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HistoriaMemoriaIdentidadYPerformanceEnUnaFiestaLaS-3175536

Date post: 06-Oct-2015
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historia de memoria e identidad
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  Historia, memoria, identidad y performance  en una fiesta: la Semana Santa de Ayacucho *  Nelson E. Pereyra Chávez Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga Resumen El presente artículo, a través de una descripción etnográfica y una exploración histórica de la Semana Santa, intenta hallar el significado que encierra la fiesta más importante de la ciudad de Ayacucho. Combinando el método antropológico con el histórico, postula la idea de que la Semana Santa es un espacio que ritualiza la historia regional y a la vez reproduce la estructura social local. La fiesta adquirió esta doble característica a lo largo del siglo XX, cuando su celebración fue normada por la Iglesia Católica interesada en consolidar su hegemonía en la región. * Este artículo forma parte de una extensa investigación sobre la Semana Santa ayacuchana, que vengo realizando desde el 2008 con el auspicio del Instituto de Investigaciones de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Mis entrañables amigos de Lima, María Eugenia Ulfe y John Sifuentes, son quienes me sugirieron que investigase el tema. Mis ex alumnos   ahora colegas   , Jenny Palomino, Julio César Heredia y Mauro Pumahuacre, me apoyaron en el trabajo de campo y en la búsqueda de las fuentes históricas. A todos ellos les estoy muy agradecido. [ Dialogía, 4, pp. 222-263]  
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  • Historia, memoria, identidad y performance en una fiesta: la Semana Santa de Ayacucho*

    Nelson E. Pereyra Chvez

    Universidad Nacional San Cristbal de Huamanga

    Resumen

    El presente artculo, a travs de una descripcin etnogrfica y una exploracin histrica de la Semana Santa, intenta hallar el significado que encierra la fiesta ms importante de la ciudad de Ayacucho. Combinando el mtodo antropolgico con el histrico, postula la idea de que la Semana Santa es un espacio que ritualiza la historia regional y a la vez reproduce la estructura social local. La fiesta adquiri esta doble caracterstica a lo largo del siglo XX, cuando su celebracin fue normada por la Iglesia Catlica interesada en consolidar su hegemona en la regin.

    * Este artculo forma parte de una extensa investigacin sobre la

    Semana Santa ayacuchana, que vengo realizando desde el 2008 con el auspicio del Instituto de Investigaciones de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga. Mis entraables amigos de Lima, Mara Eugenia Ulfe y John Sifuentes, son quienes me sugirieron que investigase el tema. Mis ex alumnos ahora colegas, Jenny Palomino, Julio Csar Heredia y Mauro Pumahuacre, me apoyaron en el trabajo de campo y en la bsqueda de las fuentes histricas. A todos ellos les estoy muy agradecido.

    [Dialoga, 4, pp. 222-263]

  • Palabras Clave: Fiesta religiosa, religiosidad popular, antropologa simblica, historia regional. Abstract

    This article attempts to uncover the meaning that captures the most importation religious festival of the city of Ayacucho, Holy Week (Semana Santa) through an ethnographic description and a historical investigation. With a combination of both an anthropological and historical method, authors argue that Holy Week is a space that ritualizes the regional history, and at the same time, it reproduces the local social structure. The festival acquired this dual characterization during the 20th century, when its celebration was ruled by the Catholic Church that was interested in consolidating its hegemony in the region. Keywords: Religious celebration, popular religiosity, symbolic anthropology, regional history.

    1. Introduccin

    La Semana Santa ayacuchana, que en marzo o abril de cada ao congrega a miles de fieles que participan en ceremonias y procesiones relacionadas con los ltimos das de Cristo en la tierra, es considerada por los ayacuchanos como una fiesta religiosa tradicional y de orgenes coloniales, y a la vez es defendida puesto que en los ltimos aos ha sido transformada en un espectculo por miles de turistas deseosos de encontrar diversin. Por ejemplo, al hacer una evaluacin de la Semana Santa del 2008, el Patronato Cultural de Ayacucho una suerte de gremio citadino encargado de cuidar la propiedad material, histrica y cultural de todos los ayacuchanos encontr en ella una serie de vicios y exigi que se le brinde todo el respeto del caso, no como un fin de semana de

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  • diversin1. De igual modo, un diario local demand declarar a la Plaza Mayor de Ayacucho como zona rgida durante el desarrollo de la fiesta para prohibir el consumo de bebidas alcohlicas2. Y todos los ayacuchanos coinciden en sealar, con algo de nostalgia en la mirada, que esta fiesta ha cambiado bastante en los ltimos aos.

    Por su lado, los (pocos) textos de Antropologa e Historia dedicados a ella coinciden con esta apreciacin. Luis y Renata Millones sealan, por ejemplo, que la Semana Santa constituye la oportunidad de alternar con gente de otros pueblos, concertar negocios, establecer lazos de matrimonio y compadrazgo, etc. (Millones y Millones, 2003: 60). Adems, ambos autores ofrecen una interpretacin simblica de la fiesta, aclarando que las imgenes que en estos das se sacan en procesin expresan los estados de nimo atribuidos a los personajes histricos y sugieren de manera confusa cierta dicotoma en las percepciones religiosas que la lite y los campesinos tienen sobre estas imgenes (2003: 67). Gonzlez Carr y Carrasco (2004) consideran que la Semana Santa es un hecho social que rene a la gente, establece cierto tipo de conducta ritual y tradicional, recrea el poder, reafirma la fe y mantiene viva la memoria histrica y la identidad local en un tiempo corto pero extraordinario. Desde un punto de vista ms estructuralista, Pinto (2005) seala que configura un conjunto de oposiciones entre lo sagrado y lo profano, lo superior y lo inferior, el campo y la ciudad, lo masculino y femenino, el dios cristiano muerto y el Wamani vivo3; es decir, una estructura dualista que segn el autor proviene de la poca colonial.

    1 Se trata de una carta pblica enviada en abril del 2008 por el

    Patronato Cultural de Ayacucho al obispo Luis Abilio Sebastiani Aguirre, presidente del Comit Permanente de la Semana Santa de Ayacucho.

    2 Vase La Calle, edicin del mircoles 26 de marzo del 2008, p. 2.

    3 Al interpretar la semntica de la procesin del Viernes Santo en

    comparacin con las otras procesiones y en relacin con los distintos grupos

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  • La idea de los orgenes coloniales de la fiesta es comn entre los ayacuchanos y creo que constituye una estrategia discursiva para esencializarla y convertirla en exitoso atractivo turstico. En un interesante artculo aparecido precisamente en una revista turstica, Gamarra sugiere que la Semana Santa es una enorme representacin teatral acerca del drama de la pasin y muerte de Cristo, que fue impuesta por las autoridades espaolas probablemente hacia finales del siglo XVI, en la que la poblacin indgena era obligada a participar para lograr una mejor identificacin [] con la religin del colonizador (Gamarra, 1995: 36-37). Gonzlez Carr et al. (1995: 99) sugieren otra hiptesis: la Semana Santa, de procedencia virreinal, habra adquirido importancia y configurado su estructura actual hacia mediados del siglo XIX, cuando se eslabon con las ferias ganaderas de la regin. Esta hiptesis tiene mucho sentido, puesto que cualquier simple observador notar que en la Semana Santa existe una relacin del rito con la feria y viceversa. Sin embargo, todos los textos citados, a partir de un enfoque estructural-funcionalista, intentan revelar una estructura inmutable de la fiesta que marca cual libreto de representacin teatral los comportamientos y conductas de los actores sociales que participan en ella y donde las relaciones sociales tensas no encuentran cabida4.

    En el presente trabajo intento demostrar lo contrario; es decir, que la estructura actual de la Semana Santa no proviene de los tiempos coloniales, sino de un perodo de mediana duracin (Braudel, 1982), ubicado entre los siglos XIX y XX, y que las

    sociales que participan en la fiesta, Pinto seala sin mayor evidencia emprica y con bastante ligereza que la lite solemniza a un Cristo muerto, mientras que los sectores populares celebran a un Cristo vivo y los campesinos al Wamani que no tiene pasin ni muerte (Pinto, 2005: 84).

    4 Ello se deduce de la lectura del texto de Pinto y del rtulo de hecho

    social que Gonzlez y Carrasco le confieren a la fiesta. Gamarra es ms cauto; seala que la Pascua es re-significada en cada cultura.

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  • transformaciones que la fiesta tuvo en este perodo tienen que ver con los intereses del sector social que monopoliza los instrumentos de la salvacin y con el marco social que en ella se realiza. Para ello, es importante considerarla como una performance; es decir, una puesta en escena mediante la cual los actores sociales y la sociedad se representan y constituyen a s mismos y a los dems. A travs de la fiesta-performance la realidad es experimentada y configurada por los individuos, quienes colocan un inicio y un final al devenir. Esta nueva experiencia es comunicada a travs de alguna forma expresiva y, a la vez, vivida y significada por ellos, es decir, experimentada con la intervencin de la memoria, puesto que cada momento observado se convierte en un momento recordado. De este modo, las fiestas expresivas no constituyen reflejo alguno de la realidad preexistente; al contrario, tomadas como proceso creativo y comunicativo de significados, crean eventos donde los significados se constituyen mientras son experimentados. Es esta dimensin ejecutiva y preformativa [...], es decir, el significado puesto en prctica, lo que les otorga eficacia como formas constitutivas de la realidad (Cnepa 2001b: 13).

