeza al gobernador primero y
a sus subalternos inmediatos hasta el alguacil segundo. Pero si bien las autoridades
militares pueden colocarse jerárquicamente por debajo de las subalternas inmediatas del
gobernador, en determinados momentos del ciclo ritual también conforman una
estructura paralela a la de aquellas. De hecho, al interior de la oficina o casa del pueblo,
las autoridades se dividen en dos mesas separadas, correspondiendo una (al lado oriente
del recinto) al gobernador y la otra (al poniente) al capitán. Por otra parte, en el patio de
mitote el gobernador y sus subalternos inmediatos se distribuyen en una línea al costado
norte del mayor, que se coloca al centro, mientras que el capitán y los cargos militares
lo hacen al sur.
Este paralelismo entre los dos conjuntos de autoridades es más claro durante la
Semana Santa. En esa celebración el capitán no sólo queda al mismo nivel del
gobernador, sino que también se erige como la máxima autoridad del pueblo, pues en
los días santos el gobernador y su cuerpo inmediato de autoridades pierden por
completo su poder quedando en manos de los cargos militares.
El Jueves Santo por la mañana, con mucha gente de la comunidad reunida en el
templo, el sargento y el cabo bajan al Cristo central del altar (hay cuatro) y lo tienden en
el piso rodeado de velas indicando que está muerto. El sargento, por orden del capitán,
se acerca al gobernador y a las otras autoridades pidiéndoles que le entreguen sus varas
para colocarlas cerca del crucifijo. Desde ese momento hasta el sábado cuando se abre
la gloria, la autoridad recae en el capitán y los cargos militares. Asimismo, todos los
hombres del pueblo, con excepción de “los señores”, se convierten en sargentos y están
55
obligados a montar guardia afuera del juzgado ostentando un largo varejón como
distintivo. Durante esos días, el gobierno del capitán y sus soldados es ostensible por
una bandera blanca con dos cruces negras sobrepuestas que porta el alférez.
El alférez portando su bandera en Semana Santa
Durante la Semana Santa, el pueblo se transforma en un campo de batalla entre las
fuerzas de la oscuridad, que dominan mientras que los cristos permanecen tendidos, y
las fuerzas luminosas que luchan por la resurrección.
Éstas últimas se encuentran representadas por un gran ejército de sargentos que
cargan largos varejones y todos los hombres que portan arcos y flechas y que responden
a las órdenes del capitán. Durante Jueves y Viernes Santo, los arqueros suben a un risco,
denominado Oidha tam, que se encuentra detrás del juzgado y disparan sus armas en
dirección al templo, procurando lanzarlas lo más lejos posible.
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Arquero de Santiago Teneraca
El Sábado de Gloria por la mañana, en el templo, después de la resurrección de Cristo,
el fiscal regresa sus varas al gobernador y su cuerpo de autoridades. No obstante, el
capitán aún tiene autoridad sobre la tropa y antes de entregar por completo el control del
pueblo realiza un último acto de carácter militar: la revisión de armas. Con ayuda de los
gobernadores primero y segundo, el regidor y el capitán revisan primero a “los señores”
y después a la tropa que su arco y 25 flechas se encuentren en buenas condiciones,
reprendiendo a quien no cumple con ello. Este ejército reaparece el último día de la
celebración de los mitotes comunitarios, cuando bajo las órdenes del capitán, un grupo
de jóvenes “soldados” encabezados por el alférez (con bandera) y el cajero (tocando
tambor) escoltan la procesión de la virgen de Guadalupe que va del templo católico al
patio de mitote. Lo mismo ocurre al siguiente día cuando la virgen va de regreso.
Durante el trayecto se arrojan cohetes y los muchachos lanzan alaridos con cierta
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frecuencia. Al finalizar la ceremonia, el capitán dentro de la oficina dirige un discurso al
gobernador y a los comuneros para indicarles que ha cumplido con su deber.
El capitán y sus subalternos cumplen con otras obligaciones ceremoniales
importantes. La tierra de cultivo comunitaria está divida en dos partes: una adosada al
patio de mitote (en sus costados norte y sur) bajo la responsabilidad del capitán y otra, a
unos 500 metros detrás del juzgado bajo la responsabilidad del gobernador. Los dos
conjuntos de autoridades trabajan en sus respectivas milpas donde siembran la semilla
que las autoridades anteriores les entregan en la ceremonia del mes de enero, poco
después de que asumieron el cargo. De la cosecha obtendrán elotes para bendecir el
patio comunitario en el mes de septiembre y la semilla que bendecirán y entregarán a su
vez el siguiente año.
* * *
En el templo católico, el fiscal y el topil rigen el culto conduciendo a los mayordomos
en sus obligaciones y dirigiendo los festejos. Comúnmente el fiscal es una persona de
cierta edad, mayor a cincuenta o sesenta años y el topil otro adulto más joven. Dentro de
las labores cotidianas de estos cargos se encuentra el de tocar las campanas del templo,
tarea que desempeña preferente el topil, todos los días a las 6, 7 y 8 AM y al mediodía,
o una hora más tarde si hay horario de verano, excepto los domingos.
Si bien estas dos autoridades dependen del gobernador, como todas las electas
anualmente, también permanecen activas durante la Semana Santa tal como aquellas
subalternas al capitán. A lo largo del año mantienen el culto diario de los santos en el
templo poniéndoles velas y flores. Se dice que en Teneraca “lo santos nunca duermen”,
por eso deben tener velas encendidas todas las noches. El fiscal y el topil también son
responsables de mantener limpio el recinto y administrar las limosnas. Durante las
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fiestas patronales son ellos quienes dirigen el ceremonial e instruyen a los mayordomos
para que cumplan con todas sus obligaciones.
Los mayordomos son los responsables de mantener el culto permanente de los
santos del templo católico. Los eligen cada año durante la celebración del patrón
respectivo y a su vez, entregan el cargo el año siguiente al sayo que han conseguido
para que los supla. El trabajo de mayordomo se tiene por muy arduo, ya que son los
responsables debe trabajar a lo largo del año para conseguir los recursos y sufragar los
gastos de la fiesta comprando: una res, pólvora, maíz, frijol, harina, piloncillo,
chocolate, miel, cera, velas, papel de china, manta para los danzantes y copal, entre
otras cosas menores. El cargo de mayordomo se recibe siempre en pareja, el
mayordomo y su esposa, por lo que se espera que el hombre sea casado, aunque también
se acepta que le ayude alguna mujer de la familia.
En Chianarkam hay las siguientes celebraciones, de las cuales cinco fiestas
(indicadas con signo de “+”) cuentan con mayordomía:
FIESTAS CON MAYORDOMÍA
Semana Santa Fecha móvil (+)
Día de la Santa Cruz 3 de mayo (-)
Las gobernadores pasados y Virgen de Dolores
25 de mayo (+)
Santo Santiago 25 de julio (+)
Virgen de la Natividad 8 de septiembre (+)
San Francisco de Asís 4 de octubre (+)
Todos Santos-Día de muertos 1-2 de noviembre (-)
Navidad 25 de diciembre (-)
Año Nuevo 1 de enero (-)
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(Véase también Sánchez, 1980: 117)
Se dice que cada santo o virgen manda a su grupo de mayordomos. Con excepción de la
fiesta de Santo Santiago cada celebración cuenta con un conjunto de cuatro
mayordomos, dos mayores y dos ayudantes llamados teportados que se estructuran de la
siguiente forma:
Santo Santiago tiene un quinto mayordomo denominado “sirviente” que manda a los
otros cuatro y quien a su vez “recibe” órdenes de Santo Santiago.
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En la fiesta de mayo, además del conjunto de cuatro mayordomos que sufragan los
gastos de la fiesta, los gobernadores pasados también participan entregando dones, al
igual que los mayordomos, a sus sucesores.
Además de las fiestas con mayordomía, en el templo también se celebra Todos
Santos y día de muertos, celebración conocida como Santur o San –Toro, Navidad y
Año Nuevo. Además, el 3 de mayo los mayordomos acuden a la iglesia para limpiar las
imágenes con algodones húmedos. En estas últimas celebraciones el fiscal, el topil y
todos los mayordomos se encargan de las actividades de la iglesia pero no se sacrifica
res ni se prepara comida. Cabe señalar que en Santiago Teneraca como en otras
cabeceras de comunidad, los preparativos de los festejos comienzan un par de días antes
que el día señalado por el calendario, razón por la cual sus habitantes declaran,
comúnmente que el día de la fiesta es cuando comienza. Por ejemplo, si se pregunta
cuándo es la fiesta de San Francisco, se dice que el 2 de octubre, día en que comienzan
las danzas.
