Gestión de los procesos de aprendizaje en el aula D.R. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, 2016 Evaluar el aprendizaje de los estudiantes ¿Te has preguntado si las actividades de aprendizaje y su evaluación, son significativas en la vida de los alumnos? Mientras las actividades de enseñanza y aprendizaje y la evaluación se limiten al aspecto reproductivo o de aplicación mecánica del conocimiento de conceptos, no podemos esperar seriamente cambios en el aprendizaje de los alumnos (Vizcarro, 1998). Es común asumir que la función más importante que tienen las escuelas es la educación de los alumnos, entendiendo este proceso educativo no solo como la posesión de ciertos conocimientos, sino también (y especialmente) como el desarrollo de habilidades y capacidades que sean significativas en la vida de los estudiantes, alejándose de la simple instrucción y orientándose a la formación integral de los alumnos. Al finalizar este contenido de la Dimensión 2, serás capaz de: Identificar los nuevos modelos de evaluación. Conocer la evaluación formativa y sumativa. Conocer el proceso actual de evaluación de la práctica docente. Los nuevos modelos de evaluación En el perfil del docente de ingreso a la educación básica se destaca el sentido formativo que debe tener la evaluación. Tal como se muestra a continuación: Ingreso a la educación básica Nivel preescolar Nivel preescolar Nivel preescolar 2.3.1 Explica cómo la evaluación con sentido formativo puede contribuir a que todos los alumnos aprendan. 2.3.1 Explica cómo la evaluación con sentido formativo puede contribuir a que todos los alumnos aprendan. 2.3.1 Explica cómo la evaluación con sentido formativo puede contribuir a que todos los alumnos aprendan. 2.3.2 Determina instrumentos de evaluación congruentes con el tipo de información que requiere sobre el desempeño de los alumnos. 2.3.2 Determina instrumentos de evaluación congruentes con el tipo de información que requiere sobre el desempeño de los alumnos. 2.3.2 Determina instrumentos de evaluación congruentes con el tipo de información que requiere sobre el desempeño de los alumnos.
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Gestión de los procesos de aprendizaje en el aula
D.R. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, 2016
Evaluar el aprendizaje de los estudiantes
¿Te has preguntado si las actividades de aprendizaje y su evaluación, son
significativas en la vida de los alumnos?
Mientras las actividades de enseñanza y aprendizaje y la evaluación se
limiten al aspecto reproductivo o de aplicación mecánica del
conocimiento de conceptos, no podemos esperar seriamente cambios en
el aprendizaje de los alumnos (Vizcarro, 1998).
Es común asumir que la función más importante que tienen las escuelas es
la educación de los alumnos, entendiendo este proceso educativo no solo
como la posesión de ciertos conocimientos, sino también (y
especialmente) como el desarrollo de habilidades y capacidades que
sean significativas en la vida de los estudiantes, alejándose de la simple
instrucción y orientándose a la formación integral de los alumnos.
Al finalizar este contenido de la Dimensión 2, serás capaz de:
Identificar los nuevos modelos de evaluación.
Conocer la evaluación formativa y sumativa.
Conocer el proceso actual de evaluación de la práctica docente.
Los nuevos modelos de evaluación
En el perfil del docente de ingreso a la educación básica se destaca el
sentido formativo que debe tener la evaluación. Tal como se muestra a
continuación:
Ingreso a la educación básica
Nivel preescolar Nivel preescolar Nivel preescolar
2.3.1 Explica cómo la
evaluación con sentido
formativo puede
contribuir a que todos
los alumnos aprendan.
2.3.1 Explica cómo la
evaluación con sentido
formativo puede
contribuir a que todos
los alumnos aprendan.
2.3.1 Explica cómo la
evaluación con sentido
formativo puede
contribuir a que todos
los alumnos aprendan.
2.3.2 Determina
instrumentos de
evaluación congruentes
con el tipo de
información que
requiere sobre el
desempeño de los
alumnos.
2.3.2 Determina
instrumentos de
evaluación congruentes
con el tipo de
información que
requiere sobre el
desempeño de los
alumnos.
2.3.2 Determina
instrumentos de
evaluación congruentes
con el tipo de
información que
requiere sobre el
desempeño de los
alumnos.
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2.3.3 Valora los
aprendizajes de los
alumnos para definir una
intervención didáctica
pertinente, a partir del
análisis de sus
producciones.
2.3.3 Valora los
aprendizajes de los
alumnos para definir una
situación didáctica
pertinente, a partir del
análisis de sus
producciones.
2.3.3 Valora los
aprendizajes de los
alumnos para definir una
intervención didáctica
pertinente, a partir del
análisis de sus
producciones.
2.3.4 Ejemplifica cómo la
evaluación formativa
contribuye al
mejoramiento de la
intervención docente.
2.3.4 Ejemplifica cómo la
evaluación formativa
contribuye al
mejoramiento de la
intervención docente.
2.3.4 Ejemplifica cómo la
evaluación formativa
contribuye al
mejoramiento de la
intervención docente.
En el caso de los docentes que participan en la evaluación del
desempeño, se hace referencia a ello de la siguiente manera:
Evaluación del desempeño docente
Nivel preescolar Nivel preescolar Nivel preescolar
2.3.1 Utiliza estrategias,
técnicas y herramientas
de evaluación que le
permiten identificar el
nivel de logro de los
aprendizajes de cada
uno de sus alumnos.
2.3.1 Utiliza estrategias,
técnicas e instrumentos
de evaluación que le
permiten identificar el
nivel de logro de los
aprendizajes de cada
uno de sus alumnos.
