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Raúl Muñoz González.
A veces, los veo agazapados,
emitiendo suaves graznidos
a la vera de algún tronco.
Acaso, aún quede algo de luz
entre los matorrales.
La sombra, tras cobrar presencia fisica, dijo que los muertos no pueden dormir.
Formuló la ecuación de una cabeza rodando por la luna ( sin comprender el engaño ).
Quedó un cuchillo junto al vaso de leche hirviendo,
cuando la fluorescencia intestinal alumbraba iglesias y
sonaba la novena sinfonía de Beethoven.
Querían follar los pájaros en su cabeza, defecada entre las olas
con un mar de fondo: una terrible incógnita aún por descifrar.
Lloraban las escupideras cuando despellejaban a dios
y una melodía rodaba por el mar del olvido.
Una copa inflada vertía su exceso de pus.
Ardían sus sesos cuando vio a la justicia
desnuda frente a la verdad.
La sombra alargada orinasobre la nieve;en silencio clava agujassobre el hipotálamo.
A la entrada de siete mares, había sulfato de sodio.
Llevaba fonógrafos, gasas y cloroformo.
En su esófago prendía el azafran; sollozaban
olas convulsionando en su pecho de espuma.
Escuchaba los últimos estertores del espanto.
Balanceaba trenes de mercancias mientras alguien sostenía al mundo.
Hundía rostros en las bisagras y derramaba su aceite azul.
Con su cabeza, estercolada , filtraba canciones.
En un fondo inconcluso, esperaban tiempos mejores; edificaciones
tentadas por la lluvia y vertebradas al pudor de la enredadera.
Conocía la posibilidad del olvido en cada uno de sus viajes,
en un vuelo de palomas hambrientas , atrapadas por el miedo.
Se deshacían sus pasos, aferrándose al hambre, sin esperanza
Con suaves palabras pulverizó la noche,
estirando la profecía más allá de los límites.
Los árboles tragaron la hiel de la miel sin descanso,
y de la vigilia sin fuerzas ni voluntad posibles.
La madrugada rondó los panales buscando una verdad.
Lo encontraron llorando, lamentando su suerte.
Para entonces ya no quedaban abejas en sus ojos.
Su sangre estaba completamente incendiada.
Orinó en su cama, sobre la vidriera de sus ojos.
Y el tenebroso ruido de las sábanas olvidó el ritual.
Ya no sabía qué hacía allí, cuando olió el denso perfume
de la sombra que lo llevaba de la mano al altar.
Su rostro escuálido viajaba a la velocidad de la luz,
cuando vio la mano que arrastraba un ramo de pájaros.
La sangre corrió las velas y pudo adivinar las heces;
y, en ellas, la clarividencia ciega
de su cuerpo cansado.
Reía sobre el fondo negro de las letras escritas.
Y fingía llorar sobre el fondo rojo de la sangre.
Cual esperpento embalsamado, exageraba su miedo,
acechando cualquier mentira que pudiera pronunciar.
Hundía su lengua en recipientes vacíos
mientras hablaba sobre la belleza.
Sostenía el panal: la compacta cera
que derrama la savia.
Goteaba la luz de sus ojos mientras las abejas danzaban,
libando de su boca y oídos la blanda edad de la inocencia.
Desde su insondable calma, contemplaba la compasión.
Y desplegaba membranas, programando una combustión.
Prendía una euforia sagrada, musitando la esperanza.
Sostenía crisálidas y saboreaba la tristeza de su entraña
regurgitando un vuelo de libélulas.
Adivinaba rostros entre matorrales, pronunciando la profecía
por sus ojos silvestres,
y licuaba, pacientemente, la sangre del corazón:
el luminoso altar donde en sacrificio se ofrecía
llevando en sus manos la dulce fruta del miedo.
Mordía, entonces, la blanda inocencia
para recorrer los vasos arteriales del tiempo
y desembocar en el llanto.
Hablaba con los muertos que no tenían piedad
cuando sujetaban sus manos en el abismo.
Anudaba vertebras al silencio
antes de saltar.
Asomándose a sus ojos,
contemplaba los días.
Entre la arena de sus muslos,
habia un rastro de hormigas;
la culpa que esculpe en oro
una selva virgen.
La lengua, anillada a la garganta,
desciende hasta las cuerdas vocales,
donde muere una voz, estrangulada.
Un grito enturbia las venas.
Y las arterias oxigenan al corazón.
Allí descansa la palabra: la voz
convertida en metal precioso.
Los caballos mordían sus riendas
cuando galopaban hacia la libertad;
sentían el grito sordo de la vergüenza
culminando en sus venas amoratadas.
Nadie entendía aquel dolor cotidiano
que, a veces, también grita y muerde.
Ardieron las garras del halcón
en el plumaje de la paloma herida;
brillaron los campos de amaranto
en la hoguera de sus pupilas.
Temo encontrar un nombre
tatuado en mi piel
porque temo no encontrar nada
cuando me arranque la mirada
y la arroje al abismo.
La voz es un metal pesado en mi corazón;
la palabra que busca, de nuevo, el silencio:
un error.
Ella me acaricia porque sí.
Así me quiere:
muerto de vida,
de miedo.
Así me quiere la poesía:
sin tapujos ni ceremonias.
Me arranca los ojos
a bocados de hambre;
hambre de silencios.
Ella sólo quiere mis huesos
abrazados a su entraña.
La maquinaria en ruedas del cartílago
anillado a los huesos,
y el rostro impasible del marmol
ciego en el vértigo.
Se asoma un cuerpo al abismo.
Hipotermia de cabezas rodando
junto a heces blancas y amorfas.
Nadie encendió las luces
y se apagaron sus sueños.
Un día los libros de historia hablaran
sobre aquellos niños desvergonzados
que orinaron la tumba de sus padres.
Leía poemas a hermosas pandillas,
que calzaban botas con puntas de acero;
ellos se divertían pateando su estómago.
Y él era feliz entre sus propios vómitos.
En el cajon del sueño están,
envueltos en papel de albar,
los níveos cojones del padre,
que son los ojos disecados
de la madre que aún torea.
Duerme entre cálidos vómitos
de un sueño horrorizado;
anegado al frío de los charcos
que cubren sus pies descalzos.
Otros lamentan la suerte de la flor
asomada al abismo de sus ojos.
Su corazón es la lluvia.
No busca un día de sol:
camina hacia la sombra
tras una música antigua.
Oye llorar a los muertos.
Amar el imaginario del cielo;
ser de un color azul y lejano;
una carta tonta de amor
escrita sin mediar palabra.
Por la boca pequeña besar
todo aquello que no tengo;
levantar los colores al mar:
la mujer que me desnuda.
¿ Qué buscas cuando duermes
imitando el frío de un estanque?
Tú, narciso ya crecido,
que no quieres volar.
No sabían quién escarbaba sus bolsillos rotos
siempre buscando las lágrimas que perdieron.
La llamaron soledad.
A escondidas apagaba farolas para celebrar la pascua en sus ojos.
Seguían sus pies sonámbulos la respiración de una noche desnuda,
calada por la belleza de los astros.
Inventaba un acertijo para la muerte vestida de mujer.
Vio que detrás del olvido no había nadie. Aun así
escuchaba la voz que lo llamaba con insistencia.
Apretó sus mandíbulas sin desesperar en el vacío de un presagio.
No temía la mordedura del tiempo pues nunca despertó del sueño.
Sus pretéritos ojos de cuarzo vislumbran el final del viaje.
El miedo derrama el perfume de la belleza. Su silencio
habla por ópalos enardecidos: imprime su luz un corazón .
Alguien sostiene su frente cansada
mientras aún intenta cerrar los ojos.
Declara la luz, como único testigo,
cuando se desvanece una sombra.
No cesa la lluvia. Un hombre sostiene su copa vacía,
brinda sobre la azotea de un sueño. Y pisa las uvas
cuando crece por la fragilidad de su ojos nublados.
Eres el suave murmullo del aire
que viene a posarse en mis ojos.
Nos disfraza el cielo si amamos
y no sabemos quién es quién.
Una madre ahora descansa.
Cuarenta años no son suficientes;
dejadme que encuentre
su palabra en mi corazón.
Es como si nunca fuese suficiente
todo lo que miro desde la distancia.
Temo dar un paso en falso
y que las hienas salten sobre mí
( pero son hombres y mujeres )
Sí, pero temo dar un paso en falso.
Brucelosis tras los ojos
de un payaso en pelotas;
pasas y altas legumbres
sobre la sombra del agua;
príncipes bebiendo la cal
tras la fuente de la lujuria.
Tenían prisa los insectos
cuando enfermaba la tarde;
eran los ciegos cirujanos
que cosían un desengaño.
En los alcantarillados
hay zozobras de luz
recorriendo médulas.
En su descenso vertical
la ceniza busca tus ojos
errantes cuando huyes.
Resulta muy cruel
una huída imposible.
Pero hay belleza
donde nadie mira.
Patinan sobre una cabeza atormentada
mientras comen helados de nata y fresas.
Los niños sonríen al hombre.
Nada saben de sus lágrimas congeladas.
Tengo en mis manos un flor de escarcha.
La encontré en el lugar menos esperado;
ahora temo que se diluyan sus lágrimas.
Temo encontrarme con mi soledad.
Vi a la mujer llorar frente al mercado;
eran sus lágrimas cortinas en mis ojos
grises como la verdad a medio camino.
Era dulce la mirada en el cruce del camino;
y, aunque no recuerdo si también lloraba,
ahora echo de menos a aquella mujer.
Jugaba al escondite con la sombra
que contaba mis pasos en el árbol.
Veía los pájaros que volaban
e imaginaba que volaba lejos,
muy lejos del parque y el árbol.
Un día me vi contando los años
que había vivido, también los años
que me quedaban aún por vivir.
La sombra me había encontrado.
Arde un rostro blanco:
queman mis lágrimas
su carta de despedida.
MADRE
Sus labios saben a aceite y pesadumbre.
En la vegetación se ocultan las manos
mientras la grasa arde por las pupilas:
es amarga la verdad de una madre
cuando agita la zozobra del vientre.
PEZ GLOBO
I
Era boca llena de peces,
vacía de nombres. Y era
pez globo inflado de besos,
nadando por la pecera.
II
El pez globo dando vueltas
en plazoletas vacías espera
llenar el vacío del tiempo.
Sólo quisiera ser un niño;
llenar de agua la pecera
jugando con otros niños.
Cesa la sangre en su empeño
cuando se dilatan las pupilas,
abriendo paso a la muerte
que se lleva tanto dolor.
¿Seguirán las cosas igual
cuando ya te hayas ido?
¿Qué será de las calles sin ti?
Y los niños que ahora juegan
¿seguirán jugando?
Un lirio creció
sin motivo alguno
en mi corazón.
El amor es frágil
como mi silencio.
No me preocupa la melancolía
que llena los recipientes vacíos.
Más me desconcierta la fisura
por donde se escapa el aire.
Sonreír como sonríe un bebé
y no sonríen las altas cumbres;
caminar igual que asciende un bebé
suculentos senos cubiertos de nieve.
La cabeza, junto a la estantería de libros,
me vigila para que no escriba mi nombre.
Los pulmones, desde la mesita de noche,
me vigilan para que no fume el poema.
Y los riñones, ocultos entre las sábanas,
me hablan de la muerte subida a caballo:
lo más parecido a la poesía.
Las mudas conversaciones,
enfrían esta sordera de piel.
Perdido entre la mímica de la nieve
no hallo el gesto de la complicidad.
Así es el frío, en el país del frío.
