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La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

Date post: 06-Jan-2017
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1 EL SISTEMA DE PARTIDOS CHILEO E VEITE AÑOS DE DEMOCRACIA Leticia M. Ruiz Rodríguez, Universidad Complutense de Madrid 1.- LA HUELLA DEL AUTORITARISMO, LA TRASICIÓ Y COSOLIDACIÓ E EL SISTEMA DE PARTIDOS La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de partidos chileno ha sido un ejercicio recurrente desde su transición a la democracia (1989). El consenso generalizado es que se han combinado elementos de cambio y de continuidad con respecto al sistema de partidos que, hasta el golpe de 1973, se había forjado en el país. Así mismo, también se han producido cambios y continuidades en la evolución del sistema de partidos chileno durante las más de dos décadas de democracia. Uno de los cambios más destacados ha sido la victoria en las elecciones presidenciales de 2009/2010 de la coalición de derecha Coalición por el Cambio (antes Alianza por Chile), tras veinte años de gobierno de la coalición de centro izquierda, Concertación de Partidos por la Democracia. Las páginas que siguen se ocupan de las principales transformaciones en el sistema de partidos post-autoritario que emerge y se consolida en Chile entre el Referéndum de 1988 y las posteriores elecciones de 1989 con respecto al sistema de partidos de las elecciones de 2009/2010. Cuatro factores caracterizaban al sistema de partidos chileno diferenciándolo de otros sistemas de partidos de América Latina. Su alto grado de institucionalización (Mainwaring y Scully 1992; Payne et al. 2002); la distribución proporcional de su electorado a lo largo de tres tercios (izquierda-centro-derecha), la existencia de una estructura estable de clivajes sociales similares a los Europeos (capital/trabajo y clivaje religioso fundamentalmente); así como una naturaleza incluyente y representativa de los partidos políticos con respecto a las demandas de la sociedad, eran algunos de los factores que le valieron el calificativo de sistema más europeo de la región (Dix 1989). Junto a estas cualidades excepcionales, Chile era el único país de América Latina donde la izquierda había ganado una elección presidencial 1 . El golpe que derrocó a Salvador Allende en 1973 inauguró un gobierno autoritario de corte militar altamente personalizado en la figura de Augusto Pinochet. La persecución 1 Salvador Allende gana en 1970 la elección presidencial al frente la Unidad Popular, una coalición de partidos de izquierda.
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EL SISTEMA DE PARTIDOS CHILE�O E� VEI�TE AÑOS DE DEMOCRACIA

Leticia M. Ruiz Rodríguez, Universidad Complutense de Madrid

1.- LA HUELLA DEL AUTORITARISMO, LA TRA�SICIÓ� Y CO�SOLIDACIÓ� E� EL

SISTEMA DE PARTIDOS

La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de partidos chileno ha sido un

ejercicio recurrente desde su transición a la democracia (1989). El consenso

generalizado es que se han combinado elementos de cambio y de continuidad con

respecto al sistema de partidos que, hasta el golpe de 1973, se había forjado en el país.

Así mismo, también se han producido cambios y continuidades en la evolución del

sistema de partidos chileno durante las más de dos décadas de democracia. Uno de los

cambios más destacados ha sido la victoria en las elecciones presidenciales de

2009/2010 de la coalición de derecha Coalición por el Cambio (antes Alianza por

Chile), tras veinte años de gobierno de la coalición de centro izquierda, Concertación de

Partidos por la Democracia. Las páginas que siguen se ocupan de las principales

transformaciones en el sistema de partidos post-autoritario que emerge y se consolida en

Chile entre el Referéndum de 1988 y las posteriores elecciones de 1989 con respecto al

sistema de partidos de las elecciones de 2009/2010.

Cuatro factores caracterizaban al sistema de partidos chileno diferenciándolo de otros

sistemas de partidos de América Latina. Su alto grado de institucionalización

(Mainwaring y Scully 1992; Payne et al. 2002); la distribución proporcional de su

electorado a lo largo de tres tercios (izquierda-centro-derecha), la existencia de una

estructura estable de clivajes sociales similares a los Europeos (capital/trabajo y clivaje

religioso fundamentalmente); así como una naturaleza incluyente y representativa de los

partidos políticos con respecto a las demandas de la sociedad, eran algunos de los

factores que le valieron el calificativo de sistema más europeo de la región (Dix 1989).

Junto a estas cualidades excepcionales, Chile era el único país de América Latina donde

la izquierda había ganado una elección presidencial1.

El golpe que derrocó a Salvador Allende en 1973 inauguró un gobierno autoritario de

corte militar altamente personalizado en la figura de Augusto Pinochet. La persecución

1 Salvador Allende gana en 1970 la elección presidencial al frente la Unidad Popular, una coalición de partidos de izquierda.

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sistemática de los opositores, la implementación de un paquete de medidas neoliberales

de gran impacto en la estructura social y económica del país y el intento de

despolitización de la sociedad chilena, hasta entonces muy participativa e identificada

con sus partidos, son algunos de los rasgos que caracterizaron el período que culminaría

con el Referéndum de 1988 y las primeras elecciones democráticas de 1989.

El interregno autoritario (1973-1988) dejó una huella profunda en el paisaje partidista

chileno afectando a la estructuración de su competencia partidista. Como resultado de la

implementación de un modelo neoliberal durante el período autoritario, los partidos

post-autoritarismo emergen con un acercamiento notable de sus posiciones en materia

socioeconómica, que antes dividían a partidos de derecha y de izquierda. Ninguno de

los principales partidos ha cuestionado hasta ahora realmente la ortodoxia neoliberal

que, tras la transición, continuaría dominando las políticas económicas de la

Concertación y después de la Alianza.

Otro de los cambios derivado del período autoritario fue el surgimiento de un nuevo

clivaje. Se trata de la división entre quienes piensan que el período Pinochet fue

necesario para el desarrollo del país, a pesar de lo que eufemísticamente llamarían un

“déficit democrático”; y quienes rechazan radicalmente los medios utilizados y los

objetivos perseguidos por el gobierno autoritario2. Como tercer cambio destacado se ha

producido el distanciamiento progresivo de la sociedad con respecto a los partidos

políticos antes centrales en el sistema político3. Tras el entusiasmo de los albores de la

transición a la democracia, la despolitización que persiguió el período autoritario y la

posterior incapacidad de los partidos para conectar con las demandas ciudadanas ha

generado una paulatina desidentificación partidista.

Frente a estas transformaciones, existen rasgos del juego partidista post-autoritario lo

asemejan al pre-autoritario. Por una parte, persisten algunas de las principales etiquetas

partidistas: Partido Socialista, Partido Comunista, Partido Radical, Partido Demócrata

2 Sobre estas cuestiones ver Torcal y Mainwaring (2003), Valenzuela (1995), Valenzuela y Scully (1997).

3 La antigua condición de centralidad de los partidos políticos en el juego político estaba recogida en la feliz metáfora de Garretón (1983) de que éstos eran la columna vertebral del sistema político chileno desde la independencia de la República.

