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Fuerzas Armadas y cuestión nacional en la Unión …se adoptó un plan quinquenal de desarrollo de...

Date post: 26-Mar-2020
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Fuerzas Armadas y cuestión nacional en la Unión Soviética (1985-1991) Carlos TAIBO Profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. Centro de Estudios de Países del Este Las fuerzas armadas han desempeñado en el sistema soviético un papel socializador de primer orden, que las ha convertido en responsables exclu- sívos de un buen número de tareas de control ideológico. Esta circunstan- cia se ha hecho notar en un marco caracterizado por la existencia de un Estado que ha controlado de manera muy estrecha a todos los agentes de socialización, y en consecuencia ha reducido la presencia de valores de conflicto y ha eliminado mensajes contradictorios. En este marco las fuer- zas armadas han constituido un escenario muy propicio para una “sociali- zación unilateralizada”. Varias dimensiones del servicio militar han pre- sentado al respecto una importancia decisiva: un entorno sometido a regla- mentaciones muy rígidas, la constante repetición de mensajes, la manipu- lación del grupo de pares para que ejerciese su presión en el seno del colectivo militar, y el empleo de la autoridad de los agentes socializado- res. Al margen de lo anterior, es evidente que las fuerzas armadas han sido un adecuado escenario para facilitar la reducción de las tensiones naciona- les y propiciar la instilación de los valores “soviéticos”. Las fuerzas arma- das lo han sido de una entidad supranacional, circunstancia que ha marca- do muchas de sus características y que ha experimentado modulaciones con el paso del tiempo. Así, si en 1924, y para hacer frente a una situación en la que eran numerosas las minorías étnicas exentas del servicio en filas, se adoptó un plan quinquenal de desarrollo de formaciones militares nacionales, en 1938 se tomó la decisión de abolir el principio de organiza- ción territorial y, con él, las unidades nacionales existentes y las escuelas de formación de oficiales procedentes de grupos minoritarios. En 1941, (nodú,nos dc’ Ilistojio co~ncnq~c»áoeo. nc 15. 1993. Editorial Complutense. Madrid.
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FuerzasArmadasy cuestiónnacionalen laUnión Soviética(1985-1991)

CarlosTAIBO

Profesorde CienciaPolíticaen la UniversidadAutónomade Madrid.CentrodeEstudiosdePaísesdel Este

Lasfuerzasarmadashandesempeñadoen el sistemasoviéticoun papelsocializadorde primer orden,quelas ha convertidoen responsablesexclu-sívosde un buennúmerode tareasde control ideológico.Estacircunstan-cia se ha hecho notar en un marcocaracterizadopor la existenciade unEstadoque ha controlado de maneramuy estrechaa todoslos agentesdesocialización,y en consecuenciaha reducidola presenciade valoresdeconflicto y ha eliminadomensajescontradictorios.En estemarcolas fuer-zas armadashan constituidoun escenariomuy propicio parauna “sociali-zación unilateralizada”.Varias dimensionesdel servicio militar hanpre-sentadoal respectounaimportanciadecisiva:un entornosometidoa regla-mentacionesmuy rígidas,la constanterepeticiónde mensajes,la manipu-lación del grupo de parespara queejerciesesu presiónen el seno delcolectivo militar, y el empleode la autoridadde los agentessocializado-res.

Al margende lo anterior,es evidenteque las fuerzasarmadashan sidoun adecuadoescenarioparafacilitar la reducciónde las tensionesnaciona-les y propiciarla instilaciónde los valores“soviéticos”. Las fuerzasarma-das lo hansido de unaentidadsupranacional,circunstanciaqueha marca-do muchasde sus característicasy que ha experimentadomodulacionesconel pasodel tiempo.Así, si en 1924,y parahacerfrentea unasituaciónen la queerannumerosaslas minoríasétnicasexentasdel servicioen filas,se adoptóun plan quinquenalde desarrollode formacionesmilitaresnacionales,en 1938 setomó la decisióndeabolir el principio de organiza-ción territorial y, con él, las unidadesnacionalesexistentesy las escuelasde formación de oficiales procedentesde gruposminoritarios.En 1941,

(nodú,nosdc’ Ilistojio co~ncnq~c»áoeo.nc 15. 1993. Editorial Complutense.Madrid.

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con ocasiónde la invasión alemanay de la ocupaciónconsiguientedebuenapartede la URSS europea,se procedió,sin embargo,a la recons-trucción de las unidadesnacionales,cuyo papelfue decisivodurantetodala segundaguerramundial.Concluidaésta, las estructurasquenosocupanfueron desmanteladasen beneficiode una organizaciónunitaria quehapervivido hastanuestrosdíasy que consiguióimplantarun serviciomilitarde carácterprácticamenteuniversal.

1. La composiciónnacionalde las fuerzasarmadassoviéticas

De acuerdocon todas las estimaciones,desde 1945 el porcentajedeeslavosque, vía conscripción,ha accedidoa las fuerzasarmadassoviéti-cas se ha ido reduciendocadaaño. Si en 1969 erade un 74%, en 1977 sesituabaen un 69% y en 1985 en un 63%.La presenciarespectivade origi-nariosde las repúblicasde cultura islámicay de otrasminoríasnacionaleserade un 13% en amboscasosen 1970,un 18 y un 13% en 1977,y un 24y, de nuevo,un 13% en 19851. El descensoen las tasasde crecimientodela población en las repúblicaseslavas—y en generalen los territorioseuropeos-—estabaen el origen de la situaciónque nos ocupa2.El porcen-tajede “europeos”en el conjuntode lapoblaciónsoviéticaerade un 77%en 1979, perodebíaemplazarsetan sóloen un 70% en el año2000~.Bienes verdadquealgunossignosapuntana una inflexión en esteproceso:enlas propiasrepúblicasdel Asia centralse ha hechonotarun descensoen latasade fertilidad, que, sin embargo,se recuperabalevementeentrebálti-cos y eslavos4.

En un procesoinversoal verificadoen lo quea los soldadosrespecta,desdela segundaguerramundial la presenciade oficialesprocedentesdelos gruposminoritariosse ha reducidoen comparacióncontiempospasa-dos, de tal maneraquelos escalonessuperioresde la jerarquíamilitar hanpasadoa ser cubiertos,prácticamentecon exclusividad,por las nacionali-dadeseslavas.T. Rakowska-Harmstone,tras estudiarlistas de generalessoviéticosy analizarsuprevisible origennacional,llegó a laconclusióndequeentrelos generalesnombradosen el periodo 1940-1976,un 91% eraneslavos(60% de rusos,20% de ucranianos,4% de bielorrusosy 7% dedifícil adscripción)5.Entre 1952 y 1976 fueronelegidosmiembrosdel

Filíen iones.Red Arníy ant] Sorftiv (Alíen & Urtwin, Londres. 955),pág. 188.

2 Murrav Feshbach, Demograpbictrends o ihe Soviet Union. en Nato Retiro (n’5, octubrede

1989, vol. 37), pág. 15.Nl. Bcmstani. ‘The Detnograpbyof Soviet F.tht,ic Groupsit, World Perspective”,en RobertCon-

quesí(din). Nationo/irv ant] tite Soviet Futu,c (Hoovertnstituliort, Stanford,i 986>,pág.319.~Feshbacb,op. cit., pág. It2 T, Rakowska-Harn,síone,Sur 1 arméeel les nationalités cii en lélene CarréredlZncaussc,

L1mp1’c ¿c/aré(Flammarion.París, 978),pág. 199.

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Comité Centraldel PCUS,por otra parte, 101 generales;97 eraneslavos,y de entre ellos 78 rusos6.Otro estudio,estavez sobreoficiales de altagraduacióndel Ministerio de Defensa,identificabatan sólo un 2,7%de losmismosprocedentesde las repúblicasde cultura islámica7.En 1979, enfin, la DíA (DefenseInformation Agency) estadounidensepublicó losdatosde un estudiosobrelos apellidosde algo másde diez mil militaressoviéticosy llegó a la conclusiónde quela presenciaeslavaen el cuerpode oficialesse hallabasobredimensionadaen relaciónconlos porcentajesde poblacióncorrespondientes:mientras,en 1979, los eslavoseranalgomenosdel 73% de los ciudadanossoviéticos,proporcionabancerca del93% de los oficiales. Por lo quea los no eslavosrespecta,y con la únicaexcepciónde losjudíos, su presenciase encontrabasiemprepor debajodela verificadaen el total de la población: mientraslos no eslavoseranen1979 un 27,22%de los soviéticos,tan sólo aportabanpocomásdel 5% delos oficiales de la marinay del ejércitodel aire, y algo másdel 8% de losdel ejércitodetierra8.

Bien es cierto que estosdatosdebenseranalizadosconcautela.Jonesha subrayado,en particular,queunabuenapartede los oficialesmásvete-ranosse íncorporarona las fuerzasarmadasen un momentoen el que eldesarrolloeducativode las zonassupuestamentemarginadasera muyescaso,y aventuraque si la situaciónse igualasedesdeorigen tal vezpodría alumbrarsela conclusiónde que no existen,en realidad,discrimi-nacionesde relieve9. De hecho, algunasinformacionesrecientesapunta-ban un incrementosensibledel númerodejóvenesoficialesoriginariosdeminoríasnacionales.