    Esta representacin performativa de la realidad ocurre dentro de un marco contextual definido por el momento mismo de la fiesta y el contenido de lo narrado, que es el producto de la negociacin entre los agentes de la representacin y los observadores, convirtiendo de este modo a la fiesta en una representacin de carcter reflexivo y poltico que ocurre de manera particular en un momento determinado (Ibd.). As, cada versin de la fiesta es diferente de la precedente y de la posterior. Sin embargo, el uso del enfoque de mediana duracin en el estudio de la fiesta-performance postula la existencia de un devenir cambiante, puesto que los momentos y contextos que marcan la representacin se van modificando, como tambin van cambiando las experiencias representadas y las significaciones vividas por los actores y espectadores

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  • sociales. Al respecto, Diez sugiere que los cambios en las fiestas responden a transformaciones ms profundas en ellas mismas nuevas formas de participacin, nuevos actores sociales y en las sociedades que las producen reacomodos polticos de las ciudades donde ellas ocurren. Propone adems cinco factores que actan de manera diferente en la transformacin de las fiestas. Entre estos factores figura el de mayor o menor vinculacin con la poltica, dependiendo del tamao y cobertura de la fiesta. Segn el autor mencionado, una fiesta importante en una localidad de proyeccin regional estar a disposicin de intereses y grupos para la exhibicin o reafirmacin de prestigios relativos al interior o exterior de la localidad (Diez, 2000: 7)5.

    Este es el caso del carnaval de Oruro, un desfile inventado y apropiado por la lite boliviana para representar una identidad redentora, nacional y excluyente, donde el centro dramtico y procesional del carnaval est dominado por tropos que mezclan la piedad y el patriotismo, suficientemente persuasivos como para redimir al pecador indio ms empecinado y convertir el problema indio de una poca anterior en una preciosa herencia nacional (Abercrombie, 1992: 305). Acaso la Semana Santa ayacuchana puede ser considerada como una performance que contiene un sistema semitico con el que la lite local representa nociones de identidad y exclusin social y que termina con una nueva experimentacin y simbolizacin de la representacin y de sus actores sociales? Tal vez una revisin ms o menos detallada de la historia de la Semana Santa de los siglos XIX y XX me ayude a encontrar pistas para despejar la duda6.

    5 Los otros factores son la articulacin de la fiesta con el mercado, la

    influencia de los emigrantes en ella, la defensa de la tradicin y los proyectos pastorales (Diez, 2000: 6-8).

    6 El trabajo de campo para la presente investigacin se ha realizado

    durante los ltimos tres aos y ha consistido en la revisin de documentos

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  • 2. La Semana Santa en el siglo XIX

    Aunque la Semana Santa fue posiblemente celebrada en la

    ciudad de Ayacucho desde la poca colonial, su importancia y parte de su estructura actual provienen de mediados del siglo XIX, de la coyuntura derivada del auge de la explotacin del guano. Durante este perodo se amarr con el circuito de ferias ganaderas rurales que empiezan das antes de las celebraciones en la cuenca del ro Pampas y culminan el Sbado de Gloria en el cerro Acuchimay. Precisamente, en la segunda mitad de la mencionada centuria los das de Pascua se celebraban con mucha cantidad de ganado vacuno y caballar que se extenda [...] en el cerro de Acuchimay (El Republicano, 1877). Adems, en dicha poca se instituyeron algunas de las procesiones emblemticas que an se siguen manteniendo en nuestros das, como la procesin del Domingo de Ramos, que con el nombre de procesin del Seor del Triunfo fue creada por el inmortal sacerdote don Isidro Miranda, y la procesin de la Virgen de la Soledad del templo de Santo Domingo el Viernes Santo, establecida por devocin del finado don Marcos Pantoja y de don Pablo Moya y costeada con limosnas colectadas por ellos (El Liberal, 1856). Entonces, la Semana Santa ayacuchana mantuvo la siguiente estructura en la referida poca:

    1) El Viernes de Dolores con la procesin del crucificado en la parroquia de la Magdalena [cuyas] andas estuvieron regularmente adornadas (Ibd.);

    histricos y peridicos preservados en el Archivo Arzobispal de Ayacucho (AAA). Adems, se ha hecho observacin participante en las celebraciones de los aos 2008 y 2009, donde adems de presenciar cada ceremonia y procesin de la fiesta y registrar sus detalles, he conversando con los participantes de la fiesta: integrantes de las hermandades, mayordomos, devotos y autoridades encargadas de su realizacin.

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  • 2) El Domingo de Ramos con la procesin del Seor del Triunfo desde el templo de Santa Teresa hacia la Catedral;

    3) El Mircoles de Encuentro con la procesin de Jess Nazareno del templo de Santa Clara;

    4) El Jueves Santo, con la romera a los monumentos eucarsticos;

    5) El Viernes Santo con la procesin de la Virgen de la Soledad, del templo de Santo Domingo;

    6) El domingo de Pascua con la procesin de Resurreccin que sala de la Catedral en la madrugada.

    Los das Lunes y Martes Santos salan pequeas

    procesiones pero de forma irregular, puesto que un ao se realizaban y al siguiente no7. Estas ceremonias presentaban algunos detalles que todava mantienen en la actualidad, como las cenefas de cera que adornan las andas8 o el estallido de bombardas y cohetes en Pascua. Por ejemplo, en las celebraciones de 1856, las andas del Nazareno y de la Seora de los Dolores han estado adornadas de ramos de cera hechos con lujo y primor por un joven espaol. Las flores han sido imitadas con toda perfeccin (Ibd.), mientras que en Pascua de Resurreccin en 1864 la anda estaba bellamente adornada al estilo del pas, un nmero considerable de castillos haba alrededor de la plaza de armas, que estaba iluminada por las candeladas [el chamizo: NPCH] y tantos fueron los castillos que la procesin termin ya

    7 Segn un peridico local, despus de la bella ceremonia de las

    palmas, el lunes y martes santos parecen fros: nada los distingue de los dems das [...] (La Alforja, 1850: n64).

    8 Arguedas (1958) consideraba que estas cenefas de cera son de

    procedencia colonial y junto con la forma dialectal del quechua, la arquitectura huamanguina o la danza de las tijeras constituyen un indicador cultural de la existencia del rea pokra-chanka conformada por los territorios de Huancavelica, Ayacucho y Andahuaylas.

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  • algo ms tarde de lo acostumbrado (La Bandera de Ayacucho, 1864: n 31).

    A la par, la Semana Santa se convirti en una infraccin solemne del orden cotidiano (Santisteban, 2007: 369) por la interaccin desacostumbrada de los diferentes grupos sociales de la ciudad y que amenazaba con quebrar durante el tiempo festivo las rgidas fronteras sociales existentes. Seguramente la fiesta graficaba los cambios que la sociedad local experimentaba en dicha poca, caracterizados por la aparicin de un grupo de terratenientes vinculados a la produccin de trigo que progresivamente ingresaban a la vida poltica enarbolando un discurso liberal en confrontacin con la elite burocrtica y militar, y por la consolidacin de los gremios de carniceros, vivanderas y artesanos de los barrios de la ciudad de Ayacucho, como seala Ponciano del Pino (1993). Un peridico local comenta la renuencia que mostraba la lite (acaso los burcratas y militares de la ciudad?) para impedir la participacin de los sectores populares en la procesin de Jess Nazareno en los siguientes trminos:

    Es muy indecente, ridculo e impropio el que se ponga fuerza a la chusma y gente rotosa a que alumbre la imagen del Salvador que sale de Santa Clara, porque [...] importa la indevocin de la sociedad que se aprecia decente, que de algn modo da a entender que renuncia a tal redentor, pues tiene vergenza o empacho de tomar una vela y acompaar al Seor. Los que son de estas ideas pregunten a los de mayor edad y sabrn que en aquellos tiempos nadie de los que se llaman decentes se escusaban [sic] de alumbrar a Jess Nazareno y con qu espritu, mas en estos tiempos hasta los maricones y marimachos ya tienen vergenza de acompaar alumbrando en la procesin de mircoles santo (La Bandera de Ayacucho, 1864: n 30).

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  • La procesin congregaba a individuos provenientes de diferentes grupos sociales y con diferentes opciones de gnero, alterando temporalmente el orden jerrquico local y hasta simplificando una fiesta considerada como sagrada y hierofnica. Por ello, los peridicos demandaban no slo la anulacin de lo desacostumbrado, sino la regulacin de lo cotidiano en el tiempo festivo9. Pues hacia a fines del siglo XIX, la Semana Santa era una plataforma (temporal) de reestructuracin social y un mecanismo de integracin social con una eficacia acentuada para todos aquellos que estaban en situacin marginal (Briones, 2008). La Iglesia local se preocup por ello y empez a normar la realizacin de las procesiones que alarmaba a las autoridades eclesisticas:

    Aproximndose los santos das de la Semana Magna [...] y sacndose en ellas varias procesiones, como la de la Va Sacra el Viernes Santo del templo de Santo Domingo, a horas avanzadas de la noche, cuando antes de ahora sala a las 4 de la tarde, segn informe de personas varias y respetables, dando as lugar a que se cometan irreverencia y desrdenes contra la paz del matrimonio y otros graves escndalos al extremo de haber intervenido alguna vez la fuerza de Polica para contenerlos [...] y debiendo por nuestra parte evitar la perdicin de las almas redimidas con la sangre de Nuestro Seor Jesucristo, [...] prohibimos formalmente que las procesiones salgan por las noches, las que en lo sucesivo debern tener lugar en las maanas o por las tarde, cuando

    9 Obsrvese la siguiente cita aparecida en un peridico local: Ante la

    solemnidad de los das que asoman, las faenas de la poltica militante deben reglarse silenciosamente. La discusin pblica junto con la actitud periodstica de los partidos, la censura de los actos gubernamentales, i todo, todo debe inclinarse, todo debe enmudecer en gracia, en piadoso homenaje de los das de consagracin esclusiva [sic] al gran aniversario que el catolicismo conmemora durante ocho das, que la iglesia llama propiamente la Semana Santa (El Ayacuchano, 1974: n 4).

