Date post: | 22-Jan-2018 |
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Autora:Ruba Kiwan
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Introducción
La psicopatología infantil y de la adolescencia
requiere un enfoque específico que tenga en
cuenta las variables relevantes implicadas en el
bienestar y sufrimiento personal a lo largo del
desarrollo humano hasta el final de la
adolescencia. Es importante conocer las
características normales del desarrollo, los
modelos y teorías de la personalidad, los
enfoques y modelos de la psicopatología y las
condiciones ambientales que condicionan los
procesos de salud y enfermedad.
Se describen las principales características de
cada tipo de trastorno psicológico, así como las
alteraciones en los procesos psicológicos que
determinan estas características
psicopatológicas. Se detalla la definición de
cada uno, su clasificación si ha de existir, su
etiología y finalmente el posible diagnóstico.
Constitucionales Familiares
Emocionales e
interpersonalesEcológicas
Acontecimientos de la vida
no normativa que generan
estrés.
Comprensión
actual de los
factores
Algunos factores de riesgos están
estrechamente ligados a problemas
en el desarrollo, mientras que con otro
tipo de factores el resultado puede ser
mas variados.
Factores Precipitantes
Factores Predisponentes
RETARDO MENTAL"un funcionamiento intelectual por debajo del promedio, que se presenta
junto con deficiencias de adaptación y se manifiesta durante el período de
desarrollo (antes de los 18 años)". Esta definición, tomada de la
Asociación Americana de Deficiencia Mental, nos proporciona una visión
dinámica del trastorno.
Se considera
mayoritariamente
multifactorial, y la
combinación de los diversos
factores etiológicos
condiciona la gran variedad
de manifestaciones clínicas.
Los modelos adaptativos,
biomédico y sociocultural,
representan las dos
aproximaciones principales a
la definición conceptual del
retraso mental. Los
seguidores del primer modelo
insisten en las alteraciones
básicas en el cerebro como
condición primordial para su
diagnóstico. Los que
proponen la segunda
aproximación dan más
importancia al funcionamiento
social y a la adaptación
general a normas aceptadas
(Freedman, 1977).
Retraso mental leve (50 a 69 de C.I.)
Retraso mental moderado (del 35 a 49
de C.I.)
Retraso mental grave (del 20 a 34 de C.I.)
Retraso mental profundo (menos de 20 de C.I.)
Otro retraso mental
Retraso mental sin especificación
El diagnóstico de retardo, cualquiera sea su
grado, debe hacerse muy cuidadosamente y
por un profesional experimentado. Un
diagnóstico equivocado puede causar daños
irreparables para el futuro del niño, así como
prejuicios familiares y sociales. Debe utilizarse
los siguientes procedimientos:
Diagnóstico
Historia Clínica
Examen Físico
Examen Neurológico
Pruebas de Laboratorio
Examen Psiquiátrico
Los trastornos profundos del desarrollo
Los Trastornos Generalizados
del Desarrollo (TGD) incluyen un
grupo de trastornos que afectan
el crecimiento de los niños
durante los primeros años de
vida. Se trata de un conjunto de
alteraciones caracterizadas por
retrasos en diferentes áreas del
desarrollo, como las habilidades
para la comunicación y la
interacción social que inciden a
su vez en las actividades,
intereses y comportamientos de
los niños. Sin embargo, aunque
estos trastornos comienzan en
la infancia, sus alteraciones se
suelen mantener hasta la edad
adulta.
El autismo es el TGD más
conocido pero no es el único.
Dentro de los TGD también se
encuentra el Síndrome de Rett,
el Síndrome de Asperger,
el Trastorno Desintegrativo
Infantil y el Trastorno
Generalizado del Desarrollo no
especificado. Todas estas
alteraciones del desarrollo
comparten causas, signos y
manifestaciones. De hecho, en
muchos casos es difícil distinguir
entre una alteración y otra, razón
por lo cual el nuevo Manual
Diagnóstico de los Trastornos
Mentales, ahora hace referencia
a trastornos del espectro autista.
SÍNDROME DE RETT
Fue descrito por Rett en
1976 y se desconocen
sus mecanismos
etiopatogénicos.
Se caracteriza por
presentar un cuadro
clínico con un comienzo
y un curso bien
definidos. Hasta el
momento sólo se ha
observado en niñas, que
aparentemente tienen
un desarrollo normal en
los primeros años de
vida, aunque en algunos
casos es posible
detectar una hipotonía y
un cerito retraso en el
desarrollo de la
conducta.