Dicen que la poesía es buena compañera.
Nada saben de la barra con la que golpea
cuando la miran fijamente a los ojos.
La angustia singular del beso,
es una mariposa que se pierde
por largos y oscuros túneles.
Ahora vuela, deshumanizada,
por largas escaleras mecánicas.
¡Cuántas mariposas perdidas
se buscan por los transbordos!
Si no fuera por esta sangre
quién sabría de la amarga derrota:
la dulce renuncia de los besos.
La tenia emite palabras incomprensibes.
Habla de una fecundación imposible.
EL HOMBRE DEL SACO
El hombre del saco depone sus armas de fuego. Es quebrantosin remedio: ahora contempla la dulce derrota de una esfinge;no más deambula -medio adormecido- por dolientes crestas
como un juguete roto tropieza buscando a los niños.
PANALES
Somos una caja de sorpresas.
Terrenal batalla de tambores
por el tam – tamdeshacemos conchashilvanamos abejasdanzando por el panalhacemos nuestra miel
por el tam-tamcaemos
unayotrabatallaperdida.
TERMINALES
El sudor cual billete desgastadome lleva a la terminal: el sueñoque viste de blanco por tus ojosausentes, desapegados.
Viajo por las líneas del tiemporecorriendo la frente cansadamientras descansan los añospor las palmas de tus manos.
Al final nos queda un cuerpocomo la sonrisa que vuelvey, con sigilo, preside la mesadonde nos amamos.
Queda levantar un color:atravesar tantos espejos;
bien hallados ser el marque erosiona las pieles.
Nada más extraño y, sin embargo, respirocomenzando de nuevo; soy una mentira inexpugnablefuente inagotable de miserias;
llama temblorosaque me consumorobando un beso:
Oración y plenilunio.
Me tuve que ver salir,entraron a buscarme yno quería encontrarme,pero me encontré yno había nadie; estaba tan solo que el sol me dejó
hasta la llegada del nuevo día.
Deja de mirarel tiesto vacíoy calma la sedcon palabras.
¿Cómo quieres que crezca si no me hablas?
ORÁCULO
La sólida parafina conforma el holograma de un esqueleto.Un mandamiento líquido sostiene la cavidad nasal de Diosa la cuenca de la Nada cavada en el vacío de la razón.
El pentagrama del silencio pliega pájaros de alambre.La baba espesa de un niño en descomposición ardeen el vientre de Dios convertido en sofoco maternal.
Los ácidos evaporan el vuelo de los ojos deshechos.Unos dientes de leche nievan la pizarra gaseosa.Y en la nebulosa blanca fermenta el embriónatrapado en la figura de la Nada.
Un ojo retuerce rodillas en triángulos equiláteros;las manos líquidas calcifican los pies de barrode un dragón que piensa la evaporación del fuego.
La mirada de Dios oculta en la iglesia del cienovierte sus lágrimas ovaladas y fecunda paramecios,operando a riesgo de ser invisible para el hombre.
El ojo del dolor mide poco menos que un milímetroy busca la cuadratura de la ostia sagrada en la sin razónde un padre arrinconado en el vértice de la mirada.
El llanto blancode la calaveraolvidada,es la ausencia de la razón.
El lienzo azulde sus lágrimasrememoradas,es la geometría de la palabra.
Cual clavoardiendo me agarroal fuego.
Esta llamame consume,y tan vivome siento.
Tañía un poema el pequeño buda
estirado panza arriba en el césped.
Recogíamos la lluvia de aquel seno
cuando se mojaban los corazones.
Y otro gran buda gemía de placer
porque se amaban los vegetales:
ascendían por un beso anónimo.
GOLPES POR LA SIEN
Los meridianos abiertos por los rinocerontessin cuernos lloran y no descansa esta sangre
golpea la sien un tumulto de gritos sin entierro ni banderasestán tus hijos muertos pero cantanmis manos agujereadas por el plomo
errática utopía hecha añicos
silencio de las fuentes en las plazoletas vacías sin airedonde las madres son estatuas desgranando la ira azulpor la frontera del pan besando a sus hijos
la fiebre de sus corazones golpea este vacío de arterias
sus canciones rotas languidecen por el pan dislocado.
En esta selva he cavado mi tumba
de sus raíces brota un manantial
bebed hijos míos.
La luz primigenia de los senos:leche de estrellas pulverizadas.
Sueño de la primera infancia:mis dientes por la Vía Láctea.
LUZ DE LUNA
Dormía la luz por el canto:el hombre abría su zurrón,lentamente, advertía la calpor la lisa pared habitable,mientras dejaba ir una flor.
Bajaba del monte al llanooliendo a tomillo y romero:aquel perfume de la sierrapor el matorral hechizado.
Al fin, hallado en su hogar,ponía en remojo las flores;se acostaba con su mujery volvía a soñar.
Cuento las vertebrasque caen por el vacío:espina dorsal, articulola incomprensión.
No me perteneceel odio: las palizasque se propinanquienes no aman.
Cuento los segundosque caen por ellos:vientre vacío, ruegopor la paz.
POIESIS
La poesía levanta,su cátedra de aire,besándote la boca.
Y tu lengua, el mar,se disloca hablandode un imposible.
AZUL
Por el lento susurroque pareciera olvidarla canción, las algascrecen por mis oídos:tejen lisas caracolas.
Es como si estuvieradesnudo, me llevarael mar siempre lejos
por las suaves olas.
ESTRELLA
Celebro que vengas a verme:por los días que son nochesme ofreces Ser siéndome.
Sabes: sin saber cómo,pasas por este poemahabitando mi cuerpo.
Cavas un templopor el que somosvacío de la luz,
y seremos esa estrellasi al fin nos alejamos.
AMOR
Qué amor tan grandey no sabe hablar;moja el pañal un bebé,llora día y noche.
Qué amor tan grande,y no habla el amor;moja el pañal un bebé,llora día y noche
y nos llama.
EROS
I
Las niñas se ocultabansiempre a la misma horapuestas, por el poniente
parecían muñecas.
II
Las niñas se presentabansiempre a la misma horalevantadas, por el levante
parecían mujeres.
Gracias por venir a vermecuando no quería ver a nadie;gracias por coger mi manocuando me dolía la flor.
Y gracias por escucharlo que decía sin oírme.
Gracias por dejarme ir.
Donde una madre sujetaba el peso de la tierraallí he dejado todas mis lágrimas.
-Perdóname, madre, por no aliviar tanto dolor.
Siempre veo al mismo hombre.
Escribo una historia verídica;mientras me pregunto si existe la verdad,siempre veo al mismo hombrey escribo una historia verídica.
Pero no escribo el poema.
La mujer con cuello de cisneme habla de la vigilia.Y me deja una plumapara que no me olvide de ella.Me paso el resto del día amandopero no encuentro a quien amar,una mirada donde asirme y volar.
Pareciera que siempre estoy llorandopor la misma mujer que me abandona,pareciera que nadie encuentra el amor,pero todos llevan una pluma guardada;a veces, puedo ver alguna lágrimaque intenta abrirse paso. Y ya se sabe
una lágrima siempre es enamoradiza.
DIAMANTE
La aguja por esta llama,si va a operar el poema,quema la piel cosiendoel cuerpo frío del fuego.
Si te acercas al oídoquemaspero no me tocas,
sigue cantando.
Sujeto la pértiga y caminosubido por los tendederos.
La melancolía me piensasin lágrimas ni aplausos.
Y el aire azota las trenzas.
Esta sed de abrazos sin consuelocuando la distancia ardepor el horizonte, y quedan las lágrimas ocultaspor el jardín del cielo:
frágil paisaje de la ausencia
emblema de tantos besos.
HAREM
Salivilla de mar,sola por el cielo,su aliento morunolate abrasado, girapor los anillos del sol,mientras recoge alcachofasdescosidas, sin amantes,por una pena tronchadas.
Manos de pobre sombraprotegen, si el sol quemael cuerpo celeste caído,de la noche enamorado;
si una lluvia sin rostrodulcifica el semblantedel moro, sin bautizar,que deshoja el tiempopara cruzar el charcoy reunir a sus amadas
en un Harem de lunas.
Hay silenciosque no resultan nada cómodos;incluso, hablamos sin saberqué decir.
Nos guste más o menosno tenemos letra para una cancióncuando dormimos toda una vida.
No resulta nada cómodorecibir un ramo de lágrimas,coronar a un amor -eternocuando besa la frente sin saberqué decir-.
Inclinación del vallehacia esta bocaque me contiene,allí donde naceuna lengua: algarabíaausencia inflamadaque funde el relámpagoy atruena por las alasque planean los labios,cuando beso el mineral.
Inclinación del airehacia la materia alucinadaque cuaja el aliento,allí donde muereuna voz: desapegocognición del aguaque fulge solitariay rompe por las olasque llevan mi cuerpo,cuando beso el metal.
Desnutrida ansiedad,maniobrada penitencia,muéstrame al hombreque se quema al bonzopor oler tus efluvios.
No vuelvas a cerrarte.
Tiro del hilo.¿Me desatas?Te suplico.
Te equivocas.
Derrotado en primavera,la cabeza untada, camino;el amor no queda lejos.
Dejo a mi paso las semillas,rubrico el zaguán del espejo;a mi paso sereno el espíritu,astro cuya estela inverosímilhumedece los corazones,cultivando la flor invisible.
No tengo prisa ni reloj,no hay tiempo de amar,ella me espera siempre;llevo décadas de ausencia,libros con muchos tachonesy roturas, eternos vacíosque llenaremos juntos.
El camino se hace efluvioy yo me diluyo cantando;dejo una estela de polvo,fuego blanco de cometasde lágrimas y risas tontas;tropiezo, me lleva consigoy yo me abandono al amor.
Mientras más brilla el sol,cuando el cielo se hundeentregándose al espacio,mientras baila la espuma-reblandecida adormidera que sube por mis tobillos-;ahora que me ausento,desposado por las olas,perfilo estrellas de mar;
una cabellera alógena,adornada de purpurina,peina peces de cristal.
Confluyen tantos besospor este amor henchido.
SANT JORDI
Hago pampas yeguasy otros destrozostodo menos apagarel fuego la llamaque arde por los cuernosde generosos unicorniosy rosas como coágulos.
Arterio grafías pinchocon mi aguja dentífricahago girar las cordillerastriturando nutrias; y dicen-acaso los benedictinos-que la nieve es perpetuacadena de oro: espadaque retalla caps signant l'historia
sagnant l' oïda.
Es suficiente. No quepo:sin aire, una cabeza rota,sube y baja las escaleras
como si fuera a explotar.
Hay trozos de vidrio,por la acera del cielo,poco a poco, camina;la mujer ocupa vacíos,llena la copa del aire.
Tengo sed de justicia.
¿Podrías cantaral oído -madre- ?
Aquí ya no queda nadie.
¿ Qué has venido a hacer?
Escucha: nadie quiere escuchar.Desde que la sangre no descansanadie ha querido saber de nadie.
No verás ciudadanos. No viven ocultándose,de un sólo golpe se apagó la luz. ¿Sientes?Mi mano es lo único que queda. El paisaje fue borrado de la memoriay la muerte legisla sobre los tachones;no recuerdan la firma de una pena capitaly cubren con una bandera los cadáveres.
Aquí, donde habita el olvido, no existes.
Has errado por un paisaje sin sepultura.
Hace un día franco para escupir,en el himen de una nación, recordarlos aranceles, el intercambio de favoresescritos en la cabeza hueca de la pizarra; sentir el temblor floreciendo en sagrarios,remendar la falda oscura de la nieve:el olvido atrincherado en los límites.
