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Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

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FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LAS EDUCACIÓN UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Trabajo Fin de Grado Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo Alumno: Alicia Urriza Artero Tutor: Prof. D. Juan Manuel Rosas Santos Dpto: Psicología Octubre, 2014
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Page 1: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Trabajo Fin de Grado

Las funciones del contexto en el

aprendizaje asociativo

Alumno: Alicia Urriza Artero Tutor: Prof. D. Juan Manuel Rosas Santos Dpto: Psicología

Octubre, 2014

Page 2: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

ÍNDICE

1. Introducción…………………………………………………………………....4 2. Definición de contexto…………………………………………………………9 3. Funciones del contexto en el aprendizaje asociativo………………………..11 4. Conclusión: ¿cuál es el papel del contexto en el aprendizaje asociativo?... 25 5. Cronograma…………………………………………………………………...27 6. Referencias bibliográficas…………………………………………………….28

Page 3: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

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Resumen

Este trabajo trata de explicar cuáles son las funciones del contexto en el aprendizaje

asociativo. La revisión de la literatura sugiere la existencia de dos funciones diferentes

para el contexto. Una en la que el contexto actúa como señal asociándose directamente

con la consecuencia, y otra en la que puede actuar como un modulador u occasion setter

estableciendo una relación de control jerárquico sobre las asociaciones clave-

consecuencia o respuesta-consecuencia. Se revisan trabajos que muestran cada una de

estas dos funciones señalando las lagunas de la literatura. Específicamente, se señala la

necesidad de encontrar pruebas directas e independientes de la función de occasion

setter y la necesidad de determinar las condiciones y mecanismos por los cuales el

contexto controla la recuperación de la información a través de una función u otra.

Palabras clave: contexto, aprendizaje asociativo, asociación directa, occasion setter.

Page 4: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

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Abstract

This paper tries to explain which the functions of context in associative learning are.

The review of the literature suggests the existence of two different functions for the

context. One in which the context act as a signal that is directly associated with the

outcome, and another one in which it acts as an occasion setter establishing a

hierarchical control relationship about cue-outcome or response-outcome associations.

A set of works showing these two functions are reviewed, pointing out the gaps that

appear in the scientific literature. Specifically, the need of finding direct and

independent demonstrations of the context function as occasion setter is pointed out, as

well as the need to establish the conditions and mechanisms by which the context

controls retrieval of information.

Key words: context, associative learning, direct association, occasion setter.

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1. Introducción

La asociación es uno de los mecanismos fundamentales del aprendizaje y la memoria.

La asociación es, por una parte, un potente mecanismo para la modificación adaptativa

de la conducta y la adquisición de conocimiento, y por otra, un importante principio

organizador de la memoria (Aguado-Aguilar, 2001).

De acuerdo con las teorías de formación de asociaciones, las regularidades en la

presencia de dos eventos pueden resultar en la formación de una asociación entre la

representación mental de esos eventos. Una vez que se ha formado esa asociación, la

presencia de un evento no sólo activa la representación del evento que se está

presentando, sino también la representación del evento asociado con él, lo que puede

llevar a que se produzca un cambio en el comportamiento. Como ha de resultar obvio,

éste es un elemento central en las teorías cognitivas del aprendizaje asociativo (e.g.,

Dickinson, 2012).

La formación de asociaciones se ha explicado a través de distintas teorías. De hecho, la

idea de asociación y de las condiciones para que éstas se formen ya se encontraba en

Aristóteles. Sin embargo, es a partir de los años 70 del siglo XX cuando se establecen

las teorías del aprendizaje que se podrían considerar modernas y en las que tratan de

formalizarse las condiciones y mecanismos que dan lugar al establecimiento de

asociaciones. A continuación resumiré brevemente algunas de las principales teorías

asociativas que se han usado en la actualidad como explicaciones del condicionamiento,

en incluso del aprendizaje predictivo/causal humano:

Modelo de Rescorla y Wagner (1972). El modelo de Rescorla-Wagner fue creado

por Robert A. Rescorla, psicólogo experimental americano de la Universidad de

Pennsylvania y Allan R. Wagner, psicólogo estadounidense experimental y teórico del

aprendizaje de la Universidad de Yale. Se trata de un modelo basado en la contigüidad y

la sorpresa. Desde este modelo el aprendizaje se entiende como el establecimiento de

conexiones entre las representaciones mentales de estímulos. La fuerza de estas

conexiones entre representaciones mentales se denomina fuerza asociativa; así, la

cantidad de fuerza asociativa que tenga un estímulo representa el grado en que ese

estímulo está relacionado con el estímulo incondicionado (EI), o la medida en la que el

sujeto considera que la causa potencial está relacionada con el efecto. Los cambios en

esa fuerza asociativa, es decir, el aprendizaje, dependerán de la sorpresa. La sorpresa se

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define operacionalmente como la diferencia entre lo que el sujeto recibe y lo que el

sujeto espera. Cuando no haya sorpresa, no habrá aprendizaje. El aprendizaje se

establecerá cuando la realidad desconfirme las expectativas del organismo,

entendiéndose éste como un reajuste gradual entre lo que el sujeto espera a lo que el

sujeto recibe, hasta que la discrepancia desaparece y el aprendizaje se interrumpe.

Modelo atencional de Mackintosh (1975). Mackintosh (1975) observa algunos

problemas en el modelo de Rescorla y Wagner (1972) como la incapacidad de explicar

fenómenos como la inhibición latente, la irrelevancia aprendida, la renovación o la

recuperación espontánea. Particularmente relevante desde el punto de vista de

Mackintosh (1975) es el caso de la inhibición latente (Lubow y Moore, 1959), o el

retraso en el condicionamiento que se produce cuando un estímulo condicionado (EC)

ha sido preexpuesto sin el EI antes de comenzar los emparejamientos EC-EI durante el

condicionamiento. El modelo de Rescorla y Wagner (1972) no puede predecir este

fenómeno, dado que durante la preexposición no habría desconfirmación de las

expectativas del sujeto (el EC no predice ninguna consecuencia y ninguna consecuencia

aparece, por lo tanto no hay sorpresa). Mackintosh (1975) propone un modelo en el que

se hace hincapié en los procesos atencionales como mediadores del fortalecimiento de

las conexiones entre las claves y los resultados. El modelo propuesto por Mackintosh

(1975) parte de varios supuestos; considera que la asociabilidad de la clave depende de

la atención que se le preste y cambia con la experiencia. La asociabilidad de la clave

aumentará en tanto en cuanto ésta sea mejor predictora del resultado que el resto de las

claves presentes en la situación y disminuirá cuando sea una predictora igual o peor del

resultado que el resto de las claves presentes. Este supuesto permite explicar la

inhibición latente, al asumir que durante la exposición a la clave sin el resultado

disminuirá la asociabilidad del EC, lo que dificultará su posterior asociación con dicho

resultado, un fenómeno que no era capaz de explicar el modelo de Rescorla y Wagner

(1972).

