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Honneth- La Lucha Por El Reconocimiento Primera Parte

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    AXEL HONNETH

    LA LUCHAPOR EL RECONOCIM IENTO

    Por una gramatica moral de los conflictos sociales

    Traduccion castellana deMANUEL BALLESTERO

    Revision deGERARD VILAR

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    quedan rigurosamente prohibidas, sin la autoriza ',. .right, bajo las sanciones establecidas en las Ie es Iare escnta d~ los titulares del copy-obra por cualquier medio 0procedimie t y, a reproducclOn total 0 parcial de estainformatico, y la distribuci6n de ejem In 0,~O~rendI~os la reprograffa y el t ratamientopares e e a medIante alquiler 0prestamo publicos,Titulo original:KAMPF UM ANERKENNUNGZur moraiischen Grammatik soz ialer Konfl ikteCubierta: Enric Satue sobre un t b . 1992: Suhrkamp Verlag, Fran~fu~o artesanal, en pan, de Eduardo Crespo 1997 de la tra~ucci6n cas tellana para Espana y America 'CRITICA (Grijalbo Mondadori SA) A' .ISBN: 84-7423-676-2 ' . ., rago, 385, 08013 BarcelonaDep6sito legal: B. 8.764-1997Impreso en Espana1997. - NOVAGRAFIK, S. L.,Puigcerda, 127,08019 Barcelona

    PROLOGO

    En este trabajo, que tiene su origen en una tesis de habilitacion; in-tcnto desarrollar, a partir del modelo hegeliano de la lucha por el re-conocimiento, una teoria normativa y sustancial de la sociedad. EI pro-vccto de tal empresa surgi6 de los resultados a que habia conducido miiuvestigacion sabre la critica del poder; quien intente integrar en unmarco teorico-comunicativo los logros teorico-sociales de las trabajosliistoricos de Michel Foucault, se ve orientado hacia un concepto de lu-ella eticamente motivada para el cual p raparcionan el mayor estimulolos escritos hegelianos del periodo de lena en torno a su idea de unalucha par el reconocimiento global. ILa reconstrucci6n sistematicatie la jigura argumental de Hegel, que constituye la primera parte decste esc rita, lleva a la distincion de tres formas de reconocimiento que,segun los momentos, encierran en sf el potencial de una motivacion delos conj7.ictos. La mirada retrospectiva al modelo teorico del joven He-gel, en general, pone de manifiesto que sus reflexiones consiguen partede su solide; a partir de presupuestos racional-idealistas que no puedentnantenerse en las condiciones de un pensamiento posmetafisico.

    La segunda parte del trabajo arranca par ella de darle a la idea deHegel una orientacionempirica; apuntaldndola en una referencia alapsicologia social de G.H. Mead. De este modo, surge un concepto depersona intersubjetivo, dentro del cual se elucida la posibilidad de una

    I. Cf. mi epflogo en A. Honneth, Kritik der Macht. Reflexionsstufen einer kritischenGesellschajtstheorie, Frankfu rt, 1988, pp. 380 Yss, En los dos p rimeros capftulos del pre -sente !ibro se encuentran partes de una reconstrucci6n de Hegel que yo ya habfa pu-blicado anteriormente: Axe l Honneth, Moral ische Entwicklung und sozia ler Kampf.Sozialphilosophische Lehren aus dem Friihwerk Hegels, en A. Honneth, Th, McCarthy,C. Offe y A. Wel lmer, eds., Zwischenbetrachtungen. 1m Proress der Aujkliirung, Frank-furt, 1989, pp. 549 Y 5S.

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    8 LA LUCHA POR EL RECONOCIMIENTOautorrelacion no distorsionada, en tanto que dependiente de las tresformas de reconocimiento (amor, derecho, valoracion). Para quitarle ala hipotesis asi perfilada su cardcter historico-teorico, en los dos capi-tulos siguientes intento justificar en fenomenos de hecho, en forma deuna reconstruccion empirica, la distincion de las tres formas de reco-nocimiento: a esas tres formas corresponden, como muestra el resulta-do de esa verificacion, tres modos de menosprecio, cuya experienciapuede influir en el origen de los confl ictos sociales.'Como consecuencia de este segundo paso analitico se perfila laidea de una teoria critica de la sociedad, en la que los procesos delcambio social deben explicarse en referencia a pretensiones normati-vas, estructuralmente depositadas en la relacion del reconocimientoreciproco. En la ultima parte del libro exploro las perspectivas queabre este pensamienio fundamental en tres direcciones. Primero se re-coge otra vez el hilo historico-teorico para verificar en que autores,despues de Hegel, se encuentran los puntos de arranque para un mo-delo comparable de conflicto. Desde ahi son posibles los sondeos en lasignificacion historica de las experiencias de menosprecio que se de-jan generalizar hasta tal punto que permiten sacar a la lu; la logicamoral de los conflictos sociales; porque tal modelo solo mas tardepuede entenderse como espacio critico de interpretacion del procesode desarrollo historico, cuando ese punto normativo de referencia seha esclarecido. Yen un ultimo paso se perfila un concepto de eticidadvinculado a una teoria del reconocimiento que debe cumplir dicha ta-rea. Las diferentes panordmicas no pueden pretender sino ser una pri-mera ilustracion de la concepcion; deben indicar las orientacionesteoricas en que debere seguir trabajando, en caso de que mis reflexio-nes parezcan sostenibles.

    Aunque hay ciertos trabajos feministas ace rca de lafilosofia poli ti-ca que frecuentemente discurren por caminos que se cruzan con el de-signio de una teoria del reconocimiento.' he tenido que renunciar a una

    2. Cf. mi conferencia inaugural en Frankfurt, Axel Honneth, Integrita t und Missacht -ung. Grundmotive einer Moral der Anerkennung, Merkur, 501 (1990), pp. 143 y ss.

    3. Cf. Seyla Benhabib, Der verallgemeinerte und der konkrete Andere. Ansatze zueiner feministischen Moraltheorie, en Elisabeth List, ed., Denkverhdltnisse. Feminismusund Kritik, Frankfurt, 1989, pp. 454 y S8.; Iris Marion Young, Justice and Poli tics of Di-fference, Princeton , 1990; Andrea Bambey, Das Geschlechterverhiil tnis als Anerken-nungsstruktur. Zum Problem der Geschlechterdifferenz infeministischen Theorien. Stu-dientexte zur Sozialwissenschaft, vol . 5, Frankfurt, 1991.

    PROLOGO 9'I/,/ic(/cion respecto a esas discusiones; no solo habria desbordado ~l'"(1/('0 de estudio, sino sobrepasado el nivel de mis actuales co.nocl-uurntos. Por desgracia, tampoco he podido tener en .cue~ta en mi pro-"1/('.1 '/(/ de interpretacion los ult imos trabajos apar~Cldos .~cerca de la' /'' ''/rina hegeliana del reconocimiento; tengo la .lmpn!SlOn de q~e se, cntran en problemas que para mi solo tienen un interes secundario.

    Sin la presion constante y el vivo interes de J~rgen H~bermas,. nohubicse conseguido tener lista en el =r: pre_~lsola prtmera mitad.l, rste libro, presentada como tesis de habllllaclOn en el Departamen-/0 de Filosofia de la Universidad de Frankfurt; en este lugar =: ex-/'/I',Wlrle mi gratitud por una colaboracion que ha d~~ado sets an?s y.uva significacion para mi propio proceso def~rmaclOn con segurzdadI" infravalorara- Mi amigo Hans Joas, com~ !rempre, me ha ,acompa-1 1 1 1 1 ' ; ) en mis reflexiones con la mayor aten.clOn; espe~o que el se~a el.valor que sus consejos y objeciones han tenido desde siempre en mi tra-bajo. En algunas partes del esbozo inicial he =:""lmp'orta~tesill;/icaciones de Peter Dews, Alessandro Ferrara, Hmnch Fm~-Eltel,Giinter Frankenberg, Christoph Menke, Andreas Wil~t Y Lut~ Wmgert;II /odos ellos les expreso mi agradecimiento, inclus~ Sl en .e! l ibro no harntrado la totalidad de sus indicaciones. Encontre tambien apoyos degran importancia en el Wissenschaftskolleg de Berlf~, donde p~d~ tra-"(liar en el manuscrito durante die: meses en las ~eJores Co~dlclOnes.Fi~almente querria dar las gracias a Waltraud Pfeiffer y a DIrk .Mendepor la ayuda tecnica que me prestaron para ult imax el manuscrtto.