Hace un día núbil para arrancarde un sólo zarpazo el frío, la firma
de una pena capital.
Me hago dolencia,torpe desdichaque tropieza.
Llévame contigo,acerca mis manosa tu rostro.
Sola, tu presencia,como un silencioque comprende
y da sentido.
Esta noche apago yo.
No llegaremos nunca.
¡ Cuánto os quiero !
Mirar los insectos:¡ cómo brilla el solpor las antenas !
Otra ronda más.
Somos eternos.
Únicos son los ojos.
¿Y pensar un coloruna incertidumbre?
El pensamiento planifica.Las palabras me colocan.
Alguien vende drogacuando otro consume.
Si fuera un ciclo,no tendría nada
qué decir. Me temo
muy malpensado.
Llevar deshechos hormonales,interrumpir el riego sanguíneo,que la masa neuronal salgaal exterior, fuera de la matriz.
Llevar el polvo del olvidoy recipientes de la memoria
como suculentos pezones.
Y, sobre todo, llenar el airede invisibles agujas,palabras que succionene implanten un pensamiento.
Es una oden proteicatendrás que obedecer.
Quien habla desde el pálpitotiene una corazonada.
Entrega su corazón.
No es por venganza el sacrificio.
Nadie conoce el perdón.
Te reto a invocarmehablando de corazón.
EL CLUB DE LA LUCHA
No disuado tu presenciaentregándote el corazón.
Sin duda, somos más, somos más,tanto que aquí no cabemos los dos.
Moro soleado en brumamientras voy creciendoaquí, entre las aristas.
Y no, no escupes fuegocomo otros proclaman.
Vengo porque soy luz.Y, por el ojo indefenso,me hago lugar contigo.
Sólo somos siameses.
Busco la bala asesina:la idea de mí, el padreque me puso nombre.
Tú me buscas, herido,dices que tienes valor,que puedes con todos.
Tienes una alucinación:tu imagen te destruye,te nombra por la bala,detenido en el disparo.
La venganza es estéril.
La razón nunca dispara.
Y tú, oculto por la sombra,no atinas ni apuntas a dar.
Así es como me quieres.
Así es como te nombro.
No habrán más disparos.
Quédate aquí sosegado.
No te inquiete el averno.
Prometo hacer justiciaseparando los mares;abriendo este umbralque detiene los pasos.
No se adónde voy,compañero del alma,pero quiero caminar,una vez enterrada
la memoria.
Nunca han tenido suficientepero si me detengoy arde una lengua por las callosidades,entonces, soy el sudorque se impacienta;
el latigazoque cierra una mano;
el amoren un puño.
Tengo dos hijos deformesque poco se llevanentre ellos.A mí me llevaronal oculista.Tengo una línea deforme,qué más decir si uno nunca pare;
ahora comprendocuándo da a luzla palabra,
que responde por ellos.
La inquietud de un lucero.
Me asombran sus pasosperdidos por esta nocheque se ha hecho amada.
La añoranza de un amorapaga la sed de estrellas,que se han ido apagando
sin encontrar mis labios.
Esta quietud no me mira
y su cansancio es juvenil
como si hablara la semilla
y creciera por esta cebada.
La muerte abre mis manos.
¿ Qué hago en una canción ?
Hoy brillas más,anidas la nochey no huyes de ti.
No sabes mentir,te sujeta, ausente,esta mirada azul.
Me agotanhacen el nudorepiten conmigola piedad la compasión;las palabrashacen el nudome agotanla corbata.
La felicidad encharcaba mi corazónen un entierro, sin hallar el cadáver.
Y lejos, los pájaros, por las cristalerasbombeaban la ausencia de un féretro;cerraban los puños golpeando al sol,sin lágrimas, heridos, sin hallar cura.
Sin salir a tiempo, yo ,loco de remate,haciendo el nudo a mi padre muerto;pensando en la corbata de pájarosque llevaba el día de su entierro.
Quiero saber cómo siente el vidrioel paisajesi sus lágrimas crecen más que el campo de la cebada.
Si acaso sus ojos son inocentesy me ausento sin llegar a morir.
En la casa del olvidopaso mucha hambre.
El fuego es a tierra.También está mi madre.Sí, en la casa del olvidomi madre no cocina.
Las pupilas en la llamaporque sí, arde el fuegoaunque no hay comida.
Solas, las palabrasque ella me ofrece,con sus manos abiertasadobadas por la ceniza,mientras repite: -hijo mío, carne de mi propia carne.
-Madre sólo hay una-repito hambriento-y ella me abraza.
Con su canción,inmensa,me quedo dormido.
En la casa del olvido.
Regresarán las manos de mi padre,como un niño sin pan haciendo el amor,borrarán los crímenes de la historiadulcemente, expirando los golpes.
Mi padre me llevará en pañales.
Cantarán en la cuna del tiempotodos los papeles de la historia,re escritos en blancas paredes.
Los torturados volverán a nacer.
La inocencia varonil, su sonrisaagitando los sonajeros,y los días contados, la libertadabriendo las cerraduras;
dejando ir a la bestia.
EL POEMA
Su cuerpo es blancolímite de excavación.
Hacia adentro canto.
Hacia afuera entierrola voz de quien habla.
Aquí estoy, no miento
a la muerte.
Mujer que no mientes
porque llevas el fuego
grabado en tus sienes
y moldeas el barro.
Perdóname por vertesin vida, descansandoen mis manos, dondehe querido hallarme.
No alcanzo a saber,qué hay al otro lado,padre, perdónamepor no estar presenteel día de tu entierro,
cuando te abrazabay decías tantas cosas,sin decir nada, ausente,
como lo que más amo.
Cuerpo eres vacío,luz que no apagas:
órgano o farolillo.
Tierra eres enteraverdad enterrada:
símbolo o palabra
que no tocas, te hablaquien ahora te escribe.
Tus funciones:a + b + c + d
y no digo abecedario.
Computas mal, te pesaresponder por ligadurahaciéndote Plenilunio.
En cuanto a estructura:estación terminal sin ojoscita con la necesidad,
de espejo la mancha,pre-biótica amalgamareplicando el tiempo,roto por el espacio,
códice por el puntoy genuflexiónde la memoria.
Dejad que el padre
nuestro, se acarque
por el insomnio; sea
sombra o recuerdo
de algún rostro: voz
que ahoga;
con blancas plumas,
tapa la boca
y vacía la nariz.
Dejad que salga
esta noche, solo
por el agujero:
la boca del Padre
Nuestro.
Siempre solo.
Es la noche el cuervo
que me habla bajito.
Y hace mucho frío
cuando me mira.
El pájaro sin la colina,aturdido, busca el fondo,mete su cabeza,mientras retozan los cabritos,mete su cabeza hasta el fondo;la raíz crece por los huesecillos internosy llega a los tímpanos su canciónde martillo yunque y estribo.
Y no puedo ver la extensión,el hervor de la praderallevando la sed al valle,haciendo bajar la nube al agua,siendo la delicia de las flores,la albura de los mansos animales,dichosos por ignorantes;
no puedo abrir las alascuando su luz me llega
como un calambre,me llena la lenguay entierra mi canto.
La mujer conversa en una gota de aguano encuentra límite alguno a su amor.
Siempre está en las nubescon sus manos sujeta el ruido de mi cabeza;sus labios disuelven un trueno en mi boca.
No me he levantado aún cuandovuelvo a caer del cielo.
La mujer en la que me he convertidono encuentra límite alguno a su amor.
Llega hasta adentro,
hasta ser quien soy,
y toquetearnos,
palparnos
hacia adentro,
hasta proclamar,
proclamarnos:
mentira
mientras nuestros cuerpos
se aman descorazonados.
Es de noche cuando salen las abejas. Me quiero tábano, en el tronco, hundido, esperobailar hasta que caigan todas las estrellas sobre la charca, donde no hace mucho murió unhombre que quiso regresar a su propia naturaleza; mis manos piensan en él cuandorecorren la ventura ciliada de esta noche con forma de paramecio, euglena o cualquierotro ser irreductible a los ojos de la luna: espejo del hombre sabio
que sabe cuándo menguar o crecer.
Necesito el espacio del pintor, no el cuadro, el cuadro lo tiro si no me miras cuando tehablo. La cerradura del marco conoce la ventura del lienzo, pero no, no quiero excusasblancas donde hundir el pincel. Quiero cabalgar esta noche de grillos atrapados enespejos. Ser otro pintor perdido entre la maleza, con blusa fosforescente, que macerafrutos blandos y rojos como tu sexo. No, no quiero sacar la cabeza por tus lágrimas,prefiero amarte desnuda
resbalar por tu lengua.
El efluvio de la tarde se despide de mí. No importa, reina, ciudad hecha de paseosinterminables, siempre en vertical mordiendo el polvo, haciendo sonar el esqueleto, elandamiaje mudo que sostiene al descanso. No importa farol ni espada cortando la lenguade los semáforos, ni importan los ojos vacíos de la soledad que detiene el tráfico. ¿ Porqué me miras como si estuvieramos juntos?
¿ Por qué amamos sin esperanza ?
El ritmo que no miente, la apertura atómica.
Me mondo cantando por una lengua cuánticamientras, Alicia, sale del espejo y me canta
haciéndome canción,
y no me deja morir.
¿ Por qué salimos, tan solos,por la infancia que amamos ?
¿ Por qué entramos, tan solos,al sueño que todos duermen ?
Ay que te me hacesespina,ay que te me hagopez.
Ay de la lengua,tantos sueños,
y nosotros barquitossusurrando oleajes;
devorándonos.
Tener la certeza de tenerte,apoyar tu cintura en la barandilla,inclinarme hacia una lengua,mientras navegan dos buquessostenidos por la soledad.
Y tú, bebiéndote mi boca,de un sólo trago me tragas,despertándome al abismo,donde busco tus manos:
lo único que me sostiene
cuando ya no te tengo.
Cuarenta añosdesnudándonos,y no hemos llegadoal centro de la tierra.
Cuarenta calendarios,a oscuras mirándonos,
y no hemos llegadoal centro del amor.
La poesía es un tubo de ensayo.Y tú eres otra excusa para amarel devenir de hojas,que caen sin saberque caen.
Siempre en el suelo. Siempreensayando otro vuelo. Sin saberde nuestro corazón cilíndrico:la turbulencia del vértigo.
Siempre tú, y tus manos, y tus cabellos;tus uñas apurando mi espalda;el vaso de tu miradaque me sedimenta,me deposita,me deja
ir.
POÉTICA
Hablar otra lengua.
Sentarse a la mesa,rodeado de cuchillosinútiles e inservibles.
No darse por vencidoy entregar la cabezacomo único trofeo.
No levantar el acta.
Y, si te dan migajas,tributar por la lenguaque hablas hablando.
Robo a manopeluda,guisante desorbitado;tic-tac- esperas el tiempodel relámpago,tus ojos las mielesdel esteror en la vertebra;y ves la catacumbay rezan hundidos,los rostros son soles,estrellas que se apagan.
Te alejas cantando fueguecitos,levantas la estación o la unidadde convivencia humana,no industrial;no te sirve el pladur ni las alcachofas rotasni las secadoras que mojanni puertas correderas con las manetas que saltan;
metes tus orejas y celebrasun bautizo sin aglomeración,una comunión sin regalos.
Tu cabeza rebosa artículos,aún por escribir está Dios,como un pénduloescupe latigazos de nieve;y se acumula el papel,cuando salen conjuroscomo montañas,ríos donde la paz, inmensa,lava los pies de Jesucristo.
