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La Historia Antigua y la investigación del fenómeno histórico

Date post: 06-Nov-2021
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La Historia Antigua y la investigación del fenómeno histórico GÉZA ALFÓLDY 1 Si yo fuese invitado a dar una conferencia sobre la situación y el cometido de la Historia Antigua en vez de hoy hace diez años, evidentemente que no habría escogido como título para especificar el tema «La Historia Antigua y la investigación del fenómeno histórico», con lo que se evocaría —como se hubiese dicho entonces— una discusión sobre la situación presente de nuestra disciplina puramente dentro de sus propios límites’. En aquellos años el título de un informe sobre el estado de nuestros conocimientos o de una conferencia de tipo programático no habría podido sonar de modo muy distinto a algo así como «El sentido de la Historia Antigua», o tal vez «¿Qué puede ofrecernos todavía hoy la Historia Antigua?» 2. Si ya antes la crítica del historismo, junto con la desaparición de la conciencia histórica y la quiebra del ideal de cultura clásica en la sociedad industrial tardía, habían permitido al historiador percibir aquella «pérdida de la Historia» descrita por Alfred Heuss3, fueron a su vez hechos como la revolución de las ideas durante la El presente trabajo, con ligeras modificaciones, corresponde al texto de una conferencia pronunciada el 28-6-1982 en Dússeldorf en la fiesta de celebración del décimo aniversario del Seminario de Historia Antigua de aquella universidad. El carácter de conferencia del texto ha sido mantenido deliberadamente. Por la traducción del manuscrito alemán al español expreso mi más afectuoso agradecimiento al señor V. Alonso Troncoso, Madrid. 2 De Chr. Mejer es el titulo «Was soil uns heute noch dic Alte Geschichte», en Entstehung des Begriffs “Demokratie”. Vier Prolegomena zu einer historisciten Theorie, Frankfurt, 1970, pp. 151 Ss.; y de 0. Alfóldy, «Der Sinn der Alten Oeschichte», en O. Alfóldy-F. Seibt-A. Timm (cd.), Probleme der Geschichrswissenschaft, Dússeldorf, 1973, Pp. 28 ss. Sobre la situación, entonces, de la Historia Antigua en la República Federal, cf. también 0. Alfóldy, «Beobachtungen zur Lage der Althistorie in der Bundesrepublik», en H. Flashar-N. Lobkowicz-O. Póggeler (cd.), Geisteswissenschaft als Aufgabe, Berlin-New York, 1978, pp. 194 ss., y R. Oiinther, Alte Geschichte in Studium und Llnterricht, Stuttgart-Bcrlin-Kóln-Mainz, 1978, cada uno de ellos con más bibliografla A. Heuss, Verlust des Geschichte, Góttingen, 1959. Cierión, 1. Editorial de la Universidad Complutense de Madrid. 1984
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La Historia Antigua y la investigacióndel fenómenohistórico

GÉZA ALFÓLDY

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Si yo fueseinvitado a dar unaconferenciasobrela situacióny el cometidode la Historia Antigua en vez de hoy hacediez años,evidentementequenohabríaescogidocomo título paraespecificarel tema«La Historia Antigua yla investigacióndel fenómenohistórico»,con lo que se evocaría—como sehubiesedicho entonces—unadiscusiónsobrela situaciónpresentedenuestradisciplina puramentedentro de sus propios límites’. En aquellosañoseltítulo de un informe sobreel estadode nuestrosconocimientoso de unaconferenciade tipo programáticono habría podido sonarde modo muydistinto aalgo así como«El sentidode la Historia Antigua»,o tal vez «¿Quépuedeofrecernostodavíahoy la Historia Antigua?»2.Si yaantesla crítica delhistorismo,junto con la desapariciónde la concienciahistóricay la quiebradel ideal de culturaclásicaen la sociedadindustrial tardía,habíanpermitidoal historiadorpercibir aquella«pérdidade la Historia» descritapor AlfredHeuss3,fueron a su vez hechoscomo la revolución de las ideasdurantela

El presentetrabajo,con ligeras modificaciones,correspondeal texto de unaconferenciapronunciadael 28-6-1982en Dússeldorfen la fiestade celebracióndel décimoaniversariodelSeminariode Historia Antigua de aquellauniversidad.El carácterde conferenciadel texto hasido mantenidodeliberadamente.Por la traduccióndel manuscritoalemánal españolexpresomi más afectuosoagradecimientoal señorV. Alonso Troncoso,Madrid.

2 De Chr.Mejer esel titulo «Wassoil unsheutenochdic Alte Geschichte»,en EntstehungdesBegriffs “Demokratie”. Vier Prolegomenazu einer historisciten Theorie, Frankfurt, 1970, pp. 151Ss.; y de 0. Alfóldy, «Der Sinn der Alten Oeschichte»,en O. Alfóldy-F. Seibt-A. Timm (cd.),Problemeder Geschichrswissenschaft,Dússeldorf,1973,Pp. 28 ss. Sobrela situación,entonces,dela Historia Antiguaen la RepúblicaFederal,cf. también0. Alfóldy, «Beobachtungenzur Lageder Althistorie in der Bundesrepublik»,en H. Flashar-N. Lobkowicz-O. Póggeler (cd.),Geisteswissenschaftals Aufgabe, Berlin-New York, 1978, pp. 194 ss., y R. Oiinther, AlteGeschichtein Studiumund Llnterricht, Stuttgart-Bcrlin-Kóln-Mainz,1978, cadaunode ellos conmás bibliografla

A. Heuss, Verlust des Geschichte,Góttingen,1959.

Cierión, 1. Editorial de la UniversidadComplutensede Madrid. 1984

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llamadarevueltaestudiantily algunasmedidaspolítico-culturalesacordeconuna ideologíaeducativaestrechade miras, los quecrearonmásquenuncaunsentimientotal de inseguridadque un joven historiadorde aquelentonces,deseosode exponera la opinión públicael significadoy la actualidadde sudisciplina, se habría sentido obligado antesde nadaa justificar de algunaforma la existenciamismade su saber.Tal cosasuponíaen la mayorpartedelos casossalir en defensade la «relevanciasocial» de la Historia Antigua, loque no dejabade sertareaharto problemática.

Puesbien, todo esto forma parteen amplia medidade lo histórico. Elpapelquehoy día juegao ha de jugar la Historia a través de su funcióncritica y formadoradelas concienciasprecisade tan pocasaclaracionescomoel hechode queunaciencia del pasadohumanoresulta tan inconcebiblesinla Historia Antigua como, pongamospor caso,sin la Historia Medieval. Sitodavíahacesólo un decenioquelos estudiantesde Historia podíanpasarsehorasenterasdiscutiendosobreeste tipo de cuestiones,sus compajierosdehoy día en cambio parecenposeerla sabiduríade Goethe,quien solía darsiemprea Eckermannpor todaexplicación sobrela evidenciade las cosasunamisma respuesta:«Mi querido amigo, es que es precisamenteasí.» Sipreguntásemosen generalparaquéestáahí la Historia, o másconcretamentela Historia Antigua, y en qué sentido podría ser ésta beneficiosa,apenashabríaalguienqueporde prontono respondiesequesu finalidad resideen lainvestigacióndel fenómenohistórico,en la investigacióncientífica del «totalde aquelloque ha acontecidoa lo largo del tiempo, hastadondepuedadarcuentade ello nuestrosaber»4.Cuandomás,tras estapreguntaa la queyadio respuestaDroysen, cabríasuscitarunasegundacuestión,a saber,quéhemosde hacerconel hechohistórico.Seguramentese daríatambiénen estepunto un consensoen la posición de base. 1 n líneas esencialespodría éstarespondera la formulaciónhechapor H. H& opel: La Historia, conel tiemposometidoa nuestropensamientoordenadory por ello mismoconel dominiode nuestropasado,no ofrece en verdadningunarecetamágicaparanuestrofuturo, pero si una ayuda para orientarnoslibrementeen nuestro propiomundo5.Con Th. Schiederpodríamosexpresarlode forma mássimple: LaHistoria «aportael caudalde experienciasnecesariopara verificar todo loqueel hombrees capazde realizar,así como lo queescapaa susfuerzas»6.

La investigacióndel fenómenohistóricosignificaen el casode la HistoriaAntigua, al contrario de las restantescienciasde la Antigñedad,ilúminar elpasadodel mundogreco-romanoy de susámbitosperiféricosa travésde unplanteamientohistóricoy solamentehistórico;es decir,suponecomprenderyexplicar los acontecimientosy situacionesde aqueltiempoquenostransmí-

~ J. 0. Droysen,Historik. Vorlesungen(iber Enzyklopadieund Methodologiedercd. por R Húbner 2.acd., Miinchen-Berlin, 1943, p. 6.

H. ¡-ieimpeí, liber Geschichteund Geschichtswissenschaftin unsererZeil, Oéttingen,1959,p.14.

6 Th. Schieder,enTh. Schieder-K.Gráubig(edj, TiteorieproblemederGeschichtswissenschaJ¡,Darmstadt,1977, p. 384.

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ten las fuentescomo partesde un procesocontinuo,sujetosa los condicio-nantesde laépocaeinsertosen unamismacadenade causasy efectos.De ahísurge parala Historia Antigua, tanto hoy como ayer y como mañana,unanecesidadde autorreflexión,y aúnmásde justificación científica. Estaha desometersea la preguntadesi nuestradisciplina,queporsuobjeto de estudiopertenecea las ciencias de la Antiguedad y por su planteamientoa lascienciashistóricas,cumplesu función —la investigacióndel pasadodesdeunpunto de vista histórico—conformea las exigenciasde nuestraépocay deforma idónea. Frente a esta cuestiónno debiera la Historia Antigua enAlemaniacontentarsesimplementecon salir airosa del desafio que se nosplanteabaa finales de los añossesentay en la primera mitad de los setenta.No solamenterepresentantesde otrasdisciplinasreprochanen ocasionesasus colegasde Historia Antigua unacapacidadraquítica parala reflexión,pobrezateórica, carenciade modelos e insuficiencias de método; inclusorepresentantesde la Historia Antigua, y en especialde la generaciónmásjoven de historiadores,se va apoderandola sensaciónde que e§ta especiali-dadsiguecadavez menoselpasodelas restantescienciashistóricas,sino queinclusose haquedadomuy pordetrásde todasellas.¿Acasono selanzóhacecuestióndediez añosa la historiografiaalemanala provocativapreguntade«cómo llegamos al siglo xx»?7. En realidad sería ya hora de empezaraplantearnosel problemade cómo vamosa entraren el siglo xxi y conél enun nuevomilenio; ciertamentequeaquellosde nuestroscolegasquesehacíanla citada pregunta—y aunno sólo ellos— seguiránhoy pensandoque lainvestigaciónen Historia Antigua en la RepúblicaFederalde Alemaniasemueveen buenapartetodavía másal nivel de la historiografiadecimonónicaque al de la del siglo xx, a juzgar,sin ir máslejos, por unapublicacióncomola aparecidaen 1977 bajoel título «Bibliographiezur Geschichtstheorie»,enla quesobreun total de másde 3.500 publicacionesde teoríay metodologíahistóricas,apenasfiguran trabajosde Historia Antigua8.

