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5/26/2018 Herbert, Zbigniew - Antolog a Po tica
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Antologa potica
ZBIGNIEW HERBERT
Poeta, ensayista y dramaturgo polaco. Naci el 29 de octubre de 1924 en Lwow y muri en Varsovia el 28 de julio de1998. Fue uno de los poetas ms importantes de la literatura polaca del siglo XX. Public sus primeros poemas en1948, pero su verdadero debut tuvo lugar en 1956 (durante el periodo de la dominacin del realismo socialista guardsilencio). Ha sido traducido a varios idiomas, entre otros al ingls, francs, alemn, ruso.Sus principales libros de poesa:La cuerda de la luz (1956),Hermes, el perro y la estrella (1957),Estudio del objeto(1961),Inscripcin (1969), Poesas escogidas (1971) y Seor Cogito (1974), "89 versos" en 1997, "Eplogo de latempestad" en 1998. Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas, publicada en 1984 es un alegato contra losproblemas de una sociedad, la polaca, bajo la ley marcial.Toda la obra de Herbert es una defensa apasionada de la historia y de la cultura, hecha no desde el punto de vista delesteta y erudito, sino de un moralista inquieto, deseoso de salvar ante todo la dimensin humana de suscontemporneos.Para el poeta el fracaso moral y la prdida del sistema de valores del hombre europeo despus de la guerra es unarazn ms para buscar el apoyo en la gran herencia comn de la cultura mediterrnea. Nadie ms en la poesa polacacontempornea ha sido tan consciente de que este mundo, petrificado en los libros de texto y en los museos,representa un punto de referencia, una raz, en fin, nuestra riqueza que sigue siendo vlida. Al reintegrar a los diosesy a los hroes antiguos en el mundo contemporneo, Herbert les quita su solemnidad de momias sagradas del pasado,su Jons se muere de cncer en un hospital y el Fortinbrs de su poema -dilogo con Hamlet, ya muerto tiene rasgosde un prncipe del siglo xx.En toda la obra de Herbert existe una tensin dialctica entre lo concreto y lo abstracto, entre lo particular y louniversal. No obstante, si este poeta vuelve a recurrir a las grandes palabras humanas, el desmitificador que hay enl no deja de luchar con el mitlogo y esta lucha constante le confiere a su poesa un tono particularmente dramtico.
En este mundo el sufrimiento adquiere un valor supremo. Al hombre dice Herbert no le queda ms que unherosmo cotidiano, humilde y estoico, no le queda ms que saber convivir con el abismo, justo a su medida.
Krystyna Rodowska
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Zbigniew Herbert: un poeta del siglo XXAr tculo aparecido en el diar io La JornadaMxico
Cuando se hable en el futuro de los poetas mayores del siglo XX, se podr decir una buenacantidad de autores. Y de tantas lenguas. Aquellos que le hablen reveladoramente a la gente, ylo sigan haciendo, iluminndonos. Entre ellos estar el polaco Zbigniew Herbert (Lww, 1924-Varsovia, 1998), quin escribi durante toda la segunda mitad del siglo pasado. Entre nosotros,quiz fue Jos Emilio Pacheco quien lo dio a conocer, con sus aproximaciones de lasversiones inglesas de los aos 80, en especial del poemaInforme desde una ciudad sitiada, delcual JEP extrajo una extraordinaria apropiacin/recreacin de la desencantada visin quecaracteriza a la obra tarda de Herbert.
No obstante, en castellano an es relativamente desconocido. Este ao aparecieron, entraduccin inglesa de Alissa Valles,Los poemas reunidos (The collected poems, 1956-1998),que incluyen toda la obra publicada de Herbert (Ecco, Nueva York, 2007, 600 pginas) y
aprovechan tambin las versiones de Czeslaw Milosz y Peter Dalle Scott. El conjunto permitever la evolucin de su escritura, la vigencia del placer potico que transmite gracias a lanaturalidad con que sus poemas habitan la realidad simple y los terrenos de la seora Historia.Su recurrente lectura de la mitologa clsica, el imperio romano y otros hitos modlicos lepermiti hablar de su presente (la Polonia antifascista y pronto comunista-estalinista, siempreincmoda bajo el yugo sovitico) sin sufrir exilio, reducacin carcelaria o silencio (y cuando loalcanz la censura en los aos 70, dej de publicar pero nunca estuvo solo, y eclosionara comofigura central de la cultura polaca tras las huelgas histricas en los muelles de Gdansk, en 1980).
