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LA POST-GUERRA Y EL NEOIMPERIALISMO · ciones FE, tercera edición, 1939. Sobre la historia social...

Date post: 23-Mar-2020
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LA POST-GUERRA Y EL NEOIMPERIALISMO (1) POR ANTONIO TORRES MENDOZA i 9 -Imperialismo y Neo-imperialismo. Son muy conocidos los hechos que han ocasionado la for- mación histórica del imperialismo tradicional y clásico. Ella está unida a un tránsito de la libre concurrencia al monopolio, mediante la concentración del capital a través de un doble pro- ceso de acumulación y centralización (1). En esa forma se am- plía la capacidad de producción del capitalismo, dentro de un movimiento que simultáneamente es un efecto y una causa de esa mayor capacidad productiva. Marx escribe: "La continua transformación de plusvalía en capital se presenta como mag- nitud creciente del capital que entra en el proceso de produc- ción. Esa creciente magnitud es a su vez la base de una mayor escala de la producción, de los métodos para elevar la fuerza productiva del trabajo que la acompañan, y la producción acele- rada de plusvalía" (2). La capitalización de la plusvalía, es decir, la acumula- ción del capital responde al desarrollo del modo capitalista de producción de mercancías y con ese desarrollo simultáneamente (1) El autor de este trabajo, profesor en la Facultad Nacional de Derecho y Ciencias Políticas, ha querido, por motivos especiales, ocultar- se bajo el pseudónimo de Antonio Torres Mendoza. A éste seguirán otros estudios análogos. ( 1) Sobre ese doble proceso, cfr. Marx, El Capital, págs. 456 y siguientes, traducción lile Pedroso, Aguilar. Madrid, 1931. (2) Marx, ob. cit., pág. 465. " ... todo proceso social de producción es, pues, advierte Marx, al propio tiempo proceso de reproducción". Pág. 421. - 151-
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Page 1: LA POST-GUERRA Y EL NEOIMPERIALISMO · ciones FE, tercera edición, 1939. Sobre la historia social de España, Cfr. el excelente curso de Aníbal Ponce en el volumen El Viento en

LA POST-GUERRA

Y EL NEOIMPERIALISMO (1)

POR ANTONIO TORRES MENDOZA

i9-Imperialismo y Neo-imperialismo.

Son muy conocidos los hechos que han ocasionado la for-mación histórica del imperialismo tradicional y clásico. Ellaestá unida a un tránsito de la libre concurrencia al monopolio,mediante la concentración del capital a través de un doble pro-ceso de acumulación y centralización (1). En esa forma se am-plía la capacidad de producción del capitalismo, dentro de unmovimiento que simultáneamente es un efecto y una causa deesa mayor capacidad productiva. Marx escribe: "La continuatransformación de plusvalía en capital se presenta como mag-nitud creciente del capital que entra en el proceso de produc-ción. Esa creciente magnitud es a su vez la base de una mayorescala de la producción, de los métodos para elevar la fuerzaproductiva del trabajo que la acompañan, y la producción acele-rada de plusvalía" (2).

La capitalización de la plusvalía, es decir, la acumula-ción del capital responde al desarrollo del modo capitalista deproducción de mercancías y con ese desarrollo simultáneamente

(1) El autor de este trabajo, profesor en la Facultad Nacional deDerecho y Ciencias Políticas, ha querido, por motivos especiales, ocultar-se bajo el pseudónimo de Antonio Torres Mendoza. A éste seguirán otrosestudios análogos.

( 1) Sobre ese doble proceso, cfr. Marx, El Capital, págs. 456 y siguientes,traducción lile Pedroso, Aguilar. Madrid, 1931.

(2) Marx, ob. cit., pág. 465. " ... todo proceso social de producción es,pues, advierte Marx, al propio tiempo proceso de reproducción". Pág. 421.

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se intensifica la acumulación del capital (3). Tal es la dialécticainterna de la libertad económica dentro de la economía capita-lista. Se crean condiciones que eliminarán esa libertad. La cien-cia económica liberal identificó la libertad económica con la úni-ca organización natural y espontánea de la vida económica queen sentir de esa concepción teórica podía existir. La economíaliberal afirmó siempre lo natural y espontáneo, mas sostenien-do que la espontaneidad y la naturalidad se confundían con elmodo capitalista de producción. Por eso, la ortodoxia económi-ca hizo la defensa apologética del capitalismo (+). La desapa-rición de la libertad económica y la intensificación del procesode acumulación del capital agudizan la contradicción internaentre una producción social y la apropiación individual de losproductos (5). Esa antinomia es interna, o en otras palabras, sedescubre mediante un análisis de las economías capitalistas na-cionales que las aísle prescindiendo de las relaciones que lasvinculan con zonas exteriores no capitalistas. En tal virtud, eldualismo entre una producción social y la apropiación indivi-dual, dualismo que como ya se advirtió es agudizado en el ca-pitalismo imperialista, nos descubre solamente y nos muestrauna de las muchas contradicciones internas que desgarran almodo capitalista de producción, mas no nos suministra una apre-hensión de las antinomias que existen entre las economías im-perialistas nacionales y los medios exteriores no capitalistas, an-tinomias que sí nos permitirían comprender las crisis periódicasdel capitalismo mundial (6).

El doble proceso de acumulación y centralización del capi-tal amplía extraordinariamente la productividad, aun cuandolas condiciones sociales bajo las cuales se desarrolla el capitalis-mo no ofrezcan la posibilidad de que la realización de esa ma-yor capacidad de producción no choque con el limitado consu-mo de mercancías. Marx declara:" el orden de produccióncapitalista envuelve una tendencia al desarrollo absoluto de las

(3) Cfr. Marx, ob. cit., pág. 465.(4) Cfr. Bastiat, Armonías Económicas, págs. 33 y siguientes. Versión de

Ricardo M. Lleras, Imprenta del Neogranadino. Bogotá, 1853. Marx, Miseriade la Filosofía, pág. 348, traducción de Javier Merino. Librería Bergua. Ma-drid, 1933 y El Capital, págs. 565, 1148 Y 1151.

(5) Cfr. Cursos de Iniciación Marxista por varios autores, pág. 261. Edi-torial Cenit. Madrid, 1933, y Lenin, El imperialismo, etapa superior del capi-talismo, pág. 34. Ediciones Europa-América. París-Buenos Aires, sin fecha.

(6) Esas antinomias ocasionarán la extinción de la economía capitalista,como se explicará en páginas posteriores.

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fuerzas productivas, prescindiendo del valor y de la plusvalíaque va en él envuelta, prescindiendo también de las relacionessociales dentro de las cuales se realiza la producción capitalis-ta" (7). El desarrollo de la economía capitalista con el aumen-to de la productividad a él unido, conducen a una pugna o con-tradicción entre esa creciente productividad y el mercado, elcual no puede absorber todas las mercancías que serán fabrica-das en grande escala a raíz de esa mayor productividad. Estase realiza mundialmente, pues, como ha observado Rosa Luxem-burgo, "la producción capitalista ha estado calculada, en cuantoa sus formas de movimiento y leyes, desde el principio, sobrela base de la tierra entera como almacén de fuerzas producti-vas" (8). Es comprensible el hecho que ocasiona esa mayor pro-ductividad: la producción capitalista es una producción de plus-valía y de valor y por ende bajo su vigencia la fabricación demercancías no puede reconocer límites, pues a una mayor fabri-cación corresponde una más elevada masa de plusvalía y devalor (9). Esa tendencia a un aumento de la plusvalía llevanaturalmente a una reducción del tiempo de trabajo necesariopara producir las mercancías (10). Así se comprende que hayauna utilización mayor de máquinas, la cual, evidentemente, res-tringe o disminuye el mencionado tiempo de trabajo (11). Lacreciente productividad está vinculada, por consiguiente, a unaumento mayor de capital constante y a uno inferior de capitalvariable. La gran ley del modo capitalista de producción demercancías es la elevación de la cuantía del capital constante yla disminución de la cuantía del capital variable (12).

Esa misma incesante expansión de las fuerzas productivassupone la necesidad de obtener mercados más amplios. El mer-cado cumple una función muy peculiar en la economía capita-lista. Tal es el motivo que nos explica la conexión que ha exis-tido entre el inicial desarrollo capitalista y la ocupación y obten-ción de colonias. Rosa Luxemburgo dice: "La acumulación es

(7) Marx, ob. cit., pág. 1140.(8) Luxemburgo, La Acumulación del Capital, pág. 337, traducción de

Pérez Bances, Cenit. Madrid, 1933.(9) Cfr. Luxemburgo, ob. cit., págs. 11, 14, 17, 46, 412 Y 463.(10) Cfr. Marx, ob. cit., pág. 1600.(11) Cfr. Marx, ib. cit., pág. 287.(12) Sobre dicha ley, cfr. Marx, ob. cit., págs. 463 y siguientes. Ella nos

proporciona una científica intelección de algunos de los fenómenos caracterís-ticos de la economía capitalista, como las crisis, la formación de un ejércitoindustrial de reserva, etc.

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imposible en un medio exclusivamente capitalista. De aquínace, desde el primer momento de la evolución capitalista, elimpulso hacia la expansión a capas y países no capitalistas, laruina de artesanos y campesinos, la proletarización de las clasesmedias, la política colonial, apertura de mercados, exportaciónde capitales. Sólo por la expansión constante a nuevos dominiosde la producción y nuevos países, ha sido posible la existenciay desarrollo del capitalismo. Pero la expansión, en su impulsomundial, conduce a choques entre el capital y las formas socia-les pre-capitalistas. De aquí que violencia, guerra, revolución,catástrofe, sean en suma el elemento vital del capitalismo desdesu principio hasta su fin" (13). En otras palabras, sin la exis-tencia de previos mercados exteriores el capitalismo no se ha-bría podido desarrollar inicialmente. La ocupación violenta decolonias y la misma política colonizadora tiene esa significa-ción: son un procedimiento para crear mercados. Es necesarioobtenerlos para poder colocar, ya desde aquella muy remotaépoca, el excedente de mercancías. Por eso, el descubrimiento yla ocupación de América han desempeñado una función de pri-mordial importancia en el desarrollo capitalista. Hay claras di-ferencias que distinguen a la política colonizadora de Holanda,España e Inglaterra. Expliquémoslas. España conquista a Amé-rica mas no la coloniza. Este dualismo conquista-colonizaciónexplica las diferencias que deben establecerse entre la políticainglesa y la política española en la América colonial (14). Es-paña no se entrega a la realización de unos programas que fa-ciliten un amplio desarrollo de las economías de sus colonias.Contrariamente, la nación europea se dedica al saqueo inmise-ricorde de América. En una palabra, conquista a un gran sectordel Continente. Se comprende así que el comercio disfrute deuna total e incondicionada hegemonía en las economías de lascolonias. No es un hecho inexplicable esa hegemonía. La eco-nomía española era un economía feudal desde la época en quefueron vencidos los comuneros de Castilla y las germanías.Ahora bien, en economías de esa índole existe un predominiodel capital comercial sobre el industrial (1 5). España no pudo

(13) Luxemburgo, ob. cit., págs. 568 y 569.(14) El citado dualismo fue explicado originariamente por Hegel, Lec-

ciones sobre la Filosofía de la Historia Universal, tomo 1, págs. 181 y 182, tra-ducción de Gaos, "Revista de Occidente". Madrid, 1928.