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Cristiano y la nueva versión del Partido Nacionalista ahora denominado Renovación

Nacional. Si bien no todos mantienen la misma fuerza que en el pasado. Especialmente

destacada ha sido la ausencia parlamentaria del Partido Comunista hasta las elecciones

del 2009, así como el descenso en apoyos del Partido Demócrata Cristiano. Por otra

parte, las dinámicas coalicionales, tradicionales en la historia de Chile, han persistido

después de la transición aunque con una estabilidad novedosa. Así mismo, el clivaje

religioso, aunque menos relevante en el debate político, persiste como una de las

divisiones societales y partidistas.

A continuación se analiza la evolución del sistema de partidos chileno a lo largo de

veinte años de democracia. Para ello, en el siguiente apartado se resumen los principales

rasgos político-institucionales del juego político del período objeto de análisis, así como

los actores más destacados. En el tercer apartado se dedica especial atención al sistema

electoral (para elecciones presidenciales y legislativas) por sus efectos sobre la

configuración del sistema de partidos. El cuarto apartado se ocupa de la evolución del

sistema de partidos mediante varios indicadores de tipo cuantitativo: volatilidad,

fragmentación y polarización. El quinto apartado concluye con un balance de los

cambios y continuidades del sistema de partidos de Chile.

2.- COALICIO�ES Y PARTIDOS POLÍTICOS

El sistema de partidos que se conforma tras las primeras elecciones democráticas de

1989 nació marcado por el Referéndum de 1988. El Plebiscito, auto-impuesto por

Pinochet en la Constitución autoritaria aprobada en 1980, supuso la organización en

contra de Pinochet de todas las fuerzas democráticas ilegalizadas hasta entonces. Ello

generó un panorama de competición bipolar que perdura hasta hoy.

En un esfuerzo colectivo sin precedentes, agrupaciones otrora enfrentadas con

posiciones ideológicas muy divergentes entre sí se unieron en el Comando por el !o (a

la continuidad de Pinochet en el poder). La plataforma, integrada por un total de

diecisiete partidos, reunía a las familias socialistas, demócrata-cristiana y a los

radicales, entre otros. Con un 55% de apoyo la opción del No resultó vencedora de la

consulta que pavimentó el camino para la transición. De dicha coordinación surgiría la

coalición de centro-izquierda Concertación de Partidos por la Democracia que reúne al

PDC, PS, PRSD y PPD. Desde 1989 esta coalición compite conjuntamente en

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elecciones presidenciales y legislativas y es considerada la más exitosa por su victoria

en cuatro de las cinco elecciones presidenciales celebradas hasta la fecha, así como por

su rendimiento electoral en la secuencia de elecciones a Diputados.

El otro polo de la competición partidista lo encarna la coalición de derecha Alianza por

Chile, ahora rebautizada como Coalición por el Cambio. Los principales socios de la

misma son la Unión Demócrata Independiente (UDI), durante tiempo relacionada con el

legado Pinochet, y Renovación Nacional (RN). RN, heredera del Partido Nacional, fue

fundada el año anterior al Referéndum de 1988 mientras que la UDI nació como

movimiento en 1983, heredero del gremialismo, cuando el resto de partidos

ilegalizados. Desde su nacimiento se convirtió en un instrumento de difusión de las

ideas del gobierno autoritario. En las elecciones de 2009 se le sumó a esta coalición de

derecha un tercer partido, Chile Primero (CH1), junto con dos partidos menores.

Ambas coaliciones han venido organizándose conjuntamente para las elecciones

presidenciales y parlamentarias desde las primeras elecciones democráticas de 1989. El

sistema electoral vigente, de tipo electoral mayoritario, ha sido uno de los responsables

de la perpetuación de la lógica bipolar articulada en torno a estas dos coaliciones. A esta

cuestión se refiere el apartado siguiente. Pero, la gran solidez de estas coaliciones que es

un elemento novedoso que la (re)democratización trajo consigo, se debe a la fuerza del

clivaje autoritarismo/democracia. La memoria del pasado, el drama de miles de familias

chilenas perseguidas, exiliadas y con familiares desaparecidos-muertos-torturados, ha

dotado de cohesión, sobre todo, a la Concertación. Ahora bien, la relevancia de este

clivaje habría ido desapareciendo a medida que el tema de las violaciones de derechos

humanos, el papel de las Fuerzas Armadas en período autoritario y la figura de Pinochet

han perdido centralidad en la vida pública chilena.

Pese a la citada estabilidad que hace que sus principales socios no hayan variado, las

dos coaliciones han protagonizado importantes divisiones internas. En la Concertación

los temas de valores como el aborto o el divorcio, encuadrables dentro del clivaje

religioso, han generado tensiones entre el PDC y el resto de partidos. Mientras, las

fricciones programáticas en la Alianza han estado relacionadas con las violaciones de

derechos humanos y la posterior detención de Pinochet en Londres en 19984. Además,

4Ningún tribunal llegó a juzgar efectivamente a Pinochet por violaciones de derechos humanos ni por

delitos económicos. Sin embargo, fueron precisamente estas segundas acusaciones las que le valieron el

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en ambas coaliciones ha habido difíciles repartos de poder entre los partidos políticos

que las integran. Especialmente conflictivas han sido las designaciones de candidatos

presidenciales ya que, tanto en la Concertación como en la Alianza, cada partido quería

colocar a un candidato de sus filas.

Paradójicamente, la larga duración de estas dos coaliciones no ha erosionado la

identidad individual de los partidos políticos que la componen. Cada partido político ha

experimentado variaciones en su fuerza electoral que confirman una dinámica partidista,

además de una coalicional. En la órbita del centro-izquierda, el PDC ha sufrido un

progresivo descenso en sus apoyos; el PS es hoy un partido minoritario; y el PPD, que

surgió como partido instrumental hasta que el PS fuera legalizado, ha experimentado un

importante crecimiento. En la derecha, la UDI ha tenido un espectacular desempeño

electoral que le convierte en el partido más importante de la derecha, si bien el ascenso

de la derecha al sillón presidencial por primera vez desde la democracia hay sido de la

mano de un líder de RN, Sebastián Piñera en las elecciones de 2009/2010. La victoria

de Piñera ha significado la llegada de la derecha al Palacio de la Moneda por primera

vez en cincuenta y dos años mediante la vía de las urnas. La última vez que accedió

democráticamente fue en los comicios de 1958 cuando Jorge Alessandri derrotó al

candidato socialista Salvador Allende, que lideraba la coalición Frente de Acción

Popular.

Desde las primeras elecciones la representación parlamentaria ha estado prácticamente

circunscrita a los partidos incluidos en el paraguas de la Alianza o en de la

Concertación. Sólo algunos candidatos independientes (uno en las elecciones de 1989 y

otro en 2001 y dos en las elecciones de 1997) y algunos partidos políticos sin formar

coalición han logrado alcanzar un escaño sin catapultarse mediante un pacto electoral.

En las elecciones de 1997 el Partido de Unión de Centro Centro Progresista conseguía

descrédito entres algunos de su partidarios más fieles. Con las noticias sobre su gestión corrupta se puso en tela de juicio el último argumento que “justificaba” el período autoritario basándose en la eficiencia económica del régimen. Todo ello hizo de Pinochet una pesada carga que confirmaba lo acertado de la estrategia del entorno de la UDI de distanciamiento a partir de la detención del dictador en Londres coincidiendo con las elecciones presidenciales (1999-2000).

