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MAYO 2011 - ISSN 0124390-X - $12 - Escuela Nacional … · Los impactos que tendría este acuerdo...

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ESCUELA NACIONAL SINDICAL - MAYO 2011 - ISSN 0124390-X - $12.000 ESCUELA NACIONAL SINDICAL - MAYO 2011 - ISSN 0124390-X - $12.000 NÚMERO 83 Acuerdo laboral Acuerdo laboral
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2011

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2439

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NÚMERO 83

Acuerdolaboral

Acuerdolaboral

“Pequeño Pescador”, Francisco Blanco Martínez , Venezuela, 2011

MT CULTURA&TRABAJO

EDITORIAL

3

COYUNTURA LABORAL

4

12

17

22

25

INFORME CENTRAL Agenda laboral

28

38

45

NOVEDADES JURISPRUDENCIALES

48

TABLERO

51

LOS TRABAJOS Y LOS DÍASPremiación del 17º Concurso

Latinoamericano de Fotografía Documental

56

58

POESÍA

60

Por qué es importante, en este momento, un acuerdo laboral

Informe nacional de coyuntura económica, laboral y sindical. Colombia 2010Equipo de investigación de la ENS

IX Congreso de la CGT. A tono con la coyuntura política y laboral del país

Luis Norberto Ríos NavarroMisión Tripartita de Alto Nivel a Colombia. Conclusiones de su visita al país

Ética empresarial no éticaJorge Mejía Martínez

La jornada electoral de la Unión Sindical Obrera. Un hecho sin precedentesEdwin Palma Egea

Posibilidades y contenidos de la agenda laboral y sindical: Respuestas a preguntas claves para promover la

deliberaciónEntrevista a José Luciano Sanín Vásquez

Reforma pensional a través del diálogo socialHéctor Vásquez Fernández

El oficio y la clase social del trabajador deberían ser tenidos en cuenta en la

edad de jubilaciónDaniel Hawkins

Contrato sindical vs. cooperativas de trabajo asociado. El criterio de la CGTJulio Roberto Gómez Esguerra

Anécdota y metáfora: visita a la Karl-Marx-Haus

Jorge Giraldo Ramírez

¿Se han acostumbrado nuestros ojos a la oscuridad de los tiempos?Juan Bernardo Rosado Duque

Acta del Jurado

Carta apócrifa a un hombreMaría Cano

REVISTA DE LA ISSN 0124390-XNº 83, Mayo 2011Precio: $12.000

Suscripción clásica: $30.000 Suscripción para grupos: $80.000

Consejo EditorialJosé Luciano Sanín Vásquez, Luis Norberto Ríos Navarro, Jorge Giral do Ramírez, Juan Carlos Celis Ospina, Juan Bernardo Rosado, Guillermo Correa Montoya.

Director ENSJosé Luciano Sanín Vásquez

Director Cultura & TrabajoLuis Norberto Ríos Navarro

EditorJuan Bernardo Rosado Duque

Diagramación y diseñoRaúl H. París Ángel

ImpresiónPregón Ltda.

Fotografía de portada“Pescadores de arena”, Alejandro Cock Peláez, Colombia, 2011

Afiliada a FIAETCalle 51 Nº 55-78 Tel: 513 31 00

Fax: 512 23 30Correo electrónico:

[email protected]. 12175 Medellín-Colombia

www.ens.org.co

La revista Cultura & Trabajo invita a sus lectores a hacerse partícipes de ella, enviándonos sus comentarios y críticas al correo electrónico: [email protected]. De la misma forma los invitamos a leer otras opiniones en la revista virtual de la ENS.www.ens.org.co

Por qué es importante, en este momento, un acuerdo laboralEn la sEgunda sEmana dE abril, El PrEsidEntE dE la rEPública ProPuso a las cEntralEs sindicalEs suscri-bir un acuErdo En matEria laboral, a Partir dE los compromisos que recientemente adquirió con el go-bierno de los Estados Unidos. Dos de las tres centrales se manifestaron dispuestas a discutir el acuerdo, y una de ellas se negó a hacerlo.

El acuerdo que se podría lograr recogería medi-das contenidas en tres procesos de discusión muy diferentes, pero que se complementan. En primer lugar, las conclusiones de la Misión de Alto Nivel de la OIT que visitó el país en febrero de este año. En segundo lugar, los compromisos que el Presidente de la República ha realizado con las centrales sindicales y que se expresaron en la reunión del 31 de marzo. En tercer lugar, el plan de acción por los derechos laborales acordado entre el gobierno de Colombia y Estados Unidos el pasado 7 de abril.

En la ENS pensamos que existen muy buenas ra-zones para impulsar este acuerdo; que existe una po-sibilidad cierta de que se construya la agenda laboral más importante, en el sentido progresista, que hemos tenido en los últimos veinte años. Obviamente no es-tamos hablando de un hecho cumplido, de un hecho ya concretado, sino de una posibilidad.

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Por qué es importante, en este momento, un acuerdo laboral

Estamos en un cuarto de hora. Asistimos a un momento en que se presenta una afortunada confluencia de factores que contribuyen para que en Colom-bia se pueda empezar a dar un cambio en materia laboral. Los factores que confluyen son: la internacionalización del tema laboral y sindical; la creciente movilización que están realizando los sindicatos; la configuración de un fenó-meno de opinión que está colocando lo laboral al centro del debate público; un conjunto de decisiones que, desde la Constitución, la Corte Constitucional está adoptando en materia laboral; y un nuevo enfoque del gobierno en ma-teria laboral. Estos factores han sido posibles gracias a una sostenida acción nacional e internacional de denuncia de la grave situación laboral y sindical en Colombia.

Los contenidos de un acuerdo como el que se está configurando serían tras-cendentales, no se trata de temas superficiales. Para resumir, podríamos decir que el acuerdo se podría enmarcar en cinco grandes temas: la formalización del empleo, el derecho de asociación y de negociación, la superación de la violencia antisindical y la impunidad, y el desarrollo de la institucionalidad del Estado en materia laboral.

Los impactos que tendría este acuerdo son de gran valor para la sociedad colombiana, para los trabajadores y para las organizaciones sindicales. Para la sociedad, porque se podría lograr detener la carrera hacia el abismo en que está inmersa Colombia desde hace más de tres décadas, caracterizadas por la precariedad laboral y bajos ingresos, que tienen al país como uno de los de mayor desigualdad en el continente. Para los trabajadores, porque millones de ellos recuperarían la dignidad en el trabajo y los derechos laborales. Y para las organizaciones sindicales, porque podrían desenvolverse más libremente y emprender así un proceso de reconstrucción y modernización.

Finalmente, el acuerdo hay que hacerlo con los sindicatos, que exigirán que se cumpla; con la opinión pública, que conozca y discuta los problemas y las medidas para resolverlos; y con la comunidad internacional, que esté pendien-te y cooperante para que en Colombia se produzcan cambios.

Permitir que las medidas se adopten sin mediar un acuerdo tiene el riesgo de producir cambios en la legislación y en las instituciones, sin que llegue a impactar la realidad laboral. Un acuerdo laboral, con participación de los ac-tores laborales, facilita el diálogo, el seguimiento y le da sostenibilidad a las medidas que se lleguen a tomar; tanto porque éstas serían discutidas y cons-truidas con las centrales sindicales, como por la participación de las organiza-ciones sindicales en su implementación y seguimiento

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Informe nacional de coyuntura económica, laboral y sindical Colombia 2010

Por:Equipo de Iinvestigación ENS

En EstE PEriodo, El agudo déficit dE trabajo dEcEntE ParEcE obligar al Estado y a los EmPlEadorEs a PonEr En práctica medidas, aún tímidas y aún por ejecutarse, para abrir la posibilidad de generar más trabajo formal, abrir el espacio para el diálogo social y fortale-cer la institucionalidad pública para la protección de los derechos laborales.

El acuerdo Santos-Obama sobre un plan de acción laboral y la oferta del gobierno para concertar un acuerdo la-boral más amplio, abren posibilidades que podrían redundar –si se cumplen efectivamente las promesas y no pasan de la sola publicación de normas jurídi-cas– en una mejoría de las circunstan-cias en que millones de trabajadores co-lombianos viven, y en un ambiente un poco más propicio para el ejercicio de las libertades sindicales en Colombia. Pero todo esto está todavía por verse.

Por eso debemos seguir señalando en este informe las graves condiciones laborales, el enorme déficit de trabajo decente que padece Colombia.

La desigualdad en ColombiaEl peor obstáculo para la inclusión y el crecimiento

Colombia, es hoy el país más des-igual de América Latina.1 El coeficiente de Gini, el indicador mundial más acep-tado para la medir la distribución del in-greso, se ubicó en 0,58 en el año 2009.

Sin embargo, en mediciones más completas, como la realizada por el profesor de la Universidad Nacional, Jorge Iván González, el coeficiente real se ubicaría entre 0,85 y 0,90. Hay un abismo inmoral entre los más ricos y los más pobres en Colombia.

Según datos oficiales, el 45,5% de los colombianos vive en la pobreza, y

1. Según Samuel Azout, (alto consejero para la prosperidad) el país está hoy situado en el cuarto lugar de desigualdad en términos de la distribución del ingre-so y las perspectivas de cambio en esta materia son poco alentadoras.

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el 16,4% en la indigencia.2 En las zonas ru-rales la pobreza es mucho mayor: el 64,3%, y el 29,1% de los campesinos colombianos, viven en la pobreza y en la indigencia, res-pectivamente. 20 millones de colombianos apenas sobreviven.

Recientes informes de prensa describen el tamaño de la deuda social en Colombia. Mientras el 10% más rico se queda con más del 50% del producto interno bruto (PIB) y sostienen, en promedio, a dos personas, el 10% más pobre apenas recibe el 0,6% de la riqueza nacional y deben mantener a 6 personas.

Indígenas y afrodescendientes son las poblaciones más pobres, con índices de ne-cesidades básicas insatisfechas del 57% y del 66% respectivamente. 800 municipios tienen índices de pobreza por encima del 66%.3

2. Datos correspondientes al año 2009.3. “Desigualdad extrema”, Semana.com, sábado

12 de marzo de 2011.

El déficit de trabajo decente es estructural

La calidad del empleo en Colombia es la peor de América Latina a pesar del crecimiento económico

La región y Colombia prácticamente no sufrieron la crisis económica mundial y la economía colombiana continuó recuperán-dose. El PIB del país creció el 4,3%, mien-tras en 2009 fue del 1,5%.

Sin embargo, este crecimiento no genera ni redistribución, ni es productivo, ni gene-ra trabajo decente. El sector que jalonó la economía fue el de minas y canteras, con un crecimiento del 11,1%. El comercio creció el 6%, la industria manufacturera el 4,9%, el sector transporte, almacenamiento y co-municaciones el 4,8% y el sector servicios el 4,1%. En la práctica la economía colom-biana no genera trabajo formal, ni trabajo decente, salvo para los trabajadores con educación superior completa.

“Trabajadores en la construcción”, Marienna García-Gallo, Venezuela, 2010

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El mal llamado mercado de trabajo, sigue estancado. La tasa de ocupación se man-tiene en un promedio anual del 55,3%, con pequeñas alzas especialmente en la época navideña. Por otro lado, la tasa de desem-pleo no disminuye, pues se mantiene en el 11,8%. En el 2010, existían en el país cerca de 2.562.000 desocupados, 49.000 más en comparación con el 2009.

Cada vez más trabajadores están subem-pleados ya que realizan labores por debajo de su capacidad, de su formación, de la jornada de trabajo que pueden realizar. En 2010, la tasa de subempleo se ubicó en el 32,6%, mientras que para el 2009 esta era del 29,7%.

Las mujeres tienen una tasa de subem-pleo subjetivo más elevada que los hom-bres. Para 2010, ésta se ubicó en el 36,3%, mientras que la masculina llegaba al 31%.

La tasa de desempleo de los jefes de hogar apenas disminuyó

Mientras que la tasa de desempleo de los jefes de hogar en 2010 alcanzó el 5,9%, en 2009 fue del 6,2%, presentándose una reducción marginal. No hay empleos sufi-cientes en el mercado para absorber toda la mano de obra disponible: esposas, hijos y parientes, se ven forzados a salir de la inac-tividad en busca de empleo para no afectar los ingresos del hogar.

Las mujeres jefes de hogar sufren más del doble del desempleo que los hombres. En 2010 éste era del 9,6% frente al 4,7% del 2009. El desempleo de las mujeres jefes de hogar creció el 7% en 2010.

Aumentaron el trabajo no asalariado, la mano de obra poco calificada y los bajos ingresos

En 2010 el empleo creado fue prácti-camente informal, por cuenta propia o en

oficios sin remuneración. Los trabajadores por cuenta propia aumentaron el 6%, y los trabajadores familiares sin remuneración crecieron el 8%, al igual que los trabaja-dores sin remuneración en otras empresas que aumentaron el 16% con respecto al año anterior.

En el año 2010, el 43,2% del total de ocupados eran cuentapropistas (8.309.000), seguido de los empleados particulares que participaban con el 34,3% (6.599.000). Sólo el 4,2 de los ocupados pertenecen al sector público (809.000).

8.920.215 trabajadores, el 46,4 % de la población ocupada, gana menos de un sala-rio mínimo. 6.137.184 trabajadores ganan entre 1 y 2 salarios mínimos: el 31,9% del total. El 78% de los ocupados ganan menos de dos salarios mínimos mensuales y sólo el 4,4% recibe 4 o más salarios mínimos mensuales. El 61% de los trabajadores in-formales gana menos de un salario mínimo mensual.

Los bajos salarios se presentan en mayor proporción en el campo. El 67% de los tra-bajadores agropecuarios y forestales reciben menos de un salario mínimo mensual.

La informalidad sigue creciendo4

La informalidad laboral es la principal causa de la exclusión social y la pobreza. El 58% de los trabajadores la padece. Con respecto a 2009, la población informal se incrementó en 152.000 personas.

4. La informalidad, tal como la define el DANE, hace referencia al conjunto de empleados y patronos en empresas de menos de cinco trabajadores, así como la cuenta propia e independiente sin educación profesional, los empleados domésticos y los trabajadores sin remuneración.

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Solo el 10% de los trabajadores informales tienen seguridad social completa, esto corresponde a 484.000 ocupados, 27.000 personas más que en 2009. De 2009 a 2010 hubo más trabajadores informales sin seguridad social en la mayoría de las ramas de actividad económica.

La informalidad, en las principales ciu-dades es grave, pero en algunos casos es dramática. Para el 2010, Cúcuta tuvo una tasa de informalidad del 67%, seguida por Montería (66,7%), Pasto (65,4%) y Villavi-cencio (63,2%). Sólo tres grandes ciudades se ubican por debajo de la tasa de las trece áreas metropolitanas: Bogotá con 45,8%, Medellín con el 48,4% y Manizales con el 48,7%.

Baja cobertura y baja calidad de la seguridad social, las pensiones y los riesgos profesionales

Según el DANE, en 2010, el 89% de la población ocupada (17.083.000 personas) estaban afiliados al sistema de seguridad so-cial en salud. De ellos, 8.588.000 estaban en el régimen contributivo, mientras 7.955.000 lo estaban en el régimen subsidiado.

En 2010 disminuyó la afiliación al siste-ma de pensiones en un 8,7%. De cada 100 trabajadores, solo 31 figuraban como afilia-dos cotizantes al sistema de pensiones. Para todo el país, las mujeres presentan una tasa de afiliación del 41% y para las 13 áreas, este indicador subió al 43,3%.

En 2010, solo el 35,5% de las personas ocupadas estaban afiliados al sistema de riesgos profesionales (6.826.500 personas). Más de dos terceras partes de los afiliados se encuentran localizados en tres regiones: Bogotá, Antioquia y Valle. En 19 departa-

mentos la cobertura es menor al 1%.En Colombia ocurre un accidente de tra-

bajo cada minuto. En el 2010, se registraron 538.911 accidentes de trabajo y 958 muertes en el trabajo. De ellas 158 en el sector mi-nero. La enfermedad ocupacional, aumentó al 38,72%. Se reportaron 12.609 enferme-dades profesionales, pero las ARP tan solo calificaron 9.411.

Crece el número de niños y niñas que trabajan

Según las cifras más recientes del DANE, el trabajo infantil en Colombia creció. Mientras que en 2007 el DANE registró una tasa de trabajo infantil del 6,9%, para el 2009 ésta alcanzó el 9,2%, o sea, el 2,3% más.

1.050.147 de niños y adolescentes entre 5 y 17 años de edad, trabajaban en 2009, además de los 799.916 niños y niñas que se dedicaban a oficios del hogar. Es decir, la tasa real de trabajo infantil en Colombia, alcanzó el 16,2%.

Los niños y niñas de Colombia trabajan intensamente. El 41,3% trabajaba menos de 15 horas por semana, el 29,7% trabajaba en-tre 15 y 34 horas, el 18,1% trabajaba entre 35 y 48 horas y el 11% trabajaba más de 48. Las consecuencias de todo tipo en su vida adulta serán dramáticas.

El trabajo infantil crece porque disminu-yen los ingresos de las familias. El 36,1% de los niños trabaja porque “debe de partici-par en la actividad económica de la familia” según el DANE. El 14,7%, no estaban afi-liados a seguridad social en salud (15,5% de los hombres y 12,8% de las mujeres), y el 78% estaba afiliado al régimen subsidiado.

La mayoría de los niños y niñas que trabajan lo hacen en la agricultura con un

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37,3%, le siguen el comercio con el 30,5% y la industria manufacturera con 13,6%.

