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Juan Solano, O.P. (1505 ca-1580) segundo obispo de … · ello en Fernández el cual hace desli zar...

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Juan Solano, O.P. (1505 ca-1580) segundo obispo de Cuzco, y la fundación del "Colegium S. Thomae de Urbe" Cario Longo l. Fraile dominico (1524-1543) Muy tortuosos son los caminos que vamos a d esc ribir. Cru zaron el mund o ent onces conoc id o, desde Anda lu cía a la Castilla, desde el Perú hasta Italia. Y aquí se detuvieron y en la quietud del descanso romano, después ele viajes y aventuras, bata ll as y luchas políticas , dieron inicio a un a in stitución que, luego en el transcurso de los siglos, en la ciudad de los papas, formará generaciones de eclesiásticos. Estamos relatando la hi stori a de fr ay Juan Solano, domini co español, andaluz de nacimiento, o bi spo del Cu zco en el Perú, fundador en Rom a del Col eg io el e S.Tomás. Pe rt enecía a una familia aco modada de Ar chidona, pequeño pueblo en la di óc es is y prov in cia de Málaga, en Anda lu cía, reg ión e nt onces ll amada Reino de Granada. Nació en la primera década del siglo XVI en un a fecha que puede variar entre el 1503 y 1506 1 seg ún Los analis ta s del Co n ve nt o Je Salamanca ponen la fecha de su nacimie nt o en l506 afirmando que en d momento de in gresar al Convento para empezar el Noviciado, en l 524. tenía dieciocho años. Utili- zaban iodos los datos sacados del arc hi vo del co nve nt o. donde se enco nt raba tal indicación cronológica. Así A. Ferná nd ez. Histori(I del Con vento de SL steban de Sala111a11 ca, escrita e nt re el 16 16 y el 1626. publicada en J. C uer vo. Hi storiadores del Convento de S. Esrehm1 de Sa/mnanrn, l. Sa laman ca , 19 14. p. 135: J. Quintana. Segunda P(lrte de lo hisw ria del in signe con vento de SEs tebon de Salanwn rn. redaclada en el co mienzo del siglo XV III y pu bl icada en Cuervo. 111 , Sa lamanca 19 16, p. 123. El epíg ra fe de su sepulcro en la basílica rumana de Santa María sobre Minerva. en cambio afirma que Nº 2, di c ie mbre 1996 509 I' 1
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Juan Solano, O.P. (1505 ca-1580) segundo obispo de Cuzco,

y la fundación del "Colegium S. Thomae de Urbe"

Cario Longo

l. Fraile dominico (1524-1543)

Muy tortuosos son los caminos que vamos a describir. Cruzaron e l mundo entonces conoc ido, desde Andalucía a la Castill a, desde el Perú has ta Itali a. Y aquí se detuvi eron y en la quietud del descanso romano, después ele viajes y aventuras, batall as y luchas po líticas, die ron inic io a un a institución que, luego en e l transcurso de los s iglos, en la ciudad de los papas, formará generac iones de eclesiásticos. Estamos relatando la hi storia de fray Juan Solano, dominico español , andaluz de nacimiento, obi spo del Cuzco en el Perú , fundador en Roma del Colegio ele S.Tomás.

Pertenecía a una familia acomodada de Archidona, pequeño pueblo en la di ócesis y prov incia de Málaga, en Andalucía, reg ión entonces ll amada Reino de Granada. N ac ió en la primera década del siglo XVI en una fecha que puede variar entre e l 1503 y 1506 1 según

Los ana listas del Convento J e Sal amanca ponen la fecha de su nacimiento en l506 afirmando que en d momento de ingresar a l Convento para empezar e l Nov iciado, en l524 . tenía diec iocho años. Utili ­zaban iodos los datos sacados del archi vo del convento. donde se e ncontraba ta l indicación cronológica. Así A. Fernández. Histori(I del Con vento de SL steban de Sala111a11ca, escrita entre e l 16 16 y el 1626. publi cada en J. C uervo. Historiadores del Convento de S. Esrehm1 de Sa /mnanrn , l. Salamanca, 19 14. p. 135: J. Q uintana. Segunda P(lrte de lo hiswria del in signe convento de SEstebon de Salanwnrn. redac lada en e l comienzo de l sig lo XV III y publ icada en Cuervo. 111 , Salamanca 19 16, p. 123. El epígra fe de su sepulcro en la basílica rumana de Santa María sobre Minerva. en ca mbio afirma que

Nº 2 , dic ie mbre 1996 509

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Artículos , Notas y Documentos-------------------------

las indicaciones que nos brindan las fuentes 2•

En las primeras décadas de su vida, así como sucede a menudo en el caso de persona­jes que se han vuelto célebres en edad madura y no pertenecientes a dinastías ilustres , tenemos datos muy escasos. Solo sabemos que su familia vivía con cierta comodidad, puesto que pudo pemlitirse enviar a su hijo a estudiar en Salamanca3

. Allí entró en contacto con los dominicos del Convento de San Esteban y tornó la decisión de entrar en la Orden. Su novic iado empezó en los últimos meses de 1524 y profesó en 24 de diciembre 1525, siendo prior fray Diego de San Pedro.

Durante casi veinte años, las fuentes que logramos conseguir, quedan calladas. Sobre su formac ión y sus actividades, los biógrafos dan indicaciones genéricas. Afinmm que fu e discípulo en Salamanca de Francisco de Yitoria4, quien , en realidad, dictó clases en aquel centro de estudios desde 1526 hasta 1541. Sin embargo, no hay documento alguno que dé testimonio de sus actividades académicas. Por eso parece que sus estudios se limi taron a los cursos institucionales y que, después de la ordenación, acontecida aproximadamente hac ia 1530, se hubiera dedicado al ministerio en los conventos de la Provincia Dominica de España.

Igualmente imprecisas son las infonnaciones transmitidas acerca de sus actividades pastorales: palabras genéricas para alabar su celo y su prudencia, que llevaron a los frai les a elegirlo como prior de conventos de los cuales ignoramos los nombres y las fechas-'. Sola-

en el momento de la muerte el 14 de Enero 1580, tenía seten ta y seis años. por lo cual la fecha de su nacimiento podría también colocarse en 1503. El apodo de Granalensis que la misma lápida y muchas fuentes más le at ri buyen quiere significar su origen desde el reino de Granada, conquistado por los españoles al final del siglo anterior. El texto de l epígrafe aún visible en V.M. Fontana , Sacrwn rhe{l/1w11 dominiccunun. Romae. 1666. p. 184. Sólo Inca Garcilaso de la Vega. Comen/arios reales de los Incas, ( Biblioteca de au tores españoles· · desde ahora en adelante BAE-. CXXX lll) . Madrid , 1963, p. 365 lo define " natural de Antequera" . ciudad an­daluza cerca de Archidona y obviamente más conocida como pun to de referencia geográfico .

2 Fernández en Cuervo, l, p. 135. 3 " In vigi lia Nativitatis Domini (1525) post matutinurn fecit profess ionem fr. Johannes Solano, C lericus.

in manibus p.dr.Didaci de Sancto Petro, prioris huius conventus Salamantini ord ini s Praedicatorurn" Libro de las profesiones publicado en C uervo, l!I, p. 794. Véanse también las noticias deducidadas por e llo en Fernández e l cual hace desli zar todo adelante de un año. en Cuervo, l. p. 135; en J. de Araya, Hisroria del Convenio de S.Esreban de Sala111anca, que escribía a finales de l siglo XY ll en C uervo. ll. Salamanca. 1914, p. 437; en Quintana en Cuervo, lll , p. 123.

