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5/9/2018 Latour, Bruno - Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica [1991] - slidepdf.com
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NUNCA FUIMOSMODERNOS
Ensayo de antropologia simetrtca
p a r
Bruno Latour
8Iglo
veintJunoedltOl'8.
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La proliferacion de los hibridos
En la pagina 4 del diario leo que este afio las mediciones
por encima de la Antartida no son buenas: el agujero de la ca-
pa de ozono se agranda peligrosamente. Al continuar con la lee-
tura, paso de los qufrnicos de la atmosfera a los ejecutivos de
Atochem y de Monsanto, que modifican sus cadenas de produc-
cion para remplaiar los inocentes cloro£luorcarbonos, acusados
de crimen contra la ecosfera. Algunos parrafos mas adelante te-nemos a los jefes de Estado de los grandes paises industrializa-
dos que hablan de quimica, heladeras, aerosoles y gases inertes.
Pero en la parte inferior de la columna, me encuentro con que
los meteorologos ya no estan de acuerdo con los qufrnicos y ha-
blan de £luctuaciones cfclicas. Por si fuera poco, los industria-
les ya no saben que hacer. Los capitostes tambien vacilan. ~Hay
que esperar? ~Yaes demasiado tarde? Mas abajo, los paises del
tercer mundo y los ecologistas se meten don de no los llaman y
hablan de tratados internacionales, de derecho de las genera-
ciones futuras, de derecho al desarrollo y de moratorias.Asi, el articulo mezc1a reacciones quimicas y polfticas. Un
mismo hilo relaciona la mas esoterica de las ciencias y la poli-
t ica mas baja, el cielo mas lejano y una fabrica especffica en las
afueras de Lyon, el peligro mas global y las elecciones que vie-
nen, 0el proximo consejo de adrninis tracion. Los tamafios, los
desafios, las duraciones, los actores no son com parables y sin
embargo ahf estan, comprometidos en la misma historia.
En la pagina 6 del diario me entero de que el virus del sida
de Paris contarnino al del laboratorio del profesor Gallo, que
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16 BRUNOlATOUR NUNCA FUIMOS MODERN OS
los senores Chirac yReagan, sin embargo, habian jurado solem-
nemente no volver a cuestionar el historial de ese descubri-
miento, que las industrias qufrnicas se demo ran en poneren el
mercado medicamentos reclamados a voz en cuello por enfer-
mos organizados en asociaciones militantes, que la epidemia se
extiende en elAfricanegra. Una vez mas, capitostes, quimicos,biologos, pacientes desesperados, industriales, se encuentran
comprometidos en una misma historia incierta.
En lapagina 8 se habla de computadoras y de microchips
controlados por losjaponeses; en la 9, de embriones congela-
dos; en la 10, de bosques que arden arrasando en sus columnas
de hurno especies en peligro que algunos naturalistas quieren
proteger; en la 11, de ballenas provistas de collares con radio-
balizas adosadas; tambien en la 11, un basural del Norte, sim-
bolo de la explotacion obrera, que se acaba de clasificar como
reserva ecologica a causa de la flora rara que alli se desarrollo.En la 12,el papa, los obispos, Roussel-Uclaf'l las trompas de Fa-
lopio y los fundamentalistas tejanos se reiinen alrededor del
mismo contraceptivo en una extrafia cohorte. En la 14, 10 que
vincula al senor Delors, Thomson, la Comunidad Economica
Europea, las comisiones de estandarizacion, de nuevo losjapo-
neses ylosproductores de telefilmes. Se cambian algunas lineas
en el estandar de lapantalla y los miles de millones de francos,
losmillones de televisores, los miles de horas de telefilmes, los
centenares de ingenieros, las decenas de ejecutivos se ponen a
bailar.Felizmente, en eldiario hay algunas paginas tranquilas don-
de se habla de pura polftica (una reunion del partido radical),
y el suplemento de libros donde las novelas relatan las aventu-
ras exultantes del y.?profundo (te amo, ya no te amo). Sin esas
paginas despejadas, uno semarearia. Lo que ocurre es que esos
artfculos hfbridos que dibujan madejas de ciencia, de polftica,
de economia, derecho, religion, tecnica, ficcion, se multipli-
can. Si lalectura del diario es la oracion del hombre moderno,
entonces es un hombre muy extrafio el que hoy ruega leyendo
eso asuntos embrollados. Aquf, la cultura y la naturaleza resul-
tan mezcladas todos los dias.
Sin embargo, nadie parece preocuparse por eso. Las pagi-
nas de Economia, Politica, Ciencias, Libros, Cultura, Religion,
Policiales se reparten los proyectos como si tal cosa. El mas pe-
quefio virus del sida hace que uno pase del sexo al inconscien-
te, al Africa, a los cultivos de celulas, al ADN, a San Francisco;
pero los analistas, los pensadores, los periodistas y los que to-
man decisiones van a recortar la£ina red que dibuja el virus en
pequefios compartimientos limpios donde solo se encontrara
ciencia, economia, representaciones sociales, policiales, pie-
dad, sexo. Aprieten el aerosol mas inocente yse veran llevados
hacia laAntartida, y de ahi hacia la Universidad de California
en Irvine, las cadenas de montaje de Lyon, laqufrnica de los ga-
ses inertes, yde ahi quizas hacia laONU, pero ese hilo fragil se-
ra roto en otros tantos segmentos cuantas disciplinas puras hay:
no mezclemos el conocimiento, el interes, lajusticia, el poder.
No mezclemos el cielo y la tierra, 10 global y 10 local, 10 huma-
no y 10 inhumano. "Pero, ~esasmadejas constituyen lamezcla
--diran ustedes-, tejen nuestro mundo?" "Que sea como sino
existieran", responden los analistas. Ellos cortaron el nudo gor-
diano con una espada bien afilada. El timon se ha roto: a la iz-
quierda el conocimiento de 131cosas, a laderecha el interes, el
poder yla polftica de los hombres.
Volviendo a atar el nudo gordiano
IRoussel-Uclaf es una filial de lafirma alemana Hoechst, que produjo la
RU-486,lIamada la pildora del dia despues. [T.]
Desde hace unos veinte afios, mis amigos yyo estudiamos
esas situaciones extrafias que lacultura intelectual en la que vi-
vimos no sabe donde ubicar. Afalta de otra cosa, nos llamamos
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18NUNCA FUIMOS MODERNOS
BRUNO LATOUR
sociologos, historiadores, economistas, politologo.s, fIlosofo~,~-
tropologos. Pero a esas disciplinas ve~er~bles sl~mpre a~adl-
mos el genitivo: de las ciencias y las tecmcas. = r : st~dze~es
la formula de los ingleses, 0esta, demasiado pesada: Ciencias,
tecnicas, sociedades". Seacual fuere la etiqueta, siempre se tra-
ta de volver a atar el nudo gordiano atravesando, tantas veces
como haga falta, el corte que separa los conocimientos exacto~
yel ejercicio del poder, digarnos Ia naturaleza y la c.ultur:a' HI-
bridos nosotros mismos, instalados de soslayo en el mtenor de
las instituciones cientfficas, algo ingenieros, algo filosofos, ter-
ceros instruidos sin buscarlo, hicimos la eleccion de describir
lasmadejas dondequiera que nos lIeven. Nuestro vehfc~~ es la
nocion de traduccion 0de red. Mas flexible que la nocion de
sistema mas historica que la de estructura, mas empfrica que
lade cornplejidad, lared es el hila de Ariadna de esas historias
mezcladas. .
Sin embargo, esos trabajos siguen siendo incomprensibles
porque estan recortados en tres segun las categorias usuales de
las criticas. Forman parte de la naturaleza, de Ia politica 0del
discurso.
Cuando MacKenzie describe lacentral de inercia de los mi-
siles intercontinentales (1990);2 cuando CalIon describe los
electrodos de las pilas de combustible (1989); cuando Hu~hes
describe el filamento de la larnpara incandescente de Edison
(1983a); cuando yo describo la bacteria del antrax at~nua~a
por Pasteur (1984) 0 los peptidos del cerebro de GUlllem~n(1988a), los criticos se imaginan que estamos hablando de tee-
nicasyde ciencias. Como en su opinion estas iiltimas son ~ar-
ginales 0 a 10sumo no manifiestan mas que el puro pens~l~n-
to instrumental ycalculador, los que se interesan en la poh~ca
o en las almas pueden dejarlas a un lado. Sin embargo, esas l~-
vestigaciones no tratan acerca de la naturaleza 0del conoci-
mien to, de las cosas en sf, sino de su inclusion en nuestros co-
lectivos yen los sujetos. No hablamos del pensamiento instru-
mental sino de la rnisma materia de nuestras sociedades. Mac-
Kenzie despliega toda Ia Armada norteamericana y hasta a los
diputados para hablar de su central de inercia; Callon movili-
za a Electricite de France yRenault asf como a grandes secto-res de la polftica energetica francesa para comprender los in-
tercambios de iones en el extrema de su electrode; Hughes
reconstruye todo Estados Unidos alrededor del hilo incandes-
cente de la larnpara de Edison; si uno tira del hilo de las bacte-
rias de Pasteur 10 que viene es toda la sociedad francesa del si-
glo XIX, y se vuelve imposible comprender los peptidos del
cerebro sin adosarles una comunidad cientifica, los instrumen-
tos, las practicas, pertrechos que se parecen muy poco ala rna- .
teria gris yel calculo.
"Pero, entonces.ces polftica? ~Ustedreduce laverdad cientffi-caa intereses _ y la eficacia tecnica amaniobras polfticas?" Esteesel
segundo malentendido. Si los hechos no ocupan ellugar a lavez
marginal ysagrado que les reservan nuestras adoraciones, ahf los
tenemos, reducidos de inmediato ameras contingencias localesy
apobres artimaiias. Sinembargo, no hablamos del contexto social
yde los intereses de poder, sino de suinclusion en lascomunida-
des ylosobjetos. Laorganizacion de laAnnada norteamericana se
modifica profundamente por laalianza que sehace entre susofi-
cinas ylasbombas; EIectricite deFrance yRenault sevuelven irre-
conocibles segiin inviertan en lapila de combustible0en el mo-
tor de explosion; los Estados Unidos no son los mismos antes y
despues de la electricidad; no s; trata del mismo contexto social
del siglo XI X segun este construido con gente pobre 0con pobres
infectados demicrobios; en cuanto als'-Yetoinconsciente tendido
en su divan, cuan diferente essegun sucerebro secodescargue
neurotransmisores 0sucerebro hiimedo segregue honnonas. Nin-
guno de esosestudios puede volver a emplear 10que los sociolo-
gos,lospsicologos0loseconomistas nos dicen del contexto social
o del sujeto para aplicarlos a las cosas exactas. Cada vez, tanto el2 Las referencias entre parentesis remiten a la bibliografia al final del
volumen.
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2 0BRUNO LATOUR
contexto como el ser humano resultan redefinidos. Asfcomo
los epistemologos no reconocen ya en las cosas co!ectiviza~as
que les ofrecemos las ideas, los conceptos, las teorias de su in-
fancia, de igualmodo las ciencias humanas no pueden rec~no-
cer en esoscolectivos llenos de cosas que desplegamos losJue-
gosde poder de suadolescencia militante. Tanto a la izq~ierda
como a laderecha, las finas redes trazadas por lapequena rna-
no de Ariadna son mas invisibles que las de las araiias.
"Pero siusted no habla ni de las cosas en sf, ni de los hurna-
nos entre ellos, es porque no habla mas que, del discurso, de la
representacion, dellenguaje, de los textos." Este es el tercer rna-
lentendido. Los que ponen entre parentesis el referente exte-
rior -la naturaleza de las cosas---yel locutor ---el contexto prag-
matico 0social-, en efecto no pueden hablar mas que de los
efectos de sentido y de los juegos de lenguaje. Sin embargo;
cuando MacKenzieescruta la evolucion de la central de inercia,esta hablando de disposiciones que pueden matarnos a todos;
cuando Callon sigue de cerca los articulos cientificos, de 10 que
esta hablando esde estrategia industrial, al mismo tiempo que
de retorica (Callen, Lawy otros, 1986); cuando Hughes analiza
loscuademos de notas de Edison, el mundo interior de Menlo
Park pronto sera el mundo exterior de todo Estados Unidos;
cuando yodescribo la dornesticacion de los microbios por Pas-
teur, 10 que movilizo es la sociedad del siglo X IX yno s~lo la~e-
miotica de los textos de un gran hombre; cuando descnbo la in-
vendon-descubrimiento de los peptidos del cerebro, realmente
estoyhablando de losmismos peptidos yno sim~lem~nte. de su
representacion en ellaboratorio del profesor Guillemm. Smem-
bargo, en verdad se trata de retorica, de estrategia textual, de
escritura, de puesta en escena, de serniotica, pero que de una
forma nueva conecta a lavez la naturaleza de las cosas yel con-
texto social, sin reducirse no obstante ni a una ni a otro.
Es evidente que nuestra vida intelectual estamuymal hecha.
La episternologia, las ciencias sociales, las ciencias del texto, ca-
da una tiene su casa propia, pero a condicion de ser distintas.
NUNCA FUIMOS MODERNOS
Si los seres que a ustedes les interesan atraviesan las tres, dejan
de ser comprendidos. Ofrezcan a las disciplinas establecidas al-
guna bella red sociotecnica, algunas bellas traducciones, las pri-
meras extraeran los conceptos yarrancaran todas sus rakes que
podrfan unirlas a 10 social 0a la retorica; las segundas les cor-
taran ladimension social ypolitica ylapurificaran de cualquier
objeto; las terceras, por ultimo, conservaran el discurso pero 10
purgaran de toda adherencia indebida a la realidad -horresco
reJereru- ya losjuegos de poder. El agujero de la capa de ozo-
no sobre nuestras cabezas, la leymoral en nuestro corazon, el
texto autonorno, por separado, pueden atraer a nuestros crfti-
cos. Pero que una delicada lanzadera haya unido el cielo, lain-
dustria, los textos, las almas y la leymoral, eso es 10 que sigue
siendo ignorado, indebido, inaudito.
La crisis de la critica
Los criticos desarrollaron tres repertorios distintos para ha-
blar de nuestro mundo: la naturalizacion, la socializacion, la
deconstruccion. Para no andar con rodeos y con un poco de
injusticia, digamos Changeux, Bourdieu, Derrida. Cuando el
primero habla de hechos naturalizados, no existe ya ni socie-
dad ni sujeto ni forma del discurso. Cuando el segundo habla
de poder sociologizado, no hay ya ni ciencia ni tecnica ni tex-
toni contenido. Cuando el tercero habla de efectos de verdad,creer en la existencia real de.J.asneuronas del cerebro 0de los
juegos de poder seria hacer gala de una gran ingenuidad. Ca-
da una de estas formas de critica es poderosa en S 1misma pero
imposible de combinar con las otras. ~Pueden imaginarse por
un momento un estudio que haria del agujero de ozono algo
naturalizado, sociologizado y deconstruido? La naturaleza de
los hechos estaria absolutamente establecida, serian previsibles
las estrategias de poder, pero, ~no se trataria sino de efectos de
sentido que proyectan lapobre ilusion de una naturaleza yun
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2 2 BRUNO lATOUR
locutor? Un patchwork semejante seria algo grotesco. Nuestra
vida intelectual sigue siendo reconocible mientras los episte-
rnologos, lossociOlogosy los deconstruccienistas permanezcan
a distancia conveniente, nutriendo sus criticas con la debilidad
de losotros dos abordajes. Desarrollen las ciencias, desplieguen
losjuegos de poder, desprecien la creencia en una realidad, pe-ro no mezclen esos tres acidos causticos.
Sin embargo, una de dos: 0 bien las redes que hemos des-
plegado no existen realmente, y los criticos tienen buenas ra-
zones para marginar los estudios sobre las ciencias 0trocearlos
en tres conjuntos distintos -hechos, poder, discurso-; 0bien
las redes son tal ycomo las hem osdescrito yatraviesan las fron-
teras de los grandes feudos de lacritica, yno son ni objetivas ni
sociales ni efectos de discurso al tiempo que son reales, colec-
tivasydiscursivas. 0 bien nosotros, los portadores de malas nue-
vas, debemos desaparecer, 0bien la critica debe entrar en cri-sisacausa de esas redes sobre las que se rompe los dientes. Los
hechos cientfficos estan construidos pero no pueden reducir-
se a 10 social porque este se puebla de objetos movilizados pa-
ra construirlo. El agente de esta doble construccion viene de
un conjunto de practicas que lanoci6n de deconstruccion cap-
tura tan mal como le es posible. El agujero de ozono es dema-
siado social y demasiado narrado para ser realmente natural;
la estrategia de las firmas y de los jefes de Estado, demasiado
liena de reacciones quimicas para ser reducida al poder yal in-
teres; el discurso de laecosfera demasiado real ydemasiado so-cial para reducirse a efectos de sentido. ~Esnuestra la culpa si
la s re de s s on a la v ez r ea le s c om o la n atur ale za , n arra da s c om o e l dis-
c ur so , c ol ec ti va s c omo la sociedadi ~Debemos seguir abandonan-
dolas a los recurs<:>se la critica, 0abandonarlas adhiriendonos
al sentido cormin de la tripartici6n critica? Nuestras pobres re-
desson como los kurdos apropiados por los iranies, los iraquies
y los turcos que, caida la noche, atraviesan las fronteras, se ca-
san entre ellos ysuefian con una patria cormin extraida de los
tres paises que los desmembran.
I
II
NUNCA FUIMOS MODERNOS 2 3
Este dilema carecerfa de solucion si la antropologfa no nos
hubiese habituado desde hace tiempo a tratar sin crisis ni cri-
rica el tejido sin costura de las naturalezas-cultnras. Hasta elmas
racionalista de los etnografos, una vez enviado a tierras distan-
tes, es capaz de relacionar en una misma monografia los mitos,
las etnociencias, las genealogias, las formas politicas, las tecni-cas, las religiones, las epopeyas ylos ritos de los pueblos que es-
tudia. Envienlo entre los arapesh 0entre los achuar, entre los
coreanos 0los chinos, y obtendran un relato que relaciona el
cielo, los ancestros, la forma de las casas, los cultivos de names,
mandioca 0arroz, los ritos de iniciacion, las formas de gobier-
no y las cosmologfas. Ni un elemento que no sea a la vez real,
social ynarrado.
Si el analista es sutil, les describira redes que se pareceran
como dos gotas de agua a las madejas sociotecnicas que noso-
tros dibujamos siguiendo los microbios, los misiles 0las pilasde combustible en nuestras propias sociedades. Tambien noso-
tros tenemos miedo de que el cielo se nos caiga sobre la cabe-
za. Tarnbien nosotros vinculamos el gesto infimo de apretar un
aerosol a prohibiciones que atafien al cielo. Tambien nosotros
debemos tener en cuenta las leyes, el poder y la moral para
comprender 10 que dicen nuestras ciencias sobre laqufrnica de
la alta atmosfera.
Si, pero nosotros no somos salvajes, ningun antrop6logo nos
estudia de tal modo, yjustamente esimposible hacer sobre nues-
tras naturalezas-culturas 10 que es posible en otras partes, entrelos otros. ~Por que? Porque no~otros somos modernos. Nuestro
tejido ya no es sin costura.P Por ello, la continuidad de los ana-
lisis resulta imposible. Para los antropologos tradicionales, no
hay, no puede haber, no debe haber antropologia del mundo
3Alusion al episodio del reparto del ropaje de Cristo. que sedividieron
los soldados haciendo cuatro rnontones, salvo la tunica. que era sin costura.
Simbolo de unidad. [T.]
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24 BRUNO LATOUR
modemo (Latour, 1988b). Las etnociencias pueden relacionar-
seen parte con lasociedad yeldiscurso; laciencia no puede ha-
cerlo. Incluso se debe al hecho de que somes incapaces de es-
tudiarnos asfpor 10sutiles ydistantes que somos cuando vamos
a los tropicos a estudiar a los dernas. La tripartici6n critica nos
protege yautoriza a restablecer Iacontinuidad en todos los pre-modemos. Nosvolvimoscapaces de hacer etnografia s6lidamen-
te adosados a ella. De alli extrajimos nuestro coraje.
La formulaci6n del dilema ahora se ha modificado: 0 bien
esimposible hacer laantropologfa del mundo modemo, y exis-
ten buenas razones para ignorar a aquellos que pretenden ofre-
cer una patria a lasredes sociotecnicas: 0 bien esposible hacer-
laaunque habria que alterar ladefinici6n de mundo modemo.
Pasamos de un problema limitado -~por que las redes son ina-
sibles?- a un problema mas amplio ymas clasico: ~que es un
modemo? AIprofundizar la incomprensi6n de nuestros mayo-res respecto de esas redes que, segun pretendemos, tejen nues-
tro mundo, percibimos sus rakes antropol6gicas. Felizmente,
nos ayudan aella acontecimientos considerables que entierran ~
al viejo topo critico en sus propios nineleas, Si el mundo mo-
demo resulta a suvezcapaz de ser antropologizado, esporque
algo le ocurri6. Desde el sal6n de Mme. de Guermantes sabe-
mos que se necesita un cataclismo como el de laPrimera Gue-
rra Mundial para que la cultura intelectual modifique apenas
sus costumbres ypor fin reciba en su casa a esos arribistas que
nadie invitaba.
Elmilagroso aiio 1989
Todas las fechas son convencionales, pero la de 1989 10es
un poco menos que las otras. El derrumbe del Muro de Berlin
simboliza para todos los' conternporaneos el del socialismo.
"Triunfo delliberalismo, el capitalismo, las democracias occi-
dentales sobre las vanas esperanzas del marxismo", ese fue el
NUNCA FUIMOS MODERNOS
comunicado de victoria de aquellos que escaparon por un pe-
10al leninismo. AIquerer abolir laexplotaci6n del hombre por
eIhombre, eI socialismo Ia habia multiplicado indefinidamen-
teoExtraiia dialectica que resucita al explotador yentierra alse-
puIturero tras haber enseiiado al mundo laguerra civila gran
escala. Lo reprimido retoma, y 10hace por partida doble: el
pueblo explotado, en cuyo nombre reinaba la vanguardia del
proletariado, vuelve a ser un pueblo; las elites con dientes afi-
lados, de las que uno habia pensado que podia abstenerse, re-
gresan energicamente para recuperar en losBancos, los comer-
cios y las fabricas suviejo trabajo de explotaci6n. El Occidente
liberal no cabe en sfde alegrfa. Ha ganado la guerra fria.
Pero ese triunfo es de corta duraci6n. La celebraci6n en Pa-
ris, Londres yAmsterdam, en ese glorioso afio de 1989, de las
primeras conferencias sobre el estado global del planeta sim-
boliza, para algunos observadores, el fin del capitalismo yde
esas vanas esperanzas de conquista ilimitada y de dominaci6n
total de lanaturaIeza. AIquerer desviar laexplotaci6n del hom-
bre por el hombre sobre una explotaci6n de lanaturaIeza por
el hombre, el capitalismo multiplico indefinidamente ambas.
Lo reprimido retoma, y10hace por partida doble: lasmultitu-
des que se queria salvar de lamuerte vuelven a caer por cente-
naes de millones en lamiseria; las naturaIezas, a las que seque-
na dominar por completo, nos dominan de manera tambien
global amenazandonos a todos. Extraiia dialectica, que hace
del esclavo dominado el amo yposeedor del hombre, ynos en-seiia de pronto que inventamos a los ecocidas al mismo tiern-
po que las hambrunas a gran escala.