La población adulta mayor crece en cantidad y en desprotección

En diciembre de 2010 había en el país 1.516.980 pensionados. Sin embargo, no todos son adultos mayores, porque la crifra incluye invalidez y sobrevivencia.5

Realmente, el porcentaje de adultos de más de 60 años, que reciben alguna pensión es 72,22%,6 que corresponden a 1.095.563, lo que significa que, frente a una población adulta mayor de 6.288.233, (DANE), para

5. Según la Superfinanciera, del total de los pensionados al régimen de prima media, el 87,39% son pensionados por vejez, el 8,6% por sobrevivencia y el 3,68% por invalidez. En los fondos privados, el 54,21% correspon-de a pensionados por sobrevivencia, 24,83% por invalidez y el 20,96% por vejez.

6. Este porcentaje lo deja ver únicamente la Su-perfinanciera, en las estadísticas que entrega respecto de los rangos de edad de los pensio-nados del régimen de prima media. Ver www.superfinanciera, estadísticas sistema pensional.

el 2010,7 sólo el 24,49% (menos de 1 de cada 4), recibía alguna pensión.

El Estado ha implementado dos políticas para el sector: los subsidios ($46.073 men-suales, para 573.472 adultos mayores);8 y la entrega de una ración alimentaria (para 417.230 adultos mayores) que tiene un costo por persona de $42.143 y que, en su mayor parte, representa los gastos operacio-nales del ICBF para entregarla).

Las mujeres trabajadoras padecen más informalidad, más desempleo y menos ingresos que los hombres

En 2010, de cada 100 trabajadores y tra-bajadoras que están dentro de la población económicamente activa, hay aproximada-mente 44 mujeres y 68 hombres empleados. Para el 2010 hay 430.000 mujeres ocupadas más con respecto a 2009. Mientras la tasa

7. DANE, Proyecciones nacionales y departamentales de población 2005-20020. Estudios Postcensales Nº 7, 2009.

8. MPS Informe de actividades, cuatrenio 2006-2010, julio de 2010, p. 72.

“Trabajadores en la construcción”, Marienna García-Gallo, Venezuela, 2010

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de desempleo de las mujeres es del 15,6%, la de los hombres es del 9%.

De cada 100 mujeres ocupadas, 42 son trabajadoras por cuenta propia, un punto más que en 2009, y 33 son obreras o em-pleadas particulares, un punto menos.

Las mujeres siguen atadas a dos sectores económicos. En los servicios sociales, co-munales y personales, trabajan el 32,6% de las mujeres, y en el comercio, reparación, restaurantes y hoteles el 32,1%.9

En el 2010, el 60,3% de las mujeres ocu-padas ganaban menos de un salario mínimo, contra un 50,5% de hombres en esta misma situación, lo que evidencia que las mujeres están peor ubicadas en el mercado laboral y que ingresan a éste para ser generadoras se-cundarias de ingresos y no en busca de una mejora importante en la calidad de vida.

De acuerdo al nivel educativo, es impor-tante mencionar que, del total de mujeres ocupadas, el 26,9% tienen algún título de educación superior, y el 43,1% tiene edu-cación secundaria. Para el caso de los hom-bres, sólo el 17,7% de los ocupados tienen educación superior, y un 41,3% secundaria.

La situación de las mujeres en el área ru-ral es aún más aguda. De cada 100 mujeres en edad de trabajar, alrededor de 31 lo ha-cen, mientras que de cada 100 hombres 73 se encuentran ocupados recibiendo remu-neración. En comparación con el 2009, la tasa de ocupación femenina fue de 28,7% y la de los hombres 71,5%, lo que deja ver el aumento en el número de mujeres ocupadas ubicadas en el área rural.

Los jóvenes: víctimas del desempleo y la precariedad

9. DANE. Promedio de cuatro trimestres de 2010. Totales nacionales.

La tasa de desempleo juvenil en Co-lombia, en el 2010, se ubicó en promedio en el 21,3%, lo que significó una irrisoria disminución del 0,3% con relación al 2009. El desempleo de las mujeres jóvenes es aún mayor, con una tasa de desempleo de 28,2%, mientras que la de los hombres jó-venes fue de 16,5%. Los 1.175.000 jóvenes desempleados, representan el 45,8% del to-tal nacional. El porcentaje de inactividad en las mujeres jóvenes se aproxima al 55,6%, y para los hombres e ubica en el 37,6%.

Por sector económico los jóvenes se ubi-can principalmente en: comercio, hoteles y restaurantes (27,3%); agricultura, ganadería, pesca, caza y silvicultura (20,7%); servicios, comunales, sociales y personales (17,2%); industria manufacturera (12,5%). Las cifras son dicientes, de las cinco locomotoras del desarrollo propuestas, sólo en dos sectores tienen hoy participación activa los jóvenes: en la agricultura y en la construcción. Mien-tras tanto la minería ocupó a 56.000 jóvenes en 2010, en dicho sector sólo se crearon 5.000 nuevos empleos el año pasado.

465.000 jóvenes trabajan sin ningún tipo de remuneración y 1.408.000 jóvenes traba-jan por cuenta propia, el 32,4% del total de jóvenes ocupados.

Los sindicatos se movilizan a pesar de la persecución y la violenciaCrecimiento histórico de las protestas de los trabajadores

Las movilizaciones y protestas laborales durante el 2010, crecieron el 71% en com-paración con las del 2009, evidenciando la creciente inconformidad social frente al ma-nejo de los temas laborales.

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En 2010 se realizaron 54 huelgas, 5 paros por conflictos colectivos, 32 jornadas de protesta, 27 marchas, 31 tomas y bloqueos de instalaciones, 22 mítines y 5 acciones de resistencia simbólica, para un total de 176 acciones de reivindicación laboral y sindical, el registro más alto desde 1990. Las causas fueron la oposición a políticas del Estado y el incumplimiento de las normas laborales, especialmente el no pago de salarios.

Aumenta la intención de exterminio sindicalViolaciones a la vida, libertad e integridad de los sindicalistas

Pese a los amplios esfuerzos políticos para transformar y erradicar la violencia antisindical, a las presiones internacionales en medio de las negociaciones de TLC y a los intereses y recomendaciones continuas de instituciones internacionales como OIT y PNUD, el panorama de violencia antisindi-cal en el país continua siendo crítico.

Durante el 2010 se incrementaron los asesinatos contra sindicalistas pasando de 47 en el 2009 a 52 para el 2010. De igual forma es preocupante el incremento en los casos de desaparición forzada, 7 casos y de los atentados con 21 casos.

Este repunte de las formas más graves de violencia en contra de sindicalistas en 2010, es posible interpretarlo como un grave sín-toma de la reorganización de los grupos pa-ramilitares, y su resurgimiento, en la figura de las llamadas bandas criminales.

Durante el 2010, se registraron al menos 177 violaciones a la vida, la libertad e inte-gridad de las mujeres sindicalistas, esto es, una tercera parte de la violencia total.

El 30% de las víctimas de homicidio en 2010 fueron dirigentes sindicales, y en una

tercera parte de éstos, se trata de casos en los que los presuntos responsables son gru-pos paramilitares.

La negociación colectiva sigue cayendoSegún el Ministerio de la Protección

Social, hasta octubre de 2010, se habían ne-gociado un total de 175 convenciones colec-tivas y 197 pactos colectivos, cifras que co-rresponden al 62,5% y al 87,55% del total de convenciones y pactos que se depositaron en ese ministerio en el 2008, año con el cual es necesario comparar, pues la mayoría de estos convenios tienen una vigencia de dos años.

A lo largo de 2010 se siguieron presen-tando graves casos de actividad antisindical, en los que los empleadores impidieron la creación de sindicatos, la afiliación de tra-bajadores o la negociación colectiva.

Los casos más representativos se presen-taron en los siguientes sectores y empresas:

En el sector de transporte de valores: domEsa y ProsEgur. En el sector minero de la Guajira y Cesar: Drumond, chanEmE co-mErcial S.A, Glencore, Carbones de la Ja-gua, Aramark. En el sector petrolero: Gran Tierra Energy y Esmerald Energy, multina-cionales canadienses que explota petróleo en el departamento del Putumayo; la British Petroleum y en Ocensa Schlumberger Su-renco S.A. En el sector de las bebidas y de los alimentos: Coca Cola, Sodexo, Prole-che, Parmalat, Coolechera. En el sector del transporte: Copetran, Fenoco. En el sector financiero: Banco de Bogotá, BBVA. En el sector de las flores: Naneti/Sunburst Flora-mérica. En el sector de la salud: Cruz Roja Colombiana. En el sector metalmecánico: Centel S.A. de propiedad del Grupo San-ford. En el sector textil: Hilanderías Univer-sal S.A.S. “Unihilo”.

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En el Estado sigue prohibida, en la práctica, la negociación colectiva, violando acuerdos internacionales y la propia legislación colombiana.

…Y la inversión extranjera sigue creciendo sin generar empleo

La inversión extranjera directa (IED) para los tres primeros trimestres del 2010 creció un 3,2% frente al mismo período del año anterior.10

Los sectores en donde más creció la inversión fueron las manufacturas, los es-tablecimientos financieros y el comercio, los restaurantes y hoteles. Sin embargo, aunque el sector de mayor protagonismo en la IED hacía Colombia –Hidrocarburos y Minas y canteras– experimentó un descenso (-10,3% para las minas y canteras y -8,7% para el petróleo), éste continuó teniendo la

10. US$6,524 millones frente a US$6,324 millones.

principal participación de la IED total, re-presentando el 61% entre ambos. Es notable el crecimiento del 183,8% en la industria manufacturera en comparación a su parti-cipación en el 2009, de igual forma es des-tacable el crecimiento del 58% en el sector de establecimientos financieros, atrayendo US$776 millones.

La concentración de la participación de hidrocarburos, y minas y canteras, en la IED en Colombia se configura como una tendencia creciente que mantiene su pers-pectiva de crecimiento. Entre 2006-2010 los hidrocarburos han atraído un promedio de 33% de la total de IED. Minas y canteras, por su parte, ha traído un 29% entre 2008-2010. Datos que contrastan con su pobre participación en términos de empleo ya que estos dos sectores solo han generado el 1,5% de los empleos en el país entre 2006 y 2010 mientras que entre los dos han captado el 58,4% de la IED en el mismo periodo

1,53,0 3,3 3,5

5,3 5,7

8,0

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Crecimiento empleo Crecimiento PIB

Gráfico 1. Crecimiento económico por ramas de actividad y crecimiento del empleo 2010

Fuente: DANE. GEIH 2010.

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IX Congreso de la CGTA tono con la coyuntura política y laboral

En El contExto dE una coyuntura Po-lítica y En EsPEcial laboral, novEdosa y EsPEranzadora Para los trabajado-res y el sindicalismo colombiano, se celebró el IX Congreso de la Confede-ración General del Trabajo. Sin lugar a dudas el nuevo ambiente político y laboral generado por el gobierno de Juan Manuel Santos influyó en los pro-gramas y estrategias que se pusieron a consideración de los delegados asis-tentes al congreso. Esto se hace más evidente si se tiene en cuenta la estre-cha relación y el respaldo dado por el Secretario General de la CGT, Julio Roberto Gómez, al vicepresidente An-gelino Garzón.

El acto de instalación del congreso fue muy concurrido, la asistencia se corresponde, de un lado, con la natu-raleza de esta organización sindical: una organización de trabajadores y de organizaciones sociales y con el respaldo de sus afiliados, en especial a su máximo dirigente, Julio Roberto Gomez y de otro lado, con el reconoci-

miento de diversos actores del mundo del trabajo y la política que se hicieron presentes : dirigencia sindical nacional e internacional, empleadores, gobierno, políticos y , embajadores, entre ellos el de EE.UU.

La mesa que presidió el acto inau-gural da cuenta del interés de los diri-gentes de la CGT de relacionarse con los actores con los cuales se construye la agenda laboral nacional y global: El presidente y vicepresidentes de la república, el ministro de la Protección Social, la presidenta de la Confedera-ción Sindical de las Américas -CSA- y alta dirigente de la AFL-CIO, y la presidente adjunta de la Confederación Sindical Internacional-CSI- y Julio Roberto.

La inauguración del congreso dio la oportunidad al presidente de la repúbli-ca de reiterar su discurso de respeto al derecho de organización de los traba-jadores, de su compromiso con la crea-ción de trabajo formal y digno y de la necesidad de tener una clase trabajado-

Por:Luis Norberto Ríos NavarroDirector Académico ENS.

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ra bien remunerada, con condiciones dignas de trabajo y de vida, igualmente aprovechó la ocasión para explicar en detalle los com-ponentes del Plan de acción al cual se com-prometió con el presidente Barack Obama para agilizar el trámite de aprobación, en el congreso de EE.UU, del acuerdo libre co-mercio. Sorprendió la sanción publica a la modalidad de vinculación laboral que usan los grandes almacenes con los empacado-res, sanción y rechazo en la que se debería apoyar la dirigencia sindical para estimular el desmonte de esta forma de explotación de los y las jóvenes trabajadoras.

La inauguración también dio la oportu-nidad a la dirigencia sindical internacional, de reiterar su apoyo y solidaridad a los tra-bajadores y a la presidenta de la CSP. Linda Chávez Thompon, la dirigente de la AFL-CIO expresó su apoyo a los componentes del acuerdo Obama-Santos, y su deseo que éste tenga aplicabilidad y que no sea un solo recurso discursivo; sin que ese apoyo signifique un respaldo al TLC Colombia- EE.UU. Solicita al gobierno de Colombia que facilite la realización de una sesión especial sobre Colombia en el marco de la 100 Conferencia de la OIT , el próximo mes de junio y que desde allí se consensue una estrategia conjunta para colocar a Colombia en un escenario positivo de superación de los graves problemas laborales y de efectiva realización del trabajo decente, solicitud que apoya la CSI.

La delegada de la CSI aprovechó la ocasión para reiterar la agenda global que impulsa este centro mundial de los trabaja-dores: “En un contexto general de crisis los sindicatos son un instrumento fundamental para su superación y cualquier salida debe ser construida desde la presencia activa de

los/as trabajadores/as y sus organizaciones.” Para la CSI la Declaración de la OIT sobre la Justicia Social de 2008 es un documento fundamental para enfrentar la crisis en la perspectiva de un desarrollo sostenible y so-cialmente equilibrado de la economía mun-dial. La CSI anuncia que continuará con su insistencia en la necesidad de dar cuerpo una carta global para promover una activi-dad económica sostenible, que incorpore un capítulo sustantivo sobre las normas de la OIT y el Programa de Trabajo Decente de la OIT, y que cuente con un mecanismo efecti-vo para su aplicación.

La CSI considera que los “gobiernos del mundo tienen ante sí un desafío esencial y es el de no seguir sacrificando a los sectores más vulnerables de la sociedad y para ello los Estados deben recuperar su papel en la promoción del empleo, del desarrollo pro-ductivo, de sistemas sociales de protección, porque es allí donde está la posibilidad de superación de esta crisis, sin que nos enfren-temos en el futuro a consecuencias sociales aun más catastróficas que las actuales”.

El lema que presidió el salón de plenarias del congreso muestra el enfoque político, programático y reivindicativo de la CGT en este momento histórico: UN NUEVO PAÍS, con igualdad, solidaridad, distribución equi-tativa, respeto de los derechos, transparen-

La odisea empieza en Chiapas, Mauro Arias Panamá, El Salvador, 2010

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cia, con reforma social agraria, infraestruc-tura adecuada, con educación gratuita, sin trabajo infantil, con trabajo decente y con seguridad social y salud para todos.

Los elementos de análisis y propuestas puestas a consideración de delegados y ac-tores políticos y laborales presentes, por el SecretarioGeneral en su discurso inaugural, fueron la guía de discusión y de definicio-nes del congreso, Un apretado resumen de ellos nos muestra una caracterización de la central y de sus banderas de lucha.

La CGT aspira a construir una Colombia más humana, más justa, más democrática, más incluyente y en la cual la paz sea el fru-to de la justicia. Cree y practica la concerta-ción y el tripartismo, haciendo una apuesta en grande por la concertación social. Por ello reitera que no se siente representada ni interpretada por las FARC y el ELN, y está convencida de que sus acciones perjudican a los sectores más empobrecidos de Co-lombia y que el único camino viable para la paz, es el diálogo, la movilización democrá-tica y la lucha de masas en forma pacífica.

Expresa su preocupación por “el perma-nente empobrecimiento de la población, el aumento de las tasas de desempleo e infor-malidad, la ausencia de oportunidades para la juventud, la discriminación de las mujeres, el alto grado de marginación de los campesi-nos, los indígenas y los afrodescendientes”. Repudia y califica como inaceptable que en “Colombia millones de personas se acuesten con hambre, se levanten con hambre y vivan en medio de toda clase de privaciones” , Situación aberrante en un país que tiene de sobra para evitar que esto ocurra.

Para la CGT el futuro de las pensiones no está tan ligado al tema de la edad, en cam-bio aboga porque se ponga toda la atención

en aumentar el número de aportantes a los regímenes pensionales, para responder así a la solidaridad generacional, dado que, con una tasa de informalidad superior al 50%, una tasa de desempleo por encima de los dos dígitos y con precariedad laboral gene-ralizada, ningún sistema resulta viable. Pro-pone construir un sistema de previsión pen-sional de pilares, donde coexistan el sistema de prima media con el de ahorro individual. Invita a reflexionar sobre la refundación del ISS y de las instituciones de previsión so-cial públicas que fueron eliminadas.

Para la CGT las víctimas de la violencia no son solo individuos, también lo son las organizaciones sociales: comunidades de campesinos empobrecidos, grupos étnicos, sindicatos y organizaciones políticas. Todas ellas “perdieron líderes, bienes y espacios colectivos… por ello debe fortalecerse el concepto de reparación colectiva, para que a través de políticas integrales se promuevan procesos de desarrollo de las regiones y de las organizaciones sociales. Por ejemplo, el fortalecimiento de liderazgos, el reconoci-miento de las organizaciones sociales como instituciones fundamentales para la demo-cracia, la inversión en proyectos de desarro-llo para la reconstrucción del tejido social de las poblaciones”.

