PATRIMONIO ESPIRITUAL MARISTA
jornada marista 6 de junio 2005
LA SANTIDAD DE MARCELINO:
INVITACIÓN A LA PLENITUD HUMANA
SAN MARCELINO CHAMPAGNAT canonizado el 18 DE ABRIL DE 1999
Una “educación” que no encaminara hacia la plenitud humana, se quedaría
en mera domesticación eficientista
H. Aureliano Brambila de la Mora
CEPAM Guadalajara, Jal., México
http://www.geocities.com/athens/oracle/3630
Invitación a la plenitud humana
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SIGNIFICADO DE LA CANONIZACION
Un reconocimiento oficial de algo que ya existía (vida ejemplar, está en el cielo: goza de Dios.)
Marcelino no lo necesita, pero nosotros, sí.
Fue desde el 18 de abril de 1999, pero todavía no alcanzamos a sacarle todo su significado.... Profundicemos...
PARTICIPACION DE LA SANTIDAD DE DIOS
Ideas falsas o incompletas de la santidad: Todas ellas proceden de una idea errónea de Dios o del ser humano
1. Si se identifica la divinidad con lo oculto y numinoso, la santidad será una especie de embrujamiento, de enajenación, sólo para iniciados, la adquisición de poderes raros y extraordinarios.
2. Si se identifica la divinidad con un principio dualístico del bien y del mal, de la materia y del espíritu, la santidad será entonces todo lo que aleja de la materia, del cuerpo, de lo sexuado. Santo: alguien alejado de lo humano. Entre más santo, menos humano. Entre más humano, menos santo.
3. Si el concepto de lo humano parte de una antropología que no atiende al crecimiento armónico de las diversas dimensiones del ser humano, estaremos ante santidades que sólo se fijan en algunas virtudes, y éstas aisladamente consideradas, haciendo de ellas verdaderos ídolos....
Por dónde anda la respuesta: La clave de interpretación es la figura de Jesucristo, quien nos revela quién es Dios y qué es el hombre.
El proceso de santificación es más bien un ejercicio de congruencia: se trata de llegar a ser “plenamente” lo que se es: hijo de Dios, hermano de Jesús, y por lo tanto hermano de todo ser humano...
Santidad: Crecimiento integral armónico; como hijo de Dios, hermano del hombre; y señor del cosmos.
Nada más equilibrado que un santo: asomarse a sus vidas: el señorío, la fraternidad, la filiación....
Identificación con Jesucristo: progresiva cristificación (Ef 1/310)
Vocación primordial: todos invitados a la santidad (no hay monopolios...)
El cristianismo no es algo meramente cultual, sino -sobre todo y principalmente- algo existencial.
«La condición del hombre no se realiza por el ejercicio del poder dominador, sino por la plenitud
de su ser, cuyo prototipo es Jesús.» (Mateos-Camacho, “El Hijo del Hombre: hacia la plenitud
humana”, Ediciones el Almendro)
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«El evangelio ante todo busca la plenitud del hombre (infundir vida de calidad divina). La gloria
de Dios consiste en que esto se dé.» (Mateos-Camacho, “El Hijo del Hombre: hacia la plenitud
humana”, Ediciones el Almendro)
«La figura del “hijo del hombre” lleva a un máximo la aspiración humana por el desarrollo
personal y la plenitud, proponiendo así un humanismo de enorme amplitud, pero que, por estar
basado en el amor universal, no aísla al hombre ni lo cierra en sí mismo.» (Mateos-Camacho, “El
Hijo del Hombre: hacia la plenitud humana”, Ediciones el Almendro)
“Y ustedes ¿quién dicen que soy yo? (Mc 8,27). Hace dos mil años un hombre formuló esta
pregunta a un grupo de amigos. Y la historia no ha terminado aún de responderla.” (Martín
Descalzo José Luis, “Vida y Misterio de Jesús de Nazaret”, Vol I, Sígueme, 1986) 1.