La simetria perfecta entre el derrumbe del muro de laver-
giienza yla desaparici6n de la naturaIeza ilimitada s610se ocul-
taa lasricas democracias occidentales. En efecto, lossocialismos
destruyeron a la vez a sus pueblos y sus ecosistemas, mientras
que los del Noroeste pudieron salvara sus pueblos yalgunos de
sus paisajes destruyendo el resto del mundo yhundiendo en la
miseria al resto de los pueblos. Doble tragedia: los ex socialis-
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26 BRUNO LATOUR
mos creen poder remediar sus dos desgracias imitando al Oes-
te; este cree haber escapado a las dos y que, en efecto, puede
dar lecciones mientras deja morir tanto a Ia Tierra como a los
hombres. Cree ser el unico en poseer lamartingala que penni-
te ganar para siempre, mientras que quiza 10 ha perdido todo.
Tras este doble desvio de las mejores intenciones, nosotros,
losmodemos, parecemos haber perdido un poco la confianza
en nosotros mismos. ~Nohabia que intentar ponerle fin a laex-
plotaci6n del hombre por el hombre? ~No habia que tratar de
ser amo yposeedor de la naturaleza? Nuestras mas altas virtu-
des fueron puestas al servicio de esa doble tarea, una dellado
de lapolitica, laotra de las ciencias y las tecnicas. Ysin embar-
go, de buena gana nos volverfamos hacia nuestra juventud en-
tusiasta y bienpensante, como hicieron los j6venes alemanes
con sus padres de pelo gris. "~Aque 6rdenes criminales hemos .
obedecido?" "~Vamosa decir que no sabfamos?"
Esa duda sobre la legitimidad de lasmejores intenciones lle-
vaa algunos de nosotros a volverse reaccionarios de dos mane-
ras diferentes: ya no hay que querer ponerle fin a la domina- ,
ci6n del hombre por el hombre, dicen unos; ya no hay que
tratar de dominar la naturaleza, dicen los otros. Seamos deci-
didamente antimodemos, dicen todos.
Por otro lado, la expresi6n vaga de posmodernidad resu-
me con c1aridadel escepticismo inconcluso de aquellos que re-
chazan una u otra de esas reacciones. Incapaces de creer en las'
dobles promesas del socialismo y el "naturalismo", los posmo-demos tambien se cuidan de ponerlo todo en duda. Permane-
cen suspendidos entre la creencia y la duda mientras esperan
el fin del milenio.
Por ultimo, los que rechazan el oscurantismo ecol6gico 0
eloscurantismo antisocialista, yque no pueden satisfacerse con
el escepticismo de los posmodemos, deciden continuar como
si tal cosa ysiguen siendo resueltamente modemos. Aun creen
en las promesas de las ciencias, 0en las de la emancipaci6n, 0
en ambas. Sin embargo, su confianza en la modernizaci6n ya
NUNCA FUIMOS MODERN OS
no suena muy afinada ni en arte ni en economia ni en politica
ni en ciencia ni en tecnica, Tanto en las galerias de pintura co-
mo en las salas de concierto, a 10 largo de las fachadas de los edi-
ficios al igual que en los institutos de desarrollo, se siente que
faltan las ganas. La voluntad de ser modemo parece vacilante,
en ocasiones hasta pasada de moda.
Todos, seamos antimodernos, modernos 0posmodemos,
estamos cuestionados por el doble desastre del milagroso afio
1989. Pero si 10 consideramos justamente como un doble de-
sastre, como dos lecciones cuya admirable simetrfa nos permi-
te recuperar de otro modo todo nuestro pasado, entonces re-
cuperamos el hilo del pensamiento.
~Ysi nunca fuimos modernos? Entonces la antropologia
comparada sevolveria posible. Las redes tendrian un hogar.
27
lQue es unmoderno?
La modemidad tiene tantos sentidos como pensadores 0
periodistas hay. No obstante, todas las definiciones designan de
una u otra manera el paso del tiempo. Con el adjetivo moder-
no se designa un regimen nuevo, una aceleraci6n, una ruptu-
ra, una revoluci6n del tiempo. Cuando las palabras "moderno",
"modernizacion", "modernidad" aparecen, definimos por con-
traste un pasado arcaico yestable. Adernas, la palabra siempre
resulta proferida en el curso de una polernica, en una peleadonde hay ganado res yperdedores, Antiguos yModemos. "Mo-
demo", por 10 tanto, es asirnetrico dos veces: designa un quie-
bre en el pasaje regular del tiernpo, yun combate en el que hay
vencedores yvencidos. Si hoy-en dia tantos conternporaneos
vaciIan en emplear ese adjetivo, si 10 calificamos mediante pre-
posiciones, es porque no nos sentimos tan seguros de rnante-
ner esa doble asimetria: ya no podemos designar laflecha irre-
versible del tiempo ni atribuir un premio a los vencedores. En
las innumerables peleas de losAntiguos ylosModemos, los pri-
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2 8 BRUNO LATOUR
meros ganan tantas veces como los segundos, y nada permite
ya decir si las revoluciones culminan los antiguos regimenes 0
los rematan. De ahi proviene el escepticismo Hamado curiosa-
mente posmodemo, aunque no sepa si es capaz de remplazar
para siempre a losmodemos.
Para volver sobre nuestros pasos, deb emos retornar ladefi-
nicion de lamodemidad, interpretar el sintoma de la posmo-.
demidad ycomprender por que no adherimos con toda el al-
ma a ladoble tarea de la dorninacion y la emancipacion. Para
resguardar las redes de ciencias y tecnicas, pues, ~hay que re-
mover cieloy tierra? Sf,justamente: el cielo y la tierra.
La hipotesis de este ensayo -se trata de una hipotesis yen
verdad de un ensayo-- es que la palabra "moderno" designa
dos conjuntos de practicas totalmente diferentes que, para se-
guir siendo eficaces, deben permanecer distintas aunque ha-
ce poco dejaron de serlo. El primer conjunto de practicas
crea, por "traduccion", mezclas entre generos de seres total-
mente nuevos, hibridos de naturaleza y de cultura. El segun-
do, por "purificacion", crea dos zonas ontologicas por com-
pleto distintas, la de los humanos, por un lado, la de los no
humanos, por el otro. Sin el primer conjunto, las practicas de
purificacion serfan huecas u ociosas. Sin el segundo, el traba-
jo de la traduccion serfa aminorado, limitado 0 hasta prohibido.
El primer conjunto corresponde a 10que llame redes, el segun-
do a 10que llame crftica. El primero, por ejemplo, relaciona-
ria en una cadena continua la qufmica de laalta atmosfera, lasestrategias cientfficas e industriales, las preocupaciones de los
jefes de Estado, las angustias de los ecologistas; el segundo es-
tablecerfa una particion entre un mundo natural que siempre
estuvo presente, ana sociedad con intereses y desafios previsi-
blesyestables, yun discurso independiente tanto de la referen-
cia como de la sociedad.
Mientras consideremos por separado esasdos practicas, so-
mos modemos de veras, vale decir, adherimos de buena gana
al proyecto de la purificacion crftica, aunque este no se desa-
NUNCA FUIMOS MODERNOS2 9
rro11esino a traves de laproliferacion de los hibridos. En cuan-
to ponernos nuestra atencion a.la vez.sobre :1 trabajo de puri-
ficacion yel de hibridacion. de inmediato dejamos de .ser total-
mente modemos, nuestro porvenir comienza a carnbiar, En ~l
mismo momento dejamos de haber sido modemos, en pr~te-
rito perfecto, dado que retrospectivamente tomamos ~onClen-
cia de que los dos conjuntos de practicas si~mpre estUVleronya
en obra en el periodo historico que culmina, ~uestro. pasado
comienza a cambiar. Por ultimo, si nunca habiamos sido rno-
demos, por 10menos a lamanera en que lacritica nos 10cuen-
ta las relaciones atormentadas que mantuvimos con las otras
n~turalezas-culturas resultarfan transformadas. El relativismo,
la dorrrinaciori, el imperialismo, la mala conciencia, el sincre-
tismo serian explicados de otro modo, modificando entonces
la antropologia comparada. . . ,
'Que relacion existe entre el irabajo de traduccion 0 de me-e . ,diacion yel de la purificacion? Esa es la pregunta. que me gus-
tarfa poner en claro. La hipotesis, todavia demasiado grosera,
es que la segunda genero la primera; cuanto mas se pr~hibe
uno pensar los hibridos, mas posible se vuel~e su cruce: e~aes
la paradoja de los modemos que al fin perrmte captar la situa-
cion excepcional en que !los encontramos. La segunda pregun-
ta recae sobre los premodernos, sobre las otras naturalezas-
culturas. La hipotesis, tambien demasiado amplia, .es qu~,al
.dedicarse a pensar los hibridos, prohibieron su proliferaClon.
Es ese desfase 10que explicarfa la Gran Division entre E110sy
Nosotros, Y10que permitirfa resolver finalmente lacuestion .i~-
soluble del relativismo. La tercera pregunta recae sobre lacnsis
actual: silamodemidad fue'tan eficaz en sudoble trabajo de se-
paracion yproliferacion, ~por que se debilita hoy ~n dia im~i-
diendonos ser modemos de una buena vez?De alh surge laul-
tima pregunta, que es tarnbien lamas dificil: si dejamos de .s:r
modemos, siya no podemos separar el trabajo dep~oliferaclOn
yel de purificacion, ~que pasara c~n,no~otros? ~~omo qu.erer
las Luces sin lamodemidad? La hipotesis, tambien dernasiado
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3 0 BRUNO lATOUR
enorme, esque habra que aminorar, desviar y regular la pro Ii-
feraci6n de losmonstruos representando _oficialmentesu exis-
tencia. ~Resultarianecesaria otra democracia? ~Unademocra-
cia extendida a lascosas?Para responder a estas preguntas voy
a tener que seleccionar entre los premodernos, los modernos,
e incluso entre los posmodernos, 10 que tienen de duradero y
10 que tienen de fatal. Demasiadas preguntas, me doy cuenta,
para un ensayo que no tiene otra excusa que su brevedad.
Nietzschedecfade losgrandes problemas que eran como los ba-
nos frios: hayque entrar rapido ysalir del mismo modo.
2.
CONSTlTUCION
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c!Comoponer finala asimetria?
AI comienzo de este ensayo habfa ofrecido la antropologia
como modelo de descripcion de nuestro mundo, porque solo
ella podia relacionar en un conjunto la trayectoria extraiia de
los cuasi-objetos. Sin embargo, habfa reconocido que esemode-
10 no era muy practicable porque no se aplicaba a las ciencias y
a las tecnicas. Si las etnociencias realmente podfan describir los
lazos que las vinculaban almundo social, las ciencias exactas nopodfan hacerlo. Para comprender por que era tan dificil aplicar
a las redes sociotecnicas de nuestro mundo lamisma libertad de
tono, tuve que comprender 10 que nosotros entendiamos por
moderno. Si con esto entendemos esa Constitucion oficial que
debe distinguir por completo a los humanos y los no human os,
entonces, en efecto, no puede haber una antropologia del mun-
do moderno. Pero si desplegamos a la vez la Constitucion y el
trabajo de mediacion que Ieda sentido, retrospectivamente nos
percatamos de que nunca fuimos modernos. Por 10 tanto, laan-
tropologfa, que hasta entonces tropezaba con las ciencias y lastecnicas, puede volver a convertirse en elmodelo descriptivo que
yo deseaba. Impotente para comparar a los premodernos con
losmodern os, podrfa compararlos con los no modernos.
Por desgracia, es dificil reutilizar la antropologfa tal como
es.Formada por los modernos para comprender a aquellos que
no 10 eran, interiorize en sus practicas, en sus conceptos, en sus
cuestiones, la imposibilidad de Iaque hablaba mas arriba (Bonte
Izard, 1991). El1amisma se cuida de estudiar los objetos de la
'''U.la.J.<:.Lo', ylimita laextension de sus investigaciones solo a las
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13 8 BRUNO LATOUR
culturas. Pennanece asimetrica, Para que sevuelva comparativa
ypueda iryvenir entre losmodernos ylos no modernos, pues,
se necesita simetrizarla. Para ello, debe volverse capaz de en-
frentar no las creencias que no nos conciernen directamente
-siempre somos bastante criticos frente a ellas- sino los co-
nocimientos a los que adherimos en su totalidad. En conse-cuencia, esnecesario volverla capaz de estudiar las ciencias su-
perando los limites de la sociologia del conocimiento y, sobre
todo, de la epistemologia.
Es el primer principio de simetrfa el que perturbo los estu-
dios sobre las ciencias y las tecnicas, exigiendo que se trate en
los mismos terminos el error y la verdad (Bloor, 1982). Hasta
ahora, lasociologia del conocimiento no explicaba, a traves de
un gran lujo de factores sociales, mas que las desviaciones res-
pecto del camino recto de la raz6n. El error podia explicarse
socialmente, pero 10verdadero era por sfmismo su propia ex-plicaci6n. Bien sepodfa analizar la creencia en los platos vola-
dores, pero no el conocimiento de los agujeros negros; las ilu-
siones de laparapsicologia, pero no el saber de los psicologos;
los errores de Spencer, pero no las certezas de Darwin. Algu-
nos factores sociales del mismo tipo no podian aplicarse del
mismo modo a ambos. En esos diferentes raseros se encuentra
laviejadivision fonnulada desde laantropologia entre ciencias
(inestudiables) yetnociencias (estudiables).
Los presupuestos de la sociologia del conocimiento jamas
hubiesen intimidado mucho tiempo a los etnologos, silos epis-
temologos no hubiesen elevado al rango de un principio fun-
dador esa misma asimetria entre las ciencias verdaderas y las
falsas. 5610 estas iiltimas -las ciencias "caducas" - pueden vin-
cularse al contexto.social. En cuanto a las ciencias "sanciona-
das", s610sevuelven cientfficas porque se separan justamente
de todo contexto, de toda huella de contaminaci6n, de toda
evidencia primera, yporque escapan inc1uso a su propio pasa-
do. Esa es ladiferencia, para Bachelard ysus discfpulos, entre
lahistoria yla historia de las ciencias. La primera puede ser si-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 13 9
metrica, pero poco importa porque jamas trata acerca de la
ciencia; la segunda jamas debe serlo para que el corte episte-
mol6gico sea total.
Un solo ejemplo bastara para mostrar hasta d6nde puede
conducir el rechazo a toda antropologfa simetrica. Cuando
Canguilhem distingue las ideologfas cientfficas de las verdade-ras ciencias, afirma no s610que es imposible estudiar a Darwin
--el sabio- y a Diderot --el ideologo=- en los mismos termi-
nos, sino que debe ser imposible ponerlos en la misma bolsa
(Canguilhem, 1968).
La separacion entre la ideologia yla ciencia debe impedir que
en una historia de las ciencias sepongan en continuidad algu-
nos elementos de una ideologia aparentemente conservados
y la construcci6n cientffica que destituy6 la ideologfa: por
ejemplo, buscar en elRive de d'Alembert anticipaciones de El uri-ge n de la s especies (p. 45).
5610 es cientffico 10que rompe para siernpre con la ideolo-
gia. Al seguir un principio semejante, en efecto, resulta dificil
seguir los cuasi-objetos en sus porrnenores. Una vez que pasen
por lasmanos del epistemologo, todas sus rakes seran arranca-
das. No quedara mas que el objeto extirpado de toda lared que
le daba sentido. Pero, ~por que hablar inc1uso de Diderot yde
Spencer, por que interesarse en el error? [Porque sin el Io ver-
dadero reluciria con un brillo demasiado deslumbrante! "El en-
trelazamiento de la ideologfa y la ciencia debe impedir la re-
ducci6n de la historia de una ciencia a la chatura de una
resefia, 0 sea, de un cuadro sin sombras de relieve" (p. 45). Lo
falso es 10que hace valer 10verdadero, Lo que Racine hacia pa-
ra elRey Sol con el bello nombre de historiador, Canguilhem
10hace para Darwin, bajo laetiqueta, igualmente usurpada, de
historiador de las ciencias.
El principio de simetria, por el contrario, restablece la con-
tinuidad, la historicidad y, digamoslo, lajusticia. Bloor es el an-
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14 0 BRUNO lATOUR
ti-Canguilhem, asi como Serres es el anti-Bachelard, 10que por
otra parte explica la incomprensi6n total en Francia tanto de la
sociologfa de las ciencias como de la antropologta de Serres
(Bowkery Latour, 1987). "No existe mito mas puro que la idea
de una ciencia pura de todo mito", escribe este cuando rompe
con la epis temologfa (Serres, 1974, p. 259). Tanto para el comopara los historiadores de las ciencias propiamente dichos, Dide-
rot, Darwin, Malthus y Spencer deben explicarse segiin los mis-
mos principios y las mismas causas; si ustedes desean dar cuenta
de la creencia en los platos voladores, verifiquen si sus explica-
ciones pueden ser empleadas, simetricamente, para los agujeros
negros (Lagrange, 1990); siatacan la parapsicologia, ~son capa-
ces de utilizar los mismos factores para la psicologia? (Collins y
Pinch, 1991). Si analizan los exitos de Pasteur, ~los mismos ter-
minos les permitiran dar cuenta de sus fracasos? (Latour, 1984).
Ante todo, el primer principio de simetrfa propone una cu-ra de adelgazamiento sobre las explicaciones. [Se habia vuelto
tan facil dar cuenta del errorl La sociedad, las creencias, la
ideologfa, los simbolos, el inconsciente , la locura, todo se ofre-
cia tan facilmente que las explicaciones se volvian obesas. Pe-
ro, ~loverdadero? AIquita.mos esa facil idad del corte epistemo-
16gico nos dimos cuenta, nosotros que estudiamos las ciencias,
de que la mayoria de nuestras explicaciones no valian gran co-
sa. La asimetria las organizaba a todas y 10 tinico que hacia era
leiia del arbol cafdo. Todo cambia si la disciplina del principio
de simetrfa obliga a no conservar mas que las causas que po-drian servir tanto al vencedor como al vencido, al exito como
al fracaso. AI establecer con precisi6n la tara de la balanza de
la simetrfa, el desfase que permite comprender por que unos
ganan y otros pierden es mas que evidente (Latour, 1989b). Los
que pesaban a los vencedores con una balanza y a los perdedo-
res con otra, exclamando como Brennus "uae victis!", hasta aho-
ra hacian incomprensible ese desfase.
NUNCA FUIMOS MODERNOS 14 1
El principio de sim.etria generalizado
El primer principio de simetria ofrece la incomparable ven-
taja de librarnos de los cortes epistemol6gicos, de las separacio-
nes a priori entre ciencias "sancionadas" y ciencias "caducas", 0
de las divisiones artificiales entre las sociologfas del conocimien-to, de la creencia y de las ciencias. Antaiio, cuando el antropo-
logo volvia de sus terrenos lejanos para descubrir en su casa
unas ciencias limpiadas por la epistemologia, no podia estable-
cer ninguna continuidad entre las etnociencias y los saberes.
Por 10 t anto, y con razon, se abstenia de estudiarse el mismo, y
se contentaba con analizar las culturas. Cuando ahora vuelve y
descubre, en su casa, estudios, cada dia mas numerosos, sobre
sus propias ciencias y sus propias tecnicas, el abismo ya es me-
nor. Puede pasar, sin demasiado trabajo, de la fisica china a la
fisica inglesa (Needham, 1991); de los navegadores trobriande-
ses a los navegadores de la Annada norteamericana (Hutchins,
1983); de los ca1culadores de Africa del Oeste a los aritmeticos
de California (Rogoff yLave, 1984); de los tecnicos de Costa de
Marfil a los premios Nobel de LaJolla (Latour, 1988); de los sa-
crificios para el dios Baal a la explosi6n del cohete Challenger
(Serres, 1987). Ya no esta obligado a limitarse a las culturas, por-
que la 0 las naturalezas se vuelven parcialmente estudiables.
Sin embargo, el principio de simetria definido por Bloor
conduce rapidamente a un atolladero (Latour, 1991). Si obliga
a una disciplina de hierro sobre las explicaciones, el mismo es
asimetrico, como se puede percibir en el diagrama siguiente.
En efecto, este principio exige explicar 10verdadero y 10fal-
so en los mismos terminos, pero ~cuales son los terminos que
escoge? Los que ofrecen las ciencias de la sociedad a los descen-
dientes de Hobbes. En vez de explicar 10verdadero por la ade-
cuaci6n con la realidad natural, y 10 falso por la coercion de las
categorias sociales , los epis temes, 0 los intereses, quiere expli-
car tanto 10verdadero como 10falso por las mismas categorfas,
los mismos epistemes y los mismos intereses.
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14 2 BRUNO LATOUR
FIGURA 10
Polo naturaleza
0-Polo sujeto/sociedad
~------0pI",",dones______ ~---- asim~uicas
La verdadero Ie explica
por Ia naturalezaLa falso se explica
por Ia socledad
o ~ 0rim.erp~ndpio~ de SlmetriO
La naturaleza no explica
10 falso nl 10verdaderoTanto 10 verdadero como 10falso
se explican por lasociedad
O~OPri ..eon expllcables s J m ' :renera/izado
. .
La explicacJ6n partede los cuasl-objetos
En consecuencia es asimetrico, ya no porque divide, como
los epistemologos, la ideologfa y la ciencia, sino porque pone
entre parentesis lanaturaleza ytraslada iinicamente al polo de
lasociedad todo elpeso de las explicaciones. Constructivista pa-
ra lanaturaleza, es realista para la sociedad (Collins yYearley,
1992;Calion yLatour, 1992).
Pero la sociedad, ahora 10sabemos, no es menos construi-
da que lanaturaleza. Si se es realista para una, hay que serlo pa-
ra laotra; sisees constructivista para una, hay que serlo en ver-
dad para las dos. 0mas bien, como nos 10mostr6 nuestra
investigaci6n sobre las dos practicas modernas, hay que poder
comprender almismo tiempo c6mo naturaleza ysociedad son
inmanentes --en el trabajo de mediaci6n- y trascendentes
-despues del trabajo de purificaci6n. Naturaleza ysociedad no .
ofrecen s61idosganchos a los que podamos aferrar nuestras in-
terpretaciones -asimetricas en el sentido de Canguilhem 0 si-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 14 3
metricas en el de Bloor-, sino aquello que, por el contrario,
conviene explicar. La apariencia de explicaci6n que proporcio-
na s610 les viene tardfamente, cuando los cuasi-objetos estabi-
lizados, previa escisi6n, se han vuelto objetos de la realidad ex-
terior, por un lado, ysujetos de la sociedad, por el otro.
Para que laantropologia sevuelva sirnetrica, por tanto, no Iebasta con soportar el primer principio de simetria, el cual solo
pone fin a las injusticias mas escandalosas de la epistemologfa.
Debe absorber 10que Michel Callon llama principio de simetria
generalizada: elantropologo debe situarse en el punto interme-
dio donde puede seguir a lavez laatribuci6n de propiedades no
humanas yhumanas (Callon, 1986). Le esta prohibido utilizar la
realidad exterior para explicar la sociedad, asf como losjuegos
de poder para dar cuenta de 10que moldea la realidad exterior.