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  • ms hasta las 7 p.m. (Archivo Arzobispal de Ayacucho [en adelante AAA], 1896: ff. 197-198).

    Pero la socializacin continu a medida que la sociedad local aceptaba a nuevos actores sociales como los campesinos o los sectores populares que haban tenido participacin protagnica durante la guerra con Chile o en los conflictos sociales de los ltimos aos del siglo XIX10. En esta etapa y durante los primeros decenios de la nueva centuria la Iglesia local intent regular nuevamente las procesiones11; mas en esta ocasin esta regulacin consisti adems en reestructurar la fiesta, cuando precisamente la institucin eclesial pasaba por una etapa de consolidacin.

    3. La Semana Santa y la jerarqua eclesistica de la primera mitad del siglo XX

    En las primeras dcadas del siglo XX, en el Per apareci

    una iglesia militante que cerraba filas frente a liberales, anarquistas, socialistas, masones y protestante, y a la vez defenda los valores tradicionales, la moral y las buenas costumbres. Para ello, desarroll algunas estrategias de poder como formar alianzas con las autoridades polticas y militares, proclamar al catolicismo

    10

    En 1880, en plena guerra con Chile, el gremio de las vivenderas de Ayacucho protagoniz un motn para protestar por la circulacin del billete fiscal. En 1896 los campesinos de Huanta se sublevaron contra el impuesto a la sal decretado por el gobierno de Nicols de Pirola. Al iniciarse el siglo XX, en 1906, las vivanderas de Ayacucho nuevamente protestaron contra el funcionamiento del nuevo mercado de abastos de la ciudad (Cf. Husson, 1992; Gonzlez, 1996).

    11 En 1902, por ejemplo, el Obispado ordenaba nuevamente que las

    procesiones culminasen antes de las 10 de la noche, porque las ceremonias deben celebrarse con todo respeto y veneracin, especialmente las que tienen lugar en los santos das de la cuaresma, para conmemorar la pasin y muerte del Salvador (AAA, 1903: f. 186).

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 232

  • como el elemento integrador de la nacin y financiar una prensa catlica para difundir un discurso poco tolerante con las otras formas de pensar (Garca, 1991). En Ayacucho, esta cruzada estuvo a cargo del obispo Fidel Olivas Escudero, quien adems de intentar mantener la estructura social jerrquica de la localidad (Quicao, 2006), consider como necesaria la regulacin de ciertos rituales y fiestas como la Semana Santa, que eran espacios de dominio pblico y de relativizacin de las diferencias sociales, como vimos antes. Esta regulacin se realiz a travs de disposiciones eclesisticas que normaban variados aspectos y detalles de la fiesta12, de tal forma que para 1912 se culmin con su reestructuracin mediante el siguiente decreto que afectaba especialmente a las procesiones nocturnas:

    En lo futuro slo tendr lugar en la mencionada semana la procesin que sale de la parroquia de la Magdalena el Viernes de Dolores, de Santo Domingo el Viernes Santo y de Santa Clara, previndose que estas procesiones deben ir acompaadas de preste y diconos y salir a la hora acostumbrada para que concluyendo a horas 9 p.m. en la inteligencia que an estas tres procesiones suprimiremos en caso de no cumplirse esas condiciones (AAA, 1912: fols. 39-40)13.

    12

    Por ejemplo, en 1900 el Obispo determin la celebracin de las Misas de Feria de lunes a sbado durante el tiempo cuaresmal. (AAA, 1900: fol. 127), mientras que en 1906, dijo que el cannigo teologal, sea quien fuere, debe de concurrir precisamente a las grandes funciones de Jueves i Viernes Santo, i as se acord (AAA, 1906: s. fol.)

    13 Estas disposiciones fueron institucionalizadas mediante dos

    reuniones sinodales que el obispo Olivas organiz en Ayacucho en 1907 y 1912 y aparecen en las Constituciones Sinodales dictadas en dichos aos. Por ejemplo, la Constitucin Sinodal de 1906, en su Captulo IV, Artculo 20 dice lo siguiente: En cuanto a las procesiones que se suelen sacar durante las noches de la Semana Santa, procuren los prrocos que se conserve el mayor orden y recogimiento debidos a tan solemnes actos,

    233 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • Con estas disposiciones no slo se perpetuaron algunas

    procesiones y eliminaron otras (como las del Lunes y Martes Santos), sino que adems se regul la participacin de los actores sociales en cada etapa del ritual por edad, gnero y clase social, como veremos ms adelante. As, la Semana Santa qued configurada del siguiente modo:

    1) El Viernes de Dolores como primer da de fiesta, con las procesiones del Seor de la Agona y la Virgen Dolorosa en el barrio de la Magdalena;

    2) El Domingo de Ramos con la procesin del Seor de Ramos o Seor del Triunfo;

    3) El Mircoles de Encuentro con la procesin de Jess Nazareno;

    4) El Jueves Santo con la romera a los monumentos eucarsticos;

    5) El Viernes Santo con las procesiones del Seor del Descendimiento o del Santo Sepulcro y de la Virgen de la Soledad o Dolorosa;

    6) El Domingo de Pascua con la procesin del Seor de la Resurreccin.

    El obispo Olivas fue muy cuidadoso en insistir sobre la

    actitud disciplinaria que deba primar en cada una de las procesiones mencionadas, puesto que ellas deben celebrarse con todo respeto y veneracin por conmemorar la pasin y muerte del Salvador (AAA, 1903: fol. 186). Y fue ms severo al condicionar ciertos detalles de la fiesta, como la funcin de organizacin que los mayordomos cumplan en las procesiones. Por ejemplo, en 1914 el mayordomo Jos A. Vivanco (propietario de la hacienda Yanayacu) tuvo que solicitarle permiso para la

    debiendo concluir todas ellas a lo sumo, a las nueve de la noche (Obispado de Ayacucho, 1907: 64).

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 234

  • procesin de Jess Nazareno, y obtuvo la autorizacin acompaada de una notificacin: [...] que los encargados de sacar la citada procesin eviten a todo trance las predichas irreverencias y profanaciones en obsequio a nuestro culto, procesando cumplir estrictamente con el Artculo 274 de nuestras Constituciones Sinodales cuyo ltimo punto dice lo siguiente: Debiendo concluir [] a las 9 de la noche (AAA, 1914: fols. 355-356). Con el propsito de institucionalizar definitivamente este acto de fe, el Obispo adems autoriz la formacin de una Hermandad de devotos en 1918 para tributar a este divino Seor, que se venera en la Iglesia de Santa Clara de esta ciudad, un culto especial (El Estandarte Catlico, 1918: 525). De este modo esta procesin dej de ser una manifestacin a la que concurren pocas seoras i seoritas para empezar a convertirse en una ceremonia imponente y severa (El Estandarte Catlico, 1926: 702).

    De manera similar, los devotos de la antigua procesin de la Virgen de la Soledad tuvieron que afrontar los costos de la incorporacin regular de la imagen del Seor del Santo Sepulcro al emotivo desfile del Viernes Santo. En 1914, por ejemplo, el Capelln de Santo Domingo sealaba que no haba mayordomos para esta procesin; sin embargo, ambos conos recorrieron la primera cuadra del jirn 9 de Diciembre y el permetro de la Plaza Mayor con mucho orden i recogimiento [...] como pocas veces (El Estandarte Catlico, 1914: n 389). En 1926 un grupo de personas de honradez intachable, de reconocida seriedad y de la ms viva fe en nuestra augusta religin form la Hermandad de Caballeros del Seor del Sepulcro, bajo la presidencia del devoto Isaac J. Cceres (El Estandarte Catlico, 1926: 701). La hermandad fue autorizada por el Obispo con el fin de que colecte limosnas para subvenir a los gastos de la procesin de referencia (AAA, 1930: fol. 214). En 1936, invocando la tradicin los hermanos del Santo Sepulcro solicitaron que algn grupo entusiasta de seores, seoritas o caballeros tomen a su cargo dicha procesin

    235 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • para que no decaiga tan simptica devocin que nuestros antepasados nos legaron (El Pueblo, 1930: n 1167).