(5) Cfr. Marx, ob. cit., págs. 1200, 1202, Y 1207.

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realizar oportunamente su revolución burguesa. Ledesma Ra-mos lo ha aceptado: "España, dice, por las causas que fueren noconsiguió atrapar el imperio complementario a aquel que era sufuerza y su gloria durante el siglo XVI. Ese imperio comple-mentario, y que si ella no lo conseguía tenía necesariamenteque caer en manos de otros, era el de ser el pueblo impulsor dela revolución económica que ya entonces se preveía. Perdió Es-paña la oportunidad de ser el pueblo pionnier de la nueva eco-nomía comercial, burguesa y capitalista, y ello la desplazó asÍ-mismo del predominio, dejándola sin base nutricia, sin futuro"(16). Naturalmente, al proyectarse sobre América, la economíafeudal de la península creará unos determinados sistemas socia-les que impedirán, más aún, obstaculizarán deliberadamente,mediante un apretado conjunto de prohibiciones y restricciones,el desarrollo económico de las colonias. Estas tendrán una re-ducida producción agrícola y contemplarán una inusitada ex-pansión de la minería. El predominio del comercio obligaba aEspaña a obtener metales preciosos, los cuales le permitirán.pagar las limitadas importaciones que harán las colonias. Así, laeconomía colonial es una economía simple, nada compleja: Seexportarán metales preciosos para pagar las exportaciones queEspaña enviaba, metales preciosos que permitirán a la metrópo-li obtener en otros mercados y naciones europeos las mercan-cías que enviaba a América (17). Pero todo ello no elimina lafunción que el mercado exterior, es decir, la extensa Américacolonial cumplió en la época del desarrollo inicial de laeconomía capitalista. La política colonial de Holanda ten-dería a obtener el monopolio del comercio exterior de lascolonias, aun cuando éstas no fueran suyas.

Holanda era una nación típicamente comercial. Por consi-guiente, debía inclinarse a disfrutar de ese monopolio. Precisa-mente, es esa índole de la economía holandesa la realidad his-tórica que explica la decadencia de Holanda. Marx escribe: "Lahistoria de la decadencia de Holanda como nación de economía

(16) Ledesma Ramos, Discurso a las Juventudes de España, pág. 38, Edi-ciones FE, tercera edición, 1939. Sobre la historia social de España, Cfr. elexcelente curso de Aníbal Ponce en el volumen El Viento en el Mundo, págs.165 y siguientes, Librería y Editorial "El Ateneo", Buenos Aires, 1939.

(17) Sobre la economía colonial Cfr. José M~ Samper, Ensayo sobre lasrevoluciones políticas y la condición social de las Repúblicas colombianas(Hispanoamericanas), págs. 105 y siguientes. París, Imprenta de E. Thunot,1861, y Nieto Arteta, Economía y Cultura en la Historia de Colombia, págs.17 y siguientes, Librería Siglo XX. Bogotá, 1942.

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comercial es la historia de la sumisión del capital comercial bajoel capital industrial" (18). Inglaterra lejos de limitarse a unasimple conquista de América, se entrega a realizar una autén-tica colonización. Triunfa en su lucha victoriosa contra la Es-paña feudal. La colonización de la América del Norte le pro-porciona el mercado para sus exportaciones (19). La economíainglesa tenía ya una amplia capacidad de producción porque In-glaterra había realizado muy tempranamente la revolución bur-guesa. Recuérdese que la "acumulación primitiva del capital"tuvo en Gran Bretaña su "forma clásica" (20). La transforma-ción burguesa de la economía inglesa suscita un aumento de lasexportaciones, previa la obtención de una mayor capacidad pro-ductiva. Como Inglaterra realizó antes que otras naciones delViejo Continente la revolución burguesa, es explicable que hayadisfrutado de una prolongada hegemonía mundial. Por otraparte, Inglaterra debía intervenir en la lucha que por su inde-pendencia nacional desataron las colonias españolas a principiosdel siglo pasado. La nación europea tenía que obtener merca-dos para sus exportaciones y tales mercados, en aquellos días,.sólo podían ofrecerlos las nacientes repúblicas americanas. Ade-más, los mercados suscitarían un desarrollo aún mayor de laeconomía burguesa británica. Alcanzada la autonomía nacional,tales repúblicas se vinculan comercialmente con Inglaterra,dentro de una división internacional del trabajo y un pleno ytotal libre cambio. Colombia, por ejemplo, firma el 18 de abrilde 1825 el primer tratado de amistad, comercio y navegacióncon la Gran Bretaña (21).

La anterior digresión en torno a la historia colonial de Amé-rica y las diversas políticas de las naciones europeas nos estámostrando la innegable conexión que hay entre el mercado ex-terior y la primitiva acumulación del capital. El desarrollo delcapitalismo en esa primera época está unido al mercado .exte-rior. Certeramente ha escrito Marx: "Las colonias asegurabana las nacientes manufacturas un mercado de venta y una acumu-

( 18) Marx, ob. cit., pág. 1205.(19) A raíz de la conquista, España vivió una grave crisis económica. Cfr.

Nieto Arteta, ob. cit., págs. 17, 18 Y 19. Benedetti, Historia de Colombia, págs.310 y 311, sin fecha y sin pie de imprenta.

(20) Cfr. Marx, ob. cit., pág. 533.(21) Ejemplos análogos se podrían encontrar en la historia de otras na-

ciones americanas.

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lación multiplicada por el monopolio del mercado" (22). Laproducción capitalista es una producción de mercancías que seorienta inevitablemente hacia el mercado, pero hacia un merca-do cuya real capacidad de consumo no se conoce. Como advier-te Marx, "allí donde los hombres producen para ellos mismos,no hay crisis, mas tampoco hay producción capitalista" (23).El mercado exterior es la condición inexcusable del inicial de-sarrollo capitalista, así como es también y simultáneamente unefecto de ese mismo desarrollo. Marx observa exactamente:" la extensión del comercio exterior es ya, en la infancia dela misma, base de la producción capitalista, y en su progreso,por la necesidad interna de ese orden de producción, por su exi-gencia de mercados más extensos, es su propio producto" (24)."La gran industria, dice en otra de sus obras, desprendida delsuelo nacional, depende únicamente del mercado del universo,de los cambios internacionales, de una división internacionaldel trabajo" (25). El mercado mundial es una creación capita-lista, dentro de un condicionamiento del desarrollo mismo delcapitalismo por el mercado exterior. Las crisis periódicas del ca-pitalismo no podrían ser explicadas si se prescindiese de esavinculación entre el modo capitalista de producción y el merca-do internacional. Veamos. La separación entre la compra y laventa de mercancías es la que ocasiona la posibilidad de lascrisis (26). "Sólo puede haber crisis, advierte Marx, si la com-pra y la venta se diferencian y se contradicen" (27). "La ventay la compra pueden ser distintas, escribe Marx. Es la crisis enpotencia. La coincidencia de la venta y de la compra es siem-pre un elemento crítico para la mercancía ... " (28). La sepa-ración que hay entre la compra y la venta es una separacióndentro de la unidad. En ello reside su contenido dialéctico. Launidad es una unidad que no excluye la oposición. Cuando no

(22) Marx, ob. cit., pág. 559.(23) Marx, Historia de las Doctrinas Económicas, tomo V, pág. 51, París.

Costes, 1925.(24) Marx, El Capital, pág. 1131. Advierte Marx que las manufacturas

se levantan en los puertos de mar propios para la exportación -ob. cit., pág.557-. Las colonias sufren un sistemático saqueo. La historia del predonliniodel capital comercial supone siempre un sistema de saqueo. Marx, ob. cit.,pág. 1203.

(25) Marx, Miseria de la Filosofía, pág. 365, edición citada.(26) Cfr. Marx, Historia de las Doctrinas Económicas, tomo V, pág. 54.(27) Marx, ob. cit., tomo V, pág. 60. Además, págs. 46 y siguientes.(28) Marx, ob. cit., tomo V, pág. 57.

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se realiza la unidad estalla la cnS1S (29). Ahora bien, el mer-cado es el medio en el cual desaparece la unidad de la compray la venta. Debe aclararse el contenido de esa desaparición: secompran mercancías que no se venden o que no se pueden ven-der, se producen mercancías que no se venden o que no se puedenvender. La imposibilidad de colocar comercialmente esas mercan-cías, vendiéndolas, nos lleva nuevamente al mercado. Fluyeuna conclusión obvia y forzosa: Sin la unión entre el mercadoy la producción capitalista de mercancías no podrían ser expli-cadas las crisis periódicas de superproducción general. Estassurgen a través de una falta de adecuación, de un choque entreuna gigantesca productividad y un mercado que posee una li-mitada capacidad de consumo (30).

Se aludió antes al supuesto fundamental de la formación ydesarrollo del capitalismo imperialista, a saber, la creciente con-centración del capital en su doble proceso de acumulación y cen-tralización. Se realizan en la época del imperialismo algunosde los hechos que ya se habían dado en el período anterior, elcual no era propiamente imperialista, la ocupación de colonias,la exportación de capitales, etc. Este tipo de imperialismo es elque ha sido analizado por los autores anteriores a la presenteguerra mundial (31). Tiene una significación peculiar el impe-rialismo respecto a la acumulación del capital. Hay dos clasesde acumulación, la simple y la ampliada (32). El imperialismovive y se desarrolla dentro de la acumulación ampliada. Pararealizarla y obtenerla, crea en forma gigantesca el mercadomundial. Ya se dijo que uno de los efectos del capitalismo esla formación de ese mercado, el cual había sido precedentemen-te una de las condiciones del desarrollo inicial del capitalismo( 33). Rosa Luxemburgo escribe: ". .el comercio mundial esuna condición histórica de vida del capitalismo" (34). Creadoel mercado mundial puede desatarse el proceso de acumulación

(29) Cfr. Marx, ob. cit., tomo V, pág. 48. La negación de la metamorfo-sis de las mercancías eliminaría toda explicación de las crisis -pág. 49-.

(30) Esas obserevaciones se ampliarán posteriormente.(31) Cuando en este trabajo se utilice el vocablo "imperialismo" el autor

se refiere a ese viejo tipo de imperialismo.(32) Cfr. Marx, El Capital, págs. 419 y siguientes.(33) La dialéctica muestra objetivamente esa tensión funcional de cau-

sas y efectos, dentro de la cual aquéllas se transforman en efectos de sus mis-mos efectos.

(34) Luxemburgo, ob. cit., pág. 339. Entre los tres hechos principales dela producción capitalista Marx señala el "establecimiento del mercado mun-dial"., ob. cit., pág. 1153.