Sean las cosascomo fueren,y retornandoa los problemasplanteadospor el personalhumanoque, a travésde la conscripción,accedíaa lasfuerzasarmadas,lo primero quehay que recordares que la presencia,cada vez mayor,de no eslavosha planteado,como es fácil suponer,pro-blemasdiversos.Así, y por lo que respectaa las capacidadesprofesiona-les, son muchoslos especialistasque se han referidoa los niveleseducati-vos, supuestamentebajos,de las poblacionesno eslavas,y en particulardelas del Asia central.Jonesha señalado,sin embargo,queaunquees ciertoqueel nivel educativomediodeesaspoblacionesha sido inferior al carac-terísticoentre,por ejemplo,los rusos,ello se debíaal bajonivel queexhi-bíangruposdepoblación no sujetosa la conscripción,comoesel casodemujeresy personasde edad.Otro elementode interéshasido el configura-do por el grado de formación técnica,en relacióncon el cual se ha argu-mentadoen másde unaocasiónquelas diferencias“regionales”en lacali-dad de la educaciónhacíanpocomenosqueinviableslos intentosde com-

6 Ibídem.

~ National ForeigoAssessmení(?entcr.DI,ecto,y ojSot’Ñ’t Ofihicis. Natio,trzf O,ganizat¡ons.Datos recogidosen Julián Peñas>Mora, “la incidenciade lasnacionalidadesen las fuerzasan,,adas

sovtéticas,enBoletín dc info¡nturi4o dcl CESEDEN <n5 223, 1991).pág.72.iones,pág.201.

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paraciónde las situacionesrespectivas.Sin embargo,diversasfuentessugierenque los programaseducativoshanexhibido un notablegrado dehomogeneidad,y que las diferenciasen lo que respectaa datosde relieveeranmásbienescasas,conresultadosen los que, porcierto, la FederaciónRusano solíaocuparpuestosde privilegio.

Aunquedesdeel punto de vista de Jones los niveles de dominio delrusodemostradospor los jóvenesreclutaseransuficientesparacompren-der las órdenesde sus superioresy recibir con provechouna instrucciónbásica—casi un 90% de los soldadosquese incorporaronal serviciomili-tar en 1970 declarabanhablarcon fluidez el ruso—,otros especialistashansubrayadolos problemasexistentes.El coronel Deryuguin señalabarecientementeque “alrededor del 90% de los reclutasqueprocedendelAsia centralrural no hablan unapalabrade ruso,o lo hablanmuy mal.Incluso entre los jóvenesprocedentesde las zonasurbanasdel Asia cen-tral, un 5% —y estacifra no deja decrecer—no hablael ruso”1~1.MurrayFeshbach,queha reproducidoporcentajessemejantes,se ha hechoecodeestimacionessoviéticasquesugierenqueúnicamenteun 47% de los uzbe-kos que residenen un medio urbano,y un 20% de los quehabitanen elmedio rural, hablan con fluidez el ruso, lo cual quieredecir, a la postre,que sólo un 28% de los naturalesde Uzbekistánreúnenesa cualidad11.Segúnfuentessoviéticas,menosde unatercerapartede los kirguizes y delos tadzhikosy poco másde unacuartade los turkmenoshablabael rusode forma fluida 2~ El propio mariscal Ogárkov, jefe del EstadoMayor aprincipios de la décadade 1980, se refirió en más de unaocasióna lasdificultadesque la falta de dominio del rusoplanteabaen lo relativo a laformación de los soldados:“Por desgracia,un númerosignificativo de losjovenesaccedeal ejércitocon un conocimientodébil del ruso,circunstan-cía quedificulta seriamentesu formación militan Como se sabe,en lasfuerzasarmadasse empleael ruso en normas, instrucciones,libros detexto, orientacionestécnicasy armas”13.Ni siquierala idea de queentrelos jóvenesel dominio del rusoes cadavez más aceptableparececonfir-mada.Yurii Bromlei, un demógrafosoviético, deducíade los resultadosdel censode 1979 que“en algunasrepúblicaslos jóvenesconocenel rusopeor que la poblacióndc edadmadura”14.A resultadosparecidosllegabaotra investigación,queconcluíaque “los jóvenescon edadescomprendi-dasentre los 20 y los 29 añosconocenmejor el rusoque los que tienenentre16y l7’15.

O Yu. 1. Deriuguin,ctl Aiguotc,tti iJákti (n 3.5. 1988).

--‘I-Fc6bbacb, op,c-ir..-pág. 11 -

2 Scrguéi Zamaschikov, [be role of Wc military in Wc social integralion of eíhoic muslinis o Wc

1155k.Radio tibor,, Rcsúa,clz (23 dc diciembrede 1983).13 ~ Ogarkov.vsegday golovnostik zasbebiteotechesiva(Voyenizdat.Moscú, 1982),pág. 64.

‘ Zamaschikov.012. cii.~ Ibídem,

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Por otra parte, mientrasalgunosautoreshanrelacionadola extensiónde las “novatadas”con enfrentamientosinterétnicos,Jonesha señaladoqueestos últimos merecíanunaatenciónmuchomenorque la querecla-maban,por ejemplo, las conductascomúnmenteexhibidaspor los solda-dos másveteranosen su relación con los reclutasnoveles.En estrecharelacióncon lo anteriorhay que recordarque una tesís comunentre losespecialistasoccidentaleses la que apuntaque algunasminoríasétnicas,consideradaspocodignasde confianza,hansido objetode unaabiertadis-criminaciónque, entrecosas,ha condenadoa susintegrantesa la realiza-ción de tareasde segundoorden o al alejamientode los teóricospuestosde combate.Una idea muy comúnes la queargumentaqueel ejércitodelaire, la armaday las fuerzasde misiles estratégicosse han nutridofunda-mentalmentede eslavos,en tanto que la presenciade los otros gruposnacionalesera mássignificativa en el ejércitode tierra, así como en lasunidadesde ferrocarrilesy de construcción.Las informacionesproporcio-nadaspor ciudadanossoviéticos quehabíanrealizadoel serviciomilitarantesde trasladarseal exteriorparecenseñalar,sin embargo,queningunanacionalidad—incluidos alemanes,judíoso habitantesdel Asia central——experimentabamarginaciónen lo que respectaa su asignacióna puestoalguno16.Aunqueen 1982 Krósnayazviezdáapuntabaquehabíallegadoasu fin la edadde la división de nacionalidadesy repúblicasen categorías,unosañosdespuésen las páginasdel mismodiario se parecíareconocerdemaneraimplícita quelo anteriorno se habíahechoplenarealidad:uno desus periodistasseñalabaqueerafrecuentequelos reclutasuzbekosfuerandestinados,sin remisión, al ejércitode tierra y a los batallonesde cons-trucción1

Laspropiasinformacionesquedancuentade la política de distribuciónespacial de los soldadosparecendesmentirlas tesisque identifican elempleode criterios selectivosdiscriminatorios.Jonesseñalaque,aunquees cierto queel régimensoviéticoha conservadounapolítica de asigna-etónde reclutasa zonasalejadasde su lugarde origen,no lo es menosquelos motivos queestabanen el origen de la adopciónde esa política noremitíanper se a cuestionesnacionaleso étnicas.Entreellos se contabanlarupturade aislamientosregionales,la voluntadde obligar a los soldadosde origen rural a adaptarsea un mediourbano(y viceversa),laprevenciónde desercionesy otras faltas... A buenseguroque las autoridadeshandudadotambién de la fiabilidad de los soldadosen lo que respectaa la

iSrepresiónde la poblaciónen sus lugaresde origen

y. Richard A. Gabriel,11w Mmd of dic Sovícr Fighting Man (Greenwood,Westfort, 1984), págs.10.53y 96.

~ Zan,aschikov,op. cis.: Krñsoavozvhzdd(31 dcmayode 1990>.‘%ones,pág. 195.

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LI. Fuerzas armadas, cuestión nacional y reformas (1985-1991)

Sonmuchaslas declaracionesde miembrosde la cúpulamilitar que,enlos últimos añosochenta,hanexpresadoinquietudanteel augede las rei-vindicacionesnacionalistas,por lo generalconsideradasconsecuencianodeseadadel procesode reformasiniciado en 1985. La mayor partede lasargumentacionesutilizadashacenreferenciaal carácterno constitucionalde muchosde los principios, y de muchasde las políticas,respaldadosporlos movimientosnacionalistas.En las palabrasdel ministro de Defensa,Yázov, referidas al Báltico, “el proceso de reestructuración estimuló elcrecimientode la conciencianacionalen los pueblosde esasrepúblicas.Fuerzas separatistas de inclinación nacionalista, que han adoptado elcaminode las accionesanticonstitucionales,estánintentandosacarpartidode ello” ~. Frentea estasconcepciones,la reflexión máscomún entrelosmiembros de la cúpula militar fue la que apuntaba la necesidad de mante-ner la Unión, auncuandose aceptasentransformacionessustancialesen loquea la naturalezade éstarespecta.Bastecon recordarel apoyoque lasfuerzas armadas dispensaron al voto afirmativo en el referéndum sobre laUnión celebrado el 17 de marzo de 1991.

No hay queolvidar, por otra parte,que en lamayoríade los casoslasreívindicacionesnacionalestuvieron prontouna dimensiónrelacionadacon las fuerzasarmadas,plasmadaen demandasqueabarcaban,segúnmomentos y ambiciones, desde la realización del servicio militar dentrode las fronteras propiasy la introducciónde un servicio civil alternativohasta la constitución de auténticos ejércitos republicanos. En este examende los problemasquehan vinculado a las fuerzasarmadascon el resurgirnacionalistanosocuparemos,en primer lugar, de las conflictivas relacio-nesqueen ocasionesse hanhechonotarentrelos militaresy las autorida-des republicanasy sus apoyospopulares.A continuaciónanalizaremoselpapel que las fuerzasarmadashan desempeñadoen algunasoperacionesde control y represiónen repúblicasde la periferia,paraprestarleatenciónmás adelantea tresproblemasqueguardanevidenterelaciónconla confi-guración de las fuerzasarmadas:la creaciónde milicias territoriales,laaparición de “ejércitos nacionales” y el incremento de la objeción de con-ciencia al servicio militar, fenómenoestrechamentevinculadocon elresurgimiento nacionalista. Nuestro examen concluirá con un análisis delas previsionesqueel fallido Tratadode la Unión incluíaen relaciónconlasfuerzasarmadas.

