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HOMILÍAS Y DISCURSOS DEL PAPA FRANCISCO EN SU ... - PARA CRECER EN LA … · la victoria de la...

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HOMILÍAS Y DISCURSOS HOMILÍAS Y DISCURSOS DEL PAPA FRANCISCO DEL PAPA FRANCISCO EN SU VIAJE A CUBA EN SU VIAJE A CUBA
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HOMILÍAS Y DISCURSOS HOMILÍAS Y DISCURSOS DEL PAPA FRANCISCODEL PAPA FRANCISCOEN SU VIAJE A CUBA EN SU VIAJE A CUBA

CONTENIDOCONTENIDO

1. Discurso a su llegada al aeropuerto de LaHabana2. Homilía en la Misa celebrada en la Plazade la Revolución de La Habana3. Ángelus en la Plaza de la Revolución deLa Habana4. Homilía en la celebración de las Vísperascon sacerdotes, religiosos, religiosas yseminaristas en la Catedral de La Habana5. Encuentro con los jóvenes en el CentroCultural Padre Félix Varela6. Homilía en la Misa celebrada en la Plazade la Revolución de Holguín7. Bendicón de la ciudad desde la Lola de laCruz de Holguin8. Oración a la Virgen de la Caridad delCobre en su Santuario9.Homilía en la Misa celebrada en la Basílicamenor del Santuario de la Virgen de laCaridad del Cobre

10. Encuentro con las familias en la Catedralde Nuestra Señora de la Asunción enSantiago de Cuba11. entrevista del Santo Padre durante elvuelo de Santiago de Cuba a WashingtonD.C.

1. DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO1. DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO A SU LLEGADA A LA HABANAA SU LLEGADA A LA HABANA

19/09/201519/09/2015

Señor PresidenteDistinguidas AutoridadesHermanos en el Episcopado,Señoras y señores:

Muchas gracias, señor Presidente, por suacogida y sus atentas palabras de bienvenida ennombre del Gobierno y de todo el pueblocubano. Mi saludo se dirige también a lasautoridades y a los miembros del Cuerpodiplomático que han tenido la amabilidad dehacerse presentes en este acto.

Al Cardenal Jaime Ortega y Alamino, Arzobispode La Habana, a Monseñor Dionisio GuillermoGarcía Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba yPresidente de la Conferencia Episcopal, a losdemás Obispos y a todo el pueblo cubano, lesagradezco su fraterno recibimiento.

Gracias a todos los que se han esmerado parapreparar esta visita pastoral. Quisiera pedirle austed señor Presidente, que transmita missentimientos de especial consideración y respetoa su hermano Fidel. A su vez, quisiera que misaludo llegase especialmente a todas aquellaspersonas que, por diversos motivos, no podréencontrar y a todos los cubanos dispersos por elmundo.

Como usted señor Presidente señaló, este año2015 se celebra el 80 aniversario delestablecimiento de relaciones diplomáticasininterrumpidas entre la República de Cuba y laSanta Sede. La Providencia me permite llegarhoy a esta querida Nación, siguiendo las huellasindelebles del camino abierto por los inolvidablesviajes apostólicos que realizaron a esta Isla misdos predecesores, San Juan Pablo II y BenedictoXVI.

Sé que su recuerdo suscita gratitud y cariño enel pueblo y las autoridades de Cuba. Hoyrenovamos estos lazos de cooperación y amistadpara que la Iglesia siga acompañando y

alentando al pueblo cubano en sus esperanzas yen sus preocupaciones, con libertad y todos losmedios y espacios necesarios para llevar elanuncio del Reino hasta las periferiasexistenciales de la sociedad.

Este viaje apostólico coincide además con el ICentenario de la declaración de la Virgen de laCaridad del Cobre como Patrona de Cuba, porBenedicto XV. Fueron los veteranos de la Guerrade la Independencia, movidos por sentimientosde fe y patriotismo, quienes pidieron que laVirgen mambisa fuera la patrona de Cuba comonación libre y soberana.

Desde entonces Ella ha acompañado la historiadel pueblo cubano, sosteniendo la esperanzaque preserva la dignidad de las personas en lassituaciones más difíciles y abanderando lapromoción de todo lo que dignifica al serhumano. Su creciente devoción es testimoniovisible de la presencia de la Virgen en el almadel pueblo cubano.

En estos días tendré ocasión de ir al Cobre,

como hijo y como peregrino, para pedirle anuestra Madre por todos sus hijos cubanos y poresta querida Nación, para que transite por loscaminos de justicia, paz, libertad y reconciliación.

Geográficamente, Cuba es un archipiélago quemira hacia todos los caminos, con un valorextraordinario como «llave» entre el norte y elsur, entre el este y el oeste. Su vocación naturales ser punto de encuentro para que todos lospueblos se reúnan en amistad, como soñó JoséMartí, «por sobre la lengua de los istmos y labarrera de los mares» (La Conferencia Monetariade las Repúblicas de América, en Obrasescogidas II, La Habana 1992, 505).

Ese mismo fue el deseo de san Juan Pablo IIcon su ardiente llamamiento a «que Cuba seabra con todas sus magníficas posibilidades almundo y que el mundo se abra a Cuba»(Discurso en la ceremonia de llegada, 21-1-1998,5).

Desde hace varios meses, estamos siendotestigos de un acontecimiento que nos llena de

esperanza: el proceso de normalización de lasrelaciones entre dos pueblos, tras años dedistanciamiento. Es un proceso, es un signo dela victoria de la cultura del encuentro, deldiálogo, del «sistema del acrecentamientouniversal… por sobre el sistema, muerto parasiempre, de dinastía y de grupos», decía JoséMartí (José Martí, ibíd.).Animo a los responsables políticos a continuaravanzando por este camino y a desarrollar todassus potencialidades, como prueba del altoservicio que están llamados a prestar en favor dela paz y el bienestar de sus pueblos y de todaAmérica, y como ejemplo de reconciliación parael mundo entero. El mundo necesitareconciliación en esta atmósfera de TerceraGuerra Mundial por etapas que estamosviviendo.

Pongo estos días bajo la intercesión de la Virgende la Caridad del Cobre, de los beatos OlalloValdés y José López Piteira y del venerable FélixVarela, gran propagador del amor entre loscubanos y entre todos los hombres, para queaumenten nuestros lazos de paz, solidaridad y

respeto mutuo. Nuevamente, muchas gracias,Señor Presidente.

2. HOMILÍA EN LA MISA CELEBRADA 2. HOMILÍA EN LA MISA CELEBRADA EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN

DE LA HABANADE LA HABANA 20/09/201520/09/2015

El Evangelio nos presenta a Jesús haciéndoleuna pregunta aparentemente indiscreta a susdiscípulos: «¿De qué discutían por el camino?».Una pregunta que también puede hacernos hoy:¿De qué hablan cotidianamente? ¿Cuáles sonsus aspiraciones? «Ellos –dice el Evangelio– nocontestaron, pues por el camino habían discutidosobre quién era el más importante».

Los discípulos tenían vergüenza de decirle aJesús de lo que hablaban. En los discípulos deayer, como en nosotros hoy, nos puedeacompañar la misma discusión: ¿Quién es elmás importante? Jesús no insiste con lapregunta, no los obliga a responderle de quéhablaban por el camino, pero la preguntapermanece no solo en la mente, sino también enel corazón de los discípulos.

¿Quién es el más importante? Una pregunta quenos acompañará toda la vida y en las distintasetapas seremos desafiados a responderla. Nopodemos escapar a esta pregunta, está grabadaen el corazón. Recuerdo más de una vez enreuniones familiares preguntar a los hijos: ¿Aquién querés más, a papá o a mamá? Es comopreguntarle: ¿Quién es más importante paravos? ¿Es tan solo un simple juego de niños estapregunta? La historia de la humanidad ha estadomarcada por el modo de cómo se responde aesta pregunta.

Jesús no le teme a las preguntas de loshombres; no le teme a la humanidad ni a lasdistintas búsquedas que ésta realiza. Alcontrario, Él conoce los «recovecos» del corazónhumano, y como buen pedagogo está dispuestoa acompañarnos siempre. Fiel a su estilo, asumenuestras búsquedas, aspiraciones y les da unnuevo horizonte. Fiel a su estilo, logra dar unarespuesta capaz de plantear un nuevo desafío,descolocando «las respuestas esperadas» o loaparentemente establecido. Fiel a su estilo,Jesús siempre plantea la lógica del amor. Una

lógica capaz de ser vivida por todos, porque espara todos.

Lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte deJesús no es para unos pocos privilegiadoscapaces de llegar al «conocimiento deseado» oa distintos niveles de espiritualidad. El horizontede Jesús, siempre es una oferta para la vidacotidiana también aquí en «nuestra isla»; unaoferta que siempre hace que el día a día tengacierto sabor a eternidad.

¿Quién es el más importante? Jesús es simpleen su respuesta: «Quien quiera ser el primero,importante, que sea el último de todos y elservidor de todos». Quien quiera ser grande, quesirva a los demás, no que se sirva de los demás.

Esta es la gran paradoja de Jesús. Losdiscípulos discutían quién ocuparía el lugar másimportante, quién sería seleccionado como elprivilegiado. Eran los discípulos, los máscercanos a Jesús y discutían sobre eso. Quiénestaría exceptuado de la ley común, de la normageneral, para destacarse en un afán de

superioridad sobre los demás. Quién escalaríamás pronto para ocupar los cargos que daríanciertas ventajas. Jesús les trastoca su lógicadiciéndoles sencillamente que la vida auténticase vive en el compromiso concreto con elprójimo. Es decir, sirviendo.

La invitación al servicio posee una peculiaridad ala que debemos estar atentos. Servir significa, engran parte, cuidar la fragilidad. Servir significacuidar a los frágiles de nuestras familias, denuestra sociedad, de nuestro pueblo. Son losrostros sufrientes, desprotegidos y angustiados alos que Jesús propone mirar e invitaconcretamente a amar. Amor que se plasma enacciones y decisiones. Amor que se manifiestaen las distintas tareas que como ciudadanosestamos invitados a desarrollar.

Son personas de carne y hueso, con su vida, suhistoria y especialmente con su fragilidad, sonlas que estamos invitados por Jesús a defender,a cuidar y a servir. Porque ser cristiano entrañaservir la dignidad de sus hermanos, luchar por ladignidad de sus hermanos y vivir para la

dignidad de sus hermanos. Por eso, el cristianoes invitado siempre a dejar de lado susbúsquedas, afanes, deseos de omnipotenciaante la mirada concreta de los más frágiles.

Hay un «servicio» que sirve; pero debemoscuidarnos del otro servicio, de la tentación del«servicio» que «se» sirve de los otros. Hay unaforma de ejercer el servicio que tiene comointerés el beneficiar a los «míos», en nombre delo «nuestro». Ese servicio siempre deja a los«tuyos» por fuera, generando una dinámica deexclusión.

Todos estamos llamados por vocación cristianaal servicio que sirve y a ayudarnos mutuamentea no caer en las tentaciones del «servicio que sesirve». Todos estamos invitados, estimulados porJesús a hacernos cargo los unos de los otros poramor. Y esto sin mirar de costado para ver lo queel vecino hace o ha dejado de hacer. Jesús nosdice: «Quien quiera ser el primero, que sea elúltimo y el servidor de todos». Ese va a ser elprimero. No dice, si tu vecino quiere ser elprimero que sirva.

