Date post: | 14-Apr-2017 |
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TEMA SEMANAL:ROEH RICARDO MOJICA
Síntomas Peligrosos y destructivos
La ansiedad es un sistema de alerta y
activación ante situaciones
consideradas amenazantes. Es un fenómeno que se da
en todas las personas y que, bajo condiciones
normales, mejora el rendimiento y la
adaptación al medio social, laboral, o
académico.
La ansiedad normal es adaptativa y permite a la persona responder al estímulo de forma
adecuada. Se presenta ante estímulos reales o potenciales (no imaginarios o inexistentes). La
reacción es proporcional cualitativa y cuantitativamente, en tiempo, duración e
intensidad.
En las sociedades avanzadas modernas,
esta característica innata del ser humano se ha desarrollado de
forma patológica y conforma, en algunos
casos, cuadros sintomáticos que constituyen los
denominados trastornos de ansiedad, que tiene consecuencias
negativas y muy desagradables para quienes lo padecen.
La fobia Trastorno obsesivo compulsivo Trastorno de pánico La agorafobia Trastorno por estrés postraumático Trastorno de ansiedad generalizada trastorno de ansiedad social
Cuando la ansiedad se convierte en patológica, provoca malestar significativo, con síntomas que afectan tanto al plano físico como al conductual y psicológico, entre los que cabe destacar
Vegetativos: sudoración, sequedad de boca, mareo, inestabilidad.
Neuromusculares: temblores, tensión muscular, cefaleas.
Cardiovasculares: palpitaciones, taquicardias.
Respiratorios: disnea. Digestivos: náuseas, vómitos, diarrea,
estreñimiento. Genitourinarios: micción frecuente,
problemas de la esfera sexual.
Aprensión, preocupación.Sensación de agobio.Miedo a perder el control, a volverse loco o
sensación de muerte inminente.Dificultad de concentración, sensación de
pérdida de memoria. Inquietud, irritabilidad, desasosiego.Conductas de evitación de determinadas
situaciones. Inhibición o bloqueo psicomotor. Obsesiones o compulsiones.
Yeshiyahu -Isaías 26:3“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.
Yohanan-Juan 14:27“La paz os dejo, mi paz os doy. Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.Lean y mediten en estas palabras. Son palabras de vida y paz.
Es evidente que si no se trata, la ansiedad tendrá una influencia negativa sobre nuestro bienestar mental. Sin embargo, si se trata en forma adecuada, la ansiedad y sus causas pueden en realidad ser una bendición para nuestro desarrollo mental y espiritual.
La ansiedad no es algo negativo per se; sólo cuando se la deja propagarse como una infección sin ser tratada se manifiesta de manera negativa. Además hay una forma de ansiedad que contribuye en forma directa y positiva a nuestro bienestar y nos motiva hacia una acción inspirada e incluso altruista. Aquí la ansiedad es la preocupación por el otro, la antítesis de la apatía.
En referencia a esta ansiedad positiva dicen los sabios que Yahweh revela sus secretos sólo a una persona ansiosa: "Los misterios de la Torá sólo son revelados a aquellos cuyo corazón está ansioso" [1]. En otras palabras, hay un tipo de ansiedad que es un requisito para comprender la dimensión interna de la Torá.
Evidentemente, hay un valor redentivo en este tipo de ansiedad que hace que quienes adolecen del mismo sean capaces de comprender el sentido oculto de la palabra de Yahweh. La Torá es un cuerpo de saber extensivo, tanto respecto a la cantidad de información que contiene como a los tipos de saber que abarca. .
El tipo más básico de conocimiento que contiene la Torá son instrucciones acerca de cómo debemos conducir nuestras vidas con el fin de cumplir la voluntad de Yahweh, y por esto se denomina "la Torá de la vida" [2]. Este cuerpo de saber es el aspecto legal de la Torá e incluye los mandamientos y sus derivados y la metodología para formular nuevas reglas en nuevas circunstancias. Siendo que las mismas leyes de conducta se aplican a todos, este cuerpo de saber es llamado el aspecto "revelado" de la Torá.
El deber de saber y comprender la ley se aplica igualmente a todos; todos debemos saber cómo conducir nuestras vidas de acuerdo a la voluntad de Yahweh, de manera que podamos estudiar el aspecto revelado de la Torá.
Tener éxito en el estudio de este aspecto de la Torá no depende de ningún logro moral o cualidad especial. Depende solamente de la cualidad y cantidad de esfuerzo sincero que dedicamos a este fin.
Cualquiera que se aplique
adecuadamente a esta tarea tiene asegurado que logrará hacerla [3]. El estrato
interno de la Torá, sin embargo, no se
ocupa de las normas comunes de
conducta sino de nuestra vida
interna emocional y cognitiva, y de la
dinámica de nuestra relación personal
con Yahweh.
Siendo que la personalidad de
cada uno es diferente, este
aspecto de la Torá es mucho más
subjetivo que el aspecto revelado.
Por lo tanto es conocido como el
aspecto "oculto" de la Torá, ya que se
dirige a los asuntos personales de
nuestras vidas, que generalmente están
ocultos de otras personas
[4]. Esfuerzo y dedicación no son suficientes para asegurar el éxito en este aspecto de la Torá ya que aquí también es necesaria la experiencia de la ansiedad, porque los secretos de la Torá aclaran los problemas existenciales de la humanidad y del mundo en general. Son una respuesta comprehensiva a los problemas más esenciales y centrales del mundo.
Pero si no hay pregunta, no hay necesidad de respuesta. De modo que sólo aquellos que están preocupados por las incongruencias de la vida, cuyas almas claman por una solución a las preguntas aparentemente sin respuesta que les presenta la vida, pueden tener esperanza de relacionarse a este aspecto de la Torá.
A quienes no preocupan preguntas tales como: "¿Por qué fui creado?" o "¿Por qué hay mal y
sufrimiento en el mundo?", nunca serán atraídos por el estudio de la dimensión interna de la Torá. Sufrir de alguna forma de ansiedad revela una cierta sensibilidad, sentimiento y
preocupación por los demás.
Quienes no sufren de ansiedad no tienen sentido de lo patético en sus vidas. Son por lo tanto indiferentes a las preguntas dirigidas
por los secretos de la Torá [5].