Modelo atencional de Pearce y Hall (1980). El supuesto de que la atención que se le

presta a una clave es mayor cuanto mejor predictora sea ésta no está exento de crítica.

De hecho, Hall y Pearce (1979) encontraron que cuando un estímulo se convertía

primero en un predictor de un EI débil, se retrasaba el condicionamiento de ese mismo

EC con otro EI más intenso, justo el resultado opuesto al esperado desde el modelo de

Mackintosh (1975). Esto llevó a Pearce y Hall (1980) a proponer un modelo que

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sostenía justo lo contrario al modelo de Mackintosh (1975), que la asociabilidad de la

clave va disminuyendo a medida que se establece la asociación clave-resultado. Cuanto

peor predictora sea una clave de sus consecuencias más atención le prestaremos y

viceversa, dejaremos de prestarle atención cuando estemos seguros de que la asociación

existe, y pasaremos a procesarla de manera más automática.

Teoría configuracional de Pearce (1987, 1994, 2002). Las teorías anteriores pueden

denominarse elementales, en el sentido de que consideran que las asociaciones se

establecen entre distintos elementos del ambiente que el sujeto percibe de manera

independiente. Pearce (1987) toma una aproximación distinta. Considera que los

animales contamos con un almacén sensorial transitorio de información de capacidad

limitada que siempre está lleno. Cualquier representación que se encuentre en el

almacén sensorial y vaya seguida por un resultado servirá como clave y se establecerá

su representación en la memoria a largo plazo. La fuerza asociativa de esta

representación aumentará con la experiencia posterior de emparejamientos entre esta

misma representación y el EI gracias a una regla de aprendizaje similar a la del modelo

de Rescorla y Wagner (1972). La respuesta del sujeto dependerá del parecido que tenga

la configuración presente con la almacenada en la memoria a largo plazo asociada con

el resultado. Existen dos conceptos a tener en cuenta, fuerza asociativa propia y fuerza

asociativa generalizada. Aquellas configuraciones estimulares que se asocien

directamente con el resultado terminan ganando fuerza asociativa propia; por otra parte,

las configuraciones estimulares también pueden tener fuerza asociativa generalizada

dependiendo de su parecido con la configuración estimular asociada con el resultado. La

fuerza asociativa neta de una clave será igual a la suma de su fuerza asociativa propia y

la fuerza asociativa generalizada que tome prestada de otros estímulos parecidos. Dos

supuestos más que merecen atención: 1) una clave sólo puede generalizar la fuerza

asociativa que haya recibido por sus emparejamientos directos con el resultado; 2) al

igual que con el modelo de Rescorla y Wagner (1972), el aprendizaje se interrumpe

cuando la fuerza asociativa neta (la propia más la generalizada) alcanza la asíntota.

Las teorías asociativas suponen que en una situación de aprendizaje de relaciones entre

estímulos como el condicionamiento clásico o algunas formas de aprendizaje

correlacional, los cambios en la magnitud de la respuesta condicionada o en los juicios

de contingencia reflejan cambios en el fortalecimiento de la asociación entre las

representaciones mentales de la clave y el resultado, cambios que dependen de que la

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clave y el resultado sean procesados conjuntamente (Dickinson, 1980). Las teorías

descritas se han seleccionado por el respaldo empírico que han obtenido y por ser las

más utilizadas en el ámbito de los estudios de aprendizaje y condicionamiento, y cuyos

principios generales se encuentran en la base de otras teorías asociativas (véase por

ejemplo, Miller y Matzel, 1988; Van Hamme y Wasserman, 1994, entre otras). Todas

ellas coinciden en pretender instaurarse como una regla que determina de qué manera se

establece la asociación entre dos estímulos, bien sean dos estímulos independientes (el

Estímulo Condicionado, EC y el Estímulo incondicionado, EI), bien entre una

configuración estimular y el EI (e.g., Rosas, García y Callejas, 2006). Sin embargo,

estas asociaciones directas no son las únicas que un animal puede establecer. En

ocasiones, los animales establecemos relaciones entre estímulos jerárquicas, en las que

la asociación entre dos estímulos (o entre una respuesta y una consecuencia), depende

de la presencia de un tercer estímulo que determina si dicha asociación directa está en

efecto o no lo está, es lo que se conoce como “presentador de la ocasión”, modulador, u

occasion setter (e.g., Holland, 1983, 1992).

Estas relaciones jerárquicas o moduladoras del contexto se refieren a los occasion

setters o moduladores que han sido ampliamente estudiados particularmente por Peter

Holland (1983, 1992; Swartzentruber, 1995). Un modulador es un tipo de estímulo

condicionado que modula la respuesta provocada por un segundo estímulo

condicionado en lugar de provocar simplemente el comportamiento por sí mismo. En

lugar de ser asociado al estímulo incondicionado, el modulador parece activar la

asociación entre el otro estímulo condicionado y el estímulo incondicionado.

Generalmente se estudia en los procedimientos en los que un EC "objetivo" se asocia

con el EI en unos ensayos pero se presenta sin el EI en los demás. El modulador

positivo marcaría los ensayos en los que el EC y el EI se presentan juntos, mientras que

el modulador negativo haría lo contrario, marcar los ensayos en los que un EC que se

presenta habitualmente con el EI, se presenta sin él en presencia del modulador (e.g.,

Bouton, 2010).

En este trabajo me voy a centrar en este tipo de aprendizaje, el aprendizaje asociativo, o

el amplio término que hace referencia a un tipo de aprendizaje básico que es estudiado

en seres humanos y animales. A lo largo del siglo pasado y el comienzo del actual, el

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condicionamiento clásico e instrumental, formas de estudio experimental del

aprendizaje asociativo por excelencia, se convirtieron en herramientas esenciales para el

estudio sobre cómo los organismos aprenden sobre su medio ambiente, así como para

entender algunos de los mecanismos neurobiológicos que subyacen a éste. En el

condicionamiento clásico (o pavloviano), los animales aprenden sobre los eventos que

se producen en su entorno y que son independientes de su conducta. Por ejemplo, en el

condicionamiento pavloviano del miedo, las ratas pueden aprender que la presentación

de una señal auditiva (por ejemplo, un tono) predice la aparición de un estímulo

aversivo, como una leve descarga en la pata. En el condicionamiento instrumental (u

operante), el propio comportamiento de la rata produce el reforzador o actúa sobre el

medio para que la consecuencia aparezca o no aparezca. Por ejemplo, las ratas

entrenadas para presionar una palanca para obtener una bolita de comida como

reforzador establecen un aprendizaje instrumental en el que la relación se establece

entre la respuesta de presión de palanca y la obtención de la comida. El aprendizaje

asociativo puede ser utilizado como una herramienta para entender cómo funciona la

memoria en los seres humanos y animales. La mayor parte de la investigación ha

descubierto similitudes en los procesos básicos de aprendizaje entre los seres humanos y

los animales.