D. Las autoridades agrarias Este es el grupo de autoridades de más reciente creación. Su función se encuentra
reglamentada en la ley agraria. En Santiago Teneraca fluctúa con el tiempo el poder que
estas autoridades tienen, dependiendo si disponen de madera que cortar o no. Sin
embargo, parece estar muy bien definido su ámbito de competencia y rara vez
sobrepasan a la del gobernador como ocurre con más frecuencia en otras comunidades.
Su acceso a recursos económicos es bastante limitada, pues esta comunidad no dispone
de muchas tierras maderables y muchas de ésas se encuentran en la colindancia con
otras comunidades con las que mantienen conflictos por linderos. Este es el caso de las
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Ramadas, una de las tierras con más potencial que están pleito con Santa María de
Ocotán.
El 28 de septiembre de 1965 el Cuerpo consultivo Agrario dictó resolución
presidencial a favor de 216 comuneros otorgándoles una superficie de 100 224.78
hectáreas (Rosa de la, 2003: 66). Las autoridades agrarias se encuentran desde entonces
organizadas bajo el siguiente esquema:
Comisariado Bienes Concejo de Comunales Vigilancia
Estas autoridades son electas cada tres años y su periodo de ejercicio es equivalente. El
primer Comisariado de Bienes Comunales y el primer Concejo de vigilancia se
estableció el 27 de julio de 1987 cuando se ejecutó lo dispuesto por la resolución
presidencial de 1969 y quedó integrado de la siguiente manera:
Asamblea General
Presidente del Comisariado de Bienes Comunales
Secretario
Tesorero
Presidente del Concejo de vigilancia
1er. Secretario
2do. Secretario
Suplentes
Suplentes
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Comisariado de Bienes Comunales
Propietarios Suplentes Rogelio Flores Hernández Presidente José Cumplido Macario Villa Reyes Secretario Anselmo Reyes Carrillo Severo Aguilar Mijares Tesorero Félix Aguilar Flores
Concejo de Vigilancia Propietarios Suplentes
Luciano Aguilar Soto Presidente Carmelo Flores Enríquez Wenceslao Aguilar Villa Secretario Lorenzo Ventura Flores Maximiliano Díaz Santillán Tesorero Manuel Arellano Reyes
Fuente: “Acta e posesión y deslinde de Santiago Teneraca” 1987, carpeta básica, RAN, Durango
Santiago Teneraca cuenta actualmente con un total de 11 anexos (más la cabecera) que
corresponden a las unidades administrativas menores y que pueden contener varias
rancherías. Cada anexo cuenta con un representante del Comisariado de Bienes
Comunales, así como un jefe de cuartel (representante del gobernador y el municipios) o
bien un jefe de manzana, en el caso de las rancherías.
La asamblea general está integrada por todos los comuneros, todos aquellos que
pertenezcan por nacimiento o que han sido integrados a alguna de las localidades de la
comunidad. Los miembros pueden participar en la asamblea desde los 10 años de edad.
Para obtener reconocimiento como nuevo comunero es necesario vivir en algún lugar de
las tierras comunales, contar con un acta de nacimiento que acredite que nació ahí o que
sus padres son originarios de la comunidad, en su caso también acreditarse con una
credencial de elector. Los hijos de los comuneros adquieren el derecho por nacimiento,
y cuando personas de dos comunidades distintas tienen hijos, éstos adquieren derechos
en la del padre.
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Las personas ajenas a la comunidad pueden pedir autorización para residir en
ésta y después de uno o dos años de vivir en ella pueden adquirir el reconocimiento
como comuneros. Otorgar el permiso de residencia le corresponde al gobernador y al
comisariado en conjunto, quienes también deben consultar a la asamblea. Sin embargo,
en caso de no encontrarse el comisariado, el gobernador puede prescindir de él para
otorgar el permiso más no a la inversa. No obstante el reconocimiento de derechos
como comunero sí debe ser sancionado por el comisariado, que en términos legales es la
única instancia reconocida.
El proceso de elección, efectuado cada dos años, se realiza en general de forma
ordenada. Por lo regular se registran únicamente dos grupos quienes se repartirán entre
el Comisario de Bienes Comunales y el Concejo de Vigilancia respectivamente, según
resulten primeros o segundos en la elección. Durante este proceso de elección se
manifiesta una forma particular de la incorporación de autoridades generadas por
agentes externos al sistema local. Y es que, se dice que las personas que “ayunan” más
escrupulosamente son las que pueden conseguir el cargo.
La mayoría de los comisariados no tienen conocimiento formal de las leyes
agrarias, aunque la manera de operación de los comisariados responde, en general, a las
disposiciones de la ley agraria que son muy pocas, pues éstas delegan la normatividad a
la constitución de los estatutos comunales. Así, las normas vigentes están guiadas por la
costumbre.
Santiago Teneraca cuenta con un estatuto comunal cuya elaboración corrió a
cargo del comisariado en funciones en el periodo 2002-2005. No obstante, esta
reglamentación no ha entrado en operación debido a que no ha obtenido el visto bueno
de la asamblea, pues muchos comuneros no concuerdan con él. Muchos de ellos
argumentan que no fueron consultados y su principal objeción está relacionada con el
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reconocimiento que hace el documento sobre el Programa de Certificación de Derechos
Ejidales y Titulación de Solares (PROCEDE) con el que muchos no están de acuerdo.
Una de las principales objeciones resultan de que el PROCEDE reconoce un perímetro
determinado que deja fuera las tierras en litigio.
SANTA MARÍA DE OCOTÁN
Templo de Santa María de Ocotán
El nombre de Santa María de Ocotán se refiere a tres cosas que son importantes de
distinguir. Primero, corresponde a una localidad o población cuyo nombre en lengua
o’dam o tepehuán del sureste es Juktir, que significa “lugar entre pinos” (Soto 1999: 82;
Ramírez et alli, 2005: 92). Esta población se localiza en el municipio de Mezquital al
sur del estado de Durango y cuenta con una población de 514 habitantes según el conteo
INEGI de 2005. No obstante, ya que se trata de un centro cívico-religioso su población
fluctúa incrementándose durante los días de fiesta o asamblea.
Juktir se localiza a una altura aproximada de 2 000 metros sobre el nivel del mar
en una zona donde predominan el pino, el encino, el roble y el madroño. Cerca del
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poblado nace un arroyuelo, afluente del río Huazamota, llamado río Santa María. Este
pasa más al su por la comunidad mexicanera de San Pedro Jícoras donde toma el
nombre de río San Pedro –que no debe confundirse con el río Mezquital o San Pedro,
que corre más hacia el poniente–, y en el estado de Nayarit recibe el nombre de río Jesús
María.
Hasta la década de los noventa el poblado contaba con muy pocas edificaciones
las cuales han ido incrementándose considerablemente en los últimos diez años. Hasta
entonces, además de unas cuantas casas, el centro del pueblo sólo contaba con algunos
edificios públicos como la iglesia, la llamada Casa del Padre o antigua casa de misión,
la capilla, las cocinas comunales, la cárcel y la oficina o casa del gobierno tradicional.
Todos estos edificios están en la calle principal yendo de sur a norte desde la iglesia
hasta las cocinas comunales. Detrás de éstas en una calle paralela hay un edificio
considerablemente mayor a los demás que es un auditorio. Al norte del pueblo se
localizan además la escuela-alberge, la escuela de preescolar, la tele-secundaria, la
clínica y las instalaciones de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas. En el extremo norte en la entrada del pueblo se encuentra el panteón.
Para ir a Santa María es necesario, como en el caso de Santiago Teneraca, llegar
primero a la localidad de Guajolota. De ahí parte un camino al oriente que conduce
hacia el sur a Santa María de Ocotán en aproximadamente 20 minutos en vehículo.