    A. H.Frankfurt,marzo de 1992

    4. Pienso, entre otros, en Klaus Roth, Die Insti tu tional is ierung der Freiheit in den.lenaer Schriften Hegels, Rheinfelden y Berl in, 1991.

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    I nrrante ~_ tiemQQ_de~:,.ida, en su filosoffa politica Hegel ~eplilllle6Jatarea de arrebatarle ala ideaKantiImaCIn~nrU1iYii6mfiaeflndi-\ ' I ( 1 1 1 1) cl~ar]!~LQ~il!e_~t!!!Pl~~I~~,1~2~~~~:~p?f9.u~~t~i~.i[~iII' ('Spres~nJ~~l!!,f"QnlQ,Jm,,~l~J:l1:~~t()yafe~ti~~~e Ia r~al~da~,s?ci~LA.~i( 'xpucsta hLQ!!!9iQn.deLprohl~iWi,]I~g:YlJ~~rfendi(r~oiii?-lHii~!~~i,d(' iucdiacion entre la moderna doctrina delallbertad'Yl[i"antlgua con~(.('pc i6ri.p()lltica-d~'m()r~lia.adyefi~~d~d.lpet()J61gehrO~~~()~q~e,I( uno jov~#doce~ie~e f~i?~o!f~:-pas6eijJena,,~l~~()r~"u~,~stfUfu~.niQu-orico p < U ' ~ 'a6ordar~sa !ate~,~~y()-tri~sipi6-1ijt~rn?~p~~tal)(lrila,'!n~, 11 , 1 Iloriz~~t~)~sIit~~i()~~l.a.e:~~r~s~n~ei.se~iiif~i;taa,c~itisaIll~n-1( ' trente a l~..for~~_~y

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    14 LA IDEA ORIGIN ARIA DE HEGELde rcconocimiento, Hegel pudo observar en ello el punto central de unproccso de formaci6n etica del espiritu humano.

    Es cierto que con ello el programa esbozado en la obra de HegelI~unca 10gr6 sobrepasar el umbral de simples aspectos y proyectos; en laFenomenologia del Espiritu, con cuyo remate Hegel cierra su actividadd~ ~scritor en Jena, el modelo conceptual de una lucha por el recono-crmiento ya ha perdido de nuevo su significaci6n te6rica fuerte. Peroen los escritos que se han conservado, anteriores a la elaboraci6n delSistema," esa significaci6n es ya tan claramente recognoscible en susrasgos t~oreticos fundamentales que desde ellos pueden reconstruirselas premisas de una teorfa social aut6noma.

    2~ Me refiero ante todo al System der Sittlichkeit de 1802-1803 (ci tado por la reim-preston de la edicion Lasson: Georg Wilhelm Friedrich Hegel, System der Sittlichkeit,1~;lInb~lrgo, 1967), el anteriormente designado como Jenaer Realphilosophie 1,(."W .1'. Hegel, Syst~m der spekulativen Philosophie, de 1803-1804, Hamburgo, 1986, yIinnluu-ntc III hoy simplemente Hamada Jenaer Realphilosophie de 1805-1806, G.W.F.I ItI'."', .lcruu-r Realphilosophie, Hamburgo, 1969. Ademas remito al vol. 2 de Theorie-Wl'lkallsl'.:lh,.,', de los Schriften de Hegel (Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Werke in 201 1 1 1 1 1 . 1 , / / , ,d. I .vn Moldenhauer y Kar l Markus Michel, vol. 2, Jenaer Shriften 1801-1807,',,"tidl"l. 1 ( 1 1 1 ) . Una vision historica de conjunto, en Heinz Kimmerle, Zur Entwi-Idllllg d , " IItI,.,lschen Denkens in Jena, en Hegel-Studien, cuademo anejo, 4 (1968),1", ,"

    I. LA LUCRA POR LA AUTOCO,NSERVACION:SOBRE LA FUNDAMENTACIONDE LA FILOSOFIA SOCIAL DE LA MODERNIDADLa filosoffa social de la modernidad comienza en el instante en que

    la vida social se determin6 conceptualmente como una relaci6n de luchapor la autoconservacion. Esta concepci6n, segun la cual tanto los suje-los singulares como las entidades polit ico-colectivas se contraponen enuna duradera concurrencia de intereses, ya habfa sido te6ricamente pre-parada en los escritos politicos de Maquiavelo, y en la obra de ThomasHobbes, se convirti6 finalmente en cimiento y sosten de una fundamen-tacion contractual de la soberania del Estado. A este nuevo modelo con-ceptual de una lucha por la autoconservaci6n s610 se habia podidolIegar despues de que los elementos centrales de la teorfa politica de laAntiguedad, vigente hasta la Edad Media, hubieran perdido su poder deconviccion.' Desde la politic a clasica de Arist6teles hasta la del derechonatural cristiano en la Edad Media, el hombre habia sido concebido ensu estructura fundamental como un ser comunitario, zoon politikon, quepara la realizaci6n de su naturaleza interna estaba destinado a los mar-cos sociales de una entidad comunitaria; s6lo en la comunidad etica dela Polis 0 de la Civitas, que, a diferencia de la conexi6n puramente fun-donal de las actividades econ6micas, se caracterizaban por la existenciade virtudes participadas intersubjetivamente, la determinaci6n social dela naturaleza humana lograba verdadero desarrollo. Al salir de esaconcepci6n teleo16gica del hombre, la doctrina tradicional de 10politico

    3. Cf. sobre esto Jurgen Habermas, Die klassische Lehre von der Politik in ihremVerhaltnis zur Sozialphilosophie, en Theorie und Praxis, Frankfurt, 1971, pp. 48 Yss.,esp. 56 y ss. (hay t rad. cast. : Teoria y praxis. Estudios defilosofia social, Tecnos, Madrid,1987).

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    16 LA IDEA ORIGIN ARIA DE HEGELse convirti6 en la tarea de fundamentar te6ricamente aquel ordenamien-to etico de un comportamiento virtuoso y de determinar dentro del mis-mo la formaci6n practica y la pedag6gica del singular, de modo que em-prendiera el desarrollo mas adecuado; por ella la ciencia polftica, juntocon la investigaci6n de las instituciones y las leyes idoneas, siguio sien-do una doctrina acerca de la vida buena y justa.

    En estos dos elementos te6ricos de la polftica clasica habia incididoel proceso acelerado de cambio de estructura, que comienza en la BajaEdad Media y culmina en el Renacimiento, provocando no s610 la duda,sino arrebatandole a aquella concepci6n clasica cualquier vitali dad inte-lectual; porque con la introducci6n de nuevos modos de cornercio, conla construcci6n de nuevas entidades, manufactureras y de la edicion, asfcomo por la autonornizaci6n de los principados y ciudades comerciales,el proceso economico-pohtico habfa desbordado tanto los cauces pro-tectores de las costumbres tradicionales, que ya no podfan entendersecomo cargados de sentido ni como orden normativo de un comporta-miento virtuoso. Por eso no es extrafio que el paso de la transformaci6nde la doctrina politic a clasica en la filosofia social moderna se hubiesepreparado allf donde las modificaciones socioestructurales se habfanproducido con total nitidez: Nicolas Maquiavelo, en los memoriales po-liticos que redact6 en sus funciones de diplomatico secreto de su patria,Florencia, se desprendi6 radicalmente y sin miramientos de todas laspremisas antropol6gicas de la tradici6n filosofica, e introdujo al hom-bre, en tanto que ente egocentrico, s610 ocupado en su propio interes.' Elcirniento ontologico-social de las diferentes consideraciones que Ma-quiavelo expone acerca de c6mo una colectividad polftica arteramentepuede conservar y extender su potencia implica el presupuesto de unaconcurrencia permanente entre los sujetos; porque los hombres, arras-trados por un deseo insaciable a nuevas estrategias de un comercioorientado al beneficio, recfprocamente conscientes del egofsmo de susintereses, se enfrentan unos a otros en una actitud ininterrumpida deatemorizada desconfianza.' Sobre la base de esta lucha permanente porla autoconservacion, red infinita de interacciones estrategicas, en la que

    4. Cf. la relevante investigaci6n de H. Munkler, Machiavell i. Die Begriindung despoli tischen Denkens der Neuzeit aus der Krise der Republ ik Florenr, Frankfurt , 1984, enparticular, 3. " parte, caps. I y 2.

    5 . Cf. Nicolas Maquiave lo, Der Furst. Stuttgart , 1961, cap. XVII; igualmente, id.,Pol it ische Betrachtungen iiber die alte und die italienische Geschichte, Berlin, 1922,tomo I, cap. 29.

