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Incas

Date post: 11-Sep-2015
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centro de documentación fotográfica y visual Principal Exposiciones > Colecciones Galería Pintura Autores Compra Preguntas Enlaces LOS INCAS El eclipse de una civilización El encuentro del 'Viejo Mundo' con el 'Nuevo Mundo' supuso el principio del fin de algunas de las más avanzadas civilizaciones indígenas que habían florecido en la América precolombina. Una de ellas fue la de los incas del Perú, que los conquistadores españoles conocieron en el momento de su máximo esplendor, y que en pocos años sometieron a una total destrucción. Su memoria perduró a pesar de todo, y no hay más que contemplar los grandiosos restos que los incas dejaron en tierras peruanas –no solo en Machu Picchu– para percatarse del inmenso poderío y asombroso nivel de progreso que llegó a alcanzar esta cultura andina, sobre todo en aspectos como la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería agrícola. 235 fotografías on line de Agustín Gil y Eneko PastorIndice de textosLa colisión de dos mundosCon la cruz y con la espadaLas ciudades de los incasIngeniería agrícolaNecrópolisLas nieblas de Machu PicchuBibliografíaIndices de fotosIndice generalCiudades incasMachu PicchuEntorno humanoIngeniería agrícolaPerú rupestreNecrópolis No hay mas que un mundo, y aunque llamamos Mundo Viejo y Mundo Nuevo es por haberse descubierto éste nuevamente para nosotros, y no porque sean dos, sino todo uno. Garcilaso de la Vega el Inca La colisión de dos mundos Cuando los conquistadores españoles llegaron en 1532 a las tierras de América del Sur que conocemos como el Perú, la dinastía indígena gobernante era la de los incas. Inca en la lengua local (quechua) significaba literalmente 'rey' y hacía referencia exclusivamente a los soberanos del lugar, aunque más tarde el vocablo se aplicó por extensión para designar a todos los nativos que vivían bajo su potestad. Los reyes incas controlaban en aquel momento un vasto imperio que abarcaba la costa del Pacífico y las montañas y altiplanos de la cordillera de los Andes desde el norte de Ecuador hasta el río Maule en el Chile central, incluyendo partes sustanciales de los actuales Perú, Bolivia y
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centro de documentacin fotogrfica y visualPrincipalExposiciones> ColeccionesGalera PinturaAutoresCompraPreguntasEnlaces LOS INCASEl eclipse de una civilizacin

El encuentro del 'Viejo Mundo' con el 'Nuevo Mundo' supuso el principio del fin de algunas de las ms avanzadas civilizaciones indgenas que haban florecido en la Amrica precolombina. Una de ellas fue la de los incas del Per, que los conquistadores espaoles conocieron en el momento de su mximo esplendor, y que en pocos aos sometieron a una total destruccin. Su memoria perdur a pesar de todo, y no hay ms que contemplar los grandiosos restos que los incas dejaron en tierras peruanas no solo en Machu Picchu para percatarse del inmenso podero y asombroso nivel de progreso que lleg a alcanzar esta cultura andina, sobre todo en aspectos como la arquitectura, el urbanismo y la ingeniera agrcola. 235 fotografas on line de Agustn Gil y Eneko PastorIndice de textosLa colisin de dos mundosCon la cruz y con la espadaLas ciudades de los incasIngeniera agrcolaNecrpolisLas nieblas de Machu PicchuBibliografaIndices de fotosIndice generalCiudades incasMachu PicchuEntorno humanoIngeniera agrcolaPer rupestreNecrpolis

No hay mas que un mundo, y aunque llamamos Mundo Viejo y Mundo Nuevo es por haberse descubierto ste nuevamente para nosotros, y no porque sean dos, sino todo uno. Garcilaso de la Vega el Inca