2.3.1 Utiliza estrategias,
técnicas e instrumentos
de evaluación que le
permiten identificar el
nivel de logro de los
aprendizajes de cada
uno de sus alumnos.
2.3.2 Utiliza los resultados
de la evaluación de sus
alumnos para mejorar su
práctica docente.
2.3.2 Utiliza los resultados
de la evaluación de sus
alumnos para mejorar su
práctica docente.
2.3.2 Utiliza los resultados
de la evaluación de sus
alumnos para mejorar su
práctica docente.
En la actualidad ¿Cuál crees que sea el reto para la educación?
En tu intervención didáctica, es relevante que construyas instrumentos de
evaluación que regulen el proceso de enseñanza aprendizaje,
garantizando el éxito no solo de los aprendizajes de los estudiantes, sino
también de la práctica docente.
En este contenido, revisarás el concepto de evaluación, puntualizando sus
funciones y comparando los nuevos enfoques en evaluación con los
enfoques tradicionales, para así, revisar cabalmente los dos tipos de
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evaluación más usados en la educación: la evaluación formativa y
sumativa.
A continuación revisa el siguiente caso:
Laura, Ana, Juan y Carlos son amigos desde la infancia temprana,
actualmente cursan el segundo año de secundaria. Hoy, como todos los
días, han quedado de verse en el parque de su localidad para charlar. Al
igual que todos los adolescentes, ellos hablan de cosas inmediatas, y en su
escuela son días de evaluación.
El tema de la conversación no podía ser otro: la segunda evaluación del
ciclo.
Ana: ¿Cómo creen que van a poner las notas? Muy fácil, el promedio que
saquemos en los exámenes que se realicen.
Laura: Bueno, no está tan claro. Depende del profesor, de cómo te portas
en clase. Siempre cuenta un poco más el examen, luego los profesores te
dicen “solo tomaré en cuenta el examen”, otros dicen, “sacaste 4 en tu
prueba, pero no importa te pondré un 6 porque te has portado bien y has
estado en silencio y atenta”. Pero, en la realidad es que por los nervios una
se queda en blanco y sacas un 4 en la prueba.
Carlos: Eso es lo que yo creo que no está bien, lo de las notas por cómo te
comportas. Yo creo que si te portas bien y apruebas está bien, ya estás
aprobado. Pero no, no… con que hayas platicado un día en clase te
suspenden.
Juan: Hay profesores que, si han quitado el derecho al examen por mala
conducta, pero si se dan cuenta que te has esforzado, pues te aprueban.
Pero hay otros que por mucho que te esfuerces, si no te comportas, pues
no pasas y, eso no es justo, porque hay gente que viene a clase y se
comporta bien, pero copia en las pruebas y pasa ¿no? Y pues uno dice:
¡Qué mal, suspendido del examen por esto!
Laura: Pues sí Juan, pero eso es consecuencia de tu comportamiento, pero
una que está atenta en clase, que no se va de pinta, y que estudió para el
examen, pero que no lo pasas porque te cuesta trabajo… eso sí que no es
justo.
Los exámenes son cada dos meses, y en ese tiempo vemos demasiadas
cosas, entonces, te quedas en blanco a medio examen porque tienes
muchas cosas en la cabeza, no sé, a veces cuando ya estoy resolviendo
un examen me detengo y digo:
¡Esto mejor hubiera sido un trabajo o una exposición en clase!
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Ana: Como sea, en todas las escuelas es igual, para evaluar lo que sirve
son los exámenes y luego la nota puede subir o bajar según te hayas
portado; y ya sabemos que los profesores toman una cosa más en cuenta
que otra según sus propias preferencias, pero lo único que es cierto es que
no cuenta si sabes o no, lo importante es si apruebas. Y necesitas aprobar si
quieres ser algo. Además, los exámenes también sirven para prepararnos
para las pruebas de acceso a la Universidad.
(Adaptado de Giné Frexies, Parcerisa Aran, y Parcerisa, 2004)
Reflexiona:
¿Crees que las percepciones de estos estudiantes son similares a las
que construyen tus propios alumnos sobre la evaluación?
Retomando las opiniones expresadas por los chicos del caso, ¿cuál
es el objetivo de la evaluación?
¿De qué forma influyen tu personalidad y tus propios estilos de
aprendizaje en la forma en que concibes a la evaluación?
¿Qué tipo de parámetros utilizas al evaluar?
La evaluación es un proceso que todos los seres humanos realizamos todos
los días y prácticamente todo el tiempo. Desde que comenzamos nuestras
jornadas diarias, la evaluación se hace presente en acciones que, al ser
tan cotidianas, no reflexionamos en el proceso interno que seguimos para
tomar ciertas decisiones. Evaluamos qué ropa usaremos, cuál es la mejor
opción para el desayuno, qué ruta tomar para dirigirnos al trabajo,
etcétera.
Según Sbert y Sbert, la evaluación nos ayuda a regular nuestra vida, a
tomar conciencia de nuestros actos y a controlar y mejorar nuestro
desempeño diario. En cierta forma, la evaluación en las aulas no resulta
tan distinta (Sbert y Sbert, 2001).
Te has preguntado… ¿cómo influye mi personalidad en la forma en la que
evalúo?
El concepto de evaluación es altamente maleable de tal forma que
acepta matices personales que dependen del contexto, la motivación y la
formación de quien lo define o aplica.
Las formas más comunes de mirar la evaluación hacen referencia a un
sentido de comparación, apreciación, juicio, medida o valoración
(Córdoba Gómez, 2006). Un ejemplo de esto se puede apreciar en la
actividad realizada anteriormente.
A continuación, revisa un experimento realizado por Tenbrik (2008), que
consiste en preguntar a profesores las palabras que vienen a su mente
cuando escuchan el término evaluación.