(a) Políticas republicanasyfiíerzasarmarlas

El renacimientode lasreivindicacíonesnacionalistasen un buennúme-ro de las repúblicassoviéticasejerció pronto sus efectossobrela percep-

KrdNnuvo zviú:dd(3 dcjunio dc 1991>),

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ción que la cúpula de las fuerzas armadas exhibía en lo que respeeta a losproblemas de la Unión. Probablemente no es precipitado afinnar que casisiemprequedesdeesa cúpula se hacía referenciaa la agudacrisis queatravesaba el sistema soviético, la perspectiva de un desmembramiento delEstado plurinacional estaba en el núcleo de las inquietudes.

En algunos casos los militares han llamado la atención sobre la “activi-dad destructiva” desplegada contra el PCUS, en cuyo seno se ha señalado,sin embargo, eran muchos los que “se han alineado cada vez más estrecha-mente con las fuerzas separatistas, nacionalistas y extremistas”20. Hanrechazado también las acusaciones, contra ellos vertidas, de violación dela Constitución y de actuación violenta con ocasión de los conflictos inter-nos. El responsable de la Administración Política Principal, coronel gene-ral Shliaga, apuntaba al respecto en 1991: “Los militares no se propasanen el ejercicio de sus funciones, y sus acciones son legales. Todas las acu-saciones de crueldad dirigidas contra ellos carecen de fundamento y sebasan en rumores o falsos testimonios”21. El ministro de Defensa, Yázov,por su parte, ha subrayado en más de una ocasión que “los acontecimien-tos en Tbilissi, Bakú y Vilnius (de ellos nos ocuparemos mas adelante]son utilizados con frecuencia como excusa para desarrollar campañas con-tra el ejército. La participación de unidades militares en esos sucesos hasido a menudo objeto de distorsión por fuerzas nacionalistas y destructivasy por algunosmediosde comunicación”22.Yázov ha afirmado tambiénque, aunque todo el mundo rechazaba la presencia de las fuerzas armadasen el apaciguamiento de los conflictos étnicos, pocos dudaban de las con-secuenciasprevisiblesde su retirada23.La reivindicacióndel papelde laley ha sido común, por otra parte, en las muchas declaraciones del maris-cal Ajroméyev, que es quien, entre los miembros de la cúpula militar,parece haber defendido posiciones más dialogantes en relación con losproblemas nacionales, y ello pese a concederle al “centro” capacidadesomnímodas de decisión al respecto: “El derecho de autodeterminación,hasta llegar a la secesión, está contenido en nuestra Constitución, y existeuna ley que establece la forma de ejercerlo (...). Si se desarrolla un proce-so de secesión, debe llevarse adelante de manera gradual para hacer posi-ble la resolución de todos los problemas”24. Bien es cierto que, ante eldesarrollo de los acontecimientos, no han faltado tampoco opiniones quehan sugerido la necesidad de pasar a la acción. Así, el propio mariscalAjroméyevseñalóen sumomentola necesidadde hacerrespetarel artícu-lo 31 de la Constituciónde la URSS, que encomendabaa las fuerzas

20 Yázov,en Krásnavasiiezdd(2deabril de 19921 Toxs (t5 dc abrildc 1991),enFBIS-50V(16de abril de 1991).22 Krósnavozviezc/4 (16 demayode 99 t23 Kornsoroó/skawip~orda (22dejunio de 1991).24 LoRepuhb!ña(27 deabril de 1991).

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armadas la defensa de la integridad del país25. En una carta publicada enKrósnayazviezdópor un grupo de oficiales destinados en el Báltico seapuntabaque“si no se adoptanlas medidasapropiadas,nosveremosen laobligación de defendernos a nosotros mismos y a nuestras familias, dedefender nuestro honor y dignidad”26. En el mismo orden de cosas, enmarzo de 1991 tres viceministros de Defensa realizaron por la televisiónoficial un llamamiento en el que subrayaban que las fuerzas armadas noaceptarían la secesión de ninguna de las repúblicas de la Unión27.

En 1990 y 1991 se hicieron frecuentes, por otra parte, denuncias deacosos y daños padecidos por miembros e instalaciones de las fuerzasarmadas. Esas denuncias vinculaban casi siempre las agresiones a conflic-tos nacionales o étnicos. Como botón de muestra baste con mencionar loscomentarios que el coronel Krivoshéyev argúía en las páginas de Krósna-va zviezdó,llamando la atención sobre una larga lista de incidentes acaeci-dos en el Báltico28. Krivoshéyev agregaba que eran numerosos los inten-tos “de desmoralizar a los oficiales (...). A sus familias se les crean artifi-cialmentedificultadesen su vida cotidiana,al tiempo que se introducenrestriccionesdiscriminatoriasen el cambiode los bonosquedanderechoacomida y a productos industriales, en el registro de las viviendas que yahan sido asignadas, en los servicios médicos y en la provisión de em-pleos”29. A principios de 1991 Yázov se ocupó también de la situación demásde 20.000veteranosde las fuerzasarmadasresidentesen Vilnius, lacapital de Lituania: “Han sido privados de sus derechos y privilegios en loque respecta a la obtención de víveres, a la recepción de tratamiento médi-co y al empleo del transporte público. Casi seiscientas mujeres, esposas yfamiliares de militares, han perdido sus puestos de trabajo en Lituania porno conocer la lengua local. A más de un centenar de niños se les ha nega-do la admisiónen centrospreescolares,simplementepor ser hijos e hijasde miembros de las fuerzas armadas. A más de trescientas familias demilitares se les ha negadoel certificado de residencia”30.El propioYázovacusabamás adelantea las autoridadesrepublicanasdel Báltico de nohacerfrente a sus obligacionesen materiade construcciónde viviendas31.Entre las medidas adoptadas para hacer frente a esta situación se contaba,por cierto, la autorización para portar annas concedida en diciembre de199() altrsonal militar presente en determinadas áreas, no especificadas,del país

25 N¿,ovc vieoua (n5 6. 1991). pág. 15.26 K,dsaova :,h’:dá tI 9 (le enerodc 199 1

FI País ( t 4 den,ar,ode 991).15 Ka/sucva ie:dñ (5 (IC jUniO de t 99<)).29 Ibídem.

20 Discursoen la televisiónsoviéticaet ¡4 dcenerode t 991. en14318-50V(¡5 deenerode 1991).

KMsucva32 svtúsJ4 (¡3 dc abril de 1991),I:cstic { 3 1 (le diciembrede 1 99)1),

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(b) El empleode lasfuerzasarmarlasen tareasde controly represión

Probablemente fueron los violentos enfrentamientos étnicos registradosentre uzbekos y turcos mesjetas en Ferganá (Uzbekistán), a mediados de1989, los primeros en los que se hizo evidente la utilización de las fuerzasarmadas con fines represivos. Esta alcanzó una mayor espectacularidad,sin embargo, en enero de 1990, con ocasión de los disturbios de Sumgait,en Azerbaiyán, y tras la instauración del estado de emergencia ante laperspectiva de una guerra abierta entre azeríes y armenios. Desde enton-ces la presencia de unidades militares entre los bandos contendientes hasido comúnen la repúblicamencionaday en la vecinaArmenia —que sedisputan el enclave de Nagorno-Karabaj—, así como en la también cauca-síana república de Georgia, en la que se ha hecho sentir el enfrentamientoentre las autoridades republicanas y la población de Osetia del Sur. Conposterioridad a estos acontecimientos, y ya en 1991, el ejército corrió acargo de determinadas tareas de represión y control en el Báltico.

Los acontecimientosde Azerbaiyánsirvieron paradejarconstancia,porvez primera, de tas debilidades del sistema de movilización aplicado33. Ladecisión de trasladar a la zona de conflicto unidades supuestamente “segu-ras”, formadas por reclutas procedentes del sur de Rusia, chocó inmediata-mente con la resistencia de muchos de los padres de los mismos, que te-mían la repetición de la todavía caliente historia afgana. El resultado nofue otro que una vuelta atrás por parte de los responsables militares, querevocaron su decisión inicial. A lo largo de 1990, y en relación con estemismo problema, el Ministerio de Defensa abrió la posibilidad de un ser-vicio militar de carácter voluntario, reportador de ventajas de diferenteorden,en las zonasconflictivas,y particularmenteen el Cáucaso34.

Aparte lo anterior, los enfrentamientos en Azerbaiyán, y la subsiguien-te acción militar, sirvieron para que el ministro de Defensa adoptase unaposición manifiestamentebeligeranteen contradel FrentePopularlocal,al que estimaba responsable de lo sucedido. Con posterioridad, Yázov nodudó en respaldar abiertamente acciones militares de corte semejante,como la que tuvo por escenario Novocherkassk en l962~~. La actitud delministro de Defensa quedaba bien reflejada en su respuesta, a finales de1990, a una pregunta sobre la participación de las fuerzas armadas en laresoluciónde conflictos étnicos:“Cuantasmenostareasseanasignadasalejército, mejor. Pero no creo que sea bueno que, en caso de derramamien-to de sangre, el ejército se mantenga al margen”36.

-‘~ Harry Gelnian, Gorbachevatid Ihe Putureof <he SovietMilitary institution’, en Adc’Iph! Pope, (n<258, 991), pág. 34,

~< lz,ústic (1 de enerode l99 1).~ Lite unui ocya cpuzenc (<2 descpniembrede <990).~ K¡ris¡tcvc 2iw:dc <21 de diciembrede 199<)).