Por supuesto, tambien Ieesta prohibido alternar el realismo na-
tural yel sociologico utilizando "no solo" lanaturaleza "sino tam-bien" lasociedad, para conservar las dos asimetrfas de partida al
tiempo que disimulan las debilidades de una bajo las de la otra
(Latour, 1989a).
Mientras eramos modem os, jera imposible ocupar ese lugar
porque no existfa! La unica posicion central que laConstituci6n
reconocia, como 10hemos visto mas arriba, era el fen6meno,
pun to de encuentro donde se aplican los dos polos de lanatura-
lezayel sujeto. Pero esepunto era un no man s land, un no lugar.Todo cambia, ahora 10sabemos, cuando, en vez de alternar siem-
pre de uno a otro polo de laiinica dimension moderna, descen-
demos a 10largo de ladimension no modema. EI impensable no
lugar se convierte en el punto de irrupci6n en la Constituci6n
del trabajo de mediaci6n. Lejos de estar vacio, alli los cuasi-obje-
tos, cuasi-sujetos, proliferan. Lejos de ser impensable, seconvier-
te en el terreno de todos los estudios empfricos efectuados sobre
las redes.
Pero ese lugar ~no es aquel que prepare la antropologfa du-
rante un siglo con tanto trabajo yque el etnologo ocupa hoy ya
sin ningun esfuerzo cuando debe estudiar las otras culturas? En
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1 4 4 BRUNO LATOUR
efecto, ahf 10 tenemos pasando, sinmodificar sus herramientas
de analisis, de lameteorologfa al sistema de parentesco, de la
naturaleza de lasplantas a su representacion cultural, de la or-
ganizacion polfticaa laetnomedicina, de las estructuras del mi-
toa laetnofisica0alas tecnicas de caza. Por cierto, el coraje del
etnologo para desplegar ese tejido sin costura viene de su Inti-ma conviccion de que aquf no se trata mas que de representa-
ciones yiinicamente de representaciones. La naturaleza, por 10
que a ella respecta, permanece unica, exterior y universal. Pe-
ro si superponemos los dos emplazamientos -aquel que, sin
mayor esfuerzo, ocupa el etnologo para estudiar las culturas y
aquel que, con grandes esfuerzos, definimos para estudiar nues-
tra naturaleza-, la antropologia comparada sevuelve posible,
aunque no facil.Yano compara las culturas, haciendo a un la-
do lasuya,que, por un privilegio sorprendente, poseerfa lana-
turaleza universal. Compara lasnaturalezas-culturas. ~Soncom-
parables? ~Sonsemejantes? ~Soniguales? Talvezahora podemos
resolver la insoluble cuestion del relativismo.
El import-export de las dos Grandes Divisiones
"Nosotros, los occidentales, somos absolutamente diferen-
tes de los otros", ese es el grito de victoria 0 la larga queja de
losmodemos. La Gran Division entre Nosotros, los occidenta-
les, yEllos, el resto, desde los mares de China hasta Yucatan,
desde los esquimales hasta los aborfgenes de Tasmania, no de-
jo de obsesionamos. No importa que hagan, los occidentales
traen lahistoria en los cascos de sus carabelas ysus cafioneras,
en los cilindros de.sus telescopios ylos embolos de susjeringas
para vacunar. Ellos llevan esa carga del hombre blanco a veces
como una tarea exaltante, a veces como una tragedia, pero
siempre como un destino. No pretenden solo que difieren de
los otros como los sioux de los algonquinos, 0 los baoules de
los lapones, sino que difieren de una manera radical, absoluta,
NUNCA FlJIMOS MODERNOS 14 5
hasta el punto de que puede ponerse de un lado la cultura oc-
cidental y,del otro, el resto de las culturas, porque todas tienen
en corrnin el ser justamente culturas entre otras. Occidente, y
solo el, no seria una cultura, no solo una cultura.
~Por que Occidente se piensa asf? ~Por que el ysolo el no
serfa solamente una cultura? Para comprender laprofundidadde esaGran Division entre Ellos yNosotros hay que volver a esa
otra Gran Division entre los humanos y los no humanos que
definf mas arriba. En efecto, la primera es la exportacion de la se -
gunda. Nosotros los occidentales no podemos ser una cultura
entre otras porque tambien movilizamos lanaturaleza. No, co-
mo 10hacen las otras sociedades, una imagen 0 una represen-
tacion simbolica de lanaturaleza, sino lanaturaleza tal ycomo
es, 0 por 10men os tal ycomo las ciencias la conocen, ciencias
que permanecen en las sombras, inestudiables, inestudiadas.
En el centro de la cuestion del relativismo, pues, seencuentrala cuestion de la ciencia. Si los occidentales no hubieran he-
cho mas que comerciar 0conquistar, saquear ysometer, no se
distinguirfan radicalmente de los otros comerciantes yconquis-
tadores. Pero ocurre que inventaron la ciencia, actividad por
entero distinta de laconquista y el comercio, la politica y la
moral.
Hasta aquellos que, bajo el nombre de relativismo cultural,
trataron de defender la continuidad de las culturas sin orde-
narlas en una serie progresiva, y sin aislarlas en sus prisiones
(Levi-Strauss, 1952), no creen poder hacerlo sino cornparan-dolas 10 mas posible con las ciencias.
Habra sidonecesario esperar hasta mediados deeste siglo [es-
cribe Levi-Straussen El p ensami en to s a lva je ] para que secrucen
caminos largo tiempo separados: elque accede almundo fisi-
copor eI desviode la cornunicacion [elpensamiento salvaje]
yaquel del cual desde hace poco sesabe que, por eldesvfode
lafisica,accede almundo de lacornunicacion [laciencia mo-
dema] (p.357).
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14 6 BRUNO LATOUR
AImismo tiempo resultaba superada la falsa antinomia entre
mentalidad logica ymentalidad prelogica. Elpensamiento sal-
vajees logico, en el mismo sentido yde lamisma rnanera que
elnuestro, pero como 10 es soloel nuestro cuando seaplica al
conocimiento deun universo al que reconoce al rnismo tiem-
popropiedades fisicasy propiedades sernanticas. [... J Se nos
objetani quesubsisteuna diferencia capital entre eI pensamien-
to de losprimitivosyelnuestro: la teorfa de la informacion se
interesa en mensajes que son autenticamente tales, mientras
que los primitives se equivocan al considerar como mensajes
simplesmanifestaciones del determinismo fisico. [... ] AItratar
laspropiedades sensibles del reino animal ydel vegetal como
sifueran los elementos de un mensaje, yal descubrir en ellos
"firmas"-por tanto signos-, los hombres [del pensarniento
salvajeJcometieron errores de localizacion: el elemento signi-
ficanteno siernpre era el que crefan, Pero, a falta de los instru-
mentos perfeccionados que les habrian permitido ubicarse allf
donde por 10 general se encuentra, vale decir, en el nivel mi-
croscopico, discernfan ya "como en una nube" principios de
interpretacion respecto de loscuales, para revelar suvalor heu-
rfstico ysucongruencia con 10 real, hicieron falta descubri-
mientos muyrecientes -telecomunicaciones, calculadoras y
microscopios electronicos (Levi-Strauss, 1962, p. 356).
[El abogado generoso que es Levi-Strauss no imagina otras
circunstancias atenuantes que hacen que su cliente se parezcaa las ciencias exactas! Si los primitivos no difieren de nosotros
tanto como se piensa es porque anticipan con instrumentos
inadecuados y"errores de localizacion" las conquistas mas nue-
vasde lateoria deIainformacion, de labiologfa moleculary de
la fisica. Las mismas ciencias que sirven para esta elevacion son
mantenidas fuera dejuego, fuera de practica, fuera de campo.
Concebidas a lamanera de la epistemologfa, son objetivas yex- .
teriores, cuasi-objetos purgados de sus redes. Den un micros-
copio a losprimitivos ypensaran por completo como nosotros.
NUNCA F1JIMOS MODERNOS 147
~Como hundir mejor a aquellos cuya cabeza se queria salvar?
P~ Levi-Strauss (como para Canguilhem, para Lyotard, para
GIrard, como para Iamayorfa de los intelectuales franceses),
este conocimiento nuevo esta totalmente fuera de la cultura.
Esta trascendencia permite relativizar todas las culturas, tanto
las suyas como las nuestras. Con ladiferencia, por supuesto, de
que esjustamente la nuestra, y no las de elIos, la que se cons- .
truye mediante la biologia, los microscopios electronicos y las
redes de telecomunicacion ... El abismo que se querfa atenuar
se abre de par en par.
En alguna parte, en nuestras sociedades, solo en las nues-
tras, una trascendencia inaudita se ha manifestado: la natura-
leza tal cual es, ahumana, inhumana en ocasiones, extrahuma-
na siempre. Desde ese acontecimiento -ya se 10 sinie en las
matematicas griegas, en la fisica italiana, en la quimica alema-
na, en 10 nuclear norteamericano, en la termodinamica bel-ga-, la asimetria fue total entre las culturas que consideran a
lanaturaleza yaquellas que no consideran mas que su cultura
o las versiones deformadas que pueden tener de lamateria. Los
que inventan las ciencias y descubren los determinismos fisi-
cos nunca estan, salvo accidentalmente, tan solo en las rela-
ciones de los humanos. Los otros no tienen de la naturaleza
mas que representaciones mas0menos perturbadas 0codifi-
cadas por las preocupaciones culturales de los humanos, que
los ocupan por entero ysolo caen por accidente -"como a tra-
vesde una nube" - sobre las cosas tal ycomo son.
F IG U R A I I
Prlmera Gran Divlsi6n interna
Segunda Gran Divisl6n externa
Partid6n modema Recuperad6n premodema
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14 8BRUNO LATOUR
Por tanto, laGran Divisi6n interior explica laGran Divisi6n
exterior: nosotros somos los unicos que hacemos una diferen-
cia absoluta entre lanaturaleza y la cultura, entre la ciencia y la
sociedad, mientras que todos los otros, ya sean chinos 0arne-
rindios, azandes 0 baruyas, no pueden separar realmente 10 que
esconocimiento de 10 que essociedad, 10 que es signo de 10 queescosa, 10 que viene de la naturaleza tal como es de 10 que re-
quieren sus culturas. Hagan 10 que hagan, por mas adaptados,
regulados, funcionales que puedan ser, siempre perm~neceran
cegados por esa confusi6n, prisioneros tanto de 10 social como
del lenguaje. Hagamos 10 que hagamos, por mascriminales, por
masimperialistas que seamos, escapamos de laprisi6n de 10 so-
cial 0del lenguaje para acceder a las cosas mismas por una
puerta de salida providencial, la del conocimiento cientffico.
La partici6n interior de los no humanos y los humanos define
una segunda partici6n, esta extema, por la cuallos modemos
son puestos aparte de los premodemos. En ellos, lanaturaleza y
lasociedad, los signos ylas cosas, son casi coextensivos. En No-
sotros, nadie debe ya poder mezclar las preocupaciones socia-
lesyel acceso a las cosas mismas.
La antropologia vuelve de los tr6picos
Cuando la antropologfa vuelve de los tr6picos para reunir-
se con ladel mundo modemo que la espera, 10 hace primero
con precauci6n, por no decir con pusilanimidad. En primer lu-
gar, cree que no puede aplicar sus metodos sino cuando los oc-
cidentales confunden los signos ylas cosas a lamanera del pen-
samiento salvaje.Por 10 tanto, buscara 10 que mas se parece a
sus terrenos tradicionales tal ycomo los habia definido la Gran
Division exterior. Por cierto, tiene que sacrificar el exotismo,
pero el precio que debe pagar es aceptable, porque mantiene
su distancia critica no estudiando mas que los margenes, las
fracturas, yelmasalla de la racionalidad. Lamedicina popular,
NUNCA FUIMOS MODERNOS 14 9
la brujerfa del Bocage (Favret-Saada, 1977), lavida de los cam-
pesinos a lasombra de lascentrales nucleares (Zonabend, 1989),
los modales de nuestros salones aristocratic os (LeWitta, 1988),
todos esos terrenos seofrecen bien a investigaciones, por 10 de-
mas excelentes, porque aquf la cuesti6n de la naturaleza toda-
viano se encuentra formulada.Sin embargo, lagran repatriaci6n no puede detenerse ahf.
En efecto, al sacrificar el exotismo, el etn6logo perdi6 10 que
constitufa la originalidad misma de sus investigaciones respec-
to de aquellas, dispersas, de los soci6logos, los economistas, los
psic6logos 0los historiadores. En los tr6picos, el antrop6logo
no se contentaba con estudiar los margenes de las otras cultu-
ras. Si permanecfa marginal por vocaci6n ypor metodo, 10 que
pretendfa reconstituir era no obstante sumismo centro, sus sis-
temas de creencias, sus tecnicas, sus etnociencias, susjuegos de
poder, sus economfas, en suma, la totalidad de su existencia. Sivuelve a su casa pero se contenta con estudiar allf los aspectos
marginales de su cultura, pierde todas las ventajas tan dura-
mente conquistadas de la antropologia, como, por ejemplo,
MarcAuge, que, entre los laguneros de Costa de Marfil, queria
comprender el hecho social total de la brujerfa (Auge, 1975),
pero se limita, una vez que volvi6 a su casa, a no estudiar otra
cosa que los mas superficiales aspectos del metro (Auge, 1986)
o deljardin del Luxemburgo. Un Marc Auge simetrico estudia-
ria, no algunos grafitis de los muros de los corredores de los
metros, sino la red sociotecnica del mismo metro, tanto a susingenieros como a sus .conductores, sus dirigentes y sus clien-
tes, el Estado patr6n y todo el resto. Simplemente, haria en su
casa 10 que siempre hizo alla. AIvolver a su lugar, los etn6logos
no pueden limitarse a laperiferia; de no ser asf, siempre asime-
tricos, tendrfan audacia para los otros y timidez para consigo
mismos.
S6lo, para ser capaz de esa libertad de movimiento yde to-
no, hay que poder contemplar con los mismos ojos las dos
Grandes Divisiones, yconsiderar a ambas como una definici6n
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15 0 BRUNO LATOUR
particular de nuestro mundo y de sus relaciones con los otros.
EsasDivisiones, empero, no nos definen mejor a nosotros que
a losotros; no son un instrumento de conocimiento como tam-
poco la unica Constituci6n 0la unica temporalidad moderna
(vease mas arriba). Por 10 tanto, hay que soslayar las dos Divi-
siones a lavez, sin creer ni en ladistinci6n radical de los huma-
nos ylos no humanos entre nosotros ni en la superposici6n to-
tal de los saberes y las sociedades entre los otros.
Imaginemos a una etnologa que viaja a los tr6picos expor-
tando laGran Divisi6n interior. Asu manera de ver, el pueblo
que estudia confunde constantemente el conocimiento del
mundo -que como buen occidental el investigador posee por
ciencia infusa- ylasnecesidades del funcionamiento social. La
tribu que larecibe, pues, no tiene mas que una visi6n del mun-
do, mas que una representaci6n de la naturaleza. Para retomar
la famosa expresi6n de Mauss yDurkheim, esa tribu proyectasus categorfas sociales sobre la naturaleza (Durkheim, 1903).
Cuando nuestra etnologa explica a sus informantes que debe-
nan separar mas cuidadosamente el mundo tal cual es de la re-
presentaci6n social que sedan de el, estos se escandalizan 0no
la comprenden. La emologa ve en ese furor yese malentendi-
do laprueba misma de su obsesi6n premoderna. Aellos, el dua-
lismo en el que vive-los humanos de un lado, los no huma-
nos del otro, los signos de un lado, las cosas del otro-- les
resulta intolerable. Por razones sociales, infiere nuestra etno-
loga, esa cultura necesita una actitud monista. "Nosotros trafi-camos con nuestras ideas, elIos hacen el tesoro."
Pero supongamos ahora que nuestra etnologa vuelve a su
pais tratando de suprimir la Gran Divisi6n interior. Y supon-
gamos que, por-una serie de azares felices, se pone a hacer el
analisis de una tribu entre otras, digamos una de investigado-
res cientificos 0de ingenieros. La situaci6n resulta invertida,
porque ahora aplica las lecciones de monismo aprendidas en
el periplo precedente. Su tribu de sabios pretende que, al fin
yalcabo, ella separe bien el conocimiento del mundo ylas ne-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 15 1
cesidades de la politica 0de lamoral (Traweek, 1988). Sin em-
bargo, a los ojos del observador, esta separaci6n nunca es bien
visible, 0no es mas que el subproducto de una actividad mu-
cho mas mezclada, de un bricolage de laboratorio. Sus infor-
madores pretenden que tienen acceso a la naturaleza, pero la
etn6grafa vecon c1aridad que no tienen acceso mas que a una
visi6n, a una representaci6n de lanaturaleza (Pickering, 1980).
Esta tribu, como la precedente, proyecta sus categorias socia-
les sobre la naturaleza pero, cosa nueva, pretende no haberlo
hecho. Cuando la etnologa explica a sus informantes que no
pueden separar la naturaleza de la representaci6n social que
se han hecho, estes se escandalizan 0no la comprenden.
Nuestra etnologa vejustamente en ese furor y esa incompre-
si6n la prueba misma de su obsesi6n moderna. El monismo en
el que ahora ella vive-los humanos estan para siempre mez-
clados con los no humanos-les resulta intolerable. Por razo-nes sociales, infiere nuestra etnologa, necesitan una actitud
dualista.
Sin embargo, su doble conclusi6n es inexacta porque escu-
ch6 mal a sus informantes. El objetivo de laantropologfa no es
escandalizarse dos veces 0suscitar dos veces la incomprensi6n.
La primera vez, exportando la Gran Divisi6n interior e impo-
niendo el dualismo a culturas que 10 negarian, la segunda anu-
lando laDivisi6n exterior e imponiendo el monismo a una cul-
tura, lanuestra, que 10 negaria absolutamente. La antropologfa
soslayapor completo la cuesti6n y transforma las dos GrandesDivisiones no yaen 10 que describe larealidad -tanto lanues-
tra como la de los otros- sino en 10 que define lamanera par-
ticular, que tienen los occidentales de establecer sus relaciones
con los otros. Hoy podemos soslayar estamanera particular por-
que el desarrollo mismo de las ciencias ylas tecnicas nos impi-
de ser totalmente modern os. Claro que a condici6n de imagi-
naruna antropologfa un poco diferente.
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15 2BRUNO LATOUR
No hay culturas
Supongamos que, totalmente vuelta de los tr6picos, la antro-
pologia se pone a ocupar una posici6n tres veces simetrica: ex-
plicaen losmismos terminos lasverdades yloserrores -es el pri-
mer principio de simetria-; estudia a la vez la producci6n dehumanos yde no humanos -es el principio de simetria genera-
lizada-; por Ultimo, ocupa una posici6n intennediaria entre los
terrenos tradicionales y los nuevos, porque suspende toda afir-
maci6n sobre 10 que distinguiria a losOccidentales'' de los Otros.
Por cierto, pierde el exotismo, pero gana terrenos nuevos que le
permiten estudiar el dispositivo central de todos los colectivos,
incluidos losnuestros. Pierde suapego exc1usivosolamente a las
culturas ~ solamente a las dimensiones culturales-, pero ga -
na lasnaturalezas, 10 que carece de precio. Las dos posiciones
que localice desde el comienzo de este ensayo -aquella que eletn6logo ocupaba sin esfuerzo, y aquella que el analista de las
ciencias buscaba con tanto trabajo- ahora son superponibles.
El analisis de las redes tiende lamano ala antropologia yle ofre-
ce ellugar central que habia preparado para ella.
La cuesti6n del relativismo ya se vuelve menos dificil. Si la
ciencia concebida a lamanera de los epistem6logos tornaba in-
soluble elproblema, basta, como amenudo, con cambiar lacon-
cepci6n de las practicas cientfficas para que se desvanezcan las
dificultades artificiales. Lo que la raz6n complica, las redes 10
explican. La particularidad de los occidentales eshaber impues-topor Constitucion laseparaci6n total de los humanos y los no
humanos -GranDivisi6n interior- yhaber creado asi artificial-
mente el escandalo de los otros ...~C6mo esposible ser persa?"?
6 Como cualquier otro gentilicio. occidentales se escribe en frances con
mayuscula, En este caso he preferido conservarla para mantener la diferen-
ciaci6n con Otros. [T.] .
7 La expresi6n remite a las Canas p erso s de Montesquieu, y se utiliza ir6-
nicamente para subrayar la incomprensi6n de que es victima una persona
ajena a un grupo social determinado. [T.]
NUNCA FUIMOS MODERN OS 15 3
~C6mo es posible no hacer una diferencia radical entre lanatu-
raleza universal y la cultura relativa? Pero L a noci6n misma de cul-
tura es un arteJacto creado par nuestra puesta entre parintesis de L a na-
turaleza.Sin embargo, asf como no hay una naturaleza universal,
tampoco hay culturas diferentes 0universales. S6lo hay natura-
lezas-culturas, y son ellas las que ofrecen la iinica base de com-paraci6n posible. No bien tomamos en cuenta tanto las practi-
cas de mediaci6n como las de purificacion, nos percatamos de
que asf como los "otros" no superponen totalmente los signos y
las cosas, los modernos tampoco separan a los humanos de los
no humanos (Guille-Escuret, 1989).
Ahora puedo comparar las fonnas de relativismo segun to-
men 0no en cuenta la construccion de las naturalezas. El rela-
tivismo absoluto supone culturas separadas e inconmensurables
que ningunajerarqufa puede ordenar. Resulta imitil hablar de
esto, porque pone entre parentesis ala naturaleza. Para el rela-
tivismo cultural, mas sutil, la naturaleza entra en escena, pero
para existir no supone ninguna sociedad, ninguna construe-
ci6n, ninguna movilizaci6n, ninguna red. Por tanto, es lanatu-
raleza revisada y corregida por la epistemologfa, para quien la
practica cientifica siempre pennanece fuera de campo. En es-
ta tradici6n, las culturas sedistribuyen entonces como otros tan-
tos puntos de vista mas 0menos precisos sobre esa naturaleza
iinica. Algunas sociedades laven "como en una nube", otras en
una bruma espesa, otras con buen tiempo. Los racionalistas in-
sistiran en los aspectos comunes de todos esos puntos de vista,
los relativistas en la defonnaci6n irresistible que las estructuras
socialesimponen a todas laspercepciones (Hollis yLukes, 1982).
Los primeros seran derrotados si se puede mostrar que las cul-
turas no superponen sus categorias; los segundos sedebilitaran
sise puede probar que sfse superponen (Brown, 1976). .