Debemos cuidarnos de la mirada enjuiciadora yanimarnos a creer en la mirada transformadora ala que nos invita Jesús. Este hacernos cargo poramor no apunta a una actitud de servilismo, porel contrario, pone en el centro la cuestión alhermano: el servicio siempre mira el rostro delhermano, toca su carne, siente su projimidad yhasta en algunos casos la «padece» y busca supromoción como ser humano. Por eso nunca elservicio es ideológico, ya que no se sirve aideas, sino que se sirve a las personas.

El santo Pueblo fiel de Dios que camina enCuba, es un pueblo que tiene gusto por la fiesta,por la amistad, por las cosas bellas. Es unpueblo que camina, que canta y alaba. Es unpueblo que tiene heridas, como todo pueblo,pero que sabe estar con los brazos abiertos, quemarcha con esperanza, porque su vocación esde grandeza. Así la sembraron sus próceres.

Hoy los invito a que cuiden esa vocación, a quecuiden estos dones que Dios les ha regalado,pero especialmente quiero invitarlos a que

cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidadde sus hermanos. No los descuiden porproyectos que puedan resultar seductores, peroque se desentienden del rostro del que está a sulado. Nosotros conocemos, somos testigos de la«fuerza imparable» de la resurrección, que«provoca por todas partes gérmenes de esemundo nuevo» (cf. Evangelii gaudium, 276.278).

No nos olvidemos de la Buena Nueva de hoy: laimportancia de un pueblo, de una nación; laimportancia de una persona siempre se basa encómo sirve la fragilidad de sus hermanos. En esoencontramos uno de los frutos de una verdaderahumanidad.

Porque queridos hermanos y hermanos: «Quienno vive para servir, no sirve para vivir».

3. 3. ÁNGELUS ÁNGELUS EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓNEN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN

DE LA HABANA DE LA HABANA 20/09/201520/09/2015

Agradezco al Cardenal Jaime Ortega y Alamino,Arzobispo de La Habana, sus amables palabras,así como a mis hermanos Obispos, sacerdotes,religiosos y fieles laicos. Saludo también alSeñor Presidente y a todas las autoridadespresentes.

Hemos oído en el evangelio cómo los discípulostenían miedo de preguntar a Jesús cuando leshabla de su pasión y muerte. Les asustaba y nopodían comprender la idea de ver a Jesússufriendo en la Cruz. También nosotros tenemosla tentación de huir de las cruces propias y de lascruces de los demás, de alejarnos del que sufre.Al concluir la santa Misa, en la que Jesús se nosha entregado de nuevo con su cuerpo y susangre, dirijamos ahora nuestros ojos a laVirgen, Nuestra Madre. Y le pedimos que nosenseñe a estar junto a la cruz del hermano que

sufre. Que aprendamos a ver a Jesús en cadahombre postrado en el camino de la vida; encada hermano que tiene hambre o sed, que estádesnudo o en la cárcel o enfermo. Junto a laMadre, en la Cruz, podemos comprender quiénes verdaderamente «el más importante», y quésignifica estar junto al Señor y participar de sugloria.

Aprendamos de María a tener el corazóndespierto y atento a las necesidades de losdemás. Como nos enseñó en las Bodas deCaná, seamos solícitos en los pequeños dedetalles de la vida, y no cejemos en la oraciónlos unos por los otros, para que a nadie falte elvino del amor nuevo, de la alegría que Jesús nostrae.

En este momento me siento en el deber de dirigirmi pensamiento a la querida tierra de Colombia,«consciente de la importancia crucial delmomento presente, en el que, con esfuerzorenovado y movidos por la esperanza, sus hijosestán buscando construir una sociedad en paz».Que la sangre vertida por miles de inocentes

durante tantas décadas de conflicto armado,unida a aquella del Señor Jesucristo en la Cruz,sostenga todos los esfuerzos que se estánhaciendo, incluso en esta bella Isla, para unadefinitiva reconciliación. Y así la larga noche dedolor y de violencia, con la voluntad de todos loscolombianos, se pueda transformar en un día sinocaso de concordia, justicia, fraternidad y amoren el respeto de la institucionalidad y del derechonacional e internacional, para que la paz seaduradera. Por favor, no tenemos derecho apermitirnos otro fracaso más en este camino depaz y reconciliación.

Les pido ahora que se unan conmigo en laplegaria a María, para poner todas nuestraspreocupaciones y aspiraciones cerca delCorazón de Cristo. Y de modo especial, lepedimos por los que han perdido la esperanza, yno encuentran motivos para seguir luchando; porlos que sufren la injusticia, el abandono y lasoledad; pedimos por los ancianos, losenfermos, los niños y los jóvenes, por todas lasfamilias en dificultad, para que María les enjuguesus lágrimas, les consuele con su amor de

Madre, les devuelva la esperanza y la alegría.Madre santa, te encomiendo a estos hijos tuyosde Cuba: ¡No los abandones nunca!

4. 4. HOMILÍA HOMILÍA LA CELEBRACIÓN DE LAS VISPERAS LA CELEBRACIÓN DE LAS VISPERAS

CON SACERDOTES, RELIGIOSAS,CON SACERDOTES, RELIGIOSAS,RELIGIOSOS, Y SEMINARISTASRELIGIOSOS, Y SEMINARISTAS

LA HABANA 20/09/2015LA HABANA 20/09/2015

El Cardenal Jaime nos habló de pobreza y lahermana Yailenys nos habló del más pequeño,de los más pequeños, son todos niños. Yo teníapreparada una homilía para decir ahora en basea los textos bíblicos pero cuando hablan losprofetas y todo sacerdote es profeta, todobautizado es profeta, todo consagrado esprofeta, vamos a hacerle caso a ellos y entoncesyo le voy a dar la homilía al Cardenal Jaime paraque se las haga llegar a ustedes y la publiquen ydespués la meditan; y ahora charlemos unpoquito sobre lo que dijeron estos dos profetas.

Al Cardenal Jaime, se le ocurrió pronunciar unapalabra muy incómoda, sumamente incómoda,que incluso va de contramano con toda la"estructura cultural" del mundo, dijo pobreza, larepitió varias veces.

Pienso que el Señor quiso que la escucháramosvarias veces y la recibiéramos en el corazón.

El espíritu mundano no la conoce, no la quiere,la esconde, no por pudor, sino por desprecio, y sitiene que pecar y ofender a Dios para que no lellegue la pobreza lo hace, el espíritu del mundono ama el camino del hijo de Dios que se vació así mismo, se hizo pobre, se hizo nada, se humillópara ser uno de nosotros.

La pobreza que le dio miedo a aquel muchacho,tan generoso, había cumplido todos losmandamientos, y cuando Jesús le dijo mira,vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres,se puso triste y tuvo miedo a la pobreza.

La pobreza siempre tratamos de escamotearla,sea por cosas razonables... pero estoy hablandode escamotearla en el corazón, que hay quesaber administrar los bienes, es una obligación,los bienes son un don de Dios, pero cuando esosbienes entran en el corazón y te empiezan aconducir la vida, ahí perdiste, ya no eres comoJesús, tienes tu seguridad donde la tenía eljoven triste, el que se fue entristecido.

Ustedes sacerdotes, consagrados, consagradas,creo que les puede servir, lo que decía SanIgnacio, y esto no es propaganda publicitaria defamilia no,.. pero él decía que la pobreza era elmuro y la madre de la vida consagrada; era lamadre porque engendraba más confianza enDios y era el muro porque la protegía de todamundanidad.

Cuántas almas destruidas, almas generosascomo la del joven entristecido que empezaronbien y después se le fue apegando el amor a esamundanidad rica y terminaron mal, es decirmediocres, terminaron sin amor, porque lariqueza pauperiza, pero pauperiza mal, nos quitalo mejor que tenemos, nos hace pobres en laúnica riqueza que vale la pena para poner laseguridad en lo otro.

El espíritu de pobreza, el espíritu de despojo, elespíritu de dejarlo todo para seguir a Jesús, estode dejarlo todo no lo invento yo, varias vecesaparece en el Evangelio, en el llamado de losprimeros que dejaron la barca, las redes y losiguieron, los que dejaron todo para seguir aJesús.

Una vez me contaba un viejo cura sabio,hablando de cuando se mete el espíritu deriqueza, de mundanidad rica en el corazón de unconsagrado, de una consagrada, de unsacerdote, de un Obispo, de un Papa, lo quesea. Dice que cuando uno empieza a juntar platay para asegurarse el futuro, ¿no es cierto?entonces el futuro no está en Jesús, está en unacompañía de seguros de tipo espiritual que yomanejo ¿no? Entonces, cuando, por ejemplo,cuando una congregación religiosa, por poner unejemplo me decía él, empieza a juntar plata yahorrar y ahorrar,.. Dios es tan bueno, que lemanda un ecónomo desastroso que las lleva a laquiebra. Son de las mejores bendiciones de Diosa su Iglesia, los ecónomos desastrosos, porquela hacen libre, la hacen pobre, nuestra SantaMadre Iglesia es pobre, Dios la quiere pobre,como quiso pobre a Nuestra Santa Madre María.

Amen la pobreza como a madre, y simplementeles sugiero si alguno de ustedes tiene ganas depreguntarse cómo está mi espíritu de pobreza,cómo está mi despojo interior, creo que puedehacer bien a nuestra vida consagrada, a nuestra

vida presbiteral, después de todo no nosolvidemos que es la primera de lasBienaventuranzas: “Felices los pobres deespíritu”, los que no están apegados a lasriquezas, a los poderes de este mundo.

Y la hermana nos hablaba de los últimos, de losmás pequeños que aunque sean grandes unosterminan tratándolos como niños porque sepresentan como niños. El más pequeño, es unafrase de Jesús esa, el que está en el protocolosobre el cual vamos a ser juzgados: “Lo quehiciste al más pequeño de estos hermanos me lohiciste a mí”.

Hay servicios pastorales pueden ser másgratificantes desde el punto de vista humano sinser malos ni mundanos, pero cuando uno buscaen la preferencia interior al más pequeño, al másabandonado, al más enfermo, al que nadie tieneen cuenta, al que nadie quiere, el más pequeño ysirve al más pequeño, está sirviendo a Jesús demanera superlativa.

A vos te mandaron donde no querías ir y lloraste,lloraste porque no te gustaba lo cual no quiere

decir que seas una monja llorona no, Dios noslibre de las monjas lloronas que siempre seestán lamentando, eso no es mío eso lo decíaSanta Teresa ¿eh? a sus monjas, es de ella,“Guay de aquellas monjas que anda todo el díalamentándose porque me hicieron una injusticia.”En el lenguaje castellano de la época decía guayde la monja que anda diciendo: “Hiciéronme sinrazón”. Vos lloraste porque eras joven, teníasotras ilusiones, pensabas quizás que un colegiopodías hacer más cosas, que podías organizarfuturos para la juventud, te mandaron ahí, casade misericordia, donde la ternura y lamisericordia del Padre se hace más patente,donde la ternura y la misericordia de Dios sehace caricia.

