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La Tercera Deribada Del Tiempo Ondas y Pulso

Date post: 09-Jan-2016
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La Tercera Deribada Del Tiempo Ondas y Pulso

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  • Resumen

    El anlisis de ondculas permite mltiples niveles de resolucin temporal, adems de constituir

    un filtro eficiente para el procesamiento de seales y la eliminacin del ruido. Aqu

    conjeturamos la posibilidad de que el propio movimiento mecnico del cuerpo acta, a travs

    de los tres rdenes diferenciales sucesivos, y en virtud de las resonancias que stos generan,

    como un filtro selectivo del ruido de fondo estadstico. De esta posibilidad emanan nuevas

    consideraciones sobre los sistemas emergentes, la informacin y el control biolgicos, as

    como del anlisis temporal en general. Sigue una discusin filosfica sobre la ubicacin de

    estas conjeturas en el contexto de conocimiento general, incluyendo tpicos diversos como el

    clculo fraccional, sistemas no holonmicos, etctera.

    Palabras clave: Causalidad, emergencia, evolucin, anlisis no estacionario, ondculas, anlisis

    del pulso, Samkhya, tercera derivada, clculo fraccional, impulso, tiempo.

    Antecedentes

    La lectura del pulso sanguneo ha sido el medio principal de diagnstico en las medicinas

    tradicionales. Para los estndares cientficos modernos, estas prcticas han pasado ha ser

    consideradas, en el mejor de los casos, como aproximaciones cualitativas y empricas, cuando

    no han sido rechazadas como carentes de cualquier fundamento. Sin embargo, est claro que

    el pulso es una seal perfectamente cuantificable desde el punto de vista dinmico, y, por lo

    tanto, deberamos ser capaces de traducir las descripciones cualitativas en trminos

    cuantitativos y verificables. El pulso sigue siendo el indicador global ms fiel de la salud y el

    estado del organismo, y si el anlisis clnico moderno no fuera capaz de dar cuenta racional de

    la informacin que contiene, ello significara tambin que es incapaz de acomodar los hechos

    ms elementales de la vida.

    En escritos anteriores [1, 2], he intentado relacionar las categoras del Ayurveda y la filosofa

    del Samkhya con los principios de la mecnica de Newton. Bsicamente, los tres

    humores, kapha, pitta y vata, o sus modalidades generales correspondientes, tamas, rajas y

    sattwa, pueden superponerse respectivamente con lo definido por la primera, segunda y

    tercera de las leyes de Newton la inercia, la fuerza o aceleracin, y el equilibrio entre accin y

    reaccin- a condicin de que exista siempre un tiempo relevante entre la accin y reaccin es

    decir, que estas no sean estrictamente simultneas. Por supuesto, todos los sistemas reales

    conocidos requieren un tiempo de reaccin; pero siendo ste diferente para cada uno de ellos,

    pasa a ser considerado como accidental o episdico. Sin embargo, este medio entre accin y

    reaccin es indispensable para tener siquiera una mnima intuicin de causa, ms all de la

    descripcin de un balance de equilibrio general, que es lo que establecen las ecuaciones

    ordinarias de la dinmica para sistemas estacionarios. El tercer principio, en este contexto,

    equivale a una sensibilidad entre la accin y reaccin.

  • Principios aparte, la forma del pulso, tal como la percibe el mdico, es un componente

    adicional que no viene descrito en los oscilgrafos habituales, a pesar de que ahora resulta

    plenamente factible su registro. Nos habamos referido a esa forma especfica como una

    elusiva quintaesencia difcil de captar; y a ese respecto, hablamos muy vagamente de seudo-

    derivadas y la medida del impulso considerado como unidad de fuerza por tiempo. En fsica, el

    trmino impulso equivale a la integral de la fuerza con respecto al tiempo; sin embargo, en

    este contexto queramos introducir otras consideraciones respecto a la forma del trazo del

    pulso, sus cambios de grosor en respuesta a la presin, el impacto contrctil del corazn, etc.

    Por supuesto, seguimos movindonos dentro de parmetros puramente mecnicos.

    La tercera derivada Los tres principios del Ayurveda y el Samkhya se pueden homologar con las

    caractersticas de las series temporales y sus grficos; pero aun as, seguimos sin tener una

    comprensin directa e intuitiva de qu pueda significar el tercer elemento, la sensibilidad del

    sistema. La respuesta ms simple posible sera la tercera derivada con respecto al tiempo, esto

    es, la tasa de cambio de la fuerza o aceleracin: d3s/dt3 = d2v/dt2 = da/dt.

    La primera especulacin sobre la posible relevancia de la tercera derivada en mecnica es tan

    tarda como 1962. W. O. Davis et al [3] conjeturaron sobre sus posibles aplicaciones a sistemas

    con estados transitorios, o alejados del estado estacionario impactos, entradas de cohetes en

    la atmsfera, y otros fenmenos con tasas de cambio violentas. Pero, en realidad, la aplicacin

    discontinua de fuerzas es la norma, ms que la excepcin, para la mayor parte de los

    fenmenos observables. La fsica y la ingeniera han preferido ignorar la pertinencia de

    terceras derivadas o el control de la aceleracin, considerndolas simplemente como la opcin

    del operador esto es, como una componente externa al sistema.

    Los planteamientos de Davis se pueden aplicar no slo a impactos sbitos y a condiciones

    transitorias excepcionales, sino, ms generalmente, a osciladores conducidos en los que el

    periodo de aplicacin de la fuerza es menor que el tiempo crtico del sistema.

    La seal del pulso comporta inevitablemente impactos, puesto que hay pausas tanto despus

    de la sstole como de la distole. Hay por lo tanto condiciones de arranque de la seal y,

    presumiblemente, un tiempo o tiempos crticos; pero como aqu se dan de forma implcita

    condiciones de control, homeostasis y estabilidad, nadie podr decir en este caso que el valor

    de la tercera derivada pudiera referirse a algo exterior al sistema. Por lo dems, y en otro

    orden, el tiempo crtico de accin es reconocido tambin de forma implcita en dinmica de

    fluidos para los nmeros de Mach o Reynolds.

    En determinadas condiciones, la aplicacin de una tercera derivada ofrece soluciones bastante

    inesperadas. Puesto que la mecnica de Davis no admite la accin y reaccin simultneas

    del mismo modo que el Samkhya-, o, dicho de otra forma, el momento de un objeto real no

    puede cambiar instantneamente e independientemente de la magnitud de la fuerza aplicada,

  • se plantea naturalmente la existencia de un tiempo de accin crtico para cada sistema (TAC, o

    CAT en ingls). Admitiendo un factor de retardo, uno podra interpretar que la conservacin de

    la energa durante ese lapso se debe a una contribucin neta del entorno del sistema, esto es,

    del mundo circundante y esto, si lo que queremos es precisamente conservar

    momentneamente esa energa. Todo esto suena demasiado extico, si no reparamos en el

    hecho de que estamos intentando hacer conmensurables dos tipos de descripcin muy

    diferentes. Por lo dems, en la lgica del Samkhya o el Ayurveda se requiere que el tercer

    principio, sattwa o vata, -en realidad, el primero de los tres en su propio orden de causalidad-

    sea la expresin ms directa de la interaccin con el medio o entorno. Es decir, ambas lgicas

    coinciden de manera sobresaliente, y lo hacen desde el momento en que no buscan idealizar

    los acontecimientos que pretenden describir, y aun cuando esa descripcin pueda ser tan

    incompleta como se quiera.

    Adems, los sistemas con estados transitorios y un tiempo de retardo o accin crtica generan

    ordinariamente resonancias transformaciones de energa cintica en energa potencial- , que

    se amplifican en la medida en que el denominador pertinente tiende a cero. Aun pudiendo ser

    pequeo, este componente no se desvanece nunca del todo, lo que permite explorar un

    espectro mucho ms amplio de relaciones en trminos de series y resonancias en un medio

    cualquiera sin unas propiedades definidas. Es decir, permite otro tipo de vnculo entre

    fenmenos de orden muy diferente. El nuevo conjunto de resonancias que aparece en las

    ecuaciones de Davis viene determinado por las relaciones entre la primera y la tercera

    derivada, y su amortiguacin, por el coeficiente de la segunda, equivalente a la masa. Las

    posibles soluciones hiperblicas tambin pueden tener importancia, pero nos llevaran ahora

    demasiado lejos.

    La teora de procesos de Arthur Young

    El siguiente en hablar de la importancia de la tercera derivada fue el ingeniero y pensador

    norteamericano Arthur Young. Young propuso un esquema soberanamente simplificado pero

    con sentido, en el que la posicin, la velocidad, la aceleracin y el control las derivadas de

    orden cero, primero, segundo y tercero- conformaban un crculo con cuatro momentos,

    accin inconsciente, reaccin inconsciente, reaccin consciente y accin consciente.

    Este esquema tambin es muy similar al del Samkhya, puesto que para ste movimiento y

    mente ocurriran en los tres ltimos, siendo el primero una asuncin indispensable y sobre la

    que, como sobre la conciencia, nada se puede decir siendo por el contrario la condicin de

    todo lo dems.

    Young perteneca a esa lnea de pensadores y generalistas como Buckminster Fuller, que

    consideran a las presentes ciencias especializadas como completamente incapaces de dar

    cuenta de los hechos ms fundamentales y bsicos de la vida. Young argumentaba con sobrada

    razn que sin la inclusin de la tercera derivada el control-, no poda explicarse nada de lo

    que hacamos cotidianamente, como, por ejemplo, conducir un coche. Estos ejemplos son

    incuestionables, pero, encontrndose ya en el mbito de la actividad externa, permanecen un

  • tanto desvinculados de procesos dinmicos internos. Pero existen los procesos dinmicos

    internos? Por su propia definicin, la dinmica es la ciencia que estudia las variaciones

    externas, por lo que se puede invertir la cuestin. Sin duda Young hubiera podido encontrar

    mejores argumentos en el anlisis dinmico del pulso, si bien en su poca no existan

    instrumentos para registrar fielmente su forma. De hecho el Samkhya, como filosofa del Yoga,

    no es sino una descripcin bsica de los mecanismos de control.

    Lo que Young describe es un proceso que como en el pulso, o en cualquier motivo evolutivo

    del Samkhya- se puede sedimentar. Es decir, una accin consciente pasa con el tiempo a ser

    reaccin consciente, y aun reaccin inconsciente en muchos casos. El Samkhya describe esto

    como la transformacin de las gunas, las tres modalidades bsicas de las que he hemos

    hablado. Y a pesar de que estas transformaciones parecen tener un espectro continuo e

    infinito, se suceden conforme a una lgica y a una proporcionalidad.