Con todo, no debierapensarsequese tratadeun problema«típicamentealemán».Dentro de la Historia Antigua inglesael libro de E. Millar «TheEmperorin the RomanWorld», ciertamenteunade las obrasmásimportan-tes escritassobrela figura del emperadoren Roma,llegó a sercriticadoporK. 1-Iopkins como unamonografiaquepor el planteamientoexcesivamente«apegadoa las fuentes»,la ingenuidadmetodológicay la carenciade modelosde su autor, «follows to the letter many of the canons of orthodoxy stilldominantamongancienthistorians»y como tal, en suma,es «amodel howancient history should not be written»9.Pero quizá másilustrador todavíapueda serlo la maneraen que el propio Millar enjuicia el estadode su

J. Cobet,«Wie kommen wir in daszwanzigsteJahrhundert?Fine AuseinandersetzungmitChristian Meiers Prolegomenazu einerhistorischenTheorie», Chiron 3, 1973, pp. 15 ss.H. Berding, Bibliograph¡e mr Geschichtstheorie,Góttingen, 1977.

K. Hopkins, «Rules of Evidencc>’, JRS 68, 1978, pp. 178 ss., concretamentep. 179.Comentariosalemanesa la obra de F. Millar, Tite Emperorin the RomanWorld (31 B.C.-A.D.337), London, 1977: 1-1. Galsterer,G¿5ít. Gel. Anz. 232, 1980, pp. 72 ss., y J. Bleicken, «Zum

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especialidad.Esteautorno sólo considerael tipo de historiapracticadoporsu maestro, Sir Ronald Syme, sin discusión uno de los más grandeshistoriadoresde la AntigUedad,como «old-fashioned»,lo que seguramenteresultaexactotodavezqueSyme,basándoseen Tácito y EduardGibbon,eraesoy no otracosalo quese proponía;tambiénen opinión de Millar quedaanticuadacasi toda la producciónhistoriográfica en la Historia Antiguadesdela SegundaGuerraMundial—incluida lapropia,por lo quese ve— síla comparamoscon las tendenciasquese ofrecian en el resto delas cienciashistóricas

Afirmaciones como éstassuponenprecisamenteun reto y nos hacenreflexionarsobrela marchaactualde la investigacióndel fenómenohistóricoen la Historia Antigua. Por razonesobvias, resultadel todo imposible enestas páginasdar una visión generalque comprendiesecada una de lasépocasde lahistoria griegay romanaen susdiferentesniveles(constitucional,social, económico,etc.) e incluso que contemplaselas disciplinasespeciales,como, por ejemplo, la epigrafia y la numismática?.Más bien, lo que aquípretendoes discutir el estado actual y el cometidopresentede nuestraespecialidad,fijándomeen aquellapreguntagenerala cuya respuestaquedasujetacualquierinvestigaciónhistóricay a la quecadageñeraciónha de darcontestaciónde forma nueva y específica: ¿Hastaqué punto nuestrosconocimientosdel pasadorepresentanuna comprensiónauténticadel hechohistórico?Así, pues,quierocentrarmeen aquellostres problemasprincipalessobre los que reposa básicamentela mencionadacuestión, esto es, laproblemáticade las fuentes,los métodosy el enfoquehistórico,apartir de loscuales ha de derivarsenuestravisión del pasado’1.¿En qué medida sonfiables nuestrasfuentesy cómo hemosde vérnoslascon ellas? ¿Hastaquépunto se adecúannuestrosmétodos a la tarea de investigar la realidadhistórica?Y ¿hastaqué punto podemoshacemoscargo de dicha realidadhistóricacondicionadoscomo estamosno sólopor elestadode las fuentesyla metodología,sino también por nuestra propia experiencia histórica?Quiero hacer hincapié en el hecho de queesperodar respuestaa estosinterrogantesno sólo desdeunaposiciónpuramenteteórica,como haríaunteóricode la ciencia,sino también,y muy especialmente,apartirde la praxisinvestigadora,es decir, teniendopresenteelejemplode trabajode historiado-resde la talla de AndreasAlfóldi, Hans-GeorgPflaumy Sir RonaldSyme,yateniéndomea lo que supone todo quehacerconcreto con la Historia,siguiendoasí la observaciónde Droysen,quien, fiel al significadooriginal deltérmino griego Historia, describíael modo de trabajardel historiadorcon laexpresión«forschendzu verstehen»(«comprenderal investigar»)’2

RegierungsstildesrómischenKaisers.Fine Antwort auf FergusMillan>, Sitz.-Ber.d. Wiss. Ges.an derJohann Wolfgang GoetheUniversitátFrankfurt a»zMain, vol. XVIII, núm. 5, Wiesbaden,1982.

±0 F. Millar, JRS7i, 1981, p. 152.“ Cf. sobreelloG. Alfóldy, enProblemeder Geschichtswissenschaft(videsupra n. 2), PP.32 ss.±2 J~ Q~ Droysen,op. cit. (videsupra n. 4), p. 328.

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«La cuestiónde las fuentes...,desdequeexistehistoriografiay tantomásdesdequeexistecienciade la Historia, constituyela cuestiónfundamentaldelcualquiertentativahistoriográfica»’3 Esta conclusióna la que habíallegadoTh. Schiederya no resultahoy evidenteparatodo el mundo. De todosessabidoquelas fuentesdisponiblesen Historia Antigua (literarias,epigráficas,papirológicas, numismáticas y arqueológicas)resultan fragmentariasendemasía,y a cualquierade nosotrosnos constaque las reconstruccioneshistóricasque reposansobredichasfuentesresultana menudodiscutiblesoprobablementefalsas.Fueronunasmismasfuentesen efectolas quesirvieronpara fundamentaro refutar que la vida política en la Romarepublícanasebasabaen la existenciade faccionesnobiliares permanentes,constituidassobrerelacionesde parentescoy de carácterpersonalmás amplio; y fuerontambiénunasmismasfuenteslas quea un mismo tiempoparecenhaberdadopie ainterpretacionestan disparessobrelapersonalidadde Augustocomolasde W. Weber y R. Syme: Si en la pluma del primero el fundador delprincipadoquedabacanonizadopor sudesprendimiento,suseveridadmoral,sumagnánimaliberalidade igualmentela fuerzafecunday afortunadade lamoderación, en la del segundo el primer princeps se convertía en unaventurerosin escrúpulos,el másgrandehipócritade la historia y el menossincerode todoslos hombres’4.

En los trabajoscontemporáneosde Historia Antigua puedenrastrearsedos líneas interpretativas radicalmentedistintas, que persiguen paliar oresolverel problemadel estadode nuestrasfuentes.La mayor partede loshistoriadoresde la AntigUedadconfia en éstasy prefiere prescindir en lamedidade lo posiblede otrasbasesde conocimiento.F. Millar ha resumidode la mejor maneralo esencialde estapostura:«It is essentialnot merelytoattend to the penumbrasof attitudesand expectationsexpressedin thoseancientsourceswhich provideour evidence,but, so far as is possible,to baseour conceptionssolelyon thoseattitudesand expectations»~ Consecuente-mentemuchosde estosinvestigadoresse esfuerzanen beneficiodel progresode nuestrosconocimientoshistóricospor aumentarel cúmulo de lasfuentes,como en todo tiempohanvenidohaciendolos representantesde la HistoriaAntigua. Se trata en estecasode presentarde maneramuy acabada,con

Th. Schieder.op. cit. (videsupra n. 6), p. 362.«Teoriadefacciones»:videesp. lxi. H.Sculiard,RomanPolitics 220-150SC., Oxford, 1951,

y L. RossTaylor, PartyPolitics in the Ageof Caesar, Berkeley-LosAngeles,1949, y en contraesp. Chr. Meier, Res publica amissa. Fine Studie ni Verfassungund Geschzchteder spatenró,nischen Republik, Wiesbaden, ¡966, nueva cd. SuhrkampVerlag, 1980, PP. 182 ss. LasopinionescitadassobreAugustocorrespondenaW. Weber, Princeps.Studienzur GeschichtedesAugustus,Stuttgart-Berlin, 1936, p. 99 y R. Syme, The RonzanRevolution,Oxford. 1939, Pp.427, 454 y 439. Sobreestacontroversiadepareceresvide O. Alfóldy, «Sir Ronald Syme,DicrómiseheRevolution und dic deutscheAlthistorie’>, Sitz.-Ber.d. HeidelbargerAkad. d. Wiss.,Phil.-hist. Kl., Jg. 1983, n. 1, Heidelberg, 1983.

“ F. Millar, The Emperor in ihe RomanWorld, p. Xl.

