LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL Y CLIENTELISMO POLÍTICO
Estudio para Colombia 2010
Laura Stephany Sánchez Sánchez
Febrero de 2017
LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL Y CLIENTELISMO POLÍTICO
ESTUDIO PARA COLOMBIA 2010.
LAURA STEPHANY SÁNCHEZ SÁNCHEZ
UNIVERSIDAD DEL VALLE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y ECONÓMICAS
DEPARTAMENTE DE ECONOMÍA
SANTIAGO DE CALI
2017
LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL Y CLIENTELISMO POLÍTICO
ESTUDIO PARA COLOMBIA 2010.
LAURA STEPHANY SÁNCHEZ SÁNCHEZ
Trabajo de grado para optar por el título de Economista
Directora de Trabajo de Grado:
María del Pilar castillo
UNIVERSIDAD DEL VALLE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y ECONÓMICAS
DEPARTAMENTE DE ECONOMÍA
SANTIAGO DE CALI
2017
NOTA DE ACEPTACIÓN
Firma del Jurado
Firma del jurado
Santiago de Cali, Febrero de 2017
Tabla de contenido
1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………..………1
2. REVISIÓN DE LITERATURA……………..………………………………….…….5
2.1. El Comportamiento del Votante…...………………………………….………….5
2.1.1. Desde la Economía Política………...……………………………….……..5
2.1.2. Desde Enfoques mixtos y evidencia empírica…………………………......8
2.2. EL COMPORTAMIENTO ELECTORAL EN COLOMBIA.………………...11
2.2.1. Elecciones presidenciales 2010………………….…………...…….…….14
2.3. EL CLIENTELISMO POLÍTICO Y ELECTORAL………………….……….16
2.3.1. Clientelismo Político………………..….……………………………..….17
2.3.2. Clientelismo Electoral………………..….……………………..……..….18
3. HIPÓTESIS DE TRABAJO……………………………...…………….…………...20
4. METODOLOGÍA……………..…………………………………..…….…………..22
4.1. Sobre la encuesta y los datos………………..………...………………….…….22
4.2. Análisis descriptivo………………..………...…………………….…...…....….24
4.3. El Modelo…………………………………………………..………..……..…..32
4.4. Determinación del vector de variables……………..…..…..…………..…..…..35
5. ANÁLISIS EMPRÍRICO………………………………….……..……………..….39
5.1. Modelo Sociológico de Participación electoral……………....…………...…....39
5.2. Modelo Psicosocial de Participación electoral……………………………..…..42
5.3. Modelo Racional de la Participación electoral……………....……………..…..43
5.4. Modelo Comprehensivo de Participación electoral.…………..…………....…..44
6. CONCLUSIONES …...…………………………….……..……………...…….…....50
7. REFERENCIAS…………………………………………….……..…………….......53
8. ANEXOS………………………………….……..……………...……………….…. 62
8.1. Algunas definiciones………...……………………….……..…………….....….62
8.2. Gráficas y Tablas………………………………….……..………...…................63
8.3. Modelo del comportamiento de un votante, Riker y Odershook (1968)…...…..68
8.4. Definición de variables………………………………….……..….………….....72
LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL Y CLIENTELISMO POLÍTICO:
ESTUDIO PARA COLOMBIA 2010.
RESUMEN
En este trabajo se analiza el comportamiento electoral en Colombia y la influencia del
Clientelismo electoral sobre este, aplicado a elecciones de 2010. Se realiza un análisis
empírico a través de diferentes modelos Probit, en donde se planteó que la decisión de
un individuo de votar o no, dependerá de: (1) un vector de variables racionales, tal como
lo afirma la teoría del Public Choice; (2) un vector de variables que recogen las actitudes
de ideológicas y políticas de los individuos, representativas de la teoría Psicosocial; (3)
un vector alineado bajo la teoría sociológica, donde las variables son las características
sociodemográficas de los individuos; y (4) el planteamiento del modelo que recoge una
explicación comprehensiva de la participación electoral. Además, sobre cada uno de
estos modelos se analiza el efecto del clientelismo. Se concluye, en primer lugar, que
ninguno de los modelos individuales de las visiones pudo predecir exactamente el
comportamiento electoral; en segundo lugar, al reunir las tres visiones, se obtienen
modelos con mayor capacidad explicativa y predictiva que de manera parcial, pero sigue
quedándose corto en la explicación de la participación electoral, indicando una
inhabilidad explicativa intrínseca en los modelos empíricos; en tercer lugar, el efecto del
clientelismo sobre la participación electoral en Colombia, en el 2010, existe y es
principalmente positivo, pero, la significancia del efecto se encuentra condicionada a
variables como el género, la educación, la edad y la religión.
Palabras Clave: Participación electoral, Comportamiento del votante, Clientelismo
político, Clientelismo electoral, Modelo comprehensivo de participación electoral.
1
1. INTRODUCCIÓN
Muchos de los Estados modernos tienen como forma de gobierno la democracia, esta le
permite establecer a cada Estado una relación con la sociedad a partir de la coerción y la
representación. Un “buen” Estado moderno está llamado a establecer buenas relaciones
con los ciudadanos promoviendo los procesos de representación y participación
ciudadana, y una forma de legitimación del Estado y sus autoridades son los procesos
electorales; así la sociedad civil puede ser representada en el Estado (Barón, 2015). En
Colombia, el voto es un derecho y un deber de todos los ciudadanos y el Estado debe
otorgar garantías para el libre ejercicio del derecho al voto1, entonces, cada uno de los
ciudadanos Colombianos está en su derecho y debe elegir libremente a cualquier
candidato o partido político, pero, ¿cuáles son los factores que influyen para que un
ciudadano use o no su derecho a sufragar, es decir, que éste participe o no en el ejercicio
democrático?
La respuesta a esta pregunta depende desde la perspectiva teórica desde que se analice.
Por un lado, la economía política nos indica a través de sus distintas teorías que la
decisión de un individuo de votar o no, es explicada gracias al enfoque racional, en
donde el comportamiento de aquellos es la solución a un problema de optimización
(Berganza, 2000). Es decir, los electores podrían decidir basados en el cálculo de los
beneficios que pueden obtener de un gobierno, un partido o un candidato, pero en la
práctica, su decisión depende de la información sobre los programas y sus repercusiones,
la competencia de los candidatos y la sinceridad de sus intenciones, y esto excede a lo
que cualquier elector medio podría reunir y analizar.
Por otro lado, existen dos paradigmas que también abordan el comportamiento electoral:
para el primero, los factores que influyen en la participación electoral son las
características sociales de los individuos, por ejemplo, la educación, la religión, el
género, la edad, entre otros; y para el segundo, los factores se refieren a los componentes
expresivos del voto y las actitudes políticas de los electores, por ejemplo, la
identificación partidaria y la ideología.
1 Los artículos referentes al derecho al voto en la Constitución Política de Colombia son los ART. 40 y ART.
258.
2
Todos estos acercamientos teóricos son necesarios analizarlos en conjunto para
determinar si son capaces de explicar la realidad colombiana. Sin embargo, al observar
la situación actual en materia política, se resalta una creciente insatisfacción social en
respuesta a los ejercicios democráticos, además de una desconfianza en las instituciones
gubernamentales y, aún más, en los partidos políticos que están establecidos en el país
(Flisfisch, et al., 2014). A esto se debe sumar la ilegalidad presente en los procesos
político-electorales que hacen que los ciudadanos Colombianos perciban que los
ejercicios democráticos no se realizan bajo el marco de un “juego limpio”. Estas son
características de la democracia colombiana que no se deben dejar a un lado, ya que,
posiblemente influyen en la toma de decisión de un votante.
Con respecto a la afirmación anterior, en este trabajo se propone un factor explicativo
adicional a las teorías mencionadas, El Clientelismo electoral. En los últimos años se
han vuelto más evidentes las distintas prácticas clientelistas que resultan en los
diferentes procesos electorales en el país, haciendo que no se garantice la libertad del
ejercicio democrático, por medio de diferentes acciones por parte de los partidos
políticos (o directamente de los candidatos) que buscan la consecución de la mayor
cantidad de votos posibles, que les permitan llegar y luego mantenerse en el poder; a
través de incentivos económicos, sociales, o morales que acaban influyendo en la
decisión de los ciudadanos. Éstas prácticas se presentan con frecuencia y parecen
toleradas por la sociedad, pero no dejan de ser ilegales y sancionables en Colombia2.
El análisis del comportamiento electoral requiere una diversidad de enfoques debido a la
complejidad del tema, debido a que las teorías y los métodos sobre los cuales se basan
los diferentes estudios relacionados al comportamiento de un votante son relativamente
nuevos, es importante resaltar que en particular no existe un método explicativo cien por
ciento exacto, aun así, casi todos los estudios usan la econometría como metodología,
con resultados que dejan al descubierto la inutilidad de los modelos econométricos para
la explicación del comportamiento de un votante (Chapman y Palda, 1983; Matsusaka y
Palda, 1993).
2 Artículo 258 de la Constitución Política de Colombia, 1991. En el Código Penal Colombiano, Título XIV se
encuentran todos los delitos contra los mecanismos de participación democrática y sus respectivas sanciones.
3
Este trabajo tiene como objetivo utilizar modelos determinados por las teorías racional,
psicopolítica, social y clientelista para explicar la decisión de votar o no de un ciudadano
Colombiano y observar que tan útil y ajustados resultan estos modelos a la realidad
colombiana. Esto se buscará mediante un estudio empírico, primero, debido a que para
la realidad colombiana no se encuentran estudios que aborden este tema desde esta
perspectiva, ya que las investigaciones realizadas son principalmente teóricas3; segundo,
para el análisis de las variables que influyen en el comportamiento de un votante se ha
usado primordialmente el método econométrico, con resultados para otros países que
dejan en desconfianza los modelos y el método.
Una última razón sería que al reconocer las variables sociales, económicas y políticas
que pueden afectar el comportamiento de los votantes en Colombia y que encierran el
contexto de la realidad actual colombiana, permitiría el diseño de políticas públicas
destinadas a mejorar la participación política ciudadana y para la adopción de medidas
adecuadas para aumentar la calidad de la democracia en Colombia. En concreto, se
busca contrastar dos hipótesis: Primero, el comportamiento de los votantes colombianos
es determinado según el conjunto de variables rescatadas de la literatura; segundo, el
clientelismo electoral influye marginalmente en el comportamiento de los votantes
Colombianos.
Para el análisis descriptivo y empírico se usaron datos extraídos de la encuesta del
Barómetro de las Américas realizado por el Proyecto de Opinión Pública de América
Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés). Esta encuesta consiste en una serie de estudios
de opinión realizados con la intención de brindar información sobre el comportamiento y
percepción que los colombianos tienen frente a los aspectos políticos y electorales4.
Como resultado principal, se demuestra empíricamente que el comportamiento de los
votantes colombianos no se puede explicar en su totalidad por las variables determinadas
3 Autores como Eduardo Díaz, Francisco Leal y Andrés Dávila, Heidy Barbosa, Carlos Guzmán y Adriana
Ramírez, ofrecen estudios profundos sobre la aproximación del clientelismo en Colombia desde el análisis Político. Ver Referencias. 4 Esta encuesta se realizó a 1.512 ciudadanos mayores de edad, en el 2012, que incluye la percepción de
los colombianos sobre las elecciones realizadas en los últimos 4 años. Aplicada en distintas ciudades de las siguientes seis regiones geográficas: Atlántica, Bogotá, Central, Oriental, Pacífica y resto del país, incluyendo municipalidades urbanas tanto como rurales
4
por las distintas teorías (sociológica, racional y psicopolítica). Este resultado esperado es
similar al de Matsusaka y Palda (1999), quienes afirman que los modelos empíricos
usados para explicar la decisión de un votante, aunque incluyeran todas las variables
explicativas claves que se encuentran en la literatura, tienen una inhabilidad explicativa
intrínseca. Esto puede residir en varios factores, puede ser que falten una o más variables
explicativas importantes, el método econométrico es inútil ante la explicación del
comportamiento, o el voto es un comportamiento aleatorio e impredecible. En cuanto al
clientelismo electoral, se obtiene el resultado de que los datos no alcanzan a recoger el
peso explicativo individual sobre la participación electoral en Colombia.
El desarrollo de este estudio se encuentra estructurado de la siguiente manera: en la
primera parte, se abordará la literatura concerniente a los temas de este trabajo, allí se
presentan las diferentes tesis que definen el comportamiento del votante, en donde se
puede encontrar la literatura respectiva al comportamiento de los votantes desde las
visiones más tradicionales para su estudio, que son la elección racional, la teoría
psicosocial y la teoría social del voto; además, se aparta una sección especial que aborda
la elecciones presidenciales del 2010 y el comportamiento de los electores en Colombia
y otra sección donde se plasma el concepto teórico del Clientelismo político y electoral.
En segundo lugar, se realiza el planteamiento de la hipótesis de trabajo; más tarde, se
hallará un análisis descriptivo de los datos para exponer la realidad colombiana y el
desarrollo del modelo de participación electoral para Colombia; en cuarto lugar se
presentan los resultados del análisis empírico; y por último, se presentarán las
conclusiones.
5
2. REVISIÓN DE LITERATURA
Esta sección se encuentra divida en dos partes. En la primera, se puede encontrar las
aproximaciones al comportamiento de los votantes desde la Economía Política (sección
2.1.1), desde la teoría psicosocial y la teoría socialista del voto (sección 2.1.2), y una
sección adicional del acercamiento al comportamiento de los votantes en Colombia. En
una segunda parte, se encuentra consignada la literatura concerniente al Clientelismo
político y electoral, con eso, se busca aclarar el concepto general y señalar sus posibles
efectos sobre el comportamiento de un votante.
2.1. El Comportamiento del Votante
2.1.1. Desde la Economía Política
La discusión sobre la relación entre economía y política no es nueva, por lo que la
literatura sobre el tema es abundante. Uno de los pioneros es Anthony Downs (1957),
promotor de la teoría del Public Choice5, estudia críticamente la acción benevolente de
los actores políticos y aplica el análisis económico al mercado electoral, es decir, los
agentes políticos actúan bajo su propio interés y no del interés común. Los votantes
también actúan de manera racional, buscando maximizar sus utilidades, definido como
el pago que reciben al votar. Esta visión se encuentra desarrollada bajo los principios del
análisis económico del agente racional. Sin embargo, este modelo de elección racional
no explica en la totalidad el comportamiento de los votantes. Ni siempre se tiene que los
efectos del Public Choice se traduzcan en buenas políticas (Acemoglu & Robinson,
2013).
Uno de los resultados más importantes de la teoría de la elección pública es que en una
competencia de dos partidos en una sola dimensión, los partidos tenderían a converger a
la locación del votante medio6. No obstante, este enfoque ha recibido muchas críticas
5 En el campo de la Nueva Economía Política, además de Anthony Downs, también se consideran como
precursores de la Teoría de la Elección Pública a: Kenneth Arrow (1951) con su investigación “Social Choice and Individual Values”, Duncan Black (1958) con “The Theory of Committees and Elections”, James Buchanan y Gordon Tullock (1962) con “The Calculus of Consent: The Logical Foundations of Constitutional Democracy”, y Mancur Olson (1965) con “The Logic of Collective Action”. Para los efectos de este estudio se hablará de los resultados de esta teoría de manera general. 6 El teorema del votante medio fue Incialmente formalizado por Duncan Black en 1948 y posteriormente
analizado extensivamente por Anthony Downs en el libro mencionado anteriormente.
6
debido a los supuestos utilizados y ha sido rechazado por distintas investigaciones
empíricas (Grofman, 2004). Por ejemplo Robertson (1987), quien generó un modelo
“two-dimensional factor-analysis-generated” para los Estados Unidos en el periodo
comprendido entre 1948 y 1980, llegó al resultado de que cada partido (el partido
Demócrata y el Republicano) permaneció en diferentes áreas del espacio propuesto,
rechazando la hipótesis central de la teoría.
Downs, como ya se mencionó, modeló la decisión de votar en el contexto de la elección
racional, por lo que un individuo antes de votar calcularía los costos y los beneficios, así
como las probabilidades percibidas de que el voto de él sea decisivo. Por tanto, las
personas votarán cuando los beneficios que obtengan del acto de votar superen sus
costos. También, señaló que el acto de votar en sí es irracional, esta conclusión se
desprende debido a que la probabilidad de que el voto de un individuo pueda determinar
el resultado de una elección es prácticamente nula, lo que hace que probablemente los
beneficios de la votación sean menores a los costos (Shughart II, 2008).
