Una autora mundialmente conocida por sus novelas de intriga, que en sumomentoseapasionóporlafiguradeGeorgeWashington.Deallínacióestaamena historia que traza el perfil de una figura enorme y decisiva para lahistoriade losEE.UU.;y revelaen tododetalle suconmovedorhistoriadeamorconquienseconvirtióensuesposa.

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MaryHigginsClark

UndestinodeleyendaePubr1.0

Titivillus15.10.2019

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Títulooriginal:MountVernonLoveStoryMaryHigginsClark,1968Traducción:EduardoG.MurilloEditordigital:TitivillusePubbaser2.1

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AlamemoriadeWarren,yparaMarilyn,Warren,David,CarolyPatty,

quienessonlomejordenosotrosdos.

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Queridolector:

CrecíconlaideadequeGeorgeWashington,nuestroprimerpresidente,eraunhombrepedanteycarentedesentidodelhumor.Talnociónfuealimentadaporlascitasqueseleatribuían,comoporejemplo,«Padre,soyincapazdementir:hetaladoelcerezo».

Cuando escribía para la radio, me documenté sobre su vida para unaseriehistóricaqueestabapreparando,ymellevéunaagradablesorpresaaldescubriraunhombresimpáticodetrásdelamojigataleyenda.LascitasqueseleatribuíaneraninvencionesdeParsonWeems,unoradorqueseganabalavidaabasedeinventarhistoriassobreWashingtondespuésdelamuertedeeste.Lapenaesquelaverdadlehabríasidomásútil.

Washington era un gigante en todos los sentidos, empezando por suestatura.Enun tiempo enque la estaturamedia de los hombres era de unmetrosesentaycinco,élmedíaunmetroochentayocho.Enelcursodemisinvestigaciones,descubríquenuestroprimerpresidenteeraelmejorbailarínde la colonia deVirginia. También era un jinete consumado, y por eso losindioslededicaronsumejorcumplido:«Montaacaballocomounindio».

Yosiemprehabíacreídoquesehabíacasadoconunamujermayor,unaviuda, y que su verdadero amor era Sally Carey, la esposa de su mejoramigo.La verdadesqueGeorge yMartha seamaban tiernamente. Sí, ellaeramayor que él, pero solo tresmeses. Tenían veintisiete años y veintiséisañosrespectivamentecuandocontrajeronmatrimonio.Durantelossiguientescuarentaydosaños,ellacompartiósuvidaentodoslosaspectos.AtravesólaslíneasbritánicasparareunirseconélenBoston,ysoportóladurezadelinvierno enValleyForge.Delmismomodo que nunca llamaronClaudia aladyBirdJohnson,MarthaWashingtonnuncafueconocidacomoMartha.Sufamilia y amigos la llamaban Patsy. George siempre la llamaba «miqueridísima Patsy», y llevaba un medallón con su retrato alrededor delcuello.

Undestinodeleyendaesmiprimerlibro,unabiografíanoveladaacercadedospersonasquelleguéarespetaryquerer.Fuepublicadaen1969bajoel títulodeAspire to theHeavens,queerael lema familiarde lamadrede

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Washington. Todos los acontecimientos, fechas, escenarios y personas sebasanendatoshistóricoscomprobados.

Mealegromuchodequeestanovelavuelvaapublicarseahora.Esperoquedisfrutenleyéndolatantocomoyodisfrutéescribiéndola.Sinceramente,

MARYHIGGINSCLARK

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4demarzode179711.45delamañanaFiladelfia,Pensilvania

Eraunafríamañanademarzoazotadaporelviento,yelaspectodelaciudaderatristeylúgubrebajoelcieloencapotado,peroelhombrequesehallabadepieantelaventanadesuestudio,enlaenormecasadeMarketStreet,nooíael tableteo del viento contra los cristales, ni siquiera sentía la persistentecorriente de aire que se filtraba entre elmarco y el alféizar de la ventana.Mirabalacallesinverla.

En su mente se hallaba a cientos de kilómetros de distancia y estaballegandoaMountVernon. Imaginóconentusiasmo losúltimosminutosdelviaje.Lavelocidaddelcarruajeaumentaríacuandoloscaballosempezaranagaloparporlacarreterasinuosa.Entonces,doblaríanlacurvayapareceríalamansión,relucienteyblancabajoelsoldelatarde.

Había anhelado durante años aquel regreso. Varias veces, víctima degraves enfermedades, había pensado que no viviría para disfrutar MountVernon,peroahorahabíallegadoelmomento.Yapodíavolveracasa.

Era un hombre alto de porte todavía impresionante. Cuando teníaveintiséis años, un jefe indio había exclamado que caminabamás tieso quecualquier bravo de la tribu. A los sesenta y cinco años, había empezado ainclinarseunpocohaciadelante,comounárbolgigantescoqueyanopudieraresistirlafuerzadelviento.

Aúneraanchodehombros,peroestosyanosugeríanlaenergíaágilqueenotrostiemposlehabíahechoparecerunsemidiósaunejército.Llevabaellargocabelloblancosujetoconunaredecillaenlanuca.Eltrajedeterciopelonegroyelchalecogrisperlasehabíanconvertidocasienununiforme.Habíadejadoatráslosdíasdeloscoloresazulyescarlata.

Estabatanabsortoensuspensamientosquenooyólatímidallamadaenlapuerta del estudio, ni reparó en que la puerta se abría. Durante un largomomento, Patsy le examinó con detenimiento. Se le antojó cansado y

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demacrado a sus ojos preocupados, pero aun así experimentó una inmensaalegría. ¡Sus temores habían sido infundados! Durante ocho años, unainsistente intuición la había atormentado con la idea de que algo leocurriría…, de que no viviría para volver a casa con ella…, pero se habíaequivocado.GraciasaDios,sehabíaequivocado.

Eraunamujermenuda.La figura redondeadaque le había conferido enotros tiemposun aspectodemuñecahabía adquirido contornosdematrona.Sinembargo,semovíaconpasoligero,ypordebajodesutocaseescapabanunos rizos plateados que le prestaban un aire juvenil cautivador. Muchotiempo antes había explicado al hombre que estaba mirando que, pese allamarse Martha, su padre le había adjudicado el mote de Patsy, porquepensabaqueMarthaerademasiadoserioy rotundo.Ahora,estehombreeracasielúnicoqueaúnlallamabaPatsy.

Cruzólahabitaciónyseacercóaél.—¿Estáspreparadoparalapartida?—preguntó—.Seestáhaciendotarde.Elhombresevolvióalpunto,perplejoporuninstante,yluegoseobligóa

volveralpresente.Extendió lamanoconexpresióndócilhaciasusombreronegromilitarylosguantesamarillos.

—Laverdad,despuésdeproclamara loscuatrovientoscuántoanhelabaestedía, sería injusto llegar tarde ami liberación—comentó con ironía.Secalzólosguantesysuspiró—.Haterminado,¿verdad,Patsy?

Porunmomento,unaexpresióndeangustiacruzóelrostrodelamujer.—Noteimportarenunciar,¿verdad,querido?Notearrepientesdehaber

renunciadoaotromandato,¿eh?Elhombresepusoelsombrerobajoelbrazoysusojoscentellearon.—Querida, si JohnAdams está tan contento de entrar en este despacho

comoyodeabandonarlo,debedeserelhombremásfelizdelmundo.Lediounbesoenlamejilla.—No tardaré—dijo—, y después, si a ladyWashington no le importa

pasarlatardeconunciudadanodeapie…—Ojalápudieraacompañarte—dijoella.Elhombrenegóconlacabeza.—ComolaseñoraAdamsnopuedeestarpresenteparaveraJohnprestar

juramento,tupresenciasubrayaríasuausencia.Se marchó. Su mayordomo Christopher le estaba esperando abajo para

abrir lapuerta.Porlogeneral,Christopherdecía,«Adiós,señorpresidente»,peroahoraselimitóahacerunareverencia.Laspalabrashabíantembladoymuerto en sus labios cuando se dio cuenta de que nunca más volvería a

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pronunciarlas.Perodespuésdecerrar lapuertadetrásdelancianocaballero,susurróenvozbaja:

—Adiós,señorpresidente.El viento agitó el sombrero negro de ala ancha. El hombre levantó la

mano para sujetarlo, y al instante empezó a recorrer lamanzana a grandeszancadas.Un pequeño grupo de gente estaba esperando en la calle, al otrolado de lamansión. Le dedicaron reverencias, y él saludó con un cabeceo.OyólospasosdeloscongregadosasuespaldacuandosedesvióendirecciónalCongreso.

El viento de marzo le opuso resistencia, y se inclinó un poco haciadelante.Pensóporunmomentoquehabríatenidoquepediruncarruaje,perosetratabadeunpaseorelativamentecorto,yleatraíalaideadeacudirapieaestaceremonia.Eramásdiscreto,ypreferíaladiscreciónenestosmomentos.

Tal vez necesitaba también un poco de soledad.Había que adaptarse alfinal del camino tal como uno se adaptaba al principio. El principio… Enciertomodo,parecíaquehabíasidoayercuandosumadrelehabíaadvertidode que siempre soñaba pero nunca lograba nada. Pero no era ayer. Habíantranscurridomásdecincuentaañosdesdequeerauncríodedoceo treceyvivíaenFerryFarm.

Elfríodelairedemarzodiopasoalambientegélidodeunlúgubresalónderecibo.Elcrujidodesusbotasseconvirtióenelecodesuspasossobreunsuelodetablassinalfombrar.Lasdesnudasramasdelosárbolesadoptaronlaaparienciadelosmueblesdeprimentesdelacasadesumadre.SeabsorbióenelrecuerdodeaquellacasamientrasdabasuúltimopaseocomopresidentedeEstadosUnidos…

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Marzode17453delatardeFerryFarm

SupierepiqueteócontraelsuelocuandoserepantigóenunadelasincómodasbutacasdelsalóndeFerryFarm.Comosiempre,ellibrohabíarobadotodasuatención. La habitación, amueblada de manera espartana, era pococonfortable,lúgubre,aligualquelacasa.

Apenas había cumplido trece años, pero ya había decidido que cuandofueramayorsucasaseríaacogedora.Tendríaunbonitopapelpintadoenlasparedesyunachimeneademármol,cartónpiedraen los techosymesasdecaobaquepodrían juntarsecuando recibieranvisitas.Georgepasabamuchotiempoimaginandoesacasa.

Suspiróyvolvióasulectura.Seremovióenlabutaca,conlaintencióndeadoptarunaposturacómoda.Daba la impresióndequeyanohabíaespaciosuficiente para sus piernas. Durante el año anterior había crecido ochocentímetros,casialcanzabaelmetroochentaydos,yparecíaquenuncaibaaparar de crecer. Incluso sus hombros empezaban a rebelarse contra lassencillascamisasquesumadreconsiderabalavestimentaadecuada.

Su libro de aquel día era elCompañero del Joven. Sus líneas favoritaseran:

Loqueconsigas,hazloconhonradez.Loqueconsigas,utilízaloconfrugalidad.Eslamaneradevivirconcomodidadymorirconhonor.

El libro resbalódesu regazo.Suvidaseríaútil.Mucho tiempoantes,habíaprometido a su madre que sería fiel al lema de la familia. Mary BallWashington era una mujer difícil de complacer, pero la promesa la habíacomplacidoyprovocadounodesusescasosmomentosdeternura.

Georgepensóunavezmásenlahistoriaquelehabíancontadodecuandosumadreentróenestacasacomoreciéncasada.Supadrelaentróenbrazos,y

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loprimeroquevioellafueelejemplardelafamiliadelasContemplacionesdeMatthewHale.Elamadellaveshabíadejadoellibroabiertoporlapáginadondelaprimeraesposadesumaridohabíaestampadosufirma.

—Bájame,porfavor—dijoMaryWashingtonasumarido.Se acercó sin vacilar al libro, cogió una pluma y escribió su nombre.

Desdeaquelmismodía,lanuevaamasehizocargodelacasa.Georgequeríaasumadre,peronosellevabamuybienconella.Desdela

muertedesupadre,ocurridacuandoélteníaonceaños,habíaintentadoserelhombredelacasa,peroMaryWashingtonnopermitíaquenadielearrebatarani un ápice de autoridad, ni siquiera su hijo. Se ocupaba de su progenie,discutía con los capataces que administraban las extensas tierras que sumaridohabíadejadoaellaysushijos,y llevabaun látigodecueroalcintoparaobtenerlaobedienciadesusretoños.

George teníamala conciencia por el hecho de que eramuchomás felizdurantelaslargasvisitasquehacíaasushermanastrosAugustineyLawrence.Ahora vivían en sus propiedades particulares. Lawrence en el terreno deHunting Creek que había bautizado Mount Vernon, y Augustine enRappahannockFarm,cercadeFredericksburg.

Los dos jóvenes parecían entender bien los sentimientos de George,porqueleinvitabanconfrecuenciaapasarlargastemporadasconellos.

—¿Ycómoestátubuenamadre?—preguntabaLawrencecuandoGeorgellegaba—.¿Comosiempre?

—Como siempre—contestaba George, con la esperanza de que no setraslucieraensuvozunanotadeironía.Ojalápudieraquerermásasumadre.Después,seolvidabadeellayseinstalabaenlaconfortableatmósferadeloshogaresyfamiliasdesushermanos.

Sumadreentróenlahabitación.—¿Holgazaneando?Sufiguradelgadaestabamás tiesade lohabitual.Lasaletasdesunariz

insinuabanungestodedesdén…,unaseñalsiemprepeligrosa.Georgeselevantócomoimpulsadoporunresorte.—No,señora.Estabaleyendomismeditaciones.Señalóellibroquehabíacaídoalsuelosinquesedieracuenta.Sumadrelorecogió.—No basta leer o soñar sobre cómo hay que vivir. Es mucho más

importantehaceralgo.¿Hasterminadotusdeberes?—Sí,madre.—Vacilóunmomento.Eraunmomentopeligrosoparasacar

acolaciónuntematanespinoso,peroelintensodeseodeconocerlaopinión

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de su madre le impulsó a preguntar—. Madre, ¿ha reflexionado sobre mideseodehacermealamar?

No era el momento adecuado. Las cejas de su madre, gruesas y bienformadas,dibujaronunalíneacasicontinua.

—Noveo la necesidad de pensar en eso hoy.Mequedan almenos tresañosparapensarlo.

Sevolvióysaliódelahabitación.Apenashabíapasadounmomento,cuandoentrósuhermanaBetty.—¿Sehaenfadadocontigootravez?—preguntóBetty,angustiada.Georgesonrióamododebienvenida.Bettyeratansolounañomenorque

él,ysiemprehabíanestadomuyunidos.Sepreguntóunavezmáscómoeraposiblequefuerahijadesumadre.Bettyerabonita,alegreydespreocupada.Siempre teníaunanovelaentretenidaescondidaenelcosturero.Noandaba,sino que parecía bailar.Aunque pareciera extraño, de todos los hijos era elquemejorsellevabaconsumadre.

George y ella se entendían a la perfección y compartían sueños. Bettytambiénhabíaconcebidoideaspropiassobresufuturacasa.

—Tendré la casamásgrandede todoFredericksburg—decía amenudo—.Laconstruiránexclusivamenteparamí,tendrávigasgrandesyhermososadornosdelatón,yunabonitasaladereciboconmueblesencantadores.Yyoseréladueña,conlosmejoresvestidosdeLondres.Recibirémuchasvisitas,estaréalegresiempreynoviviréasí.

Siemprequellegabaaesapartedesusueño,resoplabayseparecíamuchoasumadre.

Miróasuhermanoconadoración.Georgelecogiólabarbilla.—Que Dios ayude a los muchachos dentro de uno o dos años. No,

pequeña,enrealidadnoestáenfadada.Soloquiereenfadarseporalgo,asíquetencuidado.

Bettylanzóunarisita.—Bien,sivaalacocinatendrámotivosamansalva.Lanuevapincheha

quemadoelcerdo,ylacocinaandamangaporhombro.Georgegimió.—Lacenadeberíadepararnosunratoagradable.Menosmalquemañana

mevoyaMountVernon.Bettysuspiró.—Me alegro por ti, pero te echaré mucho de menos. Te gusta mucho

MountVernon,¿verdad?

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Georgemeditóunmomento.—Sí—contestó—.LawrenceyAnnesonmuyamablesconmigo,peroes

másqueeso.Esatierra…Laformaenqueelsolbrillasobreella,ocuandosecubredenieve.Suaspectoenotoño,cuandolosárbolespierdenlashojas.EselgocedecabalgarhastaBelvoir e ir aver a losFairfax.Esvolver tardeacasa,cuandolassombrasdelanocheacaricianlacasa,yelsolsepone,yelPotomacestámediooscuromedioiluminado.Sí,Betty,megustamuchísimoMountVernon.

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4demarzode179711.55delamañanaFiladelfia

El retumbarde loscañones ledevolvióalpresente.Loscañonesdisparabanpara subrayar el acontecimiento que estaba a punto de tener lugar. Por unmomento,pensóenloscañonesquehabíanpermitidoestemomento,losquehabíanrotoelsilenciodelsetentaycuatroyelsetentaycinco.

Había una gran multitud congregada ante el edificio del Congreso. Seapartó enseguida para dejarle pasar. Se dispuso a subir la escalera. Yentonces,empezaron losaplausos.Primero,deuna formavacilante,unsolopardemanos,ydespués,comounrayoquerecorrieraalosreunidos.

Elsonido leprecedió,demaneraquecuando llegóa lacámarabaja, losmiembros ya se habían puesto en pie. Un estallido de aplausos celebró suentrada.Aumentódevolumenhastaretumbareneltechoylasparedesdelaenormesala.Semezclóconlaovacióndelpúblicodefuera.

Aceleróelpaso,ansiosoporllegarasuasientoyponerfinaltributo.«Noesparamí»,pensó.Hoyno.Perocuando llegóa su sitio, el estrépitono seapaciguó.Llegóauncrescendo,seapaciguóymurióaregañadientes.

Jefferson fue el siguiente en llegar. El presidente vio que la alta figuraaristocrática atravesaba la sala.Vestíauna levita azul larga,y sus faccionesnoblesnotraicionabanelnerviosismoquepodíaesperarsedelvicepresidenteelecto.

Se habían enfrentado a menudo por sus puntos de vista, lo cual habíaprovocadoque Jefferson dimitiera de su cargo en el gobierno, peroGeorgecontemplóconafectoasuviejoamigo.Noadmitiría,nisiquieraparasí,quepeseasusnumerosasdiferenciasconJefferson,lecaíamuchomejorqueJohnAdams.