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textos inmejorablesy detalladoscomentarios,fuentesconocidasde siempre,como, por ejemplo,las obrasde los historiadoresantiguos,pero tambiéndebuscar y publicar otras piezasde información como inscripciones,papiros,monedasy monumentosa ras de suelo, o simplementede facilitar el usocómodoy rápido de fuentesnuevasy antiguasen edicionescompletas,comopor casoen los suplementosdel CorpusInscriptionum Latinarum o en loscatálogosnumismáticosde la GermaniaRomana.El lugar que estetipo deinvestigación básicamantieneen la Historia Antigua y ciencias conexaspuedecalibrarsesi pensamosqueencadauno de losvolúmenesdel «BulletinAnalytique d’Histoire Romaine» la bibliografia sobre las «Sources»ocupaaproximadamentelos dostercios del total.

A suvez, otros investigadoressonde la opinión de que de estemodoseconsiguetan sólo un avancecuantitativo, esto es, ampliar el número defuentesque adolecende similares insuficiencias,sin que podamospor elloalcanzarun nivel cualitativamentedistinto,quees el quehemosde exigimospara hacer verdaderamentefructífero para la Historia dicho materialinformativo. Lo que estosautorespidenes un distanciamientode las fuentes,quesegúnellos necesitamos,pues se tratade hacerun usocorrectode éstas,peropartiendode un modelo lógico no derivadoprecisamentede ellas. Conla mayor claridad posible ha formulado esta pretensiónK. Hopkins. Larecopilación y el aprovechamientoacumulativo de las fuentes para unproblemahistórico no son suficientes:«lo be sure,historiansshouldmasterthe evidence, but they should also, 1 think, in some sensetransform andperhapseventranscendthe originals and so build somethingwhích is bothtrustworthy in its derivation and recognizably different from the sourcesthemselves»’6.Con ello no es que se detraigaen modo alguno nuestraatenciónde las fuentes;másbien lo quese pide essu manejoconformea unmodelo fundamentadosistemáticamente,el cual ha de ser trazado en unespacio«libre de fuentes»y en basea una teoríano influida por éstas.

Se puede naturalmenteir más allá aún y dejar de lado total o muyconsiderablementelas fuentes, como hace poco tiempo hacia un jovenhistoriadoralemánen suobra«ImperialeHerrschaftund provinzíaleStadt»,y por cierto con la siguiente argumentación:«El enfrentamientoentredistintas teorías en Historia no puede... consistir primariamente en uncambiode golpesa basedematerialempíricamenteadquirido,sino queha deesforzarseantetodo por aclararaquelloquees lo científicamentedudosodeun objeto histórico», suponiendoen.este caso que no hay derechoa quealgunasteorías«se vean fácilmentedesacreditadaspor el hecho de que seinvoquedatosensucontra,que—cuandoasí sequiere—puedenencontrarsesiempreen el complejoestructuradode la realidad»’7.Aun a sabiendasde sudureza,he de decirquea propósitodeestome vienena la memoriaaquellos

•~ K. Hopkins,JRS68, 1978, p. 185.

“ M. Stahl, Imperiale Herrschaft und provinziale Stadt. Strukturproblemeder fómischenReichsorganisation¡ni 1-3. Jh. der Kaiserzeit,Góttingen, 1978, p. 182. Cf. mi recensiónenGymnasium86, 1979, Pp. 419 ss.

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párrafosescritospor mi colegade HeidelbergHans-JoachimZimmermann,sobreteoríay fuentesen su especialidadde filología inglesa: Le inquietabamás —reconocía—una fuente aún no descubiertaque la interpretaciónnúmerocien sobreun mismo problema,algo más matizadaque la númeronoventay nueve,yade por sí másquesuficiente;como tambiénse le antojabade segundamano la frecuentediscusiónteóricasobreobrasde arte como elcantar de los ancianosde Troya al contemplara la bella Helena18.Lainvestigaciónhistórica que renunciaseal examende las fuentesdisponiblesseriano sólo teóricamenteabsurda,puesen tal casonada tendríamosqueinvestigar ——y con el mismo derecho cabría entoncesestudiar cualquierfenómenodel pasadosobreel que no nosquedasetestimonioalguno—,sinotambién irrealizable, puesto que ningún historiador serio renunciaría averificar si las nuevasfuentesque van apareciendomodifican o no nuestrosconocimientosprevalentes.En estesentidoresultacompletamentesecundariosi nuestrasfuentesson defectuosaso parcialesy en qué medidalo son. «Oneuseswhat one has,andthere is work to be done»,rezauna máxima de SirRonaldSymecitadaa menudo’9y quehastael momentono ha podidosersustituidapor ninguna premisamás convincente.Personalmentepertenezcono sóloa los incorregiblesque mantienenla opinión de quelas fuenteshandeseren adelanteel punto de partidade cualquierinvestigaciónhistórica,sinoque voy más allá y me atrevo incluso a afirmar que la búsquedaypublicaciónde nuevasfuentesconstituyeun pasoprevio parael desarrollodetoda cienciahistórica y al mismo tiempo un apartadoimportantede éstaymuy actual hoy día. Puesto que apenasafluyen fuentes literarias y suelaboraciónprevia constituye,en primer término, un dominio de la filologíaclásica,los historiadoresde la AntigUedadtienen que esforzarsede maneramuyespecialpor aportarotrasfuentes,y por lo quese refiere a éstas,en vistade la división del trabajo que se ha impuesto con las ciencias vecinas,debierandemostrarunaespecialpreparaciónen epigrafiay numismática,nosiendo preciso recordar,por lo demás,que las fuentesliterarias,con todo,siguen siendo en líneas generalesel testimonio más importante para lainvestigacióndel fenómenohistórico, o en este mismo orden de cosas,quehoy día la Historia Antigua resultainconcebiblesin el complementode laarqueología.

Si la relevanciade las llamadascienciasauxiliaresde la Historia Antiguaseha visto tan incrementada,ello tienedosexplicaciones.Se trata, enprimerlugar, de las posibilidadesqueaquíse presentanparala obtencióninmediatade nuevosconocimientos.Es cierto quecadageneraciónde historiadores,connuevosplanteamientosy nuevosmétodos,descubresiemprealgo nuevo enfuentesya conocidas,lo que respondeplenamentea la afirmaciónde JakobBurckhardtde queen la obrade Tucídidescabesiemprealgode primerísima

~ H.-J. Zimmermann,HeidelbergerAkad.d. Wiss.,Jahrbuch, 1978 (1979), p. 122.~«R. Syme,JRS58, 1968, p. 145 = RonzanPapers,Oxford, 1979, II, p. 711.

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importanciaquequizádescubraalguienal cabode cien años20• Peroentodocasoesevidentequeson las nuevasfuenteslas queconducenmásrápidamen-te a nuevos conocimientos.¿Acasoel solarium Augustí descubiertopor E.Buchner no ha cambiadodecisivamentenuestrasconcepcionessobre laideologíade gobierno del primer princeps, quien en sus Res Gestae seconsiderabaa sí mismo con tanta modestia, invocando únicamentesuauctoritassobrelosotros hombres,y encambioen el simbolismoalambicadode su reloj de sol se dejabaver máscomo dios que como mortal?21.Ensegundotérmino,hayquesubrayarelhechodequesobrenuestrageneraciónrecae una especial responsabilidad,dad’o el crecientenúmero de fuentesutilizables.La mayor partede éstassalena la luz como consecuenciade loscambiosoperadosen nuestroentornopor las obrasde construcción,las desaneamientourbano o los trabajos agrícolas.Quiero ilustrar aquí con elejemplo de la epigrafia romanaen qué proporción dentro del ámbitogeográfico de las antiguasculturashan aparecidonuevasfuentespara lainvestigaciónen los últimos decenioscomo consecuenciade esa violenciacontrael medio. Mientras queen cada uno de los númerosde «L’AnnéeÉpigraphique»hastaaproximadamente1965 se recogíananualmentecomomuchodel ordende200 a 300nuevasinscripcionesromanas,hoy díase elevala aportaciónanual de nuevostextos en estapublicación a casi un millar,cambio que no radicaen un mayor esmerode los editores,sobretodo sipensamosqueal igual queantessiguensin publicarseaquítodoslos nuevostextos. En la PenínsulaIbérica se contaba no hace aún el siglo, en elmomentodeterminarseel tomoII del CorpusInscriptionumLatinarum,conunas 6.000 inscripciones romanas;en la actualidaddisponemosde unos15.000textos,redondeandotambiénlascifras,y esoquese haperdidomásdeun tercio del material incluido en elantiguo CIL y quecercade un tercio deésteprecisaderevisión. Lo quehoy día no resultasalvadoy quedaabiertoala investigación,acabaperdiéndoseen su mayor parte.Según 5. Panciera,aparecenhoy en Italia por término medio unas 1.000 nuevasinscripcionesromanasal año,de las cualessin embargosólo unade cadadiez conocenlapublicación22;el restose pierde,en elmejor de los casos,enlos depósitosdelos museos y también con demasiadafrecuenciaen otros lugares.Algoparecidose podría afirmar asimismo,mutatis mutandis,en relacióna lospapiros,monedasy másaúnen lo referentea los monumentosarqueológicos.Si nuestroscolegasdel sigloxxi, al mirar haciaatrás,llegasena reprochamosdeficienciasteóricas,no sería esto despuésde todo tan penoso como elreprochede queno noshubiéramospreocupadosuficientementedel aprove-

20 j~ Burckhardt, WeltgeschichrltcheBetrachtungen,cd. por W. Hansen,Detmold-Hiddesen,1947, p. 24.

~‘ E. Buchner, «Solarium Augustí und Ara Pacis», RM 83, 1976, pp. 319 Ss.; idem,HorologiumsolariumAugusti.Vorberichtiiber dieAusgrabungen1979/1980,ibid. 87, 1980,Pp. 35555.

‘~ S. Pandera,en Soprintendenzespeciali ed altri istiruti analoghinella loro organizzazioneenel loro rapporti conle soprintendenzeterrttoriali alíe antichitá, Roma,¡974;pp. 45 ss.,esp.p. 49.

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chamientopara las ciencias de todo ese caudal informativo que hoy díaafluye hastanosotros.

