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Historia Del Pensamiento Económico

Date post: 14-Nov-2015
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pensamiento economico trabajo
63
Historia de la economía Mientras la economía se ocupa de cómo las personas toman decisiones, la sociología trata de cómo las personas no tienen ninguna decisión para tomar. Bertrand Russell No es posible escribir historia, como algunos se empeñan en afirmar, de un modo objetivo, suponiendo un conocimiento neutral, desprovisto de ideología 1 , como si el historiador pudiera situarse por encima de su tiempo y de su sociedad y conocer “lo que verdaderamente pasó”. Las fuerzas presentes en la historia, dice el filósofo e historiador Michael Foucault, no obedecen a un destino ni a una mecánica, sino al azar de la lucha. Precisamente es, en una sociedad esencialmente contradictoria, donde hombres y mujeres construyen la historia. Dicha construcción, tanto en el pasado como en el presente, está impregnada de intereses y posiciones, inherentes a una sociedad conflictiva. Las ideas económicas, como la producción de conocimiento en general, es fruto de su época y lugar, no se las puede ver al margen del mundo que interpretan. No es posible comprender a Aristóteles al margen del sistema de producción esclavista, a Adam Smith sin el contexto de la revolución industrial, a Marx por fuera de las terribles consecuencias de la economía capitalista, a Keynes sin la gran depresión, ni a Friedman al margen de la crisis del petróleo y la estanflación de los setenta. Por lo tanto así como ha ido transformándose el mundo económico también cambiaron las ideas económicas. Pero lejos de ser un proceso lineal, es fruto de la lucha entre quienes se benefician con el statu quo y quienes necesitan y propugnan el cambio. Como resultado, en las diferentes épocas, ciertas teorías y autores son puestos por encima de 1 Entendida como: conjunto de representaciones, valores, pensamientos que surgen de la vida social y la integran de manera esencial, impregnando todas las creaciones culturales, desde las artes hasta las costumbres incluyendo el ritmo de la vida, los gestos expresivos y el porte. 1
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No es posible escribir historia, como algunos se empean en afirmar, de un modo objetivo, suponiendo un conocimiento neutral, desprovisto de ideologa, como si el historiador pudiera situarse por encima de su tiempo y de su sociedad y conocer lo que ver

Historia de la economa

Mientras la economa se ocupa

de cmo las personas toman decisiones,

la sociologa trata de cmo

las personas no tienen ninguna decisin para tomar.

Bertrand Russell

No es posible escribir historia, como algunos se empean en afirmar, de un modo objetivo, suponiendo un conocimiento neutral, desprovisto de ideologa, como si el historiador pudiera situarse por encima de su tiempo y de su sociedad y conocer lo que verdaderamente pas.

Las fuerzas presentes en la historia, dice el filsofo e historiador Michael Foucault, no obedecen a un destino ni a una mecnica, sino al azar de la lucha. Precisamente es, en una sociedad esencialmente contradictoria, donde hombres y mujeres construyen la historia. Dicha construccin, tanto en el pasado como en el presente, est impregnada de intereses y posiciones, inherentes a una sociedad conflictiva.

Las ideas econmicas, como la produccin de conocimiento en general, es fruto de su poca y lugar, no se las puede ver al margen del mundo que interpretan.No es posible comprender a Aristteles al margen del sistema de produccin esclavista, a Adam Smith sin el contexto de la revolucin industrial, a Marx por fuera de las terribles consecuencias de la economa capitalista, a Keynes sin la gran depresin, ni a Friedman al margen de la crisis del petrleo y la estanflacin de los setenta. Por lo tanto as como ha ido transformndose el mundo econmico tambin cambiaron las ideas econmicas. Pero lejos de ser un proceso lineal, es fruto de la lucha entre quienes se benefician con el statu quo y quienes necesitan y propugnan el cambio. Como resultado, en las diferentes pocas, ciertas teoras y autores son puestos por encima de tantas otras visiones y perspectivas que se ocultan y ms tarde quedan en el olvido.

El hecho de que los relatos sobre el pasado sean una construccin social y por lo tanto histrica, no implica como pretenden muchos postmodernos, un relativismo absoluto.Una historia que parte de una mirada con perspectiva, crtica e interesada, es una mirada que toma posicin por quienes sufren los efectos de poderes y saberes especficos, se rebela contra el conocimiento impuesto, asumiendo las ventajas y los riesgos de escribir desde un punto de vista propio. No renuncia a conocer la verdad pero sostiene que lo que es justo y verdadero tambin debe ser interrogado, porque estas definiciones son producto de luchas y conflictos particulares.

El nacimiento. La historia de la economa en paales. Los tiempos de las polis griegas, Roma y la irrupcin del cristianismoEn los tiempos de las polis griegas y ms tarde en Roma, la actividad econmica fundamental era la agricultura y el modo de produccin el esclavista. La institucin de la esclavitud era impensable en los tiempos primitivos en donde las pequeas comunidades tribales vivan de la recoleccin, la caza y la pesca, y en donde las economas eran de subsistencia. La productividad de cada hombre y cada mujer era igual o menor a lo que necesitaban para vivir. En este contexto, ninguna guerra tribal daba como resultado la toma de prisioneros porque implicara nuevas bocas para alimentar que a su vez eran incapaces de producir mayor riqueza de la que consuman. La esclavitud implica un derecho de propiedad sobre determinadas personas, sometidas as a la voluntad de su amo. Podan convertirse en esclavos los prisioneros de guerra o personas raptadas con ese propsito, poda ser una condena para delincuentes o deudores y tambin una condicin hereditaria. Ms all de estas variantes, ningn tipo de esclavitud pudo haber existido hasta que las comunidades pudieron acumular bienes por encima de sus necesidades inmediatas de subsistencia. Dicha acumulacin slo era posible si la productividad del trabajo humano aumentase significativamente. El aumento de la productividad slo se alcanz cuando la humanidad realiz la invencin ms grande de la historia: la agricultura. La agricultura no slo posibilit, aumento de la productividad del trabajo mediante, la esclavitud, sino que fue el comienzo de las grandes desigualdades sociales. Hacia adentro de la tribu, las tareas homogneas de antes se diferenciaron y con ellas, los privilegios concomitantes. La trasmisin hereditaria de esos privilegios, la transformacin de la antigua propiedad comn en propiedad privada (permitiendo que contine la acumulacin de algunos) y el creciente poder acumulado por los lderes militares, proveedores de tierras y esclavos, es decir de excedente, configuran el nuevo orden social y determinarn las nuevas relaciones de produccin. Hacia el afuera la diferenciacin se ir dando a travs del poder que irn acumulando las tribus pastoriles y agricultoras, en desmedro de las que continuaron con las actividades econmicas primitivas de recoleccin y la caza. La vida intelectual, poltica y cultural en Grecia como en Roma, se concentraba en las ciudades, por lo tanto, la historia de aquel perodo es la historia de los centros urbanos.A pesar de ello, no debemos olvidar que la existencia de dichas ciudades era posible gracias a los frutos de la agricultura, realizada en las afueras de la ciudad por esclavos, cuyo nmero triplicaba al de los ciudadanos.

En las ciudades haba mercados y artesanos, en su mayora esclavos, pero escasa o nula actividad industrial. El consumo de bienes como viviendas elementales, alimentos bsicos y algunos tejidos era infinitesimal, salvo para una minora gobernante. Y an en esta minora, el principal consumo consista en servicios, obviamente, prestados por esclavos.

Como es de suponer, las reflexiones econmicas de la poca, escritas principalmente por Aristteles (384 322 a.c.), estuvieron condicionadas, saturadas, por la existencia de la esclavitud como modo de produccin. Por un lado, al trabajo, al ser hecho por esclavos, se le asign una categora subalterna, circunstancia que provoc su exclusin del campo de los estudios. Al no existir salarios, ni intereses, en el modo que los conocemos actualmente, los costos de produccin y, por lo tanto la determinacin de los precios, no fueron vistos como un problema.

Es lgico que, en este contexto, los problemas que ms llamaron su atencin tengan un marcado contenido tico ms que tcnico. La economa, dice Gray, no fue simplemente colaboradora y criada de la tica, sino que fue aplastada y demolida por su hermana ms prspera y mimada, y las excavaciones posteriores en busca de los orgenes de la teora econmica, slo han podido recuperar fragmentos inconexos y restos mutilados. Sera bueno preguntarnos, cundo fue que la economa se march de la casa de la tica, o ms an, si alguna vez debi haberse ido. Como se dijo, las producciones, tericas, polticas y culturales (en el sentido burgus del trmino) de la poca, eran posibles gracias a que otros, los esclavos, producan o prestaban los servicios bsicos. De este modo, el tiempo de pensar de algunos, era el mismo tiempo que, esclavitud mediante, se les quitaba a otros. En este sentido, es clara y contundente la defensa de Aristteles hacia la institucin de la esclavitud.

Los de ms baja ndole son esclavos por naturaleza, y ello redunda en su beneficio, pues como a todos los inferiores, les conviene estar bajo el dominio de un amo. () En verdad, no hay gran diferencia entre la utilizacin de los esclavos y la de los animales domsticos. () Es pues evidente que algunos hombres son por naturaleza libres, y otros esclavos, y que para estos ltimos la esclavitud es conveniente y justa. En referencia a los precios, como se mencion, slo pudo preguntarse si eran justos o equitativos. Hoy en da, la respuesta a esa pregunta se la encuentra, lamentablemente, en un solo lugar: el mercado. No importa si los precios son justos o no, si hacen que a algunos vivan y otros mueran, si son precios de mercado, no hay lugar para preguntarse nada ms. Conjuntamente con la defensa a ultranza de la esclavitud, Aristteles condenar, como tambin se seguir haciendo durante la edad media, el cobro de intereses. La forma ms odiada y con toda razn, es la usura () Pues la moneda se ha hecho para el intercambio, pero no para la acumulacin mediante el inters.

Seguramente muchos banqueros actuales encontrarn la manera de explicar que s es lcito el inters y que la actividad financiera es necesaria, o ms an imprescindible, para el crecimiento y desarrollo moderno. Por otro lado, Aristteles, describe los orgenes del dinero con gran claridad y precisin.

Las distintas transacciones de la vida no se llevan a cabo con facilidad, motivo por el cual los hombres han convenido en emplear para sus tratos recprocos algn elemento intrnsecamente til y de fcil aplicacin a los fines referidos, como por ejemplo, el hierro, la plata, o alguna substancia similar. El valor de estos elementos se meda inicialmente por el tamao y el peso, pero con el tiempo se lleg a ponerles un sello, para evitarse la molestia de pesarlos y de marcar su valor. Habiendo precisado con envidiable claridad y simpleza la naturaleza del dinero y de la acuacin de la moneda, no se olvida de condenar al lucro y la ambicin a la que puede llevar su sacralizacin.

