Date post: | 18-Jan-2017 |
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Clotaldo se lleva
a una niña de España hacia
Inglaterra.
De la ciudad de Cádiz, Un
Caballero Ingles llamado Clotaldo
llevó consigo una niña de 7 años,
encantado por la incomparable
hermosura que poseía esa
pequeña de nombre Isabela. Llegó
a Londres y entregó aquel tesoro a
su esposa Catalina.
En aquella casa todos eran
católicos en secreto y los señores tenían ya un hijo de 12 años llamado
Ricaredo. Criaron a la pequeña como hija propia y le enseñaron su lengua,
a leer, escribir, así como todas las cosas de labor que debe saber una
doncella y la instruyeron en la música. Su voz encantaba cuando ella
entonaba una canción.
Ricaredo desde adolescente
cae enamorado y fascinado
por toda la belleza y las
virtudes de Isabela.
Con los años, todas las cualidades
de la joven Isabela consiguieron
llamar la atención de Ricaredo. Al
principio su cariño se limitaba a
complacerse de ver la belleza y las
gracias de la niña, pero, al pasar el
tiempo, dejó de amarla como a una
hermana y ahora deseaba gozarla
y poseerla mediante el matrimonio.
Ricaredo enferma y declara su amor a Isabela.
Los padres de Ricaredo querían casarlo con una dama escocesa, así que
él perdió las ganas de vivir, pues, aun siendo querido y valorado por todos,
no aceptaba vivir sin Isabela a su lado. Cayó enfermo y lo médicos no
acertaban a curarlo. Pero Ricaredo pensó que dejarse morir sin declararle
su amor a Isabela era cobarde,
así que le dijo a ella lo que sentía.
Un día, Isabela entró a servirle y
él le habló:
-Hermosa Isabela, tu virtud y
grande hermosura me tienen
como me ves, si no quieres que
deje la vida y si así lo deseas,
cumple mi deseo de convertirte en
mi esposa, con la bendición de la
Iglesia y será bastante para
darme salud y mantenerme
alegre.
Isabela al escucharlo, le comunicó
que ella estaba de acuerdo en lo
que dijo, que agradecía todo y
que deseaba lo mismo que él.
Presentan a Isabela con la
reina para pedir el permiso
y los gastos para casarse.
Fue así como los padres de Ricaredo aceptaron organizar su boda, pero
antes debía autorizarlo la reina de Inglaterra, así que llevaron a Isabela a
presentarla a la reina para obtener el permiso. Peinaron el rubio cabello de
la joven y lo adornaron con diamantes y perlas, fue ataviada con un
hermoso vestido verde bordado con diamantes y perlas escrutadas, le
pusieron un bello collar. Fue vestida como lo
que iba a ser, la esposa de Ricaredo.
Se presentó ante la reina, ocultando su
enseñanza católica, pues la reina pertenecía
a la Iglesia Anglicana. Se comportó como
una dama que fue criada para ser la esposa
de Ricaredo, pero debido a toda su belleza,
sus virtudes, talentos y cualidades, la reina
quedó tan encantada con ella, que
condicionó a su amado a probar ser digno de
la bella niña, pues en ese momento no
merecía el honor de desposarse con Isabela.
La reina dio una condición para aceptar la boda: Ricaredo iría
de corsario, una tarea muy peligrosa.
Ricaredo aceptó la condición solo porque así tendría a Isabela. Mientras
ella vivía con la reina, el enamorado partiría al mar y debía volver exitoso
para ganar a su esposa.
Ya en el mar, el viento llevó su barco a España, donde encontraron unos
navíos turcos, a los cuales vencieron sin problema y, para su fortuna, en
ella encontraron un tesoro con tantas riquezas que serían suficientes para
volver como un héroe. Ricaredo liberaró a los españoles cautivos en la
nave, a excepción de una pareja que le pidió que la llevara con él a
Inglaterra para buscar a su
hija que fue secuestrada
hacía años. Ricaredo volvió
victorioso, como un héroe,
ganándose el respeto de la
realeza y le concedieron el
matrimonio con su amada
como fue prometido.