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dos escaños y un escaño el Partido del Sur5. En las elecciones de 2005 el Partido de

Acción Regionalista (PAR) consiguió un escaño y en las de 2009, el Partido

Regionalista de los Independientes (PRI) se hizo con tres escaños. Creado en el 2006

mediante la fusión de dos partidos regionalistas (Partido de Acción Regionalista (PAR)

y Alianza Nacional de los Independientes (ANI)) el PRI ha sumado en 2009 a algunas

personalidades destacadas de la DC, como el histórico líder Adolfo Zaldívar. Este

último hecho, que produjo la escisión de un sector “histórico” del joven partido, ha

tenido mucho que ver con el positivo rendimiento del partido en sus primeras elecciones

a diputados6. Como se desarrolla en el siguiente apartado, la presencia de estos partidos

en la arena parlamentaria es especialmente meritoria al ser fuera del paraguas de una

coalición y bajo un sistema electoral que alienta la competición coordinada de esfuerzos

vía pactos electorales.

En este contexto, aunque en Chile no se ha producido la irrupción en escena de nuevos

líderes o partidos que, a diferencia de lo que sucede en países vecinos, revierten el

panorama político, sin embargo, progresivamente se ha configurado un nuevo actor

político. Se trata de un sector de ciudadanos desafectos de las prácticas de los partidos

políticos, abstencionistas (el voto es obligatorio pero la inscripción es voluntaria), que

denuncian la desproporcionalidad del sistema electoral y lo excluyente de la democracia

en su conjunto. Los otrora clásicos tres tercios en los que se dividía la sociedad chilena

(izquierda-centro-derecha) son ahora cuatro cuartos.

Este descontento fue en gran medida capitalizado por Marco Enríquez Ominami que, en

la primera vuelta de las presidenciales de 2009, consiguió el 20,13% de votos como

candidato independiente7. Pocos meses antes de las elecciones, el que fuera diputado

5 No se incluye al partido PAIS (Partido Amplio de Izquierda Socialista) que conseguía en 1989 dos diputados porque accedió a representación mediante una coalición, junto con el PRSD, llamada Unidad para la Democracia. PAIS fue un partido instrumental para que el Partido Comunista en las primeras elecciones pudiera concurrir aunque fuera con otra etiqueta por no estar todavía legalizado.

6 En las elecciones parlamentarias de 2005 uno de los partidos (PAR) que ahora conforman el PRI consiguió una diputada. Si bien hace dos años ésta se integró a las bancadas primero de RN y luego de la UDI.

7 Este porcentaje le ha convertido en el candidato independiente más exitoso de la historia del Chile post-autoritario. Su hazaña supera a la del independiente Errazúriz que consiguió en las primeras elecciones democráticas (1989) un 15% de votos, quedando por detrás del presidente Aylwin (55%) y de Buchi (29%) y es otra de las novedades de las elecciones presidenciales.

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socialista pidió primarias para decidir la candidatura presidencial oficial de la

Concertación. Pero, a diferencia de las prácticas promovidas en anteriores comicios su

petición se encontró con las resistencias de la élite de los diferentes partidos de la

coalición, incluido el suyo8.

Respetando los procedimientos internos, aunque contradiciendo su espíritu, los tres

principales partidos de la Concertación acordaron designar como su propio candidato

para las hipotéticas primarias a Eduardo Frei. Ello restó sentido a la celebración de las

mismas y provocó una proclamación, prácticamente de facto, del demócrata cristiano

como el candidato oficial de la coalición. Esta designación provocó el abandono de

Enríquez-Ominami de su partido y de la coalición. Convertido en independiente

rentabilizaría el conflicto con su ex coalición presentándose como una víctima de las

prácticas elitistas y poco democráticas de la Concertación. Su discurso anti

establishment, novedoso en Chile, así como su manejo comunicacional, movilizaron al

electorado progresista desencantado con el proyecto concertacionista que sufría el

desgaste de veinte años de gobierno y algunos escándalos de corrupción, así como a la

creciente masa de abstencionistas no inscritos que se identifican con la izquierda9. Esta

pugna en el seno de la Concertación contribuyó a su derrota electoral al fragmentar el

voto concertacionista en primera vuelta y ser incapaces de reunir a todo el electorado

progresista en torno a Frei en segunda vuelta10.

En el entorno de la derecha la designación de los candidatos presidenciales tampoco ha

estado exenta de polémicas. Uno de las novedades de la elección de 2009 fue la unidad

en torno a Sebastián Piñera (RN) como el candidato oficial de la Coalición por el

Cambio. Hasta entonces nunca había existido un único candidato de la coalición de

derecha, que utilizaba la primera vuelta como una suerte de primarias entre sus posibles

8 En las elecciones de 1993 se realizó el primer ensayo cercano a la primarias que llevó a Frei (frente a Ricardo Lagos) a convertirse en el candidato oficial de la coalición. En las elecciones de 1999 Lagos derrotó a Andrés Zaldívar (PDC) en unas elecciones primarias, en sentido estricto, y, en las elecciones de 2005, las primarias previstas no llegaron a celebrarse. La candidata Soledad Alvear (PDC) se bajó de la competición por la alta popularidad de Bachelet (PS) que se convirtió en la candidata de la Concertación y finalmente fue elegida presidenta de la República. 9 El apoyo de parte del electorado de izquierda fue también posible gracias a que partidos como el Partido

Humanista y del Partido de los Verdes respaldaron oficialmente la candidatura de Enríquez-Ominami. 10 El apoyo tardío y tímido de Enríquez-Ominami para la segunda vuelta contribuyó el fracaso del candidato oficial de la Concertación. Ello aunque se produjo una remontada respecto de la primera vuelta celebrada en diciembre de 2009 (Frei ha aumentado de un 29,6 % a un 48,38 % de votos) que meses antes era imprevisible

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presidenciables. En las elecciones de 2005 se había intentado concurrir con un único

candidato, Joaquín Lavín de la UDI. Pero, fue el propio Piñera el que a pocas semanas

de los comicios decidió presentarse como candidato forzando a su partido a retirar el

apoyo a Lavín, al que derrotó en primera vuelta. En la segunda vuelta contó con todos

los apoyos del electorado de la derecha pero Michelle Bachelet le aventajó en casi ocho

puntos. Sin embargo esta experiencia le permitió exhibir su empuje y sobrados recursos

económicos para levantar una candidatura en un breve plazo de tiempo, elementos que

le allanaron el camino para su triunfo en las elecciones de 2009/2010.

3.- EL SISTEMA ELECTORAL CHILE�O: ELECCIO�ES LEGISLATIVAS Y PRESIDE�CIALES

3.1. La elección de Diputados y Senadores

El sistema electoral vigente para elecciones de Diputados y Senadores fue concebido

por técnicos del entorno pinochetista y “mejorado” entre el Referéndum de 1988 y las

elecciones de 1989. Los dos objetivos perseguidos eran: la reducción del número de

partidos para aumentar la gobernabilidad y el beneficio a los partidos de derecha. Este

segundo era un objetivo no declarado, si bien fue en el que tuvieron más éxito.