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Fue en Georgia en donde,el 8 y el 9 de abril de 1989, se produjo elmáscontrovertidode los asuntosen los que las fuerzasarmadasintervi-nieron de manera violenta, al reprimir en Tbilissi una manifestación reali-zada en solidaridad con un grupo de huelguistas de hambre que reivindi-caban la independencia para la república. La acción, con empleo de gas yde bayonetas, se saldó con una veintena de muertos. Días después elministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Edvard Shevardnadze, denacionalidad georgiana, señaló que la orden de reprimir violentamente lamanifestación fue dada por las autoridades republicanas —nopor las auto-ridadesde la Unión—, desoyendoel consejodel comandantedel distritomilitar del Transcáucaso, coronel general Rodiónov32. Este último atribu-yó la acción a las tropas del Ministerio del Interior, exonerando al ejércitode responsabilidad alguna. Algunas de las explicaciones oficiales de losprimeros momentos —así,las que señalaban que no se habían utilizado gaslacrimógeno y bayonetas, y que las víctimas lo habían sido por simpleaglomeración de personas— hubieron de ser objeto de posterior desmenti-do.

Una subcomisióndel Soviet Supremode Georgiase ocupóde recordarmás adelante que la decisión de utilizar tropas regulares para reprimir unamanifestación sólo podía haberse adoptado en virtud de la instauración dela ley marcial o de un estado de emergencia, competencia exclusiva delSoviet Supremo de la URSS; el empleo de fuerzas del Ministerio del Inte-rior reclamaba, entre tanto, la autorización expresa de éste. La subcomi-sión concluyó que la decisión de reprimir la manifestación correspondiópor igual a los dirigentes republicanos y a los responsables de las fuerzasarmadas, y entre ellos el propio ministro de Defensa.

Al tiempo que se hacían notar otras informaciones e interpretacionesse daba cuenta, por ejemplo, de una reunión del Politburó en Moscú,

presidida por Yégor Ligachov, el 7 de marzo, y se sugería que los dirigen-tes georgianos habían exagerado los peligros derivados de la situación yque los responsables militares locales se habían excedido en la aplicaciónde las órdenes recibidas—, el Congreso de Diputados Populares de laUnión establecía también una comisión especial de investigación sobre lossucesosde Tbilissi; la resoluciónfinalmenteaprobadacriticabala incapa-cidad de los dirigentesgeorgianospararesolver la situaciónde ¡nanerapacífica,apuntabaerroresde los mismos,y de las autoridadesde Moscú,en la forma de poner fin a la manifestación, y subrayaba la inexistencia deun marco legal en que pudiera sustentarse el empleo de las fuerzas arma-das en situaciones como la de Tbilissi. El discurso pronunciado por el pre-sidente de la comisión, Anatolii Sobchak, refería que en la reunión delPolitburó antes mencionada se decidió el envío de tropas del Ministeriodel Interior, de las fuerzas armadas y de los cuerpos especiales de policía,

“ y. Gerard Molden,SovietMi/iran’ Refino;(PIuío-TN1, Londres. 1991), pág. II 4 y rs.

FuerzasArmarlasycuestiónnacionalen la Unión... 71

otorgando siempre prioridad, sin embargo, a la resolución pacífica de lastensiones, y señalando que las unidades militares sólo debían entrar enacción en caso de graves desórdenes. La decisión de disolver la martifesta-cíón, según Sobchak, correspondió al Politburó georgiano con participa-ción de los generales Rodiónov y Kóchetov. El plan no se modificó peseal elevado número de personas presentes en la plaza en que se desarrolla-ron los incidentes. Siempre de acuerdo con el informe de Sobchak, los sol-dados no disponían del material adecuado, y su acción entraba en abiertacolisión con las órdenes recibidas, que tan sólo facultaban para respondera una agresión.

El fiscal militar encargado de perseguir a los presuntos culpables, quehabía desarrollado una investigación propia, llegó a la conclusión de quela acción de las tropas estaba justificada, circunstancia que provocó unaamenaza de dimisión por parte del ya citado Shevardnadze. El juicio delfiscal militar sirvió, de cualquier forma, para que miembros de la cúpulade las fuerzas armadas, encabezados por el propio ministro de Defensa,responsabilizaran de lo ocurrido a los nacionalistas georgianos: “Hay quedecir en voz alta y con claridad que el ejército no tuvo la culpa. Los culpa-bles son los que han llegado al poder. Desde su posición de ahora disparantodos los días. Se ha derramado sangre en Osetia del Sur y nadie parecepreocuparse”38. Intentando exonerar a las fuerzas armadas de cualquierculpa, en fin, el mariscal Ajroméyev atribuyó al Politburó —el delPCUS—la decisión de hacer intervenir al ejército39.

Otro significado escenario de utilización de las fuerzas armadas confines represivos fue el Báltico. A principios de 1991 unidades militares yfuerzasdel Ministerio del Interior ocuparoninstalacionesde la televisióny otros edificios públicos en Lituania, Letonia y Estonia40. En un marcoen el quese hizo frecuentela identificaciónde lasfuerzasarmadassoviéti-cas como un “ejército de ocupación”,el lO de eneroGorbachovacusóalgobierno de la república de Lituania de programar el restablecimiento del“orden burgués”; al día siguiente se anunciaba la creación de un “Comitéde Salvación Nacional” que se declaraba partidario de poner en manos delpresidentede la Unión el gobiernode la república.En lanochedel 12 al13 de enero tropas regulares atacaron los edificios de la televisión y de laradio en Vilnius, la capital lituana, y provocaron la muerte de varios civi-les.

Los acontecimientos lituanos tuvieron su repetición en Letonia unosdías después, tras la aparición de un nuevo “Comité de Salvación”. Cuatropersonas murieron como consecuencia de un ataque asestado por tropas

~ Declaracionesenla televisiónsoviéticael 30 demarzode ¡99len PhIS-SOy<ideabril de 1991),

3t>LcRcpubhIho (27 dc abril de l99l).4<’ y. Oerard 1-Joldeo,“The Road<o <he coup:Civil-Mil/tar>’ Relatioos in <he SovietCrisis’, enPR/E

Repco-rs<n23.Franklurt. 1991),pág. ló y ss.

72 CarlosTaibo

del Ministerio del Interior sobreel edificio del ministeriocorrespondientede la república de Letonia. Tras una activa resistencia popular, acompaña-da de una no menos activa reacción internacional, la vida retomó su nor-malidad a finales de enero, cuando las fuerzas de seguridad abandonaronlos edificiosocupados.

Tanto el presidente Gorbachov como los ministros de Defensa y delInterior de la Unión, Yázov y Pugo, negaron que desde Moscú se hubieranimpartido órdenes que autorizaran el uso de la fuerza. Los tres responsa-bles mencionados señalaron que las autoridades militares locales habíanactuado en Lituania tras hacerse notar una petición en ese sentido realiza-da por el Comité de Salvación Nacional. De acuerdo con la versión ofi-cial, las fuerzas armadas se habían limitado a repeler el fuego que se habíarealizado sobre ellas, versión de los hechos no ratificada por ninguno delos periodistas extranjeros presentes sobre el terreno. La versión oficialfue respaldada en el informe que al efecto emitió, en junio de 1991, el fis-cal generalde la URSS,quien agregóquelas muertesno habíansido cau-sadasporaccionesmilitares, y si por accidentesdetráfico y disparosreali-zados por los nacionalistas lituanos.

Sean como sean las cosas, siguen siendo muchas las incógnitas querodean a los acontecimientos de Vilnius. Gerard Holden ha señalado alrespecto que “si Gorbachov ordenó realmente que el ejército y las fuerzasdel Ministerio del Interior restablecieran la autoridad central con indepen-dencia del coste de la operación en vidas, el intento parece haberse desa-rrollado con una pobre coordinación y escasa decisión, muy lejos delempleo de la fuerza en gran escala que hubiera sido necesario para derro-car a los gobiernos del Báltico. Si, por el contrario, no emitió órdenes paraello o lo hizo con la vista puesta en una operación más limitada, la únicaconclusión que puede extraerse es que las fuerzas de seguridad actuaron almargendel control central.Yázov a puntoestuvoderespaldarestaversióncuando admitió no conocer la identidad de los miembros del Comité deSalvación Nacional, aun señalando que el comandante de la guarniciónlocal se había comportado de manera adecuada al apoyarlo frente a ladirección lituana’~4í. Durante los primeros meses de 1991 fueron muchos,por lo demás, los rumores que apuntaban a un incremento en el número desoldados presentes en el Báltico; esos rumores recibieron constantes des-mentidos por parte de los responsables militares42, quienes subrayaronque sólo se habían trasladado fuerzas de paracaidistas cuyo objetivo eragarantizarel cumplimientode las normassobreservicio militar obligato-rio43.

Las operaciones que tuvieron las repúblicas bálticas como escenariosuscitaron comentarios muy agrios del presidente del Soviet Supremo de

41 Molden. The Road....pág. ti.42 Del desmentido(le Moiséyev se ¡meeeco IWs.~ (4 dc enero<le ¡qqí en 14315-SU (7 deenero le

1991).So,iérskcvc Rossivc (It) de enerode ¡991).