4 Fernández en Cuervo, I, p. 136; J.B. Feuillet. Líannee dominirnine. janvier. Amiens, 1678. pp. 35 1-352. En e l A rchi vo del Conven to de Santa María sobre Minerva en Roma -citado desde ahora e n ade­lan te con la sigla ACM -se conservaría un manuscrito con el títu lo Glossa en 11, 11 divi 711011we Ac¡u inaris. scripra propria man.u B.O. loan Solani episcopi, discipuli illius eximii Francisci de Viro ria. que confirmaría la afi rmación de los biográfos pero no hay otras menciones referentes a su ca1Tera acadé­mica. Con énfasis la noticia ha sido repetida todas las veces que se ha querido ensalzar el influjo de l pensamiento de l teólogo español en la realidad americana. L.G. Alonso Geti no. El m{lesrro Fú111cisco de Viwria, Madrid. 1930, pp. 374. 388: G. Lohmann Villena. La ¡,roveccilÍn en las Indias de las dnc­rrinas de Viwria y Las Casas; de la teoría a la praxis en diriui dellíuomo e la pace ne/ pe11iero di Francisco de Viwria e Barrolome de las Casas. (Studia Uni versitati s S.Thomae in Urbe, XX IX). Mil ün , 1988, pp. 138-139: G . Lohmann Yillena. Los dominicos en la vida cu/rural y arndé111irn del PcrtÍ e11 el siglo XVI .ven Los dominicos y el nuevo mundo. Acw del II congreso illfernacional. (Los dominicos y América. VI). Salamanca, 1990, pp. 47-408, 412.

5 Fernández en Cuervo. l , p. 136; Feuillet. p. 352.

51 O Revista Andina, Año 14

Longo: Juan Solano O .P. (1505 ca-1580)

mente sabemos que en e l 1543, en e l momento de su e lección como obispo, era prior de l Convento de Santo Domingo de Peñafi e l".

2. El nombramiento como obispo del Cuzco (1543-1544)

La organi zac ión ec les iástica en los territori os del Perú había tenido lugar a l mismo tiempo que acaecía la Conqui sta. En 1529 fue c reada una primera di ócesis en Tumbes y fue nombrado Hernando de Luq ue a reg irl a. Pero Luque murió en Panamá en 1534 mientras estaba viajando hac ia su sede y cuando aún no había recibido la bula de nombramiento. C uando aquell a c iudad perdi ó importancia, avanzando los españoles hacia el sur, ese proyecto inic ial no tuvo continuación 7. Por lo tanto se e ri gió un obispado en e l Cuzco, capital de los Incas . En 1535 fue presentado como obispo de esa nueva sede el dominico Vicente de Valverde, luego nombrado e l 8 de enero de 1537.

La hi storia de Val verde es la más conocida. Había sido uno de los compañeros de Fran­cisco Pizarro en la conquista del Imperio de los Incas. Junto a él, el 15 de noviembre de 1532 había alcanzado al Inca Atahualpa, con el cual había tenido una dramática conversación, durante la cual, no fue posible, de hecho, comprenderse . Cuando los conquistadores decidieron eliminar también al inca, Val verde lo bauti zó, poco antes de la ejecución , el 29 de agosto de 1533.

En 1534, en e l templo del Sol de Cuzco, fundó, junto con sus cofrades dominicos, el primer convento de la Orden en e l Perú. Fr.Vicente se hallaba en España cuando fue confir­mada su presentación y qui zás fue consagrado en Salamanca en 1537. De retorno a América, llegó el año siguiente. Tuvo poco tiempo para programar su obra de evangeli zac ión, porque en 154 1 fue asesinado y comicio por los indios de la isla de Puná~.

El 13 de mayo 154 1 fue levantada otra d iócesis en Lima, llamada entonces Ciudad de los Reyes, y desde la sede de Cartagena de las Indias, trasladaron allí a otro dominico, fr. Jerónimo de Loaysa ( 1498-1 575 ), quien e l 12 de febrero de 1546 vino a ser el primer arzobis­po de aque ll a sede9.

La situac ión política y militar de aquellas regiones era sumamente inestable . Los roces entre la Corona y los conqui stadores eran frecuentes y recu1Tentes, la organi zación eclesiásti ­ca todavía incierta y las inic iativas ele evangelizac ión condicionadas por los métodos ele con­quista. En ese contexto, aconteció el nombramiento de fray Juan Solano para la sede del Cuzco

6 l11d ice ge11 ern/ de los papeles del Co11sejo de Indias. ed A. de Altolagui1Te y Duvale - A. Bonilla y San Martín (Colecc ión de doc umentos inéditos de Ult ramar" . XIV), Madrid, 1923 . p. 11 6.

7 A . de Egaña, Historia de la Iglesia e11 la América Espaiiola desde el descubrimiento hasta com ienzos del siglo XIX. Hemisferio Sur (B ibli oteca de autores cri stianos CCLVI ). Madrid. 1966. pp. 42-43: V. en Enciclopedia Universal ilustrada europeo-a 111ericana (desde ahora en adelante EU IEA ) XXXI. p. 828. Señalamos que las voces de este dicc ionario son frecuentemente aprox imati vas: las c itamos por fa lta de otras referencias bib liográficas.

8 A. de Egaña. pp. 43,47.54 : V. en EU IEA LVI. pp. 864-867, G. Van G ulik-C. Eubel L. Hiemrchia catlwlirn. 111. Monasterii . 1923 , p. 184 .

9 A. de Egaiia. pp. 44-45: Van Guli k-Eubel. pp. 154-225: sobre este personaje véase la monografía de M. O lmedo Jiménez . .lemni1110 de Lor1v.rn O.P. ¡)(/cificadorde espaiioles y protector de indios . Granada 1990. Ya se había publicado en tres pa rtes en "Archi vo do minicano" . VII ( 1986) - IX ( 1988).

N9 2, dicie mbre 1996 511

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y durante casi un período de veinte años. se verá comprometido con todas las vicisitudes que marcaron los inicios de la dominación española en el Perú y el nac imiento de la Iglesia cató­lica en los Andes.

Era prior del convento de Santo Domingo de Peñaficl, como ya se dijo, cuando en septiembre de 1543, en tiempos de Carlos V ( 1516-1556), fu e nombrado obispo del Cuzco 111 •

Sin esperar la confinnación papal y aún no consagrado tuvo de inmediato la oportunidad de embarcarse con el virrey Blasco Núñez de Vela (+1546) 11 y junto con él llevó a cabo la tra­vesía hasta el Perú. Partieron de Sanlúcar de fümameda el 3 de noviembre de 1543 y llegaron a las orillas atlánticas americanas a Nombre de Dios. el I O de enero del año siguiente.

El 24 de enero de 1544 se embarcaron otra vez, desde Panamá, en el Pac ífico, alcan­zaron el puerto de Tumbes el 4 de marzo 11 desde donde por tierra llegaron a Lima. Solano se encontraba en la capital el I O de Marzo y de allí escribía al rey para comentar su viaje y relatar los acontecimientos que se había enterado desde su llegada l3_

Mientras tanto el rey había ped ido confirmación del nombramiento al papa Pablo lll (1534-1549) y la bula fue emitida el 29 ele febrero 1544 14

. Esa costó a la Corona 88.925 maravedís 15•

En aquel mismo día, la elección canónicamente reali zada, fu e comunicada al cabildo, al pueblo y a los súbditos de la Iglesia de Cuzco, al rey y al arzob ispo ele Sevilla, aún rnetrór oli s del Cuzco 16

• Fray Juan fue absue lto ele eventuales censuras y con otra bula emitida el día si­guiente, 1 de marzo. le autorizaron para hacerse consagrar por un ob ispo ele su agrado 17.

Las bulas papales tuvieron las ejecutoriales en Vallaclolicl , el 30 de mayo ele 154418 ,

mientras que el 21 de agosto siguiente, dacia la particular situación eclesiás tica ele aquellas regiones, Solano fue autorizado por el papa para que se consagrara con un obispo y con la asistencia de dos o tres sacerdotes más 19

Por razones hasta la fecha desconocidas , pronto tuvo choques con su cofrade y colega en el episcopado, fray Jerónimo de Loaysa. Sobre ello escribió una carla -extraviada- al rey , rec ibiendo como respuesta una invitac ión a la prudencia. Por las vicisitudes político-militares, de las que pronto comentaremos- no pudo alcanzar de inmed iato su sede episcopal.

Tomó posesión de la sede del Cuzco a través de un procurador en nov iembre de aq uel mismo año de 1544, mientras él pennanecía en Lima, también para enfrentarse con las vari as

1 O "Fray Juan de Solano, prior de Santo Do mingo de Peña fiel Obispo del Cuzco. por muerte de Fray Vicente de Valverdc septiembre ( 1543)". flldice general. ed . De Alto laguirre y Duvale- Bonilla y Sa n Martín . p. 116.

