LAROMERIADE LA VIRGEN DEL FARONICANOR RIELO CARBALLO
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En el centro geográfico de Galiciase eleva la sierra del Faro, uno de loseslabones, el más importante, de lacadena de montañas, llamada porlos geólogos la Dorsal Gallega. Denorte a sur este pequeño macizo divide en dos partes lo que suele conocerse como la Galicia central, con sudoble vert iente , directamente. alAtlántico o al río Miño y sus afluentes. Con sus 1.177 metros de altitud,el pico más alto, el Faro es un verdadero y hermoso mirador. En días claros pueden divisarse las sierras máselevadas del país: hacia Compostela,el pico Sacro; por la parte oriental lospicos de Ancares y la sierra de OCourel, y mirando hacia Ourense laserranía de Manzaneda y los picosque nos aproximan a Portugal.
Arriba, los vientos son fríos y a veces veloces, y la nieve cae varias veces durante el invierno, con lo quearbustos, matorral y monte raso nutren la alfombra vegetal. Sólo el pino,impuesto por el hombre, ocupa unpequeño sector. Siguiendo a un cronista del siglo XVIII , que lo reconocecomo rico monte , señalemos suabundancia de pasto en uces, tojos,hiniestas y leguminosas, así comoplantas aromáticas. Al fondo, en losvalles que nacen a su sombra abundan las encinas, robles, castaños yen puntos más abrigados higueras,manzanos y otros frutales. Es grande el número de animales bravos ymansos. En el suelo predomina elgranito, que no rompe la suavidaddel paisaje.
Muy cerca de la ermita pasa la línea divisoria entre las provincias deLugo y Pontevedra, perteneciendopues parte del monte que la circundaa la parroquia de Santa Baia deCamba, lo que trajo disensiones entre sus vecinos y los de Requeixopor la posesión del santuario, abandonando hace ya algún tiempo aquéllos sus pretensiones. Tanto en tierras de Camba como en la comarcade Chantada la Virgen del Faro tienesus mejores devotos.
En la mismísima cumbre, aunqueno en el punto más alto, se levanta laermita, como faro protector de todoslos pueblos, incontables, que en lon-
tananza ven o vislumbran su silueta.Es posible que su antigüedad hayaque llevarla al siglo VI, momento en elque se cristianizaron los castros y lascumbres. Hay quien opina que la devoción la introdujeron los eremitas, omás tarde, los cistercienses de Oseira, monjes tan comprometidos siempre con el culto mariano. Lo cierto esque en el siglo XIII los fieles subían alFaro a hacer oración, como nos lodemuestra el juglar Xoán de Requeixo. y lo hacían con sencillez, comoparte de su patrimonio pío y secular.
AL COMPAS DE LAS LEYENDAS
Es realmente curioso que en el origen que por parte del pueblo se le daal santuario no exista ningún relatoque se refiera a la aparición de la Virgen a los pastores, que son los quedesde siempre habitaron la serranía.·Sólo se habla en uno del hallazgode su imagen por parte de los mismos. En general todo lo que se nostransmite gira alrededor de su historia , historia imaginaria y devota ,un caudal empujado por la fantasía ,en el que con frecuencia la humanización del personaje es un anhelomás o menos velado y latente quelos fieles necesitan expresar y rellenar. Para ellos María termina siendouna vecina más, pero no olvidemos ,su poder acaba siempre imponiéndose. Ahí están los «milagros» quese le atribuyen, y las curaciones,todo engastado en el alma sensiblede las gentes . No es extraño quealguien crea vislumbrar en algunade estas narraciones un resco ldodel mundo de los tesoros, y en estalínea la «invención» o llegada de laimagen fue el más valioso de todosellos.
El puesto inicial le corresponde aun corto romance que ya no se conserva completo. La Virgen, tan aislada en la soledad de la sierra, entretojos y brezos, quiso colocar su morada en la proximidad de las aldeas,eligiendo la Pena da Cruz, no lejosdel lugar de Gaíve, en la parroquia deRequeixo. Como las mujeres siempre estaban riñendo, decidió mar-
charse y dejarlas. En efecto cogió elborrico y se subió al cabezo más altoy en él se estableció. Desde allí, alcanzando O Mirante, puede vernos atodos.