Cuántas religiosas y religiosos queman y repito,luego queman su vida acariciando material dedescarte, acariciando a quienes el mundodescarta, a quienes el mundo desprecia, aquienes el mundo prefiere que no estén, aquienes el mundo hoy dia con métodos deanálisis nuevos que hay, cuando se prevé quepuede venir con una enfermedad degenerativa

se propone mandarlo de vuelta antes de quenazca, el más pequeño y una chica joven llenade ilusiones empieza su vida consagradahaciendo viva la ternura de Dios y sumisericordia.

A veces no entienden, no saben, pero qué lindapara Dios y qué bien que hace a uno por ejemplola sonrisa de un espástico que no sabe cómohacerla o cuando te quieren besar y te baboseanla cara, esa es la ternura de Dios, esa es lamisericordia de Dios. O cuando están enojados yte dan un golpe... y quemar mi vida así conmaterial de descarte a los ojos del mundo, esonos habla solamente de una persona, nos hablade Jesús que por pura misericordia del Padre sehizo nada, se anonadó, dice el texto deFilipenses capítulo dos: “Se hizo nada”, y estagente a quien vos dedicas tu vida, imitan aJesús, no porque lo quisieron, sino porque elmundo los trajo así, son nada y se les esconden,no se los muestra o no se los visita, y si puede ytodavía se está a tiempo se los manda de vuelta.

Gracias por los que hacés y en vos gracias todasestas mujeres y a tantas mujeres consagradas al

servicio de lo inútil porque no se puede hacerninguna empresa, no se pueda ganar plata, nose puede llevar adelante absolutamente nada"constructivo" con esos hermanos nuestros, conlos menores, con los más pequeños, ahíresplandece Jesús y ahí resplandece mi opciónpor Jesús, gracias a vos y a todos losconsagrados y consagradas que hacen esto.

Padre yo no soy monja, yo no cuido enfermos,yo soy cura y tengo una parroquia o ayudo a unpárroco. ¿Cuál es mi Jesús predilecto? ¿Cuál esel más pequeño? ¿Cuál es aquél que muestramás la misericordia del Padre? ¿Dónde lo tengoque encontrar?

Obviamente, sigo recorriendo el protocolo deMateo 25. Ahí los tienes a todos, en elhambriento, en el preso, en el enfermo, ahí losvas a encontrar, pero hay un lugar privilegiadopara el sacerdote donde aparece ese último, esemínimo, el más pequeño y es el confesionario.

Y ahí cuando ese hombre o esa mujer temuestra su miseria. Ojo que es la misma quetienes tú y que Dios te salvó ¿eh? de no llegar

hasta ahí. Cuando te muestra su miseria, ¡porfavor! no lo retes, no la retes, no lo castigues. Sino tienes pecado, pues tírale la primera piedra,pero solamente con esa condición, sino piensaen tus pecados y piensa que tú puedes ser esapersona, piensa que tú potencialmente puedesllegar más bajo todavía y piensa que tú en esemomento tienes un tesoro en las manos en tusmanos que es la misericordia del Padre.

Por favor, a los sacerdotes, no se cansen deperdonar, sean perdonadores, no se cansen deperdonar como lo hacía Jesús. No se escondanen miedos o en rigideces. Así como esta monja ytodas las que están en su mismo trabajo no seponen furiosas cuando encuentran al enfermosucio, mal sino que lo sirven, lo limpian, locuidan, así tú cuando te llega el penitente no tepongas mal, no te pongas neurótico, no lo echesdel confesionario, no lo retes.

Jesús los abrazaba, Jesús los quería. Mañanafestejamos San Mateo ¡Cómo robaba ese! yademás ¡cómo traicionaba a su pueblo! y dice elEvangelio que a la noche Jesús fue a cenar conél y otros como él. San Ambrosio tiene una frase

que a mí me conmueve mucho: “Donde haymisericordia, está el Espíritu de Jesús, dondehay rigidez están solamente sus ministros”.Hermano sacerdote, hermano obispo, no letengas miedo a la misericordia, deja que fluyapor tus manos y por tu abrazo de perdón. Porqueese o esa que están ahí son el más pequeño ypor lo tanto es Jesús. Esto es lo que se meocurre decir después de haber escuchado aestos dos profetas.

Que el Señor nos conceda estas gracias queellos dos han sembrado en nuestro corazón:Pobreza y Misericordia, porque ahí está Jesús.

TEXTO DE LA HOMILÍA QUE EL PAPATEXTO DE LA HOMILÍA QUE EL PAPATENÍA PREPARADA Y NO LEYÓTENÍA PREPARADA Y NO LEYÓ

Este es el texto que había preparadooriginalmente, que no leyó y que entregó alCardenal Jaime Ortega y Alamino para que sealuego distribuido:

Nos hemos reunido en esta histórica Catedral deLa Habana para cantar con los salmos lafidelidad de Dios con su Pueblo, para dar graciaspor su presencia, por su infinita misericordia.Fidelidad y misericordia no solo hecha memoriapor las paredes de esta casa, sino por algunascabezas que «pintan canas», recuerdo vivo,actualizado de que «infinita es su misericordia ysu fidelidad dura las edades».

Hermanos, demos gracias juntos. Demos graciaspor la presencia del Espíritu con la riqueza de losdiversos carismas en los rostros de tantosmisioneros que han venido a estas tierras,llegando a ser cubanos entre los cubanos, signode que es eterna su misericordia.

El Evangelio nos presenta a Jesús en diálogo

con su Padre, nos pone en el centro de laintimidad hecha oración entre el Padre y el Hijo.Cuando se acercaba su hora, Jesús rezó alPadre por sus discípulos, por los que estabancon Él y por los que vendrían (cf. Jn 17,20). Noshace bien pensar que en su hora crucial, Jesúspone en su oración la vida de los suyos, nuestravida. Y le pide a su Padre que los mantenga enla unidad y en la alegría. Conocía bien Jesús elcorazón de los suyos, conoce bien nuestrocorazón.

Por eso reza, pide al Padre para que no les ganeuna conciencia que tiende a aislarse, refugiarseen las propias certezas, seguridades, espacios; adesentenderse de la vida de los demás,instalándose en pequeñas «chacras» querompen el rostro multiforme de la Iglesia.Situaciones que desembocan en tristezaindividualista, en una tristeza que poco a poco vadejándole lugar al resentimiento, a la quejacontinua, a la monotonía; «ése no es el deseo deDios para nosotros, ésa no es la vida en elEspíritu» (Evangelii gaudium, 2) a la que losinvitó, a la que nos invitó. Por eso Jesús reza,

pide para que la tristeza y el aislamiento no nosgane el corazón.

Nosotros queremos hacer lo mismo, queremosunirnos a la oración de Jesús, a sus palabraspara decir juntos: «Padre santo, cuídalos con elpoder de tu nombre... para que esténcompletamente unidos, como tú y yo» (Jn 17,11),«y su gozo sea completo» (v. 13).

Jesús reza y nos invita a rezar porque sabe quehay cosas que solo las podemos recibir comodon, hay cosas que solo podemos vivir comoregalo. La unidad es una gracia que solamentepuede darnos el Espíritu Santo, a nosotros nostoca pedirla y poner lo mejor de nosotros paraser transformados por este don.

Es frecuente confundir unidad con uniformidad;con un hacer, sentir y decir todos lo mismo. Esono es unidad, eso es homogeneidad. Eso esmatar la vida del Espíritu, es matar los carismasque Él ha distribuido para el bien de su Pueblo.La unidad se ve amenazada cada vez quequeremos hacer a los demás a nuestra imagen ysemejanza. Por eso la unidad es un don, no es

algo que se pueda imponer a la fuerza o pordecreto. Me alegra verlos a ustedes aquí,hombres y mujeres de distintas épocas,contextos, biografías, unidos por la oración encomún. Pidámosle a Dios que haga crecer ennosotros el deseo de projimidad. Que podamosser prójimos, estar cerca, con nuestrasdiferencias, manías, estilos, pero cerca. Connuestras discusiones, peleas, hablando de frentey no por detrás. Que seamos pastores prójimos anuestro pueblo, que nos dejemos cuestionar,interrogar por nuestra gente. Los conflictos, lasdiscusiones en la Iglesia son esperables y, hastame animo a decir, necesarias. Signo de que laIglesia está viva y el Espíritu sigue actuando, lasigue dinamizando. ¡Ay de esas comunidadesdonde no hay un sí o un no! Son como esosmatrimonios donde ya no discuten porque se haperdido el interés, se ha perdido el amor.

En segundo lugar, el Señor reza para que nosllenemos «de la misma perfecta alegría» que Éltiene (cf. Jn 17,13). La alegría de los cristianos, yespecialmente la de los consagrados, es unsigno muy claro de la presencia de Cristo en sus

vidas. Cuando hay rostros entristecidos es unaseñal de alerta, algo no anda bien. Y Jesús pideesto al Padre nada menos que antes de ir alhuerto, cuando tiene que renovar su «fiat».

No dudo que todos ustedes tienen que cargarcon el peso de no pocos sacrificios y que paraalgunos, desde hace décadas, los sacrificioshabrán sido duros. Jesús reza también desde susacrificio para que nosotros no perdamos laalegría de saber que Él vence al mundo. Estacerteza es la que nos impulsa mañana a mañanaa reafirmar nuestra fe. «Él (con su oración, en elrostro de nuestro Pueblo) nos permite levantar lacabeza y volver a empezar, con una ternura quenunca nos desilusiona y que siempre puededevolvernos la alegría» (Evangelii gaudium, 3).

¡Qué importante, qué testimonio tan valioso parala vida del pueblo cubano, el de irradiar siemprey por todas partes esa alegría, no obstante loscansancios, los escepticismos, incluso ladesesperanza, que es una tentación muypeligrosa que apolilla el alma!

Hermanos, Jesús reza para que seamos uno

mismo, unámonos los unos a los otros enoración

5. 5. ENCUENTRO CON LOS JÓVENES ENCUENTRO CON LOS JÓVENES LA HABANA 20/09/2015LA HABANA 20/09/2015

Ustedes están parados y yo estoy sentado, ¡quévergüenza! pero ¿saben por qué me siento?porque tomé notas de algunas cosas que dijovuestro compañero y sobre estas les quierohablar. Una palabra que cayó fuerte: soñar. Unescritor latinoamericano, decía que las personastenemos dos ojos: uno de carne y otro de vidrio.Con el ojo de carne vemos lo que miramos. Conel ojo de vidrio vemos lo que soñamos. Estálindo ¿eh?

En la objetividad de la vida tiene que entrar lacapacidad de soñar y un joven que no es capazde soñar está clausurado en sí mismo. Estáencerrado en sí mismo. Cada uno a veces sueñacosas que nunca van a suceder. Pero suéñalas,deséalas, busca horizontes, ábrete, ábrete acosas grandes. No sé si en Cuba se usa lapalabra, pero los argentinos decimos: no tearrugues, ¿eh? ábrete y sueña, sueña que elmundo contigo puede ser distinto. Sueña que sitú pones lo mejor de ti, vas a ayudar a que ese

mundo sea distinto.