Hay pérdida parcial o
completa de las HH
manuales adquiridas
También hay perdida del
lenguaje, retraso en el
crecimiento craneal, que
se traduce en
microcefalia, y el
síntoma más típico son
los movimientos
estereotipados de las
manos (movimientos de
torsión y las salivan,
como si las estuviesen
lavando). En algunos
casos es tan intenso
quedan lugar a lesiones
en las manos y la cara.
También se observa
apraxia respiratoria,
alternando períodos de
apnea con otros de
hiperventilación.
Las niñas difícilmente
adquieren la
deambulación
independiente (no
andan solas. Son muy
frecuentes las crisis
epilépticas. Se detiene
el desarrollo de la
conducta social, aunque
tienen mucho interés en
relacionarse.
ESQUIZOFRENIA
La definición actual en niños se adhiere a los mismos criterios que en adultos: requiere la
presencia de síntomas psicóticos y la no adquisición del nivel de desarrollo social
correspondiente a la edad, o bien el deterioro del nivel adquirido.
Los síntomas psicóticos son trastornos del contenido del pensamiento (especialmente ideas
delirantes), trastorno del curso del pensamiento (sobre todo pérdida de la capacidad
asociativa), alucinaciones, afectividad inapropiada o aplanada, trastorno de la identidad
personal con extrema perplejidad hacia uno mismo, dificultades para concluir actividades
habituales y dificultades en las relaciones interpersonales y trastornos de la psicomotricidad.
•Es difícil establecer si hay un trastorno de pensamiento, especialmente si el niño no ha
adquirido el lenguaje.
•El niño adquiere el concepto de realidad a lo largo del desarrollo y no es equiparable al del
adulto hasta la adolescencia.
•La baja prevalencia y la ausencia de criterios uniformes dificultan el estudio del trastorno.
La definición actual no siempre es fácil de aplicar porque:
•Trastorno evidente y mantenido de las relaciones emocionales con marcada tendencia a la
reserva y las conductas inapropiadas en el contacto interpersonal
•Falta de conciencia aparente de la identidad personal.
•Preocupación excesiva por determinados objetos.
•Resistencia e intolerancia a los cambios en el medio ambiente.
•Anomalías en la percepción, que se manifiestan en RR excesivas, escasas o impredecibles
a los EE sensoriales.
•Ansiedad excesiva por cambios en la rutina diaria.
•Trastorno del lenguaje o éste no se adquiere.
•A veces, retraso mental.
•Algunos síntomas similares a la esquizofrenia en adultos.
Algunos autores que consideran el carácter común de la esquizofrenia en niños y adultos,
basan el concepto de psicosis infantil:
Genes y herencia
Nutrición prenatal
Otras condiciones
¿Qué son los trastornos del lenguaje?
En niños son dificultades completas o parciales que presenta una persona a la
hora de comunicarse de manera eficaz en el entorno. Inciden en áreas
importantes del funcionamiento cognitivo, emocional, comunicativo y social de
la persona.
Los trastornos que pueden presentarse son muchos y muy variados, afectando
a uno o varios componentes del lenguaje y variando en la etiología, en
el desarrollo y pronóstico y en las necesidades específicas educativas que
generan.
Su
clasificación
lenguaje
confuso,
tartamudeo.
Trastorno mixto
del lenguaje
receptivo-
expresivo
Dificultades del
lenguaje
expresivo .
Dificultades del
lenguaje
receptivo .
Trastorno
fonológico.
Trastorno de la
comunicación no
especificado
Su etiología
Trastorno en el desarrollo de la
articulación del lenguaje
El trastorno en el
desarrollo de la
articulación del
lenguaje, tiene una
prevalencia del 2% en
niños de entre seis y
siete años, se trata de
una incapacidad para
utilizar varios de los
sonidos del habla de
forma correcta,
produciendo como
resultado errores en la
selección y
ordenamiento de
sonidos de las silabas
o palabras, que
utilizan habitualmente.
Los niños/as con
problemas en el
desarrollo de la
articulación del
lenguaje, muestran
incapacidad para
utilizar algunos o
varios de los sonidos
del habla de forma
correcta.