Actualmente la comunidad cuenta con un camión que tiene corridas ida y vuelta desde
Santa María a la ciudad de Durango dos veces por semana. Asimismo, el autobús de
Llano Grande, uno de sus principales anexos, pasa por ahí cada ocho días camino a
Durango. No obstante, los viajes de aventón son una forma muy común de
transportación en la sierra, sobre todo rumbo a aquellas localidades más alejadas de la
carretera principal a las que no llegan los autobuses.
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Juktir es además el pueblo cabecera o sede tanto del gobierno tradicional como
de la propiedad comunal, entendida en términos agrarios denominada Santa María de
Ocotán y Xoconostle, lo que corresponde a la segunda acepción del término. Este
nombre se refiere a un territorio que en 1936 fue reconocido por la Comisión Nacional
Agraria con 421 139 hectáreas De éstas hay más de 100 000 en litigio y se recuperaron
cerca de 5 456 en 2004 del municipio de Valparaíso Zacatecas, después de un conflicto
con los ejidatarios de Bernalejo de la sierra. El nombre de la propiedad comunal deriva
de la combinación de los nombres de dos comunidades que hasta el año del
reconocimiento se mantenían separadas. Ambos pueblos, Xoconostle y Santa María de
Ocotán, tenían hasta entonces sus propias autoridades que ejercían jurisdicción sobre un
conjunto de rancherías cercanas. Desde su unión han tenido pugnas ya que la primera,
que es actualmente uno de los anexos de toda la comunidad, reclama su independencia
que desde entonces vio mermada sometiéndose no sólo bajo una misma autoridad
agraria, sino también de un mismo gobierno tradicional que la mayor parte del tiempo
proviene de Santa María o una de sus poblaciones.
Santa María de Ocotán y Xoconostle colinda al norte con el territorio de San
Miguel Temoaya; al noroeste con la comunidad de Santiago Teneraca; al poniente con
San Francisco de Ocotán; al suroeste con la comunidad mexicanera de San Pedro
Jícoras; al sur con la comunidad mestiza de Santa María de Huazamota; al sureste con el
estado de Jalisco; al este con comunidades del estado de Zacatecas y al noreste con
propiedades privadas a cuyos propietarios acusan de despojo.
Por último, Santa María de Ocotán se refiere a una comunidad en términos
religiosos que cuenta con dos centros ceremoniales comunitarios, que son el templo de
origen católico, localizado en el centro del pueblo del mismo nombre y el patio de
mitote, ubicado a unos 2 kilómetros al poniente del pueblo (Reyes, 2006: 40-42). La
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comunidad en términos rituales se distingue de otras al poseer su propia iglesia y su
propio mitote. Así, son diferentes de comunidades como Santiago Teneraca, San
Francisco de Lajas, y presumiblemente de Xoconostle, lugar al que acuden a bailar
mitote los pobladores de sus antiguos anexos a pesar de la insistencia de las autoridades
de Santa María por centralizar el culto.
Mapa 4: Croquis de Santa María de Ocotán Fuente: Reyes, 2006a: 38
SISTEMA DE AUTORIADES
Sobre esta comunidad y sus autoridades contamos con información recopilada por
Sánchez (1980) y Benítez (1980) desde finales de la década de 1970 hasta la más
reciente registrada por mí en los últimos nueve años hasta el 2007. Esta información nos
permite dar cuenta de algunas transformaciones que se han suscitado en toda la
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estructura, así como explicar ciertas variaciones sobre el modelo ideal. Podemos
destacar que a inicios de la década de 1980 esta comunidad sufrió un cambio en el
sistema de elección de autoridades de gobierno y su periodo de gestión, pasando de la
decisión de los ancianos y la asamblea, a un sistema de elección por votos y a periodos
trienales. Este cambio generó otros que trastocó la importancia de los ancianos en la
comunidad y que las autoridades adquirieran un papel con una mayor carga política. No
queda claro aún a qué se debió exactamente el cambio ni bajo iniciativa de quién, pues a
este respecto he encontrado algunas posiciones encontradas. Al parecer respondió a un
movimiento que buscaba reintegrar cierta autoridad y poder político al gobernador
frente el comisariado de bienes comunales.
A. El concejo de ancianos
Esta integrado por las personas que tuvieron con anterioridad el cargo de gobernador
primero. Antes del cambio de sistema de elección de gobernadores estas personas tenían
la responsabilidad de proponer a los sucesores de las autoridades en turno. Actualmente
constituyen una autoridad moral que se escucha en la resolución de conflictos y sobre
todo en los juicios que atiende el gobernador cuando se trata de “dar consejo”. Los
pocos “señores”, como también se les conoce, suplen al gobernador en actividades
rituales que debido a su nuevo carácter político y según sea el caso, quizá desconozcan.
Por ejemplo, al iniciar el mitote el gobernador debe pronunciar una larga oración (véase
Reyes, 2006: 99) y en ocasiones requiere ayuda; asimismo cuando se entrega los cargos
a los mayordomos en que deben “darles valor”. Los señores también tienen el privilegio
de ser enterrados en el atrio de la iglesia junto con las autoridades muertas del mitote, lo
cual les confiere el estatus de antepasados de la comunidad.
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B. Autoridades de los patios de mitote
En esta comunidad se observa de forma ideal la siguiente organización de los cargos del
mitote:
El jichoo’dagim o notaste es el nombre que recibe el jefe del patio mayor de mitote, y
aunque en ocasiones se usan los nombres de manera indistinta, a los jefes patio familiar
se les denomina más adecuadamente como kiikam. La organización representada en el
cuadro anterior corresponde a una forma ideal que puede variar entre los patios
familiares y que incluso en el patio comunitario ha cambiado a través del tiempo. Por
ejemplo, alrededor de 1996, el actual jichoo’dagim recibió el cargo con tan solo 8 años
de edad, viéndose obligado a asumir el puesto ante la inesperada muerte del jefe anterior
que era su tío materno.
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Ante su poca experiencia, algunas de las funciones propias de su investidura fueron
asumidas por alguno de sus dos ayudantes varones, quienes se responsabilizaron de
instruirlo. Uno de estos ayudantes tomó cargo en el patio mayor con dicho fin,
generándose un cargo cuyas funciones asumía antes el umuagum y que quedaron bajo el
mamadam gu mai, que literalmente significa tatemador de mezcal, refiriendo a una de
las actividades que realiza durante el xiotalh del mes de mayo. Posteriormente,
alrededor de 1998 los curanderos de Santa María “soñaron” que había una mujer
destinada a asumir el puesto de tuadam o cocinera, incorporándose también a las
autoridades del patio bajo el siguiente esquema de cinco cargos.
PATIO MAYOR SANTA MARÍA DE OCOTÁN
Posteriormente en 2004 falleció el mamadam gu mai quedando la organización de las
autoridades de la siguiente forma:
71
PATIO MAYOR SANTA MARÍA DE OCOTÁN
Como en todas las comunidades, las autoridades de los mitotes asumen el cargo de
forma vitalicia, y aunque aún queda por investigarse mucho acerca de su designación, al
menos sabemos que el cargo de mayor de mitote ha recaído en las últimas tres
designaciones en miembros de la familia Torres o de la Torre. El anterior jichoo’dagim
fue sustituido por su sobrino, que es el actual. Por otro lado, el Notaste que conoció
Benítez en 1979, Desiderio de la Torre, era sobrino de su antecesor Francisco de la
Torre, de quien se decía no tuvo esposa ni hijos, ya que permanecía la mayor parte del
tiempo bendito (Benítez, 1980: 86), incluso algunas personas me han comentado que el
jichoo’dagim no se puede casar (Reyes, 2006: 77). Asimismo, el actual umuagum era
hijo del anterior. No obstante, en ambos casos, la gente afirma que los curanderos
soñaron su designación.
La autoridad de los jefes del mitote comunitario tiene gran vigencia y es
ampliamente respetada. No obstante, su ejercicio no está libre de dificultades. En años
recientes el principal problema que han enfrentado los habitantes de Santa María radica
72
en que el joven jefe de patio en ocasiones descuida sus obligaciones bajo el argumento
que de necesita trabajar para sostenerse, por lo que en cierta ocasión tuvo que emigrar
hacia la costa y descuidar el mitote. Algunos comuneros manifiestan que corresponde a
toda la comunidad proveer de sustento al notaste para que cumpla adecuadamente con
su trabajo. Sin embargo, ello no ocurre así representando un problema constante.