La colisin de dos mundos Cuando los conquistadores espaoles llegaron en 1532 a las tierras de Amrica del Sur que conocemos como el Per, la dinasta indgena gobernante era la de los incas. Inca en la lengua local (quechua) significaba literalmente 'rey' y haca referencia exclusivamente a los soberanos del lugar, aunque ms tarde el vocablo se aplic por extensin para designar a todos los nativos que vivan bajo su potestad. Los reyes incas controlaban en aquel momento un vasto imperio que abarcaba la costa del Pacfico y las montaas y altiplanos de la cordillera de los Andes desde el norte de Ecuador hasta el ro Maule en el Chile central, incluyendo partes sustanciales de los actuales Per, Bolivia y Argentina. Este imperio era llamado en quechua Tahuantinsuyo, que significa 'reino de las cuatro partes' (o suyos). Los incas ya haban establecido su capital en Cuzco en el siglo XII, si bien su expansin territorial se produjo gradualmente a partir del siglo XIII, en una sucesin de conquistas y anexiones de los reinos circundantes que termin proporcionndoles el control sobre toda la zona, logrando someter a ms de cien grupos tnicos diferentes que hablaban al menos veinte lenguas. El imperio lleg a su cnit a principios del siglo XV, con la ascensin al trono de Pachactec Yupanqui, el ms poderoso de los soberanos incas. Durante su reinado los dominios imperiales abarcaban una poblacin andina de unos doce millones de personas. Tal hegemona fue efmera: dur apenas cien aos. Fue entonces cuando llegaron los conquistadores. Todos asociamos al Per con los incas, pero hay que tener en cuenta que stos no fueron sino uno de los muchos pueblos que habitaban ese pas desde tiempos prehistricos, y su cultura derivaba de otras culturas autctonas anteriores (como la de los chimes, los huaris y la de Tiahuanaco), que haban sido predominantes en la zona siglos antes. Coincidi que los incas eran los que estaban en el poder en el momento en que los espaoles pisaron por primera vez sus tierras y descubrieron su avanzada civilizacin, que les asombr tanto como a Hernn Corts dej deslumbrado la civilizacin azteca de Mxico. Por va de los cronistas, testigos directos de este Nuevo Mundo, en poco tiempo en el Viejo Mundo se supo y se habl de los incas, habitantes de un pas de legendarias riquezas llamado Bir. La asociacin incas-Per qued indeleblemente grabada en el imaginario colectivo y se obviaron por desconocimiento las muchas y poderosas culturas precedentes alguna de las cuales (como la de Caral) es coetnea de las pirmides de Egipto que hicieron de esta tierra una de las cunas de la civilizacin. La cultura incaica era solo la ltima de ellas, heredera de todas ellas, pero fue la nica que, por estar viva, conocieron y dieron a conocer los recin llegados. Indice de textos La sociedad inca estaba fuertemente jerarquizada. En la cspide de la pirmide, el emperador, que ejerca el poder civil y el poder religioso, no solo gobernaba 'por derecho divino' sino que se le consideraba descendiente directo del dios-sol, y como a tal se le renda culto a lo largo de su vida. Rega el imperio con la colaboracin de una lite de nobles, e impona su autoridad con mano dura, recurriendo si era necesario a drsticas medidas de represin. Casi todos sus sbditos eran campesinos agricultores, que producan su propia comida y tejan sus propios vestidos, siendo cada familia autosuficiente. Existan tambin terrenos de cultivo comunales para el suministro del gobierno central y las autoridades regionales, as como para el mantenimiento de los centros ceremoniales. Los campesinos trabajaban estos terrenos como una forma de tributo, y mantenan intactas las cosechas de sus propios campos. La economa del Estado inca estaba basada fundamentalmente en la agricultura. Se calcula que los incas cultivaron cerca de setenta especies vegetales: numerosas variedades de patatas se considera al Per como el pas de origen de la patata, maz, coca, aj, algodn, tomates, calabazas, cacahuetes, camotes (una especie de batata), quina (una especie de cereal), etc. Debido a la escasa fauna andina, la ganadera tuvo menos desarrollo. El pastoreo y la cra de animales domsticos complementaban los recursos de la poblacin. Sus rebaos eran de llamas y alpacas; utilizaban las llamas como bestias de carga y las alpacas como fuente de alimentos y lana. La vicua era tambin muy apreciada. En sus hogares se criaban patos y cuyes (o conejillos de Indias, considerados un manjar), y se domesticaban perros. Sus vestidos eran tejidos con algodn o lana de llama y alpaca. Disciplinas como la tecnologa agrcola y la arquitectura alcanzaron un extraordinario nivel entre los incas. Sus ciudades, templos, fortalezas, calzadas y sistemas de regado dejaron abundantes vestigios por todo el Per, que hoy podemos seguir admirando, muchos de ellos en tan buen estado de conservacin que sera impropio calificarlos de ruinas. De hecho, algunas ciudades construidas por los incas an estn habitadas (vase Ollantaytambo), y algunas de sus infraestructuras para la irrigacin de los campos, con su complejo sistema de fuentes, canalizaciones y bancales aterrazados, estn todava en funcionamiento (vase Tipn). Si constatamos que los incas desconocan el hierro, la rueda, el arado y la traccin animal, hay que reconocerles doble mrito en sus realizaciones. Desde su capital en Cuzco irradiaba en todas direcciones una red de calzadas bien pavimentadas que conectaba los ms distantes puntos del imperio atravesando valles y montaas, trazadas con frecuencia al borde de vertiginosos precipicios y salvando los abismos por medio de puentes colgantes. Un sistema de postas situadas a intervalos regulares, con relevos de corredores, posibilitaba que cualquier mensaje u objeto a enviar recorriera grandes distancias en muy pocos das. Aunque las gigantescas obras pblicas de los incas fueron, en su mayor parte, borradas por el tiempo o por la mano de los usurpadores, restan an, dibujadas en la cordillera de los Andes, las interminables terrazas que permitan y todava permiten cultivar las laderas de las montaas. Un tcnico norteamericano estimaba, en 1936, que si en ese ao se hubieran construido, con mtodos modernos, esas terrazas, hubieran costado unos treinta mil dlares por acre. Las terrazas y los acueductos de irrigacin fueron posibles, en aquel imperio que no conoca la rueda, el caballo ni el hierro, merced a la prodigiosa organizacin y a la perfeccin tcnica lograda a travs de una sabia divisin del trabajo, pero tambin gracias a la fuerza religiosa que rega la relacin del hombre con la tierra que era sagrada y estaba, por lo tanto, siempre viva. (Eduardo Galeano. Las venas abiertas de Amrica Latina) Indice de textos Esas fortalezas y centros ceremoniales, esas gigantescas construcciones de sillares ciclpeos que nos hacen sentir a su lado como liliputienses, no fueron erigidas por cclopes ni por gigantes, sino por hombres que ni siquiera disponan de herramientas de hierro. A la sensacin de esfuerzo sobrehumano que nos suscita la contemplacin de tales moles se suma el asombro al comprobar la pericia tcnica con que estn ensambladas entre s las piezas de ese descomunal puzzle, todas distintas, todas moldeadas en formas poligonales irregulares, pero que se acoplan unas a otras al milmetro. Entrantes y salientes, ngulos cncavos y convexos, quedan perfectamente machihembrados, no dejando ni la menor rendija entre piedra y piedra. Por las juntas, como se suele decir, "no cabe ni un alfiler". Las piedras estn encajadas en seco, sin utilizar ningn tipo de mortero o argamasa. Algunos de estos sillares, como ocurre en la calle Hatum Rumiyoc de Cuzco, pueden llegar a tener hasta doce ngulos en el permetro de su cara externa (foto005). No cabe duda de que muros aparejados en tan compacta trabazn tienen que contarse entre las construcciones ms slidas que el ser humano haya levantado en el planeta. Y ah los vemos en pie, prcticamente inclumes, habiendo resistido los embates de devastadores terremotos y sobrevivido incluso a los desmanes de los conquistadores espaoles. Siendo los Andes del Per una zona de gran actividad ssmica, se comprende la utilizacin sistemtica por parte de los arquitectos incas de la tcnica constructiva descrita, y de otras como la inclinacin en talud de la mayora de los muros, concebidas todas ellas con el fin de dotar de mayor solidez y estabilidad a los edificios, hacindolos ms resistentes a los sesmos. A menudo las hiladas de sillares se imbrican en grandes peascos naturales, como si fueran su prolongacin, acoplndose al perfil irregular de la roca (foto107). Estas frmulas constructivas llegan a convertirse en rasgos de estilo de la arquitectura inca: vemos as que casi todos los vanos, puertas, ventanas y hornacinas adoptan una forma trapezoidal, con las jambas inclinadas formando ngulo y con los dinteles (monolticos) ms cortos que los umbrales (foto046). Las viviendas estaban hechas con basamentos de piedra y paredes de adobe. Los tejados eran de vigas de madera (foto118) y cubierta de paja, sujeta con cuerdas a los solivos. A veces las casas estn construidas en pronunciadas pendientes de las laderas montaosas, y en tales casos se aprovechaba el contraterreno en que estaban apoyadas para levantar dos alturas, cada piso con entrada independiente a distintos niveles de la ladera (foto064). Las obras de escultura que nos han llegado de los incas son ms bien escasas, lo cual resulta extrao si tenemos presente la extraordinaria destreza tcnica de que hicieron alarde en el tallado de sillares para sus realizaciones arquitectnicas. Y no es que no hubiera precedentes en esta materia. Comparados con la riqueza escultrica de otras culturas antiguas de Mesoamrica como la de los olmecas, los mayas, los toltecas o los aztecas, o de culturas preincaicas como la de Chavn de Huntar o Tiahuanaco en los territorios del imperio inca en Sudamrica, los templos, palacios y fortalezas incas contrastan por su extrema austeridad de lneas y su desnudez iconogrfica. Se sabe que el arte de la orfebrera estaba muy avanzado, pero, saqueadas como fueron, primero por los conquistadores espaoles y ms tarde por los expoliadores de ruinas, son contadas las estatuillas incas de oro y plata que han llegado hasta nuestros das. La temtica de las esculturas suele limitarse a representaciones zoomorfas, generalmente en bajorrelieve, de camlidos (como llamas, alpacas y vicuas), aves (foto116), felinos (foto191), ofidios (foto186) y simios (foto192). Estos iconos tenan un sentido simblico. Hacan referencia a los tres mundos de la cosmovisin inca: el cielo, la tierra y el inframundo. Los cndores y otras aves que surcaban el cielo eran los mensajeros entre los dioses y los hombres. Los pumas dominaban la superficie de la tierra. Las serpientes eran seres que se comunicaban con el mundo subterrneo. Son muy infrecuentes las figuras humanas, que s aparecen algunas veces en la cermica y en la manufactura textil. Entre los pocos ejemplares de esculturas incas que se pueden ver in situ mencionaremos los animales en relieve de las chullpas (torres-tumba) que se levantan cerca del lago Titicaca. En general el arte inca recoga y sintetizaba diversas aportaciones de las culturas andinas precedentes, imprimindoles un estilo propio que se caracterizaba por la sobriedad y simplificacin de los motivos iconogrficos, con una concepcin esttica muy lineal y esquemtica, que daba prioridad a lo funcional sobre lo decorativo. Hemos de comentar otro aspecto curioso relacionado con la arquitectura y la escultura, como es la gran cantidad de vestigios que pudiramos calificar de 'arquitectura rupestre' que se detectan diseminados por los territorios andinos de los incas (ndices de fotos 14 y 15). En enclaves como Sacsahuamn, Qenqo o Chinchero, entre los restos de edificios incas construidos con sillares, abundan las rocas y peascos naturales de caliza, y muchos de ellos han sido parcialmente cincelados para crear escaleras, tneles, nichos, bancadas, repisas, plataformas, cisternas... de las ms variadas formas y tamaos. Habiendo desaparecido otros elementos constructivos, probablemente de madera, que las complementaran y que podran aportar pistas, es difcil interpretar para qu servan estas tallas rupestres. Se habla de tronos y de altares para ceremonias, pero nada hay probado, y la funcin que en realidad tenan permanece de momento envuelta en el misterio. Indice de textos Los incas no conocan la escritura. Llama la atencin esta carencia, dado que la escritura (por el sistemas de glifos) era ampliamente utilizada desde siglos atrs por otras civilizaciones de la Amrica precolombina, como la de los olmecas, los mayas y los aztecas, que florecieron en Centroamrica y Mxico. No fue as en Amrica del Sur. Su literatura era de tradicin oral. La historia de sus antepasados, sus leyendas y mitos, eran memorizados y transmitidos de generacin en generacin por los llamados 'recordadores'. Ni entre los incas ni en las culturas preincaicas del Per se han hallado cdices de ningn tipo, y los muros de los edificios incas estn desnudos de inscripciones que puedan arrojar la ms pequea luz sobre su historia. Algunos estudiosos sostienen que los complicados dibujos de los tejidos prehispnicos encierran alguna clase de cdigo semntico que los acerca a cierta forma de escritura grfica; pero, de ser as, nadie hasta ahora ha descifrado ese lenguaje. Sin embargo, los incas s tenan un mtodo de registro para los nmeros, con un sistema de base decimal en que las cifras eran representadas con puntos marcados en un casillero. Tenan tambin un original sistema de contabilidad, que llevaban a cabo con un artilugio llamado quipu. El quipu consista esencialmente en un cordn a lo largo del cual iban atados por sus extremos unos hilos que colgaban paralelos, algunos de colores. Mediante una intrincada combinacin de nudos a distintas alturas de los hilos, y de entrelazamientos entre los distintos hilos, se podan registrar eventos y transmitir mensajes muy precisos de temas econmicos, fechas de calendario y otras cuestiones. Los colores posean tambin distintos significados: por ejemplo el amarillo haca referencia al oro. No obstante, esos mensajes solo podan ser codificados y decodificados por especialistas que posean los secretos del cdigo: los llamados quipu-camayoc. Este conocimiento se extingui tras la conquista de los espaoles, y hoy no sabemos leer los secretos que encierran los quipus encontrados en las excavaciones. La ausencia de fuentes epigrficas ha dado como resultado que no se conozca con exactitud la cronologa de las civilizaciones prehispnicas de Amrica del Sur (a diferencia de lo que ocurre con los mayas, de los que se sabe, fechados como estn segn su calendario, hasta el ao, el mes y el da de inauguracin de sus distintos monumentos). Solo las investigaciones arqueolgicas han permitido fijar con cierto grado de aproximacin la secuencia cronolgica de las distintas culturas que precedieron en Per a la de los incas: las llamadas culturas Caral, Chavn, Cupisnique, Paracas, Huaraz, Salinar, Pucar, Vics, Vir, Moche, Casma, Lima, Nazca, Cajamarca, Recuay, Tiahuanaco, Huarpa, Huari, Sicn, Chim, Chancay, Chincha, Churajn, Chiribaya, Arica, Chachapoya... (La enumeracin no es exhaustiva). De los incas sabemos mucho ms gracias a los informes de los cronistas que conocieron de primera mano su civilizacin, aunque hay que dejar constancia de que su versin fue muy sesgada en la mayora de los casos, ya que, obviamente, reflejaban el punto de vista de los conquistadores y no el de los conquistados. Una excepcin notable es la personalidad de fray Bartolom de las Casas (1484-1566), que se atrevi a redactar un escrito dirigido al rey de Espaa para denunciar las barbaridades cometidas por los espaoles en 'las Indias'. Algunos relatos de transmisin oral de los incas fueron recogidos en libros por los cronistas 'cholos' mestizos de incas y espaoles, como el escritor Felipe Guamn Poma de Ayala (autor tambin de 400 dibujos que constituyen una valiosa documentacin grfica sobre la vida de los incas), y sobre todo el escritor Garcilaso de la Vega el Inca, natural de Cuzco, hijo de un espaol y una princesa inca, contemporneo de Cervantes y Shakespeare (los tres escritores murieron en 1616), que, en sus Comentarios reales, dej escrita en un espaol de excelente calidad literaria una historia de los incas basada en fuentes orales quechuas. Siendo ya yo de diez y seis o diez y siete aos, acaeci que estando mis parientes un da en esta su conversacin, hablando de sus reyes y antiguallas, al ms anciano dellos, que era el que me daba cuenta dellas, le dije: "Inca, to, pues no hay escritura entre vosotros, que es la que guarda la memoria de las cosas pasadas, qu noticias tenis del origen y principio de nuestros reyes? Porque all los espaoles, y las otras naciones sus comarcanas, como tienen historias divinas y humanas, saben por ellas cundo empezaron a reinar sus reyes y los ajenos, y el trocarse unos imperios en otros, hasta saber cuntos mil aos ha que Dios cri el cielo y la tierra, que todo esto y mucho ms saben por sus libros. Empero vosotros, que carecis dellos, qu memoria tenis de vuestras antiguallas? Quin fue el primero de nuestros Incas? Cmo se llam? Qu origen tuvo su linaje? De qu manera empez a reinar? Con qu gente y armas conquist este gran imperio? Qu origen tuvieron nuestras hazaas?". El Inca, como que holgndose de haber odo las preguntas, por el gusto que reciba de dar cuenta dellas, se volvi a m (que ya otras muchas veces le haba odo, mas ninguna con la atencin que entonces), y me dijo: "Sobrino, yo te las dir de muy buena gana; a ti te conviene orlas y guardarlas en el corazn" (es frase dellos por decir en la memoria). (Garcilaso de la Vega el Inca. Comentarios reales) Indice de textos La religin de los incas consista en una combinacin de creencias animistas, rituales fetichistas y culto a las potencias de la naturaleza, escenificada en complejas ceremonias y muy influida por las prcticas religiosas de los pueblos preincaicos. Tenan orculos, y estaba extendida la prctica de la adivinacin como requisito previo para emprender cualquier proyecto. La astronoma desempeaba un papel importante en su cosmovisin. Los incas estudiaban los movimientos de los astros por medio de observatorios construidos al efecto. Se regan por un calendario dividido en meses lunares de 30 das. El dios supremo era Inti (el Sol), pero los incas rendan culto tambin a otras divinidades, como Viracocha, el dios creador, Apu Illapu, el dios de la lluvia, Mama-Killa, la madre luna (consorte del dios-sol), o Pacha-Mama, la madre tierra. La religin del dios-sol era impuesta como oficial en todos los territorios anexionados por los incas en su expansin. Los templos y centros ceremoniales, en los que en ocasiones sealadas se celebraban sacrificios animales y humanos (a veces de nios), eran atendidos por una casta de sacerdotes (llamados umu), asistidos por ayudantes, y por las llamadas aclla cuna, Mujeres Escogidas. En la cspide de la escala jerrquica haba un sumo sacerdote (Villac umu), procedente de la nobleza, que ejerca sus funciones de forma vitalicia desde el Cuzco y rivalizaba en poder con el Inca. Una vez al mes se celebraban festivales religiosos, coincidentes con los ciclos agrcolas, con msica, cnticos y danzas, donde los participantes llegaban a entrar en trance y beban ritualmente (chicha, ayahuasca y otras sustancias) hasta caer en estados de embriaguez. Los incas crean en un ms all. Quienes haban vivido en esta tierra conforme al precepto ama sua, ama llulla, ama chela ("no robar, no mentir, no ser holgazn") tenan asegurada una vida eterna al calor del dios-sol. Los incas y otros pueblos prehispnicos cuidaban de sus difuntos, que eran momificados, ataviados con lujosas telas e inhumados con sus armas, joyas y otras pertenencias, la momia embutida a veces en un gran cntaro de cermica policromada, en estancias subterrneas o (en la regin del lago Titicaca) en tumbas en forma de torre (chullpas), lugares adonde peridicamente se les llevaba maz, coca y otros alimentos, pues no se les consideraba muertos. Un cronista espaol escribi: "Estas grandes tumbas son tan numerosas que ocupan ms espacio que las casas de los vivos". Indice de textos