No se olviden. Sueñen. Por ahí se les va la manoy sueñan demasiado y la vida les corta elcamino, no importa, sueñen y cuenten sussueños. Cuenten, hablen de las cosas grandesque desean, porque cuanto más grande es lacapacidad de soñar y la vida te deja a mitad decamino, más camino has recorrido. Así queprimero soñar.

Tú dijiste una frasecita, que yo tenía escrita en laintervención de él porque la subrayé y toméalguna nota. “Que sepamos acoger y aceptar alque piensa diferente”. Realmente nosotros aveces somos cerrados. Nos metemos en nuestromundito: o este es como yo quiero que sea o no.Y fuiste más allá todavía: que no nosencerremos. Que no nos encerremos en losconventillos de las ideologías o en losconventillos de las religiones, que podamoscrecer ante los individualismos.

Cuando una religión se vuelve conventillo pierdelo mejor que tiene, pierde su realidad de adorar aDios, de creer en Dios. Es un conventillo, es un

conventillo de palabras, de oraciones, de yo soybueno, tú eres malo, de prescripciones morales ycuando yo tengo mi ideología, mi modo depensar y tú tienes el tuyo, me encierro en eseconventillo de la ideología.

Corazones abiertos, mentes abiertas. Si túpiensas distinto que yo, ¿por qué no vamos ahablar? ¿Por qué siempre nos tiramos la piedrasobre aquello que nos separa, sobre aquello enlo que somos distintos? ¿Por qué no nos damosla mano en aquello que tenemos en común?Animarnos a hablar de lo que tenemos en comúny después podemos hablar de las cosas quetenemos diferentes o que pensamos, pero digohablar, no digo pelearnos, no digo encerrarnos,no digo ‘conventillear’ como usaste tú la palabra(se dirige al joven que habló en representaciónde los demás). Pero eso solamente es posiblecuando uno tiene la capacidad de hablar deaquello que tengo en común con el otro, deaquello para lo cual somos capaces de trabajarjuntos.

En Buenos Aires estaba en una parroquia nuevaen una zona muy, muy pobre. Estaban

construyendo unos salones parroquiales ungrupo de jóvenes de la universidad y el párrocome dijo por qué no te vienes un sábado y así telos presento, trabajaban los sábados y losdomingos en la construcción. Eran chicos ychicas de la universidad... entonces llegué y losvi y los fue presentando. Este es el arquitecto, esjudío, este es comunista, este es católicopráctico, todos eran distintos, pero todos estabantrabajando en común por el bien común. Eso sellama amistad social, buscar el bien común.

La enemistad social destruye y una familia sedestruye por la enemistad, un país se destruyepor la enemistad, el mundo se destruye por laenemistad. Y la enemistad más grande es laguerra. Y hoy día vemos que el mundo se estádestruyendo por la guerra, porque son incapacesde sentarse y hablar. Bueno, negociemos, ¿quécosas podemos hacer en común? ¿En quécosas no vamos a ceder? Pero no matemos másgente. Cuando hay división, hay muerte. Haymuerte en el alma porque estamos matando lacapacidad de unir, estamos matando la amistadsocial y eso es lo que yo les pido a ustedes hoy,

sean capaces de crear la amistad social.

Después salió otra palabra que tú dijiste(nuevamente se dirige al joven que intervinoantes que él)... la palabra esperanza. Losjóvenes son la esperanza de un pueblo, eso looímos en todos lados, pero ¿qué es laesperanza? ¿Es ser optimista? ¡No! Optimismoes un estado de ánimo. Mañana te levantas condolor de hígado y no eres optimista, ves todonegro. O sea la esperanza es algo más, laesperanza es sufrida, la esperanza sabe sufrirpara llevar adelante un proyecto, sabesacrificarse ¿Tú eres capaz de sacrificarte por unfuturo? ¿o solamente quieres vivir el presente yque se arreglen los que vengan?

La esperanza es fecunda, la esperanza da vida.¿Vos sos capaz de dar vida? ¿o vas a ser unchico o chica espiritualmente estéril, sincapacidad de crear vida a los demás, sincapacidad de crear amistad social, sin capacidadde crear patria, sin capacidad de creargrandeza? La esperanza es fecunda.

La esperanza se da en el trabajo y aquí me

quiero referir a un problema muy grave que seestá viviendo en Europa. La cantidad de jóvenesque no tienen trabajo. Hay países en Europa quejóvenes de 25 años hacia abajo vivendesocupados en un porcentaje del 40 por ciento.Pienso en un país. Otro país el 47 por ciento,otro país el 50 por ciento.

Evidentemente que un pueblo que no sepreocupa por dar trabajo a los jóvenes; unpueblo y cuando digo pueblo no digo gobiernos,todo el pueblo... la preocupación de la gente, deque nuestros jóvenes no trabajan, ese pueblo notiene futuro. Los jóvenes entran a formar partede la cultura del descarte y todos sabemos quehoy en este imperio del Dios dinero se descartanlas cosas y se descartan las personas.

Se descartan los chicos porque no se los quiereo porque se los mata antes de nacer. Sedescartan los ancianos... estoy hablando delmundo en general, se descartan los ancianosporque ya no producen. En algunos países hayley de eutanasia pero en tantos otros hay unaeutanasia escondida, encubierta. Se descartanlos jóvenes porque no les dan trabajo. Entonces

¿qué le queda a un joven sin trabajo?

Un país que no inventa, un pueblo que noinventa posibilidades laborales para sus jóvenes,a ese joven le queda o las adicciones o elsuicidio o irse por ahí buscando ejércitos dedestrucción para crear guerras. Esta cultura deldescarte nos está haciendo mal a todos, nosquita la esperanza y es lo que tú pediste para losjóvenes (se dirige al mismo joven).

“Queremos esperanza”, esperanza que sufrida,es trabajadora, es fecunda, nos da trabajo y nossalva de la cultura del descarte y esta esperanzaque es convocadora, convocadora de todos,porque un pueblo que sabe autoconvocarse paramirar el futuro y construir la amistad social, comodije, aunque piense diferente, ese pueblo tieneesperanza.

Y si yo me encuentro con un joven sinesperanza... por ahí una vez dije jovenesjubilados. Hay jóvenes que parece que se jubilana los 22 años. Son jóvenes con tristezaexistencial, son jóvenes que han apostado suvida al derrotismo básico, son jóvenes que se

lamentan, son jóvenes que se fugan de la vida.

El camino de la esperanza no es fácil y no sepuede recorrer solo. Hay un proverbio africanoque dice “si quieres ir de prisa, anda solo, pero siquieres llegar lejos, anda acompañado”. Y yo austedes jóvenes cubanos, aunque piensendiferente, aunque tengan sus puntos de vistadiferentes, quiero que vayan acompañados,juntos buscando la esperanza, buscando elfuturo y la nobleza de la patria.

Y así empezamos con la palabra soñar y quieroterminar con otra palabra que tú dijiste (el mismojoven) y que yo la suelo usar bastante: “la culturadel encuentro”. Por favor, no nos‘desencontremos’ entre nosotros mismos.Vayamos acompañados, Uno, encontrados,aunque pensemos distinto, aunque sintamosdistinto, pero hay algo que es superior anosotros, es la grandeza de nuestro pueblo, es lagrandeza de nuestra patria, es esa belleza, esadulce esperanza de la patria a la que tenemosque llegar. ¡Muchas Gracias!

(El Papa antes de irse vuelve a tomar el micro)

Bueno, me despido deseándoles lo mejor. Todoesto que les dije se los deseo. Voy a rezar porustedes. Y les pido que recen por mí. Y si algunode ustedes no es creyente y no puede rezar,porque no es creyente, que al menos me deseecosas buenas.

Que Dios los bendiga, los haga caminar en estecamino de esperanza hacia la cultura delencuentro evitando esos conventillos de loscuales habló vuestro compañero.

Y que Dios los bendiga a todos.

TEXTO DEL DISCURSO A LOS JÓVENESTEXTO DEL DISCURSO A LOS JÓVENESQUE EL PAPA TENÍA PREPARADO QUE EL PAPA TENÍA PREPARADO

Y NO LEYÓY NO LEYÓ

Queridos amigos:Siento una gran alegría de poder estar conustedes precisamente aquí en este Centrocultural, tan significativo para la historia de Cuba.Doy gracias a Dios por haberme concedido laoportunidad de tener este encuentro con tantosjóvenes que, con su trabajo, estudio ypreparación, están soñando y también haciendoya realidad el mañana de Cuba.

Agradezco a Leonardo sus palabras de saludo, yespecialmente porque, pudiendo haber habladode muchas otras cosas, ciertamente importantesy concretas, como las dificultades, los miedos,las dudas –tan reales y humanas–, nos hahablado de esperanza, de esos sueños eilusiones que anidan con fuerza en el corazón delos jóvenes cubanos, más allá de sus diferenciasde formación, de cultura, de creencias o deideas. Gracias, Leonardo, porque yo también,cuando los miro a ustedes, la primera cosa que

me viene a la mente y al corazón es la palabraesperanza. No puedo concebir a un joven que nose mueva, que esté paralizado, que no tengasueños ni ideales, que no aspire a algo más.

Pero, ¿cuál es la esperanza de un joven cubanoen esta época de la historia? Ni más ni menosque la de cualquier otro joven de cualquier partedel mundo. Porque la esperanza nos habla deuna realidad que está enraizada en lo profundodel ser humano, independientemente de lascircunstancias concretas y los condicionamientoshistóricos en que vive. Nos habla de una sed, deuna aspiración, de un anhelo de plenitud, de vidalograda, de un querer tocar lo grande, lo quellena el corazón y eleva el espíritu hacia cosasgrandes, como la verdad, la bondad y la belleza,la justicia y el amor. Sin embargo, eso comportaun riesgo. Requiere estar dispuestos a nodejarse seducir por lo pasajero y caduco, porfalsas promesas de felicidad vacía, de placerinmediato y egoísta, de una vida mediocre,centrada en uno mismo, y que sólo deja tras desí tristeza y amargura en el corazón. No, laesperanza es audaz, sabe mirar más allá de la

comodidad personal, de las pequeñasseguridades y compensaciones que estrechan elhorizonte, para abrirse a grandes ideales quehacen la vida más bella y digna. Yo lepreguntaría a cada uno de ustedes: ¿Qué es loque mueve tu vida? ¿Qué hay en tu corazón,dónde están tus aspiraciones? ¿Estás dispuestoa arriesgarte siempre por algo más grande?

Tal vez me pueden decir: «Sí, Padre, la atracciónde esos ideales es grande. Yo siento su llamado,su belleza, el brillo de su luz en mi alma. Pero, almismo tiempo, la realidad de mi debilidad y demis pocas fuerzas es muy fuerte para decidirmea recorrer el camino de la esperanza. La meta esmuy alta y mis fuerzas son pocas. Mejorconformarse con poco, con cosas tal vez menosgrandes pero más realistas, más al alcance demis posibilidades». Yo comprendo esta reacción,es normal sentir el peso de lo arduo y difícil, sinembargo, cuidado con caer en la tentación de ladesilusión, que paraliza la inteligencia y lavoluntad, ni dejarnos llevar por la resignación,que es un pesimismo radical frente a todaposibilidad de alcanzar lo soñado. Estas

actitudes al final acaban o en una huida de larealidad hacia paraísos artificiales o en unencerrarse en el egoísmo personal, en unaespecie de cinismo, que no quiere escuchar elgrito de justicia, de verdad y de humanidad quese alza a nuestro alrededor y en nuestro interior.