FuerzasArmarlasy cuestiónnacionalenla Unión... 73

la Federación Rusa, Boris Yeltsin, quien entre otras cosas alentó a los sol-dados rusos para que se negaran a disparar y viajó al Báltico con objeto defirmar un acuerdo en virtud del cual su Federación se comprometía a noparticipar en acciones punitivas44. Sus palabras recibieron inmediatas crí-ticas, de entre las que destacan las vertidas por un grupo de militares vete-ranos que, encabezado por el mariscal Kulikov, publicó en SoviétskayaRossiya una carta en la que señalaba que los soldados que siguieran elconsejode Yeltsin traicionarían“a sus comandantes,a susjefes y a loscamaradas que representan a otras repúblicas, entrando en conflicto con suconciencia y con las leyes soviéticas”45. En algunos casos las denunciasmílitares elevaron sensiblemente su tono, como lo ilustra la carta de otrogrupo de veteranos de guerra que apareció en un periódico kazajo: “Todaslas fuerzas antisoviéticas se han movilizado para atribuir la responsabili-dad de los acontecimientos de Vilnius —provocados por Landsbergis, elgenuino continuador de la causa de su padre, un colaborador de los agre-sores germanofascistas, que en la práctica ya ha asestado un golpe burguésen Lituania— a nuestros hombres, considerados fuerzas de ocupación enésta y en las restantes repúblicas bálticas. Este insulto blasfemo contra lamemoria de centenas de millares de soldados soviéticos que dieron susvidas por la liberacióndel Báltico no ha provocadoindignaciónalgunaenBoris Yeltsin, quien es indiferente también al destino de los rusoparlantesy de otros habitantes de las repúblicas”46.

(c) La polémicasobrelas “milicias territoriales”Junto a las propuestas de creación de un ejército profesional, el otro

gran foco de debate sobre el futuro de las fuerzas armadas ha sido el quese ha ocupadode unaposiblereconfiguraciónde sunaturalezaespacial,dela mano de un sistema de milicias territoriales. El principal defensor deeste tipo de formaciones ha sido en los últimos años el coronel VíadímirLopatin, principal responsable, en el otoño de 1990, de la redacción de unproyecto de reforma militar alternativo al del Ministerio de Defensa. ParaLopatin, “las formaciones nacional territoriales (...) deben estar subordina-das a los dirigentescentralesy locales,aun cuandoen términosoperacio-nal-estratégicoslo esténúnicamenteal centro. En situacionesextremas,yen virtud de una decisión de los dirigentes locales, pueden ser utilizadaspara afrontar los efectos de desastres naturales o poner fin a disturbios enlocalidades concretas”47. En el proyecto de reforma militar mencionado,Lopatin sugería, por añadidura, la constitución de un sistema de reservasconarreglo al principio territorial48. En ciertaforma, y en otroplano,estetipo de propuestas ha tenido un efecto de contrapeso de aquéllas que remi-

~ llolden, ¡he Road . pág. 24.~ Sctié¡xkcvc Ross/ya (31 de enero de ¡99 ¡~<‘ Kcscixtónskcvc p¡’cx’dc (23 dc enerode ¡991), enTRIS-SOy(19 de marzode ¡991).~ ~nco~íc(t<t,jutiode ¡99%.~<‘ Prcyftcisrvennii vrsroi/< (n<48, noviembrede ¡990).

74 Carlos Taibo

tían al establecimiento de un ejército profesional, toda vez que por locomún reclamaban la conservación de un servicio obligatorio y no remu-nerado. Aunque la reacción de los portavoces del Ministerio de Defensafue siempre reacia a aceptar la perspectiva de creación de unidades comolas que nos ocupan, algunas de las medidas adoptadas pueden interpretar-se como un esfuerzo de aproximación a ese modelo. Fue el caso, en parti-cular, de la decisión de permitir el incremento del número de reclutas quedebían realizar el servicio militar en su república de origen.

Pese a lo anterior, la reacción de la cúpula militar ante la perspectivade una territorialización de las fuerzas armadas fue negativa. El propioYázov se opuso en su momento al desarrollo de un sistema de miliciasterritoriales, argumentando al efecto los problemas que de él se derivaríanen términos de formación en el empleo de armas complejas, flexibilidadgeográfica,disciplina y “exacerbaciónde las relacionesinterétnicas’49.Bien es cierto que Yázov no condenó de manera tajante las propuestas deterritorialización; muy al contrario, subrayó el importante papel desempe-ñado por las “fonnaciones nacionales” en otros momentos de la historiadel Estado soviético. Algún portavoz militar llamó la atención, por otraparte, sobre lo que se estimaba era un paso atrás, toda vez que en Occiden-te los movimientos que se adoptaban apuntaban más bien a la configura-ción de “sistemas colectivos de seguridad, incluidas defensas áreas unifi-cadas”50.

No faltaron tampococríticasqueplanteabanlos problemaslingúisticosy de socialización que podrían derivarse: mientras el ruso perdería terrenocomo lengua común, el papel de las milicias territoriales en caso de con-flictos nacionales seria ambiguo. El propio ministro de Defensa sugirió—unas líneas antes lo hemos señalado—— que la creación de esas miliciaspodía hacer que los conflictos interétnicos desembocasen en auténticasguerras fratricidas. Más allá de todo lo anterior, al abrigo de la prolifera-ción de unidades territoriales se vendría abajo la ficción de la integraciónétnicaen un ejércitocomún. Otros portavocessignificados—así,el jefede EstadoMayor, generalMoiséyev — se interrogaron,concíertacargaretórica no exenta de ironía, por la naturaleza de los presuntos enemigos alos quelasformacionesterritorialesdebíanhacerfrente.

En algún caso se subrayó, en suma, el coste económico, estimado muyalto, de la creación de las nuevas unidades. Así, un grupo de “científicosmilitares” publicó en Krósnayazviezdóun texto en el que se referían loselevados costes derivados de la creación de una formación nacional enArmenia, mientrasqueunaestimaciónsemejantesobreLituania fue reali-

~ Krásnaya zviezdó (7 de marzo y ¡3 de abril dc ¡989; 5 dejunio dc ¡990).<OCorone¡generalLilvinov, enKrásncyc z;ttdó (25 dejuniode ¡991).5t I:vestic (23 de diciembrede ¡990).

FuerzasArmarlasycuestiónnacionalen la Unión... 75

zada en su momento por el coronel general Achálov52. También se llamóla atención, por último, sobre el incremento de los problemas que la apari-ción de este tipo de unidades acarrearía en lo que respecta al cumplimien-to de los acuerdos de control de armamentos53.

(rl) La apariciónde unidadesarmarlasen las rep¡~blicassoviéticas

En paralelo con el debate anterior se verificaba la aparición de unida-des militares que,al margende las fuerzasarmadassoviéticas,veían laluz, en el Cáucaso y en Moldavia, en el marco de agudos enfrentamientosétnicos.Muchosde los miembrosde estasunidadesparecíanser deserto-res del ejércitosoviético;el armamento,por suparte,procedíatambién,ensu mayoría, de aquél. En marzo de 1991 el mayor general Gorbatko refe-ría el crecimiento del número de robos de armas y señalaba que la sustrac-ción de un 47% de éstaseraproductode” ataquespiratas”queproducíanvictimas entre los centinelas de los cuarteles~4. El coronel Zajarchenkoseñalaba, a su vez, la preocupación suscitada por “la producción casera defusiles de asalto y pistolas realizada bajo la supervisión de especialistascualificados”55. Pese a los esfuerzos realizados por Gorbachov, quien afinales de 1990 ordenó la disolución de las unidades que nos ocupan56, suactividad pervivió, ocasionando notorios problemas de disciplina en elseno de las fuerzas armadas.

Sin mayores efectos reales, en otras repúblicas se creaban comités cuyopropósito era alentar la configuración de ejércitos propios. Es el caso delas autodenominadas“Fuerzasarmadasucranianas”,quepretendíanorga-nizarse en las regiones occidentales de la república de Ucrania; de variosdestacamentos en Estonia, y de otras iniciativas en Lituania y Letonia. Enla mencionada Ucrania el parlamento adoptó en julio de 1990 una declara-ción de soberanía que enunciaba el derecho de la república a mantener unejército propio; el ejemplo ucraniano fue imitado pronto por Bielorrusia57.En las declaraciones de soberanía emitidas por otras repúblicas —así,Armenia, Georgia, Moldavia y Lituania— se invocaba también el estable-címiento de fuerzas armadas nacionales.

Con objetivos menos ambiciosos, la Federación Rusa dio algunospasos que se ocupaban de la perspectiva de reducciones en los niveles detropas dentro de la Federación, del establecimiento de garantías legales delos intereses de los militares ante la instauración de una economía de mer-cado, y del desarrollo de medidas de ayuda ante una eventual desmoviliza-

52 Krós,tayaz;iúzdó(23 deenerode 1991);I-I3IS-SOV(20dejuniode199l).~ Yázov,en Prarda (9 de mayode 1991>.~ Scriét.skayo Ross/ya (26 de marzo de ¡99 l>.~ thidem,

~< Krásea va zviezdó (2 de diciembrede 1990).-~‘ Ka/seava zviezdá(8 de juniode ¡990); Ho¡den,’TheRoad págs. 20y22.

76 Caríos Taibo

ción58. En febrero de 1991 se constituyó en el marco del gobierno de laFederación un Comité de Estado para la Defensa y la Seguridad entrecuyos cometidos parecían encontrarse tareas de defensa territorial, de pre-paración para el servicio militar, de desarrollo del sistema de conscripción,de resolución de problemas sociales de los militares y de puesta en prácti-ca de fórmulas de defensa civil59. A principios de 1991 Yeltsin se pronun-ció por la creación de unas fuerzas armadas de Rusia, circunstancia quemás adelante se encargaría de desmentir. Alguno de sus colaboradores,como el general Volkogónov, subrayó con posterioridad que el propósitono era crear un ejército ruso, sino hacer más eficientes y democráticas lasfuerzas armadas del Estado soviético60.

