Nuestro tiempo quiere que el HOMBRE esté en el centro,
el Hombre ha empujado a su CREADOR
a un segundo plano
No se trata del hombre autónomo, consciente y orgulloso de sus propios valores.
No, sino el ser humano en toda su debilidad
y miseria.
Aquí también Dios parece ser puesto al margen…Pero esa sería una falsa representación de lo que el artista quiso explicar.
El hombre se encuentra claramente en el centro,
el hombre débil acogido por el Dios
misericordioso.
Lleno de amor, el Padre se inclina
hacia el hombre.
Lo abraza, lo sostiene,
se ocupa de él con ternura.
Jesús, el Hijo de Dios, se inclina hacia él, está por debajo del hombre caído.
Coge los pies del hombre, los cubre de besos, los lava.
El Espíritu Santo bajo la forma de una palomay a la vez como una llama,viene de arribay desciende sobre el hombre.
Quiere inundar con su amor al hombre, habitar en él.