Con sutileza, y el muy polaco don de la irona como arma de la resistencia de todo un puebloacosado durante siglos, Herbert construy un notable corpus potico, suficientemente astuto
(como se dice de Odiseo) para traspasar la censura e imponer su propia legitimidad. Su tratofamiliar con la Historia remite a Borges, slo que Herbert, de sobrio y correcto afn clsico,es un poeta paradjicamente menos erudito pero ms libre, que habl desde el dolor del sigloXX. Borges saba demasiado y se comprometi demasiado poco con su presente.
Herbert fue un hombre de su tiempo. Su espritu y su voz animaron el movimiento deSolidarnosc (Solidaridad) cuando representaba una alternativa progresista al socialismo dehierro. Se alej del movimiento cuando ste devino agente racionalizador del neoliberalismo,
el alineamiento al Vaticano y el viraje proyanqui de Polonia.
Esa descomposicin de una alternativa vuelta poder, fenmeno tan comn en estos tiempos,no arrastr a la impecable poesa de Herbert, quien en respuesta deriv hacia un desencanto que
nunca perdi la irona. Evit usar la Historia como consolacin o escape. Buscaba la belleza,pero tambin la verdad. En todo caso, la realidad. Una voz recorre sus libros finales, la del seorCogito, suerte de alter egoo interlocutor (un poco el seor Palomar de Italo Calvino, aunquecon un temperamento muy diferente); el lcido e irritante escritor sudafricano J. M. Coetzeeencuentra esta voz quijotesca en el ensayoZbigniew Herbert y la figura del censor, queaparece en su libro Contra la censura. Ensayos sobre la pasin por silenciar(Debate, Mxico,2007). El conocido poeta Adam Zagajewski seala la duplicidad de la voz herbertiana,participacin y distancia, y considera al seor Cogito una suerte de vocero, elporte paroledeHerbert.
Ante la estatura clsica que alcanz el muy contemporneo Herbert, Coetzee reconoce: Esposible que las circunstancias de su vida hayan desposedo al censor de buena parte de su poderde prohibir o inhibir. Tuvo suerte, genio, y una astucia que el sudafricano encuentra a vecesdemasiado esteticista. Sin embargo, admite: La poesa de Herbert se basa en un gran secreto
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que el censor no conoce, el secreto de lo que lo hace un clsico. Diga lo que diga la opininpopular, afirmen lo que afirmen los propios clsicos, lo clsico no pertenece a un orden ideal, nise alcanza adhirindose a una u otra serie de ideas. Por el contrario, lo clsico es lo humano, opor lo menos, lo que sobrevive de lo humano.
EL ABISMO DEL SEOR COGITO
En casa no hay peligropero detrs del umbralcada vez que el Seor Cogitosale por la maana a pasear
se abre delante de lun abismono el abismo de Pascaltampoco el despeadero de Dostoyevskies un abismo
justo a la medidadel Seor Cogitosu calidad particular:nada insondableni aterrorizador
lo sigue como si fuera una sombralo espera frente a la panaderaen el parque junto con el Seor Cogito
por encima de su hombrolee el peridico
molesto como un tumorapegado como un perroy ni siquiera tan profundo
para absorberlo con la cabezalas piernas y las manos
un dael abismo tal vez se haga ms grandems madurose ponga serio ay si se supieraqu agua darlecon que semillaalimentarlo!