Te introduces en mi pechoexplotando corazoncitos,y los animales comprendensu destino torturado,atormentado porla concienciaque cae;
sinrazóncae
unojo.
Cuando no sabesqué decir.
Cuando eresel perfume.
Cuando soyun recuerdo.
Tengo los lomos molidos.Menuda paliza de ojos.Míralos caercaer
por una miradala potra salvajebarniza el canto de la madera.
¿ Sientes cómo se pliegan los cabellostodas las conciencias en una sola madre luminosaque habla la lengua de la resina y canta vertical ?
Menuda letra que nos comprime la savia vitalarrinconando nuestra infancia en los estantesde la memoria.
Pero hoy no busques otra excusa para leermemejor escribe en el trastero, donde me aventuro,la historia que tengo que contar.
Con los ojos cerrados, borra la literaturaavanza por el cuerpo lechoso del pecadomientras me derramo por las estanterías.
Y que mis pezones encuentren tu verbo.
Sostener la miradacon los ojos cerrados.
Ser un submarinoen tierra firme.
Inventar la lluviacuando tus uñaslastiman mi espaldatendida al sol,
cuando tus gritosnublan mis jadeostendidos al aire.
Sostener la batallacon las manos abiertas.
Ser un esqueletoen cuerpo frágil.
Derrotado, amarmi propia tumbatu mismo deseo:
La luz detenida.
Macizo barro con ojos,innumerables vértigosque aman el frenesí.
Oquedad desorbitada.
Cuando estoy ausentetiro del abrazo, hacia afuera.
La pena me devora los ojoshacia adentro, tiro de mí,cuando estoy ausentey nadie me alcanza.
A veces, pienso en vivirpero siempre me hagodemasiado viejo,sin musculo suficientesin sueños vivos,no los que se sueñandormido o despierto,hablo de los que abofeteana dos manos, dos brazosque se duplican,e interminables besos.
Pero no, ya es suficiente.
¿ Qué hago tirando del hilo cuando no quiero salir, y temocaer en tu entrepierna,manchado de la Nada,con la cabeza y la suturade un te quiero:un respiraderocomo esta ideaque me consume ?
Y no es posible amar, aquídonde hay tan mala hostia.Y sobrevivo, deshilachado,huyo de quienes puedenhacerme daño. Muchodaño es estar ausente.
Creo entender tus palabras.
El silencio no es inamovibletus ojos no son una montaña.
Sin que me veas, me desplazote empujo suavemente;mis manos sedimentany, cuando piensasque nadie te quiere,escuchas un leve murmullouna caracola en tu vientrehaciéndote las cosquillas.
Respiras, conforme al deseo,que te lleva por esas calles,y en cualquier bar me amas,
como si fuera la primera vezque nos vemos necesitadosde una palabra, tantos besos.
El huevo atrompetadoa la margen vivípara.
La imagen solitaria de mí.
Y el péndulo como un sonido,este latigazo,o el eterno latido insignificantede la Nada.
No atribulasel pergamino,ni un límite atadoni su cintura temblorosa,atragantada de peces rotos,o branquias sudorosasbesándote la lenguay sujetando tus manosa su cuerpo inmenso,derruido en palabrasinsignificantes, en cuanto asi pudieras ser soñando
en el lago azul.
Luciérnaga
de final tristeestás hechaprematura-mente o luzque se roea sí misma.
Te escuchoen silencio.
¿ Qué especie inmadurame mancha los ojos,colgando arañasmientras palpa,de continuome manosea ?
Parece un imposiblela infinitud sangrada.
Dice un juguetedefenestrado;
una trona des-tronada.
digo que diceporque temoromperme.
El mal sueño desfigurado;tantos rostrosentre las sábanas;restos de uñasentre las bujías,queriéndose agarrara tu pescuezo,
y tú que vuelassin motor.
Cuando se levantanlos ojos a la salidadel sol,
y todas las manosdeshuesan la luz
hasta la caídadel último villano.
-Si sólo vemos cuerpos.
¿ En qué nos convertimos?
Piensa la muerte.
VOYEUR
Trabajopara hacerte feliz,aproximadamente a las seis de la mañanadoblego las hélicesy me inmiscuyo por la flora;seco la turbación y acicalo sus alas grises,con palillos de mondar, hago cosquillas a los ojos infranqueables de Belcebú.
Y para no hacerme cansino escribocon voz de armiño y manos de cochinilla;raspo los colmillos de los bermejoshasta que saco una punta muy afiladay la clavo en la vigilia de tu sueño
entonces, despiertas
contesto a tus preguntas barajándote:mientras te lo juegas todo a una carta,me replico por las mismas palabrasque te encadenan.
Y me inquieta -por ello te rasco de continuo-la obsesión que tienes por habitar el vacío.
-Hijo mío, eres algo más que un trozo de carne.Aunque nombres todos y cada uno de tus doloresno estás libre de amar el eterno retorno de tantos poemas como cuerpos fragmentados.
Pero, ¿ quién te has creído que eres?
No me mires.
LLAMA
Han crecido indistintas composicionesbajo la piel, en el límitede tus ojos castrados.
Has miradola fatiga de los cuerpos,amando un imposible,ardiendo por el horizonte,como juguetes inserviblesdeponiendo sus armas.
Y has nacidohijo del sol.
El precio de ser llamadoes padecer de picores,aprendiendo el Amorsin nunca llegar a Ser.
Arder sí, pero sin serel mismo combustible.
Si te dijeraque vamos a encontrarnosy colocara todos los caminosa tus pies
¿ qué cambiaría?
Acaso, ¿ no seríamos los mismos ?
Si no hay paisajey apagué las luces
es porque te amo.
OVIDIO
¿ Quieren decirque el vacío es sedación
Que mis cabellos rizadosno derramaron lágrimasen un coño hambriento
Que la primera canciónserá también la última
Que soy envoltura fríade voz rugosa y blandaentrando por sus oídos
Que ya lo he masticadoy canto alguna oracióncon alas de mariposa ?
Me hago tiznándome,saliendo por el túnel,guardando lágrimas,vaciando un cuerpo.
Es esto, aquí y ahora,este poema es féretrode una alucinación.
-Veo la carreteracómo a la vuelta se hacecada vez más oscura la luz,más oscuros tus ojos,más frías tus manos.
-Quédate conmigo. No vuelvas.
-Allí quedamos nosotros.Y he de ver el ramo de flores.Además, dicen que hay una cruz.
A la vuelta no había nada:como una historia imposiblela muerte borró la carretera.
Con un ojo tengo suficiente.
No respondo a la multiplicidad.
No soy presagio.
Respondo a la finalidad de unir.
Estoy programado a destiempo.
No volverá quienestá en ti, y, a veces,cuando miras el mary este se confundeen un solo cielo azul,un solo comienzo y final;a veces, cuando escuchas,sientes las manos,
siempre son dos,y las piernassiempre son dos,también son doslos ojos, pero
es una tu frenteel tiempo es unocontigo mismo,
y nunca regresa.
En la idea obsesiva de mí, ahondo, como único testimonio de la guerrame pica la quemazón de combatir.
Por la última frontera, donde no queda nada,mi cuerpo es devorado por las alucinacionesy, poco a poco, comprendo mi falta de límites.
Queda una voz insostenible, la tumba donde no descanso:el templo desangradodonde soy evangelio.
Aquí me desgarra una idea:el eterno retorno del asesinoque viene a pedir venganza.
Me hago en descomposición.
Es profunda una idea. En el principiono hay forma alguna, no hay colores, no hablan las voces. Y estas manos no te sujetan.
Te expulso vacío: solo contempla.
Las voces me hablan de ti.De mí te vas separando.Las voces nunca mienten.De la nada costruimos.Las voces no tienen forma.De mi te vas deshaciendo.Las voces hablan de todos.Nos vamos contruyendo.
La última, la más sincera,no tendrá nada que decir.
Lo habremos dicho todo.
¿ Dónde aprender la confianza ?
He salido sin recuerdos.
Solo, con estas ansias locas del puñal,como un objeto desprovisto de carne,quisiera entrar en tu casa, calentarmeen tus brazos eternos. Hablar de míescribiendo las sagradas escrituras.
Recobrar la memoria, tener fechade nacimiento, un vientre, el huevodonde nutrir estas ansias tan locasde besar tus labios de fuegoy descubrirme simbolizado.
He salido matando a mi padre. A mi madreno la he conocido. Desprovisto de derechosarrastro estrellas apagadas por esta noche.
Y no tengo fe porque tributo al miedo,le regalo palabras manchadas de míla hoja de afeitar la tarde de domingoel espejo retrovisor donde descubríael rostro de la virgen dándome a luz.
Y no tengo a quién confiar un gritoun dolor desfigurado por los golpes.
Sí, comprendo, aunque no me hablas,puedo ver tantos rostros incendiadospor la camisa azul de todo atardecer.
Incluso, puedo oler tus crímenesen nombre de la creación eterna.¿ Eres bondadoso siendo tan cruel ?
Necesito saber a qué atenerme si hacia ti me dirijo con hambreestando ya esta tumba vacía.
¿ Quedará algo de nosotros, cuando al fin seamos el mismo Amor, la misma palabra ?
Necesito confiarme a este vacíoa despecho de no ser iluminado.
Si no escribescon letra de arañacon letra de heridadeshecho por la sedaperdido por laberintosllorando por telarañas.
Si no escribes el paraderola muerte cosida al papella piel blanca del olvido.
¿ Qué fe profesarsi no te engañas ?
La textura del dolor en tu almohadacomo un pájaro atado a tus sueños.
Y las pupilas de la charca oscuracuando fabrica estrellas y satélitesdonde reposa una idea descosida.
Y la luz, disecada en tus ojos,cose una memoria desorbitadaque explota en mitad de la noche,cuando gritan todos los muertosy Dios muere sin encontrarte.
Ahora haces un triángulo.Dejas la esfera, oráculos,y avanzas, incendiándote,por el vértice y las aristashasta atravesar el umbral;
abres la boca al sol que engullelos estertores, el último alientodel animal poetizado.
Vienes de todos los lugarescon tus grabados y medallas.
Silencio. Has entrado en mí.
Y tu calavera, atardecida,pulimenta viejas estancias,antiguas ruinas sin memoriadonde se entierra el olvido.
Silencio. Ten piedad
cuando nada soy.
Donde yace el olvidohay lágrimas sin luz.
Donde ahora yacesdescansa la sombra.
Eres tan inmenso
que estás vacío.
ALHAMBRA
Por los peldaños del torreón,que nada quiero, oscurecidocomo un sol licuado, acudoempedrado me representopor callejuelas, abriéndome por tantas ranuras deliciosas en la visión de la Alhambra.
Siendo Granada, sin cieloausente en transmigraciónpor la rueda de la alegoríasoñando mi propia sangre reunida en los bodegones;un concepto materializadocuando soy una escalerasin idea alguna del biensin idea alguna del mal,
que ni subo ni bajo.
UNIDAD HERMÉTICA
El cuerpo de la soldadura.
El mismo hilo conductor.
El cielo que no sucede.
La bandera izada: carneque no cesa en su caída.
La unión que no sucede.
Ah el cuerpo abrasadoel mismo hilo conductorla misma muerte clínica.
Sempiterno desfile de sombraspor el mismo canal de televisión:la lucha inútil de toda corrienteque se hunde en el resplandor.
Ah la nación que no sucede.
Y la razón, agotada en el verbo, como una sonrisa o un desierto
habla desde el exilio.
Yo hice un licor dulcepara calmar la sed,geles gratificantesque acariciaban la piel.