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ampliada del capital. Esa creaClOn forma y ocasiona la constitu-ción de un medio exterior no capitalista, supuesto primordial dela acumulación del capital. Oigamos a Rosa Luxemburgo:"Mercado exterior para el capital, es la zona social no capitalis-ta que absorbe sus productos y le suministra elementos de pro-ducción y obreros" (35). Ese comercio o mercado exterior in-tensifica la ampliación y expansión del capitalismo. Marx dice:" el mismo comercio exterior desarrolla en el país el ordende producción capitalista" (36). Aclaremos esa afirmación deMarx. Se obtiene un mayor desarrollo capitalista interno a travésy mediante un aseguramiento de la acumulación del capital,previa la creación del medio exterior no capitalista -mercadomundial-o La acumulación del capital es inconcebible sin lacolocación comercial o venta de las mercancías. Leamos a Marx:" en tanto que hay acumulación, el capitalista consigue ven-der la mercancía producida y transformar de nuevo en capitalel dinero que saca de ella" (37). U na misma relación entre laventa o colocación comercial de las mercancías y la acumulacióndel capital ha sido afirmada por Rosa Luxemburgo: ". paralos productores capitalistas la primera condición del proceso re-productivo es la realización de las mercancías elaboradas en elperíodo de trabaj o anterior" (38). ". la masa adicional demercancías que representa el nuevo capital, junto con la nuevapIusvalía, ha de ser realizada, transformada en dinero" (39)."Esta última condición, advierte exactamente Rosa Luxembur-go, nos lleva una vez más al mercado" (40). Por eso, "la rea-lización de la plusvalía es la cuestión vital de la acumulacióncapitalista" (41). El capitalista pues debe primordial e inexcu-sablemente asegurarse la venta de las mercancías, que al hacer-lo realiza comercialmente la plusvalía, facilitándose así la acu-mulación del capital. Naturalmente, para el modo capitalistade producción tiene peculiar importancia la acumulación del

(35) Luxemburgo, ob. cit., pág. 346.(36) Marx, ob. cit., pág. 1132. Como se explicará, esa coneXlOn entre el

mercado y la producción nos aclarará la contradicción entre el capitalismo ylas condiciones sociales bajo las cuales se desarrolla.

(37) Marx, ob. cit., pág. 419.(38) Luxemburgo, ob. cit., pág. 12.(39) Luxemburgo, ob. cit., pág. 17.(40) Luxemburgo, ob. cit., lugar mencionado. El beneficio es la fuerza

propulsora de la producción capitalista y sólo se produce aquello que rindebeneficio y en tanto que 10 rinde. Marx, ob. cit., pág. 1147.

(41) Rosa Luxemburgo, ob. cit., pág. 330.

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capital. Marx dice: "El proceso de producción capitalista es ala vez esencialmente proceso de acumulación" (42). Esta vincu-lación entre la acumulación del capital y la realización comer-cial de la plusvalía, a través de la venta de las mercancías, esla realidad económica que nos explica el predominio de que dis-frutan en las exportaciones de las naciones imperialistas las ven-tas de productos industriales de consumo inmediato. Tales na-ciones no envían al exterior grandes cantidades de medios deproducción sino una cuantiosa exportación de artículos fabrilesde consumo inmediato. La venta de esos artículos permite ob-tener una realización comercial de mayores masas de plusvalía.

Pero la condición central de la acumulación del capital y dela previa realización comercial de la plusvalía es la existenciade un medio exterior no capitalista que, consumiendo el capital·0 las mercancías exportadas por las naciones imperialistas per-mita la realización de la plusvalía. Rosa Luxemburgo así lo haafirmado: ". .la plusvalía destinada a capitalizarse, y la partede la masa de productos capitalistas que a ella corresponde, nopueden realizarse dentro de los círculos capitalistas y necesaria-mente, han de buscar su clientela fuera de estos círculos, encapas y formas sociales que no produzcan en forma capitalista"(43). "La acumulación no es meramente una relación internaentre las ramas de la economía capitalista, sino ante todo una rela-ción entre el capital y el medio ambiente no capitalista en el quecada una de las dos grandes ramas de la producción puede realizarel proceso de acumulación ." (44). Esta teoría en torno a laacumulación del capital representa una rectificación, no un aban-dono, de la primitiva concepción marxista de la acumulación( 4 5 ). N o es posible resol ver el problema de la acumulaciónampliada del capital dentro del esquema marxista que sólo re-conoce la existencia de obreros y burgueses. Leamos a Rosa Lu-xemburgo: « .. la realización de la plusvalía para fines de acu-mulación es un problema insoluble en una sociedad que sólo

(42) Marx, ob. cit., pág. 1115. " ... el fin de la producción capitalista, ob-serva Rosa Luxemburgo, no es disfrutar de los productos sino realizar plusva-lía, acumulación". Ob. cit., pág. 412. Esa finalidad de la producción capita-lista es la que lleva, unida a otros hechos, a una superproducción general demercancías.

(43) Luxemburgo, ob. cit., pág. 338.(44) Luxemburgo, ob. cit., pág. 402. Además, cfr. págs. 326 y siguientes.(45) Para la crítica de esa concepción marxista, cfr. Luxemburgo, ob. cit.,

págs. 94 y siguientes.

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conste de obreros y capitalistas" (46). ". la acumulación delcapital no puede ser expuesta baj o el supuesto del dominio ex-clusivo y absoluto de la forma de producción capitalista, yaque, sin los medios no capitalistas es inconcebible en cualquiersentido" (47). La hipótesis de que sólo existan obreros y capi-talistas es la simple expresión teórica de aquel momento en queel capitalismo ha alcanzado su límite: "El esquema marxista dela acumulación, no es más que la expresión teórica de aquel mo-mento en que la dominación capitalista ha alcanzado su últimolímite, y en tal sentido, es una ficción científica ." (48).

El esquema marxista de la reproducción ampliada es unasimplificación lógica de los supuestos objetivos de la acumula-ción. Hay en "El Capital" una general simplificación lógica dela sociedad capitalista. Dicha simplificación se manifiesta en lassiguientes teorías: a) Todos los trabaj os concretos o tiempos ocantidades de trabajo concreto invertidos en la producción de lasmercancías son reducidos a un tipo homogéneo de trabajo a tra-vés de las múltiples relaciones de cambio de las mercancías (49).Es necesario aceptar esa reducción, porque ella responde al indu-bitable contenido objetivo de las relaciones de cambio de las mer-cancías en una economía capitalista. Unida a esa reducción seencuentra la función que cumple la teoría marxista del valor,la cual no explica la identidad cuantitativa entre el precio y elvalor sino el eje o centro en torno al cual giran los precios delas mercancías." .el problema científico del valor comienza,justamente, allí donde cesa la acción de la oferta y la deman-da" (50); b) La producción de la plusvalía se ubica en la puraesfera de la fabricación material de las mercancías. Para CarlosMarx la plusvalía sólo se produce al elaborarse la mercancía." en el proceso de la circulación, dice, no se produce ningúnvalor ni tampoco plusvalía.. Si con la venta de la mercan-cía producida se realiza una plusvalía, se realiza por existir ya

(46) Luxemburgo, ob. cit., pág. 329.(47) Luxemburgo, ob. cit., pág. 345.(48) Luxemburgo, ob. cit., pág. 402. Ello no indica que mientras ese lí-

mite no se haya alcanzado el capitalismo no pueda desaparecer. Interpretarasí la teoría de Rosa Luxemburgo sería incurrir en grave inexactitud.

(49) Cfr. Marx, El Capital, págs. 27, 32, 53, 54 y 55 y Crítica de la Eco-nomía Política, págs. 17 y siguientes, versión de Merino, Bergua. Madrid1933.

(50) Luxemburgo, ob. cit., pág. 8. Idéntica afirmación puede encontrarseen Strachey y Kautsky.

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en ella esta plusvalía" (51). El capital comercial tan sólo con-tribuye indirectamente a aumentar la plusvalía al reducir eltiempo de circulación de la mercancía: "En tanto que contribu-ye (el capital comercial) a abreviar el tiempo de circulación po-drá ayudar indirectamente a aumentar la plusvalía producidapor el capitalista industrial" (52). Esta teoría se proyecta en elproblema de la aprehensión conceptual de la explotación quesufren los obreros y empleados cuya fuerza de trabajo es uti-lizada en la esfera de la circulación de las mercancías (53). "Eltrabajador comercial no produce directamente plusvalía", de-clara Marx (54). Le produce al capitalista, "no en tanto quecrea directamente plusvalía, sino en tanto que ayuda a dismi-nuír los gastos de la realización de la plusvalía, en tanto querealiza un trabajo en parte no pagado" (55). Es este un pro-blema que en las naciones hispanoamericanas tiene especial im-portancia política, pues en las economías de las mismas hay unagran masa de obreros y empleados que son utilizados en la es-fera de la circulación de las mercancías, en los cuales debe pro-curarse que haya siempre, sobre todo en los empleados, una de-terminada conciencia política. Para ello, necesario sería expli-carles y aclararles la explotación de que son objeto al ser apro-vechada su fuerza de trabajo por el capitalista; y c) Tambiénse expresa la simplificación lógica de la sociedad capitalista enesa concepción marxista de la acumulación ampliada del capi-tal. En el esquema de "El Capital" sólo hay obreros y capita-listas, según ya se ha explicado (56).

Esa simplificación lógica de la sociedad capitalista no es to-talmente errónea, pues las primeras dos teorías en que ella seexpresa deben ser aceptadas. Tan sólo la concepción marxistaprimitiva de la acumulación del capital ha de ser rectificada(57).

(51) Marx, El Capital, pág. 1163.(52) Marx, ob. cit., pág. 1164.(53) Cfr. ob. cit., págs. 1173 y siguientes.(54) Marx, ob. cit., pág. 1179.(55) Marx, ibídem.(56) Esa general simplificación lógica de la sociedad capitalista sólo po-

dría ser estudiada en un nuevo trabajo.(57) Sombart, El Apogeo del Capitalismo, tomo 1, pág. 525, traducción

francesa de Jankelevitch, Payot. París, 1932, declara que en la obra de RosaLuxemburgo se hace "una brillante defensa del punto de vista del marxismoortodoxo". Pero la concepción de Rosa Luxemburgo es heterodoxa, si bienpodría decirse que es necesario ser ortodoxos contra el mismo Marx.