Semejante a esta leyenda es laque nos relata cómo María, que ensu acercamiento a los humanos viviómucho tiempo en la cercana parroquia de Mouricios, donde existe unaroca que todavía guarda vestigios,huellas podoformes, de su estanciao paso. Como en el caso anterior, nopudo resistir los enfrentamientos verbales de las vecinas y se alejó haciala sierra. Igual, en el fondo de esta visión, tenemos la que nos sitúa en elPenedo da Cruz, piedra oscilante,enclavada en las cercanías del pueblo de Erosa, que otros dicen Arosao Edrosa, o incluso Arousa, perteneciente a la parroquia de Adá. La Virgen tuvo que huir de nuevo a causade los altercados entre las comadres. Siguiendo otra versión, las mujeres pendencieras proceden del lugar de Portugal, en la parroquia deMuradelle, próxima a las ya citadas.
Otros relatos ponen su acento enel parentesco de las advocaciones.Así se nos cuenta que la Virgen vivíacon otras dos hermanas o que lastres aparecieron juntas en el montede AIIedo, un paraje cercano al monasterio de Oseira. Un día optaronpor separarse para el mejor serviciode Dios. Se fue la primera a la cumbre del Faro; eligió la segunda unaermita en la Pena de Francia, en elconcejo de Dozón; y puso sus realesla tercera en la iglesia de la Magdalena. Similar a ésta, nos cuenta otra,que eran dos hermanas que abandonaron por idéntica motivación la sie-
rra de A Martiña, asnrusrno en lasproximidades de Oseira. La del Faroescaló las más altas cumbres, andenon se escoita nin home rifar nin galocantar, y la de Pesqueiras se fue alas riberas abruptas del Miño, fijandosu trono donde más tarde se erigíaun monasterio de monjas.
Otros relatos o consejos hacenhincapié en el robo de la imagen, omejor dicho en su aprobación porotras parroquias limítrofes. Así un reducido número de vecinos de la inmediata parroquia de Camba, deSanta Baia, en fecha indeterminada yaprovechando la oscuridad de la noche, forzaron las puertas de la ermitay cargáronla en un pollino. A la alturadel cerro conocido como O Miranteel animal se paró de modo misterioso, sin que los porteadores pudieranhacerle avanzar. En esto estabancuando como un milagro las campanas de la iglesia de Requeixo comenzaron solas a repicar haciéndolo sindescanso. Alertados los vecinos subieron a la ermita, encontrándosecon las puertas abiertas y el sitial dela imagen vacio. Ansiosos se pusieron a buscarla, hallándola escondidaen un tojal en dirección a Rodeiro.
Existe otra narración similar, sibien referida al pueblo de Penasillás,en la parroquia de A Laxe, que elpoeta Gómez Ledo realza en uno desus poemas. Hemos oído contarla,pero opinamos que procede del poeta ya citado y no del pueblo, quesiempre que habla de robos alude alos vecinos de Camba, debido a lasdisputas que éstos mantuvieron porpretender la posesión del Faro.
Bien distinta es la versión que repiten los romeros procedentes de las
Devotos, de rod illas, por la cuesta de la Virgen.
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tierras de Taboada, concejo quetambién confina con la sierra. Lasbrujas de Maure en una de sus reuniones, aquelarre concorde, se conjuraron para hacer desaparecer laimagen. Enterada la Virgen por unasmujeres piadosas se alejó con la debida antelación, cogiendo la ruta delnorte. Cansada del largo y penosocamino llegó al castro de Moreda, enlas inmediaciones del palacio de Taboada. Rendida por el sueño seacostó encima de una peña. Cuandoal rayar el alba prosiguió su huida, enel peñasco quedó grabado el contorno de su santo cuerpo.
De raíz culta es la tradición de queen el lugar de A Matanza, de la parroquia de Furco, el monarca Alfonsoel Casto derrotó a un formidable ejército de moros, gracias a la protección de la Virgen del Faro. Así lo recoge Fabián Nogueira en los Gozos,quien afirma que la libertad de lasdoncellas fue allí adquirida. Otra variante narra que este favor de Nuestra Señora recibió del rey cristiano elhecho de edificarle cerca del campode batalla una torre y una ermita. Naturalmente, el rigor histórico se alejabastante de esta versión.