La situación en los patios familiares varía entre uno y otro. La mayoría se
mantienen activos y sólo en pocos casos caen en desuso por falta de autoridades que
sigan la tradición. Sabemos de casos en los que “el costumbre” no se sigue porque
alguna de las personas que fueron designadas como autoridad no cumple con su
responsabilidad y los mitotes del patio correspondiente no han podido realizarse. En
ocasiones, ante una situación como esa, el segundo a cargo, el umuagum, toma la
responsabilidad en sus manos, pero en otros simplemente no es posible hacer nada hasta
que el encargado fallezca y se nombre otro.
C. Las autoridades del gobierno
En esta comunidad son trece cargos y se conforman de la siguiente manera:
Autoridades de gobierno
Gobierno Propiamente dicho Autoridades Militares Autoridades de la Iglesia
Gobernador Primero o Jix kai Capitán Fiscal
Gobernador Segundo Sargento Topil
Alcalde Mayor Cabo
Alcalde Segundo Guerra
Alguacil Mayor
Alguacil Segundo
Alférez
73
Como en los casos anteriores, las autoridades ostentan sus atributos a través de una vara
que idealmente es de palo de Brasil y en cuyos extremos lleva casquillos de plata o un
metal de color semejante. Asimismo, de éstas penden listones de diversos colores que
igualmente pueden ser verde, blanco y rojo, o azul, amarillo y naranja. Estas autoridades
tienen además el poder de designar alguaciles u orociles temporales para la realización
de tareas específicas dotándolos con una vara de otate.
El gobernador y los miembros del “gobierno propiamente dicho” son las
autoridades que cotidianamente atienden los asuntos de la comunidad incluidos
problemas de carácter “civil” y “penal”. Siendo el gobernador la máxima autoridad en
toda la comunidad, aquella que comprende todo el territorio comunal con sus anexos, en
el pueblo de Santa María de Ocotán, juktir, el alcalde mayor asume el cargo de juez
local. No obstante, en presencia del gobernador éste último asume la responsabilidad.
Tanto los nombramientos de juez como el de gobernador son reconocidos por la
presidencia municipal. Las responsabilidades relacionadas al cargo de gobernador en
esta comunidad provocan la ausencia constante del gobernador en la localidad, y en ese
caso el gobernador debe nombrar un gobernador interino que tomará su lugar. Este
nombramiento no debe ser confundido con el de juez o gobernador suplente, término
regularmente asignado al gobernador segundo. Por otra parte, en la actualidad, el
capitán y los otros cargos militares sólo se integran durante los días de asamblea o bien
durante los días de fiesta o mitote, incluso es normal, contrario a los subalternos
directos del gobernador, que no vivan en la cabecera.
Como máxima autoridad de la comunidad, el gobernador es responsable de
procurar el orden resolviendo los conflictos que surgen entre los comuneros. Como
auxiliares importantes cuenta con los alguaciles que no sólo son sus mensajeros, sino
74
los encargados de apresar y presentar ante las autoridades a los demandados y en su
caso, meterlos a la cárcel. En el juzgado, las autoridades atienden denuncias por robo,
invasión de terrenos, adulterio, etcétera, y en sesión pública reprenden a los acusados
con la finalidad de que reconozcan y enmienden su error. Las autoridades gozan en todo
momento del respaldo de la comunidad para dictar los castigos que juzguen pertinentes.
En los anexos, corresponde a los jefes de cuartel desarrollar estas funciones con
atributos como los que tiene el gobernador y el alcalde mayor en la cabecera.
El gobernador también debe velar por su comunidad procurando las mejoras y el
mantenimiento de la infraestructura del pueblo y sus anexos organizando cuadrillas de
trabajo para la reparación y construcción de caminos y edificios públicos, así como
procurándoles el pago correspondiente o recompensándolos con refrescos. Asimismo, es
responsable de participar en los funerales proveyendo de personas que caven las tumbas
correspondientes y acompañando a los deudos durante el entierro. Todas las autoridades
del gobierno participan en las fiestas de la iglesia y muchos de ellos, como se verá
adelante, tienen papeles específicos. Por otra parte, si bien se someten a la autoridad de
los patios de mitote en dichos espacios, también conservan atributos de autoridad e
incluso, cuentan con un lugar específico para sentarse en el espacio ceremonial. Frente
al fuego de cara al oriente, al centro se coloca siempre el jichoo’dagim y hombro con
hombro a su costado izquierdo el umuagum. Siguiendo a la izquierda (costado norte) en
hilera y viendo también al oriente se sientan las autoridades del gobierno propiamente
dicho, mientras que a la izquierda (al sur) el capitán y sus subalternos.
75
El asiento de las autoridades en el Patio de mitote
Leyenda: N=Notaste, U=Umuagum, 1=Gobernador Primero, 2=Gobernador Segundo, 3=Alcalde Mayor, 4=Alcalde Segundo, 5=Alguacil Mayor; 6=Alguacil Segundo, 7=Fiscal, 8=Topil, M=Mandante, 9=Capitán, 10=Sargento, 11=Cabo, 12=Guerra, 13=Alférez.
Ni el gobernador ni otro miembro del gobierno reciben remuneración alguna por parte
de la comunidad. Sin embargo, ya que sus puestos se han convertido en cargos de un
poder político a nivel local, estos logran diversos arreglos con los gobiernos municipal y
estatal que de forma extraoficial los proveen de recursos y en ocasiones también de
vehículos.
* * *
El proceso de elección de los trece cargos se desarrolla de la siguiente manera. El día
primero de septiembre de cada año, el gobernador tradicional solicita la asistencia de
todos los comuneros de cada anexo para el día 8 de septiembre, día en que además se
celebra la fiesta de la Virgen de la Natividad. Pasado el mediodía, reunidos en asamblea
en la oficina o Casa del Pueblo y después que el gobernador pasa lista para verificar
76
cuántos anexos se encuentran representados, éste dirige un discurso recordando la
importancia del día en que se encuentran para después dar paso a que se hagan las
primeras propuestas o bien que la gente manifiesta su interés por participar como
candidato en el proceso de elección. En septiembre de 2007 el gobernador puso a
consideración de la asamblea la posibilidad de retomar “el costumbre” y volver a las
elecciones por consenso evitando la votación, argumentando que es la única manera de
fortalecer al gobernador, pues de lo contrario la comunidad queda muy dividida. El
punto fue atendido por los asistentes y algunos manifestaron su opinión a favor, otros se
reservaron y otros más comentaron que era importante que eso se discutiera con mayor
amplitud. No obstante la propuesta no tuvo mayor eco.
En dicha fecha corresponde al capitán dirigir a la asamblea un discurso,
“palabras sabias”, recordándoles la importancia del día en que se encuentran para que
consideren muy bien sus propuestas. También en 2007, el capitán me comentó su
intención de ir a la vecina comunidad de Santiago Teneraca que en días próximos
iniciaría el mitote en que se eligen autoridades, para ver cómo era que lo hacían, pues
tenía mucho interés en que se retome esa costumbre en Santa María. Este es un tema
que recurrentemente aparece en las pláticas de algunos de los comuneros, no sólo de los
más tradicionalistas, sino de muchos que se quejan por considerar que la política ha
desvirtuado el trabajo de las autoridades.
Después de la asamblea del 8 de septiembre se realizan muchas reuniones en las
que los diferentes interesados se agrupan y para el día 4 de octubre, fiesta de San
Francisco, se registran los candidatos que contenderán por el puesto el 31 de diciembre.
Antes del cambio en el sistema de elecciones, en ese día se reunían para ratificar los
nombramientos que se habían hecho previamente en septiembre (De la Rosa, 2003: 23)
77
y entregarles las coronas, el tamal y la caña, para que el 1º de enero sólo recibieran la
vara de mando (ver fiesta de los gobernadores pasados en Santiago Teneraca).