Con la cruz y con la espada La llegada al Per de los conquistadores espaoles bajo el mando de Francisco Pizarro marc el comienzo del eclipse de la floreciente civilizacin inca, que en pocos aos qued truncada para siempre. Pizarro se encontr con que aquel vasto imperio se hallaba dividido por una reciente guerra civil entre las tropas del rey inca Huscar y las de su hermano Atahualpa, que lleg a arrebatarle el trono y darle muerte. Como haba hecho Corts en Mxico, Pizarro aprovech en beneficio suyo las disensiones internas de los incas, alindose tcticamente con uno u otro bando para derrotar al bando rival, y a la postre someterlos a todos. As se explica que un contingente relativamente escaso de hombres pudiera vencer a los ejrcitos incas, cuantitativamente muy superiores a los espaoles. A ello ayud tambin el uso de espadas y lanzas de hierro, as como armas de fuego, frente a las que poco podan hacer las rudimentarias armas de los incas. Y el empleo de caballos, animal hasta entonces desconocido en aquellas tierras. Las masacres, torturas y ejecuciones arbitrarias perpetradas por los invasores cristianos sobre los indgenas 'paganos' se sucedieron sin interrupcin. El rey y otros personajes de la nobleza fueron destituidos. Los campesinos fueron desposedos de sus tierras y forzados a trabajar en minas a la bsqueda de los metales preciosos que el subsuelo del pas atesoraba. Las instituciones religiosas incas fueron destruidas, sus tesoros expoliados, sus dolos de oro o plata fundidos para hacer lingotes, sus esculturas de piedra martilleadas, todo ello con la excusa de la evangelizacin de los 'indios' y la extirpacin de la idolatra. Existen testimonios de primera mano de aquellas atrocidades, algunos recogidos por fray Bartolom de las Casas, el histrico defensor de los indgenas americanos, en su Brevsima relacin de la destruccin de las Indias (1552, captulo De los Grandes Reynos y Grandes provincias del Peru). He aqu algunos extractos: En el ao de mil e quinientos e treynta y uno fue otro tirano grande con cierta gente a los reynos del Peru: donde entrando (...) crescio en crueldades y matanas y robos sin fee ni verdad: destruyendo pueblos, apocando, matando las gentes dellos, e siendo causa de tan grandes males que han sucedido en aquellas tierras: que bien somos ciertos que nadie bastara a referillos y encarecellos. De infinitas hazaas sealadas en maldad y crueldad, en estirpacion de aquellas gentes cometidas por los que se llaman Christianos: quiero aqui referir algunas pocas que un frayle de sant Francisco a los principios vido. Primeramente yo soy testigo de vista y por experiencia cierta conosci y alcance: que aquellos yndios del Peru, es la gente mas benivola que entre los yndios se ha visto: y allegada e amiga a los christianos. Y vi que ellos davan a los espaoles en abundancia oro y plata e piedras preciosas y todo quanto les pedian, que ellos tenian: e todo buen servicio: e nunca los yndios salieron de guerra sino de paz: mientras no les dieron ocasion con los malos tractamientos e crueldades: antes los rescebien con toda benivolencia y honor en los pueblos a los espaoles: y dandoles comidas e quantos esclavos y esclavas pedian para servicio. Ytem que los espaoles recogieron mucho numero de yndios y los encerraron en tres casas grandes, quantos en ellas cupieron: e pegaronles fuego y quemaronlos a todos sin hazer la menor cosa contra espaol ni dar la menor causa. Y acaescio alli que un clerigo que se llama ocaa: saco a un muchacho del fuego en que se quemava: y vino alli otro espaol y tomoselo de las manos: y lo echo en medio de las llamas: donde se hizo ceniza con los de mas. Ytem yo afirmo que yo mesmo vi ante mis ojos a los espaoles cortar manos, narizes y orejas a yndios e yndias sin proposito: sino porque se les antojava hazerlo: y en tantos lugares y partes que seria largo de contar. E yo vi que los espaoles les echavan perros a los yndios para que los hiziessen pedaos: e los vi assi aperrear a muy muchos. Assi mesmo vi yo quemar tantas casas e pueblos: que no sabria dezir el numero segun eran muchos. Assi mesmo es verdad que tomavan nios de teta por los braos y los echavan arrojadizos quanto podian, e otros desafueros y crueldades sin proposito: que me ponian espanto con otras innumerables que vi que serian largas de contar. E segun dios e mi conciencia en quanto yo puedo alcanar no por otra causa: sino por estos malos tractamientos como claro parece a todos: se alaron y levantaron los yndios del Peru y con mucha causa que se les ha dado. Porque ninguna verdad les han tractado, ni palabra guardado: sino que contra toda razon e injusticia tiranamente los han destruydo con toda la tierra: haziendoles tales obras que han determinado antes de morir que semejantes obras sufrir. (Bartolom de las Casas. Brevsima relacin de la destruccin de las Indias) Indice de textos Es muy conocido el episodio del encuentro en Cajamarca del rey inca Atahualpa con Francisco Pizarro. Los espaoles atacaron a las tropas del Inca, que, por haber acudido en misin diplomtica, iban desarmadas, dando muerte a 20.000 soldados. Segn la versin tradicional, Atahualpa fue hecho prisionero y Pizarro le acus de ocultar un tesoro, asesinar a su hermano Huscar y conspirar contra la corona espaola. Atahualpa ofreci pagar, a cambio de su liberacin, un rescate consistente en llenar dos estancias de plata y una de oro "hasta donde alcanzara su mano". El prisionero cumpli su palabra enviando una orden a todo el imperio de que se trasladase la mayor cantidad posible de oro y plata a Cajamarca. De nada le sirvi, pues los espaoles, tras apropiarse del rescate, incumplieron su parte del trato y no solo no lo liberaron sino que lo sentenciaron a muerte. Los cargos: idolatra, fratricidio, poligamia e incesto. Atahualpa fue ejecutado el 26 de julio de 1533. Pocos dias despues viniendo el rey universal y emperador de aquellos reynos que se llamo Atabaliba con mucha gente desnuda y con sus armas de burla, no sabiendo como cortavan las espadas y herian las lanas y como corrian los cavallos, e quien eran los espaoles (que si los demonios tuvieren oro los acometeran para se lo robar) llego al lugar donde ellos estavan diziendo: donde estan essos espaoles salgan aca que no me mudare de aqui: hasta que me satisfagan de mis vassallos que me han muerto y pueblos que me han despoblado: e riquezas que me han robado. Salieron a el, mataronle infinitas gentes, prendieronle su persona que venia en unas andas: y despues de preso tractan con el que se rescatasse: promete de dar quatro millones de castellanos y de quinze: y ellos prometenle de soltalle: pero al fin no guardandole la fee ni verdad (como nunca en las yndias con los yndios por los espaoles se ha guardado) (...) lo condenaron a quemar bivo: aunque despues rogaron algunos al capitan que lo ahogassen, y ahogado lo quemaron. Sabido por el, dixo: porque me quemays que os he hecho? No me prometistes de soltar dandoos el oro? no os di mas de lo que os prometi? (...) e otras muchas cosas que dixo para gran confusion y detestacion de la gran injusticia de los espaoles: y en fin lo quemaron. (Bartolom de las Casas. Brevsima relacin de la destruccin de las Indias) Diez mil peruanos caenbajo cruces y espadas, la sangremoja las vestiduras de Atahualpa.Pizarro, el cerdo cruel de Extremadura,hace amarrar los delicados brazosdel Inca. La noche ha descendidosobre el Per como una brasa negra.(Pablo Neruda. Canto general. Los conquistadores) Indice de textos Fue as como en poco menos de cuarenta aos, no sin tener que aplastar en el intervalo una formidable insurreccin de los indgenas, los espaoles convirtieron el imperio inca en una colonia de Espaa, bajo la forma de virreinato. El dios del sol de la civilizacin inca experiment un eclipse total: su culto fue abolido. El rey de Espaa, a la sazn el emperador Carlos V, fue declarado rey de los incas, sucesor del ltimo Inca, con el propsito de hacer creer que no se haba producido ninguna ruptura en la dinasta y el trono haba sido legtimamente heredado. En consecuencia, los sucesivos reyes espaoles, tanto los Austrias como los Borbones, fueron tambin considerados emperadores Incas. En el Museo Larco de Lima se exhibe un significativo lienzo de estilo colonial que representa la Cpac Cuna Inca o Genealoga de los Incas: el cuadro muestra una sucesin cronolgicamente ordenada de retratos de los reyes Incas, desde Manco Cpac hasta Atahualpa, seguida sin interrupcin por una sucesin de retratos de los reyes espaoles, desde Carlos I de Espaa y V de Alemania, que aparece como el inmediato sucesor de Atahualpa, hasta Carlos IV de Borbn, que figura como el 25 emperador Inca del Per. Hacia 1569, bajo la administracin del virrey Francisco de Toledo, la situacin del Per se haba estabilizado, y la paz y el orden restablecidos. La inveterada estructura jerrquica del imperio inca haba sido desarticulada y sustituida por pequeas jerarquas locales. La sed de oro de los colonizadores hizo mutar la economa agrcola en una economa basada sobre todo en la minera, redistribuyndose la poblacin en centros urbanos de nuevo cuo, donde se reclut por la fuerza a millares de indgenas para trabajar en las minas. El ejemplo ms emblemtico es Potos, en la actual Bolivia (ver foto en la exposicin de fotoAleph 'Bolivia. Entre la tierra y el cielo'). Muchos nativos emigraron hacia el este para evitar ser deportados a las minas o para escapar del rgimen colonial. La conquista rompi las bases de aquellas civilizaciones. Peores consecuencias que la sangre y el fuego de la guerra tuvo la implantacin de una economa minera. Las minas exigan grandes desplazamientos de poblacin y desarticulaban las unidades agrcolas comunitarias; no slo extinguan vidas innumerables a travs del trabajo forzado, sino que adems, indirectamente, abatan el sistema colectivo de cultivos. Los indios eran conducidos a los socavones, sometidos a la servidumbre de los encomenderos y obligados a entregar por nada las tierras que obligatoriamente dejaban o descuidaban. En la costa del Pacfico los espaoles destruyeron o dejaron extinguir los enormes cultivos de maz, yuca, frijoles, pallares, man, papa dulce; el desierto devor rpidamente grandes extensiones de tierra que haban recibido vida de la red incaica de irrigacin. Cuatro siglos y medio despus de la conquista slo quedan rocas y matorrales en el lugar de la mayora de los caminos que unan el imperio. (Eduardo Galeano. Las venas abiertas de Amrica Latina)