    El mismo Young se dio perfecta cuenta de que, aun siendo importante una tercera derivada, lo

    que se obtiene con trminos diferenciales de orden superior no son sino ulteriores divisiones

    del tiempo more geomtrico, y que el tiempo real de los acontecimientos siempre queda por

    definir. Acudi por ello a la idea de tiempos anidados o alojados unos dentro de otros; una

    idea que por lo dems ha tenido gran predicamento en los aos posteriores gracias a la

    introduccin de estructuras de tipo fractal y correlaciones a diferentes escalas en el anlisis de

    series temporales. Este tipo de correlaciones con estructura auto-similar se encuentra, por

    ejemplo, en los grficos de los electrocardiogramas o ECG; pero los histogramas modernos

    suelen estudiar intervalos largos, de entorno a una hora, mientras que una lectura tpica del

    pulso no requiere ms de un minuto. Sin duda la auto-similaridad puede hallarse en estos

    intervalos ms reducidos, aunque no es necesario pensar en su carcter infinitesimal, como

    algunos han venido, inevitablemente, a especular. La aplicacin sucesiva de tres rdenes

    diferenciales nos lleva naturalmente a la cuestin de si sus valores arrojan alguna luz sobre

    estas distintas escalas temporales u rdenes de similaridad.

  • Ondculas y nuevas tcnicas de anlisis de series

    Esto nos lleva a su vez a las nuevas modalidades de anlisis de series temporales que han

    emergido desde la llegada de los ordenadores. Como es sabido, hasta hace unas dcadas el

    anlisis armnico o de Fourier era la nica referencia en este dominio. El anlisis armnico slo

    rinde un espectro de frecuencias mediante sumas de sinusoides sin movimiento; es decir, es

    independiente del tiempo y global con respecto al intervalo estudiado. Por lo tanto, se

    relevancia es grande para ondas con dependencias simples, como la luz y el sonido en medios

    homogneos, y se va diluyendo en la medida en que el sistema presenta dependencias y

    ligaduras complejas, as como singularidades acusadas y caractersticas.

    Para cubrir ese vaco han surgido nuevas modalidades de anlisis, como el anlisis de ondculas

    (wavelets) o anlisis con multi-resolucin temporal; este a su vez admite muchos criterios

    diferentes de eleccin, dependiendo de la definicin de la ondcula u onda madre de la que se

    parta. Precisamente, uno de los aspectos ms interesantes del anlisis de ondculas es que nos

    permite captar discontinuidades en derivadas de orden superior, adems de adaptarse en

    general a las singularidades de la serie (puesto que las diferentes derivadas admiten

    simultneamente signos diferentes la velocidad puede aumentar mientras la aceleracin

    disminuye, etctera-, esto nos proporciona criterios adicionales de resolucin temporal). Es

    decir, nos permite un anlisis local con una gran versatilidad en la resolucin. El anlisis de

    ondculas se aplica hoy de forma rutinaria en los campos ms variados, desde la compresin de

    datos a la sismologa o las ecuaciones diferenciales parciales, y siendo la propia medicina y las

    seales fisiolgicas uno de sus principales frentes; el campo se halla por lo dems en continua

    y acelerada expansin.

    El anlisis de ondculas, mediante seleccin de criterios, puede ponerse en contacto con el

    anlisis de estructuras fractales o autosimilares, a travs de otras tcnicas de aproximacin

    funcional, como las funciones radiales de base, etctera. Aunque no queremos entrar de lleno

    en el arsenal de tcnicas modernas, necesitamos una estimacin apropiada de la magnitud y

    rango de informacin que pueda rendir una seal como la del pulso. El anlisis de ondculas

    tambin permite una conexin con el anlisis p-dico y con criterios de ultrametricidad en

    general: estos son importantes siempre que surge la posibilidad de una estructura jerrquica

    con capas o niveles de informacin, y siendo este el caso del pulso segn el entendimiento de

    la medicina tradicional. En el estudio de seales biolgicas es crucial comprender qu es

    dependiente de las escalas temporales y espaciales y qu es independiente de ellas.

    Por lo dems, el anlisis de ondculas es en s mismo un filtro ptimo de informacin, en el que

    lo que se pretende es reducir toda la informacin distintiva y relevante a sus dimensiones

    mnimas. De manera recproca, es tambin un filtro para eliminar el ruido, esto es, aquello que

    se considera irrelevante. Por lo tanto, ya nos est ofreciendo su propio veredicto sobre la

    cantidad de informacin distintiva y caracterstica mximamente personalizada, como nos

    dice la moderna medicina en su publicidad- que puede rendir la seal del pulso. Esto merece

  • ser notado, porque la medicina moderna es propensa a concluir que el pulso es una seal

    demasiado pobre en informacin, y que por lo mismo es ineficaz para el diagnstico, mientras

    que los practicantes de la medicina tradicional se quejan, por el contrario, de que es una seal

    demasiado rica y sutil en su continua variabilidad como para permitir el juicio, supuesto que se

    haya desarrollado primero la suficiente sensibilidad. Es tan obvio que la medicina moderna ha

    subestimado el caudal de informacin posible en esta seal, como que no ha hecho el esfuerzo

    necesario por extraerla y estar a su altura. Los simples nmeros hablarn de forma

    concluyente sobre la cantidad de estados posibles y la capacidad correlativa de resolucin para

    el diagnstico siempre que se est dispuesto a conceder a esa informacin una estructura de

    carcter global, y no meramente el rango de una seal sobre el aparato cardio-circulatorio.

    Discusin

    Aunque para la medicina moderna resulte casi imposible concebir que la seal del pulso pueda

    contener la informacin ms relevante para el diagnstico, uno no tiene muchas dudas sobre

    ello. El mismo sentido comn se pone a favor de esta afirmacin, si nos olvidamos por un

    momento de todos los artefactos tericos que tengamos, ya sea para explicar la informacin

    del pulso, ya sea para explicar el organismo en trminos qumicos o reduccionistas. Por sentido

    comn entendemos nada ms que el postulado, si no simple hecho, de la unidad del

    organismo. De modo que no insistiremos sobre la posibilidad de un diagnstico completo del

    estado de salud por el pulso, sino ms bien en su estatuto y su interpretacin ms elemental.

    Los tres principios del Samkhya y el Ayurveda son a la descripcin de algo vivo lo mismo que

    los tres principios de Newton son a la mecnica; es decir, son mximamente simples e

    irreducibles en su propio plano. Tambin cuando la medicina china habla de yin y yang da por

    supuesto un vaco o medio como tercer elemento que relaciona a ambos. Ahora bien, nuestra

    homologacin de estos tres principios con las tres derivadas es una pura especulacin, y tal vez

    no tiene la menor justificacin.

    De lo que se trata es de saber si podemos describir los tres principios del Samkhya que

    despus de todo, significa anlisis- de manera deductiva con relacin a un sistema dinmico

    como el pulso, o si slo podemos alcanzar una cuantificacin inductiva, heurstica y

    aproximativa, de los mismos. A falta de estudios experimentales en esta direccin, la pregunta

    no resulta en absoluto trivial. Sin embargo, la misma filosofa del Samkhya describe a las tres

    gunas como agentes interdependientes, que no pueden separarse en ningn instante. Pero

    acaso pueden separarse los tres principios de la mecnica? Sin embargo, estamos hablando de

    cosas bien diferentes. Los tres principios de la mecnica son axiomas independientes de

    cualquier medida, y los tres principios del Samkhya estn ya incluidos en los datos empricos,

    tambin mensurables. El Samkhya, adems, habla de la causalidad, y la mecnica no; el

    Samkhya define las fluctuaciones del tiempo desde el interior de un sistema, y la mecnica slo

    define unvocamente mtricas de un espacio exterior. Finalmente, la fsica es una actividad de

    prediccin de acontecimientos externos al observador, y el Samkhya, como filosofa del Yoga,

  • se ocupa del control interno del presente por el propio sujeto. Tan gran diferencia y tan gran

    paralelismo es lo que hace tan fascinante este campo de estudio, todava por comenzar. Y

    aunque el anlisis clnico del pulso es ampliamente independiente de la fsica fundamental,

    merece la pena hacer una corta reflexin sobre los principios o fundamentos de la fsica. Por

    otra parte, resulta evidente que el principal inters de la fsica para la curiosidad humana

    radica justamente en aquello que no acierta a explicar.

    Un rasgo muy llamativo de la fsica del siglo XX es su especfico dualismo. En el siglo XIX, con el

    estudio del electromagnetismo e incluyendo a Maxwell y Lorentz, se plante a un nivel nuevo

    la relacin de sistemas inerciales y sistemas acelerados, campos y cargas, a travs de un medio

    subyacente o ter. En realidad, lo que estaba en juego era la redefinicin de los tres principios

    de la mecnica, sobre cuya validez general nadie dudaba. La adopcin de la relatividad supuso

    precisamente la negativa a esa posible redefinicin, adoptando unas convenciones de medida

    para relojes estacionarios que hacan innecesaria cualquier consideracin sobre el medio o su

    variabilidad. Es decir, se consolid el cuarto principio de la mecnica newtoniana, que no es

    otro que el tiempo absoluto o la sincronizacin universal. Se logr una modesta ganancia en el

    marco predictivo, a costa de ignorar otras mltiples condiciones variables posibles. Ambos

    extremos conforman los polos de la actividad en la fsica; pero el aumento del nmero de

    variables compromete intrnsecamente la viabilidad de las predicciones. Sin embargo, la

    problemtica del medio emerge una y otra vez en los diferentes niveles de la fsica

    fundamental, ya sea para precisar qu sea la inercia, ya sea para la masa, ya sea para

    determinar la energa del vaco, etctera. El mismo problema surge cuando nos preguntamos,

    de la manera ms ingenua y legtima, qu hace que una partcula sepa que no puede ir a ms

    velocidad que la de la luz; as como cuando nos preguntamos por el origen y razn de las

    llamadas constantes fundamentales. Entonces y no antes surgen, de manera natural,

    cuestiones relativas al control. Lo que nos muestra, de otra manera, que el esquema dualista

    de la fsica actual es incapaz de describir verdaderas causas, en cualquier sentido intuitivo que

    podamos entender. No podemos esperar de este esquema algo que l no puede dar; y la fsica

    actual, por su estructura, no puede dar otra cosa que masas dispersas movindose de manera

    aleatoria al comps de unas fuerzas no menos opacas -exactamente igual que en tiempos de

    Lucrecio. Su guin no da para ms, y el resto lo rellenamos con nuestra fantasa.