Una de los predicciones del razonamiento de la teoría de la elección pública serían las
bajas tasas de participación, no obstante, este resultado es totalmente contrario a los
hechos. En cualquier sufragio, sin importar el tipo de elección, país, o tipo de votante,
siempre hay una proporción importante de electores que votan, a lo que se le denomina
la Paradoja del voto (Paradox of Voting, en inglés) (Grofman, 2004; Green & Shapiro,
1994). Otra predicción, refiere que los votantes en las elecciones democráticas son
propensos a estar mal informados acerca de los candidatos, esto es definido por Downs
como la ignorancia racional (en inglés, rational Ignorance), y explica que esa ignorancia
es racional ya que el costo de obtener información acerca de la elección o el candidato,
es elevado en relación a los beneficios de la votación.
Gelman (2010), afirma que es demasiado ajeno a la realidad esperar que cualquier actor
en el sistema político sea enteramente racional, y a pesar de mucho de lo que se ha
dicho, votar no es tan irracional, comparándolo a otras actividades sociales y políticas.
Riker y Ordeshook (1968) fueron los primeros en identificar la influencia de un votante
en una elección, mostraron que un votante puede alterar el resultado de una elección en
el caso que éste sea el que rompa o cause un empate, votar tiene un costo bajo y una
7
probabilidad pequeña de hacer la diferencia, pero en un evento de estos, la diferencia
puede tener grandes repercusiones globales; por lo tanto, el rendimiento esperado de
votar podría llegar a ser en el mismo orden de magnitud que su costo. Ellos
complementaron el trabajo de Downs, añadiendo un componente expresivo del voto, en
el que los electores reciben beneficios al cumplir su deber cívico de votar. Entonces, el
planteamiento deja de ser observado desde la perspectiva de inversión (Downs) y pasa a
ser visto desde la perspectiva del consumidor. Este mismo resultado es apoyado
empíricamente por Carter (1984).
Caplan (2007), señala que la evidencia muestra que los electores deciden por quién votar
basados en consideraciones económicas. Sin embargo, aunque la economía pueda ser
una explicación del voto, eso no significa que otras consideraciones no económicas no
influyen en él (Jenkins, 2009; Hibbs, 2008). La teoría de la elección racional asume de
antemano que los electores saben lo que quieren y tienen la capacidad de ordenar sus
preferencias. Por su parte, Montecinos (2007) agrega que las preferencias provienen de
la posición del individuo en su estructura social en lugar de la psicología individual del
agente, por esto, la teoría de la elección racional podría predecir mejor el
comportamiento de los partidos que de los votantes.
De manera general, los diferentes trabajos referentes a la racionalidad del voto se
concentran en la explicación de la decisión de votar o no, y por cuáles candidatos. De
aquí se despliega el debate entre quienes apoyan firmemente los supuestos e
implicaciones de la teoría de la elección racional y entre quienes abogan que ésta no es
suficiente. Aun así, “el enfoque racional se presenta cada vez más dentro de la ciencia
política como una alternativa teórica capaz de brindar un marco unificado de análisis
para identificar regularidades empíricas en el comportamiento humano.” (Saiegh &
Tommasi, 1998, pág. 27). Afirmación sustentada por Berganza (2000), quien concluye
que los votantes, los partidos políticos, las instituciones políticas, gobiernos y grupos de
presión son todos racionales, interactúan estratégicamente y su comportamiento es la
solución a un problema de optimización bien definido.
Las personas tienen más de un motivo para votar, y ésos varían de individuo a individuo,
algunos pueden estar motivados por interés propio (Downs 1957), otros por las normas
8
sociales, donde el voto termina siendo el cumplimiento de un deber cívico, social y
democrático (Tullock, 2000); mientras otros usan otros usan el voto con razón expresiva,
es decir, como una forma de expresar sus puntos de vista, preferencias y opiniones
políticas (Riker & Odershook, 1968).
2.1.2. Desde Enfoques mixtos y evidencia empírica
A parte de la Economía Política, existen otros dos grandes paradigmas que se concentran
en la explicación del comportamiento de los votantes. Uno de ellos se puede distinguir
como el modelo Sociológico, que toma como variables explicativas del comportamiento
a las características sociales de los individuos, tales como la religión, la clase social,
nivel de educación, y demás. El otro paradigma es el Psicosocial, el cual se construye
primordialmente sobre las actitudes políticas de los electores, tales como: la
identificación partidaria, la actitud frente a los temas del debate electoral y la simpatía
por el candidato (Montecinos, 2007).
Cada línea de investigación ha sido sustentada y a la vez criticada. Por ejemplo, si
nombramos a alguien que hable desde la visión Socialista, diría que el comportamiento
de un votante está mayormente influenciado por sus características sociales, ya que estas
pueden influir en las preferencias, determinar algunos intereses de los individuos, y
afectar la exposición a la información política, así, cada elector pensará políticamente de
acuerdo a como éste sea socialmente. Ante esta opinión, un defensor de cualquier otra
visión –racionalismo o psicosocialismo – diría que “el socialista” está tomando a la
política como un residuo de la vida social de cada individuo (o sin tanta importancia) y
que las preferencias políticas no necesariamente están socialmente determinadas. Al
mismo tiempo, estas personas que apoyan, uno a las consideraciones sociológicas y otro
las psicosociales, criticarían el supuesto tradicional de la economía política, donde los
votantes toman sus decisiones basados solamente en frías consideraciones de la
información sin carga afectiva o emocional (Montecinos, 2007; Glaser & Salovey,
1998).
Sáez (1998, pág. 140) afirma que “el análisis del comportamiento electoral se ha
planteado desde muy diferentes perspectivas teóricas. Esta pluralidad de enfoques no es
9
inmune al hecho de que estamos ante un programa de investigación complejo, que exige
una visión comprehensiva a la hora de analizar la decisión final de los electores.”, lo que
quiere decir, es que los distintos enfoques existentes para analizar el comportamiento de
los votantes no deberían ser perspectivas parciales y segmentadas, más bien éstas
deberían ser tratadas como planteamientos complementarios, reuniendo a todos los
enfoques en una sola función del Voto.
Al seguir la afirmación de Sáez, se encuentra en la literatura vastas y múltiples
aproximaciones y combinaciones de los tres enfoques mencionados al inicio de esta
sección, a continuación mencionaré algunos de ellos.
El resultado de Lindbeck, et al. (1999) sobre la economía del comportamiento, afirma
que tanto los incentivos económicos como las normas sociales influyen en el
comportamiento de los individuos y la toma de sus decisiones. En ciertos casos las
normas sociales juegan un papel más determinante sobre el comportamiento que los
incentivos económicos, como en otros casos sucede al contrario; sin embargo, es preciso
señalar que en casos específicos, como las decisiones que involucran procesos políticos,
los dos elementos se vuelven importantes para lograr una visión que combine la realidad
y sea una percepción más ajustada del comportamiento del votante.
La visión del voto según la estructura social, enfatiza la importancia de los factores
sociales como variables explicativas del comportamiento electoral. Sobre esto, Pippa
Norris (2003) afirma que la relación entre los partidos políticos y los votantes está
determinada por características sociales mucho más profundas, factores como el estatus
socioeconómico, el ingreso, la ocupación, educación, religión, edad, género, factores
lingüísticos y la ideología (derecha o izquierda). Cada una de estas variables representa
la relación entre los actores de las elecciones (partidos/candidatos-votantes), la cual es
completamente heterogénea y entre mayores son los niveles de heterogeneidad, mayores
son los incentivos para llegar a un equilibrio de estrategias conjuntas.
Desde una perspectiva del comportamiento del votante como consumidor, Chapman y
Palda (1983), plantean un modelo de participación electoral, donde los votos son
explicados por un vector de variables concernientes a la política y otro vector de
10
variables que recoge las variables socioeconómicas7. La regresión del modelo mostró la
significancia de la mayoría de los coeficientes de los vectores de las variables, lo que
significa que existe una consistencia sobre los elementos definidos que afectan la
participación política-electoral en las elecciones estudiadas. Dos de los resultados
empíricos a resaltar conciernen a la influencia del ingreso y la educación sobre la
participación electoral: primero, se obtuvo que a medida que aumenta el ingreso, ceteris
paribus, los votantes tienden a participar menos debido a que valoran más su tiempo; y
segundo, se obtuvo una significancia positiva de la variable educación. Resultados que
son consistentes con la teoría de la elección racional, sin embargo el modelo se queda
corto en cuanto al efecto directo de las características sociales sobre la participación de
los votantes.
Matsusaka y Palda (1993) realizan macro regresiones y micro regresiones para las
elecciones nacionales Canadienses de 1979 y de 1980, de nuevo, utilizan un primer set
de variables sociodemográficas de control, tales como la educación, la edad, ingreso,
género, entre otras; y otro set de variables que capturan los efectos de las campañas. La
evidencia empírica sustenta la hipótesis de que cuando un electorado es grande, y los
ciudadanos tienen información incompleta sobre los costos de los demás actores
políticos, no habrá votos instrumentales, entonces, sólo votarán las personas que
obtengan del acto de votar un beneficio (desde el consumo) y concluyen que la
probabilidad de que una persona vote no es sensible a la oportunidad que cada persona
tiene de ser un voto decisivo. Aparte, ellos afirman que hay razones para pensar que
puede haber un error al hacer inferencias sobre el comportamiento individual desde
estudios empíricos de votos agregados, debido a la inestabilidad de las macro
regresiones, por lo que es mejor hacerlo estimando las micro regresiones.
En 1999, Matsusaka y Palda, buscaron responder a la cuestión de por qué algunas
personas votan y otras se abstienen. Regresiones Logit del voto fueron estimadas8 con
variables sociodemográficas y encontraron que el modelo tiene una inhabilidad, a pesar
7 El modelo fue planteado para 10 provincias de Canadá, con datos de las elecciones de las provincias
seleccionados del Censo Canadiense de 1970. 8 Basados en Encuestas y datos agregados de las elecciones nacionales Canadienses para 1979, 1980,
1984, y 1988.
11
de incluir casi todas las variables explicativas claves que se encuentran en la literatura,
de explicar la decisión de si votar o no. Esta dificultad puede residir en: (1) que faltan
una o más variables explicativas importantes (la decisión del votante puede depender de
factores como el estado de ánimo, o qué tan ocupado esté, si es olvidadizo, el tráfico y
así); o (2) el voto es un comportamiento aleatorio e impredecible. Éste resultado
proporciona soporte para la teoría del votante racional pero eleva su problemática para
las aproximaciones psicosociales y sociológicas de la explicación del voto, quienes
abogan que la decisión de un votante si es explicada por las variables relacionadas a
actitudes individuales, normas sociales, y cultura.
Sáez (1998), formula una función del voto que combina tres enfoques: la visión
partidista, aquella que explica que los votantes adquieren afinidades con ciertos partidos
políticos, y es ese nivel de simpatía que orientará el sentido del voto; la teoría del voto
racional9 y la teoría de la estructura social del voto
10. El análisis empírico de la función
del voto fue aplicado para la democracia española con el planteamiento de un modelo
logit multinomial, en el que el autor incluyó diferentes tipos de variables que explicaban
las diferentes visiones, y llegando a la conclusión que los factores ideológicos, las
variables racionalistas y las cuestiones socio-estructurales influyen de manera conjunta
en la decisión final del elector Español.
2.2.El Comportamiento Electoral en Colombia
El Coordinador del Observatorio de la Democracia de la MOE, Camilo Vargas
Betancourt (2014) señala que la forma de votar de los colombianos varía en todas las
regiones del país, y resalta unas expresiones que definen el voto colombiano, como los
altos niveles de abstencionismo, la existencia de un “voto influido” a través de las
maquinarias políticas y por las acciones de organizaciones armadas ilegales. Sin
embargo, existe otra proporción de ciudadanos que no parece ser influenciada por
ninguna de las acciones mencionadas, a esto se le denomina el “voto de opinión”.
9 Explicada en el apartado 2.1 de éste trabajo.
10 Sigue de manera similar a Norris (2003) el análisis del comportamiento de un votante a través de
diferentes variables sociales.
12
Estas afirmaciones no son nuevas, más bien hacen parte de la democracia en el país
desde los últimos años, y reside, según lo afirman distintos politólogos, en la situación
sociopolítica de los últimos 50 años, en la que la democracia colombiana ha estado
caracterizada bajo un marco de violencia política y fuertemente partidista, la presencia
de desigualdades económicas, políticas y sociales que siempre ha afrontado el país.
Adicionalmente, se suma que los partidos políticos no han estado en la capacidad de dar
respuesta efectiva a las demandas y expectativas de los electores y ciudadanos en
general, esta debilidad institucional en los partidos colombianos origina una volatilidad
en el voto (Ochoa, 2015). En resumen, estas características de la democracia, son los
causantes de los altos niveles de abstencionismo y los niveles de descontento con la
democracia.
Bonilla (2011), observó desde el análisis de la psicología política que el proceso
electoral en el 2010 que el comportamiento de los sujetos políticos está en constante
adaptación y cambio, y que el comportamiento del conglomerado electoral depende en
su gran mayoría del entorno político y de las situaciones actuales y circunstanciales que
afectan la perspectiva de los ciudadanos, más que la ideología partidaria.
Ochoa (2015), afirma al igual que Bonilla, la presencia de una crisis partidaria durante
las elecciones presidenciales del 2010 y concluyó que esto ha venido generando un
descontento continuo o endémico como consecuencia de la insatisfacción de las
necesidades colectivas, lo que ha afectado la institucionalidad haciendo que el
descontento se exprese en la alta abstención para votar. En su estudio encontró la
incidencia de los factores sociales y demográficos en la decisión del voto de los
colombianos. Señaló variables claves como el estrato, la educación, la edad, y la
ocupación.
Aunque existe abundante literatura sobre la teoría del comportamiento de los votantes,
se encuentra una escasez relativa de trabajos y de análisis formal (modelizado y
empírico) del efecto de la política sobre la economía y viceversa, en latinoamérica
(Saiegh & Tommasi, 1998). Esto no es ajeno a la realidad Colombiana, sin embargo, se
resaltarán algunos de los estudios encontrados.
13
Hoskin en su análisis para las elecciones en Colombia de 1998, expresó que “se puede
especular que las teorías de escogencia racional (rational choice) tuvieron más poder
explicativo en las pasadas elecciones que las de tradición sociológica o psicosocial, en el
sentido de que ni la identificación partidista ni los issues fueron tan determinantes en
1998. Desde mi perspectiva, la combinación del pocket voting, los niveles altísimos de
pesimismo por parte de los colombianos (Sociotropic voting) y el voto retrospectivo
(restrospective voting) llevan en sí las explicaciones principales, no solamente de los
resultados de la segunda vuelta, sino también de la primera.” (1998, pág. 394)11
.
Hoskin, Masías y García (2005) investigaron el proceso electoral de 2002, con el mismo
marco teórico que el estudio anterior, determinando que “ni los atributos personales ni
los factores demográficos de los votantes parecen explicar bien cómo votan los
colombianos (…) a diferencia de los estudios sobre el comportamiento electoral en otras
partes del mundo, las percepciones de los colombianos sobre el comportamiento de la
economía nacional y personal, así como la perspectiva de la situación futura en cuanto a
la economía, no parecen impactar su decisión de voto” (Hoskin, et. al, pág. 73).
Guzmán y Ramírez (2014) realizan una aproximación al perfil del votante colombiano
analizando de manera descriptiva su comportamiento en las elecciones presidenciales
entre 2002-2010. Definieron cuatro dimensiones de análisis: sofisticación política,
características sociodemográficas, orientación político partidista y evaluación de
contexto actual del país; y cada una de esas dimensiones con indicadores que reflejan las
tres teorías del estudio del comportamiento electoral mencionadas en la sección anterior.
En algunas elecciones el nivel educativo fue muy importante en la decisión del votante
colombiano, pero en otras elecciones como las de Álvaro Uribe, los factores como el
nivel de sofisticación y la identificación partidaria fueron determinantes en el
comportamiento. En Conclusión, las variables que influyen en la estabilidad del
comportamiento electoral son la ideología, la clase social y la religión, debido a que se
distinguen por su capacidad de amarrar el voto.