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Ya se ha sostenido en varios lugares de este ensayo que sinun medio exterior no capitalista que permita realizar comercial-mente la plusvalía, la acumulación del capital sería inexplica-ble (58). Justamente algunos procedimientos imperialistas lle-van a la formación de esa zona exterior no capitalista. Es pre-cisamente el caso de los empréstitos. Estos ocasionan una ma-yor demanda de mercancías en la nación que los recibe, deman-da dirigida a la nación imperialista que ha hecho los préstamos.En la historia americana hay un ejemplo clásico. Es el de lospréstamos ingleses de la guerra de independencia de las colo-nias españolas. Con ellos las nacientes repúblicas adquirieronuna mayor capacidad de consumo de mercancías inglesas. Ya lohabía sabido comprender Sismondi (59). Debe recordarse quela crisis inglesa de 1825 tuvo ese origen: las fábricas británicasilusionadas con la mayor demanda hispanoamericana de mer-cancías, ampliaron desmesuradamente su producción, suscitán-dose así la crisis registrada en ese año. Contemporáneamente losejemplos podrían multiplicarse. Todos los procedimientos queadoptan las naciones imperialistas, tales como han sido analiza-dos por Rosa Luxemburgo, a saber, la lucha contra la economíanatural, la introducción de la eCGlnomía de mercancías y lospréstamos internacionales, tienen ese significado inicial: Unacreación del medio exterior no capitalista cuya existencia es ne-cesaria para la realización comercial de la plusvalía (60). Peroesos métodos tienen una dialéctica interna. Veamos. Transfor-man inevitablemente a las economías nacionales del medio ex-terior, ocasionando en ellas una modificación capitalista. Esatransformación extingue o restringe la capacidad de consumode las economías de la zona no capitalista.

Rosa Luxemburgo escribe: "El capitalismo es la primeraforma económica con capacidad de desarrollo mundial. U naforma que tiende a extenderse por todo el ámbito de la tierra ya eliminar a todas las demás formas económicas; que no tolerala coexistencia de ninguna otra. Pero es también la primera que

(58) Como la acumulación del capital no es posible sin esa zona exterior,se forma en las naciones imperialistas una aristocracia obrera que acepta com-placida la persistencia de la explotación colonial de esa zona o de las pose-siones de las potencias.

(59) Cfr. Luxemburgo, ob. cit., págs. 407 y 408.(60) Cfr. Luxemburgo, ob. cit., págs. 348 y siguientes. Para comprender

la función de aquellos remotos préstamos, basta recordar que "el capitalismoviene al mundo y se desarrolla históricamente en un medio social no capi-talista". Luxemburgo, ob. cit., pág. 348.

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no puede eXIstIr sola, sin otras formas económicas de qué ali-mentarse, y que al mismo tiempo que tiene la tendencia de con-vertirse en forma única, fracasa por la incapacidad interna desu desarrollo. Es una contradicción histórica viva en sí misma.Su movimiento de acumulación es la expresión, la solución cons-tante y al propio tiempo, la graduación de la contradicción"( 61). Por eso, "el imperialismo es tanto un método históricopara prolongar la existencia del capital, como un medio seguropara poner objetivamente un término a su existencia" (62).Esa dialéctica interna del desarrollo mismo de la acumulacióndel capital está condicionada por la inevitable transformacióncapitalista de las economías nacionales de la zona exterior nocapitalista. Marx ha aceptado también esa transformación: "Elprogreso del comercio y del capital comercial· desarrolla en to-das partes la tendencia de la producción al valor en cambio, au-menta su volumen, la multiplica y vuelve cosmopolita, convier-te el dinero en dinero universal. El comercio influye por esosiempre más o menos como disolvente de las organizacionespreexistentes de la producción, que en todas sus distintas for-mas se orientan principalmente al valor en uso. Pero hasta quépunto logre disolver el orden antiguo de producción, depende-rá ante todo de su firmeza y articulación interna. Y la deriva-ción de este proceso disolvente, es decir, qué nuevo orden deproducción ocupará el lugar del antiguo no dependerá del co-mercio sino del carácter mismo del orden antiguo de produc-ción. En el mundo antiguo el resultado del comercio y del des-arrollo del capital comercial es siempre la economía de la escla-vitud, a menos que, existiendo los esclavos, no se manifieste enla transformación de un sistema patriarcal de esclavitud queproduce objetos de inmediato consumo en un sistema dirigidoa la producción de plusvalía. Por el contrario, en el mundo mo-derno se dirige al orden de producción capitalista. De aquí sesigue que estos resultados mismos estuvieran condicionados porotras cricunstancias muy distintas que el desarrollo del capital

(61) Luxemburgo, ob. cit., pág. 455.(62) Luxemburgo, ob. cit., pág. 433. "Con eso, aclara Rosa Luxemburgo,

no se ha dicho que ese término haya de ser alegremente alcanzado" -loe.cit.- Esta última observación nos está demostrando que la teoría luxembur-guiana del imperialismo y de la acumulación del capital no es una concep-ción fatalista sobre la extinción histórica del capitalismo imperialista. Se haceesa advertencia, porque tal es la crítica más común que se dirige contra lacitada teoría.

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comercial" (63). Es evidente la coneXlOn que hay entre lospréstamos internacionales y la transformación capitalista de laseconomías de la zona no capitalista. Refiriéndose a ellos escri-be Rosa Luxemburgo lo siguiente: "Son el medio principal paraabrir al capital acumulado de los países antiguos nuevas esferasde inversión, y al mismo tiempo, crean en aquellos países nue-vos competidores; aumentan en general el espacio de que dis-pone la acumulación del capital y al propio tiempo lo estre-chan" (64). La exportación de capital tiene también el mismoefecto: "Lo fundamental, declara Rosa Luxemburgo, es que elcapital acumulado del país antiguo, encuentre en el nuevo unanueva posibilidad de engendrar plusvalía y realizarla, esto es,de proseguir la acumulación" (65).

La forzosa transformación capitalista de las economías delmedio exterior agudiza la fundamental contradicción entre unamayor y más creciente productividad y un mercado cuya capa-cidad de consumo se va amortiguando. Toda acumulación pro-duce una mayor acumulación: "Toda acumulación, dice Marx,es el medio de más acumulación" (66). En tal virtud, "paraque la acumulación se desarrolle como proceso ascensional, ad-vierte Rosa Luxemburgo, ha de darse la posibilidad de encon-trar salida a las mercancías en una escala cada vez mayor" (67).Esa progresión geométrica de la cuantía de la acumulación decapital y esa producción de mercancías incesantemente mayornos muestra el drama interno del capitalismo imperialista antela transformación capitalista de la zona exterior. Por una parte,necesita colocar una creciente masa de mercancías, mas por laotra, se elimina la posibilidad de realizarla comercialmente, alocasionar fatalmente aquella transformación. La produccióncapitalista es una producción de plusvalía. Marx escribe: "Laproducción capitalista no es sólo producción de mercancías; es,

(63) Marx, ob. cit., págs. 1203 y 1204. Observará el lector que en estetrabajo se reproducen afirmaciones de Marx que justifican la teoría luxem-burguiana de la acumulación del capital. Por eso se dijo antes que talvez seríanecesario ser ortodoxos contra el mismo Marx.

(64) Luxemburgo, ob. cit., pág. 405. Todos esos efectos van reduciendoa límites más estrechos la capitalización y la realización de la plusvalía. Lacrisis del capitalismo imperialista se va acentuando.

(65) Luxemburgo, ob. cit., pág. 412. En la obra de Lenin no se analizaesa transformación capitalista del medio exterior. En tal virtud, hay en ellaalgunas imprecisiones y vaguedades.

(66) Marx, ob. cit., pág. 465.(67) Luxemburgo, ob. cit., pág. 464.

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ante todo, producción de plusvalía" (68). "Lo que caracteri-za especialmente a la producción capitalista es la creación deplusvalía como objeto directo y motivo determinante de la pro-ducción" (69). Rosa Luxemburgo afirma: "La verdadera fi-nalidad e impulso motriz de la producción capitalista no es con-seguir plusvalía en general, en cualquier cantidad, en una solaapreciación, sino plusvalía ilimitada, en cantidad creciente cadavez mayor" (70). Este contenido y esta finalidad de la produc-ción capitalista nos descubren el dramatismo y la tragedia delcapitalismo imperialista al clausurarse a sí mismo, con la trans-formación capitalista del medio exterior, la zona en la cual rea-liza comercialmente la plusvalía. Sin esa realización no puedefuncionar el imperialismo, mas éste reduce la capacidad de con-sumo de aquella zona, dificultándose así la colocación de lasmercancías y la realización comercial conexa de la plusvalía(71 ).

Es esa antinomia fundamental entre la mayor producciónde plusvalía y un mercado limitado o que se va restringiendo,la realidad que nos explica las crisis periódicas de superproduc-ción general. Ellas son, advierte Marx, "la concentración realy la compensación violenta de todas las contradicciones de laeconomía burguesa" (72). Pero es aquella antinomia el supues-to de todas las otras contradicciones que se expresan violenta-mente en las crisis. El tradicional contenido de la teoría mar-xista de las crisis, tal como ella ha sido explicada, por los auto-res o discípulos ortodoxos de Marx es la siguiente: En las crisisestalla una pugna entre un mercado de capacidad muy limita-da y una productividad mayor que aumenta constantemente enun proceso de incesante e incontenible expansión (73). Pero ese

(68) Marx, ob. cit., pág. 375.(69) Marx, ob. cit., pág. 1600.(70) Luxemburgo, ob. cit., pág. 11. Además, págs. 17 y 412.(71) A medida que escasean las zonas exteriores no capitalistas suscep-

tibles de ser conquistadas por el movimiento de expansión del capital, laspugnas entre las naciones imperialistas se intensifican y simultáneamente semodifica la política comercial de aquellas de tales naciones que no poseancolonias.

(72) Marx, Historia de las Doctrinas Económicas, tomo V, pág. 57, edi-ción citada. Además, Marx, El Capital, pág. 1140.

(73) Sobre la teoría marxista c:le las crisis, efr. Segal, Principios de Eco-nomía Política, págs. 262 y siguientes, traducción de Ferrel, Editorial Améri-ca, México, 1938 y Engels, Anti-Duhring, págs. 301 y siguientes, traducciónde Roces, Cenit. Madrid, 1932. Desde luego, cuando esos autores explican lascausas de las crisis aluden a la llamada "contradicción fundamental" entre laproducción social y la apropiación individual, mas se refieren principalmente

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mercado no es ubicado geográficamente. Posiblemente tendríaun mayor grado de objetividad aclarar que ese mercado está co-locado geográfica y especialmente en la zona exterior no capi-talista. Ahora bien, como la capacidad de consumo del mismose restringe constantemente a través de la tantas veces afirma-da transformación capitalista del medio exterior que circundaa las naciones imperialistas, el desarrollo mismo del capitalismohace más agudas y dramáticas las crisis periódicas de superpro-ducción general. Así se explicaría el hecho de que las crisis seanmás y más hondas y más y más catastróficas. Si se identificarael mercado con el mercado interno de las naciones imperialis-tas, sería necesario aceptar que las crisis son una realidad per-manente, pues naturalmente el mercado interno nunca podríaabsorber todas las mercancías producidas (74).

Dentro de esa explicación de las crisis y del proceso que aellas conduce no se elimina la consideración de la superproduc-ción general como causa principal de las mismas. Precisamentehay superproducción general porque el mercado de la zona exte-rior no capitalista no puede comprar todas las mercancías que sele ofrecen (75).