Fabián Nogueira recoge otro hecho de apropiación, que sin duda fuetomado del pueblo. En cierta ocasiónlos monjes de Oseira trataron detrasladar la imagen al monasterio sinel consentimiento de los vecinos,bien para prestarle más lustre al cenobio, bien para quitarla del abandono en que se hallaba. Para ello alegaban determinados derechos que podían corresponderles por las rentas ocornadas que percibían en la parroquia de Requeixo. Como se puedeimaginar, los bueyes que portabantan preciada carga se pararon en elPedrón, un peñasco en el que existióun cruceiro, por lo que monjes y lacayos desistieron del empeño. Sitúan otros el portento en A Pena daFerradura.
El citado cronista presenta unaversión más, de corte monacal, afirmando que la iglesia parroquial, deestilo románico, fue edificada por losmonjes templarios, con lo que éstostambién levantarían la ermita, aunque la deducción, como se ve, no tiene base alguna, ni estilística ni histórica, ni afecta para nada a la antigüedad de la ermita.
Con la invasión musulmana parecetener alguna relación el hecho que senos cuenta, por personas cultas eneste caso, de que la imagen estuvomucho tiempo oculta y olvidada,siendo la luz, una luz, el «FarOl , loque permitió su hallazgo por parte deunos pastores que guardaban susrebaños en la cumbre de los montes.
Con sus pañuelos tocan la imagen de la Virgen.
Allí donde el resplandor brillaba sepusieron a cavar, encontrando el tesoro inesperado. A lo cual añade Fabián Nogueira, quizá para recalcar lasacralidad del Monte, el hecho deque un rey que tenía su corte en laciudad de Ourense, ante el temor dela depredación musulmana, salió depalacio con todas sus alhajas,escondiéndolas en el espesor de las montañas del Faro. Una noche varios individuos intentaran desenterrar el tesoro, pero se levantó una niebla y unaire que los «esparció» no pudiendoencontrarse unos a otros.
Otros prodigios, que ya entraríanen el capítulo de los «milagros», serefieren al amparo que la ermitapresta a las reses que pastan en elmonte. Confían los vecinos en quelos ganados no padecen daño alguno ni de lobos ni de otras fieras, si seguarecen en el atrio o en el cerco, omejor si se refugian dentro del edificio. Otro caso curioso que observanes el de que para obtener buenas cosechas de grano, deben ofrecer alguna cantidad a la Virgen, y luego delos sacos que contienen la limosnaseparar algunos granos sueltos, queluego mezclan con los que van asembrar.
El personaje, en efecto, ha sidosublimado y sigue siéndolo. Una can-
tiga popular proclama que por ondea Virxen do Faro pasa, non hai malsen resolver. Es el talismán que nunca falla y que brilla con el esplendorque el pueblo jamás le niega.
RITUAL DE ROMERO
Son varios los caminos que acceden al santuario, si bien el más importante es el que sale. de la parroquial de Requeixo. Por él sube unade las imágenes que aquí se veneran. Por él asciende el mayor númerode romeros procedentes de la zonade Chantada. Antes de bordear elpenúltimo tramo de la subida, a él seune el que procede de las tierras deTaboada, que con anterioridad pasapor el santuario de la Virgen de Gordón. Otra de las veredas principaleses la que afluye del valle de Camba,que recoge todos los devotos delpartido de Lalín, comarcas del Dezay de Trasdeza, y también de Oseira,por parte orensana. Otro camino asciende por los montes de Furco overtiente meridional.
Actualmente las carreteras hacenposible que los fieles lleguen a laspuertas del santuario sin esfuerzoninguno, lo que rompe de algúnmodo la singularidad de la fiesta, opor lo menos lo que llamaríamos ritual previo o preparatorio, o tambiénritual de la ascensión. No cabe dudaque lo fundamental, la práctica religiosa, se desarrolla de modo preferencial dentro de la ermita o en suentorno, y que por lo tanto cualquierromero la puede observar y cumplirescrupulosamente. A su lado, otrosritos continúan conservando la atención de los fieles, aunque no todoslos practiquen. Agrupemos, pues,estas prácticas, litúrgicas o no, encinco estaciones o momentos: la subida, el camino de la Virgen, la misa,la procesión y la fuente.