Hay hombres que convierten cualquier cualidad o cualquier arte en un medio de hacer dinero; lo toman por un fin en s, y creen que todo debe contribuir a alcanzarlo.

Por otro lado, la vieja y renovada disputa entre cul debe ser la fuerza organizadora y motivadora de la economa, si el inters propio o el comunismo, tiene en el pensamiento helnico sus interlocutores. No son pocos los que han atribuido al gran filsofo Platn (428 348 a.c.) una incipiente, pero clara, adhesin al comunismo, dado que conceba una sociedad organizada en torno a diversas profesiones y ocupaciones en la base pero regida por un gobierno de guas y protectores del Estado, quienes deben llevar una vida de renuncia material y no tienen derecho a tener ms bienes que los indispensables. Pero en el momento que ellos tengan tierras, casas y caudales propios, en vez de defensores se convertirn en mayordomos y labradores; y en vez de auxiliares del Estado, en enemigos y tiranos de sus compatriotas.

Libre empresa en la base y pura tica comunista en la cima, subversiva idea no? Los padres de la democracia tambin tuvieron al comunismo de hijo prdigo?

A no intranquilizarse, lectores, ya llegara Aristteles, el ms famoso discpulo de Platn, a establecer lmites claros a su maestro, a poner blanco sobre negro no dejando dudas que valores deben regir a nuestra sociedad. Ser este el justo medio de las virtudes aristotlicas?

Cun inconmensurablemente mayor es el placer, cuando el hombre siente que algo le pertenece, porque el amor propio es un sentimiento inculcado por la naturaleza, y no en vano () Si todo se poseyera en comn, nadie poda dar ya ejemplo de generosidad ni desplegar liberalidad alguna, pues la liberalidad consiste en el uso que se hace de la propiedad.

Si bien la contribucin Romana a las ideas econmicas fue mnima, es importante destacar, en lnea con el pensamiento aristotlico, que el derecho romano fue el primero que otorg a la propiedad privada su identidad formal y a su poseedor el dominio, es decir los derechos que hoy se dan por supuesto.

Cabe recordar que, para dimensionar la importancia del aporte, cuando hablamos de propiedad privada, estamos hablando del marco de referencia sobre el cual se discutir ms adelante (y en la actualidad) sobre el grado de intervencin de Estado, la propiedad de los medios de produccin, el dao al medio ambiente y el reparto de la riqueza.

Por diversas razones la otra gran contribucin Romana, no siempre valorada en la historia de la economa, fue la cristiandad. En primer lugar el ejemplo de Jess, hijo de un carpintero, que enarbolando la bandera del amor al prjimo, la prevalencia de lo trascendente sobre los bienes materiales, la igualdad entre los hermanos, todos hijos del mismo padre, demostr la inexistencia de un derecho divino de los privilegiados y se enfrent y luch contra el poder constituido, materializado en la monarqua de Herodes. Este ejemplo, por ms que a muchos les pese, legitim y legitima la lucha contra cualquier poder polticamente perverso o econmicamente opresor, a lo largo y ancho del mundo durante los dos mil aos siguientes y hasta los tiempos actuales. Juan el Bautista oy hablar en la crcel de las obras de Cristo y mand a dos de sus discpulos para preguntarle: eres t el que ha de venir o debemos esperar a otro?

Jess les respondi; "vayan a contar a Juan lo que Uds. oyen y ven: los ciegos ven, los paralticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. Y feliz de aquel para quin yo no sea motivo de escndalo!

Al mismo tiempo oblig, a buscar justificaciones teolgicas a prcticas contrarias a esos principios, como pudieron serlo el propietario cristiano de esclavos o al rico devoto. La misma iglesia hizo todo lo posible para que se olvide el mensaje y el ejemplo de Jess. Los Papas del renacimiento, venta de indulgencias, atajos sin purgatorio y pedacitos de cielo mediante, lograron reconciliarse con la acumulacin de riquezas. Claro est que hacia abajo el mensaje segua mostrando la virtuosidad de una vida pobre alejada de lo material La reforma protestante, ms all de las denuncias de Lutero, con sus 95 tesis, y la destruccin del monopolio del trato con Dios que mantena la Iglesia en el mundo occidental, trajo tambin, como lo destac Max Weber, un espritu emprendedor y no condenatorio de la acumulacin de riquezas en esta vida que fue bienvenido por el clima de poca moderno y el incipiente capitalismo. En todo el proceso creciente de secularizacin que caracteriz a la edad moderna la iglesia siempre disput espacios de poder, legitim y conden, prcticas y discursos, que, en todos los casos, tuvieron y tienen directas vinculaciones con las ideas econmicas de las distintas pocas.

Como dice Galeano, Espaa adquira realidad como nacin alzando espadas cuyas empuaduras dibujaban el signo de la cruz. La reina Isabel se hizo madrina de la Santa Inquisicin. La hazaa del descubrimiento de Amrica no podra explicarse sin la tradicin militar de guerra de las cruzadas que imperaba en la Castilla medieval y la Iglesia no se hizo rogar para dar carcter sagrado a la conquista de las tierras incgnitas del otro lado del mar. El Papa Alejandro VI, que era espaol, convirti a la reina Isabel en duea y seora del Nuevo Mundo. La expansin del reino de Castilla ampliaba el reino de Dios sobre la tierra.

No est de ms recordar que la conquista permiti la acumulacin originaria de capital que menciona Marx y que a pesar que Espaa y Portugal tenan la vaca atada otros tomaban la leche. En la edad media el modo de produccin dominante fue el feudal. Este implica la existencia de feudos o reinos en donde la inmensa mayora de los campesinos viva de lo que ellos mismo cultivaban, criaban, cazaban o pescaban, se vestan con lo que ellos hilaban y tejan y entregaban parte de esos productos a sus amos o seores en pago a su derecho a usar la tierra que no les perteneca y, en algunos casos, a la proteccin. Los campesinos podan ser esclavos, siervos, propietarios, aparceros o arrendatarios. Los seores feudales poda ser la Iglesia, el rey, aristcratas, nobles, hidalgos, caballeros de mayor o menor rango o ricos agricultores. Pero lo importante para destacar y, en definitiva, lo distintivo del modo de produccin, es que los productos se entregaban y en ningn caso se vendan. Por supuesto que en tal relacin social tampoco existan los salarios. La rgida estructura jerrquica de la sociedad feudal encargaba y distribua bienes y servicios, no con el incentivo de sus respectivos precios, sino en respuesta al imperio de la ley, la costumbre o el temor al castigo. En este contexto es lgico que un factor fundamental para aumentar la riqueza eran los conflictos o alianzas mediante los cuales un seor feudal ampliaba su territorio y, en consecuencia sus ingresos, a expensas de otro seor feudal. Entre los feudos, en las tierras libres llamadas burgos, existan ciudades muy pequeas cuya actividad principal era el comercio. Las necesidades de los seores feudales muy prsperos eran satisfechas por mercaderes locales o extranjeros. Aunque, como se dijo, los mercados cumplan un papel totalmente subsidiario. A pesar de que la operaciones de compra y venta eran escasas y espordicas, est actividad le llam la atencin al filsofo escolstico santo Toms de Aquino (1225 1274). Nuevamente, como en los tiempos helnicos, la tica toma de la mano a la economa. Respondo que es totalmente pecaminoso incurrir en fraude con el expreso propsito de vender un objeto por un importe superior a su justo precio () Ver algo ms caro, o comprarlo ms barato de lo que en realidad vale, es intrnsecamente un acto injusto e ilcito.

Si bien nuestro filsofo escolstico nunca defini con precisin prctica lo que es un precio justo, en los tiempos que corren, los imprescindibles dilemas ticos como el mencionado, han sido resueltos de un modo tan esotrico y mgico que parece un pensamiento premoderno: Es el precio del mercado, no hay nada que discutir Asimismo, Santo Tomas de Aquino, conden enrgicamente el cobro de intereses, como ya lo haba hecho Aristteles, pero ante la evidencia de la incipiente actividad comercial fue un poco ms lejos.

Hay dos clases de intercambios. Una de ellas puede denominarse natural y necesaria, y por su intermedio se cambia una cosa por otra, o cosas por dinero, para satisfacer las necesidades de la vida () La otra clase de intercambios es la de dinero por dinero o de cosas por dinero, no para satisfacer las necesidades de la vida, sino para obtener un beneficio () La primera clase de intercambios es loable, por servir a las necesidades naturales, mientras que la segunda es justamente condenada.

Habra que buscar cuidadosamente que actividad actual no encontrara la reprobacin y condena del filsofo medieval.

Los primeros pasos y la niez. De mercaderes, banqueros y terratenientes.

Cuando hablamos de la modernidad nos referimos a un largo proceso que incluye una diversidad de fenmenos y acontecimientos que desde el siglo XVI erosionaron el orden cristiano medieval. Entre ellos se destacan: la ampliacin del mundo conocido a travs de los viajes de descubrimiento, exploracin y conquista de territorios extraeuropeos, hasta abarcar el planeta entero; la formacin de un mercado mundial y el incremento de la produccin orientada al intercambio mercantil que transcurra en espacios cada vez mas vastos provocando la innovacin incesante de los medios de comunicacin y transporte; la aparicin de las nuevas ciencias de la naturaleza, el llamado giro copernicano del saber, que acompaar el giro antropocntrico que dominara el discurso filosfico; la formacin de los primeros Estados Nacionales Europeos, de tipo burocrtico absolutistas; en fin, la proliferacin de formas capitalistas de produccin que se consolidarn con el surgimientos de la revolucin industrial en Inglaterra. Todo este proceso dista de ser homogneo y equilibrado. Claramente el foco propiamente moderno en Europa hay que buscarlo en Inglaterra y en los pases del norte de Europa, (Italia, Espaa y Portugal, por ejemplo entraran en forma tarda). Si bien la modernidad tuvo sus matices autctonos, la lgica expansiva del fenmeno afectar a sociedades y culturas del planeta entero a travs de formas violentas (conquista, imperialismo, colonias) o indirectas como a travs de las elites de las comunidades europeas y ms tarde de procesos migratorios. Ms all de esto, no podemos dejar de destacar que la incorporacin al mundo moderno no implica necesariamente las mismas posibilidades de crecimiento y desarrollo para todos los pases. A comienzos de siglo XX, la modernidad triunfante le otorgar unidad al mundo, pero el mundo no ser uno ni para todos del mismo modo. Esa unidad contendr dentro de s a un grupo de naciones centrales y dominantes por un lado y a un vasto y superior, en nmero (y en penurias) conjunto de pases que funcionarn como periferia del ncleo central, por el otro. Nuestra derrota estuvo siempre implcita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra y los alimentos se convierten en veneno. () La lluvia que irriga a los centros del poder imperialista ahoga a los vastos suburbios del sistema. Del mismo modo, y simtricamente, el bienestar de nuestras clases dominantes dominantes hacia adentro, dominadas desde afuera es la maldicin de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga.