    Ninguna otra procesin como la del Santo Sepulcro empez a simbolizar el efecto de las disposiciones disciplinarias del obispo Olivas, puesto que qued configurada como una ceremonia de caracteres extraordinarios debido a la selecta y ordenada concurrencia de fieles y comitiva oficial (Exclsior, 1944: n 1116). La comitiva oficial estaba integrada por las autoridades de la localidad que participaban casi de forma obligatoria en la procesin y la selecta y ordenada concurrencia estaba formada por integrantes de la lite local que se separaban por gnero para acompaar las imgenes del Santo Sepulcro y de la Virgen Dolorosa:

    La urna de cristal que guarda la hermosa imagen del Cristo yaciente de Santo Domingo fue sacada, como es de tradicional nuestra costumbre piadosa, en hombros de jvenes de nuestra buena sociedad. El cortejo del Santo Sepulcro estuvo formado slo por hombres, portando el Estandarte el Seor Prefecto del departamento, escoltado por caballeros distinguidos de nuestra mejor sociedad [...] Tras del sepulcro, tambin en su anda y acompaada por damas y damitas distinguidas de nuestros mejores crculos sociales, hizo el recorrido la imagen de la Dolorosa, advocacin de

    Mara al pie de la cruz (El Pueblo, 1937: n 1210). Por aquellos aos adems los efectivos del ejrcito o de la

    polica fueron incorporados al cortejo fnebre, con la aprobacin de la jerarqua eclesistica y de los fieles que participaban en ella: Todos hemos quedado agradablemente impresionados al contemplar el da de Viernes Santo a nuestros soldados desfilando con la bandera a media asta i los brazos enlutados deca el peridico El Estandarte Catlico (1925: n 678).

    La distincin ocurri tambin en la forma de las andas en las que se pasean las imgenes. Mientras que las andas de las otras

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 236

  • procesiones de Semana Santa son adornadas con cascos, frutos, cirios y waytas de cera acomodados sobre un armazn de maguey que es recubierto con cintas y tringulos de papel blanco y plateado, las del Viernes Santo son bastante sobrias y sin ningn tipo de recubrimiento. En efecto, las andas de Jess Nazareno, por ejemplo, presentan cuatro caras bellamente adornadas con cenefas de cera que rodean a la imagen y que rematan en un dosel que acta como palio. Las del Viernes Santo no tienen caras de cera o dosel alguno; al contrario, el Cristo yaciente es paseado en una urna de cristal, tal como seala la cita anterior. Por otro lado, la imagen de la Dolorosa era acomodada sobre una plataforma cubierta con tela blanca y cintas plateadas, con cirios encendidos en cada uno de sus cuatro ngulos, y que culmina en una cruz con un pao blanco que se despliega desde su travesao, sutilmente acomodada detrs de la imagen. Aos despus, la urna y la plataforma fueron cambiadas por las bellas andas talladas en madera que hoy salen en el cortejo y que siguen marcando la diferencia14.

    La participacin de la lite local en la procesin del Viernes Santo intentaba reproducir la jerarqua social existente y generaba un espacio para excluir a los otros sectores sociales, para quienes deban existir especficas procesiones en determinados das, dentro de la estructura de la fiesta. La siguiente comunicacin remitida por el mismsimo Olivas grafica de manera didctica esta separacin social:

    Sera mui plausible i de agradecer al seor Subprefecto, si se sirviera dictar rdenes terminantes i enrgicas para extirpar los desordenes que se cometen por los mataperritos en las procesiones de la Semana Santa, con mengua en la sociedad

    14

    Segn el Sr. Jos Arias del Campo en la dcada de 1930 la imagen del Santo Sepulcro sala en una tarima. (Entrevista con Jos Arias, ex presidente de la Hermandad de Cargadores del Santo Sepulcro, fecha de la entrevista: 29 de noviembre del 2007).

    237 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • culta en que vivimos; pues el Mircoles Santo saldr del templo de Santa Clara la imagen del Seor de Jess Nazareno, a la que concurre mucha gente pleveya [sic] i el Viernes Santo la imagen de Nuestra Seora de la Soledad a la que acompaan caballeros i seoritas de nuestra sociedad (El Estandarte Catlico, 1916: n449).

    Adems, la procesin de Jess Nazareno fue reconocida

    como la procesin del pueblo, en la que la prdica religiosa se realizaba en quechua porque participaban los campesinos de la hacienda de Yanayacu, que se dan el tono de llamarse los esclavos del Seor (El Estandarte Catlico, 1934: n 885). Casi de igual forma, la procesin de Pascua de Resurreccin era organizada y costeada por los arrieros de los barrios de Carmen Alto y San Juan Bautista y contaba con la eufrica participacin de los negociantes y campesinos que haban estado en la feria de Acuchimay. Es cierto que los miembros de la lite participaban en esta manifestacin popular; pero lo hacan de manera diferenciada. Segn Bustamante desde los edificios que circundan la Plaza, presencia la sociedad selecta la procesin siempre suntuosa y admirada de Pascua de Resurreccin (Bustamante, 1967: 135). Por ello, para un annimo cronista, esta celebracin de arrieros, mestizos y campesinos ocasionaba trastornos en orden cotidiano del ncleo de la ciudad, al punto que las calles quedan completamente sucias, llenas de inmundicias, presentando el ms desagradable aspecto con las emanaciones consiguientes (El Pueblo, 1931: n 20)15.

    De este modo qued configurada la Semana Santa ayacuchana hasta mediados de siglo, como una performance que reproduca las rgidas jerarquas que se haban establecido en la sociedad local en la primera mitad del siglo XX. Durante esta

    15

    La procesin del Domingo de Ramos qued como una procesin protagonizada por nios y jvenes de la ciudad.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 238

  • poca, en Ayacucho existan dos grupos sociales y tnicamente diferentes: los terratenientes, propietarios de las haciendas, que en ocasiones tambin ejercan los puestos pblicos y los campesinos que vivan en las comunidades o trabajaban en las haciendas en condiciones de explotacin. Entre estos grupos estaban adems los mestizos, que tambin eran propietarios de predios rurales o se dedicaban a las actividades comerciales y manufactureras, y los grupos de inmigrantes extranjeros que haban empezado a instalarse en las ciudades de Ayacucho y Huanta dedicndose al comercio (Pereyra, 2000). Todos ellos participaban de la fiesta, pero de manera diferenciada, como vimos en las lneas precedentes.

    4. Semana Santa y turismo en la segunda mitad del siglo XX

    Ya a inicios de la dcada del 1960 otro ilustre prelado de

    Ayacucho, motivado por las nuevas directivas de la Santa Sede (es decir, los entretelones del Concilio Vaticano II), meti manos en la performance de Semana Santa. En efecto, con un espritu ms pedaggico e iluminado por la ola reformista que baaba a la Iglesia Catlica, el arzobispo de Ayacucho Otoniel Alcedo restituy las procesiones de los das Lunes y Martes Santo, que haban sido suprimidas por la disciplina clerical de su antecesor. El peridico de la Iglesia Catlica informaba lo siguiente sobre las nuevas reformas de la Semana Santa:

    Las procesiones de la Semana Santa en Ayacucho tienen prestigio y fama tradicionales. A tono con esta forma se ha comenzado a dar mayor solemnidad a las existentes, como el del Mircoles de Encuentro, Viernes Dolores, Santo Sepulcro y Pascua de Resurreccin, y hacer revivir a las que fueron suprimidas el ao 1917, como las de lunes y martes santo; estas ltimas salieron del templo de la Amargura y de San Francisco de Ass, organizadas por el R. Arstides Gutirrez, capelln, y el R. P. Bernardino Idoyega, prroco de San Juan

    239 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • Bautista, con un recorrido por las principales calles de la ciudad y la plaza Sucre (El Estandarte Catlico, 1962: n 1509).

    Tras la restitucin de las procesiones suprimidas, la fiesta

    entonces qued configurada de la siguiente manera: 1) El Viernes de Dolores con las procesiones del Seor de

    la Agona y de la Virgen Dolorosa en el barrio de La Magdalena;

    2) El Domingo de Ramos con la entrada del chamizo y la procesin del Seor de Ramos;

    3) El Lunes Santo con la procesin del Seor del Huerto que sala de la iglesia de La Merced;

    4) El Martes Santo con la procesin del Seor de la Sentencia del templo de La Amargura;

    5) El Mircoles de Encuentro con las procesiones de Jess Nazareno, la Virgen Dolorosa, San Juan y la Vernica del templo de Santa Clara;

    6) El Jueves Santo con la romera a los monumentos eucarsticos;

    7) El Viernes Santo con la procesin del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa de la iglesia de Santo Domingo;

    8) El Domingo de Pascua de Resurreccin con la procesin del Cristo Resucitado que sale de la Catedral.

    As, la performance adquiri el estatus de una celebracin

    espectacular de diez das, en la que la observacin curiosa se impona en reemplazo de la participacin compungida y disciplinada de antao, tal como lo ilustra El Estandarte Catlico en un balance de la celebracin de 1961, donde se advierte cierto vaco en las filas de los que acompaan la procesin, notndose en cambio los balcones de las casas que dan a la Plaza Sucre [la Plaza Mayor: NPCH] llenos de personas curiosas (El Estandarte Catlico, 1961: n 1484). Es que para esta poca en la ciudad ocurra un reacomodo de su estructura social y

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 240

  • mental, originado por la reapertura de la Universidad de San Cristbal de Huamanga y por la influencia creciente del sector estatal, y caracterizado por la aparicin de una clase media compuesta por profesionales y comerciantes, el crecimiento de un sector popular y la secularizacin de las costumbres e ideas religiosas (Degregori et al., 1973; Luyo, 2008). Adems, la fiesta se convirti en espectculo debido a la afluencia de visitantes tanto nacionales como extranjeros (El Estandarte Catlico, 1965: n 1506), que fue tomada en cuenta por la jerarqua eclesistica acaso interesada por la presencia de turistas en la representacin, ahora que Ayacucho empezaba a ser considerado como destino turstico16. Por tal motivo, el arzobispo Alcedo propici la formacin de una Comisin de Semana Santa que velase por la adecuada organizacin de la fiesta y elaborase un programa general que incluya principalmente las ceremonias religiosas y las procesiones.