11 V. en EU IEA VIII . p . 11 6. 12 R . Vargas Ugarte. Historia de la lglesio en el Perú ( 15 11 -1568). Linrn . 1953 p. 25 1. E l itinera rio viene

descrito en P. Gutién ez de Santa C lara, Quinquenorios, BAE. CLX V. Madrid . 1963. pp. 155 - 16 1. 13 A. de Egaña. p. 59: Vargas Ugarte . Historio dC' la lglesio, 1, p. 25 1. 14 J. Metzler, América Pontificia . l. "Collec tanca archivivatiani". XXVII. 1 C itt .í de l Vati cano. 1991. pp.

485-487 . 15 1544 "Las bulas de fray Juan Solano, 2 obi spo del C uzco costaron 88 mil 925 maravedís". Indice C,·-

1·1eral, ed. De Altolagui1Te y Duvale-Bonilla y San Martín , 11 mi sma colección X V. Madrid. 1924. p. 154. 16 Metzler. l. pp. 487-49 1. 17 Metzler, I, pp. 492-493. 18 Vargas Ugarte, Historia de la Iglesia, l. p. 25 1. 19 Metzler. l. pp. 501 -503.

512 Revista Andina, Año 14

Longo: Juan Solano O.P. (1505 ca-1580)

posibles soluciones a la enredada situación política. Pudo alcanzar Cuzco el 3 de noviembre de 15452" al mismo tiempo que el 24 de octubre de 1546 en Lima, finalmente, logró ser con­sagrado por el obispo Loaysa11

.

3. La guerra civil (1544-1548)

El virrey Blasco Núñez Vela, nombrado el I de marzo de 1543 también presidente de la Audiencia de Lima instituida en aquel momento22 , partido junto con Solano y cuatro Oidores, fue encargado de aplicar en el Nuevo Mundo las Leves Nuevas, promulgadas por el rey Carlos V, el 20 de noviembre de 1542 en Barcelona e integradas con otras disposiciones emitidas en Valladolid el 4 de junio de 1543.

Debido a muchas denuncias llegadas a la Corte, las Leves Nuevas prohibían la esclavi­tud de los indios y abolían la encomienda. Como es sabido, la encomienda era el derecho de soberanía de los conquistadores sobre los territorios conquistados y sobre las personas que los habitaban , así que el encomendero tenía autoridad sobre los indígenas de su territorio y derecho a mano de obra gratuita sea para la actividad agrícola, sea para el trabajo de las minas. Además se abolía la hereditariedad de las encomiendas que dejarían de serlo con la muerte de los titu­lares correspondientes. Los indios , además, eran liberados de todas las obligaciones de servicios personales y sometidos al pago de impuestos como todos los demás ciudadanos.

Recién llegado al Perú , el obispo Solano había señalado dificultades en la aplicación de aquellas leyes y en la carta al rey del I O de marzo 1544 presentaba el caso de los indios liberados y retornados a sus aldeas, quienes habían sido matados por sus caciques por haberse hecho cristianos23.

Las reacciones más violentas en la aplicación de esta nueva legislación llegaron, como era previsible, de los encomenderos, que se veían depauperados y desautorizados. Gonzalo PizaiTo ( + 1548)24 en 1544 se puso a la cabeza de la rebelión contra la Corona y durante cuatro años la guerra civil asoló al Perú, siendo uno de sus centros justo en la región del Cuzco. El clero, neutral o resueltamente partidario del rey tuvo algunas deserciones a favor de los rebeldes. Los obispos intentaron muchas soluciones con el fin de apagar aquel foco de guerra. Así, en octubre de 1544, cuando Pizarra estaba acercándose a Lima, los Oidores pidieron la opinión de Loaysa, de Solano, de Gai·cía Díaz, obispo elegido de Quito (+1562)25 , y del primer pro­vincial de los dominicos del Perú, fr. Tomás de San Martín ( + 1559)2~. Todos estaban de

- ------ --20 Vargas Ugarte, Historia de la Iglesia. l. pp. 252-253. 21 Metzler. l. p. 486. L. Paztor Guida al/e fon ti perla .Horia del/ "Ame rica Latina. ("Collectanea archivi

vaticani. 11 ) Cittá del Vaticano. 1970, p. 44. 22 E. Schafer. Indice de la colección de documentos inéditos ele Indias. ll, Madrid, 1947. p. 341. 23 Vargas Ugarte. Historia de la Iglesia l . p. 252 EGAA . p. 59. 24 J .A. del Busto, V. en Gran Enciclopedia RIALP, XVIII, Madrid. 1974, p. 569. 25 Van Gulik-Eubel. 111 , p. 280. Fue consagrado por Solano el 5 de Junio. 1547 en Cuzco. Vargas Ugarte,

Historia de la Iglesia, l. p. 150. 26. Fue desde 1540 hasta 1552 primer provincia l de los dominicos del Perú. y luego. desde 1552 hasta su

muerte obispo de La Plata o Charcas. diócesis dividida del Cuzco: Van Gulik-Eubel, 111 , p. 152; J. Quetif­.J . Echard . Scri¡,wres ordinis Praedicatorum. 11 . Luteliae Parisiorum 172 1, pp. 153- 154.

Nº 2, diciembre 1996 513

Artículos , Notas y Documentos-----------------------

acuerdo con la propuesta de nombrar a Pizarra gobernador del Perú hasta que no se conocie­ran las decisiones del Rey27 .

El virrey - odiado por su ineptitud y sus métodos violentos- fue matado en la batalla en los alrededores de Quito el 18 de enero de 1546. Inmediatamente los lealistas se reunieron en torno a Diego Centeno ( 1505-1549)2

\ a la vez que la corte ya había proveído en febrero de aquel año a enviar a América un nuevo presidente de la Audiencia con la misión de pacificar aquellas tierras -Pedro de La Gasea (1485-1567)- , quien llegó al Perú, a Tumbes el 13 de junio de 154729.

La llegada de éste causó deserciones entre los rebeldes, mientras que el partido fiel al rey , hasta entonces forzado a vivir casi clandestinamente, retomó fuerza. Tuvo el decidido apoyo del obispo Solano, y Diego Centeno, cuando estaba llegando al Cuzco junto con los suyos, se dirigió a él para que le consiguiera el favor y el apoyo de aquellos ciudadanos, que el obispo convenció a ponerse de la parte del rey-1°. Luego acompañó el ejército ele Centeno en las operaciones ele control del territorio.

Mientras tanto, Pizarro con los suyos apremjado por la llegada de La Gasea, se propuso esperar momentos más favorables al sur, hacia Chile; pero el ejército de Centeno controlaba los pasos y éste, con el apoyo y el consejo de Solano -rechazando cualquier acuerdo con los rebeldes , decidió darle batalla.

El 20 de octubre de 1547 el obispo -quien en las marchas del ejército avanzaba a ca­ballo con una cruz y una insignia- celebró la misa al campo y animó los soldados con un sermón, "exagerando mucho la crueldad y tiranía ele Gonzalo Pizarro y de Francisco de Carvajal", quien era el viejo y entendido vice-comandante de aquel ejército-' 1

El día de las Oncemil Vírgenes, el 25 de octubre en la llanura de Huarina, aldea entre los Andes y las orillas meridionales del lago Titicaca, aconteció "la más sangrienta batalla que uvo en el Perú". El obispo,junto con Centeno, cnfenno ele pleuritis, asistió al choque desde una cima.

Por mérito principalmente de Carbajal, la derrota fue total, por todos los frentes; la fuga de los restos del ejército lealista tomó todas las direcciones.

También Solano huyó, con una quincena ele hombres. Carvajal estaba bastante indigna­do con él "porque, habiendo ele estarse en su Iglesia rogando a Dios por la paz ele los cristianos. anduviese con el ejército de Diego Centeno, hecho maese de campo" y deseaba agarrarlo para matarlo; sin embargo no logró capturarle. Lo que sí logró fue de ahorcar a su hermano Jiménez y un fraile que lo había acompañado, el mercedario fr. Gonzalo ele Santo Domingo32 .