La CGT aboga porque “en los planes de desarrollo nacional y territorial, se incluyan incentivos a la recuperación de memoria co-lectiva de los pueblos arrasados, y se expi-dan normas como estatutos de la oposición para las organizaciones políticas que les garantice su accionar electoral” y para los trabajadores y el sindicalismo, un Estatuto del Trabajo y medidas de reparación por la pérdida de “sus líderes por el asesinato, las desapariciones, los secuestros, el desplaza-

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miento y el exterminio de cientos de organi-zaciones a lo largo y ancho del país”.

En el marco de políticas y programas de responsabilidad social empresarial es de-seable que en la totalidad de las empresas públicas y privadas se den las facilidades y garantías para que los trabajadores se pue-dan organizar en sindicatos y acceder a la negociación colectiva sin el temor a perder sus empleos.

La CGT es consciente que el mundo hoy vive en un marco de globalización que concentra y excluye, y nos conduce necesa-riamente a unas relaciones de intercambio que no podemos evadir, no nos podemos aislar, sin embargo, afirma categóricamente que los Tratados de Libre Comercio y los Acuerdos Comerciales con países indus-trialmente desarrollados, deben considerar no solo el respeto a la libertad sindical y los derechos humanos, sino también con-templar las asimetrías existentes entre los países desarrollados y los que no, como el nuestro.

Los delegados sesionaron en 19 comisio-nes temáticas, con ponencias para cada una, en correspondencia con las nuevas respon-sabilidades que tendrán los nuevos cargos en el Comité Ejecutivo.

Reforma estatutariaDestacamos por su efecto en la estructura

y en la forma de operación, los cambios en el estatuto de la confederación, que fueron de tal magnitud que se adoptó un nuevo estatuto en lugar de discutir y aprobar cam-bios puntuales al estatuto anterior.

Los puntos centrales de cambioSe abandona la concepción de central

sindical unitaria, valga decir, con una sola personería jurídica y expresiones regionales bajo la figura de seccionales y se retorna a la figura de confederación que implica la asociación de federaciones sindicales regionales y de rama. En adelante las sub-directivas o seccionales de CGT tendrán su

“En pie de lucha”, Álvaro Hurtado Molero, España, 2010

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propia personería jurídica y por tanto serán organizaciones con plena con autonomía administrativa y financiera.

Se amplía el tipo de organizaciones que pueden hacer parte de la confederación al dar cabida a organizaciones indígenas, afro-descendientes, y de pensionados, de hecho se dio un cupo a los indígenas en el comité Ejecutivo y se creo la secretaria de pensio-nados. Con lo cual se refuerza la naturaleza de organización del mundo del trabajo o de asociación de organizaciones sociales en la CGT, y se asemeja a las primeras organi-zaciones de los trabajadores en el país, que eran ante todo organizaciones de masas, más que de proletarios o asalariados.

Se amplía el Comité ejecutivo de 30 miembros principales a 45 y se adicionan 25 adjuntos, más los dos integrantes de la comisión de reclamos. Con ello pareciera pretenderse una representación tan amplia que diera cabida a todas las aspiraciones re-gionales, sectoriales y poblacionales y con ello buscar el mayor consenso y gobernabi-lidad.

El Comité Ejecutivo ya no se reunirá cada 60 días sino cada 90, en cambio la mesa ejecutiva tendrá reuniones quincena-les, esta periodicidad de sus reuniones, más su ampliación a 15 miembros da a entender que, en la vida cotidiana de la confedera-ción, tendrá más dinámica que el propio Ejecutivo.

Se da mayor fuerza a la representación de las mujeres en la central al estipularse que las delegaciones a los congresos deberán procu-rar una presentación hasta del 50% de muje-res, sin que pueda ser inferior al 30%. En el

Comité Ejecutivo la representación femenina será del 30% y la jóvenes del 10%.

El cargo de mayor responsabilidad y so-bre quien cae también el mayor liderazgo, ya no se denominará Secretaría General sino Presidente, con ello se acogen a la cos-tumbre presidencialista local y se abandona la europea y la de las CGT en el mundo.

Para fortalecer las finanzas de la central se estipula estatutariamente que quienes reciban compensaciones económicas por su participación en entidades en representación de la central, deberán aportar el de 30% de ellas, quienes no lo hagan perderán el dere-cho a futuras postulaciones.

Se modifica el sistema de cotización a la confederación, en adelante las organizacio-nes filiales pagarán una cuota única anual por trabajador afiliado correspondiente a un día de salario devengado. Se establece una cotización menor para las organizaciones de informales , comunales, cooperativas e indígenas; su aporte ordinario anual será el 50% de un día de salario mínimo legal. La confederación retornara a seccionales y fe-deraciones de rama el 30% de lo recaudado.

Se amplía la representación a los congre-sos de la federación de acuerdo al número de cotizantes y tendrán representación tanto las organizaciones de primer grado como las de segundo, lo cual implica una asisten-cia muy amplia a los congresos.

En la sesión final del congreso se eligió, el comité ejecutivo por aclamación y se avaló a su presidente para firmar un acuer-do laboral en el marco del Plan de Acción convenido entre los presidentes Santos y Obama

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Misión Tripartita de Alto Nivel de la OIT en ColombiaConclusiones de su visita al país

1. Introducción y panorama generalPor invitación dEl gobiErno dE colombia, la misión triPartita dE alto nivEl dE la oit (En adElantE la misión) visitó El País entre el 14 y el 18 de febrero de 2011 para analizar la aplicación del acuerdo tripartito por el derecho de asociación y la democra-cia, firmado en junio de 2006, en el seno de la Conferencia Internacional del Trabajo. La Misión se da en seguimiento a la visita tripartita de alto nivel de 2005; a la visita de la Directora del Departamento de Normas Internacionales del Trabajo de la OIT, en octubre de 2009; y a las dos misiones de contactos preliminares llevadas a cabo en 2010 respecto de varios casos ante el Comi-té de Libertad Sindical de la OIT.

Cuestiones específicas2. Diálogo social

En consideración de la importancia atri-buida por la Misión a la promoción de la confianza entre los mandantes, la Misión insta con fuerza a que se tome una acción prioritaria para fortalecer el diálogo so-

cial. A este respecto la Comisión Nacional de Concertación de Políticas Laborales y Salariales tiene un papel fundamental, en particular por tratarse del único órgano tripartito que se reúne de manera regular, e inclusive, tiene reuniones con el Presidente de la República. Adicional a las acciones a nivel nacional, deberían promoverse ac-tivamente también las buenas prácticas de diálogo social, tanto a nivel local como en las empresa.

El funcionamiento de la Comisión Es-pecial de Tratamiento de Conflictos ante la OIT (CETCOIT), parece no haber colmado las expectativas de ciertos mandantes tri-partitos. Sin embargo, la Misión considera que este órgano tiene un papel crucial para afrontar algunas de las cuestiones analiza-das por esta Misión. La Misión insta, por lo tanto, a todos los mandantes, a que de-diquen nuevos esfuerzos para que la Comi-sión funcione de manera eficaz.

Para lograr este fin, la Misión insta a que, para abril de 2011

• Se logre un acuerdo previo sobre una personalidad independiente, aceptable para

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todas las partes, que presidiría la CETCOIT• Se considere la posibilidad de esta-

blecer estructuras departamentales para la CETCOIT

• Se analice el funcionamiento y la posi-bilidad de asistencia y reforzamiento de la CETCOIT, inclusive a través de la revisión de sus términos de referencia.

También podría explorarse la posibilidad de crear un posible mecanismo adicional de mediación.

3. Violencia e impunidadA pesar de las mejoras, la violencia y la

impunidad siguen estando presentes en la sociedad colombiana y constituyen por lo tanto un desafío de primera importancia.

En relación con los casos 1787 y 2761 ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT, la Misión escuchó testimonios que in-dican que han seguido habiendo homicidios y atentados contra la vida de dirigentes y trabajadores sindicalizados, al tiempo que la información proporcionada demuestra que el número de estos muy graves críme-nes, se han reducido de manera notable en los últimos años. Al respecto, se resalta la importancia del mantenimiento de la pro-tección estatal brindada a los dirigentes sindicales y trabajadores sindicalizados en el país.

La Misión ha tomado también conoci-miento de avances notables en las investi-gaciones acerca de los homicidios contra los dirigentes sindicales y trabajadores sin-dicalizados y en las condenas contra los au-tores materiales de estos crímenes. Esto ha sido posible gracias a la creación y funcio-namiento de la Subunidad de Sindicalistas de la Unidad Nacional de Derechos Huma-nos de la Fiscalía General de la Nación y de juzgados penales exclusivamente dedicados

a la sanción de estos crímenes. La Misión considera que esta evolución es la conse-cuencia directa de la firma del Acuerdo Tri-partito de 2006.

Resaltando la relevancia de lo anterior, la Misión toma nota de que la mayoría de los casos no han sido objeto de investigaciones penales todavía y que sus autores, incluidos los autores intelectuales, no han sido some-tidos a la justicia.

La Misión toma nota de la adopción de la Ley 1309 de 2009, la cual aumenta signifi-cativamente las sanciones a los autores de violencia contra sindicalistas y amplía tam-bién el plazo antes de que prescriban dichos delitos. La Misión considera que esta ley constituye un desarrollo positivo.

La Misión ha sido informada de que los 25 homicidios recientes abarcados por el caso 2761 ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT, no han sido remitidos todavía a la Subunidad Especializada de la Fiscalía General de la Nación, pero que una decisión en este sentido ha sido tomada. La Misión no tiene duda de que una mayor efi-cacia de la Subunidad en sus investigacio-nes y resoluciones de acusación requiere un aumento del número de fiscales e investiga-dores adscritos a ella, de conformidad con el compromiso asumido por el Gobierno de Colombia al final de la misión de la Di-rectora del Departamento de Normas Inter-nacionales del Trabajo en 2009. La Misión subraya la importancia de fortalecer los contactos directos con las organizaciones sindicales en el marco de estas investiga-ciones, tanto por parte de la Fiscalía como por parte de la Procuraduría General de la Nación.

La Misión recibió la información de que el proyecto de ley de víctimas incluirá

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disposiciones relativas a las reparaciones individuales y colectivas para las organiza-ciones sindicales afectadas por la violencia. La Misión espera firmemente que las or-ganizaciones sindicales serán consultadas durante el proceso de elaboración de la ley y que, una vez adoptada, dicha ley preverá reparaciones eficaces.

Acerca de los procesos actualmente en curso ante la OIT, la Misión recomienda que:

• En el marco de la Comisión Nacional de Concertación de Políticas Laborales y Salariales, las centrales sindicales quere-llantes en los casos números 1787 y 2761 ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT, deben comunicar para el mes de abril de 2011, todas las informaciones disponi-bles sobre los hechos alegados para que la Fiscalía General pueda realizar las investi-gaciones correspondientes.

• El Gobierno debe enviar para el mes de agosto de 2011, observaciones adicio-nales sobre los casos números 1787 y 2761 ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT, indicando la fase procesal en la que se encuentran, y si se han identificado a los culpables.

La Misión ha podido darse cuenta de las

considerables divergencias de opinión a propósito del número de actos de violencia contra sindicalistas que fueron motivados por su actividad sindical y de aquellos que fueron el resultado de otros varios factores. Para promover una mayor claridad y pre-cisión respecto de este asunto, la Misión alienta la cooperación tripartita para lograr una posición común sobre la clasificación de los homicidios para que aquellos rela-cionados con la libertad sindical puedan ser claramente identificados, investigados y punidos eficazmente.

La Misión propone también que para el mes de mayo de 2011 se lleve a cabo un análisis, con la participación de las organi-zaciones sindicales, sobre la protección que debe continuar otorgándose a los dirigentes sindicales, trabajadores sindicalizados y sede sindicales.

4. Actos de discriminación antisindical y otros obstáculos al ejercicio de la libertad sindical y de la negociación colectiva

Durante las reuniones, no sólo con las organizaciones sindicales, sino también con las altas Cortes, se expresaron serias

“María José, ambulante de playa”, Luciana Martins Crepaldi, Brasil, 2010

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preocupaciones sobre el creciente uso de las cooperativas de trabajo asociado así como sobre el recurso a pactos colectivos a nivel de empresa con trabajadores no afiliados que estaban teniendo un impacto serio en el ejercicio de la libertad sindical y del dere-cho de negociación colectiva. Se indicó que los elementos mencionados también tienen impacto en la tasa de afiliación sindical. Se informó también a la Misión de casos frecuentes de discriminación antisindical como consecuencia del ejercicio del dere-cho de constituir o afiliarse a una organiza-ción sindical.

La Misión expresa su particular preocu-pación ante la información suministrada por la Corte Suprema de que, en el seno de las cooperativas, sólo los trabajadores depen-dientes disfrutan del derecho de constituir o afiliarse a organizaciones sindicales. A la luz de lo anterior, la Misión estima que la legislación sobre cooperativas debería modificarse para ponerla en conformidad con los convenios de la OIT sobre libertad sindical y negociación colectiva. La Misión recibió también información de que la ex-ternalización de trabajadores mediante coo-perativas, así como varias formas de sub-

contratación, eran utilizadas para obstaculi-zar el pleno ejercicio de la libertad sindical. La Misión recomienda que se tomen, con la asistencia de la OIT, medidas eficaces para eliminar los obstáculos jurídicos y prácticos a la libertad sindical y a la negociación co-lectiva.

5. Cuestiones legislativas pendientesHasta la fecha, limitadas medidas legisla-

tivas han sido tomadas para dar respuesta a las principales cuestiones pendientes acerca del cumplimiento de los Convenios de la OIT sobre libertad sindical y negociación colectiva. La Misión acoge con agrado va-rias sentencias de la Corte Constitucional que tratan algunas de las cuestiones legisla-tivas resaltadas por los órganos de control de la OIT. Sin embargo, la Misión subraya que una importante acción legislativa de-bería ser entablada con especial vigor para lograr el pleno cumplimiento de los Conve-nios 87 y 98 de la OIT.

La Misión propone que, para septiembre de 2011, el Gobierno elabore propuestas legislativas sometidas a la consulta de la Comisión Nacional de Concertación de Políticas Laborales y Salariales antes de la

“Auriza da Silva, ambulante de playa, Luciana Martins Crepaldi, Brasil, 2010

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presentación de dichos textos al Congreso. Al respecto, la prioridad debería ser atribui-da al tema de las cooperativas (CTA) y de los pactos colectivos.

6. Inspección del TrabajoLa Misión toma nota del consenso exis-

tente entre los mandantes tripartitos sobre la importancia y urgencia de fortalecer la Ins-pección de Trabajo en el país. Este aspecto sería crucial para abordar los problemas planteados en relación con las cooperativas de trabajo asociado y con los actos de dis-criminación antisindical a nivel de empresa. La Misión toma nota de la información proporcionada por el Viceministro de Tra-bajo sobre las acciones recientes tomadas para atribuir mayores recursos a la Inspec-ción de Trabajo. Al tiempo que saluda esta iniciativa, la Misión insta a que medidas y acciones adicionales sean tomadas para ase-gurar que los inspectores de trabajo tengan la capacidad de llevar a cabo eficaz y ade-cuadamente sus funciones respecto de las cuestiones más importantes de aplicación de la legislación laboral, con especial aten-ción en la libertad sindical y la negociación colectiva.

La Misión toma nota con interés de que un Ministerio de Trabajo separado sería establecido en el mes de agosto. La Misión confía en que esta nueva estructura permiti-rá mejorar el grado de respuesta a todos los temas mencionados en este informe.

7. CapacitaciónA fin de reforzar el diálogo social en el

país, parece indispensable la capacitación permanente y el perfeccionamiento de las competencias de los mandantes tripartitos.

Los esfuerzos de formación que han venido llevándose a cabo deberían reforzarse. La capacitación debería dirigirse a los inter-locutores sociales, pero debería extenderse también a las distintas instituciones esta-tales, incluidas la Fiscalía General de la Nación, el Ministerio de Defensa, el Minis-terio de Interior y Justicia, la Procuraduría General de la Nación, la Corte Suprema, la Corte Constitucional así como el Consejo Superior de la Judicatura.

8. Papel de la OITLa Misión concluye señalando que la Ofi-cina Internacional del Trabajo puede des-empeñar un papel importante en el proceso de fortalecimiento de las capacidades y competencias así como en otras actividades necesarias para apoyar la puesta en práctica de las conclusiones de esta Misión y la ple-na aplicación de los Convenios 87 y 98 de la OIT.

Adoptado en Bogotá el 18 de Febrero de 2011.(Firmado) Sr. Sergio Paixao Pardo, Presi-dente, Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia de la 99 Sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo; Sr. Ed Potter, Vicepresidente, Grupo de los Empleadores, Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia de la 99 Sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo; Sr Luc Cortebeeck, Vicepresidente, Grupo de los Trabajadores, Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia de la 99 Sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo; Sir Roy Trotman, Vicepresidente, Consejo de Administración de la OIT; Sr. Dagoberto Lima Godoy, Miembro Empleador, Conse-jo de Administración de la OIT

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Ética empresarial no ética

Por:Jorge Mejía MartínezExsecretario de gobierno de Medellín

los colombianos nos Enconchamos tanto quE El mundo sE rEducE a la Parroquia. todo lo quE nos Pasa Es una bendición o una maldición, con-secuencia del destino. Como Cándido, el famoso protagonista de la novela de Voltaire, creemos ser un pueblo feliz, envidiado. Mientras creemos vivir en nuestro precario paraíso, más allá de las fronteras las noticias que llegan de Colombia nos hacen ver como un pue-blo bárbaro, indolente, masoquista. No hay una sola generación viva que haya podido disfrutar lo que en otros países conocen como la Paz. La tranquilidad no es un bien público.