Pensó en aquel día de 1976, cuando el mensajero había llegado a sucuartelgeneralconunacopiade laDeclaraciónde Independencia.Lahabíaabierto con parsimonia. Durante meses había estado solicitando una

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declaracióncomoesta,coneltemordequenuncallegaría.Inclusodespuésdeunañodeconflicto,algunosmiembrosdelCongresotodavíahablabandeunaposible reconciliación con Inglaterra. Había intentado dejar claro que losejércitosdebían lucharporunacausa.Eraprecisoque tuvieranunobjetivo.Independencia era una palabra poderosa. Posibilitaba que un hombresoportara el hambre y la desdicha. Expulsaba elmiedo.Y aun así,muchoslegisladores todavía vacilaban a la hora de romper definitivamente con lamadrepatria.

Por fin, le habían prometido que redactarían un documento oficial. LoesperóenladesesperacióndeaquellaprimeracampañadeNuevaYork,ysepreguntó hasta qué punto sería débil y evasivo. Recibió la noticia de quehabíancargadocon la responsabilidaddeescribirloaTomJeffersonconuncauto optimismo. Jefferson era joven, pero escribía con la audacia de unhombre entregado. Después, cuando leyó la Declaración y asimiló toda suriquezaypoder,sumajestadyclarividenciaimpresionantes,ordenóexultantequeseleyeraatodaslastropas.Aquellanoche,depieenlapuertadelcuartelgeneral, examinó la expresión de los hombres cuando una voz resonantetronó:«Cuandoenelcursodelosacontecimientoshumanos…».

Cierta agitación en la cámara anunció la llegada del presidente electo.GeorgesabíaqueAdamshabíapedidounnuevocarruajedecuatrocaballospara este día. Se había negado incluso a que la propia Patsy le hicieracomentariossobreelhecho,yselimitóarecordarlequeellostambiénhabíantenidouncarruajenuevoenNuevaYork,alprincipiodesuprimermandato.

PatsyreplicóqueelaspectodeAdamsinvitabaapensarquedeberíairalladodelconductor.Unavezmás,Georgesenegóacontestar.Enelfondodesualma,estabadeacuerdoconella.Johneraungranpatriota,conunamentebrillante, pero había algo irritante en la actitud del hombre hacia símismo,obsequiosayresentidaalmismotiempo.

Adamsvestíaunbonitotrajedevelartegrisperla.Suespadacentelleabaal cinto. Pero su expresión era tan desabrida como de costumbre. Era unapenaquelaseñoraAdamsnopudieraestarpresente,pensóGeorge.SoloellapareceposeereltalentodetranquilizaraJohn.

Ochoañosantes,AdamssesintióviolentocuandosaludóaGeorge,queiba a jurar el cargo de presidente. Ahora, también parecía violento. Sucabeceopareciómásunareverencia.Dabalaimpresióndequeteníaprisaporempezarsudiscursoinaugural.

Georgesereclinóunpocoensuasiento.Eracomprensiblequeelhombreestuvieranervioso.Pensóensuprimerainvestidura.Recordóelalmohadónde

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terciopelo escarlata sobre el quedescansaba la enormeBiblia encuadernadaen piel…, los vítores de la multitud…, sus palabras de apertura: «Ningúnacontecimiento podría haberme provocado más angustia que el de lanotificación transmitida por orden vuestra…». Quería informarles de queiniciaba su gestión consciente de que podía fallarles. ¿Les había fallado?Esperabaqueno.

Añosatrás,habíajuradoqueloharíabien.Añosatrás.Sihubierasidomarino,suvidahabríasidomuydiferente.Casicincuenta

añosanteshabíadeseadocondesesperaciónseguirlacarreranáutica,perosumadrelehabíanegadoelpermiso.Exhalóunprofundosuspiro.Inclusoahora,comounareacciónautomática,sereprodujolairadeaquelmomento,lafuria,lafrustración,lasensacióndehallarseenuncallejónsinsalida.Seinclinóunpocohaciadelante,peronoestabaescuchandoeldiscursodeJohnAdams.Lavoz algo nasal parecía irse transformando en otra, más cortante y de tonoagudo…Eralavozdesumadre.

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Agostode1748FerryFarm

FueLawrence,duranteunadesusvisitasaMountVernon,laprimerapersonaa quien confió su ambición de ser marino. Lawrence se había mostradoconformeconlaidea,ydijoquetalcarreraera«unaexperienciaútil».

Para George, la aprobación de su hermanastro, al que admirabamuchísimo, fue el factor definitivo de su decisión. Lawrence representabatodo cuanto George aspiraba a ser: un anfitrión cortés, un buen lector,excelente jinete, aventurero, miembro de la Cámara de los Burgueses[1].Lawrencehabía tenidounabreveperobrillantecarreramilitarcomocapitánde la marina en el buque insignia de lord Vernon, durante el asedio deCartagenade Indiasen1742.LaayudadeLawrence talvez le reportaríaelpermisodesumadre.

LawrenceconsintióenescribirunanotaqueGeorgellevóaFerryFarm.Diolaimpresióndequelapersuasivanotaobrabaelmilagro.Sumadreledioa regañadientes el consentimiento tan esperado. Incluso ordenó quetrasladaran a su habitación el viejo baúl de su padre, y le ayudó a hacer elequipaje.No ledijoque, en laúltimacarta a suhermano, JosephBall, quevivíaenInglaterra,lehabíapedidoconsejosobreeltema.

La respuesta de JosephBall fue congruente con su naturaleza irascible.Sugirióquecolocaraasuhijodeaprendizdecalderero.

Cuandollegó,lacartaconvirtiólaincertidumbredeMaryWashingtonenuna decisión sólida. Fue al cuarto de George, le ordenó que deshiciera elequipajeydijoquenuncamásvolveríanahablardelasunto.

George la miró, estupefacto. No daba crédito a sus oídos. Después,cuandocomprendióquenoexistíalamenorposibilidaddequesumadrefueraa cambiar de idea, salió comouna trombade la casa, sin importarle que lapuertagolpeararuidosamentedetrásdeél.

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Ensilló el caballo a lavelocidaddel rayo.Diouna fuertepalmadaenelcostadodelanimal,yesteselanzóalgalope.Másdeprisa…Másdeprisa…Elvientoazotabasurostro.¿Cómosehabíaatrevidosumadre?¿Cómosehabíaatrevido? El repiqueteo de los cascos seguía el ritmo de sus pensamientosencolerizados.Hacerleesperar,prometeramedias,cambiardeopinión…,yalfinalprometer.Entonces,cuandoestabaapuntodepartir,cambiardeopiniónporculpadelaspalabrasdeuntíoalquehacíaañosquenoveía.

¡Qué injusticia!Másdeprisa…Másdeprisa…Másdeprisa…Elcaballollegóaunmurodepiedrayloescaló,vacilante.Distraídoporunmomento,Georgeseinclinóypalmeóelcuellodelanimal.

—Buena chica —murmuró, y cuando se dio cuenta de que el caballosudabaprofusamente,tiródelasriendasysaltóalsuelo.

Estabaenunazonaelevada,desdelaquepodíaverlagranja.Laplacidezdelaescenaconsiguióquesufuriasedisiparapocoapoco,siendosustituidapor una sensación de melancolía. Comprendió que no se hallaba en aquellugar por accidente. El inconsciente le había dirigido hacia allí desde elprimermomento.

El año antes de que su padre muriera habían ido a caballo hasta estemismo punto. De eso hacía seis años, cuando él tenía diez, y aún estabarabiosoporelazotequesumadrelehabíapropinadoenlaspiernas.Supadrenohablóhastaqueamboshubierondesmontado.

—Tumadre tiene toda la razón cuandodice que es preciso controlar tutemperamento.Porlovisto,creequeesopuedelograrsesisetemetemiedodeabandonarteaél.Yoopinoquedebesgobernarloporunmotivodiferente:porqueteestáshaciendounhombreyesindignodetitenerrabietas.

Enaquelmomento,supadreseacercóaélyapoyólasdosmanossobresushombros.

—Tienesuncarácterfuerte,hijomío—dijo—.Canalízalohaciaelbien.Tuiraesapasionada.Canalízalahacialaconsecucióndelogrosvaroniles.

Enciertomodo,aquellaspalabras lehabíandolidomásqueelazote.Suexhibición de temperamento había provocado una exhibición aún másexageradadesumadre.Porlotanto,razonó,¿porquédebíancastigarle?Perolas palabras de su padre, pronunciadas con tristeza y comprensión, leobligaronadecir:

—Lointentaré…Lointentaré,deveras.Desde aquel día, había reprimido su ira, que con tanta facilidad se

desataba. Y ahora, ¿cómo podía canalizar este sentimiento hacia laconsecucióndeunlogrovaronil?Queríavermundo.Queríalograrcosas.No

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quería quedarse aquí, ni muchacho ni hombre, controlado, observado, elobjetodeloscaprichosdesumadre.

Sus ojos barrieron con desesperación el paisaje. Esta granja sería suyacuando cumpliera veintiún años. Ya había sacado del viejo cobertizo lasherramientas oxidadas de topógrafo que habían pertenecido a su padre, yempezadoapracticarconellas.Yahabíademarcadoloslímitesdesutierra,einclusoayudadoasusprimosconladeellos.

Ymásalládeaquelpequeñogrupodegranjas,seextendíanmillonesdehectáreas sin explorar, territorio virgen con suelo fértil y excelentemadera.Los topógrafos ya estaban empezando a explorarlo, y elegían para sí laspropiedadesmásselectas.Dentrodeunageneración,seríanhombresricos.

Laidealeobsesionaba.¿Podíaseresalarespuesta?¿Cabíalaposibilidadde que aquel magnífico país ofreciera más posibilidades de aventura yprogreso que la carrera de marino? La de topógrafo era una profesiónhonorable, y muy útil para un terrateniente. George montó a caballo conparsimoniayvolvióacasamientrasanochecía.

Lafamiliacomíaenlaampliahabitacióndeentradaquehacíalasvecesdecomedor.Sumadre,sentadaalacabeceradelamesa,alzólacabezacuandoabriólapuertayselevantóconbrusquedad.

—Venaquí.Indicólasaladeestardelaizquierdaconuncabeceo.Éllasiguió,obediente.Comoellanosesentó,Georgetambiénhizocaso

omisode lasbutacasdecueroycontinuódepie.Desdesugranestatura, lamujer se le antojó menuda, y por primera vez, sus ojos acerados y laexpresiónseveranoleintimidaron.

—Señora—dijo—,lepidohumildementeperdón.Suspalabrasnoconsiguieronapaciguarla.—Es bueno que te hayas dado cuenta de lasmuchas disculpas queme

debes.Noerestanmayor,nitangrande,comoparaquenopuedaobligarteabailaramison.—Sumanoizquierdadiounosgolpecitossignificativossobreellátigosujetoalcinto—.¿Creesquevoyatolerarquecualquierhijomío,delaedadquesea,medejeplantadadandoportazosypatadasenlaescalera?

Nisiquieralaréplicafuecapazdeirritarle.Depronto,sintiómuchapenaporaquellamujerdeespaldatiesa,ysediocuentadelodifícilquedebíaserlavidaparaella.Desdelamuertedesupadre, lamalaadministraciónhabíadisminuidoengranparteelvalordelashectáreasdetierraqueconstituíanlaherenciafamiliar.Sumadreeraincapazdedespertarlalealtadydevocióndesus capataces y esclavos. En su constante fanatismo por detalles sin

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importancia,pasabaporaltoelfracasoabsolutodelagestióndesusnegocios.Había llegado el momento, reflexionó, de que su hijo mayor intentaraayudarla,enlugardejuzgarlasincesar.

—Madre —dijo en voz baja—, nunca más mencionaré mi deseo dehacerme a lamar. En cambio, dirigirémis esfuerzos hacia la topografía, ytratarédeobtenerelpermisode topógrafo.Cuantomássepasobre la tierra,máscapazserédeadministrarnuestrapropiedadyengrandecerla.

Siesperabalaaprobacióndesumadre,sellevóunadecepción.—Ya era hora de que empezaras a pensar en ocupaciones sensatas—

replicólamujer—.Siemprequenoseaotrodetusarrebatos,claroestá.Veacenar.

Georgeapartó lasillaparaquesumadresesentara,ydespuésocupósulugar.Contestóa laangustiadamiradadeBettyconunguiño.No,noesunarrebato, se dijo. Es el futuro.Ardía en deseos de volver aMountVernon.Lawrencequerríasaber…

Lawrence no solo aplaudió el plan, sino que dio pasos concretos deinmediatoparallevarloalapráctica.

—El coronelFairfaxva a enviar topógrafos experimentados al valledelShenandoah—dijoconairepensativo,altiempoqueseñalabaendirecciónaBelvoir—,enunaexpediciónsolicitadaporlordFairfax.Siteincluyeranenelgrupo,significaríaunaexcelenteexperienciaparati.

Georgesintióquelacaraleardíaalpensarenlaperspectiva.Estallidosdeemocióninapropiados,sedijo.Cuandohabló,seenorgulleciódelcontrolqueejercíasobresuvoz.

—¿Creesqueexistealgunaposibilidad?—VamosaBelvoiraveralcoronel—propusoLawrence—.Lecaesmuy

bien,yalfinyalcabo,esmisuegro.ElcoronelFairfaxestabaen suestudio.Despidióa su secretarioconun

movimientodecabeza,y suactitudsugirióquehabíaestadoesperandoestavisitatodoeldía.

—Bien,bien—dijo—.Mealegrodevolveraveranuestrojovenamigo.En cuanto a ti,Lawrence, espero que sigas siendoun buenmarido paramihija.Hacetresdíasquenolaveo.

Lawrencerio.—Anneesunángel,comodecostumbre,señor.Yestámuyanimada.Elcoronelcompusounaexpresiónseria.—RecemosparaqueelTodopoderosopermitaqueelbebéqueportaensu

senovivamuchosaños.Esmuyduroparaunamadrejovenperdertreshijos.

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—Cambiódetemaconbrusquedad—.Bien,jovenWashington,mehandichoquetucarreramarítimahasidocortadaderaíz.¿Cuáleselsiguientepaso?Ysiéntate,porelamordeDios.NosoySuMajestad.

George rio y eligió una silla que le permitió estirar sus largas piernas.Albergaba la débil esperanza de haber dejado de crecer. Costaba lo suyomanejarunmetroochentayochodecuerpo.Comodecostumbre,sintióquesutimidezsedisipabaenpresenciadelafablecoronel.

—He decidido ser topógrafo, señor —explicó—. Este año he estadoutilizandolasherramientasdemipadre,ycreoquepuedotrabajarbien.

ElcoronelFairfaxdiounapalmadasobrelamesa.—Excelente.Dehecho,voyaenviaraGeorgeWilliamenunaexpedición

paradelimitarlastierrasdemiprimoenelrecodosurdelPotomac,cuandoseadentra en el Shenandoah.Marcharán dentro de un mes. Quizá te gustaríasumartealapartida.

—Paraesohevenido,señor—selimitóadecirGeorge.—Trato hecho. Será una buena experiencia para ti, y serás una buena

compañíaparamihijo.¿Estásdeacuerdo,Lawrence?Lawrenceasintió.—Mi hermano está impaciente por hacerse un hombre. Creo que

empezarásuiniciaciónconestacampaña.GeorgeestabadándolevueltasalaideadeacompañaraGeorgeWilliam

Fairfax.Albergabaensecretounatremendaadoraciónporelapuestoycortésjoven que le llevaba siete años. Algún día, él también vestiría con la fácilelegancia de George, siempre diría lo adecuado en el momento preciso, einspiraríarespetoydevociónasussubordinados.

—Sí,serábuenoparalosdos—musitóelcoronelFairfax—.Mihijoestácortejando a la hija deWilson Carey, Sally, que viven cerca de Hampton.Haránunaparejaexcelente,yviviránaquí,enBelvoir,peroserápositivoparaGeorge echar un vistazo en persona a las propiedades familiares, pues a lalargaheredarálamayorparte.

Georgepensóen lapropiedaddeFerryFarmque sería suya.Un legadoinsignificante, comparado con estas magníficas tierras que bordean elPotomac.«Debolabrarmeunfuturo»,pensó.Sepreguntócómoseríalafuturaesposa de George William. Sally Carey debía poseer muchas virtudes, sihabíaconquistadoelselectivocorazóndelvástagodelafamiliaFairfax.

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4demarzode179712.15delmediodíaFiladelfia

Unanuevasalvadeaplausosestallóen lasala.Estavezerauntributoa losidealesy esperanzasque el presidente electohabíaofrecido a supaís en sudiscursoinaugural.

El ministro de Justicia, Oliver Ellsworth, se adelantó para tomarjuramento.Adamsrepitiódespuésdelministro:

—Yo, John Adams, juro solemnemente defender la Constitución deEstadosUnidos.

Lasalaestabaensilencio.Abarrotadahastaelpuntodequenocabíaniunserhumanomás,laspalabras,pronunciadascontimidez,resonaronentrelascuatroparedes.

—Yo,JohnAdams,jurosolemnemente…La tensión de unmúsculo facial, el brillo de un ojo, el temblor de una

aleta nasal, casi todos los rostros traicionaban una profunda emoción, tantoorgullocomotristeza.

PeroelsemblantedeGeorgesemantuvoserenoeimperturbablemientrasescuchaba las palabras que le sustraían el manto de la presidencia y lodepositabansobre loshombrosdesusucesor.Sehabíapreguntadocómosesentiría en este momento. Incluso había temido experimentar la terriblesensacióndehaberllegadoalfinal,peseaquedeseabacontodassusfuerzaslaliberación.

Encambio,soloexperimentóorgullo,orgulloporlosacontecimientosquehabían conducido a su país hasta este momento, orgullo por la ordenadatransicióndegobierno,orgulloporlacontinuidaddelajovencísimanación.

Pensóenelcalorasfixiantedeaquelveranodediezañosatrás,cuandoély cincuenta y cinco delegados más se habían reunido en esta ciudad pararefundirlosArtículosdelaConfederaciónyconsiderarelestadodelaunión.Duranteaquelverano,habíatenidolugarunmilagro.

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Los representantes de trece estados habían acudido a la ciudad, celososguardianes de sus prerrogativas individuales, temerosos y desconfiados losunosdelosotros.Dealgunamanera,despuésdecerrar lascontraventanasalos ruidosde la calley lasmoscas incesantes, habían conseguidoolvidar laincomodidaddelabochornosasalaypuestomanosalaobra.

Habían debatido y discutido, adoptado posturas inamovibles para luegoalcanzar un compromiso, caído en la desesperación y encontrado nuevasesperanzas, hasta que lograron articular el asombroso documento que JohnAdamsestabajurandoahoradefender.

Ocho años antes, George había sido dolorosamente consciente de quemuchasdesusaccionessentaríanprecedentesquesussucesoresseguirían.Dealgunaforma,habíatrazadoelmapadelapresidencia,delmismomodoqueanteshabíatrazadoelmapadelastierrasindómitasdeVirginia.Tantotiempoatrás…,tantísimotiempo…,casicincodécadasya.

JohnAdamsestabajurandodefenderlaConstitucióndeEstadosUnidos,peroGeorgeestabaescuchandolavozcultivadadeGeorgeWilliamFairfax,cuandoiniciaronlaexpedicióndeunmesdeduración.