11
Citado en Barrero y Meléndez (2011). Pocket voting, Sociotropic voting y retrospective voting son sinónimos de referencia para las teorías racional, psicosocial y socialista, respectivamente.
14
Barrero y Meléndez (2011), analizan el comportamiento electoral para las elecciones
presidenciales del 2010 basándose en las consideraciones sociológicas y psicopolíticas
que la literatura hace referencia a la explicación del voto, adicionan un elemento que
consideran que puede ser un gran elemento explicativo a la participación electoral, la
gobernabilidad, la cual hace referencia a las percepciones que tienen los electores sobre
las capacidades que tendría los políticos para garantizar la gobernabilidad del país. Al
usar modelos Logit Multinomiales, se demuestra que las consideraciones de
gobernabilidad tienen poder predictivo en la selección de candidatos presidenciales del
2010, esto ocurre conjuntamente con la ubicación ideológica de cada elector, por otro
lado, las consideraciones sociológicas o demográficas no influyeron en los resultados
obtenidos.
2.2.1. Elecciones Presidenciales 2010
Para analizar y observar el comportamiento electoral es necesario establecer el contexto
político de las elecciones del 2010, y se hace necesario considerar el mandato del
expresidente Álvaro Uribe en los años cercanos a las elecciones del 2010, ya que, en
estas elecciones se dio final a ocho años de mandato y se preveían como un punto de
inflexión en la política, lo que podía traer como consecuencias cambios de políticas
públicas y posibles cambios en la situación económica del país.
Álvaro Uribe Vélez fue elegido Presidente por primera vez en el 2002 y en una segunda
oportunidad en el 2006. Ambos mandatos terminaron de distinta manera, al finalizar su
primer mandato en el 2006, el Presidente y su gobierno tenían índices de popularidad
superiores al 70%, y el apoyo de innumerables partidos políticos entre ellos al Partido de
La U, el Partido Conservador, y Cambio Radical. La instauración de su política de
“Seguridad Democrática”, obtuvo muy buenos resultados, como la reducción de los
índices de violencia, el debilitamiento de las FARC y el ELN, la desmovilización de
paramilitares; lo que le había valido en materia económica la recuperación de la
confianza de los inversionistas en el país, y la opinión positiva frente a los ciudadanos y
el gobierno. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en su segundo mandato, el escándalo de
la parapolítica, escándalos de Clientelismo Burocrático conocido como la
“Yidispolítica”, las investigaciones por seguimientos ilegales realizados por su gobierno
15
a distintos magistrados y miembros de la oposición, conocido en el común como “Las
Chuzadas”, fueron algunos de los famosos escándalos que salieron a los medios de
comunicación y que hicieron decaer la imagen del Expresidente. Aunque los
simpatizantes de Uribe lucharon por una segunda reelección, fue constitucionalmente
imposible.
En medio de estas situaciones, comenzaron los lanzamientos de campañas de quienes
serían los próximos candidatos a la Presidencia de la República para el periodo 2010-
2014, a saber: Juan Manuel Santos (Partido Social de Unidad Nacional), Antanas
Mockus (Partido Verde), Germán Vargas Lleras (Cambio Radical), Gustavo Petro (Polo
Democrático), Noemí Sanín (Partido Conservador), Rafael Pardo (Partido Liberal
Colombiano), Jaime Araújo Rentería (Alianza Social Afrocolombiana), Jairo Calderón
(Partido Político Apertura Liberal), Robinson Alexander Devia (Movimiento La Voz de
la Consciencia).
El 30 de Mayo del 2010 se llevó a cabo la elección presidencial, los resultados del
escrutinio revelaron que ninguno de los candidatos alcanzó la mayoría de votos, por lo
que fue necesario una segunda vuelta, para el 20 de Junio, con los dos candidatos que
tuvieron la mayor cantidad de votos en la primera vuelta: Juan Manuel Santos, con
aproximadamente el 47% del escrutinio total, y Antanas Mockus con aproximadamente
el 22%12
.
En la segunda vuelta los resultados reflejaron una victoria contundente del Candidato
Juan Manuel Santos con un porcentaje total de votos de 69,13 versus Mockus con un
27,47%. Entre las distintas explicaciones del triunfo del presidente Santos, se recogen
tres importantes y comunes ofrecidas por académicos. Primero, ocurrió un cambio en el
escenario político sobre las relaciones y apoyos a un candidato común, es decir, que
varios de los actores políticos pasaron a formar parte de la campaña de Santos, incluso
cuando algunos en un principio de su campaña estaban en desacuerdo con sus propuestas
políticas. El apoyo del Partido Conservador y de la excandidata Noemí Sanín, el apoyo
del Partido Liberal y del Cambio Radical, en conjunto con el Partido de la U buscaron
ofrecer una visión política de conciliación entre partidos políticos al conglomerado
12
Fuente: Registraduria Nacional del Estado Civil.
16
electoral. Segundo, la participación y el apoyo del expresidente Uribe en la Campaña de
Juan Manuel Santos, que representaría la “continuidad” de los ocho años del gobierno
Uribista. Por último, la jordana electoral fue marcada por el abstencionismo promovido
como campaña por el excandidato Gustavo Petro, no fue una campaña exitosa, no
obstante, provocó una diferencia del 4.9% entre las votaciones de primera y segunda
vuelta, en términos de votos contados la cifra fue de 1’416.704 menos votos en la
segunda vuelta que en la primera (Bonilla, 2011; Ochoa, 2015).
En materia del comportamiento de la participación electoral, al comparar las elecciones
presidenciales de los años 2006 y 2010, se puede resaltar que la participación y la
abstención en ambos años se mantienen con porcentajes similares: Participación
electoral en el 2006 fue de 45% y la abstención del 55%; en las elecciones del 2010, la
participación en la primera vuelta fue de un 49.3% y la abstención 50.7%, en segunda
vuelta, se obtuvo una participación electoral de 44.4% y una abstención del 55.6%13
. Los
niveles de abstencionismo constantes en el país demuestra la existencia de una profunda
desconfianza en los procesos electorales del país, y un mal que afecta a la mayoría del
potenciado electoral, la “apatía electoral” (Bonilla, 2011).
2.3.EL CLIENTELISMO POLÍTICO Y ELECTORAL
El clientelismo electoral hace parte del clientelismo político, es por esto que se abordará
un poco la literatura sobre el segundo para lograr comprender éste fenómeno, y llegar a
una elección de concepto general del clientelismo electoral para la necesidad de este
trabajo14
. Como se podrá ver más adelante, el fenómeno del clientelismo político es
vasto y profundo, y, lamentablemente la metodología y datos disponibles son incapaces
de captar todo el fenómeno y su influencia sobre la participación electoral, es por esto
que sólo se tomará en cuenta específicamente la acción clientelista electoral que
encierra la compra y venta de votos.
13
Fuente: Registraduria Nacional del Estado Civil. 14
Las menciones a Clientelismo refieren al significado del Clientelismo Político, al final de esta sección se podrá reconocer de manera más específica cada significado.
17
2.3.1. Clientelismo Político
La visión más tradicional, considera que el clientelismo desalienta el desarrollo de la
participación y el apoyo ciudadano a las prácticas democráticas, es más, convierte a los
ciudadanos en dependientes de los favores políticos, desalentando el criterio personal y
permitiendo una participación fragmentada, personalizada y perpetuadora de la situación
actual (de los individuos e incluso del país en general). Muchos autores plantean que las
personas deciden participar en una relación de tipo clientelar motivados por el interés
propio de satisfacer sus necesidades, por lo tanto la relación estaría fundamentada en una
lógica económica donde se transan bienes o servicios por apoyo político o votos. Por lo
que esta visión señala que el clientelismo, de manera global, está asociado a actitudes
antidemocráticas (Arriagada, 2003; Audelo, 2004).
El Clientelismo es una figura muy cercana a la corrupción, pero no es lo mismo. En el
Clientelismo se da una relación negociada de doy para que me des. (Alcántara & Ibeas,
2001). La relación clientelar entonces está fundamentada en el intercambio simultáneo
de dos tipos de recursos, a saber, los instrumentales (los políticos o económicos) y los
expresivos (promesas de lealtad y solidaridad) (Auyero, 1997).
Entenderemos al Clientelismo político como:
“Un sistema informal de intercambio de favores entre interesados por el acceso a
ciertos beneficios que se utilizan para el interés privado. Ese intercambio, por lo
general, se basa en bienes tangibles e intangibles, y responde a los intereses
particulares de cada uno de los actores en la relación. Por lo general, una de las
partes involucradas – patrón – es un político, funcionario público, candidato a
algún puesto de toma de decisiones públicas; y su contraparte es un ciudadano –
cliente – que, por lo genereal, puede tener una posición influyente en la
comunidad (…) El patrón está decidido a ofrecer un “favor” a cambio del apoyo
político; es decir, el voto o la movilización política de electores. El cliente
responde ante el ofrecimiento y se inicia una especie de relación entre el patrón y
el cliente.” (Acuña, 2009, pág. 27)
18
Robinson y Verdier (2013) afirman que existe una fuerte relación entre la existencia del
clientelismo en un país como sistema y estrategia política y la pobreza. Entonces, la
pobreza causa el clientelismo y el clientelismo causa pobreza. Esto es así, porque cuando
los ciudadanos carecen de recursos, son aislados de la sociedad en general y no se
permite crear oportunidades para que estas personas salgan de su situación precaria;
sumándole la desconfianza en los procesos políticos formales (elecciones, planes de
ayuda, acciones concretas de combate en distintos temas), habrán varios dispuestos a
sacrificar su autonomía política, su libertad de elección, con tal de crearse ellos mismos
las oportunidades que el Estado no ha podido garantizarles (Acuña, 2009).
También se puede observar una relación entre el clientelismo y la desafección política,
que es entendida como “el sentimiento subjetivo de ineficacia, cinismo, la falta de
confianza en el sistema político, los políticos e instituciones democráticas” (Torcal,
2000, citado en Torres, 2007). La desafección resta incentivos a la participación
ciudadana en los procesos políticos la cual contribuye a la creación de una democracia
clientelar (Torres, 2007), donde los actores en las relaciones clientelares son: los
patrones (funcionarios políticos, partidos, candidatos), los intermediadores (aquellos
ciudadanos cercanos a los patrones), y los clientes (ciudadanos)15
.
Barón (2015) señala que las acciones tales como la cooptación, que es la negociación de
favores entre elector y elegido, las lealtades, la exclusión y, las amenazas a los votantes
encierran el grupo de prácticas clientelistas más usadas por los partidos y/o sus
representantes. Estas acciones, son los medios utilizados para llegar al fin común, el
poder.
2.3.2. Clientelismo Electoral
Corzo (2002) valora el intercambio como el elemento que incide en la decisión racional
de formar parte de las relaciones clientelares y que éste define el tipo de clientelismo.
Establece tres tipos de clientelismo basado en los tipos de intercambio proporcionados:
el primero, y la definición importante para este trabajo, es Clientelismo Electoral, donde
el intercambio se realiza con bienes o servicios expresamente por votos; el segundo,
15
Ver Anexos sección 8.1, para la ampliación de estas definiciones.
19
clientelismo de partido, apoyos por apoyos; y por último, Clientelismo Burocrático,
recursos públicos por apoyo político.
Robinson (2012) afirma que los problemas políticos, de corrupción, ilegalidad y de
violencia que ha tenido Colombia en su historia se derivan a partir de la mala
administración del país desde que éste se convirtió en una República independiente en
1819. De acuerdo con Leal y Dávila (1990), las relaciones clientelares en Colombia han
sido un elemento importante en la política. Pero históricamente, es a partir del Frente
Nacional que logran establecerse en la forma principal de articulación del sistema
político. Uno de los efectos del frente nacional fue la pérdida del vínculo familiar
(identidad ideológica) de pertenencia a los partidos políticos, lo que gradualmente fue
reemplazado en los individuos, por la búsqueda de algún favor de tipo económico o
burocrático como la condición de fidelidad partidista (Leal, 1984).
Losada (1984), determinó la incidencia del clientelismo sobre el voto de un individuo:
de manera directa, el patrón puede influenciar y modificar las preferencias electorales de
sus clientes; también, el patrón puede reafirmar la preferencia política de su cliente
otorgando un premio, contraprestación o incentivo; otra incidencia directa se conoce
como activación, la cual está relacionada con un cliente sin preferencias electorales
determinadas, y que puede ser inducido por un patrón que le ofrece beneficios. De
manera indirecta, quienes trabajan a favor de un candidato, pueden influenciar a otro
individuo, específicamente en las campañas políticas, logrando ampliar los electores
potenciales al favor de su candidato, en busca de beneficios personales de un patrón o en
respuesta a ellas.
Al revisar los resultados de los análisis descriptivos de Losada (1984), se puede observar
que el clientelismo es muy poco apto para explicar el comportamiento electoral en la
Colombia de 1983. De manera comparativa, las visiones psicosociales y racionales
poseen una capacidad explicativa sustancial; no obstante, ninguna de estas pudieron
explicar completamente, por lo que concluyó que debería analizarse el comportamiento
de un votante en modelos que incluyan variables de los diferentes visiones y modelos.
20
Cante (2011) resalta que “en un país como Colombia, donde existe un mercado electoral
imperfecto y asimétrico, y una enorme desigualdad socioeconómica, no se cumple el
ideal democrático de que todos los votos cuentan por igual. La compra y venta de votos
existe justamente, porque las personas tienen diferentes intensidades en sus preferencias
electorales”. Una conclusión del autor es que la supresión de opciones electorales de
oposición, la persistencia de los fenómenos de clientelismo y mercado político, y la
influencia mediática sobre las preferencias electorales son señales de falta de solidez en
la democracia colombiana. Una evidencia de esto se ve reflejada en la democracia
electoral en donde la libertad de los votantes se encuentra realmente cuestionada.
Para finalizar, no se encontró literatura para Colombia que contenga análisis empíricos
referentes al clientelismo electoral, por lo que se resaltará el estudio realizado por
Marenghi y García (2010), quienes hacen referencia a las prácticas ligadas al fraude
electoral en México para las elecciones del 2006. Ellos definen un perfil del votante
clientelar con características socioeconómicas y sociopolíticas, con el objetivo de
determinar si todos los ciudadanos mexicanos son igualmente susceptibles a aceptar un
pago por parte de los partidos políticos. Como algunas conclusiones importantes: las
variables socio-demográficas, como nivel de ingresos y residencia no son las más
relevantes para explicar la dimensión del intercambio de votos por favores, pero
variables como el nivel de bajos estudios y la edad si tienen grandes implicaciones. Las
variables más usadas en la literatura sobre el comportamiento de los votantes y el
clientelismo no influyeron como se esperaba, en cambio, variables elegidas respecto al
contexto social y político de México, como asociaciones sindicales, actitud favorable a
la corrupción, apoyan los factores culturales como explicaciones potenciales del
clientelismo en México.
3. HIPÓTESIS DE TRABAJO
Queda claro que existe una diversidad de enfoques y resultados en cuanto al estudio del
comportamiento electoral que ha llevado a un debate teórico sobre la explicación del
comportamiento de un individuo al elegir. Como se pudo observar en la sección anterior,
21
se ha demostrado empíricamente que tanto los factores ideológicos y políticos, las
variables racionalistas y las cuestiones sociodemográficas afectan la toma de decisión de
un votante. Por eso, este trabajo toma aquellos enfoques y busca aplicarlos a la realidad
colombiana para observar si alguno de ellos puede explicar la decisión de un elector en
el país.
Como hipótesis principal y siguiendo las ideas de Matsusaka y Palda (1999), se busca
contrastar si el conjunto de las variables estipuladas por las teorías (racional,
psicopolítica, social), determinan la decisión de votar o no de un ciudadano colombiano.
Es decir, si los distintos enfoques teóricos son capaces de explicar, por sí solos o en
conjunto, la participación de un colombiano en las elecciones presidenciales del 2010, o
si por el contrario, el comportamiento electoral para Colombia en el 2010, tendrá
problemas de explicación como omisión de variables explicativas importantes o que el
voto sea un comportamiento aleatorio e impredecible.
Para analizar el comportamiento de un votante es necesario ubicarnos en el contexto
político de la democracia colombiana, en donde a simple vista se pueden resaltar
imperfecciones en el sistema, por ejemplo, en muchas regiones el derecho de votación y
de ejercer expresión y opinión pública no se encuentra garantizado. Además, los
mecanismos usados por los políticos tales como la compra de votos y la negociación de
los servicios del Estado16
, son prácticas implementadas por las maquinarias políticas17
que ha dado lugar en la comunidad a un nuevo tipo de diferenciación política (Díaz,
1986).