Ahora bien, volvamos a los inicios de la modernidad y a la expansin y consolidacin del mundo mercantil.

Desde la edad media haba existido una expansin irregular pero continua del comercio, dentro de los pases europeos y entre Europa y el mediterrneo oriental. Los barcos transportaban productos de tierras cada vez ms lejanas. Los viejos orfebres devinieron en custodios del oro de los mercaderes y, ms tarde, en bancos. A pesar que en todo el continente la mxima jerarqua social segua perteneciendo a los terratenientes, ya en el siglo XV las ciudades mercantiles como Venecia, Florencia y Brujas, sucedidas luego por Amberes, Amsterdam, Londres y las de la liga Hansetica, contaban con distinguidas comunidades mercantiles. No pocos de ellos, mandaban a sus hijos a las incipientes universidades para que obtengan un ttulo que les permitiese tener una mejor posicin de negociacin con los terratenientes, ya que los ttulos de nobleza estaban reservados por sangre y herencia. Desde el punto de vista econmico, conjuntamente a la proliferacin de los mercados, dos hechos hicieron explotar el desarrollo del comercio en Europa y luego en los territorios extra europeos. Sin su advenimiento difcilmente se hubiese dado, en ese momento y de la manera que se dio, el desarrollo de la actividad mercantil primero y la revolucin industrial despus.

Con fondos del comercio negrero se construy el gran ferrocarril ingls del oeste y nacieron las industrias como las fbricas de pizarras de Gales. El capital acumulado en el comercio triangular manufacturas, esclavos, azcar hizo posible la invencin de la mquina de vapor. James Watt fue subvencionado por mercaderes que haban hecho as su fortuna.

La conquista de Amrica inund de plata y oro a Espaa y Portugal primero y al resto de Europa despus. Metales que, dicho sea de paso, no son fruto del intercambio voluntario entre los pueblos originarios americanos y los conquistadores, como nos cuentan los hermosos relatos de duendes, hadas y encuentro de culturas; sino fruto del trabajo esclavo, brutal e inhumano al que sometieron a la poblacin (inclusive los nios y las nias dado que entraban mejor en los pequeos tneles de las minas) durante ms de 150 aos. El tesoro aflua a Espaa, en donde conforme a la ley, deba ser acuado para luego seguir viaje a otros pases europeos, utilizndose en la financiacin de compulsivas operaciones militares espaolas y de mercancas que se importaban. Eduardo Galeano dir: Espaa tena la vaca atada pero otros tomaban la leche. Max Weber (1864 1920), el gran socilogo alemn, calcul que aproximadamente el setenta por ciento de los ingresos pblicos de Espaa y alrededor de las dos terceras partes de los ingresos de otras naciones se gastaban con esos fines.

Es evidente el impulso que signific para el comercio y la economa europea, la llegada de plata y oro, en el momento que esos metales eran el medio de cambio (dinero) generalmente aceptado. La afluencia del metlico ms all de permitir, financiacin mediante, el aumento del volumen del intercambio, provoc, como era de esperar, un creciente proceso inflacionario. La inflacin ocurrida durante los siglos XVI y XVII, constituy una fuerza muy estimulante para el comercio pues al contar con algn activo duradero, o al contratar una compra para reventa futura, poda preverse un beneficio en trminos monetarios corrientes debido al esperado aumento de precios. Por otro lado, el poder mercantil encontr un aliado esencial en la aparicin y consolidacin de los Estado Modernos. Dichos Estados no slo representaron el poder poltico necesario para combatir a la nobleza y a los terratenientes sino, concomitantemente, para contrarrestar la permanente omnipresencia de la iglesia y sus juicios morales contrarios a la actividad mercantil, a travs de una lento pero continuo proceso de secularizacin. En efecto, durante todo este perodo la iglesia catlica y las protestantes fueron haciendo concesiones llegando a legitimar la financiacin de las operaciones mercantiles con dinero prestado y ya no se neg a los comerciantes el acceso al cielo. La doctrina mercantilista debe ser entendida primordialmente sobre la base de sus orientaciones prcticas y de su promocin emprica, ms que un cuerpo organizado de teoras e ideas econmicas. Pueden destacarse entre otros, Montchrtien (1576-1621) en Francia, von Hornick (1638-1712) en Austria, Becher (1635-1682) en Alemania y Mun (1571-1641) en Inglaterra.

Se intuye, sin excepcin, que sus opiniones no son propias, sino ms bien de los mercaderes de quienes fueron sus portavoces.

Los mercaderes eran, en las ciudades, ciudadanos, comerciantes, funcionarios pblicos, gobierno y jueces. En este contexto deben entenderse sus opiniones econmicas materializadas en leyes y polticas pblicas.

Las oscilaciones de la poltica oficial durante el largo perodo en el que el mercantilismo tuvo la hegemona no pueden entenderse sin comprender hasta que punto el Estado era criatura de intereses comerciales variables, cuyo nico objetivo comn era contar con un Estado fuerte, siempre que pudieran manipularlo exclusivamente en beneficio propio.

A pesar de las oscilaciones de las que habla el prrafo anterior, ciertas ideas / polticas se destacaron por su homogeneidad entre los distintos representantes y su continuidad en el tiempo.En primer lugar cabe mencionar una actitud negativa hacia la competencia y, por lo tanto, se destacan las bondades de la adopcin de monopolio como fuerza reguladora de los mercados. Obviamente tal comportamiento es esperable y deseable por los comerciantes ya instalados en las ciudades que vean a la competencia un peligro para sus intereses. Vean con beneplcito, entonces, los convenios o acuerdos entre vendedores respectos de los precios, el otorgamiento de concesiones o patentes de monopolio por parte de la Corona en relacin a determinados productos, etc. Las existencias de metales preciosos en manos de un comerciante era en aquellos tiempos el ndice simple y fidedigno de su eficacia financiera. En tal sentido, la mentalidad de los comerciantes individuales en referencia al horizonte que gua sus acciones, es decir la acumulacin de oro y plata, se extrapol como poltica pblica, lo que es bueno para el individuo es bueno para el Estado, como deja verse el siguiente prrafo.

Siempre es mejor vender mercancas a los dems que comprrselas, pues lo primero otorga ciertas ventajas, mientras lo segundo acarrea inevitables perjuicios.

Sus manifestaciones prcticas, los decretos y leyes mercantilistas, incluan la imposicin de aranceles aduaneros y de distintas clases de prohibiciones a la importacin. Los tiernos suspiros de las mujeres y los lamentables llantos de los nios de quienes han padecido en sus trabajos los efectos de la competencia extranjera.

Thomas Mun, el conocido mercantilista ingls, presenta una docena de reglas para maximizar la riqueza y el bienestar de Inglaterra. Entre ellas incluye vender siempre caro a los extranjeros lo que stos no tengan y barato lo que pueden obtener de otro modo; utilizar los buques propios para las exportaciones; competir ms eficazmente con los holandeses en materia de pesca; comprar barato en lo posible en pases lejanos y no a mercaderes de ciudades comerciales vecinas; y no dar oportunidades comerciales a competidores cercanos. (se recomienda la abstencin del) elevado consumo de mercancas extranjeras en nuestra dieta y atavo () (si el consumo ha de ser prdigo) que sea utilizando nuestros propios materiales y manufactura () para que as los excesos de los ricos puedan dar empleo a los pobres.

Cualquier similitud con la actual teora del derrame impulsada por los tericos neoliberales, no es pura coincidencia.

Ya llegar el tiempo de que el brillante economista escocs Adam Smith, lance su ataque a las ideas mercantilista en 1776, pero es necesario decir que, para honrar a la historia, tanto Inglaterra en el siglo XIX como Estados Unidos en el siglo XX, han construido sus imperios de la mano del proteccionismo, por ms que quieren imponer un orden discursivo librecambista, aperturista y de no intervencin estatal en la economa. Ahora bien, la primer respuesta a las ideas mercantilistas no fueron las de Smith, con todo el impulso de los manufactureros de la revolucin industrial detrs, sino de quienes haca tiempo vean afectados sus intereses en manos de la acumulacin de poder que realizaban los comerciantes los terratenientes y los agricultores. En mayor medida que en cualquier pas europeo, Francia haba conservado un fuerte inters en la agricultura. Los quesos y las frutas de Francia y, por supuesto, sus vinos, tenan reconocimiento en toda Europa. La aristocracia inglesa se adapt a la sociedad mercantil de un modo que nunca lleg a hacerlo la aristocracia francesa. De hecho, fue la aristocracia terrateniente y no la mercantil, la que rode a los sucesores de Luis XIV en Versalles, disfrutando del mayor rango y procedencia, y haciendo muchas menos concesiones a los designios e intereses de los mercaderes que sus pares ingleses, holandeses o italianos.

Desde este lugar es que los pensadores y tericos, representantes de los intereses de los terratenientes y del orden social establecido, reflexionaron sobre las causas de su hegemona en tiempos anteriores, la irrupcin de los mercaderes y, principalmente sobre los medios, tericos y prcticos, para asegurarles (a los terratenientes y agricultores) una supervivencia cada vez ms improbable.

Algunos de estos autores fueron Francois Quesnay (1694-1774), quin lleg a ser mdico personal de Madame de Pompadour y de Luis XV, alojndose de modo permanente en Versalles; Anne Robert Jacques Turgot (1727-1781) y Pierre Samuel du Pont de Nemours (1738-1817) quien luego de haber editado un peridico sobre cuestiones agrcolas compil diversas obras de Quesnay bajo el nombre de La Physiocratie de donde seguramente proviene el nombre con el que se conoce a los economistas de esta escuela: Los fisicratas.