Como resultado de una operación de ingeniería electoral el territorio chileno quedó

dividido en sesenta circunscripciones que eligen a dos diputados en cada una de ellas

(un total de 120 diputados) y en diecinueve regiones que eligen a dos senadores (un

total de treinta y ocho senadores) 11. En estos distritos el primer diputado o senador es

asignado a la lista (de partido o de pacto) que más votos haya obtenido. Pero esa misma

lista no podrá conseguir el segundo diputado a no ser que obtenga más del 66,66 % de

los votos válidos emitidos en dicho distrito. En caso de que no sea así, el segundo

escaño es asignado al segundo partido o lista más votado.

11 Se llevó a cabo un ejercicio de gerrymandering que dividió al país en pequeñas circunscripciones sobre representando las zonas rurales, con mayoría de población partidaria de la derecha. Además se introdujo un umbral electoral elevado que aseguraba un escaño a los partidos de derecha en aquellos lugares donde ésta no lo conseguía de forma natural. Si se extrapolaban los resultados del Referéndum, en ninguna de las sesenta circunscripciones electorales que se generaron para elecciones a diputados hubiera obtenido el “No” más del doble de votos que el “Sí”. Este diseño se hizo obviando los límites provinciales, aunque sí se consideraron los límites regionales. Sobre estas cuestiones ver, Rabkin (1996), Siavelis (1997), entre otros

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Esta combinación de pequeña magnitud de distrito y alta barrera tiene importantes

efectos sobre el sistema de partidos. En primer lugar, ha incentivado la coordinación de

esfuerzos por lo que es clave para comprender la continuidad de la lógica coalicional

durante las dos décadas de democracia. Los partidos concurren en coaliciones para

rentabilizar el número de votos que consiguen y porque fuera del paraguas de las

coaliciones son pocos los que logran algún escaño.

En segundo lugar, el sistema electoral genera una de las mayores desproporcionalidades

de América Latina. Prácticamente de manera automática, con independencia del margen

de diferencia de votos, los dos partidos o pactos más votados consiguen una

representación idéntica (cada uno un escaño). Desde 1989 pocas han sido las ocasiones

en que una coalición haya “doblado”, como denominan a los casos en que una única

coalición consigue los dos escaños que se disputan en una circunscripción12. En su

momento esta desproporcionalidad aseguraba que las fuerzas de derecha, con menos

apoyos cuando se diseñó el sistema electoral, consiguieran al menos un escaño en cada

distrito. Empíricamente se puede probar que, si bien ambas coaliciones están sobre

representadas con este sistema, la coalición más beneficiada ha sido la Alianza, sobre

todo en el caso de la elección de Senadores13.

Además de los diputados y senadores que se eligen por la vía democrática, hasta el 2005

la Constitución contemplaba la figura de los senadores designados y vitalicios. Estos

senadores, que no eran electos por votación popular, inclinaban aún más la balanza

hacia los partidos de derecha en la Cámara Alta14. Todavía bajo el mandato de Lagos, la

12 Entre 1989 y 2001), la Concertación había conseguido duplicar exitosamente en 11, 11, 9 y 4 veces respectivamente (1989, 1993, 1997 y 2001) y la Alianza por Chile había doblado sólo en dos oportunidades durante este periodo, una en 1993, y la otra en el 2001 (Siavelis 2004: 60). 13 En un informe de Flacso (20006) se calcula el promedio de las diferencias entre porcentaje de votos y de escaños en toda la secuencia de elecciones a diputados y senadores para cada una de las coaliciones, y se argumenta que las dos coaliciones se han visto favorecidas en la elección de diputados en un porcentaje similar (un promedio en torno al 4% de sobre representación. Sin embargo en el Senado la Concertación se ve sobre representada en un promedio de 0,76% y la Alianza en un promedio del 8,58% (ver VVAA 2006: 12 y 13). Además, continua, este informe, la Alianza es la coalición que menos asientos pierde cuando desciende su caudal de votos y es la que más asientos gana cuando incrementa su votación. Por partidos el más beneficiado en estas últimas elecciones con este sistema ha sido la UDI y la DC la más perjudicada (con el 22% de los votos la UDI 34 diputados y con el 20,78% la DC 21 diputados). 14 La Constitución de 1980 estableció tres maneras de elegir a los senadores. Treinta y ocho senadores accedían por votación en diecinueve circunscripciones bajo el sistema de circunscripciones binominales con reparto mayoritario y el mismo umbral electoral que en el caso de diputados. Estos senadores ejercen

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reforma constitucional de 2005 eliminó este enclave autoritario y desde entonces todos

los senadores (38) son elegidos por votación popular y con un mecanismo de

renovación por mitades.

El tercer efecto del sistema electoral ha sido el déficit de representatividad en la

traducción de votos a escaños y, por ende, en las instituciones que se constituyen con el

mismo (Cámara de Diputados y Cámara de Senadores). Existe un alto porcentaje de

votos sin representación parlamentaria (en las elecciones de 2006 ascendió al 13,32%)

correspondiente a partidos que están al margen de alguna de las dos coaliciones. Este es

el caso del Partido Comunista, históricamente relevante en el país y que ha permanecido

sin presencia parlamentaria hasta esta elecciones de 2009, a pesar de que sus apoyos no

han bajado del 5% en todas las elecciones a elecciones15. El sistema electoral se ha

convertido, por lo tanto, en un impedimento para reflejar la diversidad ideológica del

país.

En cuarto lugar, el sistema electoral actual ha generado una profunda desigualdad del

voto entre diferentes zonas geográficas del país. Con el fin de beneficiar a la derecha se

sobrerepresentó a los núcleos rurales en detrimento de los urbanos de tendencia,

generalmente, más progresista. Un buen ejemplo es que el distrito 59 de la IX región

está ocho veces menos poblado que el distrito 29 en la Región Metropolitana y tienen

ambos el mismo número de representantes (Comisión Boeninger).

A su vez, el sistema electoral también ha tenido un fuerte impacto sobre la dinámica

interna de los partidos políticos. La competencia en elecciones bajo el formato de

sus cargos por ocho años y se pueden reelegir indefinidamente. La Cámara Alta se renueva parcialmente cada cuatro años en la mitad de las regiones. Por otro lado, existían nueve senadores designados por diferentes instituciones. Finalmente, el tercer grupo de senadores eran los vitalicios, cuyo número era variable y que estaba integrado por los ex presidentes de la República que hubieran cumplido esta función por seis años en forma continua.

15 A pesar de ser un partido institucionalizado, con apoyos que no bajan del 5% y que concurre periódicamente a elecciones, el nuevo sistema electoral le ha privado de representación parlamentaria tras la recuperación de la democracia, habiendo sido en el pasado un actor relevante del juego político-partidista chileno. Sólo la existencia de un pacto electoral instrumental con la Concertación en las elecciones de 2009, denominado pacto contra la exclusión, ha facilitado su llegada al parlamento. Basado en un sistema de omisiones recíprocas, la Concertación cedió cinco cupos al PCCH y éste, a su vez, se omitió en los distritos electorales en donde la presencia de sus militantes, podía dispersar la oferta del mundo progresista.