Actualmente, el 31 de diciembre de cada tres años, después de realizar
proselitismo político entre las diversas localidades de la comunidad, se desarrolla la
elección en cada uno de los anexos, lugares donde además eligen juez local —cada
año— que también son reconocidos como alguaciles. Lo más común es que sólo lleguen
dos candidatos al final de la elección, pues se entiende que únicamente los dos finalistas
tendrán cargo en el gobierno, siendo el vencedor el gobernador primero, quedando el
segundo lugar como gobernador segundo. Aún así, en ocasiones contienden tres o
cuatro candidatos. El día de la elección, por acuerdo entre los candidatos, las
autoridades y la asamblea, se designan los lugares donde serán contadas las personas
que simpatizan con tal o cual o candidato. Después, cada uno de ellos reúne a su gente
en el lugar acordado formando una hilera para que las autoridades, acompañadas por
representantes de cada candidato, cuenten a los simpatizantes. En Santa María de
Ocotán se permite votar a todos los comuneros, hombres y mujeres a partir de que
puedan sostenerse en pie y caminar por sí mismos. Dicho conteo se realiza tanto en la
cabecera como en todos los anexos computándose todos los votos.
A la una de la madrugada del primero de enero, cada año independientemente de
que toque elección o no, con temperaturas por debajo de los cero grados centígrados las
autoridades deben entrar desnudos al arroyo con la vara en mano para lavarla y
posteriormente renovar los listones de la misma. Al mediodía se realiza la ceremonia de
transferencia de poder, entregando la vara de mando. Una vez que se entregan las de
gobernador primero y gobernador segundo, entonces la asamblea propone y aprueba a
los otros cargos —excepto el fiscal y el topil— de entre los presentes y de ser aprobados
se les entrega la vara en ese momento. Durante la entrega de estos cargos en enero de
78
2008 y la reiterada negativa de las personas propuestas por la asamblea para aceptar
esos cargos, los señores tuvieron que recurrir reiteradamente a las oraciones
tradicionales hasta lograr que dichas personas asintieran. Después de entregar los cargos
menores, en el atrio de la iglesia se presentan los aspirantes al puesto de fiscal y topil,
parejas que en su momento apoyaron a alguno de los candidatos a gobernador. En este
caso son los mayordomos de todas las fiestas los que aprueban esos puestos. Por la
tarde, todos los cargos entregan y reciben las caronas y las cañas, tal como lo hacen
también los mayordomos en su momento.
El proceso de elección suele ser muy competido y hay diversos grupos que
contienden tanto por el gobierno como por la presidencia del comisariado de bienes
comunales. Se identifican cuatro a saber: el del gobernador saliente, el del comisariado,
el del consejo de vigilancia y otros líderes. Éstos últimos corresponden a personas que
por distintas razones han adquirido prestigio en la comunidad y en la mayoría de los
casos son contactos con los distintos partidos políticos principalmente PRI, PAN y PT,
los cuales también han logrado tener ingerencia en los otros grupos. Por supuesto, estos
sufren reacomodos frecuentes, puesto que en ocasiones un mismo grupo domina más de
una de las esferas de gobierno y autoridad.
El perfil elegible para aspirar al cargo de gobernador es el siguiente: ser hablante
de la lengua tepehuana, conocer bien “el costumbre” que incluye múltiples aspectos de
la cultura tepehuana como el sistema normativo y la religión con las oraciones que le
acompañan (temoandha); también es necesario ser católico, conocer del trabajo civil en
la resolución de conflictos. Se puede carecer de alguna de esas cualidades pero no de
dos. Se dice que estos requisitos impiden en muchos de los casos el acceso al gobierno
de los habitantes de Xoconostle donde muchos de sus habitantes han dejado hablar la
lengua o’dam y muchos no saben suficiente sobre el costumbre.
79
* * *
La estructura de las autoridades del gobierno coloca a la cabeza al gobernador primero y
a sus subalternos inmediatos hasta el alguacil segundo. Pero si bien las autoridades
militares pueden colocarse jerárquicamente por debajo de las subalternas inmediatas del
gobernador, también conforman una estructura paralela a la de aquellas. De hecho, al
interior de la oficina o casa del pueblo, las autoridades se dividen en dos mesas
separadas, correspondiendo una (al lado norte del recinto) al gobernador y la otra (al
sur) al capitán. De la misma manera se distribuyen tomando cada uno su puesto en el
patio de mitote. Los cargos militares, a diferencia de los primeros oficiales del
gobernador, tienen la opción de permanecer en el cargo por seis años, como se dice lo
hacían cuando los gobernadores duraban sólo uno.
Por otra parte, durante la Semana Santa las autoridades del capitán sustituyen a las
del gobernador cuando éstas mueren con los cristos durante jueves y viernes. El Jueves
Santo por la mañana, con mucha gente de la comunidad reunida en el templo, el fiscal y
el topil bajan los dos Cristos del altar y los introducen en el féretro correspondiente al
Santo Entierro, con lo que indican que estos están muertos. Enseguida, el fiscal pide al
gobernador y a sus subalternos inmediatos que le entreguen sus varas de mando para
introducirlas también en el féretro. Desde ese momento hasta el sábado, cuando se abre
la gloria, la autoridad recae en el capitán y los cargos militares que hacen ostensible su
mando a través de la bandera blanca con cruz roja que porta por el alférez.
80
El alférez portando su bandera en Semana Santa
Durante la Semana Santa se desarrolla una lucha entre las fuerzas de la luz y la
oscuridad en la que el pueblo es el campo de batalla. Con los cristos tendidos y
“muertos” en el Santo Entierro, el pueblo queda bajo resguardo de un ejército de
arqueros que lucha por la resurrección de Cristo-el sol. Esta fuerza armada a la que se
incorporan todos los varones del pueblo queda bajo las órdenes del capitán. El
edificio, otrora oficina del gobernador, se convierte en el cuartel desde donde el
capitán toma al grupo de arqueros que vigilan los cristos al interior del templo
montando la guarda fúnebre durante jueves y viernes Santo. Mientras tanto, en el atrio
del templo, los arqueros disparan flechas contra pencas de nopal que representan a las
fuerzas de la oscuridad.
81
Arqueros de Semana Santa, Santa María de Ocotán
El Sábado de Gloria, después de la resurrección de Cristo y el regreso del gobernador y
sus subalternos, el capitán realiza el último acto como jefe máximo del ejército
luminoso que logró vencer a la oscuridad. Formados afuera de la oficina de gobierno, el
capitán con la asistencia de otros señores mayores, revisa el armamento de sus soldados.
En esos días todos deben llevar un arco, un carcaj con doce flechas ordinarias de cacería
y 25 flechas de curación que son más cortas y formadas de dos piezas: un carrizo y una
jara. Además hay que llevar una onda de ixtle, una cuerda de repuesto para el arco, un
bule con agua, un poco de pinole y un cuchillo (Reyes, 2006. 179). Todos y cada uno de
los hombres pasan ante el capitán y muestran las condiciones de su arco y su
armamento. En caso de que falte alguno de los elementos, el capitán u otro de los
ancianos indica a la persona que debe completar el equipo. Pero si faltan la mayoría de
las cosas esa persona será severamente reprendida.
Además de la Semana Santa, el capitán cumple con obligaciones importantes en
el patio de mitote sacrificando los chivos negros que en el mes de mayo se ofrendan a la
enfermedad. Su papel resalta en dicho espacio pues ahí porta la misma bandera que en
82
la Semana Mayor, atributo que en ese espacio está reservado a los jefes del mitote.
Acompañando el capitán hay otro cargo que no porta vara por carecer de autoridad, este
es el cajero o cajer, que es el responsable de tocar un tambor cilíndrico de dos parches
cuando el capitán va en procesión con la bandera y durante los mitotes comunales
acompañando el arco musical.
* * *
Por otra parte, el fiscal y el topil dirigen el culto en el templo de origen católico
conduciendo a los mayordomos en sus obligaciones y dirigiendo los festejos.
Comúnmente el fiscal es una persona de cierta edad, mayor a cincuenta o sesenta años y
el topil otro adulto más joven. Se dice que antes del cambio en el sistema de gobierno
era necesario que el fiscal fuera un anciano y el topil un niño, tal como ocurre hoy en
día en la comunidad vecina de San Francisco de Ocotán, donde dicha norma encuentra
fundamento en el hecho de que ambas opciones evitan tentaciones de carácter sexual,
pues ambos cargueros deben permanecer benditos durante todo el tiempo que dura su
encargo. Además de estos dos cargos, en el cambio de autoridades de 2002 se nombró a
un topil responsable de vigilar las capillas que se localizan en la cima del Cerro del
Alacrán, pero al parecer a este no se le dio seguimiento en las elecciones subsecuentes.
