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Giovan Battista Beinaschi
Nacimiento de la Virgen María (fragmento).
Derechos de autor registrados
2016 Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado (Edición).
Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña
La Religión y el Mundo Actual. 3. Un paréntesis. Federico Salvador Ramón
Angarmegia: Ciencia, Cultura y Educación. Portal de Investigación y Docencia
Edición preparada con ocasión del proceso de beatificación del Padre Fundador de las Esclavas de La
Inmaculada Niña.
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La religión
y el
mundo actual - 3 -
Un paréntesis
Federico Salvador Ramón
Publicado en la revista mariana Esclava y Reina Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña
Agosto Instinción – Almería – España
1917 zzz
Edición actualizada por
María Dolores Mira Gómez de Mercado
Antonio García Megía
Esta serie de documentos recopila los artículos que Federico Salvado Ramón, bajo
el seudónimo de «Mirasol», publica en la sección “Apuntes Sociales”, con subtítulo
genérico La Religión y el Mundo Actual, de forma casi ininterrumpida en la revista
Esclava y Reina de la Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña, desde su segundo
número aparecido en febrero de 1917.
Con la intención pedagógica que caracteriza toda su producción escrita, el padre
Federico observa, analiza y comenta desde un punto de vista católico, apostólico, romano
y de esclavo militante, los matices y perspectivas que se suceden en los ámbitos
filosófico, social, cultural, histórico, político, y por supuesto, religioso, durante la
turbulenta transición que supone el cambio de centuria, cuyo impacto se extiende hasta el
segundo cuarto del siglo XX.
Se trata de una época de mentalidades en conflicto que concluyen con el trágico
estallido de la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias posteriores.
Los ejes nucleares del cambio de mentalidad afectan a campos tan diversos como
la relatividad y la operatividad de los conocimientos, el problema de los valores, las
relaciones entre ciencia, filosofía —desde el entendimiento de que la opción que cada
intelectual escoge —ya sea desde el pensamiento conceptualista, ya desde el
irracionalismo y desde la reivindicación de la «experiencia y la intuición de la
inmediatez», que siempre implica elecciones éticas y políticas a veces abiertamente
contrapuestas.
El mundo en los albores del siglo XX se enfrenta a la remoción de los fundamentos
del saber en las ciencias y en la cultura filosófica. En las décadas finales del siglo XIX y
en los inicios del siglo XX, entra en crisis el modelo positivista de cientificidad y la
prevalencia de la razón y la ciencia que habían constituido la base de los grandes sistemas
del siglo XIX. El racionalismo tradicional se ve amenazado por la irrupción imparable de
los sistemas irracionalistas de Nietzsche, Bergson o Freud.
Desde las últimas décadas del mil ochocientos y hasta la Primera Guerra Mundial,
sobre todo en Francia y en Alemania, la certeza positivista comienza a sufrir un intenso
proceso de erosión por las expansión de las posiciones irracionalista ya citadas y por la
transformación interna del propio positivismo, en el sentido de una mayor conciencia
crítica sobre las posibilidades, los límites y los métodos del saber científico, tal como se
manifiesta en la postulación sobre la fenomenología de Edmund Husserl.
Este decurso acelera el proceso de modernización emprendida por la burguesía
liberal hacia el capitalismo financiero que se aleja del capitalismo industrial alumbrado
en el siglo XVIII.
A ello se suman las transformaciones culturales sobrevenidas por las políticas de
expansión imperialista y colonial de las grandes potencias, exclusivamente europeas hasta
los inicios del siglo XX, a las que habrán de sumarse desde inicios de la centuria, los
Estados Unidos norteamericanos y el Imperio de Japón que sale fortalecido tras derrotar
al coloso Ruso en la guerra por el dominio de los territorios de Manchuria.
Este es el contexto en que se desarrolla la vida del padre Federico Salvador
Ramón, y, como queda dicho, esta su postura al respecto.
María Dolores Mira y Gómez de Mercado Antonio García Megía
LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – UN PARÉNTESIS
FEDERICO SALVADOR RAMÓN
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La religión y el mundo actual
- 3 -
Apuntes Sociales Un paréntesis
Hacemos un paréntesis en este número de nuestra Revista para dedicarla toda
a glorificar a la Santísima Virgen recién nacida. Por este motivo, hoy, sólo decimos
en este trabajo que la Religión impone la paz a las actuales sociedades.
Una falsa religión, so capa de reformadora, infundió, durante cuatro siglos, los
principios que engendraron las consecuencias espantables que hoy tocamos; falsas
doctrinas sobre la libertad forjaron las cadenas que aherrojan multitud de soldados a los
tiránicos dictados de unos cuantos hombres carnales, avaros y ambiciosos.