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1748ElShenandoah

Laexpediciónseencontrababajo lasupervisióndeJamesGenn,unexpertotopógrafo.George hizo varios intentos por entablar amistad con el hombre,pero le encontró brusco y taciturno. Genn también parecía fascinado porGeorgeWilliam Fairfax, y nunca se dirigía a él sin adornar sus frases conexpresionescomo«sileplace,señor»,«comoguste,señor».Alfinaldeldía,Genn se dirigía a toda prisa al punto donde se habían congregado susayudantes,aunquehabríapodidopasarsusperíodosdedescansoconGeorgeWilliamyGeorge.

Comoresultado,GeorgeyGeorgeWilliambuscaronsumutuacompañía.Georgesuperóenseguidasutimidezydejódellamarle«señorFairfax»conlamisma celeridad. Al tercer día, una vez dejaron atrás Powell’s Creek, setuteabanyyahabíansembradolassemillasdeunaamistadqueseprolongaríatodasuvida.

Dehecho,GeorgesabíaquecarecíademotivosparanosentirseagustoconGeorgeWilliam.TalvezFerryFarmnoposeyeralagrandezadeBelvoir,peroélerahijodeuncaballeroydeseabaunacamaconfortableyunabuenacomidacomocualquierotrocaballero.Despuésdeunlargodíadecabalgar,era tan capaz de deplorar los alojamientos infestados de bichos como susofisticadocompañero.

Algunasnoches,GeorgeWilliamlehablabadesuprometida.—Nocreerás loadorablequeeshastaque laveas.Cabellooscuro,ojos

brillantes,laesbeltezdeunhada.Ylista…Dios,cómodetestoalasmujeressincerebro.Graciasa laeducacióndesupadre,Sallydebedesermáscultaque lamayoría denuestros hombres, incluyendo los graduados enHarvard.Baila como un ángel, y confieso que en eso me supera. Este malditoreumatismonoesmuyapropiadoparalassalasdebaile.

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Hablaba con ligereza sobre el reumatismo, como de todo, pero era unadolencia muy real. Las mañanas húmedas, se frotaba las rodillas y hacíamuecasdedolorcuandosemovía.Alcabodeunrato,larigidezdesaparecía,perosiemprevolvía.

Georgeadmirabaelhechodequesucompañeronoquisierahablardesusincomodidades.TambiénadmirabalaformaenqueeljovenFairfaxsiempreconseguía parecer refinado, incluso con la ropa sencilla que llevaba en laexpedición. George descubrió que estaba ansioso por conocer a la tanensalzadaSally.

Cuandoelviaje terminó, regresóaFerryFarm.Los treintaydosdías lehabíanconvencidodequelegustabalaocupacióndetopógrafo,yempezóatrabajar con ahínco, incluso solicitó un permiso al colegio de Guillermo yMaría. Por dentro, se sentía inquieto y motivado. Quería hacerlo todo,conocerlo todo. Salía a cabalgar solo con frecuencia, y analizaba susemocionescondetenimiento.¿Cuáleralacausadesuinsatisfacción?Nada…Todo.

NoerafelizenFerryFarm,asídesencillo.Sumadreeraunamadecasadescuidada,y leponíade losnerviosverel caosde lacasa,el improvisadoserviciodemesa.Detestaba lasvulgares ropasmal cosidasque lehacía.Sesentíaadisgustoenlosactossociales,talvezporquebailabamalynoconocíalosjuegosdemoda.Ensucasanohabíajuegosnialegría.

Se puso a corregir lo que pudo. Con sus primeras ganancias encargócamisas y chalecos nuevos. George reconoció para sí que ahora tenía dosmodelos. Aún quería ser como Lawrence, pero Lawrence era taciturno. Sehabía convertido en una cosa importante adquirir algo de la elegancia deGeorgeWilliam.

El segundo paso consistió en convencer a algunos de sus numerososprimos que le enseñaran el loo y elwhist. Los juegos le aburrían, pero lospracticóhastaconseguirciertodominio.

Transcurridos unosmeses desde la expedición volvió aMount Vernon.Cuandosubióporelsenderotanconocido,experimentólasensacióndehabercruzado una barrera. Esta vez, el dinero que había ganado tintineaba en subolsillo,estavez,vestíaropaselegidasporél.Sonrióparasí.Estavez,hastaeraposiblequenotropezaraconsuspropiospies.

Comodecostumbre,diolaimpresióndequeMountVernonextendíalosbrazospararecibirle.Llegóalanochecer,yaúnestabanencendidaslaslucesdelashabitacionesdeabajo.Unbuenfuegoardíaenelhogar,yunajarradevinoesperabaaGeorge.

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Los hermanos se saludaron con entusiasmo, y Lawrence alabó laaparienciadeGeorge,inclusoantesdeconducirlealaalcobaparaquevieraaAnne,quehabíadadoaluzunanuevaniña.

Georgebesóconafectoa sucuñada.Siempreeramuyamableconél,yposeíaeseairedeeleganciadespreocupada,propiodelafamiliaFairfax,quetanto le intrigaba. Le enseñó con orgullo el nuevo bebé, una hermosa niñaparecidaaunaflor,perohasta losojos inexpertosdeGeorgepercibieronsuaparentefragilidad.

FuecomosiAnnehubieraleídosuspensamientos.—Parecemuypequeña,peroséqueesmásfuertequelasotras.Hablóconunavozquesuplicabasuaprobación.George extendió un dedo con cuidado y la niña cerró la manita a su

alrededor.—Agarra con fuerza—comentó, justo lo que debía decir. Anne sonrió

feliz.Aldía siguiente, a sugerenciadeLawrence, se acercaronaBelvoirpara

queGeorgepudieraconoceralaesposadeGeorgeWilliam,Sally.Labodasehabíacelebradounosmesesantes.

Georgeeligióelchaleco,cuelloycamisaqueconsiderabamáselegantes,y se vistió con sumo cuidado, pero cuando Lawrence y él subieron por elsendero flanqueado de árboles que conducía a la entrada principal de lamagníficamansióndeladrillo,sesintiótorpeytímido.¿YsinolecaíabienalaesposadeGeorgeWilliam?¿Ysiellaleconsiderabaimberbeycarentedeinterés?ReprimióeldeseodetirardelasriendasyregresaraMountVernon.Encambio,desmontó, entregóel animalaunmozodecuadray, al ladodeLawrence,subiólospeldañosdelaampliagalería.

GeorgeWilliamdebíadehaberlesvistollegar,porquefueélmismoquienabriólapuertaconunasonrisadebienvenida.

—Tienesmuchomejoraspectoqueenlaexpedición—dijoaGeorgeconunacarcajada.

Georgeasintió,enunatímidaadmisióndesuropanueva.Yentonces,aparecióella.Bajólaescalerasinuosa,conpasoligeroyuna

manoesbelta sobre labarandilla.Llevabaunvestidoblancoconuncorpiñoverde,yelverdeparecíadelmismotonoexactoqueeldesusojos.Sucabellonegroseamontonabaconsuavidadsobresucabeza,salvoporlosrizossueltosdelanuca.DedicóunasonrisadeadoraciónaGeorgeWilliam,ydespuéssevolvióhaciaLawrence.

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—Demodoqueal finhas traídoa tuhermanoparaquemeconozca—dijo.

ExtendiólasdosmanoshaciaGeorge.—Heoídohablarmuchodeti.«Heoídohablarmuchodeti».Georgesequedóestupefacto.Diosmío,la

belleza increíble de la muchacha, el brillo de sus ojos, el talle. Se sintiódemasiadoalto,demasiadoancho.Sesintióconfuso,aturdidoytímido,peroalmismotiempo,comoensucasa.

—Nopuedoimaginarporqué,señora—tartamudeó.Ellameneólacabeza,confingidaseveridad.—¿Quéclasederespuestaesesa?—preguntó—.Esmuyimportanteser

conscientedelapropiavalía.Mimaridodicequecabalgascomolos indios.Tienes la intuición de un gran topógrafo. Sabes llevar un diario con lahabilidad de un escritor. Eres un excelente contable. Hasta dijo que jurascomounmarinerocuandolosalojamientossondeplorables.

Georgesintióqueseruborizabaviolentamente.—Leaseguro,señora…Ellasonrió.—No tienes por qué disculparte. Lo he dicho como un cumplido. En

conclusión,GeorgeWilliammehaconfiadoquellevasgrabadalamarcadelagrandeza,yyoconfíoensubuendiscernimiento.

—Señora—dijoGeorge—, si sueleccióndeesposada lamedidade subuendiscernimiento,leconfiaríamifuturosinlamenorvacilación.

LawrenceyGeorgeWilliamestallaronencarcajadas.—Yavesquemihermanoestámadurandodeprisa—dijoLawrence.GeorgeWilliamasintió.—Vigilaré en todo momento a las hermanas de Sally cuando venga a

visitarnos.Georgenosemolestóencorregira suamigo.Sediocuentadequeaún

sujetabalasmanosdeSally.Ellalasretirócondelicadeza,peroGeorgesupoque nunca volvería a ser el mismo desde aquel momento. ¿Qué más dabacómoeransushermanas?Carecíade importanciacómofueracualquierotramujer.

Sally era dos años mayor que él. Estaba casada con su mejor amigo.Nuncaseríasuya.

Yestabaenamoradodeella.

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4demarzode17977delamañanaBath,Inglaterra

Erauna fríaydesapaciblemañanademarzo,y laciudadcostera inglesadeBath se veía gris a causa de la niebla. SallyCareyFairfax despertó poco apoco, conscientedequemuyprontovolvería a cargar sobre sus espaldas elpesodelcualseliberabacuandodormía.Dentrodeunmomentocomprobaríaqueestabasola.HacíamesesqueGeorgeWilliamhabíamuerto,peroporuninstante,antesdedespertarporcompleto,podíafingirquetodavíaseguíaasulado.

Omejoraún,todavíapodíafingirqueeranjóvenesdenuevo,alprincipio.Suspiró y volvió la cara, de modo que la almohada secó la lágrima queresbalaba sobre su mejilla. Su cuerpo, tan esbelto de joven, estaba ahorademasiadodelgado.Latezsinmáculaquehabíasidolaenvidiadesusamigasestaba surcada por finas arrugas, el espeso pelo negro se había teñido porcompletodeblanco.

Antesdedormirhabíaleídoelperiódico,elcualanunciabaqueunnuevopresidente iba a jurar el cargo en las antiguas colonias, EstadosUnidos deAmérica.Elperiódicoañadíaqueelprimerpresidente,GeorgeWashington,dejaríasucargoamediodía.

Sallyabriólosojoseltiemposuficienteparaecharunvistazoalrelojdelarepisa. Estaba sucediendo ahora. En este preciso momento, un nuevopresidenteestabajurandoelcargo.

Ahora, él volvería a Mount Vernon. Sonrió sin darse cuenta, mientraspensaba en la dulce campiña de Virginia. Pensó en las veces que GeorgeWilliamyellahabíanrecorridoacaballoladistanciaentreBelvoiryMountVernon para recoger al jovenGeorge e ir a cazar. Recordó las noches quehabían pasado juntos al lado del fuego, planeando su futuro, hablando delfuturodeVirginiaylascolonias.

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Ay,aquellosfueronlosañosfelices,pensó,losañosmásfelices,losqueempezaron cuando, casada a los dieciocho años, había sido la dueña deBelvoir,yGeorgehabíavividoconLawrenceyAnnaenMountVernon.

Aúnpodíarecordarsu timidez,susmovimientosdesgarbados,ydespuéslainesperadagraciaquehabíademostradocuandoellainsistióenenseñarleabailar.Yaafectodelreumatismoqueibaaflagelarleenlosucesivo,sujovenmarido había declinado acompañarles, pero les habíamirado con afectuosaaprobaciónmientrasGeorgeyellaensayabanlospasosenlasaladebaile.

Inclusoentonces,eljovenGeorgeyaostentabaaquellamarcaespecialquehablabadesuespléndidofuturo.«Menosmalquequeríatantoamimarido»,pensóSally.Silehubieraqueridomenos…

Las lágrimas se agolparon en sus ojos. George William y ella habíanhablado de volver a Virginia, pero Belvoir había sido destruida durante laguerra.

Apoyólamanosobrelaalmohadavacíadesulado.Peronopensabatantoen el marido recientemente fallecido, como en el hombre que en estosmomentosestabaparticipandoenunaceremoniaenFiladelfia.

¿Cabalgaría tan tieso aún como cuando visitaba la plantación con ella?¿Continuaríasiendotancortés?¿Habríadejadodebailar?

SantoDios,cómolehabíagustadobailarconél.¿Cómoseríaahora?

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1751-1753MountVernonyBarbados

LatragediaquehabíaensombrecidolavidadeAnneyLawrencenoremitía.El bebé aún se aferraba a la vida, pero su estado era muy delicado. Eraevidenteparatodoelmundo,salvotalvezparaLawrenceyAnne,quelaniñanosobreviviríamuchomásquesuspredecesoras.

Y mientras Anne y Lawrence no cesaban de velar junto a la cuna, sepresentó otromal trago. La tos seca que había torturado aLawrence desdehacíacasitresañoshabíaempeorado.Perdíapesoacadadíaquepasaba,ylosmédicostemíanquenoduraríamuchoenelhúmedoclimainvernal.DijeronquezarparadeinmediatohacialasAntillas.

EraimpensablequeAnnedejaraalaniña,demodoqueGeorgeseofrecióaacompañarasuhermanoenfermo.

George fue a Belvoir para despedirse de Sally y George William. Lapreocupación que expresaban sus rostros le consoló y entristeció almismotiempo.

—Esunviajesinesperanza—dijodesopetón.GeorgeWilliamsirvióvinoconcuidado.—Esotemo.—CuidadeAnne, laniñayMountVernon.No sé cuánto tiempoestaré

fuera.Bajósucopay seacercóa laventana,avergonzadopor laemociónque

transparentabasurostro.Entonces,lasuavemanodeSallyseposósobresuhombro.—Esmuyduroparati.—Sí…Lawrencehasido…Desdequemipadremurió…—Paseloquepase,tusitioestáaquí.¿Eraasí?¿HastaquépuntolagentilezadelosFairfaxerasincera?¿Hasta

qué punto se debía a que él era el hermano de Lawrence, y la mujer de

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LawrenceunaFairfax?¿Perderíasiemprealagentequemásquería?Tomóconcienciadelamanoapoyadaensubrazo.¿Ojamásposeeríaala

quemásquería?Diomediavueltaysedispusoamarchar,abatido.GeorgeWilliamledetuvo.—Tequedasacenar.Esinútildiscutir.Los criados de Sally eran eficientes. La cena estaba caliente, era

abundante, el cordero bien condimentado, los vinos delicados y ligeros.GeorgeWilliam derivó la conversación hacia las cosechas, la asamblea, elgobernador, los problemas inminentes con los franceses por los fuerteserigidosalolargodelOhio.

Por fin, a la hora del café tomó nota de que su invitado estaba másrelajadoyhablósinambages.

—Queridoamigo,creoquetodoshemosdeserconscientesdequelosdíasdeLawrenceestáncontados.Sisucedieraloquetememos,creoquelomejorseráqueAnneysubebéseinstalenaquí.MountVernonnecesitaunamanofirme,yseríaimposibleadministrarlasola.Perohayqueadministrarla.Yesatarearecaerásobreti.

Mount Vernon… Siempre había pensado en ella como la casa deLawrence.

—QuieroqueLawrencevivaparaserelamodeMountVernon—dijocontozudez.

—Sésincero,George.Noesdignodetinegarteaafrontarlaverdad.Talvezparezcainapropiadohablardeestoahora,perocreoquenecesitaráscorajeen losdías venideros.Serás túquienverá languidecer aLawrence.En esosdíasoscurosqueseavecinan, intentapensarenelfuturo.Intentapensarqueundíavolverásconnosotros,atucasa…,ytucasaesMountVernon.

Por primera vez desde que había asumido el sino de Lawrence,experimentóciertasensacióndequedeterminadascosasestabanllegandoasufin.¿Extraeríaenergíasiempredeaquella tierrayaquellacasa, tanpequeñaencomparaciónconlaqueestabaahora?

Perounahoradespués,cuandosemarchó,despuésdel firmeapretóndemanosdeGeorgeWilliamyelbesofraternalenlamejilladeSally,supoquecontabaconlaenergíaqueleexigíaelfuturoinmediato.

Ynecesitabadichaenergía.Elviajeenbarco fue largo,yagotadorparaLawrence. Para George, permanecer en el puente y ver trabajar a losmarineros fue estimulante, así como contemplar la variedad de tareas yreflexionarsobreloquehabríasidosuvidasilehubieranpermitidohacersea

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la mar. Se confesó que ya no lamentaba el hecho de no haber recibido elpermiso.

Barbados era calurosa, alegre y colorida. Dio la impresión de queLawrencerevivía,yhastaaceptóunainvitaciónacenardeunviejoamigo,elmayorClarke,alquehabíaconocidoenCartagena.

Lavelada con elmayorClarke influyódurante toda suvida enGeorge.CuandoLawrenceyélllegaronparacenar,elmayorsedisculpóporelhechode que su familia no podría acompañarles, pues su hija tenía viruela. Lanoticia despertó la aprensión de George, pero a Lawrence no parecióimportarle,ylaveladafuemuyagradable.

A la semana siguiente,George no se encontrabamuy bien, pero estabacontentoporqueLawrenceparecíademejorhumory tosíamenos.Después,justo catorce días después de la cena en casa del mayor Clarke, Georgedespertóconunafiebregalopanteyunfuertedolordegarganta.Inclusoantesdequevinieraelmédico,supoquehabíacontraídolaviruela.

Estuvo muy grave durante días. Luego, a medida que la fiebre ibaremitiendo, cayó en la cuenta de que las marcas de la enfermedad leacompañaríanhastaelfindesusdías.

Georgeintentóquitarleimportancia,peroLawrencereparóenqueestabadeprimido.

—Ya puedes dar gracias a esta maldita enfermedad —le dijo—. Si tevieras obligado a servir a SuMajestad, podrías considerarte afortunado.Laviruelasignificaunaplagaparacualquierejército,yalosquehanadquiridolainmunidadnolesimportaexhibirunascuantasmarcashermosas.

—Dehermosasnada—replicóGeorgeconironía,ysealegródenoestaren casa. Echaba de menos a Sally con desesperación, pero era lo bastantevanidosoparaagradecerquenopudieraverlemientraslasmarcasfuerantanpronunciadas.

Después, se olvidó de ellas, porque la salud de Lawrence empezó adeclinar.Nodejabadetoser.Perdióelpocopesoquehabíaganado.

Porfin,unanoche,Georgedespertóyencontróasuhermanodepieantesu cama, agarrado al cabezal. Se levantó como impulsado por un resorte.ObligóaLawrenceaacostarseensucama,leapoyócontralasalmohadasyledioagua.