    LA LUCHA POR LA AUTOCONSERVACION 17Maquiavelo articu1a 1amateria prima de toda vida social, las categorias(('lIlrales de sus analisis hist6rico-comparativos s6lo se distinguen en larucdida que designan presupuestos estructurales de relaciones de poder.lucluso alli donde se sirve de los conceptos metaffsicos de la histo-III )graffa romana y habla de virtu 0 de fortuna, s6lo cita las condicio-ill'S historico-marginales que, fuera de la visi6n de la acci6n politica, se-vclan recurs os practicamente inutilizables en su calculo estrategico depodcr." Para Maquiavelo el punto de referencia mas alto de todas sus in-vestigaciones hist6ricas es siempre c6mo ese incesante conflicto entreIIIS hombres puede ser orientado con habilidad en favor de quien, en cadamomento, ostenta el poder; por ello en sus escritos y hasta en la presen-r.icion de los procesos historicos, por vez primera y no sin una fund a-mcntacion de largo alcance teorico, se abre paso la convicci6n filosofi-co-social de que el campo de la acci6n social reside en una luchaincesante de los sujetos por la conservaci6n de la identidad ffsica.

    S610 los 120 alios que separan a T. Hobbes de Maquiavelo han sidoxuficientes para darle a esa convicci6n fundamentalla forma madura deuna hip6tesis cientifica. Hobbes no s6lo presupone frente a Maquiavelolas experiencias historico-polfticas de la constituci6n de un moderno.iparato de Estado y de una mas vasta expansi6n de la circulaci6n demercancfas; tambien puede apoyarse para sus trabajos te6ricos en elmodele met6dico de las ciencias de la Naturaleza, que habfa consegui-do validaci6n general por los exitos de la praxis investigadora de Gali-leo y por la doctrina filos6fica del conocimiento de Descartes.' En elmarco de la empresa, esbozada a grandes rasgos, en la que quiere in-vestigar las leyes de la vida civil burguesa para darle a toda politicalutura una base te6ricamente fundada, las premisas antropol6gicas queMaquiavelo habia extrafdo de sus observaciones cotidianas de maneraiotalmente inconexaadquieren la forma de enunciados cientffico-natu-rales sobre la naturaleza del hombre singular; para Hobbes la naturalezahurnana, que imagina semejante a la de un automata, se caracteriza pri-

    6. Tesis desarrollada por H. Freyer en sus estudios sobre Maquiavelo: H. Freyer,Machiavelli, Weinheim, 1986, esp. pp. 65 Y ss.; de manera semejante hoy, WolfgangKersting , Handlungsmaeh tigkei t-Maehiavel li s Lehre vorn pol it isehen Hande ln , enPhilosophisches Iahrbuch, fase . 3-4 (1988) , pp. 235 y ss.

    7. Cf. de nuevo Habermas, Die klassisehe Lehre von der Politik in ihrem Verhalt-nis zur Sozialphilosophie, en Theorie und Praxis, pp. 67 y ss.; d igno todavia de leerse :Franz Borkenau, Der Ubergang vom feudalen zum bi irgerlichen Welrbi ld, Paris , 1934,pp. 439 Yss.

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    18 LA IDEA ORIGIN ARIA DE HEGELmero por su capacidad especifica de procurarse su bienestar futuro."Este comportamiento previsor, sin embargo, en el momenta en que elhombre encuentra a un semejante sube de punto hasta una forma deacentuacion de poder surgido de la desconfianza; como los dos sujetos,en sus proyectos de accion, deben permanecer reciprocamente extrafiosy opacos, cada uno, de por si, es empujado a una precavida ampliacionde su potencia virtual, con el fin de protegerse del otro, incluso en el fu-turo.A partir de ese antiaristotelico micleo de su antropologia, en la se-gunda parte de la obra Hobbes desarrolla esa situacion hipotetica entrelos hombres, caracterizandola con la equfvoca designacion de Naturale-za. La doctrina del estado de naturaleza, como Gunther Buck ha podidomostrar insistentemente," no representa la abstraccion metodica de todahistoria, la situacion originaria de la socializacion humana; con ella sepretende presentar la situacion general que entre los hombres resultanasi, por una reflexion especulativa, se eliminase todo organo politico dedirecci6n. En la medida en que la naturaleza singular del hombre debeestar constitutivamente acufiada por una actitud de acrecentamiento pre-ventivo de poder frente al semejante, las relaciones sociales que emer-gen tienen el caracter de una guerra de todos contra todos. En la terceraparte de su obra, Hobbes utiliza esta formulaci6n te6rica como funda-mento filosofico de su propia teorfa de la soberanfa del Estado; por lasconsecuencias evidentemente negativas de una situacion duradera deguerra entre los hombres, de temor y desconfianza mutuos, debe ser cla-ro que la tolerable subordinaci6n de todos los sujetos a un poder so-berano absoluto no puede ser sino el resultado racional de un calculoinstrumental de los intereses de cada uno. 10La teorfa del Estado de Hob-bes encuentra su fundamento decisivo de legitimizacion en ese contra-to que puede poner fin a la ininterrumpida guerra de todos contra todosque los sujetos libran por su autoconservaci6n individual.

    A partir de estas premisas sociopoliticas, que aun en sus diferenciasen cuanto a pretensiones y a procedimiento cientffico tienen algo en co-

    8. Cf. las celebres formulaciones en T. Hobbes, Leviathan, Neuwied y Ber lin,1966, p. 75 (hay. trad. cast.: Leviatan, Alianza Editoria l, Madrid, 19934). Para la ant ro-pologfa polft ica de Hobbes, cf. conjuntamente el estudio de Giin ther Buck: Selbsterhal -lung und Histor izitat, en Hans Ebeling, ed. , Subjektivitiit und Selbsterhaltung. Beitriige;:lIr Diagnose der Moderne, Frankfurt, 1976.

    I). Ihid., esp. pp. 144 Y ss.I(), ( 'I ' . d celebre cap. 13 de Leviathan, pp, 94 Ys s.

    LA LUCHA POR LA AUTOCONSERVACION 19nnin, para Hobbes y para Maquiavelo resultan las mismas consecuen-('ias en cuanto al fundamento de la actividad del Estado; como ambos, demodo semejante, hacen de la lucha de los sujetos por la autoconserva-ci(')Il el punto de referencia de sus analisis teoricos, ambos deben enfo-rar Lie igual manera, como mas alto fin de la praxis politica, llevar ese('(1IlfJicto siempre pronto a encenderse a un estado de tregua. En el casodL' la obra de Maquiavelo esa consecuencia es perceptible en la radica-lidad con que, frente a la tradicion politico-filosofica, emancipa el em-plco de la fuerza soberana de todas las ataduras y fines; IIen el de la teo-ria del Estado de Hobbes, por el contrario, esa misma consecuencia.iparece cuando, al final, sacrifica el contenido liberal de su contrato so-cial a la forma autoritaria de su realizacion politica."

    Por ultimo, no fue precisamente esta tendencia de la filosoffa socialmoderna de reducir la actividad del Estado a una intervencion instrumen-lal del poder contra la que el joven Hegel intent6 volverse en su obra fi-Iosofico-politica. La posici6n especifica y unica de sus escritos de Jenarcsulta de que en ellos ha echado mano del modele hobbesiano de una lu-ella entre los hombres para implantar ahi su proyecto cntico.

    11. Miinkler, Machiavelli.12. Cf. Habermas, Die klassische Lehre von der Politik in ihrem Verhaltnis zur

    Sozialphilosophie, en Theorie und Praxis; tambien Ernst Bloch, Naturrecht und men-schliche Wiirde, Frankfurt, 1961, cap. 9 (hay trad. cast .: Derecho natural y dignidad hu-mana, Aguilar, Madrid, 1980).