    Valga esto para ver que la introduccin de una tercera derivada no necesariamente es un tema

    trivial; de hecho, vuelve a introducir en otro plano las cuestiones relativas al medio y al marco

    de referencia absoluto. Slo que en la mayor parte de las ocasiones, sobre todo viniendo de

    la perspectiva de la fsica, puede parecer dudosa y poco intuitiva su necesidad, a diferencia de

    las preguntas ingenuas sobre el medio de referencia. En el anlisis temporal somos algo ms

    afortunados, porque siempre nos est permitido referirnos a las ondas sinusoidales o

    armnicas, que son independientes del movimiento, aunque a veces lo descomponen de

    manera ejemplar, como ocurre en el caso del sonido. La onda del pulso y su sonido son cosas

    bien distintas, como tambin lo es el espectrograma de la serie de la onda mecnica y el

    espectrograma que su sonido produce. Tendemos a representarnos la tercera derivada como

    pura fuerza bruta o impacto, aunque en realidad lo que nos dice es slo con qu rapidez es la

    fuerza aplicada, su grado de disponibilidad en trminos temporales: de nuevo, la forma ms

    realista de concebir el control, en cualquiera de sus acepciones. Ocurre sin embargo que esta

    componente parece poco relevante para cuando el latido ha llegado amortiguado hasta la

  • mueca, habindose perdido gran parte del perfil del impacto del corazn. Sin embargo, una

    gran parte del sonido que puede percibirse con un micrfono procede de ese impacto

    contrctil, propagndose adems con mucha ms rapidez que la propia sangre. Se plantean as

    muchas cuestiones sobre las relaciones entre las ondas acsticas y la propagacin del sonido

    con la onda de presin tal como la perciben los dedos.

    Evidentemente, la capacidad sensorial de un vadya o mdico que toma el pulso no tiene nada

    de sobrehumana, pero s est muy amplificada por el entrenamiento. Adems de esa

    capacidad sensorial, se requiere un adiestramiento todava mayor para la inferencia y el juicio.

    A pesar de todo, no es fcil poner un lmite definido a la capacidad sensorial cuando

    intervienen procesos de sinestesia, y eso es justamente lo que hace un vadya; en particular,

    una sinestesia o asociacin de los sentidos del odo y el tacto. Parece entonces imprescindible

    antes que nada una aclaracin de las relaciones entre los aspectos ms puramente acsticos y

    los ms propiamente mecnicos de la onda de presin; entre otras cosas, porque para el

    mdico es muy importante hacer lecturas a distintos niveles de presin. Pero tambin porque

    corremos el riesgo de subestimar el papel modulador del sonido en lo orgnico, desde el ruido

    de fondo indiscernible a las resonancias ms localizadas. Afortunadamente, el anlisis de

    ondculas tiene como caso lmite el anlisis de Fourier y por lo tanto lo incluye; y

    simultneamente, el anlisis de ondculas nos sirve como filtro ptimo del ruido; por lo tanto,

    no parece que haya impedimentos mayores para llegar hasta el fondo de estas relaciones,

    todava profundamente misteriosas. No es necesario recordar el papel primordial del sonido

    en la concepcin clsica india, ni que en ella el mismo espacio no es sino el medio en el que el

    sonido se propaga. En cualquiera de los acercamientos que probemos para intentar traducir

    los tres principios del Samkhya y el Ayurveda a trminos cuantitativos, ya sea de manera

    deductiva o inductiva, de lo que se trata es de encontrar acomodo para un medio entre accin

    y reaccin aquello en lo que estriba la vida, tal como cada ser sentiente puede percibirla.

    Resulta difcil creer que ese medio se reduzca a una mera ratio, como por ejemplo, la que

    pueda existir entre el intervalo de la sstole y el de la distole, aun cuando esa ratio aporte sus

    propios datos; evidentemente, tiene que haber mucho ms que todo esto, por la propia

    definicin irreductible de las gunas. De otro modo, no sera posible un seguimiento etiolgico

    o causal, ni existira posibilidad alguna para una estructura jerrquica de la informacin

    disponible en el pulso. La interpretacin de las gunas en trminos de las tres derivadas podra

    ser completamente errnea, pero permite explorar ciertas posibilidades, como la relacin de

    sus resonancias con el aspecto estacionario del espectro acstico de esas mismas ondas, en un

    intento de cerrar el crculo de los cuatro aspectos posibles. Tambin, por supuesto, podemos

    contemplar la velocidad y la aceleracin con respecto a ese fondo estacionario, etctera.

    Ocurre que la definicin de las gunas no puede ser ms elemental; de hecho, ni siquiera existe

    definicin alguna, sino una simple caracterizacin cualitativa, y aun sta se da a menudo por

    supuesta en los textos clsicos. Justamente por ser tan elemental, hemos de esperar que, o

    bien encajen de manera perfectamente natural en una descripcin deductiva, o bien no sean

    deducibles en absoluto y slo podamos inferirlos de manera indirecta. No deberamos aceptar

    trminos medios. Sin duda, y aun dando por supuesto que hablamos de cosas reales y no de

    ficciones, es esto ltimo lo que parecera ms lgico. Uno sera el primer sorprendido en el

    caso de que unos principios cualitativos tuvieran carcter deductivo; el que admiten una

    correlacin cuantitativa, parece trivialmente cierto. Y sin embargo, hemos afirmado

  • repetidamente que el Samkhya exige un marco causal, del mismo modo que la dinmica lo

    impide o lo hace trivial (Poincar). Recordemos que el Samkhya es una teora de la fluctuacin

    temporal, sin apelacin alguna al espacio o a un marco de referencia. Por lo tanto, a falta de un

    contraste experimental, slo cabe pensar que existe por llenar un gran vaco en nuestra

    mtrica temporal, contrariamente a la gran profusin de mtricas para el espacio y el espacio-

    tiempo en la ciencia moderna. No se puede subestimar lo que pueda caber en ese gran vaco.

    Finalmente, hay que volver a tomar en consideracin otros factores en el diagnstico del pulso

    que dan informacin adicional. Estos son principalmente dos: la presin variable con los dedos,

    y la correlacin de la informacin del pulso en ambas muecas. El papel que desempean

    estos dos factores es completamente distinto. La modulacin de la presin en tres puntos

    distintos de la mueca, a nivel superficial, medio y profundo, no deja de ser una forma de

    aproximacin heurstica, que por lo dems pueden remedar perfectamente simples sensores

    de presin regulables. El propsito de esto es captar mejor las sutilezas de la forma de la onda,

    su grosor, que no queda registrado en los esfigmgrafos normales. Naturalmente, esto es muy

    importante para la obtencin de informacin, y no tiene una contraparte en las herramientas

    matemticas de anlisis de series.

    Un tanto humorsticamente, podra decirse que el mdico plantea a su emprica manera su

    propia ecuacin en derivadas parciales, como cuando un matemtico observa la evolucin de

    una variable mientras mantiene las otras constantes. En realidad, de lo que se trata con esos

    tres niveles cambiantes es de observar de la forma ms enfocada posible los tres

    humores, pitta, vata y kapha. Algunos estarn tentados de decir que a esto se reduce todo el

    misterio de estos tres principios, si bien nosotros creemos que eso es confundir causas y

    efectos. El estado de los tres humores es un hecho objetivo, independiente de la forma de

    medirlo. Pero, precisamente por que la importancia de esta informacin adicional no se puede

    subestimar, hay que seguirla en sus consecuencias. Los tres niveles graduales del pulso no son

    una separacin de los principios tambin por principio imposible-, sino un ndice ms de su

    relacin. Y conviene decir que, prescindiendo ahora de los rasgos ms inmediatos del perfil

    dinmico del pulso, esos tres niveles y esos tres principios encuentran una correspondencia

    lgica y cabal con las tres foliaciones del desarrollo embriolgico endodermo, mesodermo y

    ectodermo, con todas las ramificaciones que ello implica.

    En cuanto a las diferencias del pulso entre ambas muecas, algunos mdicos las consideran, y

    otros no. De nuevo, a la medicina occidental moderna le parecer poco menos que imposible

    que tales diferencias, si existen, tengan el menor significado; pero es que para la medicina

    moderna, incluso la simetra bilateral del hombre es un accidente biolgico. La alternancia de

    la respiracin en las dos narinas, de acusada periodicidad, est bien reportada. En general, nos

    cuesta trabajo imaginarnos diferencias significativas entre los pulsos de las dos muecas; pero

    nos cuesta mucho menos concebir diferencias significativas en el sonido de ambos pulsos, tal

    como, por ejemplo, los pueden detectar micrfonos dispuestos a tal efecto. Y con el sonido,

    tambin las disonancias. El registro detallado de estas diferencias, incluida su posible

    periodicidad, es un tema que nos podra llevar incluso a cuestiones algebraicas; digamos

    solamente que la diferencia entre ambos pulsos nos lleva tambin a la diferencia entre lo

    vegetativo y lo voluntario slo que desde el punto de vista de la propia serie temporal. Un

  • tema como este no ha sido abordado nunca, a pesar de todo lo que podra comportar para las

    ciencias cognitivas y el propio estudio del tiempo.

    La simetra espacial oculta una asimetra dinmica. Esta asimetra ha de tener

    correspondencias sustanciales con la descomposicin en extremos de otras funciones: la

    inspiracin y la expiracin, la sstole y la distole, la propia relacin entre el flujo arterial y el

    venoso. Ambos extremos expresan de la forma ms directa e inmediata posible la constriccin

    de lo superior por lo inferior el lado vegetativo-, y la constriccin de lo inferior por lo superior

    lo voluntario. Estas son las dos constricciones principales, por voluntad y estado, totalmente

    entrelazadas por lo dems con la disipacin y el mantenimiento de la unidad del organismo.

    Los dos extremos encuentran adems su correspondencia natural con los dos primeros

    principios del Samkhya, la inercia y la actividad, y siendo el tercero el ndice de su relacin. Es

    verdaderamente sorprendente que aspectos tan elementales no hayan encontrado hasta

    ahora su lugar en un marco experimental y mensurable. Incluso subrayamos en ensayos

    anteriores cmo esta polaridad est completamente ligada a las diferencias cognitivas de

    ambos hemisferios del cerebro.

    Adems, la correlacin de ambos pulsos, que nos habla simultneamente de las dos puntas de

    la flecha del tiempo del organismo, el pasado y el futuro, nos ayudan a definir un potencial o

    gradiente para la unin de los tres humores o principios, y esto es completamente necesario

    desde el momento en que la unin indisoluble de los tres principios en cualquier individuo es

    en s misma, y antes que cualquier otra cosa, un gradiente o pendiente reactiva. Esto permite

    ahorrarse cantidades inmensas de trabajo en el laboratorio a la hora de identificar

    correctamente la naturaleza de los tres principios en lo emprico a travs de la serie temporal.