27 Vargas Ugarte, Historia de la Iglesia 1, p. 253. Schafer. 11. p. 349: Inca Garc ilaso de la Vega. Ohms lll , (BAE, CXXXIV). Madrid. 1960. p. 259.

28 V. en EUIEA XII p. 10. 29 Schafer, 11. pág. 355-356, por la narración de las guerras civi les en el Perú, remitimos a W.H . Prescott.

Hiswry of the conques/ of Peru, London . 1908: trad. it : La conquista del Perú. Roma. 1992. Por los datos biográficos de Pedro de La Gasea: C. Gutié1Tez. V. en Diccionario de hiswria eclesiás1ica de Espaiia, 11 , Madrid , 1972, p. 979.

30 G. Fernández de Oviedo, Hiswria general y nalural de Indias (BAE, CXIV). Madrid, 1959. pp. 282. 295, 296.

31 D. Fernández. Primera y segunda parle de la historia del PerlÍ (BAE CLXIV). Madrid. 1963. pp. 214-215. Por Francisco de Carvajal (1464- 1548) véase la voz en EUIEA XII. p. 1504-1505 .

32 Inca Garcilaso de la Vega, Obras. 111. p. 357: J. Meléndez, Tesoros veme/eros de las Indias en la histo­ria de lo gron provincia de San Juan Bm,ústo del Perú .... !. Roma. 1681 . p. 462 : A. de Zárate. Historia

514 Revista Andina, Año 14

Longo: Juan Solano O.P. (1505 ca-1580)

En su afortunada fuga Solano recibió hospitalidad junto con los suyos y con ellos fue alimentado en la casa de aquel que se convertiría en el historiador del Perú e ideólogo de la Conquista, Garcilaso de la Vega (1539-1616)-13.

Seguidamente logró alcanzar al presidente La Gasea en Xauxa y a llevarle la noticia de la derrota34, y junto con los demás obispos lo asesoró y aconsejó en la organización de la revancha".

El ejército de Pizarro, apremiado por las tropas fieles al rey y diezmado por las deser­ciones, se rindió al presidente La Gasea en el valle de Xaquixaguana, el 9 de abril del año si­guiente, cuando tanto el comandante cuanto el viejo Carvajal fueron capturados y hechos presos. El obispo de Cuzco fue a visitar a este último y le pidió razón de la matanza del hermano.

Enfurecido por sus gélidas respuestas, se comenta que lo habría abofeteado repetida­mente . Más tarde el 15 de abril celebró la misa solemne de agradecimiento por la victoria36 .

Domada la rebelión, La Gasea pudo proceder a convocar junta, llevada a cabo el 27 de mayo de 1548, en la que participaron también los obispos, entre los cuales estaba Solano, con el fin de avanzar a un nuevo orden económico en el Perú37 • Las Leyes Nuevas ya desde el 1548 habían sido revocadas por Carlos V, pero su espíritu permanecía vigente y la defensa de los derechos de los indios era conducida por muchos misioneros .

En aquella junta se trató de salvar tanto los intereses de los conquistadores cuanto los derechos de los conquistadores a través de una nueva redistribución de los bienes -repartimiento­limitada por normas sobre la imposición de tributos y de la abolición de los servicios perso­nales. La participación de los obispos en un asunto tan determinante para el futuro de la colo­nia peruana quiso contribuir con la máxima fuerza. Por lo demás Solano, en esta línea se había dejado implicar por completo en las luchas políticas y militares, suspendiendo por el momen­to sus tareas estrictamente eclesiásticas y convirtiéndose así en el imaginario colectivo de los cronistas de aquellas tierras -como en un tipo de brazo armado de las teorías lascasianas-. Sin embargo, no quizo repetir aquella experiencia otra vez.

En los años sucesivos se mantuvo lejano de los choques militares. Cuando se dieron otros motines en Lima y en Cuzco causados por los que habían quedado decepcionados de las deci siones tomadas en los repartimientos. El se limitó a informar al rey con una carta del 8

del descubrimiento y conquista del Perú. (BAE XXVII), Madrid, 1947, p. 565; López de Gómara, Hüto­ria de lfü Indias (BAE XXII), Madrid, 1946, p. 269; D. Fernández, pp. 216-217; Prescott, Histmy, p. 553.

33 "El año de mil quinientos y cuarenta y siete aún no había pan de trigo en el Cuzco (aunque ya había trigo) porque me acuerdo que el obispo de aquella ciudad. don fray Juan Solano, dominico natural de Antequera viniendo huyendo de la batalla de Haurina, se ospedó en casa de mi padre con otros catorce o quince de su camarada y mi madre los regaló con pan de maíz; y los españoles venían tan muertos de hambre. que mientras les aderezaron de cenar tomaban puadas de maíz crudo, que echaban a sus cabalgaduras y se lo comían como si fueran alemandras confitadas ... " Inca Garcilaso de la Vega. Comen/arios Reales, (BAE CXXXlll) p. 365 . Cfr. De Paepe, Fray Jodoco Ricke (Joos de Rycke) 1498- 1578 en los archivos belgas en "Archivo ibero-americano", XXXVIII (1978), p. 730.

34 Inca Garcilaso de la Vega, Obras, lll , p. 364 35 D. Fernández, p. 220. 36 D. Fernández, p. 228; Inca Garcilaso de la Vega, Obras. 111. pp. 392-393, el cual no cree que un obispo

por él conocido hubiese podido rebajarse hasta tal punto; en su huella, también Meléndez, p. 463. Prescott, History. pp. 573-574: J. Cenjor. lminuaci<Ín ... en Cuervo. lll, p. 556.

37 Olmedo Jiménez, pp. 65-70.

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de febrero de 1551-'8 . Después cuando en 1553 estalló en aquellas regiones otra guerra civil y Francisco Hernández Girón (+1544)w se rebeló en contra de la corona, contra él, marchó el ejército guiado por Alonso de Al varado ( + 1553)40

. El obispo se encontraba en su sede y cuando éste último llegó con los suyos a Cuzco, él con su cabildo salió para recibirlo y lo bendijo "pero, escarmentado de las jornadas que con Diego Centeno anduvo, no quiso seguir la guerra sino quedarse en su Iglesia rogando a Dios por todos"4 1

4. El ministerio eclesiástico (1548-1561)

Conocidos son los compromisos político-militares del obispo Juan Solano, menos conocidas las vicisitudes de su administración de la diócesis del Cuzco. Segundo obispo de la estructura eclesiástica creada por los conquistadores en la antigua capital de los incas , después del breve gobierno de fr. Vicente de Valverde, tuvo la tarea de reestructurar aquella Iglesia existente de nombre pero todavía en gran parte privada de organización, de medios y servi­cios. Iglesia de los españoles, pero también al servicio de los indígenas, se hallaba implicada en las broncas de los colonizadores y aparecía incomprensible a los indios, a su vez incomprendidos por los europeos.

Los primeros documentos que testimonian el acercamiento de Solano con el Nuevo Mundo muestran su malestar frente a aquella situación política y económica. frente al culto practicado por los indígenas, que incluía sacrificios humanos; quizás el desengaño de quien, partido con esperanzas y proyectos madurados en el ambiente europeo, tuvo que tomar consciencia de nuevas realidades y denunciar injusticias y abe1Tacioncs4

'. Por otro lacio por su función de obispo, fue designado por Carlos V como protector ele los indígenas, el 5 de julio de 1546, para que fuesen respetados en sus derechos y conducidos a la verdadera fe·13

Para alcanzar los objetivos misioneros, que su estancia en América se proponía, tuvo que actuar con decisión tanto con respecto a quienes se servían de las nuevas conquistas para aprovecharlas económicamente, tanto con respecto a quienes las habían sostenido y apoyado. Por lo demás, también muchos eclesiásticos que habían viajado a las tierras de nuevo des­cubrimiento , no tenían otra finalidad que la de enriquecerse para volver a Europa y gozar los frutos ele su aventura. Con decisión, en junio de 1548 él condenó y expulsó del reino a dos sacerdotes que habían apoyado a Pizarro y las reivindicaciones de su partido: el 24 fue casti­gado Juan Coronel y el 28 Juan de Sosa, que junto con el franciscano belga Joos de Rycke (1498-1578)44 y el mercedario Pedro Muñoz, se habían entregado a la causa de la rehelión45

.