En la practica, sin embargo, no bien lanaturaleza entra en
juego sin ser vinculada con una cultura particular, 10 que siem-
pre se emplea en secreto es un tercer modelo, el del universa-
lismo que yo llamarfa "particular". Una de las sociedades-y
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15 4 BRUNO LATOUR
siempre es lanuestra- define elmarco general de lanaturaleza
respecto del cual estan situadas las otras. Es la solucion de Levi-
Strauss, aldistinguir una sociedad occidental que accederfa ala
naturaleza, y esa naturaleza misma seria conocida por nuestra
sociedad. La primera mitad del argumento permite el relativis-
mo modesto -no somos mas que una cultura entre otras--, pe-
ro lasegunda permite el retorno subrepticio del universalismo
arrogante: somos por completo diferentes. Sin embargo, segun
lamanera de ver de Levi-Strauss, no hay contradiccion entre las
dos mitades, porque justamente nuestra Constitucion, yella so-
la, permite distinguir una sociedad Ahecha de humanos yuna
sociedad A(bis) compuesta de no humanos, ipero alejada para
siempre de laprimera! Hoy la contradiccion solo aparece a los
ojos de laantropologfa simetrica, Este ultimo modelo es el fon-
docormin delosotros dos, digan 10 que digan los relativistas, que
jamas relativizan otra cosa que las culturas.Los relativistas jamas convencieron a nadie de la igualdad
de las culturas, justamente porque solo las consideran a ellas,
~yla naturaleza? Asujuicio, es la misma para todos porque la
ciencia universalla define. Para escapar a esa contradiccion
deben entonces 0bien lirnitar todos los pueblos a una simple
representacion del mundo 0encerrarlos para siempre en lapri-
sion de sus sociedades (Wilson, 1970); 0bien, ala inversa, re-
ducir todos los resultados cientificos a simples productos de
construcciones sociales locales y contingentes para negar toda
universalidad a la ciencia (Bloor, 1982; Bloor, 1983). Imaginara miles de rnillones de hombres encarcelados en visiones de-
formadas del mundo desde el amanecer de los tiempos es tan
dificil como imaginar los neutrinos y los cuasares, el ADN Yla
atraccion universal como producciones sociales tejanas, ingle-
sas0borgoiiesas. Las dos respuestas son tan absurdas una co-
mo laotra, ypor eso los gran des debates del relativismo nunca
conducen a ninguna parte. Es tan imposible universalizar lanil- '
turaleza como reducirla al marco estrecho del relativismo cul-
tural solamente.
NUNCA FUIMOS MODERNOS15 5
F IG U RA 1 2
RE L A TI VI SMO A B SOL UTO
Culwras s in Jerarqu la n lcomaetas . todas
Inconmensurables. la nawraleza est:!.
entre ~ntesls.
R E LA T IV IS MO C U LT U R A L
La nawraleza est:!. p re se nt e pe ro f ue ra de
las culturas, Utas t iene un punt o de
vista mas 0menos espec lf ico sobre e lla.
Polo n atunlllZ ll Polo s ocIedad
~
U N IV ER S A U SM O P A R TI CU L A R
Una d e las cul tu ras (A) posee un acceso
privi legiado a la naWra ieza , 10que lapone
aparte del resto.
A NT RO PO LO G fA S IM ET RIC ATodos los colectNos constituyen
naturalezas y culturas. 10unico que varia
es Ia dlmensi6n de Ia movillnd6n.
La solucion aparece a1mismo tiempo que se disuelve el ar-
tefacto de las culturas. Todas las naturalezas-culturas son seme-
jantes en el hecho de que construyen ala vez los seres huma-
nos, divinos yno humanos. Ninguna viveen un mundo de signos
o de simbolos arbitrariamente impuestos a una naturaleza ex-
terior conocida unicamente por nosotros. Ninguna, ymenosaiin la nuestra, vive en un mundo de cosas. Todas distribuyen
10 que llevara signos y 10 que no los llevara (Claverie, 1990). Si
hay una cosa que todos hacemos igual es realmente construir
ala vez nuestros colectivos humanos y los no humanos que los
rodean. Algunos, para constituir su colectivo, movilizan ante-
pasados, leones, estrellas fijas yla sangre coagulada de los sacri-
ficios; nosotros, para construir los nuestros, movilizamos lage-
netica, la zoologta, la cosmologia y la hematologia. "Pero son
ciencias", exclamaran los modernos, horrorizados de esa con-
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15 6 BRUNO LATOUR
fusion, "no pueden sino escapar en toda lamedida de 10 posi-
ble a las representaciones de lasociedad". Sin embargo, lapre-
sencia de las ciencias no basta para romper lasimetria, y ese es
el descubrimiento de laantropologia comparada. Del relativis-
mo cultural pasamos al relativismo "natural". El primero con-
ducia a insensateces, el segundo va a permitirnos recuperar el
sentido comtin.
Diferencias de tamaiio
Pero no por ella esta resuelta la cuestion del relativismo. Uni-
camente laconfusion nacida de lapuesta entre parentesis de la
naturaleza seencuentra eliminada por el momento. Ahora nos
encontramos ante producciones de naturalezas-culturas que lla-
mare colectivos, para recordar bien que son tandiferentes de lasociedad de los sociologos -los hombres-entre-ellos-- como de
la naturaleza de los episternologos: las cosas-en-si, A la manera
de ver de la antropologia comparada, esos colectivos son todos
semejantes, 10 he dicho, en el hecho de que distribuyen ala vez
los futuros elementos de la naturaleza y los futuros elementos
del mundo social. Nadie oyo hablar jamas de un colectivo que
no movilizara en su composicion el cielo, la tierra, los cuerpos,
los bienes, el derecho, los dioses, las almas, los antepasados, las
fuerzas, los animales, las creencias, los seres de ficcion ... Tal es
laviejamatriz antropologica, aquella que jamas abandonamos.Pero estamatriz comtin no.define mas que el punto de par-
tida de laantropologia comparada. En efecto, todos los colecti-
vos son bastante diferentes en la distribucion que hacen de los
seres, en las propiedades que les atribuyen, en la movilizacion
que creen aceptable. Estas diferencias forman otras tantas pe-
quefias divisiones sin que ninguna Gran Division sea ya visible.
Entre estas pequefias divisiones, existe una que ahora sabemos _
reconocer como tal yque distingue laversion oficial de ciertos
segmentos de ciertos colectivos desde hace tres siglos. Es nues-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 15 7
tra Constitucion la que atribuye a un conjunto de entidades el
papel de no humanos, a otro conjunto el de ciudadanos, ya un
tercero lafuncion de un Dios arbitro e impotente. En sfmisma,
esta Constitucion no nos pone ya aparte de los otros, porque se
afiade a la larga lista de los rasgos diferenciales que componen
laantropologia comparada. Con esto podria hacerse un conjun-
tode fichas en lagran base de datos dellaboratorio de antropo-
logia social del Colegio de Francia, al que solo convendrfa re-
bautizar Human and Non-Human Relations Area Files.
En nuestra distribucion de las entidades a geometria varia-
ble, somos tandiferentes de los achuar como ellos 10 son de los
tapirape 0de los arapesh. Ni mas ni menos. Sin embargo, tal
comparacion no respetaria sino laproduccion conjunta de una
naturaleza yuna sociedad, solo uno de los aspectos de los colec-
tivos. Satisfarfa nuestro espiritu de justicia pero, por diferentes
caminos, caeria en el mismo defecto que el relativismo absolu-
to porque derogarfa de inmediato las diferencias haciendolas
todas igualmente diferentes. No permitirfa dar cuenta de ese
otro aspecto que persigo desde el comienzo de este ensayo, la
amplitud de lamovilizacion, amplitud que·es a lavez la conse-
cuencia del modernismo y la causa de su fin.
Ocurre que el principio de simetrfa no tiene solamente por
objeto establecer la igualdad --esta no es mas que el medio de
regular labalanza en el punto cero- sino registrar las diferen-
cias, vale decir, al fin yal cabo, las asimetrias, ycomprender los
medios practices que permiten que los colectivos se dominen
unos a otros. Aunque semejantes por la coproduccion, todos
los colectivos difieren por el tamafio, En el comienzo del pesa-
je, una central nuclear, un agujero en la capa de ozono, un ma-
pa del genoma humano, un metro sobre neumaticos, una red
de satelites, un cluster de galaxias no pesan mas que un fuego
demadera, el cielo que puede caernos sobre la cabeza, una ge-
nea1ogia, una carreta, espfritus visibles en el cielo0una cosmo-
gonfa. En todos los casos, esos cuasi-objetos, por sus trayecto-
riasvacilantes, trazan a lavez formas de naturaleza yformas de
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15 8 BRUNO LATOUR
sociedades. Pero al final del pesaje, el primer lote dibuja un co-
lectivo muy distinto que el segundo. Esas diferencias deben ser
reconocidas de igual modo.
. Para decirlo de una manera grafica, esas diferencias son de
tamaiio, en los dos sentidos de la palabra. Son importantes -y
el error del relativismo es ignorarlo-, pero justamente solo son
de tamaiio -y el error del universalismo es convertirlas en una
Gran Divis ion. Los colectivos son todos semejantes, salvo la di-
mension, como las vueltas sucesivas de una misma espiral. Que
hagan falta antepasados y estrellas fijas en uno de los circulos,
o genes y cuasares en otro mas excentrico se explica por la di-
mension de los colectivos con que uno cuenta. M uchos m as ob je-
t os e x ig en macho s m a s s u je to s . Mucha m a s s ub je ti vi da d r eq ui er e mu ch a
m a s objetividad. Si ustedes quieren a Hobbes y sus descendien-
tes, necesitan a Boyle y los suyos. Si quieren el Leviatan, necesi-
tan la bomba de aire. Eso permite respetar a la vez las diferen-
cias (lasvolutas son realmente de otra dimension) al tiempo que
se respetan las similitudes (todos los colectivos mezclan de la
misma manera las entidades humanas y no humanas). Los rela-
tivistas que se esfuerzan por ponera todas las culturas en un pie
de igualdad, haciendo de ellas codificaciones todas igualmente
arbitrarias de un mundo natural cuya produccion nada explica,
no logran respetar los esfuerzos que hacen los colectivos para
dominarse unos a otros. y, por.el otro lado, los universalistas son
incapaces de comprender la fraternidad profunda de los colec-
tivos, porque estan obligados a ofrecer el acceso a la naturalezasolo a los occidentales y encerrar al resto en sociedades de las
que no se escaparan a men os que se vuelvan cientfficos, moder-
nos y occidentalizados.
Las ciencias y-las tecnicas no son notables porque son ver-
daderas 0eficaces -esas propiedades les son dadas por afiadi-
dura y por razones muy diferentes de las de los episternologos
(Latour, 1989a)-, sino porque multiplican a los no humanos
reclutados en la fabrica de los colectivos y vuelven mas intima
la comunidad que formamos con esos seres. Son la extension
NUNCA FUIMOS MODERNOS 15 9
de la espiral, la amplitud de los reclutamientos que va a susci-
tar, la distancia cada vez mayor donde va a reclutar a esos seres
que caracterizan las ciencias modernas, y no algun corte epis-
ternologico que romperfa para siempre con su pasado precien-
tffico. Los saberes y los poderes modernos no son diferentes en
el hecho de que escaparian a la tirania de 10 social, sino en que
aiiaden muchos mas hfbridos para recomponer el lazo social e
incrementar mucho mas su escala. No solo la bomba de aire ,
sino tambien los microbios, la electricidad, los atom os, las es-
trellas, las ecuaciones de segundo grado, los automatas y los ro-
bots, los molinos y los pistones, el inconsciente y los neurotrans-
misores. Cada vez, una nueva traduccion de cuasi-objetos vuelve
a lanzar la redefinicion del cuerpo social, de los sujetos como
objetos. Las ciencias y las tecnicas, entre nosotros, no reflejan
mas la sociedad de 10 que la naturaleza refleja las estructuras
sociales entre los otros. No se trata de un juego de espejos. Setrata de construir los colectivos mismos en escalas cada vez ma-
yores. Hayen verdad diferencias de tamaiio. No hay diferen-
cias de naturaleza, y mucho menos de cultura.
Lajugada de Arquimedes
EI tamaiio relativo de los colectivos va a modificarse profun-
damente por el reclutamiento de un tipo particular de no hu-
manos. Para comprender esta variacion de tamaiio, ningtin em-blema es mas impactante que la experiencia imposible que nos
narra Plutarco y que, segun la expresion de Michel Authier,
constituye el "canon del sabio" (Authier, 1989):
Arqufrnedes habfa escrito al rey Hieron, su pariente y amigo,
que con una fuerza deterrninada es posible mover un peso da-
do, y se dice que, muy orgulloso del vigor de su dernostracion,
declare que, si tuviera otra Tierra a su disposicion, podrfa le-
vantar a esta, una vez que pasara sobre la otra. Hieron, mara-
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16 0BRUNO LATOUR
villado, Ierogo que pusiera su teoria en practica yque Iemos-
trara una gran masa puesta en movimiento por una pequefia
fuerza. Entonces [Arqufmedes] hizo llevara tierra, a costa de
grandes esfuerzos de una numerosa mana de obra, una nave
de transporte de tres rnastiles de la marina real; hizo subir a
una gran cantidad de hombres, adernas del cargamento habi-tual, y,sentado a distancia, sinesfuerzo, con un gesto tranqui-
10 de lamano, acciono una rnaquina con variaspoleas, de ma-
nera que rnovio la nave haciendola deslizar, sin sacudidas,
como sicorriera sobre elmar. El Rey, estupefacto ycompren-
diendo el poder de laciencia [de la tecnica] , insto aArqufrne-
des para que construyera maquinas, a los fines de todo tipo de
sitio, ya seapara ladefensa, yapara el ataque (Vie de Marcellus,
trad. deAmyot, La Pleiade).
Arquimedes invierte no solo las relaciones de fuerza por in-
termedio de la polea compuesta, sino que tambien invierte las
relaciones politicas ofreciendo al Rey un mecanismo real para
hacer a un hombre fisicamente mas fuerte que una multitud.
Hasta ahora, el soberano representaba realmente ala multitud
de la que era el portavoz, pero no por ella era mas fuerte. Ar-
quimedes procura al Leviatan otro principio de composicion,
transformando la relacion de representacion politica en una
relacion de proporcion mecanica. Sin la geometria y la estati-
ca, el soberano deberia transigir con fuerzas sociales que 10 do-
minan infinitamente. Pero sial solojuego de la representacion
politica afiadimos la palanca.de la tecnica, entonces podemos
volvernos masfuertes que lamultitud, atacar ydefendernos. No
es asombroso que Hieron este "estupefacto por el poder de la
tecnica". Hasta ahora, no habia pensado en reunir el poder po-
litico yla polea compuesta (Latour, 1990a).
Pero la leccion de Plutarco es mas completa. Aese primer
momento por el cual Arqufrnedes torna mensurable la fuerza
(fisica) yla fuerza (politica) gracias a la relacion de proporcion
entre 10 pequefio y 10 grande, entre el modelo reducido y la
NUNCA FUIMOS MODERNOS 16 1
aplicacion de tamafio natural, el anade un segundo, mas deci-
sivo todavia:
Arquimedes tenia un espfritu tan elevado y profundo, y habfa
adquirido un tesoro de observaciones cientificas tan rico, que
sobr~ las invenciones que Ievalieron el renombre yla reputa-cion de una inteligencia no humana sino divina no quiso de-
jar ningun escrito; el consideraba a lamecanica yen general
a todas las artes que conciernen a las necesidades de lavida
como vilesoficios manuales, yconsagro su afan solamente a
los objetos cuya belleza yexcelencia no estan mezclados con
ninguna necesidad material, que no pueden ser comparados
con otros, yen los cuales la dernostracion rivalizacon el suje-
to, ydonde este suministra lagrandeza y la belleza, yaquella
una exactitud yuna potencia sobrenatural.
La dernostracion matematica sigue siendo inconmensura-
ble con los vilesoficios manuales, la polftica vulgar, las simples
aplicaciones. Arquimedes es divino; el poder de las matemati-
cas, sobrenatural. Todo resto de composicion, de conexion, de
alianza, de union entre los dos momentos ahora se borra. Has-
ta los escritos deben desaparecer sin dejar huellas. El primer
momento produda un hibrido desconocido gracias al cual el
mas debil se convierte en el mas fuerte por la alianza que esta-
blecia entre las fonnas de la polftica y las leyes de la propor-
cion. El segundo momenta purifica yvuelve incomparables lapolftica y la ciencia, el imperio de los hombres y el ernpfreo de
lasmaternaticas (Serres, 1989b). El punto arquimediano no de-
be buscarse en el primer momento, sino en la conjuncion de
ambos: ~como hacer polftica por medios nuevos que de pron-
to son mensurables con ella, negando toda union entre activi-
dades inconmensurables de manera absoluta? El balance es do-
blemente positivo: Hieron defiende Siracusa con maquinas que
uno sabe dimensionar, elcolectivo aumenta en lamisma medi-
da, pero el origen de esta variacion de escala, de esa conmen-
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16 2 BRUNO LATOUR
surabilidad, desaparece para siempre, dejando el empireo de
las ciencias como un recurso de fuerzas frescas, siempre dispo-
nibles.jamas visibles. Sf, la ciencia es sin duda la politica por
otros medios, medios que solo tienen fuerza porque son radi-
calmente distintos.
AIconocer lajugada de Arquimedes -0 mas bien de Plu-
tarco-, localizamos ese punto de entrada de los no humanos
en lamisma fabrica de 10 colectivo. No se trata de ir a buscar
como lageometria "refleja" los intereses de Hieron, 0como la
sociedad de Siracusa "resulta obligada" por las leyes de la geo-
metria. Un nuevo colectivo se constituye reclutando la geome-
tria y negando que 10 hizo. La sociedad no puede explicar la
geometria, porque es una sociedad nueva, "con geometria", la
que comienza a defender contra Marcelo las murallas de Sira-
cusa. La sociedad "con poder politico" es un artefac to obteni-
do por eliminacion de las murallas yde las palancas, de las po-
leas yde las espadas, de igual modo que el contexto social del
siglo XVII Ingles no era obtenido sino por la extirpacion previa
de la bomba de aire yde la fisica naciente. Solo cuando quita-
mos los no human osmezclados por 10 colectivo, el residuo, que
llamamos la sociedad, sevuelve incomprensible. Ni su tamaiio
ni sudureza ni suduracion tienen ya razon de ser. Tanto da sos-
tener el Leviatan unicamente con los ciudadanos desnudos y e1
contrato social, sin la bomba de aire, sin la espada, sin el ace-
ro, lasminutas, las computadoras, los expedientes ylos palacios
(Calion yLatour, 1981; Strum yLatour, 1987; Latour, 1990b).
El lazo social no se sostiene sin los objetos que la otra rama de
laConstitucion permite ala vez movilizar yvolver para siempre
inconmensurables para el mundo social.
Relativismo absoluto y relativismo relativista
'Sinembargo, la cuestion del relativismo no esta cerrada, ni
siquiera si tenemos en cuenta a lavez la similitud profunda de
NUNCA FUIMOS MODERNOS 16 3
las naturalezas-culturas -Ia vieja matriz antropologica-> yla di-
ferencia de tamaiio, la amplitud de lamovilizacion de esos co-
lectivos. En efecto, el tamaiio esta vinculado, varias veces 10 in-
dique, con la Constitucion modema. Precisamente porque la
Constitucion garantiza que los cuasi-objetos seran absoluta e
irreversiblemente transformados en objetos de lanaturaleza ex-terior 0en sujetos de lasociedad, lamovilizacion de esos cuasi-
objetos puede adoptar una amplitud desconocida hasta enton-
ces. La antropologfa simetrica, pues, debe hacer justicia a esa
particularidad, sin aiiadirle ningun corte epistemologico, nin-
guna Gran Division metafisica, ninguna diferencia entre socie-
dades prelogicas y logicas, "frfas" y "calientes", entre un Arquf-
medes que se mezcla en polftica y un Arquimedes divino, con
lafrente inmersa en el Cielo de las Ideas. Toda ladificultad del
ejemplo es engendrar e1 maximo de diferencias por elminimo
de medios (Goody, 1979; Latour, 1985).Los modemos realmente difieren de los premodemos en el
hecho de que se niegan a pensar los cuasi-objetos como tales.
Los hibridos ofrecen a sus ojos el horror que hay que evitar a
cualquier precio por una purificacion incesante ymaniaca, Por
sfsola, esa diferencia en la representacion constitucional impor-
tarfa bastante poco porque no bastarfa para poner a los moder-
nos aparte de los otros. Tantos colectivos, tantas representacio-
nes. Pero lamaquina de crear diferencias esdesencadenada por
ese rechazo a pensar los cuasi-objetos porque acarrea laprolife-
racion nueva de cierto tipo de ser: e l o b je to c on st ru ct or d e lo social,e xp ulsa do d el m un do so cia l, a tr ib uye a u n m un do tra scen de nte qu e si n
emba rg o n o es divino, e l qu e, p or c on tr as te , p ro du ce u n s uj eto fl ota nte
p o r t a d o r de de re c ho y moral idad . La bomba de aire de Boyle, losmi-
crobios de Pasteur, la polea compuesta de Arqufrnedes son ta-
lesobjetos. Esos nuevos no humanos poseen propiedades mila-
grosas porque son sociales y asociales a la vez, productores de
naturalezas yconstructores de sujetos. Son los tricksters de la an-
tropologfa comparada. Por esa brecha, las ciencias ylas tecnicas
van a hacer irrupcion de manera tan misteriosa en la sociedad
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16 4 BRUNO LATOUR
que ese milagro va a forzar a los occidentales a considerar-
se como totamente distintos de los otros. El primer milagro
engendra un segundo -~por que los otros no hacen otro
tanto?, despues un tercero -~por que somos tan excepcio-
nales? Es ese rasgo el que, por cascada, va.a engendrar todas
las pequefias diferencias, las que van a resultar recogidas, re-
sumidas y amplificadas por el gran relato del occidental
aparte desde la raiz de todas las culturas.
Una vez inventariado ese rasgo, yde ese modo soslayado, el
relativismo no ofrece yadificultades mayores. Nada impide vol-
ver a abrir de nuevo la cuestion del encadenamiento de los co-
lectivos definiendo dos relativismos hasta entonces confundi-
dos. El primero es absoluto, el segundo relativo. El primero
encerraba las culturas en el exotismo y la extrafieza, porque
aceptaba el punto de vista de los universalistas al tiempo que se
negaba a adherirse a ellos: si no existe ningiin instrumento de
medida cormin, unica y trascendental, entonces todos los len-
guajes son intraducibles, todas las emociones del corazon inco-
municables, todos los ritos respetables por igual, todos los pa-
radigmas inconmensurables. Sobre gustos no hay nada escrito.
Mientras que los universalistas afirman que ese patron cormin
existe sin lugar a dudas, los relativistas absolutos se regocijan
de que no haya ninguno. Salvo la euforia, todos estan igual-
mente de acuerdo en afirmar que la referencia a algun patron
absoluto esesencial en su disputa.
Lo anterior implica hacer muy poco caso de lapractica yde
lamisma palabra de relativismo. Establecer relaciones; volver
mensurable; regular instrumentos de medida; instituir cadenas
rnetrologicas; redactar diccionarios de correspondencias; dis-
cutir acerca de la compatibilidad de las normas y los estanda-
res; extender redes calibradas; montar ynegociar los valorime-
tros, esos son algunos de los sentidos de la palabra relativismo
(Latour, 1988c). El relativismo absoluto, como suhermano ene-
migo el racionalismo, olvidan que los instrumentos de medida
deben ser montados yque al olvidar el trabajo de la instrumen-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 16 5
tacion ya no se comprende nada mas de la misma nocion de
mensurabilidad. Olvidan todavia mas el enorme trabajo de los
occidentales para "tomar la medida" de los otros pueblos ha-
ciendolos mensurables y creando, a traves del hierro, el saber
y la sangre, patrones de medida que no existian antes.