Siguiendo la afirmación de Vargas (2010) de que “no existe la suficiente libertad en los
electores para decidir su voto, ya que operan condicionantes tales como amarres
clientelistas, que alteran la decisión del votante”. En principio, se analizará si la compra
y venta de votos puede influir en la decisión de votar o no de los electores. Si Colombia
se ubica bajo el marco de una democracia clientelar entonces los agentes en el sistema
político buscarán el mejor resultado posible para sí18
, lo cual no necesariamente implica
16
Para profundizar sobre la negociación de los bienes públicos, ver “El Clientelismo en Colombia” por Eduardo Díaz Uribe (1986). 17
Ver Anexos sección 8.1 para la definición de maquinaria Política. 18
Asumiendo que los agentes se comportan de manera racional.
22
que los intereses personales sean iguales a los de la sociedad en conjunto. Los partidos y
sus respectivos candidatos anhelan “el poder” y para que esto ocurra deben ampliar su
electorado y obtener la mayor cantidad de votos posibles. Mientras tanto, la elección del
ciudadano ya no estará sólo en función de sus preferencias políticas sino de qué tan
independiente y qué capacidad real tenga de solucionar o no sus problemas básicos,
como (salud, educación, vivienda, empleo, entre otros) sin acudir a las agencias de
gobierno, lo cual no implica que los colombianos vendan su conciencia, simplemente
implica que les toca negociar con lo poco tienen para poder obtener un beneficio
material.
4. METODOLOGÍA
Se parte de un análisis descriptivo de los datos de la encuesta de opinión LAPOP 2012
para exponer la realidad colombiana sobre las elecciones presidenciales llevadas a cabo
en el 2010 y observar distintos aspectos que se asumen pueden incidir sobre la
participación de los votantes. No sólo las variables económicas se tendrán en cuenta,
como lo establece la teoría del Public Choice; sino que también las variables socio-
demográficas y psicopolíticas serán importantes (Lindbeck, et al., 1999). Como una
adición, se observará el Clientelismo electoral en Colombia y sus posibles relaciones, ex
ante a modelación, con algunas de las variables económicas, políticas y socio-
demográficas. Seguido, se establece un modelo a partir de la base teórica de los modelos
de participación electoral, incluyendo y determinando la relación del clientelismo
electoral. El modelo de comportamiento del votante en el que se basará el análisis
cuantitativo será un modelo comprehensivo o mixto que incluya los diferentes variables
que posiblemente influyen sobre la participación electoral.
4.1.Sobre la Encuesta y los datos
La encuesta que se usará para el análisis empírico es la Encuesta del barómetro de las
Américas realizada por la Universidad Vanderbilt para Colombia en el 2012, a través del
Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés).
LAPOP consiste en una serie de estudios de opinión, con la intención de brindar
23
información sobre el comportamiento y percepción que el público tiene frente a aspectos
políticos y electorales en más de 28 países, especializándose en América y con altos
estándares usando muestras probabilísticas representativas a nivel nacional19
.
Para este trabajo, se usará la encuesta LAPOP COLOMBIA 2012, que incluye la
percepción de los colombianos sobre las elecciones presidenciales realizadas en el 2010.
El tamaño de la muestra es de 1.512 ciudadanos, divida en seis regiones geográficas:
Atlántica, Bogotá, Central, Oriental, Pacífica y resto del país, incluyendo municipios del
sector rural. Fue aplicada solamente a los ciudadanos colombianos mayores de 18 años
(para definir la muestra de los votantes potenciales)20
.
Debido a que únicamente se están obteniendo los datos partiendo de la encuesta
mencionada, es importante aclarar que la mayoría de datos se modificaron por motivos
de simplificación del análisis, específicamente en los anexos sección 8.4, se puede
observar la pregunta de la encuesta del cual se extrajeron los datos y la modificación
realizada a cada variable usada. Como se ha aclarado la encuesta fue aplicada a 1.512
ciudadanos colombianos, no obstante, algunos de ellos se pudieron abstener de
responder las preguntas al escoger la opción no sabe/no responde, la cual afectó el
número de observaciones en algunas variables, produciendo como consecuencia una
pérdida de datos al realizar las regresiones. Otro problema a enfrentar con la encuesta,
fue el hecho de que muchas de las preguntas se encontraban anidadas, por lo que algunas
preguntas que podrían influir y aportar en el análisis fueron descartadas por esta causa.
La determinación de cada una de las variables usadas se puede observar en la sección
4.4 de este trabajo.
Recordando que el objetivo general del trabajo es comprender los factores que
determinan el comportamiento electoral en las elecciones presidenciales del 2010, la
variable dependiente en cuestión recogerá la participación electoral de los encuestados
en la primera vuelta de las elecciones, esto es porque la pregunta del cuestionario
únicamente hace referencia a este proceso electoral y no al de la segunda vuelta. En la
encuesta la pregunta está nombrada como VB2 y es: ¿Votó Usted en la primera vuelta de
19
Información disponible en: http://www.vanderbilt.edu/lapop/LAPOPBrochure_Spanish_121814.pdf 20
Encuesta disponible en www.AmericasBarometer.org.
24
las últimas elecciones presidenciales de 2010?. La referencia de todas las variables
explicativas usadas en el modelo se encuentran especificadas en el Anexo 8.4.
4.2.Análisis descriptivo
Factores Sociodemográficos
Los electores potenciales para el 2010 eran 29’568.161 de ciudadanos colombianos, este
potencial electoral se encuentra distribuido principalmente en Bogotá, Cali, Medellín,
Barranquilla, Santa Marta, Cartagena21
. De este potencial electoral, 14’404.508 (aprox.
49%) son hombres y 15’578.711 (aprox. 52%) son mujeres. En la figura 1, se puede
observar la distribución según género para niveles demográficos nacionales, el potencial
electoral (definido el porcentaje de ciudadanos colombianos mayores a 18 años) y la
encuesta LAPOP, se puede observar que las mujeres son mayoría tanto en el Censo
demográfico como en el censo electoral.
Figura 1. Distribución según Género. Fuente: Elaboración Propia con datos de Encuesta Barómetro de
las Américas – LAPOP (2012), DANE Censo 2005, y Registraduría Nacional del Estado Civil, elecciones
2010.
El rango principal de edad de los votantes es de los 18 a 52 años22
, podría intuirse que a
medida que una persona alcanza la senectud los problemas de salud podrían convertirse
en un factor de influencia para que no ejerzan su derecho, sin embargo, la participación
21
Ver Figura 8.2.1. en Anexos, correspondiente a la distribución del potencial electoral colombiano para 2010. 22
Ver Figura 8.2.2 en la sección de Anexos, referente a la distribución según edades.
49
,87
%
50
,13
%
48
,20
%
51
,80
%
48
,72
%
51
,69
%
H O M B R E S M U J E R E S
GRÁFICO 1. DISTRIBUCIÓN SEGÚN GÉNERO
LAPOP Nacional Potencial electoral
25
de los mayores según la muestra es mayor que las de las personas más jóvenes,
apoyando la hipótesis de que existe la tendencia a que los jóvenes son menos propensos
a votar (Liendo, et. al, 2013).
Figura 2. Decisión del voto según Género. Fuente: Elaboración Propia con datos de Encuesta Barómetro
de las Américas - LAPOP 2012.
Figura 3. Decisión del voto según Ingreso. Fuente: Elaboración Propia con datos de Encuesta Barómetro
de las Américas - LAPOP 2012.
En cuanto a los niveles de educación, las personas observadas en la muestra, tiene entre
0 y 17 años de educación, con una importante frecuencia a los 12 años de escolaridad,
que corresponde al nivel de bachiller. El 58,32% de los encuestados devengan un salario
mínimo o menos, y en la figura 3, se puede observar que a mayores salarios declaran los
encuestados, más usan su derecho al voto, abriendo la posibilidad a una correlación
positiva entre el Ingreso y la decisión de votar. Un comportamiento similar a la
30,93%
19,04%
32,73%
17,30%
Si votó No votó
Decisión del voto según género
Hombre Mujer
59,7%
67,9%
83,5%
40,3%
32,1%
16,5%
Menor o Igual a 1 SM
Entre 1 y 2 SM
Mayor a 2 SM
Decisión del Voto según Ingreso
No votó Si votó
26
influencia positiva sobre la votación es el estrato socioeconómico, se espera que, a
mayor estrato mayor sea la participación electoral.
Por otro lado, la Ocupación parece ser una característica demográfica que implicaría una
correlación positiva, el 61,06% de los encuestados se encontraban empleados o con
trabajo y más de la mitad de ellos ejercieron su derecho al voto (66,2%), mientras que al
observar el porcentaje de la encuesta de aquellos que se encontraban desempleados o
Inactivos23
, el 59,7% alegó no haber votado en las elecciones presidenciales del 2010. Se
realizó un test de correlación con la variable de participación y la ocupación y reveló una
correlación positiva. Los que declararon ser casados (56,35%)24
el 65,6% ejerció su
derecho al voto, en cuanto a los que se declararon solteros (43.65%), el 61.1% votaron,
el estado civil parece no tener un incidencia significativa sobre la participación electoral.
Norris (2003) indica la religión resulta ser la mayoría de las veces significativas para los
países que tienen una cultura religiosa demarcada. Según los datos el 92.14% de los
encuestados declararon que pertenecen a una religión, y el 93.53% de los votantes
corresponden a las personas que tienen una identificación religiosa, se espera entonces
que esta variable tenga un efecto positivo significativo sobre la participación electoral.
Por último, observaremos en comportamiento de las votaciones por regiones según la
encuesta. Como se puede visualizar en la tabla 1, los porcentajes participativos no
difieren mucho entre regiones por lo que por esta muestra sería difícil observar
realmente la posible influencia de la posición geográfica del individuo. Al realizar una
prueba de independencia conjunta por las variables regionales (Splint) no resultan
significativas, y la correlación reflejada entre la probabilidad de votar y cada variable
regional es cercana a cero. Hasta ahora se ha encontrado este mismo problema en la
muestra con respecto al género, por lo tanto, la muestra no suficiente para hacer alguna
conjetura que incluyera a algunas de esas variables. Esta debilidad en la
23
Se reunieron las siguientes categorías en Desempleados o Inactivos: Las personas que respondieron que están desempleados, que son estudiantes, amas de casa, jubilados, pensionados o incapacitados, y aquellos que no trabajan ni están buscando trabajo. 24
Para la variable analizada en el caso de “Casado” se modificó la variable que recoge el estado civil de los encuestados, simplificándola de 6 categorías a 2, “casado” y “soltero”. La modificación de esta y otras variables se encuentran especificadas en el anexo sección 8.4.
27
representatividad en las características demográficas se deben a la forma en que está
construida la encuesta, ya que, este tipo de variables terminan siendo utilizadas en forma
de control puesto que la finalidad de la encuesta es el tema político y de opinión.
Tabla 1.
Regiones del país especificadas en la muestra y Participación Electoral por Regiones.
Regiones Freq. % % Acum. Si Votó No Votó
Atlántica 288 19,05% 19,05% 66,31% 33,69%
Bogotá D.C 264 17,46% 36,51% 62,36% 37,34%
Central 360 23,81% 60,32% 58,99% 41,01%
Oriental 288 19,05% 79,37% 65,95% 34,05%
Pacífica 264 17,46% 96,83% 65,53% 34,47%
Otros territorios 48 3,17% 100,00% 65,95% 34,05%
Total 1512 100%
Fuente: Elaboración Propia con datos de LAPOP 2012. Regiones del país especificadas en la muestra y
Participación Electoral por Regiones.
Participación Electoral
Del potencial electoral para el año 2010, se evidenció una mayor participación en las
elecciones presidenciales de primera vuelta que en las de la segunda. Así mismo, tuvo
menor registro de votos en blanco, nulo y no marcados para la primera vuelta (ver Tabla
1). En la figura 4, se encuentra resumido el comportamiento de la participación y la
abstención para las elecciones de 1998, 2002, 2006, 2010 primera y segunda vuelta. A
través de la serie de tiempo se puede observar que el comportamiento electoral tiende
cada vez más a la abstención, así como lo han afirmado distintos autores. Este
comportamiento podría estar ligado a factores como la situación económica del país, la
situación política, la pérdida de la credibilidad y la falta de confianza en las instituciones
políticas, que conlleva al fenómeno de la desafección política, las acciones de las
conocidas “maquinarias políticas”, y la violencia, estas dos últimas hacen referencia a
las acciones que atentan contra la libertad del voto.
El 63.66% de los encuestados respondieron que sí habían votado en las últimas
elecciones, mostrando una diferencia de 14.44 puntos porcentuales comparado con el
nivel de participación electoral promedio nacional (49,25%). De aquellos ciudadanos
que votaron, solamente el 26.62% pertenecen a algún partido político. La participación
28
de los votantes según el partido al que pertenece el individuo es muy similar, en la figura
5, se puede observar que el 7.14% de los ciudadanos que votaron pertenecen al partido
Liberal, el 8.18% al partido de la U, el 8.08% a otros partidos, a excepción de aquellos
que votaron y pertenecen al partido conservador que solo representan el 3.36% de la
muestra.
Tabla 2.
Resumen de Elecciones Presidenciales ocurridas en el 2010.
Votos por candidato
Votos Blancos
Votos Nulos
Tarjetones no
Marcados
Total Votos
Primera vuelta 2010
97,07% 1,54% 1,16% 0,25% 100%
Segunda vuelta 2010
94,86% 3,37% 1,49% 0,28% 100%
Fuente: Elaboración Propia con datos obtenidos de MOE, OPE, y Registraduría Nacional del Estado Civil.
*Refiere a los resultados en primera vuelta y segunda vuelta.
Figura 4. Participación y Abstención Electoral. Porcentaje de participación electoral y Abstención.
Fuente: Elaboración Propia con datos obtenidos de MOE, OPE, y Registraduría Nacional del Estado25
25
1998* Refiere a los resultados de las elecciones presidenciales primera vuelta, 1998** Refiere a los resultados presidenciales en segunda vuelta, 2010* Refiere a los resultados de las elecciones presidenciales primera vuelta, 2010** refiere a los resultado de Congreso, Senado, Cámara y Parlamento Andino.
1998* 1998** 2002 2006 2010* 2010**
Participación electoral 51,22% 59,02% 46,47% 45,05% 49,30% 44,48%
Abstención 48,78% 40,98% 53,53% 54,95% 50,70% 55,52%
0,00%
10,00%
20,00%
30,00%
40,00%
50,00%
60,00%
70,00%
Participación y Abstención Electoral
29
Sin embargo, es importante resaltar que de aquellos que no afirmaron pertenecer a
ningún partido político, más de la mitad de éstos sí ejercieron su derecho al voto, por
esta razón es innegable la proporción de la participación de los que sí votaron y no se
sienten identificados con ningún partido político. Al observar la figura 5, se puede intuir
que, levemente, pertenecer a un partido político puede aumentar la participación de un
individuo a votar, ya que, aquellos que pertenecen tienen una tasa de participación
electoral por encima de 3 puntos de los que no pertenecen.
Figura 5. Porcentaje de participación según Partidos políticos. Fuente: Elaboración Propia con datos
muestra LAPOP 2012.
Percepción de los electores
La percepción del entorno es muy importante para la toma de decisión del elector
(Guzmán & Ramírez, 2014). En la siguiente tabla se encuentra resumido, por porcentaje
de encuestados, la calificación del nivel de confianza en distintas instituciones políticas
como el Congreso, el Gobierno Nacional, los partidos Políticos, en una escala de 1 a 7.
Los mayores niveles de confianza son para el gobierno nacional (los mayores
porcentajes se encuentran en los niveles de calificación del 4 al 6), tanto la presidencia
de la República como su gabinete, inspiran la mayor confianza a los colombianos
encuestados que el Congreso (Mayores porcentajes entre 3 y 5) o los partidos políticos
(mayores porcentajes entre 1 y 4). Una confianza influenciada por la percepción de los
individuos del resultado del manejo de las políticas públicas y la confianza en que los
representantes elegidos realizan bien su trabajo. Es muy notable, en la opinión pública,
la desconfianza e insatisfacción en los partidos políticos, la cual puede ser una posible
explicación a que muchos de los colombianos no se identifiquen con ningún partido y
No votó 37%
Si votó 63%
No Pertenece a Partido Político
Si votó 67%
No votó 33%
Pertenece a algún Partido Político
30
mucho menos digan que hacen parte de uno; así como también una posible explicación a
la baja participación electoral. Los resultados son acordes al Barómetro Global de
Corrupción del 2010/2011, donde la institución percibida como la más afectada por la
corrupción son los partidos políticos26
.