«El que preguntaba era simplemente un aldeano que hablaba a un grupo de pescadores. Nada
hacía sospechar que se tratara de alguien importante. Vestía pobremente. El y los que le rodeaban
eran gente sin cultura, sin lo que el mundo llama “cultura”. No poseían títulos ni apoyos. No
tenían dinero ni posibilidades de adquirirlo. No contaban con armas ni con poder alguno. Eran, ya
desde el principio y lo serían siempre, odiados por los poderosos. Pero tampoco los pobres
terminaban de entender lo que aquel hombre y sus doce amigos predicaban.» (Martín Descalzo
José Luis, “Vida y Misterio de Jesús de Nazaret”, Vol I, Sígueme, 1986)
«Era, efectivamente, un incomprendido. Los violentos le encontraban débil y manso. Los
custodios del orden le juzgaban, en cambio, violento y peligroso. Los cultos le despreciaban y le
temían. Los poderosos se reían de su locura. Había dedicado toda su vida a Dios, pero los
ministros oficiales de la religión de su pueblo le veían como un blasfemo y enemigo del cielo.
Eran ciertamente muchos los que le seguían por los caminos cuando predicaba, pero a la mayor
parte les interesaban más los gestos asombrosos que hacía o el pan que les repartía alguna vez
que todas las palabras que salían de sus labios.» (Martín Descalzo José Luis, “Vida y Misterio de
Jesús de Nazaret”, Vol I, Sígueme, 1986).
Hay hombres y mujeres que han quedado encandilados por la figura de Jesús, y le han seguido paso a paso por la vida, imitándolo en su forma de vida y en su quehacer. Entre ellos están, en primer lugar, María de Nazaret, su Madre, la discípula perfecta y la primera cristiana, y luego, toda una pléyade de santos: Pedro, Pablo, Juan, María Magdalena, Francisco, Clara, Teresa, Ignacio, Marcelino,….
Este último nos toca muy de cerca, es nuestro Fundador. El Fundador de las
Escuelas Maristas.
ALGUNOS DATOS CRONOLÓGICOS DE MARCELINO CHAMPAGNAT
1789-05-20 Nacimiento en el Rosey, Marlhes, Loira.
1789-05-21 Bautismo
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1800 Primera comunión y confirmación
1803 Descubre su vocación sacerdotal
1804-06-13 Muere Juan Bautista Champagnat, papá de Marcelino, a los 49 años.
1805-11-01 Marcelino ingresa en Verrières, Seminario Menor
1810-01-24 Muere María Chirat; mamá de Marcelino
1816-07-22 Recibe la ordenación sacerdotal;
1816-07-23 Promesa de Fourvière
1816-08-12 Nombrado Coadjutor de La Valla.
1816-10-28 Encuentro con el joven Juan Bautista Montagne
1817-01-02 Fundación del Instituto (Granjon, 23 años; Audras, 14 años)
1823 El acordaos en la nieve. (Casa Donnet)
1824 Construye Nuestra Señora del Hermitage
1826 Se queda solo, sin Courveille ni Terraillon
1836-09-24 Pronuncia sus votos religiosos junto con los demás Padres Maristas
1836-12-24 Los HH. Marie Nizier, Michel y Joseph Xavier salen junto con los
Padres Pompallier, Chanel, Bret, Servant y Bataillon a Oceanía
1839-10-12 Elección del H. Francisco, como sucesor de Marcelino
1840-05-18 Testamento espiritual
1840-06-06 Deceso en el Hermitage
LA ECLOSION DE UN CARISMA
LA EXPERIENCIA MONTAGNE
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1. Era un día del mes de octubre de 1816, el día 28, para ser precisos. En el paraje llamado
“Les Palais”, cerca del Bessat, en la región del Monte Pilat, un adolescente de 17 años,
Juan Bautista Montagne, estaba en cama, gravemente enfermo. Prácticamente había
llegado al final de su carrera por este mundo. El joven vicario de La Valla-en-Gier, un
pueblecillo de unas 2000 almas, el Pbro. Marcelino Champagnat, había sido llamado para
asistir al moribundo. Cuál no sería su sorpresa al constatar que este adolescente no sabía
nada de religión, ni de Dios, ni del más allá. El pobre muchacho se hallaba desprovisto de
los conocimientos culturales y religiosos más elementales. Verdaderamente era alguien
que ignoraba hasta para qué había venido al mundo y qué es lo que le esperaba después.
