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Ha I LAS CIENCIAS SOCIALES EN MÉXICO Y LA UNIVERSIDAD NACIONAL · del inventario nacional que...

Date post: 26-Sep-2018
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Ha e I a I a n u e va LAS CIENCIAS SOCIALES EN MÉXICO Y LA UNIVERSIDAD NACIONAL Por Raúl Benítez Zenteno -- 36 _ ; I "j I i I ' ¡; l' l' : 1. Resumen de la situación actual de las ciencias sociales en México El Mexicano de C iencias Socia les (CO- MECSO), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecno logía (CONACYT), el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y el Centro de Estudios Básicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, llevaro n a cabo la encuesta para conocer los recursos que se apli- can a las actividades científicas y tecnológicas en el área de las ciencias sociales y las humanidades, como parte del inventario nacional que llevó a cabo el CONACYT en todas las áreas del conocimiento. De! anális is de los 390 centros o institutos de ciencias sociales y humanidades existentes en e! país a fines de 1984, lo que puede hab er variado un poco en la actuali- dad en cuanto a desaparición y creación de algunos, se obt uvieron conclusiones que vale la pena considerar cuando se busca reorienta r la política general de investi- gación científica hacia el mayor beneficio posible de l país, de su población y en particular de los grupos y sectores menos favorecidos e históricamente sometidos a un proceso de em pobrecimiento , que con la crisis se agu diza . Ta l recuento de conclusiones, permite seña l ar tam- bién las responsabilidades que recaen en instituciones que como la UNAM, tienen el carácter de nac iona les, cuentan con mayor a ntig üe dad y tra dición en la investi- gación científica y disponen de personal y re cursos que obligan a que sus tareas consideren la gran concentra- ción que se da en la Ciu dad de México , o la extrema desiguald ad de recursos humanos y materiales en el quehacer de las ciencias sociales y las human ida des . En la Ciudad de México se concentra e! 46% de los cen tros, el 69% de los investigadores y e! 64 % de los proyectos de investigación. En el sector acadé mico en la C iudad de México, de un conjunto de 114 centros (29.2% del tota l de l paí s); 40% reúne n condiciones insti- tucionales (formación académica de los investigadores, apoyo institucional,tipo de proyectos, etc.), el 41% tiene posibilidades de lograrlo en corto plazo y el 19% no re- únen condiciones. En el sector académico de provincia .integr ad o por 150 centros (38.5% del conjunto del país), sólo el 13% reúne condiciones, el 33% tiene posibilida- des de llegar a reunirlas y el 54 % no tiene posibilidades. En el sector públ ico, el nivel de calificación es muy bajo . Sólo el 15% de los centros de la Ciudad de México y el 8% de los de provincia reúnen condiciones para la investigación científica. En el ext re mo opuesto, no re ú- - nen condiciones el 70% Y el 83% respectivamente, lo que in du ce a la conclusión de que éstos centros no d ebe- rían consi derarse en la prá ct ica com o de investiga ción científica. (La ubicación de los ce ntros responde a su autoe valuac ión). Si se toman en consideración los inventarios rea liza- dos en 197 4 y en 1984, se obtien en resultados significa- tivos. En primer términ o el he cho de que el conjunto de centros sólo creció en 29%. Sin em bargo , se considera que en los últimos años el crecimi ent o del número de centros es muy elevado por el hecho de que de 1974 a 1984 se creó el 62% de los centros existentes en 1984, pero no se toma en cuenta de que en el mismo dece nio se suprimió al 51o/c de los ce nt ros existen tes en 1974. Es decir que estamos fre nte a una gran inestabilidad insti- tucional. Tal situación de inestabilidad puede atribuirse a los cent ros de creación relativam ente reciente y de tamaño menor, especialme nte en el sector público. La situación co ntrar ia de gran estabilidad se da en los cen- tros de mayor antigüedad y tamaño , en particular los de la Ciudad de México dentro del sector académico. No se hace evi de nte una te nden cia a cre ar nu evos centros con un nivel académico adecuado de sus investi- gado res. Este aspecto resulta de capital importancia en la medida en que lo que se ha apo yado es la creac ión de centros independ ientemente de la capacitación i nea de sus académicos para e! cumplimi ent o de las t areas que se van a emprender. Sin duda estamos fr ent ea una situación contradictoria e inconveni ente sobre t odo si se desea que en provincia se fortalezca la capacidad de in- vestigación científica, El aná lisis de la form ación de los investigadores lleva a la conclusión general de que estamos fr ente a un con- juma en que la p repa ración es insuficiente. No es acep- table que la mitad de los responsables de pro ye ctos de investigación tengan sólo estudios de licenciatura y de
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Ha •e I a I a n u e va