Tabla 3.
Niveles de Confianza en el Congreso, Gobierno Nacional, Partidos y Elecciones.
Confianza en el Congreso
Confianza en el Gobierno Nal
Confianza en los Partidos Políticos
Confianza en las elecciones
Escala % % acum. % % acum. % % acum. % % acum.
1 Nada 13,39% 13,39% 8,83% 8,83% 27,40% 27,40% 11,99% 11,99%
2 10,04% 23,43% 8,29% 17,12% 16,92% 44,32% 11,92% 23,91%
3 17,52% 40,95% 12,88% 30,00% 20,96% 65,28% 17,17% 41,08%
4 22,79% 63,74% 22,12% 52,12% 18,90% 84,18% 21,80% 62,88%
5 20,87% 84,61% 22,05% 74,17% 10,07% 94,25% 22,48% 85,36%
6 10,61% 95,22% 16,66% 90,83% 4,32% 98,57% 10,90% 96,26%
7 Mucho 4,77% 100% 9,17% 100% 1,44% 100% 3,75% 100%
Fuente: Elaboración Propia con datos muestra LAPOP 2012. Porcentajes y Porcentajes acumulados según
respuestas de los encuestados.
Por otro lado, la confianza en las elecciones se encuentra en un nivel medio. Como
Cante (2011) afirma, la democracia colombiana se ve limitada debido a que no existe un
respaldo en el valor básico de ésta que es la libertad (al momento de elegir) y es
cuestionada y afectada, por ejemplo, con la existencia del clientelismo y el mercado
político. El resultado de ese nivel es dado a que no existen garantías para los ciudadanos
colombianos, que las elecciones serán limpias, justas y reflejarán exactamente la
intención libre de cada votante.
La percepción de la situación económica del país que tienen los encuestados es negativa,
ya que, el 84.51% de ellos opinan que la situación es entre muy mala (7.28%), mala
(24.03%) y ni buena ni mala (53.20%)27
. Si los individuos colombianos actúan de modo
racional buscarán tomar sus decisiones con base en los beneficios y costos, por ende,
entre peor se encuentre la situación económica del país (la cual posiblemente tiene una
repercusión directa sobre la situación económica personal) será más costoso no votar
26
Información disponible en Web en: https://www.transparency.org/country/#COL_PublicOpinion 27
Datos del Barómetro de las Américas LAPOP, 2012.
31
que hacerlo, dado que los votantes pueden elegir algún candidato o partido que ellos
crean que sus políticas sean mejores que los de turno y en un futuro próximo éstas
puedan mejorar la situación.
Clientelismo electoral
Se pueden referenciar distintas conductas que distorsionan la voluntad de los ciudadanos
a la participación política y que son declarados como delitos. Al 25.3% le ofrecieron
algo, como un favor, comida o alguna otra ayuda, a cambio de votar por un candidato o
partido político; no obstante, esta acción por parte de los políticos hizo sentir menos
inclinado para votar a al menos el 61% de los encuestados. El 4.9% declararon que han
votado por un candidato en contraprestación de un bien material y el 1.6% lo ha hecho a
cambio de un subsidio del estado, mostrando la malversación de los fondos que el
Estado ya tiene designados en un presupuesto, ya sea para usos departamentales o
municipales en inversión de educación, salud, etc. Se observa en la muestra, que los
municipios más propensos al clientelismo político son: Marinilla (Antioquia), Florencia
(Caquetá), Buenaventura (Valle del Cauca), Viotá (Cundinamarca), Puerto Lleras
(Meta), Montería (Córdoba), Cúcuta (Norte de Santander)28
; la mayoría son municipios
pequeños y algunos tienen instituciones públicas afectadas y susceptibles a la
corrupción29
.
La presencia del clientelismo electoral no se puede negar, sea que venga atada al
ofrecimiento de dinero, o comida, artículos o cualquier otro bien material, o al
ofrecimiento de ayudas, apoyos o subsidios del gobierno, alguno ha conocido un caso de
manera directa o indirecta (afectando a los conocidos). Cabe enfatizar en que aunque sí
ha habido una proporción de ciudadanos colombianos que sucumben ante los
ofrecimientos de los candidatos o partidos políticos, existe otra proporción que más que
agradar o aceptar el fenómeno lo rechaza. Siempre y cuando, los candidatos a cargos
públicos estén actuando bajo el concepto de maquinaria política, la imagen de las
28
Ver Anexos sección 8.2 29
Según el índice de transparencia de las entidades públicas las alcaldías de Florencia y Montería, tienen un nivel de riesgo de corrupción medio, mientras el nivel de riesgo de corrupción para el municipio de Cúcuta es alto. La información se encuentra disponible en Web: http://indicedetransparencia.org.co/ITM/Alcaldias
32
instituciones públicas y gubernamentales será negativa, lo cual se traduciría en un efecto
negativo sobre la participación electoral.
4.3.El Modelo
La descripción del modelo del comportamiento racional, es fundamentada en el
planteamiento descrito por River y Odershook (1968). Quienes desde el planteamiento
de Downs (1957), adoptaron la siguiente aproximación: todas las decisiones de los
ciudadanos como votantes se derivan de la racionalidad (elección racional). La decisión
se representará mediante la siguiente ecuación del comportamiento30
:
Donde R, es el valor neto o la utilidad esperada de un individuo asociada con el acto de
Votar, p es la probabilidad subjetiva de que el voto de un individuo afecte el resultado de
la elección, B son los beneficios esperados de la diferencia del ganador y su candidato o
partido, el término D de la ecuación representa el beneficio de consumo de votar, es
aquel que puede explicar por qué vale la pena para los individuos ir a las elecciones y
votar (la obligación cívica de votar, la satisfacción de votar, el deseo de afirmar sus
preferencias de partido o voto de opinión) 31
; el término C, reúne los costos de votar, por
ejemplo, el tiempo que le cuesta al individuo definir como votar. Entonces, el modelo
racional plantea que la utilidad esperada de los votantes, depende de sus beneficios
esperados y sus costos. El individuo maximiza su utilidad esperada, y vota siempre y
cuando los beneficios totales de votar superen los costos32
:
Según la literatura abordada en la sección 2 del presente trabajo, es claro, que la elección
racional puede no explicar de una manera profunda por qué votan las personas. Las
razones por las que las personas lo hacen ciertamente son varias, y están compiladas en
30
Ver anexos sección 8.3, para la profundización del modelo. 31
El componente expresivo del voto enunciado por Riker y Odershook (1968), ver sección 2.1.1. 32
Esto no ocurriría a no ser por la presencia del término D, ya que la probabilidad p de que un elector cambie el resultado de una elección es cercana a cero haciendo que los beneficios esperados de votar sean menores que los costos.
33
el término expresivo “D” del modelo. Para River y Odershook (1968) este término
corresponde al sentido de obligación y deber cívico que tienen las personas al votar,
utilizando este mecanismo como una expresión de sus preferencias e ideologías. Para
Merrifield (1993) las personas pueden votar porque pueden pensar que así producirán
políticas más favorables, entonces el contexto institucional y político de los electos
puede afectar el interés de votar o no votar por ellos. En síntesis, la presencia de este
término hace referencia a la satisfacción de votar y puede cubrir diversas motivaciones
individuales y privadas, además su efecto hace que los costos sean bajos para la mayoría
de personas (Dowding, 2005).
Partiendo de lo anterior, se procede a especificar el modelo, de manera general, de tipo
comprehensivo el cual combinará las diferentes visiones de la explicación del
comportamiento de los votantes:
(3)
Donde Rac, alude a un vector de variables proxys del modelo racional, específicamente
a los 2 primeros términos de la ecuación (1), es decir, el cálculo del beneficio y los
costos de votar. El vector Soc, se especificará como un vector de variables
sociodemográficas; el vector Psico, reunirá las variables determinadas como explicativas
del comportamiento electoral desde la visión Psicosocial. Gracias a la aproximación de
Riker y Odershook (1968), podremos ampliar el significado del término “D” como las
vectores Soc y Psico. La variable dependiente definida, Vot, será la que recoge la
participación electoral la cual está definida por los componentes racionales, sociales, y
psicosociales y en el caso de aplicación incluirá la variable de clientelismo.
En el concepto de participación electoral un individuo tiene dos opciones, a = votar o b=
no votar, Ua y Ub representan las utilidades de esas dos opciones respectivamente, en
este caso, la decisión que tome el individuo revelará cuál de las dos alternativas le
representa una mayor utilidad, en consecuencia:
{
(4)
34
Para la interpretación de los datos correspondientes a la elección individual el
planteamiento del modelo empírico será el siguiente:
(5)
Con un vector de características sociales del individuo (W’), un vector de características
racionales (X’) asociadas a la opción determinada, un vector de características
psicosociales (Z’) también asociadas a la opción. y , representan los elementos
estocásticos no observados (términos de error). Los costos de votar o no votar se
tomarán como constantes33
. Se tiene entonces que, para que un individuo tome su
decisión de votar o no este buscará elegir aquella opción que representará la mayor
utilidad según sus preferencias, dado que las utilidades no son directamente observables,
se plantea la siguiente condición de decisión:
[ | ] [ ] (5.1)
La anterior condición significa que la probabilidad de que un individuo vote (es decir,
que Voti sea igual a 1), condicionado a los distintos vectores de características del
individuo se entenderá como la probabilidad de que la función de utilidad que le
representa votar, que es la combinación de distintos vectores plasmada en (5),
efectivamente le produce un mayor beneficio al individuo que al no hacerlo. Como ya se
ha mencionado, dado que no se puede observar la utilidad real de la decisión al
individuo, se hace necesario reemplazar Ua y Ub en la condición:
[
| ]
[
| ]
Al realizar las distintas operaciones se pueden combinar todos los vectores en , todos
los coeficientes en el vector , y los errores en , de la siguiente manera:
33
Debido a que los costos en este caso se tomarán como constantes, su inclusión en la especificación del modelo no es significativa.
35
[ | ] (6)
[ | ]34 (7)
El planteamiento general anterior (ecuación 7) es necesario para el caso de estudio,
recoge todos los elementos observables de la diferencia de las 2 funciones de utilidad y
denota la diferencia entre los términos de error. Por consiguiente, se determinarán los
elementos observables y/o variables en la siguiente sección.
4.4.Determinación de las variables
Las variables como la educación, el ingreso, la edad, la religión, son tomadas como
indicadores del grado de socialización política, y han sido usadas en la mayoría de
estudios empíricos sobre el comportamiento del votante (Chapman & Palda, 1993;
Matsusaka & Palda, 1999). Para la determinación del vector de las variables sociales se
seguirá el planteamiento de Norris (2003).
Los factores demográficos como la edad se espera que puedan influir directamente en la
participación del votante, debido a que existen mayores niveles de abstencionismo para
los jóvenes que para las edades maduras; e indirectamente para el género debido a que
las mujeres parecen ejercer más su derecho al voto que los hombres (Carlsson &
Johansson, 2010). Otro factor demográfico, del que la literatura no profundiza en los
efectos posibles sobre la decisión del votante, es el Estado civil, será incluido en el
modelo y dependiendo de la significancia de este se conservarán o descartarán.
El ingreso es un indicador básico del estatus socioeconómico y se espera que a mayores
niveles de ingreso mayor sea la intención de votar del individuo. Se espera que a mayor
nivel educativo mayor será la probabilidad que el individuo vote. Una variable
interesante es la religión, Norris (2003) explica que la creencia religiosa puede estar más
relacionado a la explicación de la decisión del voto que los indicadores del estatus
social, se podría esperar que influya positivamente sobre la decisión del voto, y que
resulte significativa en la explicación de la participación electoral.
34
Toda la especificación del modelo econométrico está basada sobre el modelo de Decisión Binaria, Modelo de Utilidad de decisión individual. (Greene, 2012, Pag. 684)
36
Las variables que recogen los aspectos del consumo por votar también influyen en la
decisión de los votantes, es más, ha sido tomada como una de las razones principales de
la decisión del voto (Carter, 1984). Sin embargo, en la encuesta no se pudo encontrar
alguna variable que aproxime el deber cívico que sienten los votantes a votar, por lo que
para este caso no se puede incluir en el modelo. Las variables políticas o institucionales,
son las que reflejen la ideología política, variables que recogen la percepción de la
democracia y la libertad de participación en el ejercicio democrático (Merrifield, 1993).
Las variables que se incluyen en este vector serán: La identificación partidaria,
correspondiente a si el individuo se siente identificado y pertenece a un partido
específico; la distancia ideológica entre izquierda y derecha; el interés personal del
individuo por políticas; y la confianza en el proceso electoral como proxy de la libertad
en el ejercicio electoral. Todas las anteriores se esperan que tengan un efecto positivo
sobre la participación electoral.
La aproximación de las variables de elección racional, se encuentran basadas sobre la
siguiente afirmación: “el ciudadano usa atajos informativos y valoraciones en sus
razonamientos sobre la política y los partidos y simplifica sus razonamientos evaluando
su propio bienestar con respecto al pasado inmediato del cual hacen responsable a las
autoridades gubernamentales, ya sea recompensándolas por los logros o culpándolas por
los fracasos” (Goodin & Klingemann, 1996, citado en Montecinos, 2007, pág. 15).
Conjuntamente, Downs (1957) enuncia que un elector decide votar siempre y cuando el
partido o el candidato prometan mejores resultados en torno a los problemas que al
elector le interesan.
En consecuencia, y basados en la encuesta LAPOP 2012 para Colombia, las variables
elegidas para representar el vector racional son: La percepción que tiene el individuo de
la situación económica del país, entre peor sea esa percepción el individuo estará tentado
a votar más; y la percepción de la capacidad de gobernabilidad, la influencia de esta
variable es indeterminada a plena vista, debido a que ellos votarán siempre y cuando la
capacidad de gobernar de los representantes políticos de turno se alineen a las
preferencias de los individuos y produzca un beneficio mayor votar que no hacerlo, en
otras palabras, un ciudadano puede elegir votar porque cree que el gobierno actual está
37
cumpliendo y se siente satisfecho con eso y decide seguir apoyando, mientras otro puede
decidir no votar porque también se siente satisfecho y puede pensar que su voto es
innecesario.
La definición de los vectores y la determinación y/o instrumentación de las variables,
también incluyen la especificación de una variable que recoge el clientelismo en
Colombia, en la encuesta corresponde a la siguiente pregunta: En los últimos cuatro
años y pensando en las campañas electorales, ¿Algún candidato o alguien de un partido
político le ofreció y recibió algo, como un favor, comida o alguna otra cosa o beneficio
a cambio de que usted votara o apoyara a ese candidato o partido político?. En
resumen, se pueden observar las variables a usar y sus respectivos signos esperados en la
tabla 3. Como ya se mencionó, las variables utilizadas son proxys de las reales,
adicionalmente, algunas variables fueron modificadas por motivos de simplificación
para el análisis.35
Finalmente, asumiendo de antemano que los votantes colombianos se comportan de
manera racional, y siguiendo el planteamiento del modelo enunciado, el término “D”
será representado por el grupo de variables representativas de los vectores
Sociodemográficos y psicopolíticos. En cuanto a la incidencia del clientelismo electoral
las variables que recogen este fenómeno pueden estar consideradas como parte de la
teoría psicopolítica, debido a la definición del clientelismo y cómo éste puede influir en
las preferencias ideológicas de los individuos.
35
Las variables fueron extraídas de la Encuesta Barómetro de las Américas LAPOP 2012 y debido a que éstas son las respuestas de los individuos a las preguntas de la encuesta muchas están en función de calificación en escala o tienen muchas respuestas posibles, se realizó un tratamiento a dichas variables el cual está especificado en los anexos sección 8.4 del presente trabajo.
38
Tabla 4.
Especificación de Variables que influyen en la participación electoral en Colombia.