Pero para comprender ese trabajo de la medida conviene
redoblar el sustantivo con el adjetivo. El relativismo relativista
vuelve a ofrecer la compatibilidad que se creia perdida. Repa-
ra con el adjetivo la tonteria aparente del sustantivo. Por cier-
to; debe abandonar por el camino 10 que constituia el argu-
men to cormin tanto de los universalistas como de los primeros
relativistas, quiero decir el absoluto. En vez de detenerse a mi-
tad de camino, continua hasta el final y encuentra, en forma
de trabajo yde montaje, de practicas yde controversia, de con-
quista yde dorninacion, el encadenamiento. Un poco de rela-
tivismo aleja de 10 universal; mucho 10 restituye, pero esun uni-
versal en red que ya no tiene propiedades misteriosas.
Los universalistas definian una solajerarqufa. Los relativis-
tas absolutos las igualaban todas ..Los relativistas relativistas, mas
modestos pero mas empiristas, muestran con ayuda de que ins-
trumentos y que cadenas se crean asimetrias e igualdades, je-
rarquias ydiferencias (Callon, 1991). Los mundos no aparecen
mensurables 0inconmensurables sino a aquellos que se ape-
gan a las medidas graduadas. Pero todas lasmedidas, tanto en
ciencia dura como en ciencia blanda, tambien son medidas
mensurantes, y estas construyen una mensurabilidad que no
existia antes de su puesta a punto. Ninguna cosa es por sf mis-
rna reductible 0irreductible a ninguna otra. Jamas por si mis-
rna sino siempre por intermedio de otra que toma su medida y
se la da. ~Como pretender que los mundos son intraducibles,
cuando la traduccion es el alma misma de sus encadenamien-
tos? ~Como decir que los mundos estan dispersos, cuando no
dejamos de totalizarlos? Lamisma antropologia, ciencia entre
muchas otras, red entre muchas otras, participa en ese trabajo
de encadenamiento, de construccion de catalogos yde museos,
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16 6 BRUNO LATOUR
de envio de misiones, de expediciones e investigadores, de ma-
pas, de cuestionarios yficheros (Copans yJamin, 1978; Fabian,
1983; Stocking, 1986). La etnologia es una de esas medidas
mensurantes que resuelven practicamente la cuestion del rela-
tivismo construyendo, dia tras dia, cierta mensurabilidad. Si la
cuestion del relativismo es insoluble, el relativismo relativista
+-O, para decirlo con mas elegancia, el relacionismo- no ofre-
ce dificultades de principio. Si dejamos de ser modernos por
completo, se convertira en uno de los recursos esenciales para
relacionar los colectivos que ya no se tratara de modernizar.
Servira de organon para lanegociacion planetaria sobre los uni-
versales relativos que construimos a tientas.
Pequeiios errores sobre el desencanto del Mundo
Nosotros somos muy diferentes de los otros, pero esas dife-
rencias no deben estar situadas alli donde 10 crefa la cuestion
ahora cerrada del relativismo. Como colectivos, todos somos her-
manos. Salvoladimension, dimension a suvez causada por pe-
quefias diferencias en ladistribucion de las entidades, podemos
reconocer un gradiente continuo entre los pre y los no moder-
nos. Por desgracia, la dificultad del relativismo no viene solo de
lapuesta entre parentesis de la naturaleza. Tambien viene de la
creencia conexa de que elmundo moderno esta en realidad de-
sencantado. No essolo por arrogancia por 10 que los occidenta-
les secreen radicalmente distintos de los otros, tambien por de-
sesperacion yautocastigo. Les gusta cultivar miedo a proposito
de supropio destino. Susvoces tiemblan cuando setrata de opo-
ner los barbaros a los griegos, el Centro a la Periferia, celebrar
laMuerte deDios0ladel Hombre, laKrisis de Europa, el impe-
rialismo, la anomia, 0el fin de las civilizaciones, de las que aho-
ra sabemos que son mortales. ~Por que nos resulta tan gozoso
ser ental medida diferentes no solo de los otros sino de nuestro
propio pasado? ~Que psicologo 10 bastante sofisticado explica-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 1 6 7
re i esta delectacion morosa a estar en crisis perpetua ya termi-
nar la historia? ~Por que nos gusta transformar en dramas gi-
gantes~os las pequefias diferencias de tarnano entre colectivos?
Para soslayar por completo el pathos moderno que nos im-
pide reconocer la fraternidad de los colectivos, ypor tanto vol-
ver a seleccionarlos con libertad, es necesario que la antropo-
logfa comparada mida precisamente esos efectos de tamafio.
Ahora bien, la Constitucion moderna obliga a confundir los
efectos de dimensionamiento de nuestros colectivos con sus
causas, que no podria comprender sin dejar de ser eficaz.
Asombrados con razon por el tamafio de los efectos, los moder-
nos creen que necesitan causas prodigiosas. Y como las tinicas
causas que la Constitucion reconoce son en efecto milagrosas,
porque estan invertidas, es muy necesario que se imaginen di-
ferentes de la humanidad ordinaria. Un mutante con frente
grande, en eso seconvierte en sus manos el occidental desarrai-
gado, aculturizado, americanizado, racionalizado, cientifizado,
tecnicizado. jYcomo se ha llorado sobre el desencanto del
mundo! [Cuanto miedo se ha sentido con el pobre europeo
arrojado en un cosmos frio y sin alma, girando sobre una tie-
rra inerte en un mundo desprovisto de sentido! jCuanto nos
hemos estremecido ante el espectaculo del proletario mecani-
zado sometido a ladominacion absoluta de un capitalismo tee-
nico, de una burocracia kafkiana, abandonado en el mismo me-
dio de losjuegos de lenguajes, perdido en el hormigon y la
formica! [Como hemos compadecido al chofer que solo deja
su asiento para instalarse en el sofa frente al televisor, donde es
manipulado por las fuerzas mediaticas y la sociedad de consu-
mol [Como nos gusta llevar el cilicio del absurdo ycomo goza-
mos todavia mas del sinsentido posmoderno!
Sin embargo, jamas abandonamos la vieja matriz antropo-
logica. Jamas dejamos de construir nuestros colectivos con los
materiales mezclados de los pobres humanos ylos humildes no
humanos. ~Como serfamos capaces de desencantar al mundo,
cuando nuestros laboratorios ynuestras fabricas 10 pueblan to-
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16 8 BRUNO lATOUR
dos losdias con centenares de hibridos mas exoticos que los de
ayer? La bomba de aire de Boyle, ~esmenos extraiia que la ca-
sadelos espfritus arapesh? (Tuzin, 1980). ~Construye menos la
Inglaterra del sigloXVII?~Como seriamos victimas del reduccio-
nismo cuando cada sabio multiplica por centenares las nuevas
entidades para reducir algunas? ~Como seriamos racionaliza-dos, cuando seguimos sin ver mucho mas lejos que lapunta de
nuestra nariz? ~Como seriamos materialistas, cuando cada ma-
teria que inventamos posee propiedades nuevas que ninguna
materia permite unificar? ~Como podriamos ser victirnas de un
sistema tecnico total, cuando las maquinas estan hechas de su-
jetos yjarnas lIegan a terminar en sistemas un poco estables?
~Como podriamos sentimos helados por el soplo frio de las
ciencias, cuando ellas son calidas yfragiles, humanas ycontro-
versiales, lIenas de caiias que piensan'' yde sujetos a su vez po-
blados de cosas?El error de los modemos sobre ellos mismos esbastante fa-
cilde comprender una vez que se restablecio la simetria yque
se toma en cuenta a lavez el trabajo de purificacion yel de tra-
duccion. Ellosconfundieron los productos y los procedimien-
tos. Creyeron que la produccion de racionalizacion burocrati-
casuponia burocratas racionales; que la produccion de ciencia
universal dependia de sabios universalistas; que la produccion
de tecnicas eficaces acarreaba la eficiencia de los ingenieros;
que laproduccion de abstraccion era a su vez abstracta, que la
de formalismo era a su vez formal. jEs como si dijeramos que
una refine ria produce petroleo demanera refinada, 0que una
lecheria produce manteca de manera lecheral Las palabras
ciencia, tecnica, organizacion, economia, abstraccion, forma-
lismo, universalidad designanmuch osefectos reales que en ver-
dad debemos respetar yde los que debemos dar cuenta. Pero
8Referenda a uno de los pensamientos de Pascal: "EI hombre no esmas
que una caiia, la mas fragil de la naturaleza, pero es una caiia que piensa".
[T.]
NUNCA FUIMOS MODERNOS 16 9
en ningun casudesignan las causas de esosmismos efectos. Son
buenos sustantivos pero malos adjetivos yexecrables adverbios.
La ciencia no se produce de manera mas cientffica que la tecni-
ca de manera tecnica, que laorganizacion de rnanera organiza-
da 0la economia de manera econornica. Los cientfficos experi-
mentales, descendientes de Boyle, bien 10 saben, pero en cuantose ponen a reflexionar sobre 10 que hacen pronuncian las pa-
labras que los sociologos ylos episternologos, descendientes de
Hobbes, ponen en su boca.
La paradoja de losmodemos (yde los antimodemos) es ha-
ber aceptado desde el comienzo explicaciones cognitivas 0psi-
cologicas gigantescas para explicar efectos de igual modo gi-
gantescos, mientras que en todos los otros campos cientfficos
buscaban pequeiias causas para gran des efectos. El reduccio-
nismo jamas se aplico al mundo modemo, [cuando se crefa
aplicarlo a todo! En efecto, en realidad es nuestra mitologiaimaginarnos radicalmente distintos, antes incluso de buscar pe-
queiias diferencias ypequeiias divisiones. Sinembargo, no bien
desaparece la doble Gran Division, esta mitologia se deshila-
cha con ella. En cuanto el trabajo de rnediacion es tornado en
cuenta al mismo tiempo que el de purificacion, la humanidad
ordinaria, la inhumanidad ordinaria, deben volver. Pero, para
nuestra gran sorpresa, nos percatamos de que sabemos muy po-
co sobre 10 que causa las ciencias, las tecnicas, las organizacio-
nes y las economias. Abramos los libros de ciencias sociales y
de episternologfa, yveremos el consumo que hacen de los ad-jetivos y adverbios "abstracto", "racional", "sistematico", "uni-
versal", "cientifico", "organizado", "total", "complejo". Busque-
mos aquellos que se esfuerzan por explicar los sustantivos
"abstraccion", "racionalidad", "sistema", "universal", "ciencia",
"organizacion", "totalidad", "complejidad", sin emplear jarnas
los adverbios y adjetivos precedentes, y tendremos suerte si
encontramos una docena. Paradojicarnente, sabemos mas so-
bre los achuar, los arapesh 0los aladianos que sobre nosotros
mismos. Mientras las pequefias causas locales acarrean efectos
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17 0 BRUNO lATOUR
locales, somos capaces de seguirlos. ~Por que no seriarnos mas
capaces de seguir los mil caminos, de topologfa extraiia, que
conducen de 10 local a 10 global yvuelven a 10 local? ~Severia
la antropologfa reducida para siempre a los territorios, sin po-
der seguir las redes?
Hasta una red extensa es local punto por punto
Para tomar laexacta medida de nuestras diferencias, sin re-
ducirlas como 10 hacia antaiio el relativismo ysin exagerarlas a
lamanera de los modemizadores, digamos que los modemos
s imp l emen te i nvent ar o n las redes largas par rec lu tamien to de c ie r to t i-
po de no hum an os. La expansion de las redes se interrumpia jus-
to ahi y obligaba a mantener territorios (Deleuze y Guattari,
1972). Pero almultiplicar esos seres hibridos semiobjetos, semi-sujetos, que llarnamos maquinas y hechos, los colectivos cam-
biaron de topografia. Como ese reclutamiento de seres nuevos
tuvoextraordinarios efectos de dimensionarniento haciendo va-
riar lasrelaciones de 10 local a 10 global, pero seguimos pensan-
dolas con las antiguas categorias de 10 universal y 10 circunstan-
cial, tenemos tendencia a transformar las redes alargadas de los
occidentales en totalidades sistematicas yglobales. Para disipar
esemisterio basta con seguir los carninos no habituales que per-
miten esa variacion de escala y considerar las redes de hechos
yde leyes un poco como las de gas yde aguas servidas.La explicacion profana de los efectos de tamaiio propia de
Occidente es facil de captar en las redes tecnicas. Si el relativis-
mo al principio se hubiera aplicado a ello no habria tenido nin-
gun trabajo en comprender ese universal relativo que es sumas
bello titulo de gloria. Una via ferrea, ~eslocal 0global? Ni una
cosani laotra. Es local punto por punto porque siempre sepue-
den encontrar rutas, ferroviarios, a veces estaciones ymaquinas
automaticas expendedoras de boletos. Pero es global, porque
10 transporta a uno de Madrid a Berlin 0 de Brest a Vladivos-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 17 1
tok. Sin embargo, no es universal al extremo de lIevarlo a todas
partes. Imposible llegar en tren aMalpy, pueblito de Auvemia,
o aMarket Drayton, pequeiia ciudad del Staffordshire. No exis-
ten caminos continuos para conducir de 10 local a 10 global, de
10 circunstancial a 10 universal, de 10 contingente a 10 necesa-
rio, salvo a condicion de pagar el precio de los trasbordos.El modelo de lavia ferrea puede extenderse a todas las re-
des tecnicas de las que hacemos uso cotidianarnente. Por mas
que el telefono sea universalmente extendido, bien sabemos
que uno se puede morir al lado de una linea si no estamos co-
nectados por un toma yun microtelefono. Por total que sea el
desague de la cloaca, nada prueba que el papel del chicle que
dejo caer en mi habitacion vaa dirigirse solo hacia alli, Tal vez
las ondas electromagneticas estan extendidas por todas partes,
pero a pesar de todo se necesita una antena, un abono yun de-
codificador para que yo reciba mi canal favorito.Asi,
en el ca-
so de las redes tecnicas, no tenemos ninguna dificultad en re-
conciliar su aspecto local y su dimension global. ElIas se
componen de lugares particulares, alineados por una serie de
ramificaciones que atraviesan otros lugares y que para exten-
derse requieren nuevas ramificaciones. Entre las Iineas de la
red, con total rigor, no hay nada: ni tren ni telefono ni toma ni
televisor. Las redes tecnicas, como sunombre 10 indica, son ma-
llas arrojadas sobre espacios yque no retienen de el mas que al-
gunos elementos raros. Son lineas conectadas yno superficies.
No tienen nada de total, nada de global, nada de sistematico,
aunque encierren superficies sin recubrirlas yse extiendan a 10
lejos.
El trabajo de universalizacion relativa sigue siendo una ca-
tegoria facil de captar que el relacionismo puede seguir de pun-
ta a punta. Toda ramificacion, todo alinearniento, toda cone-
xion es documentable yposee trazadores yun costo a lavez. Es
posible extenderse casi a cualquier parte, propagarse tanto en
el tiempo como en el espacio, sin llenar ni el tiempo ni el es-
pacio (Stengers, 1983). Para las ideas, los saberes, las leyes ylas
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17 2 BRUNO LATOUR
competencias, el modelo de la red tecnica parece inadecuado
a los que se sienten tan impresionados por los efectos de difu-
sion, y creen 10 que la epistemologia dice de las ciencias. Los
trazadores sevuelven mas diffciles de seguir, su costo ya no se
documenta tan bien yse corre el riesgo de perder el camino
traqueteante que conduce de 10 local a 10 global (Callon, 1991).Entonces se les aplica la vieja categoria filosofica de 10 univer-
sal radicalmente distinto de las circunstancias.
Parece entonces que las ideas y los saberes pueden exten-
derse gratis en todas partes. Algunas ideas semuestran locales,
otras globales. La gravitacion universal, estamos convencidos de
ello, parece en todas partes actuante y presente. Las leyes de
Boyle0de Mariotte, las constantes de Planck legislan en todos
lados yson constantes en todas partes. En cuanto al teorema de
Pitagoras ya los mimeros transfinitos, parecen tan universales
que escaparfan inc1uso a este mundo infame para ir a alcanzarlos trabajos del divino Arqufrnedes. Es entonces cuando el vie-
jo relativismo ysu hermano enemigo el racionalismo muestran
lapunta de su nariz, porque es respecto de esos universales, s6-
10 de ellos, como los humildes achuar 0 los pobres arapesh 0
los desdichados borgofieses aparecen desesperadamente con-
tingentes yarbitrarios, aprisionados para siempre en los lfmites
estrechos de sus particularismos regionales yde sus saberes lo-
cales (Geertz, 1986). Si no hubiesernos tenido mas que las eco-
nomias-mundos de losmercaderes venecianos, genoveses 0nor-
teamericanos, sino hubiesernos tenido mas que los telefonos y
los televisores, lasviasferreas ylas cloacas, ladominacion de los
occidentales jamas habria aparecido sino como la extension
provisional yfragil de algunas redes debiles y tenues. Pero esta
la ciencia, que siempre renueva y totaliza y llena los agujeros
abiertos dejados por las redes para convertirlos en superficies
lisas y llanas, absolutamente universales. Solo la idea que nos
haciamos hasta ahora de laciencia torno absoluta una domina-
cion que habria permanecido relativa. Todos los delicados pro-
gresos que conducian continuamente de las circunstancias a los
NUNCA FUIMOS MODERNOS 17 3
universales fueron rotos por los episternologos, ynos encontra-
mos con pobres contingencias, por un lado, y leyes necesarias,
por el otro; por supuesto, sin poder pensar bien sus relaciones.
Sin embargo, local y global son conceptos bien adaptados
a las superficies ya la geometria pero muy mal a las redes ya la
topologfa, La creencia en la racionalizacion es un simple errorde categoria. Tomaron una rama de las maternaticas por otra.
El recorrido de las ideas, los saberes 0los hechos habria sido
comprendido sin dificultad de haberlos tratado como las redes
tecnicas (Schapin ySchaffer, de proxima aparicion, capitulo VI ;
Schaffer, de proxima aparicion; Warwick, de proxima apari-
cion). Felizmente, esta asimilacion es facilitada no solo por el
fin de la episternologfa, sino tambien por e1 fin de la Constitu-
cion y por las transformaciones tecnicas que autorizaba sin
comprenderlas. El recorrido de los hechos se vuelve tan facil
de seguir como el de las vias ferreas 0los telefonos, gracias aesa materializacion del espiritu que permiten las maquinas de
pensar ylas computadoras. Cuando se mide la informacion en
bytes y baudios, 0se abona uno a un banco de datos, 0conec-
ta0desconecta una red de inteligencia distribuida, es mas di-
ficil seguir haciendo del pensamiento universal un espiritu que
flota sobre las aguas (Levy, 1990). Hoy la razon se asemeja mas
a una red de television por cable que a las ideas platonicas. Por
tanto se vuelve menos dificil que en el pasado ver en nuestras
leyesynuestras constantes, en nuestras demostraciones ynues-
tros teoremas, objetos estabilizados que circulan por cierto muylejos, pero en el interior de redes metrologicas bien dispuestas
de las que son incapaces de salir, salvo por conexion, abono y
decodificacion.
Para hablar en forma pedestre de un tema que se ha en-
cumbrado en exceso, con los hechos cientificos ocurre 10mis-
mo que con el pescado congelado; la cadena de frio que los
mantiene frescos no debe ser interrumpida, siquiera un instan-
teoLo universal en red produce los mismos efectos que 10 uni-
versal absoluto, pero no tiene las mismas causas fantasticas. Es
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17 4 BRUNO lATOUR
posible verificar "en todas partes" la gravitacion, pero a costa
de Iaextension relativa de las redes de medida e interpretacion.
La elasticidad del aire se verifica en todas partes, pero a condi-
cion de conectarse con una bomba de aire que se esparce po-
co apoco a traves de Europa gracias a lasmultiples transforma-
ciones de los experimentadores. Tratemos de verificar el maspequeiio hecho, lamas pequeiia ley, la mas humilde cons tan-
te sin suscribir a lasmultiples redes rnetrologicas, a los labora-
torios, a los instrumentos. El teorema de Pitagoras 0la constan-
te de Planck se extienden en las escuelas y los cohetes, en las
maquinas y los instrumentos, pero no salen de sus mundos co-
mo tampoco los achuar de sus pueblos (Latour, 1989a, capitu-
loVI). Los primeros forman redes extensas, los segundos terri-
torios 0lazos, diferencia importante y que hay que respetar,
pero no por ello vamos a transformar a los primeros en univer-
sales ya los segundos en locales. Por cierto, el occidental pue-de creer que la atraccion universal es universal inc1uso en au-
sencia de todo instrumento, todo calculo, toda decodificacion,
todo laboratorio, asi como los bimin-kuskumin de Nueva Gui-
nea pueden creer que son la humanidad completa, pero esas
son creencias respetables que la antropologia comparada ya no
tiene que compartir.
ElLeviatim es una pelota de redes
Asi como los modernos no pudieron sino exagerar la uni-
versalidad de sus ciencias -arrancando la fina red de practi-
cas, instrumentos e instituciones que empedraba el camino
que lleva de las coiuingencias a las necesidades--, tampoco pu-
dieron, simetricamente, sino exagerar el tamaiio yla dureza de
sus sociedades. Se creyeron revolucionarios porque inventaban
1~universalidad de las ciencias arrancadas para siempre a los
particularismos locales yporque inventaban organizaciones gi-
gantescas yracionalizadas que rompian con todas las lealtades
NUNCA FUIMOS MODERN OS
locales del pasado. De tal modo, malograron por dos veces la
originalidad de 10 que inventaban: una topologfa nueva que
permite ir casi por todas partes sin ocuparse sin embargo mas
que de estrechas lineas de fuerza. Se dieron lustre por virtu-
des que son incapaces de poseer -la racionalizacion=-, pero
tambien se flagelaron por pecados que son muy incapaces de
cometer: jesamisma racionalizacionl En ambos casos, tomaron
la longitud 0la conexion por diferencias de niveles. Creyeron
que realmente habia personas, pensamientos, situaciones loca-
les yorganizaciones, leyes, reglas globales. Creyeron que habia
contextos yotras situaciones que gozaban de lapropiedad mis-
teriosa de ser "descontextualizados" 0"deslocalizados". Y , en
efecto, si la red intennediaria de cuasi-objetos no es reconsti-
tuida, se vuelve tan dificil captar la sociedad como la verdad
cientifica, y por las mismas razones. Los intermediarios borra-
dos tenian todo en sus manos, mientras que los extremos, una
vez aislados, ya no son nada.
Sin los innumerables objetos que garantizan tanto su dura-
cion como su dureza, los objetos tradicionales de la teoria so-
cial-imperio, c1ases,profesiones, organizaciones, Estados-- se
convierten en otros tantos misterios (Law, 1986a; Law y Fyfe,
1988). Por ejemplo, lcuaI es el tamaiio de IBM, 0del Ejercito
Rojo, 0del Ministerio de Educacion Nacional, 0del rnercado
mundial? Por cierto, se trata de actores de gran tamaiio porque
movilizan centenares de miles 0de millones de agentes. Su am-
plitud, pues, debe venir de causas que superan absolutamente
los pequeiios colectivos del pasado. Sin embargo, si nos pasea-
mos por IBM, si seguimos las cadenas de man do del Ejercito
Rojo, si investigamos en los corredores del Ministerio, si estu-
diamos la compra yventa de una pastilla dejabon.jamas aban-
donamos 10 local. Siempre estamos en interacci6n con cuatro
o cinco personas; el conserje tiene siempre su territorio bien
marcado; las conversaciones de los directores separecen como
dos gotas de agua a las de los empleados; en cuanto a los ven-
dedores, siempre estan dando elvuelto yllenando sus facturas.