—Porlamañanateencontrarásmejor.Lawrencesacudiólacabeza,casisinfuerzas.—Es inútil, George. Confiaba en que… Algunas personas podrían

aguantar esto,peroyono.Quierover aAnne,George.Noquieromorir sin

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volveraverla.¿Quieresirabuscarlaacasa?Sallycuidarádelaniña,séquelohará.George,veabuscaraAnne.

Pensaba que no vería Virginia al menos en un año, pero cuatro mesesdespuésdesupartidavolvíaacasa.LaspalabrasdedespedidadeLawrenceledolieron.

—Esunviajemuylargoynoteencuentrasbien,peroalgúndía,cuandoteenamores, comprenderás con cuánta desesperación necesito aAnne en estemomento.

Cuandoseenamorara…Duranteelviajederegreso,pasólargashorasenlacubiertadelbarco,mirandosinverelhorizonte.

AnnesealojabaenBelvoir,yfueallíencuantovolvió.LeexplicóconlamayordelicadezaposiblequeLawrencequeríaquesereunieraconél.Anneaceptólanoticiaconvalentía.

—Mi marido no va a recuperarse. —Las palabras eran más unaafirmaciónqueunapregunta.Noesperóalarespuesta—.Llévameasuladocuantoantes,George,teloruego.Sally,cuidademihija.

GeorgeapenashabíapodidomirarunavezaSally.Annelehabíarecibidoenlapuertaconangustiadaspreguntas.

Sevolvióhacia ella,y suexpresiónpreocupada fueunbálsamopara suespíritu.Ellaseacercóalpuntoyacariciósucaraconlasyemasdelosdedos.

—Lo has pasadomuymal.—Después,miró aAnne—. Pues claro quecuidarédelaniña.Yaeshoradequepractiqueunpoco.

EralaprimeravezqueGeorgelaoíareferirsealhechodeque,despuésdeunañodematrimonio,aúnnohabíaquedadoembarazada.Luego,seolvidóhastadeella,preocupadoporlatristezaquetransparentabaelrostrodeAnne.

—¿De veras estás lo bastante fuerte para acompañarme, George? —lepreguntó—. Te hicimos un flaco favor cuando te pedimos que hicieras elprimerviaje.

—Estoy completamente recuperado —la tranquilizó—. Puedes contarconmigosiempre.

GeorgeWilliamempezódeinmediatoaprepararelviajederegreso,peroentoncesllegaronnoticiasdeLawrence.«Nopuedoesperaraquevengas,yesabsurdoquemequedeaquí.Vuelvoacasa.Sihedemorir,quieroestarconmisseresqueridos.Quieroestarenmihogaryverlacarademihijita».

Elregresoacasafuetriste.Lasombradelamuertependíasobreelrostrodemacrado y ceniciento de Lawrence, sobre su cuerpo esquelético. Hastaparecíaencorvado,debidoa los incesantesataquesde tos.Lequedabapocomásdeunmes.NotabalamaravillosaprimaveradeVirginiayelcalordelsol

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sobre sushombros cuando, en las tardesdoradas, se sentaba conAnney elbebéeneljardínquedominabaelrío.

SolíahablarconGeorgedelfuturo.—Tienes la cabeza sobre los hombros. Te irá bien. No tengas miedo

nunca.Ojalápudierasertestigodetusprogresos.CreoqueSallytienerazón,yqueelmundooiráhablardeti.Voyadarteunascuantasideassobreloquecreoquedeberíashacer.

Duranteaquellosmeses,Georgeperdió todomiedoa lamuerte.VeíaenLawrence la tranquilaaceptacióndelPlanDivino, lavisióndel futurodesufamiliaqueteníaunhombreagonizante,lasabiduríaconqueveíaesefuturo.

—Alalarga,preséntatecomocandidatoalaCámaradelosBurgueses—leaconsejó—.Esprecisoqueunhombrecontribuyaa laformulaciónde lasleyesqueregiránnuestrasvidas.Algúndía,MountVernonserátuyo.EsperoydeseoqueAnnevuelvaacasarse.

El final llegó en julio. George y Anne estaban con Lawrence, y nolamentaronsumuerte.Eraunalivioverquelapazregresabaalrostrotensoytorturado.Variosmeses después del funeral,Anne dijo aGeorge que iba avivir en Belvoir con su hijita. Lawrence había dejado la casa a Anne y elbebé,ynombradoaGeorgeherederouniversal.Aestasalturas,eraevidentequelaniñaseguiríalasuertedesupadre,ysupartedeMountVernoniríaapararaGeorge.

TambiéneraevidentequeAnnehablabaenseriocuandopidióaGeorgequeconvirtieraMountVernonensuhogar.

—Algúndía será tuya—dijo con calma—.Ocúpatede ella ahora, te loruego.

—Pero¿teharáfelizdejarla?—preguntóGeorge.—¿Feliz?—Porunmomento,laserenidadabandonóelrostrodeAnne—.

¿Quées lafelicidad?Heconocidomuchaspenasenestacasa,pero tambiénmuchaalegría.Jamáspodríaviviraquí.Creoquemeaguardaotravida,peronolaencontraréentreestasparedes.

Yasí,GeorgesequedósoloenMountVernon,conlaúnicacompañíadelaservidumbre.Durantesemanas,Georgevagóporlacasasinfijarseencasinada. De día, invertía su energía en la topografía, pero de noche estabademasiadocansado,inclusoparadormir,ypaseabaporlaplantabajahastaelamanecer.

Peroluego,el inviernopasóyvolviólaprimavera.Sucorazónsealegrócuandocontemplósucasaconojodepropietario.CompararlaconBelvoirledesagradabaengradosumo.Habíamuchoquehacer,demasiado.Empezóa

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confeccionarunalistadelosprimerosmueblesqueencargaría,yplanificólasobras de carpintería y albañilería necesarias. Ni siquiera sospechaba queestaba iniciando una tarea que le proporcionaría un gran placer durante elrestodesuvida.Eraentonces,ysiempre losería,una labordeamor.Enelaspectosocial,sehabíaaventuradounpocomás.Fueunaprimaverapródigaen bailes y cacerías de zorros. George era un jinete excelente, pero no legustabamuchocazar.

En los bailes… Bien, había tenido una buena profesora. Sally siempreoptaba por ensayar los pasos nuevos con él. El reumatismo de GeorgeWilliam iba en aumento, y declinaba de buen humor la oportunidad depracticarconsuesposa.

—PorelamordeDios,dejadalancianitosentadoenunrincónyhablandodenuestroachacosogobernador—reía—.George,séunbuenamigoyensayalosnuevospasosconSally.

Duranteuntiemposemostrótensoytímido.Sumadrehabíagastadopocodinero en profesores de baile para sus hijos, pero luego, la gracia y ritmonaturales que le facilitaban estar como en casa cuando montaba a caballoacudieronensurescate,ysediocuentadequebailabacomosiposeyeraunafacilidadinnataparaello.

—Santo Dios —dijo por fin Sally, ruborizada y sin aliento—, jovenWashington,elalumnohasuperadoalamaestra.TomaaMarycomoparejaydejaquevayaasentarmeconmimarido.

MaryCarey, la hermana de Sally, se parecíamucho a esta.Durante untiempo,Georgesepreguntósieraposibleque,alfinyalcabo,encontraralafelicidadconalguienquenofueraSally,peromuyparecidoaella.Lointentó.Duranteuntiempo,estuvoremoloneandojuntoasusilladurantelasveladasdeBelvoir.Duranteuntiempo,cabalgóasuladoenlascacerías.

Después,unanoche,enunbailecelebradoenBelvoir,mientrasbailabanjuntos,insinuóvacilantequeMountVernonnecesitabaunamadecasa.

ElcomentarioprovocóqueMaryadoptaraunaexpresióninescrutable.Elbaileterminó.

—Yyonecesitounhombrequemequiera—replicó.Diomediavueltaysealejódeél.Georgelasiguióconlamirada,perplejo,hastaquesintióunamanosobre

suhombro.—¿Quépasa?—preguntóSally.Elmomentodedecepciónpasóalinstante.—Creo,señora,queacabodeserrechazadocomoposiblepretendiente.

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Sallysonrió.—Creo, jovenWashington, que si deseas cortejar amihermana, has de

actuarmáscomounhombreenamorado,ymenoscomounhombrequeestápensandoenaumentarsusposesiones.Pensabaquehaberteenseñadoabailarerasuficiente.¿Tambiénhedeenseñarteaamar?

El comentario pretendía ser ligero, pero Sally enrojeció de repente. LamúsicaempezóyGeorgehizounareverencia.

—¿Meconcedeelhonor?Ellaaceptósubrazoyocuparonsusitioenlapista.Elruborreveladorle

habíadadoalas.—¿Deverasconsideranecesarioenseñarmeaamar—preguntó—,onole

parecequemehaenseñadodemasiadobien?Sally,oh,Sally…—Noestoyseguradeconocertebienenestemomento.—LavozdeSally

eraroncaeinsegura—.Parecesmuydiferente,ynoestoyseguradequemegusteelcambio.

Lasacódelapista.Tomósubrazocondescaroyempezóadirigirlahacialapuertaeste,peroGeorgeWilliamsematerializóderepentedelantedeellos,sin su sonrisa habitual. Su mirada a Sally sugirió que deseaba unaexplicación.

Ellalesonriósindificultad.—Acabode enterarmedequenuestrobuenamigoyvecinonova a ser

nuestrocuñado.Unaexpresióndealivioaparecióen lacaradeGeorgeWilliam,y luego

unadecompasión.—Vaya, vaya. Lo siento, por supuesto.Mary es una chica excelente…,

como su hermana.—Miró a sumujer—. No, como ella no. No hay nadiecomoSally.

George también lamiró.Elmomento de audacia había pasado y estabahorrorizado de la locura que había estado a punto de cometer. Si GeorgeWilliam no hubiera intervenido, ahora estaría fuera con Sally, y la tendríaentresusbrazos.HabíaestadoaunpasodeviolarlaamistadyconfianzaquelosFairfaxhabíandepositadoenél.

Losmúsicosseguíantocando,yGeorgeWilliamtomóelbrazodeSally.—Creoqueconseguiréacompañarteeneste,querida.George se apartó cuando pasaron, luego salió y ordenó que trajeran su

caballo.Mientrasesperaba, laspalabrasdeGeorgeWilliamresonaronensumente:«nohaynadiecomoSally».

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4demarzode179712.35delamañanaFiladelfia

—… y juro resguardar, proteger y defender la Constitución de EstadosUnidos.

… Daba la impresión de que hasta la voz monótona de John Adamsasumíamajestuosidadcuandopronuncióelsolemnejuramento.Estavez,losaplausos fueron apagados pero fervorosos, y casi pareció que los reunidosestuvieranrezando.

Adamsvolvió a su asiento.Después, se levantódenuevo,y el segundopresidentedeEstadosUnidossealejóporelpasillo.

Georgelesiguióconlamirada.Habríadeseadofelicitarle,perosehabíaidoconexcesivarapidez.Experimentóunapunzadadeirritación.Elhombretendríaquehaberesperado,permitidoquelefelicitaran.

PeroJohnAdamseraasí.Georgesuspiró.Haríaloúnicoposible…,acercarsedeinmediatoalhotel

Francis,dondeAdamssealojaba,yfelicitarle.Adamsllegaríadentrodeunminuto,ensucarrozadorada.PeroaGeorgelegustabapasear.Experimentabaciertalibertad.Ahoraera

un ciudadano de a pie. Nadie le seguiría, a nadie interesarían susmovimientos.Felicitaríaalnuevopresidentecomounciudadanocualquiera,yluegovolveríaconPatsy.

Esta noche le habían preparado una recepción en el anfiteatro, peromañana, lo primero que haría sería desmantelar la casa y dejarla preparadaparalafamiliaAdams.

Serevolvió,inquieto.¿PorquénosemarchabaJefferson?SantoDios,elhombre le estaba indicando por señas que se adelantara. Absolutamenteincorrecto.El vicepresidente seguía al jefe del ejecutivo.Ningún ciudadanoparticularleprecedía.

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Negó con la cabeza. Jefferson continuó indicándole su deseo de que seretirara.

George volvió a negar con la cabeza. Thomas debía irse ya. Era unacuestióndeprotocolo,nodeamistad.

Aregañadientes,laaltafiguravestidadeazulseencaminóhacialapuertasituadaalfondodelacámara.Cuandollegóalamitaddelrecorrido,Georgeselevantódesuasiento.

Encontrólasalidabloqueada.Lamultitudseagolpóasualrededor.Seoíaelruidodepiesquesearrastrabanyconversacionesentusiastas,perotuvolaimpresión de que se hacía un silencio peculiar en cada lugar por el quepasaba.Eracomosilagenteleestuvierajuzgando.

Alocuparuncargopúblico,habíaaprendidoahacer loqueconsiderabamejor,sindejarseinfluirporlaopiniónpública,yafuerafavorableocrítica.

Llegó a la puerta y se desvió por el lado norte deChestnut Street. FuevagamenteconscientedequeTimothyPickeringcaminabaasulado,peronoledirigiólapalabra.Queríapensar.

¿Quéclasedetrabajohabíahecho?Derepente,fuecomocuandohabíaregresadodelacampañadeBraddock,

atormentadoporlasdudas,laépocaenqueeraoficialdelamilicia.Sacudióunhilodesuchaquetadeterciopelonegro.El terciopelo negro no tenía nada que ver con su primer uniforme…,

aquellachaquetaazul,depecheraypuñosescarlata,conadornosplateados.Elchalecoescarlatayelencajeplateado…Elsombrerodeencajeplateadoylospantalonesazules.

Oh,componíaunahermosa figuradesoldado,oesohabíapensado,aunantesdehabersecomportadocomounsoldado.

Miró hacia atrás un momento. Una muchedumbre había empezado aseguirle.¿Porqué,ennombredeDios?

Estabaalfinal…,noalprincipio.Habíarenunciadoasucargo.Porelbiencomún.¿Recordabalaemocióndeaquelprimercargo?FuedespuésdelamuertedeLawrence.Ydespuésdealgomás.Porsupuesto.Fuedespuésdecomprenderquedebíavivirlibredesueñosestérilessobre

Sally.Fuecuandollegóelnombramiento.ElgobernadorhabíaanunciadoqueocuparíaelpuestodeLawrencecomoayudantededistritodelacoloniadeSuMajestaddeVirginia,yquehabíasidonombradomayordelCuerpoColonial.

Mayor…,antesdesaberquéclasedesoldadoera.

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Sehabíajactadodecomponerunahermosafiguraconeluniformedesuregimiento,peroalosveintiúnañosesotalvezeraperdonable.

Y había trabajado con ahínco. Había aprendido esgrima y entrenadodurantehoras.Sehabíadisciplinadoparaelservicioactivo.

ElhotelFrancisestabaalfinaldelamanzana.Casihabíallegado.JohnAdamsacababadeempezarunmandatodecuatroaños.¿Cuántotiempohabíaservidoenelregimientolaprimeravez?Entreel53

y el 55. Y después, había dimitido debido a la eterna discusión sobre lacadenademando.Enaquellostiempos,uncargocolonialnoservíadenadasiaparecíaunregularbritánico.Habíarenunciadoasucargoyvueltoacasa,aunMount Vernon que ya era suyo por completo. La niña había muerto yAnne había vuelto a contraer matrimonio. Había ejercido su derecho a laherenciadelapropiedad.Habíandescuidadoelcuidadoymantenimientodelacasa,demodoqueempezóaencargarherramientas,provisionesymuebles.

Estavez,iríaacasaconPatsy.Llegóalhostalyentró.Sedetuvoalpiedelaescalera,vacilante.Lehabía

seguidomuchagente.Seleantojabagroseronohacerlescaso.Talvezdeberíahablarconellos…

Sinsabermuybienquéibaadecir,extendiólamanopocoapocohaciaelpomoyabriólapuerta.

Lagentequeesperabafueraseguíaensilencio,perocadarostroexpresabaamor y pena. Les miró durante un largomomento. Estos, al menos, no seregocijabandelfinaldesuadministración.

Lágrimas cegadoras acudieron a sus ojos. Dio media vuelta al punto yentró.Estaveznovaciló,sinoqueempezóasubirlospeldañoscondecisión.

Había llegado el momento de visitar a su superior, el presidente deEstadosUnidos.

De la misma forma que, mucho tiempo antes, había presentado susrespetosaBraddock.

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1755MountVernonyMonongahela

Aún pasaba mucho tiempo en Belvoir, pero los casi dos años de serviciohabíancontribuidoengranmedidaamadurarle.Alosveintitrésaños,noerael mismo idiota impetuoso que en el plazo de cinco minutos se habíadeclaradoaunahermanaeintentadoseduciralaotra.

Podía pasar horas seguidas en Belvoir, hablando con George William,comentando la situación, cada vez peor, con los franceses en el Ohio, lallegadadelgeneralBraddockparaponersealmandodelasfuerzasinglesasycoloniales,ladifícilsituacióndeloscolonosenlaregióndeOhio.

Guiadoporunimpulso,habíaescritounacartaalgeneralBraddockconelfin de darle la bienvenida y felicitarle por su nombramiento. Lo habíaadmitido,vacilante,anteGeorgeWilliam.

Suamigoenarcólascejasalpunto.—AsíquetededicasaescribircartasdebienvenidaalosmilitaresdeSu

Majestad.Georgeenrojeció.—Yosolodeseaba…GeorgeWilliamleinterrumpió.—Solo deseabas que el general dijera al gobernador Dinwiddie, «¿Y

quiénesestetalGeorgeWashington?».Yentonces,elgobernadordiría,«Unexcelente soldado, y lo bastante insolente para dimitir si no están biendefinidas las prerrogativas de sumando».En esemomento, el general, quenecesitabuenosoficiales,sequedaríaintrigadoyharíamáspreguntas.¿Noesesatuesperanza?

—Nihablar.Perosabíaquesutonocarecíadeconvicción.Sally estaba inclinada sobre su labor, con el ceño levemente fruncido.

Georgehabía pensado con frecuencia queno conocía a otramujer a la que

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sentaramejorunlibroqueunalabordebordado.—Tengounaintuición—empezóconénfasis.Amboshombreslamiraron,sonrientes.—La última vez que tuviste una intuición, me descubrí encargando un

nuevocarruaje,puestuintuiciónconsistíaenqueeldeaquelmomentoestabahechounabirria.Habla,amormío,perorecuerdaquehasidounmalañoparaeltabaco.

EltonodeGeorgeWilliameraindulgente.Sallyasumióunairedeextremadignidad.—Estonotienenadaqueverconningunaadquisición.Estabaapuntode

decir que mi intuición siempre ha consistido en que nuestro vecino, aquípresente, está bien dotado para la vida militar, y que su nombre se haráfamosoendichoempleo.Nomepreguntesporqué…Essolo…

—Una intuición —terminó George por ella—. George William, tuadorableesposaesunasoñadora.