    Tambin permite extrapolar las condiciones pasadas o futuras, si bien queda por ver con qu

    grado de precisin. Todo hace pensar que, para una evolucin compleja como la de un

    organismo, es mucho ms factible el determinismo retrodictivo que el determinismo

    predictivo propio de la fsica. Es por otra parte sorprendente que la medicina moderna quiera

    acentuar el determinismo predictivo, teniendo tan poco sentido en este mbito. Es decir, en

    medicina, como en otros muchos campos, la prediccin se reduce a un diagnstico en el que

    se debe suponer que las condiciones futuras sean iguales a las del presente y el pasado. Pero

    se sabe estimar esas condiciones pasadas y presentes? No, salvo para los casos ms triviales.

    Es mucho ms revolucionario poder entender lo que realmente pasa y ha pasado que

    predecir aquello que no se entiende. R. M. Kiehn ha dedicado una gran parte de su vida a

    mostrar cmo los sistemas irreversibles e impredecibles, as como su entropa, pueden

    describirse de manera no-estadstica, por medio de formas diferenciales exteriores o

    intrnsecas, libres de coordenadas. Teniendo en cuenta el carcter ambiguo y precario de

    todos los tratamientos estadsticos sobre la entropa, se trata de un logro extraordinario, que

    debera conducir a muchos desarrollos posteriores. Kiehn ha incidido repetidamente en la

    viabilidad matemtica del determinismo retrodictivo, cuestionando que los modelos

    predictivos sean la nica forma de entender la naturaleza. Ni tan siquiera la principal,

    aadiramos nosotros. Salvando las distancias entre la descripcin dinmica los sistemas y los

    perfiles de sus series temporales, creemos que las descripciones de Kiehn de evolucin

    continua en dimensin topolgica 4 pueden ajustarse y describir de la forma ms compacta

    posible la realidad de los cambios del pulso a largo plazo, por ms que la verificacin

    experimental de esto llevara generaciones enteras. Y cuando decimos ms compacta,

  • tomando el trmino prestado de la topologa, estamos pensando tambin en la forma

    irreductible del envejecimiento corporal, con la dimensin aadida literalmente incorporada-

    del tiempo. Puesto que los sistemas reversibles tienen un componente cero de torsin, y los

    irreversibles uno con valor positivo, es concebible que este vector, asimilable a la propia flecha

    del tiempo, tambin sea homologable con el Tiempo Crtico de Accin implicado en la tercera

    derivada del tiempo.

    Finalmente, es inevitable recordar que la lectura del pulso nos est hablando de mucho ms

    que de los latidos del corazn. En realidad, la mayor parte de la seal, en trminos

    cuantitativos, est hablando del estmago y las actividades de asimilacin asociadas, y ni

    siquiera del corazn, que juega en esto una menor parte. El corazn impulsa la sangre, pero

    no la produce. Precisamente a la fisiologa moderna, que tanto ha estudiado los mecanismos

    de mediacin en la homeostasis orgnica, le debera resultar ms fcil concebir la polisemia de

    una seal como el pulso. El mismo William Harvey saba perfectamente que el funcionamiento

    incorrecto de un rgano entorpece localmente la circulacin sangunea y afecta

    secundariamente a la circulacin general; algo que, de tan evidente, muchos de sus sucesores

    tienden a olvidar. Incluso en el anlisis ms elemental de la presin sangunea, observamos al

    menos cuatro factores: el volumen de eyeccin, el volumen total de sangre en el sistema

    circulatorio, la flexibilidad de las arterias, y la resistencia vascular, que est controlada por el

    sistema nervioso autnomo. Por lo tanto, distintos niveles orgnicos estn inexcusablemente

    involucrados, pero no se encuentra una clave aceptable para articularlos de forma elemental.

    El nico postulado es la unidad del organismo lo primero que se pide que nos tomemos en

    serio. Para la medicina tradicional, el problema de una lectura de este tipo no radica en su

    posibilidad, sino en su dificultad con medios puramente inductivos.

    Un aspecto crucial para evaluar la pertinencia de una tercera derivada es la identificacin del

    Tiempo Crtico del sistema y su relacin con las variaciones de tercer orden y sus resonancias

    asociadas. En el caso del pulso, puede pensarse que el tiempo crtico lo constituye el intervalo

    de tiempo del latido o al menos, esa es la primera relacin que viene a la cabeza. La relacin

    entre el tercer componente y el ruido de fondo ha de encontrar su equivalencia en la

    perturbacin temporal de la serie. Es decir, cuando el componente de control est ms

    ajustado, habr tambin un ajuste ptimo entre los latidos, y aun entre las dos fases de cada

    latido lo que no implica necesariamente mayor regularidad. El retardo temporal o tiempo

    crtico tambin puede variar, pudindose descomponer en un componente promedio y otro

    fluctuante sujeto a auto-correlacin. Obviamente, el carcter funcional de este tercer

    elemento ha de ser demostrable, o como mnimo, congruente con la evolucin general de la

    serie. Ha de jugar un papel activo en el mantenimiento de la estabilidad. Por lo tanto, tambin

    ha de poder dar cuenta de una parte de los elementos aleatorios que siempre aparecen en

    estas series precisamente, de la parte ms esencial. Con otras palabras, las resonancias de

    las tres derivadas de las series del pulso deben mostrar una retroalimentacin a nivel causal

    con la actividad cardiaca, siendo por lo tanto directamente relevantes tambin para la

    cardiologa. El tercer orden nos da la medida ms prxima de aquello que media y se interpone

    entre accin y reaccin a lo largo de un ciclo o intervalo. Inmediatamente se plantea en qu

    intervalo es efectivo este ajuste, y en qu medida tiene vigencia en direccin al pasado o al

    futuro. Esta y otras muchas cuestiones solo el estudio experimental puede decidirlas.

  • Si la tercera derivada no ha encontrado todava aplicacin universal, ello se debe parcialmente

    a la infinidad de tiempos crticos posibles para otros tantos sistemas. Sin embargo, es esto

    mismo, el tiempo propio de cada sistema y su sensibilidad al medio, lo que se trata de definir.

    Por otra parte, muchos procesos cclicos tienen en principio una fuente de perturbacin

    peridica continua, como por ejemplo, el clima con respecto al periodo diario y anual; podra

    parecer entonces que no tiene sentido aplicarles un tercer orden. Con todo, observamos que

    los medios y los mismos meteorlogos hablan incluso de aceleracin del calentamiento

    global, cuando por otra parte se constatan inviernos ms fros de lo acostumbrado. Si existiera

    esa supuesta aceleracin, tendra que ser con fluctuaciones, y de ah podramos sacar

    conclusiones sobre en qu medida est comprometido el equilibrio climtico con respecto a su

    capacidad de control, que no es otra que la capacidad de intercambio ya sea con el espacio

    exterior, como con su propia y trmicamente activa masa interna. Realmente es muy difcil

    pensar en cambios reales sin dimensiones de impacto, y as hablamos tambin del impacto de

    la actividad humana sobre el clima. Si as es, deberamos poder medirlo. Creemos entonces

    que la tercera derivada es siempre el ndice ms general del control que puede tener un

    sistema, sin perjuicio de que sean los mismos datos del sistema los que deben decidir sobre su

    posible relevancia. Tambin ser necesario y de gran inters aplicar las herramientas del

    anlisis dimensional para descubrir similitudes y aspectos irreductibles de sistemas con un

    tercer orden relevante. En definitiva, contemplamos las terceras derivadas con resonancias

    como la forma ms genrica de interfaz temporal de contacto o transicin entre varios

    estados o comportamientos posibles. Tambin estn ntimamente relacionadas con la teora

    de las transiciones de fase con puntos crticos, salvo que aqu slo nos ocupamos de ndices

    temporales y hacemos completa abstraccin de la dinmica subyacente. Bajo una figura

    relativamente simple, la complejidad se sobreentiende. Por transiciones de fase,

    entendemos algo mucho ms general que lo que ocupa a la fsica de estados, y dejamos su

    contorno para trabajos posteriores. La idea es que la superficie emergente de un sistema

    complejo encuentra en la relacin de las tres derivadas su ndice fundamental. As ha de ser, si

    entendemos por emergencia un cambio significativo de las relaciones entre un sistema y su

    medio. Puesto que todas las cosas reales muestran complejidad y la simplicidad queda para los

    modelos ideales, lo que tenemos de esta manera es el ndice genrico de la desviacin de un

    sistema de su modo cerrado o idealizado, incapaz de crear novedad. As puede trascenderse la

    aguda dicotoma entre organizacin y causalidad entre artificiosos criterios jerrquicos y una

    causalidad dinmica puramente formal y por lo tanto vaca.

    En este contexto de anlisis de ondculas y rdenes superiores, parece bastante lgico

    preguntarse por el papel que aqu podra desempear el clculo fraccional, con derivadas e

    integrales de orden no entero. Todava hoy no existe ni de lejos un consenso entre los

    matemticos respecto al significado geomtrico y fsico que pueda tener el clculo fraccional,

    aunque trabajos como el de Podlubny [4] proponen a este como una aproximacin al tiempo

    local de un sistema, por contraste con el tiempo absoluto habitual en fsica. El clculo

    fraccional surgi de los desarrollos de Liouville y Riemann, aunque ya Leibniz en 1695 haba

    dejado escrito que su adopcin conducira a paradojas, de las cuales algn da se extraeran

    tiles consecuencias. Naturalmente, el clculo fraccional puede adaptarse al anlisis de

    ondculas, e incluso en su forma ms explcitamente analtica, como son los esplines

    polinmicos y sus fraccionales subsecuentes; adems, las derivadas fraccionales no estn

  • determinadas por el comportamiento local de la funcin, sino por todo su dominio de inters,

    completando el crculo para volver de lo local a lo global. El clculo fraccional se est aplicando

    actualmente a los problemas de control, difusin, viscoelasticidad y mecnica hereditaria o

    con memoria de estados, tanto para sistemas estacionarios como transientes o transitorios.