Con todo ello no se quieredecir sin más que la presentacióny el usoinmediatode cadaunade las fuentesseanidentificablesconla investigacióndel fenómenohistórico. Estoy de acuerdocon K. Hopkins en quepara lailuminaciónde lasconexioneshistóricassehacenecesarioun cierto distancia-mientode lasfuentesy quenosotroshemosde verificar muycuidadosamentequémodelo generalsobreelobjetoa investigarseadecúamejoral contenido,con todassus consecuenciasimaginables,de nuestrasfuentes.La compren-sión histórica,por ejemplo,dela estructurasocialen la PenínsulaIbérica enépocaimperial romanano implica de ningunamanerala adiciónni tampocola valoraciónacumulativade datosparticularescualesquseray que nosotrosdebemosa esas15.000inscripcionesy a las fuentesrestantes;aquíse impone,cuandomenos,un modelo ordenador,pueselconocimientocientífico reside,al decir de Max Weber, y también en nuestradisciplina, en el «ordenrazonadode la realidad empírica»23 Al llegar a este punto hemos depreguntarnossolamentesi ese modelo ha de ser extraídode las fuenteso,comoquiereHopkins,ha de buscarsebásicamenteen otra partey completa-menteal margende aquéllas.Nosvemos, así pues,obligadosa entraren laproblemáticadel métodoy la teoría.

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Si queremosaprovecharnuestrasfuentesparala Historia necesitamosencualquiercasoun métodohistórico. Entendiendopor métodocientífico unsistema de reglas y principios a los que nuestropensamientohabrá deamoldarseen la búsquedadenuevosconocimientos,resultaráentoncesqueelmétodohistórico no seráotra cosaque aquelsistemade reglasy principiosque nos posibilite,con ayuda de las fuentes,comprenderel hechohistórico,los hechos particulares,sus relacionesmássimples y los entramadosmáscomplejos.La controversiaen el senode unadeterminadaciencia sobrelacuestión de la metodología correcta constituye siempre un dato muyreveladorsobresugradode desarrolloy sucapacidadde autocrítica;estoeslo quesucedeen la actualidadconla Historia Antigua. Antesde nadaha deremarcarseque las acaloradasdiscusionessobre metodologíaen nuestradisciplinaa lo largo de los últimosdeceniosse hancentradoenel temadelasposibilidadesy límites de determinados~métodosde investigación,que sehabíandesarrolladoal enfrentarsecadacual conlas fuentesantiguasy que,pordecirlo así,habíansurgidodel interior de nuestrapropia ciencia.En estesentido, resulta muy significativo el debateacerca del llamado métodoepigráfico-estadístico24,debatehoy ya extinguido; significativo porque los

2~ Max Weber,GesammelteAufsatzemr WissenschaJtslehre,2.aecl.Túbingen,¡951,pp. 150 y

~ Paraun uso autorizadodeestemétodo,bautizadopor K. Kurz un tantoerróneamentecomo«statistisch.epigraphischeMethode»(máscorrectaseriala denominación«quantifizierende

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48 GézaA(fóldy

partidarios de este método harían hoy un uso mucho más precavidodelmismoque en la fase de euforia hacedosdecenios,y por que,por lo demás,ha podidoquedarpatentequeel material epigráfico,en combinacióncon lasotras fuentes,es capazde arrojar informaciónmuy valiosa para la historiademográficay social. Lo que uníaa defensoresy detractoresde estemétodoera un mismo convencimientode que la historia de la Antiguedadescognosciblepara nosotrospor las fuentesy con la ayuda de los métodosdescubiertosy desarrolladosen el manejode dichas fuentes;se discutía tansólo si la utilización cuantitativade las inscripcionesera o no un procedi-miento adecuadoparaello. En términosparecidosse sigue planteandoaúnhoy la discusión sobre el método prosopográfico de investigación. Susseguidoresestán persuadidosde que los datos sobrelos individuos de lascapassocialesdominantesnos dan una visión no sólo de la composiciónyestructurade dichos estratossociales,sino también de los mecanismossocialesy políticos por los que tales personashanascendidoa los puestosdirigentes; bastantesrepresentantesde esta corriente interpretativalleganinclusoasostenerque con la ayudade las distintasnoticiasy datossobrelasrelacionespersonalesy contactosde cadauno de estospersonajesse puededesentrañarlas motivaciones de su comportamientopolítico y de estamaneraexplicar la toma de decisionesy los acontecimientosde la vidapolítica. Quienesadoptanunaactitud máscrítica rechazansobretodo estaúltima postura;en realidadcasi nadiedudade que seaenteramenteposibleconocercon las fuentesdisponiblesy los métodosde investigaciónde cuñopropio la estructurade las élitesantiguaso incluso el funcionamientode lavida política en Grecia y Roma; la crítica iba dirigida tan sólo contraundeterminadométodo con sus«payoffsand pitfallsx.25.

epigraphischeMethode»), véaseesp. A. Mócsy, Die Bevólkerungvon Pannonienbis zu denAlarkomannenkriegen,Budapest, 1959, C5~. Pp. 143 Ss.; idem, «Provinzbevólkerungund ihrelnschriften (eme Frwiderung)»,Acta Arch. ¡Jung. 15, 1963, Pp. 427 Ss.; idem, GesellschaftundRomanisation in der rñmischen Provinz Moesia Superior, Budapest,1970, esp. PP. 261 Ss.; 0.Alfbldy, Sevólkerungund Gesellschaftder rómischenProvinzDalmatien, Budapest,1965, esp. PP.17 Ss.; O. PereiraMenaut, «Problemeder globalen Betrachtungder róm±schenInschriften»,BonnerJahrb. 175, 1975, Pp. 141 ss. Para una critica de este método vide esp. E. Swoboda,Gnomon 34, 1962, Pp. 387 Ss.; K. Kurz, «GnoseologischeBetrachtungendber dic sog.statistisch.epigraphischeMethodes>,Listy Filol. 86, 1963,Pp. 207 Ss.; F. Vittinghoff, «Dic innereVerfassungrómischerStádte— Móglichkeiten und Grenzender Fpigraphik im Donauraum»,enAktendes VI. Interna:. Kangressesfiar Griechische und LateinischeEpigraphik, Míinchen, 1973,pp. 85 ss.; idem, «Zur rómischen Municipalisierungdes lateinischenDonau-Balkanraumes.MethodischeBemerkungenss,en ANRW, II, 6, Berlin-New York, 1977, PP. 33 ss.; ¡-1. Wolff,«Zum Erlcenntniswertvon Namenstatistilcenfúr dic rómischeB(irgerrechtspolitikder Kaiser-zeir», en W. Eck-l-f. Galsterer-FI.Wolft (cd.), Studien zur antiken Sozialgeschichte.FestschrqiFriedrich Vittinghoff, Kóln-Wien, 1980, pp. 229 ss.

25 El método prosopográlicomodernofue creadopara el estudiode la repúblicaromana,básicamenlecon las obrasde F. Miinzer, RamischeAdelsparteienund Adelsfa~nilien,Sluttgart,1920,y deR. Syme,ThetRamanRevolution,Oxford, 1939;paralaaplicacióndeestemétodoen lainvestigaciónsobreel Imperio,sentaronlasdirectriceslasobrasde E. Groag,A. Stein,R. Syme,H.-G. Pflaum y E. Birley. Un empleo autorizado del mismo en Ja investigación sobre larepública,puedeserlo,E. Twyman,<CheMetelli, Pompeius,andProsopography»,en ANRW1,1, Berlin-New York, 1972, Pp. 816 ss., y en la épocaimperial, 0. AIfóldy, Konsulat unáSena:orenstandunter den Antoninen. Prosopographischelintersuchungenzur senatorischen

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La Historia Antigua y la investigacióndelfenómenohistórico 49

Ahora bien, fijándonosmás detenidamenteen la situaciónactual de laHistoria Antigua, no hallamosel frente de discusiónmásimportanteen loscitados casos.Esta se estableceentre aquella mayoría de estudiososqueelaborasumetodologia,comosiempreseha venidohaciendo,en el momentomismo devérselascon las fuenteso al menosapoyándosedesdeun principioen ellas,y susotros colegas,paraquienesla cuestióndel métodono significaotra cosaquela aplicaciónde unateoríacomomodelode investigación,estoes, una interpretaciónsistemáticae independientede toda época de losfenómenoseconómicos,sociales,políticosy culturales,queha sido elaboradaal margende las fuentesde la Historia Antigua y la mayorpartedelas veceses extraídade otras ciencias. La primera posturase remonta,en últimainstancia,al postuladode Rankedeintentarcomprenderel «wie es eigentlichgewesen»(«cómoha sido realmente»)26a basede un rigurosoestudiode lasfuentesdignasde crédito; es tambiénla formulaciónde TheodorMommsende que la Historia como ciencia no es sino «la comprensiónclara de lossucesosreales»,que «consisteen parte en la búsqueday clasificación de lostestimoniosanuestroalcancey en partetambiénen la conexiónde éstosdeacuerdocon nuestroconocimientosobrelas personalidadesinfluyentesy lascondicionesdel momento, para ser al final una exposición de causasyefectos»27. En la ciencia de la Historia Antigua de nuestraépoca estacorrienteha sido defendidade maneramuy coherentepor Sir RonaldSyme.Su métodode investigaciónpartedel rechazode todo sistemametodológicoquese baseen teoríaalguna:«To insist on “die gesundeMethode”is tedious.And it may be superfluous.Nor is the cult of methodologyalwaysa sign ofstrength»28.Sabidoes que tambiénparaSymela Historia es «not the merecollectingof facts: the expositionmust be built up on someleading idea, orindeed on several, and be interpreted in their light>A9. Pero esta ideaordenadoradebiéramosextraería de la Historía misma y no de unadeterminadateoria abstracta que siempre se obtiene de la filosofia, lasociología,la economía,etc. La Historia, según Syme, es inteligible en símismay suexplicaciónracionalesjustamentesu método,queradicasimpleyllanamenteen la forma, el trabajo riguroso, la exactitud, la técnica de

Fi~hrungsschicht,Bonn, 1977, pp. 7 ss., y ahoraK. Dieta,Senatuscontraprincipem.Untersuchun-gen zur senatorisehenOppositiongegenKaiser MaximinusThrax,Múnchen, 1980, Pp. 24 Ss. Parasu critica,véaseespecialmenteW. Den Boer,«Dic prosopographischeMethodefi, der modernenHistoriograpliieder Hohen Kaiserzeit»,Mnemosyne22, 1969, Pp. 268 ss.=ZYrrPAMMATA.Studies ¡u Graeco-RomanHistory, Leiden, 1979, pp. 264 Ss.; T. R. S. Broughton,«SenateandSenatorsof theRomanRepublic: The ProsopographicalApproach»,enANRW 1, 1, Berlin-NewYork, 1972, Pp. 250 Ss.;T. F. Carney,«Prosopography:Payoffs and Pitfalls»,Phoenix27, 1973,pp. 156 ss.;A. J. Graham,«The Limitationsof Prosopographyin Roman Imperial History (withspecialReferenceto the SeveranPeriod>’, en ANRW,II, 1, Berlín-New York, 1974, pp. 136 ss.