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    2. DELITp Y ETICIDAD. EL NUEVO ENFOQUETEORETICO INTERSUBJETIVO DE HEGELHegel recibe sin duda aquel modelo de pensamiento de la lucha

    social entre los hombres que Maquiavelo y Hobbes, independiente-mente uno de otro, habian empleado en contextos teoricos diversos.Cuando en 1802, en su disertacion sobre los modos cientfficos deelaboracion del derecho natural se arriesga a perfilar el programade sus futuros trabajos en torno a la Filosofia practico-polftica, los cienalios de desarrollo espiritual que le separaban del filosofo ingles ha-bian abocado a un planteamiento teorico enteramente modificado. Bajoel influjo de la filosoffa de la unificaci6n de Holderlin se le habianhecho problematico , los supuestos individualistas de la doctrina mo-ral de Kant, que habfa determinado el horizonte de su pensamiento in-cluso en los alios de Frankfurt; Ial mismo tiempo, por la lectura de losescritos de Plat6n y Aristoteles, se habia familiarizado con una co-rriente de filosoffa politica en la que se concedia a la intersubjetivi-dad una significaci6n mucho mayor que a las iniciativas semejantesde su tiempo.? Por ultimo, en un proceso de recepcion de la econornfainglesa, ya habia llegado a una vision mas austera, ya que cualquierorganizacion futura de la sociedad debia verse forzada en una esferade producci6n y de distribucion de bienes mercantilmente mediatiza-

    1. Cf. Dieter Henrich, Hegel und Holderlin, en Hegel im Kontext, Frankfurt,1971, pp. 9 y ss. ; cf . del mismo Historische Voraussetzungen von Hegel Systems, ibid.,pp. 41 y ss., esp. pp. 61 y ss.

    2. Cf. Kar l-Heinz Ilting, Hegel's Auseinandersetzung mit der aristotelischen Po-litik, en Philosophisches Jahrbuch, 71 (1963-1964), pp. 38 y ss. Sobre el entusiasmo deHegel por la Polis, tambien Jacques Taminaux, La nostalgie de la Grece a l 'aube del'idealisme allemand, La Haya, 1967, esp. caps. I y 5.

    DELITO Y ETICIDAD 21t i l l en la que los sujetos no podian inscribirse sino por la libertad ne-",,,I iva del derecho formal. 'Estas impresiones y orientaciones recien adquiridas habian madu-nulo progresivamente en el pensamiento de Hegel, al comienzo del nue-VI ) siglo, en la conviccion de que para la fundacion de una ciencia filoso-lica de la sociedad era necesaria primero la superaci6n de los errores.uomtsticos a que estaba encadenada toda la tradici6n del moderno de-rccho natural. Para las tare as filos6ficas que con ella estaban en 10fun-damental establecidas, la gran disertaci6n sobre el derecho natural>:dclineaba por adelantado el camino de la solucion.

    Hegel ve que las dos concepciones modernas del derecho naturalquc el distingue en su texto, aun en medio de todas sus diferencia~ s ecuracterizan por un mismo desenfoque de fonda: tanto en el tratanuen10 empirista como en el formal del Derecho natural, el ser del singular' se presupone categorialmente como 10 primero y 10mas alto.'1 (11 esta argumentaci6n, Hegel llama empfrico a todo principio d:dcrecho natural que arranca de determinaciones, ficticias 0 antropologicas, de la naturaleza humana, para esbozar una organizacion racional d(la vida social sobre esta base con ayuda de otros principios suplementarios, En las teorias de este tipo, las premisas atomistic as se vienen abajo, porque los comportamientos del hombre que se admiten como naIurales solo pueden ser concebidos en tanto que resultado de la:acciones de individuos singulares a los que despues y como desde fuendeben afladirse las formas de la constitucion de la comunidad.' En principio, las posiciones dentro de la tradicion del derecho natural que Hegel designa como formal no se comportan de manera diferente, y;que tienen su origen, en lugar de en determinaciones de la naturalez:humana, en un concepto transcendental de la razon practica; en tale(codas, y ante todo en las representadas por Kant y Fichte, se reconoceilas premisas atomfsticas, en las que las acciones morales pueden sepensadas como resultado de operaciones racionales, purgadas ya dl

    3. Para este complejo problematico: Rolf-Peter Hortsmann, Ober die Rolle deburger lichen Gesellschaft in Hegels politischer Philosophie, en Manfred Riedel, edMaterialien zu Hegels Rechtsphilosophie, vol. 2, Frankfurt, 1975, pp. 276 y ss. CItambien, para la recepci6n de la economia inglesa, Lukacs, DerJunge Hegel, en WeIke, vol. 8, Neuwied y Berlin, 1967, en particular, caps. 2, V, y 3, V.

    4. Hegel, Uber die wissenschaftlichen Behandlungsarten des Naturrechts, en (mismo Jenaer Schriften, pp. 475 y ss.5. Ibid., pp. 446 y ss.

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    22 LA IDEA ORIGINARIA DE HEGELtoda inclinacion 0 necesidad empirica de la naturaleza humana. Aquftambien la naturaleza del hombre se representa, por un lado, como unaacum~lacion de disposiciones referidas al yo 0, como Hegel escribe,aneticas (unsittlichen), que el sujeto solo debe aprender a someter ensfmismo, antes de poder eticizarlas, antes, pues, de conseguir una posi-cion que reclame comunidad." Ambos principios estan por ello emba-rrados, en sus c~nceptos fundamentales, en el atomismo, que presuponecomo una especie de base natural de la socializacion del hombre la exis-tencia de sujetos aislados unos de otros; pero a partir de este dato natu-ral, ya no se puede desarrollar organicamente una situacion de unidadetica entre los hombres, sino que se les ha de afiadir desde fuera como1 7 'a go otro y extrano. Para Hegella consecuencia es que en el derechonatural de la modernidad una comunidad de los hombres solo puedeser pensada segun el modelo abstracto de la unidad de muchos 8 esdecir, en tanto que conexion de sujetos singulares aislados, pero no con-forme al modelo de una unidad etica.

    En su filosoffa polftica Hegel se enfrenta a la posibiIidad de desa-rrollar teoricarnente esa situacion de totalidad etica. La representacionsegiin la cual una sociedad reconocida solo puede concebirse de maneraconsec~ente en tanto que comunidad eticamente integrada par ciuda-danos Iibres, se remonta hasta la epoca en que, juntamente con Sche-lling y Holderlin, habfa redactado el escrito prograrnatico que entro enl~ hist~r~a del ~ensa!lliento con el titulo de el mas antiguo programasistematico del idealismo aleman." Entretanto, esta intuicion de juven-t~d habia superado el ambito estetic? de referencia en que origina-r~am~nte habfa brot~do, hallando relativamente un modelo politico ins-titucional en la Polis, como resultado de la discusion de la doctrinaclasica del Estado. En todos los enunciados del derecho natural en que

    6. Ibid., pp. 458 y ss.; aquf Hegel enlaza con los resultados crfticos de Differenzdes ~ichte 'schen und Schel ling'schenSystems der Philosophie (1801), en Hegel, JenaerSchriften; a este respecto, Manfred Riedel, Hegels Kritik des Natur rechts en Materia-lien, en particular pp. 45 Y S8. '

    7. Hegel, Uber die wissenschaftlichen Behandlungsar ten des Naturrechts en Je-naer Schriften, esp. pp. 45 y ss. '8. Ibid., p. 448.. 9. Cf.

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    24 LA IDEA ORIGINARIA DE HEGELd~l ~odoetico: las actividades e intereses de los individuos singulares me-diatizados por el mercado, que mas tarde seran englobados bajo el nom-bre d~ sociedad ~ivil. 13A la orientacion realista que Hegel trata de dara. su Ide~l de Socle~ad, corresponde en el texto la circunstancia que, adiferencia de las antiguas doctrinas del Estado, se introduce el estamen-to de los no-libres, en tanto que estrato de ciudadanos productores queintercambian mercancias.

    Adecuadamente descrito con estas determinaciones el marco teori-co en que Hegel intenta recoger de nuevo en Jena la comunidad ideal desu juventud, queda al mismo tiempo circunscrito el problema que enadelante tend~a.~ue domefiar. Cuando se ha mostrado con precision que,para la exposicion de tan elevada forma de comunidad social la filoso-ffa social de la m~dernidad no puede ser un espacio idoneo porque siguelastrada por prermsas atornisticas, eso significa que para la constitucionde una teorfa filosofico-polftica debe desarrollarse un nuevo y diferentesistema de conceptos fundamentales. Hegel se ha preguntado de queinst~umentos categoriales ha de disponerse para que con su ayuda seaposible ~a~onstruc~ion. filosofica de una.organizacion social que, en elreconocimiento solidario de la libertad individual de todos los ciudada-nos, se de su conexion etica. El pensamiento filosofico-polftico de He-gel en Jena se orie~~a a la s~lucion de los problemas sistematicos quebrotan de esa cuestion; los diferentes esbozos, que prepara en el marcodel naciente sistema acerca del espfritu humano, tienen su rafz corminen esa pregunta y remiten a ella.