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Los profesores respondieron que pensaban en los siguientes términos:
1. Test 2.Calificaciones 3. Medición 4. Notas 5. Juicio
Si cotejas la lista de palabras del experimento de Tenbrink, puedes deducir
la tendencia de pensar en la evaluación como un sinónimo de prueba,
examen o test.
Si bien la aplicación de estos instrumentos resulta una herramienta útil al
momento de la evaluación, aplicar un test no es evaluar (adaptada de
Tenbrink, 2008).
En tu práctica docente: ¿Evalúas para poner notas o para mejorar tu
trabajo y el desempeño de nuestros estudiantes? En otras palabras,
¿Evalúas el aprendizaje o evalúas para el aprendizaje? (Tenbrink, 2008).
Piensa un momento en tus propias experiencias como estudiante…
¿recuerdas qué ideas tenías sobre el proceso de evaluación?
Seguramente tus opiniones acerca de la forma en que eras evaluado (a)
no eran muy diferentes a las que expresen los estudiantes de la actualidad,
por ejemplo lo que perciben tus propios alumnos cuando son evaluados.
Con frecuencia la forma en que un docente evalúa (y enseña) se parece
mucho a la forma en la que él o ella fue evaluado (a).
Nuestra naturaleza tiende a repetir lo que aprendemos, y, por lo general,
aprendimos que evaluación es sinónimo de examen y que en estos lo
importante es aprobar (Córdoba Gómez, 2006; Giné Frexies et al., 2004).
Lo importante es: aprobar
Si los estudiantes, por lo general, perciben a la evaluación únicamente
como un examen, entonces, no resulta extraño que los índices de fracaso
escolar en nuestro entorno (y en muchos otros) sean tan alarmantes, sobre
todo si nuestro concepto de éxito escolar está directamente vinculado con
el desempeño que se tiene en los exámenes.
Pero… ¿Es la evaluación una herramienta para mejorar el proceso de
enseñanza – aprendizaje?
De acuerdo con Córdoba Gómez (2006), se presenta la idea de la
evaluación como una herramienta que coadyuve a la mejora continua
del proceso de enseñanza‐aprendizaje, y que impacta en:
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El autocontrol.
La toma de decisiones.
La valoración del desempeño de alumnos y profesores.
La evaluación como un subproceso complejo que incide en todo el
proceso educativo y no solo en la certificación o sanción de los saberes,
ha sido ya planteada por diversos autores.
Retomemos de autores expertos en el tema, algunas definiciones del
proceso de evaluación en esta visión más dinámica y productiva para el
quehacer docente:
Casanova:
“La evaluación aplicada a la enseñanza y el aprendizaje consiste en un
proceso sistemático y riguroso de obtención de datos, incorporado al
proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible
disponer de información continua y significativa para conocer la situación,
formar juicios de valor con respecto a ella, y tomar decisiones adecuadas
para proseguir la actividad educativa mejorándola progresivamente” (Ma.
Antonia Casanova, 1998).
Díaz Barriga y Hernández:
“Evaluar desde la perspectiva constructivista, es dialogar y reflexionar
sobre el proceso de enseñanza‐aprendizaje, porque es una parte integral
de dicho proceso. Consiste en poner en primer término las decisiones
pedagógicas, para promover una enseñanza verdaderamente
adaptativa, que atienda a la diversidad del alumnado; en promover
aprendizajes con sentido y con valor funcional para los alumnos; en
ocuparse del problema de la regulación de la enseñanza y el aprendizaje;
y en favorecer el traspaso de la regulación realizada por el docente hacia
la autorregulación de los alumnos en materia de aprendizaje y evaluación”
(Díaz Barriga y Hernández Rojas, 2002).
Zorrilla Fierro:
“La evaluación educativa implica no solo lo referente al aprendizaje de los
estudiantes, sino también a todo lo que ocurre simultáneamente en los
actos de enseñanza‐ aprendizaje; es decir, el desempeño de los docentes,
los contenidos, las actividades de aprendizaje, etcétera” (Zorrilla Fierro,
2003).
Córdoba Gómez:
En virtud de que el principal responsable de estos actos es el docente, él o
ella resulta ser el responsable principal en el proceso de evaluación, pues
le posibilita el monitoreo y la mejora constante de su práctica.
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Stufflebeam, lo plantea así: “el propósito más importante de la evaluación
no es demostrar, sino perfeccionar” (citado en Córdoba Gómez, 2006).
Podemos identificar en todas las definiciones la idea predominante de
utilizar la evaluación como una herramienta para mejorar el aprendizaje,
entendiendo que las funciones del docente al evaluar van más allá del
asignar números, aprobar o reprobar; el verdadero sentido de este trabajo
es lograr que los estudiantes aprendan. Para mejorar la acción evaluadora
es necesario revisar el concepto, la tipología y los objetivos de la
evaluación.
¿Cómo consideras tu forma de evaluar?
A continuación revisa las características y diferencias entre los modelos
tradicionales versus los nuevos modelos de evaluación.
Para obtener un contexto más amplio del tema, revisa el siguiente caso:
“En este ciclo escolar, Laura egresó de la Escuela Normal Básica; como
parte de su programa curricular, Laura debía realizar prácticas en una
escuela pública de educación primaria, su trabajo lo realizó en un grupo
de cuarto grado. Respecto a la función evaluadora de la docente de
planta, comenta:
“La profesora dispone de una especie de cuadro de doble entrada donde
figuran todos los alumnos de la clase en los que va anotando
calificaciones de fichas que va haciendo en clase y calificaciones de
controles. Aparte, dispone de un registro de observación de cada alumno
donde va anotando aspectos relativos a conductas, dificultades de
aprendizaje, etcétera.