Ante la inevitable transformación capitalista de las econo-mías nacionales del medio no capitalista, las naciones imperia-listas asumen, como es obvio, una determinada posición. Refi-riéndose a las leyes fundamentales de la producción capitalistaMarx advierte que "hay que extender constantemente el merca-do, de modo que sus conexiones y las condiciones que lo regu-lan adquieran cada vez más el aspecto de una ley natural, inde-pendiente de los productores y que escapa a su fiscalización".Mas añade Marx, "cuanto más se desarroI1a la fuerza produc-tiva tanto más aparecerá ésta en contradicción con la estrechaa la divergencia entre una producción creciente y un consumo limitado. Cfr.Engels, ob. cit., págs. 301 y 302.

(74) "Crisis permanentes no hay", declara Marx. Historia de las Doctri-nas Económicas, tomo V, pág. 42, nota 1, edición citada.

(75) Una típica posición burguesa es el rechazo de la superproduccióngeneral. Es el sentido que tiene la denominada "Teoría de los Mercados" deSay, Cfr. Say, Tratado de Economía Política, págs. 134 y siguientes, séptimaedición, Guillaumin, Paris. Hay en la naciente burguesía un anhelo de pro-ductividad incesantemente mayor, propósito y deseo que informan el llamado"productivismo saintsimoniano". Cfr. Gide y Rist, Historia de las DoctrinasEconómicas, págs. 301 y siguientes. Traducción de Martinez Peñalver, Reus.Madrid, 1927. Cuando se inicia el desarrollo del capitalismo, la alegre y ju-venil burguesia liberal sólo deseaba una producción constantemente más cuan-tiosa de mercancías. Tenía que rechazar la posibilidad de una superproduc-ción general. .

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base en que descansa el consumo" (76). Ante esa limitación delconsumo el capitalismo crea el mercado mundial, "un mercadomundial que forma en cierto grado las bases materiales de lasnuevas formas de producción y que es la función histórica delorden de producción capitalista". (77). Antes de explicar cuáles el contenido y la significación de la posición que adoptan lasnaciones imperialistas ante la forzosa transformación capitalistade las economías de la zona exterior, es necesario advertir queesa transformación proporciona una demostración más objetivade la contradicción irresoluble entre las fuerzas productivas yla envoltura capitalista, a través de la oposición o pugna entreuna muy creciente productividad y una mayor masa de plusva-lía por una parte, y un mercado exterior no capitalista que cons-tantemente se va reduciendo en virtud de la misma transforma-ción capitalista de las economías nacionales exteriores no capita-listas. Dentro de esas consideraciones adquiere el libre cambioel sentido de un procedimiento liberal, de gran suavidad demo-o"ática para impedir la futura gran crisis del capitalismo impe-rialista, mediante una espontánea limitación del desarrollo yevolución capitalistas de las economías nacionales que no lo sony que comercian, dentro de una peculiar división del trabajo,con las naciones de economía industrial muy vigorosa que pos-teriormente se harán imperialistas. Se comprenden así las con-diciones históricas que llevaron a Inglaterra a adoptar el librecambio y hacerse la defensora del mismo. La temprana revolu-ción burguesa británica aumentó la capacidad de producción dela economía inglesa. Por consiguiente, la Gran Bretaña necesi-taba imperiosamente obtener mercados y para ello debía am-pliar sus exportaciones. El procedimiento tenía que ser el librecambio.

La necesidad de limitar la transformación capitalista de laseconomías nacionales exteriores produce el neo-imperialismo.La condición histórica de la formación y desarrollo del neo-imperialismo es precisamente la lenta transformación de aque-llas economías y la consecuencial imposibilidad creciente de rea-lizar comercialmente la plusvalía, cuya masa aumenta cons-tantemente en virtud de los supuestos ya explicados. Así se di-ferencian el imperialismo y el neo-imperialismo. El uno y el

(76) Marx, El Capital, pág. 1137.(77) Marx, ob. dt., pág. 1286.

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otro adoptan muy diversos procedimientos. El motivo que con-duce fatalmente al neo-imperialismo a abandonar los métodosdel imperialismo de la primera época del capitalismo mundiales el siguiente: Esos métodos son un conjunto de procedimien-tos que transforman a las economías de la zona exterior, contrala voluntad, desde luego, de las naciones imperialistas. Eseefecto impediría la plena realización comercial de la plusvalía,nefasta consecuencia para las naciones neoimperialistas. Portanto, distingue al neo-imperialismo el propósito decidido eirrevocable de eliminar, mediante determinados procedimientos,esa muy nefasta consecuencia.

No ofrece dificultades explicarse, dentro de esas consi-deraciones teóricas, el hecho histórico de que haya sido la Ale-mania nacional-socialista el Estado en el cual se haya expresa-do por primera vez y con gran nitidez el neo-imperialismo.Hay realidades peculiares en virtud de las cuales tuvo que sur-gir en Alemania el neo-imperialismo, antes que en ninguna otranación capitalista. Debe advertirse inicialmente que en Alema-nia hubo una muy tardía y deficiente realización de la revolu-ción burguesa (78). La guerra de los campesinos, la actitud deLutero ante esa guerra y la paz de Westfalia retardan, com-prometiéndolo gravemente, el desarrollo burgués de Alema-nia (79). La referida tardía realización de la revolución bur-guesa es el hecho fundamental que condiciona los restantes. Seproyecta esa realidad histórica en la esfera de la vida culturaly política produciendo el romanticismo político, las dos escue-las históricas -la jurídica y la económica-, la debilidad his-tórica del liberalismo alemán, etc. (8 O). Ul teri ormente y me-

(78) En el Manifiesto Comunista Marx y Engels habían escrito: " ... larevolución alemana no podrá ser sino el preludio de una revolución proleta-ria inmediata". Pág. 45, Editorial Popular, Bogotá, 1939. Pero la revoluciónde 1848 en Alemania no produjo, ni podía producir esa anhelada revoluciónproletaria. Kautsky ha explicado el error en que incurrieron Marx y Engels.La Doctrina Socialista, págs. 59 y 60, traducción de Iglesias y Meliá, Fran-cisco Beltrán, Madrid, 1930. Los dos eminentes autores olvidaban que la bur-guesía sólo puede ser una clase revolucionaria cuando no tiene frente a sía un proletariado que aun cuando esté en formación posea ya una opuesta con-ciencia de clase.

(79) Sobre la guerra de los campesinos y la conducta de Lutero ante ella,cfr. Max Beer, Historia General del Socialismo y de las Luchas Sociales, págs.213 y siguientes y 225 Y siguientes, Editorial Ercilla, Santiago, 1935.

(80) Entre todos esos movimientos culturales y políticos y el nacionalsocialismo hay una explicable vinculación. Sobre las raíces ideológicas del na-zismo, cfr. Rohan D'ü Butler, Raíces Ideológicas del Nacional Socialismo,versión de Selke, Fondo de Cultura Económica, México, 1943. Es de lamen-tar que Butler no dedique extensas páginas a las teorías económicas que estánvinculadas al nazismo.

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diante una adecuada racionalización técnica la industria alema-na intenta eliminar los efectos de la lenta y tardía transforma-ción burguesa de la economía alemana. No habiendo constituídorápidamente su unidad nacional Alemania, ésta llega también tar-díamente al reparto imperialista del mundo. La atonización polí-tica de la nación europea había sido uno de los efectos de laguerra de los treinta años y a ella había tendido, alcanzándolaplenamente, la política exterior de Inglaterra. En tal virtud,Alemania obtiene pocas colonias. Se agudizaba el problema: elsúbito desarrollo burgués de Alemania y la racionalización téc-nica de la industria ocasionaban una mayor capacidad de ex-pansión comercial de la economía alemana, pero ésta carecía demercados (81).

Contemporáneamente no era posible obtener colonias y porende, fue necesario que Alemania modificara fundamentalmen-te la política del comercio exterior y la política colonial. La fi-nalidad de la nueva política comercial será la siguiente: Asegu-rarse amplios mercados para la producción alemana, aumentan-do simultáneamente la importación de las materias primas yproductos agrícolas que Alemania necesita para impulsar ince-santemente su producción interna -algodón, cueros, café, etc.-Se adoptará la compensación: Alemania comprará a las nacio-nes que le compren sus productos. En la esfera de la teoría eco-nómica se afirmará la división internacional del trabajo (82).La Alemania nacional-socialista abandonará la búsqueda afano-sa y la ocupación violenta de colonias que geográficamente es-tén ubicadas en regiones remotas y en continentes distintos.Transformará en colonias a las naciones limítrofes. Es necesa-rio aclarar el sentido de la palabra "colonias" utilizada en lafrase anterior. Ella no indica que el nazismo creará en las na-ciones europeas a que me he referido un sistema político idén-tico al de las colonias auténticamente tales. La Alemania nacio-

(81) Justamente la gigantesca racionalización técnica de la industria ale-mana produce una nueva clase media, la cual se afilió al nacional socialismo.De Mann ha explicado el proceso. Esa nueva clase media tiene sentimientosanticapitalistas y sentimientos antisocialistas, de cuya unión ha surgido eseproducto monstruoso del nacional socialismo. De Mann, Socialismo Construc-tivo, págs. 225 y siguientes, Agui1ar. Madrid, sin fecha.

(82) List, Sistema Nacional de Economía Política, traducción de SánchezSarto, Fondo de Cultura Económica, México, 1942, habia defendido ya lacompensación, pág. 382, y la división del trabajo entre la zona tropical y lazona templada, págs. 196, 197, 198, 253 y siguientes. Hay otras muchas ana-logias teóricas entre List y la concepción económica nacional socialista.

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nal-socialista se limitará a ocasionar una transformación en laproducción económica de los Estados limítrofes, formando asíen torno a ella, un gran espacio vital continental (83). La"marcha al este" no es otra cosa que la transformación de laseconomías del oriente europeo -Ucrania, especialmente- eneconomías productoras de materias primas y de productos agrí-colas que girarán en torno a la gran economía industrial de laAlemania nazista. Tal es el significado de la "marcha al este"(84). Ese contenido del programa de expansión comercial yeconómica del nacional-socialismo en Europa ha sido explicadocon extraordinaria objetividad por Ernst Henri: "El imperiohitlerista es, geográficamente, nada menos que el campo de ac-ción intrínseco de las fuerzas productoras del Ruhr. ¿Pero quésignifica para Europa la "Unión Germánica" del plan Rosen-bergr Transforma el continente de arriba a abajo. Llega por unlado hasta el Atlántico y el Canal de Suez, por el otro hasta elOcéano Artico y el Mar Adriático. Convierte al Mar del Nortey al Báltico en mares interiores de Alemania. Anula a todos losEstados puramente "nacionales" de la periferia del Continentey los convierte en estructuras accesorias de tercer orden. Creadentro de esta parte del globo un bloque central tan gigantescoque todo lo que se halla todavía fuera de él debe sucumbir a sumagnetismo y a su poder. Reúne en este bloque todas las ma-terias primas esenciales y artículos alimenticios esenciales delContinente. Junta los centros industriales del Rhin con las lla-nuras agrícolas del Danubio. Combina los centros de produc-ción industrial más intensa con uno de los graneros más impor-tantes de Europa. Inmuniza a Berlín para siempre de los pe-ligros de un nuevo bloqueo (autarquía). Libra al Ruhr de sudependencia del mineral de hierro francés (Lorena, Suecia).Reúne a todos los grandes centros carboníferos de Europa, fuerade Inglaterra y Rusia (el Ruhr, el Sarre, Campine, Limburgoy Alta Silesia) en un solo bloque. Provee a esta masa de mate-

(83) Sobre la teoría de los grandes espacios vitales continentales, cfr.Weigert, Geopolítica, págs. 118. 121 Y siguientes, 144, 145 Y 146, traducciónde Iglesia, Fondo de Cultura Económica, México, 1943. La denominada "es-fera de coprosperidad del Asia Oriental" es el espacio vital continental delJapón.