Sin embargo, en este trabajo voy a ir un paso más allá y focalizar mi interés en lo que

ocurre con la recuperación del aprendizaje asociativo una vez que éste se ha establecido.

El aprendizaje nunca tiene lugar en el vacío, siempre tiene lugar en presencia de un

estímulo de fondo o de claves contextuales (e.g., Rosas, Todd y Bouton, 2013). El

objetivo de este trabajo está en determinar cuáles son las funciones que cumplen estas

claves contextuales para la recuperación de la información y el control de la conducta

del individuo. En resumen, el aprendizaje asociativo puede definirse como un cambio

en el comportamiento que es debido a la presencia de dos eventos (De Houwer, Barnes-

Holmes y Moors, 2013). El cambio observado en el comportamiento depende no sólo de

la naturaleza de los eventos o la regularidad que se une a ellos, sino también del

contexto en el que ocurren los eventos (De Houwer, 2011; De Houwer et al., 2013).

Será precisamente en este último aspecto, en el control contextual de la conducta, en el

que me centre en este trabajo. Comenzaré por avanzar una definición de lo que se ha

entendido por contexto en la literatura, antes de centrarme en las distintas funciones que

éste juega a la hora de recuperar la información.

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2. Definición de contexto

A la hora de aproximarnos al papel del contexto en el aprendizaje asociativo conviene

comenzar por una definición de lo que se entiende por contexto. Una visión general de

la literatura muestra que una definición precisa del término es necesaria, y sin embargo

no fácil de obtener, dado que los mismos estímulos utilizados como contextos en

algunos estudios (por ejemplo, Vansteenwegen et al., 2005), se han utilizado como

señales objetivo en otros (Hovland, 1937), tal y como señalan Rosas, Callejas-Aguilera,

Ramos-Álvarez y Abad (2006).

Algunos autores como Urcelay y Miller (2014) definen el contexto como un complejo

de estímulos, extendidos en el espacio y el tiempo, y estos estímulos pueden emanar del

exterior (mundo exterior) y/o de fuentes internas (el estado interno de un organismo).

Esto es similar a lo propuesto por Fanselow (2007), que lo consideraba un conjunto

único de propiedades estimulares que varía debido a la exploración y cambios en la

atención del organismo. Lo que siempre hay que tener en cuenta es que ese estímulo o

circunstancia es donde tiene lugar un evento, como indicó Roediger (2007), idea que

también recoge Smith (2007) añadiendo que no hay un único contexto sino muchos, se

refiere a todo lo que nos rodea “That which surrounds”. Eich (2007) le da un giro más y

define el contexto desde el punto de vista emocional como algo interno, algo como el

estado de ánimo, haciendo referencia a la Memoria dependiente del estado de ánimo. En

líneas similares a las descritas, Bouton (2010) define el contexto como los estímulos de

trasfondo proporcionados por el aparato o habitación donde ocurre el experimento y por

el estado interno del organismo.

Para aproximarnos a una definición del contexto en una situación experimental de

aprendizaje, se va a establecer el término en función de tres perspectivas diferentes,

estructural, funcional y operacional, aunque en este trabajo me centraré en la definición

estructural, en tanto en cuanto es la más general y menos ambigua, aunque no exenta de

dificultades dado que la definición se estructura en función del punto de vista del

experimentador que puede o no puede coincidir con el punto de vista del individuo

inmerso en la situación de aprendizaje.

Desde un punto de vista estructural, el contexto se define como los estímulos

proporcionados por la situación experimental, que rodean el estímulo objetivo sobre los

cuales el individuo tiene que aprender. Los contextos pueden ser internos (por ejemplo,

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Overton, 1964), externos (por ejemplo, Bouton y Ricker, 1994), temporales (por

ejemplo, Pavlov, 1927; Rosas & Bouton, 1998), y asociativos (por ejemplo, García

Gutiérrez y Rosas, 2003a). Por tanto, el contexto se refiere a todos los aspectos de un

ambiente experimental que están presentes junto con el EC o el material objetivo que se

ha de aprender, pero que no forman parte de éste (Vila y Rosas, 2005).

Desde el punto de vista funcional, el contexto se usa para hacer referencia a cualquier

estímulo que influye en el control que ejercen otros estímulos (e.g., EC). Se hace

preciso distinguir entre contexto incidental y contexto intencional (Baddeley, 1992). La

diferencia básica entre estas dos formas de contexto es el tipo de procesamiento que

reciben. En la mayoría de los estudios que versan sobre la memoria animal y humana el

contexto cumple un papel incidental, definido como el conjunto de estímulos

ambientales que está presente durante la ejecución o el procesamiento de la tarea

experimental, pero que es secundario a éstos. Sin embargo, en algunas investigaciones

el contexto toma un papel distinto, adopta una función principal. Se entrena a los sujetos

para que realicen distintas tareas en contextos diferentes, por lo que los estímulos

contextuales se convierten en estímulos discriminativos y por tanto entran a formar

parte de dicho entrenamiento. De esta forma se da al contexto un papel significativo y

recibe un aprendizaje intencional (Vila y Rosas, 2005).

Tomando ambos enfoques juntos, Rosas et al. (2006) proponen una definición

operacional del contexto, suponiendo que los contextos incluyen todos los estímulos de

fondo que son irrelevantes para la tarea y que son ignorados por los participantes hasta

que la tarea se vuelve ambigua. Aunque esta definición tampoco es satisfactoria, dado

que como veremos más adelante, un contexto irrelevante también puede controlar la

ejecución en situaciones aparentemente sin ambigüedad (en el sentido de que las claves

siempre significan los mismo), si bien esto ocurre sólo al inicio del entrenamiento,

cuando previsiblemente la situación es más ambigua (e.g., León, Abad y Rosas, 2011).

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3. Funciones del contexto en el aprendizaje asociativo:

Uno de los objetivos de muchos estudios de aprendizaje asociativo en humanos y no

humanos ha sido entender qué papel, si hay alguno, juega el contexto en el aprendizaje

(e.g., Rosas, Todd, Bouton, 2013). Como se señalaba anteriormente, en este trabajo se

pretende revisar y analizar las distintas funciones que puede jugar el contexto en el

aprendizaje asociativo.