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Los trastornos de la conducta
alimentaria son morbilidades que
comprometen la salud y la vida de
la población y es necesario que
diversos sectores como el de la
salud, educativo, familiar y los
medios de comunicación
encuentren formas adecuadas de
trasmitir información idónea sobre
la importancia de un estilo de vida
saludable, donde la alimentación, el
ejercicio, y la construcción de una
imagen corporal positiva son
fundamentales. Esto permitirá a
nuestros niños y adolescentes
crecer con ideales realistas y una
autoestima fuerte que promuevan
su salud y no solo una imagen
atractiva para el medio comercial
que se impone como moda y
cultura. En manos de todos (pero
especialmente de sector salud)
está promover una sociedad de
jóvenes saludables, productivos y
sobre todo, humanos, capaces de
construir un futuro más próspero
para nuestro país, y esto solo se
logra con amor, dignidad, respeto y
un adecuado bienestar
biopsicosocial.
Trastornos de la conducta de eliminación
Emisión involuntaria o intencional de la orina durante el día o la
noche, en la cama o en la ropa, no esperada para la edad del
niño ya que se espera que haya alcanzado la continencia
urinaria, y no existen indicios de una patología orgánica
identificable (alteraciones urológicas o neurológicas).
En la aparición de
la enuresis
parecen intervenir
numerosos
factores biológicos
y psicológicos
sobre un trasfondo
genético individual.
Criterios para el diagnostico de la enuresis según el DSM- IV Etiología
A. Emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, sea
involuntaria o intencionada.
B. El comportamiento en cuestión es clínicamente
significativo, manifestándose por una frecuencia mínima
de 2 episodios semanales durante por lo menos 3 meses
consecutivos o por la presencia de malestar clínicamente
significativo o deterioro social, académico-laboral o de
otras áreas importantes de la actividad del individuo.
C. La edad cronológica es de por lo menos 5 años ( o el nivel
de desarrollo equivalente).
D. El comportamiento no se debe exclusivamente al efecto
fisiológico directo de una sustancia (por ejemplo, un
diurético) ni a una enfermedad médica (por ejemplo,
diabetes, espina bífida, trastorno convulsivo).
Defecación involuntaria
o intencional,
normalmente en la
propia ropa, en niños
que sobrepasan los
tres años de edad y no
se encuentra causa
orgánica que lo
explique.
El progreso en relación
a la encopresis ha sido
menos sustancial, pero
ha habido algunos
avances notables.
Esto, en parte, refleja
una mayor prevalencia
de la enuresis. La
encopresis es un
trastorno de la
eliminación que se
define por la emisión
fecal, voluntaria o no, y
de forma regular, sobre
superficies no
apropiadas
(generalmente la ropa).
Los criterios diagnósticos del DSM-IV
A. Evacuación repetida de heces en lugares inadecuados
(por ejemplo, vestidos y suelos), sea involuntaria o
intencionada.
B. Por lo menos un episodio al mes durante un mínimo de
3 meses.
C. La edad cronológica es por lo menos de 4 años ( o un
nivel de desarrollo equivalente).
D. El comportamiento no se debe exclusivamente a los
efectos fisiológicos directos de una sustancia (por
ejemplo, laxantes) ni a una enfermedad médica,
excepto a través de un mecanismo que implique
estreñimiento.
Hay que especificar si es con estreñimiento e incontinencia
por rebosamiento o sin estreñimiento ni incontinencia
por rebosamiento.
Se han propuesto 3 categorías de
encopresis:
- Niños con un adecuado control
intestinal y que depositan
voluntariamente sus heces en lugares
inapropiados.
- Niños en los que la emisión es
consecuencia de un exceso de fluido,
que puede estar causado por diarrea,
ansiedad o por retención y rebosamiento
(son alrededor del 75% de los casos).
- Niños que no son conscientes de la
emisión de heces y no pueden
controlarla.
Tipos
Trastornos del desarrollo psicomotor
Reflejan siempre alteraciones en las que
se ven afectados varios aspectos del
desarrollo del niño; de ahí la importancia
de intervenir cuanto antes, pues el
trastorno puede ir repercutiendo
negativamente en otras áreas del niño,
agravando y comprometiendo el desarrollo
del niño.
TRASTORNO DEL DESARROLLO DE
LA COORDINACIÓN Se encuentra dentro
de los trastornos de habilidades motoras y
su característica esencial es una
alteración significativa del desarrollo de la
coordinación motora que interfiere
gravemente en el rendimiento académico
o en las actividades de la vida cotidiana.
