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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
ESCUELA SUPERIOR DE COMERCIO Y ADMINISTRACIÓN
UNIDAD SANTO TOMÁS
SECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN
DOCTORADO EN CIENCIAS ADMINISTRATIVAS
TEMA DE EXAMEN PREDOCTORAL
“FUNDAMENTOS PARA LA MEDICIÓN DE VARIABLES PSICOLÓGICAS EN LAS ORGANIZACIONES”
PRESENTADO POR:
BENITA MARTHA JIMÉNEZ GARCÍA
DIRECTOR: DR. VÍCTOR MANUEL ALVARADO VERDÍN
MÉXICO, D.F. MAYO, 2014
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RESUMEN
La administración y la psicología son ciencias que poseen una relación muy
estrecha en el sentido de que toda teoría administrativa lleva consigo una
concepción acerca del hombre en razón de que tiene el propósito de estudiar la
personalidad y el desempeño del hombre en los diferentes ámbitos de su vida.
El proceso administrativo involucra la coordinación de personas, y al mismo
tiempo la actuación de estas mismas personas, con las cosas, sistemas, etc;
por lo tanto, se requiere conocer acerca de los diversos aspectos psicológicos
para tratar de influir en el logro de la cooperación de los hombres como base
para su coordinación dentro de las organizaciones.
La administración al dar sus reglas para la eficacia del aspecto funcional de las
organizaciones, no puede prescindir de los principios y las leyes de la
psicología. El administrador necesita saber influir eficazmente en la conducta
de los demás, y de ello depende gran parte de su éxito. La psicología indica,
por lo mismo, qué métodos administrativos son más adecuados y proporciona
bases técnicas para influir en la manera de actuar de quienes integran un
organismo social, en la forma de realizar sus acciones de la mejor manera.
Uno de los objetos centrales de estudio de la psicología social es la actitud,
debido en gran parte a que la conducta de un individuo es determinada por sus
actitudes. Las actitudes sociales sirven como indicadores o predictores de la
conducta, considerando que la conducta es social porque se aprende o
adquiere en el proceso de socialización.
El presente documento se ha dispuesto en un conjunto de ensayos dividido en
tres capítulos donde el contenido expone el devenir de la relación entre la
administración y la psicología, explicando el por qué variables tan significativas
como la motivación, la satisfacción laboral y el estrés se les debe de medir a
través de procesos definidos por la psicología.
La definición del actuar de las personas concreta las formas en que las
organizaciones proponen sus metas y objetivos, así como sus operaciones.
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EL RECURSO HUMANO EN LA ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICA Y EN LA
ADMINISTRACIÓN HUMANISTA
El cuerpo de conocimientos que ofrece la teoría administrativa, permite disertar
acerca de la dinámica funcional y operativa en la que se encuentran inmersas
las organizaciones, las cuales han sido fuente permanente de preocupación de
muchas sociedades a lo largo del tiempo. Sin embargo, es a partir de la
Revolución Industrial donde se plantea la necesidad de hacer más eficientes a
las organizaciones debido a la incorporación de máquinas que sustituyeron el
trabajo artesanal que predominó en las etapas anteriores.
Esta nueva era trajo consigo una serie de problemáticas asociadas a los
nuevos modos de producción y que desde la visión de Karl Marx (1818-1883),
los trabajadores y los dueños de estas organizaciones conformaban grupos
antagónicos en una relación donde uno siempre gana y el otro pierde porque
los dueños se apropian de lo que Marx denominó plusvalía y representa la
fuente de riqueza de los propietarios de las organizaciones.
Una de las frases de Marx expuesta en su obra refleja su enorme
preocupación por las condiciones de la naciente clase obrera, “El obrero tiene
más necesidad de respeto que de pan”; sin embargo, también estaba
consciente de que la opresión en la que se encontraban sólo podría ser
transformada a través de una nueva interpretación del mundo y sus
organizaciones.
Alrededor de esta nueva interpretación surgieron personajes muy importantes
cuyas aportaciones hoy en día continúan vigentes; mejor aún, las teorías
desarrolladas no son mutuamente excluyentes, es decir cada una de ellas
contribuyen a que las organizaciones no sólo se centren en intereses
económicos sino también influyan en el bienestar de las personas y de la
sociedad en su conjunto.
Las organizaciones existen desde tiempos remotos y es innegable que todos
los miembros de la sociedad pertenecen y dependen de éstas; pero es a partir
del surgimiento de los grandes corporativos cuya complejidad es directamente
proporcional a su tamaño que administrarlas se volvió un verdadero reto, por lo
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que es precisamente a partir de la Revolución Industrial donde se articulan
diversas corrientes que conforman la teoría administrativa moderna. A
continuación se desarrollan las principales teorías del pensamiento
administrativo en relación al recurso humano sin cuya presencia no se justifica
de manera alguna la existencia de las organizaciones.