Se entienden por funciones del contexto los papeles que éste desempeña en el

aprendizaje, es decir, su propia capacidad de actuar implícitamente en este último. La

función fundamental del contexto es favorecer o condicionar la recuperación de la

información y esto lo puede realizar de dos maneras diferentes: 1) estableciendo

asociaciones directas con la consecuencia o con la respuesta que dé el sujeto bien de

manera individual, o como parte de una configuración estimular que incluye los

estímulos condicionados o las claves predictivas o causales (e.g., Rescorla y Wagner,

1972); 2) o estableciendo una asociación jerárquica o de tipo modulador u occasion

setter (e.g., Holland, 1992), En los siguientes párrafos describiremos con detalle cada

una de esas funciones, presentando algunos resultados de la literatura que muestran

cómo se han detectado y estudiado cada una de ellas.

3. a. Asociación directa contexto-consecuencia

En la primera función el contexto se asocia directamente con las consecuencias, es

decir, el contexto actúa como señal, bien incluyendo en una configuración única la señal

y todo lo que la rodea, bien de manera independiente y compitiendo con otras señales

por la predicción de la consecuencia, tal y como se observa en la figura 1.

Este primer rol se refiere a un estímulo que desencadena el comportamiento

directamente (Bouton, 2010). Aquí el contexto es meramente un estímulo más que

provoca comportamientos directamente, como la campana había suscitado salivación en

los experimentos originales de Pavlov una vez que se asoció con un estímulo

incondicionado de comida (el EI). Por ejemplo, en el condicionamiento del miedo, los

contextos en los que los animales han recibido un choque eléctrico leve provocarán una

respuesta de congelación, que se entiende como una respuesta condicionada de miedo a

un contexto asociado con la descarga (por ejemplo, Fanselow, 1980).

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Figura 1. Asociaciones directas Contexto-Consecuencia. El enlace (a) representa la asociación directa EC-EI, mientras que el enlace (b) representa la asociación directa contexto-EI que compite con la primera. El tercer enlace (c) representa una asociación entre la configuración Contexto-EC con la consecuencia (EI).

Además de producir el comportamiento por sí mismo, un contexto que se asocia con un

EI también puede competir con el aprendizaje o los juicios sobre ECs que ocurren en

ellos. Por ejemplo, en un número de experimentos influyentes, Rescorla (1968)

demostró que los animales son sensibles no sólo a la probabilidad del EI en presencia

del EC, sino también a la probabilidad del EI en su ausencia. Cuando las dos

probabilidades eran iguales, no había respuesta condicionada al EC. Las teorías de

condicionamiento que siguieron a experimentos de Rescorla (Rescorla y Wagner, 1972;

Mackintosh, 1975; Pearce y Hall, 1980; Wagner, 1981) han asumido que cuando un EI

se produce en ausencia del EC, en realidad ocurre en presencia de estímulos

contextuales, compitiendo éstos en la fuerza asociativa con los otros ECs presentes en la

situación.

Hay muchos ejemplos en la literatura en los que los contextos desempeñan esta función.

En los siguientes párrafos me centraré en la descripción de un ejemplo reciente en el

que dicha función se demuestra a partir de distintas manipulaciones experimentales.

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Un ejemplo experimental. León et al. (2011)

Como muestra del papel de la asociación directa contexto-consecuencia en el control de

la información he seleccionado el artículo “Context–outcome associations mediate

context-switch effects in a human predictive learning task” (León et al., 2011) en el que

se demuestra cómo un contexto irrelevante puede jugar el papel de estímulo predictivo

en competición con las claves objetivo en el aprendizaje predictivo humano.

En este trabajo se recogen 4 experimentos que intentan analizar el papel de los

contextos en la recuperación de la información después de diferentes niveles de

entrenamiento en aprendizaje predictivo humano. En estos experimentos, los

participantes fueron entrenados en una situación en la que tenían que predecir si

diferentes señales (nombres de alimentos) iban seguidas por una consecuencia (diarrea)

en contextos diferentes (restaurantes) (véase por ejemplo, García-Gutiérrez y Rosas,

2003b; Rosas y Callejas-Aguilera, 2006). En todos los experimentos dos señales

objetivo X e Y, fueron entrenadas en dos contextos diferentes. La señal X fue

consistentemente seguida por la consecuencia en el contexto A, mientras que la señal Y

fue seguida por la ausencia de la consecuencia en el contexto B. Después, ambas claves

fueron probadas en el contexto en el que la señal fue entrenada.

En el primer experimento, dos grupos de participantes recibieron entrenamiento en el

que una señal fue seguida por un resultado en el contexto A (X +), mientras que otra

señal se presenta sin resultado en el contexto B (Y-). Los “Grupos 4” recibieron cuatro

ensayos de entrenamiento con cada señal, mientras que los “Grupos 18” recibieron 18

ensayos de entrenamiento con cada clave. Los experimentos piloto encontraron que el

90% de los participantes mostraban un mayor nivel de respuesta en el Ensayo 4 que en

el Ensayo 1, mientras que el 95% de los participantes mostraban un rendimiento

constante en el Ensayo 18 con este procedimiento. En una prueba posterior, la señal

reforzada X (Experimento 1a) y la señal Y no reforzada (Experimento 1b) fueron

probadas en el mismo contexto en el que fueron entrenadas (A para X y B para Y) y en

el contexto alternativo (B para X y A para Y).

De acuerdo con los resultados reportados por León et al. (2010) en el condicionamiento

instrumental humano, el efecto del cambio de contexto debería aparecer después del

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entrenamiento corto (Grupos 4) y desaparecer cuando el entrenamiento se incrementara

(Grupos 18).

Figura 2. La media de los juicios predictivos dadas por los participantes en los grupos 4 y 18 (recibiendo 4 y 18 ensayos de entrenamiento, respectivamente) cuando las claves X (panel superior) e Y (panel inferior) se pusieron a prueba en el mismo contexto de entrenamiento (Same) o en el contexto alternativo (Different) en los Experimentos 1a (panel superior) y 1b (panel inferior). Las barras de error indican el error estándar de la media. Tomado de León et al. (2011) con permiso de los autores.

Efectivamente, estos fueron los resultados que se encontraron. Tal y como aparece

recogido en la figura 2, el efecto del cambio de contexto aparecía con entrenamiento

corto y desaparecía con entrenamiento largo. Pero además, el diseño de estos

experimentos permite probar la explicación de los efectos del cambio de contexto en

términos de asociaciones directas entre el contexto y el resultado. Si los contextos

juegan el papel de predictores directos de los resultados en algún momento al principio

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del entrenamiento, entonces el cambio de contexto desde un contexto excitatorio (A) a

un contexto en el que nunca se ha presentado el resultado (B) debería producir una

disminución en el rendimiento y viceversa. Efectivamente, esto es lo que ocurrió, la

respuesta en el contexto A fue siempre mayor que en el contexto B independientemente

de la clave que se probara en ellos (X o Y, véanse los paneles superior e inferior de la

figura 2). En otras palabras, para la clave X el cambio de contexto produjo un deterioro

en la actuación, mientras que para la clave Y el cambio de contexto conllevó un

aumento en la respuesta.