    Pese al carcter espectacular que adquiri, la fiesta sin embargo continu reproduciendo el esquema de jerarqua y exclusin social que provena de los tiempos de Olivas. As, el Viernes Santo mantuvo el protagonismo de la lite local que, dividida por gnero, participaba de la procesin, tal como lo not la reportera de turismo Alfonsina Barrionuevo, quien presenci la Semana Santa ayacuchana en 1965:

    Desde el virreinato la procesin del viernes santo ha sido una procesin de caballeros. Los magistrados de la Corte Superior de Justicia reemplazan a los condes y marqueses que hicieron suya la procesin del Santo Sepulcro. Haba que tener blasones para llevar al Cristo yacente [sic] que va por delante. Atrs las damas acompaaban a la Virgen de los Puales y los

    16

    En los ltimos aos la antroploga Mara Eugenia Ulfe, profesora de la Universidad Catlica de Lima, viene realizando estudios sobre el turismo en la Semana Santa ayacuchana, cuyas conclusiones an no haban sido publicadas al momento de escribirse el presente artculo.

    241 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • negritos, que alguna vez hubieron, alumbraban su camino con grandes cerones (Barrionuevo, 1988: 92).

    Como se habr notado, Barrionuevo intentaba esencializar

    la procesin adjudicndole equivocadamente un origen colonial; pero su descripcin de la participacin de la lite en esta ceremonia es bastante precisa y grafica adecuadamente la jerarqua social an subsistente en ella17. La otra cara de la performance constitua la procesin del domingo de Pascua de Resurreccin que como antao congregaba a mestizos y campesinos en la Plaza Mayor de la ciudad para celebrar al resucitado: todo el heterlito [sic] conglomerado de individuos, procedentes de diversos lugares del pas, olvidando las preocupaciones cotidianas, fraternizan y comulgan en franca, bulliciosa y popular alegra (La Sierra, 1940: n 65).

    5. Performance festiva y sociedad local contempornea

    La Semana Santa ayacuchana, al ser configurada por la

    Iglesia Catlica hasta en dos oportunidades, qued transformada entonces en la principal fiesta religiosa de Ayacucho, en la que participaban los distintos grupos sociales de la localidad de forma segmentada y excluyente, generando una distincin social durante el tiempo festivo. Sin embargo, a medida que se converta en una representacin festiva que reuna a devotos y turistas, termin configurndose a la vez como una instancia de reestructuracin social y de socializacin (Briones, 2008) en la que los individuos y los grupos sociales adquieren presencia protagnica al expresar, restablecer y remodelar las relaciones sociales ordinarias, incluso de manera algo tensa o conflictiva, llegando adems a afirmar una identidad en relacin con su participacin en la fiesta. Para

    17

    Barrionuevo reuni las crnicas periodsticas que sobre Ayacucho escribiera en el diario El Comercio de Lima y en la revista Caretas en su libro de 1988.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 242

  • encontrar esta dimensin social de la Semana Santa contempornea resumamos la siguiente descripcin etnogrfica de ella y observemos especialmente el comportamiento de los actores sociales durante el tiempo celebratorio18.

    En los tiempos actuales, la Semana Santa es una performance algo compleja, puesto que integra dos formas de expresin y representacin: una litrgica-ritual y otra festiva-popular, que marchan alternndose hacia la celebracin del gran final: la Pascua de la Resurreccin de Cristo, acaso la fiesta ms importante de la ciudad de Ayacucho. Precisamente, con la expresin festiva-popular se inicia y moldea la performance y esta corre a cargo de los mayordomos de Pascua de Resurreccin.

    Mientras que la fase litrgica-ritual se inicia el Viernes de Dolores con la procesin del Seor de la Agona y de la Virgen Dolorosa en el barrio de La Magdalena, la representacin festiva-popular empieza mucho antes, el ao anterior, en el momento de culminacin de la Semana Santa precedente, cuando los mayordomos o cargos (una pareja de esposos) reciben simblica y formalmente antes de que culmine la procesin a travs del Watacuy19. A partir de entonces, inician los preparativos para la fiesta del siguiente ao, comprometiendo a sus colaboradores o

    18

    La siguiente etnografa es producto del trabajo de campo y de la observacin participante que realizamos Julio Csar Heredia, Mauro Pumahuacre y yo en la Semana Santa de Ayacucho, entre el 16 y el 26 de marzo del 2008.

    19 El Watacuy significa en castellano echar la flor y ocurre cuando

    los mayordomos salientes y entrantes bailan frente al atrio de la Catedral una vez culminada la procesin. En este instante son rociados con flores y comprometidos pblicamente para organizar la fiesta del ao entrante. Segn un ex mayordomo de la fiesta esto tiene un significado grande en la que t ya no puedes retroceder. Hay un compromiso del mayordomo aceptante hacia la poblacin, hacia la fe, hacia la opinin pblica, donde tu compromiso moral y donde no puedes retroceder (entrevista con Rodrigo Quispe Prez, mayordomo de la Pascua en 1989 y 2008, fecha de la entrevista: 27 de noviembre de 2007).

    243 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • aynis, buscando a un cabecilla de mulas o uma que ser el encargado de reclutar y dirigir las piaras en la entrada de chamizo del Domingo de Ramos, y contratando a un adornista de andas o cerero para el arreglo del anda. Teniendo todo listo, inician la representacin primero en el tiempo de los carnavales, mes y medio antes de la fiesta cuando entregan los presentes o killis en la Catedral20 y, posteriormente, el Sbado de Gloria o vspera de la entrada de chamizo.

    Este da, los mayordomos se encuentran con los piarantes, los encargados de transportar el chamizo. En la noche participan todos del velatorio y al da siguiente, Domingo de Ramos, en la maana realizan el Taripakuy21. Primero reciben al uma en el atrio de la iglesia de La Merced para luego desfilar primero hacia la Plaza Mayor y despus hacia una explanada ubicada al sureste de la ciudad, detrs del cementerio, donde les espera las acmilas y el chamizo. Al llegar a este lugar se instalan debajo de unas carpas previamente preparadas, mientras que el uma se ubica frente a ellos, en la pequea planicie, junto con los piarantes y las mulas. Despus de almorzar y agasajar a los piarantes, regresan a la ciudad en horas de la tarde con el chamizo, en un vistoso desfile que es encabezado por los mayordomos, quienes marchan apeados al comps de la banda, seguidos por los ex mayordomos, los colaboradores que marchan a pie, el uma y sus familiares montados en caballos, y las acmilas que transportan el chamizo dirigidas por sus dueos y formando piaras bajo la jefatura de un capataz nombrado por el cabecilla de mula. Esta comitiva ingresa a la Plaza Mayor y deposita el chamizo al costado de la Catedral;

    20

    Los killis consisten en sogas largas en las que se han atado frutas, bizcochos y caramelos, ofrecidos por los mayordomos en honor de los santos patrones de un templo, capilla y parroquia una semana antes de la celebracin de los carnavales (Gonzlez y Carrasco, 2004: 41).

    21 Taripakuy significa hacer el alcance y alude al encuentro de los

    mayordomos con el cabecilla, los piarantes y el chamizo.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 244

  • despus se traslada a la casa del mayordomo donde se celebra una fiesta que culmina al da siguiente con el uma qampi22.

    Tras la entrada del chamizo, la fiesta popular abre un parntesis para dar paso al ritual litrgico del Triduo Pascual. A partir del Domingo de Ramos y hasta el Viernes Santo las procesiones empiezan a escenificar pblicamente la pasin y muerte de Cristo en un orden semejante al que hemos sealado en las pginas anteriores y estn a cargo de las hermandades y mayordomos especficos23. Por ejemplo, en el Viernes Santo, la Hermandad de Cargadores del Seor del Santo Sepulcro organiza la procesin que sale de la iglesia de Santo Domingo. Los varones, vestidos de riguroso luto, acompaan a Cristo yaciente y las mujeres, con el mismo rigor, a la Virgen Dolorosa. El cortejo es encabezado por las autoridades polticas, militares y eclesisticas de la ciudad que portan smbolos relacionados con la pasin de Cristo y es seguido por los integrantes de la hermandad que desfilan sosteniendo hachones al comps de marchas fnebres marciales. A partir del Sbado de Gloria se reinicia la representacin festiva-popular cuando los mayordomos de Pascua de Resurreccin, con los ex mayordomos y sus

    22

    Literalmente, cura cabeza alude a la comida y bebida que se sirve al da siguiente del agasajo.