Los fisicratas saban perfectamente que el mundo haba cambiado y que los viejos privilegios de los nobles y terratenientes no podan ser mantenidos argumentando el viejo orden feudal religioso. Sus producciones tericas constituyeron el primer conjunto de ideas econmicas digno de ese nombre. Su fin era claramente conservar, mediante reformas, una vieja sociedad en la que los propietarios rurales gozaban de superioridad social y privilegios y rechazar las burdas pretensiones del capital mercantil y de las vulgares fuerzas industriales. El principio bsico de los fisicratas era el concepto de derecho natural considerando que este, en ltima instancia era el que rega las fuerzas de la economa y el orden social. Esta idea responde a una concepcin pantesta de la sociedad, tpica de la transicin entre el teocentrismo medieval y el antropocentrismo moderno. Ante el debilitamiento de los argumentos teolgicos que legitimaban la realidad se busca recurrir a otro invariante, la naturaleza, como sustento legitimizante de la realidad y, por lo tanto, de las relaciones sociales que permitan la existencia de los privilegios que se quieren conservar. El derecho de los reyes, de los legisladores y de los terratenientes slo resulta tolerable en la medida que es compatible con el derecho natural, o bien cuando se lo tiene como una extensin derivada de este. La existencia y proteccin de la propiedad concuerdan con el derecho natural, lo mismo que la libertad de comprar y vender, (libertad de comercio) y las disposiciones necesarias para la defensa del reino. Lo ms sabio es dejar que las cosas funcionen por su cuenta, conforme a los motivos y restricciones naturales. La norma orientadora en materia de legislacin y, en general de gobierno, debera ser laissez faire, laissez passer.Obviamente que ste dejar hacer, era un claro no al monopolio y si a la competencia. Competencia que hara bajar los precios de las mercancas con la llegada de nuevos comerciantes, pero, como era de suponer, competencia que no afectara a los productores agrcolas, dado que las tierras ya estaban todas ocupadas. Del mismo modo, el dejar pasar, implicaba apertura econmica que, nuevamente, con la entrada de productos extranjeros quitaba poder a los comerciantes locales y permita conseguir mercados para ubicar el siempre probable excedente (aquello que no es consumido por el mercado interno) de una buena cosecha.

Los reglamentos que favorecan a los mercaderes, como ser las concesiones monopolsticas, las abundantes restricciones proteccionistas y los gremios mercantiles supervivientes, estaban en conflicto con el derecho natural. Asimismo, era importante destacar la importancia de la agricultura por sobre la actividad mercantil e industrial. La agricultura es la fuente de toda la riqueza del Estado y de la riqueza de todos los ciudadanos.

La nocin de producto neto, primera concepcin y representacin del circuito de la economa en la historia del pensamiento econmico, fue usada con tal fin. Esta afirmaba que toda riqueza se origina en la agricultura y ninguna en otras actividades econmicas, oficios u ocupaciones. Por si quedaban dudas sobre la posicin de los fisicratas en referencia a los mercaderes, prstese atencin a la clasificacin de los ciudadanos que hace Quesnay. La nacin se reduce a tres clases de ciudadanos: la clase productiva, la clase de los propietarios y la clase estril. La clase productiva es la que hace renacer, mediante el cultivo del territorio, las riquezas anuales de la nacin, la que efecta los adelantos de los gastos de las labores de la agricultura, y paga anualmente los ingresos de los propietarios de las tierras. ()

La clase de los propietarios comprende al soberano, a los poseedores de tierras y a los diezmeros. ()

La clase estril est constituida por todos los ciudadanos que se ocupan de otros servicios y otras labores, distintos de la agricultura, y cuyos gastos son pagados por la clase productiva y por la clase de los propietarios, quienes a su vez extraen sus ingresos de la clase productiva.

Slo diez aos despus, Adam Smith en Las Riquezas de la Naciones, en una de sus simpticas combinaciones de elogio y menosprecio escribira:Este sistema que describe la produccin de la tierra como la nica fuente de rentas y de riqueza en cualquier pas, nunca, que yo sepa, ha llegado a adoptarse en ninguna nacin, y en la actualidad slo existe en las especulaciones de algunos hombres de gran saber e ingenio, en Francia. Seguramente no valdra la pena ponerse a examinar extensamente los errores de un sistema que nunca ha causado ningn dao, y posiblemente nunca llegue a causarlo, en ninguna parte del mundo.

A pesar de las palabras del gran economista escocs, muchas sociedades rurales en la actualidad se comportan y exigen de los gobiernos y de la sociedad sumisin como si las palabras de los fisicratas fuesen letra sagrada.

Una ltima contribucin de los fisicratas fue la tabla econmica, un ingenioso modelo ideado por Quesnay con el propsito de indicar cmo los productos circulaban entre el productor, los terratenientes, los mercaderes y los fabricantes y cmo el dinero por diversas vas retornaba al productor. En su tiempo fue valorada como una gran invencin para luego ir perdiendo prestigio. En 1930, un joven economista de Harvard Wassily Leontief elabor grandes cuadros en donde mostraba lo que cada industria da y recibe de otras industrias. Si bien al comienzo no fue reconocido, hacia la dcada del 70, cuando su obra fue recompensada con el premio nobel, se lo tuvo en cuenta y sus contribuciones, hijas legtimas de las tablas econmicas de Quesnay, llegan a la actualidad con el nombre de matrices intersectoriales o matrices insumo-producto sirviendo de piedra fundamental de modernos modelos de anticipacin. Nuestro primer economista, Manuel Belgrano, quien tradujo al castellano las Mximas Generales del Gobierno Econmico de un Reino Agricultor de Francois Quesnay, supo integrar los aportes de este y de Adam Smith y en septiembre de 1810 escriba en el Correo de Comercio:Los frutos de la tierra sin la industria no tendrn valor

Cunto ha costado y cuesta comprender y llevar a prctica las ideas de quien hizo mucho ms que la bandera nacional La juventud y las pasiones.

Los clsicos y las grandes cuestiones.

Si los tiempos de los mercantilistas y los fisicratas fueron los de desarrollo del comercio, los de Adam Smith (1723-1790) y Karl Marx (1818-1883), las dos figuras ms clebres en la historia de esta disciplina, son los de la revolucin industrial. Nos referimos a ella como el proceso econmico y social de cambios que configuraron la sociedad industrial capitalista, a partir de diversas innovaciones tcnicas en la produccin, particularmente de maquinarias y nuevas formas de energa motriz (por ejemplo de la mquina a vapor), desarrollando el sistema fabril de organizacin de trabajo, en Inglaterra y el sur de Escocia entre los aos 1760 y 1830, provocando el desplazamiento hacia las fbricas y las ciudades de los trabajadores que hasta ese entonces haban producido mercancas en sus cabaas o alimentos y lana en sus granjas. La figura dominante de todo este proceso y, paulatinamente, de la comunidad y el Estado, ya no fue el mercader y su vocacin de compra y venta de mercancas, sino el industrial orientado hacia la produccin de las mismas. A pesar de ello Smith escribe en 1776 su libro ms importante, una investigacin sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, en los albores de lo que despus se llamara revolucin industrial. Para ese ao los talleres y las minas de la era industrial eran ya una realidad en los campos de Inglaterra y el sur de Escocia pero Smith no lleg a conocer ni las fbricas realmente grandes, ni las ciudades industriales, ni los regimientos de los trabajadores dirigindose a los talleres a diario, ni el surgimiento poltico y social de los empresarios. Smith comenz a escribir La riqueza de las Naciones en 1766 en Francia, fruto de los viajes en los que acompa al joven duque de Buccleuch como su tutor. En ellos conoci a Voltaire en Suiza y, en Pars y Versalles, a Quesnay y Turgot. Al adentrarse en una fbrica de alfileres lo que le llam la atencin no fue la maquinaria caracterstica de la revolucin industrial sino la forma en la que el trabajo estaba dividido haciendo a cada trabajador un experto en una parte minscula de todo el proceso, provocando, especializacin mediante, un aumento sustantivo de la productividad. Un hombre tira del alambre, otro lo endereza, un tercero lo corta, un cuarto lo afila, un quinto aguza el otro extremo para insertarle la cabeza; la fabricacin de esta ltima exige dos o tres operaciones distintas; colocarla es tarea especial, y blanquear los alfileres, otra; hasta colocarlos en sus fundas de papel es todo un oficio.

Gran parte de sus teoras y, en consecuencia, sus orientaciones en polticas pblicas son producto de observaciones como la citada de la que deriva, en gran parte, su defensa de la libertad de comercio interno e internacional. Slo con la libertad del trueque y del comercio pueden especializarse algunos trabajadores en la fabricacin de alfileres y otros en actividades diferentes y, entre todos, establecer el intercambio que satisface las distintas necesidades del consumidor. Si no hay libertad de comercio cada trabajador debera realizar de modo incompetente la fabricacin de sus propios alfileres, desapareciendo las economas de especializacin. Asimismo, dice Smith, la divisin del trabajo se ve limitada por el tamao del mercado, de tal modo que, un rea de libre comercio lo ms vasta posible proporcionara la mxima eficiencia posible del trabajo. Claro est que la defensa al libre comercio es un ataque directo a la concepcin mercantilista de la acumulacin del oro y la plata como fundamento de la riqueza nacional y de las consecuentes polticas proteccionistas. Ya en la introduccin Smith deja claro que no son el oro y la plata la fuente de la riqueza.

(Es) el trabajo anual de cada nacin la fuente original que le proporciona la satisfaccin de las necesidades y las comodidades de la vida. (La riqueza est en funcin de) la preparacin, la destreza y el juicio que se despliegan en la aplicacin general del trabajo y, en segundo lugar, de la proporcin entre el nmero de las personas empleadas en un trabajo til y el de las que no lo estn.

A pesar de ello el mayor de los sustentos a la libertad de empresa y comercio y por lo tanto, a las limitaciones a la intervencin del Estado en la economa, hay que buscarlas en razones ms filosficas, fruto de su formacin como profesor de Lgica y filosofa moral. La filosofa moderna inglesa se dispone, a partir de Hobbes y luego de Locke, subvertir el orden moral existente. El egosmo pecaminoso, en la era premoderna, es reinventado a partir de la nocin de inters y se considera al amor propio como un sentimiento natural. El hombre quiere vivir, le teme a la muerte y la supervivencia es primordial en la constitucin de la humanidad. Ninguna teora social ni econmica debe ignorar esta pasin legtima que bordea el egosmo. Pero, al mismo tiempo, el hombre es un ser social. Sin los otros nos morimos. Smith destaca tanto que el egosmo, ese lazo comn, esta energa que nos une los unos a los otros, existe an por fuera de nuestros deseos individuales. La divisin del trabajo permite la combinacin de la tendencia de la naturaleza humana a trocar e intercambiar sus bienes, con el egosmo tambin natural por el que el hombre busca su propia satisfaccin.

No hemos de esperar que nuestra comida provenga de la benevolencia del carnicero, ni del cervecero, ni del panadero, sino de su propio inters. No apelamos a su humanitarismo, sino a su amor propio.

(el individuo) en este caso, como en tantos otros, es guiado por una mano invisible para la consecucin de un fin que no entraba en sus intenciones () Jams he sabido que hagan mucho bien aquellos que simulan comerciar por el bien comn. Por cierto que no se trata de una pretensin muy comn entre los mercaderes, y no hace falta emplear muchas palabras para disuadirlos de ella.