84) Respecto a la marcha al Este, cfr. Hitler, Mi Lucha, págs. 639 ysiguientes, traducción francesa de Gaudefroy, Demombynes y Calmettes, nue-vas ediciones latinas, París, sin fecha. Además, Rauschning, La revolución delnihilismo, págs. 311 y siguientes, traducción de Ayala, Losada, Buenos Aires,1940.

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rias primas y de artículos manufacturados un enorme mercadointerno de 100 millones de compradores. Pone en contacto losbancos del Ruhr con nuevas masas de clientelas poseedoras deahorro en efectivo. Quita a Inglaterra una de las más impor-tantes esferas de acción de su comercio y ·de sus barcos, el Nor-oeste de Europa (Bélgica, Holanda, Escandinavia y los PaísesBálticos). Le cierra a Francia (y quizás también a Italia) el ca-mino de los Balcanes y del Cercano Oriente. Entrega a todoslos pueblos débiles que se encuentran entre el sur del Danubioy el oeste de la India al poder arbitrario de los Reyes del Ruhr.Crea en provecho propio, en medio del Continente europeo, uncontinente económico independiente" (85). Desde luego, todosesos prospectos de expansión económica han sido destruídos porlas victorias aliadas.

Es evidente la significación histórica de la política de co-mercio exterior y de la política colonial de la Alemania na-cional socialista: un conjunto de procedimientos que tienden aeliminar la oposición entre una gigantesca capacidad de expan-sión comercial de la industria alemana y un mercado muy limi-tado. Tal es el sentido del neo-imperialismo, el cual se genera-lizará como política comercial y colonial de todas las nacionesneo-imperialistas. El neo-imperialismo no es un fenómeno li-mitado solamente a la Alemania nacional socialista. Las condi-ciones históricas que lo han creado fatalmente lo transformaránen un hecho económico general, el cual está unido a esas mayo-res vinculaciones comerciales entre las naciones neo-imperialis-tas y a las tremendas luchas de ellas entre sí para obtener la he-gemonía en los mercados de las naciones de la zona exterior.Exactamente escribe Rosa Luxemburgo:" .los antiguos paí-ses capitalistas constituyen mercados cada vez mayores entre sí,y son cada vez más indispensables unos para otros, mientras almismo tiempo combaten cada vez más celosamente, como com-petidores, en sus relaciones con países no capitalistas" (86).

(85) Henri, Hitler sobre Europa, págs. 143 y 144, Editorial Acento, Bue-nos Aires, 1939. Es impecable e irreprochable esa muy adecuada descripcióndel contenido del programa nazista de expansión económica y comercial enEuropa. El espacio vital continental de Alemania en Europa es la explota-ción y esclavización de las economías nacionales del Viejo Continente. Tal esel sentido de toda esa fecunda y variada literatura nacional socialista; en tornoa los espacios vitales continentales.

(86) Luxemburgo, ob. cit., pág. 347. Muy sencilla sería una demostra-ción estadística de la afirmación de la eminente autora.

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El neo-imperialismo está vinculado a la desaparición delcapitalismo liberal. En efecto, es el neo-imperialismo, en la es-fera de la vida económica internacional, una proyección. de laplanificación económica interna. El neo-imperialismo es o intentaser la planificación económica internacional. El imperialismo tr~:...dicional y clásico fue una expresión del liberalismo económico.: ydel capitalismo liberal. Generalmente hablando, la regulación delcomercio internacional y de la economía mundial supone siem-pre una previa reglamentación o modo regulador de la econo-mía nacional. Comercio exterior y economía nacional formanuna unidad indisoluble. Haberler escribe:" . la teoría del co-mercio internacional sólo puede ser concebida como un caso es-pecial de la teoría económica general" (87). En otras palabras,que hay una totalidad, a saber, la ya mencionada unidad indi-soluble de la reglamentación del comercio mundial y la regu-lación de la economía nacional, totalidad que sería una expre-sión de esa general totalidad cultural en que se manifiesta todaconcepción del mundo.

El neo-imperialismo no sería comprensible sin la quiebradel capitalismo liberal. Ambos, el capitalismo dirigido y el neo-imperialismo condicionan esa peculiar significación histórica dela guerra actual, la cual se distingue muy claramente del pri-mer conflicto mundial de 1914 (88).

El neo-imperialismo es un conjunto de concepciones econó-micas y políticas teóricas. El neo-imperialismo es una reglamen-tación del comercio internacional y una regulación de la econo-mía nacional. Debe advertirse muy nítidamente que precede aesa reglamentación y regulación una previa realización de de-terminados hechos económicos. Posteriormente y condicionadaspor tales hechos se definen algunas peculiares teorías. Ya se ob-servó anteriormente que todo sistema económico representa unaunidad de los modos reguladores que lo integran. Debe adver-tirse que no pueden confundirse esos modos con el correspon-diente sistema de relaciones de producción vigente en determi-nado momento histórico (89). Es históricamente posible una

(87) Haberler, El Comercio Internacional, pág. 9, traducción de Perpi-ñá Grau, Editorial Labor, Barcelona, 1936.

(88) El sentido peculiar de la presente guerra es muy rico en sugeren-cias sociológicas. Algo ha dicho Víctor Serge en Los Problemas del Socialismoen Nuestro Tiempo. Ediciones Iberoamericanas, México, 1944. Pero esa rea-lidad histórica es mucho más compleja.

(89) Cfr. Marx, prólogo a la Crítica de la Economía Política, págs. 7 y8, edición citada.

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realización de diversos modos reguladores en un mismo siste-ma de relaciones de producción. El imperialismo y el neo-impe-rialismo, por ejemplo, que representan opuestos modos de re-gular el comercio mundial y la economía nacional se han desa-rrollado dentro de la vigencia del sistema de relaciones bur-guesas de producción. El imperialismo está unido al capitalismoliberal y ambos producen u ocasionaron una peculiar reglamen-taci6n del comercio mundial y de la economía nacional. En éstahay libertad económica, es decir, libertad ante el Estado, no li-bertad de competencia económica, pues el imperialismo eliminala libre concurrencia, mediante una gigantesca concentración de 1capital a través de un doble proceso de acumulación y centrali-zación. Además, el imperialismo es el libre cambio y muy espe-cialmente, una determinada regulación monetaria nacional. Así,se conciben las varias teorías económicas que están unidas al im-perialismo, y dentro de ellas y como base teórica del libre cam-bio, la concepción de los automatismos monetarios que indica-ría que el equilibrio de la balanza comercial se restablece auto-máticamente. Justamente el libre cambio alcanza una justifica-ción teórica más sólida en esa concepción monetaria que en lo.de la división internacional del trabajo. El neo-imperialismo estambién un modo regulador del comercio mundial de la eco-nomía nacional. Se abandona la autónoma y libérrima realiza-ción de la libertad comercial internacional. Si, como se explica-rá posteriormente, se intenta liberalizar el comercio internacio-nal, esa liberalización se presenta contradictoriamente como unareglamentación estatal de la vida económica mundial. En otraspalabras, se elimina la libertad para llegar a una liberalizacióndel comercio mundial. En la economía nacional el neo-impe-rialismo representa una extinción total del capitalismo liberal.El Estado se entrega a reglamentar minuciosamente dentro deplanes determinados la vida económica nacional. En cuanto serefiere a la economía nacional es por eso el neo-imperialismo laplanificación. También el neo-imperialismo supone una previaregulación monetaria, que se opone a aquella otra en la cual sehabía simbolizado el viejo imperialismo. Esa unidad indisolu-ble de los modos reguladores en que se expresan el imperialis-mo y el neo-imperialismo no debe sorprendernos. En la esferade la vida social y cultural del hombre hay siempre una totali-

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dad que se realiza plenamente en los diversos sectores de laexistencia histórica del hombre.

2.-EI neo-imperialismo y la post-guerra.El capitalismo neo-imperialista sufre la contradicción básica

entre una limitación de los mercados y una creciente y gigan-tesca expansión de las fuerzas productivas. Hay una reducidademanda interna y sobre todo una mínima demanda del mediosocial no capitalista y una muy amplia capacidad de producción.Hay pues, una divergencia fundamental entre la limitada de-manda y la oferta creciente. Marx escribe certeramente: "Elmercado se amplía menos pronto que la producción, es decir, enel ciclo o más bien la espiral que el capital describe durante sureproducción, llega un momento en que el mercado parece de-masiado estrecho para la producción. Es lo que se produce alfin del ciclo. Pero ello significa que el mercado está saturado.La superproducción es evidente. Si la ampliación del mercadohubiera marchado paralelamente con el aumento de la produc-ción, no habría habido ni saturación del mercado, ni superpro-ducción" (90). Ha advertido Marx que "tendrá necesariamen-te siempre que darse un dualismo entre las dimensiones limita-das del consumo sobre base capitalista y una producción quetiende constantemente a superar esos límites" (91). Para el in-signe autor la contradicción de la producción capitalista consiste"en esa tendencia hacia el desarrollo absoluto de las fuerzasproductivas que entran constantemente en conflicto con las con-diciones específicas de la producción, dentro de las cuales semueve el capital y únicamente dentro de las cuales puede mo-verse" (92). Esas condiciones específicas se expresan realmenteen la limitación creciente de la demanda de los mercados exte-riores no capitalistas.

La antinomia fundamental entre la creciente productividady un consumo que se va reduciendo, limitación que es un efectode la inevitable transformación capitalista de las economías na-cional~~ de la zona exterior es el hecho que explica las periódi-cas CrISISgenerales de superproducción del capitalismo mundial.Restringiéndose constantemente la demanda de los mercados

.. (90) Marx, Historia de las Doctrinas Económicas, tomo V, pág. 84, "Ad-mItIendo, aclara Marx, que el mercado debe extenderse para evitar la super-producción, se admite la posibilidad de la superproducción", pág. 84.

(91) Y (92) Marx, El Capital, pág. 1146.