Violencia ligada a las disputas entre los partidos políticos; o a la guerrilla que se da el lujo de cumplir 50 años sin coronar propósitos revoluciona-rios, hoy trastocados por el afán de enriquecimiento inmediato que solo es posible con el narcotráfico; o a la acción degradada del paramilitarismo que a nombre de la impotencia del Es-tado, produjo millones de desterrados,

masacrados, desaparecidos. El Estado también tiene su cuota como aporte de violencia: políticos fundidos con los paramilitares sentados masivamente en las corporaciones de elección popular y en los espacios de gobierno, falsos positivos, persecución a la oposición a través del DAS, lo mismo que a la jus-ticia, corrupción desbordada y de doble vía: pública y privada. La decencia en el ejercicio de la política es la excep-ción a la regla.

El manejo de la economía no tiene por qué escapar al utilitarismo preva-leciente. Nos vanagloriamos de la feli-cidad que transpiramos, mientras más de la mitad de la población sufre las consecuencias de la mayor desigual-dad en la región continental. A pesar de nuestro orgullo, Colombia es uno de los países con mayores niveles de pobreza y miseria. El aparato producti-vo es movido por la informalidad y la precariedad laboral. Varios colombia-nos aparecen en la revista Forbes mos-trando exorbitantes cifras de riqueza,

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amasadas a punta de recortar derechos laborales y reducir los ingresos rea-les de los trabajadores. El recorte de derechos se hizo a nombre de generar empleos imposibles. Una clase em-presarial que se escandaliza porque a los trabajadores el gobierno ordena un aumento de tres mil pesos diarios. Pero tantas tragedias juntas nos adormecen. No despertamos.

Tuvo que llamar la atención el go-bierno de Obama sobre las deplorables condiciones laborales que agobian a los trabajadores de nuestro país, al calor de la puja para la aprobación del TLC, para que reconozcamos que de tanto vivir en el pantano nos acostumbramos a su olor. De esa podredumbre salieron

las cooperativas de trabajo asociado, las dificultades para ejercer el derecho de or-ganización, asociación y negociación por parte de los asalariados, hasta el punto de considerar a las organizaciones sindicales como dinosaurios sin merecimiento para existir. El recurso de la huelga es algo exó-tico. Para estigmatizar a alguien que no nos simpatiza lo tratamos de sindicalista. Con la justificación de darle vía libre al TLC, el Presidente de los Estados Unidos, haciendo eco de la postura del Partido Demócrata de valorar sus nexos con la organización sin-dical norteamericana, nos dio una lección a los colombianos sobre la necesidad de respaldar a los sindicatos como un elemen-to sustantivo de una sociedad democrática. Los empresarios anti sindicalistas acaban

“Amor fraternal”, Manuel Saldarriaga, Colombia, 2010

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de recibir una lección del mayor imperio capitalista y los sindicalistas colombia-nos acaban de recibir de la mano muchas veces odiada, pero la más efectiva del mundo, un empujón para producir las reformas infructuosamente reclamadas durante muchos años, a pesar de que con Santos se vislumbraban algunos cambios, pero insuficientes. El costo es tragarse el TLC.

A los empresarios nuestros les falta el talante de los empresarios de otros países. Un solo ejemplo, Brasil: la pobreza se redujo porque los incrementos salariales estuvieron sostenidos por encima del 10%, mientras la inflación no pasaba del 6%. Allí los empresarios no levantaron la mano para protestar y amenazar con hecatombes laborales porque entendieron que la desigualdad existente conspiraba contra el desarrollo y la prosperidad ca-pitalista. Se demostró las bondades de la vieja tesis keynesiana de que la mejor vía para estimular el crecimiento económico es la dinamización de la demanda. Mejo-res salarios posibilitan un mayor consu-mo, éste jalona la producción y aquella el empleo, como un círculo no vicioso. ¿Por qué será que a nuestra clase empresarial le cuesta entender que la pobreza y la miseria se soportan principalmente en la imposibilidad de acceder a ingresos su-ficientes para al menos sobrevivir? Y eso que no quiero enrostrar la relación ausencia de ingresos-mayor violencia.

La principal tragedia colombiana no es la guerrilla ni los paramilitares nuevos y viejos, sino el desperdicio social al con-denar a gruesos contingentes humanos a no tener con qué paliar su existencia. Esos millones de hombres y mujeres,

44% jóvenes, son la inagotable fuente nutriente de la delincuencia organizada para calmar su frustración. Fuerza dispo-nible para la violencia.

La reacción del sector financiero a las críticas del gobierno, también fue desco-medida. El Ministro de Hacienda se atre-vió a cuestionar la voracidad de bancos y corporaciones financieras en aras de estimular una mayor bancarización de la economía. La Superintendencia Financie-ra reconoce que el 89% de las utilidades que el sistema financiero tuvo al corte de noviembre de 2010, se originaron en los ingresos por servicios financieros. Con otras palabras, por los onerosos recargos por la utilización de cajeros, tarjetas, che-ques y consultas. Para muchos colombia-nos el colchón sigue siendo la mejor op-ción. María Mercedes Cuellar, vocera del sector, se empecinó en negar lo que para todos se volvió una marga cotidianidad.

No sobre recordar que el periodista Martin Sandbu, del Financial Times, ci-tado por El Espectador, trajo a colación al filósofo Aristóteles para explicar la urgencia de una nueva ética para la ban-ca de inversión, luego de la debacle que hace dos años puso en vilo la economía mundial: “Aquellos banqueros cuyo afán inquisitivo igualara a su afán adquisitivo podrían meditar sobre la idea de Aristó-teles de que la virtud de una profesión es la que representa su propósito social”. Tanto pragmatismo por parte de quienes manejan los negocios resulta nefasto para la sociedad. Algo más de filosofía y menos codicia, nos acercarán a lo que el pensador griego llamaba “la buena vida” como un propósito colectivo, de todos. Lo aprendimos desde el bachillerato

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La jornada electoral de la Unión Sindical ObreraUn hecho sin precedentes

Por:Edwin Palma EgeaVicepresidente USO Barrancabermeja

los Pasados 13, 14 y 15 dE abril dE 2011, sE cElEbraron En todo El País las ElEccionEs tEndiEntEs a la con-formación de la nueva Junta Directiva Nacional de la Unión Sindical Obrera (USO), que desde hace diez años no se hacían por voto directo.

Pero hace una década, no habían trabajadores tercerizados afiliados a la USO o, si existían, eran muy pocos. Eso marcó la diferencia.

La Junta Directiva Nacional saliente, dispuso de muchos esfuerzos institu-cionales, económicos y políticos para sacar adelante esta justa electoral, con errores como todas, pero finalmente exitosa, si de reconocimientos hay que hablar.

Los trabajadores, el sindicalismo y la USO –sindicato de 88 años de histo-ria– fueron realmente quienes ganaron con esta contienda, donde estuvieron a la orden del día valores importantes como la solidaridad, el respeto y la fra-ternidad.

Los aciertosEste sindicato registró, no hace más

de cinco años, unos índices de sindi-calización bajos, producto de la reduc-ción sistemática de la nómina directa que llevó a este sindicato a un registro de afiliados cercano a 4.000, a nivel nacional. El primer dato exploratorio fue de 19.000 afiliados, número que demuestra que las subdirectivas han hecho un excelente trabajo de afilia-ción de trabajadores tercerizados –que triplican el número de trabajadores directos–, fortaleciendo la capacidad de movilización y negociación, además de las finanzas del sindicato. Este es un excelente acierto, pero no ha sido gratuito. La USO se ha esforzado para que las empresas petroleras respeten el Decreto 0284 de 1957 y apliquen con-diciones laborales idénticas a las de los trabajadores directos.

Luego de superado este debate, otro acierto importante es haber sido ca-paces de entender que la democracia

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directa, al menos para este sindicato en este momento de la historia, era necesaria. Se dinamizaron las bases y los dirigentes estu-vieron prestos a atender y buscar la solución a los problemas de los trabajadores. La co-municación entre las subdirectivas fue más fluida, se hicieron acuerdos programáticos más que burocráticos; y eso, oxigenó.

La designación de cargos fue menos traumática que en otras ocasiones. En esta ocasión hubo consenso en que era más im-portante la unidad, el fortalecimiento del sindicato, la defensa de Ecopetrol y de la convención colectiva, que cualquier rencilla personal o política.

El resultado de la jornada: veinte dirigen-tes de corte clasista, identificados con la lu-cha proletaria, cuyos resultados redundarán en beneficio del sindicato, de los trabajado-res y del país.

Los desaciertosDespués del esfuerzo que implica la afi-

liación de un solo trabajador al sindicato (que va desde la persuasión del mismo, hasta la negación de la empresa para hacer la deducción de la cuota sindical), se de-cidió hacer una depuración del censo que

excluyó de la jornada electoral a un importante número de afiliados con derecho a voto. No era la base de da-tos del Fosyga, la más apropiada para depurar nuestro censo. Eso nos impone a todas las subdirectivas del sindicato, establecer sistemas de información que permitan hacer una cualificación de nuestras listas de asociados, sin arre-batarle el derecho a los trabajadores sindicalizados.

Otro desacierto de la jornada, fue la falta de veedurías imparciales que per-mitieran hacer del proceso una jornada ciento por ciento transparente. Tanto la Comisión Nacional de Garantías, como las comisiones regionales, tenían inte-reses en los resultados, lo que no hizo totalmente transparente el proceso. Esta situación deberá revisarse dentro de dos años, si la Asamblea Nacional de Delegados decide petrificar esta forma de elección, que en mi concepto personal, sería la forma más apropiada para el sindicato.

La nueva junta deberá trabajar desde ya en organizar un proceso electoral democrático, tecnológico, transparente e incluyente para las próximas justas. No es un reto imposible. El plan piloto implementado en Barrancabermeja en esta ocasión, lo demostró, y sabemos que puede ser realidad en un par de años.

Nada insuperable. Errores propios de un proceso sin precedentes en la historia de la USO y que Dios nos dio la oportunidad de conocer y ver.

Hay USO para muchos años más. ¡Viva la Unión Sindical Obrera!...

¡Viva!

Jornada electoral de la USO, 13,14 y 15 de abril de 2011

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Posibilidades y contenidos de la agenda laboral y sindicalRespuestas a preguntas claves para promover la deliberación

¿Qué elementos se destacan de la presente coyuntura laboral y sindical?dEstacamos cinco fEnómEnos quE nos sirvEn Para analizar las PosibilidadEs y El contEnido dE la agEnda laboral En El momento actual. Uno, hay continuidad de la precarización laboral y una profundización del déficit del trabajo decente en Colombia. Dos, hay una relación muy directa, un nexo causal, entre ese déficit y la desigualdad social existente en el país, somos el segun-do país de más desigualdad en el continen-te. Tres, hay un gran incremento, durante el 2010 y en lo que va corrido de 2011, de la movilización y la protesta laboral, la cifra de movilización más grande en los últimos 20 años, generada precisamente en respues-ta a la profundización de las condiciones precarias de trabajo. Cuatro, hay un dete-riorado mercado laboral caracterizado por desempleo estructural, altísima y creciente informalidad, desprotección social, bajos ingresos, preocupante aumento del trabajo infantil y alarmantes cifras de muerte y ac-cidentalidad en el trabajo; el hecho de que en Colombia cada minuto ocurra un acci-

dente de trabajo y que tres personas mueran en el trabajo cada día, tiene que llamar la atención. Y cinco, se mantiene la tendencia al debilitamiento de las organizaciones sin-dicales en su afiliación y funcionamiento, la baja cobertura de la negociación colectiva y la persistencia del fenómeno de la violencia y e impunidad.1

¿Por qué la ENS dice que existen posibilidades importantes para que esta situación empiece a cambiar?

Se está dando una afortunada confluencia de varios factores, que contribuyen a que en Colombia se pueda a empezar a dar un cam-bio importante en materia laboral. Estos son los factores que confluyen:

1. La situación laboral y sindical co-lombiana se volvió un tema de la agenda internacional. Esta realidad se discute en los parlamentos de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y, de manera permanente,

1. Para mayor información sobre coyuntura ver en: www.ens.org.co/apc-aa-files/4e7bc24bf4203c2a12902f078ba45224/04_29_2010_INF_COY.pdf

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en la OIT, para sólo mencionar algunos escenarios. Este año ha tenido tres mo-mentos claves:

- La Misión de Alto Nivel de la OIT que visitó al país en el mes de febrero.2

- El memorando que seis congresistas de Estados Unidos le enviaron el pasado 17 de marzo al Presidente Obama en rela-ción con la situación de derechos huma-nos, laborales y sindicales en Colombia y el TLC con Estados Unidos.3

2. Ver las conclusiones de la Misión de Alto Nivel de la OIT en: www.ens.org.co/apc-aa-files/3a8983fd104d6672011fe348084d2e16/Conclusiones_Misi_n_Triparti-ta_Alto_Nivel_OIT_2011.pdf.

3. Ver texto del memorando en: www.ens.org.co/apc-aa-files/4e7bc24bf4203c2a12902f078ba45224/carta_02.pdf.

- Y el acuerdo del 7 abril entre los Pre-sidentes Obama y Santos, llamado plan de acción en derechos laborales.4

Esta realidad no se ha construido sola, se debe a la acción del sindicalismo co-lombiano y a sus aliados del sindicalismo internacional. Es un triunfo del movi-miento sindical colombiano. El hecho de que los problemas laborales y sindicales de Colombia se discutan en el ámbito internacional, es el primer hecho que ayu-da a que tengamos una agenda laboral, porque produce presión sobre el gobierno colombiano.

2. La cifra histórica de mayor movili-zación en los últimos 20 años, ocurrida

4. Ver en el texto en: www.ens.org.co/apc-aa-files/4e7bc24bf4203c2a12902f078ba45224/04_15_2011_santos_obama.pdf .

“Chakú”, Ómar Said Butron Ríos, Perú, 2010

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el año pasado, nos dice que se están mo-viendo los sindicatos; movilización que todavía es fragmentaria, local si se quiere, pero hay una acción sindical importante. Eso se expresó de manera importante con las grandes movilizaciones del 7 de abril, ellas ayudan a que se construya en este país una agenda laboral.

3. La generación de opinión. Hay diversos actores que generan opinión y señalan problemas desde la política, el Congreso y los medios de comunicación. Y eso es un cambio muy importante en Colombia, donde los temas laborales y sindicales, por regla general, han esta-do históricamente relegados del debate público. Si se miran los periódicos en los últimos seis meses, se encuentra que permanentemente aparece lo laboral como un tema de debate; y si se miran las encuestas de opinión sobre los principa-les problemas del país, los colombianos dicen que el primer problema es el em-pleo y los ingresos. Hay un ambiente de opinión que se está consolidando en torno al tema laboral y sindical.

4. Un conjunto de decisiones judicia-les, particularmente de la Corte Cons-titucional, que marcan un límite a la precarización. Y ahí hay varios hitos: las sentencias sobre libertad sindical, sobre cooperativas de trabajo asociado, o sobre el tema de los contratos de prestación de servicios y otras formas precarias en el Estado (sentencia C-614 del 2009). Es decir, se ha configurado, de manera tími-da todavía pero importante, una noción de trabajo decente en la jurisprudencia constitucional colombiana, que empieza a pesar sobre el gobierno y lo obliga a

tomar medidas y a hacer modificaciones normativas de importancia.

5. Y finalmente, también confluye el enfoque que el gobierno le está dando al tema laboral. Hay que reconocer que este gobierno –neoliberal en lo económico y partidario de la seguridad democrática en lo político –, está proponiendo una visión distinta en materia de relaciones labora-les, si nos atenemos a sus expresiones y discursos. El gobierno ha tomado algunas medidas que empiezan a abrir la agenda laboral, por ejemplo, en formalización del empleo (para ello impulsó la Ley 1429 de 2010); ha aceptado iniciar un proceso para cumplir las recomendaciones de la OIT, en particular las conclusiones de la Misión de Alto Nivel de la OIT. Y en va-rios discursos y escenarios ha reconocido que el sindicalismo ha sufrido una gran tragedia humanitaria, y ha manifestado su disposición a construir una agenda que permita superar ese fenómeno en el país.

Estos cinco factores están confluyendo en este momento de manera afortunada, y nos están dando la posibilidad de cam-bios importantes en materia laboral y sindical.

¿En qué temas se darían esos cambios laborales y sindicales y qué medidas específicas habría que desarrollar?

Creemos que es posible una agenda laboral en temas como: formalización del empleo, derecho de asociación, negocia-ción colectiva, superación de la violencia antisindical y la impunidad; y, desarrollo de la institucionalidad del Estado en ma-teria laboral.

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¿En el eje de formalización laboral, que medidas son posibles?

1. Prohibición absoluta e inmediata de la intermediación laboral a través de las cooperativas de trabajo asociado (CTA). Que esto se aplique es bastante importan-te. Llevamos varios años denunciando el modelo de las CTA por su impacto en los derechos laborales y la libertad sindical. En el Plan de Desarrollo quedó incluida la norma que prescribe que a partir de junio de este año ninguna CTA podrá hacer intermediación laboral, y todos sus trabajadores, en cualquier evento, tendrán derechos laborales, con ello se adelantó la aplicación de la norma que en tal sentido contenía la Ley 1429 de 2010 en su artí-culo 63.