Desde esta concepcin filosfica es que Smith entiende, y por ende el liberalismo econmico en general, que cualquier ataque a la propiedad privada, al libre comercio, a la libertad de empresa es, en definitiva, un ataque a los hombres mismos y, consecuentemente, al nico camino que tiene la humanidad para hallar el bien comn. En referencia al valor de las mercancas, en primer lugar diferenci el valor de cambio y el valor de uso de los bienes y, habiendo planteado el problema de por qu algunos bienes muy poco tiles tienen un alto precio y otros muy tiles (aire, el agua) son gratuitos o de muy bajo precio, no encontr una respuesta satisfactoria. Smith resolvi el problema dejando de lado el valor de uso y ocupndose de investigar sobre el valor de cambio llegando a la conclusin de que el valor de cualquier posesin se mide, en definitiva, por la cantidad de trabajo por la cual puede ser cambiada.

El valor de cualquier bien () para la persona que lo posee () equivale a la cantidad de trabajo que con l puede comprar o encargar. En consecuencia, el trabajo es la medida real del valor de cambio de todos los bienes.

Los salarios, para Smith, eran el costo de atraer al trabajador a su trabajo y de mantenerlo para que siguiera desempendolo. Por lo tanto la cantidad de trabajo y su costo para sustentarlo determinan el precio (valor de cambio) de las mercancas. Pero el problema radica en que el economista escocs reconoce que tambin participan del ingreso generado por la venta de una mercanca, el capital (y los capitalistas, pues no distingui claramente entre inters y beneficio) y los terratenientes. En referencia al capital y los capitalistas, al determinar que es la labor del trabajador lo que constituye el precio de los bienes, no queda otra alternativa que la remuneracin del capital y del capitalista sea una exaccin, por parte del capitalista sobre la legtima porcin perteneciente al trabajador, a quien corresponde, presumiblemente el provecho obtenido por la venta del producto. Hasta aqu dej Smith claramente expresada su posicin. Esta nocin, inocentemente subversiva, sera refinada por David Ricardo y constituir una fuente primordial de indignacin y agitacin revolucionaria en Marx.

Con respecto a la renta que obtienen los terratenientes Smith no fue claro y dio explicaciones diferentes y contradictorias.

La renta de la tierra () entra en la composicin del precio de las mercancas de diferente manera que los salarios y los beneficios. Los salarios y los beneficios altos o bajos son la causa de los precios altos o bajos, mientras que la renta, baja o elevada, es su efecto. () La renta de la tierra se eleva en proporcin con la calidad de los pastos.

La contradiccin y la oscuridad en este aspecto es grande, por un lado los precios responden a los costos del trabajo incorporado al producto y, por el otro, el concepto de la renta de la tierra es residual del precio y est determinado por la calidad de los suelos. Evidentemente Smith no lleg a definir claramente la cuestin. Para finalizar, volviendo al tema de las polticas pblicas, ms all de que admite la conveniencia del establecimiento de aranceles en industrias esenciales para la defensa y espordicamente con carcter de represalia por la aplicacin de otras similares en el extranjero, la regla general es limitar rigurosamente la actividad del Estado a la gestin de la defensa comn, la administracin de la justicia y solamente a la construccin de obras pblicas que, no siendo de inters para la iniciativa privada, sean necesarias. Ni el comercio ni las manufacturas pueden florecer largo tiempo en un Estado que no goce de una administracin arreglada de justicia, en donde el pueblo no se crea seguro en la posesin de su propiedad, en que no se sostenga y proteja por la ley la buena fe de los contratos, y en que no se d por supuesto que la autoridad del gobierno se emplea en esforzar la paga de los dbitos contra aquellos que estn en aptitud de satisfacer sus deudas.

Dicho de otra manera, la actividad estatal debe orientarse nicamente a crear el marco necesario para que las actividades mercantiles e industriales se desarrollen conforme al individualismo y amor propio natural de las personas en conjuncin con la tambin natural tendencia de la humanidad al intercambio. Para ello es necesario que este marco legal priorice y proteja los dos derechos fundamentales del liberalismo econmico, el derecho a la libre empresa y el derecho a la propiedad privada. Una vez establecidas las reglas hace falta seguridad interior y exterior (polica, ejrcitos, justicia y crceles) para quienes atenten contra esos derechos, dado que estaran atentando directamente contra el nico camino que tienen las sociedades modernas de llegar al bien comn.

Aunque no convenga a algunos y no quieran destacar el siguiente aspecto, Smith se refiere tambin a quienes deberan, en mayor medida, soportar va impuestos la carga de los gastos del Estado. Los sbditos de todo Estado deberan contribuir al sostn del gobierno, lo ms ajustadamente posible, en proporcin a sus respectivas posibilidades; es decir, en funcin de los ingresos que respectivamente perciben bajo la proteccin comn del Estado.

Obviamente, para algunos, los privilegiados del sistema capitalista, liberales acomodaticios de cartn corrugado, difundir ideas como estas seran, como mnimo, subversivas y no ayudaran a generar el clima de negocios ni la seguridad jurdica necesaria para el crecimiento y desarrollo econmico.

En los aos siguientes a la muerte de Smith, tres autores contemporneos entre s, ampliaron, organizaron y refinaron su obra. Ellos son, en Francia Jean-Baptiste Say (1767-1832) y desde Inglaterra Thomas Robert Malthus (1766-1834) y David Ricardo (1772-1823).

Say transmiti el mensaje de Smith en Francia aportndole al conjunto desordenado de ideas e informacin de La Riqueza de las Naciones una presentacin ms ordenada y clara. Adems de ello, a pesar de que algunos no quieran destacarlo, la mayor contribucin fue su ley de los mercados. Teora que, en los libros de texto actuales, siguen refiriendose a ella como Ley de Say.

La ley de Say sostiene que la produccin de bienes genera una demanda agregada efectiva (es decir, gastada) suficiente para comprar todos los bienes ofrecidos. En trminos ms modernos, podramos decir que el precio de cada unidad de producto vendido genera unos ingresos bajo la forma de salarios, rentas, intereses y beneficios, suficiente para comprar dicho producto. Es posible que algunas personas ahorren parte del ingreso, pero al invertirlo (en un depsito, por ejemplo) otro tomar ese ahorro y lo gastar. En ltima instancia, si parte se atesora y no se gasta, los precios descendern para acomodarse al menor flujo de ingresos. La consecuencia lgica de todo este razonamiento es que no pueden existir crisis de sobreproduccin dado que nunca puede existir una insuficiencia de la demanda. Digmoslo ya la oferta crea su propia demanda.

Malthus y Ricardo eran portavoces de la nueva clase dirigente en un nuevo orden econmico. Como habran de hacerlo generaciones de economistas futuros, y como lo hicieron en el pasado, hablan por boca de su pblico y a l se dirigieron. Thomas Robert Malthus, clrigo britnico de instinto aristocrtico, fue el primero de un tro de figuras importantes en la historia del pensamiento econmico cuyos recursos financieros personales provinieron, no de la universidad ni los honorarios por el servicio de preceptor privado, como en el caso de Smith, ni del mundo de los negocios como sucedi con Say y Ricardo, sino del benvolo empleo que le ofreci la Compaa Britnica de las Indias Orientales. Los otros dos fueron James y John Stuart Mill. Todos ellos sirvieron a la compaa britnica sin haber pisado jams la India. Los dos libros de Malthus, Un ensayo sobre los principios de la poblacin y Principios de economa poltica realizaron dos grandes aportes que resistiran el paso del tiempo. El primero fue comentado en la nota al pie nmero 46, en referencia a la sospecha de que la oferta no siempre crea su propia demanda, rivalizando con la ley de Say, ciento cincuenta aos antes que lo haga Keynes. Por el otro, el aporte que ha provocado que la palabra maltusianismo quede para la posteridad incorporada al lenguaje de las ciencias sociales, fue la ley que a su criterio rega el crecimiento demogrfico, influyendo adems en la determinacin de los salarios. No se conocen muchos detalles acerca de la poblacin de Irlanda. Por lo tanto, me limitar a observar aqu que el cultivo creciente de la patata ha dado lugar a su rpida multiplicacin durante el siglo pasado. Pero la baratura de esta raz nutritiva y de la pequeez de la parcela que para esta clase de cultivo basta para producir en aos ordinarios el alimento de una familia, sumada a la ignorancia y la depauperacin de los habitantes que les han inducido a seguir sus inclinaciones sin otra perspectiva que la mera subsistencia inmediata, ha fomentado hasta tal punto el matrimonio, que la poblacin va aumentando mucho ms all de lo que permiten la industria y recursos presentes en el pas.

Las conclusiones son bastante evidentes: los medios de subsistencia limitan la poblacin; la poblacin aumenta cuando dichos medios lo permiten, y, agrega, hacindolo de modo geomtrico y la oferta de alimentos, en el mejor de los casos, lo hace en forma aritmtica; y, por ltimo, que esta asimetra persistir, lo que significa que todo incremento demogrfico ser limitado por la oferta de alimentos, al menos que aparezcan antes otras limitaciones. Solo subsiste el hambre, al menos que se anticipen otros controles destructivos tales como la guerra, la peste u otras enfermedades. Coherentemente y, en la misma sintona que la ley de hierro de los salarios de David Ricardo, todo aumento de salarios, por encima al necesario para la subsistencia y reposicin de la fuerza de trabajo, provocara, a raz de la mejora en los ingresos familiares, el aumento de la poblacin que a su vez incrementara el desempleo con la consecuente baja de los salarios, inclusive por debajo de su nivel anterior. Todo queda muy claro, la situacin no se puede mejorar. En efecto, cada vez que el Estado, u otro benefactor omnipotente, se proponga mejorar la situacin de las masas populares, la procreacin desenfrenada de stas la devolver rpidamente a su estado anterior.

Pocos conseguiran como Malthus cargar sobre las espaldas de los pobres el peso de su pobreza o de librar del mismo a los ricos.

En la actualidad no son pocas las voces que citan como causa de la pobreza la cantidad de hijos que tienen las familias pobres. Una de ellas es la del Banco Mundial, que recomienda a los pases del tercer mundo un control de la natalidad ms estricto como solucin al tema de la pobreza.