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externos se agudiza la antinomia fundamental y ese hecho ex-plica el dramatismo mayor y la creciente profundidad de lascrisis periódicas. Por eso, la crisis de 1929, crisis que se realizaen una jornada histórica de total neo-imperialismo, tuvo unaprofundidad y una universalidad que no distinguieron a las an-teriores (93). Es la imposibilidad de asegurarse una ampliaacumulación del capital la realidad que nos permite compren-der la mayor profundidad de las crisis. Hay una conexión entrela acumulación y las crisis. Cuando el proceso de acumulaciónse detiene, estalla la crisis (94). Ahora bien, a medida que sevan transformando capitalistamente las economías de la zonaexterior la acumulación se dificulta, hecho que ocasiona una másacentuada gravedad de las crisis. La acumulación es inconcebi-ble sin la realización comercial de la plusvalía y aquella trans-formación obstaculiza esa realización, efecto que a su turno seproyecta en una agudización de las periódicas crisis generalesde superproducción. En tal virtud, el neo-imperialismo es lajornada histórica de una constante agudización de las crisis. Poreso, no es posible que el neo-imperialismo produzca un "capi-talismo organizado" sin crisis y sin anarquía capitalista de laproducción (95). Además, dentro de esa significación básicade la jornada neo-imperialista del capitalismo mundial se com-prende que el paro forzoso sea endémico y no como antes, unarealidad que periódicamente se diese en cada una de las sucesi-vas crisis generales (96). Los procedimientos del neo-imperia-lismo son, por consiguiente, un conjunto de métodos desespera-dos para eliminar las crisis. Los autores de los "Cursos de Ini-ciación Marxista" escriben: "El aparato de producción actuales desproporcionado, en relación con los exiguos mercados deque dispone. Por eso el capitalismo de la post-guerra (la ante-rior post-guerra) ve cómo se paraliza constantemente y en pro-porciones gigantescas su aparato de producción, lo que determi-

(93) Respecto a dicha crisis, cfr. Varga, La Crisis y sus Consecuencias PolÍ-ticas, págs. 41 y siguientes. Ediciones Europa-América, 1935, Barcelona, yCursos de Iniciación Marxista, págs. 270 y siguientes, Editorial Cenit, Madrid.

(94) Cfr., Varga, ob. cit., págs. 32 y siguientes.

(95) El social demócrata alemán Hilferding sostuvo que el imperialismoproduciría un capitalismo organizado que no sufriría crisis. Para una críticade esta teoría, cfr. Varga, ob. cit., págs. 45 y siguientes, y Cursos de IniciaciónMarxista, págs. 301 y 302.

(96) Cfr., Varga, ob. cit., 148 Y siguientes.

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na un paro forzoso tan permanente y tan extenso como jamásse había conocido antes de la guerra" (97).

Con excepción de la Unión Soviética, las potencias triun-fantes deberán asegurarse amplios mercados una vez que elconflicto termine (98). Si obtienen mercados extensos se amor-tiguaría la contradicción básica entre una creciente productivi-dad y un limitado consumo. Por otra parte, las naciones neo-imperialistas contemplarán en la post-guerra el problema de lanecesidad de eliminar el paro forzoso de los hombres desmo-vilizados. En el estudio de la transición de la economía de gue-rra a la de paz, publicado por la Sociedad de Naciones, se hacendiversas consideraciones en torno a ese problema del empleo to-tal. En ese estudio se leen estas observaciones: "Si los objetivoseconómicos y sociales de las naciones unidas han de llenarse, esnecesario concertar los medios para mantener en tiempo de paz,hasta donde sea posible, los elevados niveles de producción yempleo alcanzados en tiempo de guerra" (99). "No creemos,por nuestra parte, que los hombres y las mujeres, cuando estaguerra termine, tolerarán una organización de la sociedad bajola cual aquellos que están deseosos y ansiosos de trabajar, sinculpa suya, evidente o consciente sean privados de la opor-tunidad de hacerlo" (10 O). "La primera tarea de los gobiernosal finalizar las hostilidades será, naturalmente, conseguir quelos hombres desmovilizados regresen a sus empleos, satisfacien-do, por otra parte, las necesidades civiles en una mayor exten-sión de lo que fue posible durante la guerra" (10 1). Ese temadel empleo total y de la necesidad de alcanzarlo fue objeto dealgunas de las resoluciones aprobadas por las Conferencias In-ternacionales del Trabajo últimamente reunidas. La celebradaen Nueva York del 27 de octubre al 6 de noviembre de 1941,

(97) Cursos, pág. 265.(98) Una economía socíalísta como la de la Unión Soviética no necesita

exportar, pues las exportaciones son un efecto necesario del capitalísmo. Conellas, las respectivas economías capitalístas realizan comercíalmente la plus-valía, colocando las mercancías en el mercado internacíonal. La economía so-viética no produce mercancías sino valores de uso. En consecuencia, para ellalas exportaciones no son una necesidad.

(99) Estudio cítado, pág. 9 de la edición castellana.(lOO) Pág. 12.(lO 1) Pág. 58. Respecto al empleo total puede consultarse también el

informe número 1 sobre Política, Programa y Posición Futuros de la Organi-zación Internacional del Trabajo, págs. 12 y siguientes, 53 y 54 y 38 Y 77, dela edición castellana, informe presentado a la Conferencía del Trabajo de Fi-ladelfia por la Oficina Internacíonal del Trabajo.

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en la resolución número 1 hace esta declaración: "Consideran-do que al fin de la guerra debe seguir una acción inmediata.para el mantenimiento del empleo y para la elevación de lascondiciones de vida en todo el mundo". La Vigésima Sexta Reu-nión de la Conferencia Internacional del Trabajo realizada enFiladelfia del 20 de abril al 12 de mayo de 1944, al afirmarlos nuevos objetivos y finalidades de la Organización Interna-cional del Trabajo, colocó entre ellos el de obtener "la pleni-tud del empleo y la elevación de los niveles de vida". Esa mis-ma Conferencia Internacional en la recomendación número 72,referente al servicio del empleo, declaró que la "función esen-cial del empleo debería ser la de asegurar, en colaboración conotros organismos públicos y privados interesados, la mejor or-ganización del empleo de los trabajadores industriales, agríco-las y otros, como parte integral de un programa nacional decompleta utilización de las fuerzas productivas". Naturalmen-te, la obtención del empleo total supone el necesario aumentode las exportaciones de las naciones neo-imperialistas. N o seríaposible alcanzarlo dentro de una simple satisfacción de la de-manda interna. Esta sería incompatible con una amplia produc-ción nacional, aún más aumentada en virtud de la elevación dela productividad, a raíz del desarrollo técnico alcanzado duran-te la guerra -la racionalización-o Surge una forzosa conse-cuencia: la necesidad de aumentar las exportaciones, que en esaforma se eliminaría la oposición entre una mayor productividady una reducida demanda interna, después de que se haya satis-fecho, como es obvio, la demanda extraordinaria que surgiráapenas termine la guerra. Hay solamente un procedimientopara obtener y asegurarse una elevación de las exportaciones.Es el de la liberalización del comercio mundial, liberalizaciónque conduciría a una eliminación de las trabas que obstaculizanpesarosamente el desarrollo del comercio internacional. La po-lítica de liberalización del comercio internacional es una políti-ca de las naciones neo-imperialistas triunfantes. Ella se expre-saría en los siguientes momentos o fases: a) Una reducción delos aranceles; b) U na limitación y posteriormente una supre-sión de las restricciones de toda índole que gravitan sobre lasimportaciones; c) U na extinción de todas las trabas de muyvaria naturaleza que impiden una expansión apetecible del co-mercio mundial; d) Una eliminación del control de cambios; y

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e) Una estabilización de los tipos de cambio. La finalidad dedicha estabilización es evidente : Una liberalización del comer-cio mundial. Esa estabilidad de los tipos de cambio es uno delos varios procedimientos que para la liberalización del comer-cio mundial adoptarán las naciones neo-imperialistas. Medianteoportunas fluctuaciones del tipo de cambio se puede realizaruna dúctil y adecuada defensa de las industrias de las nacioneshispanoamericanas en la post-guerra. Por ende, la estabiliza-ción monetaria impediría que una política proteccionista pudie-se desarrollarse con flexibilidad durante la post-guerra.

La formación de grupos económicos regionales o continen-tales es también una expresión de esa liberalización del comer-cio mundial a la cual tienden los Estados neo-imperialistas.Condliffe ha sostenido la necesidad de que en el período queseguirá a la terminación del conflicto se constituyan grupos eco-nómicos que giren en torno a una determinada gran potencia(102). Paul Chevalier ha advertido que en la post-guerra "losdiferentes grandes capitalismos de estado sentirán a su vez ne-cesidad de ampliarse hasta convertirse en capitalismos continen-tales e incluso intercontinentales" (103). Es necesario explicarla identidad que media entre esos planes para la creación degrupos económicos regionales y los procedimientos y la políticade comercio exterior de la Alemania nacional socialista. Se ob-servó ya que la geopolítica alemana defendió la necesidad deconstituír grandes espacios vitales continentales, sosteniendoque en el momento presente de la evolución histórica el mundotendía a la formación de esos espacios. Por otra parte, la mar-cha al Este es la transformación de las economías nacionales delOriente europeo en economías subordinadas a la Alemania na-zista, así como la esfera de co-prosperidad del Asia Oriental noes otra cosa que el sometimiento de las economías de esa regióna la del Japón. El nazista Gerhart J entsch define así el espaciovital: "Un territorio suficientemente grande y vario en su es-tructura económica para que los grupos humanos que en él con-

(102) Cfr., Condliffe, La Reconstrucción del Comercio Mundial, págs.446 y 447, traducción de Prados Ararte, Editorial Sudamericana, Buenos Ai-res, 1942.

(103) Chevalier, Los Problemas del Socialismo en nuestro Tiempo, pág.116, ediciones iberoamericanas, México, 1944. Debe advertirse que ha de re-chazarse esa presunta existencia de los capitalismos de estado a que se re-fiere Chevalier. La planificación no crea en la economía nacional un capita-lismo de Estado. '

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viven tengan la posibilidad -siempre que trabajen sistemática-mente en colaboración y provecho recíprocos- de realizar unaintensa producción de gran envergadura, una moderna divisióndel trabajo y el intercambio de bienes y capitales preciso; esdecir, lo necesario para que puedan llegar a un nivel de vidapropio del siglo XX, logrando la independencia más completaposible frente a la política económica de los grandes capitalis-mos o de otros espacios vitales grandes, acaparadores de mate-rias primas" (104). Se observa que el autor citado centralizala formación del espacio vital o de los espacios vitales en la rea-lización de una adecuada división del trabajo entre las econo-mías nacionales que integren el espacio vital, pero justamenteesa división del trabajo, como se explicará posteriormente, su-bordina las economías agrícolas a las economías industriales delas naciones que sean el eje de los respectivos espacios vitales.La división del trabajo es inconcebible sin esa subordinación.Otro escritor nacional socialista, el señor Walter Graevell, tam-bién ha afirmado con peculiar claridad la necesidad en que seencontrarían las naciones de economía semi-capitalista o pre-capitalista de aceptar la hegemonía de los grandes Estados im-perialistas. Graevell dice: "Toda economía de un pueblo nopodrá constituír una economía nacional (10 5). Sería un funestoerror para cualquier Estado de menor importancia y para cual-quier pequeño Estado estimar que los principios válidos parauna gran nación les convengan igualmente. Todas esas colecti-vidades de menor envergadura tendrán contrariamente, en elfuturo que adoptar en el orbe de los diferentes grandes centrosde potencia, una línea de conducta que no esté en contradiccióncon las necesidades vitales de las economías nacionales de suambiente. Los Estados agrícolas y de materias primas se venasí dispensados de industrializarse completamente" (10 6). Esaexplicación del contenido de las relaciones económicas que exis-tirían dentro de un espacio vital entre las naciones que lo for-men, coincide totalmente con los grupos regionales o continen-tales que las potencias triunfantes quieren constituír en la post-guerra. El economista norteamericano Condliffe, según ya se

(104) Jentsch, Espacio Vital, págs. 10 y 11, estudio publicado por el Mi-nisterio de propaganda del Reich.