Señala que esto le sirve no sólo para evaluar actitudes y comportamientos,
sino también como recordatorio cuando tiene entrevistas con los padres
[…] Las fichas de evaluación se construyen con base en el libro de texto,
normalmente se trata de ejercicios que los alumnos completan […] En
cuanto a los exámenes, la profesora me enseñó varios modelos, se trata de
preguntas cortas, cinco o diez; en matemáticas, de operaciones y
problemas.
Creo que esta es la forma más sencilla de evaluar, nunca había pensado
en la evaluación en estos términos, pero te vas dando cuenta de que
evaluar no es sencillo, por eso uno como maestro opta por los exámenes,
porque es más fácil calificarlos, en cambio si utilizas una escala de
observación, un registro anecdótico o cualquier instrumento que quieras, la
decisión de la calificación final resulta muy complicada, sobre todo si te
encuentras con alumnos que no han alcanzado los mínimos.
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Al principio me pasaba días y días pensando cómo solucionar el problema
de la evaluación de algunos niños particularmente conflictivos.
Luego está el tema de los padres. Todos esperan que les digas que sus hijos
van bien. Es difícil explicar a los padres que su hijo tiene dificultades de
aprendizaje, más cuando estas dificultades son serias.
Como maestro tienes que tomar la decisión si recomiendas que una
alumno pase o no al siguiente curso, es una decisión muy difícil, sobre todo
cuando no se tienen los mínimos, uno piensa y si lo paso, y el año que viene
se retrasa aún más, eso sin contar con las cuestiones emocionales, que si
su autoconcepto se irá por los suelos, o que va a abandonar a su grupo, a
sus amigos de siempre y se puede hundir… en fin es una decisión muy
difícil, incluso angustiante”. (Adaptado de Salinas, 2002)
Reflexiona:
¿Qué reflexión te deja el ejemplo de Laura?
¿Qué te parece la manera de evaluar de la docente de planta?
¿Crees que la evaluación es la parte más difícil del proceso de
enseñanza‐aprendizaje?
¿Es útil, independientemente o, a pesar de los instrumentos
utilizados? ¿Por qué?
Con el fin de clarificar la función de la evaluación en el aprendizaje de los
estudiantes, realiza un breve análisis de la forma tradicional de evaluar el
aprendizaje y los nuevos modelos de evaluación para el aprendizaje
(Águeda Bento, 2005).
Observa nuevamente las respuestas dadas por los maestros en el
experimento de Tenbrink (2008).
¿Qué palabras
vienen a tu mente
cuando escuchas
el término
evaluación?
1. Test
2. Calificaciones
3. Medición
4. Notas
5. Juicio
Todas estas respuestas son el
reflejo de un enfoque
tradicionalista de la evaluación,
en el cual se sostiene que la
evaluación es un instrumento
útil solo para validar los
conocimientos de los
estudiantes.
Revisa lo que destacan diferentes estudios e investigaciones acerca de la
evaluación educativa.
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Evaluación a través de instrumentos:
La Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (2008,
citado en Águeda Bento, 2005) afirma que las prácticas de evaluación en
las escuelas tienen como finalidad evaluar el aprendizaje de los
estudiantes mediante la construcción de un instrumento que se aplica tras
largos períodos de enseñanza.
Sin embargo, en general, la construcción de dicho instrumento no implica
un proceso de reflexión, por lo que no es fácilmente vinculable con los
objetivos de aprendizaje planteados; además, la participación de los
alumnos es nula o muy poco frecuente.
Evaluación para medir habilidades memorísticas:
En una investigación realizada por Alonso (1995, citado en Águeda Bento,
2005), se analizaron las percepciones que tienen los docentes españoles
sobre la evaluación.
Los resultados muestran que los docentes consideran a la evaluación
como una herramienta de medición del aprovechamiento de los
estudiantes que se limita a medir habilidades de tipo memorístico y con un
referente numérico, y que la didáctica de sus clases no influye en forma
directa en los resultados que se obtienen.
La evaluación como examen:
En un estudio realizado por Fernández Pérez (2001), (2001, citado en
Águeda Bento, 2005) en cuanto a los educandos, encuentra que para
ellos la evaluación es un examen en el cual se valora sólo el resultado o las
respuestas y no su proceso de construcción.
Los alumnos dan gran peso al uso de la memoria, tanto en la prueba
misma como en la preparación y hábitos de estudio; además, consideran
que las pruebas que se realizan en la escuela no se vinculan de forma real
con la práctica profesional o con las actividades de la vida diaria.
¿Crees que las prácticas educativas tradicionales, enfocadas en evaluar el
aprendizaje dejan de lado múltiples aspectos del proceso mismo de
aprender?
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Dicho de otro modo, utilizar exclusivamente pruebas de lápiz y papel
impide que el docente observe diversos aspectos relevantes de la práctica
educativa, como el dominio de contenidos, habilidades y destrezas,
estrategias de estudio o de resolución de problemas, actitudes ante la
tarea, valores, etcétera. (Águeda Bento, 2005).
Resulta evidente la necesidad de modificar y enriquecer nuestras prácticas
de evaluación, debido a que los enfoques tradicionalistas de evaluación
resultan insuficientes ante el reto que plantean los nuevos objetivos,
contenidos, prácticas y métodos de enseñanza.
Te has preguntado… ¿Cómo innovar las prácticas de evaluación?
Realiza un simple cambio de preposición, en lugar de:
La innovación al evaluar no se da solo a partir de los métodos o las
estrategias con las que evaluamos, más bien el cambio innovador se
origina en las raíces, desde la filosofía subyacente a la evaluación (Brown y
Glasner, 2003).