ahorabasta con que el Seor Cogitorecoja un puado de arena
para taparlo
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sin embargo no lo haceal regresar a casadeja al abismo tranquilodetrs del umbral
ocultndolo cuidadosamentecon un viejo trapo
traduccion
Krystyna Rodowska
Don Cgito Sobre La Postura Erguida
1
En tica
los ciudadanos
no quieren defenderse
en la ciudad estall la epidemia
del instinto de conservacin
el templo de lalibertad
se troc en rastro
el senado delibera
cmo no ser senado
los ciudadanos
no quieren defenderse
asisten a acelerados cursillos
de genuflexin
pasivos esperan al enemigo
escriben aduladores discursos
entierran el oro
cosen nuevos estandartes
inocentemente blancos
ensean a losnios a mentir
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abrieron las puertas
por las que ahora penetra
una columna de arena
por lo dems como de costumbre
comercio y copulacin
2
Don Cgito
querra estar
a la altura de las circunstancias
esto es
mirar aldestinodirectamente a los ojos
como Catn el Joven
mirad en las Vidas
no tiene sin embargo
espada
ni ocasin
para enviar a su familia a ultramar
espera pues como los dems
pasea por la insomne habitacin
contra los consejos de los estoicos
querra tener el cuerpo de diamante
y alas
mira por la ventana
cmo el sol de la Repblica
se aproxima al ocaso
le qued poco
en realidad slo
la eleccin de la postura
en la que desea morir
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la eleccin del gesto
la eleccin de la ltima palabra
por esto no se tiende
en el lecho
para evitar
ser estrangulado mientras suea
querra hasta el final
estar a la altura de las circunstancias
el destino le mira a los ojos
en el lugar donde estaba
su cabeza
(1974)Versin de Xaverio Ballester
A Marco Aurelio
Buenas noches Marco Aurelio apaga la luzy cierra el libro Encima de tu cabeza
se levanta una dorada alarma de estrellasel cielo habla alguna lengua extranjeraeste es el brbaro grito de miedoque tu latn no puede entenderun terror continuo un negro terrorcontra la frgil tierra humana
empieza a golpear y triunfa Escuchasu rugido El flujo incesantede los elementos ahogar tu prosahasta que se derrumben los cuatro muros del mundo
Y para nosotros? -temblar en el aire
soplar las cenizas agitar el terroernos los dedos buscar vanas palabrasarrastrar las sombras cadas a nuestras espaldas
Bueno Marco Aurelio mejor cuelga tu paza travs de las tinieblas dame la manoDjala temblar cuando el ciego mundo golpeaen nuestros cinco sentidos como en una lira cadaTraidores el universo y la astronomael clculo de las estrellas la sabidura de la hierbay tu grandeza demasiado enormey Marco mis lgrimas indefensas
De "Informe sobre la ciudad sitiada"Traduccin de Jos Emilio Pacheco
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Universidad Autnoma MetropolitanaAzcapotzalco, D.F, Mxico 1992
Don Cgito lee el peridico
En primera pginala noticia de la matanza de 120 soldados
la guerra ya duraba muchouno puede acostumbrarse
justo al lado informacinde un crimen espectacular
con el retrato del asesino
la mirada de Don Cgitosalta indiferentela hecatombe de los soldadospara sumergirse con deleiteen la descripcin del espanto cotidiano
un agricultor de unos treinta aosen una depresin nerviosamat a su mujery a sus dos pequeuelos
con precisin se describenla ejecucin del crimenla posicin de los cuerposy otros detalles
a los 120 cadosintil es buscar en un mapala excesiva lejanalos oculta como una jungla
no estimulan la imaginacinson demasiadosla cifra cero al finallos transforma en una abstraccin
un tema para meditar:la aritmtica de la compasin
1974
De "Informe sobre la ciudad sitiada".Traduccin de Xaverio Ballester
Madrid, Ediciones Hiperin, 1993. 2. edicin, 2008
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El de ciencias naturales
No puedo recordarsu rostroestaba de pie frente a m en lo altoal final de sus largas piernas separadasveasu cadenita de orosu gris levitay su flaco cuelloal que estaba prendidauna inerte corbata
fue el primero que nos enseel anca de una rana muertaque pinchada con un alfilerviolentamente se contrae
l nos introdujoa travs de un microscopio doradoen la vida ntimade nuestro bisabueloel paramecio
trajo un oscuro granoy dijo: cornezuelo
instigado por len el dcimo ao de mi vidafui padrecuando tras una tensa espera
de una castaa sumergida en el aguaapareci un brote amarilloy todo estall en cantoalrededor
en el segundo ao de la guerramataron al de ciencias
los malandrines de historia
si es que fue al cielo-