    En su disertacion acerca de las diferentes doctrinas sobre el derechonatural, Hegel todavia no ha desarrollado la solucion de este problema,p~ro a g~andes rasgos ya ha marc ado el camino por el que 1 0 consegui-ra. El pnmer paso que da para proporcionarle un nuevo fundamento ala ciencia filosofica de la sociedad consiste en reemplazar los concep-tos fund~enta~es atomfsticos por categorfas que se moldeen a partir dela conexion social de los sujetos. En un pasaje que se ha hecho celebrese dice con Aristoteles que el pueblo ... es =-segun la naturaleza- masque el singular, porque si el singular aislado no es nada autonorno, debe,como las partes, ser en la unidad con el todo." En el contexto en quese encuentra esta frase, Hegel quiere decir solamente que toda teorfa fi-

    13. Cf. de nueyo Hortsmann, Uber die Rolle der biirgerlichen Gesellschaft, parael texto .deHegel, ;

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    ticularidades que subsisten en cada momento. Como el mismo dice, esla existencia de la diferencia 1 0 que saca la eticidad de su estadio na-tural originario y, en una secuencia de reintegraciones del desequilibrio,conduce finalmente a la unidad de 1 0 general y de 1 0 particular. Dicho demanera positiva, esto significa que la historia del espfritu humano se en-tiende como un proceso de universalizacion conflictiva de las potenciasmorales, que en la eticidad natural ya estan depositadas en tanto quealgo encubierto y no desarrollado.'? En el mismo marco de ideas sehalla en Hegella expresion de devenir de la eticidad como progresi-va expresion de 10negativo 0 subjetivo."

    En esta concepcion de fondo, sin embargo, queda todavia por dilu-cidar como pueden crearse esos potenciales de la eticidad humana nodesarrollados, que deben estar depositados ya en la diferencia existentedentro de las primeras estructuras de la practica de la vida social. Delmismo modo, en el texto sigue sin precisarse la cuestion acerca de laforma social que puede tener ese proceso de repetidas negaciones gra-cias al cual esos potenciales eticos pueden desarrollarse hasta alcanzarvalidez universal.

    En la solucion de ambos problemas a Hegel se le presenta una difi-cultad especffica, por la necesidad de tener que describir los contenidosnormativos de la primera socializacion, de manera que de ella puedasurgir un proceso simultaneo de crecimiento de formaciones colectivasy de incremento de la libertad individual; porque solo si la andadura his-torico-universal del devenir de la eticidad puede entenderse como im-bricacion de socializacion e individuacion, puede entonces aceptarse elresultado como forma de sociedad que encuentre su conexion organicaen el reconocimiento intersubjetivo de la particularidad de todos los sin-gulares. En sus primeros afios de Jena, Hegel todavia no disponfa delinstrumento adecuado para la solucion de los problemas que brotan deeste planteamiento; solo despues de que, por una reinterpretacion de ladoctrina del reconocimiento de Fichte, Ie de un nuevo significado alconcepto hobbesiano de lucha, encontrara una respuesta satisfaetoria."

    Al principio de su epoca de Jena, como previamente en Frankfurt,17. Ibid., p. 507.18. Ibid.19. La significaci6n de Fichte para la doctrina del reconocimiento en el joven He-

    gel en los iiltimos aiios ha sido elaborada en dos relevantes investigaciones a las quedebo estimulo y aliento: Ludwig Siep, Der Kampf urn Anerkennung. Zu Hegels Au-seinandersetzung mi t Hobbes in den Jenaer Schri ften, en Hegel Studien (1974) . vol. 9,

    Ilegel se habfa referido a Fichte siempre de manera crftica; para el,como hemos vis to, Fichte era un representante central de la posicionformalista dentro de la tradicion iusnaturalista, y no podia estar encondiciones para la explotacion teorica de una comunidad de relacio-nes vivas autenticamente libre." En el System der Sittlichkeit, corn-puesto en el afio de 1802, inmediatamente despues de concIuir la diser-racion sobre el derecho natural, Hegel recoge positivamente la teorfafichteana del reconocimiento para describir con su ayuda la estructurainterna de las formas de las relaciones eticas, que el quena presuponercomo Prius de la socializacion humana. En su escrito sobre los Funda-mentos del derecho natural, Fichte habia conceptualizado el reconoci-miento como una interacci6n entre individuos que estaba en la base desus relaciones jundicas: en la reciproca disposicion a un obrar libre y enla delimitacion de la propia esfera de acci6n en favor del otro, se con-forma entre los sujetos la conciencia cormin, que consigue validez obje-riva en las relaciones jundicas." De este modelo fichteano, Hegel tomaprimero sus implicaciones filosoficas transcendentales y 10 aplica di-rectamente a las diferentes configuraciones del actuar recfproco entreindividuos en las formas de vida comunicativa que, hasta el momento,cl, de la mana de Aristoteles, solo habfa descrito como configuracionesdiferentes de la eticidad humana, introduciendo por ella el fenomeno in-tersubjetivo en un reconocimiento recfproco. En adelante, las relacionescticas de una sociedad presentan las formas de una intersubjetividad

    pp. 155 Y ss. ; Andreas Wildt, Autonomie und Anerkennung, Hegels Moralitatskrit ik imLichte seiner Fichte-Rezeption, Stut tgar t, 1982. Previo a estos dos libros, el importantearticulo de Manfred Riedel, Hegels Kritik des Naturrechts, en Studien zu HegelsRechtsphilosophie, Frankfurt, 1969, pp. 42 Y ss. Otra huella de la doc trina del reconoc i-miento de Hegel remi te a Rousseau. En su Discours sur l'inegalite, este ha introduc ido elreconocimiento reciproco

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    practica, en la que el acuerdo complementario y, con el, la necesaria co-l munidad de los sujetos, que se contraponen unos a otros, esta aseguradolpor el movimiento de reconocimiento. Para Hegel, la estructura de tal'i'I-elaci6n de reconocimiento recfproco es en todo caso la misma: un su-I jeto deviene siempre en la medida que se sabe reconocido P?~ otro en1 determinadas de sus facultades y cualidades, y por ~llo reconclhad? coneste; al mismo tiempo llega a conocer partes de su irreemplazable iden-

    tidad y, con ello, a contraponerse al otro en tanto que un particular. Peroen esta l6gica de la relaci6n de reconocimiento, Hegel ve depositadatambien una dinamica interna que Ie permite avanzar mas alla del mo-delo fichteano: como los sujetos en el marco de una relaci6n etica ya es-tablecida siempre experimentan algo mas acerca de su identidad parti-cular, y en cada caso es una nueva dimensi6n de sf mismo 10que conello se establece, esos sujetos deben abandonar de nuevo de maneraconflictiva el plano de eticidad alcanzado, para conseguir el reconoci-miento de la forma relativamente mas exigente de su individualidad. Elmovimiento de reconocimiento, que subyace en la relaci6n etica entrelos sujetos, consiste en un proceso de etapas de reconciliaci6n y de con-flictos, separados unos de otros. Como es facil de ver, Hegel recarga elconcepto aristotelico de la forma de vida etica con un potencial moralque no se les ofrece a los hombres a partir de una naturaleza basica, sinode un tipo especifico de relaci6n entre sf mismos; las coordenadas de supensamiento politico se desplazan desde un concepto teleo16gico de na-turaleza a otro de 10 social, en el que constitutivamente se integra unatensi6n interna.Esta dinamizaci6n en el sentido de una teona del conflicto del mo-delo de reconocimiento de Fichte, junto con la posibilidad de una pri-mera determinaci6n del potencial interno de la eticidad humana, pone alalcance de Hegel al mismo tiempo la suerte de la concretizaci6n de suproceso negativo de desarrollo. El camino a que con esto se accede es-triba en una reinterpretaci6n del modelo de una lucha de todos contra to-dos con que Hobbes, en conexi6n con Maquiavelo, inaugura la historiade la filosofia social moderna." Si los sujetos deben abandonar y supe-rar las relaciones eticas en que originariamente se hallan porque no en-

    22. Para el debate de Hegel con el modelo del estado de naturaleza de Hobbes, cf.el relevante articulo de Siep, Kampf urn Anerkennung. Para el debate de Hegel conHobbes en Jenaer Schriften: Siep, Anerkennung als Prinzip der praktischen Philosoph ie,1974.

    cucntran plenamente reconocida su identidad particular, entonces la lu-ella que de ah f se deriva no es un conflicto por la autoconservaci6n ffsi-,'a; es mas bien uno de Indole practica que estalla entre los sujetos, un.rcontecimiento etico, en tanto que tiende al reconocimiento subjetivo delas dimensiones de la individualidad humana. Por consiguiente, un con-unto entre los hombres no pone fin a la precaria situaci6n de una luchade todos contra todos, sino al contrario, dirige la lucha como un mediummoral desde un estado de eticidad no desarrollada a otro mas maduro derclaciones eticas. Con esta reinterpretaci6n del modelo hobbesiano, He-I'd introduce una nueva concepcion de la lucha social que hace epoca,y a consecuencia de la cual el conflicto practico puede entenderse como1 1 1 1 momento etico en el movimiento, dentro de la conexi6n de la vidasocial;" con ello el nuevo concepto de 10 social no s610 integra desde elprincipio un dominio de tensiones morales, sino que engloba inclusocI medio social por el que conflictivamente pueden evacuarse.