Los científicos del comportamiento siguiendo la idea de “hombre social” de
Elton Mayo, sostuvieron que el concepto de “hombre que se autorrealiza”
explicaba de una manera más exacta la motivación del hombre. Consideraron
que las administraciones deben adaptarse a las necesidades de los individuos,
ya que el elemento humano es el factor determinante en los objetivos de la
empresa; por esta razón es conocida también como la teoría de las
necesidades y motivaciones o como el movimiento humanista dentro de la
psicología industrial.
Una de las figuras más representativas de este enfoque es el estadounidense
Abraham Maslow (1908-1970), quien consideró que las necesidades son un
producto psicológico, instintivo, social y cultural. Señaló que las necesidades
humanas se estructuran en una jerarquía, donde la parte superior de ésta
incluye necesidades de ego y autorrealización; las necesidades inferiores
tienen que ver con la supervivencia, por lo cual tienen que ser satisfechas
antes de que se examinen las de nivel superior. El orden de estas necesidades
en la jerarquía indicaría a los gerentes las acciones a seguir, satisfaciendo las
necesidades en orden ascendente, desde las puramente fisiológicas, hasta las
de seguridad, pertenencia, estima, (tanto autoestima como prestigio social) y
las necesidades de autorrealización que se encuentran en la cima de la
pirámide motivacional. Por ello, los directores organizacionales deben
asegurarse que las necesidades salariales estén relativamente satisfechas
antes de intentar resolver las necesidades que le suceden en la jerarquía
(Arnold y Boshoff, 2004).
Otro de los exponentes más importantes de este enfoque es Douglas Mc
Gregor (1906 - 1964), quien identificó en su teoría dos grupos de supuestos
básicos a los cuales denominó teoría X y teoría Y.
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La teoría X plantea que las personas ven el trabajo como una necesidad, pero
que sienten aversión hacia él, evitándolo siempre que sea posible. Por esta
razón considera a las personas como perezosas, carentes de ambición,
egoístas, que les desagrada la responsabilidad, indiferentes a las necesidades
de la organización, que se resisten al cambio y necesitan que las guíen.
La teoría Y es más optimista y plantea que las personas tienen potencial de
desarrollarse, de asumir responsabilidades y de perseguir las metas de la
organización si se les brindan la oportunidad y el ambiente social para hacerlo.
Considera el trabajo como natural y que las personas quieren trabajar y
en circunstancias adecuadas obtienen gran satisfacción. También plantea que
tienen la capacidad de aceptar, buscar responsabilidades y aplicar la
imaginación, el ingenio y la creatividad. Plantea que la administración
participativa es la mejor manera de aprovechar el potencial humano
proporcionando perspectiva de superación personal.
Además de estos dos exponentes, otros científicos han realizado aportes a
este enfoque como son los casos de la teoría de la personalidad, de Chris
Argyris, el cual señala que los empleados también se satisfacen por la
obtención de logros y trabajo significativo; en su opinión, los empleados tienden
a tener un buen desempeño logrando su satisfacción, de ahí que se les puede
dar mayor responsabilidad en la toma de decisiones y ejecución de tareas.
Argyris critica fuertemente el modelo de relaciones humanas, por considerarlo
simplemente un enfoque más refinado de la manipulación del personal.
Otra teoría que también apoya el enfoque humanista, es la de Alderfer, el cual
plantea que hay tres grupos de necesidades primarias: existencia, relaciones y
crecimiento; de allí el nombre de teoría ERC. El grupo de la existencia se
ocupa de satisfacer nuestros requerimientos básicos de lo material; incluye los
elementos que Maslow considera necesidades fisiológicas y de seguridad. El
segundo grupo de necesidades es el de las relaciones: la necesidad que
tenemos de mantener relaciones interpersonales importantes. Estos deseos
sociales y de status exigen la interacción con otras personas, si es que han de
quedar satisfechos, y coinciden con la necesidad social de Maslow y el
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componente externo de clasificación de la estima. Por último, Alderfer incluye
las necesidades de crecimiento; un deseo intrínseco de desarrollo personal.
Estas necesidades incluyen el componente intrínseco de la categoría de estima
de Maslow y las características incluidas en la autorrealización.
Las teorías presentadas se consideran como las más importantes precursoras
de las teorías administrativas actuales, aunque podrían mencionarse otras
como la teoría de la administración empírica que considera la administración
como un arte que se aprende más con la ayuda de la práctica que de la teoría;
la teoría ambientalista que considera la importancia de condicionar el ambiente
del trabajador para aumentar la eficiencia de la producción; la escuela
ecléctica, en la cual se aplican los diversos conocimientos de cada escuela o
teoría sobre la base del proceso administrativo; la teoría de la medición
cuantitativa, que postula que la administración es una entidad lógica, cuyas
acciones pueden expresarse en términos de símbolos matemáticos, como
relaciones y datos que se pueden medir y ser reducidas a ellos; y la escuela de
la teoría de las decisiones que racionaliza la administración sobre la base de la
toma de decisiones (Medina, 2002).