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coalición ha exigido enormes esfuerzos de negociación en el interior de dichas

coaliciones para determinar la etiqueta partidista de los candidatos que se presentaban

en cada circunscripción. Los partidos han de repartir el total de candidaturas (120

diputados y 38 senadores) con el resto de compañeros de coalición. Esto es

especialmente difícil en el caso de la Concertación que está integrada por cinco partidos

políticos. Hasta las elecciones de 2009 el denominado sub-pacto PDC presentaba en

torno 60 candidatos a diputados (prácticamente un candidato en cada uno de los 60

distritos) y el resto de partidos, que forman el sub-pacto progresista, se repartían los

sesenta espacios restantes en función del peso electoral que el partido hubiera obtenido

en las elecciones anteriores. Sin embargo, para las elecciones de 2009 el número de

candidatos del PDC se redujo a un cálculo más cercano a la proporcionalidad con

respecto a los resultados de las anteriores elecciones. Por su parte, la Alianza en la

actualidad reparte equitativamente entre RN y UDI los diputados que presentan en cada

circunscripción, aunque en los dos primeros comicios parlamentarios era RN quien

aportaba un mayor número de candidatos. Posteriormente fue modificándose el reparto

a medida que la UDI adquiría una mayor fuerza electoral16.

Todo este juego interno hace que el sistema sea percibido como poco democrático (hay

ocasiones en que incluso sólo se presenta un candidato por lista), jerárquico y

excluyente. En palabras de Siavelis (2005) “los votantes perciben que la victoria

definitiva en las elecciones el resultado de las maquinaciones de las directivas de los

partidos y no una expresión de la voluntad de la gente” (pág. 223). De ahí que, entre los

efectos indirectos de este sistema electoral, se pueda mencionar el creciente

distanciamiento de los chilenos con respecto a sus partidos y el aumento de la

abstención (Angell 2006).

16 En un magnífico trabajo Siavelis (2005) señala que en cualquier distrito los candidatos de ambas coaliciones en caso de tener dudas sobre su victoria han de elegir entre un compañero de lista débil (que permita que juntos alcancen el umbral de 33,33% más un voto, que es necesario para obtener el escaño pero que no se imponga sacando más votos individualmente) o un compañero de lista muy poderoso. Esta segunda opción permitiría que la lista electoral doble y que ambos candidatos de la lista tengan cada uno un escaño al superar el umbral de 66,7%. Pero se trata de una apuesta más arriesgada cuando el candidato se autopercibe como un ganador sólo probable y no seguro. En el caso de los candidatos fuertes no suelen estar dispuestos a competir con otro fuerte de su misma lista. También en Morales (2005) hay un interesante análisis sobre las negociaciones entre RN y UDI a lo largo de las sucesivas elecciones.

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3.2 La Elección de presidente

La Constitución de 1980 introdujo un elemento novedoso en la contienda electoral

chilena. Se estableció que la elección de la presidencia de la República en Chile fuera

con un sistema de doble vuelta, en caso de que ninguno de los candidatos obtuviera en

primera vuelta un porcentaje superior al 50%. Antes del golpe de 1973, el cuerpo

electoral para la segunda vuelta eran los miembros del Parlamento mientras que ahora lo

son los electores. Incluyendo las elecciones de 2009/2010, sólo los presidentes Patricio

Aylwin (1989) y Eduardo Frei (1993) han sido elegidos sin necesidad de una segunda

vuelta.

La segunda vuelta ha contribuido a la nacionalización de la vida política al competir en

distrito único en todo el país; al aumento de la legitimidad de los presidentes electos al

serlo por un mayor número de ciudadanos, aunque sea en segunda vuelta y con un voto

de segunda preferencia; pero también al aumento de la bipolaridad al centrarse la

decisión entre dos candidatos17. Otros efectos de la segunda vuelta ha sido el incremento

de las alianzas formales o informales multipartidistas en torno a un candidato; el

aumento de la personalización de la política, que se desarrolla la atención a los

candidatos más que a los partidos en la segunda vuelta donde cambian los patrones de

decisión del electorado18.

La duración del mandato presidencial es el segundo elemento que ha sido objeto de

reforma en lo que a la elección presidencial se refiere. La última modificación de la

Constitución, en el año 2005, redujo la duración del mandato presidencial de cinco a

cuatro años sin posibilidad de reelección inmediata19.

17 Sobre los efectos de la segunda vuelta en los sistemas políticos latinoamericanos, incluido el chileno ver Martínez (2004).

18 Como ejemplo de esta personalización esta la transferencia de votos que se produce entre primera y segunda vuelta de las elecciones de 2005 entre las mujeres de zonas menos desarrolladas económicamente. En primera vuelta habían votado a Lavín y en segunda vuelta votan a Bachelet, en un giro que sólo se explica a partir de argumentos personalistas y no programáticos.

19 Otras dos reformas relevantes en el 2005 para el sistema político, pero no tanto para las elecciones, fueron el restablecimiento al Presidente de la República la facultad de retirar a los comandantes en jefe y la modificación del Consejo de Seguridad Nacional.

Page 13: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

13

En dos ocasiones anteriores ya se había cambiado la duración del mandato. La

Constitución de 1980, a diferencia de la precedente Carta de 1925, alargaba el mandato

a ocho años, haciendo coincidir las elecciones presidenciales con las parlamentarias,

que son cada cuatro años. De tal modo que una elección parlamentaria coincidía con la

presidencial y la siguiente no lo haría, así sucesivamente. En 1989 se llevó a cabo un

paquete de reformas de la Constitución todavía bajo el gobierno autoritario, con la

finalidad de ajustar el texto constitucional a exigencias mínimas del estándar

democrático, internacionalmente reconocido. Una de estas reformas, de carácter

temporal, establecía que el primer mandato presidencial sería de cuatro años, como una

forma de facilitar el proceso de transición. Por eso, en 1989 y en 1993 hubo elecciones

parlamentarias y presidenciales de forma simultánea.

El segundo cambio al mandato presidencial llegó en 1994 con la Ley de Reforma

Constitucional que redujo el mandato a seis años, con lo que las elecciones

parlamentarias desde ese momento dejaban de ser concurrentes con las presidenciales.

Así el 2000 sólo hubo elecciones presidenciales y en 2001 elecciones parlamentarias.

Finalmente, la última reforma a la Constitución, hecha en 2005, ha vuelto a reducir el

mandato presidencial de seis a cuatro años para hacerlo coincidente nuevamente con las

elecciones presidenciales. De ahí que a partir de 2005 (incluidas las elecciones que se

celebraron ese año) cada cuatro años se celebren elecciones presidenciales y

parlamentarias desde entonces siempre concurrentes.

Page 14: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

14

IV. EVOLUCIÓ� DE LA ESTRUCTURA DE LA COMPETE�CIA E� EL SISTEMA DE

PARTIDOS

La competencia partidista en Chile presenta una superposición de la dinámica

coalicional y de las dinámicas partidistas. Por ello, además de analizar la competición

entre los dos grandes pactos, conviene no perder de vista las tensiones que se producen

entre los diferentes partidos que componen el panorama partidista chileno. Esta doble

realidad le ha valido el nombre al caso chileno de multipartidismo bipolar.