    Pero el concepto teoretico fundamental, que surge de la deliberada,'(inexion de motivos hobbesianos y fichteanos, consiguc una forma cla-1':1 solo en los escritos de Hegel del perfodo de Jena. En el System derSittlichkeit, el primero de esta serie de escritos, se revela de nuevo el mo-lido acufiado, porque la construcci6n argumental se muestra como unnIlcjo especular de la construcci6n del Estado en el Leviatdn. Hegel,,'II lugar de una lucha de todos contra todos, comienza su exposici6n fi-losofica con las formas elementales de reconocimiento social, que 61prcsenta bajo el titulo de eticidad natural, y s610 la violaci6n de esasIIIiciales relaciones de reconocimiento por distintos tipos de lucha,' P I C son expuestos conjuntamente como un estadio intermedio bajo el tf-rulo de delito, llevan desde ahi a un estadio de integraci6n social, queronnalmente puede conceptualizarse como relaci6n organica de etici-.lad pura. Si la muy esquematica forma expositiva que, en conexi6n conSchelling y por razones metodo16gicas, Hegel ha intentado darle a surxcrito en el System der Sittlichkeit 24 se separa a posteriori de la anda-

    23. Asi, I lt ing, Hegels Auseinandersetzung mit der aristotel ischen Polit ik, cap. 3.24. Hegel emplea como forma de exposic i6n e l metodo de la subsunci6n alternati -

    "iI de intuici6n y concepto, De este procedimiento se desprenden formalmente las tres!'''llldes secciones de su escrito: el capitulo sobre la et icidad natura l en tanto que sub-',II11ci6n de la intuici6n bajo el concepto; el capitulo sobre el deli to, como subsunci6n.II'! concepto bajo la intuicion, y el capitulo sobre la eticidad absoluta en tanto que in-. I11, 'rcncia del concepto y de la intuicion. Pero, si no me equivoco, este procedimientoII, ,'lodico es muy superficial respecto al contenido filos6fico del escri to .

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    dura material de la argumentaci6n, entonces se desvelan claramente lospasos singulares de la construcci6n teoretica,:

    Hegel describe el proceso en que se establecen las primeras relacio-nes sociales en tanto que fen6meno de desgajamiento de los sujetos res-pecto de determinaciones naturales. Este acrecentamiento de indivi-dualidad se cumple en dos estadios de reconocimiento recfproco cuyasdiferencias se miden segiin que dimensiones de la identidad personalencuentran campo de actividad en cada uno de ellos.

    En la relaci6n padres e hijos, una de las interacciones generalesy de educaci6n de los hombres, los sujetos se reconocen recfproca-mente como seres que se aman, necesitados de emoci6n afectiva; la par-te de la personalidad individual que se encuentra reconocida por el otroes el sentimiento practice, la dependencia del singular en cuanto a losdones y bienes necesarios para la vida. La tare a educativa, que paraHegel constituye la determinaci6n intern a de la familia, se orienta a laconformaci6n de la negatividad interior y a la autonomfa del nino, demanera que su resultado debe ser la supresi6n (Aufhebung) de aquellaunificaci6n del sentimiento." A esta forma de reconocimiento sobre-pasada, bajo el mismo titulo de eticidad natural, Hegel hace seguir,como segundo estadio, las relaciones de cambio de propiedades con-tractualmente reguladas. El camino que lleva a la nueva relaci6n socialse describe como un fen6meno de generalizaci6n jundica; las referen-cias practicas que los sujetos ya en el primer estadio mantenian respec-to al mundo, se desgajan de sus condiciones de validez simplementeparticulares, y se transforman en exigencias jurfdicas generales y fun-dadas en contrato. En adelante, los sujetos se reconocen recfprocamen-te portadores de pretensiones legftimas, y se constituyen asf en propie-tarios; en el cambio se refieren unos a otros como personas a las quecorresponde el derecho formal de poder responder sf 0 no a lastransacciones que se les ofrezcan. Lo que aquf en cada individuo en-cuentra reconocimiento, en forma de un titulo de derecho, es la libertaddeterminada negativa, 10 contrario de sf misma, en cuanto a estar enuna determinacion. 26

    Ya las formulaciones que Hegel elige para esbozar este segundoplano de reconocimiento dejan ver claramente por que 10considera tam-bien como una forma natural de eticidad. Con el establecimiento de

    25. Hegel. System der Sittlichkeit, p. 18.26. Ibid., p. 23.

    ulnciones juridicas se crea un estado social, todavfa acufiado por aquel..principio de la singularidad, del que s6lo se han purgado las relacio-Ill'S de la eticidad absoluta; porque en una organizaci6n social que secaracteriza por formas jurfdicas de reconocimiento, los sujetos no se re-lacionan constitutivamente sino por las libertades negativas, 010que esIt) mismo, s6lo en cuanto a su capacidad de negar los ofrecimientos so-iales. El movimiento de reconocimiento socializador ya ha superado loslnnites particularizantes que estaban trazados en el primer estadio conIt)S lazos del sentimiento familiar, pero el avance en la generalizaci6n so-cial s6lo se logra por el vaciado y formalizaci6n de 10que en el sujetosingular consigue confirmaci6n intersubjetiva. Ademas, el singular, den-In) de la sociedad no se establece, segun la expresi6n de Hegel, comorotalidad, como globalidad que reconstruir desde la diferencia."

    La especificidad del System der Sittlichkeit la constituye que He-)',eI contrapone a las dos formas naturales de reconocimiento tipos delucha globalmente diferentes, que resume en un capitulo aparte: mien-Iras los esbozos polftico-sociales de los aiios siguientes se construyen demanera que la lucha por el reconocimiento conduce de un estadio al quelc sigue, aquf aparece un solo estadio con diferentes luchas entre los doscscalones de la moralidad elemental y absoluta. No es facil entrever losIundamentos te6ricos que han inclinado a Hegel a una construcci6n ca-prichosa, y que no es plausible ni desde el punto de vista hist6rico-so-cial ni desde el del desarrollo 16gico; en parte resultan de constriccio-IICS met6dicas, que provienen de la aplicaci6n sistematica de la teoriadel conocimiento de Schelling, pero tambien, por otra parte, de una con-trontacion directa con Hobbes, que puede haberle empujado a la pre-scntacion unitaria de un estado de naturaleza libre de conflictos eticos.I':ncualquier caso, Hegel no aplica aiin su modele de lucha, con el fin dexplicar te6ricamente el paso entre los escalones separados, que hasta.rhora ha distinguido 'en el movimiento de reconocimiento; hace que al:slos conjuntamente les siga un solo estadio de luchas diferentes, cuyocormin efecto debe consistir en desgarrar, siempre en nuevos conflictos,l'I ya elaborado proceso de reconocimiento recfproco. Lo que le intere-sa es la forma de desarrollo interno de la lucha que resulta de estas per-(urbaciones de la vida social comunitaria; su analftica es una exegesistcoricamente asentada de los actos destructivos, en tanto que manifesta-ciones de un delito.