La teoría administrativa continúa generando conceptos importantes, dando
respuesta a las necesidades y características particulares de la sociedad
moderna a través de la actualización de los procesos administrativos.
Haciendo un análisis de las diferentes teorías presentadas en torno al recurso
humano (Tabla 1), se puede observar que las primeras teorías derivadas de la
administración científica si bien consideran al elemento humano como parte de
las organizaciones, no se le reconoce como elemento diferenciador en el
alcance de los objetivos organizacionales; su énfasis se dirige hacia las tareas,
la estructura y sus funciones; sin embargo, las teorías humanistas consideran
al recurso humano como elemento clave capaz de transformar en todo
momento a las organizaciones a través de las relaciones interpersonales, su
énfasis es hacia las personas.
Es de destacar que los avances más significativos que contribuyeron al
movimiento humanista se debe a la psicología social y a la idea de que existen
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ciertos factores tanto internos como externos que sugieren son determinantes
para explicar fenómenos como la satisfacción laboral, clima laboral, la
formación de actitudes, el grado de motivación, percepciones, etc. las cuales
son de especial para las organizaciones debidos en gran medida a que éstos
inciden en la productividad y competitividad de las empresas.
El enfoque humanístico de la administración desvía la atención hacia las
personas que trabajan o participan en la organización, cediendo la prioridad a
la preocupación por el hombre y su grupo social. Los aspectos técnicos y
formales, el énfasis en la tarea y estructura organizacional pasan a segundo
plano.
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Tabla 1. Evolución de la teoría administrativa
Teorías Administrativas
Principal(es) exponente (s)
Énfasis Principales enfoques
Teoría de la Administración Científica
Frederick Taylor, Frank y Lilian Gilbreth, Henry Gannt
En las tareas Racionalización del trabajo en el nivel operacional.
Teoría Clásica de la Administración
Henry Fayol En la estructura y funciones
Organización formal. Principios generales de la administración. Funciones del administrador.
Teoría de la burocracia Max Weber En la estructura y reglamentación de su funcionamiento
Organización formal burocrática. Racionalidad organizacional.
Teoría de las Relaciones Humanas
Hugo Munsterberg y Elton Mayo
En las relaciones interpersonales
Organización informal. Motivación, comunicación, liderazgo y dinámica de grupo.
Teoría del Comportamiento Organizacional
Abraham Maslow, Douglas Mc. Gregor, Chris Argyris
En las personas Estilos de administración. Teoría de las decisiones. Integración de los objetivos organizacionales e individuales
Teoría Z William Ouchi En las relaciones humanas como complemento a la administración científica.
Participación en la toma de decisiones, comunicación, trabaja en equipo.
Teoría de las organizaciones como sistemas sociales
Daniel Katz y Robert Kahn
Carácter cíclico de los eventos sociales y relaciones entre ellos
Organización como un sistema social, abierto, en interacción con el ambiente.
Nueva Teoría de las Relaciones Humanas
Thomas J. Peters y Robert H. Waterman
En las personas Relación condiciones laborales – estado de los trabajadores. Seguridad en el trabajo. Estimulación de la creatividad y recompensas a los trabajadores.
Teoría de la Contingencia
A. D. Chandler, T. Burns y G. M. Stalker, J. Woodward y P. Lawrence y J. Lorsch
Relación ambiente estructura de la organización
Análisis de la relación funcional que se establece entre el ambiente y las estructuras y técnicas administrativas.
Teoría del Desarrollo Organizacional
Warren Bennis,Edgar Schein, Robert Blake,Jane Mouton.
En las personas Cambio organizacional planeado. Enfoque de sistema abierto.
Fuente: Basado en Arianne Medina y Adalberto Avila. Facultad de Psicología, Universidad de La Habana. Revista Cubana de Psicología. Vol.19, No.3, 2002. Evolución de la Teoría Administrativa. Una visión desde la Psicología Organizacional.
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ADMINISTRACIÓN Y PSICOLOGÍA
Toda teoría administrativa está ligada inherentemente a la psicología, lo cual
significa que toda escuela o corriente de la administración lleva consigo una
idea o concepción sobre la actuación del ser humano; y es precisamente el
comportamiento humano el objeto de estudio de la psicología (Medina, 2002).
A grandes rasgos puede señalarse que el objetivo de la psicología científica es
el estudio de la conducta humana y las leyes que la rigen; según Lahey (1999),
la psicología trata de describir, predecir, comprender y entender la conducta y
los procesos mentales.