1 7 6 BRUNO LATOUR
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~Estarianhechos losmacro actores de micro actores (Garfinkel,
1967)? ~Estaria compuesta IBMde una serie de interacciones
locales? ~Deun conglomerado de conversaciones de suboficia-
les el Ejercito Rojo? ~Deuna montana de papelitos el Ministe-
rio? ~Deuna multitud de trueques locales yde arreglos el mer-
cado mundial?
Encontramos el mismo problema que el de los trenes, los
telefonos 0 las constantes universales. ~C6mo conectarse sin
por ella ser ni local ni global? Los sociologos y los economis-
tas modemos tienen toda la dificultad del mundo para plan-
tear el problema. 0bien pennanecen en 10"micro" y en los
contextos interpersonales, 0 bien pasan bruscamente a 10"ma-
cro" yyano tienen que haberselas, creen, sino con racionali-
dades descontextualizadas y despersonalizadas. El mito de la
burocracia sin alma ni agente, como el del mercado puro y
perfecto, ofrece la imagen simetrica del mito de las leyes cien-
tificas universales. En vez del progreso continuo de la investi-
gaci6n, los modemos impusieron una diferencia ontol6gica
tan radical como la que en el siglo XVI separaba el mundo su-
blunar, victima de la corrupcion y la aproximacion, y los mun-
dossupralunares, que no conocen ni alteraci6n ni incertidum-
bre. (Por 10dernas, son los mismos fisicos los que se burlan
con Galileo de esa distinci6n ontol6gica pero que la restable-
cen de inmediato para poner a las leyes de la fisica a resguar-
do de toda corrupcion social...)
Sinembargo, el hila de Ariadna que perrnitirfa pasar con-
tinuamente de 10local a 10global, de 10humano a 10no hu-
mano, existe. Es el de la red de practicas e instrumentos, do-
cumentos y traducciones. Una organizaci6n, un mercado,
una institucion no son objetos supralunares hechos de otra
materia que nuestras pobres relaciones locales sublunares.
La iinica diferencia viene de que estan compuestos de hfbri-
dos ypara su descripci6n deben movilizar una gran cantidad
de objetos. El capitalismo de Fernand Braudel 0 de Marx no
es el capitalismo total de los marxistas (Braudel, 1979). Es
NUNCA FUIMOS MODERN OS 1 7 7
una madeja de redes un poco largas que encierran bastante
mal un mundo a partir de puntos que se convierten en cen-
tros de beneficio ycalculo. AI seguirlo de cerca jamas se fran-
que a el limes misterioso que debe ria dividir 10local de 10glo-
bal. La organizaci6n de la gran empresa norteamericana
descrita por Alfred Chandler no es la Organizaci6n de Kafka
(Chandler, 1989; Chandler, 1990). Es una trenza de redes
materializadas en pedidos y organigramas, procedimientos
locales yarreglos particulares, los que en efecto permiten ex-
tenderse sobre un continente pero a condici6n de no cubrir
dicho continente. Uno puede seguir por completoel cree i-
miento de una organizaci6n sin cambiar jamas de nivel ni
descubrir jamas la racionalidad "descontextualizada", El mis-
mo tamano de un Estado totalizante no es obtenido sino por
la construcci6n de una red de estadisticas y de calculos, de
oficinas yencuestas, que de ningtin modo obedece a la topo-
graffa fantastica del Estado total (Desrosieres, 1984). El im-
perio cientifico-tecnico de lord Kelvin descrito por Norton
Wise (Smith yWise, 1989) 0 el mercado de la electricidad
descrito por Tom Hughes (Hughes, 1983b) nunca nos hacen
abandonar las particularidades del laboratorio, de la sala de
reunion 0 del centro de control. Y sin embargo, esas "redes
de poder" y esas "lineas de fuerza" realmente se extienden a
traves de todo el mundo. Los mercados descritos por la eco-
nomia de las convenciones estan bien regulados yson globa-
les, sin que por ella ninguna de las causas de esa regulaci6n
y esa agregaci6n sea ella misma ni global ni total. Los agre-
gados no estan hechos de otra madera que 10 que agregan
(Thevenot, 1989; 1990). Ninguna mana visible 0 invisible vie-
ne de pronto a poner orden en atomos individuales disper-
sos yca6ticos. Los dos extremos, 10local y10global, son mu-
cho menos interesantes que las disposiciones intermediarias
aqui llamadas redes.
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17 8BRUNO LATOUR
El gusto por los margenes
Asi como los adjetivos natural y social designan representacio-
nes de 10colectivo que por simismo no tiene nada ni de natural ni
de social , tampoco las palabras localy global ofrecen puntos de vis-
ta sobre redes que por naturaleza no son ni locales ni glob ales, si-no que son mas 0 menos extensas y estan mas 0 menos conectadas.
Lo que llame el exotismo modemo consiste en tomar esos dos pa-
res de oposiciones por 10que define nuestro mundo, y que nos
pondrfa aparte del resto. Asi se crean cuatro regiones diferentes.
Lo natural y 10social no estan compuestos de los mismos ingredien-
tes;10global y10local son intrmsecamente distintos. Pero no sabe-
mos nada de 10social que no sea definido por 10que creemos sa-
ber de 10natural, y a 1a inversa. De igual modo, 5010definimos 10
local por las caracteristicas que nos creemos en el deber de conce-
der a 10global, yrecfprocamente. Se comprende entonces la fuer-za del error que el mundo modemo hizo sobre si mismo, cuando
los dos pares son apareados: en el medio no hay nada pensable, ni
colectivo, ni red, nimediacion; todos los recursos conceptuales se
acumulan en los cuatro extremos. Nosotros, los pobres sujetos-ob-
jetos, las humildes sociedades-naturalezas, los pequeiios locales-glo-
. . bales somos descuart izados en sentido li teral entre regiones onto-,logicas que se definen mutuarnente pero que ya no se asemejan a
nuestras practicas.
F IG U R A 1 3
NUNCA FUIMOS MODERNOS 17 9
Este descuartizamiento permitedesplegar la tragedia del
hombre modemo absoluta y s in remedio diferente de todas las
otras humanidades y de todas las otras naturalidades. Pero tal
tragedia no es inevitable, si recordamos que estos cuatro termi-
nos son representaciones sin relacion directa con los colectivos
y las redes que Ie dan sentido. En el medio, donde parece queno pasa nada, esta casi todo. Yen las extremidades, donde re-
side, segun los modemos, el origen de todas las fuerzas, Ia na-
turaleza y la sociedad, la universalidad y la localidad, no hay na-
da salvo las instancias purificadas que sirven de garantfas
const itucionales al conjunto,
La tragedia se vuelve mas dolorosa todavfa cuando los anti-
modemos, creyendo de buena fe 10que dicen de sf mismos los
modemos, quieren salvar algun bien de 10 que se les aparece
como un irremediable naufragio. Los antimodemos creen a pie
juntillas que Occidente racionalizo y desencanto el mundo, querealmente poblo 10social de monstruos frios y racionales que
saturarfan todo el espacio, que transformo en profundidad el
cosmos premoderno en una interaccion mecanica de puras rna-
terias. Pero en vez de ver en el, como los modemizadores, glo-
riosas aunque dolorosas conquistas, los antimodemos yen una
catastrofe sin igual. Con excepcion del signo, modemos y anti-
modemos comparten la totalidad de sus convicciones. Los pos-
modem os, siempre perversos, aceptan la idea de que de veras
se trata de una catastrofe pero afirman que, en vez de lamen-
tarse, [hay que regocijarse! E110sreivindican la debilidad como
su Ultima virtud, asf como 10afirma uno de ellos en su estilo ini-
mitable: "La Vermindungde la metafisica se ejerce como Vermin-
dungdel Ge-Stell" (Vatimo, 1987, p. 184).
~Que hacen entonces los antimodemos ante este naufra-
gio? Se encargan de la valiente tarea de salvar 10 que pueden:
el alma, el espiri tu, la ernocion, las relaciones interpersonales,
la dimension simbolica, el calor humano, los particularismos
locales, la interpretacion, los margenes y las periferias. Mision
admirable, pero que serfa mas admirable todavfa si todos esos
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18 0BRUNO LATOUR
vasossagrados realmente seencontraran amenazados ..Per~ ~de
d6nde viene la amenaza? Por cierto no de los colectivos mea-
paces de salir de sus fragiles y estrechas r~des .pobladas d~ al-
masyde objetos. Seguramente no de las ciencias, cuya unrver-
salidad relativa debe pagarse, dia tras dia, con conexi6n y
caIibrado, instrumentos yalineamientos. Con seguridad no delas sociedades, cuyo tamafio no varia sino a condici6n de mul-
tiplicar los seres materiales de ontologias variables. ~ntonces,
~ded6nde viene? Por supuesto que en parte de los rmsmos a~-
timodemos yde sus complices los modernos, que se atemon-
zan de manera reciproca ya los efectos de tarnano afiaden cau-
sasgigantescas. "Ustedes desencantan elmundo, yomantendre
losderechos del espfritu." "~Ustedes quieren mantener el espi-
iali " " R d t s!"itu? Entonces nosotros 10maten izaremos. i e uc ore .
"[Espiritualistasl" Cuanto mas desean salvar a los sujetos los an-
tirreduccionistas, los romanticos, los espiritualistas, tanto maslos reduccionistas, los cientificistas, los materialistas se imagi-
nan que poseen los objetos. Cuanto mas seenorgullecen los se-
gundos, masmiedo tienen los otros; cuanto mas amedrentados
estan estos, tanto mas aterradores, en efecto, secreen los otros.
La defensa de lamarginalidad supone la existencia de un
centro totalitario. Pero si ese centro y su totalidad son ilusio-
nes, el elogio de los margenes es bastante ridfculo. Esta muy
bie~ querer defender, contra la frfa universalidad de las leyes
cientfficas, las reivindicaciones del cuerpo doliente ydel calor
humano. Pero si esa universalidad proviene de una serie de
lugares donde sufren en cualquier circunstancia cuerpos bien
camaIes ybien calientes, ~no es grotesca esta defensa? Prote-
ger al hombre de la dominacion de las maquinas y los tecn6-
cratas es una ernpresa digna de elogio, pero si las maquinas
estan llenas de hombres para quienes estas constituyen su sal-
vacion, esa proteccion s610es absurda (Ellul, 1977). Esuna ta-
rea admirable demostrar que la fuerza del espiritu trasciende
las leyesde Iamateria mecanica, pero ese programa es una im-
beciIidad si lamateria no es nada material ylas maquinas na-
NUNCA FUIMOS MODERNOS 18 1
da mecanico. Es bello, en un grito desesperado, querer saIvar
al Ser en el momento mismo en que el reconocimiento tecni-
co parece dominarlo todo, porque "alli donde hay peIigro,
tarnbien alli crece 10que salva". Pero ies bastante perverso
querer beneficiarse con audacia de una crisis que todavfa no
empez6!
Busquen el origen de los mitos modemos, casi siempre los
encontraran en aquellos que pretenden oponer aImodemismo
labarrera infranqueable del espfritu, de la emocion, del sujeto
o del margen. AIquerer ofrecer un suplemento de aIma almun-
do modemo, se le retira la que tiene, la que tenia, la que era
muy incapaz de per~er. Esasustraccion yesaadici6n son las dos
operaciones que penniten a losmodemos ya los antimodemos
atemorizarse coincidiendo en 10esencial: somos por completo
distintos de los otros y hemos roto para siempre con nuestro
propio pasado. Las ciencias y las tecnicas, las organizaciones ylas burocracias, empero, son las iinicas pruebas de esa catastro-
fe inaudita, yes justamente en elIas donde podemos demostrar
de la mejor ymas directa manera posible la pennanencia de la
vieja matriz antropol6gica. Por cierto, Ia innovaci6n de las re-
des extensas es importante, pero no es para tanto.
No aiiadir crimenes a los ya cometidos
Sin embargo, esmuy diffcil apaciguar el desamparo moder-no, porque parte de un sentimiento en sf mismo respetable: la
conciencia de haber cometido contra el resto de losmundos na-
turales yculturales -y contra sf mismo- crimenes irreparables
cuyaamplitud ymotivos parecen cortar con todo. ~C6movolver
a los modemos a laordinaria humanidad ya laordinaria inhu-
manidad sin absolverlos demasiado rapido de los crimenes que
tienen razon de querer expiar? ~C6modeclarar conjusticia que
nuestros crimenes son espantosos pero comunes; que nuestras
virtudes son grandes pero, tambien elIas, muy comunes?
NUNCA ruIMOS MODERNOS
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18 2 BRUNO LATOUR
Ocurre con nuestras fechorias 10mismo que con nuestro ac-
ceso a laNaturaleza: no hay que exagerar sus causas al tiempo
que se miden sus efectos, porque esa misma exageracion se-
ria lacausade crimenes mayores. Toda totalizacion, aunque sea
critica, ayuda al totalitarismo. No es cosa de que, a la domina-
cionreal, aiiadamos ladominacion total. Alafuerza la potencia(Latour, 1984, 2a parte). AI imperialismo muy real el imperia-
lismo total. AIcapitalismo, tambien muy real, la desterritoriali-
zacion absoluta (Deleuze yGuattari, 1972). De igual modo que
ala verdad cientffica ya la eficacia tecnica no concedamos por
aiiadidura la trascendencia, tambien ella total, y la racionalidad,
tambien ellaabsoluta. Tanto para las fechorias como para la do-
minacion, para los capitalismos como para las ciencias, 10que
hay que comprender es 10ordinario, las pequeiias causas y sus
grandes efectos (Arendt, 1963;Mayer, 1990).
Por cierto, la demonizaci6n es mas satisfactoria para noso-
tros porque, incIuso en el mal, todavia somos excepcionales,
apartados del resto yde nuestro propio pasado, modernos por
10menos para 10peor, tras haber creido serlo para 10mejor. Pe-
ro sobre todo la totalizacion, por sendas desviadas, participa en
10que pretende abolir. Torna impotente ante el enemigo, al que
dota de propiedades fantasticas. Un sistema total ylisa no sese-
lecciona. Una naturaIeza trascendente y homogenea no se re-
combina. Nadie puede redistribuir un sistema tecnico sistema-
tico en total. Nadie puede renegociar una sociedad kafkiana.
Nadie vaa redistribuir jamas a un capitalista "desterritorializa-
dor" yesquizofrenico de manera absoluta. Nadie puede discu-
tir acerca de un Occidente separado de raiz de las otras cultu-
ras-naturalezas. No esposible evaluar culturas aprisionadas para
siempre en representaciones arbitrarias, completas y coheren-
tes. Nadie salvaci un mundo que olvido totalmente al Ser. Nin-
gun alma puede volver a seleccionar un pasado del que nos he-
mosalejado para siempre por cortes epistemologicos radicales.
Todos esos suplementos de totalidad son concedidos por
sus criticos a seres que no pedian tanto. Tomemos a un jefe de
18 3
empresa en biisqueda vacilante de algunos segmentos de mer-
cado; a un conquistador cualquiera temblando de fiebre; a un
pobre cientffico trajinando en su laboratorio; a un humiIde in-
geniero disponiendo a como de lugar algunas relaciones de
fuerzas un poco favorables; a un politico tartamudo yatemori-
zado; soltemos contra ellos a los criticos, y ~que obtenemos acambio? El capitalismo, el imperialismo, la ciencia, la tecnica,
la dominaci6n, todos igualmente absolutos, sistematicos, tota-
litarios. Losprimeros temblaban. Los segundos ya no tiemblan.
Los primeros podfan ser derrotados. Los segundos ya no. Los
primeros estaban muy cerca todavfa del humilde trabajo de me-
diaciones muy fragiles ymodificables. Los segundos, purifica-
dos, son todos de igual manera formidables.
~Que hacer entonces con tales superficies lisas y repletas,
con tales totalidades absolutas? Derrocarlas en bloque, subver-
tirlas, revolucionarlas, por supuesto. [Oh, labella paradoja! Con
el espfritu critico, losmodernos inventaron almismo tiempo el
sistema total, la revolucion total para ponerle fin y el fracaso
tambien total de hacer esa revolucion, jfracaso que los desespe-
ra por completo! ~No es esa la causa de muchos de los crime-
nes que nos reprochamos? AIconsiderar laConstituci6n en vez
del trabajo de traduccion, los criticos imaginaron que en efec-
to eramos incapaces de convenios, de bricolage, de mestizaje y
de seleccion. Apartir de las fragiles redes heterogeneas que for-
man desde siempre los colectivos, elaboraron totalidades ho-
mogeneas a las que no se podia tocar sin revolucionarlas totai-
mente. Y como esa subversion era imposible, pero a pesar de
todo la intentaron, fueron escalando de crimen en crimen. ~co:.
mo ese N oli m e ta ng ere de los totalizadores podria pasar todavfa
por una prueba de moralidad? La creencia en una modernidad
radical y total, ~conducina a la inmortalidad, pues?
Tal vez serfa menos injusto hablar de un efecto de genera-
cion, aunque todavfa seamos pocos en experimentarlo. Naci-
mos tras la guerra con los campos negros y luego los rojos a
nuestras espaldas, debajo de nosotros las hambrunas, sobre
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nuestras cabezas el apocalipsis nuclear y, al frente, la destruc-
cion global del planeta. En efecto, es dificil negar los efectos
de escala, pero mas dificil todavia creer sin vacilacion en las vir-
tudes incomparables de las revoluciones politicas, medicas,
cientificas 0econornicas. Ysin embargo, nacimos en medio de
las ciencias, no conocimos mas que la paz y la prosperidad, y
amamos -~hay que confesarlo?-las tecnicas y los objetos de
consumo que los filosofos y los moralistas de las generaciones
precedentes nos aconsejaban abominar. Para nosotros, las tee-
nicas no son nuevas, no son modernas en el sentido usual de la
palabra, pero desde siempre componen nuestro mundo. Mas
que las precedentes, nuestra generacion las ha digerido, inte-
grado, acaso humanizado. Porque somos los primeros que no
creemos yani en las virtudes ni en los peligros de las ciencias y
las tecnicas, pero compartimos sus vicios y sus virtudes sin ver
en ellas el cielo 0el infierno, quiza nos sea mas facil buscarles
causas sin apelar a la carga del hombre blanco, a la fatalidad
del capitalismo, al destino europeo, a la historia del Ser, 0a la
racionalidad universal. Quiza sea mas facil hoy abandonar la
creencia en nuestra propia extraiieza. No somos exoticos sino
ordinarios. Por consiguiente, los otros tampoco 10 son. Son co-
mo nosotros, nunca dejaron de ser nuestros herrnanos. No ana-
damos el crimen de creernos radicalmente distintos a todos
aquellos que ya come timos.
Las trascendencias abundan
Si ya no somos totalmente modernos, y si tampoco somos
premodern os, ~s9bre que base vamos a establecer la compara-
cion entre los colectivos? Ahora 10 sabemos, tenemos que aria-
dir a laConstitucion oficial el trabajo oficioso de lamediacion.
AIcomparar laConstitucion con las culturas descritas por laan-
tropologia asimetrica del pasado, no desernbocabamos mas que
en el relativismo y lamodernizacion imposible. Por el contra-
rio, comparando el trabajo de traduccion de los colectivos, per-
mitimos la antropologfa sirnetrica ydisolvemos los falsos proble-
mas del relativismo absoluto. Pero tambien nos privamos de los
recursos elaborados por los modemos: 10 social, la naturaleza,
el discurso, sin hablar del Dios tachado. Tal es la ultima dificul-
tad del relativismo: ahora que la comparacion resulta posible,~en que espacio cormin todos los colectivos, productores de na-
turalezas yde sociedades, se encuentran sumidos por igual?
~Estan en lanaturaleza? No, por supuesto, porque esa natu-
raleza exterior, lisa, trascendente, es el efecto relativo y tardio
de la produccion colectiva. ~Estcinen la sociedad? Tampoco,
porque ella no es mas que el artefacto simetrico de la naturale-
za, 10 que queda cuando se arrancan todos los objetos yse pro-
duce la trascendencia misteriosa del Leviatan. ~Estan en ellen-
guaje, entonces? Imposible, porque el discurso esotro artefac to
que solo tiene sentido poniendo entre parentesis la realidad
exterior del referente y el contexto social. ~Estcinen Dios? Es
poco probable, porque laentidad metafisica que llevaese nom-
bre no ocupa mas que un lugar de arbitro lejano para mante-
ner tan alejadas como sea posible las dos instancias simetricas
de lanaturaleza ylasociedad. ~Estcin en el Ser?Menos aiin, por-
que, por una paradoja sorprendente, el pensamiento del Ser se
ha convertido en el residuo mismo, una vez abandonadas toda
ciencia, toda tecnica, toda sociedad, toda historia, toda lengua,
toda teologfa, a la simple metafisica, al mero expansionismo
del ente. Naturalizacion, socializacion, discursivizacion, divi-
nizacion, ontologizacion, todas esas "-izaciones" son igualmen-
te imposibles. Ninguna forma el fondo cormin sobre el cual
descansarfan los colectivos ahora comparables. No, no caemos
de la naturaleza en 10 social, de 10 social en el discurso, del dis-
curso en Dios, de Dios en el Ser. Esas instancias solo tenfan
una funcion constitucional a condicion de mantenerse distin-
tas. Ninguna puede cubrir, llenar, subsumir a las otras, ningu-
na puede servir para describir el trabajo de mediacion 0de
traduccion.
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Entonces, ~donde estamos? ~En que caemos? Mientras nos
fonnulemos esta pregunta con seguridad estamos en elmundo
moderno, obsesionados por la construccion de una inmanen-
cia (inmanere: residir en) 0la de construccion de otra. Todavia,
para tomar el viejo vocablo, permanecemos en la metafisica.
Ahora bien, al recorrer esas redes, no descansamos en nada par-
ticulannente homogeneo. Mas bien permanecemos en una in-
frafisica. ~Somos inmanentes entonces, fuerza entre otras, tex-
tos entre otros, sociedad entre otras, ente entre los entes?
Tampoco, porque si, en vez de aferrar los pobres fenomenos
a los s6lidos ganchos de lanaturaleza yla sociedad, dejamos que
los mediadores produzcan las naturalezas y las sociedades, in-
vertimos el sentido de las trascendencias modernizadoras. Na-
turalezas y sociedades se convierten en los productos relativos
de la historia. Sin embargo, no caemos en la sola inmanencia
porque las redes no estan sumidas en nada. No necesitamos un
eter misterioso para que se propaguen. No tenemos que proce-
der a un relleno. Es la concepcion de los terminos trascenden-
ciae inmanencia laque resulta modificada por el retorno de los
modernos a 10 no moderno. ~Quien nos dijo que la trascenden-
cia debia tener un contrario? Somos, permanecemos, jamas
abandonamos la t ra sc en de nc ia , v ale d ec ir , e l m an te ni mi en to e n la p r e -
s en ci a POTla medi ac iOn d el e nv io .
Las otras culturas impactaron siempre a los modernos por
elaspecto difuso de sus fuerzas activas 0espirituales. En ningu-
na parte ponian enjuego materias puras, fuerzas mecanicas pu-
ras. Los espiritus y los agentes, los dioses y los antepasados se
mezc1aban punto por pun to. Por contraste, el mundo moder-
no les aparecia desencantado, vaciado de sus misterios, domi-
nado por las fuerzas lisas de la pura inman encia a las que solo
nosotros, los humanos, imponiamos una dimension simbolica,
ymas alla de las cuales existia, tal vez, la trascendencia del Dios
tachado. Si no hay inmanencia, empero, si no hay mas que re-
des, agentes, actuantes, no podriamos estar desencantados. No
somos nosotros los que aiiadimos arbitrariamente la "dimen-
sion simbolica" a meras fuerzas materiales. Estas son tan tras-
cendentes, activas, agitadas, espirituales como nosotros mismos.