Cuando las CTA querían mostrarse como modelo exitoso, daban cuenta de más de un millón trabajadores asociados a ellas; pero ahora que se les vino la dis-cusión encima y políticamente se derrotó su modelo, dicen que tienen apenas qui-nientos mil. Nosotros creemos que son cerca del millón de trabajadores, y la gran mayoría tercerizados de manera ilegal. El gran vacío de esta medida es que no necesariamente conduce a que haya una vinculación directa de los trabajadores a las empresas, y es ahí donde vamos a ver la verdadera responsabilidad social de los empresarios.

¿Qué va a pasar con los empacadores de los grandes almacenes cuando se acaben las CTA? ¿Los va a vincular directamente con contratos de trabajo, o los van a echar?

La pregunta es válida para todos los casos en los que las empresas vinculan

trabajadores para el desarrollo de activi-dades propias de su misión a través de CTA. A muchos de ellos los van a tener que vincular porque no tienen la posibili-dad de sustituirlos, pero habrá problemas en algunos sectores, y ahí hay que hacer propuestas de diálogo social y de cons-trucción concertada de la vinculación directa.

Sigamos con los ejes de formalización2. Reforzamiento del control de las

CTA y otras formas de contratación pre-caria. En el Plan Obama-Santos, el go-bierno se comprometió a disponer de cien nuevos inspectores de trabajo dedicados exclusivamente al control de las CTA. Si se produce ese control es posible que haya sanciones, y si las hay es posible negociar la vinculación directa de los tra-bajadores.

3. Prevenir el uso indebido de las agen-cias de empleo temporal. En 2008, se re-portaron más de 800 mil trabajadores en empresas de servicios temporales. O sea que en estas tenemos una realidad igual que en las CTA. Hay un uso abusivo de esta figura y esos abusos son los que se quiere controlar con la implementación de un régimen pensado para ello.

4. Aplicación en la práctica de la sen-tencia C-614 de 2009. Esta sentencia señala que en las entidades del Estado no se puede hacer, para funciones misionales y permanentes, uso de contratos de pres-tación de servicios, de cooperativas de trabajo asociado y otras formas precarias de contratación laboral. Esa no es cual-quier medida, hay cerca de 600 mil traba-jadores en nómina paralela. Se requiere, además del decreto que implemente la

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sentencia de la Corte, de un plan y de acuerdos en cada entidad pública que permita la vinculación de los trabajadores que actualmente se encuentran contrata-dos bajo formas precarias.

El presidente de la República, en reunión con las centrales sindicales el pasado 31 de marzo, se mostró dispuesto a sacar un decreto reglamentario que le dé aplicación a esa sentencia de la Corte Constitucional.

5. Proteger la estabilidad de los em-pleos en el sector público. Tiene dos vertientes: uno, que la reestructuración del Estado no implique despidos; dos, el compromiso de buscarle una salida legal y constitucional al problema de los 120 mil provisionales. Este fue otro compro-miso que hizo el Presidente Santos con las centrales sindicales.

¿Qué medidas deberían aplicarse para proteger el derecho de asociación?

1. La consagración legal, sin ninguna limitación, del derecho de asociación para todos los trabajadores. En parti-cular, sin limitaciones originadas en la modalidad de contratación. Ha primado la interpretación de que sólo se pueden afiliar a un sindicato quienes tangan con-trato de trabajo, según lo cual sólo 5 o 6 millones de personas tendrían derecho de asociación en Colombia. La aplicación de medidas que terminen con este exabrupto ha sido solicitada de manera expresa por la Misión de Alto Nivel de la OIT, y por sus órganos de control.

2. La penalización de la violación a la libertad sindical. Está en trámite legislati-vo una norma sobre el tema que va en ter-

cer debate, con sanciones supremamente fuertes para quienes violen la libertad de asociación sindical. Por ejemplo, el que impida la creación de un sindicato, el que despida personas por haberse sindi-calizado, el que use de manera indebida pactos colectivos o haga ofrecimientos superiores a los que hay en la convención colectiva, etc., va tener pena de prisión. Esta reforma al artículo 200 del Código Penal es un mensaje político muy claro, la libertad sindical es importante, tan im-portante es, que quien la viole será san-cionado con cárcel.

3. Establecer la obligación del respeto a la libertad sindical en las obligaciones especiales de los empleadores, consagra-das en el Código Sustantivo del Trabajo. Cuando no hay obligación, no se puede exigir.

4. Una política pública y planes de reparación colectiva para las organizacio-nes sindicales afectadas por la violencia. Este es un tema que el sindicalismo ha

“Etnia del manglar”, Luca Zanetti Zanetti, Suiza, 2010

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reivindicado. En la Ley de Víctimas que actualmente se tramita en el Congreso hay dos normas dedicadas al tema de la reparación colectiva, que abren esta posi-bilidad.

5. El desarrollo de un programa de for-talecimiento del sindicalismo. Así como el Estado fortalece a las empresas y dedi-ca muchísimos recursos a la cultura em-presarial, a capitales semillas, a subsidios para que las empresas puedan subsistir, así debiera promover el fortalecimiento del sindicalismo. Si se quiere construir Cultura “E” (empresarial), debería tam-bién construirse Cultura “S” (sindical). Hay que promover la presencia del sindi-calismo en la sociedad.

¿Qué cambios se esperan en negociación colectiva?

En el tema de negociación colectiva hay varias medidas que se pueden tomar.

1. La prohibición de los pactos colecti-vos cuando exista organización sindical.

La Misión de Alto Nivel de la OIT señaló que hay que reformar el artículo 481 del Código Sustantivo del Trabajo que permi-te la existencia de pactos colectivos cuan-do el sindicato no es mayoritario. Lo que debe ocurrir entonces es la prohibición de pactos cuando exista organización sindi-cal. Este es un tema relevante, Hay cerca de 300 pactos colectivos vigentes; pactos que han sido usados para acabar con las organizaciones sindicales.

2. Consagración de la negociación co-lectiva por rama de actividad económica. Es una vieja aspiración del movimiento sindical, y la Misión de Alto Nivel de la OIT, le ha recomendado a Colombia que modifique varios aspectos del Códi-go Sustantivo del Trabajo relativos a la negociación colectiva. Y sobre todo que abra la posibilidad de la negociación por rama.

3. Reforma concertada del decreto 535 del 2008, sobre concertación entre el Es-tado y los sindicatos de empleados públi-cos. El gobierno presentó internacional-mente este decreto como el que abría la posibilidad de negociación colectiva para los empleados públicos, pero esto no fue cierto. Hoy las federaciones sindicales del sector público y las tres centrales sin-dicales están discutiendo con el gobierno una reforma a ese decreto. Si se logra avanzar en este tema, unos 600 sindicatos del sector público podrían negociar las condiciones de trabajo de sus afiliados, lo que nos llevaría a duplicar la negociación colectiva en el país.

4. Definición legal de servicios públi-cos esenciales y la prestación de servicios mínimos para el caso de la huelga. En

“Etnia del manglar”, Luca Zanetti Zanetti, Suiza, 2010

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este tema la aspiración del movimiento sindical es que se acepten las recomen-daciones de los órganos de control de la OIT, esto es, que se modifique la legisla-ción colombiana definiendo, en sentido estricto los servicios públicos esenciales y la definición de los servicios mínimos.

¿Cuáles serían las medidas en materia de superación de la violencia antisindical y de la impunidad de los crímenes cometidos contra sindicalistas?

En este tema el acuerdo Obama-Santos representa un avance. Amplía el programa de protección y refuerza la capacidad de la Fiscalía para investigar. Sin embargo, son más importantes y profundas las con-clusiones que se están construyendo en el “Proyecto sobre violencia contra sindi-calistas” impulsado por ocho embajadas y coordinado por el PNUD, en la medida que se refieren a temas de construcción de la verdad histórica, de reparación indivi-dual y colectiva, etc. Podríamos identifi-car al menos 7 medidas claves:

1. El reforzamiento del programa de protección contra sindicalistas. En este aspecto ya se tomaron dos medidas. Una es la ampliación del presupuesto en $12 mil millones, y la otra es la ampliación de la cobertura del programa, con la expedi-ción (6 de abril de 2011) de la resolución 716 del Ministerio del Interior y Justicia, la cual permite que al programa puedan acceder los activistas y no sólo los diri-gentes, y que accedan las personas que son perseguidas por participar de la fun-dación de un sindicato, aun cuando toda-vía no tengan el rol jurídico de directivos sindicales. Riesgo que antes no cubría el programa de protección.

2. Actuación más eficiente del Estado en el caso de amenazas contra sindica-listas. En los últimos 25 años en la ENS hemos registrado 11mil hechos de viola-ción a derechos humanos de sindicalistas, de los cuales más de 5 mil son amenazas. Lo grave es que basta una amenaza para que un sindicato pierda la posibilidad de actuar, o por lo menos sea lesionada su posibilidad de actuar.

3. Depuración de los archivos de inte-ligencia. Esta es una medida que desde hace años vienen pidiendo el movimien-to sindical y el de derechos humanos. Es importante porque buena parte de la violencia que se ha ejercido contra el sin-dicalismo ha provenido de los archivos ilegales que tienen los organismos de in-teligencia, sobre todo el DAS.

4. Fortalecimiento de la capacidad de la fiscalía y los jueces para investigar y sancionar los responsables de la violencia antisindical. El acuerdo Obama-Santos plantea nombrar 95 nuevos investigado-res. Creemos que hay que plantear adi-cionalmente la ampliación del número de fiscales y jueces en esta materia.

5. Diálogo directo y permanente de la fiscalía y la judicatura con el movi-miento sindical. Este diálogo ayudaría a hacer avanzar las investigaciones, podría ampliar el universo de los casos que ac-tualmente no se están investigando y que están llamados a quedar en la impunidad, así como a cambiar el enfoque y metodo-logía de las investigaciones.

6. Acompañamiento a las víctimas de violencia antisindical. Esta medida está incluida en el acuerdo Obama-Santos, pero desde hace muchos años los sin-dicatos reivindican que debe existir fi-

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nanciamiento por parte del Estado de un programa especial de defensoría pública de las víctimas del sindicalismo y otro de acompañamiento integral a las víctimas, que les dé apoyo psicosocial y jurídico a través de un sistema integrado entre las entidades del Estado responsables: Minis-terio de la Protección Social, red hospita-laria de todo el país, Fiscalía, y las orga-nizaciones representantes de las víctimas. Es muy grave, que en apenas el 10% de casos de asesinatos a sindicalistas, las familias de las víctimas estén actuando en procesos judiciales.

7. Construcción de la verdad y la me-moria histórica de la violencia antisin-dical. Es una aspiración del movimiento sindical, que se espera quede plasmada en las conclusiones del proyecto coordinado por el PNUD. Igualmente, que el Estado colombiano reconozca su responsabili-dad, por acción u omisión, en la violación de derechos humanos de las personas sin-dicalizadas.

¿Cómo es posible fortalecer la institucionalidad del Estado en materia laboral?

Para avanzar en la creación de condi-ciones de trabajo decente en el país, es vital la creación del Ministerio del Traba-jo. El sindicalismo se ha manifestado de acuerdo con su creación, pero dice que se necesita discutir qué tipo de minis-terio van a diseñar. Este debería incluir la ampliación de la inspección laboral, un observatorio del trabajo decente, una política nacional en este tema. Otro tema vital para el desarrollo institucional es el reforzamiento de la presencia de la OIT en Colombia, tema solicitado por las cen-trales sindicales, incluido en el acuerdo

Obama-Santos y en las conclusiones de la Misión de Alto Nivel de la OIT, en parti-cular con el nombramiento de un repre-sentante del Director General de la OIT en Colombia y la asesoría técnica para la implementación de las recomendaciones de los órganos de control de la OIT.

¿Qué otras medidas hacen falta?Es claro que hay problemas laborales

que no se abordan en la agenda descrita atrás, y por lo mismo es importante con-siderar y buscar espacios para construir propuestas. Es el caso, por ejemplo, del preocupante incremento del trabajo in-fantil en el país; generar respuestas al altísimo desempleo juvenil existente; la superación de las graves inequidades de género que se presentan en el mundo laboral del país; y, por supuesto, el tema de la generación de empleo y el subsidio al desempleo, que dé respuesta a los más de dos millones y medio de colombianos que se encuentran desempleados.

¿Cómo lograr que estas medidas no se queden en el papel y sí se produzcan cambios?

En un país como Colombia existen razones y experiencias históricas que generan desconfianzas. En muchos casos los acuerdos, las leyes y las instituciones no pasan de la retórica. Sin embargo, los esfuerzos tendrían que ponerse en el sentido contrario, esto es, no quedarnos esperando que no sucedan los cambios, sino actuar para que sucedan. Para ello sería importante que esta agenda se lleve a un acuerdo laboral entre el gobierno y los sindicatos.

En la ENS creemos que un acuerdo la-boral permitiría el diálogo, el seguimien-to, y le daría sostenibilidad a las medidas

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que se lleguen a tomar, tanto porque éstas serían discutidas y construidas con las centrales sindicales, como por la partici-pación de ellas en su implementación y seguimiento. Permitir que las medidas se adopten sin mediar un acuerdo, puede lle-gar a producir cambios en la legislación y en las instituciones, pero no impacto en la realidad laboral.

Por eso creemos que el acuerdo hay que hacerlo con los sindicatos, que son quienes pueden exigir que se cumpla; y también hay que hacerlo de cara al país, permitiendo que la opinión públi-ca conozca y discuta los problemas y las medidas; y por supuesto el acuerdo debe también involucrar a la comunidad internacional, para que esté pendiente y cooperando para que en Colombia se pro-duzcan cambios.

¿Han señalado algunos analistas políticos que los cambios laborales que se han anunciado son el resultado de una imposición del gobierno de Estados Unidos, y por eso no habría que aceptarlos?

En la ENS entendemos que tanto el acuerdo Obama-Santos, como las con-clusiones y recomendaciones de la OIT y los compromisos que Santos ha asumido en materia laboral y sindical, son el re-sultado de la acción del sindicalismo en Colombia y en el mundo, (AFL-CIO en Estados Unidos, CLC en Canadá, cen-trales sindicales de Europa, CSI y CSA, entre otros), es también el resultado de la insistencia de años sobre la gravedad de la situación laboral y de derechos hu-manos en el país, en la OIT. Es un error pensar que esto es el resultado de una imposición, eso implicaría negar el papel

que ha cumplido el sindicalismo.¿Hay quienes afirman que promover

un acuerdo laboral implicaría un apoyo al gobierno actual?

En la ENS creemos que el papel del sindicalismo es el de buscar mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y si existe una oportunidad como la que estamos describiendo, las organizaciones sindicales no la pueden dejarla pasar. Creemos que existe una posibilidad cierta de que se construya en este país la agenda laboral más importante, en el sentido pro-gresista, que hemos tenido en los últimos veinte años. Enfatizamos en la palabra posibilidad, porque también existe el ries-go de que esta conjunción afortunada de factores no se aproveche y la agenda no se concrete, o se concreten apenas algu-nos aspectos puntuales de ella.

Buscar un acuerdo laboral con el ac-tual gobierno no puede implicar que las organizaciones sindicales pierdan su

“Chakú”, Ómar Said Butron Ríos, Perú, 2010

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autonomía e independencia, no se tra-ta de entrar a la coalición de gobierno, se trata de buscar, en temas específicos coincidencias y avanzar, lo otro sería de-cirle a los millones de trabajadores que se encuentran sin protección laboral, sin posibilidad de organizarse en sindicatos, que esperen hasta que el sistema político y económico cambie.

¿Algunos señalan que avanzar hacia un acuerdo laboral con el gobierno implica apoyar el TLC con Estados Unidos?

La ENS en los últimos años ha reali-zado seguimiento a las negociaciones y contenidos de los diferentes TLC que el gobierno colombiano ha promovido. Y hemos manifestado un conjunto de pre-ocupaciones, que siguen vigentes, porque en nada ha cambiado el contenido de es-tos TLC. De igual modo las tres centrales sindicales colombianas han expresado sus objeciones a estos tratados. Estas

“Chakú”, Ómar Said Butron Ríos, Perú, 2010

preocupaciones se han centrado en los si-guientes puntos: no estamos en contra del comercio, sin embargo, nos oponemos a los TLC que consagran de manera amplia derechos y garantías para las empresas, pero no lo hacen para los trabajadores y los sindicatos. Los TLC hasta ahora se acuerdan sin considerar las profundas asimetrías entre los países, lo que sin duda generará mayores inequidades y afectaciones graves a varios sectores, en especial, la agricultura, la industria manu-facturera, la producción de medicamen-tos, etc. Los TLC, según varios estudios tendrán pocos impactos en la generación de nuevas actividades productivas y de servicios en Colombia, y por el contra-rio, colocarán en riesgo de destrucción a un número considerable de empresas. Además en términos de empleo, los TLC no generarán en cifras netas nuevos em-pleos, pues los pocos que se generen en unos sectores, se perderán en otros.

Ahora bien, la aprobación de los TLC con Estados Unidos y con Europa depen-de de la voluntad política de los gobier-nos y parlamentos, que desafortunada-mente se encuentran mayoritariamente a favor de los TLC. Avanzar en un acuerdo laboral en Colombia, puede resolver algunas de las objeciones que estos go-biernos y parlamentos han planteado, sin embargo, subsisten otros problemas sin resolver y seguramente continuarán en el debate. Pero además, en nada cambia, un acuerdo laboral, las objeciones de fondo que se han hecho a los TLC, es más, avanzar en un acuerdo laboral con el gobierno, no nos cambia la postura so-bre los TLC, que en el caso de la ENS ha sido de rechazo

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Reforma pensional a través del diálogo social

Por:Héctor Vásquez FernándezEscuela Nacional Sindical

El gobiErno nacional ha anunciado su ProPósito dE rEformar El actual sistEma PEnsional. la intEnción Es aumentar la edad de pensión y, por supuesto, el número de semanas de cotización necesarias para acceder a este derecho. Entre tanto, los fondos privados de pensiones, hoy controlados por los principales grupos financieros del país, aspiran a mejorar su negocio cerrando definitivamente las puertas a un sistema público de pensiones. El anuncio se hace luego de que algunos países desarrollados –Francia y España entre ellos– adoptaron reformas que aumentaron la edad de pensión para hombres y mujeres.