GeorgeWilliamdiounosgolpecitosconlapipaenlachimenea.Cuandocontestó,sutonoerapensativo.

—Estoy tansegurodequeestáen locierto,comodeque ibaa tenerunnuevocarruajeencuantoempezóadenostaralantiguo.

Todos rieron y se olvidaron del tema, pero al día siguiente, cuandoGeorge volvió a la casa después de una gira de inspección con su capataz,encontróunacartaesperándole.EraunainvitacióndelgeneralBraddockparaque se uniera a la campaña contra los franceses, con la seguridad de quecualquiercuestiónrelativaalaregulacióndelmandopodíasolucionarse.

Paseódurantemucho ratopor las habitacionesde abajo. ¿Deseabaonoesta invitación?Habíamuchas cosasquehacer en casa.Tantodentro comofuera, la plantación mostraba los efectos de su ausencia durante la últimacampaña militar. Había accedido a comprar la parte de Anne de MountVernonynecesitabafinanciación.Lacasanecesitabaobras.Estascampañasmilitarespodíanprolongarseaños.Nadaleimpulsabaair.Entonces,¿porquéleestabadandotantasvueltas?

Estaba considerando…, no, decidiendo ir porque le necesitaban. Porqueél,másquelamayoríadeloshombres,entendíaelvalordelatierramagníficaque regaba el Ohio. Si permitían que los franceses erigieran fuertes y seapoderaran de aquella tierra, Inglaterra y las colonias dejarían que unaherencia de incalculable valor se les escurriera entre los dedos.Los futuroscolonos tendrían que avanzar hacia el oeste. Era vital que los cañones

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franceses no les detuvieran.George sabía que, cuando el generalBraddockllegaraaVirginia,sesumaríaasubando.

HizounaconcesiónasusresponsabilidadesconMountVernon.Decidióirconelgeneralcomooficialvoluntariosinpaga.Así,gozaríadelibertadparavolveracasaalcabodeunaño,siseproducíanproblemasen laplantaciónqueexigieransupresencia.

Cuando sumadre se enteró de la decisión, corrió aMountVernon.Fueunaescenasimilaraaquellaenquelehabíaprohibidohacersealamar,peroconunadiferenciafundamental.Ahorateníaveintitrésaños,nodieciséis.Eraelseñordesucasayteníaderechoavivirsuvida.

Plantócaraasucólera,peronoconpalabrasairadas,aunqueseagolparonensugarganta,sinoconunacortesíaexquisitaquesoloconsiguióenfurecerlatodavíamás.

—¡No lo toleraré! ¡Paparruchas!Quédateen tucasa,comodebeser.Tuhermano Lawrence estaría vivo aún si no hubiera participado en aquellaestúpidacampañayregresadoconlospulmonesdestrozados.¿Quiéncuidarádeestacasa?

Lavozdesumadresehacíamásestridenteamedidaqueenvejecía.—Jack,espero.—Suhermanomenor,JohnAugustine,habíaacompañado

asumadre—.Jack,¿podríasarrancartedeFerryFarmyquedarteaquíhastamiregreso?Simadrepuedeprescindirdeti,porsupuesto.

—Madre no me considera muy útil en Ferry Farm —se apresuró acontestarJack—.Oh,sí…,sí,George.Mequedarédebuenagana.

Georgemiró a su alto hermanomenor con irónico afecto. Lawrence lehabía proporcionado un hogar, un refugio de su madre. Ahora, él estabahaciendolomismoporJack.Suspirócuandosumadresaliódelahabitaciónhecha una furia. Pese a ser un hombre que cada día necesitabamás a unamujerquecompartierasuvida,comprendióquenoestabamuycontentoconlaúnicaquetenía.

Prontodescubrióqueestacampañasería tan frustrantecomolaanterior.Braddock podía ser un comandante brillante, pero como George descubriócasi de inmediato, no estaba dispuesto a renunciar a sus ideas militarespreestablecidas. En consecuencia, la sugerencia deGeorge de que cargaranlos suministros en animales y no en carretas, para que el ejército pudieramoverseconmásfacilidadyceleridad,cayóensacoroto.

DurantelasconferenciasquesecelebrabanenlosaposentosdeBraddock,Georgeprocurabaexplicarcontactoquelosindiosenpiedeguerra,capacesde desaparecer con toda facilidad en el bosque, eran algomuydiferente de

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enfrentarseaunejércitobienequipadoenunallanuradesnuda.Alprincipio,parecióqueelgeneralescuchabasussugerencias,peroprontoresultóevidentequenolastomabaenserio.PensabareconquistarFortDuquesneasumanera.

George notaba que le hervía la sangre, aunque seguía manteniendo elrostroimpasibleylosmodalescorteses.Teníamuyclaroelblancoqueharíanlosregularesbritánicosconsuschaquetasdebrillantescolores.TambiénsabíaqueBraddocknomantenía una política coherente con los indios amistosos.No sospechaba que un día, como comandante en jefe de una revolución,bendeciríaalosbritánicosporsucortedaddemirasenestosaspectos.

Laresponsabilidaddereunirlasprovisionesrecayósobreél.Sedecíaconfrecuenciaquepreferiríaenfrentarseatodoelejércitofrancésconunadocenade soldados,que trabajar en la tareacasidesesperadadeaprovisionar comoeradebidoaunejército.Eldineroescaseaba.Prometíancaballos,peronolosentregaban. La carne proporcionada por los intermediarios llegaba en unestadotandeleznablequeordenabaenterrarla.Loscargamentosdeharinanollegaban. Los caminos eran tan malos que las carretas sobrecargadasvolcaban.

Porfin,estuvieronpreparadosparamarchar.Georgeestabaagotado,peroansioso por entrar en acción. Se había presentado voluntario porque queríaservirasupaísyalrey.Jamáshabíaimaginadoquepasaríasemanasymesesdiscutiendoelpreciodelaharinaconcomerciantesquesolopodíanrecibirelnombredeladrones.

Entonces, cuando estaba a punto de ponerse en marcha, contrajo lamalditadisenteríaquehabíaasoladoelcampamento.Pensabaqueerainmune,quesucuerpofuertepodríaresistiralosgérmenes,peroerapancomidoparaestaenfermedad.Maldijosusuertecuando,acostadoconfiebreydebilitado,vioalastropasabandonarelcampamento.

Braddock, muy considerado, se detuvo para desearle un rápidorestablecimiento.Georgeconsiguióarrancarunapromesaal comandante.Sipodía recuperarse, tenía autorización para unirse al regimiento y estarpresentecuandoreconquistaranelfuerte.

El campamento parecía desolado y silencioso después de que la fuerzaprincipal se hubiera ido. Daba la impresión de que no podía quitarse deencimaladebilidadparalizantequelehabíadejadotristeydeprimido.Asusdesdichas se sumó la soledad.Habíapoca comunicación, y enunmomentodadoescribióaJohnAugustine,ylepidióconsarcasmoquedieralasgraciasasusamigosporlascartasquenohabíarecibido.

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Después de enviar la misiva, se sintió doblemente abatido. Se habíareferidoaSally,porsupuesto.Peroellahabíaescritovariasveces.Quémáspodíaesperar.Cuandolafiebreleasaltódenuevo,comprendióquesolounaesposapodíadepararleeltiempo,cuidadoyatencionesquedeseabadeella.

Poco a poco, la debilidad fue desapareciendo y empezó a recuperarse.Pesealasobjecionesdelmédico,decidióqueseencontrabalobastantebienparairareunirseconelestadomayordelgeneral.Estabalocodeimpaciencia.Habían enviado una columna avanzada, y todo indicaba que la maniobradirigida a tomar el fuerte antes de que los franceses consiguieran nuevasprovisionessesaldaríaconeléxito.

George permitió una concesión a su enfermedad. Cuando estabanensillandosucaballo,diopermisoparaquecolocaranalmohadasentrelasillay el cuerpo del animal, con el fin de proteger su cuerpo dolorido de lassacudidas.

El insólito calor para la época del año en Pensilvania le molestaba, yculpóalclimadesuincapacidaddecompartireloptimismodeBraddockysuestadomayorcuandolesalcanzó.Informarondequelacolumnaavanzadanohabíaencontradooposición,ni siquieraexploradores.Por lo tanto, tomaríanDuquesneencuestióndehoras.

El día que empezaron a cruzar el río Monongahela era el 9 de julio.Georgesintióquesucorazónseacelerabacuando iniciaronestaúltima fasepreviaalabatalla.

Experimentaba una exultación similar a la que sentía cuando estaba enMountVernon.Oh,nosesentíaigualsiempreenunacampañamilitar,sobretodo cuando pasaba semanas de inactividad en pueblos deprimentes,intentando conseguir provisiones. Cuadró los hombros de nuevo, sin saberquecomponíaunafiguraimpresionanteparaloshombresquelerodeaban.

Dehecho,sehabríaquedadosorprendidodesaberqueestoshombres lequeríanyconfiabanenélciegamente.Inclusopensabaquesuairereservado,forjadoencasadesumadre,constituíaunadificultadparasurelaciónconlastropas. Había oído que le tildaban de «altivo», y creía que la palabra erainjusta,peronopodíahacernadaporcambiareso.Seencogiódehombrospordentroydiolaordendecruzarelrío.

Atravesar ForgingCreek fue sencillo, pero una campana de advertenciarepiqueteóensumente. IndicóalgeneralBraddockque laorilladel ríoerafangosa,yseveíanmuchashuellasdepies.Laimpacienciaapenasdisimuladadel general provocó que George hiciera retroceder a su caballo hasta lacolumna.

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Había estado aquí en su última campaña, diecinueve meses antes.Entonces hacía un frío espantoso, pero ahora los árboles estaban verdes yllenosdehojas,yelfollajeeraespeso.

Nolegustaba.HabíaunclarocercadeFraser’sTradingPost.Seencontrabantodavíaa

undíademarchadelfuerte.Sifueraelcomandantefrancés,nopermitiríaqueel enemigo se acercara más. Buscaría un lugar donde preparar unaemboscada.

¿Qué lugar más adecuado que este, donde las tropas se estabanreagrupando después de cruzar el río, donde el bosque ocultaba a losatacantes?

Quélugarmásadecuado…El rugidodeunadescargadestrozóel sonidoprecisodeldesfilemilitar.

Georgetiródelasriendasdelcaballo.Fuegointensoprecedióaotradescarga.Entonces, el sonido que había estado esperando llegó. Un grito de guerraindioestremecióelaire.

Labatallahabíaempezado.Después,Georgesediocuentadequenuncapodríareconstruirlashoras

quesiguieron.Sedejóllevarporsuinstinto.Tambiéndespués,escuchóconasombroquelosoficialeslemencionaban

endespachospor«elmayorcorajeyresolución».Después, descubrió los cuatro agujeros de bala en la chaqueta de su

uniforme.Después,fuecapazdellorarlamuertedesucaballo.UnayudantevinoainformarledequeelgeneralBraddockestabaherido.

Como fuera, había logrado procurarse una carreta y cruzar el río con elcomandanteagonizante.

Braddock conservó la lucidez hasta el final. Dio órdenes con calma, yhasta confió su deseo a George de que se quedara su caballo y su criado,Bishop.Murió intuyendoapenas laenormidaddeldesastre.Murió ignorantede los chillidos de los heridos cuando les cortaban la cabellera, de losprisionerosqueardíanenpiras.

Recayó en George la responsabilidad de reagrupar a los restos de lasfuerzasbritánicasycoloniales,dedar laordende retirada.Peroantes, teníaquehacerunacosaporelgeneralBraddock.

Mientras los demásoficialesmiraban asombrados, eligió el lugar dondeenterraralgeneral.Latrincherafuecavadaenlamismacarreterapordondepasaría la columna.Los cientos de cascos de caballos se encargarían de nodejarrastrodelatumbadondedescansabaunvalienteytestarudogeneral.

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El capitán Dobson preguntó por qué era necesario tomar esta medida.Georgelepreguntóasuvezsialgunavezhabíavistouncadáverdescubiertoyprofanadoporlosindios.

Unavezconcluidalaretirada,quedólibreparavolveracasa.Habríaquelanzarotracampaña,intentarlodenuevo.Nosetratabatansolodelproblemadelosfuertes.EraelprestigiodeInglaterraysuscolonias,peroanteshabíaqueforjarplanes.Seríaprecisoreclutarhombres.

George empezó el largo viaje a Mount Vernon. Estaba cansado ydescorazonado.Seculpabaenparteporelfracaso.

No vio las miradas de adoración de los soldados que seguían en elcampamentocuandosealejó.AúnnosabíaquetodaVirginiahablabadesuvalentía.

Ni siquiera tomaba en consideración la importancia del hecho de quemontabaelcaballodelgeneralmuertoyeraatendidoporelcriadodelmismo.

Nosentíaqueelmantodel liderazgosehabíaposadoconfirmezasobresushombros.

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4demarzode17971.15delmediodíaFiladelfia

El fuego ardía en la chimenea del pequeño estudio, pero un viento fríorepiqueteabaenlaventana,juntoalacualestabasentadaPatsy,mirandoconansiedad la calle.Susojos recorrían la largamanzanaenbuscade la figuraaltaqueyadeberíaestardevuelta.

Laceremoniatendríaquehaberterminadoya.Estaríacaminodecasa.Ojalá le hubiera dejado acompañarle. Era normal alegrarse de haber

concluido elmandato presidencial, pero cualquiera lamentaría hacerse a unladocuandollegabaelmomento.

Y sabía que algunos artículos del periódico le habían herido ypreocupado. Se estaría preguntando cuántos compartían la opinión deldirectorsobreelfinaldesuadministración.

¿Dóndeestaba?Habría tenidoquecogerelcarruaje,en lugarde irapiecon aquel viento. Tenía que empezar a darse cuenta de que ya no era tanfuertecomoantes,ydequeseleirritabalagargantasiemprequecogíafrío.

Recogió su labor. Era absurdo preocuparse tanto. Debía de estar conAdamsoJefferson.

Pero necesitaba descansar. La recepción de esta noche se prolongaríahastahorasintempestivas.

Cuántas veces le había esperado, preocupada por él, durante estoscuarenta años. Aún experimentaba el miedo viscoso que la atormentabacuando estaba en el frente, durante la guerra. La gente corría a verla connoticiassobrelaosadíayvalentíadelgeneral…

Desde que había sobrevivido a la masacre de Monongahela se habíacreadolaleyendadequenopodíaresultarheridoencombate.

Una leyendaquepoco la había confortado en las noches que pasaba envela,preguntándosesiviviríaparavolverconella.

¿Eraese…?

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Sí,loera.Unafiguraaltaseacercabaporlacalle.Dabalaimpresióndequeibainclinadounpocohaciadelante,pararesistir

elembatedelviento.Mientrasellamiraba,aceleróelpaso.Casisepusoacorrer.Patsyexperimentóunaoleadadealivio.Sulaborcayósobrelaalfombra.

Despuésdecuarentaaños,sucorazónaúnseacelerabacuandoélllegaba.Cuarenta años…Hacía toda unavida…Su corazónhabía saltado en su

pechocuandosumarido,DanielCustis,lahabíaarrastradoparapresentarlealhéroedelacampañadeMonongahela.

Le había parecido un dios joven, con su enorme estatura y tamaño,acentuadosporeluniformeazulyplateadoylareservacortésdesusmodales.

Yahora, la figuradepeloblancovestidadenegro,algoencorvada,casihabíallegadoacasa.

Patsyatravesóatodaprisalasalaybajócorriendolaescaleraparaabrirlapuertaalgeneral.

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Agosto-octubrede1755MountVernon

Era agosto cuando llegó a casa. Como de costumbre, la tierra reanimó sucuerpoysuespíritu.Georgedescubrióquerenacíansusenergíascuandotomóde nuevo las riendas de su propiedad. Dedicó días a recorrer a caballo losterrenos,supervisandolaplantaciónylacosecha.

Lasnocheseranunasuntomuydiferente.Nopodíarechazarlasensaciónde haber fracasadomiserablemente en su carreramilitar. En sus noches deinsomnio,revivíacadapasodelasendaquelehabíaconducidoalamatanzade Monongahela. ¿Hasta qué punto había sido culpable? Conocía lamentalidaddelosindios.Conocíalastácticasdelosfranceses.

Tendríaquehaberhechomás.Eraunoficialjoven,enefecto.Braddockhabíasidoungeneralirritabley

difícil,cierto.Había intentadocomunicaralviejocomandantesuspuntosdevista,cierto.

Ahíresidíaelproblema.¿Tendría que haber sidomás insistente? Ser un oficial voluntario había

sidodifícil,perosehabíanpuestoencontactoconélporlasencillarazóndeque conocía el terreno. ¿No tendría que haber hablado con los demásoficiales,deunoenuno,intentadoinocularunpocodesentidocomúnenlascabezas de Shirley, Burton y St. Clair, para que luego hubieran ido aparlamentarconelgeneral?

Talvezhabríasalidobien.—Me rendí con demasiada facilidad—se dijo, de pie ante la ventana,

mientras veía el sol alzarse sobre los campos del este—.Técnicamente, talvezinclusoanteDios,moralmente,nomeportémal,peropodríahaberhechomás.

Las alabanzas que se acumulaban sobre él por su valor en la batalla nohacíanmásqueaguijonearle.Noeratanhipócritacomoparanoadmitirque

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habíademostradoserunbuenoficialenelcombate,peroesonoserviríadeconsueloalasfamiliasdelossoldadosmasacrados.

Sus protestas siempre terminaban en una nota sombría. Si podíadesprenderse una lección de toda la desgracia, era esta: nunca más semordería la lengua cuando supiera que tenía razón. De ahora en adelante,hablaríasinambages.

Habríaotracampaña,deesoestabaseguro,perodeparticiparenella,iríaconlasmanoslibres.

La llamada llegómuchoantesde lo esperado.ElgobernadorDinwiddieapenashabíadigeridolamagnituddeldesastre,antesdecaerenlacuentadeque otro desastre aún peor se intuía en el horizonte. Las tropas en retiradahabían abierto en la prácticauna carretera por la cual los francesespodríanavanzarcontodafacilidadsobreVirginiadesdeelOhio.Eraurgenteplanearcuanto antes unaofensiva.Además, los indios se habíanhecho tan audacesque loscolonosdelcondadodeAugustahabíansidoescalpadosysuscasasdestruidas.

Cuandosecelebrólaasambleageneral,el5deagostode1755,sedecidióquelosrestosdelregimientodeVirginiafueranreagrupadosyenviadosalafrontera,conelfindeconteneralossalvajesyalosfranceses.

La noticia interesó sobremanera a George, pero no asistió a la sesión.Nunca volvería a participar en una expedición en que el talento yconocimientosqueposeíanofueranutilizadosdebidoasuescasaautoridad.Susideassehicieronpúblicas.LlegaroncartasdeWilliamsburg,enlasquesele preguntaba con cautela qué condiciones exigiría si fuera elegido paramandar el regimiento. Después, se le comunicó con discreción que elgobernador estabamuy interesado en nombrarle comandante en jefe de lasfuerzas,yqueseríaunabuenaideaquefueraalacapitalparahablarconél.