    Las mismas resonancias transitorias han de tener relaciones y ligaduras fraccionales. As pues,

    todo lo que decimos sobre un tercer orden diferencial puede y debe ponerse bajo la luz del

    clculo fraccional, que obedece naturalmente a interrogantes sobre mtricas temporales y

    tiempos fluctuantes, no homogneos. En cualquier caso, merece la pena llamar la atencin

    sobre el hecho de que el clculo fraccional no admite una interpretacin simplista como una

    geometra fractal, aunque, por supuesto, se pueden encontrar mltiples relaciones. Por otra

    parte, tanto las derivadas fraccionales como los estados transitorios permiten importantes

    conexiones con la funcin zeta de Riemann, como se ha venido mostrando desde 1975 por

    Keiper y por Pavlov y Fadeev respectivamente. Adems de la interpretacin en trminos de

    resonancias, la misma relacin local-global que se advierte entre el anlisis de ondculas y las

    derivadas fraccionales nos acerca al ncleo mismo de la funcin zeta.

    El hecho de que el clculo fraccional no haya admitido hasta ahora una interpretacin fsica o

    geomtrica slo podra ser sorprendente para aquellos que consideran el desarrollo de la fsica

    moderna como el nico posible y natural. En realidad, este hecho es slo otra forma de

    indicarnos el vaco de la fsica moderna con respecto al tiempo y la mtrica temporal. Antes

    nos hemos referido al dualismode la fsica moderna; otra forma de ver este dualismo es su

    reconocimiento de dos tipos de magnitudes fundamentalmente diferentes: vectores y

    escalares, incompatibles en su representacin. Como ya not Gustave Le Bon hace un siglo, no

    existe ningn motivo para creer que no puedan existir otro tipo de magnitudes esencialmente

    diferentes y no menos fundamentales; ahora bien, es precisamente a travs de rdenes de

    clculo superiores o arbitrarios que estas otras magnitudes, formas de energa y

    comportamientos han de perfilarse. Lo realmente arbitrario es creer que con dos rdenes

    diferenciales en nmeros enteros hemos agotado las posibilidades de la naturaleza. Adems, si

    conseguimos interpretar fsicamente esta ampliacin del clculo, es perfectamente posible

    que no slo accedamos a grados de diversidad mucho mayores en la naturaleza, sino tambin

    a una mayor simplicidad y unidad. Lo que ahora llamamos resonancias son ya una conexin

    entre estos dos tipos de magnitudes tan diferentes, y han de poder mostrar aspectos de

    continuidad all donde ahora vemos cosas separadas, as como separaciones en evoluciones

    que ahora consideramos continuas. En un marco realmente unificado, las mismas fuerzas

    fundamentales seran efectos derivados antes que causas y tambin secciones diferenciales

    de evoluciones temporales mucho ms vastas. Pero no creemos que se pueda acceder a un

    nivel tal sin un planteamiento especfico del tiempo.

    P. Fiziev y H. Kleinert [5], por ejemplo, nos dan un nuevo principio de accin noholonmico

    para rotaciones puras en torno a un punto fijo de un cuerpo las ecuaciones de Euler- sin

    referencia alguna a sistemas estacionarios. Sistemas no-holonmicos son aquellos

    dependientes de la ruta (path dependent), un coche por ejemplo, en los que adems de los

    grados de libertad de control, o grados de libertad diferenciales, debemos conocer la historia

    del sistema. Usaremos esto para un ejemplo ms tarde. Sistemas transientes, resonancias y

    evolucin no-holonmica pueden describirse unos a otros de forma equivalente, all donde la

  • aplicacin ingenua del principio de accin hamiltoniano falla. Esto tambin debe rendir fuertes

    conexiones entre comportamientos caticos y la teora de los nmeros integrales elpticas,

    formas modulares, etctera, puesto que si bien el sistema de los nmeros no parece sensitivo

    a condiciones anholonmicas, los sistemas anholonmicos s son sensitivos a las condiciones

    numricas. En cualquier

    caso, hay mucho por encontrar en la condicin siempre transitoria y momentnea de la

    naturaleza.

    El vaco, la informacin y otras metforas

    Parece que si hubiera algo capaz de transmitir todos los matices y sutilezas implicados en este

    tipo de diagnstico, tuviera que ser el sonido; pero tambin parecen evidentes las limitaciones

    del sonido como fuente de informacin. Las frecuencias son muy bajas en relacin con muchos

    niveles de actividad, la ubicuidad de ruido blanco no correlacionado, etctera. Sin embargo,

    toda la literatura india ha insistido a este respecto, si bien su nocin del sonido ignora casi

    todos los particulares de la acstica moderna. En su concepcin, el sonido no es slo

    independiente de cualquier escala espacial, sino que son las ondas mismas las que generan el

    espacio. Esto enlaza con las diferencias notorias que hemos encontrado entre la dinmica de

    objetos en el espacio y el Samkhya como descripcin de las fluctuaciones temporales.

    Tampoco existe, por supuesto, la menor consideracin del ruido como fenmeno estadstico.

    La ciencia del diagnstico del pulso se denomina nadi vigyan, examen de los canales o

    conductos. Lo que transmiten los conductos o canales es justamente el sonido, o lo que se

    entiende por tal en esta concepcin no espacial, pero sujeta al examen de la percepcin. Los

    Upanishads hacen una enumeracin emprica y testimonial sobre los distintos niveles de ruido

    o sonido de fondo no se hace distincin entre ambos- que son audibles en el propio cuerpo y

    que tambin van ms all de l; y esta misma gradacin es una de las formas cannicas de

    describir el proceso de unin en que consiste el Yoga. Resulta natural contemplar todo este

    proceso como un proceso de filtrado del ruido, de identificacin de las pautas fundamentales.

    Prescindiendo ahora de detalles, creemos que cualquier cosa que se est moviendo est

    realizando en tiempo real su propio filtrado del ruido de fondo: con la condicin, claro est, de

    que ese movimiento tenga un componente de articulacin, esto es, una tercera derivada en el

    tiempo con resonancias. Esto se aplicara en primer lugar al pulso, pero tambin a una

    infinidad de sistemas reales. El ubicuo ruido 1/f tambin tendra que poder ser contemplado

    en este contexto, si es que admite alguna explicacin general.

    Cualquier anlisis temporal contiene en su ncleo sus propias relaciones de incertidumbre. No

    se puede conocer exactamente las frecuencias en un instante dado de tiempo. Las relaciones

    de incertidumbre de Heisenberg, lejos de ser un principio fundamental de la naturaleza, slo

    son una consecuencia de las limitaciones a este respecto del anlisis de Fourier. Hoy existen

    diversos aparatos funcionando rutinariamente, como microscopios pticos, que burlan esa

    relacin de incertidumbre y la subsumen en conjunto de relaciones de incertidumbre mucho

    ms amplio del mismo modo que el anlisis armnico es slo el caso lmite para el anlisis de

    ondculas [6] . Se hacen a diario observaciones muy por debajo de las longitudes de onda y el

    nico lmite no es terico, sino que depende de la capacidad tcnica de filtracin del ruido.

  • Puesto que vemos hasta qu punto las teoras estn condicionadas por las herramientas

    matemticas disponibles, es fcil ver que estamos ante una revolucin silenciosa que puede

    tener consecuencias de muy largo alcance. Baste pensar que el hasta ahora llamado anlisis

    temporal clsico era completamente independiente del tiempo mismo. Es decir, slo ahora

    estamos empezando a adentrarnos realmente en el dominio temporal. De todas formas, de lo

    que aqu hablamos es de la superposicin de dos tipos de sistemas aparentemente diferentes:

    un movimiento mecnico articulado que genera sus propias resonancias, y un ruido de fondo

    estadstico. Este ltimo abarca todo tipo de movimiento aleatorio. Se trata de saber con qu

    grado de acuidad ambos, movimiento y ruido, pueden interferir entre s, y arrojar una

    precisin adicional. Naturalmente, todo esto tiene que ver con el tiempo crtico del sistema.

    Todas las clulas no slo las del corazn- pulsan y tienen movimiento articulado, por lo que

    podemos aplicarles un tratamiento anlogo. Esto equivale a evaluar las reacciones globales de

    una clula en relacin con el medio subyacente, incluyendo las bifurcaciones de la divisin

    celular. El estudio de las pulsaciones celulares, por ejemplo en cultivos, est dando ahora sus

    primeros pasos.

    Las resonancias no son un fenmeno extico; entre otras cosas, omos gracias a ellas. En

    realidad, existen siempre y en todas partes, y la nica cuestin es saber en qu medida y en

    qu marco pueden ser relevantes; cundo convergen hacia la estabilidad y cundo generan

    divergencia o disonancia. Por la otra parte, el movimiento articulado, con impactos, es la

    norma y no la excepcin. De hecho, son el nico evento al que pueden atribuirse los procesos

    discretos, y no a cualquier medida arbitraria de cuantizacin, que como hemos visto, surge de

    criterios de medida independientes del tiempo como el anlisis armnico. Tcnicamente ya

    estamos por encima de estas limitaciones, por que resulta absurdo concederles un carcter

    absoluto. El mundo real est hecho de contactos articulados, no de emisiones y

    absorciones de fantasmales partculas sin masa, una mera adaptacin a la conveniencia de

    las predicciones fsicas.

    Ya Descartes, en los primeros tiempos de la cinemtica, intent desarrollar la idea de que todo

    movimiento es rotacin, y por lo tanto, aceleracin. Con ello se relacionaba tambin su

    programa de una mecnica de vrtices. Hoy se tiende a ver estas ideas como torpes tentativas

    prehistricas, previas a la llegada de la verdadera mecnica de Newton; pero lo cierto es que

    implicaban puntos de vista completamente divergentes, y en absoluto iban en la misma

    direccin. Para empezar, los vrtices pueden ser entidades dinmicas tan complejas que ni

    siquiera a da de hoy se han puesto los matemticos de acuerdo a la hora de definirlos.

    Admiten tambin ser considerados como objetos con propiedades intermedias entre las ondas

    y las partculas, lo que ciertamente no carece de importancia. Decisivamente, implican

    tambin aceleraciones de aceleraciones y componentes de torsin, que tambin dificultan

    enormemente los clculos. Podra decirse que un vrtice es la figura ms simple y arquetpica

    de la complejidad misma, y por tanto, la primera a ser evitada en un marco predictivo de fsica

    fundamental. Hasta Descartes, y aun a pesar de que ste inaugura el dualismo sujeto-objeto,

    se intenta pensar en serio en las causas reales de los acontecimientos naturales; desde

    Newton, se opta por la descripcin matemtica y la capacidad de prediccin. Naturalmente, si

  • todo movimiento es aceleracin, debe haber tasas de cambio en la aceleracin para dar

    cuenta de los fenmenos. Todava hoy hay fsicos como Gennady Shipov que tratan de

    desarrollar los presupuestos cartesianos, quien incluso ha conseguido desplegar todo un

    arsenal de ecuaciones generales con sentido fsico.