Uno de los aspectos esenciales que caracterizan a la teoría de la
administración científica, es su énfasis en los aspectos relacionados con la
organización del trabajo, concibiendo al hombre como un ser netamente
económico. Así, entre los principios abordados por Frederick Taylor en su
concepción de la organización del trabajo, se encuentra la selección y
entrenamiento de los trabajadores, lo cual lleva implícito un trabajo de estudio
del individuo fundamentalmente basado en sus aptitudes y rasgos
psicofisiológicos. Se debe destacar, que esta es la primera orientación del
objeto de estudio de la psicología del trabajo, por lo que se puede afirmar que
la relación entre ambas disciplinas surge del primer intento de elaboración
científica de una teoría sobre administración, de este período se puede señalar
la obra de Lilliam Gilbreth publicada en 1914 "La Psicología de la
Administración".
La teoría clásica de la administración cuyo máximo exponente Henry Fayol
abordó dentro de su concepción teórica la existencia de un conjunto de
cualidades que debía poseer un administrador y la necesidad de formar a los
mismos tomando en cuenta sus aptitudes y cualidades personales, así como
también hace referencia dentro de sus principios, al espíritu de equipo y el
papel que juega la comunicación en el mismo. Algunos de los 14 principios
propuestos por Fayol, tienen relación directa con los postulados de la
psicología en lo que se refiere a la conducta humana tales como los descritos
anteriormente.
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La precursora principal de la vinculación entre la psicología y la administración
es Mary Parker Follet (1868-1933), considerada una de las más importantes
exponentes de la denominada "Psicología de la Organización" haciendo énfasis
en los aspectos vinculados con las relaciones humanas y la integración
individuo - organización.
Mary Parker Follet (1942) aborda también los problemas relacionados con la
motivación y el liderazgo. Otro aspecto relevante muy vinculado a la actual
teoría de la contingencia es la ley de la situación, así como formula los
principios de la coordinación, como un aspecto básico en el proceso
administrativo, en el que juegan un papel preponderante las relaciones
interpersonales y la comunicación, haciendo énfasis además, en la necesidad
de la participación de dirigentes y subordinados en la planeación de tareas.
No se puede pasar por alto, al abordar los aspectos socio - psicológicos en la
administración a Chester Barnard (1971) el cual formula la teoría de la
organización como un sistema social, elaborando una concepción sobre la
participación y la cooperación, en la que da vital importancia a las relaciones
sociales, así como también aborda aspectos relacionados con las
características personales del individuo en función de las tareas a desempeñar.
Un giro radical en el centro del objeto de estudio de la administración y como
reacción a la escuela clásica, lo constituyó la denominada escuela de las
relaciones humanas, la cual coloca al factor humano como eje central,
concibiendo fundamentalmente al trabajador como homus social. En dicha
corriente existió una intensa participación de la psicología, al colocarse el factor
humano como objeto de estudio común. Esta escuela se sustentó en los
experimentos de General Electric conocido como experimentos Hawthorne
realizados por Elton Mayo.
El modelo burocrático surge en la década de los 40, representando un nuevo
giro en la administración, la misma tenía una orientación basada en la escuela
clásica, en la cual se persigue a través de normas, prescripciones y división de
funciones, la no interferencia de las emociones en el desempeño laboral. Sin
embargo se puede valorar la incidencia del factor humano dentro de esta
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escuela, en los análisis del sociólogo Max Weber sobre los tipos de sociedad y
antigüedad al clasificarlos en tradicional, carismática y racional, legal o
burocrática, reconociendo la presencia de los factores sociopsicológicos en la
autoridad carismática.
En la década de 1950 surge la teoría estructuralista, la cual trata de corregir el
esquematismo de la teoría burocrática, en el sentido de incluir y valorar
aspectos relacionados con la incidencia del factor humano, abordando
aspectos tales como la correspondencia entre la organización formal e informal,
entre los objetivos de la organización y los objetivos personales y entre los
estímulos materiales y sociales.
La denominada escuela neoclásica surge también alrededor de la década de
los 50´s, con un marcado carácter ecléctico y empirista, la cual tiene entre sus
principales representantes a Peter Drucker, y aunque basa sus preceptos en la
teoría clásica de la organización científica del trabajo, aborda en sus
postulados los aspectos vinculados con el factor humano, tales como: la
organización como sistema social, la organización informal y la dinámica de
grupos, las comunicaciones, liderazgo, estilo y los objetivos organizacionales e
individuales, resaltando las técnicas de la dirección por objetivos, en la cual
hacen énfasis en la importancia de la participación y el compromiso de los
implicados.