La subida. Antaño siempre sehizo a pie y rara vez descalzos por lapresencia de tojos en los senderos.Algunos subían a caballo, aunqueeste medio se reservaba para eltransporte del vino, comida y efectospara la venta. Recuérdese que enocasiones se celebraba feria de ganados. Con frecuencia los devotosde las parroquias limítrofes, los másentusiastas, permanecían arriba durante los festejos, teniendo que hacer noche en la propia ermita o a laintemperie. Ascendiendo de Requeixo los ofrecidos se encontraban enuna fuente «milagrosa», la llamada ORego da Ortiga, que tiene su copla, ylo que es más importante, su podercurativo en dolencias del vientre,como lo posee la conocida como de
Sanabarrigas. Mucho más abajo, losque pasaban por Gordón, tenían AFonte dos Meniños. Tiempo atrás,no sé si todavía hoy, las madres introducían a sus niños enfermos en elcharco portando una vela encendida.Si no se apagaba, señal era de recuperación; si lo hacía, síntoma de todolo contrario. Otras fuentecillas surgen en los recodos y de las cuales elromero procura probar: todas proceden de la ermita.
El camino de la Virgen. Antesde coronar la cumbre hay que salvarun repecho, que se hace por unafranja de monte cubierta de césped,en la que no aparecen ni el abrojo niotras plantas ericáceas ni mucho menos la aulaga. El manto herbáceo seext iende por el campo que circundala ermita, pero no con la limpidez dela vereda. Es lo que se conoce con elnombre de El camino de la Virgen,que todos los que han hecho unapromesa importante recorren de rodillas. Todos tenían que subir por él,porque era el acceso más viable. Y lamayor parte lo sigue haciendo, y condevoción. A los lados se sitúan losmendigos y lisiados, que con su aspecto procuran conmover la generosidad de los fieles.
Para los romeros el camino ocuesta de la Virgen es un puro prodigio que les regala como prueba deafecto y con la finalidad de que no sehagan daño en el ascenso o catarsis.y su origen arranca de cuando Maríapuso aquí su pie, siendo ésta la rutaque tuvo que recorrer, cansada dellargo viaje que desde el Oriente realizó. Durante la mañanaes un hervidero humano, un desfile ancestral.Hace aún muy pocos años se colocóun Vía Crucis, dando así a la cuestaun sentido más penitencial. Es enboca de los poetas la alfombra deflores que el santo monte pone delante de la ermita, y un rosario decuentas ensartadas al pie de su excelso manto. Por costoso es uno delos momentos de más tensión de laromería.
La misa. Hasta hace bien pocolos cultos litúrgicos tenían lugar dentro del templo, si se exceptúa la procesión. Actualmente las misas másconcurridas se celebran al aire libre,al amparo de un típico cobertizo depiedra, frente al que se coloca la imagen de la Virgen. Al templo llegan losromeros conteniendo su entusiasmo,y en sus manos un ramo de flores,una o dos velas y un hatillo con elxantar. Suelen venir en familia y en elsantuario asisten a todas las misas.Muchos confiesan y comulgan y todos pugnan por situarse junto a unade las imágenes del Faro.
A lo largo del siglo XVIII las limos-43
nas que se recogían dedicábanse ados fines específicos: la conclusiónde las obras del templo, entonces enconstrucción, y los sufragios de lasbenditas ánimas. En especie ofrecíancenteno, lino, lana, corderos, cabritos, pollos y otras dádivas. Hoy handisminuido éstas y han aumentadolos estipendios de misas.
Alguno llega con su hábito o túnicade difunto, con su mortaja, de colorblanco, azul o negro, como ofrendapor haberle librado la Virgen de alguna enfermedad o peligro que lo pusoen trance de muerte. Lo visten durante la misa o en la procesión o simplemente lo llevan en la mano, paraluego entregárselo al rector del santuario, que suele subastarlo. Esterito está a pique de desaparecer.