    Sin duda un tercer orden diferencial hace mucho ms complicados los clculos, sobre todo si

    se piensa en eventos muy energticos y altamente no-lineales. Pero tambin nos da ndices

    ms generales, si bien en una direccin diferente. En cualquier caso, y en comparacin,

    modelar matemticamente estas ideas en un sistema tan bajamente no lineal como el pulso

    debera resultar un juego de nios. Intentemos una analoga para esbozar qu es lo que puede

    describir el diagnstico del pulso. En un coche cartesiano, incluso cuando vamos a velocidad

    constante, hay variaciones de aceleracin. Es decir, aun cuando el velocmetro parece estar

    fijo, existen fuerzas contrarias que estn siendo compensadas: la fuerza de empuje del motor y

    la friccin de la carretera y la resistencia del aire. Pero si hacemos medidas suficientemente

    exactas de la accin de esas fuerzas, veramos que nunca se llegan a compensar del todo, y por

    lo tanto se producen constantemente aceleraciones y deceleraciones (Hasta aqu, he tomado

    el ejemplo puramente cinemtico de Shipov). Con este simple ejemplo se muestra que en

    realidad no existen marcos de referencia puramente inerciales. Adems de esto, somos libres

    de acelerar el automvil, imponiendo otras condiciones adicionales a las fluctuaciones de la

    aceleracin a velocidad constante. Podra decirse que las fluctuaciones producidas a velocidad

    constante son caractersticas de un coche determinado rodando sobre un terreno o pavimento

    determinado; y que esas fluctuaciones cambiarn a distintas velocidades, para darnos un perfil

    o espectro ms completo de posibilidades. La aceleracin, los cambios de velocidad, nos darn

    un perfil todava ms exhaustivo de estas fluctuaciones, y nos permitirn saber ms de esa caja

    negra que es el coche. En cuanto al tercer elemento, el uso opcional del freno o el acelerador,

    parece ser independiente del coche, aunque no del todo del terreno. Si todo lo estamos

    midiendo desde fuera y sin conocer las circunstancias, tenemos una caja negra dentro de otra

    caja negra dentro de otra caja negra: el terreno, el coche, el conductor. Ya es difcil decir algo

    separado sobre cada uno, no digamos de las relaciones entre ellos. El conductor ve cosas que

    nosotros no vemos, y adems, cualquiera se mete en su cabeza. Supongamos entonces que no

    hay cabeza ni conductor. O que el conductor tiene que moverse a ciegas, pudiendo escuchar

    hasta el ms mnimo detalle los ruidos, resonancias y respuestas del coche en cada momento.

    Supongamos, adems, que no tiene que vrselas con otros coches, teniendo bastante con no

    salirse de la carretera. Sin duda, el coche ira con un cuidado y una lentitud extraordinarios. Y si

    el coche fuera adems muy frgil, el conductor esforzara por optimizar su respuesta ante

    cada nueva seal: la ms pequea curva sera notada en un cierto lapso de tiempo, acelerara

    al salir de ella, etctera. Carretera, coche y conductor se revelaran en una misma seal. La

    finalidad y el objetivo, la intencionalidad, viene incluida en ajustarse a las condiciones dadas

    que son tanto internas como externas. Sin la menor paradoja, los objetivos tienen algn

    sentido en la medida en que no son arbitrarios no somos enteramente libres para elegirlos.

    Pinsese bien en esto.

    Se trata de una metfora de la vida; sobre todo de su fase ms balbuciente, que nosresulta tan

    difcil de imaginar. Slo que el terreno es mucho ms variado de lo que nos sugiere la imagen

    lineal de la carretera. La vida es ciega, pero es inconcebible sin sensibilidad. La vida, tambin,

  • surge en una cavidad, pero no esttica, sino en movimiento, ella misma viva. Su propio

    movimiento es un filtro de su medio. Todo lo que ahora vemos o creemos ver, ha sido

    anteriormente palpado y tentado en la oscuridad. Ha ocurrido en las clulas, y hasta en la ms

    diminuta molcula; y no hubieran llegado hasta aqu sin esa actividad tentativa. Si Prigogine

    dijo que la materia en equilibrio es ciega, pero alejada del equilibrio ve, nosotros diramos ms

    bien que la materia en condiciones de resonancia sigue siendo ciega, pero oye y escucha.

    La presente teora evolutiva que tanto ha luchado por imponerse puede refugiarse

    tranquilamente en su trasfondo estadstico para evitar cualquier descripcin de la evolucin en

    el tiempo real. En la metfora del coche llama la atencin la lentitud con que todo debera

    producirse. Pero se pregunta alguien cul pueda ser la percepcin local del tiempo real para

    una clula o una molcula? La tercera derivada nos da el ndice de ese tiempo. Se habla de

    programacin biolgica y de informacin. Ahora bien, el procesamiento de la informacin

    otra vez en tiempo real- demanda precisamente que la reaccin de un sistema sea desigual

    con respecto a la accin que recibe; esto es, no tiene lugar no puede hacerse local y concreta-

    en el marco de las leyes de Newton con un tiempo absoluto como sincronizador global [7]. Es

    decir, la informacin, eso que consideramos tan concreto, ni siquiera puede darse en el marco

    de la fsica moderna; se est suponiendo y superponiendo como una simple metfora. Slo

    una mecnica de corte cartesiano como la propuesta por Shipov, que describa localmente la

    transicin entre sistemas inerciales y acelerados, podra generar y procesar informacin. Por lo

    tanto, se tome desde el ngulo que se prefiera, ni siquiera se ha planteado el problema de la

    vida, por mucho que se hable de informacin.

    Miremos esto ms de cerca. La fsica clsica puede hacer posible la transmisin de

    informacin, pero no puede hacerla unvoca el argumento concluyente de Poincar [8] de

    que las ecuaciones generales de la dinmica con principios extremales o estacionarios admiten

    infinitas interpretaciones causales. Entonces, uno puede apelar a la termodinmica o a la

    mecnica cuntica, que rige las interacciones de tomos y molculas. La termodinmica

    consensual no slo no puede crear informacin, sino que adems la destruye. La mecnica

    cuntica, sobre la que proliferan todo tipo de mistificaciones, es una teora lineal; es curioso

    que se hable tan poco de este rasgo tan esencial. Adems, se pone nfasis en sus aspectos

    reversibles y se intentan ignorar los irreversibles. Por lo tanto es incapaz de generar

    informacin. Qu queda entonces para hacer posible la creacin y aun el mero

    procesamiento unvoco de la informacin? La propia informacin, fuera de cualquier realidad

    fsica. Es ms, la informacin se mide en trminos puramente cuantitativos y con total

    independencia del tiempo de procesamiento. Y cuando se tiene ste en cuenta, como en los

    microprocesadores, se utiliza un ciclo-reloj enteramente anlogo al tiempo absoluto o

    sincronizador universal de la fsica clsica. Es fcil ver, por tanto, que absolutamente nadie

    sabe de qu se est hablando fsicamente cuando se aplica el concepto de informacin a la

    biologa: su valor explicativo est en el mismo plano metafsico e indemostrable que el

    vitalismo y el diseo inteligente. La informacin es un concepto puramente externo, que

    requiere para su procesamiento otros conceptos igualmente externos como el diseo, la

    sincronizacin, la seleccin estadstica, etctera, que adems no son mutuamente compatibles

    entre s. No se busque la combinacin lgica de todos estos elementos, porque no existe. La

    informacin es para la ciencia presente un concepto tan vaco como el de causalidad, pero an

    ms confuso, porque est parcheado a conveniencia por la nocin de azar o aleatoriedad.

  • Decir que el mundo est causado por la causalidad no es decir mucho, sobre todo cuando se

    considera que esa causalidad permanece necesariamente por definir, como en el caso de la

    fsica. Pero en el caso de la informacin es todava peor, porque a la informacin se le supone

    un carcter especificado y unvoco, y ciertamente la cosa no mejora porque le aadamos el

    azar y lo aleatorio, el concepto propio de lo inespecfico. Se dice entonces que hemos surgido

    del azar y la necesidad: valiente y precisa respuesta. El neodarwinismo no arriesga ni explica

    ms que el creacionismo, arropndose tan slo con pretensiones cientficas.

    Y todo esto es fatal e inevitable, porque sin una especificacin y definicin local de la inercia, la

    fsica entera se sustrae al dominio de la realidad. Esto es, permanece a-fsica (unphysical). Por

    lo mismo, las explicaciones fisicalistas de la mente permanecen igualmente unphysical e

    igualmente vacas de contenido real pertenecen a mundos paralelos. La crtica de Hume a

    la nocin de causalidad, as como la mucho ms refinada de Poincar, son vlidas para el tipo

    de causalidad de la fsica moderna, que es la causalidad ms vaca de todas; pero pierden

    gradualmente su validez en otros dominios, como por ejemplo, la versin redobladamente

    analtica del Samkhya que estamos proponiendo. Es decir, no slo no es contradictorio

    considerar juntas la causalidad y las propiedades emergentes de un objeto, sino que es

    necesario para precisar el dominio mismo de la causalidad. Incluso la fsica del modelo

    Estndar tiene que apelar a transiciones de fase con propiedades emergentes para definir su

    suelo y reglas de juego, por no hablar de las propiedades de cualquier material; aunque,

    seguramente, no lo hace sin arbitrariedad. Pero esto tiene muy poco que ver con los niveles de

    causalidad y emergencia que aqu proponemos, y que se basan tan slo en redefinir los efectos

    de la inercia a un nivel superior por medio de un tercer orden diferencial: con dimensiones de

    impulso, para darle el nombre que le corresponde.