26 Así en su prefacio a la Geschichtedar roinanisúhenund germanisehenVñlker von 1494 bis1514, citado en F. Stern, Gesch¡chte und Geschichtsschreibung.Móglichkeiten, Aufgaben,Meihoden. Tate von Voltaire bis zur Gegenwart,Miinchen, 1956,p. 60.

27 Th. Mommsen,Redenuná Aufsatze,3~a cd., Berlin, 1912, p. 10.28 R. Syme, The Historia Augusta.A Cali lar CIar¡ty, Bonn, 1971, p. 5.29 R. Syme,RonzanPapers(vide supra n. 19), 1, p. 55.

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composicióny el estilo30.En realidad,de un mododehacerlaHistoria sobretales basesun teórico sólo puede decir aquello que P. Veyne comentabaacercade M. Bloch, H. Pirenney R. Syme: En las obrasde estosgrandeshistoriadores«parmalheur,il n’y a que de l’histoire»31.

A losrepresentantesdela otraconcepción,queinvocagustosala doctrinade Max Weberde lostipos idealeshistóricosy la de Sir Karl Poppersobreelmétodo«deductivo»,aunqueen la prácticano valore los hechosde igualmanera que éstas, una metodología como la comentadase les antojairremediablementeanticuaday a sus ojos abocadaa naufragar ante lasinsuficienciasde las fuentes,de las que ni puede ni quiere separarse.K.Hopkinsviene de nuevoen nuestraayudacon una exposiciónmuy claradeestepunto de vista, que es tambiénel suyo. En su libro «ConquerorsandSiaves» concibe de la siguiente forma el sistemaeconómicode la Romaprimitiva32: Puestoque las fuentesson insuficientes,no ha de partirsedeellas,sino de un modeloteóricoqueencierreunahipótesissobreel carácterde laeconomíaromanaprimitiva, obviamentetal hipótesisdebeserdesdeelprimer momentola másverosímil, con lo que sugrado de verosimilitudnoha de medirseen función de las fuentes, sino por un mero cálculo deprobabilidades.Segúnesto,habríaqueaceptarqueparala Romaprimitiva laproducciónse basabaprimordialmenteen el trabajodel pequeñocampesina-do en explotacionesfamiliaresquea lo sumopodíangarantizarel mínimoexistenciala cadaunadeestasfamiliascampesinas.Frentea todaslas demáshipótesisposiblesacercadel sistemaeconómicode la Romaprimitiva, seríaéstay sólo ésta aquella susceptiblede acoplarsea un cuadrode conjuntocoherentede la historía económicay social de la República. Las fuentessirven unícamenteparacorroborarel modelo: Tomadasen sí mismasy porseparadoson del todo inservibles;en cambio reunidasactúancomo «thewigwamargument:eachpolewould falí down by itself, but togetherthepolesstandup, by leaningon eachother;they point roughly in the samedirectionandcircumscribe“truth”»33. Todo modeloexplicativoteórico queobserveenla investigación este tipo de arranquemetodológico, suele ser obtenidoprioritariamentede las ciencias socialeso de la historía de otras culturas.yepocas,comopodemosobservaren el casodeHopkins,quiende buenagana,y a menudode forma muy instructiva, operacon argumentossacados,porejemplo, de la historía china, el modelo queda convertido así en una«metodología»abstractay se aplicacomoun sistemade heurística,interpre-tación y descripción. No pocos investigadorespresientenen ello la granoportunidadpara la Historia Antigua de ampliar y al mismo tiempo deobjetivarnuestrosconocimientoshistóricos.

30 Sobre esto, véase0. Alfóldy, A,ner. Journ. of Ancient Htstory 4, 1979, pp. 167 ss.,especialmentePP. 174 s.

“ P. Veyne, Commenron écrit l’histotre? Essaid’epistémologie,Paris, ¡971, p. 135.32 K. Hopkins, Conquerorsant.) Síaves.SociologicalStudiesin RonzanHistory 1, Cambridge,

1978 pp. 19 ss. Cf. mi recensiónen Gymnasium87, 1980, pp. 451 ss.K. Hopkins,Conquarorsand Síaves1, p. 19.

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La Historia Antigua y la investigacióndel fenómenohistórico 51

Aquí se encuentrandos puntos de vista aparentementeirreconciliables.Pero en realidad la diferenciaentre ambosno resulta tan abismal comopudiéramospensaren un primer momento.A la Historia convencionalse leha reprochadocon razón quesu comprensióndel fenómenohistórico eraincompletao incluso equivocada,toda vez que las fuentesnos suelen dejarmuchasvecesen la estacadao hastanos confunden.Pero por otra partetambiénes cierto quecon la aplicaciónde teoríasgeneralizadorasy modelosabstractosnos amenazaun peligro parecido.La Historia no se repite nuncade forma invariabley las nocionesde las ciencias históricas son más denaturaleza«idiográfica» que «nomotética».Esto lo había resaltado yadebidamenteMax Weber, cuandoen su conocidoartículo sobrela objetivi-dadrecalcabaqueelobjetivo primordial dela ciencia de la Historia, contodasu preocupación«por el entendimientode lo general, la acuñación denombresgenéricosy abstractos,el conocimientode las constantes»y por la«formulaciónde conexiones“sujetasa leyes”», residíaen último término ensaberexplicar la especificidadrespectivade cadauno de los fenómenosdelpasado34.Entrelos teóricosde lacienciahoy día podríamoscitara HermannLiibbe, quien en su estudio «Was heisst: “Das kann man nur historischerkláren”?»escribíaquela cienciade laHistoria estaballamadaaaclarar«lascondicionesúnicasde un sistemadado,o por decirlo así,la individualidaddetal sistemaentreotros comparables»35.Y bien,ahoranos preguntamos¿quéquedarealmentede todo ello, si a priori apartamosde nuestraconsideraciónlas fuentes contemporáneas,la única expresión superviviente de dichaindividualidad,en favor delas generalizadoras«enseñanzasde la Historia»,oen sucaso de las afirmacionesnomotéticasde las cienciassociales,o si a losumoatribuimosa aquéllasla función secundariade cimentarla validezdeun modelo teóricoabstracto?Frentea estemodode procedersiguevigenteeldictum de Ranke:«De lo particular puedessiempreascendercon cuidadoyaudaciahastalo general: de la teoría generalno hay vía posible para lacontemplaciónde lo particular»36.Hopkins, con todo, se ha hecho cargohonestamentede las debilidadesde sumétodo:«1 haveapictureof Rome inthe early third century WC.; it had a simple, relatively undifferentiatedeconomy. II any evidencefits in with my view, 1 claim it as corroboration.Anything in the traditional history which does not fit in with this picture, 1cali anachronistic»”.Pero ¿se puede entoncesdecir realmente:«1 see thedanger,but can think of no better method»? Max Weber, cuyos tiposhistóricosidealeshabíande funcionartan sólo «comoconstrucciónideológi-

~ Max Weber,op. cit. (videsupra n. 23), Pp. 178 ss. Parala significaciónde lo particulary logeneral en la investigaciónhistórica, cf. ahora, por ejemplo, K.-G. Faber, Theorie derGeschichtswissenschaft,Miinchen, 1971, Pp. 45 ss.

“ H. Lúbbe, «Washeisst: Das kann man nur historisch erkláren?>,,en Th. Schieder-K.Gr~ubig (cd.), Theorieproblerneder Geschichtswissenschaft(vide supra n. 6), PP. 148 ss., enparticularp. ¡58.

36 L. von Ranke,«PolitischesGesprách»,enZur GeschichteDeutschlandsund Frankreichsim19. Jh. Scimtliche Werke,49/50, Leipzig, ¡887, p. 325.

~‘ K. Hopkins,Conquerorsand Síaves1, p. 24, n. 32.

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ca para medir y caracterizarsistemáticamentelo individual, es decir, lasrelacionesmássignificativasen suespecificidad»y paraquienla investigaciónse basabaen «los hechosempíricamentedadosde la vida»38, o Popper,quepedía la «denuncia»de teorías con los datos presentesen las fuentes39,desarrollaronen realidad un método másperfecto.Permítasenoscitar otravez precisamentea Max Weber, a quien los partidarios de las teoríasgeneralizadorassuelen recurrir tan gustosamente:«Nadaes en efecto máspeligrosoque... la mezclade teoríae historia, seaello porquecreamoshaberfijado en las representacionesidealesdela teoríael “auténtico” contenido,la“esencia” de la realidad histórica, sea porque se llegue a utilizar dichasrepresentacionescomo un lecho de Procrustesen el que debameterseapresiónla historia,o biensea,hipostasiandolas “ideas” comorealidad“en sí”subyacentea la corrientede losfenómenos,como“fuerzas” reales,queactúansobrela historia»40.