Pero, ¿qué hacer? ¿Cómo hallar caminos deesperanza en la situación en que vivimos?¿Cómo hacer para que esos sueños de plenitud,de vida auténtica, de justicia y verdad, sean unarealidad en nuestra vida personal, en nuestropaís y en el mundo? Pienso que hay tres ideasque pueden ser útiles para mantener viva laesperanza.

La esperanza, un camino hecho de memoria ydiscernimiento. La esperanza es la virtud del queestá en camino y se dirige a alguna parte. No es,por tanto, un simple caminar por el gusto decaminar, sino que tiene un fin, una meta, que esla que da sentido e ilumina el sendero. Al mismotiempo, la esperanza se alimenta de la memoria,abarca con su mirada no sólo el futuro sino elpasado y el presente. Para caminar en la vida,además de saber a dónde queremos ir es

importante saber también quiénes somos y dedónde venimos. Una persona o un pueblo que notiene memoria y borra su pasado corre el riesgode perder su identidad y arruinar su futuro. Senecesita por tanto la memoria de lo que somos,de lo que forma nuestro patrimonio espiritual ymoral. Creo que esa es la experiencia y laenseñanza de ese gran cubano que fue el PadreFélix Varela. Y se necesita también eldiscernimiento, porque es esencial abrirse a larealidad y saber leerla sin miedos ni prejuicios.No sirven las lecturas parciales o ideológicas,que deforman la realidad para que entre ennuestros pequeños esquemas preconcebidos,provocando siempre desilusión y desesperanza.Discernimiento y memoria, porque eldiscernimiento no es ciego, sino que se realizasobre la base de sólidos criterios éticos, morales,que ayudan a discernir lo que es bueno y justo.

La esperanza, un camino acompañado. Dice unproverbio africano: «Si quieres ir deprisa, vesolo; si quieres ir lejos, ve acompañado». Elaislamiento o la clausura en uno mismo nuncageneran esperanza, en cambio, la cercanía y el

encuentro con el otro, sí. Solos no llegamos aninguna parte. Tampoco con la exclusión seconstruye un futuro para nadie, ni siquiera parauno mismo. Un camino de esperanza requiereuna cultura del encuentro, del diálogo, quesupere los contrastes y el enfrentamiento estéril.Para ello, es fundamental considerar lasdiferencias en el modo de pensar no como unriesgo, sino como una riqueza y un factor decrecimiento. El mundo necesita esta cultura delencuentro, necesita de jóvenes que quieranconocerse, que quieran amarse, que quierancaminar juntos y construir un país como losoñaba José Martí: «Con todos y para el bien detodos».

La esperanza, un camino solidario. La cultura delencuentro debe conducir naturalmente a unacultura de la solidaridad. Aprecio mucho lo queha dicho Leonardo al comienzo cuando hahablado de la solidaridad como fuerza que ayudaa superar cualquier obstáculo. Efectivamente, sino hay solidaridad no hay futuro para ningúnpaís. Por encima de cualquier otra consideracióno interés, tiene que estar la preocupación

concreta y real por el ser humano, que puede sermi amigo, mi compañero, o también alguien quepiensa distinto, que tiene sus ideas, pero que estan ser humano y tan cubano como yo mismo.

No basta la simple tolerancia, hay que ir más alláy pasar de una actitud recelosa y defensiva aotra de acogida, de colaboración, de servicioconcreto y ayuda eficaz. No tengan miedo a lasolidaridad, al servicio, al dar la mano al otropara que nadie se quede fuera del camino.

Este camino de la vida está iluminado por unaesperanza más alta: la que nos viene de la fe enCristo. Él se ha hecho nuestro compañero deviaje, y no sólo nos alienta sino que nosacompaña, está a nuestro lado y nos tiende sumano de amigo. Él, el Hijo de Dios, ha queridohacerse uno como nosotros, para recorrertambién nuestro camino. La fe en su presencia,su amor y su amistad, encienden e iluminantodas nuestras esperanzas e ilusiones. Con Él,aprendemos a discernir la realidad, a vivir elencuentro, a servir a los demás y a caminar en lasolidaridad.

Queridos jóvenes cubanos, si Dios mismo haentrado en nuestra historia y se ha hechohombre en Jesús, si ha cargado en sus hombroscon nuestra debilidad y pecado, no tengan miedoa la esperanza, no tengan miedo al futuro,porque Dios apuesta por ustedes, cree enustedes, espera en ustedes.

Queridos amigos, gracias por este encuentro.Que la esperanza en Cristo su amigo les guíesiempre en su vida. Y, por favor, no se olviden derezar por mí. Que el Señor los bendiga.

6. 6. HOMILÍA DE LA MISA CELEBRADA HOMILÍA DE LA MISA CELEBRADA EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN

DE LA CIUDAD DE HOLGUÍNDE LA CIUDAD DE HOLGUÍN21/09/201521/09/2015

Celebramos la fiesta del apóstol y evangelistasan Mateo. Celebramos la historia de unaconversión. Él mismo, en su evangelio, noscuenta cómo fue el encuentro que marcó su vida,él nos introduce en un «juego de miradas» quees capaz de transformar la historia.

Un día, como otro cualquiera, mientras estabasentado en la mesa de la recaudación de losimpuestos, Jesús pasaba, lo vio, se acercó y ledijo: «“Sígueme”. Y él, levantándose, lo siguió».

Jesús lo miró. Qué fuerza de amor tuvo la miradade Jesús para movilizar a Mateo como lo hizo;qué fuerza han de haber tenido esos ojos paralevantarlo. Sabemos que Mateo era unpublicano, es decir, recaudaba impuestos de losjudíos para dárselo a los romanos. Lospublicanos eran mal vistos e inclusoconsiderados pecadores, y por eso vivían

apartados y despreciados por los demás. Conellos no se podía comer, ni hablar, ni orar. Erantraidores para el pueblo: le sacaban a su gentepara dárselo a otros. Los publicanos pertenecíana esta categoría social.

Y Jesús se detuvo, no pasó de largoprecipitadamente, lo miró sin prisa, lo miró conpaz. Lo miró con ojos de misericordia; lo mirócomo nadie lo había mirado antes. Y esa miradaabrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio unaesperanza, una nueva vida como a Zaqueo, aBartimeo, a María Magdalena, a Pedro y tambiéna cada uno de nosotros. Aunque no nosatrevamos a levantar los ojos al Señor, Élsiempre nos mira primero. Es nuestra historiapersonal; al igual que muchos otros, cada uno denosotros puede decir: yo también soy un pecadoren el que Jesús puso su mirada. Los invito a quehoy en sus casas, o en la iglesia, esténtranquilos, solos, hagan un momento de silenciopara recordar con gratitud y alegría aquellascircunstancias, aquel momento en que la miradamisericordiosa de Dios se posó en nuestra vida.

Su amor nos precede, su mirada se adelanta a

nuestra necesidad. Él sabe ver más allá de lasapariencias, más allá del pecado, del fracaso ode la indignidad. Sabe ver más allá de lacategoría social a la que podemos pertenecer. Élve más allá esa dignidad de hijo, tal vezensuciada por el pecado, pero siempre presenteen el fondo de nuestra alma, es nuestra dignidadde hijos. Él ha venido precisamente a buscar atodos aquellos que se sienten indignos de Dios,indignos de los demás. Dejémonos mirar porJesús, dejemos que su mirada recorra nuestrascalles, dejemos que su mirada nos devuelva laalegría, la esperanza, el gozo de la vida.

Después de mirarlo con misericordia, el Señor ledijo a Mateo: «Sígueme». Y Mateo se levantó ylo siguió. Después de la mirada, la palabra. Trasel amor, la misión. Mateo ya no es el mismo;interiormente ha cambiado. El encuentro conJesús, con su amor misericordioso, lo transformó. Y allá atrás queda el banco de losimpuestos, el dinero, su exclusión. Antes élesperaba sentado para recaudar, para sacarle aotros, ahora con Jesús tiene que levantarse paradar, para entregar, para entregarse a los demás.

Jesús lo miró y Mateo encontró la alegría en elservicio. Para Mateo, y para todo el que sintió lamirada de Jesús, sus conciudadanos no sonaquellos a los que «se vive», se usa, se abusa.La mirada de Jesús genera una actividadmisionera, de servicio, de entrega. Susconciudadanos son aquellos q los que Él sirve.Su amor cura nuestras miopías y nos estimula amirar más allá, a no quedarnos en lasapariencias o en lo políticamente correcto.

Jesús va delante, nos precede, abre el camino ynos invita a seguirlo. Nos invita a ir lentamentesuperando nuestros preconceptos, nuestrasresistencias al cambio de los demás e incluso denosotros mismos. Nos desafía día a día con unapregunta: ¿Crees? ¿Crees que es posible queun recaudador se transforme en servidor?¿Crees que es posible que un traidor se vuelvaun amigo? ¿Crees que es posible que el hijo deun carpintero sea el Hijo de Dios? Su miradatransforma nuestras miradas, su corazóntransforma nuestro corazón. Dios es Padre quebusca la salvación de todos sus hijos.

Dejémonos mirar por el Señor en la oración, la

Eucaristía, en la Confesión, en nuestroshermanos, especialmente en aquellos que sesienten dejados, más solos. Y aprendamos amirar como Él nos mira. Compartamos su ternuray su misericordia con los enfermos, los presos,los ancianos, las familias en dificultad. Una y otravez somos llamados a aprender de Jesús quemira siempre lo más auténtico que vive en cadapersona, que es precisamente la imagen de suPadre.

Sé con qué esfuerzo y sacrificio la Iglesia enCuba trabaja para llevar a todos, aun en lossitios más apartados, la palabra y la presenciade Cristo. Una mención especial merecen lasllamadas «casas de misión» que, ante laescasez de templos y de sacerdotes, permiten atantas personas poder tener un espacio deoración, de escucha de la Palabra, de catequesisy vida de comunidad. Son pequeños signos de lapresencia de Dios en nuestros barrios y unaayuda cotidiana para hacer vivas las palabras delapóstol Pablo: «Les ruego que anden como pidela vocación a la que han sido convocados. Seansiempre humildes y amables, sean

comprensivos, sobrellevándose mutuamente conamor; esfuércense en mantener la unidad delEspíritu con el vínculo de la paz» (Ef 4,2).

Deseo dirigir ahora la mirada a la Virgen María,Virgen de la Caridad del Cobre, a quien Cubaacogió en sus brazos y le abrió sus puertas parasiempre, y a ella le pido que mantenga sobretodos y cada uno de los hijos de esta noblenación su mirada maternal y que esos «sus ojosmisericordiosos» estén siempre atentos a cadauno de ustedes, sus hogares, familias, a laspersonas que puedan estar sintiendo que paraellos no hay lugar. Que ella nos guarde a todoscomo cuidó a Jesús en su amor y que ella nosenseña a mirar a los demás como Jesús nosmiró a cada uno de nosotros.