El rendimiento electoral de las coaliciones muestra que la Concertación ha sido la más

exitosa en elecciones presidenciales y a Diputados hasta las elecciones de 2009/2010.

En dichas elecciones la Alianza se ha convertido en el partido más votado tanto en

elecciones presidenciales como en elecciones a Diputados, aunque por un reducido

margen en estas últimas.

Continuando con los resultados electorales, en el análisis desagregado por partidos

indica que desde 2001 la Unión Demócrata Independiente (UDI) ocupa el puesto de

partido más votado, desbancando así al Partido Demócrata Cristiano (PDC) que desde la

transición había sido el de mejor rendimiento electoral en elecciones a Diputados.

Desde entonces la UDI ha logrado colocar a treinta y un diputados (elecciones del

2001), treinta y cuatro diputados (elecciones de 2005) y treinta y siete diputados

(elecciones de 2009).

La evolución electoral del sistema de partidos chileno muestra varios rasgos claros. Por

una parte, no hay niveles altos de concentración partidista. Es decir, que los dos partidos

más votados en cada elección no acumulan un porcentaje muy alto de apoyos, siempre

inferior al 50%. Esta ausencia de monopolio del poder entre dos partidos políticos, más

bien los datos de concentración electoral y parlamentaria sugiere un escenario

multipartidista. Los datos de fragmentación electoral confirman dicho comentario. No

obstante, no hay que obviar la importancia de las coaliciones. Así, la elevada

concentración al nivel coalicional permite afirmar que son pocos los ciudadanos que

emiten su voto a partidos externos a alguna de las dos coaliciones.

Por otra parte, la evolución de las distancias entre los dos partidos más votados,

competitividad, muestra que los partidos de la Concertación mantuvieron desde 1989

Page 15: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

15

hasta 2001 una distancia porcentual de apoyos considerable, casi siempre superior al

15% con respecto a la Alianza. En dichas elecciones las diferencias se acortaron mucho

y en las de 2005 volvieron a aumentar, pero ya no con las cuotas de diferencias que se

dieron en las convocatorias electorales de 1989, 1993 y 1997. Estas últimas elecciones

(2009) han confirmado la tendencia a diferencias mínimas entre las dos coaliciones,

adelantando por primera vez la Alianza a la Concertación en el número de escaños,

como se comenta más adelante. Pero además, los datos de la competitividad

parlamentaria, dan pistas sobre la desproporcionalidad del sistema electoral. Así, en la

comparación entre ambos tipos de competitividad (electoral y parlamentaria), se aprecia

que hay ocasiones en que el porcentaje de diferencias de diputados obtenidos por cada

partido no guarda proporción con el porcentaje de diferencias en los votos conseguidos.

Este es el caso de las elecciones de 1993, 1997 y sobre todo de las de 2005. En las del

2005, como en las del 2009, se da incluso la situación de que el segundo partido más

votado no fuera el que más diputados obtuviera (en 2005 el segundo más votado fue el

PDC y sin embargo el segundo partido que obtuvo más diputados fue el PPD; en 2009

el segundo partido más votado fue RN y sin embargo el segundo que ha obtenido más

diputados ha sido PDC).

En lo que se refiere a la evolución de la polarización, Chile ha contado tradicionalmente

con uno de los sistemas de partidos más polarizados ideológicamente pero donde las

diferentes opciones ideológicas tenían su representación en la arena parlamentaria

(Sartori 1976, Scully1992, Valenzuela 1995). Actualmente, los patrones de competencia

centrífuga que caracterizaron el sistema chileno pre-autoritario se han suavizado

notablemente evolucionando hacia un tipo más centrípeto. En este sentido, se ha

producido un descenso de la polarización en temas relacionados con la redistribución y

papel del Estado, así como la valoración de las Fuerzas Armadas o la religión (Ruiz

Rodríguez 2005). El aprendizaje político de los líderes durante el período autoritario,

moderando sus posturas, junto al sistema electoral son dos de las variables explicativas

para este descenso en la polarización. En este sentido, el diseño electoral desincentiva

las posiciones extremas: los partidos tienen que llevar a cabo una suerte

desradicalización o movimiento hacia el centro para que las coaliciones sean posibles.

Sin embargo, pese a esta confluencia programática el sistema de partidos que incluye a

partidos de un amplio abanico ideológico. De hecho, Chile es de los países donde mejor

Page 16: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

16

funcionan las categorías izquierda y derecha para predecir las posiciones de electores y

élites. Aunque, se han dado algunos pasos hacia una cierta desestructuración ideológica,

ya que a pesar del mencionado descenso en la polarización programática no hay un

descenso en la ideológica. Sin embargo, en términos comparados el grado de esta

desestructuración no impide que se conserve en Chile una parte del significado

primigenio de las categorías izquierda y derecha (Ruiz Rodríguez 2006).

Finalmente, en Chile existen unos niveles de volatilidad moderados que hacen necesario

replantearse la consideración de Chile como uno de los países más institucionalizados

de la región. Si bien es cierto que no se dan las tasas de desalineamiento de otros países

latioamericanos, los niveles de volatilidad muestran cambios en las preferencias

ciudadanas que en este caso no tienen que ver con la oferta, ya que los partidos siguen

siendo los mismos, sino con la demanda.

V. E�TRE LOS CAMBIOS Y LAS CO�TI�UIDADES

La transición a la democracia significó en Chile la génesis de un sistema de partidos con

ciertas continuidades con respecto al pre-autoritario y algunos cambios. A lo largo de

más de dos décadas de democracia se han producido transformaciones y continuidades

respecto del sistema de partidos que (re) nació con las elecciones de 1989. No ha sido

Chile desde entonces un país con una convulsa vida política. Su proceso de transición

ha sido gradual, el modo de enfrentarse a las violaciones de derechos humanos también

lo ha sido y los cambios en la arquitectura institucional heredada del autoritarismo han

sido progresivos. En este contexto, también las transformaciones en su sistema de

partidos tienen ese carácter gradual.

La duración y estabilidad de las dos principales coaliciones, Concertación y Alianza, es

la principal continuidad del sistema de partidos chileno a lo largo de los más de veinte

años de democracia. Aunque en Chile siempre ha habido coaliciones, nunca han gozado

de la estabilidad de estos dos pactos que surgen en la transición a la democracia. Así

mismo, la permanencia de las siglas partidistas y la baja renovación del escenario

partidista desde 1989 es otro de los elementos de continuidad. No se ha asistido en

Chile a una proliferación de nuevos partidos o movimientos. Ahora bien, desde

principios del siglo XXI se ha ido fraguando una crisis de representación, de

Page 17: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

17

magnitudes inferiores a la de países vecinos y menos convulsa que en estos, que ha

comenzado a tener su eco en los procesos electorales. En este sentido, en los próximos

años es previsible que los candidatos independientes hagan esfuerzos como hiciera

Marco Enríquez Ominami para las presidenciales de 2009/20010.