quiz camine ahorasobre largos rayosvestidos con grises mediascon una enorme redy una caja verdealegremente bambolendose a su espalda
pero si no se fue all arriba-
cuando en el sendero del bosqueencuentro un escarabajo encaramndose
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a una pelotilla de arename acercome cuadroy digo:-buenos das seor profesorpermtame ayudarle
lo transporto delicadamentey me quedo mirando un ratohasta que desapareceen la obscura sala de profesoresal final del corredor de hojas
1957
De "Informe sobre la ciudad sitiada".Traduccin de Xaverio BallesterMadrid, Ediciones Hiperin, 1993. 2. edicin, 2008
Informe Desde La Ciudad Sitiada
Demasiado viejo para llevar las armas y luchar como los otros-
fui designado como un favor para el mediocrepapel de cronista
registro -sin saber para quin- los acontecimientos del asedio
debo ser exacto mas no s cundo comenz la invasin
hace doscientos aos en diciembreseptiembrequiz ayer al amanecer
todos padecen aqu del deterioro de la nocin del tiempo
nos qued slo el lugar el apego al lugar
an poseemos las ruinas de los templos los espectros de jardines y casas
si perdemos nuestras ruinas nada nos quedar
escribo tal como s en elritmo de semanas inconclusaslunes: almacenes vacos la rata ha devenido moneda corriente
martes: alcalde asesinado por agentes desconocidos
mircoles: conversaciones sobre el armisticio el enemigo confin a los legados
ignoramos dnde se encuentran esto es el lugar de su suplicio
jueves: tras una turbulenta asamblea se rechaza por mayora de votos
la propuesta de los comerciantes de especias de rendicin incondicional
viernes: comienza la peste
sbado: se ha suicidado un desconocido inflexible defensor domingo: no hay agua
rechazamos
un ataque en la puerta este llamada Puerta de la Alianza
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lo s todo esto es montono a nadie puede conmover
evito comentarios las emociones mantengo a raya escribo sobre hechos
aparentemente slo ellos son valorados en los mercados forneos
pero con cierto orgullo deseo informar al mundo
que gracias a la guerra hemos criado una nueva variedad de nios
a nuestros nios no les gustan los cuentos juegan a matar
despiertos y dormidos suean con la sopa el pan los huesos
exactamente como los perros y los gatos
al atardecer me gusta deambular por los confines de la Ciudad
a lo largo de las fronteras de nuestra libertad incierta
miro desde lo alto el hormigueo de los ejrcitos sus luces
escucho el tronar de los tambores los alaridos brbarosen verdad es inconcebible que la Ciudad todava se defienda
el asedio contina los enemigos deben ser reemplazados
nada les une excepto el anhelo de nuestra destruccin
godos trtaros suecos huestes del Csar regimientos de la Transfiguracin del Seor
quin los enumerar
los colores de los estandartes cambian como el bosque en el horizonte
desde el delicado amarillo de aves en primavera a travs del
verde del rojo hasta el negro invernal
as al atardecer liberado de los hechos puedo pensar
en asuntos antiguos lejanos por ejemplo en nuestros
aliados de ultramar lo s su compasin es sincera
envan harinas sacos de nimo grasa y buenos consejos
ignoran incluso que nos traicionaron sus padres
nuestros ex-aliados desde los tiempos de la segunda Apocalipsis
sus hijos no tienen culpa merecen gratitud as que les estamos agradecidos
no sufrieron un asedio largo como una eternidad
a quienes alcanz la desdicha estn siempre solos
los defensores del Dalai-Lama kurdos montaeses afganos
ahora cuando escribo estas palabras los partidarios del pacto
conquistaron cierta ventaja sobre la fraccin de los intransigentes
habituales las oscilaciones de nimo los destinos an se sopesan
los cementerios crecen disminuye el nmero de los defensores
pero la defensa perdura y perdurar hasta el final
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y si cae la Ciudad y uno solo sobrevive
l portar consigo la Ciudad por los caminos del exilio
l ser la Ciudad
miramos en el rostro del hambre el rostro del fuego el rostro de la muerte
y el peor de todos -el rostro de la traicin
y slo nuestro sueos no fueron humillados
(1984)
La noche del 13 de Diciembre de 1981 fue decretado en todo el pas el estado de guerra,
el movimiento democrtico Solidaridad, el primer sindicato independiente en un pas
socialista, fue disuelto y declarados ilegales todos los acuerdos firmados entre el sindicato
y el gobierno. A la declaracin del estado de guerra sigui una represin generalizada. EnSeptiembre de 1939, por otra parte, dio comienzo, como es sabido, la segunda guerra mundial.