La cúpula militar contestó con dureza en muchas ocasiones la forma-ción de ejércitos republicanos. Interrogado a finales de 1990 por la pers-pectiva de que una república decidiera no suscribir el Tratado de la Unióny, a continuación, optase por crear unas fuerzas armadas propias, el jefedel EstadoMayor, Moiséyev,respondió:“Si tal cosasucede,la separaciónde unasimpleramade las fuerzasarmadascon respectoal sistemacomúnde dirección conducirá a la destrucción de todo el mecanismo de garantíasde seguridad. Desde mi punto de vista sería un movimiento precipitado.Pienso que la razón prevalecerá”61. En otros casos se subrayaban las difi-cultades presuntamente asQciadas con la operación de división de unasfuerzasarmadasúnicas. Así, el mayor Zeyéglov señalabaen marzode1991: “¿Cómo dividiremos los buques y submarinos de nuestra armada?¿En proporción al tamaño de la población o al territorio de cada nuevoEstado?”62. No faltaron tampoco opiniones que, como la del viceministrode Defensa,Varénnikov,relacionabanel peso histórico de Rusia con lapreservación de unas fuerzas armadas únicas63.

El antes mencionado anuncio de Yeltsin en el sentido de propiciar lacreación de unas fuerzas armadas rusas suscitó, por otra parte, la reacciónairada de muchos militares. Así lo pusieron de manifiesto las declaracio-nes del mariscal Kulikov, quien calificó de “traidor” al presidente ruso64.Otro tanto puede decirse de la carta abierta de oficiales destinados en elBáltico y del manifiesto de científicos militares, publicados ambos enKrósnayazviezdóen enero de 1991, y de la proclama que un grupo demilitares de la guarnición de Moscú suscribió en febrero del mismo año65.

~<JANPressRe!case (¡¡de diciembre de ¡990). en TRIS-SOy(¡8 de diciembre de ¡990).~“ Krós,,ava z,iezdd (2l de febrero de 1991).<4< Le Mande (9 de mayo de ¡ 99 1).61 I:vestia (23dc diciembre dc ¡990).62 Ka/s,tava zviezdá (¡5 de marzo de ¡99 ¡63 FRIS-SOV(23 deabril de ¡991).64 E! País (¡de lebrero de 1991).

<“ Krds;tasa zi’iezdd (22 y 23 de enero, y 26 de febrero de ¡991).

FuerzasArmarlasycuestiónnacionalen la Unión... 77

(e) Objeciónde concienciay cuestiónnacional

La extensión de la objeción al servicio militar, en muy estrecha rela-ción con la manifestación de tensiones nacionales, ha sido uno de los prin-cipales motivos de preocupación de los militares soviéticos al menos en loque respecta al período 1989-1991. Los datos no han dejado de reflejar uncrecimiento sensible en el rechazo a la conscripción y una pérdida genéri-ca de interés por el servicio de armas, reflejada en los resultados demuchasencuestasrealizadasconjóvenessoviéticos66.En paralelo conestos sentimientos se identificaba un incremento en el número de cons-criptos que procuraban servirse de distintos medios “legales” para esqui-var el servicio militar

En declaraciones realizadas a finales de 1990, el ministro de Defensa,Yázov, señaló que en 1985 se habían producido 600 casos de elusión de laconscripción, de los que 280 habían sido objeto de sanción penal; en 1987,las cifras correspondientesfueron de 1.000 y 250. El responsablede laAdministraciónPolítica Principal, Shliaga,señaló,a su vez, queen 1988habíansido 1.049los jóvenesquehabíaneludidosus obligaciones.A fina-les de 1989el jefe del EstadoMayor, Moiséyev,referíaqueeran7.500losciudadanossoviéticosquese resistíana la conscripción,mientrasqueotrafuenteidentificaba6.647nuevoscasosde rechazodel servicioa lo Largodel mencionado1989. El coronel generalGrigorii Krivoshéyevapuntóensu momento,por suparte,queen 1989 el númerode casosse habíamulti-plicadopor seisen comparacióncon el añoanterior67.

Las primerasestimacionesdetalladasde los niveles de resistenciaa laconscripciónaparecieron,sin embargo,enjulio de 1990 en las páginasdeKrósnayazviezdá. Hacíanreferenciaal gradode cumplimientode los pla-nesde reclutamientode la primaverade 1990, quedemostrabaserescasoen Armenia (7,5%),Georgia(27,5%),Lituania (33,5%),Estonia(40%)yLetonia (54%), repúblicastodas en las queya en 1989 se habíanhechonotarproblemas.Los datossobreel cumplimientodel plandel otoñorefle-jaban,de nuevo, situacionescríticasen el Báltico y en el Cáucaso.En laprimerade esasáreas,y de acuerdoconel centrode prensadel Ministeriode Defensa,el plansehabíasatisfechoen un 25,5%en Letonia, un 24,5%en Estoniay un 12,5% en Lituania; sólo un 13% de los reclutashabíaningresadoefectivamenteen filas enAzerbaiyán,porun 28% en Armeniayun 10% en Georgia.La situacióneratambiéndelicadaen Moldavia (59%)y en variaszonasde la repúblicade Ucrania. Por lo que se refiere, en fin,a la “campaña”de laprimaverade 1991,los datosreportadosal efectoporel diario Izvestiareflejabanun gradode cumplimientoque se aproximaba

<‘<‘y. a publicadaenTroJ (4 deagostode ¡990).

<‘~ Ka/snayazt’/ezdá (21 de diciembre de ¡990); [815-50V (12 de junio de ¡99lj; RÍE-RL Da//yRepon (rV 243.22 de diciembre de 1959); Krásnaya :vie:dá (3 de junio de 1990); TASS (18 de sepliembrede ¡990), en FRIS-SOV(l9 de septiembre de ¡990).

78 CarlosTaibo

al 100% en la FederaciónRusa,Ucrania,Bielorrusiay Azerbaiyán.Enotrasrepúblicas los resultados eran, sin embargo, manifiestamente defi-cientes: un 84,5% en Uzbekistán ——conporcentajes similares en el restodel Asia centraly en Moldavia—, un 31%en Letonia, un 30,5% en Esto-nia, un 16, 5% en Armenia, un 12,5% en Lituania y un 8% en Georgia.Izvestiaseñalaba, por lo demás, que el plan de reclutamiento se habíacumplidoen un 91,5% de los casos,frenteal 96,5%del añoanterior65.

En paralelo con los procesosdescritosempezóa cobrar cuerpootrofenómenoquepronto suscitóla atenciónde los mediosde comunicación:el abandonodel servicioen filas, que a mediados de 1991 pareciahabersido la opción elegida por 5.500 soldados69. Particular resonancia tuvo esaconductaentrequienesprestabansus serviciosen unidades presentes en laEuropacentraly oriental. En octubrede 1990 la televisiónsoviéticadabacuentade la petición de asilopolítico en la RepúblicaFederalde Alema-nia realizadapor másde doscientossoldados7~~.

Más allá de estosdatoshayquedejarconstanciade las políticasde losgobiernosrepublicanosen relacióncon el problemade la objecióna laconscripción. Fueron varias las repúblicas cuyos soviets supremos le die-ron carácter legal a la decisión de no acudir al llamamiento a filas. El 11de marzode 1990, el día siguientea la declaraciónde independencia,quedóanuladaen el territorio de Lituania la ley de servicio militar obliga-torio vigente en la URSS; en julio del mismo año fue aprobada por el par-lamento lituano una ley de servicio militar que permitía que todo ciudada-no con 19 de años de edad cumplidos pudiera realizar el servicio militaren defensade la república.El II de abril el SovietSupremode Estonialedio cursoa unaley en virtud de la cual la objeción de conciencia al servi-cio militar era despenalizaday se impartíana empresasy organizacionesinstruccionesparaqueentraranen suspensolos procedimientosde cons-cripelón.El 3 de mayo el SovietSupremode Armeniaadoptóunaresolu-ción quesuspendía,en esperade otras leyes,el serviciomilitar obligatorioen las fuerzasarmadassoviéticas.El parlamentoletón aprobóel 1 demarzouna ley sobreun servicio alternativo de carácterno militar, mien-tras Georgia,Ucrania y Moldavia promulgabantextos legalesqueparecí-an entraren contradiccióncon la legislaciónoficial referida al serviciomílitar. Uzbekistán,entretanto,adoptabala decisiónde no autorizarquelos reclutasuzbekosrealizaransu servicio en los destacamentosde cons-trucción7

<‘ Ka/seava zviezdcá (¡2 de julio de ¡990); Tass(7 de enero de ¡991), en [8/5-50V (8 de enero de¡991); iass (20 de noviembre de i990), en TRIS- 50V (21 de noviembre de ¡991); Tass (7 de enero de¡991), en FRISSOV(8 de enerode 199i); Izvesha (¡¡de enero y 23 dejulio de 1991).

<“>Shliaga, en [8/8-50V (¡2 dejunio de ¡991).~<> FBI5-sOv (9 de octubre de ¡990).7t El País (19 de julio cíe ¡990>; N. Gross, ‘Boycott of the Spring 1990 Draft’. en Jaees Soviet lele-

1/iyenceRer/ew (agosto de ¡990); Moskávsk/ye nóvosti (n528, ¡4 de julio de t99i); Ka/seaya zv/ezdá (9deoctubre de ¡990); Holden. Tbe Road...’. págs. Ql y 22; Izvest/a (23 dejulio de 1991).