Los principados, agradecidos,no esperaban la salida abruptadel furúnculo por su piel roja.
Ya no era azul su sangrey yo no quise engañara ningún príncipe, ni princesa,tampoco quise derribar la monarquía;es sólo que amaba la pobreza:su tierna leche haciendo estragos,sus perfumes torturados en manosde asesinos esbeltos en su odio,las factorías de ojos tristes, ríosmuy muy gamberros, y saltimbanquisque traían malas noticias -de nuevola cárcel o la temible sobredosis-.
Sí yo hice un nudo de alondrasen las gargantas más temibles:las que no quieren beber la hiel del amor: esa esencia podrida que quema mientras legisla
la pobreza.
Con no escucharteya tengo suficiente.
Son insuficientestantas oraciones.
Aun si se pierde la lunami esencia es plenilunio.
Rompe las copasantes de brindarpor el horizonte.
Abandona la sedy tanta verborrea.
Andando el tiempo,si aún queda espacio,germinaremos.
Quieto, que no sosegado, contemplo el monte, yme sorprende no ver las escaleras, algún peldaño.
Solo, el aireque entra y sale, sube y baja, y es silencio: la idea en imagen que contempla el cuerpo.
Y me siento prisionero sin cadenas; esclavosin nadie a quien obedecer; torpe golondrinacon alas de nieve y pico de invierno.
Tembloroso, aquietado, que no en reposo.
Pues en la siega aguarda, la figura inquieta, a la saga de la lujuria.Pues, la pasión, ama el canto afilado del deseo, su cuerpo idolatrado.Pues en tempestad concibe; rehen, en tres dimensiones, del Objeto.Pues sus aristas, apuradas por los pómulos, aguardan la alucinación.Pues reboza el llanto cíclope por la frente interminable de la deformidad.Pues ha oído hablar del Amor, su cerviz hincada en la corona de mirto.Pues no ha sido suficiente la memoria incendiada por el último de la fila.Pues han profanado el perfume de la tarde, a la sazón del yugo: el poemapues, tributa a palomas hieráticas, concebidas a destiempo, fuera de lugar.
Luciente paz en la copa vertida, mis manos condolidas por míseros gemidos. No fue sueño quien quiso igualar la caída de Venus, quien esperaba la vigilia, como la hiel, petrificado en el navío, con el vómito de cinturas arqueadas.
No fue la bestia el sueño realizado. En el desván quedan más fotos y pesan las vigas. No han tenido tiempo quienes aguardan el delirio en sus pupilas; quienes llevan el peso, quienes fulgen hasta ardery hacen el recuerdo por la memoria.
Y ahora que me derramo en sus labios lluviosos, terraza en la nube,techumbre incierta entre paredes agrietadas y algún que otro réptil de sangre fría. Y ahora que se doblan los cuerpos y no hay palabras. Ahora los latidos me dejan al alba, junto a la imagen inservible de ella,que luce más hermosa que nunca, más radiante por vieja y cansada, más madura, toda hecha una mujer, pero toda hecha de recuerdos, detenida en el tiempo, en la copa vacía, en las manos condolidas por míseros gemidos. En blanco y negro
como esta necesidad, tantos fotogramas, tantas pupilas, tantos delirios.
Y la boca, hecha de besos, no termina nunca de cantar. Y naufraga por su elocuencia no dice -cómo decir- que ama un cuerpo prestado, hecho a la medida de la muerte, al final de la bestia, echado a morir:
guardado en el desvánenterrado en el polvo.
Cada día me replico: muero de nuevo.
Compro golosinas por el poniente, donde me encuentro con mi padre.
Atravieso la noche, privado de la palabra,sin ser consciente del lugar o el momento.
Y no puedo pensar el vértigo si regreso como una piruleta mordiendo mis labioscomo un inmenso corazón escondido
en el inmenso bolsillo de una estrella.
LA CULPA
La derrota de la piel. Sangreacumulada al final del túnel;un corazón por el fregadero.
Los ojos esperan una visita.
Alguien tiene que aparecerporque me encuentro solo,porque ahora me defiendo
olvidando que soy culpable.
No te arruguesentrégate a mí;rompe mis ojospor la servilleta
háblame de tiriendo conmigoplegándome;
atora mi vozburlándomecon cariño
y déjame rotoembriagadosin tenerte.
Copiosa nevadael tierno abrazo;
duele despedirseal final del amor.
Sigues izándote tan vacíoconfortable viento del sur.
Y tiemblas por el nortesin encontrar al amor.
¡Pégate poemazo!¡vuélate sésamo!
¡Métete en la boca!¡cómete los sesos!
Y caga la corona.
Ay si cae en mis manosno me parte este rayo.
Una lengua me quierepobre, pero más anchode espíritus poblado.
Ay que te amoay que me odias,ay que te sobrevivoay que me sobrematas;
ay ay ay ... si caes en mis manosme parto en dos,pero no me parte un rayo.
No puedo faltar a la palabra.
Sin embargo,
¿ qué hago cuando me siento tan culpabley no hallo consuelo alguno en las palabrasque nadie quiere escuchar ?
Fulge fruta,por la copa,huele a sedtanto amorembebido.
No quierobebermelos besos.
Me llevan presoy nadie responde por mí.
Me señalan mientras olvidan.
Espero que recuerden pronto.
Mi voz es demasiado convincentesi todos buscan un chivo expiatorio.
Además, me siento muy culpableaquí, encerrado, queriendo olvidar,dudando de mi propia inocenciaporque no he podido defendermey perdí el juicio,y me llevan preso, y soy el único
Que respondo por mí.
AIRE
¿ Cómo te amo, roto sin ti,solo aire de este recuerdo,estación que está de paso?
Soñé, inmerso en la maleza,me ahogaba escuchándote;sonaba la piel como un besosin labios, aire entrecortado:repetición de la misma heridaque sangra sin encontrarse.
Cadencia sin destino, amé,enzarzado a mis silencios.
¿ Cómo te amo, roto sin mí,solo aire vacío por una voz,que también está de paso?
LLAMADAS PERDIDAS
Escribo mi número de teléfono por los lavabosno vaya a ser que alguien se pierda para siemprey me haga una llamada perdida.
Tampoco hago mucho caso de los borrachossoy discreto y no me inmiscuyo en sus vidas;paso de largo, como el vaso siempre vacío,lamento la mala suerte que consumen.
Y aún tengo tiempo para amar;con sólo acariciar sus cinturas,sin que me vean, los embriagoy les devuelvo a la vida; sin avisar, vuelco un taburete por la memoria, me apresuro por las sombras
y escribo mi número de teléfono por los lavabosno vaya a ser que alguien pierda todo en la viday me haga una llamada a cobro revertido.
OBELISCO
Piénsate obelisco, si así calmas la angustia, mientras presencias tu propia muertea la postre nadie admira a quien se sabe muerto, sin embargo, tu ausencia es dignasi me remito al tiempo y digo tus últimas palabras, sin pensar en ti, y te sorprendopor el sol, el viento y la lluvia, todos ellos pacientes, labrando tu misma impaciencia,con el arado de las olas y la risa de la espuma: un erosionado mar por los espejosamando tu propio cansancio, la obstinada existenciaque se resiste a morir.
EL ESCONDITE
Jugaban al escondite:Los niños se ocultaban-un dos tres y gritabanbuscando la salvación-.
Se hacían mayoresmientras pasaba el amorcontando hasta cien.
No quiero hablartepero estoy cansadode hablar solo.
No es útil querertey envolver un corazón,como si pudiera hablarun poema.
-Madre, no temas,si ahora te hablo.
Más me vale una derrotasi asomo por la entrepiernay hablo con mi cabezaatormentada.
ABDUCIDOS
Hay un día que se clavacomo un grito interminable,que navega por la espesuradel madero o la alucinación.
Hay la razón que se hundecomo una luz entre sofocos,que suena por la red socialde internet o la servidumbre.
Trabajan extraterrestres:perforan la sien a destajoe implantan la deformidad,por cuencas extrapolables,a una memoria diamantina.
La materia más corrosivaolvida un tiempo humano;no hay piedad ni consuelopara tantos abducidos.
El aire araña mis labios:este silencio es continuo.
POÉTICA DE BOLSILLO
Pompas fúnebresy ayuntamientostodos están presentespara ver quiénes son;no falta el agua mineralde pura cepa la manoel ave en la copay la ternura del buitre.
Elevan oleajes de floresletras de color purpurina,por la venia de la filiaciónque recita alguna oraciónhecha a medida del oído.
Y de repente -oh sorpresa-sonora mención hermana:sale de la boca un torbellino de pájaros microscópicos;como un ciclón, recorren la salase posan en las manos, picoteanalgo de piedad, algún premioalguna edición de bolsillo-cantan en el cementerio-.
Ya a la hora de las despedidas,en plena clausura, los valientesque llevan toallitas y crema solaraún se aventuran algunos pasos.
Tal vez una sola vida los separadel azul puro, paraíso imposibledonde quisieran lavar su lengua,enterrar sus manos y dejar de escribir
o hacer la pompa.
LOVE POETRY
Un latido sonoro.
Un púgil emblemático.
Y ningún contrincante.
POÉTICA
¿ Qué autoridad, qué ruido malsonantequiere hacerme callar cuando me dicesque hable bien, con mucha corrección,que haga un buen uso de la palabra ?
El mismo abuso que haces de tu podercuando quieres disciplinar a tu esclavo.
ECONOMÍA
Llevo la colección de cromos en el calcetín.No me fio de nadie salvo que lleven cromosy por alguna coincidencia o algún intercambiose dilaten más las pupilas por el alcantarillado.
Yo sé que allí están los cuerpos, los reales.Estos que se pasean, quien ahora se pasea,es un mero disfraz de la economía, alguienque desconfía de su misma indumentaria.
No quedan excusas. Morderemos el polvo.
Como la cañería reventada hacemos ruidopero somos más falsos que los billetes.
No me atrevo a decirque la palabra se aislade la música.
Más bien tengo miedoy soy pésimo bailarín.
Pero me atrevo a decirque un hombre cantapara sus adentrosmientras lo torturan.
Ningún verdugo puedeilustrar tantas palabras.
No canta ni sigue un hilo,pasa ahíta por la ciudad,dejando los rascacielos:tacones que se replicanpor la hoja de la navaja.
Como un sucio epigramacaen gritos por Baltimore:sale un ruido de la selva.
Está ausente, destrozada.La mujer sin bragas llorapero nadie sabe por quéestá tan adentro el odio.
Toda llena de pétalos:en la bañera no cabenmás lágrimas sucias.
REPARACIÓN
Antes de salir de casa, perderte por esas mismas goteras; sentirlas mismas lágrimas colgando del mismo techo, a punto de caer.Pensarte plato de ducha por tus pies agrietados. Ver sin ser visto,lanzar el farol de caminar descalzo, mientras hablas a oscuras.
Antes de llorar, como si aún fuera posible desprenderse, escribirsentado sobre la lápida -sin que los pies toquen al suelo- recordarun día de derribo, la interrupción indiscriminada de todo afectoprofesado a tu hija -¿Quién pudiera disipar el día de su muerte;cuántos soles enterrados, muriendo van a la zaga de los besos?-
Reinventas una misma geografía en aras de tu propia reparación:te encuentras con ella en el cementerio; ahora luces por el ramoque llevas a un jarrón vacío de lágrimas -has perdido demasiado,poco a poco te apagas por una fotografía, viéndola a ella sonreír-.