Otro rito más: el de tocar o rozarcon un pañuelo la imagen, que luegolos enfermos pasan por la parte afectada. Un acto bastante generalizado,que se ejecuta aunque no se solicitecuración alguna. Es más que nadaun medio preventivo, que alejarácualquier riesgo. Téngase en cuentaque la mayoría de los ritos son preventivos.
Existe constancia de que hubo exvotos de cera, pero no se conservan,en parte por la dureza del clima, también por el aislamiento del santuario.Hay quien da vueltas alrededor decualquiera de las imágenes, simulando una procesión individual. A la Virgen se la invocó en tercianas y cuartanas, así como para lograr partosfelices o para librarse de hechizos omedios diabólicos, en cualquier necesidad.
La procesión. Si la misa es elacto central del santuario, la proce-
sión es el complemento que la realza. No decimos nada nuevo, peropermítasenos repetirlo a fuer de objetivos. Recordemos a este respectolo que afirma el antropólogo MariñoFerro: «dando una vuelta alrededordel santuario, la imagen sacralizatodo el entorno geográfico». Consciente o no, el pueblo vuelca todosus fervor y emotividad en este desfile, en el que es imposible observarun orden y seguir unas formalidades.Todos luchan por acercarse a la imagen, por tocarla nuevamente, porportearla... Algunos cuelgan billetesde su manto, recamándolo de dinero.Tratan otros de avanzar arrodilladosdebajo de la Santísima Virgen o ensu entorno.
Delante va la cruz parroquial, y elpendón, y a continuación de la imagen los sacerdotes oficiantes, y detrás la banda de música, y los fieles.Desde siglos atrás se tiene constancia de la actuación de un grupo degaiteros , e incluso desfilaban losdanzantes, que hoy ya no lo hacen.Pensamos que esta danza era similar a la que todavía se ejecuta enotros santuarios del país gallego. Encambio la gaita no ha dejado de sonar. En el aire estallan los cohetes yla imagen entra en el hogar de susdulces sueños. La banda ofrecerá enel atrio su concierto.
La fuente de la Virgen. A un tirode piedra de la ermita se encuentraun manantial de aguas frescas y cristalinas. La fuente, que es de piedragran ítica, fue restaurada el año1718, según otros en 1778, y recientemente se coronó el frontal bajo conuna escultura pétrea de la Virgen.Fabián Nogueira nos cuenta que «de
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La multitud de devotos durante la misa .
ella se aprovechan muchos para desterrar los gusanos de sus hortalizasy también sus enfermedades, por loque deja cada uno la limosna que leparece, y lo que admira más es quealgunos dejan allí a beneficio del quela encuentra, lana, lino, dinero y talvez tocino». Hoy en día esta costumbre ha desaparecido, pero en cambionadie deja de pasar por la fuentepara beber el agua allí mismo y llevarla en botellas u otros recipientespara sus hogares como remedio parasus dolencias o porque un vecino asíse lo ha pedido. No es infrecuenteencontrarse con personas que en elmismo sitio lavan sus heridas y partes enfermas una y otra vez, y sindescanso.
Siguiendo una tradición no muyextendida el santuario primitivo estaba al mismo pie de la fuente.
EL DIA GRANDE DE LA VIRGEN
Todo este «ritual»corresponde porexcelencia al día grande, al 8 de septiembre. La subida de la imagen deabajo tiene lugar la víspera, a la queasisten al párroco, los feligreses deRequeixo y otros fieles del contorno.Le llevan a hombros vecinos de laparroquia, o los que se ofrecen, a lolargo de los cinco kilómetros que separan la iglesia del santuario. Hacealgunos años que la Virgen viaja enun tractor engalanado, que un feligrés ofrece desinteresadamente. Laintroducen en la ermita, ocupando uncamarín en el centro de la nave principal. Como las solemnidades suelencelebrarse en la parte exterior deltemplo, el día 8, en hora muy temprana, la sacan y la colocan en un poyodelante del capillín. Con el mismo ceremonial que subió baja el día 9 a lacaída de la tarde.