Por si no fueran suficientes sus males, todava les toc a los nativos sufrir otra calamidad, an ms catastrfica. Los ocupantes espaoles haban portado consigo grmenes del Viejo Mundo que no existan en la Amrica precolombina. Las plagas de viruela y otras enfermedades infecciosas se propagaron como la plvora, causando estragos entre los indgenas y diezmando su poblacin en un nmero an mayor de lo que haban hecho las armas de los conquistadores. Segn el marqus de Barinas, entre Lima y Paita, donde haban vivido ms de dos millones de indios, no quedaban ms que cuatro mil familias indgenas en 1685. El arzobispo Lin y Cisneros negaba el aniquilamiento de los indios: "Es que se ocultan deca para no pagar tributos, abusan de de la libertad de que gozan y que no tenan en la poca de los incas". (Eduardo Galeano. Las venas abiertas de Amrica Latina) Indice de textos Los descendientes de los incas son los actuales campesinos de las montaas de los Andes, ms o menos mestizados, generalmente llamados cholos, que hablan sobre todo las lenguas quechua y aimara, y que comprenden casi la mitad de la poblacin del Per. Conservan muchas de sus antiguas tradiciones, pero su cultura va asimilando poco a poco las costumbres occidentalizadas de los costeos. Su religin mayoritaria es una especie de catolicismo sincretizado con creencias y ritos de la poca prehispnica. Por ejemplo, Dios sigue siendo identificado con el Sol y la Virgen Mara es identificada con Pacha-Mama, la madre tierra. Se les distingue por sus rasgos fsicos: corta estatura, cabello negro y lacio, rostro barbilampio, nariz aguilea, amplia caja torcica. Las mujeres suelen lucir multicolores vestidos de corte tradicional, que perpetan las antiqusimas y sofisticadas tcnicas textiles de los pueblos prehispnicos, adaptndolas a diseos venidos de Espaa. Los turistas adoran fotografiar a los indgenas del altiplano vestidos con sus ropas tpicas. Pero ignoran que la actual vestimenta indgena fue impuesta por Carlos III a fines del siglo XVIII. Los trajes femeninos que los espaoles obligaron a usar a las indgenas eran calcados de los vestidos regionales de las labradoras extremeas, andaluzas y vascas, y otro tanto ocurre con el peinado de las indias, raya al medio, impuesto por el virrey Toledo. No sucede lo mismo con el consumo de coca, que no naci con los espaoles; ya exista en tiempos de los incas. La coca se distribua, sin embargo, con mesura; el gobierno incaico la monopolizaba y slo permita su uso con fines rituales o para el duro trabajo en las minas. Los espaoles estimularon agudamente el consumo de coca. Era un esplndido negocio. (...) Cuatrocientos mercaderes espaoles vivan, en el Cuzco, del trfico de coca; en las minas de plata de Potos entraban anualmente cien mil cestos, con un milln de kilos de hojas de coca. La iglesia extraa impuestos de la droga. El inca Garcilaso de la Vega nos dice, en sus "comentarios reales", que la mayor parte de la renta del obispo y de los cannigos y dems ministros de la iglesia del Cuzco provena de los diezmos sobre la coca, y que el transporte y venta de este producto enriquecan a muchos espaoles. Con las escasas monedas que obtenan a cambio de su trabajo, los indios compraban hojas de coca en lugar de comida: masticndolas, podan soportar mejor, al precio de abreviar la propia vida, las mortales tareas impuestas. (Eduardo Galeano. Las venas abiertas de Amrica Latina) Coca! Epopeya del Araucanoque al indio triste torna espartano. Mordi Pizarro tu fibra duray se hizo uno con su armadura. (Ramn del Valle-Incln. La pipa de kif) Desterrados en su propia tierra, condenados al xodo eterno, los indgenas de Amrica Latina fueron empujados hacia las zonas ms pobres, las montaas ridas o el fondo de los desiertos, a medida que se extenda la frontera de la civilizacin dominante. Los indios han padecido y padecen sntesis del drama de toda Amrica Latina la maldicin de su propia riqueza. (Eduardo Galeano. Las venas abiertas de Amrica Latina) Indice de textos

Las ciudades de los incas Cuzco, la capital del imperio La principal ciudad de los Andes del Per es la antigua ciudad de Cuzco, que antao fue la capital poltica y religiosa del imperio inca, el mayor imperio americano en el momento del descubrimiento del continente. Est situada a 3.416 m de altitud, en un frtil valle aluvial encajonado entre altas montaas y regado por el Huatanay y otros dos ros andinos. Cuzco (tambin escrito Cusco) significa en lengua quechua 'ombligo'. Los primeros vestigios de asentamientos humanos hallados por la arqueologa en el lugar datan del siglo XI, por lo que se puede aseverar que sta es la ciudad ms antigua habitada de forma ininterrumpida de todo el continente americano. Fue en el siglo XV, bajo el reinado del Inca Pachactec Yupanqui (1438-71), cuando alcanz su mximo esplendor, siendo reconstruida con la monumentalidad caracterstica de la arquitectura inca, obedeciendo a un trazado urbano de estructura ortogonal, con las calles cruzndose en ngulo recto, y edificios de slidos muros de piedras sillares de granito o andesita, a veces de aparejo ciclpeo. El centro de la ciudad qued reservado a los edificios con funciones administrativas y religiosas, y estaba rodeado por reas claramente delimitadas para la produccin agrcola, artesanal e industrial. La reconstruccin dur veinte aos y en las obras supuestamente se emplearon 50.000 trabajadores. Los ciudadanos fueron temporalmente desalojados para que no obstaculizaran la nueva planificacin urbanstica. Pachactec (a quien tambin se atribuye la construccin de Machu Picchu) y su hijo y sucesor Tpac Yupanqui (1471-93) pusieron en marcha un ambicioso proyecto de remodelacin de todo el valle de Cuzco para el incremento y mejora de la produccin agrcola. Se crearon presas y embalses, los ros fueron canalizados, el suelo del valle fue nivelado y se aterrazaron las laderas de las colinas circundantes. El Estado inca promovi parecidas obras pblicas en otros muchos lugares del imperio. La observacin de la planta general de la ciudad incaica de Cuzco revela que est conformada como si fuese la figura de un puma tendido: la cabeza del puma coincide con la fortaleza de Sacsahuamn y la cola del felino se corresponde con la confluencia de los ros Huatanay y Tullumayo, en una zona conocida como Pumac Chupan ('cola del puma'). El puma era un animal de marcado carcter simblico para los incas. Encarnaba las nociones de fuerza, poder y dominio sobre la tierra, y no es improbable que Pachactec ordenara la peculiar disposicin urbanstica del Cuzco para dotar de tales atributos al centro neurlgico y principal sede de poder del imperio. Pero el puma fue abatido por arcabuces. Las fuerzas de Francisco Pizarro ocuparon y saquearon el Cuzco en 1533, extirpando las estructuras de poder del Inca e implantando un gobierno municipal propio. Los ocupantes y sus sucesores respetaron en gran parte el trazado urbano ortogonal de Cuzco, tan curiosamente prximo a las ideas del urbanismo renacentista, y se limitaron a destruir los edificios cargados de simbolismo poltico y religioso, levantando sobre sus restos iglesias y palacios, a la mayor gloria de Espaa y del catolicismo. El Huacaypata, corazn del imperio inca, bordeado por los palacios de Pachactec, Viracocha y Huayna Cpac, fue transformado en lo que es hoy la Plaza de Armas (que siglos ms tarde iba a ser escenario de la ejecucin del lder precursor de la independencia Tpac Amaru II). El Acllahuasi (o Casa de las Mujeres Escogidas) fue demolido para construir en su lugar el convento de Santa Catalina. El Coricancha o Templo del Sol, emplazamiento de la primera piedra de la fundacin mtica de Cuzco, fue tambin parcialmente derribado, sus tesoros expoliados, y su plataforma de base, que en tiempo de los incas estaba parcialmente revestida de placas de oro, fue utilizada como cimentacin para el convento de Santo Domingo (foto003). Antes de que Francisco Pizarro degollara al inca Atahualpa, le arranc un rescate en "andas de oro y plata que pesaban ms de veinte mil marcos de plata, fina, un milln y trescientos veintisis mil escudos de oro finsimo...". Despus se lanz sobre el Cuzco. Sus soldados crean que estaban entrando en la Ciudad de los Csares, tan deslumbrante era la capital del imperio incaico, pero no demoraron en salir del estupor y se pusieron a saquear el Templo del Sol. "Forcejeando, luchando entre ellos, cada cual procurando llevarse del tesoro la parte del len, los soldados, con cota de malla, pisoteaban joyas e imgenes, golpeaban los utensilios de oro o les daban martillazos para reducirlos a un formato ms fcil y manuable... Arrojaban al crisol, para convertir el metal en barras, todo el tesoro del templo: las placas que haban cubierto los muros, los asombrosos rboles forjados, pjaros y otros objetos del jardn". (Miguel Len-Portilla. El reverso de la conquista. Citado en Eduardo Galeano en Las venas abiertas de Amrica Latina) Pero no se perdieron todas las esquirlas de aquellas culturas rotas. La esperanza del renacimiento de la dignidad perdida alumbrara numerosas sublevaciones indgenas. En 1781 Tpac Amaru puso sitio al Cuzco. Este cacique mestizo, directo descendiente de los emperadores incas, encabez el movimiento mesinico y revolucionario de mayor envergadura. (...) Los indgenas se sumaban, por millares y millares, a las fuerzas del "padre de todos los pobres y de todos los miserables y desvalidos". Al frente de sus guerrilleros, el caudillo se lanz sobre el Cuzco. (...) Se sucedieron victorias y derrotas; por fin, traicionado y capturado por uno de sus jefes, Tpac Amaru fue entregado, cargado de cadenas, a los realistas. (...) Tpac fue sometido a suplicio, junto con su esposa, sus hijos y sus principales partidarios, en la plaza de Wacaypata, en el Cuzco. Le cortaron la lengua. Ataron sus brazos y sus piernas a cuatro caballos, para descuartizarlo, pero el cuerpo no se parti. Lo decapitaron al pie de la horca. Enviaron la cabeza a Tinta. Uno de sus brazos fue a Tungasuca y el otro a Carabaya. Mandaron una pierna a Santa Rosa y la otra a Livitaca. Le quemaron el torso y arrojaron las cenizas al ro Watanay. Se recomend que fuera extinguida toda su descendencia, hasta el cuarto grado. (Eduardo Galeano. Las venas abiertas de Amrica Latina) Indice de textos Quien explore los montes y valles de los alrededores del Cuzco se encontrar por todas partes con incontables vestigios de construcciones incas: templos, torres, calzadas, terrazas agrcolas, fuentes, presas, estanques y canales de irrigacin. En las calles del centro antiguo de Cuzco afloran por doquier las trazas de su pasado incaico. Slidos muros de bien trabados sillares, a menudo de aparejo ciclpeo, se mantienen en pie desde tiempos de los incas (foto004), y hacen las funciones de infraestructura para las casas y palacios que edificaron los colonizadores, que los utilizaron de basamentos, sin alterar apenas el trazado urbano. A pesar de que la capitalidad del virreinato de Per fue transferida a Lima en 1543, Cuzco se mantuvo durante el periodo colonial como un importante centro econmico, en un punto estratgico entre las minas de Potos y las de Huancavelica. Cuzco y su regin suministraban alimentos y ropa a los centros mineros, con lo que la ciudad acumul grandes riquezas que favorecieron su desarrollo urbanstico. En 1650, una serie de fuertes terremotos destruy por completo la urbe, que fue reconstruida en estilo barroco. Ms tarde Cuzco se convirti en un renombrado centro de produccin artstica, principalmente en pintura, escultura, joyera y ebanistera ornamental. Es muy reconocible el estilo pictrico barroco-colonial denominado de 'la escuela de Cuzco', que expandi su influencia por todo el Per. Y son tpicos los balcones de abarrocadas balaustradas y celosas de madera, finamente trabajados por los artesanos cuzqueos. Cuzco ha preservado con pocos cambios la mayor parte de sus monumentos de poca colonial, entre los que se cuentan un buen nmero de iglesias barrocas construidas por los espaoles, a menudo consideradas como las ms bellas del continente americano. La ms imponente es la catedral, fundada hacia 1550 sobre el emplazamiento del palacio del Inca Viracocha, y que fue el nico edificio que sobrevivi a los sesmos de 1650. Otras iglesias son notables por sus vistosas fachadas barrocas del llamado 'estilo mestizo', una exuberante amalgama de motivos indgenas y europeos. Del periodo colonial datan tambin numerosos conventos, monasterios, palacios, museos y la Universidad Nacional de San Antonio Abad (1692). En 1983 la ciudad de Cuzco fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Indice de textos