Miras el grabado de su nombre junto a tu mismo apellido:las letras fosilizadas por el mármol -inquebrantable tiempo-los corazones flotando por un mismo sueño.
Gota a gotate deshaces por un abrazo
que no llega.
Con cariño y aprecio, a Francisco Javier Solé Ribas
ABUSO INFANTIL
Mi cuerpo se vio apurado, mal me sujetabauna mano agarrada a una de mis muñecas,mientras tu otra mano golpeaba con furia-colgaba de mis orejas el grito de mi madre-.
Zarandeabas tu frustración, querías acabar,poner fin a tanto dolor, por ello golpeabas,y el odio se mordía la lengua, desatinado.
Luego me veía salir de aquella habitación;como si fuera posible amarte, aún pensabaque aquello no volvería a suceder.
Pero, en realidad, quien deseaba tu muerteera yo: un niño herido por quien más quería.
Aquel cuerpo infantil, relleno de algodones,sin hallarse a sí mismo, objeto de tanta ira.
Eterno peregrino por un sueño siempre blanco:primero abandono un cuerpo, tomo distancias;luego, la sangre me comunica con mi propia voz,me reencuentro cosiendo lo mejor de mí mismo,bien hallado por tantos poemas.
Tantas caricias, pacientes, muestranque la ira no tiene objeto.
ANATOMÍA PATOLÓGICA
La mentira del formol.
La hora de levantarse.
Miro el relive del frasco.
El líquido es viscoso pero amortigua.
El cuerpo en desarrollo se agarra;
no tiene uñas pero se agarra,
con más fuerza si cabe, la lengua
aún en desarrollo,
besa una estrella dormida,
donde los residuos de la química
son fructíferos por sus enlaces
y sedimentan familias enteras.
No se ha formado una idea. No hay luz
pero tampoco sombra. Lo que observo,
en el laboratorio de anatomía,
me configura en el espacio-tiempo,
fijado a la clínica de un fantasma,
más hallá de la vida y la muerte.
El diagnóstico pronostica.
Sin saber, redacto células:
un silencio blanco y frío,
delimitado por la pantalla,
escribe la invisibilidad;
fabrica los latidos
mientras espero
otro enfoque.
La línea de automóvilespor el mar, a toda caña,atropellando a las olasu otras causas perdidas
que hablan de nosotros.
Me pone la mujerque encesta los huevos.
La reorganización del citoesqueletopor el aplastamiento del borde central -ese que se ahoga, posado en su copa-
El borde frontal se inserta por rodamiento-que no tocamiento-.
Se produce la extravasación de miradasla unión plasmática de las lenguas-aunque aún no piensan en tener hijos-.
Las quemotinassecretadas.
Las cadenas carbúricas.
Y la bicapa lipídica.
Ay de mi lengua sin ti.
Ay del centrosomay del citosol -I loveme-.
De objetos, variosen el escaparate de tus días.
Todos, menos tú.
Tengo el mal gusto de balbuceara la Psiquiatría de guante blanco:
¿ Les gustaríaque, una vez muertos,los sujetaran con correasy alargaran su entierro indefinidamente,entre pañales manchados de mierday orinales donde hierven las lágrimas,
que los ojos podridos de la nadalos amenazara, de nuevo,con atarlos al vacío ?
Niño de esfera cuadrada,y triángulo anular,por estima de la sombra,doblemente estúpido,magnánimamentezurdo e idiota.
Ven y siéntateen mis rodillas:
¿Aún no creesen la Muerte ?
El oído zancudo de la muerteme lleva la delantera.
No piensa lo que voy a decir.
No quiero más imágenes vacías.
No soy ningún corredor de fondo.
Nadie me vio.
O eso quiero creer.
En realidad, mientopero era necesario,digo, que necesito hablar con alguien.
Si no, ¿cómo, a quiénvoy a creer ?
La noche era amable,nadie me hablaba al oído,podía escuchar mis pasos,tenía tiempo suficiente;la imaginación fue generosa,me ofreció un juego a pares.
-Apuesto -dijo, ofreciéndomeun cigarro- antes de hablartus manos serán mis manos.
Aceleré los latidos al paso,creo que perdí el corazón.De nuevo, salió a mi paso.
-Apuesto -dijo, ofreciéndomeel salvo conducto para huir-tus manos por mi pescuezoahora son estas manos,y con ellas vas a escribirque me has asesinado.Yo sí creo en ti, aunqueahora me mientas.
Cuando pensé que teníatodo el tiempo del mundo,me puse a jugar conmigo.
Fijaos cómo acaba la cosa:Aun sin aparecer del todo,sigo siendo un fantasma.Y aun, sin saber si estoy,puedo desaparecer, perocreo que nadie me habla.
Nadie desafía a la muerte.
La mentira es convincente.
Sin bandera.
¿ Qué guerra vas a librar ?
Dejadme solo. Ya se verá.
Aquí solo quiero estar.
Sin bandera ¿ No me oyen ?
Andado el tiempo ya veremos.
Aquí quiero estar,déjenme aquí, solo
quiero estar.
Figuritas del odiocon un calambrede huesos armadosde buenas intenciones.
Yo fondo blanco:la paz anhelada.
Es no saber a quién amabasun día cualquiera en la playacuando el sol perdía su brilloy tus pies tocaban la espuma.
No saber si ha llegado tu horamientras lees las olas del mar.
No saber quién se hace noche.
Si pierdo la magia.Si rompo la barajay gana el intelecto,¿ con quién jugar ?
¿ Qué forman tendránlos ojos de mi amada ?
Y sus manos, ¿ serántan frías como pienso,su silencio tan oscuro ?
No me resisto a jugarla quiero comprenderaunque haga trampasmarcando las cartas.
Leo entrelíneas: aquíalguna lágrima astuta;luego del punto, sopor;al margen, la aventura;cuando haga el párrafoestaré tumbado al sol;la coma, algún suspiro;los puntos suspensivosel run run de las olas.
No me resisto a jugarla quiero comprenderaunque haga trampasmarcando las cartas.
Porque un día jurabaencontrarte, pregunto-¿ aún me quierescomo el primer día,cuando estaba solomi cabeza inclinanda hacia el amor eterno?
A sus ojos profundosme acerco encantado:juego a hechizarmecomo si la vida fueraun hermoso hechizo.
No encuentro la razónpero sí la única formade despertar cada día.
Escribir es un juego.
Vivir es hacer señas,alargar esta partida;trampear hasta el finalesparcir nuestro sueño
hasta besar sus labios.
¿ Qué harías, de nuevo,si te regalo un sonajero?
¿ Cómo lo ves, si vuelvoa reducir la masa cerebral ?
¿ Y si descontamos el tiempote ves capaz de hacerme sonarde nuevo hacerme bostezarcolmar el agujero del placerredondear segundos frescosminutarlos hasta la pepitahacer de la hora tus labiostodo un día por la dulzurahaciendo rodajas la sandíabalbuceando mi figura yermahasta que lloren los pezonesy tu boca me preñe de besos ?
Yo sé que en algún lugarcelebran una fiesta.
Me presumo entrando.Todo en derredor: disfraces.
Así puedo estar conformeporque nadie comprenderá.
Y si me encuentrocon algún ángel,le arrancaré todas las plumashasta que todos me vean.
¿ Aguaremos la fiesta ? No
no en nombre de la pobreza.
OKUPACIÓN
Me siento dichoso de ocupar este espacio.Aquí nos amamos, aunque el temporal no amaina.A veces, nadie acompaña, nadie preocupa a nadie;no hay caminos ni arboledas, sólo quedan bancosque no descansan ni permiten descanso alguno.
A estas horas, tu cabeza, hundida en una hipoteca,parece que se ha detenido, cuando aún me sonríes.Porque sí, compañera, ocupamos este espacio:nos resistimos a pagar una deuda inaplazable.
Yo quiero hacer un licor de hierbasllevar la verdad de lo más pequeñoinundar de vida los ministerios.
Quisiera que hablemos sin atadurashasta que caigan todas las cúpulashasta que se traguen sus mentirasy la tierra sea el único ministerio.
Yo quiero hacer un licor de hierbaspero solo no puedo; todos juntos sípodemos romper tantas cerradurasy ocupar todos los ministerios.
Allí nos espera nuestro futuro.
Cuando lees el poemano estás aquí -¿ dóndedónde ?-te preguntas.
Y la poesía no contesta.
Tienes miedo a contra-decirla poesía te mete la cabezaen la taza del water. Tú tirasde la cadena que te llevaescribiendo más poemas.
Cuando lees el poemano estás aquí presente.
¿ Por qué no te levantassales de la tumba erróneay buscas a quien te ordena?
Muévete desafiando la leyy si te entierran la cabezaque sea por no someterte.
Y si así mueres, escribesel único poema, el cualnunca volverás a leer.
Lo otro es un repeticiónla misma cantinela vacíaque no sacia esta sed.
¿ ES POSIBLE ?
Noche que te enquistasa cada segundo, nochedime, ¿por qué levantaseste polvo de estrellas,por qué persigo huidas?
Quienes tienen conocimientono habitan este planetaporque a cada segundoretrocedo, noche, obnubiladocon mis ojos, tan lejanosque te suplican el saberel saberme, noche, polvodesposeído, ancladoen tanto conocimientoen otros planetas, noche
¿es posible encontrarnos?
Han hecho un monumento a los caídoslo levantan todos los días, de tan viejo.
El trabajo que se han echado a las espaldaslos lleva a andar encorvados y a obedecermientras sonríen de cara al futuro,de cara al espejo donde se engalanauna nación entera de cuerpos sin enterrar.
Esto es así porque una bandera no es suficientehace falta más coraje para destapar las vergüenzasy hacer un monumento a la vida
cada día.
Me busco sin hallar entierromientras muchos me saludancomo si fuera posible estar aquímientras muchos me hablancomo si fuera posible seguir aquímintiendo sin morder el polvo.
Me pregunto donde me clavan el puñalme pregunto, pero estoy solotan solo que hablo soloporque sigo sin entender,
¿ quién regresa siempre al mismo lugarcomo si nunca hubiera muerto del todoy vuelve, una y otra vez, a que lo maten ?
No faltan los asesinos, sí manos para enterrar.
Nadie se hace fuerte, pesa demasiado la vidael mismo ataúdque arde por el horizonte cada día.
Nadie se hace sepultura, pesa demasiadola verdad.
Tan muertos, que regresamos para morirde nuevo, cada día estar en el mismo ataúdcon la sonrisa quemada entre las nubes.
La palabra es una caricatura, un cielo desfiguradopor quienes aparentan hablar estando ya muertos.
Sólo la mueca se atreve a llevar flores al odioy masticar despacio la condición que por sapiencia es, a ciencia, más asesina.
Me pregunto si más muertos caben en la nadao si bien habrá un punto final. Un único entierrocapaz de calmar esta sed de bocas tan vacías,esta música de órganos tan vacíos.
¿ Cuándo piensan enterrarme ?
Desahuciada está la vozque quiere sonar a algo,que quiere auparse un poquito
como una flor sin esperanza.
Acumulan los huesos con toda la corrección.
El toro mecánico los dispone ordenadamente.
Puedes sentir la barra de códigos si disparan.
Te preguntas si vale la pena sostenerte en pie
cuando te haces víctimacuando sientes al animaly nada sabes del hombreque sangra en silencio;
cuando te haces a la luzcuando eres vergonzosoy nada sabes del creadorque se inventa un cuerpo.
Apenas llegan noticias porque eres la noticia;barajando las posibilidades, diseñan tejidoslos empaquetan en órganos o metáforas.