Haciendoahora abstracciónde este fallo teórico en cualquier método«independientede las fuentes»,podemosobservarque la diferencia entreelprocederde la investigacióntradicional y <.modema»resultaen buenaparteartificial y abstracta.¿Semantienerealmenteenlaprácticaladiferenciaentreese investigadorquepartesólo de las fuentesy aquel otro quelo hacedesdela purateoría?«The RomanRevolution»de Sir RonaldSymese cimentaenun impecable análisis de las fuentes concernientesa cada uno de loscomponentesde la aristocraciaromanadesdeel primer triunvirato hastalamuertede Augusto.Estaobramagníficapodríavalercomomodelo de hacerhistoria inductivamente,arrancandode lasfuentesy los hechosconocidos.Ysin embargopodemosleer al comienzodel libro algo muy significativo: «Inalí ages, whatever the form and name of government, be it monarchy,republic, or democracy,an oligarchy lurks behind the fagade; and Romanhistory, Republicanor Imperial, is the history of the governingclass>A’. Sibien aquí no encontramosninguna teoría abstractay sacada de otrasciencias,eseconvencimientodel autor respondebastanteen su función a unmodelo teórico de investigación:Por él estáncondicionadosen su obra elplanteamientogeneral, el método, los resultadosmás importantesy nomenosla narrativa.Y a la inversa,un investigadorcualquieraquetrabajasecomo K. Hopkins dificilmente partiría de la teoria pura y no contaminadapor las fuentes.¿Cómoes que llegó Hopkinsala idea tan obvíade que parala comprensióndel sistemaeconómicode Roma antesdelas guerraspúnicasresultaríacomohipótesismásverosímil aquellasobreentendiesela existenciade unaatrasadaeconomíade subsistencia?Sería dificil negarque ello haestadoprecedidopor un estudiopreliminar de las fuenteso al menoslaconsultade la bibliografiaespecializadaanterior,basadaa suvez en aquéllas.

Con esteejemplo mencionadoen último lugar podemosilustrar también

~‘ Max Weber,op. cit. (vide supra n. 23), p. 201, respectivamente,p. 190.~ K. R. Popper, Logik der Forschung,3.’ ed., Túbingen,1969.40 Max Weber, op. cii. (vide supra n. 23), p. 195.41 R. Syme, Tite RomonRevolution,p. 7.

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La Historia Antiguay. la investigacióndel fenómenohistórico 53

otro punto débil de los nuevos métodosque rechazancomo anticuadalaobtensiónde conocimientoshistóricosa partir primariamentede las fuentes:A lo que hastaahorase ha llegado en Historia Antigua con ayudade esosnuevos métodos,tan traídosy llevados,apenasva másallá de confirmarideas tenidas desde hace tiempo, de tal manera que tendriamosquepreguntarnossi ese esfuerzoteórico merecerealmentela pena.¿Quiénse haimaginadoseriamenteel sistemaeconómicode laRomaprimitiva de formadistinta a la descritapor Hopkins? Igualmentetodo lo que leemosen esteautor acercade las repercusionesde la expansiónde Roma sobresu sistemaeconómicoy sobrela extensiónde la esclavitud,por muchosdiagramasytablasquese nos presente,apenasconstituyenovedadalgunacon respectoalo que se sabía42.Y cuando el autor del mencionadolibro «ImperialeHerrschaftund provinzialeStadt» concluye,trasuna largadiscusiónteórica,por ejemplo que los emperadoresromanosfavorecieronmás a los estratossocialessuperioresde las ciudadesque a los inferiores’”, ya no se trataentoncesde saber si nos hallamos ante un nuevo conocimiento,sinosimplementesi ese conocimiento histórico, hasta ahora derivado de lasfuentes, se encuentradesde este momento más fundamentadoque antes.Mucho me temo que seaparauna metodologíacomoestaque valga lo queHopkins escribíaacercade los datosconseguidosen las fuentes:«At first, likealcohol, they stimulate, then depress»tPor el contrario, han sido losgrandeshistoriadoresde nuestrosiglo quienessin muchateoría y con unaforma de trabajarmuy «apegadaa las fuentes»ampliarondecisivamenteelhorizonte de nuestrosconocimientoshistóricos; y puedebastar con citarnombrescomo los de M. Rostovtzeffy A. Alfóldí.

Con estono se pretendeafirmarqueel empleode teoríascomo modelosheurísticoso hipótesisdetrabajoenel sentidode Max Webero Poppertengaqueseralgoinoperanteen el campode investigaciónde la Historia Antigua,ni siquiera que las nociones de las modernasciencias socialesno seanaplicablesa nuestra ciencia. El debate de los últimos años entre losinvestigadoressobre la peculiaridad de la estructurasocial en el ImperioRomanopodríasermuy instructivoen estesentido.A pesardelas distanciasexistentesal llegar a las conclusiones,todos cuantos participaronen lapolémicaestabade acuerdoen queparaeste tema de estudio los plantea-mientos,la terminologiay numerososconceptosde las cienciassocialesnosólo representanuna importanteayuda, sino también, en estemomento,elúnico caminoprometedorparadar conel quid de la cuestión45.Y es que no

42 cf~ asimismoTh. Pekáry,Gótt. Gel. Anz.233, 1981, pp. 207 ss.,en particular p. 210.‘~ M. Stahl, op. ci:. (vide supra n. 17), pp. 137 ss., especialmentep. 159.4’ JRS,68, 1978, p. 179.“ M. 1. Finley, Die ant¡ke Wirtschaft,Miinchen, 1977, pp. 31 ss.; G. Alfóldy, «Dic rómische

Oesel¡schaft. Struktur und Eigcnart»,Gymnasium83, 1976, Pp. 1 Ss.; idem, RómisciteSozialqe-schichte.2.’ cd., Wiesbaden,1979, pp. S3ss.,especialmente130 ss., másrecientementeenChironII, 1981. Pp. 169 ss., y en particularp. 206 ss.; F. Vittingholt, «SozialeStruktur und polítíschesSystemder HohenRómischenKaiscrzeit»,HistorischeZeitschr4lt 230, 1980.Pp. 31 ss.; K. Christ,«GrundrragenderrñmischenSozialstruktur»,enW. Eck-l-1.Galsterer-il.Wolff (cd.), Siudien zur

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existe«el» método,sino quecadaproblemáticacientífica exige un métodopropio; como ya señalabaDroysen:«Los métodoscientíficosson como losórganosde nuestrapercepciónsensorial:Tienencomo cadauno de éstossuenergíaespecifica y un campo de acción determinadopara el que estánadaptadosy segúnel cualse definenensu índoley utilidad. En verdadelojoes un órgano admirablementeconstituido para su finalidad, pero quiéndeseadaquelo que unosólo puedeoír, oler o gustarfuesetambiénpercibidopor la vista»46.En realidad el hombrese sentiráplenamentea gustoen sumedio, por seguirconel símil de Droysen,tan sólo cuandotodosy cadaunode susórganosde la percepciónfuncionen;de maneraparecidapuededecirsede la Historia quese acercaráal máximo a la realidadpasadacuandosepacombinarlosdiferentesmétodosde investigación,comode forma modélicaloconsiguieronhacerlos historiadoresya mencionadosM. Rostovtzeffy A.Alf’óldi. Los mantenedoresde una metodologíaunidimensionaldebierantomarseen serio lo que el último de éstosescribiósobresu disciplina: «Envano se toca magistralmenteel violín si se han de interpretarsinfoníasque

47estáncompuestasparadocenasde instrumentos»

¿Qué se desprendede estas consideraciones?La carenciade fuentesadecuadaspone en muchospuntosde la Historia Antigua barrerasinfran-queables,y esaslagunasde nuestromaterialinformativono se podráncolmarconmetodologíasrefinadasni conteoríasmáso menosingeniosas;métodoyteoría no puedensustituir a las fuentesde que carecemos,sino a lo sumopontearmalquebien las lagunasexistentes.Sin embargo,estono significaenmanera alguna queel mundo antiguo, como totalidady como fenómenohistórico y en tanto que procesoen el que convergenmúltiples causasyefectos,quedevedadopara nosotros. Esefenómenoresultaen lo esencialcomprensibley de hechoestásiendocomprendidopor la investigación.Auncuandolos contornosdel cuadrosonmuchomenosnítidosy suscoloresmásuniformesqueporejemploenel casodela Historia Modernay Contemporá-nea, tenemosla posibilidad,con la ayuda de las fuentesy los métodos,dehacemosunaidea sobrela singularidaddel mundoantiguo~y sus caracteresdefinitorios,análogamentesatisfactoriao insuficientea la quedisponemosdelas épocasmejordocumentadasde la Historia: De la misma maneraqueunretratoa lápiz abasede unoscuantostrazosy unafotografiacon todo lujode detallespuedenserigualmentefidedignoso falsos.Sabemosconsiderable-mentemásde Napoleónquede Alejandro Magno;conocemoscon muchamás exactitud el nacimiento del Imperio Británico que el del ImperioRomano;y de los sistemastotalitarios de nuestrosiglo tenemosuna ideaincomparablementemásprecisaquedel Bajo Imperio. Ciertamentees lícitomedir lo satisfactorioo insatisfactorioque son nuestrosconocimientosno

antikenSozialgeschich:e(videsupro n. 24>, Pp. 197 ss.;F. Kolb, «SozialgeschichtlicheBegriffe undantike Gesellschaftmu Beispiel der Hohen Kaiserzeit«, en Bericht iiber dic 33. Versammjungdeutsche,.Historiker in Wúrzburg 1980, Stuttgart,1982, pp. 131 u.

4’ 3. 0. D~oysen,op. cil. (videsupro n. 4), p. ¡8.“ A. AlPóldi, Antiquitas Hungarica 1, 1947, p. 6; cf. Gnomo,, 53, 1981, pp. 413 ss.

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La Historia Antiguay la investigacióndel fenómenohistórico 55

tanto por la cantidad de datosy detalles obtenidoscomo por la forma,metodológicamentesuficienteo insuficiente,en quehemoshechouso de ellosparaofrecer una visión histórica global. Estoy convencidoque la investiga-ción hastahoy día en Historia Antigua en lineasgeneralesno ha captadopeor de lo que era posible, con las fuentes disponibles y los métodosconocidos,el papeljugadopor AlejandroMagno,el nacimientodel ImperioRomanoo el fenómenodel Bajo Imperio.La tareade la futura investigaciónconsistirápor tanto en examinara la luz de las fuentesy métodosnuevoslosresultadosya obtenidosy, tras dicho examen,retomarlos,modificarlos odesecharlos,procurandosiemprecompletarloscon nuevasaportaciones.