Por supuesto que el régimen pen-sional necesita reformas, y mal harían los sindicatos en asumir una posición reactiva o de simple defensa de intere-ses corporativos, cuando de por medio están dos de los mayores problemas de exclusión y falta de derechos: el bajo índice de cotización al sistema pensio-

nal, y la baja cobertura que la pobla-ción adulta mayor tiene respecto del derecho a la pensión y a disponer de algún ingreso que los proteja de caer en la indigencia, en una etapa de su vida en la que las puertas del mercado laboral se les cierran definitivamente.

Como lo ha señalado acertadamente el vicepresidente Garzón, “se necesita un gran debate nacional sobre todo el sistema pensional, con la perspectiva de construir un gran pacto nacional con participación de sindicatos, empresa-rios, pensionados, partidos políticos con representación parlamentaria, fondos privados de pensiones, el Se-guro Social y el Gobierno. El tema de pensiones no es solamente un tema de edad: está muy ligado a una política de empleo y reducción de la informalidad laboral”.1

1. Entrevista de Yamid Amat al vicepresi-dente Angelino Garzón, El Tiempo, 13 de febrero de 2011.

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La mayoría de las y los trabajadores s no cotizan al sistema pensional

Las cifras sobre afiliación al sistema pensional nos coloca muy lejos de un Estado Social de verdad. De cada 100 ocupados, cerca del 30 están afiliados y cotizan al sistema, y por tanto tienen algu-na expectativa razonable de pensionarse al cabo de su vida laboral.2 Esta baja cober-tura tiene que ver con cuatro factores:

El primero, es que más de la mitad de la población ocupada, el 58%, trabaja en la economía informal, y dos características básicas del trabajo en este sector son los bajos ingresos laborales y la exclusión de la seguridad social.

El segundo, es el alto índice de desem-pleo en el país: 11,1%, muy por encima del promedio global (6,2%) y del prome-dio de América Latina (7,4 %).3 En Co-

2. Superfinanciera, datos a noviembre de 2010, cuando la población ocupada era de 19 millo-nes 827 personas.

3. CEPAL/OIT, Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, dic., 2010, Boletín Nº 4.

lombia los trabajadores cesantes suspen-den su cotización al sistema pensional una vez pierden su trabajo, pues no cuentan con ningún ingreso que se los permita, como sí ocurre en aquellos países en los que el Estado Social es una realidad, son países que reconocen un subsidio de des-empleo.

El tercer factor es la evasión en que incurre una buena proporción de empre-sarios respecto de las obligaciones que se derivan del contrato de trabajo, como la afiliación a la seguridad social en salud, pensiones y riesgos profesionales. Este fenómeno es más grave en las pequeñas y medianas empresas, sin desconocer que en las grandes también ocurre. En ello le cabe una gran responsabilidad al Ministerio de Protección Social (MPS), que no cumple con una de sus funciones fundamentales, como lo es la inspección del trabajo, que lo faculta para intervenir y sancionar a aquellas empresas y empre-sarios que no están al día con los derechos de los trabajadores. Un dato bastante

“Chola”, Víctor Notar Franceso Kirschbaumo, Argentina, 2010

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elocuente en este sentido es que el MPS apenas cuenta con 470 inspectores para más de 1.100 municipios y para más de un millón de empresas.4

El cuarto factor lo constituye las cada vez más precarias condiciones de con-tratación que los empresarios y el Estado están imponiendo en el mercado laboral, lo que tiene como consecuencia la baja fidelidad de cotización: apenas el 60% de la vida laboral, según los cálculos más op-timistas. En otras palabras, de 52 semanas que tiene el año, los afiliados al sistema apenas cotizan 31,2 semanas en promedio. Quienes laboran por contrato temporal, por contrato de prestación de servicios, o a través de cooperativas de trabajo asocia-do, o no cotizan al sistema pensional, o lo hacen esporádicamente. Este fenómeno lo revela el hecho de que la población afiliada al sistema es de alrededor de 16 millones de personas, pero de éstos sólo 6 millones figuran como cotizantes activos. Estas condiciones de contratación hacen que a la larga el derecho a una pensión sea para muchas personas apenas una ilusión.

¿De qué manera piensa resolver este problema el gobierno de Santos? ¿O su intención es solamente bajar las presiones que la financiación del sistema pensional tiene sobre las finanzas públicas, y asegu-rar las condiciones del excelente negocio que hoy manejan los fondos privados de pensiones?

Sólo uno de cada cinco adultos mayores recibe pensión

El segundo problema en materia pen-

4. Los estándares de la OIT al respecto indican que en Colombia se requerirían por lo menos 2.000 inspectores del trabajo.

sional se relaciona con la situación de po-breza, o de indigencia, en que vive la gran mayoría de la población adulta mayor. De acuerdo con el informe del MPS al Con-greso de la República, a mayo de 2010 había en el país 1.459.768 personas pen-sionadas. Pero no todos son adultos mayo-res, porque en estas pensiones se incluyen las de vejez, invalidez y sobrevivientes. Realmente, el porcentaje de adultos ma-yores (de más de 55 años) que recibe al-guna de estas pensiones es del 82%,5 que corresponde a 1.226.530 personas. Lo que significa que frente a una población adul-ta mayor de 6.288.233, estimada por el DANE para el 2010, sólo el 19,5% recibe alguna pensión. Por tanto, si el 80% de la población adulta mayor no cuenta con una renta o con la solidaridad de su familia, su situación no puede ser otra que la indigen-cia; situación que se va a agravar hacia el futuro, pues mientras la población adulta mayor está creciendo a una tasa anual del 4%, los pensionados apenas lo hacen al 2%.

¿Qué está haciendo el Estado por esta población? El informe del MPS ante el Congreso de la República da cuenta de dos tipos de políticas, que hacen parte de los programas de atención a las pobla-ciones vulnerables. El informe dice que “durante la vigencia de 2009 se giraron 4.882.712 subsidios por valor de $304.059 millones, y se alcanzó una máxima co-bertura de 549.956 adultos mayores be-

5. Este porcentaje lo dejan ver únicamente las estadísticas que entrega el ISS respecto de los rangos de edad de los pensionados con que cuenta esta entidad. Ver www.superfi-nanciera.com, estadísticas sistema pensio-nal.

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neficiados desde diciembre de 2003 hasta diciembre de 2009. Y en lo que va corrido de la vigencia de 2010, con corte a mayo, la máxima cobertura alcanzó la cifra de 573.472 adultos mayores beneficiados”.6

La otra política, el “Programa nacional de alimentación para el adulto mayor”, que se desarrolla a través del ICBF, con-siste en “la entrega de un complemento alimentario, que puede ser ración prepara-da o ración para preparar. En la vigencia de 2009 se beneficiaron mensualmente 417.230 adultos mayores con alto grado de vulnerabilidad, con una inversión de $211.000 millones. Para 2010 se espera mantener la cobertura alcanzada en la vigencia anterior. A marzo 31 de 2010 se beneficiaron 417.230 adultos, con una in-versión de más de $121.000 millones”.

Si dividimos los recursos por el núme-ro de beneficiarios, la política del Estado para la población adulta mayor apenas beneficia al 10,8% de ésta población que no tiene pensión, y se limita a entregarle a cada beneficiario un subsidio en dinero equivalente a $46.073 mensuales (el va-lor de 27 pasajes en Transmilenio), y una ración alimenticia que tiene un costo por persona de $42.143, costo que en su ma-yor parte está representado por los gastos operacionales en que incurre el ICBF para entregar esta ración. Si le entregara esta suma directamente al adulto mayor, le al-canzaría, no para una ración, sino para tres raciones muy dignas en cualquier restau-rante de comida “ejecutiva”.

Se trata, pues, de una política marginal y absolutamente precaria, que está muy

6. MPS, Informe de actividades, cuatrienio 2006-2010, julio de 2010, p. 72.

lejos todavía de reivindicar y garantizar el respeto a la dignidad humana en que su-puestamente se funda el Estado Social. Y tampoco cumple con el mandato constitu-cional que en el artículo 42 indica que es deber del Estado (y también de la socie-dad y la familia) la protección y la asisten-cia de las personas de la tercera edad, para promover su integración a la vida activa y comunitaria.

La sostenibilidad financiera del sistema pensional

Cualquier reforma del sistema pensio-nal que no aborde de manera radical la baja cobertura de afiliados cotizantes y la desprotección evidente en que se encuen-tra el 80% de la población adulta mayor, sólo va a servir para hacer más difícil el acceso a este derecho. Las reformas pensionales que se han hecho desde 1993 sólo han tenido como objetivo aumentar la edad y las semanas de cotización, recortar la mesada pensional, y eliminar los regí-menes que se habían acordado en negocia-ciones colectivas. Además le entregaron al sector privado el 70% de los afiliados al régimen de prima media, pero no resol-vieron en ningún sentido los bajos niveles de cotización, ni la situación de exclusión social en que se encuentra la mayor parte de la población adulta mayor.

Por supuesto que es razonable que el gobierno esté preocupado por la sosteni-bilidad financiera del sistema pensional, pues cada vez debe destinar mayores recursos del presupuesto para este rubro; problema que tiene que ver, por lo menos, con los siguientes factores:

El primero es que la plata de las pensio-nes está hoy principalmente en manos del

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sector privado: a 31 de diciembre de 2010 los fondos privados de pensiones habían acumulado $90 billones en las cuentas individuales de ahorro pensional.7 Está fue la consecuencia de la Ley 100 de 1993, que tuvo como propósito acabar con el sistema público de pensiones para forta-lecer los intereses del sector privado, en este caso de quienes controlan el sistema financiero.

El segundo factor es que una buena proporción de las pensiones que se finan-cian con dineros públicos, corresponden a regímenes especiales que reconocen beneficios que el resto de los colombianos no tenemos, como congresistas y magis-trados, que se pensionan anticipadamente con pensiones millonarias y por las cua-les no han aportado la cotización que las sustente. Así lo ha explicado la revista Semana al denunciar el carrusel de nom-bramientos que se presentan en el Consejo de la Judicatura: “Los funcionarios de la rama judicial tienen unos privilegios muy particulares en materia de pensiones. A diferencia de los demás colombianos, a quienes el Seguro Social les calcula su pensión con los últimos diez años cotiza-dos, los de la rama judicial se pueden ju-bilar con el salario más alto del último año en que trabajaron (...)”.8

Un tercer factor, es que, por ley, el Es-tado está en la obligación de reconocerle a todo pensionado el equivalente a un salario mínimo mensual como pensión mínima,9 una suma que los fondos priva-

7. Superfinanciera, estados financieros fondos de pensiones y cesantías, 2010.

8. http://www.semana.com/noticias-nacion/carrusel-magistrados/152133.aspx

9. Ley 100 de 1993, Art. 35.

dos de pensiones no alcanzan a asegurar, debido a los bajos salarios que predo-minan en el país y a los costos que estos fondos le cobran a cada afiliado por el ma-nejo de sus respectivas cuentas, costo que puede llegar al 18% del aporte.

Un cuarto factor lo representa el núme-ro de mesadas que financia efectivamente toda la suma que al cabo de la vida laboral ha aportado al sistema cada cotizante, y por la esperanza de vida al nacer, que hoy está en 74 años. En el régimen de prima media todo pensionado tiene asegurada de por vida su pensión, y en el caso de muer-te, los sobrevivientes heredan la pensión también hasta la muerte.10

También el número de cotizantes activos frente al número de pensionados es un factor que incide en el aporte del Estado a las pensiones del régimen de prima media. Una de las consecuencias de la privatización del régimen pensional

10. El derecho a recibir la pensión de sobreviviente es para los hijos discapacitados y para el/la cónyuge o compañero/a permanente del trabajador/a.

“Fumo”, Tadeu Vilani, Brasil, 2010

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ha sido el paulatino marchitamiento del régimen de prima media que administra el ISS, que cada vez pierde más afiliados, los mismos que ganan los fondos privados de pensiones. Como se sabe, el régimen de prima media está fundado en la solidaridad intergeneracional, en el que todos los afiliados aportan a un fondo común que se encarga de financiar las pensiones actuales y las futuras. Lo que ocurrió con la reforma de 1993, o Ley 100, fue que se debilitó este sistema, hasta el punto de que hoy los fondos privados de pensiones manejan más de $90 billones y tienen tan sólo 37.672 pensionados, en tanto que todos los colombianos tenemos que aportar una suma cada vez mayor para ayudar a financiar las pensiones de 1.459.768 personas, entre ellas las pensiones millonarias de los que han reformado el sistema pensional a favor del sector financiero.

Es necesario un pacto social que mejore el acceso de los trabajadores al derecho a la pensión y que asegure una pensión antipobreza a todo adulto mayor

Coincidimos con el vicepresidente Garzón en que es necesario un gran pacto social para construir un sistema pensional en el “que la inmensa mayoría de quienes laboran hoy, o que entrarán a laborar, alcancen una pensión digna”. Porque si no logramos ese acuerdo “nos podemos volver un país de pordioseros”. Tal es el futuro que le espera a la mayoría de la población adulta mayor.

Y coincidimos también con el vicepresidente en que el tema de pensiones no es solamente un tema de edad, pues si lo supeditados solamente a este tema “podemos llegar a conclusiones equivocadas (...). Es que el tema de pensiones es parte integral de los derechos humanos, como los salarios o el empleo decente. Derechos humanos no son solamente el derecho a la vida o la libertad de expresión, son los derechos que tiene la gente a vivir mejor; son derechos sociales, económicos, culturales y ecológicos”.11

Cualquier reforma del sistema pensional debe ser integral y no meramente fiscalista, y debe ser el resultado de un proceso de diálogo social entre el Estado, las organizaciones de empresarios y las organizaciones de los trabajadores; un proceso que sea similar al que se dio en España, donde la reforma pensional fue el resultado del diálogo social, que luego fue refrendado por el parlamento español.

La sociedad debe rechazar cualquier reforma que se haga por fuera de

11. Entrevista de Yamid Amat con el vicepresidente Angelino Garzón, El Tiempo, 13 de febrero de 2011.

“Fumo”, Tadeu Vilani, Brasil, 2010

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este marco. La tecnocracia neoliberal pretende un acuerdo que busca aumentar la edad, las semanas de cotización y la definitiva eliminación del sistema público de pensiones, y lo quiere construir a través de acuerdos con los partidos de la denominada “unidad nacional”, con los que se asegura una mayoría parlamentaria. Una reforma así deja intacta las condiciones de exclusión que el sistema actual le impone a la mayoría de los trabajadores y de la población adulta mayor.

La reforma debe hacerse en el marco de un amplio proceso de deliberación pública sobre las características del mercado laboral que están incidiendo negativamente en la financiación del sistema pensional. La baja proporción de cotizantes al sistema pensional es consecuencia de la alta informalidad del empleo (58% para todo el país); de la alta tasa desempleo (más del 11%); de las miles de personas que trabajan al margen de la protección social mediante contratos de prestación de servicios o por cooperativas de trabajo asociado; de los altos niveles de evasión y de elusión (empresarios que no cotizan, o que cotizan por debajo del salario que pagan), fenómenos que ocurren, entre otras razones, por la precaria labor de inspección del trabajo que hace el MPS. Si no se superan estas limitaciones, el Estado deberá aportar una suma cada vez más significativa del presupuesto nacional para la financiación del sistema.

Cualquier reforma debe tener como objetivo la restitución del sistema pensional como patrimonio público, y no como fuente de recursos para fortalecer los negocios del sistema financiero. Lo

primero que tendría que hacer una reforma de verdad del sistema pensional, sería devolverle al Estado el manejo de todos los recursos del sistema pensional que hoy están en manos del sector privado. Con estos recursos no habría necesidad de que del presupuesto general de la nación se tengan que financiar pensiones.

La reforma debe apuntar a la construcción de un sistema de pilares. Un primer pilar que asegure a toda persona adulta mayor una pensión antipobreza, financiada con los impuestos. Países como Chile, Argentina y Uruguay establecieron recientemente este derecho para toda la población adulta mayor, en lo que viene a ser una aplicación parcial del principio de la renta básica o salario de ciudadanía.12 Un segundo pilar intermedio, de carácter público, universal y obligatorio, financiado con contribuciones hasta 4 salarios mínimos. Y un tercer pilar, opcional, que permita realizar contribuciones adicionales a partir de 4 salarios mínimos, posiblemente manejado y operado por actores del sector privado, que provea una pensión suplementaria a la pública

12. La renta básica o salario de ciudadanía es un ingreso monetario pagado por el Estado a cada ciudadano, para cubrirle sus necesidades básicas, sin que éste tenga que hacer ninguna contraprestación. Está basado en el principio de justicia y de igualdad de todos los ciudadanos, que se deben beneficiar por igual de la explotación de los recursos que en principio pertenecen a todos, como el agua, el aire, el oro, la pesca, el viento, la tierra y en general todos los recursos naturales. Su principal ideólogo es el filósofo Philippe Van Parijs. Ver: http://www.redrentabasica.org.

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El oficio y la clase social del trabajador deberían ser tenidos en cuenta en la edad de jubilación

PorDaniel HawkinsProfesional del Área de Investigaciones, ENS

dEsPués dE 17 años dE habErsE Pro-mulgado la lEy 100 dE 1993 El go-biErno dicE quE El sistEma dE PEnsionEs colombiano está en crisis. El año pasado la deuda pensional equivalía al 136% del PIB nacional, la cual es asumida por el Estado, que hoy paga el 62% de las mesadas pensionales del Seguro Social. Pero más allá de este aprieto fiscal, el sistema de pensiones colombiano, después de numerosos es-fuerzos reformistas, es un fracaso por su poca cobertura y equidad.