Vives en la pobreza de los almacenesbien dispuesto por espíritus alucinadosque hacen contigo un poema herméticopara que no alcances a saber
quién eres.
Quien este libre de serque hable o calle para siempre.
Quien me sigue los pasosquien se inventa un lenguaje,que no hable nunca por mí;aunque no queden más balasni más heridas, así de abiertas,que no hable nunca por míquien dice ser quien soy,
porque no soy ni quiero serquien habla o calla para siemprequien se inventa un lenguajequien me sigue los pasos,
porque no soy ni quiero seren este ni ningún otro poema,
porque ni el poema es quien dice hablandoni el que escribe esquien dice callando.
Es algo más hermoso
no dejar nada en pie.
Cuando no quede nadaestaremos en paz.
Y qué paz la náusea.
Dime la paz azul del vértigocomo si quisieras volverengañarme de nuevo.
Cuando te destruyahablará el corazón.
Y qué presencia el amor.
Dime el corazón rotocomo si quisieras volverdejarme de nuevo.
Cuando no me engañedejaré de quererte.
Y no sonará a nada
la razón.
Voy a hacer una grabación.
Si no puedo ver tanta indiferenciapor lo menos espero que suene a algo la indiferencia.
¿ Os suena a algocuando todos caemos ?
Voy a falsar este silencioque se muestra indistinto.
VAN GOGH
Escapó por el orificio hacia el vuelohecho para la vista, echado a volar.
Así sus manos en tus cabellossus pies pisándote los piessu oreja entregada al soly su mirada que te gritalos colores del espacio;la tempestad del tiempola lágrima del metalel ocre ensimismadola mariposa insegurael suicidio sin excusasa golpes bien amasado;el pan que masticasla mano de la verdadque estrangula al airefabricando el marco;
su lóbulo en tu lenguaincendia los girasoles,ensancha un espacio.
No hay tiemponunca hay ventanasni suficientes orejas
ni suficientes soles.
Si estás muerto no es mi problemano me problematices las oracionesviniendo a estas horas descalzo.
Tu aliento sobre mi nuca mal dicepor lo cual ahora intento sobrevivirapartando la cabeza a un costadoescupiendo a la misma maldición.
Espero no encontrarte al ladoo pienso devolverte a la vida.
Sigues aquí, me tientasno has tenido suficientehas querido más de mí.
He de quebrar al solha de caer de nuevosolo quiero sentirmepor este resplandor.
Sabiéndome arderes que ahora amome vivo inflamadome hago en llamas
y me cobro esta viday vivo cuando mueres.
Si no entienden la razón aprendan a odiar.Detengan sus manos antes de la mentiraadoren la salvajada en nombre del amor.
Siendo asesinos a conciencia no hay rivalnada hay que temer cuando saben amar.
He tenido que salir a pedradassaltar sobre tumbas abiertasimitar el vuelo del córvido afilar el pico con palabras.
Y ahora no puedo entrarestoy quieto sin morirmesin una vida amuralladasin una tumba para mí.
Aquí como si fuera la muerteacompaño a quien no mueresin saber qué decir, qué piedra agarrar qué tumba saltarqué vuelo imitarqué pico afilar.
Ahora entiendo este absurdopero de nada sirve consolara quien teme mi presencia.
Quien tiene cara de luna asombraquien sabe jugar inventa la sangrela pone en movimiento, la canalizahasta llegar al corazón, extasiado,respira por el diafragma del cieloinfla estas velas por su pechohace espacio a los pulmones.
Quien tiene arrobo de sentirsequien sabe morir, inventa vivirasciende por estas oracioneshasta arder sin lumbre posibley respirar por la misma palabraque se hace de carne y hueso.
Lo que no digo le amparapor esta caligrafía tan rota.
Veo que no me ha vistopor este espacio de sombraspuedo adentrarme, seguirhasta morar en su corazón.
Allí voy a fabricar un licorharé un nudo en su gargantacon la aspereza del hueso,la letanía que no comprendesin estar del todo embriagado.
Le mostraré una sola alapara que piense en pájarosmientras le hablo callando.
Así lo dejaré, abandonado,para que nada recuerdecuando despierte solo.
Hago el agujeroterriblemente,más temblorosoque tus manos.
Y te meto gatopor esta liebre.
Si lo piensasserás la idea.
Porque no te alcanzome declaro imperfectome abrumo sin saber,hago a quien caminaborrando las pisadas;
olvidándome de míme disuelvo por ti.
Porque me consuelesme quiero muriendosin saber cómo morirsin saber cómo llorarpor las duras solanasme voy empedrando;
envolviéndome de míme sedimento para ti.
Porque me vierasrompo los límitessin saberme míome quiero tuyo;
tomo la formaanhelo la ideade un cuerpo.
Espera la luz al despertar, mas no consuela.Espera la sombra al hombre, mas no acompaña.Espera la semilla al germinar, mas no es el fruto.Espera la boca al aliento, mas no es el alma.
¿ Quién quién es pacienteaquí donde yerro ?
FRANKENSTEIN
La máquina tiene cuatro estacionescuatro extremidades y un solo ejecentral por donde gotea el aceite.
Es tarde y escucho el ruidoque hacen bisagras perdidas,se preparan para la herrumbrees como si gotearan los pájaroscomo si las niñas ayer morenasya no quisieran peinar muñecascomo si se detuviera este cielo.
Pero no, no es posible, qué digosi el aire agita las ramas, ¿o sonotras manos las que invisiblespeinan a su paso los espejos ?
Qué digo si espera el silenciola eterna fundición de navesque se aproximan a la boca:inmenso vacío del hablaorificio de la electricidadclaridad de una sombragracia de una alquimiaefluvio de tantos mineralespartícula hecha necesidadelucubración de la materiaque obra por la conciencia.
Qué digo, si la voz no acompañasi tantos sabores suspendidossubvierten cualquier hilaturasi los cuerpos se desintegranpor el sueño de tantas nubessi el olvido de tantos fractalesdiseña la misma estructura.
Pero, si me atrapa el relámpagosoy la materia de mismo azufrey me articulo siendo tormentay muevo las extremidadespasando por las estaciones
y maquino la máquinabuscando al creador.
Podrá el ego lamentar su muertemas llegará también su momento;su momento de gloria y presenciallegará a lamentar para siempre.
EL NIÑO PROBETA
Al niño probeta le gusta el melóndicen las malas heces más de élque lo que aquí puedo explicar.
Aquel ángel se liaba enseguidano había sabionda redondezque no palparan sus manos.
La verdad, movía a risa veraquellas manos inquietastambién la otra prudenteque sujetaba la muñeca.
Tenía un ojo clínico el niñoel ángel hecho en la probetano desdeñaba las miradases sólo que hacía ascuasa quien lo contemplaba:uno subía a la vergüenzacabalgando las culpas.
Como nunca ensayome deje llevar por él.Sonaba todo a hueco-tiene buen decir -dijoechándome a la bolsa.
Hasta llegar al laboratoriotodo en mí fueron excusasde batas blancastodo tipo de espírtus reíanremoviendo pinzas, lancetasbuscando por los armariospipetas, matraces y vasosde precipitados. Todo vacíose lleno de la misma caídacuando me dejó en la mesa.
Sólo lamento no haber vistopor su potente microscopio-que estoy seguro guardaba-el tamaño real de la mentira.
Creo que hablaba la navajacuando me mordió entero.
EL GIRASOL DE LA MANCHA
¿ Han visto mis alegrías ?
Por la gota del molino, yoel aceite, amo esta heridade paredes tan blancas.
Todo lo cubre el solno hay fríos terruños.
Quiero decir: palabrasmolidas por la piedrapanza arriba tendidascantando a la solanaafiladas por la espigapesarosas por el almade tantos hermanos.
Por la gota del sudor, yola razón del girasol, amo,vistiéndome de la vida,mis colores resucitany mi garganta abiertapanza abajo enterradabusca la única canción.
Canto por las tierrasde la mancha, dondeme entrego al molino:
gota a gota me pierdopor vuestras cocinas.
EL SEXO SIN VIDA
Me ronda el jardínvuelvo a denunciar la conquistade frías manos buscando calor.
Cuando viste que nada habíacuando retenías sus cuerposy resbalaban sus frentes sudorosascomo peces por tu alfombraentonces, no ahora, nada te era posiblepodías alargar los besos por las fuentestoda existencia celebrada fuera de titoda flor fuera de tus dominiosaguardando volcar todo su perfumeentregándote la mentira al espaciooblicuo fuera del tiempo, encendiéndoteen mitad del sexo como un tibio rumorentre dos aguas, sin Paco, sin guitarrasin Lucia, que a ti no se entregaba.
Allí te inventabas el jardín. La ofrecíasa los ojos que te devoraban las entrañas.Te hacías luz para no ver cómo se hacíael amor con un disparo en tus sienes la sombra con una bala en tus manos.
Me ronda el sexo sin vida de los ángelesla triste caricatura de lo que en otra vidanunca he sido.
Hay sueños redondos. Prueba de hacer una pelota de fuegote sorprenderás sin ser ceniza; ningún poema quema tanto.
Y ha de ser así, si quierestener un espacio en blancoun silencio que no juzgatantos sueños redondos.
Todo cuanto no escribesya lo ha escrito el fuegola ceniza que te piensa.
Todo cuanto ha pasadono prueba tu existencia.
Me queda una equivocacióndespués de tanto afirmarrepetir cada nocheque voy a morir.
Me queda una equivocaciónla de no complacer a la culpa:la afirmo la repito cada nochecuando voy a morir y no mueroy despierto inequívoco.
¿ En qué lugar vive esta razónqué cabeza tira de mi cabezapara que me sienta culpable ?
AMAR
Agotado veo a los bisontes. Me quemaré sin esperanzacuando no queden más profetas, cuando al fin sea polvoarrojado al poema. No me daré a la caza de una mentira
cuando sea posible decir la verdad sin la fiebre infantil del autoengañosin la verborrea de quien hace popósin la complacencia de quien juzga
cuando sea posible llamar a la vidaviday a la muertemuerte
tal vez, entonces pueda querermesin esperanza alguna
amar cuanto soy.
En la voluntad, sin aristas, me detengo.
Aquí no comienza el hombre.
Tal vez, la guerra.
LA FLAMA
Adoro la planicie de estrellas.Quiero mientras me derramotan inocente por el caserón-sin ventanas ni puertas-donde la juventud, apiñada,metida en sacos de dormir,canta canciones a ráfagasde cordilleras descosidas.
Al fondo, el Canigó, enciendela flema de mi boca sin sutura.
Pero algún Totem ha de ser,para que bailen las máscarashace falta la música.
Otra cosa es el Tabú.
Perdonen a mi cabeza.
Es un errorvemos a las estrellasaisladas,vivimos entre muroscreemos que la estrellahace el muro de gasesplanetas satélites que orbitanmeteoritos que caenpor la misma leyque nos expulsó del paraíso.
Y toda vez que el loco es expulsadose consume hacia adentrootro muro levanta y otrohasta que no puede más.
Y nada tiene sentidoni hay ningún paraísoni hay ley algunani muro que proteja.
Todo se reduce al cálculo.
¿ Cuándo y dónde implosionala estrella, el loco alucinadoque cree al pie del planeta
el delirio que todos fingen ?
No sé en qué momentoen qué lugar
he perdido la sombra.
Cuando estudiaba Antropologíasocial y cultural, tal vez seguíael rito de paso.
Pero hay signos de la conquistadel nuevo mundoen un grabado de la infancia
aunque, no sé en qué momentoen qué lugar
he perdido toda esperanza.