38 R. Vargas Ugarte, Hisroria del Perú, Virrei11aw (1551 - 1600), 1, s.l. 1949. p. 3 1. 39 V en EUIEA XXVII. p. 1231. 40 V en EUIEA IV , p. 1036. 41 Inca Garcilaso de la Vega. Come/1/arios reales de los incas. (BAE CXXXV) Madrid, 1965. p. 92. 42 Vargas Ugarte, Historia de la Iglesia , 1, pp. 44.167.222-251 -252. 43 Olmedo Jiménez, pp. 303-304. 44 De Paepe, pp. 687-751. 45 Vargas Ugarte, Historia de la Iglesia. 1, pp. 109-197.

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Igualmente decidida fue su acción para reclamar los fondos para dotar su diócesis ele estructuras adecuadas. Esta se extendía a confines imprecisos, desde el Perú meridional hasta las tierras que se iban colonizando.

Tras su pedido, de su tenitorio fueron creadas: en 1552 la diócesis de Charcas o de La Plata; en 1562 la de Santiago y en el 1564, la de La Imperial46

. En las localidades donde se habían asentado los españoles, empezaban a nacer las primeras Iglesias y los primeros con­ventos. Promovió la construcción de parroquias en Villa de La Plata, en Nuestra Señora de la Paz y en Arequipa, donde él radicó desde 1550 a 1552 y donde había un convento de domi­nicos desde 154047

.

En Cuzco ya había una Iglesia, además del convento de los dominicos construido so­bre el Coricancha; pero él proyectó dotar la ciudad principal de la diócesis -y antigua capital­de otras parroquias y logró erigir y dotar cinco en mayo de 155948.

También proyectó construir una catedral adecuada al rango de la sede, pero la inicia­ti va se mostró llena de trampas , de reivindicaciones y de insolvencias. Paradójicamente fue ella la causa de sus fortunas y de sus adversidades.

Ya en 1549, acabada la guerra civil, pidió que por este propósito le concedieran los edificios que habían pertenecido a Gonzalo Pizarra y al mismo expropiados; pero el pedido no tuvo acogida. El 12 de diciembre de 1551 denunciaba al rey la falta de pago de los diezmos sobre los impuestos que los españoles recibían de los indios y que tenían que servir para la construcción de los edificios de culto y amenazaba con regresarse a España. Volviendo a su sede, después de la estadía de dos años en Arequipa, convocó el 17 ele mayo de 1552 el Ca­bildo de la Catedral para proyectar la construcción ele la nueva catedral. Esta, al igual que los demás templos que iban construyendo, hubiera siclo edificada con mano de obra indígena con las rentas de los impuestos que los indios pagaban a la Iglesia, y con la parte ele los diezmos c01Tespondientes al rey -los que él mismo había asignado a tal fin, por seis años-. Sin embargo, el obispo lamentaba que los oficiales de la real hacienda no le pasaban las rentas concedidas por el rey y otra vez amenazaba dimisiones.

De acuerdo con el Capítulo encargó a Jerónimo López, abogado de la Audiencia de Lima, obtener del Virrey una disposición que obligara, sea a los españoles sea a los indígenas , a participar con un tercio a los gastos de la construcción, y a todos a pagar los impuestos . Para sostener este partido fue enviado a la Audiencia de Lima, el canónigo Alvaro Alonso, y a la Corte de España y a la Curia papal , el canónigo Gaspar de Aller. El siguió personalmente todos estos enredados procedimientos.

Recién en 1557, cuando salió para realizar la visita pastoral a la diócesis, encargó a Gabriel Ramírez de Robles que vigilara los trámites y los trabajos. Después, su figura de protagonista desapareció de la escena de los laboratorios y de las oficinas que proyectaban y buscaban fondos para realizar aquella empresa. Cuando el 11 de marzo de 1560, pusieron la primera piedra de la nueva catedral del Cuzco, él no estaba.

46 A. de Egaña. p. 57. 47 Vargas Ugarte, Hiswria de la Iglesia, 1, p. 122. 48 Vargas Ugarte. Hisroria de la IMlesia. l. p. 255.

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Enseguida, su figura de obispo desapareció de la escena del Perú. Según la acusación de un tal fr. Rodrigo de Loaysa, "sacó ciento y cincuenta mil pesos y sin dejar una memoria, la menor del mundo, se fué a Roma a gastarlos allá"~~.

En la dicotomía entre una proyección canónica realizada en Europa y una situación aleatoria e inestable como la peruana, Solano fue obispo diligente, fiel a su rey y entregado a defender los intereses de su Iglesia.

Se interesó por organizar en ésta las estructuras ec lesiásticas, dio al Capítu lo de la Ca­tedral un primer ordenamiento con la promulgación de los estatutos; quiso darse cuenta de las reales situaciones, viajando mucho en aquellas inaccesibles regiones y llevando a cabo s in duda dos visitas pastorales: una en 1557, y otra empezada en septiembre del año siguiente51';

promovió la erección de parroquias y la cristianización de los indígenas. En realidad, ordenamientos canónicos, legislación civil y nonnas morales venían aco­

gidas en aquellas tierras lejanas de manera atenuada. Los propósitos de los conquistadores y del clero llegado en su séquito eran claros y apuntaban a menudo a un útil inmediato. El mis­mo siguió esta costumbre y reunió una consistente fortuna. Sin embargo, su fo1mación inte­lectual , no profundizada pero rígidamente escolástica, no le permitía planificar de manera clarividente una situación de reales desórdenes, donde no se había aún desarrollado un sistema de valores que se impusiera social y políticamente; él, proveniendn de ambientes en que eso tenía el máximo de fuerza y rigor, no podía sino sentirse un inadaptado. Sus reiteradas amenazas de dimisiones, sus pedidos de regresar a Europa, si por un lado pueden ser interpretadas como rituales afirmaciones para conferir mayor fuerza a su propio punto de vista; por otro lado son, sin duda, indicio de una molestia con respecto a las precarias y ávidas estructuras eclesiásticas y civiles. Con ambas él chocó en un nudo de mal escondidos intereses y vacuos prestigios , de reales juegos de poder y de cínicas maniobras.

Su primer choque fue con su cofrade en la orden dominica y en el episcopado, fr. Jerónimo Loaysa, obispo de Lima. Este había nacido en Trujillo de Extremadura en 1498 y era primo de fr. García de Loaysa y Mendoza ( 1479-1546), maestro de la Orden de los do­miniws desde 1518 al 1524, presidente del Consejo de las Indias desde 1524 hasta la muerte sucedida en 1546, creado cardenal en 1530, lo cual sumaba a su persona muchos más cargos eclesiásticos y un inmenso poder' 1•

Choques e incomprensiones con fr. Jerónimo tuvieron inicio muy pronto, como ya se ha visto, desde el momento de la llegada de Solano al Perú. Se agraviaron cuando el obispo de Lima quiso y logró para su diócesis títulos y derechos metropolitanos. Hasta entonces todas las diócesis americanas tenían como metropolita al arzobispo de Sevilla. El 12 de febrero de 1546, fueron creados tres arzobispados en el Nuevo Mundo: Santo Domingo, México y Lima. La deliberación tuvo ejecución el año siguiente, mientras que tenía que demorarse un año más para que Loaysa recibiera el palio, otorgádole el 15 de junio de 1547, y el documento de

49 Vargas Ugarte , Historia de la Igles ia, I, pp. 122- 123: 253-256. 50 Vargas Ugarte. Historia de la Iglesia. l. p. 255. 51 Por la biografía de él véanse las dos voces en: Diccio11ario de historia ecl<'siástirn de Espmia. 11. Madrid.

1972. p. 1333 (G. Fraile : Púsima) y suplemento. l. Madrid. 1987 , pp. 426-432 (J Goni) .

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nomhramicnto, que él mismo, solicitó -probablemente a favor de su sede- al poderoso primo, poco antes que este falleciera52.