LAS CIENCIAS SOCIALESEN MÉXICO

Y LA UNIVERSIDAD NACIONALPor Raúl Benítez Zenteno

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iI '¡; l'

l' :

1. Resumen de la situación actual de las cienciassociales en México

E l Consej~ Mexicano de Ciencias Socia les (CO­MECSO), el Consejo Nac ional de Cienc ia y Tecnología(CONACYT), el Instituto de Investigaciones Sociales dela UNAM y el Centro de Estudios Básicos de la Facultadde Ciencias Políticas y Socia les de la UNAM, llevaro n acabo la en cuesta para conocer los rec ursos que se ap li­can a las act ividades científicas y tecnológicas en el áreade las ciencias sociales y las humanidades, como partedel inventario naciona l que llevó a cabo el CONACYTen todas las áreas del conoc imiento .

De! anális is de los 390 centros o institutos de cienciassociales y humanidades existentes en e! país a fines de1984, lo que puede hab er variado un poco en la actuali­dad en cuanto a desaparición y creación de algunos, seobtuvieron conclusione s que vale la pena considerarcuando se busca reorientar la política general de investi­gación científica hacia el mayor beneficio posible de lpaís, de su población y en particu lar de los grupos ysectores menos favorecidos e históricamente sometidosa un proceso de empobrecimiento, que con la cr isis seagu diza .

Tal rec uento de concl usiones , permite señalar tam­bién las responsabilidades que recaen en institucionesque como la UNAM, tie nen el carácter de naciona les,cuentan con mayor antigüedad y tradición en la investi­gación científica y disponen de personal y re cursos queobligan a que sus tareas consideren la gran concentra­ción que se da en la Ciudad de México , o la extremadesigualdad de rec ursos human os y mater iales en e lquehacer de las cienc ias sociales y las humanidades .

En la Ciudad de México se concentra e! 46% de loscentros, el 69% de los investigadores y e! 64 % de losproyectos de investigación. En el sector acadé mico en laCiudad de México, de un conjunto de 114 centros(29.2% del tota l de l país); 40% reúnen condiciones insti­tu cionales (formación académica de los investigad ores,apoyo institucional,tipo de proyectos, etc.), el 4 1% tieneposibilidad es de lograrlo en corto plazo y el 19% no re­únen condiciones. En el sector académico de provincia

.int egrado por 150 centros (38.5% del conj unto del país),sólo el 13% reúne condiciones, el 33% tien e posibilida­des de llegar a reunirl as y el 54 % no tiene posibilida des.

En el sector público, el ni vel de calificación es muybajo . Sólo el 15% de los centros de la Ciudad de Méxicoy el 8% de los de provincia reúnen condiciones para lainvestigación científica. En el extremo opuesto , no re ú- ­

nen condiciones el 70% Y el 83% respectivamente, loque induce a la conclusión de que éstos centros no debe­rían considerarse en la práct ica com o de investiga cióncientífica. (La ubicación de los centros responde a suautoevaluac ión).

Si se to man en consideraci ón los inventarios realiza­dos en 1974 y en 1984, se obtienen resultad os significa­tivos. En primer término el hecho de que el conjunto decentros sólo creció en 29%. Sin embargo, se consideraque en los últimos años el crecimiento de l nú mero decentros es mu y elevado por e l hecho de que de 1974 a1984 se creó el 62% de los centros existentes en 1984,pero no se toma en cuenta de qu e en el mismo deceniose suprimió al 51o/c de los centros existen tes en 1974. Esde cir que estamos fre nte a un a gran inestabilidad insti­tucional. Tal situac ión de inestabilidad pu ede atr ibuirsea los centro s de creación re lati vamente reciente y detamañ o men or , especialmente en el secto r pú blico. Lasituación contraria de gran estabi lidad se da en los cen­tros de ma yor ant igüedad y tamaño, en parti cular los dela Ciudad de México dentro del sector académico.