FuerasArmarlasy cuestiónnacionalen la Unión... 79

Comopuedeapreciarse,fueronlas repúblicasen lasquelos movimien-tos nacionalistashabíanalcanzadounamayor importanciaaquéllasen lasqueel rechazoal serviciomilitar era másnotorio. Tal circunstancianoescapaba,por cierto, a la consideraciónde muchosmilitares. “Para nadiees un secretoque en algunasrepúblicaslos conflictos interétnicoshancausadodificultadesconsiderables(...). Se ha animadoa los jóvenesa nopresentarsey a hacertodo lo posibleparaevitar el servicio”7.El tenientegeneralSerguéyev,responsabledel distrito militar de Odessa,fue contun-denteen su momentoa la hora de dar cuentade la opinión que estoshechossuscitabanen la cúpula militar: las repúblicaspertenecena laURSS y “la legislaciónde la Unión en materiade defensatieneprioridaden cualquierEstado”73.

Al rechazode la política respaldadapormuchosmovimientosnacIona-listas se agregabaen algunoscasosel lamentopor la inoperanciade lasorganizacionese institucionesllamadasa respaldarel mantenimientodelrégimende serviciomilitar obligatorio. Entreunasy otraserafrecuente~ecitase al Komsomol y a las autoridadeslocales: “Incapacesde resistirfrente a las organizacionesinformales,a menudoabandonanel trabajopreventivoy la persecuciónde los delitos”74.Lascriticas, quealcanzabantambiéna algunosmediosde comunicación,llamabanla atenciónconfre-cuenciasobrelos escasosesfuerzosrealizadosen lo querespectaa la per-secucióny castigode los jóvenesafectados.A finales de 1990 el ministrode Defensalamentabaquesólo un 30% de quienesse negabana realizarelserviciomilitar eranobjetode procesamiento75.Otrasinformacionesrefle-jabanporcentajesaúnmásbajos; así,segúnel coronelKozlov, adscritoalDirectoradoPolítico del distrito militar de Moscú,en éstetan sólo 30 delos 2.000casosde elusióndel serviciomilitar estabansiendopersegui-dos76.De acuerdoconlas palabrasdel coronelgeneralShliaga,un 13% delas “insumisiones”habíansido objeto de sanciónpenalen 1989, frente aun 0,5%en l990~~.

Con el propósitoindudablede acabarcon esteestadode cosas,a prin-cipios de 1991 el Ministerio de Defensaanunciósu decisiónde utilizarunidadesde paracaidistasparagarantizarqueel reclutamientoobligatoriose llevabaa efecto78.Tal decisiónprovocó inmediatamentereaccionescontrariasentrequienesestimabanque el trasladode esasunidadesazonasconflictivas respondíaal objetivo subterráneode desarrollaruna

72 Proa/a (¡6 demayode ¡990).

‘ Izvestia (¡7 de octubre de ¡990).~ Krás,toya z /e:dá (8 de junio de ¡990).~“ Kráseava zv/ezdá (Ql de diciembre de ¡990).76 /zvest/a (30 de enero de ¡991).~ EBI.S-501’(12 dejunio de >991).78 Ajroméyev en [815-50V (lOde enerode ¡991>.

80 CarlosTaibo

represióna gran escala,interpretaciónrápidamentenegadapor responsa-bles militares79.En algúnotro casola política adoptadaestribóen prolon-gar el tiempo de aplicacióndel reclutamiento;así, la “campañade otoño”de 1990 en Moldaviafue prorrogadahastael 1 de febrerode 199180. Sinque las informacionesal respectoseanmásprolijas, tambiénes dignademenciónlacreaciónde un “puntode concentraciónde militares queaban-donaronpor propia voluntadel ejército”, uno de cuyosobjetivos eraper-mitir el examende cadauno de los casosporjuristasmilitares, médicos,oficiales y representantessociales$i. Es verdad,por último, que en elplano legal, y con la vistapuestaen el futuro, se planteóla perspectivadeun “servicio alternativo”,como el queproponíacrearel plan de reformamilitar avaladoa finales de 1990 por el Ministerio de Defensaparaaque-llos queno pudierano no quisieranrealizarel servicioordinario pormoti-vos religiososu otras razonesde conciencia82.

En las declaracionesde muchosportavocesmilitares se percibía,porañadidura,la inquietud suscitadapor los problemasderivadosde la faltade personalen las fuerzasarmadas.Así, mientrasel coronelgeneralShlia-ga evaluó en su momentoen 360. 000 los puestos“no cubiertos”,el tam-bién coronelgeneralGrinkevich elevó la cifra a400. 000 —naturalmente,no todosellos derivadosde la “ insumisión” en curso—en comparacióncon las necesidadesde aquéllas.El mayor generalKushoba señaló,a suvez, quemuchossoldadosse veíanobligadosa realizartrabajosadiciona-les, todavez quesus unidadestan sólo contabanconun 80% del personaloriginalmenteprevisto83.

(J) Organizaciónmilitar yTratarlo de la Unión

A lo largo de buenaparte de 1990, y durantelos mesesde 1991 ante-riores al fallido golpede Estadode agosto,sucesivosproyectosde un Tra-tadode la Unión fueron objeto de prolijas discusiones.Aún cuandoestosproyectosexhibíandiferenciassensibles,en términosgeneralesreivindica-bancierto gradode descentralizaciónen la toma de decisiones,acompaña-do del reconocimientode variosderechosde las repúblicas:participaciónen el diseñode la política militar, resoluciónde problemasrelativosalestacionamientode tropas,determinacióndel númerode reclutasy delnivel globalde efectivosde lasfuerzasarmadas,y fijación del presupuestode estasúltimas, entreotros cometidos84.Estaconcepciónfue ratificada

~<> As(, el tiiayor general Manlíov, en las páginas de Sov/érskaya Ross/va (¡0 de enero de 1991).5<’Trod(l8deenerode 1991).St Moskóvsk/ve ,,úvosrt (n< 27, 7 de julio de 1991).52 P,av/Íetsxveeo// restn/k (n< 48, noviembre de i 990).

~< [815-50V (¡2 dc junio de ¡991); breo/a (5 dc octubre de ¡990); Sé!skaya zh/zn (¡2 de enero de199¡).

«‘1. Novosélov, en Argarneet/ ifa/ni (n540, 6-12 dc octubrede ¡990).

FuerzasArmarlas y cuestiónnacionalen la Unión... 81

con posterioridadpor elpropio jefe del EstadoMayor, generalMoiséyev,quien agregóquedebíanestablecersecomitésde defensarepublicanos,entrecuyos objetivosse contaríanla aplicaciónefectivade las medidasadoptadas,el establecimientode los contactosnecesariosy la relaciónconLos órganosfederales85.

Pesea lo anterior,algunode los miembrosde la cúpula militas y enparticularel mariscalAjroméyev, se ocupóen destacarlos flujos de senti-do contrario.ParaAjroméyev,el tratadoquenosocupa“señalaque la fun-ción de la defensadel país (...) correspondea los poderesde los cuerposde la Unión”86, y las competenciasque las repúblicaspuedenrecibirdebenser productode unanegociaciónentreellas y la Unión, en el buenentendidode quequedaal arbitrio de éstala decisiónfinal al respecto.Hay quemencionar,por lo demás,quealgunosde los militaresquerepre-sentabana los nuevospoderesrepublicanosaceptabande buen grado queel “centro” se reservaseun amplio espectrode competencias.Es el caso,en particular,del coronelgeneralKobets,presidentedel Comitéde Estadopara la Defensay la Seguridadcreadopor la FederaciónRusa. ParaKobets debíansercompetenciade la Unión “la seguridaddel Estado,laorganizaciónde la defensay la direcciónde las fuerzasarmadas,de lastropasde fronteras,las del Ministerio del Interior y las de ferrocarrilesdela URSS,asícomola declaraciónde la guerray la firma dela paz”82.

El proyectoinicial del Tratadode la Unión, de noviembrede 1990, secaracterizabaante todopor dejaren manosdel gobiernocentraltodoslosaspectosrelativosa la defensa,la políticaexterior y la gestiónde la indus-tria militar85. Como tal, el texto contestabamuchosde los principiosimplícitos en las declaracionesde soberaníaquehabíanaprobadodistintosparlamentosrepublicanos,circunstanciaquepronto se hizo evidentede lamanode quejasemitidasdesdeMoldavia, Georgiay las tres repúblicasbálticas.El segundoproyecto,que vio la luz en marzode 1991, se ocupa-ba de maneramásprolija de lo quea la postreeraun repartode atribucio-nesentreel centroy lasrepúblicas:aunquela Unión seguíasiendorespon-sablede la seguridaddel Estado,de la organizaciónde la defensay de lasactividadeseconómicasanejas,el diseño de la política exterior debíaserconjunto, y otro tanto se preconizabaparala “estrategiade seguridaddelEstado”,la “política militar” de la URSSy las decisionesreferidasal esta-cionamientode tropasy las instalacionesmilitaresen las repúblicas;debíamantenerse,por otra parte,un sistemade reclutamientocomún, sometidotambiénaun acuerdoconjunto89.

<‘~ Tass (>5 dc febrero de ¡991), en T815-SOV (¡5 de febrero de ¡99 i).“<‘E81S-SOV(4 de diciety,bre de ¡990).~‘ K,ós,tava zt•/ezdJ (21 de febrero de 1991).<‘~ Krú.s,,.ayo zv/ezdci (24 dc isovicosbre dc t990>.~ 1:ves/ja (9 de marzo de 1991).

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A finalesde abril de 1991 se hicieron notarnovedadesde la mano delllamado“acuerdode Novo Ogariovo” o “acuerdo9 + 1”, suscrito porGorbachovy los presidentesde Azerbaiyán,Bielorrusia,Kazajstán,Kir-guizistán, la FederaciónRusa,Tadzhikistán,Turkmenistán,Ucrania yUzbekistán.El acuerdoprefigurabaun tercer proyectode tratado queadquirió forma en el mesde junio y fue remitido parasu discusióna losdistintos soviets supremos90.Este proyecto se referíaa las repúblicascomo “estadossoberanos”y reconocíasu derechoa desarrollarpolíticasexterioresindependientes.En cuantoal repartode atribuciones,la únicadiferenciaconrespectoal segundoproyectoestribabaen la inclusiónde laindustriade defensadentrodel grupodemenesteresdegestiónconjunta.