Solano era obispo de la más antigua diócesis peruana que tamhién había sido capital de los Incas ; así que reclamó por su propia sede aquel ascenso, no aceptó aquell a elección distinta y protestó junto al rey. Cuando Loaysa en la primavera de 1550 convocó un Concilio Provincial , ninguno de sus sufragáneos as istió; a una segunda convocación por Pentecostés de 1551 Solano no se presentó, más bien protestó junio al Rey53, amenazando como siempre dimisiones.

Una cédula rea l del 11 de enero de 1552 que le obligaba a asistir -debido a la lentitud de las comunicac iones- no llegó a tiempo. Sin embargo, envió como procurador suyo a Baltazar de Loaysa, quien suscribió las constituciones sinodales del 23 de enero y 20 de febrero de 155254

.

El choque más grave entre los dos se dio algún tiempo después. cuando el metropolita envió a un visitador -Augustín de Sotomayor- para visitar la diócesis de Cuzco y refo1mar las costumbres de sus integrantes. Llegando él a la ciudad, fue detenido por el cabildo de la ca­tedral y por el obispo, quienes le quitaron sus letras patentes y lo llevaron a la cárce l. Enterado de lo ocurrido, e l arzohi spo Loaysa apeló a la Audiencia de Lima la orden de su excarcelación; pero Solano siguió rechazando su inspecc ión.

Buscando arreglar la situación fueron in vitados como visitadores un canónico de la Catedral de Lima, Agustín Arias y el prior de los dominicos de Cuzco, fr. Pedro Calvo; a estos también se les impidió desarrollar su función; más aún, e l obispo ape ló a Roma contra la ini­ciativa del metropolita.

Pero el 3 de junio de 1554, una vez más intervenía la corte y una real cédula le imponía que aceptara aq uell a visita. El 15 de septiembre de 1556 el virrey Cañete tenía que informar al rey con respecto a las peleas que seguían entre Solano y Loaysa55 .

A sus conflictos con los ofic iales reg ios, como ya se ha visto. se hace mención regu­lannente en las fuentes. El obispo acusaba al poder civil de aquel virreinato de que no respetaba a la Iglesia y que le había quitado la jurisdicción eclesiástica. Sin duda. él vio bajo esta pers­pectiva tanto las intervenciones de la Audiencia de Lima como las del rey en su choque con Loaysa, mientras que las controversias de índole ecles iástica fueron resue ltas por iniciativa de los organi smos reales56

52 Van Gulik-Eubel. 111 . p. 225 ; Fr. Mateos. Consliluciones para indios del primer concilio Limense ( 1552) en "Miss ionalia hispánica'' V 11 ( 1950), pp. 5-6; Schafer, 11 , p. 360.

53 Vargas Ugarte. Hisloria de la Iglesia , 23 l , l. 231. 54 Maleos. p. 6: Vargas Ugarte. Hisroria de la Iglesia, p. 23 l : Coleccirín de docwnenws para la historia

de la Iglesia en el Perú. edic. E. Lisson Chaves - M. Ballesteros,!. Sevi lla. 1943 , pp. 150. 221-223 . 227 ; R. Vargas Ugarle. Concilios Limenses (1551-1772), l, Lima. 1951. pp. 34.92 .

55 Coleccirín de documentos, edic. Lisson Chaves-Ballesteros, 11 Sevilla, 1944. pp. 12, 36. 42.76. 177, 192: Vargas Ugarte. Historia de la Iglesia. pp. 254-255.

56 P. de Leturia. Relaciones entre la Santa Sede e Hispanoamérica 1493-1835. l. Roma-Caracas 1859. p. 39 l Es interesante el tono parenético usado en el re lato de un hecho acontec ido en la Iglesia de los dominicos del Cuzco en la Fiesta de San Marcos -25 de abril- del 1556. cuando un toro mansueto que con una corona de tlores iba a ser conducido en procesión. corneó y jaló fuera de la Igles ia a un español de nombre Sal azar del que se supo después que había sido excomulgado siete meses antes, y todavía no se había reconciliado. Y esto como ejemplo de cómo la institución eclesiástica tenía que ser respetada. Quintana en Cuervo. !11. pp. 127-128. cfr. Inca Garcilaso de la Vega. Co111enwrio.1· Reales. BAE CXXX V p. t 30- 13 l.

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Estos fueron los moti vos -según algunos- que lo indujeron a regresar a Europa. Quería in fom1 ar a la Corte del poco respeto que los ofi ciales reg ios tenían para los ec les iásti cos y reclamaba justicia. En otoño de 1559, ya se había ausentado de su sede y no parti cipó, el I J

de marzo siguiente, en la puesta de la primera piedra de la catedral. En otoño de 1560, se alejó definitivamente y encargó al arcediano Franci sco Toscano, el gobiern o ele la diócesis. Llegando a España en el transcurso del 1561 , no tuvo desde el Consejo de la I n<li as las sati s­facc iones que se esperaba y dec idió dimitir. El rey Fe lipe II ( 1556-1598), e l 24 de diciembre de 1561, infonnaba al Papa Pío IV (1560- 1565) que el obispo de Cuzco había dejado su sede, había dimitido y él había aceptado aquellas dimisiones57 . A sucederle fue elegido Francisco Ramírez, inquisidor de Yalencia58 .

5. En Roma (1562-1580): la fundación del Colegio S. Tomás (1577)

Solano trajo consigo la considerable suma de c iento cincuenta mil pesos. Los peruanos pedían razon de aquel dinero, como ya se ha vi sto'9 . Los analistas españoles, que escribían unos cincuenta años después de aquellos hechos, se habían enterado de la impres ión que la inge nte suma de dinero -que el Obispo llevaba consigo- había suscitado en los amb ientes conventuales de su tierra. Con espíritu de caridad trataron de justificar su proveni encia afinn ando que ' 'hall ábase con alguna suma de dinero que había tenido de presentes, porque. como las minas no estaban apuradas, había entonces más oro y plata que ahora y con deseo de di sponer de esta hacienda le vino al pensamiento un asunto heró ico"60

.

La plata era fruto de obsequios hechos a él, en aquel cl ima de ebriedad que se respiraba entre los conquistadores que habían descubierto y ex plotado riquísimas minas de oro y ele plata y habían querido que también su obispo, -benemérito además por la defensa de los derechos de la corona y de los que en nombre ele aquella se habían aventurado hasta all á- participara de tan inesperada abundancia. y gozara de l beneficio que la paz al fin conquistada, concedía.

Pero Solano era un hombre pío; no cedió a los previ sibles halagos ele quienes en Espa­ña, entre sus cofrades, hubieran querido encaminar aquel "bien ele Dios'" hac ia fin es terrena­les; se impuso un empeño heróico. Como San Jeróni mo, con todos sus bienes dec id ió partir cam ino a Jerusalén, para a ll í reti rarse a la vida eremítica. Y, encaminándose hacia el Oriente, llegó a Roma en el transcurso de 1562.

All í es probable que los argumentos alegados para inducirle a quedarse fueron más convincentes que aque ll os de sus cofrades españoles. Le hi cieron presente que en Tierra Santa se paseaban los turcos , quienes sin duda iban a saquearlo y no le habrían consentido reali zar su hcróico sueño. Además, en Roma hubiera podido di sponer de sus bienes a la muerte- y en todo caso también podía hacer clonac iones inter vivos -puesto que a los obispos que all í (en

57 Fernández en C uervo. l. pp. 136- 137 ; Vargas Ugarte. Hi.Hori11 de la lg lesi11, l. p. 255-256. 58 Obispo de l C uzco e l doctor Ramírez inquisidor de Valenc ia por des ignación de fray Juan So lano. ldc 111

(= 24 dic iembre 156 1 ). Ind ice general. edic. De Alto lagui1Te y Duvale - Bonilla y San Martín. 11. p. 2 15 . 59 Vargas Ugarte . Historia de la Iglesia, l. pp. 123-256. 60 Fernández e n C uervo. l. p. 137 .

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Roma) fallecieran se les consentía hacer testamento , y nadie hubiera podido reclamar sobre todo si hubiese dispuesto de aquellos (el dinero) para hacer una obra útil a la Orden.