No se hace evidente una te ndencia a cre ar nu evoscent ros con un nivel acadé mico adecuado de sus investi­gadores. Este aspecto resulta de capita l importanci a enla med ida en que lo que se ha apoyado es la creac ión decent ros independientemente de la capacitación idóneade sus académicos para e! cumplimiento de las tareasque se van a emprender. Sin duda estamos frente a unasituación contrad ictoria e inconveniente sobre todo si sedesea que en prov incia se for ta lezca la capacidad de in­vestigación cient ífica,

El aná lisis de la form ación de los investigadores llevaa la conclusión general de que estamos frente a un con­juma en que la preparación es insuficiente . No es acep­table que la mitad de los responsables de proyectos deinvest igación tengan sólo estudios de licenciatu ra y de

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Universidadellos sólo el 58% esté recibido. En el sector académicotales resp onsables de proyecto, el 42.5%, tienen estudiosde licenciatura, con especialidad el 2.1 %, con estudiosde maestrí a el 32 .1% y con estudios de doctorado sóloel 21.9% Yfinalmente con otros estudios el 0.8 %. En elsector públi co, éstas proporciones son: 60.6 %, 1.4 %,25.1 %, 5.3% Y 7.6% respectivamente.

Estos resultados muestran una estructura institucionalcon grandes deficiencias estructurales, o vicios que sehan acumulado, de tal magnitud, que se constituyen enun lastre difícil de eliminar y una de las barreras al desa­rrollo de la investigación científica.

Uno de los temas más conspicuos es el de los ingresosdel personal acadé mico en las universidades. La en­cuesta mostró una relación mu y estrecha entre nivel deformación y nivel de ingresos de los investigadores (enprovincia, en las universidades no existe el nombra­miento de investigador), con diferencias importantes en­tre la Ciudad de México y provincia con un nivel gene­ral de ingresos bajo. La situación actual indica, conclaridad, que comparado el salario mínimo y la sangríainflacionari a, sumados estos dos aspectos, el ingreso realde un in vest igador de la más alta categoría en laUNAM, ha disminuido en un 70 % en los diez últimos

años. Estas situaciones impiden ritmos adecuados de re­producción e incluso el simple mantenimiento de laplanta de investigadores, y limitan severamente una des­centralización real del quehacer científico.

La encuesta también incluyó una entrevista a los di­rectores de los centros o institutos, cuyos resultados másnotables se refieren a la inexistencia de un verdaderoplan' de desarrollo científico y tecnológico, financia­miento insuficiente, poca remuneración, falta de capaci­tación, extremada centralización. Por otra parte, las res­puestas de los directores sobre los principales usuariosde los productos de la investigación (uno de los aspectosmás significativos y a su vez uno de los temas no estudia­dos cuando se hacen trabajos sobre el avance de las dis­ciplinas), mostraron que un 47% señaló usuarios dentrode l sector académico; 36% dentro del sector púb lico; yel 17% señaló a muy diversos sectores representativosde grupos o clases sociales, población en general, pobla­ción marginada o pob lación pobre.

Por último, la revisión de los temas de investigaciónmuestra el abandono notable de temáticas básicas parael conocimiento del país, por ejemplo los estudios sobrela cuestión agraria; la educación, en donde se rea liza ungran número de proyectos en centros que no reú nen las

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H a e i a I a n ue U n i ve r s ida dcondiciones mínimas de calidad; o bien el predominiode modas de investigación que llevan precisamente alabandono de temas sustantivos; y, entre otros, un as­pecto bien relevante: se hace evidente la falta cada vezmayor de la investigación directa o de campo, que pro­duce los "datos duros".

11. Posibles respuestas de la UNAM hacia undesarrollo sustantivo y equilibrado de las cienciassociales

No hay duda de que la UNAM tiene entre sus grandesresponsabilidades, la de pugnar por el desarrollo de lainvestigación científica en el país , con un mayor énfasisde lo que ha venido haciendo hasta ahora, sobre todo enlas últimas administraciones en que se ha llegado a undeterioro notable de las condiciones de trabajo de losinvestigadores y se ha abandonado la reproducción de lacapacidad científica y tecnológica, sobre todo la de for­mación de nuevas generaciones.

Tanto las autoridades universitarias como los acadé­micos no hemos logrado que la ciencia y la tecnologíasean consideradas en nuestro país como uno de los fac­tores básicos del desarrollo, más aún frente a los gran­des cambios que se dan en todo el mundo. La distanciafrente a los avances científicos mundiales es cada vezmayor, lo que amplía nuestra dependencia. A su vez, lasrespuestas frente a esta situación, como el Sistema Na­cional de Investigadores, son insuficientes y externas alas universidades y tienden a constituirse en pérdidapaulatina de la capacidad de decisión propia, frente a losrequerimientos de avances sustantivos en el seno del sis­tema global de universidades.