Si avanzamos en la edad, los niños
mayores tendrían dificultades motoras
como hacer rompecabezas, construir
modelos, jugar a la pelota o escribir.
Hay que tener en cuenta que los déficits
en estas edades tempranas van a
dificultar otras adquisiciones y habilidades
motoras más complejas, con lo que esto
podría entrar en un proceso de
cronificación. Habitualmente va asociado a
trastornos en otras áreas del desarrollo,
como trastornos fonológicos, del lenguaje
expresivo y del lenguaje receptivo.
TRASTORNO DE MOVIMIENTOS
ESTEREOTIPADOS Su característica
principal es que es un comportamiento
motor repetitivo, que suele ser impulsivo y
no funcional. Interfiere en las actividades
normales o da lugar a lesiones corporales
autoinfringidas, que tiene que ser
suficientemente significativas como para
tener que acudir al médico:
comportamiento autolesivo. Estos pueden
observarse signos de lesiones crónicas en
los tejidos: magulladuras, mordeduras,
cortes, arañazos, fisuras dérmicas,
cuerpos extraños en los orificios
corporales; y en caso menos graves:
irritación crónica de la piel o callos por
mordiscos.
El trastorno puede aparecer asociado a
retraso mental, de forma que cuando más
grave es el retraso mental mayor es el
riesgo de comportamiento autolesivo. En
algunos casos está asociado a déficit
sensorial grave (ceguera, sordera) y se va
a dar con mayor frecuencia en ambientes
institucionales donde la estimulación es
insuficiente.
TRASTORNOS POR TICS Un tic es un
movimiento o fonación involuntaria, rápida,
súbita, recurrente, arrítmica y
estereotipada que afecta a un grupo
circunscrito de músculos. Carece de
finalidad y se experimenta como
irreprimible, aunque puede controlarse
durante un período mínimo de tiempo si el
sujeto se lo propone. La duración del tic es
muy breve (± 1seg) y puede darse de
forma aislada o formar parte de un
conjunto de síntomas.
Bakwin y Bakwin encontraron un fondo de
tensión emocional en los niños con tics, y
también encontraron la ocurrencia de
conflictos graves en el ámbito familiar (lo
consideran el factor precipitante más
frecuente).
Las clasificaciones internacionales
incluyen 4 tipos de trastornos por tics:
1) T. por tic transitorio
2) T. por tics crónicos motores o fonatorios
Tics motores o verbales (pero no ambos al
mismo tiempo)
Pueden ser simples o complejos
Los tics motores simples y complejos son
mas frecuentes y su curso es fluctuante.
Los tics verbales son poco frecuentes.
Varias veces al día durante más de 1 año,
sin un período libre de más de 3 meses
consecutivos.
Causa un deterioro clínicamente
significativo.
Inicio antes de los 18 años.
Sin causa fisiológica.
Cuadro clínico similar al S. Tourette, pero
se diferencia en:
- menor gravedad de los síntomas
- menos incapacitantes
- no coincidencia en el tiempo los tics
motores y verbales
3) T. de tics sin especificar
4) T. por tics múltiples motores o
fonatorios combinados o S. de la Tourette
Trastornos de la
conductaSe refiere a la presencia de
conductas distorsionadas,
destructivas y de carácter negativo.
Además, también de transgresión
de normas sociales en el
comportamiento del sujeto.
Esto supone un problema clínico
importante por sus características
intrínsecas, ya que implica un
desajuste social con una serie de
consecuencias. Estos niños
además, van a mostrar algún tipo
de desajuste en la vida adulta.
Suele ser el trastorno más
diagnosticado en la adolescencia.
Tienen un cierto carácter antisocial
y una gran dimensión agresiva.
Incluye un gran número de
comportamientos: mienten, se
fugan, roban, crueldad con los
animales, provocación de fuegos,
amenazas, violaciones, homicidios.
La conducta es siempre
inapropiada a la edad y a las
normas sociales aceptadas. Se
repite una y otra vez y es altamente
perturbadora para los demás.
Para diagnosticarlo han de
cumplirse varios criterios:
frecuencia, intensidad y
adecuación a la edad. Debido a las
consecuencias que esto puede
tener en el niño (debido al mal
pronóstico y al carácter negativo
del niño), debe estar basado en
criterios estrictos.