David Ricardo era hijo de un agente de bolsa judo y anterior residente en Holanda. Continu con su profesin burstil por su cuenta y, en unos cinco aos, amas una fortuna suficiente como para comprarse una finca y retirarse. Fue ntimo amigo de Malthus con quien mantuvo una copiosa correspondencia. Ricardo, siguiendo a Smith, se dedic a los grandes temas de la ciencia econmica de esos tiempos. En primera instancia y valorando positivamente la divisin del trabajo como fuerza propulsora de la economa, analiz las ventajas comparativas que determinados pases tenan sobre otros en referencia a la produccin de tal o cual bien, incentivando, como Smith lo haba hecho hacia dentro de la fbrica, a que cada pas se especialice en producir los bienes en los que posee ventajas comparativas sobre otros pases. En sus palabras: Estimulando la industria, premiando el ingenio, y otorgando el uso mas eficaz a las energas particulares brindadas por la naturaleza, distribuye el trabajo del modo ms eficaz y mas econmico mientras, incrementado la masa general de los productos, difunde el beneficio general y estrecha los vnculos de la sociedad universal de las naciones, por todo el mundo civilizado, mediante un lazo general de inters y relaciones. Este es el principio que determina que el vino se produzca en Francia y en Portugal, que los granos se cultiven en Amrica y Polonia, y que los artculos de ferretera y otros bienes hayan de fabricarse en Inglaterra. Con el tiempo esta idea se dio en llamar divisin internacional del trabajo. Ntese, estimado lector, el lugar que le asigna a Amrica y el lugar que le reserva a su patria Gran Bretaa, el brillante economista Ingls. Ya lo escribi Galeano en su obra cumbre de economa poltica Las venas abiertas de Amrica Latina. La divisin internacional del trabajo consiste en que unos pases se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos Amrica Latina, fue precoz: se especializ en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del renacimiento se abalanzaron a travs del mar y le hundieron los dientes en la garganta.

De este lado del charco, tambin nos puede ayudar a pensar las consecuencias que tuvieron para estos lares, la aplicacin y el sostenimiento de lo que l llam, la zoncera de la divisin internacional del trabajo. Las estancias Leleque, de una compaa britnica, produce un alto porcentaje de la lana de Chubut. Todos los aos despus de la zafra, bajan a Puerto Madryn los camiones cargados con la lana de la esquila y all se embarcan en dos o tres navos de bandera britnica. El resultado es el siguiente:

En el pas quedan los salarios de los pocos peones que hacen falta para cuidar las majadas y los de los esquiladores, adems del flete correspondiente a los camiones que transportan a puerto. Podra aadirse que quedan aqu las utilidades de los propietarios, pero los propietarios no son argentinos, ni viven en el Chubut, y por lo tanto se giran. Es posible que quede algo por impuestos.

Desde que la lana se embarca paga flete y seguro extranjero y la descarga en el puerto de destino; empieza enseguida a recibir valor agregado que es riqueza traducida en salarios y en utilidad empresaria que a su vez crean poder de compra, es decir de consumo, que a su vez genera produccin. [...]

Enseguida viene el lavado y el aprovechamiento de los subproductos. Despus el hilado, la tintorera y luego el tejido. En cada uno de estos procesos hay valor agregado, pero hay adems valor agregado secundario porque la elaboracin de la lana importa la fabricacin de maquinarias para lavar, para hilar, para teir, para tejer, etc., etc., y la de stas, minas aceras usinas, etc., y desde luego otras fbricas. De esta manera la lana que dio trabajo en el pas de su produccin para unos pocos peones, e inversin para poco capital, multiplica por mil el valor agregado que queda en el exterior, produciendo riqueza, nivel de vida y poder, porque de todo esto proviene el poder de las naciones. [...]

Supongamos que toda esa lana que se export, cumpliera el proceso que cumple en el exterior en Esquel. Se imaginan que ciudad sera Esquel!

Pues bien un lavadero de lana se estableci en Esquel para iniciar el proceso y fue ahogado por la hostilidad nacida de la zoncera que conocemos por divisin internacional del trabajo.

Diferencindose de Smith, quien haba dejado totalmente de lado el valor de uso, Ricardo piensa que la utilidad es, entre los factores que determinar el precio de un bien, el primero. Si una mercanca no fuera til en absoluto, es decir, si no pudiera contribuir a nuestra satisfaccin, carecera tambin de valor de cambio.

Una vez establecida la necesidad de los productos, el valor de los bienes procede de la cantidad de trabajo necesaria para obtenerlos. En relacin con este punto el mismo Ricardo cita a Smith. Es natural que lo que usualmente se produce en dos das, o en dos horas de trabajo, valga el doble de lo que por lo general es producido respectivamente en un da o en una hora de trabajo.

Ahora bien, obedeciendo a su posicin como terrateniente, Ricardo se ocup de los ingresos de los mismos en concepto de renta: La porcin del producto de la tierra que se paga al terrateniente por el uso de los poderes originales e indestructibles del suelo.

Ricardo pensaba que la presin demogrfica impulsaba el uso de tierras cada vez ms pobres y menos frtiles. Esta presin continuaba hasta que el suelo cada vez ms empobrecido diera el mnimo necesario para sustentar las vidas de quienes lo trabajaban y, ese mnimo, a su vez determinara el salario de todos los trabajadores y en particular de todos los campesinos. La posesin de tierras superiores a la de peor calidad implicaba un excedente por encima del costo. La renta de la tierra no aumentaba los precios sino que consista en un residuo que se acumulaba pasivamente gracias al incremento de la poblacin y al progreso general de la sociedad. El incremento de la renta es siempre efecto de la creciente riqueza del pas y de la dificultad de proveer alimentos para su mayor poblacin.

De lo dicho se desprende que los salarios tienden a una tasa natural y que dicho valor en palabras del mismo Ricardo sera:El precio necesario para permitir a los trabajadores subsistir y perpetuar su raza, sin aumento ni disminucin.

Dejemos que lo explique Ricardo que lo hace muy bien:

Cuando el precio de mercado de la mano de obra excede su precio natural, la situacin del trabajador es floreciente y feliz, teniendo a su alcance los medios de adquirir una mayor proporcin de necesidades y disfrute de la vida, y consiguientemente, de criar una familia saludable y numerosa. () Pero cuando, mediante el estmulo que los salarios ms elevados otorgan al aumento de la poblacin, el nmero de trabajadores aumenta, los salarios vuelven a descender a su precio natural, e incluso llegan a caer por debajo de ste, en un efecto de reaccin.

Esta idea entrara a la historia del pensamiento econmico como la ley de Hierro de los salarios, pero traera consecuencias mucho ms profundas y duraderas que las estrictamente econmicas. Segn ella, quienes trabajan tienen la pobreza por destino y no deben ser redimidos por la compasin del Estado ni de los empleadores, ni tampoco por la organizacin sindical, ni por su propia iniciativa. El lector no debe hacer muchos esfuerzos por buscar analogas con cualquier argumento patronal de negativa al aumento de los salarios so pena de provocar inflacin y por lo tanto disminucin del salario real.

De esta ley dominante proviene su conviccin y la de muchos otros que nunca lo han ledo, ni les hace falta tampoco, de que la pobreza es inevitable para quienes viven bajo el capitalismo y del error que significara cualquier accin correctiva, proviniese de quien fuera.Como todos los dems contratos, los salarios deben quedar librados a la justa y libre competencia del mercado, y nunca deberan someterse a la interferencia de la legislatura.

La pobreza es inevitable. Y los pobres son culpables y responsables de su pobreza. De ahora en ms y hasta en la actualidad, la justa y libre competencia del mercado, sera utilizada para justificarlo todo, an lo injustificable.

Pero la dialctica hegeliana metera su cola. La teora del valor trabajo y la ley de hierro de los salarios, junto con la siempre confusa y ambigua determinacin de la ganancia capitalista, sembraran la semilla de la revuelta y ya no podra detenerse. En efecto, si el precio de un bien est dado por el costo del trabajo, y de l puede deducirse de modo residual la renta diferencial de la tierra ms frtil, de dnde surge la ganancia del capitalista? Hubo quienes trabajaron antes, argumenta Ricardo, para edificar la fbrica y construir la maquinaria, el beneficio es el pago diferido de ese trabajo. Pero si los beneficios responden a los ingresos de la mano de obra empleada en el pasado para construir el capital, se deduce sencillamente que toda ganancia del capitalista representa un robo al trabajador, apropindose injustamente de la riqueza generada por l. Malthus y, especialmente, Ricardo, sin quererlo ni desearlo por supuesto, haban tirado la primera piedra Marx se ocupara de recogerla.

Del otro lado del muroAunque siempre existieron sistemas intelectuales contrahegemnicos elaborados por hombres y mujeres que reflexionaron sobre las injusticias del orden social, desde Platn a Tomas Moro, el socialismo como vocablo vinculado a sus significaciones posteriores, fue empleado por el peridico francs Le Globe en 1832 para identificar las ideas de Saint Simon (1760-1825) y bajo la denominacin de socialistas utpicos desde 1839, incluyendo adems a Charles Fourier (1772-1837) y Robert Owen. Los tres privilegiaban la cuestin social por sobre todas las dems, el reconocimiento de que la felicidad y el bienestar general eran incompatibles con cualquier orden social basado en la competencia y el individualismos y no en el principio de la cooperacin entre los hombres y las mujeres. Claramente estas ideas se encontraban en la vereda opuesta de sus contemporneos economistas clsicos.Pero el destino de estos hombres, e incluso el de otros como Proudhon, Lassalle, Engels y Fuerbach, quedara relegado a la sombra de una personalidad avasalladora como la de Karl Marx. (1818-1883)

Marx elabor su doctrina a partir de las crticas al conocimiento existente siendo sus principales fuentes la filosofa alemana, especialmente el idealismo hegeliano, la economa poltica inglesa y el socialismo utpico francs.

Los economistas clsicos escribieron, preconizaron y exhortaron, mientras que Marx fund y encabez un movimiento poltico que hoy constituye, an despus de la cada del muro de Berln y de la tan mentada y falaz muerte de las ideologas y el fin de la historia, la principal fuente de tensin poltica dentro de los pases y entre ellos. No suele hablarse de smithianos o ricardianos como s se dividen las aguas entre marxistas y no marxistas. Los aportes efectuados por el marxismo se dividen fundamentalmente en tres campos: la filosofa a travs del materialismo dialctico; las ciencias sociales, mediante el materialismo histrico y el anlisis crtico, econmico y poltico del sistema capitalista.

Intentaremos, con la certeza de equivocarnos, de sintetizar las ideas centrales sobre economa poltica vertidas por este prolfico y brillante autor.