    La eleccin del marco de referencia inercial es la nica apuesta terica de la fsica occidental,

    no desde Galileo, sino ya desde el mismo Coprnico. Y por lo mismo, no hay otra manera de

    cerrar el arco de sus propuestas y de darles contenido que la definicin local de la inercia, la

    definicin del campo inercial. Este es el fondo de toda la cuestin, y lo ltimo que cualquiera

    que se permita pensar puede dar por supuesto. Sin ello, ni siquiera podemos saber lo que

    significa la palabra mecnica; con ello, entraramos directamente en la problemtica del

    control. Y as, por ejemplo, teoras como las de Shipov, que no necesitan de ninguna de las

    constantes fundamentales, deben plantearse necesariamente el problema del control del

    espacio mtrico local. Por supuesto, y como muestran teoras como la de Shipov o Heim, todas

    las interacciones y ecuaciones de la fsica conocida se pueden reescribir y reinterpretar con

    otro criterio de las dimensiones fundamentales, teniendo el mismo cuanto de accin

    dimensin de momento angular, y por no hablar de la relacin entre partculas estables y sus

    resonancias. Por nuestra parte, podemos prescindir de la fsica subyacente y dedicarnos a

    observar una evolucin todava causal a otros niveles. Pero hay que decir adems que la

    indefinicin de la inercia es enteramente paralela a la indefinicin de la memoria para las

    actuales ciencias cognitivas. Ambas, en efecto, tienen una correspondencia natural. Y un

    ejemplo tan ingenuo como el del coche cartesiano descubre, ante el ms elemental anlisis, la

    pregunta sobre la conservacin y destruccin de estados y el historial acumulado del coche en

    su estado mecnico actual, considerado como su respuesta dinmica actual. Ahora bien, en

    esa prueba de respuesta, las estructuras, esas contingencias congeladas, no son ms que la

    propia respuesta dinmica actual, y lo dems podemos ignorarlo precisamente como

  • contingencia, que nada nos ayuda a resolver. El trasfondo es la respuesta, pues la respuesta es

    lo nico que nos hace percibir y suponer un trasfondo. Lo que puede aplicarse a las

    estructuras, puede igualmente a la memoria y sus fantasmas. La estructura es una dinmica

    estabilizada que tiene que desestabilizarse para volver a ser notada. Por tanto, lo que puede

    predicarse de la inercia y la memoria tambin puede predicarse y aplicarse a la nocin de

    estructura.

    La mera manifestacin de la inercia es la forma ms inmediata de la orientacin. No hay

    inercia no manifestada, y de otro modo no nos preguntaramos por ella. Dicho de otro modo,

    la inercia no es un principio ni algo reducible a un punto o estado, sino la relacin ms

    elemental; tal es la nocin del llamado principio de Mach. En este sentido, ya es una propiedad

    emergente, ms que una derivacin automtica de la causalidad. Por tanto, rendir tanta

    informacin como sepamos extraerle en funcin de las circunstancias dadas. Cualquier cambio

    suficientemente rpido en la aceleracin tiene un rendimiento inercial momentneo que no se

    sigue directamente de la segunda derivada, sino indirectamente en conjuncin con las otras

    dos: este margen transitorio es fundamental a la hora de explicar muchas cosas. En el vehculo

    cartesiano de Shipov, la inercia y la velocidad constante aparentes son en irreductiblemente

    informativas, pues la inercia implica el control. En nuestra versin ampliada del mismo

    vehculo, el control externo del conductor tampoco es arbitrario; el control no depende aqu

    de hacer lo que uno quiere, sino de la medida en que se pueden apreciar las circunstancias,

    respondiendo a ellas con la menor interferencia posible. La sensibilidad es la capacidad de

    percibir la inercia: esa sensibilidad es toda la informacin inmediata de que disponemos.

    Interferir ms es perder informacin inmediata y control. Nada esto es contrario a la

    mecnica ni a la ms simple razn, y tan slo aadimos un nivel adicional de informacin. De

    este nuevo nivel, otras relaciones de incertidumbre se derivan. Naturalmente, todo esto

    parece igualmente vlido para nuestro propio comportamiento, y puede aadirse como

    elemental corolario que perdiendo la informacin fundamental y el control mediante nuestra

    interferencia, tambin perdemos autonoma y libertad. El mismo vehculo cartesiano es un

    reloj del tiempo local, lo que puede hacerse ms explcito usando como reloj un tipo de

    giroscopio apropiado. La tercera derivada del tiempo, el control del impulso, nos da un ndice

    de la anisotropa e falta de homogeneidad del medio, tal como un sistema necesariamente

    orientado la percibe. Tambin de su tiempo propio en trminos de informacin de

    procesamiento efectivo de la informacin. No deja de ser curioso que todo tipo de anomalas,

    sobradamente comprobadas en los laboratorios, pero sin lugar posible para las teoras ya

    constituidas y construidas, tengan que ver de una u otra forma con este tercer orden

    diferencial, y no con perturbaciones colaterales u ocultas. Aun descontando el gran

    porcentaje de casos espurios, la literatura al respecto sigue siendo desconcertante e inmensa,

    a la espera de un marco terico que les d algo ms de sentido. Esto slo es otro indicio del

    carcter en absoluto trivial del tercer orden diferencial. Las mquinas nos parecen mecnicas

    porque hemos sincronizado sus partes evitando en lo posible efectos indeseables, como

    rozamientos y resonancias. Su diseo es un recorte en el tiempo de funciones que se quiere

    optimizar. Aun as, la vida propia de una mquina y su duracin depende en gran medida de

    estos factores, adems del uso recibido. La naturaleza ha utilizado desde el mismo comienzo

    estos elementos perturbadores como principio constructivo, y de ah, a la larga, la enorme

    diferencia, aun partiendo de idnticos principios. Pero estos idnticos principios resultan a

    menudo completamente opuestos, por lo inconmensurables que resultan ser los criterios de

    aislamiento o relacin con el medio: la naturaleza une muchas cosas que nosotros separamos,

  • y al contrario. A diferencia de los ingenieros, fsicos y matemticos, a la honrada naturaleza le

    traen sin cuidado las dificultades analticas, y hace un uso indiferenciado de todo aquello de lo

    que dispone. Por cierto que existe una fuerte relacin, en gran medida antagnica, entre

    rozamiento y resonancia, pero lo importante es que a sta ltima podemos tratarla en un

    marco temporal mejor definido, prescindiendo de una buena parte de los siempre ambiguos

    elementos estadsticos. Uno cree que ni un solo latido de un corazn es automtico, salvo por

    nuestra ignorancia. Trminos como aleatorio, inercia y automtico son a da de hoy

    demasiado vacos y precisamente lo que estamos haciendo es buscar el marco en el que

    puedan significar algo.

    La gran irona histrica es que Descartes, creador del dualismo moderno de cuerpo y mente,

    propuso una teora fsica contraria a ese dualismo y con potencialidad avant la lettre para

    reconciliarlo y reducirlo a un sinsentido; mientras que el monismo fsico derivado del xito de

    Newton, enemigo de las teoras cartesianas, ha terminado convirtiendo al dualismo en un

    hecho consumado.

    Hablando de los padres de la ciencia moderna, es inevitable asociar nuestro coche cartesiano

    con la mecnica celeste y los planetas. La medida de la gravedad en la propia Tierra tiene una

    incertidumbre experimental asociada de ms de una parte entre diez mil, y eso tan slo en la

    estimacin ms conservadora del promedio. Las oscilaciones parecen aleatorias, pero

    aplicando el criterio propuesto, parece posible filtrar una buena parte de este ruido y deducir

    los factores pertinentes. Si la ms diminuta partcula necesita un tiempo de reaccin, no se ve

    porqu las enormes masas planetarias tendran que reaccionar instantneamente sin

    amortiguacin. Esto, adems de vaco, es completamente irracional y slo se basa en nuestra

    fe ciega en la naturalidad de la mecnica clsica. Ahora, bien, la amortiguacin o absorcin

    de esas reacciones o tirones ha de estar ntimamente asociada a la fluctuacin del valor de la

    gravedad y de la masa por separado, mantenindose constante su producto y la regularidad

    orbital observada en las leyes de Kepler. Los valos de cuarto grado de Cassini, secciones de un

    toro, tambin se pueden poner en relacin con todo esto. No es necesario subrayar la

    importancia de esto para encontrar un vnculo real entre la fsica clsica y la cuntica. Una vez

    ms, para mantener la ficcin de una constante universal, estamos ignorando la preciosa

    informacin local.

    Volviendo al diagnstico del pulso, nuestro tema es hasta qu punto un movimiento

    relativamente lento pero con un componente de resonancias puede diferenciar el ruido de

    fondo, filtrarlo. Aunque es evidente que un vadya tiene que recurrir a la inferencia en un grado

    muy amplio y a diferentes niveles, lo que queremos saber es hasta qu punto todo esto puede

    tener un soporte deductivo. Y aunque las consideraciones sobre la mecnica subyacente no

    son absolutamente necesarias a efectos de diagnstico y comprensin, s nos ayudan a ver su

    pertinencia en el nivel ms fundamental. No slo el tiempo, sino el propio espacio y la inercia

    se ven privados de contenido y reducidos a un papel pasivo en la fsica moderna. Todos los

    sistemas complejos y reales tienen un tercer orden diferencial significativo, y nicamente en el

    idealizado esquema de unas fuerzas fundamentales este tercer elemento queda excluido

    necesariamente y por definicin.

  • Merece la pena observar que la tercera derivada sigue teniendo un significado estrictamente

    fsico; seguramente que esto no puede decirse de rdenes diferenciales superiores, que slo

    podran ser interpretables como resonancias dentro de las resonancias ya presentes en los

    rdenes ms bajos. Puesto que la tercera derivada implica condicionalmente una relacin

    entre el medio externo y los estados internos, el tercer orden ha de marcar tambin un lmite

    fsico en la capacidad de filtracin y absorcin del ruido estadstico de fondo. Es decir, sea cual

    sea el grado de no-linealidad observado en la relacin de las tres derivadas temporales, ellas

    definen el lmite de causalidad fsica de un sistema, debiendo considerarse todo lo que queda

    ms all de este lmite como fsicamente aleatorio.

    Iramos ms lejos para afirmar que sin esta clase de resonancias ni la memoria ni la inercia

    misma se pueden manifestar, y que esta manifestacin viene siempre dada dentro un tiempo

    crtico que es realmente el presente especioso del sistema, su tiempo real. Y si la inercia ya es

    la primera manifestacin, ms all queda lo no manifestado, que no tiene porqu confundirse

    con lo inexistente. As, por ejemplo, las tres derivadas del pulso deberan darnos la

    radiografa ms simple posible del estado presente del organismo, tal como l se siente a s

    mismo, sin perjuicio de que slo sea un ndice que ha de tener un denominador comn con

    cualquier otra de las radiografas del mismo orden que se puedan tomar simultneamente,

    ya sea un electroencefalograma o una medida de la conductividad elctrica de la piel. Esto es

    inevitable, si se tiene en cuenta que las tres derivadas deben rendir siempre un ndice de

    acoplamiento con cualquier otra seccin posible del sistema.

    Hay buenos motivos para pensar que si estas nociones encuentran su justificacin en el anlisis

    de una seal como el pulso, encuentren tambin algn rango de aplicacin para el

    procesamiento de otros tipos de seales; puesto que hablamos de conceptos muy

    fundamentales y bsicos del anlisis temporal. Se trata, hoy como siempre, pero con los

    nuevos medios a nuestra disposicin, de encontrar la articulacin natural del tiempo propio de

    un sistema y de poder darle un sentido e interpretacin tan racionales como sea posible.