El Experimento 2 se llevó a cabo con dos objetivos. En primer lugar, se trató de replicar

los resultados combinados de los grupos 4 del experimento 1a y 1b. Además, el

Experimento 2 comprobó la idea de que el efecto del cambio de contexto al principio

del entrenamiento fuera causado por la formación de asociaciones directas entre el

contexto y el resultado (por ejemplo, Mackintosh, 1975; Pearce, 1987; Rescorla &

Wagner, 1972). Los participantes fueron asignados al azar a los grupos OA y OAB a su

llegada al laboratorio (OA: consecuencia sólo en el contexto A; OAB: consecuencia en

los contextos A y B). Si el efecto de cambio de contexto estaba basado en asociaciones

entre el contexto y la consecuencia, este efecto debiera desaparecer en el grupo OAB,

pues ambos contextos estarían igualmente relacionados con la consecuencia y el cambio

de uno a otro durante la prueba no tendría consecuencias. Los resultados combinados de

los Grupos 4 a través de los experimentos 1a y 1b se replicaron en el grupo OA; es

decir, se encontró lo mismo que en los grupos 4 de la figura 2 arriba. Se observó una

disminución en los juicios a la señal reforzada (X) cuando se probó fuera del contexto

del entrenamiento, y un aumento en los juicios a la señal objetivo no reforzada cuando

se puso a prueba dentro de un contexto en el que la señal X había ido seguida por el

resultado. De acuerdo con lo esperado, no se encontraron efectos del cambio de

contexto cuando el resultado se presentó en ambos contextos (Grupo OAB). Estos

resultados están de acuerdo con una interpretación asociativa de los efectos del cambio

del contexto después de un entrenamiento corto en aprendizaje predictivo humano

(véase, por ejemplo Mackintosh, 1975), donde los contextos forman asociaciones

directas con los resultados.

El experimento 3 fue un experimento de control en el que se trataba de perfilar el tipo

de asociaciones que se establecían entre las claves y las consecuencias en este diseño. El

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diseño del experimento 3 fue idéntico al utilizado en el Experimento 2, excepto en la

prueba. Durante la prueba, se llevó a cabo un ensayo con cada uno de los dos estímulos

compuestos (XY y XN) en el contexto A, con el objetivo de comprobar si el estímulo Y,

el estímulo no reforzado, adquiría propiedades inhibitorias durante ese entrenamiento.

El hecho de que Y redujera más la respuesta al estímulo X (ensayos XY), de lo que lo

hizo un estímulo nuevo (ensayos XN) confirmó que Y adquiría propiedades inhibitorias

en este entrenamiento. Los resultados combinados de los experimentos 1, 2 y 3 están de

acuerdo con la idea de que los contextos desarrollan asociaciones excitatorias con la

consecuencia anunciada por una señal temprana en el entrenamiento. Estas asociaciones

contexto-resultados interactúan con las asociaciones entre las señales y las

consecuencias, lo que facilita el aprendizaje de la inhibición de las señales no

reforzadas. Según esta idea, sería de esperar que la presencia o ausencia del efecto del

cambio de contexto fuera fácilmente manipulable modificando la fuerza asociativa

relativa de los contextos empleados una vez terminado el entrenamiento.

El Experimento 4 se llevó a cabo para poner a prueba este último supuesto manipulando

de forma diferencial el valor asociativo de los contextos. Los participantes fueron

asignados al azar a los grupos OAB, OAB_B, y OAB_AB conforme su llegada al

laboratorio. El valor asociativo de los contextos se manipuló a través de la extinción

diferencial de los contextos, de tal manera que una vez presentada la consecuencia en

los dos contextos se extinguió sólo uno de los contextos (OAB_B) o ambos (OAB_AB).

De acuerdo con la idea de que el efecto de cambio de contexto dependía de la

asociación entre el contexto y la consecuencia, el efecto debiera de aparecer sólo cuando

la relación fuera asimétrica, esto es, cuando uno de los contextos permanecía asociado

con la consecuencia y el otro no. Este caso se daba sólo en el grupo OAB_B, donde la

extinción de B debiera dejar a A con mayor fuerza asociativa, permitiendo la

manifestación del efecto de cambio de contexto. Esto fue lo que ocurrió, el efecto de

cambio de contexto apareció en el contexto OAB_B y no en ninguno de los otros.

Los resultados de estos experimentos sugieren, en primer lugar, que los efectos del

cambio de contexto en la mera adquisición en aprendizaje predictivo humano pueden

depender del nivel de entrenamiento, siendo más probable que aparezca al principio del

entrenamiento que cuando éste aumenta. Y en segundo lugar, estos experimentos

Page 18: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

17

sugieren que los efectos del cambio de contexto en esta situación se basan en

asociaciones directas entre el contexto y el resultado.

3. b. El contexto como modulador u ocassion setter

Otro papel que ha sido asignado al contexto proviene de la literatura de la memoria en

lugar de la literatura del aprendizaje: el contexto es un estímulo que apoya y modula la

recuperación de la memoria. La memoria tanto en los seres humanos como en animales

es mejor cuando el contexto que está presente durante la prueba coincide con el

contexto que estuvo presente durante el aprendizaje, es decir, en la fase de

entrenamiento (Tulving y Thompson, 1973). Por lo tanto, un cambio de contexto lleva a

un fallo en la recuperación, una de las más importantes causas de olvido. En principio,

este mecanismo predice que el cambio de contexto después del condicionamiento

debilitará la respuesta condicionada al EC (Smith, 1979).

Figura 3. Control jerárquico de la relación EC-EI por el contexto. El contexto juega aquí el papel de un modulador u occasion setter, de tal manera que las conexiones inhibitorias o excitatorias entre el EC y el EI dependen de que el contexto esté presente o no.

En muchas ocasiones los efectos del cambio de contexto no pueden explicarse por

asociación directa con las consecuencias, dado que el diseño experimental conlleva una

exposición equivalente a contextos y consecuencias. En esas circunstancias el contexto

parece más probable que juegue un papel de control jerárquico sobre la relación clave

consecuencia. Esta última función del contexto puede estar relacionada con la función

Page 19: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

18

de recuperación de la memoria, pero en lugar de simplemente entrar en una asociación

simple con el EC o EI, el contexto puede llegar a ser la señal u occasion setter para la

relación entre éstos tal y como se muestra en la figura 3.

Este papel del contexto se vuelve importante cuando el EC se asocia con diferentes

eventos en diferentes fases del experimento (por ejemplo, como en la extinción). En este

tipo de situación, el contexto aparece para elegir entre dos asociaciones disponibles del

EC (EC-EI y EC – no EI) y así eliminar la ambigüedad del significado actual del EC.