Fundacin mtica del Cuzco La mitologa inca atribuye la fundacin de Cuzco al Inca Manco Cpac. Tal como relata Garcilaso el Inca, "en los siglos antiguos toda esta regin de tierra que ves eran unos grandes montes y breales, y las gentes en aquellos tiempos vivan como fieras y animales brutos, sin religin, ni polica, sin pueblo ni casa, sin cultivar ni sembrar la tierra, sin vestir ni cubrir sus carnes, porque no saban labrar algodn ni lana para hacer de vestir". Inti, el dios-sol, "viendo los hombres tales, como te he dicho, se apiad, y hubo lstima dellos, y envi del cielo a la tierra un hijo y una hija de los suyos para que los doctrinasen en el conocimiento de Nuestro Padre el Sol, para que lo adorasen y tuviesen por su dios, y para que les diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres en razn y urbanidad. (...) Con esta orden y mandato puso Nuestro Padre el Sol estos dos hijos suyos en la laguna Titicaca, que est a ochenta leguas de aqu, y les dijo que fuesen por do quisiesen, doquiera que parasen a comer o a dormir, procurasen hincar en el suelo una barilla de oro, de media vara en largo y dos dedos en grueso, que les dio para seal y muestras que donde aquella barra se les hundiese, con slo un golpe que con ella diesen en tierra, all quedara el Sol Nuestro Padre que parasen y hiciesen su asiento y corte. A lo ltimo les dijo: 'Cuando hayis reducido esas gentes a nuestro servicio, los mantendris en razn y justicia, con piedad, clemencia y mansedumbre, haciendo en todo oficio de padre piadoso para con sus hijos tiernos y amados, a imitacin y semejanza ma, que a todo el mundo hago bien, que les doy mi luz y claridad para que vean y hagan sus haciendas, y les caliento cuando han fro, y cro sus pastos y sementeras; hago fructificar sus rboles, y multiplico sus ganados; lluevo y sereno a sus tiempos, y tengo cuidado de dar una vuelta cada da al mundo por ver las necesidades que en la tierra se ofrecen, para las proveer y socorrer, como sustentador y bienechor de las gentes; quiero que vosotros imitis este ejemplo como hijos mos, enviados a la tierra slo para la doctrina y beneficio de esos hombres, que viven como bestias. Y desde luego os constituyo y nombro por reyes y seores de todas las gentes que as doctrinredes con vuestras buenas razones, obras y gobierno.' Habiendo declarado su voluntad Nuestro Padre el Sol a sus dos hijos, los despidi de s. Ellos salieron de Titicaca, y caminaron al Septentrin, y por todo el camino, doquiera que paraban, tentaban hincar la barra de oro, y nunca se les hundi. As entraron en una venta o dormitorio pequeo, que est siete u ocho leguas al Medioda desta ciudad, que hoy llaman Pacarec Tampu, que quiere decir venta, o dormida, que amanece. Psole este nombre el Inca porque sali de aquella dormida al tiempo que amaneca. Es uno de los pueblos que este prncipe mand poblar despus, y sus moradores se jactan hoy grandemente del nombre, porque lo impuso nuestro Inca; de all llegaron l y su mujer, nuestra reina, a este valle de Cozco, que entonces todo l estaba hecho montaa brava. La primera parada que en este valle hicieron dijo el Inca fue en el cerro llamado Huanacauti, al Medioda desta ciudad. All procur hincar en tierra la barra de oro, la cual con mucha facilidad se les hundi al primer golpe que dieron con ella, que no la vieron ms. Entonces dijo nuestro Inca a su hermana y mujer: 'En este valle manda Nuestro Padre el Sol que paremos y hagamos nuestro asiento y morada, para cumplir su voluntad. Por tanto, reina y hermana, conviene que cada uno por su parte vamos a convocar y atraer esta gente, para los doctrinar y hacer el bien que Nuestro Padre el Sol nos manda.' (...) De esta manera se principi a poblar nuestra imperial ciudad, dividida en dos medios que llamaron Hanan Cozco, que, como sabes, quiere decir Cozco el alto, y Hurin Cozco, que es Cozco el bajo. Los que atrajo el rey quiso que poblasen a Hanan Cozco, y por esto le llamaron el alto; y los que convoc la reina, que poblasen a Hurin Cozco, y por eso le llamaron el bajo. Esta divisin de ciudad no fue para que los de la una mitad aventajasen a los de la otra mitad en exenciones y preeminencias, sino que todos fuesen iguales como hermanos, hijos de un padre y de una madre." (Garcilaso de la Vega el Inca. Comentarios reales)

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La fortaleza de Sacsahuamn Ya hemos comentado que la planta urbana incaica del Cuzco, a vista de pjaro, tena la forma de un puma. La cabeza del puma sera la 'fortaleza' de Sacsahuamn. Sacsahuamn (o Sacsayhuamn = 'halcn satisfecho' en quechua) es un gigantesco yacimiento que concentra en su recinto las ruinas ms monumentales de la antigua capital inca y sus alrededores. Como desde un nido de guilas, domina el Cuzco entero desde la cumbre de una abrupta colina que se levanta al noroeste del apretado casero de la ciudad (foto006). La llamada fortaleza, con sus plazas y edificios adyacentes, era en realidad un importante centro ceremonial, que fue comenzado a construir a mediados del siglo XV por iniciativa del Inca Pachactec, dentro de su proyecto de renovacin integral del Cuzco. Cuando llegaron los espaoles las obras estaban recin concluidas. Tras un fatigoso ascenso, en el que se deja sentir el efecto del soroche (o mal de altura: estamos a 3.600 m sobre el nivel del mar), el visitante se topa con un gigantesco amurallamiento de piedra compuesto de tres niveles escalonados de lienzos de muralla, construidos con enormes rocas talladas, algunas de las cuales pueden medir 8 metros de alto y pesar 300 toneladas (foto007). Los lienzos que delimitan la cara norte tienen un trazado en forma de zigzag, como de 'dientes de sierra', y corren paralelos ms de 500 metros (foto008). En algunos tramos alcanzan los 18 m de alto, aunque en su tiempo eran an ms elevados. Los tres niveles de la fortaleza se comunican entre s a travs de escaleras y puertas de acceso, tambin en piedra. El interior de este inmenso recinto podra acoger hasta 10.000 personas. Los megalitos que componen las murallas son autnticos peascos tallados como poliedros irregulares de distintas formas y tamaos. Y estn ensamblados los unos a los otros sin utilizar argamasa, encajando sus entrantes y salientes con tal precisin que no dejan abierta la menor rendija entre ellos. Las caras que quedan a la vista estn pulimentadas creando curvaturas que dan al conjunto un efecto de almohadillado (foto009). Aparejo ciclpeo se le llama a esta labor herclea que consigue combinar la monumentalidad con la minuciosidad, y que constituye uno de los ms identificables rasgos de estilo de la arquitectura inca. Lo ms parecido que puede verse en otros lugares del mundo son los muros de los altares de la poca arcaica de la Isla de Pascua (ver foto). Para tallar y encajar las piezas de este rompecabezas de gigantes, los canteros y constructores incas solo contaban con herramientas de piedra, adems de cuerdas, palancas y gras de madera. Se utilizaran rodillos para desplazar los megalitos, y rampas provisionales de tierra para elevarlos. De los edificios de la plataforma superior de la 'fortaleza' de Sacsahuamn, entre los que despuntaban tres grandes torreones, solo quedan los cimientos, pues fueron desmantelados por los espaoles y sus sillares reaprovechados en la ereccin de iglesias y palacios del Cuzco. Pero la triple muralla ciclpea de la base ha resistido el paso de los siglos, las sacudidas de los terremotos, las actividades depredadoras de los humanos, y sigue en su mayor parte en pie, provocando con su abrumadora mole el asombro de todo aquel que la contempla. Indice de textos Dado que los reyes incas con sede en Cuzco no teman ataques inmediatos de enemigos exteriores, pues ellos eran los que conquistaban y sometan los reinos circundantes, y dado que las fronteras del imperio estaban adecuadamente defendidas por fortificaciones estratgicas, qu sentido tiene la existencia de una fortaleza de tan colosales dimensiones, construida con sillares megalticos, vigilando desde las alturas el bien resguardado corazn del imperio? Se cree que sus funciones tal vez no fueran solamente defensivas. Por los restos despejados en las excavaciones se deduce que Sacsahuamn sera ms bien una casa real o centro consagrado al culto al dios-sol, donde se celebraran ceremonias colectivas y se practicaran sacrificios. El gigantesco edificio desempeara al mismo tiempo un papel simblico, como una demostracin de la fuerza y podero del imperio incaico. Sacsahuamn fue descrito por primera vez por el cronista Pedro Sancho de la Hoz, que en 1534 afirm que ninguno de los edificios construidos por Hrcules o por los romanos son tan dignos de verse como ste. En 1536, casi tres aos despus de la entrada de Pizarro en el Cuzco, Sacsahuamn fue escenario de una de las ms cruentas batallas de la conquista espaola. El rebelde Inca Manco Yupanqui encabez una insurreccin de los aborgenes contra los invasores y reconquist el sitio de Sacsahuamn, convirtindolo en base de operaciones para atacar a los espaoles instalados en Cuzco. Estuvo a punto de derrotarlos, pero un contraataque dirigido por Juan Pizarro, hermano de Francisco, logr recuperar la 'fortaleza' y aniquilar la rebelin. Hubo miles de muertos, aunque el Inca Manco logr sobrevivir, refugindose en Vilcabamba. El yacimiento de Sacsahuamn incluye otras reas arqueolgicas, adems de la fortaleza, que van saliendo poco a poco a la luz con las excavaciones. Aunque solo se ha excavado el 20% del sitio, resulta evidente por los numerosos restos arquitectnicos desbrozados que en estas praderas y riscos se levantaba una amplia ciudad, con sus barrios de viviendas, plazas, baluartes, torreones, calzadas, depsitos de agua y acueductos. Una de las plazas tena forma circular, con un gradero que recuerda a un anfiteatro. En lo alto de la pea conocida como Sunchuna o Rodadero, de curiosas formaciones geolgicas, se ven esculpidas en el suelo de roca unas concavidades en forma de bancadas a las que llaman el 'Trono del Inca'. Un poco ms al norte, en una zona conocida como Chincana, se detectan otras muchas tallas rupestres cinceladas en un caos de rocas (foto168). Aqu y all se descubren cmaras, nichos, escaleras, bancadas, techos escalonados y otros elementos labrados en los peascos, de enigmtico cometido. Hay tambin otro trono del Inca, y tres asientos que, dicen, eran para centinelas. No lejos de all, en la agreste zona rocosa llamada Chincana Chica, las labores rupestres llegan al punto de perforar tneles, cuevas y habitculos que se comunican entre s por pasadizos y pequeos desfiladeros naturales y artificiales, creando en conjunto un autntico laberinto subterrneo (foto171). Indice de textos Qenqo. Un santuario rupestre Un par de kilmetros al este de Sacsahuamn, semioculto entre bosques de eucaliptos, existe otro laberinto de piedra. Se trata de un conjunto de afloramientos de roca caliza, a los que la erosin del agua de lluvia ha moldeado con las ms caprichosas formas, configurando un atormentado relieve de profundas grietas y afiladas aristas: lo que en trminos geolgicos se conoce como un karst. A la accin escultrica del agua se sum la de la mano del hombre, pues los incas cincelaron parcialmente estos promontorios para crear un intrincado ddalo de pasadizos, hornacinas, escaleras, oquedades y cmaras subterrneas, con una red de canales para drenar el agua, que hace de este lugar uno de los ms sugestivos y enigmticos yacimientos arqueolgicos de los alrededores del Cuzco (foto013). Qenqo en lengua quechua significa 'zigzag'. El trmino parece hacer referencia a un pequeo canal horadado en la roca que, partiendo de un hoyo en la cima del promontorio principal, desciende zigzagueante para luego bifurcarse, con una rama que llega a la cmara subterrnea esculpida en lo ms profundo del roquedal. Durante el imperio inca este lugar fue un templo para ceremonias pblicas. El canal mencionado pudo haber servido para conducir la chicha (bebida de maz que se ingera en los ritos incas), o tal vez la sangre de animales (o humanos) inmolados en sacrificios, hasta la cmara subterrnea, donde tendra lugar alguna clase de ritual secreto no esclarecido. Esta sala est tallada artificialmente en la roca viva, con el suelo, techo, paredes, nichos y repisas cuidadosamente alisados (foto015). Posee adems andenes y canales para la evacuacin del agua de lluvia. Detrs de una plataforma que pudo haber sido un altar se abre una profunda sima que se utiliz de enterramiento, pues se han exhumado de ella varios cadveres de aborgenes y uno de un colonizador. En lo alto del promontorio, de la superficie allanada de la roca sobresalen dos cilindros de corta altura tallados en la misma masa de piedra. Es probable que se trate de un Intihuatana (literalmente 'lugar donde se amarra el sol'), una especie de observatorio astronmico de hechura rupestre utilizado para calcular la posicin del sol, medir el tiempo y determinar los solsticios y equinoccios, siendo al mismo tiempo un adoratorio donde se renda culto al dios-sol. Podemos ver otros ejemplares en Pisac (foto042) y Machu Picchu (foto103). En la misma cumbre quedan restos tallados de lo que pudo ser un cndor, cuya cabeza fue destruida, as como la de un puma. Al pie del roquedo se yergue exento un monolito de 6 m de alto descansando sobre un pedestal. En los aledaos de Qenqo emergen otros dos afloramientos krsticos salpicados de tallas rupestres incaicas: Qenqo Chico, en un altozano de forma elptica con las laderas reforzadas de murallas ciclpeas, y Cusilluchayoc, donde todava son visibles relieves de ofidios y simios. Indice de textos Tambomachay. El bao del Inca Tambomachay (en quechua Tanpu Mach'ay = 'lugar de descanso'), conocido popularmente como el 'Bao del Inca', est ubicado en un boscoso valle de las cercanas del Cuzco, atravesado por un ro. He aqu una muestra de la importancia que daban los incas a ese preciado y escaso bien que es el agua. Se trata de una fuente monumental cuyas aguas cristalinas surgen de manantiales subterrneos, edificada en piedras sillares de aparejo ciclpeo poligonal que encajan entre s con la perfeccin caracterstica de la arquitectura inca. Consta de una serie de acueductos, canales y una cascada de agua que discurre por entre las piedras y desagua en una poza por dos caos de idntico caudal (foto017). La estructura se compone de tres plataformas escalonadas (foto016). En la ms alta, como teln de fondo, se levanta un grueso muro (15 m de largo x 4 m de alto) perforado en su parte alta con cuatro hornacinas trapezoidales, que en su tiempo se conjetura pudieron albergar otras tantas estatuas antropomorfas de tamao natural, ms tarde expoliadas por los conquistadores. Otros dos muros cortan en ngulo el muralln de fondo. Uno de ellos mira al ro y est ornado con dos grandes hornacinas; el segundo, casi perpendicular al primero, tiene una puerta de doble jamba, detalle arquitectnico que a menudo era empleado por los incas para resaltar la importancia de un lugar. Por esa puerta se llega a una pequea cmara en la que es visible el agua que aflora de las entraas de la tierra. Es probable que esta fontana monumental fuera una especie de santuario consagrado al culto al agua, elemento que, dentro de la concepcin pantesta que los incas tenan de la naturaleza, era venerado como generador de vida. En Tambomachay hubo tambin una especie de jardn real, para descanso y recreo de los reyes incas (de ah su topnimo), que era regado por una compleja red de canalizaciones. En cualquier caso, Tambomachay es un buen ejemplo de la habilidad que saban poner de manifiesto los constructores andinos para integrar armoniosamente la arquitectura con el paisaje. Indice de textos