4

Puestoque la Historia Antigua conlos métodosactualesse encuentraensituación de aprehendersatisfactoriamenteel fenómeno histórico de laAntigUedad,no deberíaser necesariala discusiónde silessigueel pasoo no alas demáscienciashistóricas.Me atrevo incluso a afirmar que el problemaepistemológicofundamentalen esta disciplina no constituyeen absolutounproblemaespecíficode la especialidad,derivadode unasituaciónespecialdela Historia Antigua en comparacióncon las otrascienciashistóricas,sino quese tratadeun problemahermenéuticogeneralal cual se enfrentatodacienciadela Historia, seacual seala masadocumentalquemanejeo el puntoenquese hallela discusiónentorno ala metodología.La clasede cuestionesporlasque el historiadorse interesa,el tipo de fuentesa las que con preferenciaacude, la metodologiaque emplea y las respuestasque encuentraa suspreguntas,son cosasque no dependende lo que el estadode las fuentesimpone como realidadobjetiva, por decirlo así. Antes bien, la atencióndenuestramiradainquisitiva estádeterminadadeantemanopor la ideageneralquecadauno se hacede la Historia, es decir,de cuálesson las fuerzasquebásicamentedinamizanel proceso histórico, de qué es lo que realmenteintegradicho procesoy de cuáles el sentidoy el punto final del mismo. Paraquien la Historia Antigua es básicamentela historia de las grandespersonalidadesindividuales, como Pendes,Alejandro, César, Augusto,Constantino,etc., su imagendel pasadoestarátan preconcebidacomo la dequien contemplala historía de la AntigUedadprioritariamenteunasucesiónde conflictos sociales.En todoslos casosen los que tanto el planteamientohistórico,y con él las fuentesa teneren cuentay los métodosa aplicar,comolas mismasrespuestasnosvienenfijados de antemano,esquedetráshayalgoasí como una teoría generalde la Historia y a ese nivel podrá mantenersesiempre;en talescasosdichateoríacasi nuncase elaboraen contadodirectocon el objeto de investigación,sino que viene dadapor las tradiciones,elambiente,la educacióny la propia experienciahistórica del investigador.Entrelos historiadoresalemanesestoha sido muy bienpuestoderelieveporH. Bengtson:«La consideraciónglobaldel cuadrohistóricodescansasobrela

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basede unadeterminadavisión del mundo quea su vez está sometidaacambiospor las vivenciaspropiasy ajenas.Una “ciencia sin supuestosprevios”no existedentrodel campode las cienciasdel espíritu,no la puedehaber,ymucho menosen el conocimientoe interpretaciónde los hechos históri-cos»48.Y así topamos con el problemade la objetividad en las cienciashistóricas:Historia comociencia,o mejordicho, Historíacomo productodela ciencia,nuncaes idénticaa aquellaHistoria quesucedióverdaderamente;la primera serásiempreuna reflexión sobreaquelloque ha acontecido,enpalabrasde Droysen,«nuncael total delos hechosacaecidos,el desarrollodetodaslas cosas,sino un sabersobrelo acaecidoy lo acaecidoasí sabido»49.¿Quieredecirsecon ello que no podremosentenderconobjetividadel hechohístoríco antiguo, pues cada historiador o cada generación nueva dehistoriadoresconsiderasiempre la Historia de la AntigUedad desde unanuevaperspectivay cadacual subjetiva?50.

Detodosessabidoqueen estesentidosedandos posturascontrapuestas.Unos, en la línea de Droysen o Max Weber, defiendenla existenciao laposibilidad de una ciencia objetiva de la Historía, mientras que otros,remitiéndosea BenedettoCroce o a Robín GeorgeCollingwood, la recha-

51zan . Parala Historia Antigua estadisputa parecefútil a primeravista,yaque el problemade la objetividad en nuestrosaberno ha impedidoa lassucesivasgeneracionesentregarseconafána su trabajo; inclusoCollingwood,el hermeneutaescéptico,no dejó porestodededicarsus fines de semana,trasocuparlos otrosdíascon la filosofia, arecopilar lasinscripcionesromanasdeBritania con vistas a su publicación.Pero no debiéramosmenospreciarenabsolutolas consecuenciasindirectasde esta discusiónparanuestradiscipli-na, entrecuyosrepresentantesha pasadomayormentedesapercibida.En esepragmatismomuyextendidoespecialmenteen las investigacionesde HistoriaAntigua, conel peligro de «contentarseen un sentidopositivista con la ya depor sí dificil constatacióndelos hechos»52,con la limitación del análisisa lainmediatezreconocible,a lo concretoe incuestionable,se puedeobservarcondemasiadafrecuenciael reflejo inconscientede aquelescepticismohermenéu-tico. ¿Nose oye a menudoentrerepresentantesdela Historia Antigua quelasinterrelacioneshistóricasmáscomplejas,como,por ejemplo,las causasdelacrisis del Imperio Romano, no son en última instancia aprehensibles

48 H. Bengtson,Einfuhrungin dieAire Gesehichie,7.’ ed, Miinchen, 1975, p. 2.~ 1. 0. Droysen,op. cit. (videsupro n. 4), p. 325.~ En esta cuestiónagradezcolos estímulose importantessugerenciasde mi colega de

Heidelberg,D. Junker,y concretamentesusarticulos«Waskann Objektivitát in derGeschicljts-wissenschaftheissen, und wie ist sic móglich?», en colaboracióncon P. Reisinger, en Th.Schieder-K.Graubig(cd.), Theor¡eproble,neder Geschichrswissenschqft(vide supro n. 6), Pp. 420ss., y «Wahrheitin der Oeschichtswisscnschaft»,en W. Conze-K.-G.Faber-A. Nitschke (cd.),Funk-KollegGeschichíe,Frankfurt, 1981, vol. 2, Pp. 398 Ss. Véasetambién,por ejemplo,K.-0.Faber,«Objektivitát in der Ocschichtswissenschaft?»,en J. Rúsen(cd.),HistorischeObjekriviun.Aufsñtzezur Geschichtsrheorie,Góttingen, 1975, Pp. 9 ss.

~‘ Véase un recuento de la bibliografía fundamentalen D. Junker-P. Reisinger, en Ib.Schicder.K.Oráubig(cd.),op. oit. (vide supra n. 6), PP. 421 ss.

52 Th. Schieder,op. ci:. (vide supro n. 6), p. 366.

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objetivamentey que por ello debiéramos limitarnos a los hechos másseguros?Pero por otra parte, la creenciaen la objetividad del conocimientohistórico puedeconducira posicionesideológicasfijas, desdelas cualesquedeincomprendidala realidad histórica. Quien quiera desarrollar hasta susúltimas consecuenciasunateoríade la Historia no le cabrámásremedioqueestablecerparaello un punto de partidaal margende la cienciahistórica.Tales en definitiva el presupuestoepistemológicode fondo en todas lasconcepcioneshistóricas deterministas,como pongamos por caso las delmarxismo y estructuralismo;la Historia no se concibeentoncescomo unproceso impredecibley único en cada caso,sino como una realizacióndeleyes invariables,que puramenteno nos vienen dadaspor la Historia, sinopro otrasciencias.Debiéramospor eso cobrar concienciade en qué medidalas obrasde HistoriaAntigua,aunqueseacasisiemprede forma inconsciente,están influidas en su determinismopor los sistemas de conocimientosexpuestosen conocidostrabajosmarxistaso de orientaciónestructuralista.

¿Hayo no por tanto una Historia Antiguaque comprendaverdaderamen-te el fenómenohistórico?Mucho me temoqueno seatanfácil dar respuestaaesta preguntacomo lo es el hacérnosla.Ante todo convendríasepararlosdistintos niveles en el conocimiento histórico”. En los hechos y datosconcretos podremospenetrar perfectamente,puesto que con ayudade lasfuentesy la aplicaciónde nuestrosmétodosde investigaciónson verificablessiempre,peronaturalmentesiemprequeasí lo sean;no hay que pensarssnoen los numerososdatosque un investigadorinfatigable como H.-G. Pflaumha descubiertosobrelos procuradoresdel orden ecuestre,a basede fuentesliterariasy fundamentalmenteepigráficas,o sobrela historia deesteorden,dela administracióndel Imperio Romanoy de la política de los emperadores,aplicandoen talescasosun métodoprosopográficomuy acab do54. Cuantomayor sea el númerode noticias de que dispongamosa este nivel concreto,tanto mejorserá parael avancede la investigación.Por citar de nuevoaTh.Schieder,«no se puedenegaren ningún caso a esta obtenciónde datos sulegitima aspiracióna serla condición imprescindiblede todasíntesis,puestoque los ensayosde síntesisdebensometersedesdeun principio a un controlfactual»55.H.-G. Pflaum ha expresadoestomismo a propósitode supropiaciencia, aunque de manera muy distinta y con su estilo inconfundible:«Nuestraepigrafia va paso a paso, rara vez arroja nuevosy sensacionalesdatos,sino queen la mayor partede los casosamplía tan sólo un pequeñotrocito de nuestrosconocimientos.Pero el ganadomenor tambiénproduceestiércoly así, poco a poco,avanzamostantísimo»56.

“ Cf. G. Alróidy, en ProblemederGeschichtswissenschaft(videsupro n. 2), p. 31; cf. sobreello,R. Giinther, op. cit. (vide supra n. 2), p. 22.

~< Véaseespecialmente1-I.-G. Pflaum,Lesprocurateurséquestressousle Haut-Empire romain,Paris, 1950; idem,Lescarrikresprocuratorienneséquestressousle Haut-Empire romain1-tV, Paris,1960-1961;idem, Abrégédesprocuratenrséquestres,Paris, 1974.

“ Th. Schieder,op. ci:. (vide supro n. 6), p. 366.56 Citadoen Onoinon 52, 1980, p. 206.