    Cualquier sistema en movimiento est filtrando el ruido de fondo, que est a la vez dentro y

    fuera de l: ya hablemos del clima global y la evolucin atmosfrica, o de las fluctuaciones del

    mercado burstil. Por supuesto, cada uno de ellos tiene sus propios parmetros o condiciones,

    que en su mayor parte no tienen nada que ver. Justamente, lo que ms nos interesa es eso

    poco que puedan tener en comn eso poco podra pesar mucho. Pero insistamos de nuevo

    en que es muy posible que una comprensin mayor de aspectos generales en este terreno no

    implique de manera automtica un mayor poder de prediccin. Mientras que no se entienda

    bien esta tesitura, no entenderemos siquiera lo que se est planteando. Intentemos ser algo

    ms claros.

    Todos sabemos y asumimos que no se puede predecir el tiempo a largo plazo o el

    comportamiento burstil aunque casi nadie se resigne del todo a ello, puesto que tambin

    sabemos que, a pesar de la multitud de aspectos aleatorios o incontrolables, tambin hay

    tendencias presentes que acaban en desenlaces lgicos lgicos sobre todo cuando los

    hechos ya se han consumado, pero no tanto antes. Pensemos en un hundimiento burstil.

  • Pero la cuestin es que en la tendencia ya est contenido el componente de control, del

    mismo modo que en las variables del pulso ya est contenido la reaccin del sujeto y su

    relacin con el medio. Es justamente esto lo que creemos que puede estimarse de una forma

    explcita en el anlisis de la serie temporal. Ahora bien, es justamente esto lo que

    implcitamente estn haciendo las autoridades econmicas o los consejos de las empresas en

    su poltica burstil. Esto es, intentar ejercer el control tanto como pueden e intentan evitar

    tanto como pueden ser controlados. Naturalmente, esto tiene unos mrgenes muy delicados,

    y en esto estriba toda la sensibilidad poltica a la hora de tomar medidas. Las noticias

    econmicas nos hablan continuamente de la velocidad del crecimiento, y de su aceleracin o

    deceleracin. Pinsese, adems, que todos hablamos del efecto de las medidas econmica

    (ms o menos arbitrarias o necesarias) en trminos de impacto: el impacto de las medidas del

    gobierno, etc. Tambin en los gabinetes y consejos se discute sin trmino cmo articular las

    medidas y cmo administra su impacto sobre los dems. No otra cosa es el gobierno que

    este tipo de control. Ni la poltica en general y la poltica econmica en particular. La elemental

    dialctica de todo esto se reduce a la conviccin, no se sabe hasta qu punto justificable, de

    que cuando ms se controla, menos posibilidades hay de ser controlado y de rendir cuentas.

    Por otro lado, las cuentas con el futuro son las ms difciles de rendir, aunque por otra parte es

    casi lo nico que se propone y que se vende. En fin, y para abreviar, creo que se puede

    controlar y monitorizar de manera objetiva las medidas de control y monitorizacin de

    aquellos que las ejercen opcional y arbitrariamente. Podemos controlar el control. Conseguir

    esto sera mucho ms revolucionario que intentar predecir ese mismo futuro, un futuro cuya

    prediccin ya viene incluida en los paquetes de venta. El control es mensurable y por lo tanto

    controlable tambin. Esto no conduce a una regresin infinita, porque el tiempo mismo

    impone sus restricciones como un lmite de la interaccin con el ambiente. Por lo tanto, el

    control ha de ser expresable explcitamente en cualquier tipo de balance que pretenda ser

    completo. Ms all del horizonte predictivo, paradojas tcnicas como la paradoja del mercado

    eficiente tienen una solucin parcial pero concreta.

    En definitiva, creo que pasar con todas las consecuencias del segundo orden diferencial a un

    tercer orden diferencial equivale literalmente a pasar del mundo de la prediccin con causas

    inexplicables pero eficientes a un nivel parcial, a un mundo de control con causas explicables y

    una eficiencia o vigencia de tipo global. En definitiva, este control gravita hacia el autocontrol.

    La gran paradoja actual y para todo el mundo visible es que se quiere predecir ms para

    controlar ms, pero aun as estamos perdiendo el control de manera irrefrenable y creciente.

    El tema es tan general, que no creo que nadie pueda considerarlo una casualidad. Ms all de

    la causalidad predictiva existe todo un mundo por explorar, pero seguramente no todo un

    mundo por explotar.

    Este es un ensayo general y filosfico, y no cabe esperar de l muchas ms precisiones; en

    cualquier caso lo dicho es suficiente para aquellos que lo quieran investigar. Puede decirse

    que, si nuestra propuesta tiene sentido, lo nico que hace es introducir un tercer elemento

    gramatical en la gramtica habitual de la dinmica, que slo consta de dos, a saber, verbos y

    predicados con unas conexiones rgidas. La introduccin de este tercer elemento equivale

    pues, y dentro de la simplificacin del caso, a la introduccin del sujeto en la dinmica. Estoy

    oyendo ya las airadas protestas; en especial las protestas de los mal llamados reduccionistas,

    quienes, sin embargo, albergan pretensiones mucho ms inmodestas, como la creacin de

  • mquinas inteligentes o la inteligencia artificial dura. Si en vez de Inteligencia Artificial, la

    hubieran llamado por su verdadero nombre, Inteligencia Automtica, nadie se la hubiera

    tomado en serio.

    Pero nosotros estamos hablando de cosas mucho ms elementales y sencillas. El discurso

    cientfico moderno, slo parece estar en condiciones de enunciar frases del tipo comer

    patatas, volver maana, o seleccin natural; al menos, en lo que a su sentido ltimo se

    refiere, y a pesar de su fantstica sofisticacin tcnica. Y eso, en los casos ms generosos,

    porque a menudo verbo y predicado se confunden por el expeditivo procedimiento de

    convertirlos en equivalentes. As, a pesar de la superespecializacin, todo conspira hacia una

    fatal confusin de planos, y los especialistas son los primeros en aprovechar toda esta

    confusin y ambigedad.

    Cualquier movimiento expresado en tres rdenes diferenciales mantiene la posibilidad de una

    equivalencia lingstica, y, adems, de muchas otras traducciones o reproducciones analgicas.

    Esto, que parece completamente prescindible en la ciencia moderna, es de una importancia

    decisiva para abrir al sujeto otras posibilidades en el conocimiento y su uso. Y, adems,

    tampoco las ciencias modernas pueden prescindir de ese componente analgico, como muy

    bien muestra el argumento de Poincar en torno a la ausencia de causas unvocas en la

    mecnica. Naturalmente, no por introducir un tercer caso gramatical llevamos

    automticamente a la gramtica a un elevado nivel de refinamiento, pero al menos una forma

    completamente nueva de articulacin se ha ganado. Adems, todo el mundo sabe que el

    tercer elemento siempre ha estado jugando al escondite en todo tipo de discursos, y en todos

    los discursos cientficos tambin. Pero el caso es que es precisamente el movimiento

    transitorio o transiente el nico que puede reclamar la univocidad causal, o, en cualquier caso,

    es el que ms puede acercarse a ella.

    La teora india del lenguaje hace una decisiva distincin entre los lenguajes articulados y los

    inarticulados; esta distincin y relacin la seguiremos encontrando en cualquier acercamiento

    al movimiento como lenguaje de la naturaleza. Ya hemos escrito en otras ocasiones que

    seguramente no es ninguna metfora hablar del lenguaje de la naturaleza, y que, antes al

    contrario, lo ms probable es que sean los lenguajes humanos una pobre metfora del adnico

    lenguaje de la creacin.

    Uno se puede preguntar finalmente porqu ideas tan simples, si tienen alguna sustancia, no

    han encontrado ya un rango de aplicacin. Hay que responder, por el contrario, que deberan

    sustanciarse antes de cualquier aplicacin, y no es este el caso. Nos movemos todava en las

    conjeturas. Sin embargo, un hecho decisivo es que el anlisis temporal no ha empezado a serlo

    de verdad hasta estos ltimos aos. Creo que nadie se ha dado todava cuenta de lo que esto

    realmente supone, existiendo tales diferencias entre el anlisis espacial y el anlisis de una

    evolucin temporal en bruto. Ocurre que estas nuevas herramientas recin fraguadas todava

    estn ejercitando sus muelas del juicio con problemas heredados, sin reparar en su potencial

    autnomo y sin llegar todava a hacer sus propias preguntas. Es decir, el anlisis temporal

  • moderno es ya la respuesta a una pregunta todava no formulada. Y cuesta encontrarle un

    hueco a esa pregunta, entre otras cosas, porque plantea cuestiones de un orden

    completamente diferente, muy a contrapelo de las frmulas irreflexivas y el pensamiento

    rutinario.

    La moderna teora del control y la estabilidad incorpora por una parte la mecnica y por la otra

    hace un uso discrecional de herramientas estadsticas; pero su mecnica es por supuesto una

    mecnica de sistemas estacionarios, y por lo tanto cerrados. Las relaciones externas a ese

    sistema cerrado se someten a tratamiento estadstico, y esto a menudo tambin se hace para

    una gran parte de los componentes internos. Por lo tanto, es fcil ver que un enfoque as sigue

    teniendo enormes limitaciones y lagunas, y ms todava si lo aplicamos a organismos

    biolgicos. Por definicin, un organismo vivo no puede ser un sistema estacionario. Entonces,

    nuestra nica hiptesis consiste en afirmar que el componente transitorio o transiente de una

    dinmica cualquiera realiza su propia seleccin estadstica, una seleccin cuyo alcance ha de

    poderse estimar y medir. Esta es la nica fuente de seleccin natural. Y de toda evolucin

    posible, tal como el Samkhya afirm hace ya miles de aos.

    Uno es el primero en tener dudas sobre la universalidad de este fenmeno, deseando las

    crticas e intentos de demostrar la inviabilidad de su operacin. Adems, no ocultar que esta

    hiptesis se basa tan solo en mi personal conviccin de que es imposible dar cuenta de un solo

    latido de un corazn con todo el arsenal de la mecnica y estadstica disponible, y de que las

    estructuras fisiolgicas slo explican el comportamiento real a posteriori y eliminando lo

    esencial. Parecera que no puede haber un argumento ms frgil que este; es la fragilidad

    misma. Pero tambin puede suceder que la mecnica sea extraordinariamente frgil a la hora

    de enfrentarse a la evolucin temporal en bruto, y que elimine aquello que le da su especfica

    robustez, que es la propia robustez de lo real y del mundo que obser


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