Estos trastornos a menudo se van
a presentar asociados a rupturas
familiares, que van a provocar
desajustes en los niños, lo que
producirá grandes costos tanto en
el sistema jurídico como de salud
mental.
En cuanto a su etiología, Se
barajan tanto factores genéticos
como ambientales, pero lo que más
se contempla es una interacción
entre ambos.
Los factores hereditarios
predisponen al sujeto a manifestar
conductas infantiles aversivas,
déficits de aprendizaje y una
inadecuación conductual a los
intentos de disciplina.
La conducta paterna incoherente
colocaría al niño en una situación
estresante. Esto entra en
interacción con la herencia y
produce la aparición de problemas
de conducta social. La conducta
asocial de estos niños estresa a los
padres y aparecen más
incoherencias por parte de los
padres en las prácticas educativas.
Esto hace que entren en un círculo
vicioso y provoque más problemas
de conducta en el niño. Esto llega a
desestructurar el ambiente familiar.
Aunque el inicio del trastorno
puede ser a partir de los 5-6 años,
suele presentarse al final de la
infancia o principio de la
adolescencia y suele haber muy
pocos casos que se presenten más
allá de los 16 años.
La influencia social es muy grande
y las investigaciones han hallado
patologías paternas, desacuerdos
matrimoniales, relaciones difíciles
entre padres e hijos y deficientes
estrategias disciplinarias. El riesgo
para los hijos es mayor si los
padres están diagnosticados de
trastorno de personalidad. En el
ambiente familiar de estos chicos
se ha encontrado: rechazos
paternos, permisividad ante la
agresión, falta de supervisón.
Suelen tener padres sin estrategias
de solución de problemas. Hay una
comunicación insatisfactoria.
Los trastornos de ansiedad que aparecen con
más frecuencia durante la infancia y/o la
adolescencia son la ansiedad de separación, las
fobias específicas, la fobia escolar, la fobia
social, el trastorno de ansiedad generalizada y el
trastorno obsesivo-compulsivo.
Se considera que los trastornos de ansiedad
ocupan el tercer lugar en cuanto a los trastornos
que generan mayor demanda en la red
asistencial por parte de niños y adolescentes,
siendo más prevalentes los trastornos por
conductas perturbadoras (T Déficit de Atención
con Hiperactividad, Negativismo Desafiante,
Trastorno de Conducta) y los trastornos del
humor (depresión). La prevalencia de los
trastornos de ansiedad varía en función del sexo
y la edad. En general, suelen darse con mayor
frecuencia en niñas que en niños. Las fobias
infantiles y la ansiedad de separación son más
frecuentes en la infancia, mientras que la fobia
social, la ansiedad generalizada y el trastorno
obsesivo compulsivo pueden iniciarse durante la
adolescencia. Se trata de trastornos que suelen
aparecer asociados a otros cuadros de
ansiedad, siendo también frecuente su
comorbilidad con la depresión.
trastornos de la identidad sexual.
En determinados casos se produce
una disociación entre el sexo
anatómico del niño/a y su identidad
sexual. Esta disociación produce un
profundo malestar que se
manifiesta en el deseo de
pertenecer al otro sexo. Entonces
hablamos de un Trastorno de la
Identidad Sexual (TIS). El rasgo
más común del TIS es una
identificación y una preferencia
hacia el rol sexual característico del
otro sexo. Esto puede inferirse a
partir de múltiples manifestaciones
conductuales de identificación
sexual, como intereses en juguetes,
deseo de vestirse con ropa del otro
sexo, preferencias hacia roles y
actividades imaginarias,
preferencias a la hora de
relacionarse con sus compañeros,
determinados rasgos de
personalidad, entre otras.
La identificación con el otro género
también se expresa a través de
afirmaciones verbales como que a
uno le gustaría pertenecer –o
incluso que pertenece– al otro
sexo. Además, los niños con TIS
frecuentemente tienen pocas cosas
positivas que decir sobre su propio
sexo, rechazando igualmente sus
características anatómicas. Parece
que experimentan un sentimiento
de disforia sexual o de incomodidad
o dificultad por pertenecer al
género al cual pertenece,
alterándose profundamente el
sentimiento normal de masculinidad
o feminidad. En la adolescencia,
cuando el cuadro clínico se parece
más a lo que se observa en adultos
con TIS, el sentido de disforia de
género se hace más difícil de
ignorar o disimular.