(105) Para Graevell una economía nacional sería aquella que disfrute deun gran desarrollo industrial.

(106) Graevell, La reorganización del comercio internacional, en "RevistaEconómica Internacional", año 30, volumen IV, Bruselas, octubre de 1938.

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advirtió, propugna la formación de tales grupos. Escribe: "Peroparece probable que esta contienda termine por la constituciónde bloques más amplios y no por la balcanización de Europa, alrevés de lo ocurrido en las anteriores. Si se cumple esa hipóte-sis, se organizarán las relaciones internacionales de comercioentre territorios metropolitanos ampliados y rodeados de paísessatélites, que gozarán de distinto grado de independencia polí-tica, pero estarán subordinados esencialmente al poder finan-ciero, económico y monetario de las potencias dominantes" (10 7).No es difícil intuír la razón histórica que permitiría compren-der la identidad ya explicada entre los planes para la creaciónde grupos económicos regionales y los procedimientos y la po-lítica de comercio exterior de la Alemania nacional socialista-Teoría de los Espacios Vitales-o El neo-imperialismo debeforzosamente expresarse en esa tendencia a la formación de gru-pos económicos que giren en torno a una gran potencia. Obvia-mente esa constitución de tales grupos limitaría el desarrollo ca-pitalista de las economías nacionales que periféricamente giren entorno a la respectiva gran potencia. Esa limitación es un propó-sito reflexivamente deseado e impuesto por las naciones neo-imperialistas. El motivo es evidente: la necesidad de lim,itar eldesarrollo capitalista de las economías nacionales periféricaspara que no se restrinja, ni desaparezca el medio social no ca-pitalista en el cual colocan y realizan comercialmente la plus-valía las naciones neo-imperialistas. Me remito a la ya analiza-da diferencia entre el imperialismo y el neo-imperialismo. Debehacerse una afirmación general: la política de comercio exteriorque realizarán las potencias neo-imperialistas en la post-guerraes una manifestación necesaria de la nueva jornada histórica quevive actualmente la economía capitalista mundial. El hecho fun-damental en la post-guerra será el neo-imperialismo. Esa polí-tica comercial supone la adopción de una determinada actitudante la reconstrucción del comercio internacional en la época queseguirá a la terminación del conflicto. Se deseará que las nacio-nes semi-capitalistas y pre-capitalistas acepten nuevamente lasimportaciones que hacían en la pre-guerra, procedentes de lasnaciones neo-imperialistas. En el estudio de la transición de laeconomía de guerra a la de paz publicado por la Sociedad de

(107) Condliffe, ob. cit., pág. 447.

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Naciones se hace esta declaración: "El empleo completo no seconseguirá después de la guerra, si hay naciones que rehusanadquirir de otros países los bienes que tenían el hábito de com-prarles; y que éstos, por su parte, están organizados para pro-ducir" (10 8). Naturalmente, si se comprende así la reconstruc-ción del comercio mundial las industrias que se hayan desarro-llado durante el conflicto en las naciones hispanoamericanas-caso de la producción textil en Colombia- sufrirán una duracompetencia que probablemente ocasionaría en ellas una in-quietante crisis. Ante el problema de la reconstrucción del co-mercio mundial en la post-guerra la posición neo-imperialistaes muy nítida: una reanudación de las exportaciones de produc-tos de consumo inmediato que hacían las naciones neo-imperia-listas, conexa a una reanudación de las compras que de dichosproductos hacían en el período anterior al conflicto las nacionessemi-capitalistas y pre-capita1istas. Además, se deseará limitarel desarrollo económico de estas últimas naciones. En esa for-ma se impedirá que desaparezca el medio social no capitalista,condición de la acumulación capitalista. La regulación del co-mercio mundial se hará internacional en la post-guerra, dentro delos planes de las potencias neo-imperialistas. La formación de gru-pos económicos regionales o continentales sería una expresión deesa internacionalización de la regulación del comercio mundiaLAnalizada a través de cierta perspectiva, esa internacionaliza-ción tendría la significación de una tendencia a eliminar la an-tinomia entre una incondicionada afirmación del nacionalismoeconómico y la economía mundiaL Hay una teoría burguesacontemporánea para explicar las crisis periódicas del capitalis-mo. Se considera que ellas obedecen, y muy especialmente la de1929, a una contradicción o divergencia fundamental entre laeconomía mundial ya creada y el feroz nacionalismo económi-co (109). Se prescinde así del estudio de la contradicción, ellasí fundamental, entre una zona exterior no capitalista de limi-tado consumo y una creciente capacidad productiva de las nacio-nes neo-imperialistas. La aludida regulación internacional delcomercio mundial tiene un segundo sentido histórico: es un pro-cedimiento típicamente neo-imperialista, pues su finalidad esuna tendencia a perpetuar la naturaleza o índole actual de las

( lOS) Pág. 12 del estudio mencionado.(109) Para esa posición teórica, cfr., Delaisi, Contradicciones del Mundo

Moderno, traducción de Lázaro y Ros, Aguilar, Madrid, 1932.

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economías nacionales que integran la zona exterior no capita-lista. Esa regulación supone una nueva adopción de la divisióninternacional del trabajo, la cual conduciría innegablemente auna restricción del desarrollo capitalista de las naciones ubica-das geográficamente en el medio exterior que circunda a losEstados neo-imperialistas. La reglamentación internacional delcomercio mundial no sería compatible con la conservación delcontrol de cambios. Condliffe así lo ha aceptado: ". no existeprobabilidad alguna de que las políticas monetarias autónomas,basadas en el control de cambios encajen en un sistema de co-operación y equilibrio económico internacional" (110). La su-presión del control de cambios es una de las muchas manifesta-ciones de la liberalización del comercio internacional, tal comoella es propugnada por las naciones neo-imperialistas triun-fantes.

Todos esos procedimientos y los ya explicados propósitosde política comercial son un esfuerzo tenaz para amortiguar oaplazar las futuras grandes crisis del capitalismo mundial, eli-minando la antinomia fundamental entre una muy crecienteproductividad y un mercado reducido de limitada capacidad deconsumo (11 1). Es necesaria una digresión teórica en torno aesa contradicción y la antinomia entre la producción social y laapropiación individual en la economía capitalista. Evidente-mente en el capitalismo imperialista se agudiza el dualismoentre producción social y apropiación individual (112). Peroese dualismo es apenas una descripción de la interioridad delsistema capitalista de producción. Además, el supuesto de dichadescripción es una total hegemonía del modo capitalista de pro-ducción de mercancías en la respectiva economía nacional. Esesupuesto es inexacto (113). Científicamente no es aceptable esadescripción de la excluyente y exclusiva interioridad del siste-ma capitalista. No es objetivamente posible aislar asocial mentea las economías nacionales imperialistas y neo-imperialistas,

(110) Condliffe, ob. cit., pág. 432.(111) Cfr. Marx, El Capital, pág. 1141. Lenin llama al capitalismo im-

perialista "capitalismo parasitario o en estado de descomposición". El Impe-rialismo, Etapa Superior del Capitalismo, pág. 167, ediciones Europa-América.

( 112) Cfr. Lenin, ob. cit., pág. 34, Y Cursos de Iniciación Marxista, pág.261.

( 113) Cfr. Luxemburgo, ob. cit., pág. 326. Ni en Inglaterra, ni en los Es-tados Unidos de América el modo capitalista de producción es el único exis-tente. Toda economía nacional es una economia en la cual coexisten diversossistemas de producción.

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porque ellas están fatalmente vinculadas a una zona exterior nocapitalista. Aquel análisis de la pura interioridad del modo ca-pitalista de producción es una descripción estática de la econo-mía capitalista. Contrariamente la teoría de la acumulación delcapital y del neo-imperialismo que ha sido adoptada en el pre-sente ensayo es una aprehensión dinámica del desarrollo del ca-pitalismo. Por otra parte, la finalidad científica de un estudiode la antinomia entre producción social y apropia€ión individuales la comprensión del proceso de creación de las condicionesque harán posible la realización de una economía socialista. Elcapitalismo tiene una dialéctica interna peculiar, pues produceél mismo los supuestos que genéticamente ocasionarán la desa-parición de la economía capitalista, permitiendo la realizaciónhistórica del socialismo, pero dentro de los límites geográficosde aquellas economías nacionales que vivan la contradicción en-tre una producción social y una apropiación individual, econo-mías de alto grado de desarrollo histórico, sin que forzosa-mente tengan que ser imperialistas o neo-imperialistas y econo-mías que ya conozcan una total hegemonía del modo capitalistade producción. Ahora bien, como no es posible históricamenteque en la jornada actual de expansión del capitalismo haya eco-nomías nacionales que sólo conozcan el modo captalista, debeconcluírse que no será posible realizar una economía socialistainmediatamente después del triunfo de la revolución (114).Hay un caso histórico muy conocido: la Unión Soviética y laNep. Sabido es que después de la guerra social en Rusia debióadoptarse una política que otorgaba algunas libertades econó-micas burguesas, ante la imposibilidad de realizar una economíasocialista inmediatamente después de la terminación de la gue-rra social, porque todavía el capitalismo ruso en la época ante-rior a la revolución no había creado los supuestos objetivos paraimponer y realizar la economía socialista.

El neo-imperialismo será el indestructible sentido históricode la post-guerra. Los dos supuestos de la significación pecu-liar que distinguen a la presente guerra mundial son la quiebradel capitalismo liberal y el neo-imperialismo. Hemos realizado

(114) Ni aun en los Estados Unidos de América sería posible realizar contotal plenitud histórica una economía socialista. También en esa nación hayuna zona exterior no capitalista que rodea al gigantesco imperialismo desarro-llado en la patria de Lincoln. La zona exterior existe en dos sectores geográ-ficos: dentro del Estado imperialista y en la periferia que lo rodea, coloniasy naciones dependientes.

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el tránsito de la libertad económica a la planificación y del im-perialismo tradicional y clásico -un imperialismo desarrolladodentro de la libertad- a un nuevo tipo histórico de imperialis-mo, cuya intelección exige una especial teoría de la acumulacióndel capital, la cual, por lo demás, también era necesaria para laaprehensión del imperialismo tradicional. Pero el hondo senti-do histórico del presente conflicto, la significación de estanueva guerra mundial no podrían ser analizados adecuadamen-te en este trabajo. Ese tema podría ser objeto de un posteriorensayo.

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