Puka Pukara. La fortaleza roja Siguiendo el curso del ro que pasa junto a la fuente de Tambomachay se desemboca en una de las principales vas de acceso al Cuzco, a 7 km al este de la ciudad. En este importante cruce de caminos a 3.750 m de altitud, encaramadas en una colina rodeada de escarpados paredones, se hallan las ruinas de Puka Pukara. El nombre significa 'la fortaleza roja', de las palabras quechuas puka (= 'rojo') y pukara (= 'fuerte' o 'fortaleza'). Efectivamente, las piedras del lugar son rojizas y as se explica el topnimo, pero el sitio no parece haber sido una fortaleza. Se trata de uno de los tpicos promontorios rocosos de la zona de Sacsahuamn, que en este caso fue allanado y transformado mediante la construccin de muros perimtricos y de contencin. Algunos creen que durante el incanato fue un importante tambo (los tambos eran albergues o almacenes de alimentos, ubicados a intervalos regulares en las principales redes viarias). Pero sus restos arquitectnicos apuntan ms bien a la hiptesis de que fue un centro de uso eminentemente ceremonial. En el interior del recinto distintos edificios de piedra de planta rectangular se distribuyen sobre tres terrazas escalonadas, entre las que se abren pasajes y escalinatas para el acceso a la plataforma superior. Las construcciones son de finos sillares encajados en aparejo celular (foto020) y rectangular almohadillado. En su poca el lugar estaba bien abastecido de agua proveniente de manantiales y fuentes termales de las proximidades, por lo que se presume que este asentamiento estuvo relacionado con las liturgias incas de culto al agua. Indice de textos Las puertas de Rumicolca A unos 40 km al este del Cuzco, en el valle del ro Huatanay, subsisten en bastante buen estado las ruinas de Piquillacta, una gran ciudad construida hacia 1100 d C por los huaris, el pueblo indgena dominante en la regin justo antes del auge del imperio inca. El extenso yacimiento, formado por barrios residenciales distribuidos con planificacin ortogonal y provistos de amplias zonas de cultivo, est cercado por los largos lienzos de una doble muralla de permetro rectangular. Un kilmetro al este de Piquillacta el valle se estrecha, medio cerrado por el avance lateral de unos peascos. En ese punto se levanta una construccin inca, conocida como Rumicolca, que consiste en una gruesa muralla de perfil escalonado, perforada por dos grandes vanos a cielo abierto que hacen las veces de puertas. La muralla se extiende de un lado al otro del valle, cortando transversalmente su cauce (foto021). De esta forma, toda persona que remontara la ribera del Huatanay en direccin al Cuzco se vera retenida por la muralla y obligada a atravesarla por uno de los dos vanos practicados en su lienzo. Otro tanto ocurrira con quienes descendieran por el valle desde el Cuzco en direccin oriente. Todos los indicios apuntan a que nos hallamos ante una especie de frontera de seguridad o puesto de vigilancia para controlar la circulacin de personas y mercancas en la que era la principal va de acceso a la capital del imperio (capital que, por otra parte, nunca estuvo amurallada). Nos preguntamos por qu dos puertas, si para tal funcin bastaba con una. Sera una para el trfico de ida y otra para el de vuelta? Este puesto de control exista ya en tiempo de los huaris. Los incas lo reforzaron y ampliaron haciendo gala de su proverbial esmero constructivo, y as pueden distinguirse sus bien labrados y encajados sillares contrastando con la rstica mampostera de los muros huaris. El machn de muralla que queda aislado entre las dos puertas adquiere un engaoso perfil de pirmide escalonada. Obsrvese (foto022) el sencillo e ingenioso sistema de escaleras a base de losas que sobresalen de la pared dispuestas en lnea diagonal. Un procedimiento semejante para subir y bajar paredes lo vemos en los 'andenes' o bancales agrcolas aterrazados de muchos lugares incas. Indice de textos

Chinchero. Cuna del arco iris Chinchero es uno de esos pueblos coloniales de los Andes del Per que fueron levantados sobre los basamentos de antiguos edificios incas. Se halla a unos 30 km al noroeste de Cuzco, a 3.760 m de altitud, en un verde valle rodeado de altas montaas nevadas que acoge en sus campias la laguna de Piuray. Esta laguna suministra de agua al Cuzco: fueron los incas quienes llevaron sus aguas a la ciudad imperial a travs de acueductos subterrneos. Para los incas Chinchero era la cuna del arco iris, porque aqu el k'uychi (arco iris, una deidad especial entre los incas) aparece frecuentemente en la temporada de lluvias. Fue en este lugar donde el Inca Tpac Yupanqui, hijo y sucesor de Pachactec, se hizo construir en 1480 una hacienda real para que le sirviera de residencia de reposo. Con tal fin mand erigir un gran complejo palaciego, con instalaciones complementarias como adoratorios, baos y bancales aterrazados para la produccin agrcola. Dispona tambin de un sistema de evacuacin de aguas de lluvia y residuales de un nivel de eficacia difcilmente superable; la perfeccin en el trazado de la red de canales (foto026), con un grado de pendiente muy estudiado, da testimonio de los elevados conocimientos de arquitectura y urbanismo de los incas. Segn las crnicas, el rey Tpac Yupanqui muri en este palacio en oscuras circunstancias. Se cree que fue envenenado por su princesa favorita, Chuqui Ocllo, o por su propia esposa Mama Ocllo, irritada por el hecho de que el Inca se inclinaba a designar como sucesor al hijo de su concubina. En la consiguiente lucha por el poder fueron exterminados todos los partidarios de Chuqui Ocllo, incluyendo a la princesa. El hijo del Inca, Cpac Huari, fue recluido de por vida en la prisin del palacio. Hacia 1536, el rebelde Inca Manco Yupanqui, en su huida hacia Vilcabamba, incendi Chinchero para evitar que sus enemigos pudieran abastecerse. El actual pueblo de Chinchero est construido ntegramente sobre las infraestructuras del complejo palaciego de Tpac Yupanqui, que ocupaban una considerable extensin. Utilizando sus slidos muros de piedra como basamentos, y respetando el trazado ortogonal de su diseo urbano, se fueron levantando con el correr de los siglos casas e iglesias de un pintoresco estilo colonial (foto027). La mayora de sus habitantes an visten las coloridas indumentarias tradicionales andinas (foto130), conservan prcticas religiosas de origen inca (sincretizadas con el catolicismo), y mantienen vivas antiguas costumbres como la economa de trueque. Las ruinas incaicas de la localidad fueron excavadas y restauradas por la Misin Arqueolgica Espaola entre los aos 1968 y 1970. Un conjunto de edificaciones, generalmente de planta rectangular, se adosan a las laderas de una colina, sobre plataformas de piedras sillares casi siempre muy elongadas y de escasa profundidad. A grandes rasgos se pueden distinguir tres sectores: civil, religioso y agrcola. El sector civil incluye una serie de estructuras arquitectnicas sobre tres plataformas escalonadas. El rea religiosa est constituida por una sola estructura de forma piramidal, que se adapta a un promontorio, compuesta de tres plataformas conectadas entre s por medio de escaleras. Ambos sectores estn ordenados en torno a dos plazas: una plaza principal (la actual explanada de Capellanpampa, de 114 m de largo por 60 m de ancho) y la que hoy es plaza del pueblo, situada junto a la iglesia parroquial. Esta plaza se articula a dos niveles: el ms alto corresponde al atrio de la iglesia y el inferior a la plaza propiamente dicha. El desnivel se salva por un muro de contencin perforado por una hilera de doce hornacinas trapezoidales (foto030). Ms all de la gran plaza se encuentra el sector de las 'andeneras agrcolas', un impresionante conjunto de bancales aterrazados que se descuelgan escalonadamente por la vertiente de un barranco, bien irrigados por una red de canales, donde probablemente se cultivaban plantas de uso ritual (foto032). Esta zona de bancales est salpicada de grandes peascos de roca caliza, en los que se pueden detectar numerosas tallas rupestres creando asientos, escaleras, tneles, nichos y cisternas (foto036). A duras penas se distinguen los relieves de un puma y una cra de puma, que fueron martilleados por la furia iconoclasta de los colonizadores hasta dejarlos casi irreconocibles (foto176). Indice de textos