No obstante los numerosos intentos de reformar el sistema de pensiones, y los pocos aportes para renovarlo en tér-minos de calidad para los usuarios, en los últimos tiempos han ido en aumen-to los clamores mediáticos para que se hagan aún más reformas y ajustes. Varias entidades estatales y empresa-riales han reclamado la necesidad de aumentar la edad de jubilación como medida para apaciguar el hueco fiscal que va en aumento.

Robert Steiner, el Director Ejecutivo

de Fedesarrollo, ha planteado el debate en estos términos: “La realidad es que las edades de jubilación en Colombia que fueron incrementadas en 1993, ya no corresponden con la demografía del país. Hoy la gente vive más, y si la gente vive más y va a cotizar lo mismo y va a disfrutar de un periodo de pen-sión más largo, pues la única alternati-va es bajarle las pensiones”.

Pero antes de refutar este análisis del tecnócrata de Fedesarrollo, conviene revisar lo que ha pasado en los últimos veinte años en Colombia en materia de pensiones, el sinnúmero de reformas que han tenido los sistemas laborales en el contexto de una economía global y neoliberal.

Una de las reformas más importan-tes tuvo que ver con la desregulación de los regímenes nacionales de pen-siones, mecanismo promovido para conseguir la supuesta eficacia de unos sistemas que, sin intervención a favor del mercado, terminarían con una ex-plosión deficitaria fiscal.

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mesadas que en muchos casos no cu-bren las necesidades de subsistencia.

Pero mientras el debate se calienta, ha habido pocos espacios para plantear un sistema pensional alternativo. Des-afortunadamente la gran fuerza eco-nómica y política que se agrupa detrás del discurso de “la lógica del mercado” da poco espacio mediático y sustento social a la promoción de un “nuevo” sistema pensional que ofrezca, antes que todo, mayor cobertura, mayor equidad y una mesada decente para quienes se jubilan.

Como alternativa al discurso he-gemónico con respeto al aumento de la edad de jubilación, vale la pena indagar sobre las diferencias entre la tasa de mortalidad y el estrato social de pertenencia. Porque, al menos en el caso colombiano, no existen análisis de las diferencias en las expectativas de

Siguiendo los pasos del régimen dictatorial y neoliberal de Pinochet en Chile, el gobierno de César Gaviria (1990-1994), planteó y promovió una reforma pensional a través de la Ley 100 de 1993; ley celebrada por el sec-tor empresarial y el de finanzas como parte de las “grandes reformas de los noventa”, no tanto por los beneficios dados a los contribuyentes al régimen mixto, sino por el modo en que se han ampliado las posibilidades de jugo-sas ganancias para las empresas que “juegan” con el mercado de fondos de pensiones.

Resulta, sin embargo, que la Ley 100 no fue suficiente y que ahora, el debate sobre la necesidad de imple-mentar otros ajustes al sistema, se caliente. Por un lado, institutos esta-tales como Fedesarrollo y Colfondos proponen la ampliación de la edad de jubilación en Colombia, más allá de lo acordado en 2004, cuando la edad de jubilación pasó, a partir de 2014, de 55 años para las mujeres y 60 para los hombres, a 57 para las mujeres y 62 para los hombres. Según la propuesta deberá aumentará otra vez en 2018, cuando quedaría en 62 años para las mujeres y 65 para los hombres.

Creemos que este aumento en la edad de jubilación, junto con los re-ajustes en el tema de cotizaciones (en tiempos y cantidades), impactarán aún más en la fuerza laboral colombiana, la cual no sólo se enfrenta con un mer-cado laboral muy volátil en términos de estabilidad, sino que, más allá, se chocará con la devastadora realidad de

“Horizontes (autorretrato)”, Sergio Edgardo Andrada Lapenne, España, 2010.

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vida entre las personas que laboran en ocupaciones distintas; lo que implica, obviamente, diferentes esfuerzos en el trabajo, por ejemplo: diferencias entre el trabajo manual y el intelectual.

Un estudio realizado por la Admi-nistración de la Seguridad Social de Estados Unidos (U.S. Social Security Administration) ayudó a aclarar las implicaciones al hacer aumentos ho-mogéneos en la edad de pensión, sin tener en cuenta las condiciones muy desiguales en mortalidad dentro de la sociedad estadounidense. El estudio, titulado: “Tendencias en las diferen-cias en mortalidad y las expectativas de vida para hombres cubiertos por la seguridad social, por ingresos prome-dios relativos”, elaborado por Hilary Waldron, da cuenta de la preocupante brecha entre los estratos sociales (divi-didos por ocupación) con respecto a la

“Horizontes (autorretrato)”, Sergio Edgardo Andrada Lapenne, España, 2010.

mortalidad, brecha que con el tiempo se ha ido incrementando.

Mientras que para los hombres con cobertura a la seguridad social, nacidos en el año 1912 y quienes sobrevivieron a la edad de 60 años, la diferencia en la expectativa de vida entre los asalaria-dos ubicados sobre el percentil 50 de la distribución de ingresos y los ubicados en la medio bajo, fue de sólo 1,2 años; apenas unas décadas después, la dife-rencia se había aumentado de manera asombrosa. Sobre el percentil 50 y el bajo 50 de los hombres con cobertura a la seguridad social, nacidos en 1941 y quienes sobrevivieron a la edad de 60 años, la diferencia en la expectativa de vida llegó a ser de 5,8 años, favore-ciendo el primer grupo.

Dicho de otra manera, los trabajado-res profesionales, al menos en el caso de los hombres, tienen mayor expec-tativa de vida que los trabajadores con ocupaciones manuales. Aumentar la edad de jubilación de manera homogé-nea, como lo proponen los tecnócratas colombianos, significará, más allá de la reducción del déficit fiscal, una carga mucho más pesada para los trabajado-res de oficios con menos remuneración y más agotamiento físico, algo que también trae más problemas a la salud en la tercera edad.

¿No será el momento de analizar sí en Colombia también existe esta pre-ocupante tendencia, antes de montarse en el tren de promover otra reforma homogénea y por tanto regresiva al sis-tema de pensiones?

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Contrato sindical vs. cooperativas de trabajo asociadoEl criterio de la CGT

PorJulio Roberto Gómez EsguerraSecretario General CGT

hoy, El mundo laboral, sE dEbatE En-trE la formalidad y la informalidad, siEndo Esta última, una limitantE Para la generación de fuentes de empleo es-table y digno, como es suficientemente conocido por la opinión nacional.

Por espacio de 40 años de existen-cia, que celebraremos a la par con nuestro IX Congreso Nacional del 25 al 28 de abril de 2011, en la CGT nos esforzamos por el diálogo social y tripartito, trabajando a la vez por la inclusión de todos los trabajadores en un marco de derechos que posibiliten el mejoramiento de su calidad de vida y el ejercicio pleno del derecho de aso-ciación al amparo de los Convenios 87 y 98 de la OIT, en el entendido de que a través de la contratación colectiva es posible darle alas a la productividad y a la competitividad tan necesarias para el país, y reivindicar la defensa de la industria nacional y del empleo sin la apología a la confrontación con que nos han acostumbrado a manejar el mal denominado conflicto colectivo.

La CGT ha defendido con ahínco la contratación colectiva, como el instru-mento por excelencia para regular las relaciones laborales, tanto en su com-ponente administrativo (estabilidad, disciplina y procedimientos) como en el económico (prestaciones y bene-ficios extralegales), aprovechando la negociación como un espacio propicio para mejorar las conquistas conven-cionales y laborales, sin desbordar las posibilidades de la realidad económica y operativa de las empresas. De esta manera, le apostamos a la empleabili-dad, entendida ésta como la posibilidad de mantener los puestos de trabajo ac-tuales y generar otros.

Como quiera que no todo lo que deseamos es posible lograrlo, al menos en esta etapa, la expansión que busca-mos de la convención por cuanto ella lleva implícita la contratación directa, y ésta se ha venido a menos siendo su-plantada por distintas formas de terce-rización que impiden la sindicalización y precarizan la relación laboral, hemos

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mirado con interés esa figura tan poco co-nocida y explorada, atacada furiosamente por muchos dentro del mismo movimiento sindical, pero plenamente consustancial al derecho de asociación (sindicación como lo denomina la OIT) cual es el contrato sindical, consagrada en nuestra legislación laboral, artículos 482, 483 y 484 del CST y el Decreto 1429 de 2010, del que se sacaron algunas enseñanzas sobre cómo construir confianza, salvar y generar puestos de trabajo dignos, con la participación de reconocidos asesores jurídicos y un grupo importante de dirigentes sindicales.

Establece dicho decreto en su Artículo 1º que el contrato sindical es un acuerdo de voluntades de naturaleza colectivo laboral, con lo cual se aclara su naturaleza y le per-mite deslindar campos con la intermedia-ción y la tercerización, fenómenos dentro de los cuales se le sigue ubicando por distintos analistas y aún por sectores del movimiento obrero, por falta de profundización. Adviér-tase que además puntualiza su rango de ins-titución del derecho colectivo del trabajo, controvirtiendo anteriores jurisprudencias

de la Corte Suprema de Justicia en las que, partiendo de los elementos del contrato, lo entendían como un contrato civil, ignorando su naturaleza laboral colectiva.

La reglamentación introducida a la vieja norma plasmada en los artículos 482 y 483 del Código Sustantivo del Trabajo, acentúa la diferencia del contrato sindical colombia-no con respecto a los denominados “con-tratos colectivos de protección patronal” vigentes en México, los cuales, sin embar-go, no pueden estar exentos del espíritu y trasfondo ético y jurídico que les es propio como norma laboral. De ahí que no estemos de acuerdo con su satanización.

El trabajador no es contratado por una empresa intermediaria; el sindicato como ente jurídico es el que lo agrupa y representa, y el trabajador como afiliado ejecutor realiza su labor de forma directa.

Con la expedición del Decreto 1429 de 2010, el gobierno nacional da un paso impor-tante en la lucha contra la tercerización re-presentada en las empresas de servicio tem-poral, las órdenes de prestación de servicios y las cooperativas de trabajo asociado que,

“Etnia del manglar”, Luca Zanetti Zanetti, Suiza, 2010

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desvirtuando su objeto, se han dedicado a la intermediación en el empleo. Es por lo tanto una herramienta valiosa que, de ser amplia-mente utilizada, generaría profundos cam-bios en el mundo del trabajo en Colombia.

Además, privilegia la naturaleza del contrato sindical, lo que incide en mejores condiciones de negociación entre el sindicato y el empresario que con la organización contrate, que han de traducirse en beneficios para los afiliados ejecutores. Muchas consideraciones sobre corrupción y malos manejos, basadas tan sólo en el argumento de las altas sumas de dinero que entran a manejarse por el sindicato no caben en este análisis y suenan peregrinas, en tanto se presupone un estricto manejo ético y transparente por parte de la junta directiva del sindicato, aparte de que el tema de la moral no se relaciona con la prosperidad de la organización, sino con la actitud y con el carácter del dirigente. Sería como afirmar que la honestidad del sindicalista depende tan sólo de que su organización maneje sumas ínfimas de dinero. ¿En qué cabeza cabe tal apreciación?

Tampoco la democracia interna puede considerarse amarrada a la autonomía que pueda tener o no el sindicato frente a la ley. La democracia es un valor inherente al movimiento sindical, que debe salva-guardarse y acatarse independientemente de las normas de autonomía que puedan expedirse, en el entendido que todo acto di-rigido a vulnerarla o a desconocerla, deriva inevitablemente en el acabose de la organi-zación. Además la asamblea sigue siendo la autoridad máxima del sindicato, y el espacio por excelencia en el que los traba-jadores planteen iniciativas sobre la forma

de negociar colectivamente sus intereses, no quedándose en la condición individual de sujetos sumisos sino elevándola a la de sujetos activos y participativos.

Quienes se encuentran obstinados en proferir toda clase de improperios contra el contrato sindical deberían de hacer un alto en el camino para reflexionar en torno a que el enemigo a vencer son las CTA y otras formas deslaborizadas de terceriza-ción laboral. Lo ideal hacia el futuro es la contratación directa e indefinida, sin embargo, mientras logramos el estado ideal, preferimos el contrato sindical a las cooperativas de trabajo asociado. Huelga afirmar nuestro profundo desacuerdo con el Decreto 1429 de 2010 cuando este cambia la figura del salario por el de compensación para las personas vinculadas con el contra-to sindical, este aspecto debe ser reformu-lado de manera inmediata.

El Estado colombiano está obligado a enfrentar la informalidad laboral, pues el tema del trabajo ha entrado a pesar cada vez más en las agendas globales, tanto como los derechos humanos y el medio ambiente. De allí que los mayores obstácu-los para la ratificación del tratado de libre comercio por parte del Congreso de Esta-dos Unidos, así como los que en su mo-mento registraron los acuerdos comerciales con Canadá y la Unión Europea, tengan que ver precisamente en la situación de los derechos fundamentales en Colombia. El Decreto 1429 puede registrar aún vacíos y requerir por lo tanto no pocas precisiones y mejoras, pero representa un instrumento de gran valor para enfrentar en la actual co-yuntura el debilitamiento preocupante del movimiento sindical en nuestro país

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Anécdota y metáfora Visita a la Karl-Marx-Haus

Por Jorge Giraldo RamírezDecano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de la Universidad EAFIT

todo viajE quE no sEa dE trabajo o PlacEr Es una forma dE PErEgrina-ción. El tiPo más Prosaico y afEctivo de peregrinar es el que deriva de esa obligación con los dioses lares de visitar a los parientes. Después están los proyectos a los que nos compelen los lazos religiosos o históricos, cu-yos referentes siempre son famosos y multitudinarios: Jerusalén, Roma o La Meca, la Gran Muralla, Atenas o Machu Picchu. También existen las pe-regrinaciones animadas por las filiacio-nes intelectuales, cuyos destinos siem-pre serán discutibles y numerosos, in-cluso estrambóticos; es difícil incluso mencionar algunos: Graceland tal vez, Cinecittá si aún existe, el Maracaná.

A esta última categoría pertenece la casa donde nació Karl Marx (Karl-Marx-Haus) y, a decir verdad, cono-cerla no era una meta personal. Hacia 1998 aproveché una estadía en Londres para ir, durante una tarde otoñal, hasta Highgate Cemetery a conocer la tumba de Marx. En aquella ocasión el parque

estaba solo y la lluvia había estropeado algunas flores, varios mensajes dejados en papelitos y un gorro rastafari, olvi-dado sobre el cubo de granito al pie de la gran cabeza. La tumba de Marx no tenía allí competencia, pues la única otra osamenta con cierto renombre era la que correspondía a Herbart. Enton-ces mi cupo ritual con el padre del so-cialismo ya estaba copado.

Fue la perspectiva de pasar un par de días de abandono en la desértica y poco llamativa Luxemburgo, la que me obligó a mirar a los alrededores y des-cubrir que allí cerca estaba Tréveris, un nombre imborrable para quienes, ade-más de la obra, se interesan por la bio-grafía. Total, se trataba de un pequeño esfuerzo equivalente a ocho euros y cincuenta minutos en tren.

La ubicación de La CasaTréveris no existe en los mapas. Es

el nombre latino de la supuesta ciu-dad romana más antigua de Alemania, conservado durante el Sacro Imperio y

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usado como nombre universal de la po-blación de Trier, en el estado de Renania.

El tren cruza el Mosela hasta la es-tación central de Trier. Ya con plano en mano, uno se da cuenta de que la ciudad está de espaldas al río, y que para ir hasta La Casa hay que devolverse cruzando el centro histórico en diagonal hasta ubicarse en la Bröckenstrasse –la calle del puente-. Antes de terminar la calle que lleva ese nombre está La Casa. Po-cos metros después se prolonga con el nombre Karl-Marx-strasse, al principio con vitrinas de ferreterías y después con prostíbulos, hasta desembocar al puente de Santa Bárbara sobre el río, que ofrece la vista de sus faldas occidentales llenas de viñedos.

La Casa tiene una fachada amplia, pin-tada de blanco, con ventanales de hierro y madera en los tres pisos del edificio. Al norte de la puerta principal, a 1.8 metros aproximadamente, hay un nicho con un altorrelieve del rostro de Marx de perfil mirando hacia la Porta Nigra. Son apenas veinte minutos caminando desde la es-tación del tren y ninguna posibilidad de perderse.

La Casa fue descubierta apenas en 1903. Probablemente nadie la estaba bus-cando, pero tampoco había certeza de su ubicación exacta. Digamos más bien que la casualidad permitió que se encontraran el partido socialista más poderoso y orga-nizado de Europa y algún guardián atento de archivos. Apareció la escritura de venta del inmueble a nombre de Heinrich Marx y como el apellido ya era mucho más famoso que veinte años atrás, cuan-do su huésped más célebre era enterrado por una decena de amigos en una suave

colina londinense, tenía que llamar la atención. Así que las transacciones co-merciales y en dinero que Marx quería eliminar de la faz de la tierra permitie-ron ubicar su cuna para la posteridad.

Inmediatamente la socialdemocra-cia alemana se hizo cargo de La Casa como de un legado propio. Poco sé de lo que pasó durante los 50 años si-guientes. Los europeos, incluidos los socialistas, estuvieron muy ocupados matándose entre ellos una vez en nom-bre de guerras modernas patrióticas, otra vez tratando de hacer revoluciones y de aplastarlas, una más en la primera guerra civil mundial. Durante su corta hegemonía, los nazis la ocuparon como sede de sus juventudes militantes, creo. Hay una foto en la primera planta de La Casa que recuerda ese pasaje.