El sistema electoral chileno, que no ha experimentado apenas transformaciones, estaría

detrás de ambas continuidades. Su elevada barrera legal genera fuertes incentivos para

la cooperación que explicarían la lógica coalicional y desincentiva el surgimiento de

nuevas fuerzas políticas por la dificultad de acceder a representación. Ahora bien, esta

contención que genera el sistema electoral tiene sus límites y son cada vez más las

voces que reclaman un cambio hacia una mayor proporcionalidad de la fórmula

electoral, así como la modificación de la barrera legal. Los principales partidos políticos

han abordado sólo de forma tangencial dicho debate, por ser los grandes beneficiados

del sistema, pero el creciente descontento ciudadano es probable que haga necesarias

modificaciones en un medio plazo.

Otra de las continuidades que ha tenido lugar en el sistema de partidos chileno es la

sostenida polarización ideológica, así como el tipo de issues que organizan la agenda de

discusión programática. Por una parte, estarían los temas de contenido económico

donde, a pesar de los acercamientos claros todavía se perciben diferencias marcadas

entre partidos de izquierda y derecha en cuestiones relacionadas con política económica.

No obstante, conviene señalar que muchas de estas diferencias muchas veces son más

discursivas que reales. En este sentido, la Concertación ha llevado a cabo un conjunto

de políticas públicas en materia económica que son herederas de las iniciadas por el

gobierno autoritario. No así en materia social donde algunos programas relacionados

con la vivienda o con la promoción de la mujer muestran una mayor sensibilidad del

centro-izquierda hacia la redistribución. Aún así, Chile es hoy en día el segundo país

más desigual de la región latinoamericana tras veinte años de gobiernos

concertacionistas. Por otra parte, las cuestiones contenidas en el clivaje religioso todavía

avivan el debate político de forma intermitente. Este es el caso de los debates sobre el

aborto o la muerte digna.

Entre los cambios que han traído estas dos décadas de democracia cabe destacar el

descenso en la capacidad estructuradora del clivaje Pinochet. La victoria de Piñera

Page 18: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

18

avalaría esta tesis de ciudadanos contrarios a los abusos del pasado autoritario pero que

emiten un voto por un candidato no concertacionista. El acceso de la derecha al sillón

presidencial es en sí otro gran cambio en la escena chilena tras veinte años de gobierno

de la Concertación de Partidos por la Democracia.

Otro de los grandes cambios de carácter gradual ha sido un proceso lento, pero

sostenido, de desafección de los ciudadanos con respecto a sus partidos políticos.

Muchas personas que no se registran para votar, los niveles crecientes de abstención y la

desconfianza que generan los partidos políticos en Chile, son algunos de los indicadores

de este fenómeno. El cambio a la inscripción automática y la introducción del voto

voluntario intentarán modificar este diagnóstico.

Por todas estas razones, el retrato del sistema de partidos chileno que en los años

noventa lo consideraba uno de los más institucionalizados de la región (Mainwaring y

Scully 1992) merece ser revisado. En comparación con otros sistemas de la región,

Perú o Bolivia, parece claro que Chile posee un sistema de partidos fuertemente

asentado, con unos patrones de competición programática de tipo estables y con

organizaciones reconocidas por los ciudadanos. Sin embargo, bajo esta foto de aparente

fortaleza de su sistema de partidos existe un proceso de desestructuración programática

y de desidentificación partidista que se ha tejido lentamente. Un sistema electoral muy

poco proporcional y unas prácticas partidistas poco transparentes y democráticas son

probablemente algunos de los factores clave de este proceso sobre el que aquí se ha

intentado dar cuenta.

Page 19: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

19

Tabla Principales elementos del sistema electoral: presidenciales, diputados y senadores

ELECCIONES PRESIDENCIALES

• se celebra segunda vuelta cuando ninguno de los candidatos que concurren obtiene más del 50% de los votos

• mandato de cuatro años

• no hay reelección inmediata

ELECCIONES DE DIPUTADOS

• 60 distritos binominales (son 120 diputados)

• cada lista (de cada pacto, partido, coalición) contiene dos nombres y el elector elige sólo uno

• fórmula de reparto: mayoritario corregido

• alto umbral electoral: para que la misma lista (pacto, coalición o partido) obtenga los dos escaños del distrito ha de tener más del 66,66 % de los votos válidos emitidos en dicho distrito. En caso contrario, el segundo escaño será para la segunda lista más votada

• se renueva en su totalidad cada cuatro años

• hay reelección inmediata e indefinida

• concurrentes con las de senadores

ELECCIONES DE SENADORES

• 19 distritos binominales (son 38 senadores)

• Idem fórmula de reparto y barrera que en elecciones a diputados

• los senadores son elegidos por un período de ocho años

• se renueva por mitades cada cuatro años

• hay reelección inmediata e indefinida

Fuente: elaboración propia

Page 20: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

20

Tabla Resumen de modificaciones a elementos del sistema electoral

Objeto de la modificación Breve explicación Fecha modificación Introducción de segunda vuelta para elección presidencial

Se celebrará segunda vuelta cuando ninguno de los candidatos que concurren obtiene más del 50% de los votos. En el pasado la segunda vuelta se celebraba en el Parlamento, siendo el cuerpo electoral los propios diputados.

Se aprueba en la Constitución de 1980 que sustituye a la Constitución de 1925

Reducción temporal del mandato de presidente de ocho a cuatro años como una forma de facilitar el proceso de transición.

Todavía durante el gobierno autoritario, se intenta ajustar el texto constitucional a exigencias mínimas del estándar democrático, internacionalmente reconocido.

Paquete de reformas de la Constitución 1980 (1989)

Reducción del mandato presidencial de ocho a seis años

Las elecciones a Diputados y Senadores desde ese momento dejaban de ser concurrentes con las presidenciales

Ley de Reforma Constitucional (1994)

Reducción del mandato presidencial de seis a cuatro años y sin posibilidad de reelección inmediata

Las elecciones a Diputados y Senadores volverían a ser coincidentes

Reforma constitucional de 2005

Eliminación de senadores designados y vitalicios

Los únicos senadores que conformaran la Cámara serán los 38 elegidos democráticamente.

Reforma constitucional de 2005

Inscripción automática y voto voluntario

Las personas que nunca hayan votado no tendrán que inscribirse en un censo electoral sino que se generará uno automáticamente a partir del padrón. Ahora la inscripción no es automática El voto pasaría a ser voluntario. Ahora el voto no es voluntario, una vez que el elector se inscribe ya está obligado a votar siempre

En trámite y próxima aprobación

Page 21: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

21

Tabla Relación de convocatorias electorales en Chile (1989-2010)

AÑO 1989

1992 1993

1996 1997 1999

2000 2001 2004 2005

2006

2008 2009

2010

Presidente 1 vuelta

x (única vuelta)

x (única vuelta)

x x x

Presidente 2 vuelta

x x x

Senadores

x x x x x x

Diputados

x x x x x x

Alcaldes

x x

Concejales

x x

Municipales

x x x

Fuente: elaboración propia

Page 22: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

22

Tabla . Resultados Elecciones Presidenciales (1989-2010)

1989

1993

11/12/ 1993 1999/2000

12/12/ 1999 2005/2006 11/12/2005 15/01/ 2006

2009/2010 13/12/ 2009 17/01/ 2010

CANDIDATOS Y COALICIONES

% VOTOS

CANDIDATOS Y COALICIONES

% VOTOS

CANDIDATOS Y COALICIONES

% VOTOS

1 VUELTA

% VOTOS

2 VUELTA

CANDIDATOS Y

COALICIONES

% VOTOS

1 VUELTA

% VOTOS

2 VUELTA

CANDIDATOS Y COALICIONES

% VOTOS

1 VUELTA

% VOTOS

2 VUELTA

Patricio Aylwin

CPD 55,17

3.850.023 Eduardo Frei

CPD

57,98 4.044.112

Ricardo Lagos

CPD 47,96

3.383.334 51,31

3.677.968 Michelle Bachelet CPD

45,95 3.167.939

53.49

3.712.902

Sebastián Piñera Echenique (Alianza)

44,05 3.056.526

51,61 3.582.800

HernanBuchi

Alianza por

Chile

29,40 2.051.975

Arturo

Allessandri

Alianza por

Chile

24,41 1.703.070

Joaquín Lavín

Alianza por

Chile

47,52 3.352.192

48,69 3.490.561

Sebastián Piñera R!