La teoría behaviorista de la administración, hace marcado énfasis en el factor
humano y el funcionamiento de la organización como un todo, tratando
aspectos de marcada orientación psicológica tales como la motivación
pudiendo distinguir los trabajos realizados por Lewin, K., Mc Gregor, D.,
Maslow, A., Herzberg, F., y Mc Clelland, D. Así como los trabajos que sobre
liderazgo y los sistemas de liderazgo desarrolló H. Likert. Siendo evidente el
papel representado en dicha tendencia, por la psicología al ver sus principales
representantes.
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La teoría del desarrollo organizacional al igual que la teoría behaviorista, son
considerados más como conjuntos de técnicas, que como escuelas de
administración propiamente.
El desarrollo organizacional fue propuesto fundamentalmente por psicólogos en
la década de los 60, y tiene en su centro el desarrollo planificado de las
organizaciones. En sus bases se encuentran los trabajos realizados sobre los
grupos de entrenamiento y los entrenamientos de sensitividad, así como
concepciones de la biología sobre el desarrollo de los organismos vivos y la
dinámica del cambio, abordando los aspectos relacionados con los sistemas,
sin darle el peso que adquirirá este concepto que se constituirá en una escuela
de la administración. Desarrolla un grupo de técnicas propias tales como el
desarrollo de equipos, suministro de informaciones adicionales, análisis
transacional, reuniones de comportamiento, tratamiento de conflictos
intergrupales, laboratorios de sensitividad, el proceso del cambio, de gran
utilización en los enfoques actuales de la administración. Dentro de esta
corriente se puede señalar a Rogers, C., Lippitt, R., Blake, R., Mouton, J.,
Leavitt, H., Schein, E., y Bennis, W. entre otros.
La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento humano y como tal
es una ciencia afín y complementaria a las ciencias administrativas. La
comprensión y desarrollo del recurso humano las organizaciones sería
incompleta sino se cuenta con el aporte de la psicología industrial u
organizacional para la comprensión y manejo de la conducta humana en
condiciones laborales.
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Variables psicológicas en la administración
Describir la información que se genera a través de ciertos tipos de investigación
científica en administración se fundamenta en la descripción de fenómenos
psicológicos de una forma más exhaustiva y completa. Algunas veces basados
en la descripción, se puede predecir un comportamiento o conducta de los
individuos de una organización con cierto grado de confianza dado su rigor
metodológico. Por otro lado, entender el comportamiento y los procesos
mentales implica la posibilidad de intervenir sobre los problemas relacionados
con las conductas, optimizar las posibilidades de una persona, grupo u
organización hacia una meta determinada. Finalmente, la psicología utiliza la
descripción, la predicción y la comprensión de sus conocimientos para influir en
el comportamiento de una persona, grupo u organización.
Según Aktouf (1998), al explicar la psicología la forma como opera la
motivación de los actos humanos, y consiguientemente la forma de predecirlos
al menos parcialmente, da la razón de las acciones que el hombre realiza en
cualquier organismo social y sirve por ello para explicar en gran parte los
fenómenos sociales. Por otro lado, el administrador coordina personas y al
mismo tiempo su actuación, con las cosas, sistemas, etc., necesita conocer del
mejor modo posible los diversos resortes psicológicos para tratar de influir en el
logro de la cooperación de los hombres como base para esta coordinación.
Asimismo, algunos conceptos como tales como: estrés, depresión, procesos
cognitivos, inteligencia, frustración, inconsciente, emociones, actitudes, ego,
fobias, ansiedad, motivación, aprendizaje, entre otros, no tienen una existencia
concreta similar a las entidades físicas que se prestan a la observación
sensible en la administración. Son conceptos que sobrepasan la observación
empírica y muchas veces expresan supuestos teóricos. A tales conceptos se
les llama actualmente “constructos o conceptos no observacionales” para
diferenciarlos de los observacionales (Bunge, 1973).
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Posibilidades de la medición en psicología
Existen diversas maneras de atribuir números a las propiedades de los objetos.
La psicometría es el campo disciplinar de la psicología cuyo objeto es aportar
soluciones al problema de la medición en cualquier proceso de la investigación
psicológica (Aliaga, 2007); se le considera además, un campo metodológico
que hace uso del lenguaje formal de las ciencias matemáticas, cuyos niveles
de acción incluyen contribuciones teóricas y aplicativas a la medición de los
fenómenos psicológicos.
Según Cohen y Swerdilk (1996) citado en Delgado, Escurra y Torres (2000), la
medición es la asignación de números, símbolos o características de los
objetos (personas, eventos, fenómenos, etc.) de acuerdo a reglas, como
lineamientos para representar las características y/o atributos del objeto que se
está midiendo.
Según Stevens (1951 y 1970, citado en Alarcón, 2008) considera a la medición
como la asignación de numerales a objetos o eventos de acuerdo a reglas.