Pisac, en el Valle Sagrado El ro Urubamba fluye con sinuoso recorrido por un frtil valle encajonado entre altsimas montaas de rocas y barro. Es ste el llamado Valle Sagrado de los Incas (foto037), porque su cauce atraviesa ciudades y centros ceremoniales incaicos como Ollantaytambo, y rodea con un amplio meandro los escarpados riscos de Machu Picchu, antes de ir a perderse en la cuenca del Amazonas. Pisac (tambin escrito Pisaq, pronnciese Psac), ubicado a 33 km al nordeste de la ciudad del Cuzco, es un pequeo pueblo de sabor colonial que levanta su casero, cercado de huertas, en la ribera del Urubamba. Fue construido sobre basamentos incas en tiempos del virrey Francisco de Toledo (1569-1581). Las calles se cortan en ngulo recto obedeciendo al modelo de planificacin urbanstica que seguan no solo los colonizadores, sino los mismos pueblos prehispnicos. La Plaza de Armas sirve de recinto para un popular mercado de artesana. Aqu se halla la iglesia, donde se celebran misas en quechua a la que asisten los indgenas y los varayocs, las autoridades regionales. El sitio arqueolgico de Pisac, uno de los ms importantes del Valle Sagrado, se encarama por los flancos de una alta montaa que domina el pueblo. Dicen que la planta urbana de la ciudad estaba diseada, como era costumbre en la arquitectura inca, siguiendo el trazado figurativo de un animal. Pisac tendra la forma de una perdiz (pisaq, en quechua). Lo cierto es que los restos arqueolgicos incas se distribuyen en varios ncleos de construcciones desperdigados sin orden aparente por los cerros y mesetas de la accidentada geografa del lugar. En un collado a media altura de la montaa se asienta lo que sera el centro ceremonial (foto043). Mientras las restantes viviendas y edificaciones de Pisac son de muros de mampostera, tabiques de adobe y techos de madera y paja, este sector se distingue por el cuidado aparejo de sillares de piedra pulidos y perfectamente encajados, caracterstico del periodo inca imperial. Las puertas, ventanas y hornacinas presentan forma trapezoidal (foto046). Un muro semicircular abraza una gran roca tallada con un saliente cnico en su parte superior: protege el Intihuatana, un gnomon o reloj solar con el que los incas determinaban la posicin del sol, por lo que este centro bien podra cumplir tambin las funciones de observatorio astronmico. La cumbre de la montaa est ocupada por un poblado abandonado cuyas viviendas de mampostera y adobe cuelgan en apretada aglomeracin sobre las pronunciadas pendientes del promontorio. Al otro lado de un barranco se ve un vertical acantilado de tierra roja con la pared acribillada de agujeros que le dan un aspecto de colmena. Es el cementerio de la ciudad: los habitantes enterraban a sus difuntos en nichos y oquedades perforados a distintas alturas del acantilado. Quiz lo ms impresionante de Pisac sea su extraordinario conjunto de bancales o terrazas agrcolas que cubren escalonndose extensas superficies de las laderas de la montaa (foto040), asomndose a veces a vertiginosos precipicios, y que transforman el paisaje confirindole el aspecto de un gigantesco anfiteatro. Los lugareos restauran peridicamente estos aterrazamientos, muchos de los cuales son todava cultivados, e incluso construyen otros nuevos, siguiendo las ancestrales tcnicas que aprendieron de sus antepasados incas para hacer cultivables los terrenos en fuerte pendiente. Indice de textos Ollantaytambo, bastin rebelde Situado en el Valle Sagrado de los Incas, en la confluencia de los ros Urubamba y Patakancha, a unos 60 km al noroeste de la ciudad del Cuzco, Ollantaytambo (quechua: Ullantaytampu), adems de un importante yacimiento arqueolgico incaico, es una de las pocas ciudades construidas por los incas que se han mantenido vivas a lo largo del tiempo, y que siguen an habitadas (foto049). Segn el cronista espaol del siglo XVI Pedro Sarmiento de Gamboa, el rey Pachactec conquist la regin y destruy Ollantaytambo para incorporarlo a su imperio bajo el gobierno de los incas. Luego reconstruy la ciudad, dotndola de imponentes edificios, un centro ceremonial y los habituales aterrazamientos de bancales agrcolas destinados a proveer de recursos alimenticios a la poblacin para hacerla autosuficiente. Estos terrenos eran trabajados por yanaconas, sirvientes del emperador, mientras en la ciudad se alojaba la nobleza inca. En la poca de la conquista, Ollantaytambo sirvi de refugio temporal al Inca Manco Yupanqui, lder de la resistencia indgena contra los espaoles, que mand fortificar la ciudad y sus alrededores con potentes murallas para defenderse de los invasores. Pese a que Inca Manco lleg a derrotar una expedicin espaola mediante la estratagema de inundar de agua el valle, comprendi que no era seguro permanecer en Ollantaytambo, por lo que opt por retirarse a Vilcabamba, enclave escondido en una regin selvtica. Los conquistadores ocuparon Ollantaytambo en 1540 y la poblacin nativa fue asignada en encomienda a Hernando Pizarro. En la actualidad, Ollantaytambo es muy visitado por ser uno de los puntos de partida del ms importante de los caminos incas hacia Machu Picchu. El pueblo bajo de Ollantaytambo, asentado en la vega del Urubamba, conserva no solo la planificacin urbana original, sino numerosas viviendas construidas por los mismos incas, que han sido habitadas sin interrupcin hasta nuestros das (foto050). En sus muros bajos abundan los sillares ciclpeos, de formas polidricas irregulares que, sin embargo, casan entre s en compacta trabazn, con una solidez a prueba de terremotos. Muchas puertas y ventanas tienen forma de trapecio, con jambas y dinteles monolticos de enormes proporciones. Las casas se agrupan en manzanas cuadrangulares, bordeadas de largas y estrechas calles rectilneas que se cruzan en ngulos de noventa grados, adoptando el conjunto una configuracin urbana de damero. Corpulentos megalitos refuerzan las esquinas (foto051). Las calzadas adoquinadas mantienen un ligero grado de inclinacin, y las que se orientan de norte a sur estn provistas de zanjas o canaletas paralelas a las fachadas, por las que fluyen corrientes de agua limpia y abundante (foto052), que refresca el ambiente y trae a la ciudad el sonido de los arroyos de montaa. Rodean a este ncleo urbano por sus cuatro costados escarpadas montaas, en cuyas faldas, a distintas alturas, se divisan qolqas (depsitos para almacenamiento de alimentos) de mampostera y adobe, en diverso grado de ruina (foto063). Fueron construidas por lo incas. Un faralln rocoso de uno de estos montes parece tener un perfil de rostro humano, con sus ojos, boca, barba y una corona sobre la cabeza formada por unas casas que se asoman al abismo. Los lugareos de Ollantaytambo sugieren que es un gigantesco retrato del rey Inca esculpido en el acantilado (foto065). El sector ms monumental de estos yacimientos arqueolgicos trepa por los montes al oeste de la poblacin, en una sucesin de bancales agrcolas aterrazados accesibles por largas y empinadas escaleras (foto056). Al pie de este colosal gradero se levanta una especie de zona ceremonial, con un Templo del Agua erigido en adobe (foto053) y diversas fuentes con canalizaciones, caos y cisternas de talla rupestre (foto054), entre ellas una llamada 'Bao de la usta' (usta = princesa o doncella de sangre real), ornada con cenefas finamente cinceladas en la roca (foto055). A cierta altura del camino de ascenso, tras recorrer la terraza de las diez hornacinas, cuyo muro de fondo est aparejado con grandes sillares pulidos y perfectamente ensamblados (foto058), se llega a los restos del Templo del Sol. De este sobresaliente edificio, situado en lo que parece ser un complejo ceremonial, prcticamente solo queda la fachada, compuesta de seis enormes monolitos adosados, cuyo perfil recuerda lejanamente al pilono de un templo egipcio (foto060). Si observamos con detenimiento estas lpidas, comprobaremos que estn talladas con relieves en forma de escaleras, y que presentan algunas protuberancias: dicen que son los restos martilleados por los colonizadores de unos relieves que representaban pumas. En las cercanas se pueden ver enormes bloques monolticos esculpidos con forma de platabandas, repisas, bancadas y otros diseos geomtricos (foto061). El conjunto de estas construcciones est circundado por unas altas y largusimas murallas que escalan los montes serpenteando por sus pendientes y escarpaduras (foto062). Indice de textos