Sociodemográficas Detalle Signo esperado
Género Dummy 1=Hombre -
Educación (Educa) Variable Categórica, Número de Años de
Educación completados
+
Estrato (Estrat) Variable Categórica, Estrato
socioeconómico (1, 2, 3, 4, 5, 6)
+
Ingresos por grupo (Ingf) Variable Categórica: 1=Menor o Igual a 1
Salario Mínimo, 2=Entre 1 y 2 Salarios
Mínimos, 3=Mayor a 2 Salarios Mínimos
+
Edad Edad del individuo en años +
Edad2 Edad al cuadrado -
Estado Civil (Casado) Dummy 1=Casado +
Ocupado (Ocup) Dummy 1=Si está empleado o trabaja, 0=si
es desmpleado o inactivo
+
Religión (Relig) Dummy 1=Pertenece a Religión o grupo
religioso
+
Regiones Variables en Splint que recoge las distintas
regiones de la muestra, Atlántico, Bogotá,
Central, Pacífica, Oriental y otros territorios
nacionales
+/-
Psicopolíticas Detalle Signo esperado
Pertence a Partido
Político (ppol)
Variable Dummy 1=si pertenece a partido
político
+
Interés por política
(intpol1)
Variable Categórica, 1=Nada de interés,
2=Poco, 3=Algo y 4=Mucho interés
+
Confianza en el proceso
electoral (celecc1)
Dummy 1=Confían en las elecciones +
Racionales
Percepción Económica
(pecon)
Variable categórica que recoge la opinión
del individuo de la Situación económica del
país, 1= Muy mala, 2=Mala, 3=Ni buena ni
mala, 4=Buena, y 5=Muy buena
-
Capacidad de Gobierno
Presidencia (pregoberna)
Variable Categórica de la Percepción de la
manera en que la Presidencia está haciendo
su trabajo. 1=Muy mal, 2=Mal, 3= Ni bien
ni mal, 4=Bien, 5=Muy bien
+/-*
Capacidad de Gobierno
Presidencia (congoberna)
Variable Categórica de la Percepción de la
manera trabaja el congreso
+/-*
Clientelismo
Presencia Clientelismo
(client1)
Dummy 1=Sí le ofrecieron (recibió) algún
bien o servicio a cambio del voto
+
Fuente: Elaboración Propia con datos muestra LAPOP 2012. Lista de Variables proxys de cada vector
teórico, elegidas como explicativas para el modelo de participación electoral en Colombia. *Indica una
variable en la cual su signo esperado no es posible determinar.
39
5. ANÁLISIS EMPRÍRICO
En este capítulo se presenta la aproximación empírica de la participación electoral en
Colombia, centrado en los datos de la encuesta del Barómetro de las Américas se
pretende comprobar si el modelo especificado en la sección 4.3 explica la decisión de
votar de los electores colombianos para las últimas elecciones planteadas
correspondientes a la muestra, a saber, las elecciones presidenciales del año 2010. Al
mismo tiempo, se pretende comprobar la significancia en la explicación de la decisión
del voto del clientelismo.
Recordando, la variable dependiente en el modelo corresponde a una variable binaria,
donde 1 significa que el individuo decidió votar, y el 0 representa cuando el individuo
no decidió votar; por lo que se planteó el modelo empírico especificado en (6) y (7), la
probabilidad de que un colombiano haya votado en las elecciones de 2010, depende de
un conjunto de variables sociológicas, psicosociales y racionales. Siguiendo la idea
general, se buscará contrastar dos hipótesis, la principal: el comportamiento electoral en
el 2010 en Colombia es explicado por las variables que determina la literatura; y la
segunda, el clientelismo político influye en el comportamiento electoral en Colombia.
Para comprobar la hipótesis nula de significancia global, inicialmente se usaron Modelos
logit y probit, y se obtuvo que los resultados no difirieron y eran bastantes similares, al
compararlos se decidió usar los modelos de probabilidad logística (Probit). En primer
lugar, se realizaron regresiones con los vectores especificados anteriormente de manera
individual, es decir, se tendrán 3 planteamientos de modelos: Un modelo de variables
sociales, uno de variables psicopolíticas y otro de variables racionales. A cada uno de los
modelos anteriores se incluirá en la especificación la variable representativa del
clientelismo (Client1), por lo que en total son 6 modelos especificados en esta primera
parte. Posteriormente, se analizará el modelo que incluirá todas las variables en
conjunto.
5.1.Modelo Sociológico de Participación electoral
La tabla 5, reporta las estimaciones probit realizadas para los primeros Dos modelos con
variables sociodemográficas. Cada columna (enunciada como Social I y Social II)
40
representa un modelo de regresión, en el que están consignados los coeficientes de la
regresión, ya que éstos no se pueden interpretar lo que nos interesará observar será el
signo; y al lado de cada uno de los coeficientes se encuentra el p-valor asignado a la
significancia individual.
Tabla 5.
Regresiones Probit del Modelo Social de participación electoral.
Fuente: Elaboración Propia. Cada columna Social I, Social II, representa una regresión distinta. La
variable dependiente es Vot= 1 si la persona ha votado y 0 si no. Los coeficientes indicados corresponden
a los efectos marginales, a excepción de la constante. *Indica una variable significativa al 1%,
**significativa al 5% y
Se puede observar, que en los modelos sociales planteados la mayoría de los coeficientes
resultaron con el signo esperado, a excepción de las variables Estrato, casado e ingresos,
Social I Social II
Variables Coef. P-Valor Coef. P-Valor
Constante -2,934* 0,000 -3,016* 0,000
Género -0,104 0,263 -0,12 0,200
Educa 0,064* 0,000 0,063* 0,000
Estrat -0,039 0,372 -0,033 0,454
Ingreso -0,091 0,183 -0,085 0,218
Edad 0,109* 0,000 0,11* 0,000
Edad2 -0,0009* 0,000 -0,0009* 0,000
Casado -0,058 0,538 -0,045 0,634
Ocup 0,233** 0,020 0,220** 0,029
Relig 0,367** 0,012 0,381** 0,010
Regiones (Atlántica)
Bogotá 0,652 0,647 0,058 0,681
Central 0,013 0,924 0,026 0,857
Oriental 0,159 0,256 0,168 0,233
Pacífica 0,053 0,709 0,053 0,714
Otros Territorios -0,260 0,356 -0,022 0,468
client1 0,203** 0,05
Obs. 989 978
Pseudo R2 0,1146 0,1171
LR χ2 145,76 0,000 147,08 0,000
AIC 736,458 1140,735
Hosmer-Lemeshow χ2 991,68 0,2396 986,42 0,2068
Prueba de Clasificación 69,67% 70,45%
Test de Wald χ2 3,89 0,048
41
que resultaron con signos contrarios y no significativos, según la literatura abordada se
hubiera esperado que fueran importantes. En cuanto a la significancia estadística
individual, en ambos resultaron: la Educación, la Edad, Edad2, la ocupación y la
religión. Se realizaron distintas pruebas de independencia conjunta para estas variables
significativas, sobre todo se puede resaltar que se rechaza la hipótesis de que la Edad y
la Edad2 no tienen una significancia independiente y conjunta (Chi2 (5)= 126,16).
Ocurre lo mismo, cuando se hace el test con todas las demás variables significativas. La
inclusión de la característica del clientelismo, si le han ofrecido un beneficio a cambio
de su voto (client1) en el modelo social, influye positivamente en la capacidad
explicativa del modelo, resultando significativa.
Se hubiera podido esperar que las regiones geográficas tuvieran un impacto importante
sobre la decisión de un votante, sin embargo, se puede observar que ninguna de las
regiones resultaron significativas. Los dos modelos tienen significancia global, es decir,
que no se rechaza la hipótesis nula de los coeficientes en conjunto sean iguales a cero
(no significativos), y al realizar el test de Wald, se obtuvo que: en primer lugar, para la
prueba con las variables género, estrato, Ingreso, casado, y variables de Regiones, en
conjunto esas variables pueden estar no explicando el modelo36
; segundo, la prueba de
significancia individual para las variables género, estrato, Ingreso, y casado no tienen
capacidad explicativa, pero, al realizar el test de significancia conjunta (test de Wald) no
se puede rechazar la hipótesis de que en conjunto esas variables pueden explicar la
decisión de un votante para las elecciones del 2010. Es decir, que las pruebas estarían
indicando que de las variables explicativas que resultaron no significativas solamente las
variables correspondientes a las regiones geográficas no podrían explicar en conjunto el
comportamiento de un votante colombiano en las elecciones presidenciales del 2010.
Aunque los modelos tienen muy bajos los Pseudo R2, según la prueba de Hosner-
Lemeshow, no se puede rechazar, para ninguno, la hipótesis de que cada modelo se
ajusta a la realidad colombiana. Por último, para la validación de los modelos, se
muestra que la capacidad de los mismos para predecir correctamente los valores de la
36
Contrario a los resultados obtenidos para los modelos con el test de Wald aplicado a las variables significativas, para los cuales se rechaza Ho=B1=B2=…=Bk=0.
42
probabilidad de votar es 69,67%, y 70,45%, para los modelos I, II respectivamente37
,
demostrando que la bondad del ajuste es medianamente media-alta para los modelos.
5.2.Modelo Psicosocial de Participación electoral
Las regresiones del modelo psicosocial o psicopolítico, que incluye las distintas
variables de identificación partidaria y de ideología según el planteamiento teórico, se
pueden observar en la tabla 6. Se tiene que el modelo I, tiene las variables pertenencia a
partido político (ppol), el interés en política (intpol1) y la confianza en las elecciones
(celecc1); el modelo II tiene las mismas variables que el modelo anterior, adicionando la
variable representativa del clientelismo. Después de realizar la regresión probit, sólo
resulta significativa la variable que recoge la confianza de los electores en el proceso
electoral, para ambos modelos.
Tabla 6.
Regresiones Probit del Modelo Psicosocial de participación electoral.
Psicosocial I Psicosocial II
Variables Coef. P-Valor Coef. P-Valor
Constante 0.04 0.670 0.066 0.69
Ppol 0.059 0.487 0.07 0.415
Intpol1 0.010 0.788 0.02 0.603
Celecc1 0.365* 0.000 0.349* 0.000
client1 0.141*** 0.082
Obs. 1447 1432
Pseudo R2 0.0125 0.013
LR χ2 23.67 0.000 25.66 0.000
AIC 1879.9 1859.695
Hosmer-Lemeshow χ2 54.45 0.000 108.45 0.000
Prueba de Clasificación 62.34% 62.29%
Test de Wald χ2 0.8638
0.65 1.46 0.481 Fuente: Elaboración Propia. Cada columna Psicosocial I, Psicosocial II, representa una regresión distinta.
La variable dependiente es vot= 1 si la persona ha votado y 0 si no. *Indica una variable significativa al
1%, **significativa al 5% y ***significativa al 10%.
37
Estos resultados fueron obtenidos mediante la prueba de clasificación, asignando el valor de umbral como 0.6, ya que la probabilidad de que vot sea 1 es superior al 63%. Los porcentajes obtenidos en esta prueban representan la probabilidad de los aciertos estimados en el modelo. 38
Test de Wald para las variables intpol1 y ppol en conjunto. Igualmente, el test aplicado a intpol con las demás variables da resultados parecidos.
43
Para los dos modelos se cumplen todos los signos esperados para las variables. Sin
embargo, es importante resaltar que al incluir la variable client1 en el modelo II, esta
aparece siendo significativa individualmente, además, al realizar la prueba de la
significancia conjunta para las variables Celecc1 y Client1, se obtuvo que se rechaza que
ambas variables juntas no estén explicando el modelo. Para los dos modelos, se cumple
la hipótesis de significancia global, sin embargo, con la prueba de Hosmer-Lemeshow se
rechaza la hipótesis nula de que los modelos se ajustan a la realidad. Se tiene entonces
que todo el peso explicativo en estos modelos recae específicamente sobre la variable de
la confianza en las elecciones (celecc1), esto se evidencia en las distintas pruebas de
significancia individual y conjunta, realizadas para todas las variables. De todos modos,
aunque la presencia de la variable del clientelismo para el modelo II sea significativa, su
presencia no mejora la bondad del ajuste del modelo ni mejora el porcentaje de correcta
clasificación. Claramente, se puede observar que la especificación psicosocial para la
explicación del voto en las elecciones presidenciales, es errónea provocando un sesgo
evidente a causa de la omisión de variables. Teóricamente, podríamos afirmar que la
visión de psicología política no podría explicar por sí sola el comportamiento.
5.3.Modelo Racional de la Participación electoral
En la tabla 7 se encuentran resumidas las regresiones Probit con el vector de variables
explicativas de tipo racional. Se plantea el modelo I, en el que la probabilidad que una
persona vote o no lo haga dependerá de la percepción que ésta tenga de la economía
general del país, de la percepción de la capacidad de gobierno actual de la presidencia y
de otras instituciones públicas como el congreso; con una variación adicional en el
modelo II, la inclusión de la variable client1, correspondiente al recibimiento de una
ayuda o beneficio por votar; A simple vista, la combinación de estas variables no explica
adecuadamente el comportamiento del votante colombiano para las elecciones del 2010,
es decir, ocurre una situación similar al apartado anterior cuando se evidenció sesgo a
causa de la omisión de Variables.
En resumen, de la regresión podemos observar lo siguiente: en primer lugar, todos los
modelos poseen un capacidad explicativa cercana a 0 (pseudo R2 demasiado bajos);
segundo, en promedio la bondad de ajuste de los modelos es media; en tercer lugar, los
44
modelos I y II sólo tienen una variable significativa, pregoberna; muy similar a lo
ocurrido en los modelos de tipo psicopolítico, además el modelo II no puede captar el
efecto del clientelismo, ya que la variable resulta no significativa y con el signo
contrario; por último, para la significancia global se eligió el nivel de significancia
máximo (10%). Entonces, ninguno de las dos percepciones psicosocial y racional
pueden explicar por sí solas el comportamiento electoral. Es por esto, que la sección
siguiente se busca realizar un modelo mixto o comprehensivo, que reúna las tres
visiones.
Tabla 7.
Regresiones Probit del Modelo Racional de participación electoral.
Racional I Racional II
Variables Coef. P-Valor Coef. P-Valor
Constante 0.142 0.475 0.211 0.301
Pecon -0.065 0.139 -0.064 0.152
Pregoberna 0.098** 0.048 0.102** 0.042
Congoberna 0.019 0.699 0.002 0.954
client1 -0.123 0.114
client2
Obs. 1326 1316
Pseudo R2 0.0036 0.0048
LR χ2 6.30 0.0980 8.22 0.0839
AIC 1731.839 1718.37
Hosmer-Lemeshow χ2 94.51 0.1279 173.65 0.0103
Prueba de Clasificación 63.8% 61.55%
Test de Wald χ2 2.25 0.3240 7.44 0.0590
Fuente: Elaboración Propia. Cada columna Racional I, Racional II, representa una regresión distinta. La
variable dependiente es Vot= 1 si la persona ha votado y 0 si no. *Indica una variable significativa al 1%,
**significativa al 5% y ***significativa al 10%.
5.4. Modelo en Conjunto o Comprehensivo de Participación electoral
Hasta este punto y como se ha mencionado anteriormente, se ha podido demostrar que el
comportamiento de un votante colombiano para las elecciones presidenciales del 2010
no se puede explicar únicamente por las variables sociodemográficas tal y como lo
afirma la teoría sociológica, ni por las variables del comportamiento político e
45
ideológico como es enunciado por la teoría Psicosocial, y mucho menos por las
aproximaciones elegidas de la teoría racional. En consecuencia, en la presente sección se
analizaran las regresiones Probit correspondientes al planteamiento de modelos de tipo
comprehensivo, tal como lo afirma Saéz (1998), que para la explicación del
comportamiento electoral es necesario el acercamiento desde los distintos enfoques de
una manera compacta y no como enfoques parciales y segmentados.
Según los resultados obtenidos en las secciones 5.1, 5.2 y 5.3, se plantean 2 tipos de
modelos, uno que recogerá todas las variables por vectores de manera conjunta y otro
que sólo recogerá aquellas determinadas como las más significativas de manera
individual y conjunta, a través de las diferentes pruebas y tests realizados a lo largo de la
investigación. Luego, como se ha estado desarrollando a lo largo de todo este análisis,
se añadirá a cada modelo la variable clientelar para analizar su influencia sobre la
participación del votante. En total son dos modelos a estimar por cada tipo, es decir, 4 en
total. Aquellos modelos que tienen todo el vector de variables disponibles, será
denominado como el modelo Comprehensivo General, a este mismo se le incluye la
variable client1; aquellos que poseen las variables significativas de las tres visiones, se
les denominará modelo Comprehensivo Específico.