Versin de Xaverio Ballester
MENSAJE DEL SEOR COGITO
Ve sigue a los otros los que alcanzaron su oscura meta,vellocino dorado de la nadatu premio final
Levanta la cabeza entre los que andanarrodillados o dan la espalda
entre los que yacen
No has sido salvado para vivirpoco tiempo te queda da tu testimonio
Se valiente si la razn te fallaal fin de cuentas slo cuenta esoQue tu invlida Ira sea como un marcada vez que oigas las voces abatidas de los torturadosque no te abandone tu hermano el Despreciofrente a espas verdugos y cobardes
sern ellos los que ganarn
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con un profundo alivio arrojando tierrasobre tu atadel gusano no faltar para corregirtu biografa
y no perdones no tienes el poderde perdonar en nombre de los traicionados en la luz del alba
pero lbrete dios del menor orgulloen el espejo contempla tu carade payaso repitindote: he sido llamadono haba mejores que yo?
gurdate de ser rido ama los manantialesde la primera luz las desconocidas avesy robles del invierno
un brillo sobre el muro un esplendor del cielono necesitan calor de tu alientonada ms dicen esto: no tienes remedio
y no te duermas si una luz en los monteste llama: levntate siguehasta que en el pecho la sangre conmuevatu oscuro astro
repite los antiguos conjuros humanoslas fbulas las leyendas
as conseguirs el bien que nunca ser tuyorepite las grandes palabras repite insistecomo los otros los que caminaban
por el desierto quedndose en la arena
por todo esto algo te darnazotes de burla golpes de cuchillo
sigueslo as sers admitidoa la santa congregacin de las calaverasfras de tus ancestrosGilgams Hctor Rolando
defensores del reino sin finde los muros en cenizas
Se fiel Siguetraduccion y notas de
Krystyna Rodowska
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El Alma De Don Cgito
Antiguamente
lo sabemos por lahistoria
sala del cuerpocuando el corazn se detena
con el ltimo hlito
se alejaba en silencio
hacia prados azules
el alma de Don Cgito
se comporta de otra manera
envida abandona el cuerpo
sin una palabra de despedida
durante meses aos se alberga
en otros continentes
allende las fronteras de Don Cgito
difcil es hacerse con su direccin
no da seales de vidaevita todo contacto
noescribe cartas
nadie sabe cundo volver
quiz parti para siempre
Don Cgito se esfuerza en dominar
el vil sentimiento de los celos
piensa bien de su alma
piensa en su alma con cario
seguro que debe habitar
tambin en otros cuerpos
hay relativamente pocas almas
para toda la humanidad
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Don Cgito acepta su destino
no le queda otra salida
incuso se apresta a decir
mi alma ma
piensa en su alma con ternura
piensa en su alma con cario
por eso cuando aparece
inesperadamente
no la saluda diciendo
-volviste qu bien
slo la mira de reojo
cuando se sienta frente al espejo
y sus cabellos cepilla
enredados y grises
(1984)
Versin de Xaverio Ballester
Intento de descripcin
Primero me describir a m mismoempezando por mi cabezao mejor mi pieo mi manoo el meique en mi mano izquierda
mi meiquees tibioun tanto curvado hacia adentro
termina en uaest hecho de tres segmentoscerca de mi palmalibrado a sus propios mediossera un gusano de buen tamao
es un dedo muy especialel meique de una mano izquierdanico en todo el mundome lo dieron directamenteotros meiques de una mano izquierdason una fra abstraccincomparto con el mofecha de nacimientofecha de muerte
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comn soledadslo la sangreocupada en la escansin de oscuras tautologasune playas distantescon un hilo de mutuo acuerdo
De "Informe sobre la ciudad sitiada"Traduccin de Jos Emilio Pacheco
Universidad Autnoma MetropolitanaAzcapotzalco, D.F, Mxico 1992
La orilla
Espera en la orilla de un largo y lento roen la otra orilla est Caronte el cielo brilla trbido(no es por lo dems ningn cielo) Caronteya est aqu se limit a lanzar la cuerda hasta una ramaella (el alma) saca el boloque rpidamente se agriaba bajo su lenguase sienta detrs en la barca vacatodo esto sin una palabra
si al menos la lunao el aullido de un perro
1969
De "Informe sobre la ciudad sitiada".Traduccin de Xaverio Ballester
Madrid, Ediciones Hiperin, 1993. 2. edicin, 2008
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La piedra
La piedra es la criaturaperfecta
igual a s mismavigilante de sus fronteras
exactamente repletade ptreo sentido
con un aroma que a nada recuerdaa nadie espanta no despierta codicia
su ardor y froson justos y estn llenos de dignidad
siento su duro reprochecuando la apreso en mi manoy su noble cuerpoabsorbe el falso calor
-Las piedras no se dejan domesticarhasta el final nos mirarncon su mirada tranquila clarsima
1961
De "Informe sobre la ciudad sitiada".Traduccin de Xaverio Ballester
Madrid, Ediciones Hiperin, 1993. 2. edicin, 2008
Leer la mano
Todas las lneas descienden al valle de la palmahasta un hueco en que burbujea la diminuta fuente del destinoAqu est la lnea de la vidaMira recorre como una flechael horizonte de los cinco dedos iluminados por su corrienteque se levanta venciendo todos los obstculosy nada es ms hermoso ni ms fuerteque su lucha por seguir adelante
Comparada con ella qu indefensa la lnea de la fidelidadcomo un grito en la noche un ro en el desiertoconcebido en la arena y muriente en la arenaTal vez contina ms abajo de la pielparte el tejido de los msculos y penetra en las arteriaspara que de noche podamos ver a nuestros muertos
all abajo all adentro donde la memoria y la sangre fluyen
tiros de minas pozos cmarasllenos de oscuros nombres
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Esta colina no estaba aquDespus de todo recuerdoque haba un nio de tan redonda ternura como siuna lgrima ardiente de plomohubiera cado en mi manoDespus de todo recuerdo el pelo
la sombra de una mejillafrgiles dedos y el peso de una cabeza durmiente
Quin destruy el nido, quin apilel monte de indiferencia que no estaba aqu?,Por qu no pones la palma de tu manocontra tus ojos?