En esta ocasión, el contexto actúa como un occasion setter. Éste hace referencia a la

propiedad de un estímulo, el cual por sí mismo no provoca una respuesta condicionada,

sino más bien modula la respuesta a un EC. Cuando el contexto actúa como tal, la

renovación puede ocurrir sin evidencia independientemente de las asociaciones

excitatorias entre el contexto A y el EI, o inhibitorias entre el contexto B y el EI

(Bouton y Swartwentruber, 1986).

Las características del occasion setter son (véase Holland, 1992; Swartwzentruber,

1995):

- El papel de presentador de la ocasión no aparece cuando la característica y el

objetivo aparecen simultáneamente (entonces la asociación es directa), pero sí

cuando el inicio de la característica precede al inicio del objetivo en al menos

10 segundos (Holland sugiere que eso hace al estímulo menos saliente y parece

que esto puede ser determinante a la hora de que el estímulo se convierta en

occasion setter).

- Un occasion setter puede elicitar respuestas directamente a pesar de su

capacidad adicional de establecer la ocasión de respuesta al objetivo.

- Relacionado con lo anterior, la función de occasion setter no se extingue, es una

relación independiente de la relación que pueda tener el modulador en cuestión

con otra consecuencia, con lo que emparejarlo con ella o presentarlo solo no

afectará a su papel como occasion setter.

- Las capacidades moduladoras del estímulo se transfieren sólo a estímulos que

hayan sido a su vez modulados. Esto es, si un sonido anuncia la relación entre

una luz y una consecuencia, ese sonido podrá controlar igualmente la relación

entre una campana y una consecuencia que esté modulada por un flash.

Page 20: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

19

El paradigma de la función moduladora del contexto es la extinción, esto es, la

presentación del EC sin el EI después de que la asociación EC-EI ha sido establecida

previamente. Algo sucede en extinción que hace al contexto relevante. Una idea

temprana fue que la extinción implica aprendizaje inhibitorio, y que la inhibición

condicionada al EC puede ser más específica del contexto que la simple excitación

(Bouton, 1993). La hipótesis fue probada y se rectificó rápidamente en varios

experimentos, dado que la inhibición condicionada se transfería entre contextos tan

fácilmente como la excitación condicionada (por ejemplo, Bouton & Nelson, 1994;

Nelson & Bouton, 1997; Nelson, 2002). Otra idea temprana fue que la extinción es

específica del contexto porque es la segunda cosa aprendida sobre el EC (Bouton,

1993). Nelson (2002) confirmó el hecho de que si el "significado" del EC es excitatorio

o inhibitorio es menos relevante que si la excitación o la inhibición fue la primera o la

segunda cosa aprendida sobre el EC. En cualquier caso, cuando fue la primera

aprendida, el significado transfirió perfectamente los contextos; cuando fue la segunda

cosa aprendida, no lo hizo. En consonancia con esta posibilidad, sabemos que en

diseños de contracondicionamiento en el cual un EC primero está emparejado con la

descarga y luego con bolitas de comida (o viceversa), el condicionamiento de miedo o

el condicionamiento apetitivo son más específicos de contexto cuando se encuentran en

la segunda posición (Peck y Bouton, 1990). Es como si el sistema de aprendizaje y

memoria codificara la segunda cosa aprendida sobre un estímulo como una excepción a

la regla condicional del contexto específico. Bouton (1994) sugiere algunos motivos

funcionales por los cuales el sistema de aprendizaje y memoria se podrían haber

desarrollado de esta manera. El tratamiento de la extinción parece motivar al animal a

prestar atención al contexto (Bouton, 1997). También sabemos que después de la

extinción en un contexto (por ejemplo, contexto B), el contexto en el que el EC

originalmente estaba condicionado (por ejemplo, contexto A) ahora también controla el

funcionamiento del EC (Harris, Jones, Bailey y Westbrook, 2000): después de la

extinción, hay menos respuesta al EC en el contexto original (A) que en un contexto

neutro (C). Por lo tanto, la extinción parece aumentar la atención a otros contextos

además del contexto en el que se produzca ésta. La posibilidad ha sido ampliamente

confirmada en experimentos de aprendizaje predictivo con seres humanos (Rosas y

Callejas-Aguilera, 2006; véase también Rosas et al., 2006). En un experimento, cada

participante estuvo involucrado en dos tareas de aprendizaje predictivo independientes y

muy diferentes las cuales se produjeron cada una en diferentes contextos. En una tarea,

Page 21: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

20

alimentos ficticios se emparejaron con malestar gástrico en un conjunto de contextos

(restaurantes ficticios) y en la otra tarea, productos de la huerta de diferentes colores

harían que las plantas florecieran y crecieran en otra serie de contextos (granjas

diferentes). Siempre que la extinción fue experimentada en la primera tarea de

aprendizaje, las asociaciones de clave-resultado en la segunda tarea –con señales

completamente diferentes, resultados y contextos— fueron juzgados ser más débiles

cuando se cambiaba el contexto. Sin extinción en la primera tarea, no había ninguna

especificidad de contexto en el segundo. Así, la extinción, o más generalmente una

situación donde nuevos aprendizajes sustituyen a un antiguo aprendizaje (Nelson y

Callejas-Aguilera, 2007), introduce sorpresa o ambigüedad y esto hace que el

organismo preste atención a todos los contextos (véase Bernal-Gamboa, Callejas-

Aguilera, Nieto y Rosas, 2013; Bernal-Gamboa, Rosas y Callejas-Aguilera, 2014).

Aunque la idea de la ambigüedad y de la atención al contexto como explicación esencial

de por qué aparece el efecto de contexto no implica un mecanismo concreto de

aprendizaje, ni una función específica del mismo, sí se ha desarrollado principalmente

en el marco de los estudios de extinción, donde parece que el contexto puede jugar con

mayor probabilidad un papel modulador (Bouton y Swartzentruber, 1986). En los

siguientes párrafos presentaré un ejemplo de un estudio experimental en el que el efecto

de cambio de contexto no puede explicarse por asociaciones directas contexto-

consecuencia.

Un ejemplo experimental. García-Gutiérrez y Rosas (2003b)

Un artículo donde puede observarse este papel modulador del contexto es en el de

“Recuperación de la relación clave-consecuencia por el cambio de contexto después de

la interferencia en aprendizaje causal” (García-Gutiérrez y Rosas, 2003b), los autores

describen dos experimentos que resumo a continuación.