La que está. Y no piensa.
Pedrusco o artimaña.
En los rincones, no hilas.
Esta soy. Y no pienso.
Encerrada me tienes en el papel orillada.
Esta no es el mar.
No pienso hablarte
hasta que no escuches.
Con los huevos en el mercado.Las manos por si se dejan caerlas monedas dobladas en tu nombrelas ensaladeras desfiguradas por tu sombreroel chorro que cae por el delantalesta alegría del mercadodonde la prostitución es un ave sin huevosolvidada jodidamente hecha de mamíferospeludos y soporíferos en las universidadeseducados en recipientes de sal.
En tu nombre cabe un alfiler, haztelo mirar.
Antes, en tu corazón, bebían los borrachosdoblando la orina por las paredes se reíanmientras te desangrabas de pura solicitudpura alegría de ser imperfectamente idiotavenido de otro agujero como ellos mismos
troceado por la mentira en el mercadodonde los mamíferos, sin huevos, involucionan por el cultivo celular.
Hoy tengo ganas de ti.Tu lengua de mierda que resbalalas manos hasta el fondo metidas.Agujero del pendiente, tengo ganasde salir airoso por lo que queda de ti.
Tengo los rábanos, la lechuga, y con mi cabezagolpeo tus silencios, hago un hueco de carneovalado, como un interminable grito de orina.Me entran ganas de reírme de un sólo golpedepositar la música en el vacío que te hago.
Tengo ganas de nada, y de todo me voycorriendo por tu espalda busco tu sombrero;hago la corte de venas minúsculas, como sardinasrebozadas y puestas a freír en tu asombro de animalvenido de otro planeta a alegrar mis carnes grotescas.
Mamá está contenta, entre el fuego, su principadola chispa azul de Jesucristo y la virgen visionaria;espera en sus senos el churrasco. Hoy tengo ganasde esparcir la mierda por todo el balcón, y empujarlahacia abajo, a la puta, hacia el agujero de tu silencio.
Ya, muérdeme, hasta que te devore
apesadumbrado.
Sal con la palabra.
Que te vea caminar entre los muertosy no tenga que arrepentirme, entre paredes,incendiado sin la casa sin la foto del recibidor.
Sal con la pelota.
Que te vea pisotear las cabezas rapadasy no tenga que sollozar angelitos, pinchados en zarzas,con la mirada caída en la roca del deseo, a medio caminoentre el fregadero y la lápida, a los pies, hacia abajoinfinitacalenturaen tu lengua; que no tenga que morirsin salir por la palabra la pelota de fuego:el sol hijo mío, figura de la carne poco hecha
incertidumbre del agujero .
No he llegado donde quería,pero he llegado. Y no recuerdo.
Igual, las manos traviesas de mi padrearrojaron los evangelios.
En toda mentira quepo, entre tinieblas,con la certeza de saberme, sin textos.
Y si me perdí en el camino, no recuerdo.
Solo siento, que aquí he de encontrarme.
El dedo cristiano. Todo aquí, incluso, la cuchara
tiene cabida: el papel es luz entre la fecunda tela.
Todo me sabe al perdón, bajo las ramificaciones
acaudalado entre los minerales, Nada me sacia.
Arriba la vista nublada teje el hilo de la seda.
Las falanges fabrican la única oración posible.
Y tienen forma de araña mis manos.
Una tarde cualquiera, con una cortina al fondo.
El aire mueve la cortina, algún pájaro que canta
de nuevo se hace la noche justo al medio día.
La estrella mueve la tarde, algo me emplaza
mientras canto trás de la cortina y contemplo
una tarde cualquiera. Hay alguien al fondo.
La paradoja de la contemplación, es el cuerpo.
El sonido más sutil, parecido a una voz peluda
subiendo por el antebrazo, conquista el hombro
se hunde en la cerviz la inquietud más extraña.
Sin duda, el cuerpo no se contempla vacío.
Un medallón, algo extraño sucede. Siguen estrellas, hierven silencios.
La forma acumula extrarradios. Y al paso de una respiración radiante
siguen estrellas, hierven silencios. Alguien me llama por mis ancestros
alguien es un cuerpo. Siguen estrellas, hierven mis manos; en silencio
la oración, quiero decir. Y me confíeso piadoso.
Un sol cualquiera de un día cualquiera en una noche cualquiera cualquiera que quiera cualquier rayo que quiera un sol cualquiera de un día cualquiera en una noche cualquiera
que quiera cualquier rayo
cualquiera que me quiera.
Estando. Quiero decir que estoy. Ni más acá ni más allá, quiero decir cuando estoy.
Estando, sin forma, no hay imagen pero hay pensamiento, si digo que estoy estando.
Si no veo pero estoy, la imagen me representa, y soy conjunto, no línea, ni cadena:
tosca unión de sonidos hechos grafías.
Quiero decir estando, justo en el momento en que me hago idea o concepto.
Huelo a hierba sin ojos. A mis pies
sin ojos, está la montaña, sin ojos.
Huelo a vacío.
Sin sentido, me inmiscuyo en tus quehaceres. De ti me hablarón en mi otra vida
pero no recuerdo quién, cómo ni dónde. Así que vengo privado de la memoria
y quisiera esperar hasta el olvido, si todavía me quieres.
Un objeto sin luz. Siento la imperfección. Imagino la imagen, pienso
que te pongo en palabras de color blanco, mientras simbolizo el cuerpo.
Un objeto sin luz. Un camino imperfecto para llegar a la perfección.
Una tarea doblemente errónea por cuanto tiene de verdad la mentira.
Un fin en sí mismo amado, no es oscuridad ni objeto, ni ha de ser la luz
más que el acto primero.
Te pienso conmigo siendo cristal o relámpago detenido. Otra vez doy el primer paso.
Afuera en adentro contigo, te pienso siendo parábola de la tormenta. Y otra vez
me desplazo por el eje central mientras discurro por las líneas, uniendo los puntos.
Ojo hecho nube, nada sé de la rueda que gira por la luz. Nada más me desplazo
y soy la lluvia en tu pensamiento: el tiempo del cual dispones en imágenes
que me piensan.
Línea que sigue la línea: error al filo de una idea preconcebida. Si sueltas empujas
si amas dejas ir la mano, y la línea continua es el mismo discurso sin imágenes
u otros artefactos, excusas para no amarnos, aquí y ahora, sin interrupción.
Me hablas del amor desapareciendo. Te busco inventando el amor.
Cuando entré sin decir nada, y nada hallé, y nada quise,
cuando estuve solo por primera vez, me hablabas del amor
y ahora me hablas del amor, y me invento la solead
y te busco
y me hablas
y desapareces.
Romper es mucho daño en tus oídos. No rompes, me guias, suavemente
me viertes en tu copa vacía, paciente, espero ver cómo te deshaces de mí.
Porque sí hay fisuras en la copa, grietas por donde escapa el tiempo, días
en forma de lluvia; desengaños que, incluso, hacen la tormenta, pero tú
eres el Verbo que me deja caer, llevándome a tu boca, tu sola palabra
tu única presencia.
Amar, sin armas pesadas, solo querer.
Perder, sin sentido alguno, toda batalla
ser la razón librada mientras amamos.
Hacer de mí algo útil que acabe contigo.
Así somos, en el punto de mira, el blanco
donde escribimos una historia imposible.
He querido la imagen. He matado por su figura imposible, hundida en tu luz.
He prometido renunciar a toda presencia. Toda carencia de ti hecha imagen.
Ahora no puedo querer sin hundirme del todo, en tu sola idea, tu misma luz.
Todo cuanto es interior me envuelve. No hay figura ni fondo. Ahora quiero
respirar.
El pensamiento es frío, no porque haya ninguna pantalla entre nosotros. No es necesariobuscar una analogía, cogida con forceps, sujetando la cabeza de una madre nevada sobrelos calendarios, señalando el mes de enero. Tampoco hay que empujar hacia adentro lacabeza de la sombra. No es necesario hablar de un hospital frío. No es cosa de la culpa,pasear por los subterráneos, buscar por los pasillos al Salvador.
Más bien es un ave sin sentido de la orientación, la que hace que suba el mercurio por laboca de la nada, cuando queremos pensar los cuerpos, pero no quedan excusas paraseguir mintiendo, para continuar recortando fotografías, que ya son una sola cosa; que yasomos el mismo paisaje, y no hay nada que mostrar.
Es sólo que hace frío cuando pensamos con palabras, una vez enterrada la memoria.
La tensión de palpar la noche, sin ser luz en tus ojos. El hilo que me pierde por tu sonrisa,alguna pista sobre tus pasos, alguna constelación, o aunque fuera una montaña másoscura que la noche. Esta tensión que conmueve, abre y cierra los párpados; entrando ysaliendo por la boca, el verbo, es único aliento cuando me nombras, y hacia ti voypalpando la noche, sin ser luz en tus ojos. Quieta, temerosa de ti, mueves los dedos,sientes la inquietud, las dudas; pasa una estrella, te lleva lejos la imaginación. Voy tras deti, soplándote al oído canciones que nunca has escuchado. Se te antoja esta noche infinita,y no quisieras pasar por ella sin entregar tu corazón.
Allí sola estás queriendo ser luz.
Grano inmenso en su vacío.
Orbita hundido en tinieblas.
Sobran mis gestos, la duda.
Todavía pienso en el Amor.
Andaba pensando, entonces, en la casa, sobre lo alto.
Bajaba del cerro, orbitando, pensaba estando ausente.
No quedaban lejos los pontífices, quienes, viéndome
se guardaron de mí. Y, bajando solo, pensaba abstraído
en cuánto había crecido dejándolos;
cuántos satelites aún llevo a cuestas,
cuán ligeramente oscurecido pienso
amanecer.
Pausa necesaria, doble telónel que hacia dentro caminael que hacia afuera se corre.
Función matemática del sol.Añoranza de la obra redondapausa necesaria: una estrella.
Una cabeza rota, la geometríade aplaudir ideas y conceptos.
Y de nuevo, la emoción: pausanecesario satélite, oculto guiónque acontece por el plenilunio.
Corinto proclamala siguiente oración:
recogido por está uniónsin viso ni visado algunoen ti para nadie estássin ti para todos estásen proclamas vacíosin proclamas llenoen medio que mediassin decirte te dicesen procurando te llegassin estar aún presentela palabra permutada forma sustancialunifica tu sola muertey en la oración eresporque comprendentus ojos: el combustibleque dulcifica la espera
aquí, hijo mío, esparzo tu aliento.
El cántaro de mis díasse rompió.
La sangre fría de las estrellascanta sin consuelo.
Esta noche se hace la herida:prometo besar tu bocapasando por el puentehasta llegar al huerto:
allí vives con tu hijo.
A oscuras me mirashaciéndome los ojos.
No quedan más díascuando nos vaciamos;me sabes tan bien,que no quiero ser cántaro,sino luz eterna
por el exilio.
Al fin, tus manos, me dan la razón. Y amo sin comprender la razón:
tus manos, el lugar donde todo acabay todo comienza.
Si ha de ser un animal a oscurasquien arranca la idea persiguiendo un ideal
por la entraña desfogando los intestinoscomo una bestia entre fuegos artificialesal punto de reventar paquetes de mentiras
que se acumulan llamándose sociedad.
Si ha de ser plenitud de la misma nadaque así sea quien ha de ser auténtico:Animal poetizado de la mano de Diosabandonado a su suerte, vociferando
lo que nadie quiere escuchar.
En el desierto o en el exiliola noche da forma e idealiza
esta figura mía tan torpe e idiota
que entre todos está sin estar.