25,41 1.751.866

46,5 3.227.658

Eduardo Frei Ruiz-Tagle CPD

29,60 2.053.514

48,39

3.359.801

Eugenio Pizarro

Partido

Comunista

4,70 327.404

Gladys Marín Partido

Comunista

3,19 225.224

- Joaquín Lavín UDI

23,22 1.601.169 -

Jorge Arrate Mac-Niven *

6,21 430.824

-

Cristian Reitze

Partido

Humanista

1,17 81.814

Tomás Hirsch Partido

Humanista

0,51 36.235

- Tomas Hirsch Juntos

Podemos

Más

(Partidos Humanista+Partido Comunista)

5,40 372.609

- -

Independientes Independientes Independientes Independientes Fco Javier

Errazuriz

15,43 1.076.894

Jose Piñera

(indep. Derecha)

6,18 431.176

Sara Larraín (apoyada por

mov.

ecológico)

0,44 31.319

- Marco Enríquez-OminamiGumucio

20,13 1.396.655

Manfred Max

(apoyada por

mov.ecológico)

5,55 387.371

Arturo Frei Bollar (respaldado

por UCCP)

0,38 26.812

-

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior de Chile

Page 23: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

23

Tabla . Resultados Elecciones a Cámara de Diputados (1989-2009)

PARTIDOS 1989 1993 1997 2001 2005 2009

%votos escaños %votos escaños %votos escaños %votos escaños %votos escaños %votos escaños

PDC 25,99 38 27,12 37 22,98 38 18,92 23 20,78 21 14,24 19

PPD 11,45 16 11,84 15 12,55 16 12,73 20 15,44 22 12,65 18

PS 0 0 11,93 15 11,05 11 10 10 10,02 15 9,90 11

PRSD 3,94 5 2,98 2 3,13 4 4,05 6 3,51 7 3,78 5

Independientes Concertación 9,12 9 0,74 1 0,81 0 2,2 3 2 0

1,75 1

Otros Concertación 0,99 1 0,79 0 0 0 0,06 0 0 0 0 0

TOTAL CONCERTACIÓN 51,49 69 55,4 70 50,52 69 47,96 62 51,75 65

42,32 54

UDI 9,82 11 12,11 15 14,45 17 25,18 31 22,34 34 23,04 37

RN 18,28 29 16,31 29 16,77 23 13,77 18 14,12 20 17,82 18

Independientes Alianza 6,09 8 4,81 4 4,67 6 5,32 8 2,23 0

2,30 3

Otros Alianza 0 0 3,45 2 0 0 0 0 0 0 0,27 0

TOTAL ALIANZA 34,19 48 36,68 50 35,89 46 44,27 57 38,69 54 43,43 58

Partido Comunista de Chile

2,02 3

Otros partidos políticos 12,43 2 6,13 0 12,9 3 6,33 0 8,55 1 9,94 3 Independientes Fuera de Pacto 1,88 1 0,11 0 0,69 2 1,42 1 0,94 0

2,21 2

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior de Chile

Page 24: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

24

Tabla Niveles de concentración y competitividad en elecciones legislativas

1989

1993

1997

2001

2005

2009

Concentración electoral entre partidos

44,27

PDC-RN

43,43

PDC-RN

39,75

PDC-RN

44,1

UDI-PDC

43,12

UDI-PDC

40,86

UDI-RN Concentración electoral entre coaliciones

85,68 92,08 86,41 92,23 90,44 85,75

Concentración parlamentaria entre partidos

55,88

PDC-RN

55

PDC-RN

50,83

PDC-RN

45

UDI-PDC

46,6

UDI-PPD

56,66

UDI-PDC Concentración parlamentaria entre coaliciones

97,50 100,00 95,83 99,17 99,17 93,33

Competitividad electoral entre partidos

7,71

PDC-RN

10,81

PDC-RN

6,21

PDC-RN

6,26

UDI-PDC

1,56

UDI-PDC

5,22

UDI-RN Competitividad electoral entre coaliciones

17,3 18,72 14,63 3,69 13,06 1,11

Competitividad parlamentaria entre partidos

7,5

PDC-RN

6,66

PDC-RN

12,5

PDC-RN

6,66

UDI-PDC

10

UDI-PPD

15

UDI-PDC Competitividad parlamentaria entre coaliciones

17,50 16,67 19,17 4,17 9,17 3,33

Fuente: elaboración propia

Page 25: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

25

-

Tabla Polarización ideológica ponderada en el sistema de partidos chileno

1993-1997

1997-2002

2002-2006

2006-2010

Promedio polarización ponderada

Según identificación partidista 1,91 2,94 2,47 3,09 2,60

Según autoubicación de Diputados

1,90 2,81 2,51 2,55 2,44

Según ubicación de otros partidos por parte de Diputados

4,12 5,28 6,86 6,80 5,77

Fuente: Observatorio de Instituciones Representativas (OIR) en http://americo.usal.es/oir/

Tabla Fragmentación y volatilidad en el sistema de partidos chileno

1989

1993

1997

2001

2005

promedio Número efectivo de partidos electoral 4,95 6,93 7,16 6,57 6,57

6,46

Número efectivo de partidos parlamentario

5,07 4,99 5,19 4,96 4,96 5,03

Page 26: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

26

Volatilidad agregada

Con respecto elección anterior

20,30 8,0 14,00 11,41 13,43

Fuente: Observatorio de Instituciones Representativas (OIR) en http://americo.usal.es/oir/

Page 27: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

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Anexo Siglas Partidistas citadas

ANI Alianza Nacional de los Independientes PAR Partido de Acción Regionalista PDC Partido Demócrata Cristiano PPD Partido por la Democracia PRI Partido Regionalista de los Independientes PRSD Partido Radical Socialdemócrata PS Partido Socialista PC Partido Comunista RN Renovación Nacional UDI Unión Demócrata Independiente

Page 28: La reflexión sobre cambios y continuidades en el sistema de ...

28

Bibliografía citada

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DIX, Robert 1989. “Cleavage Structures and Party systems in Latin America.” Comparative

Politics 22(1): 23-37. GARRETÓN, Manuel Antonio (1983): El proceso político chileno, FLACSO, Santiago.

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