A la fiesta de septiembre, que seconoce con el apelativo de a grande,hay que añadir o Faro pequeno, que 'tiene lugar el día 15 de agosto. Nosube la imagen de abajo, si bien laconcurrencia, que tiempos atrás noera tan numerosa, está aumentandoe incrementándose de día en día. Elflorecimiento se debe a la presenciade emigrantes, que por esta fecha seencuentran de vacaciones y puedenasistir aprovechando una jornada deasueto. Otra de las causas reside enla comodidad de los accesos por carretera. En el espacio de una hora opoco más los fieles de los alrededores pueden desplazarse al Faro yasistir a una misa, sin que el viaje lesimpida estar presentes a la fiesta desu pueblo, pues el día de la Asunciónson muchas las que se celebran enlos municipios cercanos.
Al filo del mediodía los romerosvan acomodándose en los rinconesmás abrigados para tener la comidao xantar. Situándonos en pleno siglo XVIII sabemos que en tal día seconducían en carros las pipas convino, pan, frutas, hierba seca paralas caballerías y otros alimentos, cociéndose en calderos los castrones,sardinas y otros pescados, habiéndose consumido algunas veces 200canados de vino, es decir, más deocho mil litros. Eso no impedía que lamayor parte de la gente trajese de sucasa el bocadillo, ya que su situacióneconómica no daba para más. También consta que algunos devotosayunaban ese día, el de la Natividadde María.
Los tenderetes con los comestibles se colocaban, lo mismo que loscomensales, al abrigo de una hondonada, conocida como el Campo daspipas , al que hacen referencia variascoplas del cancionero popular. Hoyse ext ienden además por toda la explanada de la ermita. La alegría y eljolgorio llenan de entusiasmo la sobremesa, como un rito de «necesidad satisfecha y resarcida». Sin embargo, el santuario nunca se ve vacío.
ERMITA, IMAGEN Y GOZOS
Por su volumen la ermita se apartadel que suelen tener los templos edificados en zona descampada. Ni estan reducido como éstos ni alcanzalas proporciones de los grandes santuarios. Ofrece planta de cruz latina,con la singularidad de que al exteriorsemeja una tau, por ocupar el espacio entre sus brazos la sacristía y lacafúa o casa de las limosnas. No esde gran altura, no tiene torre, ni siquiera espadaña, y el tejado conpoca inclinación, todo para eludir losefectos del vendaval. Apenas poseevalor artístico, si se exceptúa la fachada con sus estribos, frontón yplacas ornamentales. Cubre el ábside bóveda de cañón y la nave se refuerza con arcos fajones. Asentadaen el rellano semeja una nave invertida con la proa mirando al oculto Finisterre. Es obra del siglo XVIII, restaurada en el primer tercio del XIX.
Es de madera la imagen que se venera en la ermita, del tipo de Inmaculada con tres cabezas de ángeles enla peana. Como en la iglesia de Requeixo, la parroquial, existe otra imagen del Faro, de medio cuerpo y portanto vestida, a la de arriba se la conoce como a nai, a vella, en tantoque a la de abajo se la denomina a filia. a nova, o a da oitava. Con estosapelativos el pueblo distingue, conamor y respeto, dos representacio-
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El desfile por la fuente de la Virgen es incesante.
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nes de la misma advocación , incapazen cierta manera de identificarlas. Nopresentan gran antigüedad y constaque en el siglo XVIII sólo había unaimagen, la que estaba en la ermita.
Se conservan los Gozos a NuestraSeñora del Faro, compuestos por undevoto e impresos en Santiago elaño 1774, en la imprenta de Sebastián Montero y Fraiz. Devoto que nopuede ser otra persona que el entonces párroco de Requeixo, conclusiónque se deduce de la lectura reposada de la Historia cronológica que élmismo escribió. Figuran los Gozosen una hoja en folio, impresa por unsolo lado y a dos columnas. Se embellece con orla tipográf ica y se corona con un grabado de la Inmaculada,que no es por supuesto ninguna representación de la original, sino queprocede de alguna lámina existenteen el taller del impresor.