Dentro de las labores cotidianas de estos cargos se encuentra el de tocar las
campanas del templo, tarea que desempeña preferente el topil, todos los días, excepto
los domingos, a las 6, 7 y 8 AM, al mediodía y por la tarde a las 4, 5 y 6 PM, o una hora
más tarde si hay horario de verano.
Si bien estas dos autoridades dependen, como todas las electas cada tres años,
del gobernador, de la misma forma que las subalternas al capitán permanecen activas
durante la Semana Santa. El fiscal y el topil están a su vez bajo las órdenes de un cargo
83
vitalicio del templo que es denominado “mandante”, el cual por la forma de designación
—lo escogen los curanderos— y el tiempo de su ejercicio, tiene estatus de “anciano” y
lo asemeja a los jefes del patio de mitote. Así, el fiscal y el topil forman parte de la
estructura de las autoridades de gobierno pero a la vez atienden la autoridad del
mandante que es meramente religiosa.
El fiscal y el topil mantienen el culto diario de los santos en el templo poniéndoles velas
y flores. También son responsables de mantener limpio el recinto y administrar las
limosnas. Durante las fiestas patronales son ellos quienes dirigen el ceremonial e
instruyen a los mayordomos para que cumplan con todas sus obligaciones.
Estos dos cargos también tienen participación en el patio de mitote donde no
solamente tienen reservado un lugar alrededor del fuego sagrado sino que, además, la
noche del baile son los responsables, a través de dos orociles que ellos nombran, de
84
mantener a la gente despierta y mantener guardias a cargo de dos niños varones que se
rotan toda la noche para resguardar las ofrendas del altar.
Los mayordomos son los responsables de mantener el culto permanente a los
santos en el templo católico. Los eligen cada año durante la celebración del patrón
respectivo y a su vez entregan el cargo el año siguiente al sayo que han conseguido para
que los supla. Ellos son los principales responsables de mantener el culto constante a los
santos del templo. Tienen la obligación de asistir durante todas las celebraciones a
cambiar de ropa la imagen bajo su resguardo y asimismo debe procurar incrementar su
guardarropa. Por ello se ven obligados a trabajar mucho y ahorrar suficiente dinero para
sufragar los gastos de la fiesta el día del patrón. Los insumos más costosos son la res y
la pólvora. La primera se compra a algún ganadero local mientras que la pólvora se
adquiere generalmente en la ciudad de Ruiz, Nayarit, donde aseguran es más buena y
más barata que en Durango. Asimismo, el mayordomo debe adquirir: maíz, frijol,
harina, piloncillo, chocolate, miel, cera, velas, papel de china, manta, copal, entre otras
cosas menores, además de pagar ayudantes que lo auxilien en algunas tareas durante la
celebración. El cargo de mayordomo se recibe siempre en pareja, el mayordomo y su
esposa, por lo que se espera que el hombre sea casado, aunque también se acepta que le
ayude alguna mujer de la familia. En Santa María de Ocotán se han presentado casos de
mujeres que solicitan la mayordomía y en esas ocasiones otra mujer le ayuda. En esta
comunidad es muy frecuente que los mayordomos salgan temporalmente a trabajar
como jornales para poder reunir los fondos requeridos para la fiesta.
85
Entrega de coronas y cambio de Mayordomías
Juktir cuenta con el mayor número de celebraciones en la región dentro del templo
católico. De estas celebraciones, la mayoría (indicadas con el signo “+”) cuenta con un
grupo particular de cuatro mayordomos. En los otros casos, son los mayordomos de
todas las fiestas los encargados de asistir al templo, limpiarlo y decorarlo, aunque no se
sacrifica res ni se prepara comida. En la celebración de año nuevo los responsables son
las autoridades, pero únicamente cada tres años cuando entregan el cargo se comportan
como mayordomos entregando también atole, caldo, chocolate, coronas y cañas.
En el cuadro siguiente encontramos un listado de las celebraciones con la
indicación de aquellas que tienen mayordomía.
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FECHA CELEBRACIÓN MAYORDOMÍAS 2 Febrero Virgen de la Candelaria
(+)
Martes de Carnaval (Ceniza)
(-)
Viernes de Dolores
(+)
Fiestas de Cuaresma
Semana Santa
(+)
13 Junio
San Antonio de Padua
(+)
24 Junio San Juan Bautista
(+)
25 Julio Santo Santiago
(+)
8 Septiembre Virgen de la Natividad
(+)
29 Septiembre Arcángel San Miguel
(+)
4 Octubre San Francisco de Asís
(+)
1 y 2 de Noviembre Todos Santos y Fieles difuntos (Santur tam)
(-)
8 Diciembre Virgen Inmaculada Concepción
(+)
9 Diciembre San Juan Diego
(+)
12 Diciembre Virgen de Guadalupe
(+)
25 Diciembre Navidad
(-)
31 de Diciembre 1 de Enero
Año Nuevo (+)
(Reyes, 2006: 55; Véase Sánchez, 1980: 117)
Las fiestas de la virgen de la Candelaria y San Antonio de Padua fueron recientemente
introducidas en el año 2000, mientras que San Juan Diego inició en el 2003.
Los conjuntos de mayordomos tienen la siguiente organización:
87
En la iglesia también hay otros cargos como el Vaquero, responsable del cuidado del
ganado de la virgen; las cofrades, que son mujeres y algunos hombres que queman
copal y acompañan las procesiones durante las fiestas del templo; y el “apóstol”, quien
carga una cruz durante las procesiones de la Semana Santa.
D. Las autoridades agrarias
Este es el grupo de autoridades de más reciente creación. Su función se encuentra
reglamentada en la ley agraria. En Santa María de Ocotán se ha erigido en un verdadero
contrapeso del poder del gobierno tradicional. Así, en ocasiones muchas de las
decisiones se ven divididas entre los grupos que apoyan al gobernador y los que apoyan
al comisariado. Esta figura comenzó a acumular poder de convocatoria al iniciar la
explotación forestal en la comunidad, obteniendo recursos nunca antes vistos y el
presidente del Comisariado de Bienes Comunales se convirtió en su principal
administrador, acumulando muchos recursos económicos.
Esta comunidad solicitó acción agraria de restitución desde los años de 1917 y
1918, logrando una resolución presidencial en 1935, confirmando los derechos de
88
propiedad y posesión del poblado sobre sus terrenos comunales.5 En febrero de 1937
fue entregada la restitución definitiva por el Organizador Agrario bajo órdenes del
Departamento Agrario. A partir de dicha resolución, Santa María y Xoconostle
quedaron integradas en una misma comunidad. Las autoridades agrarias se encuentran
desde entonces organizadas bajo el siguiente esquema:
Comisariado Bienes Concejo de Comunales Vigilancia
El primer Comisariado de Bienes Comunales y el primer Concejo de vigilancia
quedando de la siguiente manera:
Comisariado de Bienes Comunales
Propietarios Suplentes
José Ma. Gurrola Presidente Ángel Nolasco
Hilario Flores Secretario Jesús Pais
Hilario Mendía Tesorero Pedro Orozco
5 “Resolución en el expediente de restitución de tierras a los poblados Xoconostle y Santa María Ocotán, Estado de Durango”, 1936, carpeta básica Santa María de Ocotán y Xoconostle, RAN.
Asamblea General
Presidente del Comisariado de Bienes Comunales
Secretario
Tesorero
Presidente del Concejo de vigilancia
1er. Secretario
2do. Secretario
Suplentes
Suplentes
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Concejo de Vigilancia
Propietarios Suplentes
Francisco Solís Presidente Manuel Solís
José Ciriano Secretario Antonio García
Benedicto Soto Tesorero Jesús Soto
Su periodo de ejercicio es de tres años y el proceso de elección un tanto semejante al de
las autoridades de gobierno. La convocatoria para el registro de candidatos es publicada
cada tres años El Concejo de Vigilancia es un órgano que debe estar alerta sobre la
correcta actuación del Comisariado de Bienes Comunales.