Latenuedebilidadtodavíapersistía,peroGeorgenopodíanegarqueardíaen deseos de mantener la entrevista. El viejo gobernador le irritaba endemasía,peronopodíaevitarsentirpenaporél.DinwiddiequeríaregresaraInglaterra.QueríairaBathycuidardesusalud,peronoqueríadejardeladosusresponsabilidadeshastaqueeldesdichadocapítulodeladesgraciadelasfuerzascolonialeshubierasidoreescrito.

Comohombreyoficial,Georgecomprendíaycompadecíaalviejo,sibienadmitíaaregañadientesquecontodoesto,Dinwiddiepondríaobstáculosalamarchacorrectadecualquiercampaña.

Losproblemasempezaronaunantesde iraWilliamsburg.Habíaescritoque solo aceptaría el mando si podía influir en el nombramiento de los

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oficialesqueformaríansuestadomayor.Dinwiddie,comosiempre,fuea lasuya y nombró capitanes para casi todas las compañías que formarían elregimientodeVirginia.

Laescenaconelgobernadorfue tormentosa.ElancianoquisosaberporquéelcoronelWashingtonnoaceptabaelhonordelpuestoqueleofrecía.

Georgesemantuvofirmesdurantetodoeldiscurso.Estabamuyfurioso,ylas muchas ocasiones en que no había revelado sus emociones cuando sumadrelereprendíadepequeñolefueronmuyútiles.

Eralobastantehumanoparasentirsecomplacidoporelhechodeque,deuna manera indirecta, el gobernador le estaba haciendo un cumplido. Loshombres no estaban por la labor de la campaña, sobre todo después deenterarse de las torturas y atrocidades que habían tenido lugar después deMonongahela.Loqueestabadiciendoenrealidaderaque,debidoalaestimaque despertaba la valentía del coronel Washington y el afecto que sushombres ledeparaban, lamoraldel regimientosemultiplicaríapormil si lenombrabajefedelregimiento.Elgobernadorconcluyóconunanotabastanteirracional.

—Ycomosupaíslehonraasí,sudeberesaceptarlosdeseosdesupaís.—Comohedadoelmáximo,hededarmás…—Laincongruenciadivirtió

porunmomentoaGeorge,peroenseguidaselepasó.Lainsinuacióndequeno estaba preparado para cumplir su deber le ofendía—. Le aseguro, SuExcelencia,queesenpartemideseodenoperder laestimaquemipaíshatenidoabiendepararmeloquemehacevacilar.

Susargumentosnobastaron.LlamaronaloslegisladoresdelaCámaradelosBurguesesparaecharportierralosargumentosdeGeorge.Lesubieronlapaga.Legarantizaronunasubvenciónparasuspropiedades.

—Los oficiales —repitió, con la vista clavada en Dinwiddie—, losoficiales.

Porfin,sellegóauncompromiso.PermitieronaGeorgequenombraraasus oficiales de campo. Cuando le hicieron esa oferta, dejó de discutir.Compromisosí,perofactible.Podíaseguiradelanteconconfianza.Susífueaceptado con celeridad, aunque oyómurmurar a Dinwiddie algo acerca deoficialesjóvenesarribistas,locualsereferíaaél,supuso.

En losmeses siguientes,descubrióquenecesitaba toda laconfianzaquepodía reunir. En cuanto volvió al servicio, los antiguos problemas sereprodujeronmultiplicados por diez. Era difícil conseguir provisiones. Unacosaeraqueelpoder legislativovotara los impuestosparapagar losgastosdel regimiento, y otra muy diferente obtenerlos. Los hombres estaban

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aterrorizados por las historias sobre los indios, y fue preciso endurecer ladisciplinaparameterlesencintura.

Aunasí,susórdenescarecíandeefectividadsinunaleymilitarclaraqueseocuparadelosdesertoresylosoficialesinsubordinados.Sedebatióconelproblema desde agosto a octubre. Después, dejó sus tropas en FortCumberlandyvolvióaWilliamsburgparalasesióndelaAsambleaGeneral.Allídescubrióqueelgobernadorhabíarecomendadoporfinquelaleymilitarfueraduraconlosdesertoresylosreclutasquenoinformarandeloshechos.

Se quedó unos cuantos días enWilliamsburg con unos amigos.A estasalturas,lashistoriassobrelosucedidoenMonongahelasehabíanenriquecidocon el paso del tiempo. No habían luchado contra trescientos indios, sinocontra mil seiscientos. Todos los regulares británicos habían huido, o almenosesoafirmabalahistoria.ElgeneralBraddockhabíaresultadoherido,ydespuésrescatadodelossalvajesporlastropasdeVirginiabajolasórdenesdel coronel Washington. Los regulares británicos le habían abandonado alpeligrodeserescalpado.

George era lo bastante sincero para sentirse avergonzado, y lo bastantehumanopara disfrutar de la adulación.Tal como comentaron con sequedadalgunos de sus ayudantes, seguramente tendrían que pagar el precio de lasalabanzasexageradasenlasiguientecampaña.

Pero en los pocos bailes a los que asistió,George notó que la gente lemiraba sincesar.Habíamomentosenque se sentíamuyagradecidoaSallycuandolasdamaslefelicitabanporlobienquebailaba.Habíasidounabuenamaestra.Siemprevolvíaapensarenella,perocayóenlacuentadequeestabamirandodeunamaneranuevaa las jóvenesaccesibles.Practicabaunjuego.Siunachicaleparecíamásinteresantequelasdemás,intentabaimaginarlaenMountVernon.Porloquefuera,noencontrabaalacandidataideal.

Conoció a mucha gente durante aquellos días. Una de las parejas eranDanielyMarthaCustis.ElseñorCustisleabordóenunodelosbailes.

—Quiero felicitarle por su nombramiento, coronel —dijo—. Estamossegurosdequesolucionaránuestrosproblemasdelafrontera.

AGeorgelecayóbienaquelhombreagradableydehablarfirme.DanielCustisteníacuarentaypicoañosylosaparentaba,peseaqueaúnconservabaelbigoteoscuro.GeorgehabíaoídoquelacasadelosCustisenWilliamsburgerafamosaporsuhospitalidad,yquelamansióndesuplantacióneraunlugardegranatractivo.TambiénsabíaqueDanielCustisgozabadelareputacióndeserunhombredenegociosyplantadorexcelente, aunqueescrupulosamente

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honesto. Comprendió que Custis tenía auténticos deseos de hablar delproblemadelafrontera.

—No sé cuándo solucionaremos la situación—dijo—.Los franceses sehan atrincherado. Nuestra política con los nativos ha sido deficiente. Haymuchahostilidad.

—Coronel,vamosasentarnosunmomento—dijoDaniel—.Laverdadesquecorre tantaverdadmezcladaconfantasíaquemecuestacreer loqueheoído.

—Desde luego—dijoGeorge, pero entonces unamanomenuda tocó elbrazo de Daniel. Los dos hombres habían estado demasiado absortos pararepararenquelaseñoraCustissehabíaacercado.UnaexpresiónavergonzadaaparecióenlacaradeDaniel.Rodeóconelbrazoasuesposaylaatrajohaciasí.

—De acuerdo, querida, sé que prometí no hablar de la frontera, de losfrancesesydelgobierno.¿Quémásdebíaevitarestanoche?

—Creoqueesoestodo.Eltonoeradivertidoyafectuoso,yGeorgesonriócuandoelseñorCustis

lepresentó.—Patsy,querida,estoysegurodequeyasabesquiéneseljovencoronel

Washington.MiesposaMartha,coronelWashington.—Esunhonor,señora.GeorgesediocuentadequelaseñoraCustislerecordabaaunamuñeca

quehabíapertenecidoasuhermanaBetty.Eramenuda,apenaslellegabaalpecho. Tenía la misma tez sonrosada y los grandes ojos castaños de lamuñeca.Sucabellocastañoclaroeralustroso,yformabarizosenlanuca.Unvestidodebailederasorosarealzabasufiguracurvilínea.

Cuandoextendiólamano,Georgepensóquedebíaprocurarnoestrecharlacondemasiadafuerza.Erapequeña,parecíaperdidaenladeél.

—Coronel Washington, no creo que haya huido de las penurias de laguerraporunospocosdíaspararevivirlasenlasaladeestar.Daniel,querido,contodaslasjóvenesbonitasquehayaquí,¿suponesdeverasqueelcoroneldeseahablardepolítica?

Danielparecíaapesadumbrado.—Comonome fijo en las jóvenes bonitas, salvo una excepción, olvidé

quepodíaninteresaraotros.Porunmomento,Georgenosupoquédecir.Elevidenteafectoentrelos

dos, la adoración que demostraba Custis cuandomiraba a su joven esposa

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(debíadetenerveinteañosmenosqueél),llevóapensaraGeorgequeestabacondenadoasersiempreunmerotestigodelafelicidadajena.

Entonces,laseñoraCustislemiróconpreocupaciónensucara.—Prometonohablardelaguerra,solodirécuántonosalegramosdeque

escapara en Monongahela, coronel. Su valentía se ha convertido en unaleyenda.

Georgehabíaaprendidoaaceptarconelegancialoscumplidos.¿Porqué,entonces, le sonó como si nunca hubiera oído uno? Por el tono de dulcesinceridad. Hizo una reverencia, y tomó conciencia una vez más de ladiferenciadeestaturaentre laseñoraCustisyél.Habíaocasionesenquesugrantamañotodavíapodíaprovocarmomentosdetorpeza.Peroahorano.Laadmiraciónqueaparecíaenlabonitacaraquelesonreíalediolaimpresióndeser,comomínimo,generaldelrey.

Lamúsicasereanudó,yGeorgeestabaapuntodesolicitarelhonoralaseñoraCustis,cuandoellasevolviósonrientehaciasumarido.

—Prometiste que bailarías un poco—le recordó—. No es que seamosgrandes bailarines —explicó a George—, pero hay algunos pasos que meencantadarconél.

George les vio salir a la pista de baile. Daniel estaba muy tieso, y laseñora Custis bailaba con corrección, pero sin el instinto y la elegancia deSally. Se encogió de hombros, impaciente. Tenía el don de encontrar a lasmujeres más encantadoras cuando estaban irrevocablemente atadas a otrohombre.SeacercócondecisiónaunadelasbonitaschicasRandolph.Pocosminutosdespuésestabanbailandoenlapista,yGeorgedejódepreocuparseporlaguerra,Sallyylagentequeestabaagustoconsupareja,ydisfrutódelhechodequeeraunbuenbailarínyteníaunaparejaexcelente.

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4demarzode17971.20delmediodíaFiladelfia

Para la angustiada Patsy, la cara de George parecía tensa y cansada.Christopher sematerializó para tomar su sombrero y guantes, pero cuandoellalecogiólamano,lasintiófría,casientumecida.

Patsy meneó la cabeza, frotó una mano y luego la otra. Un brillo dediversiónaparecióenlosojosdelhombre.Seinclinóparabesarsufrente.

—Talvezteocupemuchotiempo—murmuró.EralabromasempiternasobrelodiminutasqueeranlasmanosdePatsy

comparadasconlassuyas.—Talvezelfuegoserámáseficaz—admitióella,ypidióaChristopher

quellevaraunacopadevinoalestudiodelgeneral.Subieronjuntosensilencio,perounavezenelestudio,elhombreexhaló

ungransuspirodealiviocuandocerrólapuertaasusespaldas.Seacercóalfuegoyextendiólasmanos,yluegoflexionólosdedos.

Ellaempujólasillaparaacercarlaunpocomásalhogar,yluegosesentódecaraalasllamas.Elhombresedejócaerconvisiblealivioenlacómodabutaca,ysonrióasumujer.

Contestóalapreguntanoformulada.—Haidomuybien,enmiopinión.ElseñorAdamshablóestupendamente

ysudiscursofuebienrecibido.Seráunexcelentepresidente.—Hatenidounexcelenteejemplo.—No todo elmundo estaría de acuerdo con eso—le recordó él—.Oh,

Patsy,mealegrodehaberterminado.Soyunviejocansado.—Hacemuchotiempoquetellamoviejo—lerecordóella.—Peroahoraescierto.Oyeronunlevegolpeenlapuerta,yentróChristophercondoscopasde

clarete.

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Mientras Patsy bebía el suyo, pensó en que este momento era muyparecidoalatardequeempezótodo,encasadelosChamberlayn.DespuésdelamuertedeDaniel,cuandohabíavueltoaveraljovencoronelWashington.

—¿Enquéestáspensando,Patsy?—preguntóél.—Adivínalo—sugirióella.—Enque te alegras de que haya terminado…, en que estás ansiosa por

volveracasa…—No estoy pensando en el futuro, sino en el pasado. ¿Recuerdas la

primeravezquenossentamosjuntosalladodelfuego?—EncasadelosChamberlayn,quieresdecir.—Compusounaexpresión

pensativa—.¿Quépudisteverenmí?Debistecreerqueeraunespantapájaros.—Habíasestadomuyenfermo.Sediocuentadeque,enciertosentido,eralafatigareflejadaensucaralo

que había transportado sumente hasta aquella tarde lejana.Estaba igual dedemacrado,igualdepálido.

Guardaron silencio un momento, cada uno absorto en el recuerdo.Después,ellasintióquelosojosselellenabandelágrimas.Sabíaqueél lascomprendería.

—FueeldíaqueconocíaPatsyyJacky—dijo—.Estáspensandoeneso.Ellaasintióapenas.—Estabapensandoenellos—dijoenvozbaja—,yenquedesdeaquella

primeratarde,tequisieron…,igualqueyo…,igualqueyo.

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Marzode1758CasadelosChamberlayn,cercadeWilliamsburg

CuandoGeorgesubiólaescalinatadelamansióndelosChamberlayn,Bishople ayudó a desmontar y tomó las riendas para llevarse el caballo. TantoBishop como el caballo eran el legado del difunto Braddock. Los habíaheredadocasitresañosantes,yaúnnoentendíacómoselashabíaarregladohasta entonces sin Bishop. Los cuidados del hombre le habían ayudado asuperarestelargoperíododeenfermedad.

A George le desalentaba sentir la debilidad que todavía invadía suspiernas en cuanto se ponía en pie. Bien, almenos esta vez había algo quemostrar,porloscielos.Ningúnprogresoreal,perotampocolarepresentacióntorpedeestaratrapado.

Progreso.Casiriodelapalabra.Unañoymediodeintentardefenderlafrontera con soldados insuficientes, provisiones insuficientes y reclutas queno paraban de desertar. Además de los artículos periodísticos sobre laebriedaddelosoficiales,comosisehubieranentregadoaldesenfrenoenlosmiserables aposentos que se habían visto obligados a utilizar. Además delquisquillosogobernadorysuproblemasobrequiénestabaalmando.Duranteel último año, su autoridad había sido desafiada por un capitán de losregularesbritánicos.

Y la enfermedad queminaba sus fuerzas, de manera que apenas podíatenersedepie.Lassemanasdemedicarsesinresultado.Estabadisgustado,ennombre de Dios. Lamentaba el impulso que le había traído a esta casa.Tendría que haber seguido cabalgando hasta llegar aWilliamsburg. Sano oenfermo,teníaqueregresarasupuesto.Ensuactualestadodeánimo,eralacompañíamenosindicada.

—Será mejor que comas deprisa —dijo con brusquedad—. No nosquedaremosmuchorato.

Bishopnoseofendióniarredróporeltono.

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—Coronel,señor,sesentirámejorencuantohayaestadounratodentro.Ahoraestácansadoymuertodefrío.Quelopasebien.

Para Bishop, era un discurso bastante personal. Su preocupación solíaexpresarse en sus actos y en su actitud. George sonrió, conmovido por lasolicituddelhombre.Después,sevolvióysubiólaescalera.

Había esperado que habría otros invitados. Los Chamberlayn eran unafamilianumerosa,ysucasasiempreestaballenadegente.Lerecibieronenelvestíbulo.ElmayorChamberlaynestrechó sumano,mientrasque la esposadelmayor ledabaunbesoen lamejillaycomentabaen tonoasombrado lodemacradodesuaspecto.

Después,leacompañaronalsalónderecibo.Habíagenteenlahabitación,perono estabapreparadopara la persona sentada en silencio enunabutacajuntoalfuego.

PatsyCustisllevabaunvestidonegro,quedestacabalablancuracremosade supiel sinmácula.El suavecabello castañoque se rizabaen sunuca laúltima vez que la vio estaba recogido ahora en un sencillomoño.Algunosrizostodavíaescapabanalrededordesufrente,locualladotabadeunaspectoinfantil. Sus ojos castaños, grandes y bien separados en su rostro ovalado,tenían una expresión de tristeza muy diferente de la calidez que habíanexpresadoelañoanterior.

GeorgeseapresuróasaludaralosdemásinvitadosparaacudiralladodePatsy.Sintió losojosde losdemásclavadosenél,peronosediocuentadequelaseñoraChamberlaynlesestabaalejandoapropósitodelfuego.Soloeraconsciente de la silenciosa figura, cuyo rostro triste iluminó su sonrisa debienvenida.

—SeñoraCustis…—CoronelWashington…—Entonces, su expresióncambió—.Ustedno

seencuentrabien.Ella, de entre toda la gente, preocupada. Desechó con un ademán la

referenciaasuenfermedad.Eraélquiendebíaexpresarcompasión.—Oh,prontomerecuperaré,peroquierodarleelpésameporlamuertede

sumarido.Por un instante, hubo una insinuación de lágrimas en los grandes ojos

castaños,perolamujerseapresuróadarlelasgraciasenvozbaja.LaseñoraChamberlaynseacercóaellos.

—Sí—dijo en tono distendido—, Patsy lo ha pasadomuymal y ustedtambién, coronel, y ahora todos nos regocijamos de que el año searelativamentenuevo,yestoyconvencidadequeseráfelizparatodos.

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Algunosdelospresenteslahabíanoído.—Hadecomprender,coronel,quemiesposaesunaoptimistasinremedio

—dijoelmayorChamberlayn,locualdivirtióalosinvitados—.Paraella,elaño es todavía nuevo en marzo. Es capaz de ver la primavera en el airecuandohayveinticincocentímetrosdenieveenelsuelo.Ytodavíainsisteenquetodaslasnovelasqueleetienenunfinalfeliz.

LaseñoraChamberlaynnosedesalentóunápice.—Porsupuesto.YtúdijistequeGeorgenuncavendría,debesadmitirlo,y

aquíestá,aunquealgodeteriorado.George aceptó con humildad el juicio sobre su apariencia. Sabía que el

uniforme le colgaba sobre los hombros, que su color era ceniciento, suexpresiónabatida.Poruninstante,recordólaépoca,ochoañosantes,enquehabíaestadotanenfermodeviruelaquesealegródelaausenciadeSally,paraquenovierasuspústulas.