    23 El Lunes Santo sale la procesin del Seor del Huerto (ahora del

    templo de la Buena Muerte); el Martes Santo, la procesin del Seor de la Sentencia; el mircoles se realiza el encuentro de Jess Nazareno con su madre, la Virgen Dolorosa; el Jueves Santo ocurre la romera a los monumentos eucarsticos y el Viernes Santo sale la procesin del Seor del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa. En los ltimos aos nuevas procesiones han sido incorporadas al ritual litrgico: el jueves anterior al Viernes de Dolores se realiza la procesin de Cristo Salvador del Mundo en la parroquia de San Juan Bautista; el Martes Santo salen las procesiones del Seor de Arequipa y del Seor de la Columna de la capilla del Seor de Arequipa y del templo de Soquiacato respectivamente; y el Viernes Santo se realiza la pequea procesin del Santo Sepulcro en la capilla del Cementerio. Todas estas procesiones han sido autorizadas por el Obispado de Ayacucho.

    245 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • colaboradores, trasladan con banda de msicos los cirios y cascos de cera del anda de la procesin de la casa del adornista a la Catedral. Aqu participan del Trono Watay o armado del anda procesional. Tras colocar la imagen de Cristo resucitado en la cspide de la inmensa pirmide de maguey, tela plateada y cera que an falta revestir, ofrecen un almuerzo en el atrio del templo. En la noche, celebran la vspera con la quema del chamizo que trajeron en acmilas el Domingo Ramos. La quema se produce al alrededor de la plaza. Adems, hacen estallar castillos de fuegos artificiales y bombardas donadas por sus aynis, mientras la banda de msicos arma el arascasca o fiesta popular.

    Este da adems se realiza el Pascua Toro: los toros que van a ser regalados al asilo de ancianos o a la crcel de la ciudad son paseados por las calles del centro de la ciudad antes de ser entregados; el paseo taurino crea un gran alboroto entre la muchedumbre que se ha congregado en la plaza y en ciertas calles. Paralelamente, un fastuoso paseo de chalanes por la ciudad rememora los viejos tiempos y recuerda a los hacendados ayacuchanos del pasado24.

    A las primeras horas del alba del Domingo de Pascua (da central de la fiesta), sale la procesin con la imagen del Seor resucitado. Su anda, cubierta por cenefas de cera, recorre la Plaza

    24

    El Pascua Toro desapareci de la Semana Santa en la dcada de 1960, cuando el Concilio Vaticano II traslad la celebracin litrgica de la Resurreccin que la Iglesia exterioriza con la ceremonia de la Vigilia Pascual de la maana del Sbado de Gloria a la noche del mismo da. Por ello, el tradicional paseo de toros con el que el pueblo anunciaba la resurreccin qued desubicado y poco a poco perdi en importancia, hasta desaparecer del todo. Se tuvo que esperar hasta la dcada de 1990 para que sea restituido con el nombre de jala toro a semejanza de la suelta de vacunos de la fiesta de San Fermn en Pamplona, como simple atractivo turstico dirigido especialmente para los jvenes. Al momento de escribir este artculo, el Obispado de Ayacucho segua demandando su traslado al Domingo de Pascua de Resurreccin, por no guardar relacin con el precepto de duelo general que la Iglesia exige para el Sbado de Gloria.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 246

  • Mayor, y es transportada por cientos de espontneos y trasnochados cargadores pertenecientes a todos los sectores sociales de la localidad, mientras suenan las campanas de los templos, el traquido de cohetes y la msica de las bandas. Antes de que culmine la procesin, los nuevos mayordomos reciben simblicamente las insignias del cargo y reafirman su compromiso mediante el Waytakuy. Al clarear el da y culminada la procesin, todos participan del agasajo popular que ofrecen los mayordomos salientes.

    La festividad popular contina el mircoles siguiente con el desarme del anda o Trono Pascay y con un arascasca con el que se despiden pblicamente los mayordomos salientes. El siguiente domingo, llamado Octava de Pascua todava mandan celebrar la Misa de Cuasimodo y ofrecen un convido de agradecimiento a sus aynis25.

    Si observamos con detalle las caractersticas de las dos representaciones de la Semana Santa contempornea, notaremos que ambas generan una doble dinmica de socializacin: por un lado, diferencian a sus actores protagnicos (cofrades y mayordomos) con el fin de refirmar identidades grupales y, por otro lado, integran a espontneos individuos pertenecientes a distintos grupos sociales como queriendo matizar aquella distincin social que opera en ambas representaciones. Por ejemplo, en la procesin del Santo Sepulcro, los varones y mujeres de la Hermandad, algunos de ellos pertenecientes a la elite de funcionarios pblicos, profesionales o empresarios de la localidad, ocupan una posicin central en el desfile fnebre,

    25

    El domingo siguiente a la Pascua se celebra en el barrio de Carmen Alto la fiesta del Seor de Cuasimodo que presenta una estructura semejante a la de la Semana Santa: en la vspera se produce la entrada de chamizo con mulas, bandas y cohetes y la quema del chamizo, cohetes, castillos y nina-toros. El da central se celebra una misa y la procesin del Santsimo alrededor de la Plaza de Carmen Alto y al da siguiente es el agasajo que el mayordomo ofrece a sus colaboradores (Gonzlez y Carrasco, 2004: 66-67).

    247 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • distinguindose de los dems por organizar la procesin, cargar las andas con las imgenes que participan del cortejo o por estar vestidos de riguroso luto. Por el rol protagnico que detentan en la representacin del Viernes Santo son sealados constantemente por los otros grupos sociales como elitistas y la procesin en la que participan es considerada como ceremonia de la pequea burguesa local (Gonzlez y Carrasco, 2004: 63). Frente a estas acusaciones responden sealando que el ingreso a la cofrada es libre: slo se solicita que el postulante sea catlico, tenga un documento de identidad, cumpla con los estatutos y asista debidamente vestido (con traje oscuro) a la procesin del Viernes Santo, dice el seor Wilfredo del Pozo26. Otro integrante de la Hermandad agrega lo siguiente:

    En realidad, mucho se ha tratado de decir que era una procesin que se vengaba. En absoluto; pues la devocin al Seor del Santo Sepulcro en Ayacucho ha sido siempre masiva [] Generalmente no deseamos que entre cualquier persona a cargar cuando se le ocurra. Segundo, siempre impedimos que [se] cargue con ternos de color. Nos dicen que es una hermandad que segrega; no es eso, cualquier persona quiere cargar, y que cargue (Arias del Campo, Jos, entrevista personal).

    Y razones nos les faltan a ambos. En efecto, la procesin

    del Viernes Santo ha dejado de ser el desfile estrictamente disciplinado que impusiera hace muchos aos atrs el obispo Olivas, puesto que rene a espontneos concurrentes que acompaan en los lados laterales y posteriores de las andas formando conglomerados en los que no se nota diferencia alguna por gnero ni el formal traje oscuro que los hermanos estn obligados a usar. Sin embargo, esta procesin no es todava una

    26

    Wilfredo del Pozo es uno de los integrantes de la Hermandad del Santo Sepulcro. Fecha de la entrevista: 15 de octubre de 2008.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 248

  • manifestacin popular y democrtica, puesto que estos ltimos ocupan un lugar preferente en el desfile, delante de las andas del Cristo yaciente y de la Virgen Dolorosa.

    Adems, como se habr notado en los testimonios, la hermandad y la procesin constituyen escenarios adecuados para el cumplimiento de responsabilidades con el debido reconocimiento grupal. En efecto, los hermanos y hermanas participan durante todo el ao, cumpliendo un plan de trabajo que incluye actividades religiosas (misas y ejercicios espirituales) y sociales (celebraciones por el da de la madre, da del padre y navidad). Antes de la Semana Santa, por ejemplo, deben reunir fondos econmicos para sufragar los gastos por confeccin de las ceras que obsequiarn a los fieles minutos antes de la procesin, o para pagar el motor y combustible que servirn para iluminar las dos andas y para ello tienen que realizar actividades econmicas que demandan la participacin de casi todos los hermanos o aportar cierta cantidad de dinero en el transcurso del ao. Y en la tarde del mismo Viernes Santo deben acudir al templo para preparar las imgenes que saldrn en procesin: los varones se dedican a arreglar la urna de Cristo yaciente mientras que las mujeres acicalan la imagen de la Virgen o preparan los artefactos florales. De este modo, y a lo largo del ao, se integran en un grupo religioso y llevan en l una vida social de identidad que conlleva necesariamente la aceptacin y el cumplimiento de una serie de normas y funciones sociales que trascienden los marcos religiosos.

    Por otro lado, la fase festiva-popular empieza meses antes de la Semana Santa, pero adquiere su momento cumbre en los das de la fiesta, especialmente el Domingo de Ramos, el Domingo de Pascua de Resurreccin y en la semana siguiente, hasta el Domingo de Cuasimodo u Octava de Pascua. Calza perfectamente con la estructura arquetpica de la fiesta andina, compuesta por tres momentos de celebracin: la vspera, el da central y el da posterior de despedida o kacharpari (Cnepa,

    249 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • 2001a; Garca y Tacuri, 2006). As, el Taripakuy, la entrada de chamizo el Domingo de Ramos, el Trono Watay y el arascasca popular del Sbado de Gloria constituyen las celebraciones de la vspera; la procesin del domingo de Pascua de Resurreccin y el agasajo que los mayordomos ofrecen a sus colaboradores son las celebraciones del da central, y el Trono Pascay y el arascasca popular del mircoles siguiente constituyen la despedida de la fiesta. Pero, esta es diferente a las dems porque entre la entrada del chamizo y el da central se impone una larga pausa de recogimiento en la que se representa el rito litrgico del Triduo Pascual con las procesiones que ya hemos mencionado.