Arnesto enamorado de Isabela,
desafía a Ricaredo a un duelo por
su amor.
Sin embargo, en el tiempo que Ricaredo
estuvo fuera, un conde de nombre
Arnesto se enamoró de la belleza de
Isabela y aprovechando su título social,
pidió, a través de su madre, que la joven
le fuera concedida como esposa, pero la
reina no lo aceptó, debido a que ya
estaba prometida a Ricaredo. En un
arranque de furia, Arnesto retó al
enamorado a un duelo por el derecho de
Isabela, sin embargo Ricaredo dijo que
no se ganaba el amor de Isabela por
pelear, aunque aceptó el duelo por su
honor, pero Arnesto fue encarcelado por
su comportamiento.
Envenenan a Isabela y la salvan con medicamentos, pero
hubo consecuencias; perdió su belleza y quedó muy “fea”.
La afligida madre de Arnesto decide que la
mejor opción para acabar con la pena de
su hijo era acabar con la vida de Isabela.
Le da a beber un té envenenado. La reina
manda a sus médicos y le dan tal cantidad
de antídotos conocidos que trae horribles
consecuencias; como la caída de cabello,
rostro hinchado y ojos sin vida. Ricaredo,
sin embargo, la aceptó como estaba,
diciendo que ella no había perdido sus
virtudes y cualidades, y le jura su amor
eterno.
Isabela es llevada a España, mientras Ricaredo iba a ser
casado con una princesa escocesa.
Los padres de Ricaredo piensan que una fea Isabela no es apropiada como
esposa, así que la mandan a España con sus padres mientras traen a una
bellísima princesa escocesa para casarla con su hijo. Ricaredo le pide a
Isabela que le de dos años,
que lo espere para que
estén juntos y que él
arreglaría todo.
Isabela vuelve a Cádiz con
regalos de la reina, pero
con su desagradable
apariencia, solo con el
cariño incondicional de sus
padres y la esperanza de
volver con Ricaredo.
Llega una carta para Isabela donde
le mencionan la noticia de que
Ricaredo había muerto.
Con el paso de los meses la natural belleza
de Isabela renació, así como su salud se
recuperó y su cabello creció, por lo cual
volvió a ser la maravilla que era antes.
Esperaba por su amado mientras llegaba el
plazo que establecio Ricaredo, pero le llegó
una carta de los padres de éste, donde le
decían que él había muerto. Isabela, aún sin
poder creerlo, decide que será mejor dedicar
su vida a Dios y prepara todo para ser monja
por el resto de sus días.
Ricaredo llega con Isabela como lo había prometido, antes de
que ella se hiciera monja y estuvo con ella mucho tiempo
más.
En el mismo momento en que Isabela se convertiría en monja,
oportunamente llega un cansado y desaliñado Ricaredo a reclamar el
derecho que tiene sobre Isabela, donde ella lo reconoce y se alegra como
nunca antes en su vida. Ricaredo explica en ese momento todas las
desventuras que vivió para llegar con su amada. Refiere que viajó a través
del viejo continente tratando de reunirse con ella y que se reencontró con
su viejo adversario Arnesto en mitad del camino, quien le disparó y lo dejó
por muerto. Dice cómo logró sanar sus heridas, y cuenta cómo fue
capturado por los turcos y rescatado con ayuda de los hombres que él
dejara libres y también de viejos amigos españoles. Así logró llegar hasta la
ciudad donde lo esperaba Isabela y pudo al fin estar con la mujer que
amaba por el resto de su vida. FIN
Grupo 419 Equipo 4 Acosta Alonso Diana Valeria Arizmendi Chávez Uriel Fonseca Sánchez Diana Gabriela Hernández Almanza Diego Jiménez García Luisa Fernanda. Murguía González Jéssica Noemí Ramos Aguilar Daneyra Roldán Juárez Samanta Vargas Manuel de Jesús Vilchis Macías Erick Hazel Profesora: Guadalupe Oralia Meléndez Rodríguez