La evaluación que promueve el aprendizaje significativo es vista como una
pieza importante en el proceso de enseñanza‐aprendizaje ya que:
Vincula al estudiante responsabilizándolo de sus propios logros.
Promueve la autoevaluación y estimula el deseo de mejorar.
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Además, entendida como una herramienta para suscitar el aprendizaje,
supone el trabajo y la comunicación continuos entre el docente y los
estudiantes, para perfeccionar el aprendizaje y mejorar el papel docente
teniendo como base los resultados de evaluación (Águeda Bento, 2005;
Brown y Glasner, 2003).
¿Cómo impacta el enfoque de evaluación en los roles del alumno y del
docente?
En los alumnos:
Les ayuda a reactivar conocimientos previos.
Consolida conocimientos nuevos.
Los estimula a superarse.
Mejora sus logros académicos mediante la observación de su propio
progreso.
Los motiva a profundizar en temas específicos del currículo de
acuerdo con sus propios intereses.
En los docentes:
Les permite recoger, procesar, comprender y valorar todos los
aspectos que intervienen en la enseñanza para mejorar o
perfeccionar los métodos, materiales, recursos, contenidos, planes y,
por supuesto, los resultados de aprendizaje.
Adaptado de Águeda Bento, 2005; Brown y Glasner, 2003)
La evaluación para el aprendizaje incluye no solo el logro de los
estudiantes, sino también (y en gran medida) la planeación de la
educación y el desempeño del docente.
Los resultados de esta evaluación se utilizan continuamente para mejorar
el proceso de enseñanza‐aprendizaje (Artiles Olivera, Mendoza Jacomino,
Yera Molina, 2008).
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Respecto a la definición y a la función de la evaluación, Tenbrik propone lo
siguiente:
La definición que plantea Tenbrink (2008) resume tanto el objetivo general
de la evaluación como su razón de ser. Si entendemos que la evaluación
es “el proceso de obtención de información y [el] uso [de la misma] para
formular juicios que a su vez se utilizarán para tomar decisiones [sobre el
proceso de enseñanza aprendizaje]”, queda claro que lejos de ser sólo un
instrumento para recabar información, el objetivo de la evaluación es
tomar decisiones y llevarlas a cabo.
A continuación, revisa seis pasos del proceso de evaluación, propuestos
por Díaz Barriga y Hernández Rojas (2002):
1. Determinar qué queremos evaluar o los objetos de la evaluación
Para delimitar qué queremos evaluar es necesario reconocer la
complejidad del ámbito educativo.
En relación a esto último Rosales (2000b) afirma que existen tres grandes
dimensiones del proceso educativo que pueden y deber ser evaluados.
Estos objetos de evaluación son:
Los componentes: Incluyen los aprendizajes de los alumnos, las funciones
del profesor, los recursos y materiales, etc.
Los procesos: Son la planificación de la educación, el desarrollo, la mejora
y los resultados de aprendizaje, etc.
El contexto: Puede ser: grupal, institucional o individual.
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Reconocer estas dimensiones permite vislumbrar las múltiples e importantes
funciones y efectos que tiene la evaluación en la educación.
2. Establecer criterios al realizar la evaluación
Se refiere a los objetivos que se plantean en el curso y pueden ser para
evaluar el desempeño o para evaluar el nivel de logro.
3. Definir los instrumentos de evaluación que se utilizarán
Teniendo como base lo que queremos evaluar debemos decidir qué
métodos o instrumentos utilizaremos para nuestro propósito.
4. Sistematizar la evaluación
Es el proceso de sistematizar la obtención de los datos, aplicando varios
instrumentos evaluativos que hagan emerger los indicadores de
evaluación planteados en el punto anterior.
5. Emitir juicios
Teniendo en cuenta los criterios de evaluación y los resultados de la misma,
el juicio deberá ser resultado de una interpretación sobre la forma y qué
tanto se han satisfecho los criterios de evaluación.
6. Tomar decisiones
La idea general de la evaluación, tiene que ver con la mejora continua del
proceso de enseñanza‐ aprendizaje, en este sentido, las decisiones
tomadas en la educación pueden tener fines estrictamente pedagógicos
o también fines sociales.
(Díaz Barriga y Hernández Rojas, 2002; Gimeno Sacristán y Pérez Gómez,
1997)
Los fines pedagógicos se dan para mejorar las situaciones de enseñanza
aprendizaje, evalúan lo referente a técnicas, métodos, materiales,
contenidos y elementos estrictamente pedagógicos.
La función social de la evaluación se refiere a todos los usos que se le da a
la evaluación más allá de la situación de enseñanza aprendizaje,
cuestiones como la acreditación de una materia, la obtención de un
diploma o la adaptación a una institución son funciones sociales de la
evaluación. Debemos tener cuidado de no priorizar esta función por
encima de la pedagógica, quedarnos sólo con esta idea es aceptar que
evaluar es aplicar exámenes para después calificarlos, asignar un número y
certificar el aprendizaje.
Revisa las funciones más importantes de la evaluación a través de los
siguientes casos.
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Apoyar al aprendizaje
En este sentido, se subraya la importancia de la evaluación como
instrumento de obtención de información útil tanto para el docente como
para los estudiantes, la importancia radica en retroalimentar al alumno
brindándole información de su propio proceso de aprendizaje y posibles
vías para la mejora del mismo (UPN, 1990).
Caso 1
José es un alumno de segundo grado de educación primaria. Es un niño
inteligente y parlanchín, no tolera permanecer demasiado tiempo sentado
y es muy sociable.