La naturaleza no es mas inmediatamente accesible que la so-
ciedad 0el Dios tachado. En vez del juego sutil de los moder-
nos entre tres entidades, cada una de las cuales era a lavez tras-
cendente e inmanente, obtenemos una sola proliferacion de
trascendencias. Termine polernico inventado para oponerse a
lasupuesta invasion de la inmanencia, lapalabra debe cambiar
de sentido si ya no tiene un opuesto.
Yollamo delegacion a esta trascendencia sin contrario. La
enunciacion, 0la delegacion, 0el envio de mensaje 0de men-
sajero permite permanecer en presencia, 0sea, existir. Cuan-
do abandonamos el mundo modemo no caemos sobre alguien
o algo, no caemos sobre una esencia, sino sobre un proceso, un
movimiento, un pasaje, litera1mente un pase, en el sentido que
tiene esta palabra en losjuegos de pelota. Partimos de una exis-
tencia continuada yarriesgada --continuada porque es arries-
gada- yno de una esencia; partimos del encuentro yno de la
permanencia. Partimos del vinculum mismo, del pasaje yde la
relacion, no aceptando como punto de partida ningun ser que
salga de esa relacion a lavez colectiva, real ydiscursiva. No par-
timos de los hombres, ese recien llegado, ni dellenguaje, toda-
via posterior. El mundo del sentido yel mundo del ser son un
solo y iinico mundo, el de la traduccion, de la sustitucion, de
ladelegacion, del pase. De toda otra definicion de una esencia
diremos que esta "desprovista de sentido", enefecto, desprovis-
ta de los medios de mantenerse en presencia, de durar. Toda
duracion, toda dureza, toda permanencia debera ser pagada
por sus mediadores. Es esa exploracion de una trascendencia
sin contrario 10 que hace de nuestro mundo un mundo tan p0-
co modemo, con todos esos nuncios, mediadores, delegados,
fetiches, maquinas, figuritas, instrumentos, representantes, a n -geles, lugartenientes, portavoces yquerubines. ~Quemundo es
este que nos obliga a tener en cuenta, a la vez y en el mismo
aliento, la naturaleza de las cosas, las tecnicas, las ciencias, los
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seres de ficci6n, las religiones pequeiias ygrandes, la politica,
lasjurisdicciones, las econornias y los inconscientes? Nuestro
mundo, claro esta. Dej6 de ser moderno desde que sustituimos
cada una de las esencias por los mediad ores, los delegados, los
traductores que les dan sentido. Por eso todavfa no 10 recono-
cemos. Adopt6 un aspecto antiguo con todos esos delegados,
angeles ylugartenientes. Ysin embargo no se parece tampoco
a lasculturas estudiadas por el etn6logo, porque estejamas ha-
bfa hecho el trabajo simetrico de convocatoria de los delega-
dos, los mediadores y los traductores a lamorada, en su casa,
en su propio colectivo. La antropologia se habia hecho sobre
un fondo de ciencia, 0sobre un fondo de sociedad, 0sobre un
fondo de lenguaje; siempre alternaba entre el universalismo y
el relativismo cultural, y finalmente nos enseiiaba muy poco
tanto sobre "E11os"como sobre "Nosotros".
5.
REDISTRIBUCION
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Lamodermzacion imposible
Tras haber dibujado laConstitucion modema y las razones
que la habfan hecho invencible; tras haber mostrado por que
la revolucion crftica estaba terminada y como la irrupcion de
los cuasi-objetos, para dar sentido a la Constitucion, nos obli-
gaba a voIcarnos de lasola dimension modema a ladimension
no modema, la que siempre permanecia presente; tras haber
restablecido la simetria entre los colectivos ymedido as f sus di-
ferencias de tamafio resolviendo al mismo tiempo la cuestion
del relativismo, ahora puedo cerrar este ensayo encarando la
cuestion mas dificil, Ia del mundo no modemo en el cual pre-
tendo que entramos sin haberlo jamas abandonarlo.
Lamodernizacion, aunque destruyo a sangre yfuego la ca-
si totalidad de las culturas y las naturalezas, tenia un objetivo
claro. Modemizar permitfa distinguir con claridad las leyes de
la naturaleza exterior y las convenciones de la sociedad. En to-
das partes los conquistadores operaban esta particion, remitien-
do a los hfbridos 0alobjeto 0ala sociedad. Un frente coheren-
te ycontinuo de revoluciones radicales, en ciencia, en tecnica,
en administracion, en economia, en religion, los acompafiaba,
verdadera topadora tras lacual el pasado desaparecfa para siem-
pre, pero ante la cual por 10menos se abria el porvenir, El pa-
sado era lamezcla barbara, el porvenir, la distincion civilizado-
ra. Ciertamente, los modemos siempre reconocieron que, en
el pasado, ellos tambien habian mezclado los objetos y las so-
ciedades, las cosrnologfas y las sociologfas. Ocurre que todavfa
no eran mas que premodemos. Ysupieron apartarse de ese pa-
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sado a traves de revoluciones cada vez mas terrorfficas. Como
las otras culturas todavia mezcIan las coerciones de la ciencia y
las necesidades de susociedad, hay que ayudarlos a salir de esa
confusion anulando supasado. Bien saben los modemizadores
que permanecen algunos islotes de barbarie donde semezcIan
demasiado la eficacia tecnica y la arbitrariedad social. Pero
pronto habremos culminado lamodernizacion, liquidado esos
islotes, y estaremos todos en un mismo plan eta, todos igual-
mente modem os, todos al igual capaces de aprovechar 10 tini-
co que escapa para siempre a la sociedad: la racionalidad eco-
nomica, laverdad cientifica, la eficiencia tecnica.
Algunos modemizadores hablan todavia como si tal desti-
no fuera posible ydeseable. Sin embargo, basta con expresar-
10 para ver suinsensatez. ~Como podriamos terminar por fin la
purificacion de las ciencias ylas sociedades, cuando los mismos
modemizadores hacen proliferar los hfbridos gracias a la rnis-
rna Constitucion que niega su existencia? Esta contradiccion
fue largo tiempo ocultada por el propio crecimiento de los rno-
demos. Constantes revoluciones en elEstado, constantes revo-
luciones en las ciencias, constantes revoluciones en las tecnicas
realmente iban a terminar por absorber, purificar, civilizar esos
hibridos por lavia de una puesta en sociedad, 0por la de una
puesta en naturaleza. Pero la doble quiebra de la que partf', la
del socialismo -por un lado- y la del naturalismo -por el
otro--9 hizo mas improbable el trabajo de purificacion ymas
visible la contradiccion. No hay ya revoluciones en reserva pa-
ra continuar la fuga hacia adelante. Los hfbridos son tan nu-
9 Cali cour ("lado del patio") y cali jardin ("lado del jardin") son dos ex-
presiones del vocabulario teatral traducidas como "por un lado" y "por el
otro". Cali courdesigna ellado derecho del escenario, visto desde la sala, y
contrapuesto al cali jardin, que es el lado izquierdo. Adicionalmente, en el
texto "cali jardin" llevaun signo de admiracion, 10 que la relaciona con lapa-
labra que la antecede: naturalismo. Agradezco a Cevy Baudry y a Victor Pe -
rez el haberme puesto en el buen camino. [T.]
merosos que ya nadie vecomo absorberlos en lavieja tierra pro-
metida de lamodemidad. De ahf lavacilacion repentina de los
posmodemos.
La rnodernizacion fue despiadada para los premodernos,
pero ~que decir de laposmodernizacionz La violencia imperia-
lista ofrecfa por 10 menos un porvenir, pero la repentina debi-
lidad de los conquistadores es mucho peor, porque, siempre
desconectada del pasado, ahora se desconecta del futuro. Tras
haber padecido en toda su extension la realidad moderna de,pronto los pueblos pobres deben padecer lahiperrealidad pos-
modema. Nada vale, todo es refIejo, todo es simulacro, todo es
signo fIotante, y esa misma debilidad, segun ellos, nos salvara
tal vez de la invasion de las tecnicas, de las ciencias, de las razo-
nes. ~Habfa que destruirlo todo para lIegar a hacer leiia del ar-
bol cafdo? El mundo vaciado donde evolucionan los posmoder-
nos es un mundo vaciado por ellos, y solo por elIos, porque
tornaron a los modemos al pie de la letra. El posmodernismo
es un sintoma de la contradiccion del modernismo, pero no
puede hacer su diagnostico porque comparte lamisma Consti-
tucion -las ciencias ylas tecnicas son extrahumanas- pero sin
cornpartir 10 que causaba su fuerza y su grandeza -la prolife-
racion de los cuasi-objetos y lamultiplicacion de los interme-
diarios entre los hurnanos y los no humanos.
Sin embargo, el diagnostico no es muy dificil de plantear,
ahora que estamos obligados a considerar en forma sirnetrica el
trabajo de purificacion yel de mediacion, IncIuso en los peores
momentos del imperium occidental, nunca se trato de separar
por fin con cIaridad las leyesde lanaturaleza ylas convenciones
sociales. Siempre se trataba de construir colectivos mezcIando ,en una escala cada vez mayor, cierto tipo de no humanos ycier-
to tipo de humanos, objetos a laBoyleysujetos a laHobbes (sin
hablar del Dios tachado). La innovacion de las redes largas es
una interesante particularidad, pero que no es suficiente para
ponemos radicaImente aparte de los otros 0desconectamos pa-
rasiempre de nuestro pasado. No tenemos que continuar lamo-
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dernizacion reuniendo nuestras fuerzas, ignorando a los pos-
modemos, apretando losdientes, ya pesar de todo crey~n?o to-
davfa en las dobles promesas del naturalismo y el socialismo,
porque esamodernizacion nunca debuto: jamas fue ~n :~osaque larepresentacion oficial de otro trabajo mucho mas intimo
yprofundo, que hoy continua en una escala ca~a v~~mayor.
Tampoco tenemos que luchar contra la modem~zacl0n -a la
manera militante de los antimodemos 0 decepcionada de los
posmodemos-, porque entonces la em~renderi~os unica-
mente con laConstitucion, a laque no hanamos mas que refor-
zar todavfa ignorando aquello que, desde siempre, le propor-
ciono su energia. .
Pero, ~permite este diagnostico un remedio a la moderni-
zacion imposible? Si,como 10he dicho a todo 10largo, la Co~s-
titucion permite laproliferacion de los hfbridos porque sem~-
ga a pensados como tales, por tanto no mantiene su ~ficaC1a
sinoa condicion de negar su existencia. Sin embargo, SI la con-
tradiccion fecunda entre las dos partes --el trabajo oficial de
purificacion yel oficioso de mediacion- s~vu~l~e claramente
visible, ~novaa dejar de ser eficaz laConstitucion? ~Nosevol-
vera imposible lamodernizacion? ~Vamosa volvemos, 0 habre-
mos de volvemos una vez mas, premodernos? ~Tenemos que
resignamos a convertirnos en antimodemos? A falta ?e algo
mejor, ~tendremos que seguir siendo modemos, pero SIll la fe,
a lamanera crepuscular de los posmos?
Examenes de pasaje
Para dar respuesta a estas preguntas, primero debe~os ha-
cer la seleccion en las diversas posiciones que bosqueje en el
curso de este ensayo, de manera que compongamos 10no mo-
demo con 10que tienen de mejor. ~Quevamos a conse~r.~elosmodem os?Todo,salvo la confiama exclusiva en su Constitucum,
que habra que enmendar un poco. Su tamafio viene de haber
hecho proliferar a los hibridos, extendido cierto tipo de redes,
acelerado la produccion de las trazas, multiplicado los delega-
dos, producido universales relativos por tanteos. Su audacia, su
busqueda, su innovacion, su bricolage, susinrazonjuvenil, la es-
cala cada vez mayor de su accion, la creacion de objetos estabi-
lizados independientes de Iasociedad, Ialibertad de una socie-
dad liberada de los objetos, eso es 10que queremos mantener.
En cambio, no podemos conservar la ilusion (positiva 0 nega-
tiva) que se hacen de sfmismos yque quieren generalizar a to-
dos: ateos, materialistas, espiritualistas, teistas, racionales, efi-
cientes, objetivos, universales, crfticos, radicalmente distintos
de los otros colectivos, desconectados de su pasado, al que so -
lo el historicismo permite mantener en supervivencia artificial,
separados de la naturaleza sobre la cual el sujeto 0 la sociedad
impondrfa con arbitrariedad formas, denunciadores siempre
en guerra contra ellos mismos.
Estabamos lejos de los premodemos a causa de laGran Di-
vision exterior, simple exportacion, 10dije, de laGran Division
interior. Poniendo fin a esta, aquella desaparece, remplazada
por diferencias de tamafio. Ahora que no estamos ya tan aleja-
dos de los premodemos, pues, tenemos que preguntamos co -
mo seleccionarlos a ellos tarnbien. Ante todo conservemos 10
mejor que tienen, su aptitud para reflexionar de manera ex-
clusiva en la produccion de los hibridos de naturaleza yde so-
ciedad, de cosa yde signa, su certidumbre de que las trascen-
dencias abundan, su capacidad para concebir el pasado y el
porvenir como repeticion y renovacion, lamultiplicacion de
otros tipos de no humanos, distintos de aquellos de los moder-
nos. En cambio, no podrfamos conservar el conjunto de los If-
mites que imponen al dimensionamiento de los colectivos, ala
localizacion por territorio, al proceso de acusacion victimaria,
al etnocentrismo y, por ultimo, a la indiferenciacion duradera
de las naturalezas y las sociedades.
Pero la seleccion parece imposible y hasta contradictoria,
porque el dimensionamiento de los colectivos depende del si-
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lencio que sehace sobre los cuasi-objetos. ~Como conservar el
tamaiio, labiisqueda, la proliferacion, explicitando a los hibri-
dos? Sinembargo, esa es laamalgama que busco: conservar la
puesta en naturaleza y la puesta en sociedad que permiten el
cambio de tamaiio por lacreacion de una verdad exterior yde
un sujeto de derecho, sin por ella ignorar el trabajo continuo
de construccion conjunta de las ciencias y las sociedades. Uti-
lizar a los premodemos para pensar los hibridos, pero conser-
var de los modemos el resultado final del trabajo de purifica-
cion, valedecir, lapuesta en una caja negra de una naturaleza
exterior c1aramente distinta de los sujetos. Seguir de manera
continua elgradiente que llevade las existencias inestables a las
esencias estabilizadas, ya la inversa. Lograr el trabajo de purifi-
cacion, pero como un casoparticular del trabajo demediacion,
Mantener todas las ventajas del dualismo de los modemos sin
sus inconvenientes -la c1andestinidad de los cuasi-objetos-;
conservar todas las ventajas del monismo de los premodernos
sin padecer sus lfmites: la restriccion de tamaiio por la confu-
sion duradera de los saberes y los poderes.
Los posmodemos sintieron la crisis, y por tanto tarnbien
ellosmerecen elexamen yla seleccion. Es imposible conservar
su ironia, su desesperacion, su desaliento, sunihilismo, su au-
tocrftica, porque todas esasbellas cualidades dependen de una
concepcion del modernismo que estejamas practice realmen-
teoEn cambio, podemos salvar la deconstruccion -pero como
esta ya no tiene contrario se convierte en constructivismo y ya
no tiene puntos de contacto con la autodestruccion=-; pode-
mos mantener su rechazo de lanaturalizacion -pero como la
misma naturaleza ya no es natural, ese rechazo ya no aleja de
las ciencias constituidas sino que por el contrario acerca a las
ciencias en accion=; podemos conservar sugusto tan pronun-
ciado por la reflexividad -pero como esta propiedad es com-
partida entre todos los actores, pierde sucaracter parodico pa-
ravolverse positivo--; por Ultimo, podemos rechazar con ellos
la idea de un tiempo coherente y hornogeneo que avanzaria
con paso de ganso, pero sin conservar su gusto por la cita y el
anacronismo que mantiene lacreencia en un pasado realmente
superado. Quiten a los posmodernos las ideas que se hacen de
losmodernos, ysusvicios seconvierten en virtudes, virtudes no
modem as.
FIGURA 14
Lo que conservamos Lo que rechazamos
De los modemos
redes extensas separaci6n de lanaturaleza y de Ia sociedad
tamafio clandestlnidad de las practicas de
experimentaci6n mediaci6n
universales relativos Gran Divisi6n exterior
separaci6n de la naturaleza den uncia crltlca
objetlva y de la s ociedad libre universalidad. racionalidad
De los premodemos
no separabilidad de las c osas obligaci6n de relacionar el orden social
y los signos y natural
trascendencia sin contrario mecanismo de acusaci6n victimaria
multlplicaci6n de los no humanos etnocentrismo
temporalidad por intensidad territorio
escala
De los posmodemos
tlempo multiple creencia en el modemismo
deconstrucci6n impotencia
reflexividad deconstrucci6n crltica
desnaturalizaci6n reflexivldad ir6nica
anacronlsmo
Por desgracia, no yeonada entre los antimodemos que val-
ga la pena ser salvado. Siempre a la defensiva, creyeron sin
cesar 10 que los modern os decfan de sf mismos para invertir
con violencia su signo. Antirrevolucionarios, tanto del tiempo
pasado como de la tradicion se hicieron la rnisma idea ridicu-
la que losmodernos. Losvalores que ellos defienden jamas fue-
ron otra cosa que el residuo dejado por sus enemigos, sin que
comprendan nunca que la grandeza de los modernos, en la
practica, radicaba en los valores inversos, mucho mas comple-
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tos. Incluso en sus combates de retaguardia no lograron inno-
var, ocupando el pequefio rinc6n que les asignaban. Ni siquie-
ra puede decirse en su favor que pusieron un freno al frenesf
de losmodemos, de quienes siempre fueron, en el fondo, sus
mejores comparsas.
El balance de este exam en no es desfavorable. Podemos
conservar lasLuces sin lamodemidad, a condici6n de reinte-
grar en laConstituci6n los objetos de las ciencias ylas tecnicas,
cuasi-objetos entre muchos otros, cuya genesis no debe ya ser
clandestina, sino seguida de punta a punta, desde los aconteci-
mientos calientes que les dieron nacimiento hasta ese enfria-
miento progresivo que los transforma en esencias de la natura-
leza0de la sociedad.
~Esposible elaborar una Constituci6n que permitiria reco-
nocer oficialmente ese trabajo? Debemos hacerlo, porque la
modemizaci6n ala antigua no podra ya absorber ni a los otros
pueblos ni a la naturaleza, por 10 menos esa es la convicci6n
que se encuentra en el origen de este ensayo. El mundo mo-
demo, por sumismo bien, ya no puede extenderse sin volver a
ser 10 que en la practica nunca dej6 de ser, 0 sea, como todos
los otros, un mundo no modemo. Esta fratemidad es esencial
para absorber los dos conjuntos que la modemizaci6n revolu-
cionaria dejaba tras ella: las multitudes naturales de las que ya
no somos duefios, las multitudes humanas que ya nadie domi-
na. La temporalidad modem a daba la impresi6n de una acele-
raci6n continua, expulsando a lanada del pasado amasas cada
vezmayores de humanos yno human os mezcladas. La irrever-
sibilidad cambi6 de campo. Si hay una cosa de la que ya no es
posible librarse es de las naturalezas y las multitudes, ambas
igualmente globales, La tarea politica prosigue con nuevos cos-
tos. Hubo que modificar de punta a punta la fabrica de nues-
tros colectivos para absorber al ciudadano del siglo XVIII y al
obrero del XIX. Tendremos que transformamos otro tanto pa-
ra hacer lugar hoy a los no humanos creados por las ciencias y
las tecnicas.
El humanism.o redistribuido
Antes de poder enmendar la Constituci6n, primero debe-
mos desplazar 10 humano, al que el humanismo no hace bas-
tante justicia. El sujeto de derecho, el ciudadano actor del Le-
viatan, el rostro perturbador de la persona humana, el ser de
relaci6n, la conciencia, el cogito, el hombre de lenguaje que bus-
ca sus palabras, el hermeneuta, el yo profundo, el tilyel tiIO de
la comunicaci6n, la presencia a sf, la intersubjetividad, otras
tantas figuras magnfficas que los modemos supieron pintar y
salvar. Pero todas esas figuras son asimetricas porque son lapa-
reja del objeto de las ciencias, el que yace huerfano, abandona-
do en lasmanos de aquellos que tanto los epistem6logos como
los soci6logos creen reductores, objetivos, racionales. ~D6nde
estan losMounier de lasmaquinas, los Levinas de los animales,
los Ricoeur de los hechos? Pero 10 humano, ahora 10 compren-
demos, no puede ser captado ysalvado sin que le devuelvan esa
otra mitad de sfmismo, la parte que corresponde a las cosas.
Mientras el humanismo se haga por contraste con el objeto de-
jado a la epistemologfa, no comprenderemos ni 10 humano ni
10 no humano.
~D6nde situar 10 humano? Sucesiones hist6ricas de cuasi-ob-
jetos cuasi-sujetos, esimposible definirlo por una esencia, eso 10
sabemos desde hace mucho tiempo. Su historia ysu antropolo-
gfa son demasiado diversas para que se 10 circunscriba de una
vez por todas. Pero la astucia de Sartre, que 10 define por una
existencia libre que se extirpa de una naturaleza desprovista de
significaci6n, a todas luces nos esta prohibida porque hemos de-
vuelto la acci6n, lavoluntad, la significaci6n ylapalabra misma
10 Le tu et le toi en el original. Mientras que tu es solo pronombre, toi es
una palabra que tiene varias valencias: puede ser pronombre (tu), comple-
mento directo (te) y tambien indirecto (ti), segun su ubicacion en la frase.
[T.]
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a todos los cuasi-objetos. Yano existe un practico-inerte para
atrapar ahi lapura libertad de laexistencia human~. Oponerlo
alDios tachado (0 inversamente reconciliado con El) tambien
es imposible, porque es en su oposici6n cormin con la natura-
leza como la Constituci6n modern a los ha definido a los tres.
Entonces, ~hayque sumirlo en lanaturaleza? Pero al ir a buscar
algunos resultados de ciertas disciplinas cientificas para vestir a
ese robot animado de neuronas, de pulsiones, de genes egois-
tas, de necesidades elementales y de calculos econ6micos, no
abandonarfamos losmonstruos ylasmascaras. Las ciencias mul-
tiplican las formas sin lograr desplazarlas ni reducirlas ni unifi-
carlas. Ellas aiiaden realidad, no la sustraen. Los hfbridos que
inventan en ellaboratorio son mas ex6ticos todavia que aque-
llos que pretenden reducir. ~Hayque anunciar solemnemente
lamuerte del hombre ydisolverlo en losjuegos de lenguaje, re-
flejoevanescente de estructuras inhumanas que escaparfan a to-
da comprensi6n? Claro que no, porque no estamos ni en el dis-
curso ni en lanaturaleza. De todos modos, nada es 10 bastante
inhumano para disolver am el hombre y anunciar su muerte.
Susvoluntades, sus acciones, sus palabras abundan demasiado.