2. A un momento dado, el joven se sintió presa de una inmensa angustia, tomó a Marcelino
por los brazos y le gritó, con los ojos arrasados en lágrimas: “¡Padre Marcelino,
ayúdeme!”. El vicario de La Valla, conmovido hasta lo más hondo de su corazón, lo
atendió con enorme solicitud. Pero bien poca cosa podía hacer en semejantes
circunstancias. La situación de abandono en que había crecido era gigantesca. Le habló de
ese Ser Supremo que lo recibiría con gran amor porque era su Padre. Y de María, que era
su madre.....
3. Después de que el joven Montagne falleció, Marcelino emprendió el camino de regreso a
la parroquia, bastante alejada de la casa del Palais. Todo el tiempo que caminaba por esos
senderos zigzagueantes de las montañas, no podía callar en el fondo de su corazón el eco
de aquel grito angustiado del joven que había quedado atrás... Una angustia le subía hasta
la garganta, como la oscuridad que se trepaba sobre los troncos y el follaje de los árboles
que le rodeaban. Era una angustia semejante a la del joven, era una angustia compartida.
Marcelino ya no oía una sola voz sino un coro inmenso de jóvenes en desamparo que
gritaba. Detrás del grito de ese muchacho, Marcelino percibía el grito inmenso de la
juventud abandonada en todo el mundo. Apenas llegado a su parroquia se puso a trabajar
de inmediato. Era preciso responder a ese grito sin importar el precio.
4. Y la respuesta que dio Marcelino Champagnat a la juventud que pide auxilio, son los
Hermanitos de María que él fundó, a sólo dos meses de haberse encontrado con el joven
Montagne. Henos ya en el 2 de enero de 1817: día del nacimiento de la obra marista.
Poco después, Marcelino construyó con sus propias manos una casa en el Hermitage,
cerca de St. Chamond, al mismo tiempo que construía la comunidad marista por su
presencia, su amor y sus enseñanzas. Marcelino, una vez descargado por completo de su
ministerio de vicario de la Parroquia se dedicó de lleno a sus Hermanos.
5. El, que había nacido en 1789 en una pequeña aldea, el Rosey, del municipio de Marlhes;
que había hechos sus estudios en el seminario menor de Verrières y se había preparado
para el sacerdocio en el seminario mayor de San Ireneo, en Lyon; que pertenecía a la rama
de los Padres de la Sociedad de María, se convertía en el padre de una gran familia, la de
los Hermanitos de María, es decir, la de los Hermanos Maristas de la Enseñanza, que
evangelizan a los jóvenes mediante la educación cristiana.
6. Marcelino Champagnat permaneció toda su vida en el Hermitage. Ahí formaba a sus
Hermanos como religiosos y como apóstoles en esa unidad armónica de la espiritualidad
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apostólica marista. Cuando murió el 6 de junio de 1840, sólo tenía 51 años, pero ya había
consumado su misión y crecido a una gran talla espiritual.
7. No podríamos terminar sin agregar que, con el fin de ser congruente en su respuesta al
llamado de la juventud, siempre insistió este hombre ante los Hermanos y los Obispos en
que “todas las diócesis del mundo entraban en sus miras.” Y en consecuencia, sus
Hermanitos han ido por todos los rincones del mundo a la escucha del grito de los
Montagne de hoy...
8. Y sus Hermanos, junto con una pléyade de Seglares, ambos apóstoles Maristas,
comparten la misma Misión procedente del Carisma: "Nuestro Instituto, don del Espíritu Santo a la Iglesia, es para el mundo una gracia siempre actual. Nuestras comunidades, sencillas y fraternales, constituyen una llamada a vivir según el espíritu de las bienaventuranzas. El testimonio de nuestras vidas entregadas y nuestro compromiso apostólico alientan a cuantos nos rodean, muy particularmente a los jóvenes, a construir una sociedad más justa, y revelan a todos el sentido de la existencia humana". (Constituciones, Art. 164)
¿QUE MENSAJE PERCIBIMOS DE LA CANONIZACION DE MARCELINO?
Triunfo de Dios Triunfo del hombre: generosidad en la obediencia creatural Triunfo de una espiritualidad
Es un Fundador y un apóstol de la educación
Acertada espiritualidad, acertada pedagogía
Una locomotora que ya entró en lo definitivo....