7. BENDICÓN DE LA CIUDAD 7. BENDICÓN DE LA CIUDAD DESDE LA LA LOMA DE LA CRUZ DESDE LA LA LOMA DE LA CRUZ

DE HOLGUINDE HOLGUIN

En el nombre del Padre, y del Hijo,y del Espíritu Santo.

R. Amén.

La paz esté con todos ustedes.

R. Y con tu espíritu.

Oremos.Padre todopoderoso,ante quien se dobla toda rodillaen el cielo y en la tierrahumildemente te pedimosque mires con bondada los hijos de estas tierrasque imploran tu bendición.

Que al mirar la Santa Cruz,elevada en la cima de esta montaña,y que ilumina la vida de las familias,de los niños y jóvenes,de los enfermos

y de todos los que sufren recibantu consuelo y tu compañía,y se sientan invitados al seguimiento deTu Hijo, único camino para llegar a ti.

Que tu amor traiga a todostus auxilios divinos y aumente tus dones espirituales.

Te lo pedimos a ti Padre,por tu Hijo Jesucristo,que vive y reina contigoen la unidad del Espíritu Santoy es Dios por los siglos de los siglos.

R. Amén.

El Señor esté con ustedes.

R. Y con tu espíritu.

Bendito sea el nombre del Señor.

R. Ahora y por todos los siglos.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

R. Que hizo el cielo y la tierra.

La bendición de Dios todopoderoso,Padre, Hijo, y Espíritu Santo,descienda sobre ustedes.

R. Amén

8. ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA8. ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE, DE LA CARIDAD DEL COBRE,

PATRONA DE CUBA, PATRONA DE CUBA, SANTIAGO DE CUBA 21/09/2015SANTIAGO DE CUBA 21/09/2015

¡Virgen de la Caridad del Cobre,Patrona de Cuba!¡Dios te salve, María, llena de gracia!...Tú eres la Hija amada del Padre,la Madre de Cristo, nuestro Dios,el Templo vivo del Espíritu Santo.Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,la memoria del Dios que es Amor,el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,la evocación del Espíritu Santo:amor derramado en nuestros corazones,fuego de caridad enviado en Pentecostés sobre la Iglesia,don de la plena libertad de los hijos de Dios.¡Bendita tú entre las mujeresy bendito el fruto de tu vientre, Jesús!Has venido a visitar nuestro puebloy has querido quedarte con nosotroscomo Madre y Señora de Cuba,

a lo largo de su peregrinarpor los caminos de la historia.Tu nombre y tu imagen están esculpidosen la mente y en el corazón de todos los cubanos,dentro y fuera de la Patria,como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.¡Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra!Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,intercede por nosotros con tu corazón maternal,inundado de la caridad del Espíritu.Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza,aumenta y fortalece en nosotros el amor.Ampara nuestras familias,protege a los jóvenes y a los niños,consuela a los que sufren.Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia,modelo y estrella de la nueva evangelización.¡Madre de la reconciliación!Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanaspara que este pueblo abra de par en par

su mente, su corazón y su vida a Cristo,único Salvador y Redentor,que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo,por los siglos de los siglos.Amén.

9. 9. HOMILÍA DE LA MISA HOMILÍA DE LA MISA EN LA BASÍLICA MENOREN LA BASÍLICA MENOR

DE LA VIRGEN DE LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, DE LA CARIDAD DEL COBRE,

SANTIAGO DE CUBA 22/09/2015SANTIAGO DE CUBA 22/09/2015

El Evangelio que escuchamos nos pone defrente al movimiento que genera el Señor cadavez que nos visita: nos saca de casa. Sonimágenes que una y otra vez estamos invitadosa contemplar. La presencia de Dios en nuestravida nunca nos deja quietos, siempre nos motivaal movimiento. Cuando Dios visita, siempre nossaca de casa. Visitados para visitar, encontradospara encontrar, amados para amar.

Ahí vemos a María, la primera discípula. Unajoven quizás de entre 15 y 17 años, que en unaaldea de Palestina fue visitada por el Señoranunciándole que sería la madre del Salvador.Lejos de «creérsela» y pensar que todo el pueblotenía que venir a atenderla o servirla, ella sale decasa y va a servir. Sale a ayudar a su primaIsabel. La alegría que brota de saber que Diosestá con nosotros, con nuestro pueblo, despierta

el corazón, pone en movimiento nuestraspiernas, «nos saca para afuera», nos lleva acompartir la alegría recibida como servicio, comoentrega en todas esas situaciones«embarazosas» que nuestros vecinos oparientes puedan estar viviendo. El Evangelionos dice que María fue de prisa, paso lento peroconstante, pasos que saben a dónde van; pasosque no corren para «llegar» rápido o vandemasiado despacio como para no «arribar»jamás. Ni agitada ni adormentada, María va conprisa, a acompañar a su prima embarazada en lavejez.

María, la primera discípula, visitada ha salido avisitar. Y desde ese primer día ha sido siempresu característica particular. Ha sido la mujer quevisitó a tantos hombres y mujeres, niños yancianos, jóvenes. Ha sabido visitar yacompañar en las dramáticas gestaciones demuchos de nuestros pueblos; protegió la luchade todos los que han sufrido por defender losderechos de sus hijos. Y ahora, ella todavía nodeja de traernos la Palabra de Vida, su Hijonuestro Señor.

Estas tierras también fueron visitadas por sumaternal presencia. La patria cubana nació ycreció al calor de la devoción a la Virgen de laCaridad. «Ella ha dado una forma propia yespecial al alma cubana –escribían los Obisposde estas tierras– suscitando los mejores idealesde amor a Dios, a la familia y a la Patria en elcorazón de los cubanos». También lo expresaronsus compatriotas cien años atrás, cuando lepedían al Papa Benedicto XV que declarara a laVirgen de la Caridad Patrona de Cuba, yescribieron: «Ni las desgracias ni las penuriaslograron “apagar” la fe y el amor que nuestropueblo católico profesa a esa Virgen, sino que,en las mayores vicisitudes de la vida, cuandomás cercana estaba la muerte o más próxima ladesesperación, surgió siempre como luzdisipadora de todo peligro, como rocíoconsolador…, la visión de esa Virgen bendita,cubana por excelencia… porque así la amaronnuestras madres inolvidables, así la bendicennuestras esposas».

En este Santuario, que guarda la memoria delsanto Pueblo fiel de Dios que camina en Cuba,

María es venerada como Madre de la Caridad.Desde aquí Ella custodia nuestras raíces,nuestra identidad, para que no nos perdamos encaminos de desesperanza. El alma del pueblocubano, como acabamos de escuchar, fueforjada entre dolores, penurias que no lograronapagar la fe, esa fe que se mantuvo viva graciasa tantas abuelas que siguieron haciendo posible,en lo cotidiano del hogar, la presencia viva deDios; la presencia del Padre que libera, fortalece,sana, da coraje y que es refugio seguro y signode nueva resurrección. Abuelas, madres, ytantos otros que con ternura y cariño fueronsignos de visitación, de valentía, de fe para susnietos, en sus familias. Mantuvieron abierta unahendija pequeña como un grano de mostaza pordonde el Espíritu Santo seguía acompañando elpalpitar de este pueblo.

Y «cada vez que miramos a María volvemos acreer en lo revolucionario de la ternura y delcariño» (Evangelii gaudium, 288). Generacióntras generación, día tras día, estamos invitados arenovar nuestra fe. Estamos invitados a vivir larevolución de la ternura como María, Madre de la

Caridad. Estamos invitados a «salir de casa», atener los ojos y el corazón abierto a los demás.Nuestra revolución pasa por la ternura, por laalegría que se hace siempre projimidad, que sehace siempre compasión que no es lástima, espadecer con para liberar; y nos lleva ainvolucrarnos, para servir, en la vida de losdemás. Nuestra fe nos hace salir de casa e ir alencuentro de los otros para compartir gozos yalegrías, esperanzas y frustraciones.

Nuestra fe, nos saca de casa para visitar alenfermo, al preso, al que llora y al que sabetambién reír con el que ríe, alegrarse con lasalegrías de los vecinos. Como María, queremosser una Iglesia que sirve, que sale de casa, quesale de sus templos, que sale de sus sacristías,para acompañar la vida, sostener la esperanza,ser signo de unidad de un pueblo noble y digno.

Como María, Madre de la Caridad, queremos seruna Iglesia que salga de casa para tenderpuentes, romper muros, sembrar reconciliación.Como María, queremos ser una Iglesia que sepaacompañar todas las situaciones«embarazosas» de nuestra gente,

comprometidos con la vida, la cultura, lasociedad, no borrándonos sino caminando connuestros hermanos. Todos juntos, sirviendo,ayudando. Todos hijos de Dios, hijos de María,hijos de esta noble tierra cubana.

Este es nuestro cobre más precioso, esta esnuestra mayor riqueza y el mejor legado quepodamos dejar: como María, aprender a salir decasa por los senderos de la visitación. Yaprender a orar con María porque su oración esmemoriosa, agradecida; es el cántico del Pueblode Dios que camina en la historia. Es la memoriaviva de que Dios va en medio nuestro; esmemoria perenne de que Dios ha mirado lahumildad de su pueblo, ha auxiliado a su siervocomo lo había prometido a nuestros padres y asu descendencia para siempre.

10. 10. ENCUENTRO CON LAS FAMILIAS,ENCUENTRO CON LAS FAMILIAS, EN LA CATEDRAL DE EN LA CATEDRAL DE

SANTIAGO DE CUBA 22/09/2015SANTIAGO DE CUBA 22/09/2015

Estamos en familia. Y cuando uno está en familiase siente en casa. Gracias a ustedes familiascubanas, gracias cubanos por hacerme sentirtodos estos días en familia, por hacerme sentiren casa. Gracias por todo esto. Este encuentrocon ustedes es como «la frutilla de la torta».Terminar mi visita viviendo este encuentro enfamilia es un motivo para dar gracias a Dios porel «calor» que brota de gente que sabe recibir,que sabe acoger, que sabe hacer sentir en casa.Gracias a todos los cubanos.

Agradezco a Mons. Dionisio García, Arzobispode Santiago, el saludo que me ha dirigido ennombre de todos y al matrimonio que ha tenidola valentía de compartir con todos nosotros susanhelos, sus esfuerzos por vivir el hogar comouna «iglesia doméstica».

El Evangelio de Juan nos presenta como primeracontecimiento público de Jesús las Bodas deCaná, en la fiesta de una familia. Ahí está con

María su madre y algunos de sus discípuloscompartían la fiesta familiar. Las bodas sonmomentos especiales en la vida de muchos.Para los «más veteranos», padres, abuelos, esuna oportunidad para recoger el fruto de lasiembra. Da alegría al alma ver a los hijos crecery que puedan formar su hogar. Es la oportunidadde ver, por un instante, que todo por lo que se haluchado valió la pena. Acompañar a los hijos,sostenerlos, estimularlos para que puedananimarse a construir sus vidas, a formar susfamilias, es un gran desafío para los padres. A suvez, la alegría de los jóvenes esposos.