La maestra de grupo ha observado que José tiene algunas dificultades
para aplicar los algoritmos correctos en la resolución de problemas
matemáticos.
Aunque José es muy hábil con los números y domina perfectamente las
sumas, restas y multiplicaciones de manera aislada, al momento de
resolver un problema no sabe discernir qué algoritmo utilizar.
Para desarrollar esta habilidad, la maestra de José implementó un día de
kermesse; siempre al pendiente de José, la maestra lo animó a jugar
pirinola, a los dados, e incluso fue el encargado de vender los boletos de
entrada. La maestra de José planeó todas las actividades del día para
ayudar a sus estudiantes a ejercitar sus habilidades matemáticas.
Brindar elementos para la acreditación
La acreditación, en su connotación institucional o individual, implica una
búsqueda de reconocimiento social y de prestigio por parte de los
individuos que transitan por las instituciones educativas. La evaluación sirve
como herramienta para certificar dicha calidad (UPN, 1990).
Caso 2:
Jaime y Miguel son dos maestros de redacción de una escuela secundaria.
Como evaluación del segundo bimestre, ambos maestros han pedido a los
alumnos la creación de un cuento corto. Una vez dadas las consignas
los profesores prosiguieron con sus clases.
Los alumnos de Miguel trabajaron su tarea en casa. Los alumnos de Jaime
trabajaron en sus cuentos durante las sesiones de clase haciendo tantos
bosquejos y borradores como cada escritor creyó convenientes, dedicaron
sesiones enteras a la revisión de la redacción, a la edición e incluso
algunos hasta ilustraron sus textos.
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El maestro Miguel recibió los textos el día que los pidió. El maestro Jaime
preparó junto a sus alumnos una feria de lectura el mismo día, a la que
invitó a los padres de familia; cada uno de los escritores dio lectura a sus
textos. Al final del bimestre ambos maestros evaluaron: Miguel, el texto
final, mientras que Jaime retroalimentó a sus estudiantes a lo largo del
proceso.
Valorar la calidad del proceso educativo
Frente a la gran competencia que existe en el mundo, la búsqueda de la
calidad se ha vuelto una necesidad. En ese sentido, los procesos de
acreditación y evaluación están destinados a garantizar calidad y
proporcionar credibilidad respecto del proceso educativo y sus resultados
(UPN, 1990).
Dar información para la planeación
La evaluación entendida como un proceso sistemático que aporta
información referente a las características de cada uno de nuestros
alumnos y del grupo en general nos da la pauta para modificar y mejorar
la planeación de la enseñanza, favoreciendo así el aprendizaje de los
estudiantes (UPN, 1990).
Caso 3
La maestra Mimí atiende al primer grado de primaria en una escuela
pública. El día de hoy, trabajará con sus alumnos la escritura de recados.
Mimí reporta que a sus alumnos les divierte hacer recados para sus amigos;
pero afirma que para ella, como docente, la actividad le permite
reconocer los avances de cada uno en lectoescritura, y al observarlos de
manera global podrá determinar las estrategias pedagógicas necesarias
para clases posteriores.
La necesidad de enseñar y compartir con los estudiantes un proceso
evaluativo que lejos de sancionar el aprendizaje, brinde las herramientas
necesarias para acceder por sí mismos al saber es tarea de todos los
implicados en el proceso educativo, especialmente del docente.
Reflexiona… ¿Cuál es la importancia de la evaluación en la educación?
La evaluación educativa implica no solo la revisión de resultados, sino de
todo lo que constituye el proceso educativo, como medios, condiciones,
sistema pedagógico y los medios para su puesta en acción. Algunos
autores (Tirado Segura, Miranda, y Sánchez, 2007) sugieren que la
evaluación comience por los directivos, ya que su labor repercute en el
desempeño de la institución y, como “líderes”, deben constituir un
referente para los demás.
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Aunado a esto último y según Zorrilla Fierro, (2003) diversos autores (Tyler,
Bloom, De Landsheere, Stufflebeam y Shinkfield) concuerdan en los
siguientes elementos, objetivos y funciones de la evaluación:
El proceso de evaluación supone
hablar de:
Objetivos y funciones de la
evaluación:
Evaluación de contexto,
objetivos, condiciones y
medios de realización.
Evaluación de las
necesidades inherentes al
proyecto.
Evaluación del proceso.
Evaluación del producto,
medición e interpretación de
resultados.
Predictivo e inicial
(diagnóstica).
Determina las características de
lo que se evalúa: escuela,
docente, alumno o sistema
educativo.
Evaluación formativa. Se realiza
al final de un período, informa
acerca de los logros obtenidos
y advierte los puntos débiles.
Evaluación sumativa. Tiene la
estructura de un balance,
realizada después de un
período de instrumentación,
programa educativo o en la
finalización del mismo.
¿Puede el alumno participar en su proceso de evaluación?
La evaluación educativa puede ser llevada a cabo tanto por personas
involucradas en el proceso (autoevaluación), como también por personas
externas al proceso mismo (heteroevaluación).
Evaluación interna (autoevaluación)
Ventajas:
Optimiza la mejora del proceso educativo.
Minimiza la reactividad de los sujetos.
Es menos costosa.
Tiene mayor influencia sobre el proceso educativo.
Desventajas:
Minimiza la objetividad.
Minimiza la credibilidad social de la evaluación.
Minimiza los estándares y tecnología dura
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Evaluación externa (heteroevaluación)
Ventajas:
Maximiza la objetividad.
Maximiza la utilización de tecnología dura (diseño de instrumentos).
Maximiza la credibilidad.
Maximiza la utilización de estándares.
Desventajas:
Minimiza las posibilidades de mejorar el programa.
Maximiza la reactividad de los sujetos.