Lo cierto es que después de la se-

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gunda guerra mundial los socialdemó-cratas alemanes volvieron a hacerse cargo de La Casa, esta vez a través de la Fundación Friedrich Ebert que la mantiene, organiza actividades, renue-va –supongo– la exposición y surte un par de vitrinas a la entrada para vender alguna parafernalia que nos permite a los compradores exhibir el universal rostro de ogro en pocillos, camisetas, lapiceros o afiches, para generar algu-nos ingresos para el museo.

La vida familiarPara entrar a La Casa hay que pagar,

como para casi todo en Europa. Por la izquierda se empieza el recorrido con la historia de la edificación y, después con la historia familiar y la biografía de Karl Marx. Se cuenta lo poco que sabemos de la juventud de Karl en Tré-

veris, sin alusiones al joven juerguista y pendenciero que describe Francis Wheen. Luego su periplo de estudios por Bonn y Berlín, y después las huidas de exilia-do siempre hacia el oeste hasta parar en Londres. Toda la historia que más o me-nos se sabe, en distintas versiones.

Los curadores han tenido cuidado en darle un lugar a los responsables de la formación de Marx, como inspiradores, interlocutores o contradictores. Esos personajes que el marxismo olvidó para que no eclipsaran el genio del padre: Moses Hess, tal vez el primer visionario comunista que Marx conociera; Wilhem Weitling, el vaso comunicante con el proletariado decimonónico; Saint-Simon y Fourier, que fueron superados en deli-rio y utopismo por quien los condenó en el Manifiesto por delirantes y utopistas; Sismondi, Bakunin y los demás. Engels, como no. Se expone el santoral de la so-cialdemocracia alemana hasta principios del siglo XX con Marx en un segundo lugar detrás de la figura dominante de Lasalle, quien tanto le ayudó y a quien gustaba maltratar.

Y después la humanización. Una sala y un corredor para la familia. El sufri-miento de la aristócrata Jenny y el soca-vamiento de su patrimonio familiar para financiar las aventuras del esposo prome-teico. Los hijos muertos en la infancia. El hijo bastardo de Marx con la ama de llaves, Ellen Demuth, mal encubierto por Engels. La personalidad de las tres hijas que se criaron reflejada en el juego de la confesión, un cuestionario parecido al que usa James Lipton en sus entrevistas con actores. Los suicidios de Laura y Eleanor. La tentación que tuvo Karl de

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pedir la ciudadanía estadounidense cuan-do Europa se le cerró casi por completo.

En la exposición se ve un gran hombre, pero ante todo un hombre. Valen la fami-lia, los condiscípulos, los pocos amigos. No son visibles los propósitos hagiográfi-cos y ello tranquiliza al observador.

La herencia políticaEl segundo piso nos depara una histo-

ria conocida, contada de una manera no-vedosa. Todas las salas tienen un preám-bulo y éste lleva el título de “La división del movimiento obrero”. Nadie puede hablar seriamente del socialismo o del movimiento de los trabajadores sin hablar de sus divisiones. Al final, tal vez la única línea continua y universal de la historia socialista sea la de las fragmentaciones y las luchas intestinas. Desde las trifulcas de Marx con los comunistas de su época y con los anarquistas, hasta los insultos que se le gritan a Toni Negri en las salas de conferencias francesas, según cuenta en el conmovedor prólogo de La fábrica de porcelana.

Lo peculiar es que esta historia se cuenta desde el final de la segunda gue-rra, con la división de Alemania como motivo central; incluso en media sala se topa uno con la alegoría del Muro de Berlín. Al principio incomoda cierto háli-to de germanocentrismo, pero es exacta-mente lo contrario. La división de Alema-nia no se cuenta como la tragedia de una nación sino la de un movimiento político; este y oeste desaparecen como nociones geopolíticas para darle paso a la presen-cia del comunismo y la socialdemocracia como dos corrientes que provienen legíti-mamente de un mismo tronco modelado

por la huella de Marx.La exposición confronta el nega-

cionismo marxista. Ese negacionismo que consiste en que una facción de-clara espurias a las demás, a priori, en la lucha por la hegemonía dentro del movimiento; o a posteriori, como ex-culpación del crimen. Lenin condenó a los populistas, Bernstein a Lenin, Stalin a los socialdemócratas, Trostky a los estalinistas, Mao al socialismo soviético, después todos (salvo Zizek) al socialismo real.

Por eso más adelante, en el tercer piso, ya uno no se extraña de que en una amplia iconografía de los herede-ros políticos del marxismo aparezcan todos, o casi todos, sin tapujos y sin vergüenza. Stalin, a quien solo quisié-ramos relacionar con Hitler, obviamen-te está allí. Mao, quien tal vez estaba pensando en sí mismo cuando acuñó la fórmula de 30% de errores y 70% de aciertos. Y después las parejas del desconcierto. Guevara, el perdedor ro-mántico e ingenuo, al lado de Castro, el Trujillo rojo, convertido en el proto-tipo del dictador latinoamericano. Ho Chi Minh, el poeta austero, el modesto padre de la patria vietnamita, al lado de Pol Pot, el genocida de su propio pueblo.

El hombre y el mitoPara ayudar al sostenimiento de La

Casa uno también paga la salida, esta vez voluntariamente. Hay que llevarse un recuerdo de allí. Caminando en el otoño de Trier uno descansa al saber que ya son muchos los que digieren la herencia de Marx, y también se pre-

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ocupa suponiendo que el socialismo sea una marca exclusivamente Made in Germany, y también se pregunta si la salud del socialismo alemán es una muestra de la del socialismo mundial y si allí hay un signo adicional de que hay mejores veredas.

Algo va del cubo de granito gris sos-teniendo la gran cabeza en Highgate a La Casa. Tanto como va de la invo-cación incumplida de “Proletarios del mundo, uníos”, grabada en la piedra, a la trágica historia socialista que se cuenta en los tres pisos de paneles que se conservan en la edificación. Algo va de la tumba del mito en los extramuros de Londres, a la casa natal del hombre en el centro de Trier. Todo se puede resumir en la frase que justifica a la socialdemocracia alemana en su tarea conservadora: el legado de Marx por la libertad y la igualdad sigue vigente.

La frase es de Willy Brandt y la ima-gen de Willy Brandt es la más frecuen-te en La Casa después de la de Marx, en competencia con la de Engels. Y

su enunciado es cierto: los comentaristas están de acuerdo en que la igualdad es una de las ideas-fuerza del pensamiento de Marx; menos, muchos menos (Fromm, Mondolfo, García-Bacca, Zuleta, Eagle-ton) admiten que en Marx hay una impor-tante noción de libertad.

Sin embargo, lo que haría vigente hoy a Marx, siempre según Brandt, también lo hace superfluo: libertad e igualdad las encontramos en Aristóteles y en la Es-cuela de Salamanca, en los republicanos del Renacimiento y en los fundadores de Estados Unidos, en el escepticismo de Russell y en el pesimismo de Bobbio, en el liberalismo rawlsiano y en el comuni-tarismo de Walzer y Taylor, en los social-demócratas europeos y en los socialistas suramericanos. La vigencia interesa a los políticos y a los filósofos, los primeros para continuar con sus objetivos y los segundos con sus conceptos. La vigencia no interesa para nada a los historiadores, el campo en el que nos podemos sentir más cómodos con Marx (quizás)

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nos rEunimos hoy aquí, dE nuEvo, Por dé-cima séPtima ocasión, Para PrEmiar El tra-bajo dE un buEn númEro dE fotógrafos del continente que ha emprendido profundos viajes, aunque a veces las distancias reco-rridas sean cortas, para navegar en los ríos de las vidas de los hombres y de las mujeres trabajadoras, muchos de los cuales empren-dieron el viaje de la vida laboral desde la niñez.

Que duro, que difícil trabajar en América Latina. Que desprotección la que padecen millones de personas en nuestro continen-te. Y al mismo tiempo, que pasión y que calidez de los fotógrafos que se animan a acompañarnos cada año en este concurso.

Parece que nos hubiéramos acostumbra-do a sentir y a decir que vivimos Tiempos Oscuros, sobre todo si nos referimos a los

mares de lo laboral. Hannah Arendt, que más que filósofa, en algunos de sus textos parece clarividente, nos lo recuerda en uno de sus más personales libros. Sin embargo, aun ella, que conoció a fondo los más os-curos tiempos del siglo XX y los padeció, aceptaba que incluso en las horas más os-curas “tenemos el derecho de esperar cierta iluminación, y que esta iluminación puede llegarnos menos de teorías y conceptos, que de la luz incierta, titilante y a menudo débil que irradian algunos hombres y mujeres en sus vidas y en sus obras”.

Lo peor, ¿o será lo mejor? de esta historia sin fin, es que los tiempos de oscuridad no son nuevos “sino que no son en absoluto una rareza en la historia”. Esto me exige re-cordar unos versos del mejicano José Emi-lio Pacheco que me sedujeron hace años.

¿Se han acostumbrado nuestros ojos a la oscuridad de los tiempos?Discurso del director del Área de Comunicación Pública de la ENS, Juan Bernardo Rosado Duque, en el acto de premiación del 17º concurso de fotografía documental “Los trabajos y los días”.

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TitánicNuestro barco ha encallado tantas vecesQue no tenemos miedo de ir hasta el fondo.Nos deja indiferentes la palabra catástrofe.Reímos de quien presagia males mayores.Navegantes fantasmas, continuamosHacia el puerto espectral que retrocede.El punto de partida ya se esfumó.Sabemos hace mucho que no hay retorno posible.Y si anclamos en medio de la nadaSeremos devorados por los sargazos.El único destino es seguir navegandoEn paz y en calma hasta el siguiente naufragio.

Al ver las fotografías, las obras de arte que hemos recibido para esta versión de los Tra-bajos y los Días, las primeras palabras que se atraviesan son agua y luz y en consecuencia ellas nos refieren a oscuridades y aufragios con la humanidad luchando en medio.

Las fotografías recibidas son retratos, composiciones, que relatan la vida de casi un millar de personas que generosamente, y gra-cias también a los fotógrafos, nos dieron algo de si, permitiéndonos intuir la historia única, valiosa, importante, de su paso por un mundo cruzado de lado a lado por el trabajo.

Y regreso a Hannah Arendt, para ella la luz, o mejor su ausencia, fue quizás el signo de su vida y de su tiempo. En un ensayo sabio y amoroso sobre Rosa Luxemburgo, afirmaba que en la vida de determinadas personas, la historia, es decir, el devenir de la humanidad, dejaba de ser el transfondo imprescindible y lo que ocurría era un fe-nómeno que ella describía como si, en esos casos de personas extraordinarias, “la luz incolora del tiempo histórico hubiera sido forzada a refractarse a través del prisma de

un gran personaje, de modo que se logra una unidad completa de la vida y del mundo en el espectro resultante”. ¡Qué elogio!, la vida, la obra, la lucha, marcadas todas por la heterodo-xia, de Rosa Luxemburgo se atravesaron en la historia, cambiándola y sobre todo iluminándola.

Este concurso ha querido desde el principio rescatar del anonimato y reconocer la dignidad y el valor de millones de personas que tantas veces cruzan el límite de sus fuerzas para sal-var vidas, sostener una familia o permitir que otros salgan de la pobreza, para mostrar como sus vidas refractan la luz de la historia. Por eso la Escuela Nacional Sindical y el Concurso de Fotografía Documental Los Trabajo y los Días, luchan junto a los trabajadores, muchas veces contra la corriente, para que el trabajo sea valo-rado y dignificado, para que la riqueza de estas historias personales nos dé luz, frágil o titilante, aun en medio de las peores oscuridades.

Aun en medio de la oscuridad de estos tiem-pos reflejada en los millones que ganan mucho menos del salario mínimo, en la mayoría que trabaja sin descanso, en la incertidumbre de la precariedad, en la tragedia de saber que, a pesar de tanta prosperidad, en los últimos años más niños y niñas trabajan en nuestro país y en nuestra ciudad.

Sin embargo, la luz es posible. El problema, la pregunta urgente, es si podremos ser capaces, y esto se lo quiero decir fraternalmente a nues-tros compañeros del sindicalismo, de saber ver los rayos débiles de luz que cruzan en estos días a Colombia, y si podremos aceptar el reto de lu-char, nosotros también, porque esos rayitos bri-llen más, intentando hacer el milagro en estos tiempos de sacar de la oscuridad a tantos traba-jadores que padecen explotación, desamparo y pobreza. O…¿Será qué están ya nuestros ojos acostumbrados a estos tiempos de oscuridad?

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El jurado dE PrEmiación dEl 17 concurso latinoamEricano dE fotografía documEntal, conformado Por los fotógrafos tom griggs (Estados unidos), nElson cárdEnas (colombia) y ós-car Botero (Colombia), recibió para su análisis y juzgamiento la muestra de 180 fotografías previamente escogidas por un Jurado de Selección. Luego de un estudio juicioso de ése material y de un intercambio de opiniones realizado a través de internet, deci-dimos emitir el siguiente veredicto con los ganadores en cada una de las cuatro categorías:

Categoría: Mujer trabajadoraObra: “La fábrica de empleos”Autor: Mauro Arías Panamá, El Salvador

La fotografía muestra una simbiosis entre la mujer y su puesto de trabajo. Da la impresión que esta mujer no sólo trabaja en este lugar sino que hace parte de él. Es como si ella y su trabajo fueran la misma cosa. Ella parece diluida, derretida en un mar de obje-tos. El colorido y abigarramiento de los sandalias que vende se le han impregnado en su ser.

Categoría: Niñez trabajadoraObra: “Pequeño pescador”Autor: Franciso Blanco, Venezuela

Es una imagen cargada de poesía, rica en colores y sensaciones. La competición que el niño tiene con los pelícanos para sobre-vivir acentúa la carga dramática. Hay una confusión entre la realidad y una imagen de un sueño o una película. Es una obra bien construida que impacta con fuerza tanto el intelecto como las emociones.

Categoría: Trabajadores migrantesObra: “Refugiados”Autor: Leo Liberman, Argentina

El empleo del blanco y negro crea una abstracción de lo cotidiano y nos deja ver el detalle de la situación en la que viven los refu-giados. Con un acertado manejo de los contrastes y de la ilumi-nación natural, deja que las sombras se oscurezcan sin detalle, lo cual produce una sensación de terror y amenaza en la selva, como ocurre en la tercera imagen.

Categoría: Hombres trabajadoresObra: “Pescadores de arena”Autor: Alejandro Cock Peláez, Colombia

La serie muestra la intensidad del peligro, la dificultad del trabajo y el tesón de los trabajadores. La crispación de los rostros expresa el esfuerzo llevado hasta el límite del desespero, petrificando las expresiones en una especie de escultura expresionista. En esta se-rie, lo monocromático de la fotografía, paradójicamente, funde a la vez que resalta a los trabajadores dentro de su ambiente.

Fallo dado por los jurados Tom Griggs, Óscar Botero y Nelson Cárdenas, en abril de 2011.

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Carta aprócrifa a un hombreSoy yo esa a quien usted ignora,capaz de asistir sin antifazal baile de los poderosos.Uso el cabello corto y deslizo mis zapatos de

tacónentre las botas del enemigo.

Junto a mis compañeros,hombres que saben de dioses y de ratas, he asistido al encuentro con los de saco negroy dedos con tatuajes de pólvora.

Nadie, ni siquiera usted, quien escribía en otras líneas la palabra

“amiga”,puede ignorar que he roto todos los ídolos,que ningún vapor alucinante me sumergeen la alondra de su silencio.

Llevo conmigo una linterna en la frente para hacerme clara,punto focal en los encuentros con las

multitudes.Soy tambor, llamarada, grito.

En la plaza con mis hermanos de luchaencuentro mi verdadero hogar.No soy piedra llevaday convencida por el caudal del río,me muevo con las manos que extirpan las

hierbas,con las máquinas que zumban como mil

abejas,

sin olvidar mi destino de mujerque siembra la semilla de la revolución.

No me otorga usted la posibilidadde criterio personal.Me asemeja a una ola que se levanta

brevementedependiendo del varón del viento,espuma me cree,boca que repite las sentencias de otros.

Y porque en éste país,la mujer ha olvidado el sonido de su voz,porque a su soledad sólo le llega la cancióndel marido o del padre,cree usted que estoy hechapara mirar el mundoa través del ojo de una aguja.

Soy mujer, y eso me basta,porque el sol ha pintadosobre mi piel una orquídea en llamas.No voy a debatir con ustedLo que hay debajo de mi falda

Novedades Editoriales

Adquiéralo en la Escuela Nacional SindicalCalle 51 No. 55-78 Tel: 513 31 00 Fax: 512 23 30E:mail: [email protected] - wwwens.org.co

Situación de la subcontratación en

América Latina y perspectivas

para su regulación

Informe final Proyecto RedLat

Julio Puig Farrás

ensayos laborales 20

En este libro se pretendió cumplir con el desarrollo de cuatro objetivos planteados: 1) la construcción y uni�cación de un referente conceptual sobre la subcontratación; 2) la identi�-cación de las diferentes modalidades y formas de subcontratación existentes en los países de la RedLat; 3) bosquejo de un panorama general de las propuestas y acciones de regulación o erradicación de la subcontratación en estos países; y 4) la construcción de unos lineamientos centrales para una propuesta marco de regulación de la subcontratación en estos países.

ESCU

ELA

NACI

ONAL

SIN

DICA

L - M

AYO

2011

- IS

SN 01

2439

0-X

- $12

.000

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ELA

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2439

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NÚMERO 83

Acuerdolaboral

Acuerdolaboral

“Pequeño Pescador”, Francisco Blanco Martínez , Venezuela, 2011


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