    27. Ibid.

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    Para Hegel, los diferentes actos de destrucci6n, que en un capitulointercalado intenta distinguir, representan diferentes figuras de deli-to." El refiere estas acciones delictivas a los precedentes estadios dela moralidad, porque en cada caso las determina como formas de unarealizaci6n negativa de aquella libertad abstracta, que se habfa concedi-do a los sujetos ya en las condiciones de relaciones juridicas de reco-nocimiento. La relaci6n de dependencia que as f se afirma en cuanto a larelaci6n de las formas jurfdicas y de los actos delictivos, deviene teori-camente comprensible cuando se atiende a la concepci6n del delito,que ya esta contenida en los escritos teo16gicos del joven Hegel. En es-tos habfa entendido el acto del deli to como una acci6n que, en la me-dida en que esta ligada al presupuesto social de las relaciones jurfdicas, seda precisamente a partir de la indeterminaci6n de la libertad simple-mente juridica de los singulares; en una acci6n delicti va, los sujetos ha-cen uso destructor del hecho que s6lo estan inscritos negativamente enla vida social cormin, en tanto que sujetos de derechos de libertad."Pero Hegel, en el marco del nuevo texto, ya no ha tornado la otra Iacetade las determinaciones te6ricas que habfa desarrollado en sus escritostempranos, para la caracterizaci6n del delito; ahora queda sin men-cionar la reflexi6n te6rica de las motivaciones, que presenta la acci6ndel delincuente como un tipo de formaci6n reactiva a las abstraccionesy unilateralidades, que estructuralmente estan depositadas en las rela-ciones juridicas en cuanto tales. Al faltar este elemento afirmativo, elSystem der Sittlichkeit deja tambien sin respuesta la cuesti6n acerca delos motivos que, en cada caso, empujan a la acci6n delicti va. S6lo en ra-ros pasajes de la argumentaci6n pueden encontrarse indicaciones quese acercan a la direcci6n originariamente fijada; eso parece indicar, enrelaci6n con la devastaci6n natural, que se orienta contra la abstrac-ci6n de los Ilustrados; del deli to en su conjunto, en otro lugar se ha-bla de contraposici6n a la contraposicion." Si se interconectan estasformulaciones y se ponen en relacion con la concepci6n anterior, puedeconjeturarse que Hegel remite el origen del delito a un estado inc om-pleto de reconocimiento; que el motivo interno del delincuente 10cons-

    28. Solange Mercier-Josa, Combat pour la reconnaissance et criminalite, en Die-ter Henrich y Rolf-Peter Hortsmann, eds. , Hegels Philosophie des Rechts, Stuttgart,1982, pp. 75 y 55.

    29. Cf. las rcflexiones de Wildt, Autonomic und Anerkennung, pp. 100 y ss.30. Hegel. System der Sittlichkeit, p. 339.

    utuye la experiencia, que el mismo no se ha sentido reconocido demanera satisfactoria en los estadios establecidos de reconocimiento re-cfproco.Ademas, esta teorfa encuentra apoyos suplementarios ya que conx u ayuda y sin violencia se puede descifrar la l6gica que Hegel pone en labase de la presentaci6n de los diferentes tipos de delito. La frecuen-cia con que enumera los tipos particulares de comportamiento destruc-tivo tiene senti do cuando, como punto de referencia del delito, sepiensa en formas particulares incompletas de reconocimiento. Hegelcmpieza con la expo sic ion de una forma destructiva total mente injus-tificada: en los actos de devastacion natural, 0 de aniquilacion,como ella designa, los individuos reaccionan, sin finalidad alguna, a1 '1 experiencia de la abstracci6n de una eticidad ya conformada, pero1 1 0 se esclarece si las formas elementales de menosprecio constituyenla ocasion de las acciones destructivas; por otro lado, tales actos dedestruccion ciega todavfa no son delitos en el sentido de Hegel,porque les falta el presupuesto social de la libertad reconocida juridi-camente,Un delito en el sentido estricto de la significacion de la palabrarepresenta, por el contrario, el tipo de acciones negativas que Hegel in-lroduce solo en el segundo estadio. En la expoliaci6n de otra persona,un sujeto conculca voluntariamente la norma general de reconoci-miento ya conformada en las condiciones del establecimiento de relacio-nesjurfdicas. Hegel elude cualquier explicacion sobre los motivos de estetipo de acciones destructivas, pero el contexto de su argumentacion seacerca a suponerlas en la experiencia de un reconocimiento jurfdicoabstracto. En ese sentido, limita no s6lo el caracter activista de la for-mula en que se habla 31 de la conculcaci6n del derecho como objeti-vo del robo, sino tambien la descripcion del fenomeno de la situaci6nconflictiva que se origina con el acto del robo. Por este un sujeto, pri-mero, es cercenado en cuanto a la propiedad que le pertenece, perotambien al mismo tiempo, dice Hegel, es lesionado como persona ensu totalidad. Como hasta aquf todavia nos movemos en el plano de laeticidad natural, en el que la abstraccion del derecho no tiene ni sunecesidad ni su sosten en una generalidads " y, por consiguiente, su ca-pacidad de coercion carece de la autoridad del Estado, cada sujeto

    31. Ibid., p. 44.32. Ibid., p. 45.

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    debe velar por la defensa de sus derechos y, por ello, COnel robo se veamenazado en su identidad."A esta lesi6n de la propia persona, el sujeto s610 puede reaccionar

    adecuadamente cuando por su parte, frente al agresor, se coloca en de-fens a activa. Tal retroacci6n del delito sobre su causante, en la formade resistencia por parte del agredido, es la primera secuencia de accionesen el acontecimiento que Hegel cubre con el concepto de lucha. Se origi-na u~a lucha de persona COntrapersona, es decir, entre dos sujetos sus-ceptibles de derechos, cuyo objetivo 10constituye el reconocimiento del~s pretensiones diferentes: por un lado, la pretensi6n de resoluci6n delconflicto por el irrefrenado despliegue de la propia subjetividad; por elotro, la pretensi6n reactiva al respeto social de los derechos de propie-dad. El resultado de la lucha desencadenada por estas pretensiones, paraHegel ~a ~sta estructurall1!ente decidido, porque s610 una de las dos par- .,'tes escindidas puede refenr la amenaza, de manera no limitada, a sf mis- .~rna en tanto que personalidad, porque s610 el sujeto lesionado, en su re- :Isistencia, lucha por la integridad de su persona como un todo, mientraslq~/e el deli~cuer:te, en .su accion, es movido simplemente por la imposi- ]CIon de un mteres particular, Por eso, s610 el primero, como Hegel con- I Icluye con rapidez, conserva la superioridad en la lucha ya que de la :.lesi6n personal hace la cosa de toda su personalidad." .

    Al conflicto social que arranca de un robo y que termina con la vic- ftoria sobre el delincuente, Hegel le hace seguir como tercer escal6n de .la negaci6n la lucha por el honor. Este caso conflictivo, respecto a las,condiciones de su origen, presenta la forma mas plena de una escisi6n 1intersubjetiva; no le subyace la lesi6n de una persona individual de de-recho, si~o la de la integridad de una persona como un todo. Cierto, aqufHegel deja de nuevo mdeterminados los motivos especfficos del deli-to que desencadena el cont1icto; que dan pendientes de determinaci6nlos fundamentos de que una persona viole el marco de una relaci6n dereconocimiento existente, por los que ella conculque u ofend a a otro su-jeto ~n su integridad. Pero, para las dos personas que participan en elconflicto, se presupone una referencia a su totalidad que, en cada caso,es la totalidad de su existencia individual y por la que ambos se arries-gan. Se entiende que el acto de conculcaci6n se funda en el prop6sito de

    33. En este punto me adhiero a la interpretaci6n de Wildt, Autonomie undAnerken-nung, p. 324, y Siep, Anerkennung als Prinzip der praktischen Philosophie, p. 339.34. Hegel, System der Sittlichkeit, p. 46.

    uprobar piiblicamente la integridad de la propia persona y por ello rei-vuidicar su reconocimiento, pero entonces el agravio del delincuente re-Illi te a la previa experiencia de no ser plenamente reconocido como per-sonalidad individualizada.