En general se pueden distinguir tres tipos diferentes de medición que son:
a. Medición fundamental es aquella medición de las propiedades para las
cuales se puede establecer una unidad básica natural específica con
una representación extensiva. Por ejemplo, peso, longitud, tiempo, en
donde el instrumento utilizado para medir posee la misma cualidad que
se quiere medir. Por ejemplo, para medir longitud se usa el metro o sus
derivados que se superponen a un objeto, una tela, etc. tantas veces
como sea necesario (tela y metro poseen el mismo atributo, longitud).
Las siete medidas básicas fundamentales de la física y su definición se
buscaron tratando de encontrar un fenómeno natural de estabilidad
máxima que pudiera servir como patrón para estas unidades. Esto no ha
sido fácil hasta conseguir un sistema internacional de unidades definidas
en la XI Conferencia General de Pesos y Medidas realizado en 1960 en
París. En psicología no se cuenta con ningún tipo de medida
fundamental.
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b. Medición derivada se obtiene indirectamente, mediante una relación con
medidas extensivas. Por ejemplo, se sabe que la densidad es la relación
entre peso y volumen, es decir: Kg/ m3 . Esta relación se obtiene
empíricamente y no es una hipótesis ni una teoría. Otras medidas físicas
derivadas son la velocidad = m/seg., luminancia = cd/ m2 , voltio =
Watts/ampere, Watts = joule / seg, etc.
c. Medición por “fiat” ; en psicofísica el atributo que interesa es la respuesta
del sujeto a los estímulos físicos. La medición es la respuesta, y se hace
en función de su relación con el estímulo, relación establecida por una
ley empíricamente demostrada. En la medición por fiat se establecen
relaciones entre los observables y los conceptos. En esta categoría
están los indicadores de las ciencias del comportamiento: este tipo de
medición se da cuando se tiene un concepto que parece importante pero
no se puede medir directamente; entonces se mide alguna variable
relacionada, por ejemplo, se puede medir la aptitud para aprender
mediante el número de errores que comete un sujeto hasta haber
aprendido algo; es decir, la variable que interesa solo tiene un
significado operacional, no constitutivo.
Principios de medición en psicología
Los primeros intentos de medir con rigor los atributos psíquicos tuvieron lugar a
finales del siglo antepasado en los laboratorios alemanes, de la mano de
Fechner, pionero de las investigaciones sobre las relaciones entre la
estimulación física y las sensaciones psicológicas producidas por ésta. Para
estudiar la conexión entre ambos continuos, el físico y el psicológico, Fechner
tenía que medir los estímulos físicos, tales como el peso, el sonido, la longitud,
etc., no suponía ningún problema, se encontró con que no disponía de métodos
para medir rigurosamente las sensaciones, para lo cual desarrolló todo un
conjunto de ellos, hoy clásicos, denominados métodos psicofísicos indirectos
(Muñíz, 1998). Basándose en los trabajos previos de Weber, Fechner
estableció que la función que unía la estimulación física con las sensaciones
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psicológicas suscitadas obedece a una función logarítmica. Esto significa que
al aumentar la estimulación física geométricamente, las sensaciones lo hacen
aritméticamente; es decir, que si bien al principio al aumentar la estimulación
física aumenta rápidamente las sensaciones, éstas van necesitando cada vez
mayor incremento de la estimulación física para experimentar algún aumento.
La misma ley había sido observada con anterioridad en el campo de la
economía entre el crecimiento de la fortuna y el placer experimentado por el
afortunado. Este campo de estudio iniciado por Weber y Fechner se denomina
Psicofísica, pues, como su nombre lo indica, trata de poner en conexión las
sensaciones psicológicas con la estimulación física que las suscita.
La psicofísica constituye hoy en día un campo con grandes implicaciones
aplicadas, por ejemplo, la importancia de conocer con precisión los efectos del
ruido, la luminosidad, sabores, olores, etc. sobre nuestro sistema perceptivo.
En la actualidad gran parte de las investigaciones psicofísicas se llevan a cabo
dentro del marco general de la teoría de la decisión y de la teoría de la
detección de señales (Swets, 1996), un modelo desarrollado originalmente por
los ingenieros para la detección de señales con ruido de fondo, y que se ajusta
bien a los humanos considerados como perceptores de señales.
Otro campo de la medición psicológica en la que desembocan estos estudios
psicológicos es la medición de las actitudes, en cuyo caso desaparece el
continuo físico (Muñíz, 1998). Medir actitudes es averiguar las preferencias de
las personas hacia determinados estímulos, bien sean objetos, ideas o
conceptos. Las actitudes constituyen un entramado clave para entender a los
humanos, son el cristal a través del que se mira el mundo. Medir su fuerza,
conocer su formación, su relación con la conducta y la manera de cambiarlas
constituyen campos de sumo interés. A grandes rasgos, una de las vías por las
que ha entrado la medición en psicología, y cuyo objetivo es el escalamiento de
los estímulos, bien sea con referente físico (psicofísica), o sin él (actitudes).