Autenticidad, no mero profesionalismo....
Su mensaje no es diferente a su vida: caminar, paso a paso, hacia la plenitud humana.
No sólo algo tiene que decirnos el Fundador acerca de la importancia del proceso de santificación en nuestras vidas, sino que además, y principalmente, su misma persona, su pensamiento, sus intuiciones, en un palabra, su carisma, son guías y modelos de nuestra propia santificación.
SU PERSONA - Hijo de casa Al principio: búsqueda de caminos más acordes a sus gustos Pero luego, su haber retomado el estudio literario desde una nueva dirección de su vida. “Dios lo quiere” (leitmotiv). - Seminarista Fracasos, dificultades, resoluciones
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- Vicario Situación conflictiva: Rebod, un Párroco difícil Disponibilidad total: querer responder a la realidad concreta adecuación a circunstancias. - Fundador Todos los estados de ánimo imaginables Situaciones conflictivas inéditas
SU PENSAMIENTO (PS 010, Circular): Dios nos ha amado desde toda la eternidad
(PS 019, Carta al H. Bartolomé): [Dígale a los niños] que sólo Dios puede ser su felicidad; que es
para él solo que han sido creados. (PS 135, Circular): Dios nos ha llamado a ser santos. Avancen, pues, más y más en su amor;
procuren vivir en paz [con ustedes mismos y con los demás], y aplíquese cada cual a lo que debe
hacer. (lo ordinario de la vida).
(PS 180, Carta a su cuñada, María Clermondon, viuda): Con toda verdad podemos decir que
nuestra [propia] felicidad depende de nosotros, pues no hay nada, si lo sabemos vivir, que no nos
sirva para lograrla: bienes, salud, pobreza, enfermedades, penas.
SU CARISMA Espiritualidad marista
Una especificidad de la espiritualidad cristiana entre otras: (Franciscana, salesiana, jesuita…).
Es una espiritualidad comunitaria: reconocida por la Iglesia. Es camino cierto y probado de santidad.
“Sensibles a la vocación universal a la santidad, ayudamos a los jóvenes a desarrollar la gracia
de su bautismo, comprometiéndose más radicalmente por el Reino, en la vida seglar, consagrada
o sacerdotal. Los invitamos a prestar atención a las necesidades de los hombres, a abrir el
corazón a la voluntad del Padre y a crecer en la actitud mariana de disponibilidad.” (Const. 093)
Notas de esta espiritualidad:
Filial: (desde y con Cristo: hacia Dios, hacia María)
Fraternal: (en y por Cristo: desde María, comunidad de hermanos [espíritu de familia], apertura universal; jóvenes)
Mariana: (sencillez, humildad, discreción, gozo, Nazaret, José)
Apostólica: (educación, niños y jóvenes, pedagogía propia, preferencia a marginalizados: pobres, desatendidos, “el niño gris”...)
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Misionera: (Anuncio de Jesús, Salvador de todo hombre, dentro y fuera del país.)
Laical: (desde la vivencia profundizada de sólo los sacramentos de iniciación cristiana)
Encarnacional: (pesebre, sencillez, kénosis, concreción, trabajo, laboriosidad...)
Redencional: (cruz, sacrificio, intercesión vicaria...)
Oblativa: (altar, Eucaristía,...)
Pascual: (resurrección: esperanza...)
Eclesial: (En la Iglesia, con la Iglesia, para la Iglesia....) Se trata pues de una “espiritualidad apostólica marista”: Una espiritualidad donde se contempla a Dios y se actúa en favor de los hombres
En Marcelino se da una actitud mística: contempla a Dios en las personas y en las cosas: todo le transparenta a Dios.
“Y, luego, humaniza las cosas para después humanizar al hombre.
Marcelino construye una casa como símbolo de la construcción del hombre.
Transformó un paraje, aprovechando sus recursos.
Marcelino construye al niño potenciando sus virtualidades
Y, por fin, deja en herencia su espiritualidad apostólica marista fundando un Instituto de educadores.
La espiritualidad apostólica marista, a la base Un Instituto que apuesta por la dignidad humana. Todo al servicio de la persona del niño y del joven
“Comprometidos en instituciones escolares o en otras estructuras de educación, nos desvivimos
por el Reino, en servicio de la persona humana.” (Constituciones, Art. 85)
La oración y la actividad apostólica en la vida de los maristas
Misión: evangelizar educando.