Hijo de un acomodado abogado judo, en los primeros aos de su juventud Marx se relacion con personas pertenecientes a la elite de la sociedad sin presentar indicios de lo que sera su espritu revolucionario. El nimo disidente y revolucionario tendr en Marx dos vertientes, su paso por la universidad en Berln y sus primeras experiencias como periodista y su activa participacin poltica. En este ltimo sentido, un joven Marx, tras su partida de Berlin, ya recibido de doctor en filosofa, se instala en Colonia llegando ser redactor en jefe de la gaceta del Rhin, desde donde defiende el derecho popular de recolectar lea seca en los bosques, antiguo privilegio que en aquellos das, con el incremento del valor de la lea, se interpretaba como una violacin a la propiedad privada. Deportado de varios pases en 1843 conoce a Federico Engels, un joven alemn residente en Inglaterra que, junto con su esposa, lo acompaara como su ms leal compaero, amigo y colaborador. En Blgica entran en contacto con el movimiento obrero radical conocido con el nombre de comunismo que era, por aquel entonces, un trmino en boga. Los aos en Bruselas y sus viajes a Inglaterra, en donde toma contacto con la economa poltica inglesa, echan los cimientos para la labor poltica futura y les aseguran, a l y a Engels, el papel magnfico de conductores que a los dos les estaba reservado. Aqu es donde ve la luz, en febrero de 1848 el Manifiesto Comunista, en donde expresan a partir del materialismo histrico las primeras crticas a la economa poltica inglesa. Marx y Engels ven la divisin del trabajo, el individualismo, la libre concurrencia, el trabajo asalariado con ojos que hasta ese momento no haban encontrado voces como las que siguen. En la misma proporcin en que se desarrolla la burguesa, es decir, el capital, desarrllase tambin el proletariado, la clase de los obreros modernos, que no viven sino a condicin de encontrar trabajo, y lo encuentran nicamente mientras su trabajo acrecienta el capital. Estos obreros, obligados a venderse al detalle, son una mercanca como cualquier otro artculo de comercio, sujeta, por tanto, a todas las vicisitudes de la competencia, a todas las fluctuaciones del mercado.

El creciente empleo de las mquinas y la divisin del trabajo quitan al trabajo del proletario todo carcter substantivo y le hacen perder con ello todo atractivo para el obrero. ste se convierte en un simple apndice de la mquina, y slo se le exigen las operaciones ms sencillas, ms montonas y de ms fcil aprendizaje. Por tanto, lo que cuesta hoy da el obrero se reduce poco ms o menos a los medios de subsistencia indispensables para vivir y para perpetuar su linaje. Pero el precio del trabajo, como el de toda mercanca, es igual a su coste de produccin. Por consiguiente, cuanto ms fastidioso resulta el trabajo ms bajan los salarios. Ms an, cuanto ms se desenvuelven el maquinismo y la divisin del trabajo, ms aumenta la cantidad de trabajo bien mediante la prolongacin de la jornada, bien por el aumento del trabajo exigido en un tiempo dado, la aceleracin del movimiento de las mquinas, etc. La industria moderna ha transformado el pequeo taller del maestro patriarcal en la gran fbrica del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fbrica, estn organizados en forma militar. Como soldados rasos de la industria, estn colocados bajo la vigilancia de una jerarqua completa de oficiales y suboficiales. No son solamente esclavos de la clase burguesa, del Estado burgus, sino diariamente, a todas horas, esclavos de la mquina, del capataz y, sobre todo, del patrn de la fbrica. Y este despotismo es tanto ms mezquino, odioso y exasperante, cuanto mayor es la franqueza con que proclama que no tiene otro fin que el lucro.

Tambin llaman la atencin sobre la necesidad imperiosa de la burguesa de expandirse tanto material como ideolgicamente.

Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesa recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vnculos en todas partes. Mediante la explotacin del mercado mundial, la burguesa dio un carcter cosmopolita a la produccin y al consumo de todos los pases. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y estn destruyndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introduccin se convierte en cuestin vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas indgenas, sino materias primas venidas de las ms lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no slo se consumen en el propio pas, sino en todas las partes del globo. En lugar de las antiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas, que reclaman para su satisfaccin productos de los pases ms apartados y de los climas ms diversos. En lugar del antiguo aislamiento de las regiones y naciones que se bastaban a s mismas, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la produccin material, como a la produccin intelectual. La produccin intelectual de una nacin se convierte en patrimonio comn de todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de da en da ms imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal. Merced al rpido perfeccionamiento de los instrumentos de produccin y al constante progreso de los medios de comunicacin, la burguesa arrastra a la corriente de la civilizacin a todas las naciones, hasta a las ms brbaras. Los bajos precios de sus mercancas constituyen la artillera pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los brbaros ms fanticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgus de produccin, las constrie a introducir la llamada civilizacin, es decir, a hacerse burguesas. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza. Las relaciones entre ideologa, instituciones, leyes y las condiciones materiales concretas de existencia son analizadas por Marx mediante dos conceptos. Las instituciones polticas y sociales constituyen la llamada superestructura y las caractersticas y dinmicas que adquieren tales instituciones est determinado por la infraestructura econmica. La superestructura refleja el modo de produccin existente, adems de consagrar, legitimar, proteger y reproducir las relaciones de produccin correspondientes a dicho modo de produccin. Volviendo a Berln y a sus aos de estudios universitarios, el joven Marx, cae bajo la influencia de Georg W. Friederich Hegel (1770-1831). Su influencia fue determinante para la construccin terica del materialismo histrico que desafiar la visin positivista que de la sociedad tenan los economistas clsicos ingleses.

La tradicin clsica, como hemos visto, haba postulado un equilibrio en donde las relaciones bsicas entre patronos y trabajadores, entre la tierra, el capital y el trabajo no se modificaban. Mas all de las perturbaciones o cambios que la sociedad pueda sufrir, hay un orden y equilibrio general que debe ser conocido mediante la observacin y la investigacin, del mismo modo que sucede con las ciencias de la naturaleza. Para los economistas clsicos (los neoclsicos que vendrn y, en la actualidad, para gran nmero de posturas neopositivistas) la ciencia econmica en particular y las ciencias sociales en general, puede refinar y perfeccionar el conocimiento sobre las instituciones y relaciones sociales bsicas, pero las mismas son constantes y permanentes.

Esta idea es la que Marx desafiara y a partir de la cual edificar gran parte de sus aportes tericos.

El equilibrio no era para Marx el fin, sino slo un incidente en un proceso de cambio mucho mayor, que alteraba por completo la relacin entre capital y trabajo. Lo constante, lo permanente en la sociedad no es otra cosa que el conflicto, que est representado a lo largo de la historia por la lucha de clases.

En las anteriores pocas histricas encontramos casi por todas partes una completa divisin de la sociedad en diversos estamentos, una mltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, seores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y, adems, en casi todas estas clases todava encontramos gradaciones especiales. La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. nicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresin, las viejas formas de lucha por otras nuevas. Nuestra poca, la poca de la burguesa, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividindose, cada vez ms, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesa y el proletariado.

Marx nunca puso en tela de juicio las realizaciones productivas del sistema capitalista, por el contrario las elogi. Durante su hegemona de apenas 100 aos, ha creado fuerzas de produccin ms solidas y ms colosales que las de todas las generaciones anteriores juntas. () ha creado enorme ciudades, ha incrementado grandemente la poblacin urbana con respecto a la rural, y as ha rescatado a una parte considerable de la poblacin de la idiotez de la vida campesina. () los bajos precios de sus productos son la artillera pesada con la cual derriba todas las murallas de China.

En las grandes fbricas, que Smith no lleg a conocer, pero si Ricardo, Say y Malthus, donde los economistas clsicos vieron divisin del trabajo, especializacin, productividad, crecimiento, etc. Marx vio, principalmente, una escandalosamente desigual distribucin del poder entre los propietarios de los medios de produccin (la maquinaria, la fbrica y la tierra) y los que slo tienen para vender su fuerza del trabajo. Esta situacin, en las relacin de produccin que propone el capitalismo, implica que unos no tengan nada y otros todo. Existe opresin, explotacin, de unos seres humanos hacia otros seres humanos. Esta situacin de violencia, de opresin impide la humanizacin de algunos y, ms tarde, otros dirn que los opresores tambin se deshumanizan en esta relacin. El poder opresor genera disciplinamiento y sumisin.La especializacin y la productividad de la divisin del trabajo se transforman en alienacin de la mano de obra que, al no saber que parte del producto est realizando, se pierde, en la produccin. Queda fuera de s, y pasa a formar parte del engranaje burgus de produccin.

(el capitalista) va al frente () y el que posee la fuerza de trabajo le sigue como su pen. El primero asume aire de importancia, sonre con suficiencia, va directo al grano, mientras que el otro anda, tmido y retrado, como quien lleva su propia piel al mercado y lo nico que puede esperar es una buena zurra.

Queda claro que, como se explic precedentemente, el poder capitalista no se limita solamente a la empresa o la fbrica, sino que se extiende a la sociedad y al Estado, lo que lo transforma, en determinadas circunstancias, en poder hegemnico.

El poder ejecutivo del Estado moderno es tan slo un comit administrativo de los asuntos comunes de la burguesa en su conjunto. () Las ideas dominantes de cada poca han sido siempre las ideas de su clase dominante.

Esta desigual distribucin del poder es la que permite, provoca y sostiene una desigual distribucin del ingreso. Apoyndose en Ricardo concuerda con l que el precio o valor de los bienes est determinado por el trabajo contenido en ellos. Por lo tanto, el precio de venta de un bien debe ser igual a los salarios pagados para realizarlo. Pero claramente esto no es as, dado que el valor de los salarios, como ya lo explicaron Ricardo y Malthus, tiende al mnimo posible. Ahora bien, conociendo que la productividad del trabajo va decreciendo a raz de las limitaciones del capital fijo (tierras o maquinarias), y el salario es igual al mnimo posible para todos los trabajadores, queda claro que la mayora de ellos producen ms valor del que reciben. Este mayor valor, denominado plusvala, es expropiado, robado al trabajador por el capitalista. La plusvala absoluta es la producida por la simple prolongacin de la jornada de trabajo y la plusvala relativa es la que proviene de la disminucin del tiempo de trabajo necesario (aumento de la productividad del trabajo con igual paga). Sea absoluta o relativa la plusvala es producida por el sistema capitalista al obligar a los proletarios a vender su fuerza de trabajo por un tiempo determinado y tiene como consecuencia inevitable y lgica, la acumulacin de ingreso y riqueza por parte de los capitalistas y el acrecentamiento de la desigualdad, tanto de poder como de riqueza.

Por otro lado, pero no muy lejos, Marx considera a las crisis como inherentes al capitalismo y sostiene que en bsqueda de la estabilidad (mayores tasas de ganancia y plusvalor) el sistema capitalista produce una determinada cantidad de desempleados permanentes a la que denomin ejercito industrial de reserva que, ms all de otorgarle flexibilidad y disposicin rpida de mano de obra funcional a las necesidades cambiantes de produccin, cumpla el rol fundamental de mantener bajos los salarios y con ello alta la rentabilidad.