La otra gran línea de progreso de la medición, mucho más conocida es el
escalamiento de los sujetos, es decir los tests; sin embargo, se mida de un
modo u otro, las mediciones deben reunir ciertas condiciones para que su uso
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sea el adecuado: que sean fiables, que sean válidas y que estén bien
fundamentadas teóricamente.
Paralelo a la medición empírica de las variables psicológicas, existe toda una
línea de trabajo más teórica encaminada al análisis del estatus teórico de las
mediciones psicológicas, que hinca sus raíces en los trabajos originarios del
campo de la física. La revolución copernicana en la fundamentación teórica de
la medición psicológica vendrá de la mano de Stevens (1946, 1951), al eliminar
la restricción de que los números asignados como medidas tengan que
obedecer necesariamente a las leyes de la cantidad, abriendo así la posibilidad
a otros tipos de escala (Fraser, 1980). Stevens define la medición como la
asignación de números a objetos según determinadas reglas, La flexibilización
introducida al permitirse diferentes reglas de asignación extiende el sistema de
Campbell y permite el establecimiento de las cuatro escalas de medición
clásicas: nominal, ordinal, intervalo y razón, que vienen definidas por cuatro
reglas distintas de asignación de los números a los objetos. Para representar
un sistema empírico concreto no habrá por que utilizar todas las propiedades
del sistema numérico. La escala nominal sólo tiene en cuenta la propiedad de
los números igual/desigual, los números actúan como nombres. En la ordinal,
además de igualdad/desigualdad, se tiene en cuenta el orden. La escala de
intervalo además de las anteriores propiedades añade la igualdad/desigualdad
de las diferencias, no existiendo un cero absoluto de la escala. Finalmente, en
la escala de razón existe el cero absoluto de la escala e igualdad de razones.
Medición de las actitudes La actitud es uno de los conceptos centrales de la psicología social debido a que
la conducta de un individuo se halla determinada en gran medida por sus
actitudes. Asimismo, las actitudes sociales sirven como indicadores o predictores
de la conducta, la cual se aprende o adquiere en el proceso de socialización y
suele compartirse con otras personas.
En los antecedentes se engloban varias cuestiones importantes de estudio e
investigación sobre actitudes: cómo se forman, sus funciones, por qué, cómo
cambian, y cuáles son sus relaciones con la conducta de los individuos.
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La actitud se considera mediadora entre los estímulos generados por el entorno
social de la persona y las respuestas o reacciones de ésta a dicho ambiente. Es
una forma activa de adaptación de la persona a su medio ambiente (Guillén,
2003).
En un estudio pionero realizado por Allport en 1935 puso de relieve la existencia
de más de cien definiciones de actitud social, hecho que prevalece aún hoy en
día. Sin embargo, existen aspectos comunes que permiten tener una idea de lo
que es actitud. Guillén, 2003 basado en Berkowitz (1972) indica que cualquier
definición de actitud se encuadra en alguna de las siguientes categorías.
a. Las que subrayan que la actitud es un fenómeno que se distingue por su
carácter evaluativo-afectivo.
En este contexto, una de las definiciones más representativas de este grupo
es la de Benn (1970, p.14), quien afirma que las actitudes son lo que nos gusta
y lo que nos disgusta: es decir, los sentimientos favorables o desfavorables
que desarrollamos hacia las personas, los objetos y los hechos de nuestro
entorno remoto o inmediato.
b. Las que consideran que lo más distintivo de la actitud es que implican una
predisposición a actuar de una determinada forma.
Un ejemplo de este grupo es la definición que da Rokeach (1968, p.112); una
organización relativamente duradera de creencias en torno a un objeto o
situación que nos predispone, preferentemente, a reaccionar de una manera
determinada.
c. Las que consideran que la actitud es una compleja estructura integrada por
tres componentes: uno de carácter cognitivo, otro de carácter afectivo y uno
más de carácter comportamental.
Pastor Ramos (1983, p.368) considera que la actitud es un compuesto
psíquico unitario relativo a lo que individuo piensa, siente y hace respecto de
un objeto sociocultural.
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De lo anterior, una actitud entonces puede definirse de manera formal como
una disposición aprendida a reaccionar de manera favorable o desfavorable
con una carga afectiva ante un estímulo en particular; el estímulo puede ser un
objeto, un grupo, una institución, etc.
Debido a que las actitudes pueden determinar acciones, cambios de conducta,
e incluso de comportamientos resultan de especial interés para la psicología;
sin embargo, desde el punto de vista de la investigación son constructos
teóricos, altamente sensibles a la forma de medición. Por lo que se han
desarrollado diversos enfoques de medición de las actitudes, los cuales se
basan en reportes de respuestas obtenidas a ciertas interrogantes. Sin
embargo, las respuestas a una pregunta pueden variar por diversos factores
extraños a la misma, por lo que generalmente se usan cuestionarios de
múltiples ítems, que en general, determinan lo que se conoce como escalas de
actitud.