Del caso se interesaron también los juristas españoles y ellos también coincidieron que, al quedarse él en Roma, no había argumentos para reclamar aquel rico capital 61 • Así se compró un palacio donde, viviendo con pocos mozos que lo cuidasen, empezó a dedicarse a una vida apartada, casi eremítica, saliendo a la calle sólo para los empeños impostergables, y para hacer la visita a las siete iglesias6" . No hay noticia, en realidad, en aquellos dieciocho años de estadía romana de sus participaciones en cargos públicos ni en actividades religiosas destacadas.

Su nombre aparece solamente una vez en las memorias del tiempo, cuando los nom­bres de los demás personajes aparecen en todas las demás ocasiones incluso las más fútiles. En 1568, el papa Pío V ( 1566-1572) instituyó una comisión cardenalicia que se interesara de todos los problemas que se referían a la Iglesia americana. Con el fin de que ésta pudiese desarrollar su tarea, a los jesuitas se les encargó recoger informaciones de personas que co­noc iesen aquellas realidades; en este contexto apareció el nombre de Solano como el de quien , en Roma, tenía más experiencia de los problemas de aquellas tierras. Juan de Zúñiga, embajador de Felipe II en la corte papal, el l 7 de agosto de aquel año informaba a su rey sobre aquellas iniciativas, afinnando que "han pedido los diputados para este negocio a algunos españoles que aquí residen memoriales de las cosas que de las Yndias tienhen entendido, y particularmente al Obispo que fue del Cuzco ... "63

Sin duda alguna, aquella noticia no le habrá agradado a Felipe, al recordarse cómo. justo del rey mismo y de sus funcionarios no había recibido, años atrás, las satisfacciones que esperaba en sus quejas.

Aunque su vida fuera devota y apartada, tenía la necesidad de emplear el rico capital que había traído consigo y con ello adquirió un palacio ubicado "en la calle que de Plaza Nicosia llega a Trinitá dei Monti", en la que se fue a vivir; y tres casas: dos en los alrededores de Santa María della Pace, y una cerca de los Banchi, hacia Castel Santi Angelo que proba­blemente alquilaba. Compró además una vía fuera de Porta Salaria y un cañete fuera de Porta San Lorenzo de las cuales sacaba las rentas para su sustentamientd.i.

Eran aquellos los años en que, acabado hacía más de una década el Concilio de Trento. tanto en el vértigo cuanto en la periferia. buscaban la actuación de sus dictados. Una base segura de formación intelectual se mostraba necesaria tanto para encarar los problemas puestos a toda la Iglesia por la Reforma, como para programar las actividades misioneras y pastorales.

El pensamiento de Tomás de Aquino era propuesto por el papa Pío Y , dominico, como guía y modelo para la reflexión teológica .

6 1 J. de Solórzano y Pereira. Polírirn indiana, III, (BAE, CLIV), Madrid, pp. 157-159. 62 FernánJez en Cuervo. l. p. 13 7. 63 P. Borges, Nuevos dmo.1· wbre la Comisión para India de 1568 en " Missionalia hispanica" XVI ( 1959)

pp. 222, 232-234. 64 La re lación de sus bienes en ACM. 11. l. 2: ·'Fe de posesiones tomadas del Convento de la Minerva,

como donatario el Obispo del Cuzco" del 30. 1 O. 1577. El Palacio cerca de Plaza Nicosia en 1610 fue vendido a Camilla Borghese por 11 .626 escudos romanos. ACM. 11 . 1. 4 . H . Gaii-astachu. Hiswrirn s_rnopsis lnsliruri /}()nli/icii inremarionolis Angelici en "Analecta sacri ordinis fratrum Praedicatorum"'. XIX (1929-30). pp. 82-83

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En 1567 declaraba al santo -Doctor de la Iglesia- y promovía la edición de sus obras. Estas vieron la luz en 1570 en diecisiete tomos, al cuidado del Maestro del Sagrado Palacio, el dominico español fr. Tomás Manrique (+1573)65 y con el apoyo del Maestro General de los dominicos, fr. Vincenzo Giustiniani ( 1519-1583), elevado al cardenalato justo en aquel año61'.

Así después de haber elaborado los programas para una seria formación de los eclesiás­ticos, ya dotados de los instrumentos necesarios a fin de alcanzar la meta, era urgente crear estruc­turas que favorecieran el estudio sisteméitico y profundizado de la teología. En la Orden dominica estaba en curso un animado debate y se habían ya emprendido experiencias para remozar el sistema escolástico de la pesada y ya desacostumbrada herencia medieval. La Suma de Santo Tomás empezaba a ser el texto base sobre el cual se estudiaba tanto la teología especulativa como la (teología) práctica. Las nuevas experiencias pedagógicas emprendidas, las sugerencias pro­venientes de las regiones donde con mayor vivacidad se sentía el problema, los nuevos rumbos indicados por el Concilio y por las Jerarquías, hab1ían sido sintetizados y fo1malizados en dis­tintas etapas por los capítulos generales de 1580 y de 1589; en aquella década fue promulgado al fin, por completo un nuevo sistema fonnativo para toda la Orden dominicana67 .

Se iba pues imponiendo como modelo de formación teológica el proyecto al cual había dado inicio en el siglo anterior el obispo dominico español Alonso de Burgos ( + 1499), quien a pai1ir de 1487 y en realidad desde 1496, en Valladolid había fundado el Colegio de San Gregorio, redactando los estatutos que, sucesivamente integrados, se habían vuelto modelo de una nueva forma de experiencia formativa. El colegio nacía como una comunidad dominica con número cerrn­do, exclusivamente dedicada al estudio y gobernada porun rector elegido en un primer momento anual­mente, y después cada dos años. Se accedía por méritos intelectuales. Utilizando muchas dispensas uno no era distraído de su empeño de estudio e investigación con otras ocupaciones6x_

Se trataba de algo distinto de los antiguos estudios generales ubicados en los conven­tos, que al haber perdido los lazos con la universidad, se habían esclerotizado en los métodos de enseñanza, y a menudo eran arrollados en su eficiencia, por compromisos y preocupacio­nes de otro género y también por obligaciones conventuales de varios tipos, las cuales, tenían poco que ver con la investigación científica.

Bajo el modelo de San Gregorio de Valladolid, también se habían fundado los Colegios dominicos de Santo Tomás en Sevilla ( 1518), en Tortosa ( 1528). en Alcalá ( 1545); y más ins­tituciones semejantes por otras órdenes en varios lugares de España. Aquel modelo todavía no había sido recibido por los domjnicos italianos, aún bastante apegados a la tradición medieval.

Al obispo Solano alguien quizás le animó para que hiciese donación de sus bienes a fin de fundar una institución cultural de la Orden que siguiera el nuevo rumbo proveniente de su misma patria. De hecho, en Roma, los dominicos solamente contaban con un estudio ma­terial para sus cursos institucionales , mientras que la Provincia romana tenía sus estudios

65 Quetif-Echard, ll , pp. 229-230: !. Taurisano. Hierarcgia ordinis Pmedicatorwn, 2. Romae. 1916. p. 53 . 66 A. Duval, V. en Dictionnaire díhi.1·toire el de geogra¡,hie ecc/esiastiques, XXI, Paris. 1986. co l!.

100-103 ; Taurisano. Hierarchia , p. ll . 67 Acta capitularnm generalium ordinis Praedirntorum, ed. B.M. Reicherl. V (" Monumenra ordinis fralrum

Praedicarorum historica". X) , Romae etc .. 1901. pp. 196-198. 256-257. 287-288. 68 G . de An"iaga - M. M. Hoyos. Historia del Collegio de San Cregorio de Valladolid. 1928. pp. 61 -79.

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generales en Santa María Novella de Florencia y en Santo Domingo de Perusia. El 4 de Abril de 1577, hizo donación inter vivos de todas sus propiedades para dotar un colegio cuyos es­tatutos él había redactado en base a los de Valladolid, y fueron entregados a fr. Domenico Rossi. Los frailes del Convento de la Minerva a nombre del colegio, que hubiera tenido que administrarse autónomamente de la comunidad, tomaron posesión de los bienes y el 30 de octubre siguiente redactaron el inventario de aquellos69

.