Por ltimo, para los economistas clsicos, el monopolio nunca fue ms que una falla de mercado. Un mercado que, como regla general, responda a las caractersticas de la competencia perfecta. Desde el materialismo histrico Marx analiz a los monopolios como una consecuencia inevitable del capitalismo, fruto, como la revuelta de la clase trabajadora, de sus propias contradicciones. Es as que, con razonamiento dialctico y moderno, vea al capitalismo como tesis (afirmacin en trminos hegelianos), a la dictadura del proletariado como anttesis (negacin) y al comunismo como consecuencia sntesis (negacin de la negacin). Es decir que el capitalismo, fruto de sus propias contradicciones, tiene dentro de s mismo, el germen de su propia destruccin: el aumento incesante del nmero de oprimidos y desposedos, por un lado; y por el otro, la constante acumulacin de riqueza en cada vez menos manos, porque a decir verdad, un capitalista mata a muchos otrosUn capitalista siempre mata a muchos otros Paralelamente a la constante disminucin del nmero de magnates del capital, que usurpan y monopolizan todas las ventajas de este proceso de transformacin, aumenta el cmulo de miseria, opresin, esclavitud, degradacin, explotacin; pero al mismo tiempo crece tambin la revuelta de la clase trabajadora, una clase cuyo nmero va en siempre aumento, y que es disciplinada, unida y organizada, por el propio mecanismo del proceso de acumulacin capitalista. El monopolio del capitalismo se convierte en una traba para el modo de produccin que ha surgido y florecido con l, y bajo l. La centralizacin de los medios de produccin y la socializacin del trabajo llegan finalmente a un estado en el cual se vuelven incompatibles con la envoltura capitalista. Esta envoltura estalla. Tocan a muerto por la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.

Ciento cincuenta aos despus es sencillo criticar en la actualidad que Marx no pudo ver ni prever, los movimientos capitalistas de autosustentacin y adaptacin como el surgimiento de las teoras keynesianas, las concesiones hechas por los Estados a los reclamos obreros y sindicales, la constitucin de los Estados de Bienestar ni, en los tiempos del neoliberalismo, la destruccin de la solidaridad obrera a travs de los sindicatos por empresa ni los usos y puestas en prcticas de sus teoras como en la Rusia de Stalin. Ms all de todo esto, el mundo no ser el mismo despus del marxismo, con o sin muro de Berln, haba corrido mucha agua por debajo del puente.As naci esta Revolucin, as se fueron creando sus consignas y asi se fue, poco a poco, teorizando sobre hechos para crear una ideologa que vena a la zaga de los acontecimientos.

Claramente habr, como nunca, una divisoria de aguas, habr blancos y negros en las ciencias sociales y, entre ellas, en la economa. Los desposedos, los pobres, los desempleados, los que sufren, sern:

o bien, artfices de su propio destino, incapaces, vagos, tienen lo que se merecen, fruto lgico y deseable de una sociedad ordenada, equilibrada e igualitaria que da oportunidades para todos y que ellos, por sus propias decisiones, no quisieron o no supieron aprovechar, consecuencia clara de un rgimen meritocrtico que reparte xitos y fracasos, en funcin de los esfuerzos y voluntad, en definitiva culpables y responsables de su pobreza y miseria; o bien, son oprimidos, explotados, humillados, usados, olvidados, por un sistema capitalista, propiedad privada y libre comercio mediante, que da poder, recursos materiales y simblicos, y calidad de vida a los que tienen mucho, mientras que a otros no les da nada o, mejor dicho, esa calidad de vida que otorga a unos es la misma que le niega a los otros, y cuyas contradicciones y conflictos (del sistema capitalista) los opresores tratan de ocultar con el fin de reproducir y eternizar las condiciones materiales que hoy permiten sus privilegios. Cuanta ms libertad se otorga a los negocios, ms crceles se hace necesario construir para quienes padecen de los negocios.

Las experiencias comunistas sufrieron las ms contundentes e inteligentes crticas desde dentro ms que por fuera. En el recordado discurso de Argel en 1965, Guevara es muy duro con la URSS sin nombrarla. Esta alocucin es para muchos el comienzo de la ruptura con Fidel, que llevara al Che a seguir su ruta revolucionaria en otras tierras. En un pasaje de su intervencin Guevara expresa:

Creemos que con este espritu debe afrontarse la responsabilidad de ayuda a los pases dependientes y que no debe hablarse ms de desarrollar un comercio de beneficio mutuo basado en los precios que la ley del valor y las relaciones internacionales del intercambio desigual, producto de la ley del valor, oponen a los pases atrasados. Cmo puede significar beneficio mutuo vender a precios de mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimiento sin lmite a los pases atrasados y comprar a precios de mercado mundial las mquinas producidas en las grandes fbricas automatizadas del presente? Si estas son las relaciones, los pases socialistas son en cierta manera cmplices de la explotacin imperial. Se puede argir que el monto del intercambio con los pases subdesarrollados, constituye una parte insignificante del comercio exterior de estos pases. Es una gran verdad, pero no elimina el carcter inmoral del cambio. Los pases socialistas tienen el deber moral de liquidar su complicidad tcita con los pases explotadores de Occidente

La contrareforma. Ciencia y neutralidad. La respuesta neoclsica. Los problemas de la desigual distribucin del poder y del ingreso como el incesante incremento de desdicha en la mayor parte de la poblacin, no slo fueron vistos desde el marxismo. Desde dentro del enfoque clsico, al no poder ocultar la realidad, deba justificarse, explicarse o trasladar la culpa del sistema capitalista al individuo, al Estado o a los sindicatos. En su obra Principios de economa poltica, publicada en 1948, John Stuart Mill atribua, por ejemplo, la pobreza del trabajador a dos factores. Por un lado a una inmutable ley de los rendimientos decrecientes de la mano de obra, a medida que se iban incorporando ms operarios al aparato productivo, cada vez cada unidad de trabajo aportaba menos riqueza; y, por el otro, al desenfrenado impulso reproductivo de la masas. Poca mejora puede esperarse en la moralidad mientras no se tenga, del incremento de las familias numerosas, el mismo concepto que se tiene de la embriaguez o de otros excesos fsicos.

Desde el utilitarismo, Jeremas Bentham (1748-1832), considerado por Marshall como el ms influyente de los sucesores inmediatos de Adam Smith, se identificaba la felicidad con aquella propiedad de cualquier objeto por la cual tiende a producir beneficio, ventajas, placer, bien o felicidad, o que de modo similar, evita el dao, el dolor, el mal o la infelicidad. De all que la maximizacin de los bienes estaba asociada a la felicidad. Si esto acarreaba dificultades o perjuicios para algunos (los pobres) la regla era clara: hay que proveer la mxima felicidad para el mximo nmero. Ya lo deca su amigo James Mill, El sistema de la libre empresa tiene sus penalidades, pero stas, son el precio que pagamos por el progreso y por el bien general.

La infelicidad de las minoras, por agudas que fuesen, deban ser aceptadas, para privilegiar y proteger el bienestar de la mayora.

Unos aos despus, desde la sociologa, y, reconozcmoslo con mucha menos poesa y delicadeza, Herbert Spencer (1820-1903) resolva el problema de los pobres y la pobreza de raz.

Me limito a llevar adelante las opiniones del seor Darwin en sus aplicaciones a la raza humana () Slo aquellos que progresan bajo (la presin impuesta por el sistema) () llegan finalmente a sobrevivir () (Estos) deben ser los seleccionados de su generacin.

En parte extirpando a los de mnimo desarrollo, y en parte sometiendo a quienes subsisten a la inexorable disciplina de la experiencia, la naturaleza asegura el crecimiento de una raza que es capaz a la vez de entender las condiciones de la existencia y de actuar sobre ellas. Es imposible suprimir en grado alguno esta disciplina.

La claridad del autor nos dispensa de realizar, por suerte, cualquier comentario al respecto. Sin embargo, por si quedaba alguna duda, el mismo Spencer se encarga de clarificar cual debe ser la relacin entre el liberalismo y el EstadoLa funcin del liberalismo en el pasado era la de poner un lmite a los poderes de los reyes. La funcin del verdadero liberalismo en el futuro ser la de poner un lmite a los poderes de los parlamentos.

Ms all de estos destacados antecedentes, la verdadera, fructfera y duradera respuesta del liberalismo al clima de poca en general y al anlisis marxista de la economa poltica en particular, estaba por producirse. En 1871 William Stanley Jevons (1835-1882), en Inglaterra, y Karl Mengel (1840-1921) en Austria, seguidos pocos aos despus por John Bates Clark (1847-1938) en los Estados Unidos y Len Walras (1834-1910) en Francia, dieron inicio a la que se denominara revolucin marginalista y que, unida a la organizacin y sntesis que realizara aos ms tarde, a fines del siglo XIX, el profesor y economista ingls Alfred Marshall (1824-1924) conformaran la sntesis neoclsica. Si bien hay razones inherentes al propio devenir del conocimiento econmico clsico, como pueden ser las carencias de las teoras del valor trabajo ricardianas o la ausencia de una teora satisfactoria de distribucin de la renta, ncleo de la teora clsica, las verdaderas razones del surgimiento primero y del xito despus de las teoras neoclsicas, tienen que ver con razones, llammosle por ahora, externas. En primer lugar todo el perodo que va desde 1868 hasta mediados de la dcada del setenta fue un poca marcada por la conflictividad social, en donde los hechos de la comuna de Paris en 1871 y su violenta represin son slo un ejemplo paradigmtico. En segundo lugar ya haca algn tiempo que la teora ricardiana se haba utilizado con finalidad crtica por los economistas socialistas y la teora del excedente, en particular, se haba planteado como fundamento de la explotacin capitalista. Recordemos que en 1867 sale a la luz el primer tomo de El Capital de Marx. En tercer lugar, ya a partir de la dcada de 1870, el socialismo terico tendi a identificarse rpidamente con el marxismo (socialismo cientfico) y a plantearse, cada vez con menos vacilaciones, sus pretensiones de cientificidad. De este modo haba que dotar a las nuevas teoras econmicas de una cientificidad y neutralidad que permitiese combatir el universo simblico marxista, para luego (o simultneamente) trasladarse al universo material. La neutralidad y universalidad venan de la mano del positivismo en general y de la matemtica en particular.

La economa, si ha de ser en absoluto una ciencia, deber ser una ciencia matemtica.

Para que las crticas al socialismo y al marxismo no pareciesen impregnadas de ideologa, intereses y parcialidad, era necesario remitirlas a fundamentos positivos, es decir cientficos. Pero estos eran, en esencia, los mismos que


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