¿Por qué ahora, tan presumido (en sus meditaciones privadas con elTodopoderoso admitía ese pecado), no le avergonzaba haberle parecido aPatsyCustisunespantapájarosdemacrado?

Patsy Custis… El nombre suscitaba una pregunta. Cuando los demásdejarondeprestaratención,acercóunabutacaaladeella.

—SeñoraCustis…Lacuriosidadmeconsume.Dosveces,enelbailedelañopasadoyahora,heoídoquelallamabanPatsy.

Lajovenseruborizóligeramente.—Mi padre decía que Martha era un nombre demasiado serio. Por lo

tanto,mellamabaPatsy.—Lesientabien.George recordó el día que la había conocido, cuando le había hecho

pensarenunamuñecaexquisita.RecordótambiénlamiradadeamorinfinitoqueDaniellehabíadirigido.Noseríadifícil…

Se dio cuenta con un sobresalto de que la conversación se habíageneralizado, y de que el mayor Chamberlayn le estaba preguntando algoacercadelosacontecimientosdelañoanteriorenelfrentedeOhio.

—Creoquehacemuchotiempoquehabríamospodidoganarestaguerra,denoserporquedebatimosenexcesocadaproblemaantesderesolverlo.Nopuedoexplicarlelodifícilqueeramantenerladisciplinaantesdelograrunaleyconcarayojospara losdesertores.Nopuedoexplicarle lasdificultadesconnuestrosproveedores.Porloscielos,tendríamosquetratarconmanoduraaesoshombresqueengordansusbolsillosconeldinerodelgobierno,yluegoentregancarnetanmalolientequehayqueenterrarla.

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Seinclinóhaciadelante,enardecidoporeltema.—Yelmando.Nomecabeduda,señor,dequesabráqueenelfrente,en

unabatalla,enunaguerra,enunaplantación,enelgobierno,tienequeexistirunacadenademando.Esimposiblesoportarsituacionescomolasquehemospadecido, en que un capitán nombrado por el rey se impone a un capitánnombradoporlacolonia,aunqueelgobernadorhayadesignadoaesteúltimocomocomandanteenjefe.

Terminóconbrusquedad,y se sintióalgo incómodo.Por logeneral, erademasiadoreservadoparacomentarsusopinionesoasuntosrelacionadosconelejércitocomoeste,peroelvino,laconfortableestancia,elbálsamodeestarconbuenosamigos,lehabíansoltadolalengua.

No tenía por qué preocuparse. El mayor Chamberlayn asintióvigorosamente.

—Los problemas se originan en Inglaterra, sin la menor duda, dondenuestroreycambiadeopinióncomodecamisa,ynoaceptalavalidezdelosinformesqueenvíauncolono.

—Oh,nocreoquelasituaciónseatangrave.Georgeestabaasombrado.Alreynoselecriticaba,asídesencillo.—Estoy diciendo la verdad—dijo elmayorChamberlayn—.No olvide

mispalabras,lacolisiónentrelosmandoscolonialesylosrealesessolounadeunmillardefricciones.Yestoessoloelprincipio.

—Yantesdequeabundeseneltema,pactaremosunatregua.—LaseñoraChamberlaynselevantóconelegancia—.Veoquelacomidaestápreparada.

La largamesaestabaabarrotadade todaclasedeplatos tentadores,peroGeorgeapenas tocó lacomida.Algodemasiadocondimentado leprovocaríaespasmos, demodo quemordisqueó pan seco y bebió un caldo ligero.Viopreocupación en losojosdePatsy cuando lemiraba.Él estaba sentado a laderechadelaseñoraChamberlayn,yPatsyasulado.

LaseñoraChamberlaynnocomentósuabstinenciaexceptoparasuspirar:—Coronel,nuncalevamosacebar,perotalvezsucomportamientoseael

másprudente.El hombre sentado a la derechadePatsy eraunRandolph, yGeorge se

sorprendióaloírlepreguntaraPatsycómoibalademandalegal.AGeorgesele antojó una pregunta muy personal, y se preguntó si la joven se sentiríaofendida.Todolocontrario,pareciócasiagradecidacuandocontestó.

—Se alarga espantosamente. —Se volvió hacia él—. CoronelWashington, todoVirginiasabe,peroustedtalveznodebidoasuausencia,

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quemiesposomuriósintestar.Estálacuestióndeunaherenciaquesuabuelodejó,ysehacuestionadomireclamaciónylademishijos.

—Peroustedganará,porsupuesto.EltonodelmayorChamberlayneratajante.Patsyasintió.—Sí, eso creo, pero es desconcertante. Daniel se ocupaba de todas las

finanzas. Yo nunca me preocupaba por eso. Ahora, me encuentro no soloobligadaadecidircadagasto,sinoadecirsíonoaabogadosquequierenestoyquierenlootro…—Rio,perofueunpobreintentodedisimularuntemblorrepentinodeloslabios.Después,serecuperó—.Daigual.Todosaldrábien,estoysegura—dijoentonodistendido.

George pensó en su madre, en cómo había dilapidado sus propiedadesporqueestabademasiadoconfusayaturdidaparamanejarsusnegocioscomodebía. Sumadre eramuy diferente de la viuda Custis, desde luego. Ni losmismosdioseshabríanlogradoayudaraencauzarelbuenjuiciodesumadre.Detodosmodos,unamujerjovenybonitacomoPatsyCustisnotardaríaenvolveracasarse…Elpensamientoleentristeció.

EralomismoquepensabaelmayorChamberlayn.—No importa,querida—dijo—.Con lospretendientesque se apretujan

cadadíaensusalónderecibo,susproblemasduraránpoco.—Laverdad…LavozdelaseñoraChamberlayneraadmonitoria.Patsysonrió.—Eseesunproblematangrandecomoeldelosnegocios.CuandoDaniel

me pidió que me casara con él, estaba segura de que me amabaprofundamente.Dehecho,supadrefuemuyexplícitosobreelhechodequeyo no estaba a la altura económica o social deDaniel. Cuando arriesgó suherenciasolopordeciraaquelviejocascarrabiasquemequeríaysecasaríaconmigo,supequemequeríasincondiciones.

»Ahora, cuando me siento en el salón de recibo con una visita, mepreguntosivienepormíoporlaspropiedadesCustis.Esdifícildecidirlo.

—Dejaquetucorazóndecida—dijolaseñoraChamberlayn.Georgerio,ysedisculpóenseguida.—Mi querida señoraCustis, no he podido pormenos que pensar enmi

hermanaBetty,laseñoradeFieldingLewis.CuandoFieldinglepidióquesecasara con ella, no estabamuy segura. Él es algomayor, y creo queBettyreservaba sus encantos para un príncipe heredero, como mínimo. ComoFieldingnoteníamuchoéxitoenconvencerla,recordóelsueñoinfantildemi

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hermana, una gran casa, y describió en términos líricos la mansión queconstruiría para ella. Mi hermana Betty prometió al instante que sería sumujer.

Todosrieron.—Yhacenunaparejaestupenda—añadióelmayorChamberlayn.—Excelente—lecoreóGeorge—.PoresoelpropioFieldingcuentaesta

historiacongranentusiasmo.Bettyleadora.Éllamima,yalmismotiempo,casimilagrosamente,siguesiendoeldueñodelacasa.

—Dalaimpresióndequeapruebalaideadequeunhombreseaeldueñode su casa, coronel—comentó con cierta sequedad la señoraChamberlayn.George recordódemasiado tarde que, en esta casa, la señora llevaba la vozcantante,peronodiosubrazoatorcer.

—Sí, señora—replicó—.Creo que la propia palabra «esposo» define aaquelqueprotegeycuidaasumujer.Nopuedepermitirsequeningunamujerlleve de la nariz a su marido, aunque se ve muy a menudo, ¿verdad?, ydespuésexigiraesehombrelaseguridadqueestáensuderechopedir.

Nopudoevitarpensarensumadre.Ensecreto,siemprehabíasospechadoquesupadreleteníamiedo.Cuandoélsecasara…Sediocuentadequehabíautilizadoesaspalabrasensuspensamientosmuchasvecesdurantelasúltimashoras.

Rechazóelúltimoplatoyfingióbebervino.Depronto,volvíaasentirsemuycansado.Losdoloresestabanvolviendo,ypensarenellargoviajehastaWilliamsburg le agotaba. Decidió descansar un ratito junto al fuego delestudiodespuésdecomer,paraluegoponerseenmarcha.Conelregresodeladebilidad,tambiénhabíaempezadoainvadirleunasensacióndemelancolía.

Al parecer, los demás repararon en su silencio. Terminaron de comer atoda prisa, y mientras algunos invitados se disponían a partir, la señoraChamberlayn le acompañó hasta el estudio. Intentó convencerle de que sequedaraapasarlanoche.

—Oh,gracias,perohedecontinuarelviaje.Estoyansiosoporveraunmédicoloantesposibleyregresarconmishombres.—Forzóunasonrisa—.Devezencuando,mecuestacreeralosquedicenqueestoycasirecuperado.

SepreguntódóndeestabaPatsy.Habíapensadoqueseibaaquedarenlacasa, pero tal vez lo había entendido mal. Quizá ella también se habíamarchado.Oacasohabríasubidoasuhabitación.Alfinyalcabo,¿paraquéquerría sentarse con un espantapájaros? Estaba helado, y sentía su cuerpoempapadodesudor.¿Esquenuncacesaríanaquellosmalditosataques?

ElmayorChamberlaynentró,lemiróydijoconbrusquedad:

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—Va a quedarse a pasar la noche, señor, y no quiero hablar más delasunto.Jamáspermitoqueuninvitadoabandonemicasadespuésdelapuestadesol,yademás,ustednoseencuentrabien.

Patsyentró,seguidaporuncriadocargadoconunabandeja.—Yahemandado avisar al criadodel coronel—dijo envozbaja—.El

pobre hombre estaba fuera con los caballos ensillados, dando patadas en elsuelo para entrar en calor. Usted inspira lealtad, ¿verdad, coronel? Haydoscientosochentayseisesclavosenlapropiedaddemimarido,ynohabríaniunoexpuestoaestacellisca,enelcasodequequisieramarcharmepronto.

Georgesediocuentadequehabíaenarcadounaceja.Susreaccionesaloqueestabasucediendoerancontradictorias.

—¿Hadespedidoamicriado,señora?—Ledijeque sequedabaapasar lanoche.No tendrámuchasganasde

viajardespuésdetomaresto.Ledejaráagradablementecansado.Elcriadohabíadejadolabandejasobreunamesa,quehabíaacercadoala

butacadeGeorge.Labandejaconteníaunplatohondo llenodeunamezclahumeante.

—¿Quéesesto?—preguntóGeorge.Ensecreto,estabaabatido.Durantelos últimosmeses, todos sus amigos le habían ofrecido un remedio casero.Siempresesentíapeordespuésdetomarlo.

Patsyacercólamesaunpocomásasubutacayletendiólacuchara.—Pruebeunpoco,porfavor.Un sorbo, se dijo, y nadamás. Debido a la insultante forma en que se

comportaba su estómago, no quería correr el riesgo de darle algo quepudiera…Ellíquidoestabacaliente,peronoquemaba.Nopudoidentificarelsabor.¿Caldodecarne?¿Algunaclasedeté?

Patsynocontestóasumiradainquisitiva.—Esunarecetademifamiliaquehapasadodegeneraciónengeneración.

Esmilagrosacuandoalguienestásuperandounaenfermedaddebilitantecomola disentería. Haga el favor de beberlo todo. Le garantizo que se sentirámuchomejor.

Tuvolasensacióndequeel«hagaelfavor»erasuperfluo.Pensóporunmomentoque,asumanera,laseñoraCustispodíasertaninflexiblecomosumadre.Lacomparaciónledivirtió.Bebiócondocilidadelcontenidodelplato.

Patsyasintiósatisfecha,yluegosevolvióhacialaseñoraChamberlayn.—¿Podríaecharmásleñaalfuego?Nodebemospermitirqueelcoronel

cojafrío.

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LaseñoraChamberlaynhablóconuncriadoalpunto,y luegosevolvióhaciasumarido.

—Querido, vamos a dejar solos un rato a nuestros jóvenes invitados.Estoy segura de que nos excusarán.Nos reuniremos después con ellos a lahoradecenar.

ElmayorChamberlayncompusounaexpresióndeestupefacción.—Nopienso…Sumujerlecogiódelbrazo.—Verásanuestrosinvitadosmástarde.El dolor empezó a remitir, yGeorge se reclinó en la butaca, satisfecho.

Patsysesentódelantedeél.Habíaunalaborenunacesta,ylarecogió.—Quieroquedescanse,demodoquehagaelfavordecerrar losojos,si

asílodesea.George obedeció otra vez, pero descubrió que era incapaz de dejar de

mirarla.Vioconlosojosentornadosquela luzdelfuegosereflejabaenlashebrasdoradasdesupelocastañolustroso.Elvestidonegrodecuelloaltoymanga larga,mitigado tansoloporunsencillobroche,nopodíaocultarporcompletolablancuradesucuelloymanos.Elañoanteriorhabíaaportadounanuevamadurezasuexpresión,peroalmismotiempoconseguíaqueparecieramás joven. Intentó imaginarla entreteniendo a pretendientes en su salón derecibo,peronoloconsiguió.

SuhermanaBetty(oSally)selohabríapasadodemaravillasilahubierancortejadolamitaddeloshombresdelpaís,perosospechabaquea laseñoraCustisnolegustabanmucholosflirteos.

La agradable lasitudprovocadapor el fuegoy el caldo estaban jugandomalaspasadasalamentedeGeorge.Sesentíaencasaporcompleto,mirandoalaseñoraCustis.Unamujercomoesanuncadeberíaestarsola.

Sola.Peroteníahijos.Cuandopensóeneso,selefueelsueño.—Señora Custis —dijo—, lamento caer en la cuenta de que no he

preguntadoporsushijos.¿Seencuentranbien?Patsysonrió.—Muybien,gracias.Losverámástarde.Estánarriba,enelcuartodelos

niños,perolaniñeralosbajaráparadarlasbuenasnoches.Después,dejóquelalaborresbalarasobresuregazo.—Estaveznoibaatraerlos,peroenelúltimomomentomedicuentade

quenopodíadejarlos.Siemprequehedesepararmedeellos,mevuelvolocadepreocupación.Losvigilanentodomomento,porsupuesto,ysuniñeralos

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quieremucho, pero imagino a Jackymontando a caballo y galopando solo(ahoratienecuatroaños,yesmuyactivo),yluegosaliendodespedidodelasilla.LapequeñaPatsyaúnnohacumplidodosaños,peroesmuydelicada.Misdosprimeroshijosmurieroncuandoeranmuypequeños,ytalvezporesosoytanirracionalmentecautelosaconlosdosquemequedan.

—Sospechoquetodaslasmadressepreocupancuandosushijossonmuypequeños.

George pensó que la señoraCustis tenía lamisma expresión angustiadacuando hablaba de sus hijos que Anne cuando hablaba de la niña. Pero elmiedodeAnneestabajustificado.Habíaperdidoalaniña.

Patsyrecogiólalabor.—Solo temo que esta sensación empeorará a medida que se hagan

mayores.Loúnicoquepuedoalegar enmidefensa esquemeesfuerzoporsuperarestemiedo.

—Háblemedeellos.Nosetratabatansolodeunapreguntacortés.Georgedescubrióquetenía

ganasdesabercosassobreloshijosdelaseñoraCustis.Pronto descubrió que no habría podido encontrar unamaneramejor de

conoceraPatsyCustis.Suexpresióncambiódelaalegríaalorgullo,pasandoporlaangustiayunavezmáslaalegría,mientrashablabadesushijos.

—Jackyesunniñomuyguapo,ytambiéntravieso,peroestanencantadorque resultadifícil castigarle.Daniel leconsiderabaundemonio,peroestabaorgullosodeél.Esmuy listo.Yahay leccionesfácilesqueno legustan.Lapequeña Patsy esmuy dulce, siempre ansiosa por complacer y ser querida.Echademenosasupadre,aunquenolorecuerdamuybien.Cuandollegaunvisitantemasculinoleestudiaunrato,ysisuperalainspección,vaasentarseensuregazosinserinvitada.

Un niño travieso que necesitaba la mano fuerte de un padre. Una niñamelancólicaquenecesitabalaternuradeunpadre.Unamadrejovenybonita.

Casiimpaciente,Georgesesentómuyerguido,ysetiródeluniformesindarsecuenta.

LaseñoraCustissonrió.—Seencuentramejor,¿verdad?Acerqueunpocomáslabutacaalfuego.

Delocontrario,volveráacogerfrío.Enestemomento,sumadrehabríalanzadounasoflamasobrelospeligros

delaguerraparalaconstitucióndeunhombre.YSally,¿quéhabríahecho?

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Casi rio.Sallyhabríadicho,«JovenWashington,ahoraya teencuentrasbien.¿EnsayamoselnuevopasodedanzaquesegúnSarahcausaestragosenNuevaYork?».

Cuando, obediente, acercó la butaca unos centímetros más al hogar,intentó analizar sus sentimientos.Noexperimentabauna salvaje aceleraciónde los sentidos como le ocurría a menudo en presencia de Sally. Tenía lasensacióndequeunapartedesucorazón,virgenhastaaquelmomento,habíasufridounainvasióndecalidez.

LaseñoraCustisterminódecoseralgomuycomplicado.—Bien—dijo—,mehaescuchadoconsumapaciencia,yyaeshorade

quemehabledeusted.—¿Pordóndeempiezo?—Por su casa,me parece. La señora Chamberlaynme ha dicho que es

ustedelpropietariodelatierramáshermosadeVirginia.HáblemedeMountVernon.

Silehubierapedidoquehablaradeéldeotraforma,pocohabríadicho.Pero hablar de Mount Vernon… Contemplar la luz del fuego sobre la

hermosacaraqueteníadelantedeél,mientrasledescribíalaondulacióndelatierra, y la casa, con la sinceridad de hablar de sus defectos.Hablar de susplanes para la tierra y la casa, dónde estarían losmacizos de flores, dóndecreceríanlosarbustos.

Hablódurantemuchorato,ysediocuentadequeotrosnombressehacíanunhuecoenlaconversación:sumadre,sushermanos,losFairfax,losdíasenBarbados con Lawrence. Habló hasta que los troncos se partieron ytransformaron en ascuas llameantes, y después, al darse cuenta de que lahabitaciónestabahelada,sepusoenpiecomoimpulsadoporunresorte.

—Lepresentomisdisculpas, señoraCustis.La locuacidadnoesunodemisvicios,peroustedesdemasiadoeducadaybuenaoyente.

Ellaselevantótambién.—Si alguien ha de disculparse, esa soy yo. He disfrutadomucho de la

conversación,ymepareceoíralosniños,quevienenadarlasbuenasnoches.Lapuertadelestudioseabrióderepente,yentróunhuracán,unniñode

brillantesojoscastañosypelocaídosobrelacara.CorrióhaciaPatsy.—Madre,esdemasiadoprontoparairalacama,¿verdad?Estuvo a punto de tropezar con sus propios pies, y George extendió la

manoparasostenerle.Losgrandesojoscastañossehicierontodavíamásgrandes.