Orar por lo niños y con ellos.
o Todo estructurado para que ello sea posible o Ideas del campo: sembrar, regar, cosechar: lenguaje frecuente
en la pedagogía de Marcelino.
Y después de Marcelino, ahí va la marcha de los santos (hombres llegados a la plenitud humana) que siguen su espiritualidad:
206 hermanos mártires, (Laurentino, Bernardo, Chris, Henri, Julio…..)
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y luego, tantos y tantos, de la vida cotidiana, mártires incruentos: un Francisco,
un Alfano, un Leoncio, un Ignacio Vázquez, un Basilio Rueda,… Y la larga fila de los que aún peregrinan hacia la santidad (planificación del ser), también desde su espiritualidad:
Hermanos Maristas de hoy, en los cinco continentes, “que viven su consagración religiosa en una comunidad fraterna y que se desviven por el Reino, evangelizando a los jóvenes en las escuelas y en otras estructuras de educación” (Decreto de la Santa Sede, 7 de octubre de 1986).
Y tantas y tantos Seglares Maristas, que comparten espiritualidad y misión y que
también “se desviven por el Reino, evangelizando a los jóvenes en las escuelas y en otras estructuras de educación...”
¿Utopía inspiradora para todo apóstol marista, sacerdote, religioso o seglar?:
«El Quinto Evangelio que todos pueden leer: nuestra propia vida.» H. Henri Vergès, fms
diversas formas de vida cristiana
Los Estamentos Eclesiales
¿Cómo puedo vivir mi vida cristiana, estructuralmente hablando? Indiscutiblemente que toda vida cristiana se origina en Cristo. El es el enviado del Padre. Se encarnó por obra del Espíritu Santo en el seno de María. Vivió entre nosotros, padeció y murió para redimirnos, y fue resucitado por la fuerza de Dios. Así como él fue enviado por el Padre, él envía a su vez a los Apóstoles. Dejó en manos de éstos la santificación, la enseñanza y el gobierno del pueblo adquirido con el precio de su sangre. De ahí que Pedro y los Apóstoles hayan ido determinando cómo administrar los sacramentos, esos medios sensibles portadores de la gracia que les entregó Jesucristo. Sus sucesores, el Papa y los Obispos (tomados colegiadamente), van capacitando a ayudantes, mediante la imposición de manos, para que colaboren en las funciones ministeriales. Y prosiguen, además, el delicado e imprescindible trabajo de la adecuación entre la oferta
salvífica y la legítima demanda del Pueblo de Dios, y esto para cada momento histórico, en el continuo devenir. Así pues el primer eje de división al interior de la Iglesia (pueblo de Dios) se da en función del ministerio. En un esquema, de inspiración matemática, correspondería al eje de las Y’s. En la parte superior se encontraría el clero (Papa, Obispos, Presbíteros, Diáconos), y en la parte inferior, el laicado. Su reflejo en la liturgia quedaría en las anáforas eucarísticas cuando dicen: “te pedimos por el Papa, el Obispo, los Sacerdotes, los diáconos” y, a continuación, “y por todo tu pueblo santo”. El segundo eje de división en la Iglesia se hace en función de la forma-de-vida. En un esquema, de inspiración matemática también, estaría representada por el eje de las X’s. En la parte izquierda estaría la vida consagrada mediante profesión votal de los consejos evangélicos (vida religiosa) y en la parte derecha por la secularidad, o sea, la vida en el siglo (sœculum). Si ahora empezamos a establecer las coordenadas engendradas por el entrecruce de abscisas y ordenadas, vemos que se originan los cuadrantes trigonométricos. Son cuatro en número. Ayudados con ello podemos ir viendo lo