El objetivo fundamental de estos experimentos fue comprobar si se podía encontrar

renovación en una tarea de interferencia retroactiva en aprendizaje causal similar a la

encontrada por Rosas, Vila, Lugo y López (2001). Los experimentos que se presentan

en este artículo buscan extender los resultados obtenidos por estos autores a una tarea

similar pero en la que el registro de respuesta se realiza ensayo a ensayo además de al

final de cada fase y se extreman las condiciones de control. Aunque Rosas et al. (2001)

igualaron la exposición a los contextos a lo largo del entrenamiento, no igualaron la

Page 22: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

21

exposición a las consecuencias entre fases ni entre contextos. Así, las propias

consecuencias podrían haber sido codificadas como parte del contexto donde se

presentaban los estímulos, dificultando la interpretación de los resultados obtenidos por

estos autores. También, por lo que veíamos en el apartado previo, la exposición desigual

a las consecuencias en los distintos contextos podría llevar a que la explicación de

cualquier efecto de cambio de contexto estuviera basada en las asociaciones entre el

contexto y la consecuencia, una interpretación distinta a las asociaciones jerárquicas que

en la literatura se le han atribuido a muchos de los efectos de cambio de contexto (e.g.,

Bouton, 1993).

En estos experimentos se utiliza un diseño que iguala la exposición a las consecuencias

a lo largo de las distintas fases y en los diferentes contextos, de tal modo que el poder

predictivo de los dos contextos utilizados con respecto a las consecuencias es idéntico y

por tanto las asociaciones contexto-EI no deberían afectar a la respuesta de los

participantes. El diseño concreto estuvo basado en el que previamente utilizaran García-

Gutiérrez y Rosas (2003c) para desarrollar con éxito una situación de interferencia

retroactiva. Esta tarea consistía en el emparejamiento entre un alimento y un trastorno

gastrointestinal (A+) y posteriormente entre ese mismo alimento y un trastorno

incompatible (A*). La relación percibida por los participantes se evaluaba a partir de un

juicio de probabilidad y la relación de interferencia debía manifestarse mediante una

inversión de estos juicios entre la fase inicial y la fase de interferencia, de modo que al

final del entrenamiento los participantes juzgasen A como causante de * y no de +, es

decir, prevaleciendo la segunda información adquirida sobre la información original. Se

esperaba que un cambio de contexto después de la segunda fase atenuara el efecto de

interferencia mostrando una recuperación de la relación originalmente establecida

independientemente de que ese cambio supusiera el regreso al contexto original de

adquisición (Experimento 1) o simplemente el abandono del contexto de interferencia

(Experimento 2).

En el primer experimento, se crearon dos grupos: XYX, donde la adquisición tuvo lugar

en el contexto X y la interferencia en el contexto Y, regresando al contexto X durante la

prueba y XXX, donde adquisición, interferencia y prueba transcurrieron en el contexto

X. Ambos grupos recibieron el tratamiento de interferencia A+|A*. Los resultados que

se esperaban era que el regreso al contexto de adquisición tras la interferencia renovara

Page 23: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

22

la actuación acorde a la información recibida en la adquisición en el grupo XYX, en

comparación con el grupo XXX, que, al no recibir cambio de contexto, debería mostrar

una actuación acorde a la fase de interferencia. Este primer experimento encuentra un

efecto de renovación XYX tal y como predice la teoría de la recuperación de Bouton

(1993). Aunque en este tipo de renovación se confunde el efecto del abandono del

contexto de interferencia con la vuelta al contexto de adquisición.

Los resultados del experimento 1 son hasta cierto punto ambiguos en su interpretación

del efecto de renovación. Cabe la posibilidad de que los participantes hayan formado

una configuración específica clave-consecuencia durante la adquisición que nunca

hubiera estado sujeta a interferencia en sí misma (dado que el cambio de contexto

durante la interferencia supuso en realidad un cambio de configuración de acuerdo con

esta interpretación). Así, la renovación encontrada en el experimento anterior podría ser

en realidad la recuperación de una relación que nunca estuvo sujeta a interferencia y en

la que el contexto juega un papel similar al descrito en el apartado previo.

En el experimento 2, adquisición e interferencia se realizaron en el mismo contexto. La

prueba se llevó a cabo en dos contextos distintos tanto al final de la adquisición como al

final de la interferencia. En este caso, se empleó un diseño intrasujeto en el que todos

los participantes recibieron entrenamiento con la relación A+ seguido por entrenamiento

con la relación A* en el contexto X. El estímulo B se presentó emparejado sólo con la

consecuencia * durante la fase de adquisición y sirvió como estímulo de control. Se

realizó una prueba en los contextos X e Y entre las fases de adquisición e interferencia y

otra idéntica tras la fase de interferencia. No se esperaba encontrar diferencias entre la

actuación en ambos contextos en la prueba realizada tras la adquisición, dado que

ambos estaban igualmente relacionados con las dos consecuencias. Sin embargo, si la

explicación de renovación propuesta desde la teoría de la recuperación es correcta,

entonces el abandono del contexto de interferencia debería producir una recuperación de

la información original equivalente a la encontrada en el experimento 1, esto es, la

prueba en el contexto Y debería dar lugar a una renovación de la actuación acorde con

la relación A+ originalmente aprendida.

Page 24: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

23

Figura 4. Diferencia media de los juicios de probabilidad (PC1-PC2) relativos a los estímulos A (experimental) y B (control) obtenidos tras la prueba realizada en los contextos X e Y inmediatamente después de la fase de adquisición (panel superior) e inmediatamente después de la prueba (panel inferior).

Como podemos ver en el panel superior de la figura 4, las diferencias resultaron

igualmente positivas para ambos estímulos independientemente del contexto donde se

realizara la prueba, sugiriendo que el cambio de contexto no afectó a lo aprendido

durante la fase de adquisición y al mismo tiempo replicándose los resultados obtenidos

en el experimento 1. Lo más interesante es lo que ocurrió en la prueba, reflejado en el

panel inferior de la figura 4. Las diferencias medias resultaron negativas para el

estímulo A mientras que continuaron siendo positivas para el estímulo B cuando la

prueba se realizó en el contexto de adquisición e interferencia (contexto X). Sin

embargo, cuando la prueba se realizó en el contexto Y las diferencias para el estímulo A

alcanzaron un valor próximo a cero, mientras las diferencias correspondientes al

estímulo B se mantuvieron positivas y constantes.

Page 25: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

24

Se puede concluir que el cambio de contexto entre la interferencia y la prueba se traduce

en una recuperación, al menos parcial, de la relación establecida entre el alimento y la

primera consecuencia, o lo que es lo mismo reflejando el efecto de renovación XXY

esperado. Encontrar este efecto supone un fuerte apoyo a la idea de que la recuperación

de la información original se debe más a salir del contexto de interferencia que al

regreso hacia el contexto de adquisición, tal y como sugiere Bouton (1993, 1994),

confirmando los resultados obtenidos por Rosas et al. (2001) y extendiéndolos a un

diseño intrasujeto en el que se controlan las relaciones contexto-consecuencias. Al

controlar las relaciones contexto-consecuencia, el efecto de cambio de contexto que

encuentran García-Gutiérrez y Rosas (2003b) no puede explicarse por asociaciones

directas contexto-consecuencia, ni por el establecimiento de asociaciones entre la

configuración contexto+clave y la consecuencia. Este efecto de cambio de contexto ha

de deberse al establecimiento de una asociación jerárquica en la que el contexto juegue

el papel de un modulador de la relación entre las claves y las consecuencias.