    A diferencia del Viernes Santo, en la Pascua de Resurreccin, los sectores populares adquieren rol protagnico conjuntamente con los campesinos de pueblos aledaos de la provincia de Huamanga como Tambillo, Ocros, Matar, Acocro, Chiara, Oveja Cancha o Joypana, que participan en la feria ganadera que se realiza el da anterior (Sbado de Gloria) en el cerro Acuchimay27. Sin embargo, esta representacin festiva no es del todo democrtica o popular como sealan algunos autores (Gonzlez y Carrasco, 2005; Millones y Millones 2003); ms bien en ella ocurre una estructuracin social de acuerdo a las funciones que cada grupo de protagonistas adquiere en la celebracin de las etapas de la fiesta. De este modo, podemos distinguir al interior

    27

    Tal como se anot en las pginas precedentes, la feria de Acuchimay es la confluencia de dos circuitos feriantes de ganado a pie que provienen del territorio de la cuenca del ro Pampas, al sur y este de la ciudad de Ayacucho. El primer circuito empieza con la feria ganadera de Cangallo el Domingo de Ramos; el martes la feria se realiza en Paucapata; el mircoles, en Ninascucho; el Jueves, en Saqracancha; y el viernes, en Chupas. El otro circuito empieza con la feria de Bombn en Chincheros cinco das antes de Domingo de Ramos; este da la feria se realiza en el puente del ro Pampas; el lunes, en Erapata; el martes, en Matar; el mircoles, en Chuntaca; el Jueves Santo, en Punkuwillka; y el Viernes Santo, en Waupampa (Urrutia, 1982; Pinto, 2005).

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 250

  • de ella los siguientes grupos que cumplen funciones determinadas y que se ubican en posicin jerrquica:

    1) Los mayordomos, cargos o priostes, que ostentan el cargo

    de mayor jerarqua son los responsables de la organizacin y financiamiento de la fiesta (Cnepa, 2001a: 229); en efecto, el mayordomo de Pascua de Resurreccin debe buscar a sus novenantes, mandar celebrar la misa de fiesta, contratar al adornista para el anda, organizar los agasajos para los colaboradores y el arascasca popular, contratar las bandas de msicos para la vspera y para el da central, etc.

    2) El segundo mayordomo o amo28 se encarga de seleccionar y confirmar a los mayordomos, de guiar el desarrollo y realizacin de la fiesta y preparar la imagen para la procesin. Desde 1958 la seora Guillermina Ramis Pea es la encargada de estas funciones y por la responsabilidad que asume puede ser considerada como una segunda mayordoma en la celebracin de la Pascua.

    3) Los aynis del mayordomo o sus colaboradores que enfrentan algunos gastos para la adecuada celebracin de la fiesta. Muchos de ellos son familiares del mayordomo, ex mayordomos o futuros mayordomos que al pasar el cargo cuentan con el apoyo recproco del prioste actual29. Los aynis son convocados por el mayordomo en el agasajo del da central, luego de la procesin, cuando hace circular un cuaderno entre ellos donde debern anotar sus ofrecimientos para la fiesta del siguiente ao, o el lunes posterior a la Pascua, cuando el mayordomo entrante visita a sus

    28

    En algunos pueblos se llama amo a los responsables de las iglesias pueblerinas que asumen la conduccin de las fiestas cuando no hay responsables elegidos o designados expresamente (Garca y Tacuri, 2006: 16).

    29 Esta relacin recproca ocurre dentro de un marco ritual y genera

    una relacin social donde se debe cumplir el ejercicio recproco (dar-recibir-devolver) con el consiguiente beneficio para ambas partes (Garca y Tacuri, 2006: 14).

    251 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • familiares en busca de apoyo. Tiempo despus, en las celebraciones de Todos los Santos (1 de noviembre), los aynis son nuevamente agasajados por el mayordomo en sus casas con biscocho y vino; de este modo l les recuerda la colaboracin ofrecida mediante este acto denominado yuyachikuy30.

    4) El Cabecilla de mula o uma, otro ayni del mayordomo, pero que ocupa una posicin jerrquica por estar encargado de organizar a los piarantes y a las mulas que transportarn el chamizo a la ciudad el Domingo de Ramos. El mayordomo entrante convoca al Uma poco despus de las celebraciones de Pascua de Resurreccin, mediante una triple invitacin que recibe los nombres de kichkachi, convido y punzada a los piarantes. El kichkachi consiste en un trago que se invita al candidato para Uma; una vez que acepta se coordina para un da especial con el convido grande con todos los familiares, amigos y sus piarantes31. El da del convido se ofrece almuerzo y bebidas y el candidato a uma acepta formalmente la responsabilidad. Luego viene la punzada: el mayordomo y el uma buscan y convocan a los piarantes caminando de casa en casa y ofrecindoles cerveza, caa, gaseosa, coca y cigarro para conseguir las mulas necesarias para el transporte del chamizo32.

    5) El adornista o cerero, que es el encargado de construir y desarmar la inmensa anda piramidal de la procesin. l tambin es agasajado por el mayordomo con el kichkachi y convido para luego ser contratado para la preparacin del trono y de sus adornos. Para tal funcin cuenta con la colaboracin de sus familiares y llega a contratar a un nmero adicional de trabajadores que son agasajados por el cerero luego de la procesin con un plato de mondongo. Despus del Trono Pascuay, en la casa del adornista se baila y se come; la chicha y la

    30

    Yuyachikuy significa recordar casa por casa. 31

    La palabra Kichkachi significa literalmente aguijoneo. 32

    Datos recogidos de la entrevista celebrada con Rodrigo Quispe Prez, ex mayordomo de Pascua de Resurreccin.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 252

  • cerveza [estn] a cargo del mayordomo, nos dice el cerero Agustn Alarcn Chvez, quien en varias ocasiones ha confeccionado el anda de la procesin de Pascua de Resurreccin33.

    6) Finalmente, aparecen los invitados del mayordomo y los espectadores que participan de la fiesta en los das de vspera, celebracin central y despedida.

    Como se habr notado, la organizacin de la fiesta corre a cargo del mayordomo, quien debe estar en todas las fases del ciclo festivo, mientras que los dems protagonistas cumplen funciones especficas y limitadas a determinados das. De este modo el mayordomo rene a la gente comprometida con la realizacin de las obligaciones rituales y a todos aquellos que asisten a la fiesta por placer. Al ser reconocido su esfuerzo por todos, es legitimado en su ubicacin social, puesto que todos los sectores de la ciudad le otorgan prestigio y respeto y la ndole pblica del servicio del cargo constituye una forma efectiva de clasificar a los individuos (Canzian, 1976: 171). Al respecto, un ex mayordomo de la Pascua de Resurreccin34 nos comenta que el primero fue mayordomo de la fiesta de la Inmaculada Concepcin en el barrio de San Juan Bautista en 1982; despus prioste de la fiesta de la Virgen del Pilar y del Nio Nakaq en 1987 y, finalmente, de la fiesta de Pascua de Resurreccin tanto en 1989 como en el 2008. Asumi los cargos de modo ascendente en el marco del sistema de cargos religiosos y as se convirti en un personaje representativo de la sociedad local durante el tiempo de la fiesta. Al respecto, hace el siguiente testimonio:

    Yo me acuerdo que cuando recib la Pascua, a m me hicieron la entrevista en ese momento; llegaron tres televisoras: una espaola, otra chilena y la otra, venezolana. Me preguntaron

    33

    Entrevista con Agustn Alarcn Chvez, fecha: 20 de noviembre de 2007.

    34 Entrevista con Rodrigo Quispe Prez.

    253 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • por qu recibo [la mayordoma de] la Pascua; pero mi respuesta fue concreta: porque yo creo en la vida y ac es Pascua la relacin con la vida, y que Huamanga no es muerte y que para m era ms bien un momento como mdico (Quispe, Rodrigo, entrevista personal).

    Este prestigio adems le permite al individuo relacionarse

    en su grupo familiar de referencia o complementar ciertas experiencias que provienen de un tronco familiar. El ex mayordomo citado anteriormente agrega que l, adems, se convirti en prioste de la Pascua de Resurreccin porque su padre pas muchas mayordomas, pero l no pas la Pascua (Ibd.). Es que el prestigio ganado no es un sistema de diferenciacin que separa a los que han celebrado la fiesta de los que no lo han hecho, la jerarqua generada es siempre temporal (Diez, 1994: 184).