¿Por qué ocurre el TIS? La
identidad sexual de una persona es
un fenómeno complejo y aún no
muy bien conocido. En él
intervienen factores genéticos,
neuroendocrinos y ambientales.
Los niños con TIS no muestran
invariablemente signos claros de
alteración sexual física, lo que
descartaría una marcada anomalía
hormonal prenatal. De esta manera
la búsqueda de influencias
biológicas en el desarrollo del TIS
debe focalizarse en factores que no
afectan la configuración de los
genitales externos. A continuación
señalaremos algunos de los
factores biológicos y psicosociales
que pueden ayudarnos a explicar
por qué ocurre el TIS.
¿Qué trastornos se asocial al
TIS? Los niños y adolescentes con
TIS sufren con frecuencia otros
trastornos psiquiátricos asociados,
como trastornos de conducta,
ansiedad de separación,
sintomatología depresiva y
dificultades de socialización
(Coates y Person, 1985; citado por
Mardomingo, 1995). Los problemas
de conducta se incrementan con la
edad, indicando el carácter
progresivo de las dificultades de
adaptación.
suicidas
Consecuencias psicológicas del abuso sexual infantil
Las principales consecuencias psicológicas encontradas se
agrupan en cinco categorías: problemas emocionales, problemas
de relación, problemas funcionales, problemas de adaptación y
problemas sexuales.
El Síndrome de
MUNCHAUSEN
por poderes es un
cuadro poco
frecuente en el
que se lleva a un
niño a la atención
médica con
síntomas
observados o
aducidos por la
persona
encargada de
proporcionar los
cuidados al niño.
La demanda
asistencial se
repite con
frecuencia dando
lugar a numerosas
hospitalizaciones,
una considerable
morbilidad y, en
ocasiones, la
muerte.
OBSERVACIONE
S CLINICAS
Se considera que
los casos
corresponden a
un Síndrome de
Munchausen por
poderes si
cumplían los
criterios
determinados por
Rosenberg (1987)
(autor que estudió
117 casos).
Enfermedad
aparente o
anomalía
relacionada con la
salud tramada por
uno de los padres.
El niño es llevado
al médico para
tratamiento.
No aceptación del
diagnóstico de
salud por parte del
autor (padre o
madre que
consultan)
Exclusión del
concepto de S. de
Munchausen por
poderes del abuso
o abandono del
niño u homicidio.
El estudio científico supone la explicación de esa conducta y
las variables responsables de las alteraciones conductuales
que se producen durante el periodo infantil (Luciano, 1989).
Por tanto, como dice Ollendick, no podemos considerar al niño
un adulto en pequeño, no se debe seguir considerando a los
niños como una extensión hacia abajo del adulto. Es
importante considerar a los niños como tales y no como
adultos en miniatura. Debemos conocer la evolución del niño.
Tenemos que ver los problemas del niño teniendo en cuenta
los temas de la psicología infantil y la evolución de su
desarrollo: de igual manera, Los padres tienen que tener
también en cuenta los cambios que se han producido en la
sociedad.
Al mismo tiempo, la salud mental la podemos entender como
una realidad, un modo sano de relacionarse con los demás.
Es particularmente relevante en los niños y adolescentes, ya
que al estar en desarrollo está constantemente influido por los
sistemas que lo rodean, constituyéndose un equilibrio entre las
influencias de estos en el niño y viceversa.
La salud mental, está directamente relacionada con el medio
social en donde el individuo se desenvuelve y siempre
debemos considerar la cultura. “La cultura fija la pato plastia
de la enfermedad, de tal manera que no es posible interpretar
los síntomas clínicos sin conocer la sociedad en donde éstos
aparecen”. Vallejo Ruiloba. 4º ed.
Por otro lado, la mantención de este equilibrio nos permite una
Salud Mental adaptativa o normal, de lo contrario, cuando se
rompe el equilibrio entre el individuo y su ecosistema se
presenta un problema de dicho bienestar. Sabemos que, los
problemas de salud mental en niños y adolescentes
trascienden al ámbito de la psiquiatría, por lo que su abordaje
es multidisciplinario.
La salud mental del niño se forja desde que sus padres se
conocen, el vínculo primario va a determinar muchas
situaciones a lo largo del desarrollo. De igual manera, se sabe
que si no se logra una prospera salud mental en la infancia,
podria traer consecuencia para su futuro. Dicho esto, se
sobreentiende que es la base para la etapa de la adultez.
Conclusión
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