Nosotros echamos la suerteEstamos aqu para saber
De "Informe sobre la ciudad sitiada"Traduccin de Jos Emilio Pacheco
Universidad Autnoma MetropolitanaAzcapotzalco, D.F, Mxico 1992
Caracola
Delante del espejo en el dormitorio de mis padres haba una caracolarosa.Sola acercarme a
ella de puntillas y con un repentino movimiento ponrmela en la oreja. Quera pillarla en ese
momento,cuando no siente aoranza con su montono susurro. Aunque era pequeo, saba
que, incluso cuando se ama mucho a alguien, a veces sobreviene el olvido.
1957
Versin de Xaverio Ballester
http://www.poemasde.net/caracola-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/caracola-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/caracola-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/caracola-zbigniew-herbert/5/26/2018 Herbert, Zbigniew - Antolog a Po tica
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Csar
Hubo una vez un csar. Tenaojos amarillentos y mandbula rapaz.
Viva en un palacio lleno de mrmoles y policas. Solo.
Se despertaba en la noche y gritaba. Nadie lo amaba.Lo que ms le gustaba eran las caceras y el terror. Pero
se dejaba fotografiar con losnios,entre las flores.
Cuando muri, nadie se atreva a retirar sus retratos.
Mirad, mirad, quiz todava anda por vuestras casas su careta.
1957
Versin de Xaverio Ballester
Curatia Dionisia
La piedra est bien conservada La inscripcin (latn decadente)
reza que Curacia Dionisia vivi cuarenta aos
y de su propio bolsillo erigi este modesto monumento
solitario contina su banquete suspensa la copa
elrostro sin sonrisa Palomas demasiado toscaslos ltimos aos de suvida los pas en Britania
junto al muro de contencin de los brbaros
en un castrum del que. quedaron los cimientos y las bodegas
ejerca el ms viejo oficio delmundo
breve pero sinceramente llorronla los soldados de la Tercera Legin
y cierto viejo oficial
orden a los tallistas colocar un par de cojines bajo su cododelfines y leones marinos indican un viaje lejano
aunque desde aqu haba slo dos pasos hasta el infierno
(1969)
Versin de Xaverio Ballester
http://www.poemasde.net/cesar-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/cesar-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/curatia-dionisia-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/curatia-dionisia-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/curatia-dionisia-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/curatia-dionisia-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/curatia-dionisia-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/curatia-dionisia-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/cesar-zbigniew-herbert/http://www.poemasde.net/cesar-zbigniew-herbert/5/26/2018 Herbert, Zbigniew - Antolog a Po tica
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Dos Gotas
Los bosques ardan-
y ellos
en sus cuellos enredaban los brazoscomoramos de rosas
la gente corra a los refugios
l deca que su esposa tena cabellos
en los que uno poda esconderse
cubiertos con una sola manta
musitaban impdicas palabras
la letana de los amantes
Si la cosa se pona fea
saltaban en losojos del otro
y los cerraban confuerza
con tanta fuerza que no sintieron el fuego
que alcanzaba sus pestaas
hasta el final fueron audaceshasta el final fueron fieles
hasta el final fueron parecidos
como dos gotas
detenidas al borde de la cara
(1956)
De Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas (Editorial Hiperin, 1993)
Versin de Xaverio Ballester
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El Monstruo De Don Cgito
1
Dichoso San Jorge
desde su cabalgadura
poda ponderar con precisin
lafuerza y movimientos del dragn
el principio bsico de la estrategia
es la exacta valoracin del enemigo
Don Cgito
se halla en peor posicin
se sienta en la baja
silla de un valle
cubierto de una espesa niebla
en la niebla no hay forma de percibir
los relampagueantesojos
las voraces garras
las fauces