~Habra que evitar lacuesti6n haciendo de 10 humano algo tras-
cendental que nos alejarfa para siempre de la simple naturale-
za? Selia volver a caer s6lo sobre uno de los polos de la Consti-
tuci6n moderna. ~Habra que extender por la fuerza alguna
definicion provisional y particular inscrita en los derechos del
hombre 0los preambulos de las constituciones? Seria volver a
trazar las dos Grandes Divisiones ycreer en lamodernizaci6n.
Si 10 humano no posee una forma estable, sin embargo no
es infonne. Si,en vez de relacionarlo con uno u otro de los dos
polos de la Constituci6n, 10 acercamos al medio, se convierte
en el mediador yen el mismo intercambiador. Lo humano no
es uno de los polos de la Constituci6n que se opondria a los no
humanos. Las dos expresiones de human os0no human os son
resultados tardios que no bastan ya para designar laotra dimen-
si6n. La escala de valor no consiste en hacer deslizar la defini-
ci6n de 10 humano a 10 largo de la lfnea horizontal que une el
polo del objeto con el del sujeto, sino en hacedo deslizar a 10
largo de la dimensi6n vertical que define el mundo no moder-
no. Revelemos su trabajo de mediaci6n, yadoptara una forma
humana, Enciibramoslo, yhabra que hablar de inhumanidad,
aunque se trate de la conciencia 0de la persona moral. La ex-
presi6n "antropomorfica" subestima nuestra humanidad, ymu-
cho. De 10 que habria que hablar es de morfismo. En el se cru-
zan los tecnomorfismos, los zoomorfismos, los fusirnorfismos,
los ideomorfismos, los teomorfismos, los sociomorfismos, los
psicomorfismos. Son sus alianzas ysus intercambios los que de-
finen en su conjunto el antropos. Intercarnbiador 0rnezclador
de morfismos, eso es 10 que 10 define bastante. Cuanto mas se
acerca a esta distribuci6n, mas humano es. Cuanto mas se ale-
ja, mas adopta formas multiples. en las cuales su humanidad se
vuelve bien pronto indiscernible, aunque sus figuras sean las
de la persona, del individuo 0del yo. AI querer aislar su forma
de las que mezcla, no se 10 defiende, se 10 pierde.
~C6mo seria arnenazado por las maquinas> £1 las hizo, el
form6 parte de ellas, el distribuy6 en sus miembros sus propios
miembros, el construye su propio cuerpo con elIas. ~C6mo se-
ria amenazado por los objetos? Ellos fueron todos cuasi-sujetos
circulando en el colectivo que trazaban. £1esta hecho de elIos,
tanto como ellos estan hechos de el, £1mismo se defini6 mul-
tiplicando las cosas. ~C6mo seria engaiiado por la polftica? Es
el quien la hizo, recomponiendo el colectivo por las continuas
controversias sobre la representaci6n que permiten decir a cada
instante 10 que el es y10 que quiere. ~C6moseria oscurecido por
la religi6n? Es a traves de ella como se relaciona con todos sus
semejantes, como se conoce en cuanto persona presente en las
enunciaciones. ~C6mo serfa manipulado por la economfa? Su
forma provisional es inasignable sin Ia circulaci6n de los bienes
y las deudas, sin la distribuci6n continua de los lazos sociales
que tejemos por la gracia de las cosas. Ahi esta, delegado, me-
diado, repartido, enviado, enunciado, irreductible. ~Ded6nde
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viene laamenaza? En parte de aquellos que quieren reducirlo
a una esencia yque, despreciando las cosas, los objetos, las rna-
quinas, 10social, cortando todas las delegaciones y todos los en-
vios, construyendo por relleno niveles lisos yplenos, mezclan-
do todos los 6rdenes de mision, hacen del humanismo una
cosafragil ypreciosa aplastada por la naturaleza, por la socie-
dad 0 por Dios.
Los humanistas modemos son reductores porque tratan de
referir laacci6n solamente a algunas potencias, no dejando al
resto del mundo mas que simples intermediarios 0 simples for-
masmudas. Es cierto que al redistribuir laacci6n entre todos los
mediadores sepierde laforma reducida del hombre, pero se ga-
na otra, que hay que llamar irreducida. Lo humano esta en la
mismadelegaci6n, en elpase, en elenvio, en el intercambio con-
tinuo de las formas. Por supuesto que no es una cosa, pero las
cosas tampoco son cosas. Por supuesto que no es una mercan-
cia, pero lasmercancias tampoco son mercancias. Por supuesto
que no esuna maquina, pero el que ha vistomaquinas sabe cuan
poco maquinales son. Por supuesto que no es de este mundo,
pero estemundo tampoco es de este mundo. Por supuesto que
no esta en Dios, pero ~que relacion hay entre el Dios de arriba
yel que habrfa que llamar de abajo? El humanismo s610puede
mantenerse sisecomparte con todos sus enviados. La naturale-
zahumana esel conjunto de sus delegados ysus representantes,
de susfiguras ysusmensajeros. Eseuniversal, simetrico, bien va-
leeste, doblemente, asimetrico, de losmodemos. Esanueva po-
sicion, desfasada respecto de la del sujeto/sociedad, ahora con-
viene garantizarla por una Constitucion enmendada.
La Constitucion no moderna
En el curso de este ensayo simplemente restableci la sime-
tria entre lasdos ramas del gobiemo, el de las cosas -llamado
ciencia y tecnica-> yelde los hombres. Tambien mostre por que
·1 la separaci6n de los poderes entre las dos ramas, trag haber per-
mitido laproliferacion de los hibridos, no podia ya representar
con dignidad a ese nuevo estado llano. Una constitucion seeva-
hia por las garantfas que ofrece. La de los modemos, 10recor-
damos, permitfa asegurar cuatro garantfas que no ten ian senti-
do sino tomadas todas juntas pero a condicion de permanecer
estrictamente separadas. La primera aseguraba a la naturaleza
su dimension trascendente distinguiendola de la fabrica de la
sociedad -por tanto, opuesta a la union continua del orden na-
tural ydel orden social entre los premodemos. La segunda ase-
guraba su dimension inmanente a la sociedad haciendo a los
ciudadanos libres por entero de reconstruirla en forma artifi-
cial, contrariamente a la union continua del orden social ydel
orden natural, que obligaba a los premodemos a no poder mo-
dificar a una sin modificar a la otra. Pero como en la practica
esa doble separacion permitfa movilizar yconstruir la naturale-
za -vuelta inmanente por movilizacion yconstruccion-> y,a la
inversa, hacer estable yduradera a la sociedad --convertida en
trascendente por reclutamiento de no humanos cada vez mas
numerosos-, una tercera garantfa aseguraba el bloqueo entre
las dos ramas del gobiemo: aunque movilizable yconstruida, la
naturaleza quedara sin relacion con lasociedad, lacual, aunque
trascendente ysostenida por las cosas, ya no tendra relacion con
la naturaleza. En otras palabras, los cuasi-objetos seran oficial-
mente desterrados -~habra que deck convertidos en tabuesi'-«
y las redes de traduccion pasaran a la clandestinidad, ofrecien-
do al trabajo de purificacion una contrapartida que sin embar-
go no dejaran de pensar yde cubrir, hasta que los posmodemos
la obliteren del todo. La cuarta garantfa del Dios tach ado per-
mitia estabilizar ese mecanismo dualista yasimetrico aseguran-
do una funcion de arbitraje pero sin presencia ni poder.
Para bosquejar laConstitucion no modema, basta con tener
en cuenta 10que la primera habfa hecho a un lado yseleccio-
nar las garantfas que deseemos conservar, Nuestro comprorni-
so fue dar una representacion a los cuasi-objetos. En conse-
BRUNO LATOUR NUNCA FUIMOS MODERNOS 2 0 5
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cuencia, 10 que hayque suprimir es Ia tercera garantia, porque
es ella la que imposibilitaba la continuidad de su analisis, La
naturaleza ylasociedad no son dos polos distintos, sino una so-
laymisma produccion de sociedades-naturalezas, de colectivos.
Por tanto, laprimera garantia se convierte en la no separabili-
dad de los cuasi-objetos, cuasi-sujetos. Todo concepto, toda ins-
titucion, toda practica que perturbe el despliegue continuo delos colectivos ysuexperirnentacion de hfbridos la considerare-
mos peligrosa, nefasta y,en pocas palabras, inmoral. El trabajo
de mediacion seconvierte en el centro mismo del doble poder
natural ysocial. Las redes salen de su clandestinidad. El Impe-
rio del Medio es representado. El estado llano, que no era na-
da, seconvierte en todo.
Sinembargo, 10 dije, no deseamos volvernos premodernos.
La no separabilidad de las naturalezas y las sociedades tenia el
inconveniente de imposibilitar la experimentacion a gran es-
cala, porque toda transformacion de la naturaleza debia estaren armonia, punto por punto, con una transformacion social,
ya la inversa. Pero de los modernos queremos conservar su in-
novacion mayor: la separabilidad de una naturaleza que nadie
construyo -trascendencia- y la libertad de maniobra de una
sociedad que es nuestra obra -inmanencia-; no obstante, no
deseamos heredar la clandestinidad del mecanismo inverso
que permite construir la naturaleza -inmanencia- y estabili-
zar en forma duradera la sociedad a traves de la trascendencia.
Ahora bien, podemos conservar las dos primeras garantias
de laviejaConstitucion sin mantener laduplicidad, hoy visible,de sutercera garantia. La trascendencia de lanaturaleza, suob-
jetividad, 0 la inmanencia de la sociedad, su subjetividad, p r o -
v ie ne n d el t ra b aj o de m e di ac i6 n s in d ep en de r d e s u s ep ar ac i6 n, c on tr a-
r iamen te a l o q ue p re te nd e la Co ns ti tu ci 6n d e l os mo de rn os . El trabajo
de puesta en naturaleza 0de puesta en sociedad proviene del
desenlace duradero e irreversible del trabajo cormin de dele-
gacion y traduccion. AIfin y al cabo, realmente hay una natu-
raleza que no hicimos, y una sociedad que podemos cambiar;
en verdad hay hechos cientificos indiscutibles y sujetos de de-
recho, pero se convierten en la doble consecuencia de una
practica visible en continuo, en vez de ser, como en los moder-
nos, las causas lejanas y opuestas de una practica invisible que
los contradice. Nuestra segunda garantia, por 10 tanto, penni-
te recuperar las dos primeras de laConstitucion moderna, pe-
ro sin separarlas. Cualquier concepto, cualquier institucion,cualquier practica que perturbe la objetivacion progresiva de
la naturaleza -la puesta en caja negra- y a la vez la subjetivi-
zacion de la sociedad -la libertad de maniobra-, seran con-
siderados nefastos, peligrosos y,muy simplemente, inmorales.
Sin esta segunda garantia, las redes liberadas por la primera
conservarian su indole salvaje yclandestina. Los modernos no
se equivocaban cuando querian no humanos objetivos ysocie-
dades libres. Solo era falsa sucerteza de que esa doble produc-
cion exigia ladistincion absoluta de los dos terminos yla repre-
sion continua del trabajo de mediacion.La historicidad no encontraba lugar en laConstitucion rno-
derna porque estaba enmarcada por las tres iinicas entidades
cuya existencia reconocia. La historia contingente existia iini-
camente para los human os, y la revolucion se convertia en el
iinico medio para los modernos de comprender supasado, co-
mo 10 rnostre m a s arriba, rompiendo por completo con el. Pe-
ro el tiernpo no es un flujo hornogeneo yliso. Si bien depende
de las asociaciones, estas no dependen de el. Yano deben po-
der hacernos lajugada del tiempo que pasa para siempre rea-
grupando en un conjunto coherente elementos que pertene-cen a todos los tiempos y a todas las ontologias. Si queremos
recuperar la capacidad de seleccion que parece esencial a nues-
tra moralidad y que define 10 humano, es menester que nin-
gun flujo temporal coherente venga a limitar nuestra libertad
de eleccion. La tercera garantia, tan importante como las otras,
es poder combinar libremente las asociaciones sin tener nun-
ca frente a nosotros la eleccion entre el arcaismo ylamoderni-
zacion, 10 local y 10 global, 10 cultural y 10 universal, 10 natural
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Y 10 social. La libertad se ha desplazado del mero polo social
para ocupar el medio yla parte inferior yconvertirse en capa-
cidad de selecci6n yde recombinaci6n de los embrollos socio-
tecnicos. Toda nueva apelaci6n a la revolucion, todo corte epis-
temol6gico, toda inversion copernicana, toda pretension de
prescribir para siempre determinadas practicas las considera-
remos peligrosas 0, 10 que es incluso peor a la manera de verde losmodemos, [caducas!
deseamos hacer. De esadisrninucion, de esa moderaci6n, de esa
regulaci6n esperamos nuestra moralidad. La cuarta garantia,
tal vez lamas importante, es remplazar la loca proliferaci6n de
los hfbridos por su producci6n regulada ydecidida en cormin.
Acaso sea tiempo de volver a hablar de democracia, pero de una
democracia extendida a las cosas mismas. Yano deben poder
hacemos otra vez lajugada de Arquimedes.~Hay que aiiadir que el Dios tachado, en esta nueva Cons-
titucion, resulta liberado de la posicion indigna que le hacian
ocupar? La cuesti6n de Dios esta reabierta, y los no modemos
ya no tienen que tratar de generalizar lametafisica improbable
de los modemos que los obligaba a creer en la creencia.
FIGURA 15
Constltuci6n modema Constitucion no modema
I"garanda: la naturaleza es trascendente I"garanda: no separabil idad de Ia produc-
pero movilizable (inmanente). cion cornun de las sociedades y las natura-
lezas.
raranda: Ia sociedad es inmanente pero 2" garantla: observaci6n sucesi va de la
nos supera Inf initamente ( trascendente). puesta en naturaleza. objetiva. y de lapues-
ta en sociedad.libre. AIf in y alcabo. hay enverdad trascendencia de Ia naturaleza. in-
manencia de la socledad, pero ambos no
esdn separados.
3" garanda: Ia naturaleza y Ia sociedad son 3"garantla: la I iber tad es redef inida como
totalmente dis tintas y el trabajo de pur if i- una capacldad de selecci6n de las combina-
caci6n no tiene relaci6n con el trabajo de ciones de hlbridos que ya no depende de
mediaci6n. un f1ujo temporal homog6neo.
4"garanda: el Dios tachado esd total men- 4" gar an tl a: l a p roducc i6n de h lbrldos, a l
te ausente pero asegura el arbitraje entre volverse expllcita y colectiva. se convierte
las dos ramas del gobiemo. en el ob je to de una democr ac ia ampliada
que regula 0disminuye su cadencia.
El Parlamento de las cosas
Nosotros queremos que la seleccion meticulosa de los cua-si-objetos sevuelva posible no ya oficiosamente ycon disimulo,
sino de man era oficial y publica. En esa voluntad de puesta al
dia, en palabra y en publico, seguimos reconociendonos en la
intuicion de las Luces. Pero esa intuicion nunca tuvo la antro-
pologia de su ambicion. Cornpartio lo humano y 10 no humano
ycrey6 que los otros no 10 hacian. Necesaria tal vez para incre-
mentar la rnovilizacion, esa division resulto superflua, inmoral
y, digamoslo ahora, anticonstitucional. Fuimos modemos. Muy
bien. Yano podemos serlo de lamisma manera. AI enmendar
la Constituci6n, seguimos creyendo en las ciencias, pero en vezde tomarlas en su objetividad, su verdad, sufrialdad, su extrate-
rritorialidad --cualidades que jarnas tuvieron sino por la recu-
peracion arbitraria de la epistemologia-, las tomamos en 10 que
siempre tuvieron de mas interesante: suaudacia, suexperimen-
tacion, su incertidumbre, su calor, su mezcla incongruente de
hibridos, su loca capacidad para recomponer ellazo social. S6-
10 les quitamos el misterio de su nacimiento yel peligro que su
clandestinidad hacia correr a la democracia.
Pero sitengo razon en mi interpretacion de laConstitucion
modema, sideveras permitio el desarrollo de los colectivos pro-
hibiendo oficialmente 16que dejaba hacer en lapractica, ~como
podriamos seguir haciendolo, ahora que hemos hecho visible
yoficial su practica? AIofrecer estas garantias para remplazar
las precedentes, ~no imposibilitamos tanto ese doble lenguaje
como el crecimiento de los colectivos? Precisamente es 10 que
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SI en verdad somos los herederos de las Luces, cuyo racio-
nalismo asimetrico no es 10 bastante grande para nosotros. Los
descendientes de Boylehabian definido un parlamento de los
mudos, ellaboratorio, donde los cientificos, simples interme-
diarios, hablaban solos en nombre de las cosas. ~Que decian
esosrepresentantes? Nada, salvo 10 que las cosas habrian di~ho
por sfmismas si solo hubiesen podido hablar, Los desceridien-tesde Hobbes, al margen dellaboratorio, habian definido laRe-
publica, donde los ciudadanos desnudos, alno poder hablar to-
dos a lavez,sehacian representar por uno de ellos, el soberano,
simple interrnediario portavoz de sus palabras. ~Que decia ese
representante? Nada, salvo10 que los ciudadanos habrian dicho
de haber podido hablar todos al mismo tiempo. Pero de inme-
diato se introdujo una duda sobre la calidad de esta doble tra-
duccion. ~ysilossabios hablaran de sf mismos, en vez de hablar
de las cosas?~ysi el soberano persegufa sus propios intereses,
en vez de recitar ellibreto escrito para el por sus mandantes?En el primer caso, perderiamos la naturaleza yrecaeriamos en
las disputas hurnanas; en el segundo, recaeriamos en el estado
de naturaleza yen la guerra de todos contra todos. Al definir
una separacion total entre las dos representaciones cientificas y
politicas, ladoble traduccion-traicion sevolviaposible. jarnas sa-
bremos silos cientificos traducen 0traicionan.Tamas sabremos
silosmandatarios traicionan 0traducen,
Durante elperiodo moderno, las criticas siernpre sealirnen-
taran de esa doble duda yde la imposibilidad de ponerle fin al-
guna vez. Sin embargo, el modernismo supuso escoger ese
arreglo pem desconfiar constantemente de sus dos tipos de re-
presentantes, sin por ello convertirlo en un solo yuni~o pro~le-
rna. Losepisternologos se interrogaron sobre el realisrno cien-
tificoy lafidelidad de las ciencias a las cosas; los politologos se
interrogaron sobre el sistema representative y la fidelidad rela-
tivade los elegidos y los portavoces. Todos tuvieron en cormin
odiar a los interrnediarios yquerer un mundo inmediato, vacia-
do de susmediadores. Todos pensaron que lafidelidad de lare-
presentacion tenia ese precio, sin comprender jamas que laso-
lucien de su problema se encontraba en la otra rama del go-
bierno.
En el curso de este ensayo objete tal division de las tareas,
porque ya no permitfa construir la casa cormin que albergara
a las sociedades-naturalezas que nos legaron los modernos. No
hay dos problemas de representacion sino uno solo. No tienedos rarnas sino una sola cuyos productos solo sedistinguen tar-
diamente y trag un examen comun. Los cientificos no parecen
traicionar la realidad exterior sino porque construyen sus so-
ciedades ysus naturalezas a lavez. El soberano no parece trai-
cionar a susmandantes sino porque mezcla a lavez ciudadanos
y la enorrne masa de los no humanos que perrniten que el Le-
viatan se sostenga. La desconfianza sobre la representacion
cientifica venia tan solo de que, se crefa, sin la polucion social
la naturaleza seria inmediatarnente accesible. La desconfianza
sobre la representacion politica venia de que, se crefa, sin laperversion de las cosas ellazo social se volveria transparente.
"Eliminen 10 social y tendran por fin una representacion fiel",
decian unos. "Eliminen los objetos ytendran por fin una repre-
sentacion fiel", afirrnaban otros. Todo sudebate procedia de la
division definida por la Constitucion moderna.
Retomemos tanto las dos representaciones como la doble
duda sobre la fidelidad de los mandatarios yhabremos defini-
do el parlamento de las cosas. En su recinto se encuentra re-
compuesta la continuidad de 10 colectivo, No hay ya verdades
desnudas, pero tampoco ciudadanos desnudos. Los rnediado-res tienen todo el espacio para ellos. Las Luces tienen fmalrnen-
te sumorada. Las naturalezas estan presentes, pero con sus re-
presentantes, los cientificos, que hablan en su nombre. Las
sociedades estan presentes, pero con los objetos que las lastran
desde siernpre. Que uno de los mandatarios hable del agujero
de ozono, que el otro represente las industrias qufrnicas de la
region Rhone-Alpes, un tercero a los obreros de esa misma in-
dustria qufrnica, otro a los electores del Lyonnais, que un quin-
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to hable de la meteorologfa de las regiones polares, que otro
mas 10 haga en nombre del Estado, que nos importa, con ~l
que todos sepronuncien sobre Iamisma cosa, sobre ese Cua_sl-
objeto que todos crearon, ese objeto-discurso-naturaleza-socie-
dad cuyaspropiedades nuevas nos sorprenden a todos y cuya
red se extiende de mi heladera a laAntartida pasando por la
quimica, el derecho, el Estado, la economfa y los satelites, Los
embroIlos y las redes que no ternan lugar tienen todo el que
quieren para ellos. Son elIos los que hay que representar, alre-
dedor de ellos sereune en adelante el Parlamento de las cosas.
"La piedra que los constructores habian desechado seha con-
vertido en lapiedra angular." 11
No tenemos que crear ese Parlamento de pies a cabeza, ape-
lando auna revolucion mas. Basta con que ratifiquemos 10 que
hacemos todos desde siempre, con tal que reconsideremos nues-
tro pasado, que comprendamos retrospectivamente hasta que
punto nunca fuimos modernos, y que reajustemos las ~os mita-
des deesesimbolo quebrado por Hobbes yBoyleen senal de re-
conocimiento. La mitad de nuestra polftica sehace en las cien-
ciasy las tecnicas, La otra mitad de la naturaleza se hace en las
sociedades. Empalmemos las dos, ylapolitica vuelve a empezar.
~Ser.idemasiado poco ratificar publicamente 10 que ya sehace?
Como 10 aprendimos a todo 10 largo de este ensayo, la represen-
taci6n oficial es eficaz; ella es la que, en la vieja Constituci6n,
permite explorar los hfbridos. sr pudieramos escribir un~ m~e-
vamodificarfamos con profundidad el curso de los cuasi-obje-
tos. ~Seraesperar demasiado de un cambio de representacionque parece no depender mas que del trozo de papel de una
Constituci6n? Probablemente, pero yo lleve a cabo mi trabajo
de fil6sofoyde constituyente reuniendo los temas dispersos de
laantropologfa comparada. Otros sabran convocar a ese Parla-
mento.
11Alusion a Salmos 118.22. [T. )
No tenemos mucha eleccion, Si no cambiamos la casa co-
rmin, no absorberemos en ella las otras culturas que ya no po-
demos controlar y seremos para siempre incapaces de acoger
ese entomo que ya no podemos dominar, Ni la naturaleza ni
los ~tros sevolveran modernos. Anosotros nos corresponde
modificar nuestras maneras de cambiar, 0 de otro modo seraen vano que elMuro de Berlin cayera durante el milagroso afio
del Bicentenario, ofreciendono, esaunica leccion de cosas so-
. bre la quiebra Conunta del socialismo yel naturalismo.
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