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Peroestáclaroquela tareadel historiadorno radicaexclusivamenteen larecopilación de hechos y datos. Se impone una identificación de susrelacionesmutuasprecisamenteparadesentrañarel hechohistórico,es decir,paraexplicar lo acaecidocomo unaconcatenaciónde causasy efectosy bajolos presupuestosde la épocadada.Estasrelacionesmutuaspuedenobservar-se bien en forma horizontal,como situacioneshistóricas,o bien en formavertical,comoprocesos;así,porseguiren el campode trabajoprincipaldeH.-G. Pflaum,se trataríadel estudiode cuestionestalescomola posiciónde losprimeros equites dentro de la élite política del Imperio Romano por sufunción y rango, o desdeotra perspectivadel ascensoprogresivode esosmismosequiteshastadichaélite político-militar del Imperio57.Dificilmentehabríaquiensostuvieseseriamenteque nuestrasnocionessobreeste tipo desituacionesy procesoshistóricosson de naturalezapuramentesubjetiva(porejemplola ideade quelos equitesdirigentessediferenciabanminimamentedelos senadoresen función y rango,o lade quela relevanciade estegrupo depersonasse incrementóininterrumpidamentedesdeAugusto,hastaquedichaélite alcanzócon Septimio Severoy sobretodo con Galieno una posicióndecisivamenteimportante).Tambiénaquí restala posibilidadde comprobartales afirmacionesgracias a una serie de datos que estánperfectamenteatestiguadosen las fuentesy queademáspuedensercompletados,aunquenosustituidos,con distintos métodos—por cierto sacadoshastaahora de lasfuentes—y conla ayudadeteoríassistemáticassobredominacióny cambiosocial. Es del todo evidenteque a la hora de emitir un juicio global sobreestosentramadoshistóricosla posicióndel investigadorjugaráun papelmásimportanteque en el procesode obtenciónde los datos particulares:Quésignificaciónadjudica aquél a una aristocraciaen el marcode un sistemaestatal monárquico,o de qué maneraevalúaen generalel papel de unanobleza reclutadano segúnel principio del nacimiento,sino del mérito, ysobretodo a qué tipo de factoreshistóricosatribuye él la renovacióny elcambio de la élite dirigente en un imperio mundial, son cuestionesque eseinvestigadorno resolveráúnicamentea partir de las fuentes,sino llevadodesu propia ideade la Historia.

Más ostensiblese haráel pesoqueejerce esaideade la Historiacuandonos enfrentamosal estudio de los entramadoshistóricos más complejos,como el Estado, la economía,la sociedad,la cultura, es decir, sistemasglobalescon las estructurasque les sirvende basey que tambiénpuedenserconsideradostransversalmenteo longitudinalmente,tanto en su permanenciacomo en su procesualidad.Nuestros conocimientos sobre este tipo deentramadoshistóricoshande basarseen el conocimientode las conexioneshistóricasmássimples,talescomolos que señalábamosconel ejemplode loscaballeros más destacados;así nuestras nociones sobre los entramadoshistóricosmás complejos tienen queser y puedenser reducidasal final a

“ Cf. sobreello G. Alfóldy, «Dic Ritter in der FiihrungsscbichtdesImperium Romanum»,Ciaron II, 1981, pp. 169 st

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hechosy bastacierto punto «objetivadas».Que ello, sin embargo,sólo seaposibleen parte,es algoquesaltaa la vista.Ciertamentenadieafinnaríahoyqueel ImperioRomanoconstituíaunademocraciao quela crisis del mismofue debida a un movimiento democrático;contraello resultandemasiadoevidentestanto los hechosconocidoscomo las conexionesmássimplesquesin dificultad podemosestablecerentre ellos. Sin embargo,la forma quetomabanlas relacionesde los grupossocialesparticularesentresí y frente alemperadorde Roma,o las razonesy consecuenciasde su transformaciónconel pasode los sigios, son cuestionesque los historiadoresdel futuro, comoocurrehoy, enjuiciaránde manerasmuy distintasy en consonanciasiempreconsus criterios sobreel Estadoy la sociedaden el pasadoy en su propiopresente.Peroparaentoncesnadahabrácambiado,y desdeluegoconmenosrazónque ahora,si dichosinvestigadoresfundamentaransu teoríageneraldela Historia no en el propiosaberhistórico,sino en cualquierotro del restodelas ciencias.

Con todo, seríainexactoformular el resultadode estasreflexionesen lossiguientes términos: Cuanto más simple sea el objeto de investigaciónhistórica, tanto más fácilmente podremoscomprenderlocon exactitud, ycuanto más ambicioso sea nuestro proyecto de investigación, tanto mássubjetivosserán nuestrosconocimientos.Como ya dijimos, tal como se larepresentaelhistoriador,la Historia nuncaes idénticaa lo queha acontecidorealmente. Pero al mismo tiempo tampoco podríamos dudar de queefectivamentese ha producido un avanceen nuestrosaber,y no sólo por laobtención de más y más datos, sino también por nuestro conocimientocrecientede las relacionesmás simples y más complejasentrelos hechoshistóricos,aproximándonosasí de generaciónen generación,con muchosrodeos,extravíosy contratiempos,a esacomprensióndel hechohistórico,del«cómoha sido verdaderamente».Es por tanto posibleque nuestrocuadrosobrela significacióny la historia de laélite dirigentede los caballerosen laRoma de los Césarestodavíaesténlejos de la auténticaverdad;pero nadiepuede negar que desde O. Hirschfeld y A. Stein estamosmucho mejorinformadossobredicha problemáticaque las generacionesprecedentes,quedesdelostrabajosde Pfiaum disponemosde unaideaconsiderablementemásprecisaque la de los tiemposde Hirschfeld o Stein y que desdeentonceslainvestigaciónprosiguehacia adelante58.De igual forma podemosdecir quecadaunadelas concepcionessobrelas causasy la especificidadde la crisis delImperioRomano,desdeEduardGibbonhastaestudiosactuales,pasandoporM. Rostovtzeff y A. Alfóldi, no sólo es respectivamentediferente, sinotambiéncomparativamentemásexacta.En otraspalabras:Objetividadtotalo saberabsolutono existeen nuestraciencia, comotampocoen las demás;peroel conocimientoobjetivo del hechohistóricoresultaposibleal menosen

58 Cf. O. Hirscbfeld, Die kaiserlichen Verwa¡tunosbeanttenbis auf Diokletian, Za cd., Berlin,1905,y A. Stein,Der rómiseheRiuerstand,Múnchen,1927;sobrela investigaciónulterior, véasenotas54 y 57.

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un marco fragmentaríoy de forma aproximativa,y este conocimientoobjetivo se caracterizapor un avancepermanente.Así pues,no existerazónalgunaparatemerqueesteprogresode nuestraciencia se vayaa interrumpiren nuestrageneracion.

Muy al contrario, La conclusiónmásimportantede todasestasconside-racionesdebieraser la de quenosotrosestamosprecisamentellamadosaprofundizar en la investigación,a comprendermás exactamenteel hechohistórico, si tal cosa fue posible también para nuestros predecesores.Justamenteporqueestoy convencidodequeseestádandounaaproximacióncada vez más perfecta en nuestrosaber sobre la Historia Antigua a lahistoria real de la Antigúedad,creo que las palabrasde J. Ortegay Gassetsiguenhoy vigentes:«La idea del progreso,queha diferido la verdadhastaunmañanaindeterminado,fue el opio adormecedorde la humanidad.Verdades lo que ahora es verdad y no lo que sea descubiertoen un futuroindeterminado»59.En quéconsistió la crisis del Imperio Romanoy a quécausashay que atribuirla, es algo quenosotroshemosde indagarcon lasfuenteshoy porhoy a nuestradisposición,connuestrospropios métodosdeinvestigacióny naturalmentetambiénbajo las impresionesde nuestrapropiaexperienciahistórica,no hay por qué dejar paralas generacionesveniderasestatarea,por másque algunade ellas,en un futuro indeterminado,llegueadisponerdeotrasfuentesy otros métodosy acasotambiénde unaexperienciahistóricaespecialmentefavorable.Nosotrostenemosla deuda,primeroantenuestrageneración,de ensancharsu horizonte histórico, pero tambiénantelas generacionesdel futuro,que sólopodránavanzaren el estudiodel pasadosi cuentan con los trabajos y resultadosde sus predecesores,como endefinitiva tambiénhemoscontadonosotros.

5

El puntode vistaque hemosvenidososteniendosobrelos objetivosde laHistoriaAntigua puedequeestépasadode moda,peroconello no se estaríahaciendoni con muchoun verdaderojuicio estimativo,pues la tareade laciencia no consisteen modoalgunoen buscarlo nuevo,sino másbienen darcon lo verdadero,y lo verdaderopuede hallarseen lo ya encontrado,quenosotroshabremosde preservare interpretarconforme a las exigenciasdenuestro tiempo. Es ésta una postura que de ninguna maneraconsideroantícuada,puespor el mero deseode aprenderalgo nuevono acabode vermásjustificada que las demásningunaposición teórica, ni tampo ningúndeterminado tipo de investigación en Historia Antigua. Por ello, si unestudianteme preguntasequé podría hacer él como historiador de laAntigUedad,siendocomo son las fuentesinsuficientesy unilaterales,nuestros

“ 3.Ortegay Gasset,Geschichteals Systen,und fíber dasrñmische¡mperium,Stuttgart-Berlin,1943, p. 28.

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métodoslimitadosy estandoa priori contaminadanuestraidea de la Historiapor factoresextraños, le contestariade la siguientemanera: Estudieustedmuy meticulosamentelas fuentesexistentesy procure también,cuandoellosea posible, facilitar otrasnuevas;sea ustedmetodológicamenteexigente yflexible y tomeconcienciade lo quees paraustedlaHistoria. Perosobretodoefectúesiempreun trabajode investigaciónsólido;así y solamenteasí podrádescubrirpor sí mismo qué suponeun nuevodescubrimientodel fenómenohistórico, cómo se ha llevado a efectoy hastaquépunto le satisface.En eseestaral corrientede laslíneasde investigación,conocersuspuntosde partida,su curso actual y en contribuir, aunquesólo sea en pequeñamedida, adeterminarsudirecciónfutura, ahí radicano sólo la tareade cadageneraciónde investigadores,sino en último término de cadacientífico en particular.

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