Esa misma falsa religión, con fingidas igualdades, marcó en el mundo las
diferencias de clases, más hondas que las de castas; una fraternidad sin divino amor
atrajo sobre el mundo actual los más reconcentrados odios, y sin libertad, igualdad y
fraternidad las sociedades, que parecían haber tocado los últimos ápices del progreso,
vinieron a dar en los monstruosos horrores de la guerra inmensa, que todo lo destruye
y arrastra a las últimas ruinas como lógica consecuencia de una civilización alentada
por la humana soberbia, sostenida con el tesón del egoísmo y gozada entre las delicias
efímeras y envilecedoras· de las bajas pasiones.
LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – UN PARÉNTESIS
FEDERICO SALVADOR RAMÓN
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La verdadera Religión, la que tiene por Madre a la Inmaculada Virgen María,
cuya Natividad conmemoramos en este número de Esclava y Reina, esa única verdadera
Religión es la que puede salvar a los hombres de esta y de más terribles catástrofes que
se avecinan si es que el mundo insensato no vuelve sus ojos a Madre de la
misericordia, a María, única portadora de la sólida paz de las naciones.
Sin tu amor, Reina Inmaculada, no alcanzarán los pueblos otra paz que la de la
fuerza o el miedo, la paz impuesta por el propio interés o por el daño ajeno. Por eso no
se busca la concordia del mundo actual en otra parte que en el número de los
combatientes, en los espasmos del hambre, en las ventajas conseguidas por estos o
aquellos contendientes, o en los graneros de unos u otros, o se calculan los quebrantos
causados en los enemigos, pero no son estos ciertamente los principios en que se ha
de fundar una paz inalterable y justa.
Sin rudas preponderancias y sin vejatorias hegemonías, sin alarmantes temores
económicos y sin escandalosas manifestaciones de corrompidas costumbres para el
porvenir, sólo puede hacerse la paz, cuando se funde en los sanos preceptos de la
Religión Católica, Apostólica, Romana, mariana por excelencia, y sentada sobre la roca
inconmovible de la silla de Pedro.
Haz, Niña divina recién nacida, que a tu cuna, trono de eterna paz, vengan
humildes los Nabucodonosores de nuestros días. Si ellos oyesen al representante de
tu divino Hijo haríase la paz, y sobre fundamentos inconmovibles como son los de la
verdad y la virtud.
¡Oh, Niña soberana! Una mirada rebosante de tu amor, una sonrisa de tu
ternura penetre el corazón de los que dirigen los destinos de los pueblos y lejos de
querer imponer la justicia con el cruento sacrificio de la espada para no conseguirlo
jamás, inspírense en las sublimes enseñanzas de tu caridad que, por la salud de los
hombres, te llevó hasta entregar a la muerte a tu divino Jesús.
Sacrifiquen, en buen hora, sus vidas por el bien de los hombres los que se
precian de ser sus salvadores, y cesen en su locura de lanzar al sacrificio de la ingente
guerra mundial tantos miles de víctimas cuya sangre clama venganza a los cielos y
demanda reparación a la tierra mediante las lágrimas de las madres sin hijos, de los
gritos de dolor de las esposas viudas y de los ayes de la robusta y alegre juventud de
ayer, hoy escuálida y triste, como sementero agostado por el ardiente simún del
desierto.
Ante la cuna de la Madre común de los pueblos, regenerados por Cristo, no
vale la soberbia de unos, ni la avaricia de otros, ni el ansia de revancha de aquellos.
LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – UN PARÉNTESIS
FEDERICO SALVADOR RAMÓN
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Ante la cuna de María todo es humildad, desprendimiento, perdón mutuo, y, con
esas prendas, bien se nos declara que sólo a María podemos llamar con razón Reina
de la paz y que de sólo ella podemos esperarla.
Inglaterra, Alemania, Francia, Rusia, pueblos todos beligerantes, aceptad los
brazos amigos y redentores del Papa que tan amorosamente os invita sin cesar para
que os dejéis estrechar por él en amoroso haz, ligados con las dulzuras de la caridad
de Cristo.
« ¡Oh, Niña, hija de David, y Madre de Dios, Rey del Universo! Estatua divina
y viviente.
Dios, Artífice Supremo, se complace en vuestra belleza, porque Él rige todos
los movimientos de vuestro corazón y Vos solamente a Él estáis unida.
Los impulsos de vuestra alma sólo se dirigen a los bienes que son dignos de
amor. Vos tenéis una vida superior a la naturaleza, pero no la tenéis para
Vos, porque no es para Vos por lo que habéis nacido.
Vuestra vida es para Dios, porque sólo para Él habéis venido al mundo.
Vuestra vida, desde que nacisteis, está consagrada a cooperar en la salud del
mundo y en el cumplimiento del eterno designio de Dios: la Encarnación del
Verbo y la deificación de los hombres».
S. Juan Damasceno. Hom. I, in Nativ. B. M. V., n. 911.
2016 Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado (Edición).
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La Religión y el Mundo Actual. 3. Un paréntesis. Federico Salvador Ramón
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