Ingeniera agrcola Los cronistas que acompaaban a los conquistadores contaban que los reyes aztecas en Mxico y los incas en Per posean magnficos jardines con colinas aterrazadas, arboledas, fuentes y tanques ornamentales, que eran generalmente vergeles de recreo para uso de los monarcas. En el caso del Per, ste no era ms que un aspecto parcial del extraordinario grado de sofisticacin que haban alcanzado la agricultura y la ingeniera agrcola bajo la administracin de los incas, cosa que podemos comprobar con nuestros propios ojos cuando visitamos sitios como Tipn o Moray. Tipn Desde la misma cuenca del ro Huatanay, cerca del pueblo de Oropesa, a unos 30 km del Cuzco, una empinada subida conduce a un vallejo que est totalmente urbanizado con escalonamientos de terrazas de labranza. Es el yacimiento arqueolgico inca de Tipn, que poco tiene de ruinas, pues la mayora de las construcciones agrcolas del sitio se mantienen en un excelente estado de conservacin, y el sistema de regado que idearon los incas sigue en funcionamiento. Amplios bancales de piedra de sillera poligonal se encaraman por los laterales y el fondo del valle formando en conjunto un grandioso anfiteatro de planta rectangular, cuya base se descuelga tambin escalonadamente por la ladera del monte (foto151). Una red de canaletas encastradas en los suelos y paredes de piedra del gradero se ramifica por los andenes o bancales aterrazados y, bajando ordenadamente de escaln en escaln, suministra agua a las sucesivas huertas. El agua proviene de manantiales subterrneos, y al poco de la surgencia atraviesa una elaborada fuente de piedra con caos y cisternas dispuestos de tal forma que hacen que la corriente de agua se divida primero en dos chorros y luego en cuatro chorros, para terminar por unificarse en una alberca de la que nacen nuevos canales (foto154). Se trata probablemente de una fuente ceremonial donde tendra lugar algn rito de culto al Agua, prctica inseparable de las labores fsicas de labranza. Indice de textos Moray No lejos del Valle Sagrado de los Incas, a una veintena de kilmetros al sudeste de Ollantaytambo, existe en lo alto de una meseta un curioso yacimiento arqueolgico que da fe de lo asombrosamente avanzadas que estaban las tcnicas agrcolas entre los pueblos andinos prehispnicos. Estamos en Moray, un paisaje cultural sin equivalente en ningn lugar del mundo (foto066). Tres enormes crteres perfectamente circulares se abren en el suelo y sus paredes internas descienden en escalones hacia lo hondo, creando unos espacios que se asemejan a gigantescas plazas de toros construidas en piedra (foto067). En este caso los habituales andenes agrcolas aterrazados de las ciudades incas no son rectangulares, sino que forman crculos concntricos que se van adentrando en la tierra. Una sucesin de peldaos consistentes en simples lpidas que sobresalen de las paredes (foto069) permiten descender por el gradero hasta el ruedo que se abre en lo ms profundo de cada hondonada, y quien lo hace comprueba que conforme baja de bancal en bancal la temperatura va subiendo, hacindose el calor casi insoportable en el fondo. Totalmente resguardados de los vientos, se puede decir que cada uno de estos escalones circulares tiene su propio microclima, dependiendo de la profundidad a la que se encuentra, lo cual permite sembrar en sus suelos diferentes especies de plantas adaptadas a distintas condiciones climticas. Caractersticas tan singulares han llevado a conjeturar sobre la posibilidad de que Moray fuera algo as como un laboratorio de agricultura que permita a los incas estudiar las condiciones ptimas para el cultivo de cada especie. Indice de textos Salinas A poca distancia de Moray, un barranco baja hasta confluir con el Valle Sagrado del ro Urubamba. En su parte superior surge un manantial de agua salada que se derrama por su falda occidental. Agua que ha tenido el poder de transformar por completo el paisaje, cubrindolo de un espeso manto de sal, de un blanco tan deslumbrante que parece nevado. Desde hace siglos los lugareos explotan este lugar para extraer la sal mediante la construccin de salinas. stas consisten en un ajedrezado de pozas o depsitos ms o menos rectangulares cuyas paredes estn hechas con la misma sal apelmazada, donde se deja embalsar el agua para que la sal se deposite en el fondo (foto070). Peridicamente acuden jornaleros (hombres y mujeres) para recoger con palas la sal de las pozas y depositarla en pequeos montones, que dejan secar al sol por unos das y luego se llevan en sacos. Dicen que fueron los incas quienes pusieron en funcionamiento estas salinas. Quiz sea verdad, pero es ms probable que ya hubieran sido explotadas desde ms antiguo por otros pueblos preincaicos. Indice de textos

Necrpolis En el lago Titicaca En la frontera entre Per y Bolivia, a 3.800 metros sobre el nivel del mar, el vasto lago Titicaca est considerado como el lago navegable ms alto del mundo (ver foto en la exposicin de fotoAleph 'Bolivia. Entre la tierra y el cielo'). Para los incas, era el lugar de origen de su linaje. A principios del siglo XV el rey Inca Viracocha emprendi la fase de expansin de sus dominios organizando desde el Cuzco frecuentes campaas militares contra los reinos vecinos. Pronto conquist y someti bajo su poder el valle del ro Urubamba, que era un importante corredor de paso entre el Cuzco y el lago Titicaca. Como consecuencia de esta conquista, los incas fueron reclamados para interceder en el conflicto entre dos reinos de habla aimara, los collas y los lupacas, asentados en la parte norte de la cuenca del Titicaca. Cuando los incas llegaron all, ya se haba librado la guerra, habiendo sido los collas derrotados. Los incas se aliaron temporalmente con los lupacas, para al cabo de un tiempo terminar dominando la regin entera y anexionndola al imperio. Las numerosos vestigios arqueolgicos que se hallan en las orillas y las islas del lago Titicaca dan testimonio no solo de la presencia de los incas en la regin, sino tambin de la existencia previa de antiguas civilizaciones anteriores a la de los incas. El principal enclave lo constituyen las monumentales ruinas de Tiahuanaco, a 20 km de la punta sudeste del lago, en territorio de la actual Bolivia. Tiahuanaco fue el centro espiritual y poltico de la antigua cultura precolombina conocida como Tiwanaku, un poderoso imperio que domin durante ms de veinte siglos una extensa porcin de los Andes centrales y meridionales. Posea un puerto en el lago Titicaca. Considerada por algunos investigadores como la cuna de las culturas americanas, la civilizacin de Tiahuanaco tuvo sus comienzos hacia el ao 1500 a C, alcanz su apogeo entre 500 y 900 d C, y desapareci alrededor del ao 1200 d C. En la isla del Sol, en la parte boliviana del lago, las ruinas de un templo marcan el lugar donde, de acuerdo con la tradicin, los fundadores legendarios de la estirpe inca, Manco Cpac y Mama Ocllo, fueron enviados a la Tierra por Inti, el dios-sol de los incas. "Puso Nuestro Padre el Sol estos dos hijos suyos en la laguna Titicaca...", escribe Garcilaso el Inca. En la vecina isla de la Luna subsisten las ruinas de un templo denominado Iakuyu o Palacio de las vrgenes de sol, asociado al culto de Mama-Killa, la madre luna (hermana y esposa del dios-sol). En el pequeo pueblo de Chucuito, situado en la orilla meridional del lago, podemos ver una construccin rectangular con gruesos muros de sillera trabajada a la manera inca. Las obras no estaban concluidas a la llegada de los espaoles, como lo sugiere la existencia cercana de amontonamientos de sillares en fase de tallado. Es el llamado Inca Uyo (= 'morada del inca' en lengua aimara). Se cree que el recinto form parte de un conjunto ms amplio de edificaciones de carcter ceremonial y estuvo destinado a rituales de naturaleza poltica y religiosa. Lo singular de este edificio es que alberga en su interior (foto071) ochenta estelas cilndricas monolticas, algunas con una protuberancia semiesfrica en el extremo que les confiere una forma como de hongo. La estela ms grande, situada en lugar destacado en el centro de la pared del fondo, mide 1,20 m (foto072). Otras dos grandes estelas flanquean como guardianes la puerta de entrada. Algunos observadores han interpretado estos monolitos como smbolos flicos, y ello ha dado pie a suponer que esta construccin sera un 'Templo de la Fertilidad'. A partir de ah se han gestado historias apcrifas en torno al lugar, como que las mujeres acudan al santuario con ofrendas y practicaban el rito de sentarse sobre las estelas para ser frtiles. Esta interpretacin es muy cuestionable por cuanto se constata que no se ha detectado la menor referencia o vestigio en la historia de los pueblos andinos, tanto en la poca lupaca, como en la inca o en la virreinal, de nada que pueda relacionarse con algn tipo de culto al falo. La verdad es que estos monolitos fueron instalados recientemente en el 'templo' por iniciativa de algunos habitantes de Chucuito, recopilando las esculturas lticas diseminadas por el pueblo. Algunos dicen que son cipos o mojones de piedra que marcaban el camino, pues Chucuito est ubicado en una clara ruta de paso hacia el altiplano boliviano. Otros afirman que son elementos constructivos: rollos que servan para amarrar los tejados de paja a las paredes de las casas, de los que se pueden ver ejemplos in situ en Machu Picchu (foto087). Indice de textos Las construcciones ms peculiares que levantaron los incas en la regin del lago Titicaca son las chullpas, torres funerarias de piedra donde se enterraba a difuntos de alto rango o pertenecientes a la nobleza, y que, agrupadas en lo alto de determinados cerros, forman verdaderas necrpolis. Pueden visitarse en diversas localidades del altiplano, como Sillustani, Cutimbo, Acora, Ilave o Lampa. Cutimbo A unos 20 km al sur de Puno, un cerro de verticales paredes emerge en medio de una desolada llanura que en pasadas eras geolgicas fue un lago tan vasto como el Titicaca y hoy est desecado. Lo que hoy es el cerro de Cutimbo sera entonces una isla. Existen trazas de que este cerro (foto182), cuya altitud supera los 4.000 metros sobre el nivel del mar, fue habitado desde pocas muy remotas: en un refugio o abrigo roquero situado a media altura del extenuante camino de ascenso se pueden ver pinturas rupestres prehistricas dibujadas en las paredes. Su estilo esquemtico y monocromo recuerda al de algunas pinturas neolticas de Europa, as como los motivos representados: hombres pastoreando rebaos. Solo que en vez de ovejas o vacas, aqu los rebaos estn compuestos de llamas. La amplia cima del otero est plagada de ruinosas construcciones de piedra, la mayora en precario estado de conservacin (foto183), invadidas por los matojos y frecuentadas por sabandijas. Unos pocos edificios, sin embargo, se mantienen en pie casi intactos. Son chullpas o torres funerarias pertenecientes a las culturas colla, lupaca e inca. Las hay de planta rectangular, cuadrada y circular. Las ms antiguas son de sillarejo y mortero de barro, las de los incas lucen el perfecto acabado de sillera poligonal que es marca de fbrica de su arquitectura. Algunas conservan todava la rampa provisional que se empleaba en las obras para elevar los bloques de sillera a la parte superior de la torre (foto189). Uno de los edificios ms monumentales de Cutimbo, ubicado en la zona central de la meseta, es de planta rectangular, con una altura de ms de ocho metros, y se ha identificado como un ushno o templo (foto184). En su interior de dos pisos abovedados con falsas bvedas (foto185) se aprecian cinco nichos en las paredes y dos mnsulas a cada lado de la planta baja, donde se colocaran los fardos funerarios con fines rituales. Algunos de los sillares de este edificio y otras chullpas tienen labrados relieves zoomorfos representando serpientes (foto188), pumas y monos. Las figuras de puma aparecen de perfil junto a las pequeas puertas trapezoidales de entrada a las tumbas, como si estuvieran custodindolas (foto190). La representacin de monos (foto192) es intrigante, dado que se trata de un animal que no era propio de esta zona; su hbitat es la selva, situada muy lejos de ac (algo parecido ocurre con el gran mono dibujado en los geoglifos de las llanuras de Nazca). En las excavaciones del lugar se ha descubierto un altar de cremacin, con huesos calcinados de humanos, camlidos y aves, y restos de cermica. Indice de textos

Sillustani A 34 km al noroeste de la ciudad de Puno, cerca del pueblo de Atun Colla (foto143), el cerro de Sillustani se adentra en la hermosa laguna de Umayo (foto193) y queda prcticamente aislado por sus aguas, formando una pennsula. Rebaos de alpacas pastan plcidamente por sus laderas y los


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