Tabla 8.
Regresiones Probit del Modelo Comprehensivo de participación electoral.
Comprehensivo General Comprehensivo Específico
I II I II
Variables Coef
(p-valor)
Coef
(p-valor)
Coef
(p-valor)
Coef
(p-valor)
Constante -3.73*
(0.000)
-3.78*
(0.000)
-3.64*
(0.000)
-3.7*
(0.000)
Genero -0.151
(0.136)
-0.164
(0.109)
Educa 0.049*
(0.001)
0.048*
(0.002)
0.049*
(0.000)
0.048*
(0.000)
Estrat -0.054
(0.257)
-0.047
(0.32)
Ingreso -0.058
(0.430)
-0.056
(0.444)
Edad 0.11*
(0.000)
0.11*
(0.001)
0.11*
(0.000)
0.11*
(0.000)
Edad2 -0.001*
(0.000)
-0.001*
(0.000)
-0.0009*
(0.000)
-0.0009*
(0.000)
46
Ppol 0.15
(0.216)
0.13
(0.282)
0.15
(0.145)
0.13
(0.227)
Intpol 0.16*
(0.002)
0.15*
(0.004)
0.013*
(0.005)
0.12*
(0.009)
Celecc1 0.37*
(0.001)
0.37*
(0.001)
0.34*
(0.000)
0.35*
(0.000)
Pecon -0.02
(0.727)
-0.016
(0.787)
-0.066
(0.201)
-0.05
(0.292)
Pregoberna 0.084
(0.232)
0.089
(0.207)
0.084
(0.173)
0.089
(0.153)
Congoberna -0.043
(0.548)
-0.049
(0.501)
Client1 0.17
(0.121)
0.19**
(0.05)
Obs. 881 877 1203 1194
Pseudo R2 0.1554 0.1562 0.1477 0.15
LR χ2 175.66
(0.000)
175.57
(0.000)
223.93
(0.000)
225.07
(0.000)
AIC 996.45 992.56 1315.08 1303.74
Hosmer-Lemeshow χ2 4.9
(0.768)
5.88
(0.660)
9.59
(0.295)
13.69
(0.09)
Prueba de Clasificación 71.17% 71.27% 72.24% 72.86%
Fuente: Elaboración Propia. Cada columna corresponde a una regresión distinta, donde las dos primeras
hacen referencia a las distintas combinaciones planteadas del modelo comprehensivo general, y la
siguientes dos columnas refieren a las combinaciones de los modelos comprehensivo especificados con las
variables significativas. La variable dependiente es Vot=1 si la persona ha votado y 0 si no. Debajo de los
coeficientes entre () se encuentra el p-valor. *Indica una variable significativa al 1%, **significativa al 5%
y ***significativa al 10%.
Tabla 8. Continuación
Comprehensivo General Comprehensivo Específico
I II I II
Casado -0.065
(0.529)
-0.06
(0.56)
Ocupado 0.23**
(0.032)
0.22**
(0.036)
0.08
(0.348)
0.072
(0.407)
Relig 0.34**
(0.027)
0.36**
(0.019)
0.35*
(0.01)
0.37*
(0.006)
Regiones (Base Atlántica)
Bogotá 0.19
(0.207)
0.18
(0.235)
Central 0.18
(0.236)
0.18
(0.233)
Oriental 0.17
(0.256)
0.18
(0.243)
Pacífica 0.17
(0.269)
0.16
(0.279)
Otros Territorios -0.52
(0.142)
-0.43
(0.235)
47
La regresión Probit de los modelos comprehensivos generales, muestra a priori, que
estas especificaciones explican de mejor manera el comportamiento electoral en
Colombia. Los modelos I y II son muy similares. La primera semejanza son los signos
de las variables, cumpliéndose los signos esperados para la mayoría de variables a
excepción del estrato, ingreso, y el estado civil. La segunda semejanza, son las
significancias estadísticas de los coeficientes de las variables educación, edad, edad al
cuadrado, la religión, la ocupación, interés en política, y la confianza en las elecciones.
Ambos modelos presentan prácticamente el mismo nivel de bondad de ajuste,
observándose un pseudo R2 similar, siendo de 0.1554 y 0.11562 para el modelo I y II
respectivamente, y un porcentaje de clasificación correcta de 71.17% y 71.27%
respectivamente. También presentan significancia global y no se rechaza la hipótesis de
que los modelos se ajustan a la realidad. Algo importante para resaltar es que el efecto
del clientelismo en el modelo II (comprehensivo general) no se pudo captar, y por ende
la variable resultó no significativa. Mediante la prueba de Wald se comprobó que en
conjunto las variables no significativas pueden no estar explicando el modelo.
Al hablar de un modelo comprehensivo específico, simplemente se intenta referir a la
mejor combinación de las variables de los vectores sociológico, racional y psicopolítico
que pudiera explicar de la mejor manera la participación electoral en Colombia para las
elecciones generales del 2010. Las variables se escogieron según su significancia
estadística individual y global, según los modelos planteados a lo largo de esta sección,
y basado, principalmente, en el análisis descriptivo realizado en la sección 4.2 de este
trabajo. Resultando en la elección de las siguientes variables para su estudio: Educación,
edad, edad al cuadrado, religión, ocupación, pertenencia a partido político, interés en
política, confianza en las elecciones, percepción de la situación económica actual, y la
opinión subjetiva de la capacidad de gobierno presidencial. Más de la mitad de las
variables explicativas resultaron significativas, y todos los coeficientes de las variables
resultaron con el signo esperado. El modelo tiene significancia global, adicionalmente,
no se rechaza la hipótesis nula de que el modelo se ajuste a la realidad.
Según los resultados de las regresiones Probit para la combinación de los modelos
comprehensivos específicos, el comportamiento del modelo ante la inclusión de la
48
variable correspondiente al clientelismo (client1-Algun candidato le ha ofrecido y
recibido algún bien o favor a cambio del voto o apoyo a favor del candidato o partido),
indica un aporte positivo a la explicación del comportamiento electoral en el modelo, sin
embargo, la influencia no es tan grande cómo se hubiera podido esperar desde el
principio. Aunque empíricamente el efecto sólo se haya quedado en un signo, es
importante seguir investigando este fenómeno, ya que por lo que se ha observado por
medio de los datos y a través de este estudio, existen comportamientos a favor de
maquinarias políticas, por medio de la compra de votos, además, se pudo comprender
cómo el fenómeno del clientelismo no se encuentra generalizado y no es tan directo sino,
más bien, sutil y efectivo para influir en la decisión de un votante potencial.
En consecuencia, en el modelo II de tipo comprehensivo específico, la presencia de
client1 aumenta la bondad del ajuste del modelo, sin afectar la significancia estadística
de las demás variables (antes esta se suma ellas), ni perturbar en gran manera los efectos
marginales (es decir, no se diferencian mucho del modelo inicial I).
Se tiene entonces que según el modelo II, la probabilidad de que un individuo vote: Será
afectada positivamente por la educación, es decir, a mayores niveles de educación mayor
será la probabilidad de que el individuo vote; el hecho de pertenecer a una religión
influirá positivamente sobre la su decisión de votar o no; entre mayor confianza en
proceso electoral mayor será su probabilidad de votar; cuando el individuo está
empleado o es ocupado, tendrá mayo probabilidad de que su decisión sea votar; será
afectada, de manera negativa cuando la percepción subjetiva de la situación económica
sea mejor para el individuo; se afectará, de manera positiva a medida que la percepción
subjetiva de la capacidad del gobierno presidencial sea mejor para el individuo; cuando
un individuo pertenezca a un partido político tendrá mayores probabilidades de tomar la
decisión de votar; y aumentará la probabilidad de votar cuando el individuo haya
vendido o transado su voto a favor de un candidato o partido político.
En contraparte, al añadir al modelo comprehensivo específico la otra variable proxy del
clientelismo, afecta la significancia de la variable interés en política y religión; el pseudo
49
R2 es menor que el del modelo II, sin embargo, el modelo predice de mejor manera los
valores de Prob[vot|x], haciendo que el modelo tenga una mejor especificación.
De manera general, es importante resaltar que aunque para la mayoría de los modelos
planteados no se rechaza la hipótesis de que se ajustan a la realidad colombiana, todos
ellos se quedan cortos en términos explicativos y predictivos en la decisión electoral en
Colombia. Se demuestra empíricamente que el comportamiento de los votantes
colombianos no se puede explicar en su totalidad por las variables determinadas por las
distintas teorías (sociológica, racional y psicopolítica). Entonces, podemos reafirmar
para el caso colombiano lo que Matsusaka y Palda (1999) encontraron en su
investigación, y es que, a pesar de la inclusión de distintas variables, existe una
inhabilidad intrínseca en los modelos empíricos que intentan explicar la decisión de
votar o no de un individuo, que puede residir en la falta de una o más variables
explicativas importantes. Dado que la mayoría de variables en este caso son proxys,
probablemente no recogen el efecto directo sobre el comportamiento. O por otro lado,
sería asumir que el voto es un comportamiento aleatorio e imposible de predeterminar.
Conjuntamente, el clientelismo puede afectar el comportamiento de los votantes, y se
puede señalar que la influencia en es positiva, es decir, que aquella personas que le han
ofrecido un bien o servicio a cambio de su voto, han decido votar. Sin embargo, el peso
sobre la participación electoral es prácticamente nulo. El efecto positivo del clientelismo
parece estar condicionado a las variables sociales, ya que, es la presencia de esas
variables que permiten que el clientelismo sea significativo sobre el comportamiento de
los votantes.
Por el contrario, cuando las características psicopolíticas son significativas el efecto del
clientelismo tiende a ser negativo, esto puede ser debido a que entre más fuerte sea la
ideología política de un individuo o, en general, su interés en la política, se encontrará
menos tentado a vender su voto. Algo similar ocurre cuando el individuo le da
importancia a la percepción que tiene a su alrededor, es decir, si el votante se encuentra
de acuerdo con el gobierno actual y percibe que todo está “bien” en materia económica y
política en el país, un encuentro con el clientelismo afectará negativamente la decisión
50
de un votante, donde este preferirá no aceptar los regalos y probablemente votar en
contra o no votar.
6. CONCLUSIONES
En la modelación, para determinar las variables que influyen en el comportamiento
electoral en Colombia, se fundamentó sobre las siguientes tres teorías: La teoría de la
elección racional, la teoría psicosocial o ideológica, y la teoría sociológica. Para el
vector de variables de tipo racional se concluyó que no tiene efecto parcial sobre la
decisión de votar o no hacerlo; contrario a lo que ocurre para el vector de variables
sociológicas, donde principalmente la edad, la educación, la ocupación y la religión, son
muy importantes en esta determinación de la decisión individual; también las variables
ideológicas conforman un gran peso explicativo, como el interés que sienten los
colombianos en la política, y la percepción subjetiva de confianza en las elecciones. Sin
embargo, como era de esperarse, ninguno de los modelos individuales de las visiones
pudo predecir exactamente el comportamiento electoral.
Los altos niveles de abstencionismo en las urnas de votación, pueden ser explicados por
distintas razones: el individuo puede pensar que su voto no tenga valor o no importe; o
puede tratarse de violencia, como en los lugares donde existen grupos armados ilegales o
hay presencia del narcotráfico; incluso, las razones no necesariamente deben ser tan
complicadas como la anterior, si no como el humor de las personas en el día de las
elecciones o el clima. En definitiva se reconoce entonces, la inhabilidad intrínseca en los
modelos empíricos que intentan explicar la decisión un votante, dado que es
prácticamente imposible establecer todos los factores posibles que puedan determinar la
participación de los votantes.
Esto se comprobó al reunir las tres visiones principales del comportamiento electoral en
un modelo comprehensivo, para analizar su capacidad explicativa y el efecto del
clientelismo sobre la decisión. Al final, la inclusión de la mayoría de variables claves en
la literatura no ayudó a explicar claramente la participación electoral de las elecciones
presidenciales del año 2010 y la decisión no dependió de variables como dónde vive el
51
elector, o de qué género es, o de su ingreso, como se esperaba. Los modelos empíricos
usados en la literatura, finalmente, son pobres a nivel explicativo y se puede observar la
inutilidad de los mismos y del método en el que se basan la mayoría de los estudios
sobre el comportamiento de un votante. Por esto, se aconseja continuar con otro tipo de
análisis que disten de las aproximaciones econométricas.
Es imposible hablar de la democracia en Colombia sin reconocer los problemas que la
agobian, uno de ellos es el fenómeno del clientelismo político. Por los efectos del mismo
sobre la democracia y sobre la libertad de un individuo al ejercer su derecho de sufragar,
no se debe hablar de éste como un simple fenómeno que se encuentra presente en los
sistemas políticos de los países menos desarrollados. Donde la pobreza, la desigualdad,
la corrupción, el apoyo de las distintas instituciones políticas a las élites, la desafección e
insatisfacción de los colombianos ante las instituciones políticas y los políticos que los
representan, y entre muchos otros factores, fortalecen y facilitan las prácticas de tipo
clientelar. Aunque esto, no es un tema que apenas afecta al siglo XXI, es importante la
identificación de este fenómeno como el problema económico, político y social que es.
Vargas (2010, pág. 158) afirma que “hay en Colombia una clara ruptura entre los
intereses de los partidos políticos, enredados casi siempre en politiquería pequeña, y los
problemas de los distintos sectores sociales, que requieren decisiones de política pública
serias y consistentes”. Y como pudimos observar a lo largo de esta investigación,
Colombia puede cumplir con muchos de los requisitos para que se instaure una
democracia de tipo clientelar. El clientelismo, como relación social de dominación,
además de ser históricamente la columna vertebral del régimen político bipartidista
colombiano, se ha traducido en un sistema político administrativo que se opone al
progreso económico y social, por cuanto su soporte es el subdesarrollo. (Díaz, 1986,
pág. 13)
Sobre el efecto del clientelismo sobre la participación se pudo concluir, que los datos no
alcanzan a recoger el efecto explicativo, pero por el estudio realizado a través de este
trabajo se puede resaltar que si se logran obtener mayores datos sobre este tema el
resultado puede ser positivo, ya que, para este trabajo, aunque la significancia estadística
de la variable que recogía el clientelismo fue algunas positiva, pero, el efecto de éste
52
estuvo condicionado a otras variables, principalmente, las sociodemográficas, debido a
que es la presencia de estas variables que permiten que el clientelismo sea significativo
sobre el comportamiento de los votantes.
No se puede afirmar que en Colombia la democracia sea un tipo de democracia
clientelar, no obstante, con la determinación empírica del efecto (en promedio positivo)
del clientelismo sobre la participación electoral, es indispensable trabajar y desarrollar
medidas para combatir a las maquinarias políticas, por ejemplo, medidas que eleven la
participación y la cultura cívica, establecer elecciones primarias en los partidos, crear
sistemas de empleo público basados en el mérito, realizar programas de bienestar que
eliminen el uso partidista de los puestos y de los servicios sociales, luchar contra la
corrupción gubernamental, de contratistas y de concesionarios y, desde luego,
desaparecer las condiciones de desigualdad y pobreza que permiten la compra venta de
votos.
53
7. REFERENCIAS
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Referencia de Documentos
ART. 40. Constitución Política de Colombia 1991. (Nota al pie 1)
ART. 258. Constitución Política de Colombia 1991. (Nota al pie 1)
Título XIV del Código Penal Colombiano. (Nota al pie 2)
62
8. ANEXOS
8.1.Algunas definiciones
Cliente: Es aquel individuo que acoge la posición sujeta a la dominación de los
intermediarios o patrones, aunque dependiendo de la relación establecida, éstos poseen
la posibilidad de tomar decisiones diferentes a las determinadas por los otros actores.
Responden a un patrón, de manera directa o por medio de terceras personas
(intermediarios). Los clientes muchas veces son visualizados como víctimas, en el
sentido de que son usados por políticos sin escrúpulos que, en busca de beneficio
político y/o electoral, se aprovechan de la necesidad de los sectores más débiles de la
sociedad. Sin embargo, se puede considerar que también los clientes, motivados por sus
necesidades, pueden fomentar el clientelismo, al determinar que mediante éste es la
forma más eficiente de obtener esos recursos o servicios faltantes (Torres, 2007)
Intermediador: son figuras cardinales en la producción y reproducción de una manera
especial de distribuir favores, bienes y servicios, cumplen dos funciones: intermedian el
flujo de los recursos provenientes del patrón y el flujo de apoyo y votos que provienen
de los clientes; y son concentradores de la información, es decir, que éstos manejan la
información necesaria para el funcionamiento de la red clientelar (Torres, 2007).