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que da la combinación entre forma-de-vida y ministerio-en-la-Iglesia. Primer cuadrante: Forma-de-vida: secular. Función eclesial: ministerio jerárquico (ordenado). Aquí se encuentran localizados todos aquellos que forman el clero secular, incluidos los diáconos permanentes (casados o solteros). Su ministerio es gobernar, santificar, enseñar en la Iglesia. Su forma de vida es claramente secular: No hacen votos de pobreza ni de obediencia (estrictamente hablando), no están obligados a la vida de comunidad. Pueden tener sus propiedades, terrenos y coches. Pueden vivir con su madre, con sus hermanas, con alguno otro pariente. Tienen una promesa de obediencia a su superior eclesiástico correspondiente. En el rito latino, hoy por hoy, les obliga la ley eclesiástica del celibato estatuida con el andar de los siglos1. Segundo cuadrante: Forma-de-vida: religiosa (esto es, votal). Función eclesial: ministerio jerárquico (ordenado). Aquí se encuentran localizados todos aquellos que integran el clero regular: PP Franciscanos, Jesuitas, Salesianos, Maristas…. Los Institutos religiosos a que pertenecen se denominan Congregaciones Clericales. Es cierto que en algunos de estos Institutos se hallan también miembros con una función diversa a la del ministerio sacerdotal. Se les llama Hermanos Coadjutores, o legos. No pueden nunca acceder a los puestos de mando propios de los superiores mayores de dichas instituciones. Tercer cuadrante: Forma-de-vida: religiosa (esto es, votal). Función eclesial: tareas o ministerios laicales (educación, sanidad, ...) Aquí se encuentran localizados todos aquellos que forman las Congregaciones Laicales: Esta formado por todas la religiosas (hoy por hoy) y por los Hermanos: lasallistas, maristas,. Cuarto cuadrante: Forma-de-vida: secular. Función eclesial: tareas o ministerios laicales (educación, sanidad, ...). Aquí se encuentran localizados todos aquellos que llamamos Seglares. Numéricamente son los más abundantes en la Iglesia. Su imprescindible misión es la de vivir dentro del matrimonio la procreación y la educación de los niños. Son los encargados de hacer marchar la
1 Proceso iniciado a nivel regional (España) en 303 (Elvira), y luego extendido a otros niveles con la Reforma de Cluny (909) y culminado a nivel universal (latino) en 1139 con el II Concilio de Letrán ( 10° ecuménico). Éste declara “inválidos, y no sólo ilícitos como hasta ahí, los matrimonios de clérigos, a partir del sub-diaconado” (Cf. Roland Fröhlich, HISTOIRE DE L’ÉGLISE, Desclée, Paris, pp. 35,64,85,94,101)
economía, la política, el comercio. Nuestro mundo no prosperaría sin ellos. Hay seglares que viven su secularidad desde la soltería transitoria o permanente. ¿Similitudes y diferencias entre los cuadrantes? En primer lugar si consideramos el cuadrante 1 y el 2, vemos igualdad en la función al interior de la Iglesia, pero diferencia en la forma-de-vida. Ambos son sacerdotes, pero los unos son seculares, y los otros son religiosos. Entre el 2 y el 3 hay semejanza en la forma-de-vida (consagrada con votos y vida comunitaria), pero diferencia en la función. Los del 3 realizan función laical, los del 2, clerical. Los del 2 y el 3 tienen la opción celibataria (hombres) o virginal (mujeres) como algo esencial. En cambio, los del cuadrante 1 su opción celibataria es obligatoria por ley eclesiástica pero no es esencial a su función ministerial. A este último cuadrante, en el rito latino, así como se le impuso el celibato, se le puede quitar y todo ello por el mismo legislador: el Sumo Pontífice con el Colegio Episcopal. Y esto sin afectar en lo más mínimo la validez de su acción ministerial sacramentaria, magisterial y rectora en la Iglesia. Entre el cuadrante 3 y el 4, hay algo en común: ambos pertenecen al laicado en cuanto a su función en el interior de la Iglesia. Pero son diferentes en cuanto a la forma-de-vida. Así pues puede haber hombres y mujeres con idéntica misión (educación, sanidad,….) y con diferente forma-de-vida. Los unos serán seglares y los otros religiosos. ¿Cuál es el mejor estamento para vivir la vida cristiana? Yo diría que es aquél al que me ha destinado Dios. Esto es, aquí entra de lleno el asunto de la vocación. Meterme a un estamento por criterios meramente humanos: prestigio, promoción,…. sería equivocarse totalmente. Los estamentos son complementarios. Su origen es la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. Todos ellos son diversidades estructurales válidas de un solo cristianismo, todos ellos son caminos de santidad, pues ésta depende del grado de amor a Dios con que se vive la propia vocación. En la vida, pues, se trata de encontrar su estamento y crecer en él sin medida. Es pues equivocado fijarse en la importancia del trabajo a realizar como discriminante del tipo de vocación a que llama el Señor, el dueño de la mies. “Pastorales vocacionales” que pretendieran captar adeptos mediante oferta de dignidades, privilegios, status, estarían groseramente equivocadas. Además serían tramposas pues estarían usurpando “en nombre de Dios” la