Es más costosa.
Tiene menor influencia sobre el proceso educativo.
(Tomado de Zorrilla Fierro, 2003)
Has pensado… ¿Hacia dónde debe dirigirse la evaluación?
Aunque se ha progresado mucho, el camino por recorrer es todavía largo.
Es necesario avanzar especialmente en lo relativo a estudios explicativos,
que nos informen sobre el peso real que tienen en nuestro contexto los
diferentes factores asociados al rendimiento escolar, y sobre la manera en
que cada uno actúa e interactúa con los demás; solo así podremos
ofrecer un mejor sustento para la toma de decisiones.
Esto implicará el desarrollo de estudios longitudinales y de valor agregado,
así como evaluaciones de programas, cuasi experimentales o
experimentales.
Pero limitándonos a las evaluaciones con las que ya contamos, si se
desconocen sus alcances y límites, es fácil utilizarlas en forma inadecuada.
Ejemplo de ello son los ordenamientos de escuelas supuestamente según
su calidad, basados en resultados simples, sin considerar el contexto de
cada plantel y el nivel con el que comenzaron un grado escolar los
alumnos. Más inapropiado todavía es asignar estímulos a los docentes con
base en tales resultados. (Tomado de INEE, 2008).
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En ambos casos, es indispensable la capacitación constante y actualizada,
para obtener resultados funcionales y de los que se pueda partir para
tomar acción y promover el cambio y mejora de los programas,
organización de las tareas y la transferencia a una más eficiente selección
de las decisiones.
Evaluación formativa: evaluar el progreso de los estudiantes
La evaluación formativa coloca al estudiante como agente central en el
acto de aprender cuya tarea no se limita a recibir una calificación, sino
que lo posiciona como protagonista de su propio aprendizaje, propiciando
que aplique procedimientos, adquiera habilidades, asuma actitudes y
valores, sea creativo, trabaje en grupo, y aprenda a resolver problemas. En
este esquema se muestra la diferencia entre una evaluación tradicional y
la evaluación formativa.
Evaluación tradicional
La evaluación tiene lugar al final del curso, reduciendo sus funciones a
comprobar si los contenidos han sido aprendidos, por lo general en forma
memorística.
Evaluación formativa
Se lleva a cabo durante todo el proceso de enseñanza‐aprendizaje, forma
parte de él y sus resultados posibilitan guiar el aprendizaje de los alumnos y
el desempeño del docente.
Preparar y usar las evaluaciones formativas
Se puede clasificar la evaluación formativa según el momento en que se
implementa en el proceso educativo. En este sentido, la evaluación
formativa puede ser: inicial, procesual o final (M. A. Casanova, 1998).
Otra forma de clasificar a la evaluación formativa toma en cuenta el tipo
de regulación que hace en el proceso de enseñanza‐aprendizaje.
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Regulación interactiva
Utiliza la observación, la entrevista o diálogos, como técnicas, lo que
permite activar el proceso de comunicación entre docente y alumnos.
Regulación retroactiva
Busca reforzar lo aprendido a través del repaso, la repetición o la revisión
de actividades ya realizadas.
Regulación proactiva
Permite planificar actividades futuras con la finalidad de consolidar o
profundizar lo ya aprendido. Es decir, para quien no tuvo ninguna dificultad
se programan nuevas actividades a fin de ampliar lo aprendido; y para
quien tuvo dificultades se proponen actividades especiales encaminadas
a lograr la consolidación de los aprendizajes.
Para reforzar la comprensión de los tipos de regulación interactiva,
retroactiva y proactiva, revisa el siguiente caso:
Julio es docente de quinto grado de primaria y lleva a cabo una actividad
de lectura de comprensión. El tema a trabajar son los valores en la familia y
decide que para comparar opiniones y contrastar experiencias la
actividad debe ser grupal, por lo que separa al grupo en equipos elegidos
al azar. Previamente ha preparado algunas lecturas que tienen como
tema algunos valores humanos, y procede a repartirle una lectura a cada
subgrupo. Una vez realizada la lectura propone que de forma libre se
comente algo que les haya interesado de la lectura de reflexión; de esta
forma él evalúa la comprensión y el nivel de participación.
Cuando Julio percibe pequeñas diferencias de opinión entre sus
estudiantes interviene haciendo comentarios sobre puntos importantes que
tal vez se están pasando por alto. Sus puntos de vista los comunica a nivel
grupal general, es decir, para todos, con la posibilidad de retomar la
información útil para ellos (regulación interactiva). [Utiliza la observación, la
entrevista o diálogos, como técnicas, lo que permite activar el proceso de
comunicación entre docente y alumnos.]
Terminada la lectura y con la finalidad de corroborar lo aprendido por los
estudiantes, Julio utiliza un juego de mesa con la temática de valores
donde vuelve a retomarse la información vista con anterioridad
(regulación retroactiva). [Busca reforzar lo aprendido a través del repaso,
la repetición o la revisión de actividades ya realizadas]
Al finalizar la clase, Julio solicita a sus estudiantes un ensayo referente a los
valores que se fomentan en casa y la forma en que estos han impactado
sus vidas (regulación proactiva). [Permite planificar actividades futuras con
la finalidad de consolidar o profundizar lo ya aprendido. Es decir, para
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quien no tuvo ninguna dificultad se programan nuevas actividades a fin de
ampliar lo aprendido; y para quien tuvo dificultades se proponen
actividades especiales encaminadas a lograr la consolidación de los
aprendizajes.]