Maquinaria Política: Se refiere a quienes controlan mediante la distribución de
beneficios la organización de masas de un partido dentro de una comunidad. Es una
modalidad de organización como un Sistema Clientelar que concentra núcleos dispersos
de poder a través de un jefe, cacique o líder político que mediante regalos, corrupción,
miedo, intimidación y violencia, sirve a sus propios intereses particulares y a los
intereses de sus miembros, pero no al interés general ni del partido. Las maquinarias
políticas tienen un alto costo para la economía por la corrupción en que se fundan y para
la democracia por el fraude electoral que promueven. (Definición disponible en:
ht tp: / /diccionario. inep.org/M/MAQUINARIA -POLITICA.html)
Parapolítica: La relación de políticos de distintos niveles con grupos de paramilitares y
de narcotráfico para acceder a ciertos cargos públicos (Vargas, 2010).
63
Patrón: es uno de los actores que establecen la relación clientelar. Representa la
posición Dominante. Es aquel que posee o al menos tiene la capacidad de conseguir los
recursos para el intercambio, y establece a partir de estos recursos, vínculos clientelares
con otros individuos, en forma personal y directa, o mediatizados por terceros. En
general, el Patrón, es percibido como un protector, o alguien se preocupa por el bienestar
de su gente. Si bien la posesión de los recursos lo señala como el dominador de la
relación, no necesariamente es así en todas las ocasiones (Torres, 2007).
Relación clientelar: Es el tipo de relación particular en la que participa un individuo
con mayor estatus socio-económico, el patrón, quien usa su influencia y recursos (o los
recursos a los que tiene acceso) para dar protección, favores, servicios o beneficios a
otros individuos (clientes) que los reciben a cambio de fidelidad, asistencia, servicios
personales, prestigio social o apoyo político y electoral al patrón. Frecuentemente entre
patrones y clientes aparece una tercera figura, los intermediarios, que asume una
importancia central (Torre, 2007).
8.2.Gráficas y Tablas
Figura 8.2.1. Distribución del Potencial electoral Colombiano Según ciudades (2010). Fuente:
Balance Electoral 2010, Capítulo I “La Participación en las Elecciones de 2010”– Mapoteca OPE.
Disponible en Web: http://www.procesoselectorales.org/?page_id=99
64
Figura 8.2.2. Distribución muestra Según edades. Edades de los Encuestados. Fuente: Elaboración
Propia. Datos de la Encuesta del Barómetro de las Américas – LAPOP 2012.
Figura 8.2.3. Distribución del voto Según Años de Educación. Fuente: Elaboración Propia. Datos de la
Encuesta del Barómetro de las Américas – LAPOP 2012.
0
.01
.02
.03
.04
Den
sity
20 40 60 80Edad
Distribución según Edades
65
Si votó No votó
Es Empleado 66,2% 33,8%
Es Desempleado 59,7% 40,3%
Figura 8.2.4. Distribución del voto si es Empleado o Desempleado. Fuente: Elaboración Propia. Datos de
la Encuesta del Barómetro de las Américas – LAPOP 2012.
Figura 8.2.5. Mapa Sintético de la Abstención. Fuente: Balance Electoral 2010, Capítulo I “La
Participación en las Elecciones de 2010”– Mapoteca OPE. Disponible en Web:
http://www.procesoselectorales.org/?page_id=99
66
Figura 8.2.6. Nivel de Respeto por las Instituciones Políticas en Colombia. Porcentaje de encuestados
que calificaron en escala de 1 a 7 su nivel de respeto. Fuente: Elaboración Propia. Datos de la Encuesta
del Barómetro de las Américas – LAPOP 2012.
Figura 8.2.7. Participación según Partidos políticos. Fuente: Elaboración Propia con datos muestra
LAPOP 2012.
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
25,00%
30,00%
1 Nada 2 3 4 5 6 7 Mucho
Nivel de Respeto por las Instituciones Políticas
Liberal 7%
Conservador 4%
U 8%
Otros 8%
Ninguno 73%
Participación Según Partidos Políticos
67
Figura 8.2.8. Proporción de Población encuestada que le han ofrecido algún beneficio o favor a
cambio de voto o apoyo político a un candidato o partido. Fuente: Elaboración Propia. Datos de la
Encuesta del Barómetro de las Américas – LAPOP 2012.
Figura 8.2.9 Proporción de Población encuestada que ha sido amenazada para votar a favor a de un
candidato o partido, según ciudades más afectadas. Fuente: Elaboración Propia. Datos de la Encuesta del
Barómetro de las Américas – LAPOP 2012.
0,0% 20,0% 40,0% 60,0% 80,0% 100,0% 120,0%
medellín
marinilla
barranquilla
Bogotá D.C
florencia
montería
viotá
puerto lleras
cúcuta
Cali
Buenaventura
Proporción de Población encuestada que le ofrecieron algún beneficio a cambio del voto
0,00% 10,00% 20,00% 30,00% 40,00% 50,00%
medellín
marinilla
Viotá
Tumaco
Cali
Proporcion población Amenazada para Votar
68
Figura 8.2.10. Proporción de Población encuestada que ha sido amenazada para no votar, según
ciudades más afectadas. Fuente: Elaboración Propia. Datos de la Encuesta del Barómetro de las Américas
– LAPOP 2012.
8.3.Modelo del comportamiento de un votante, Riker y Odershook (1968)
Las variables usadas en el análisis del cálculo del voto
N: Número de votantes potenciales para una elección en particular.
n: Número de miembros de N
V: Número de votantes actuales en una elección particular
v: número de miembros de V
R: La recompensa, en utilidades, que un individuo recibe del acto de vtoar.
B: El beneficio diferencial, en utilidades, que un votante recibe del éxito de su candidato
preferido sobre el menos preferido.
p: la probabilidad de que el voto del ciudadano afecte el resultado de la elección. 0≤p≤1.
C: El costo del individuo en el acto de votar.
0,00% 5,00% 10,00% 15,00% 20,00% 25,00%
medellín
Chinchiná
Florencia
Popayan
Cartagena
Magangué
Viotá
Cumbal
Barrancabermeja
Buenaventura
Ginebra
Puerto Asís
Proporcion población Amenazada para No Votar
69
Este modelo se deriva del modelo planteado por Downs (1957), agregando el término
“D”. Bajo la hipótesis de Utilidad esperada el voto estaría determinado por
Este último término recoge los beneficios o satisfacción, citando a Riker y Odersook
(1968):
“1. La satisfacción de la conformidad con el voto ético, donde si el
ciudadano está socializado en la tradición democrática es positivo cuando
él vota y negativo (por la culpa) cuando no lo hace.
2. La satisfacción desde la afirmación de su lealtad al sistema político:
para muchas personas, este es probablemente la principal razón para
votar. (…)
3. La satisfacción por la afirmación a un partido de preferencia: Votar
entrega al ciudadano la oportunidad de levantarse y ser contado para el
candidato que él apoya. (…)
4. La satisfacción de decidir, ir a las elecciones, etc.: Estos puntos son
usualmente tomados como costos, pero para aquellos que disfrutan el acto
de informarse individualmente para la decisión, quienes reciben
satisfacción social aparte de ir a la cabina de votación, etc., estos
supuestos costos son en realidad beneficios.
5. La satisfacción de afirmar la propia eficacia en el sistema político: La
teoría de la democracia afirma que los individuos y el voto son
significativos y para muchas personas la única posibilidad de cumplir esta
función está en la cabina de votación.” 39
Suposición 1: Como R es el resultado de otras 3 variables, es imposible examinar de
manera directa. Dado que en la realidad algunas personas votan y otras, aun siendo
39
Riker y Odershook, Op. Cit., pág. 28. Traducción propia.
70
votantes potenciales, no lo hacen, en consecuencia si R debe ser descriptiva, se debe
cumplir en el caso en el que para un votante individual i,
Es decir, que para cada individuo, el cálculo de R será positivo para los votantes y cero o
negativo para los no votantes. R debe ser una constante.
Suposición 2: B siempre es positivo y C al representar los costos restan en la ecuación.
Se asumen los costos constantes para cada individuo y no correlacionado a ninguna otra
variable.
Suposición 3: El beneficio directo que recibe un individuo está determinado por
, que es la diferencia en utilidades que un votante recibe del éxito de su
candidato preferido sobre el menos preferido. Se supone entonces que entre mayor es el
beneficio diferencial de la elección, entonces más se espera que al votante le “importe”
el resultado de la elección.
El análisis del modelo muestra que los votantes pueden razonablemente:
1. Asumir que la función de densidad de probabilidad es continua y p=0, que en
este caso, el único componente de la decisión de votación serían D y C.
2. Asumir que la función es continuas y evaluar que p con una aproximación δ o
asumir que es discreta, definida en un dominio de porcentajes y evaluar:
[ ⁄ ]
Teniendo como hipótesis nula Ho= En Estados Unidos, en elecciones recientes, algunos
votantes emplearon el cálculo de p y B para decidir si votar o no. Plantean lo siguiente:
Considerando un ciudadano individual del que asume D y C constantes a través de las
elecciones. Asumiendo p y B variables, y siendo “pr [ai]” la “probabilidad de que un
71
ciudadano en un subgrupo ai vote” con i=1, 2, 3, 4. El subgrupo a1 corresponde a la
combinación de un alto p y un alto B; a2 a alto p y un bajo B; a3 a bajo p y un alto B; a3
a bajo p y un bajo B. Se tienen los siguientes casos:
a. D>C. Dado que pB≥0, R es positiva y el individuo siempre vota. Se esperaría en
cada subgrupo que la pr [ai]>0.
b. D≤C. Para las elecciones en las que pB>C – D, R es positiva y el individuo vota.
Para este caso se espera que haya una mayor probabilidad de ocurrencia en el
subgrupo a1 que en los demás subgrupos (a2, a3 y a4), pero una menor
probabilidad de ocurrencia de este caso en el subgrupo a4 que en los subgrupos
a2 y a3.
c. D≤C. Para las elecciones en las que pB≤C – D, entonces R≤0 y el individuo no
vota. Por lo tanto en cada subgrupo se espera que pr [ai]<1.
La predicción del modelo: es que para los individuos con altos (pB) tienden a estar más
dispuestos a votar que aquellos con un (pB) bajo.
Basándose en las respuestas de la encuestas de 1952, 1956 y 1960, los autores mostraron
que p, B, C, D, a niveles individuales (marginales) influyen en la probabilidad de que un
votante potencial haya votado. Las variables proxys usadas fueron:
ai: Los encuestados declararon, después de las elecciones, si votaron o no en las
elecciones particulares. pr [ai]= v/n, que es el porcentaje de votantes en un subgrupo y se
interpreta como la probabilidad de que un individuo en un subgrupo sea votante.
p: los encuestados respondieron que tan cerradas estarían las elecciones. Variable
Dicotómica (alto p, y Bajo p).
B: Las respuestas de los encuestados a cuánto le “interesa” el resultado de la elección.
Variable dicotómica: alto grado de interés (alto B), bajo grado de interés (bajo B).
D: Variable tricotómica concerniente al grado de sentido del deber cívico: alto sentido
del deber cívico (alto D), medio sentido (Medio D), bajo sentido (bajo D).
C: Se asume como constante.
72
8.4.Definición de variables
Tabla 8.4.1.
Lista de las variables utilizadas y sus respectivas modificaciones.
Variable
Inicial en
encuesta
Nombre Final, (Variable
Modificada)
Pregunta Encuesta/
Detalle Modificación
Vb2 Votar (Vot) ¿Votó usted en la primera vuelta de las últimas
elecciones presidenciales de 2010?
Convertida a Dummy. 1= si ha votado en las
últimas elecciones de 2010.
q1 Género (genero) Género: Hombre o Mujer.
Convertida a Dummy 1=Hombre
ed Educación (educa) ¿Cuál fue el último año de educación que usted
completó o aprobó?
Sin modificación. Número de Años de Educación
completados (0-17 años).
colestsoc Estrato (estrat) Estrato Socioeconómico
Sin modificación. Variable Categórica, Estrato
socioeconómico (1-6)
Estratopri Regiones (i.estratopri)
(atlan, bog, Cent, Orient,
Pacif, Oterr)
Regiones de la muestra
Convertido a variables de Factores, variables en
Splint que representan a cada región de la
muestra: Atlántico, Bogotá D.C, Central,
Oriental, Pacífica y Otros territorios nacionales.
q10new Ingresos familiares (Ingf) ¿En cuál de los siguientes rangos se encuentran
los ingresos familiares mensuales de este hogar?
Disminución de las categorías de ingresos
iniciales de 18 categorías a 3. Variable
Categórica: 1=Menor o Igual a 1 Salario Mínimo,
2=Entre 1 y 2 Salarios Mínimos, 3=Mayor a 2
Salarios Mínimos
q2 Edad Edad
Sin modificación. Edad del individuo en años
q2 Edad2 Edad
Generación de variable, Edad2=Edad*Edad
q11 Estado Civil (Casado) ¿Cuál es su estado Civil?
Convertida a Dummy. 1=Casado (personas
pertenecientes a las categoría de Casado y en
unión libre) y 0=No casado (soltero, divorciado,
separado y viudo).
Ocup4a Ocupado (Ocup) ¿A qué se dedica usted principalmente?
Convertida a Dummy 1=Si es ocupado (está
empleado) 0=desempleado o inactivo.
q3c Religión (Relig) Convertida a Dummy 1=Pertenece a Religión o
grupo religioso
73
Tabla 8.4.1.
Variable
Inicial en
encuesta
Nombre Final, (Variable
Modificada)
Pregunta Encuesta/
Detalle Modificación
L1 Distancia ideológica
partidaria (ideo)
Según el sentido que tenga para usted los
términos de “izquierda” y “Derecha” cuando
piensa sobre su punto de vista político, ¿dónde se
encontraría usted en esta escala?
Variable numérica de Escala de ubicación según
ideología donde 1 es izquierda y 10 es derecha (1-
10)
Pol1 Interés por política (intpol1) ¿Qué tanto interés tiene usted en la política?
Categorías 1=Nada o poco interés 2=Algo
3=Mucho
b47a Confianza en el proceso
electoral (celecc1)
¿Hasta qué punto tiene usted confianza en las
elecciones de este país?
Convertida a Dummy 1=Confían en las
elecciones (si algo, si mucho) 0=no confían en las
elecciones (muy poco o nada)
Soct1 Percepción Económica
(pecon)
¿Cómo calificaría la situación económica del
país?
Categorías invertidas. Variable que recoge la
opinión del individuo de la Situación económica
del país, 1= Muy mala, 2=Mala, 3=Ni buena ni
mala, 4=Buena, y 5=Muy buena
M1 Capacidad de Gobierno
Presidencia (pregoberna)
Hablando del gobierno actual, diría que el
trabajo que está realizando es…?
Sin modificación. Variable Categórica de la
Percepción de la manera en que la Presidencia
está haciendo su trabajo. 1=Muy mal, 2=Mal, 3=
Ni bien ni mal, 4=Bien, 5=Muy bien
M2 Capacidad de Gobierno
Congreso-Congresistas
(congoberna)
Hablando del congreso y pensando en los
congresistas, ¿usted cree que están haciendo el
trabajo…?
Sin modificación. Variable Categórica de
Percepción de la manera en que el
Congreso/Congresistas están haciendo su trabajo.
1=Muy mal, 2=Mal, 3= Ni bien ni mal, 4=Bien,
5=Muy bien
Clien1 Presencia Clientelismo
(client1)
En los últimos cuatro años y pensando en las
campañas electorales, ¿algún candidato o
alguien de un partido político le ofreció algo,
como un favor, comida o alguna otra cosa o
beneficio a cambio de que usted votara o apoyara
a ese candidato o partido?
Convertida a Dummy. 1=Sí, 0=No Fuente: Elaboración Propia con datos muestra LAPOP 2012. Lista de Variables proxys de cada vector
teórico, elegidas como explicativas para el modelo de participación electoral en Colombia.