Todo un futuro que comienza y todo tiene«sabor» a casa nueva, a esperanza. En lasbodas, siempre se une el pasado queheredamos y el futuro que nos espera. Haymemoria y esperanza. Siempre se abre laoportunidad para agradecer todo lo que nospermitió llegar hasta el hoy con el mismo amorque hemos recibido. Y Jesús comienza su vidapública en una boda. Se introduce en esahistoria de siembras y cosechas, de sueños ybúsquedas, de esfuerzos y compromisos, de

arduos trabajos que araron la tierra para queesta dé su fruto. Jesús comienza su vida en elinterior de una familia, en el seno de un hogar. Yes precisamente en el seno de nuestros hogaresdonde continuamente él se sigue introduciendo,él sigue siendo parte. Le gusta meterse en lafamilia.

Es interesante observar cómo Jesús semanifiesta también en las comidas, en las cenas.Comer con diferentes personas, visitar diferentescasas fue un lugar privilegiado por Jesús paradar a conocer el proyecto de Dios. Él va a lacasa de sus amigos –Marta y María–, pero no esselectivo, ¿eh? no le importa si son publicanos opecadores, como Zaqueo, va a la casa deZaqueo. No sólo Él actuaba así, sino cuandoenvió a sus discípulos a anunciar la buenanoticia del Reino de Dios, les dijo: «Quédense enla casa que los reciba, coman y beban de losque ellos tengan» (Lc 10,7). Bodas, visitas a loshogares, cenas, algo de «especial» tendránestos momentos en la vida de las personas paraque Jesús elija manifestarse allí.

Recuerdo en mi diócesis anterior que muchas

familias me comentaban que el único momentoque tenían para estar juntos era normalmente enla cena, a la noche, cuando se volvía de trabajar,donde los más chicos terminaban la tarea de laescuela. Era un momento especial de vidafamiliar. Se comentaba el día, lo que cada unohabía hecho, se ordenaba el hogar, seacomodaba la ropa, se organizaban tareasfundamentales para los demás días. Los chicosse peleaban, pero era el momento. Sonmomentos en los que uno llega también cansadoy alguna que otra discusión, alguna que otrapelea, entre marido mujer, aparece, pero no hayque tenerle miedo. Yo le tengo más miedo a losmatrimonios que me dicen que nunca, nuncatuvieron una discusión, es raro, es raro.

Jesús elige estos momentos para mostrarnos elamor de Dios, Jesús elige estos espacios paraentrar en nuestras casas y ayudarnos adescubrir el Espíritu vivo y actuando en nuestrascosas cotidianas. Es en casa donde aprendemosla fraternidad, la solidaridad, el no seravasalladores. Es en casa donde aprendemos arecibir y a agradecer la vida como una bendición

y que cada uno necesita a los demás para saliradelante. Es en casa donde experimentamos elperdón, y estamos invitados continuamente aperdonar, a dejarnos transformar. Es curioso encasa no hay lugar para las «caretas», somos loque somos y de una u otra manera estamosinvitados a buscar lo mejor para los demás.

Por eso la comunidad cristiana llama a lasfamilias con el nombre de iglesias domésticas,porque en el calor del hogar es donde la feempapa cada rincón, ilumina cada espacio,construye comunidad. Porque en momentos asíes como las personas iban aprendiendo adescubrir el amor concreto y el amor operante deDios.

En muchas culturas hoy en día vandesapareciendo estos espacios, vandesapareciendo estos momentos familiares,poco a poco todo lleva a separarse, aislarse;escasean momentos en común, para estarjuntos, para estar en familia. Entonces no sesabe esperar, no se sabe pedir permiso, no sesabe pedir perdón, no se sabe dar gracias,porque la casa va quedando vacía, no de gente,

Sino , de padres, hijos, nietos, abuelos,hermanos, vacía de relaciones, vacía decontactos, vacía de encuentros.

Hace poco, una persona que trabaja conmigo mecontaba que su esposa e hijos se habían ido devacaciones y él se había quedado solo. El primerdía, la casa estaba toda en silencio, «en paz»,estaba feliz, nada estaba desordenado. Al tercerdía, cuando le pregunto cómo estaba, me dice:quiero que vengan ya todos de vuelta. Sentíaque no podía vivir sin su esposa y sus hijos y esoes lindo.

Sin familia, sin el calor de hogar, la vida sevuelve vacía, comienzan a faltar las redes quenos sostienen en la adversidad, las redes quenos alimentan en la cotidianidad y motivan lalucha para la prosperidad. La familia nos salvade dos fenómenos actuales, dos cosas quesuceden: la fragmentación (la división) y lamasificación. En ambos casos, las personas setransforman en individuos aislados fáciles demanipular y de gobernar y entoncesencontramos en el mundo sociedades divididas,rotas, separadas o altamente masificadas que

son consecuencia de la ruptura de los lazosfamiliares; cuando se pierden las relaciones quenos constituyen como personas, que nosenseñan a ser personas. Bueno uno se olvida decómo se dice papá mamá, hijo, hija, abuelo,abuela. Se van como olvidando esa relacionesque son el fundamento, son fundamento delnombre que tenemos.

La familia es escuela de humanidad, escuela queenseña a poner el corazón en las necesidadesde los otros, a estar atento a la vida de losdemás. Cuando vivimos bien en familia losegoísmos quedan chiquitos, existen porque todotenemos algo de egoístas, pero cuando no sevive una vida de familia se van engendrandoesas personalidades que las podemos llamarasí: yo, me, mi, conmigo, para mí, totalmentecentradas en sí mismo, que no saben desolidaridad, de fraternidad, de trabajo en común,de amor, de discusión entre hermanos, nosaben.

A pesar de tantas dificultades como las queaquejan hoy a nuestras familias en el mundo, nonos olvidemos de algo, por favor: las familias no

son un problema, son principalmente unaoportunidad. Una oportunidad que tenemos quecuidar, proteger y acompañar. Es una manera dedecir que son una bendición. Cuando túempiezas a vivir la familia como un problema, teestancas, no caminas, porque estás muycentrado en ti mismo.

Se discute hoy mucho sobre el futuro, sobre quémundo queremos dejarle a nuestros hijos, quésociedad queremos para ellos. Creo que una delas posibles respuestas se encuentra en mirarlosa ustedes. Una familia que habló a cada uno deustedes.Dejemos un mundo con familias, es lamejor herencia, dejemos un mundo con familias.Es cierto, no existe la familia perfecta, no existenesposos perfectos, padres perfectos ni hijosperfectos, y sino se enojan yo diría suegrasperfectas. Pero eso no impide que no sean larespuesta para el mañana. Dios nos estimula alamor y el amor siempre se compromete con laspersonas que ama. El amor siempre secompromete con las personas que ama. Por eso,cuidemos a nuestras familias, verdaderasescuelas del mañana. Cuidemos a nuestras

familias, verdaderos espacios de libertad.Cuidemos a nuestras familias, verdaderoscentros de humanidad.

Y aquí me viene una imagen cuando en laaudiencia de los miercoles paso a saludar a lagente y tantas tantas mujeres me muestran lapanza y me dicen, Padre, me lo bendice. Yo lesvoy a proponer algo a todas aquellas mujeresque están embarazadas de esperanza, porqueun hijo es una esperanza, que en este momentose toquen la panza. Si hay alguna acá, que lohaga acá, o las que están escuchando por radioo televisión, y yo a cada una de ellas, a cadachico o chica que está ahí adentro esperando tedoy la bendición, así que cada una se toca lapanza y yo le doy la bendición en el nombre delPadre y del Hijo y del Espíritu Santo y deseo quevenga sanito, que crezca bien, que lo pueda criarlindo, acaricien al hijo que están esperando.

No quiero terminar sin hacer mención a laEucaristía. Se habrán dado cuenta que Jesúsquiere utilizar como espacio de su memorial, unacena. Elige como espacio de su presencia entrenosotros un momento concreto en la vida

familiar. Un momento vivido y entendible portodos, la cena.

La Eucaristía es la cena de la familia de Jesús,que a lo largo y ancho de la tierra se reúne paraescuchar su Palabra y alimentarse con suCuerpo. Jesús es el Pan de Vida de nuestrasfamilias, Él quiere estar siempre presentealimentándonos con su amor, sosteniéndonoscon su fe, ayudándonos a caminar con suesperanza, para que en todas las circunstanciaspodamos experimentar que Él es el verdaderoPan del cielo.

En unos días participaré junto a las familias delmundo en el Encuentro Mundial de las Familias yen menos de un mes en el Sínodo de losObispos, que tiene como tema la Familia. Losinvito a rezar, les pido por favor que recen porestas dos instancias, para que sepamos entretodos ayudarnos a cuidar la familia, para quesepamos seguir descubriendo al Emmanuel, esdecir, al Dios que vive en medio de su Pueblohaciendo de cada familia y de todas las familiassu hogar.Cuento con la oración de ustedes.Gracias.

Saludo final del Papa desde la terraza

(Los saludo. Les agradezco … la acogida… lacalidez… gracias) Los cubanos realmente sonamables, bondadosos y hacen sentir a uno comoen casa. Muchas gracias. Y quiero decir unapalabra de esperanza. Una palabra deesperanza que quizás nos haga girar la cabezahacia atrás y hacia adelante. Mirando haciaatrás, memoria. Memoria de aquellos que nosfueron trayendo a la vida y, en especial, memoriaa los abuelos. Un gran saludo a los abuelos. No

descuidemos a los abuelos. Los abuelos sonnuestra memoria viva. Y mirando hacia adelante,los niños y los jóvenes, que son la fuerza de unpueblo. Un pueblo que cuida a sus abuelos y quecuida a sus chicos y a sus jóvenes, tiene eltriunfo asegurado. Que Dios los bendiga ypermítanme que les dé la bendición, pero conuna condición. Van a tener que pagar algo. Lespido que recen por mí. Esa es la condición. Losbendiga Dios Todopoderoso, el Padre y el Hijo yel Espíritu Santo. Adiós y gracias.

11. 11. RUEDA DE PRENSA EN EL VUELORUEDA DE PRENSA EN EL VUELODE SANTIAGO DE CUBA DE SANTIAGO DE CUBA

A WASHINGTON DC A WASHINGTON DC

En el vuelo que lo llevó de Santiago de Cuba aWashington D.C. para su primera e históricavisita a Estados Unidos, el Papa Franciscoconcedió una rueda de prensa que duró unamedia hora a los periodistas que viajaron con él.

El Santo Padre respondió a diversas preguntascomo el embargo de Estados Unidos contraCuba, los disidentes en la isla, la preocupaciónde algunos sobre si es un “anti-papa” y supostura ante las diversas problemáticas deCuba.

A continuación la transcripción de la rueda deprensa:

Rosa Miriam Elizalde, Cubadebate: Su Santidad,ha sido un honor y un placer acompañarlo eneste viaje, además de una inmensa alegría. Mipregunta es un poco previsible. Me gustaríasaber su criterio sobre el bloqueo de los EstadosUnidos a Cuba y si hablará de ello ante el

Congreso de los Estados Unidos.