Autoevaluación, Coevaluación y Evaluación mutua
La evaluación formativa rechaza la idea de que el papel evaluador quede
solamente en manos de profesor, abriendo la posibilidad a que participen
los alumnos. Acorde con esta idea, se pueden realizar tres tipos de
evaluación centradas en la participación de los alumnos. (M. A. Casanova,
1998; Díaz Barriga y Hernández Rojas, 2002).
Autoevaluación
La realiza el alumno sobre sus propias producciones.
Coevaluación
Se realiza como un trabajo conjunto entre el docente y los estudiantes.
Evaluación mutua
Tiene lugar cuando la realiza un estudiante sobre las producciones de otro
igual.
Los docentes de todos los niveles implementan en el aula ‐ de manera
intuitiva‐ la evaluación formativa porque se forman impresiones acerca de
los estudiantes (sus intereses, motivaciones, progresos y dificultades) y
adecuan a ellas sus intervenciones. Sin embargo, se debe considerar que
el resultado de esta observación espontánea está expuesta a sesgos y
errores, es por ello que la evaluación formativa no debe realizarse de
forma intuitiva.
¿Cómo evaluar?
En la evaluación formativa es importante seleccionar la metodología que
se utilizará pues de ello depende que se logren los objetivos de aprendizaje
(E. Bassedas et al., 1990).
A continuación revisemos un modelo de evaluación formativa propuesto
por María Antonia Casanova (1998).
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Conclusiones acerca de la evaluación formativa
La evaluación formativa recoge datos que especifican el avance del
alumno (conceptual, procedimental y actitudinal) y demás aspectos que
interaccionan en él: actuación del profesor, metodología, recursos,
actividades, relaciones, etc., además de los siguientes aspectos:
(Ma. Luisa Martín (1997) en el libro "Planeación, Administración y Evaluación
de la Educación").
La evaluación formativa:
Permite autocorregir la acción educativa en forma continua.
Regula y orienta los procesos de enseñanza y aprendizaje de una
manera formativa y continua.
Está inmersa en un marco de valores plurales.
Tiene un carácter integrador y coherente, acentuando los objetivos
académicos, actitudes y valores.
Se orienta a las capacidades, conductas y rendimientos observables.
Se realiza a lo largo de todo el proceso educativo (no sólo al final).
Incluye la totalidad de elementos que configuran el sistema escolar
así como la pluralidad de los agentes que intervienen en él.
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Evaluación sumativa: evaluar el rendimiento de los estudiantes
La evaluación sumativa se orienta hacia el resultado, por lo tanto, “Resulta
apropiada para la valoración de productos o procesos que se consideran
terminados, no se pretende mejorar nada con ella de manera inmediata,
porque ya no es posible, sino que su valor es definitivo” (M. A. Casanova,
1998 p. 79).
Comparativo entre evaluación formativa y sumativa
La siguiente comparativa entre evaluación formativa y sumativa ayudará
a comprender mejor las implicaciones de cada una de ellas como
métodos de evaluación:
Tras evaluar el progreso de los estudiantes mediante la evaluación
formativa, el docente debe responsabilizarse de evaluar el rendimiento
Evaluación formativa Evaluación sumativa
1 Es aplicable a la evaluación de
procesos.
2 Se debe incorporar al mismo
proceso de funcionamiento como
un elemento integrante del mismo.
3 Su finalidad es la mejora del
proceso evaluado.
4 Permite tomar medidas de
carácter inmediato.
1 Es aplicable a la evaluación de
productos terminados.
2 Se debe incorporar al mismo
proceso de funcionamiento como
un elemento integrante del mismo.
3 Su finalidad es la mejora del
proceso evaluado.
4 Permite tomar medidas de
carácter inmediato.
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mediante una amplia variedad de métodos. La evaluación sumativa
(evaluación del aprendizaje) cubre todos los aspectos relacionados con la
valoración de los niveles de rendimiento requeridos y con la
retroalimentación a los estudiantes.
Para comprender de mejor forma la naturaleza de la evaluación sumativa,
revisa el siguiente caso:
Conversación interesante:
Algo curioso me sucedió cuando iba a clase, al doblar una esquina en el
pasillo, se me acercó el pedagogo y me dijo:
‐ ¿Va a dar clase?
‐ Sí, efectivamente- dije yo.
‐ ¿Conoce los resultados de su enseñanza?
‐ Mis objetivos están claramente concebidos.
‐ ¿Y planteados a nivel de comportamiento?- dijo él.
‐ Y planteados a nivel de comportamiento- dije yo.
‐ ¡Que su enseñanza produzca el aprendizaje esperado!
Otro día, no mucho después, iba yo cargado de exámenes para calificar a
mis alumnos y me encontré con el orientador. Me dijo:
‐ ¿Va a examinar?
‐ Sí, efectivamente- dije yo.
‐ ¿Y mide los resultados del aprendizaje?
‐ Por supuesto, y una muestra apropiada de ellos.
‐ ¡Que sus evaluaciones proporcionen datos objetivos!
Pero cuando volvía para irme, apareció el evaluador:
‐ ¿Va a evaluar?
‐ Así parece- dije.
‐ ¿Conoce el resultado de su evaluación?
‐ ¿El resultado? ¿Quiere decir las calificaciones que recibirán mis alumnos?
‐ No, sino el fin para el que se usarán las puntuaciones. Pues a partir de ellas
se toman graves decisiones y se hacen juicios.
Esta retahíla de preguntas era tan nueva para mí que empecé a temblar.
Pensé: “los test son para aplicarlos, puntuar y registrar la puntuación, pero
¿para tomar decisiones? e incluso si fuera así, ¿se sabe por adelantado
qué decisiones se podrían tomar? Verdaderamente el evaluador es un
creador de problemas, ¿conoce el resultado de su evaluación?, ¡Qué