Las escalas de medición involucran la conversión de algo abstracto como lo es
la actitud, en alguna clase de escala numérica, dando mayor facilidad al
manejo de los datos y subsecuente análisis estadístico. Algunas de las más
utilizadas son:
Escala de Likert
Denominada así en honor de Rensis Likert, quien diseñó este método en 1932.
La escala de Likert es un instrumento en el que se plantean una serie de
proposiciones ante las cuales el individuo debe mostrar su “acuerdo” usando
palabras que implican grados crecientes o decrecientes del mismo. Es una
escala verbal de tipo ordinal de medición compuesta, ya que mide una variable
única a través de una serie de parámetros.
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Diferencial semántico
Método desarrollado por Osgood, Suci y Tannenbaum en 1957, se basa en
usar un par de adjetivos opuestos, representando valores extremos en una
opción bipolar, como bueno/malo, útil/inútil, adecuado/inadecuado,
seguro/peligroso, etc. Se asume que hay un espacio semántico hipotético,
entre los cuales debería estar situada la verdadera actitud del sujeto que se
evalúa de manera gráfica.
Se trata de calificar el objeto de actitud mediante una serie de adjetivos
extremos. Es decir, el entrevistado tiene que calificar el objeto de actitud en un
conjunto de adjetivos extremos o polares.
Entre cada par de adjetivos polares se presentan varias opciones y el
entrevistado selecciona aquella que refleje su actitud en mayor medida.
Ejemplo de escalas bipolares
Objeto de actitud: candidato presidencial
Duro ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ Blando
Se observa que los adjetivos son extremos y que entre ellos hay 7 opciones o
categorías de respuesta. Cada entrevistado califica al candidato en términos de
esta escala de adjetivos polares.
Escala o escalograma de Guttman
Planteada por Luis Guttman en 1944. Se presentan una serie de
planteamientos similares a los de la escala de Likert, pero asumiéndose que
cada escalograma está dirigido a estudiar un solo detalle de cada aspecto en
particular, siendo entonces unidimensionales.
Es este tipo de escalas hay gradación interna y externa, la interna respecto al
grado de concordancia con el planteamiento propuesto y externa en el sentido
de que hay diversos planteamientos similares que varían en intensidad, por lo
que se asume que el aceptar el de mayor intensidad es equivalente a aceptar
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todos los demás y viceversa. Los ítems deben construirse y validarse con
especial cuidado, debiendo ser presentados en orden creciente o decreciente
de intensidad. Ejemplo; si una persona responde que le gustan todas las frutas,
entonces debería decir también que le gustan las manzanas, ya que esta
afirmación es de menor intensidad que la primera.
El propósito de esta escala es medir la unidimensionalidad actitudinal (mide
solo una dimensión) de acuerdo con el supuesto de que la actitud íntegra está
contenida en una sola dimensión. Es decir, los enunciados o afirmaciones
deben estar relacionados unos con otros.
Los encuestados son enfrentados a responder el conjunto de opciones o
alternativas que se pueden dar en la dimensión actitudinal. Estas opciones se
presentan en una especial disposición, de tal manera que las alternativas o
preguntas midan la intensidad de la apreciación o la opinión.
Ejemplo: suponer que se está midiendo actitudes frente al aborto. Para este fin
se diseñó un continuo de ítems relacionados con el tema:
¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con que el aborto sea permitido en
las siguientes circunstancias?.
Cuando la vida de la mujer está en peligro
En caso de incesto o de violación
Cuando el feto muestra clínicamente riesgos graves de salud
Cuando hay consentimiento paterno
Cuando la mujer no puede criar responsablemente el futuro niño
Cuando la madre lo considera pertinente
Escala de Thurstone y Chave
Realizada con ítems que valoran opiniones con valores fluctuantes entre 0 y
11, los cuales no se muestran a los participantes quienes sólo deben
seleccionar la opinión con la que concuerdan más. Los valores del 1 al 11 se
obtienen promediando los valores o pesos que se asignan por un grupo de
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expertos, implicando que esta escala tiende a representar una medición de
intervalos.
Las escalas de medición representan el patrón de referencia al cual recurre la
psicología para medir variables de interés como lo son la medición de las
actitudes con el objetivo de llegar a conclusiones de orden inferencial a los
constructos que se derivan de estas actitudes, dando confianza y validez a los
instrumentos de medición a los que recurre esta ciencia y con ello entender un
poco más la naturaleza humana con la posibilidad de que a través del
entendimiento de las actitudes se pueda comprender el comportamiento de los
individuos.
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