Papa Francisco: El problema del bloqueo esparte de la negociación. Es público esto. Ambospresidentes han hablado de esto. Es una cosapública que va en camino de las buenasrelaciones que se van buscando. Mi deseo esque se llegue a buen término, que se llegue a unacuerdo que satisfaga a las partes.

Respecto a la postura de la Santa Sede conrespecto a los bloqueos, papas anteriores hanhablado de eso. No solo de este, sino de otroscasos de bloqueo. Hay doctrina social de laIglesia al respecto, yo me refiero a eso. Es bienprecisa.

Con respecto al Congreso de Estados Unidos, yael discurso lo tengo hecho, así que no puedodecirlo. Estoy pensando lo que voy a decir. Perono específicamente de ese tema, sino más bienen general de los acuerdos binacionales omultinacionales como signos de progreso en laconvivencia. Va por ese lado. El tema esconcreto… Estoy haciendo memoria y no quierodecir macanas. Pero el tema en concreto no está

mencionado.

Gracias, Su Santidad.

Durante su viaje, 50 disidentes fueron arrestadosfuera de la nunciatura cuando ellos buscabantener un encuentro con usted. En primer lugar,¿a usted le gustaría tener un encuentro con losdisidentes? Y, si usted tuviera su encuentro,¿qué les diría?

Papa Francisco: No tengo noticia de que hayasucedido eso, no tengo ninguna noticia. Y nopuede decir sí, no; no sé, directamente no sé. Ysus dos preguntas son futuribles. ¿Me gustaría?¿Qué sucedería? A mí me gusta encontrarmecon toda la gente. Considero que, primero, todapersona es hija de Dios y tiene derecho. Y,segundo, siempre el trato con otra personaenriquece. O sea, que el futurible lo respondoasí.

Me gustaría encontrar con todo eso. Si ustedquiere que le diga algo más, le puedo decir algoen concreto. Primero, estaba bien claro que yono iba a dar audiencias. Porque se pidieronaudiencias de otros sectores, incluso de algún

jefe de Estado.

Y no, yo estoy en una visita, en un país, y noestaba previsto ninguna audiencia con losdisidentes ni con otros. Y segundo, de lanunciatura se hicieron llamadas telefónicas aalgunas personas que están en ese grupo dedisidentes y se les comunicó que yo con gustocuando llegara a la Catedral los saludaría. Eso síexistió, pero como ninguno se identificó como talyo no sé si estaban o no estaban.

Yo saludé a los enfermos, que estaban en sillasde ruedas, pero ninguno se identificó comodisidente. Y ay hija no sé qué le diría, lesdesearía cosas buenas como a todo el mundo,pero no lo que uno dice le viene en elmomento… pero mereces el premio Nobel a losfuturibles.

Silvia Pozzuoli de National Public Radio (EstadosUnidos) Durante los años que ha estado en elpoder Fidel Castro la Iglesia ha sufrido mucho.¿Usted en su encuentro con Fidel tuvo lapercepción de que él se ha arrepentido?

Papa Francisco: El arrepentimiento es una cosa

muy íntima. Una cosa de conciencia. Yo en elencuentro con Fidel hablé de historias dejesuitas conocidos, porque también le llevé deregalo un libro del padre (Armando) Llorente,jesuita. También un CD con las conferencias delpadre Llorente, además había preparado doslibros del padre Pronzatto, seguramente élapreciará. Hablamos de estas cosas.

Mucho hablamos sobre la encíclica Laudato Si’.Él está muy interesado en el tema de la ecología.El encuentro no fue tan formal sino espontáneo.Estaba también la familia presente ahí. Ademásmis acompañantes, mi chofer estaba ahí. Peronosotros estuvimos un poco separados con lamujer, ellos no podían escuchar pero estaban enel mismo ambiente. Hablamos de estas cosas.Sobre la encíclica mucho, porque él está muypreocupado sobre esto. Del pasado nohablamos. Bueno, si del pasado, de cómo eranlos jesuitas, de cómo lo hacían trabajar, de todoeso sí.

Santidad, sus reflexiones, también susdenuncias sobre la inequidad del sistemaeconómico mundial, el riesgo de autodestrucción

del planeta, son también denuncias incómodasen el sentido de que tocan también interesesfuertes, el tráfico de armas, etcétera. En vísperade este viaje, surgieron consideracionesbastante extrañas y también medios bastanteimportantes del mundo las retomaron y sectoresde la sociedad norteamericana que llegaron apreguntarse también si el Papa es católico. Yahabía habido discusiones de los que hablabandel Papa comunista, ahora hasta están los quehablan del papa que no es católico. Ante estasconsideraciones, ¿usted qué piensa?

Papa Francisco: Un cardenal amigo me contóque fue a lo de él una señora muy preocupada,muy católica, un poco rígida, pero buenacatólica. Y le preguntó si era verdad que en labiblia se hablaba de un anticristo y él le explicó.Y también en el Apocalipsis, ¿no? Y después, siera verdad que se hablaba de un anti-papa, queel anti-cristo, el anti-papa. ¿Pero por qué mehace esta pregunta? Preguntó el cardenal.Porque yo estoy segura de que el PapaFrancisco es el antipapa. ¿Y por qué preguntaesto? ¿por qué tiene esta idea? Y, porque no usa

los zapatos rojos, así, histórico. Los motivos, depensar si porque no usa los zapatos rojos. Losmotivos de pensar si uno es comunista, no escomunista…

Yo estoy seguro de que no he dicho una cosamás que no hubiera estado en la doctrina socialde la Iglesia. En el otro vuelo una colega me dijoque yo le había tendido la mano a losmovimientos populares y me preguntó '¿pero laIglesia lo va a seguir? Yo le dije 'soy yo el quesigo a la Iglesia'. Y en esto me parece que no meequivoco.

Creo que nunca dije una cosa que no fuera en ladoctrina social de la Iglesia. Las cosas sepueden explicar, quizás una explicación ha dadouna impresión de ser un poquitito másizquierdosa pero sería un error de explicación.No, mi doctrina sobre todo esto, sobre la LaudatoSi’, sobre el imperialismo económico, todo esto,es la de la doctrina social de la Iglesia. Y si esnecesario que yo recite el credo, estoy dispuestoa hacerlo, ¿eh?

Jean Louis de la Vaissiere: En el último viaje a

América Latina, ha criticado duramente elsistema capitalista liberal. En Cuba, parece quesus críticas del sistema comunista no eran muyseveras sino “soft” (suaves) ¿Por qué estasdiferencias?

Papa Francisco: En los discursos que he hechoen Cuba, siempre he puesto el acento en laDoctrina Social de la Iglesia. Pero las cosas quese deben corregir las he dicho claramente, noperfumadamente soft. Pero también la primeraparte de su pregunta: más que lo que yo heescrito –y duramente– en la encíclica, tambiénen la Evangelii Gaudium sobre el capitalismosalvaje, liberal, no lo he dicho. Todo está escritoallí. Yo no recuerdo haber dicho nada más queeso. Si usted se acuerda, hágamelo recordar. Hedicho lo que he escrito, y que es bastante, esbastante.

Y después… Sí, casi lo mismo que le he dicho asu colega. Todo esto es la Doctrina. Pero aquí,en Cuba, y esto a lo mejor aclara un poco lo queme pregunta, ha sido un viaje muy pastoral conla comunidad católica, con los cristianos;también con las personas de buena voluntad. Y

por eso mis intervenciones eran homilías o…también con los jóvenes, que eran creyentes yno creyentes, y entre los creyentes habíadistintas religiones… ha sido un discurso deesperanza, de animar el diálogo entre ellos, de irjuntos, buscar las cosas que unen no las que nosdividen, hacer puentes. Era un lenguaje máspastoral.

En cambio, en la encíclica se debían tratar cosasmás técnicas, y también estas que usted hamencionado. Pero si usted se acuerda de algunacosa fuerte que he dicho en el otro viaje,dígamela, porque no me acuerdo.

Nelson Castro. Radio Continental (EstadosUnidos): La pregunta tiene que ver con ladisidencia poniéndola en dos aspectos ¿Por quédecidió no recibirlos? Después hubo un detenidoque se acercó a usted, que fue llevado preso. Lapregunta es ¿va a haber un rol de la IglesiaCatólica en buscar la apertura de las libertadespolíticas visto el rol que ha jugado en elrestablecimiento también en las relaciones entreCuba y Estados Unidos? Este tema de laslibertades que es un problema para los que

piensan distinto en Cuba, ¿será un rol que laSanta Sede piensa para la Iglesia católica enCuba?

Papa Francisco: Primero el “los”. No recibir “los”.No, no recibí ninguna audiencia privada. Eso espara todos y hubo una de un jefe de Estado, sele dijo que no y que no tenía nada que ver conlos disidentes. El trato con los disidentes fue elque expliqué. La Iglesia acá, la Iglesia en Cubahizo un manojo de listas de indultos, fueronindultados dos mil 200 o por ahí, la cifra me ladijo el presidente de la conferencia episcopal.

P. Federico Lombardi: Fueron más de tres mil…

Papa Francisco: Fueron más de tres (mil), y aúnexisten casos en estudio. La Iglesia aquí enCuba está comprometida en trabajar en losindultos. Por ejemplo alguno me dijo: “sería lindoque se termine con la cadena perpetua”.Hablando claramente, la prisión perpetua es casiuna pena de muerte escondida, esto lo dijepúblicamente en un discurso a los juristas, escomo estar ahí muriendo todos los días, sin laesperanza de la liberación.

Pero es una hipótesis, otra hipótesis es que sehagan indultos generales de uno o dos años,pero la Iglesia está trabajando y ha trabajado. Nodigo que estos más de tres mil hayan sidotomados de las listas de la Iglesia. No. La Iglesiahizo listas, no sé cuántas, ha pedido indultos ycontinuará haciéndolo.

¿Cuba tiene un padecimiento, Santo Padre, tieneun mal?

Papa Francisco: No, no. Primero fue San JuanPablo II, histórica primera visita, que era normal,el visitó todos los países, incluso paísesagresivos contra la Iglesia, pero no habría eso.La segunda fue la del Papa Benedicto, también.Estaría dentro de lo normal. Y la mía fue un pococasual porque yo pensaba entrar en los EstadosUnidos por México al principio, la primera idea,Ciudad Juárez, el límite, ¿no? Pero ir a Méxicosin ir a la guadalupana...hubiera sido unabofetada, pero eso pasó, fue una cosa que pasó.

Entonces se fue dando esto que se dio y el 17 dediciembre pasado se anunció lo que estaba máso menos reservado, un proceso de casi un año.

Entonces dije, no, voy a entrar a Estados Unidospor Cuba, y la elegí por este motivo, pero noporque tenga un mal especial que no tenganotros países. Ni interpretaría las tres visitas...más aún hay algunos países que los dos papasanteriores han visitado, incluso yo mismo, Brasilpor ejemplo, y más aún, Juan Pablo II la visitótres o cuatro veces Brasil, no había un malespecial.

Estoy contento de haber encontrado al pueblocubano, a las comunidades cristianas cubanas,hoy el encuentro con las familias fue muy lindo,fue muy hermoso. Perdón que me ha venido elespañol, las preguntas eran en español, esperoque las hayan entendido. Se lo agradezcomucho.


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