en la niebla
slo se ve
el destello de la nada
el monstruo de Don Cgito
carece de dimensiones
es difcil describirlo
escapa a las definiciones
es como una enorme depresin
extendida sobre el pas
no se deja atravesar
por una pluma
por un argumento
por una lanza
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si no fuese por su peso sofocante
y la muerte que produce
uno creera que es una alucinacin
una enfermedad de la imaginacin
pero existe
con certeza existe
como monxido de carbono llena hermticamente
casas templos bazares
envenena los pozos
destruye la construccin delpensamiento
cubre el pan de hongos
la prueba de la existencia del monstruo
son sus vctimas
es una prueba indirecta
pero suficiente
2
gente sensata dice
que es posible convivir
con el monstruo
slo hay que evitar
repentinos movimientos
repentinos discursos
en caso de amenaza
adoptar la forma
de una piedra o de una hoja
hacer caso a la sabia Naturaleza
que aconseja mimetismo
no respirar profundamente
pretender que no existimos
A Don Cgito sin embargo
no le agrada vivir como un farsante
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querra luchar
con el monstruo
en tierra firme
sale pues al amanecer
hacia somnolientos suburbios
previsoramente equipado
con un largo objeto punzante
va llamando al monstruo
por las calles vacas
insulta al monstruo
provoca al monstruo
como arrogante duelista
de un ejrcito inexistente
grita-
sal despreciable cobarde
en la niebla
slo se ve
el enorme hocico de la nada
Don Cgito quiere entablar
una batalla desigual
debera tener lugar
posiblemente pronto
antes de que sobrevenga
un sucumbir por inercia
una vulgar muerte innoble
un estrangulamiento por informidad
(1984)
Versin de Xaverio Ballester
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Lluvia
Cuando mi hermano mayor
volvi de la guerra
portaba en sufrente una estrellita de platay bajo la estrellita
un abismo
un fragmento degranada
lo alcanz en Verdn
0 quiz en Grunwald
(no recordaba los detalles)
hablaba sin cesaren muchas lenguas
pero la que ms le gustaba
era la lengua de la historia
hasta perder el aliento
alzaba del suelo a sus camaradas cados
Roland Feliksiak Anbal
gritaba
que era la ltima cruzada
que pronto Cartago caera
y despus entre sollozos reconoca
que l a Napolen no le caa bien
mirbamos
cmo palideca
los sentidos le abandonaban
lentamente se iba convirtiendo en un monumento
en el pabelln musical de sus odos
apareci un bosque de piedra
y la piel de su cara
qued abrochada
a los dos ciegos y secos
botones de sus ojos
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le qued slo
el tacto
y qu historias
contaba con sus manos
en la derecha tena novelas
en la izquierda memorias de un soldado
se llevaron a mi hermano
y lo trasladaron fuera de la ciudad
ahora vuelve cada otoo
delgado y callado
no quiere entrar en casagolpea en el cristal para que salga
paseamos por las calles
y l me cuenta
historias fabulosas
tocando mi rostro
con los ciegos dedos del llanto
1957
En la batalla de Grunwald (la ?lgiris lituana, la Tannenberg germnica)
el 10 de Julio de 1410 el ejrcito polaco-lituano infringi la definitiva
derrota a los caballeros teutnicos.
De Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas (Editorial Hiperin, 1993)
Versin de Xaverio Ballester
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Qu Piensa Don Cogito Del Infierno
El ms bajo crculo del infierno. Contra la opinin generalizada no lo habitan ni dspotas,
ni matricidas, ni quienes rondan tras el cuerpo ajeno. Es el asilo de losartistas,lleno de
espejos, instrumentos y retratos. A primera vista, la ms confortable seccin del infierno,sin alquitrn, fuego o torturas fsicas.
Todo el ao se celebran aqu concursos, festivales yconciertos.No hay temporada alta. El
lleno es permanente y prcticamente absoluto. Cada trimestre surgen nuevos rumbos y,
segn parece, nada est en disposicin de detener el triunfal avance de lavanguardia.