Santa María de Ocotán cuenta actualmente con un total de 32 anexos que
corresponden a las unidades administrativas menores y que pueden contener varias
rancherías. Cada anexo cuenta con un representante del Comisariado de Bienes
Comunales, así como un jefe de cuartel (representante del gobernador y el municipio) o
bien un jefe de manzana, en el caso de las rancherías. La asamblea general está
integrada por todos los comuneros, todos aquellos que pertenezcan por nacimiento o
que han sido integrados a alguna de las localidades de la comunidad de Santa María de
Ocotán y Xoconostle. Los nuevos comuneros pueden exigir su derecho acreditándose
con un acta de nacimiento, o en su defecto con el reconocimiento de la autoridad
respectiva, ya sea que se trate del gobernador titular o suplente, o bien del jefe de cuartel
como representante del gobernador si se trata de un anexo.
En esta comunidad todos tienen reconocido por nacimiento y filiación su
derecho como comunero y pueden participar en las asambleas comunales desde el
momento que lo decidan. Aunque no hay una norma que establezca un mínimo de edad,
90
los más jóvenes se involucran por primera vez alrededor de los 15 años, pero podrían
hacerlo antes si quisieran.
En 2006, la CDI, la Promotoría Agraria y el gobierno del estado de Durango
realizaron un censo de comuneros que arrojó un número poco mayor a 23 000, y aunque
se consultó anexo por anexo, las autoridades de Santa María consideran necesario
verificarlo y actualizarlo pues suponen que faltaron comuneros computados6.
Actualmente Santa María de Ocotán y Xoconostle cuenta con un estatuto
comunal que reglamenta el ejercicio de la comunidad y sus autoridades agrarias. Este se
elaboró recientemente con la participación de la gente de los anexos, los jefes de cuartel,
los representantes y los líderes en general. Sin embargo, aunque recogió la opinión de
muchos de los actores participantes y muchas de las reglas contempladas ahí fueron
tomadas de la práctica vigente, el documento no ha entrado en operación debido a su
escasa difusión.
Cada tres años el comisariado en turno es responsable de convocar las elecciones
del nuevo comité. La convocatoria se realiza con el aval de la Promotoría Agraria
alrededor de 15 días antes de la elección. No obstante, los grupos postulantes se
encuentran “en pláticas” por lo menos con un año de anticipación, una vez que el
comisariado les avisa que se deben ir organizando. Así, un año antes, la asamblea
reconoce en una reunión a los aspirantes y les autoriza para comenzar a realizar
proselitismo en las poblaciones. En reuniones posteriores se eliminan precandidatos
según se considera su nivel de aceptación entre la población de acuerdo con la gente que
logran reunir en las asambleas. Esto se repite hasta reducirlos a dos o cuatro grupos que
finalmente se registrarán como aspirantes después de ser publicada la convocatoria. Y si
bien no hay ningún impedimento jurídico para que se registren más grupos en la
6 Juan Soto, gobernador segundo comunicación personal, 17 de septiembre de 2007.
91
contienda, es un entendido que deben ser dos, máximo cuatro, puesto que al final sólo
un ganador obtendrá el Comisariado y el grupo que quede en segundo lugar ocupará el
Concejo de Vigilancia.
De forma semejante que en las elecciones de gobernador, operan distintos
grupos entre los que al menos se puede identificar al del comisariado saliente, el del
concejo de vigilancia, el del gobierno tradicional y otros líderes políticos. También es
común que los grupos que sustentan al comisariado y al consejo de vigilancia apoyen a
algún candidato del gobierno y viceversa, además de no estar ausente la ingerencia de
los partidos políticos.
Para contender en la elección de comisariado es necesario además, de ser
comunero, hablar el idioma tepehuán (o’dam) y conocer “el costumbre”, lo que incluye
múltiples aspectos de la cultura tepehuana como el sistema normativo y la religión.
Como en el caso de los aspirantes a gobernador, las personas de Xoconostle rara vez
pueden acceder al comisariado, puesto que uno de sus principales problemas (además
que durante casi 70 años han reclamado autonomía) es que actualmente muchos de sus
habitantes no habla la lengua tepehuana. Sin embargo, cuando cumplen con los
requisitos, afirman las autoridades, sí pueden aspirar he incluso ocupar los puestos si
ganan la elección.
92
CONCLUSIONES La información correspondiente a los tres casos presentados líneas arriba nos permite
conocer también tres formas un poco distintas de observar los sistemas normativos
indígenas expresados a través de los sistemas de autoridades y cargos. Las similitudes
observadas en estas tres comunidades demuestran que nos encontramos, sin duda, ante
una misma cultura que no obstante su unidad presenta variantes que responden tanto a
una forma específica de amalgamar las autoridades de origen prehispánico, las de origen
colonial-español y las impuestas por el estado mexicano. Asimismo, algunas de esas
diferencias responden al desarrollo histórico particular de las comunidades a lo largo del
tiempo, constituyendo así una forma particular de adaptación a las nuevas condiciones
que se van imponiendo a lo largo del tiempo.
Precisar qué diferencias derivan de los cambios históricos y cuáles de las
adaptaciones locales resulta prácticamente imposible sin las fuentes históricas
adecuadas, y vale más reservarse esas opiniones basadas en la mera especulación. En
cambio, ello sí es posible en los casos en que contamos con testimonios e incluso
documentación, como son las autoridades agrarias de muy reciente creación. Si bien en
el presente trabajo se ha procurado un equilibrio al proporcionar información acerca de
tres comunidades distintas, Santa María de Ocotán es aún la mejor conocida de ellas.
Por contraste, sobre San Francisco de Lajas aún nos encontramos en un estado
incipiente, a pesar de ser la más antiguamente documentada bajo este tema (véase
Lumholtz, 1904: 451).
93
En general, entre las tres comunidades podemos observar ciertos grados de
conservadurismo para adaptarse a los ritmos del mundo extracomunitario que puede
esquematizarse de la siguiente forma.
Más conservador Menos conservador
Santiago Teneraca Santa María de Ocotán San Francisco de Lajas
Lo anterior podemos ilustrarlo a partir de la participación en la vida comunitaria que
tienen los conjuntos de autoridades descritos arriba. Con respecto a los Concejos de
Ancianos, en general ha sido muy complicado documentar la actuación de este conjunto
de autoridades, ya que no forman parte de un cuerpo integrado que cuente, por ejemplo,
con un recinto o número de integrantes específico. En San Francisco de Lajas su
actuación no parece ser importante, aunque aún es necesario indagar más al respecto. En
cambio, en los otros dos casos, se trata de los hombres que han adquirido autoridad
reconocimiento y autoridad moral por su buena conducta en la vida y el desempeño de
ciertos cargos.
La intervención de los “ancianos”, así como los días escogidos para los procesos
de elección, presentación y transmisión de la autoridad, nos recuerdan que ésta reside en
los antepasados y por extensión, en los más viejos, que la delegan temporalmente en el
gobierno. El ejemplo más claro lo encontramos en Santiago Teneraca donde la elección
la realizan los “señores” en el patio de mitote que representa el mundo original. La
presentación de las nuevas autoridades ocurre durante el día de muertos, cuando los
antepasados visitan el pueblo; y la transmisión finaliza durante la fiesta en mayo,
sancionada por la virgen de Dolores, “por nuestra madre”. En Teneraca las autoridades
se equiparan con el maíz que en septiembre, cuando aquellas son electas, se bendice en
el patio. Ambos están tiernos y sólo estarán “macizos como mazorca” en enero, cuando
94
las autoridades tomen posesión recibiendo las varas y celebrando otro mitote .En Santa
María de Ocotán también se recurre a la autoridad de de los antepasados, pero la
evidencia más clara la encontramos hace más de 20 años antes del cambio en el sistema
de elecciones. En san Francisco de Lajas, encontramos el proceso sancionado por el
patrón San Francisco, en cuya fiesta se realiza el cabildo y por la navidad, cuando
reciben la vara.
Es altamente probable que años atrás el grupo pasados o de “señores” operara
con mayor autoridad en todas las comunidades, de forma semejante a como lo hace en
Santiago Teneraca. Benítez registró en 1978 que en Santa María de Ocotán “al
gobernador lo eligen los viejos o los hombres experimentados de Santa María y de sus
anexos el 8 de septiembre, reunidos en la Casa del Pueblo” (Benítez, 1980: 70). La
forma de designación de autoridades que se sigue en Lajas parece corresponder a la que
documentó Sánchez Olmedo —sin especificar donde— a finales de la década de 1970:
“las autoridades indígenas son elegidas democráticamente por los miembros de la
comunidad correspondiente […] la asamblea muestra su aprobación o desaprobación”
(Sánchez, 1980: 92). Esa forma de elección es también muy parecida a la manera como
actualmente se nombran en Taxicaringa, sólo que en este lugar se disputan, cuando
menos, dos bandos el lugar del gobernador y pueden durar toda la noche negociando la
posición (Reyes, 2005).