Incluso, frente a los problemas de las universidadesde provincia, se les ha abandonado como irrecuperableso irredentas, y se tiende a apoyar la creación de centrosautónomos, lo que constituye una respuesta que haceposible una práctica novedosa y creativa de la investiga­

ción, pero que se mantiene al margen de los ámbitosuniversitarios. No obstante, la universidad no es tal, ensentido estricto, si no realiza investigación como factorde su dinámica.

La práctica de la UNAM con el resto de universida­des del país, se ha mantenido dentro de una posiciónpaternalista, al presentar en su sistema de intercambiosólo los programas que puede ofrecer, en lugar de dis­cutir con el conjunto y con cada una sobre los proble­mas que hay que resolver y la mejor manera de lograrlo,estableciendo una doble práctica: la orientada hacia laconstitución de un plan y programas de desarrollo cien­tífico y tecnológico para el país, con la participación sus­tantiva de los científicos, que en tiempo de crisis debie­ran ser más dinámicos, y la discusión particularizada concada universidad en torno al establecimiento de proyec­tos de mediano y largo plazo orientados a la formaciónde recursos humanos, realización de trabajos conjuntosen el análisis de los ámbitos regionales y la situación na-

ciona l y muudial , entendiendo co n claridad que elavan ce del conocimiento social se enriquecerá precisa­mente a partir del estudio de nu estra máxima riq ueza:la diversidad social y cultura l.

En estr icto sentido. en la UNA M la acción ha y queiniciarla desde dentro. Debe ge nera lizarse una prácticasin la cual la investigación cien tífica se empobrece y quees la confro ntación interna y con el ex te r ior . No existenen la ma yoría de nuestros institutos programas de desa­rrollo institucional, o un plan que oriente la acc ión yconst ituya el resultado de la co nfrontac ión internafrent e a las necesidades nacionales, qu e permita diluci­dar u orientar las decisiones sobre el papel de la investi­gación cient ífica y de la institución particular , forma­ción de recursos humanos y reproducción de la plantade investigadores, las relaciones básicas entre la investi­gación y la docencia que haga que las escuelas, faculta­des e institutos confronten el avan ce disciplinario en lapráctica , rompiendo los cotos y pequ e ños feudos exis­tentes .

Es cierto que en la UNA M se han det eriorad o nota­blemente los niveles académicos y que no obstan te se hallegado a la decisión de un futu ro congreso de l que seespera mucho; ho y día, en el seno de nuestras depen­dencias ha pasado el " momento políti co" y reapareceun notable desinterés y abandono , lo qu e fue uno de losfactores que llevó a que la administración se constitu ­yese en un aparato ampliado qu e se reproduce a símismo, independientemente del servicio que debe pres­tar a los objetivos institucionales.

N uestros centros de investigación cre cen sin con­ciert o, ya que no se han determinado áreas específicasen términos de prioridades. Los investigad ores se incor­poran con su proyecto "bajo el brazo " y no se da lapráctica que justifique la existencia de nombramientosde titular y de asociado. Todos somos titul ares, ya quetodos somos responsables de un proyecto concreto. Lapráctica de investigación se ha convertido en un procesoestrictamente individual en las ciencias sociales, lo quetiende a justificarse por la austeridad de los tiempos quecorren, cuando es ahora el momento en que la investi­gación científica conjunta o en equipo, debiera aportarconocimientos sustantivos para el cambio. Los resulta­dos de la investigación tienen un destino incierto queincide muy poco en la búsqueda de un México mejor.Los conocimientos que surgen de la investigación tam­poco se incorporan al sistema de educación formal conla adecuada celeridad en la forja de nuevas generacio­nes y no tienen nada que ver con las culturas populares.El alejamiento de la realidad es notable e injustificable.

Estos son algunos de los aspectos fundamentales quedeben abordarse en la discusión universitaria, para en­frentar, científicamente, el problema más profundo delavance científico en sí mismo, aun con las consideracio­nes sobre la relativa certeza del conocimiento, tanto enlas llamadas ciencias duras como en las ciencias socia­les. O

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