Pronto empezaron a adaptar cuartos y a construir unos nuevos para hospedar a los co­legiales y a los moderadores de manera que en un sector separado ellos estuvieren libres de seguir sus ritmos escolásticos sin compromisos de otro género70•

Inspirador de la iniciativa fue el Cardenal Michele Bonelli (1541-1598)71 , dominico y sobrino del papa Pío V quien había profesado en el Convento de la Minerva en 1559 y se había vuelto cardenal del título de Santa María sobre Minerva en 1566, quien a la muerte del tío -1572- en su calidad de cardenal protector había dirigido sus atenciones hacia su Orden, aunque, de verdad no siempre sus frailes las recibieron con agrado72 .

Los dominicos romanos, sin embargo, no veían con buen ojo aquellas iniciativas innovadoras del obispo y del cardenal. Juzgaban aquell a estructura como extraña a las cos­tumbres de los conventos italianos y cuando la salud de Solano empezó a declinar, mejor, una semana antes de que él falleciera, el 7 de enero de 1589 temiendo que una distinta actuación de su voluntad hiciera firmar una declaración en la que afirmaba que él en la Minerva no quería levantar un colegio bajo el modelo español sino mas bien un estudio general como aquellos que ya existían en los Conventos de Florencia y Perusia, revocando cualquier cláu­sula que invalidara las donaciones y dejando a los frailes romanos facultad de redactar nuevos estatutos en la manera que ellos hubiesen considerado opo11una. Esta declaración fue entre­gada al prior del convento romano fr . Timoteo de Ricci ( 1524 ca-1587)73.

69 ACM. 11. 1, 1; 11. l. 2. Fr. Doménico Rossi , uno de los sostenedores del proyecto de Solano, a la muerte de éste habría escrito también una breve biografía de él. Quetif-W. Echard. 11 , p. 258.

70 18.4. 1579: " Recuerdos por cuenta de la fábrica del Colegio que hace el Monseñor de Cuzco" . ACM. JI. l. 2.

71 ACM. JI , l. 2: noticias insertadas en las actas de nombramiento del primer rector del 14.7. 1585; G. Moroni. Dizionario di erudizione storico-ecclesiastica, XIV , Venezia 1842, pp. 213-215; l. Taurisano, Note storiche su/ "Collegium D.D. Thomae de Urbe" y los estudios dominicos en Roma en "Analecta sacri ordinis fratrum Praedicatorum". XVII ( 1925-26), pp. 311-312.

72 P. Richard V. en Dictio1111aire díhisroire et de geographie ecc/esiastiques, 11, Paris , 1914, coll. 374-375 ; A. Pros peri V. en Diúonario biografico deg/i itaiani, XI. Roma 1969. pp. 766-774. En su testamento del 5 de Marzo de 1596 el Cardenal disponía que, si a la muerte de él no sobrevivían sus herederos di ­rectos , sus bienes se habrían ido al Colegio fundado en la Minerva bajo el modelo de San Gregorio de Va ll adolid . La presencia de herederos no permitía. sin embargo la actuación de su voluntad. Taurisano, Note storiche, p. 311 .

73 ACM , 11. 1. 2: 7. l 1580. Regesto (+Repertorio de antiguas actas) "Declaración de Monseñor de Cuzco que cuando en sus donaciones ha ordenado que se eriga en la Minerva un Colegio simplemente ha que­rido decir que se eriga un estudio como aquel que los dominicos tienen en Perusia y en Florencia y que, cuanto al modo, sea según el arbitrio del Provincial y Prior. absolviéndolos de cualquier caducidad por él puesta en dichas donac iones suyas. con facultad a los sobremencionados de hacer nuevas constituciones, para dicho estudio. distintas de las suyas, según mejor les parecerá". Sobre fr . Ti moteo deí Ricci junior, hermanastro de Santa Catalina ( 1522-1590): S. Razzi, Vita di Sa11w Ca terina de Ricci. ed. G.N. Di Agresti , (" Collana ricc iana. Fonti' ', 111). Firenze, 1965. p. 98; G.M . Di Agresti, Sama Caterina de Ricci, (misma colección . 1). Firenzc. 1965. pp . 120-121 ; y (misma co lección). IV. Firenze, 1969. pp. 206-208.

N2 2, diciembre 1996 523

Artículos , Notas y Documentos------------------------

Tres días después, el I O de enero, el obispo dictaba sus últimas voluntades , confoman­do la declaración de los días anteriores y constituyendo ejecutores testamentarios a los carde­nales Giovani Girolamo Morone ( 1509-1580), Alessandro Sforza ( 1534-1581 ), Michele Bonelli y Vincenzo Giustiniani, rogándoles también intervenir con el papa si hubiera sido necesario ; además nombró al Convento de la Minerva su heredero universal74

.

El 14 de enero de 1580 fallecía. Los frailes de la Minerva agradecidos por tanta gene­rosidad le erigieron un monumento en el patio de la sacristía con un largo epígrafe en el que se alababa su liberalidad para la gloria de Dios y el progreso de las ciencias75 . En sus manos quedaba un ingente patrimonio y toda facultad de establecer qué dirección hubiera tomado la institución que1ida por el obispo fallecido .

El 25 de mayo de 1583, exactamente, en aquel Convento sale eligido a regir la Orden dominica fr. Sisto Fabbri de Lucca ( 1541-1594) personalidad decidida y particula,mente inte­resada en revitalizar la tradición del estudio. Fue él quien dio el cambio deci sivo a la discusión sobre el rumbo que dar a aquel centro de estudios. todavía no estructurado.

Hizo redactar unos estatutos según el modelo español76 y para que aquella elección tuviese una eficaz actuación, el 14 de julio de 1585 llamó a regir la nueva institución, a un fraile que había sido regidor del colegio de Santo Tomás de Sevilla fr. Batolomeo Miranda ( 1546-1599)77 , nombrándolo primer lector. El 3 de octubre de aquel mismo año había promul­gado la nueva Ratio studiorum de los dominicos7x.

Así a través de un tortuoso itinerario, que atravesó muchas vicisitudes de la historia del siglo XVI, oro y plata de las ricas minas del Perú. sacados para enriquecer a los conquistado­res, llegaron a Roma en el séquito de un obispo combativo y sostuvieron el nacimiento de una institución de formación cultural y espiritual , que pese a las numerosas vicisitudes de los siglos siguientes, todavía vive hoy. Gracias a fr. Juan Solano de Archidona.

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Cario Longo Instituto Histórico Dominicano, Roma

Roma, Italia

74 ACM. 11,1 ,2; IO.I.1 .1580 Regesto (+ repertorio de antiguas actas); 'Testamento de l subdicho prelato en el cual confirma y rectifica subdicha declaración ; además confirma todas sus donaciones al Con­vento de la Minerva y lo declara su heredero universal, dejándole todo el arbitrio acerca del lugar de su sepultura y acerca de su funeral. Hace sus ejecutores a cuatro cardenales: Gi ovanni Moroni . Alessandro Sforza, Michele Bonelli . llamado el Cardenal Alejandrino, y Vincenzo Giustiniani , al fin de que. si fuera necesario se interpongan con e l Papa para que se complazca de dar una mano cuando fuera requerida la autoridad de él mismo". Sobre el Card . Giovani Girolamo Moronc: H. Mai sonneuve. V. en C(l{holicisme, IX. París. 1982, coll. 754-756 . Sobre el Card . Alessandro Sforza: G. Coniglio. V. en Enciclopedia Cauolirn, XI , Cittá del Vaticano. 1953. co l. 476.

75 El texto del largo epígrafe en Fontana, Sacrum rheatrum, p. 184. El monumento se encuentra todavía en su colocación originaria.

76 ACM . 11 , 1,2; "lnstitucionis coll eg ii Ro mani per reverendi simum patre m fratrem Sixtum Fabri Lucense.mm toitus ordinis Praedicatorum generalem magistrum , cditae".

77 ACM. 11.1 ,2: acta de nombramiento del 14. 7. 1585. Sucesivamente él fue procurador general desde 1587. y luego maestro del Sagrado Palacio desde 1591 hasta 1597 . Tauri sano. Hiemrchia. pp. 55 - 102.

78 Acra capirulorwn generalium, V . pp. 265-267: A . Duval. V . en Dic1ion11aire díhisloire er de geographie ecclesicwiques, XVI. Paris. 1967, co l!. 334-336.

524 Revista Andina, Año 14


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