Constan de estribillo, del tipo delos que rezan pues sois tan milagrosa, y doce estrofas. sextillas de artemenor con rima especial. Lo que másse ensalza en sus versos es la victoria sobre los moros que la Virgen deparó. Todo lo demás es una alabanza del monte con sus producciones,de la torre que en él se levantaba yde la propia Señora, que ces delmundo la estrella más lucida». El himno continúa entonándose hoy en día,a pesar de que ni la letra ni la melodíamerecen por su escasa calidad serrecordadas . No se conoce, sin embargo, novena anterior al año 1950.
ECOS L1RICOS y FESTIVOS
En el auto de visita de 1789, inserto en el Libro del Santuario, se le or-
dena al cura de Requeixo que no escriba libros, ni publique milagros sinlicencia del obispo de Lugo, y que leenvíe todos los papeles de canciones, noticias y otros asuntos quetengan relación con la Virgen delFaro. Por lo que se ve existía ya entonces una interesante tradición decarácter literario, bien de origen popular, bien de procedencia culta, queen parte se habrá perdido a causa delos avatares por los que tuvo que pasar el culto en la ermita, alrededor deese año y en épocas posteriores.
Esta tradición podemos llevarla alsiglo XIII, gracias a las cantigas deltrovador Xoán de Requeixo. Sus cinco trovas o compos iciones, todasaludiendo expresamente al Faro, seconservan en el Cancioneiro de la Biblioteca Vaticana y en el ColocciBrancutti. Pertenecen al género delas de amigo o de namorados, y podrían integrarse en un subgénero llamado de romería. El de Requeixo esun romero de siempre, como lo es suamada, a quien su madre le ordenasubir al Faro, a tacer oración y a vero voso amado. Veamos cómo camienza la estro fa inicial:
Fun eu, madre, en romaríaao Faro co meu amigoe veño del namoradapor canto tetou conmigo.
Puntual siempre, el pueblo ha sidoel mejor cantor de la romería, comosucede en otros santuarios de renombre . Muchas coplas, y su música, se habrán perdido impulsadaspor otros aires extraños. Sin embargo, algunas han llegado hasta nosotros , y todavía se siguen recitando ,que no cantando . Replegadas en lapura devoción individual, hay ya que
acercarse a las personas de másedad para escucharlas. Pero perviven y se han recogido las existentes .Entre ellas esta que dice:
Cando a Virxe chega ó Faroe entra leda na ermida,canta o me/ro, canta o toxoe canta o Rego da Ort iga.
El santuario, en nuestro tiempo , losupo cantar con entusiasmo el sacerdote y escritor Gómez Ledo.Como buen chantadino subió muchas veces al Faro y como poet a leconsagró un libro de versos, el Cancioeiro da Nosa Señora do Faro.Poetas más recientes, sobre todo losoriginarios de la comarca, le han dedicado algún poema. El mismo Monte, con su carga histórica y atávica,se reviste de luz en boca de los vates, de Xosé Lois García por ejemplo, que pone en su salmodia unhabandeira de redenc ión.
NOTA AL LECTOR
Decidimos prescindir de las notas paracomodidad de nuestros lectores. No obstante conviene indicar que casi todas lasalusiones al siglo XVIII estántomadasde la
Historia Cronológica. Durantecasi veinteaños hemos tomado parte activa en losactos del santuario, por lo que nuestrasobservaciones suelen ser directas. Porotra parte procuramos omitir en la bibliografíacualquier obra de carácteretnográfico o antropológico, al ser éstas bien canocidas de los interesados por el tema.
FUENTES
Utxo del Santuario, rns. en cuarto, año1727 y ss.Historia Cronológica del Fario, ms. encuarto, año 1774, suscrito por V. FabiánNogueira.
BIBLlOGRAFIA
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Gómez Montero, A.: Chantada, Corazón de Ga/ieia, León, 1991 .
Rielo Carballo, N.: A Romaxe do Faro,Vigo, 1978.
Rodríguez Osario, M.: Novena, O Ferrol, 1955.
Seijas Vázquez, A.: La Ermita de/Faro... Lugo, 1965 .
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