    Las dos partes que se enfrentan en el conflicto persiguen en cualquier,':ISO el objetivo de poner a prueba la integridad de la propia persona; He-)'.d remite este reciproco prop6sito, cifiendose al uso lingufstico de sut icmpo, a una exigencia de honor. Por este, en primer lugar, como sedice en el texto, ha de entenderse el modo de una colocaci6n frente a sfmismo, porla que ... el singular deviene una totalidad personal." Ho-nor es la posici6n que adopto frente a mf mismo cuando identifico posi-iivamente mis cualidades y mi especificidad. A un combate por el ho-nor s610 se llega cuando la posibilidad de tal autorrelaci6n positiva.lcpende de la confirmaci6n del reconocimiento por otros sujetos; un in-dividuo adquiere plena identificaci6n consigo, en la medida en que suscspecificidades y cualidades encuentran aliento y respaldo de parte de susxoc ios de interacci6n social . Con el honor se distingue, pues, una rela-cion afirmativa consigo mismo que estructuralmente esta ligada al presu-puesto del reconocimiento intersubjetivo de la particularidad individual.Por eso los dos sujetos en la lucha persiguen el objetivo de restablecer elhonor lesionado, en cada caso sobre bases diferentes, e intentan convencerde su derecho al reconocimiento. Pero esto, como mas adelante suponeHegel, s6lo es posible si demuestran recfprocamente su disposici6n a po-ner en juego su vida; s610 porque estoy dispuesto a morir, doy publica-mente a conocer que mis objetivos y especificidades individuales cuen-tan mas que mi supervivencia ffsica. Asf Hegel hace que el conflicto quese origina en una of ens a, desemboque en un combate a vida 0 muerteque se desarrolla mas alla de las demandas jundicamente reclamadas,porque esta en juego el todo (de una persona, A.H.).36Por poco clarasque puedan ser estas explicaciones en su conjunto,desvelan por vez primera de manera precis a los objetivos teoreticos queHegel sistematicamente articula en su capitulo intermedin acerca deldelito. El hecho de que, en el avance de los tres estadios de los conflic-tos sociales, las exigencias de identidad de los sujetos concernidos pau-latinamente se amplfan, excluye una valoraci6n simplemente negativa delos actos de conculcaci6n presentados; los diferentes conflictos, consi-

    35. Ibid., p. 47.36. Ibid.

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    derados en su conjunto, constituyen precisamente el proceso que prepa-rani el paso de la eticidad natural a la absoluta, ya que atribuye a los in-dividuos cualidades e intenciones necesarias para ello. Hegel no soloquie re mostrar como las estructuras del reconocimiento elemental sondestruidas por actos de alienacion negativa de libertad; qui ere mostrartambien que solo por tales actos destructivos pueden crearse las rela-ciones eticamente maduras de reconocimiento, bajo cuyo presupuestopuede desarrollarse despues efectivamente una comunidad de ciudada-nos libres." Dos son los aspectos del comercio intersubjetivo que ana-lfticamente pueden distinguirse como dos dimensiones, en las que Hegelimputa a los conflictos sociales una especie de potencial de aprendizajepractice moral. Por un lado, los sujetos, por cada nueva exigencia enque paulatinamente se yen implicados por los diversos delitos, ad-quieren un suplemento de saber acerca de su propia e irreemplazableidentidad. Esta es la dimension de desarrollo que Hegel intenta poner derelieve mediante la expresi6n de la persona a la persona como untodo: por persona, como ya en parte sobre la eticidad natural, seentiende un individuo que refiere de manera inmediata su identidad des-de el reconocimiento intersubjetivo de su capacidad jurfdica; por per-sona como un todo, por el contrario, un individuo que ha conseguidodel reconocimiento intersubjetivo ante todo su identidad como particu-laridad. Pero, por otro lado, en ese camino en el que los sujetos logranmayor autonomia, tambien debe crecer en ellos la conciencia acerca desu reciproca dependencia. Esta es la dimension en desarrollo que Hegelquiere poner de relieve, de manera que, al termino del combate por elhonor, pasa insensiblemente de un conflicto entre sujetos singulares aotro entre comunidades sociales: finalmente, los individuos estan unosjunto a otros, despues de asumir las exigencias de los diversos delitos,no ya como autores autorreferidos, sino frente a frente en tanto quemiembros de un todo."

    Si estas dos dimensiones de desarrollo se piensan conjuntamente yse consideran en tanto que una unidad, entonces resalta el proceso de

    37. Con esto entro natural mente en contradicci6n con la interpretaci6n del capitulosobre el delito desarrollada por Manfred Riedel: Hegels Kr itik der Natur rechts, enStudien zu Hegels Rechtsphilosophie, Frankfur t, 1969, p. 56; el no cree que los fenome-nos de conflicto analizados por Hegel presenten, en manera alguna, un avance hacia elplano de la eticidad absoluta.

    38. Hegel, System der Sittlichkeit, p. 50.

    tormacion con el que Hegel intenta esclarecer el paso de la eticidad na-t ural ala absoluta. Su construccion esta orientada por el convencimientode que solo por la destruccion de las formas de reconocimiento juridico enlas relaciones intersubjetivas llega a conciencia el momenta que puedescrvir de fundamento de una comunidad moral. El delincuente, porque le-siena las personas en su derecho, luego en su honor, hace objeto de un sa-her generalla dependencia de cada uno respecto de la comunidad. En esamisma medida, los conflictos sociales en que se rompe la eticidad naturalocasionan en los sujetos la emergencia de una disposicion a reconocerserecfprocamente, como destinados unos a otros y, no obstante, al mismot iempo como personas plenamente individualizadas.Pero Hegel, en el avance de su argumentacion elabora un tercer esta-dio de interaccion social, que implica relaciones de reconocimiento cuali-lativo entre los miembros de una sociedad, aunque todavfa solo en la for-ma de un presupuesto implfcito. En su presentaci6n de la eticidadabsoluta, que se liga al capitulo sobre el delito, como fundamento in-lcrsubjetivo de una entidad comunitaria futura, se afirma una relacion es-pecifica entre los sujetos, para la que forja la categoria de intuicion red-proca; el individuo se intuye a sf mismo en cada uno." Con estaformula, porque el termino intuicion se acerca a Schelling, Hegel ha in-tcntado designar una forma reflexiva de relaciones recfprocas entre suje-los, superpuesta al simple reconocimiento cognitivo; ese modelo de reco-nocimiento, que incluye 1 0 afectivo, para el que pronto se apresta lacategoria de solidaridadr' debe proporcionar claramente la base comuni-cativa, sobre la cuallos individuos, aislados unos de otros por las relacio-nes jurfdicas, pueden volver a encontrarse en el marco global de una co-munidad etica. Hegel prosigue el fructffero proceso de pensamiento quese ha delimitado as! en las partes que quedan del System der Sittlichkeit,

    39. tu, p. 54.40. La idea de interpretar determinados aspectos de la teorfa de la eticidad de Hegel

    con la ayuda del concepto de sol idaridad, se la debo a una propuesta que Andreas Wildtdcsarrolla en el articulo Hegels Krit ik des Jacobinismus, en Oskar Negt, ed ., Aktualitdtlind Folgen der Philosophic Hegels, Frankfur t, 1970, p. 277; pero a diferencia de el, yorefiero mas directamente el concepto a la forma de relaci6n social, que Hegel ha queridodcsignar con su concepto de eticidad , teoreticamente dentro del reconocimiento. Una po-rente y comparable in terpretaci6n del concepto del reconocimiento reciproco la ha pro-puesto tambien Gillian Rose; para ella, designa una forma de relaci6n social que no do-mina ni suprime, sino que reconoce la diferencia del ot ro, cf. Gil lian Rose, Hegel contraSociology, Londres, 1981, p. 69.

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    pero no mas; en este punto se rompe el hila te6rico de la argumentacionsobre el reconocimiento, y el texto se limita en 10sucesivo a la presenta-ci6n de los elementos organizativos que deben caracterizar el comporta-miento politico en la eticidad absoluta. POf ello, las dificultades y losproblemas, que el analisis reconstructivo de Hegel han dejado sin contes-tar en los estadios precedentes, quedan abiertos hasta el final del texto.

    Entre las oscuridades que caracterizan el System der Siulichkeit en sueticidad, se encuentra la cuestion de en que medida la historia de la etici-dad humana debe poder reconstruirse segun el hila l6gico del desplieguede las relaciones de reconocimiento. Contra esta posibilidad apunta el he-cho de que el marco referencial aristotelico no esta min conceptualmente10bastante diferenciado como para poder derivar de manera clara, unas deotras, diferentes formas de reconocimiento. Es cierto que, en muchos pa-sajes, la argumentaci6n se acerca a diferenciar las tres formas de recono-cimiento, que se distinguen entre sf en cuanto al como y tambien alque de la confirmaci6n practica; en las relaciones afectivas de recono-cimiento de la familia, el individuo humane es reconocido como un enteconcreto de necesidades, en las de reconocimiento formal-cognitivo delderecho, 10 es como persona abstracta, y en las relaciones emocionalmen-te ilustradas del Estado, es reconocido exclusivamente como un generalconcreto, como un sujeto socializado en su unicidad. Si ademas se dife-rencia aiin mas claramente entre las instituciones y el modo de la relaci6nde reconocimiento correspondiente, se puede presentar sucintamente lateoria de los estadios de Hegel en el esquema siguiente:

    Objeto ymodo dereconocimiento

    Individuo(necesidadesconcretas)

    Persona(autonormaformal)

    Sujeto(especificidadindividual)

    Intuici6n(afectivo)

    Familia (arnor)~

    Concepto(cognitivo)

    ~ Sociedad civil(derecho)

    Intuici6nintelectual(afecto devenidoracional)

    "_~Estado(solidaridad)


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