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prerrogativa divina que tiene la exclusiva de llamar a los que quiere a cada estamento. ¿Algunos riesgos peculiares a cada estamento? Cada cuadrante ofrece, además de grandes oportunidades de crecimiento personal, ciertos riesgos típicos. Así por ejemplo, los del cuadrante 1 se podrían sentir propensos a juzgar a los demás estamentos por lo que hacen, exclusivamente. Esto indicaría que han identificado su propia función ministerial con su forma-de-vida. Además, en ese caso tendrían que evitar inspirarse en su forma-de-vida del estilo monástico que tendería a desubicarlos. Los del cuadrante 2, podrían caer en la tentación de sobrevalorar su acción sacerdotal en detrimento de su forma-de-vida religiosa consagrada. Celebrarían sus bodas de ordenación sacerdotal con pompa y circunstancia, no así sus bodas de profesión religiosa. Los del cuadrante 3, al compartir misión, espiritualidad y espíritu con numerosos grupos de seglares, podrían sentirse inclinados a vivir con poca especificidad el tipo de vida votal que les caracteriza. Esto haría que se empobreciera el cuadrante 4 pues lo que enriquece a los demás no es nuestra semejanza sino nuestra diferencia. Por último, los del cuadrante 4 podrían sentirse sin iniciativa propia, queriendo depender totalmente de los otros estamentos. Esto retrasaría o nulificaría su misión propia, en cuanto forma-de-vida y función eclesial. Se convertirían en aproximaciones del clero o en aprendices conventuales. Dos cosas que les estorbarían en la adquisición de una personalidad fuerte y fecunda en la Iglesia. Y para el mundo. ¿Cómo vivir, pues, las funciones iguales con formas-de-vida diversas? Pues teniendo dinámicas iguales en la función eclesial y respetando la índole diversa en la forma-de-vida. Sería el caso de decir que quien no distingue, confunde.
¿Repercusiones en el discernimiento vocacional? Es un hecho fácilmente constatable que, por desgracia, en la Iglesia hay no poca gente mal ubicada en uno u otro estamento, y esto por razones muy complejas. El discernimiento vocacional involucrado en ciertas “pastorales vocacionales” podría no ser ajeno a la génesis de semejante situación. Pero en la base, el riesgo de tal desajuste es la no clara asunción de los roles y formas-de-vida al interior de la Iglesia y luego, como corolario, la tendencia mal disimulada a una supremacía equivocada y al esfuerzo solapado de una nivelación de cuadrantes, borrando las diferencias en la forma-de-vida, alegando la igualdad en la función. Todo ello empobrece a la Iglesia pues aniquila la obra maravillosamente diversificadora del Espíritu Santo en una sinfonía no menos maravillosa de una unidad bellamente armoniosa. La tan mal comprendida virtud de la modestia, esa inteligente discreción que nos hace asumir con humildad y sencillez, —y sobre todo, con gran alegría— (al más puro estilo mariano) el querer de Dios concreto sobre cada uno de nosotros, podría ser de vitales consecuencias en una eficaz pastoral vocacional. Creo que ese es el sentido genuino del artículo 93 de nuestras Constituciones vigentes: “Sensibles a la vocación universal a la santidad, ayudamos a los jóvenes a desarrollar la gracia de su bautismo, comprometiéndose más radicalmente por el Reino, en la vida seglar, consagrada o sacerdotal. Los invitamos a prestar atención a las necesidades de los hombres, a abrir el corazón a la voluntad del Padre y a crecer en la actitud mariana de disponibilidad. ”
F
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N
C
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FORMA DE VIDA
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Clero
Religioso II
religioso
I Secular
religioso
III
IV
religioso
Laicado