Belceb ama el arte. Jctase de que sus coros, sus poetas y pintores ya casi sobrepujan
a los celestes. Quien tiene el mejor arte, tiene el mejor gobierno -por supuesto. Pronto podrn
medirse en el Festival de los Dos Mundos. Y entonces veremos qu queda de Dante,
Fra Anglico o Bach.
Balceb apoya el arte. Asegura a sus artistas paz, buena pitanza y estricto aislamiento de la
vida infernal.
1974
Versin de Xaverio Ballester
JAMS NGEL!
Si despus de la muerte quieren convertirnos en una miserable flamita que divaga en los
senderos de los vientos, hay que rebelarse. Para qu el descanso eterno en el seno del
aire, a la sombra de la amarillenta gloria, entre los balbuceantes coros bidimensionales!
Hay que incorporarse a la piedra, al rbol, a la hendidura de la reja del jardn. Ms vale ser
rechinar del piso que horror transparente de perfeccin.
traduccionKrystyna Rodowska
Un Pas
En la misma esquina de este viejo mapa hay un pas que aoro.
Es la patria de las manzanas, lascolinas,los ros perezosos, del vino agrio y el amor.
Por desgracia una gran araa teji sobre l su tela
y con su viscosa saliva cerr las puertas del sueo.
Y es siempre as: el ngel con la espada de fuego, la araa y la conciencia.
(1957)
Versin de Xaverio Ballester
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Una Fbula Rusa
Viejo se hizo el padrecito zar, viejo se hizo. Ya ni a los palomos poda estrangular con sus
propias manos. ureo y fro se sentaba en el trono. Slo la barba le creca hasta el suelo.
Y la iba arrastrando.Gobernaba entonces algn otro, no se sabe bien quin. Los curiosos escudriaban el palacio a
travs de las ventanas, pero Krivonosov tap las ventanas con horcas. As, slo los ahorcados
podan ver alguna cosa.
Al final se muri el padrecito zar de una vez. Las campanas repicaron, pero elcuerpo no fue
retirado. El zar se haba quedado pegadito a su trono. Las patas del trono se haban fundido
con las piernas del zar. Su brazo se haba quedado fundido con el brazo del trono. No haba
forma de arrancarlo de all. Y enterrar al zar con su tronito de oro, ay, qu pena.
1957
El zar se haca considerar padre de todos los rusos.
Versin de Xaverio Ballester
El muro
Nos sostenemos en contra del muro. Nos arrebataron la juventud como la camisa a unhombre condenado. Esperamos. Antes de que la gruesa bala se aloje en nuestros cuellos,
pasan 10 o 20 aos. El muro es alto y fuerte. Atrs del muro hay un rbol y una estrella.El rbol est rompiendo el muro con sus races. La estrella mordisquea el muro como unratn. En 100, 200 aos, habr una pequea ventana.
Objetos
Los objetos inanimados siempre estn en lo correcto y nada se les puede reprochar,desafortunadamente. Nunca observado una silla tropezar una pata con otra, o una cama
que se recueste con las rodillas dobladas. Y las mesas, ni siquiera cuando estn cansadasse atreven a aflojar las rodillas. Sospecho que los objetos se comportan as porconsideraciones pedaggicas, para reprobarnos constantemente por nuestrainestabilidad.
Pequea ciudad
De da hay frutas y mar, de noche estrellas y mar. La Calle de las Flores es un cono decolores alegres. Medioda. El sol golpea con su blanco bastn los verdes umbrosos. Enun paseo de laureles los bueyes entonan una oda a la sombra. En ese momento decidodeclarar mi amor. El mar conserva la paz y la pequea ciudad se hincha como los senos
de la muchacha que vende higos.
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De la mitologa
Primero fue un dios de la noche y la tempestad, un dolo negro sin ojos, ante el cualtodos saltaban, desnudos y pintados con sangre. Ms tarde, en tiempos de la repblica,hubo muchos dioses con esposas, hijos, camas crujientes e inofensivas explosiones de
rayos. Al final slo los neurticos supersticiosos llevaban en sus bolsillos estatuillas desal, representando al dios de la irona. No haba mucho mayor dios por entonces.
Y llegaron los brbaros. Ellos tambin tenan un alto concepto del diosesito de la irona.Lo trituraran con los tacones para agregarlo a sus platillos.
algunos poemas en prosa de las coleccionesHermes, perro y estrella(1957)yEstudio del objeto(1961), a partir de las versiones de Alissa Valles.