Por otra parte, en Santa María de Ocotán la adaptación en la forma de
designación de autoridades ha sido más radical. Así, ha logrado una aproximación
mayor al mundo extracomunitario con su sistema de elecciones por voto directo y los
periodos trienales que se equiparan a los comisariados de bienes comunales y a los
presidentes municipales. Dicha adaptación ha derivado asimismo en una mayor
politización de las autoridades, en detrimento de ciertos conocimientos ceremoniales y
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en una mínima participación de los ancianos, casi limitada a la entrega de la vara de
autoridad.
Asumir el poder de los antepasados no es un asunto sencillo, la persona debe
estar preparada. Por ello, tanto en Santiago Teneraca como en San Francisco de Lajas
lleva varios meses desde la designación, su presentación en la comunidad, la entrega de
las varas y finalmente la entrega de las coronas, casi seis meses. Dichos tiempos se han
acortado en Santa María donde prácticamente todo el proceso se realiza en dos días. Sin
embargo, en esta comunidad las nuevas autoridades permanecen benditas realizando
abstinencias por un mes después de recibir el cargo.
Los gobiernos de estas comunidades representan a la comunidad no sólo en
términos prácticos ante instancias gubernamentales estatales y federales. Además, de
acuerdo con la mitología registrada en Santa María de Ocotán corresponden a los
primeros ancestros que se reunieron para que a través de su participación en el primero
mitote el mundo se volviera sólido y habitable, es decir representan también a la
comunidad originaria (véase Reyes, 2006a: 78-85). En ese orden de ideas, la asociación
más clara con los ancestro deificados la encontramos en el cargo del gobernador cuyo
nombre en las comunidades orientales, Jix kai’, deriva del héroe cultural Jix kai’ chio’ñ
deidad de la estrella de la Mañana inventor del mitote (Reyes, 2006b, 25). También ante
la asociación que se establece en Santa María de Ocotán con un grupo de animales
serranos que corresponden con las cinco primeras autoridades: gobernador primero-
lobo, gobernador segundo-león o puma, alcalde mayor-coyote, alguacil mayor-oso y
alguaciles menores-zorro (Reyes 2006a: 84).
Los gobiernos de los cuales hemos tratado están estructurados de forma muy
semejante, aun cuando podemos observar en ellos cierta variación de carácter nominal.
Por ejemplo, Santiago Teneraca y San Francisco de Lajas tienen el cargo de regidor,
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aunque se encuentran en un lugar distinto en la escala jerárquica. En cambio, en Santa
María de Ocotán se coloca en tercer lugar a un Alcalde Mayor que en Teneraca no
existe y que en Lajas corresponde al segundo gobernador. No obstante, no parece haber
una diferencia sustantiva en cuanto al trabajo que realizan, en todos los casos, el cargo
que se encuentra en tercer lugar se hace responsable del gobierno cuando faltan a la vez
ambos gobernadores. Aún así, es muy importante resaltar en este trabajo que hay
diferencias, aunque sea nominales, entre las distintas comunidades.
La alternancia entre los diferentes grupos de autoridades es también la expresión
de una forma de concebir el tiempo en el que encontramos dos momentos en los que la
autoridad del gobernador no es la más fuerte. Así, pasamos de lo que podemos
denominar el tiempo ordinario, que es cuando prevalece la autoridad del gobernador, tal
como en los momentos festivos correspondientes al templo católico, con excepción de
la Semana Santa donde, como hemos visto, la autoridad corresponde al capitán.
Asimismo, en el espacio de los mitotes la máxima autoridad recae en los jefes del patio
ceremonial.
La concepción del tiempo y la Interacción de los subgrupos de Autoridades entre los tepehuanes
Gobierno(Tiempo ordinario y Fiestas de la cabecera)
MilitaresSemana Santa
Mitote(Mitote)
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En la concepción tepehuana del tiempo parece haber tres espacios temporales en el año
que corresponden o son equiparables con una noche: la temporada de lluvias, la Semana
Santa y los mitotes. Los dos últimos tienen un efecto directo sobre el carácter diurno,
luminoso y relacionado con la estrella de la mañana del gobernador y las autoridades.
En la Semana Santa, el poder del gobernador fallece con los cristos del templo y el
poder recae en el capitán, ya sea con atributos diurnos, como en el caso de Santa María
de Ocotán y Teneraca, o nocturnos, como en Lajas. En los mitotes, “los cargueros” son
despojados de sus varas que tienen “la verdadera” autoridad y se mantienen en el
espacio luminoso del centro ceremonial que corresponde al altar, en el oriente donde
sale el sol, mientras que sus detentadores están bajo una autoridad mayor que reside en
los jefes del mitote. Al final de los dos momentos las autoridades resurgen renovadas.
Tanto la Semana Santa como los mitotes representan espacios muy cortos de
tiempo con relación al resto del año, no obstante lo que en ellos ocurre es sumamente
trascendente por lo que no debemos minimizar el efecto que tienen sobre el conjunto de
las autoridades. En ambos momentos se ratifica el carácter luminoso de las autoridades
y con su trabajo ritual contribuyen a la estabilidad social gracias a la relación que
entablan con las deidades. En los mitotes se enfatiza de forma particular la importancia
de las autoridades en el ciclo agrícola: el maíz y las autoridades, y por extensión todos
los comuneros, son co-dependientes. Dicha relación es particularmente explicita en
Santiago Teneraca, donde las autoridades se eligen en el mitote de los primeros frutos,
se presentan por primera vez en el patio cuando se presenta la semilla y finalmente éstas
propician las lluvias para el buen crecimiento del maíz. Asimismo, en la Semana Santa
y los mitotes se inician los más jóvenes en el trabajo y obligaciones comunitarias,
constituyendo también los espacios donde éstos transitan por los diferentes grupos de
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edad y tienen acceso a los primeros cargos que posteriormente los llevarán a otros. La
Semana Santa también es un recordatorio de que el poder del gobernador tiene un
contrapeso importante en la figura del capitán.
Por lo que respecta a la adopción de las autoridades impuestas por el Estado
mexicano, es decir las autoridades agrarias, podemos decir que han sido incorporadas de
una forma un tanto semejante en las tres comunidades. No obstante, también han
llegado a distintos arreglos con los que han logrado mayor o menor ingerencia en la
vida general de la comunidad. En Santa María de Ocotán el poder económico que
llegaron a detentar los comisariados fue muy alto hasta antes de la suspensión de
aprovechamiento que les fue declarada en el año 2000. Y es que el manejo del bosque
les permitió hacer negocios con las compañías madereras más poderosas del país.
Incluso, algunos comisariados de esta comunidad alcanzaron después el puesto de
presidente municipal. En Santiago Teneraca el poder del comisariado es menor, tanto
por el carácter más conservador de la comunidad que respalda fuertemente al
gobernador, como por las pocas tierras maderables que tiene la comunidad. En ésta,
incluso, la recepción de nuevos comuneros corresponde en primer lugar al gobernador,
pudiendo prescindir incluso del comisariado. Sin embargo, hay que recordar que el
comisariado dura más tiempo en el puesto que el gobernador mismo. No así en Lajas,
donde la situación es mucho más institucional y cada uno reconoce muy bien su ámbito
de competencia, de tal forma que cualquier asunto relacionado con las tierras
corresponde primero al comisariado.
Independientemente de la situación particular de cada comunidad, la figura del
comisariado es una autoridad plenamente reconocida por las leyes del Estado mexicano.
Los comisariados se han convertido en verdaderos dirigentes cuando se trata de
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defender linderos y reclamar invasiones, lo cual es una situación generalizada en todas
las comunidades que no tiene una solución sencilla.
Finalmente, es importante señalar que los distintos niveles de conservadurismo e
innovación en los sistemas de autoridades en las tres comunidades, responden a
diferentes estrategias de adaptación ante la relación, también cambiante, con el mundo
exterior a la comunidad. Relación que de ninguna manera es evitable.
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