    A la vez, esta celebracin festiva-popular consiste en un proceso de conmemoracin de la historia local y de construccin de una identidad grupal mestiza, que ocurre especialmente en las sucesivas etapas de la entrada del chamizo el da Domingo de Ramos. Como vimos anteriormente, este da los mayordomos se encuentran con el uma en el atrio de la iglesia de La Merced y luego se dirigen hacia el sureste de la ciudad, donde se hallan los montones de chamizos y las piaras de mulas. Aquellos con sus invitados se ubican jerrquicamente debajo de unas carpas y depositan los smbolos distintivos del cargo (un pequeo icono de la Santsima Trinidad con marco de plata y un estandarte rojo con una cruz celeste en cuyo centro se encuentra el agnus dei o smbolo herldico de la ciudad) en un pequeo altar habilitado al medio de las carpas. Los mayordomos y aynis se acomodan alrededor de este altar y el uma, al frente de este sitio, cerca del terreno donde se encuentran los piarantes y sus mulas. Los mayordomos y sus colaboradores bailan y comen en sus ubicaciones, mientras que el uma dirige la preparacin de las acmilas y del chamizo o arregla las cabalgaduras de los mayordomos. En la tarde, todos se

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 254

  • disponen para regresar a la ciudad mediante el desfile de la entrada del chamizo. Como vimos anteriormente, a la cabeza se ubican los mayordomos y el uma con sus cabalgaduras e invitados; cierran el desfile las colladaras, que es lo ms vistoso. Todos los animales bien aperados ingresan y a eso se llama collarada, nos comenta otro ex mayordomo de la Pascua35. De este modo conmemoran las actividades de los antiguos arrieros huamanguinos. As, el desfile de la comitiva hacia el cementerio ritualiza la partida de los arrieros de la ciudad hacia el campo. El altar y los toldos preparados en la explanada representan a la Iglesia y a la ciudad, mientras que el espacio donde se encuentran los piarantes, las mulas y el chamizo simbolizan las ferias rurales a la que concurren los pobladores aledaos para intercambiar productos y divertirse. El ingreso del chamizo a la ciudad ritualiza el retorno del arriero y la relacin entre el mayordomo, el uma y los piarantes representan a los grupos formados por los patrones de piaras, por un lado, frente a los peones que estn en el otro lado. Como se habr notado, esta ritualizacin no se desprende del tinte jerrquico con que est impregnada la celebracin de la Semana Santa, puesto que los patrones de piaras mandan a los peones en la ida y en la vuelta de la chamizada; los patrones constituyen una unidad, un grupo y los peones otro; los primeros marchan adelante y los segundos, atrs (Pinto, 2005: 91).

    Hay que recordar adems que fueron los arrieros los que se hicieron cargo de la mayordoma de esta fiesta hasta la segunda mitad del siglo XX. Algunas fuentes sugieren que a lo largo de la centuria sealada se realizaba el ingreso de chamizo como parte de las celebraciones de la Semana Santa36. Por ejemplo, en 1936 el

    35 Entrevista con Julio Bendez, trabajador de la Cooperativa de

    Ahorro y Crdito Santa Mara Magdalena, fecha: 16 de marzo de 2008. La cooperativa asumi la mayordoma de Pascua en el 2007.

    36 Manuel Bustamante (1967) seala que la entrada de chamizo, que es encabezada por los mayordomos que montan a caballo y que son seguidos por las piaras que, formando cuadrillas, transportan la retama seca,

    255 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • viajero Aurelio Miro Quesada observ la entrada del chamizo dejando anotada la siguiente pintoresca descripcin de la performance:

    Por la parte Sur de la ciudad vienen los alegres tropeles de las mulas, portando sus cargas de chamiza que es la retama seca. Delante de ellas unos indios a pie, lanzando cohetes; y encabezando la comparsa, el mayordomo, montado en una mula blanca con vistosos jaeces. En seguida pasan, trotando y resonando sobre el piso de piedras, los escuadrones de las mulas. Llega en varias series, acompaadas por algunos indgenas, y artsticamente enjaezadas, con frontales y bridas de lana tejida de colores [...] Dan una vuelta a la Plaza Principal y, entre las voces y los comentarios, las cargas se depositan en una especie de amplio patio que hay junto a la catedral; donde permanecen sin ser tocadas y amontonadas en grandes rimeros, hasta la madrugada del Domingo de Pascua en que la chamiza va a quemarse (Miro Quesada, 1947: 152).

    Podemos suponer que los arrieros, al hacerse cargo de la

    mayordoma de Pascua de Resurreccin, trasladaron muchas de sus pautas y formas de conducta a la celebracin y las simbolizaron en un nuevo contexto festivo; es decir, inventaron una tradicin que hoy es retomada por los nuevos responsables de la fiesta en un proceso de construccin de una identidad grupal. Los recientes mayordomos reproducen esta conmemoracin al cumplir con cada parte de la representacin

    forma parte de la estructura de todas las fiestas patronales de la ciudad de Ayacucho. El antroplogo Fermn Rivera Pineda (comunicacin personal) discrepa con esta opinin y sostiene que este acto es propio de la Semana Santa y fue trasladado indiscriminadamente a la vspera de las otras celebraciones festivas. Pudo haber ocurrido esto, cuando los mayordomos de las fiestas patronales decidieron copiar e implantar en sus celebraciones particulares algunos detalles de la fiesta religiosa ms importante de la ciudad.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 256

  • festiva y para ello incluso portan smbolos que los identifican como huamanguinos con prestigio y responsabilidad. En efecto, el da de la entrada de chamizo el mayordomo usa sombrero de paja, pauelo de seda amarrado al cuello a manera de una corbata plastrn, poncho de vicua y pantaln de montar. Su esposa lleva un sombrero blanco con cinta negra, rebozo sobre los hombros, blusa blanca y un centro largo. Adems, ambos lucen una banda roja en el pecho con letras doradas que aluden al cargo y con orgullo responden a cuantos preguntan por la funcin que estas circunstancias cumplen que [con el Uma] somos amigos arrieros que conservan con mayor fuerza la pollerada37.

    6. A modo de conclusin

    Sin lugar a dudas, la Semana Santa que los ayacuchanos

    celebramos hoy no es la misma fiesta que nuestros ancestros celebraron hace cuarenta, ochenta o cien aos atrs. Tampoco es la tradicional fiesta con una estructura sincrtica o dual proveniente de los tiempos coloniales y del contacto entre la religiosidad andina y el catolicismo occidental. Muy al contrario, se trata de una gran representacin (parateatral) estructurada especialmente en la primera mitad del siglo XX por una jerarqua eclesistica interesada en representar pblica y repetitivamente (como una costumbre) una evocacin revificadora que se proyectaba hacia la eternidad durante un tiempo solemne y especial, relacionada con los discursos fundadores del catolicismo: la pasin, muerte y resurreccin de Jesucristo, descritas por los evangelios. Como bien escribi un annimo sacerdote: Los grupos que representan a Cristo y a su bendita Madre en los diversos pasos de la Pasin, el severo y majestuoso Crucifijo que se saca del fondo del altar a la Plaza Pblica, producen en el alma distrada y olvidada una impresin

    37 Entrevista con Rodrigo Quispe Prez

    257 Dialoga Nelson E. Pereyra Chvez

  • solemne que no la producir el mejor orador (El Estandarte Catlico, 1902: n48).

    Adems, la intencin de la curia local fue establecer una representacin casi poltica, al configurar un conjunto de jerarquas que tienen que ver con el poder y las estructuras sociales cotidianas. Sin embargo, en la prctica y con el cambio de los marcos sociales que la encuadraban, termin convirtindose en una instancia festiva donde los individuos y los grupos sociales adquieren presencia protagnica al expresar, restablecer y remodelar las relaciones sociales ordinarias y diferenciadas, llegando adems a conmemorar y afirmar una identidad en relacin con su participacin en la fiesta.

    A menudo, las fiestas son definidas como los espacios donde los individuos nivelan las diferencias sociales limitando la acumulacin de capital y prestigio al interior de su grupo social (esta es la opinin de Eric Wolf, citada por Cnepa, 2001a: 224), o las oportunidades de liminaridad social, en la que los individuos quiebran las normas de conducta y comportamiento de la vida cotidiana con fines de ritualizacin (Garca y Tacuri, 2006: 14). Empero, la Semana Santa parece no corresponder a estas definiciones, si tomamos en cuenta que ella es una performance, tal como suger en el presente artculo. A partir de esta propuesta, la mxima fiesta de Ayacucho aparece como un elemento de integraciones complejas y hasta conflictivas de no slo actores sociales, sino tambin de la cotidianeidad urbana con la dinmica rural, de una fase litrgica con otra festiva y recientemente, por la promocin turstica y los medios de comunicacin, de intereses y representaciones locales con percepciones, gustos y modas forneas. Constituye, adems, un espacio de accin donde las diferencias, las identidades y la memoria se van redefiniendo a medida que congrega a actores protagnicos interesados en conmemorar y representar el drama de la pasin de Cristo juntamente con los elementos constitutivos de la estructura dinmica y tensa de su sociedad.

    Historia, memoria, identidad: la Semana Santa de Ayacucho 258

  • Siguiendo a Vctor Turner (1980), puedo concluir sealando que los smbolos que forman parte del ritual de la Semana Santa se asocian con los intereses humanos y terminan movilizando a los individuos al referir aspectos relacionados con los valores, normas y creencias del grupo social. De este modo, expresan emocionalmente ciertos valores, pero a la vez generan conductas sociales asociadas a dichas normas y valores. Mas, esta relacin entre los smbolos y los humanos con la mediacin del ritual se desarrolla al interior de un marco contextual donde no estn ausentes las relaciones conflictivas, las negociaciones y los intereses polticos. No olvidemos, finalmente, que la cultura es tambin una constelacin de diferentes grupos de poder y de mltiples tensiones. 7. Bibliografa y hemerografa 7.1. Bibliografa Abercrombie, Thomas (1992): La fiesta del carnaval postcolonial

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