Porfin, el 23 dejulio se publicó un cuartoproyectode tratadoqueesta-ba previsto fuera oficialmentefirmadoel 20 de agosto91.En sustanciaigual a las dos versionesanteriores,este proyectoincluía, sin embargo,un-a sustantivanovedad:situabaen régimende decisiónconjuntaentreelcentroy las repúblicasel control sobrelos fondosa disposicióndel prime-ro, de tal forma que la financiación de las actividadesmilitares de laUnión requeríade la aprobaciónpreviade los estadossignatarios.

III. Despuésde agosto:amanerade conclusión

Trasrompersede maneramáso menosclaralos mecanismosde protec-ción desplegadosen el pasado,la crisis del sistemasoviéticoha alcanzadode lleno a sus fuerzasarmadas.Gravesproblemassociolaborales,reduc-cionessignificativasen el volumen del gastoen defensay cambiosnota-blesen lanaturalezade la doctrinamilitar dan buenacuentade unanuevarealidadqueha tenido,por añadidura,efectospsicológicosde relieve:unapérdidadramáticade presenciaexterior, atestiguadapor la desaparicióndel Pactode Varsovia;unaerosióninnegabledel prestigioprofesionaldela carreramilitar y, en fin, unacomprensibleinquietud, en las fuerzasarmadas,en lo querespectaa lacaotizaciónde todaslas relaciones.

Sin demasiadoéxito, Gorbachov intentó contrarrestarde diversasmaneraslos riesgosderivadosde unasituacióncomo la descrita.Por unlado mostróun evidenteempeñoen manteneren pie unaestructuraestatalúnicay se cuidó muy muchode tirar por la bordala simbologíadel ordenburocrático.Por el otro, intentójugaralgunascanasfuertes:subrayóantela cúpula militar los beneficiososefectosde una revolución tecnológicaquese queríainminente,utilizó a las fuerzasaunadasen tareasrepresivasallí dondelas reivindicacionesnacionalistaseran fuertese hizo todo lo

«ePra¡da (27 de junio de ¡991).<‘~ Iziesho (¡5 de agosto de ¡991),

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queestabade sumanopor cimentarun entornointernacionalasentadoenla confianza.

Tras el fallido golpe de agostose hicieron realidad,sin embargo,losdos grandestemoresde siemprede las fuerzasarmadassoviéticas:el tras-paso del podera instanciasexternasal PCUSy el desmembramientodelEstadoplurinacionalnacido en los añosveinte. Provisionalmentedescabe-zadas——el golpe supusounaconvulsiónen unacúpula militar de la quedesaparecieronel ministro de Defensa,Yázov; el jefe del EstadoMayor,Moiséyev, y el asesorpersonalde Gorbachov,Ajroméyev— y objeto demuchascriticas, las fuerzasaunadasse mostraronincapacesde captarconprontitud las consecuenciasde la revoluciónde agosto.Pesea ello, y aun-que formalmentedisueltas,es de suponerque las organizacionesdelPCUSen las unidadesmilitares hanmantenidosu vigor, en un caldo decultivo en el quecrecíael resquemorante los nuevospoderes.Bien quecercenadasde susfidelidadesde siempre,las fuerzasarmadashanperma-necidorelativamenteintactasen suestructuray mandos.Han desapareci-do, además,los controlesqueen el pasadolas habíancolocadobajo unaestrictasupervisióndel podercivil. La “purga” operadaen la cúpulamili-tar en agostono ha acabado,por otra parte,con los recelosen lo que serefiere a la lealtadde los máximosresponsablesde unasfuerzasaunadasen las quehaseguidoimponiéndosela lógicade los escalafones.

Nada quemerezcael calificativo de “política militar” se ha abiertocamino,porlo demás,en laFederaciónRusa.Supresidente,Yeltsin, se halimitado a capearun temporalqueha ido arreciandopor momentos.Susreaccionesseresumenen tresgrandesesfuerzos.Por un lado, Yeltsin haintentadomanteneren pie cierto grado de cohesiónen el ejército, de lamanode la preservaciónde unasfuerzasestratégicasque, formalmentedependientesde la CFI, en los hechosparecenabocadasa ostentarunmandoruso; no es en modo algunoanecdóticoal respectoquesean losdirigentesrusosquienesse hayanreservadoel control de las armasnucle-arescorrespondientes.En segundotérmino, Yeltsin se ha inclinado poruna especiede reconversiónde lealtadesde las viejas fuerzasarmadas“soviéticas”,queestaríanllamadasa perdersucarácterde tales en benefi-cio de unacreciente“eslavización”de sus fidelidades.Comoquieraquelapolítica de las autoridadesucranianasha impuestotrabasdecisivasa larealizaciónde esteproyecto—quereclamaba,como es lógico, su aproba-ción—, Yeltsin parecehaberreplegadoposicionesy haberpasadoa defen-der unaabierta“rusificación” militar. De ello da cuentaun lenguajecarga-do de agresividadal serviciode un nacionalismorusode tonoscadavezmásduros. Bestianegraparamuchosmilitares, Yeltsin se presentaa losojos de otroscomo unatablade salvaciónen la que se concitanun renaci-do nacionalismorusoy amenazassin cuentoa laperiferia. En tercery últi-mo lugar, Yeltsin, como por lo demásel presidenteucraniano,Kravchuk,

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no ha ahorradoesfuerzosparamitigar la penosasituacióneconómicadeunasfuerzasarmadasqueen estashoraspadecentambién los efectosdelas convulsionesnacionalesen curso.Los nuevosdirigentessonconscien-tesde quemuchosmilitaresestándispuestosa hacerabstracciónde princi-pios y lealtadesen beneficiode unapresuntaresoluciónde sus problemaseconómicosy socialesmásacuciantes.

Mientras,no pareceque la política de las potenciasoccidentaleshayaservidoen excesoparaaminorarlas tensiones.Si bien es verdadque losEstadosUnidos han mostradoalgunainclinación a prescindirde partedesus arsenalesnucleareso a reducir sensiblementesus niveles de produc-ción de cabezasatómicas,lo cierto es queno parecendispuestosa cance-lar ambiciososprogramasde investigacióny modernización;así lo atesti-gua, por encimade cualquierotra circunstancia,la pervivenciade los pro-gramasvínculadosa la Iniciativa de DefensaEstratégica.Postergadalaratificación del tratado de reducciónde armasnuclearesestratégicassus-crito porlos EE.UU.y la URSSen el veranode 1991,en los últ¡mos tiem-pos apenasse hanhechonotarpropuestasde reanudaciónde negociacio-nesde las quepudieraderivarseun acuerdoglobal de reducciónde tropaso dispositivos.Los EstadosUnidos se han limitado a ofrecer respetablessumasde dineroparaacelerarla destrucción,unilateral, del arsenalestra-tégico de la otrora superpotenciarival, ofertaque, como es fácil suponer,no ha debidollenar decontentoa la mayoríade los militaressoviéticos.

--En-unas~tuac~ónde-crisisextrema,en-la-que-—autorttansmo-y-cap~ta=lismo salvajede por medio se dan la mano la extensióndel descontentopopulary unanotoriapérdidade confianzaen los nuevosdirigentes,difí-cilmente puedesorprenderque seanmuchaslas miradasque se vuelvenhacia unasfuerzasarmadasque configuran la única institución cuyasredesde organizacióny de presiónse extiendentodavíapor todo el territo-rio de la vieja Unión. La perspectivade un golpe militar remite directa-menteal problemade identificarcuál es el gradode división internade lasfuerzasarmadas.Aunquehay quien estima que, al amparode unacrístssin fondo, las diferenciasen el senode aquéllasse han limado de formasensible,lo cierto es que la experienciade agostoabrepreocupantesIncógnitas.Un enfrentamientoentrefaccionesmilitares,comoel queestu-vo a puntode producirseen el verano,conducede maneracasi inexorableaunaguerracivil de consecuenciasinimaginablesen un escenariojalona-do por un sinfín de cabezasy centralesnucleares.Es verdad,de cualquiermodo, que la concienciade esteriesgo puede serun estimulo paralamoderación;las propias fuerzasarmadasse han visto sometidasa unavisible descomposiciónque acasoha borradodel mapala posibilidaddeque en ellas cobrecuerpoun movimiento lo suficientementefuerte paraimponerunadictaduraquedé créditoa estetérmino.

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Otro interroganteafectaa la naturalezadel proyectoquepodríaestarenlas miras de los presuntosagentesinterventores.A este respectolo másprobablees que se equivoquenquienespiensanque—por identificar connombrey apellidosa uno de esosagentes—la cúpulamilitar no propugnaotro horizontequeel de unaespeciede estalinismorenovado.Mucho másfácil de imaginar es, en cambio,unadictadurapuestaal serviciode unaabstrusaamalgamade proyectosaparentementeirreconciliables:un nacio-nalismorusode ribeteschauvinistas,la mitologíadel mercadoen muchasde sus aberraciones,la idolatrización del orden y de la disciplina, y lavoluntad, manifiesta,de preservarsólidasparcelasde poder burocrático.Con seguridadque más de uno de los ideólogosdel nuevoautoritarismoque tal vez se avecinaha puestosus ojos en esasastutascombinacionesdel capitalismomásduro y la democraciamásrecortadaque llevan losnombresde Coreadel Sury de China.


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