Sin embargo, el papel del contexto como modulador en este experimento y en la mayor

parte de los que hay en la literatura se deduce por exclusión, porque no se puede

explicar de otra manera, pero no se demuestra que juegue un papel de ocassion setter, ni

que el contexto cumpla al menos dos de las propiedades esenciales de los ocassion

setters (Holland, 1992): 1) controlan la respuesta a los estímulos independientemente de

su propia relación con la consecuencia; y 2) sólo transfieren su control a estímulos que

han sido a su vez modulados por otros occasion setters. Éste es un tema que ha de

considerarse pendiente de resolver en la literatura.

Page 26: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

25

4. Conclusión: ¿cuál es el papel del contexto en el aprendizaje asociativo?

Existen diferentes teorías que explican los roles de los contextos durante el aprendizaje

y la recuperación. Como se ha podido comprobar en varios estudios, el contexto puede

desempeñar los papeles descritos anteriormente, es decir, el contexto puede actuar como

señal asociándose directamente con la consecuencia (León et al., 2011), entrando así en

competición con las otras claves presentes por la predicción del EI, o formando una

configuración con ellas que se relaciona directamente con la consecuencia, o bien puede

actuar como un modulador u occasion setter estableciendo una relación de control

jerárquico sobre las asociaciones clave-consecuencia o respuesta-consecuencia (e.g.,

Bouton, 1993). Por tanto, los papeles del contexto no son excluyentes entre sí, sino que

todos forman parte de las relaciones que éste puede establecer en cualquier situación del

aprendizaje.

Existe evidencia empírica que demuestra que el contexto puede actuar como una señal

que se asocia directamente con la consecuencia, como hemos visto anteriormente en el

artículo de León et al. (2011). Sin embargo, la función moduladora del contexto se ha

comprobado de una forma indirecta, es decir, se deduce por exclusión, porque no se

puede explicar de otra manera, pero no se demuestra que juegue un papel de ocassion

setter, ni que el contexto cumpla las dos propiedades esenciales de los ocassion setters

(Holland, 1992), particularmente la segunda, que recoge que sólo transfieren su control

a estímulos que han sido a su vez modulados por otros occasion setters. Para poder

concluir que el contexto actúa como modulador habría que realizar experimentos en los

que el control contextual no se transfiriera a estímulos que no han sido entrenados en un

contexto en el que no ha habido ocasión de que éste adquiera propiedades de occasion

setter. Esos experimentos están todavía pendientes de realizarse en la literatura.

En cualquier caso, los contextos pueden cumplir las dos funciones, y quizá incluso

pudieran cumplirlas simultáneamente, estableciendo relaciones directas con la

consecuencia y modulando la relación de otro estímulo con ella. Pero incluso si así

fuera, una asignatura pendiente en esta línea de investigación es identificar las

circunstancias que favorecen cada una de las formas posibles en las que los contextos

pueden influenciar en el comportamiento adquirido. Una posibilidad es que los

contextos influyen de diferente forma dependiendo de si alguien evalúa el papel del

contexto en lo que está siendo aprendido inmediatamente o el papel del contexto en la

Page 27: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

26

representación inmediata (Miller and Schachtman, 1985). La perspectiva asociativa del

aprendizaje, incluso en estas situaciones simples, no es la única. Desde otras

perspectivas se considera que el aprendizaje puede establecerse de manera

proposicional, esto es, a través de proposiciones que especifican cómo están

relacionados los eventos del entorno. Ese aprendizaje proposicional también se ha

planteado para el aprendizaje acerca del contexto. El aprendizaje asociativo en humanos

podría estar mediado por la formación de proposiciones en lugar de asociaciones (e.g.,

De Houwer, 2014). Las proposiciones pueden ser concebidas como unidades de

información en la memoria que codifican información sobre el mundo. Es importante

destacar que las proposiciones sobre relaciones entre eventos en el mundo pueden

referirse no sólo a los eventos en sí mismos sino también a cómo esos eventos están

relacionados. Por lo tanto, hay dos diferencias fundamentales entre asociaciones y

proposiciones: sólo las proposiciones pueden ser verdaderas o falsas (porque sólo las

proposiciones son afirmaciones mientras que las asociaciones son estructuras), y sólo

las proposiciones especifican información sobre cómo los eventos están relacionados.

Desde la perspectiva de los modelos proposicionales, el contexto puede ser un

moderador crucial del aprendizaje asociativo. Es importante determinar cómo están

relacionados dos eventos. Las regularidades estadísticas entre eventos a veces no

proporcionan suficiente información para determinar la naturaleza de la relación entre

los eventos. La información contextual relacional podrá ser proporcionada además de

por las claves contextuales que estén presentes simultáneamente con los eventos

asociados, por eventos y regularidades en el pasado (De Houwer, 2014).

A día de hoy, las condiciones que dan lugar a un tipo de aprendizaje u otro todavía no se

han determinado, por lo que habrá que seguir por ese camino. Investigaciones futuras

deberán determinar quién tiene razón o cuándo se aplica un aprendizaje proposicional o

uno asociativo, y en qué condiciones y a través de qué mecanismos el contexto controla

la recuperación de la información.

Page 28: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

27

5. Cronograma

Este Trabajo Fin de Grado ha consistido en la realización de un trabajo de revisión e

investigación bibliográfica.

El trabajo comenzó con una tutoría con el profesor encargado de ser el tutor, en el que

se eligió el tema. Una vez elegido éste, comencé la búsqueda de artículos en la base de

datos Psycinfo. Al menos han sido unas diez horas de búsqueda.

Cuando obtuve los posibles artículos, concerté una nueva tutoría con el profesor para

elegir los que servirían. Dado que la mayoría han sido en inglés, he dedicado esfuerzo y

tiempo en poder leerlos y traducirlos para comprenderlos mejor. Es la parte que más me

ha costado, y a la que más horas he dedicado. No sabría cuantificar el número de horas

decicado a cada artículo pero entre la traducción y comprensión con los de inglés, he

podido decicar unas 3-4 horas por cada uno. En los que estaban en español, obviamente

ha sido menos.

A partir de ahí he ido construyendo el trabajo con ayuda y guía del profesor a través de

e-mails y tutorías. He de destacar su labor como tutor, que incluso en días festivos ha

trabajado en el TFG corrigiéndolo y mandándome realizar modificaciones.

El trabajo se entregará en la convocatoria extraordinaria de octubre de 2014, aunque

empecé en abril de 2014 con la búsqueda de artículos.

Page 29: Las funciones del contexto en el aprendizaje asociativo

28

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