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—Oh, señor, lo siento, ¿es usted…? En el cuarto de jugar dijeron…Señor,¿esustedelcoronelWashington,elhéroe?

Georgerio.—SoyelcoronelWashington,jovencito.Jackyrespiróhondo.—Arriba nos dijeron que nos portáramos bien, porque usted estaba de

visitayestáacostumbradoalordenyaquelagenteleobedezca.¿Esverdad?—Ya lo creo, y tú debes de ser Jacky. Como buen soldado, no

desobedeceríasunaordenderetirada.Jackydesechóconunademánlareferenciaalahoradedormir.—¿Puedotocarsuespada?Georgevolvióareír.Seacercóalrincóndelestudioylacogió.—Noladesenvaines.Ynoledesvueltas.¿Meheexpresadoconclaridad?—Perfectamente, señor. —Jacky estaba boquiabierto—. ¿Ha matado a

muchosindios,señor?—Perdílacuentadespuésdelosveinte.—¡Veinte!—Jacky,nomolestesalcoronel.—Patsyparecíaperpleja—.¿Dóndeestá

lapequeñaPatsy?Oh…—Laniñaentróenelestudio,cogidadelamanodelaniñera,perosesoltóycorrióhaciasumadre.Patsylalevantó—.Estaesminiña,coronel.

George se sintió desconcertado cuandomiró los solemnes ojos castañosde la carita que le estaba examinando con atención. Recordó cómo habíasaludado por primera vez a la hija de Anne, y extendió un dedo. Para suasombro,Patsylotomóysonrió.

—Ya se la ha ganado—dijo Patsy—.Dentro de unmomento querrá ircon usted, pero estoy segura de que deseará descansar algo más antes decenar. Jacky, dile buenas noches al coronel Washington y devuélvele suespada.

Conunlargosuspiro,elniñoobedeció.—CoronelWashington—dijo—,¿legustaríaveniravernosalgunavez?—Megustaríamucho—contestóGeorge—.Dehecho,estabaapuntode

preguntara tumadresipodríavisitarlacuandomevayadeWilliamsburg lasemanaqueviene.Supongoqueestarásencasa.

Estabamirando a Jacky, pero dirigía la pregunta a Patsy.La sonrisa deellafuetanbrillantecomoladesuhijocuandodijo:

—Sí, coronelWashington,estaremosencasay seráungranplacerparanosotrosrecibirle.

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—Vivimos cerca deWilliamsburg, coronel—explicó Jacky—. Todo elmundosabedónde.PregunteacualquieradóndeestálaCasaBlanca.Asísellamanuestracasa.

Georgemiróalpequeñogrupocongregadoanteél.Formabanuncuadroencantador, con el fondo del fuego agonizante y las sombras cada vezmásprofundas. Parecía de lo más normal que le estuvieran mirando, queestuvieranaquíconél.Porunmomento,diolaimpresióndequesumentelejugabamalaspasadas,ypodíaveralostresenlaescaleradeMountVernon,preparadospararecibirle.PodíaveralapequeñaPatsyyaJackycorreteandoenlaslomascercanasalPotomac.PodíaveraPatsycomoseñoradesucasa.

ExtendiólamanoaJacky,quelatomóconsolemnidad.—LaCasaBlanca—dijo—.Nadaenlatierraevitaráquevaya.

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4demarzode17977delatardeFiladelfia

Lacenaestabareservadaalosmiembrosdelafamilia.Nadiedefuerahabíaconseguidoser invitadotodavía.Ynoobstante,pensabaPatsyconironía, laideadecenarasolasdelgeneralignorabaporcompletoelhechodequenuncaeranmenosdeochoodiezalamesa.

Durantelacena,miróaNellyyeljovenWashington,yseconsolóconelhechodequelosdosparecíanmuycomplacidosporlaperspectivadevolveracasa. Pero estaban bien educados. Había tardado demasiado tiempo enconseguirqueGeorgelaayudaraaeducaralapequeñaPatsyyaJacky.Conlos hijos de Jacky había sido diferente. Cuando iban aMount Vernon, «elabuelo» había sido su padre. No había cometido la equivocación deinterponerse entre ellos, como había intentado cuando sus hijos eranpequeños.

Perodeesohacíamuchotiempo.El joven Lafayette estaba muy animado. También le gustaba Mount

Vernon.Él y su afable tutor serían invitados siempre bienvenidos.Unavezmás,tuvolaimpresióndequelosojoslegastabanunamalapasada.EljovenLafayetteseparecíatantoasupadre…NellyeraigualalapequeñaPatsy…EljovenWashington,comoJacky.Unageneraciónhabía transcurridodesdequeaquellosotrossehabíansentadoaunamesaconGeorgeyella.Mientrasélestuvierasiempreasulado…

Élhabía sugeridoquedescansaradespuésde cenar.Por lanocheestabaprevista una recepción pública en su honor. Habían pensado que losmagníficos festejos de cumpleaños de tan solo dos semanas antessignificarían el fin de las ceremonias. George solo se había mostradocomplacidoamediasporesteúltimoadiós,peroellaentendíaporqué.Seleantojaba que sus compatriotas le dejaban marchar tan a regañadientes queaprovechabanlamenoroportunidadparavolveraverle.

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—Abuelo,megustómuchoelbrindisdelacenadeanoche—dijoNelly.SiemprequelosojosdeGeorgeseposabanenNelly,perdíansureserva

habitualyunbrillodeafectoaparecíaenellos.—Pensabaqueestabasmásinteresadaenloshalagosdetucompañerode

mesaqueenescucharbrindisaburridos.EljovenWashingtonyLafayetterieron,yNellymeneólacabezaconun

fruncimientodeceñofingido.—Escucha,abuelo…—Estoydeacuerdo,señor—dijoLafayette—.Nopudereprimireldeseo

de quemi padre hubiera escuchado las palabras.—Las repitió con énfasissarcástico—.«Damasycaballeros,estaes laúltimavezquebeboavuestrasalud como hombre público. Lo hago con sinceridad y os deseo toda lafelicidadposible».Fuemuyemocionante,señor.

—Laesposadelministrobritánicolloró—dijoNelly.Georgeempujósusillahaciaatrás.—Eso quiere decir que llora con facilidad. —Su tono era seco—.

Querida…Patsy se levantó con él. Subieron juntos, pero, mientras ella iba a

descansar,Georgefueasumesadelestudio.Learyéltendríanqueempezaraempaquetar papeles y archivos de inmediato. Quería salir de esta casa yponerseenmarcha.Gruñóparasícuandopensóenlaperspectivadeorganizarsuspapelespresidencialesencuantollegaraacasa,paranohablardelestadoalquehabíanquedadoreducidossuspapelespersonales.Inclusoestetrabajoimportantedeberíacompaginarsecon la restauraciónde lapropiedad.HabíaquehacermuchascosasenMountVernon.

Aun así, la perspectiva de estas tareas era estimulante. Desde hacía untiempo, sobre todo en este último año, un nuevo problema en el seno delgobierno,unanuevaescaramuzaentreelCongresooelgabinete,unanuevasituaciónexplosivaenpotencia,leproducíanunasensacióndecansanciocasifísica.Eldíadesuúltimocumpleañoshabíadichoenbromaquellevabadosseises sobre los hombros, y la broma explicaba cómo se sentía en realidad,abrumadoporungranpeso.

Estasensaciónsedesvaneceríapronto.Lospapelesdejarondecrujirensumano.Sepreguntósi lavallanecesitaríaunamanodepinturablanca,yquécantidadseríanecesaria.Tendríamuchosvisitantes.Eraabsurdopensarqueviviría en un retiro absoluto. Querría enseñarles Mount Vernon cuandovinieran.Estaríarelucienteyperfecta,unajoyabienpulida.

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Georgesepusoenpie,doblóconpulcritudlospapelesylosdevolvióalcajóndelescritorio.Setomaríaunbrevedescansoantesdelarecepción.Unmomento después, sentado en la silla del estudio mientras Christopher lequitabalasbotas,aúnestabatomandonotasmentalesdelasreparacionesquenecesitabaMountVernon.

Por suerte, llegarían a tiempo de realizar cualquier trasplante deprimavera. Estaba ansioso por ver el aspecto que tendría en primavera laboleradelcésped.Pensabaqueembellecíanotablementelarutadeaccesoalamansión.

Mucho tiempo antes había hecho planes para reformar el diseño delpaisaje.Año tras año había inaugurado las obras. Primero había consultadoconPatsy,porsupuesto.Eracapazderecrearensumenteelefectoglobalapartirdeunbocetoounadescripción.

Se desprendió de las botas. George flexionó los pies y se reclinó en lasilla,altiempoquecerrabalosojos.PobrePatsy.Cuántohabíanecesitadosuimaginación cuando un joven oficial impetuoso se la había llevado de laserenabellezade laCasaBlanca a la plantacióndescuidadaque eraMountVernon…

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Abrilde17582delatardeLaCasaBlanca

Transcurrieron varias semanas desde aquel día en casa de losChamberlaynhastalatardeenquerecorrióacaballoelcaminoflanqueadodeárbolesqueconducíaalaencantadoramansióndelosCustis.

Durante aquellos días había hecho grandes progresos en lo tocante asuperar su enfermedad. Aún comía con mucha cautela, pero la molestaindisposiciónyacasihabíadesaparecido.Había recuperadoalgúnkilo,yyanoparecíaquelachaquetacolgaradeunesqueleto.

Pensaba que su estado de ánimo optimista se debía a la mejoría de susalud,perotambiénadmitíaquesuencuentroconPatsyCustisylasganasdevolveraverlacontribuíanasubienestar.

Un cierto nerviosismo acompañaba a su impaciencia. Cuandoreflexionaba sobre aquella tarde junto al fuego en el estudio de losChamberlayn, se preguntaba si la señora Custis y él volverían a reviviraquellasensacióndecomprensiónyentendimiento,osisetratabadeunodeesosrarosencuentrosespiritualesquenoserepetíanconfacilidad.

FueconunasensacióndeincertidumbreporelresultadodesuvisitaqueempezóelpaseodesdeWilliamsburghasta laplantacióndelRappahannock.Bishopleacompañaba,ycuandollegaronalapropiedadCustis,chasqueólalengua en tono aprobador al ver los campos bien cuidados. Cuandodesmontaronantelaescalinata,uncriadoconlibrealesesperabaparatomarlasriendas.

—Usted debe de ser el coronel Washington. —Una brillante sonrisarevelólosdientesblancosdelhombre—.Leestánesperando.

CuandoGeorge le entregó las riendas, se abrió una ventana del piso dearribayoyógritaraJacky:

—¡Estáaquí!¡Estáaquí!

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Subió losescalonesa todaprisa.Lasdudasquehabíaabrigadosobresuvisitasehabíandesvanecido.

Patsyestabaenlapuerta.Llevabaunsencillovestidoazulqueseceñíaasucuerpo.Susojosbrillaban,y laalegríaquemanifestófueunabienvenidatansentidacomolosgritosdesuhijo.

—Oh, coronelWashington, parece recuperado por completo.Me alegromuchísimo.

Cuandoentróenelvestíbuloconella,Jackybajócorriendo.—Yatedijequevendría,madre—anuncióconairedetriunfo.PatsysesonrojóyGeorgeestrechólamanodeJackyconseriedad.—Es que no quería que se llevaran una decepción —explicó Patsy—.

Sabíaqueeramuyposiblequesusplanescambiaran.Asíqueella tambiénhabíapensadoenesa tarde, sehabíapreguntadosi

cambiaríadeopiniónsobrelavisita.HablóaJacky.—Jovencito, tenías toda la razón al pensar que vendría a veros. Para

empezar, tenía que dar las gracias a tu madre por la dieta que me recetó.Graciasaellavuelvoaestarbien.

Elinteriordelacasaeratalcomohabíasupuesto.Limpioysosegado,conunleveoloraceradeabejayverdurasfrescas,lacaobafrotadahastabrillarcon una fina pátina. Calidez y comodidad, elegancia y buen gusto, unasensaciónglobaldearmonía.Pensócon tristezaeneldeplorableaspectodeMountVernon.

Comofavorespecialalosniños,selespermitióquecomieranconellos.Jackycomióconapetitoyceleridad,aunquesusmodalesenlamesasiguieronsiendoexcelentes.LapequeñaPatsyapenasmordisqueólapocacomidaquehabíaensuplato,yalfinalsumadrecogióunacucharayempezóadársela.

—Nuncaserásfuerte,cariño,sinocomesmejor.El tono era un poco admonitorio, pero George se dio cuenta de que la

saluddelapequeñasiemprepreocupabaasumadre.Despuésdecomer,acostaronalapequeñaPatsyparaquehicieralasiesta,

yGeorgeyPatsyfueronapasearporlapropiedad.Jackylesacompañó.Tantoibadetrás,comodelanteoentreellos.

Patsy presentó aGeorge a su capataz.George felicitó con sinceridad alhombre por la espléndida apariencia de toda la plantación, y al punto seenzarzó en una discusión sobre losméritos relativos de diversas plantas detabaco.Vaciló en hacer comentarios cuando le pidieron la opinión, pero eltemaleinteresabamucho,yestabaclaroqueelcapatazdelosCustiseraungranjero inteligente. George y él se enfrascaron en una charla sobre la

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conveniencia o no de la rotación de cultivos. Jacky empezó a removerse,inquieto.George,sindarsecuenta,apoyóunamanosobreelhombrodelniño,ysequedóestupefactoalverqueJackysetranquilizabaalinstante.Recordóiniciarsuscomentariosconexpresionescomo«Porsupuesto,laseñoraCustisdecidirá,peroestoesloqueyoharíasidependierademí».

EraevidentequelaseñoraCustisagradecíalosconsejos.Unavezmás,sellevó una sorpresa al comprender que no era unamujer que agradeciera lalibertaddetomardecisiones.

Cuando se fue, lo hizo con la certeza de que volvería pronto. El nuevogobernadorestabaapuntode llegaraWilliamsburg,ycuando lohiciera,seesperaríadeél,George,quefueraaverle.

Regresó en mayo. Williamsburg estaba en el apogeo de la temporadasocial, pero Patsy le aseguró que había salido poco, y que no había tenidomuchos invitados.Georgecomprendióqueellasehabíadejadotiempolibreparapoderrecibirle.

LaideadequePatsyestabadispuestaaadaptarsusplanesalosdeéleraagradableeinquietantealavez.Georgevolveríaalfrente,ytalvezestuvieraausentemuchotiempo.¿DebíaescribiraPatsy?Esavisitafueconflictiva.Eraconsciente de su reserva, y sabía que podía interpretarse fácilmente comodesinterésomalhumor.Alcabodeuntiempo,lavivezadePatsydisminuyó,yelsilencioseinstalóentreambos.

Hasta los niños notaron el cambio en la atmósfera. La pequeña Patsylloraba con facilidad, y Jacky quiso llamar su atención con una chácharaincesantequellegóaserirritante.

Su madre intentó calmarles, pero al cabo de un rato lanzó una brevecarcajada.

—Ya ve, coronel Washington —dijo—, los niños no siempre sonencantadoresyobedientes.Dehecho,muchosdíassonbastantedifíciles.Perounpadreentiendeeso,porsupuesto.

Lafraseflotóenelaire.Enrealidad,estabaenunciandoelhechodequeno todos loshombresqueríanasumir la responsabilidadde loshijosdeotrohombre.Enrealidad,estabadiciendoquenocreíaquefueraaofrecerseparacompartirlaeducacióndelossuyos.

Aquel día, cuando se marchó, él le dijo que debería empezar arelacionarsedenuevoconlosamigos.Nohablódevolveravisitarla.

Pero regresó tres semanas después. Habían llegado sus órdenes. Lamarcha final sobre Fort Duquesne iba a empezar. Durante sus noches de

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insomnio,GeorgehabíacomprendidoquenopodíacorrerelriesgodeperderaPatsyCustis.

Estabaclaroqueellanoestabapreparadaparasudeclaración.Sualegreexclamaciónderecibimientoseconvirtióalinstanteenunaactitudcortés,sinalharacasespeciales.Habíadecidido,sinduda,queelcoronelsolteroseguiríasiendosoltero,ynoibaarevelarlesussentimientos.

Jacky no era consciente de tales sutilezas. El sincero placer queexperimentaba por ver a su héroe era tan natural como ruidoso. Por fin,Georgedijoconfirmeza:

—JovenmaeseCustis,debohablardeunasuntomuy importantecon tumadre.Teiráscontuniñeraytequedarásconellahastaquetellamemos.

—Pero…—empezóaprotestarJacky.—¡Ya!Lanzó la orden con el mismo tono que utilizaría con un soldado

recalcitrante.Jackysaliócorriendodelahabitación,yGeorgetomólamanodePatsy.

Nosoltósusdedosmientrashabló.—TengolasensacióndequeeljovenmaeseCustisyyonoslasveremos

devezencuando,perocreoqueserábuenoparaél.ElasombrodePatsyporsuspalabrasfuetanrealcomolareaccióndesu

hijocuandoleordenaronsalir.Por un momento, George se sintió falto de palabras, pero como de

costumbreseexpresóatravésdeMountVernon.—Me siento como un padre que está ofreciendo una hijamuy torpe—

sonrió—,ysinembargo,al igualqueesepadre,esperoque losojosdeotrapersonapuedanverlapromesadebellezaqueexiste.

Alzólasmanosdelajovenhastaquetocaronsuslabios.—Patsy, en estas últimas semanas solo he pensado en ti. Nunca habrá

alegríaparamí simevoysin saberque túy tushijosestaréis esperándomeparairacasa.

ElrubordePatsyfuetanrealcomoeldeunajovencitaalaquesehubieradeclarado su primer pretendiente. Esa idea divirtió a George, y le facilitóatraerlahaciaél.Habíaestadocasadadurantecasidiezaños,habíasidomadrecuatroveces,ysinembargoeraél,elsoltero,quienestabamenosnerviosodelosdos.

Depronto,laimagendeSallyFairfaxacudióasumente.Cuandobailabacon ella, su figura alta y esbelta conseguía que no se notara su elevadaestatura.

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PeroencuantotomóensusbrazosaPatsyCustis,sumenudotamañohizoquesesintieraabrumadoramenteprotector.

Si Sally le desafiaba, Patsy le daba confianza en sí mismo. Con ella,encontraríaotrosdesafíosexternos:cuidardesupropiedad,seguirunacarrerapolíticaenlaCámaradelosBurgueses,acabarconestaguerrainterminable.

Con una mano le acarició el pelo de la nuca, y con la otra levantó subarbilla. La sonrisa de sus labios y ojos no mostraba la menor señal detimidez.Eralaexpresióndeunamujeracostumbradaasermuyamada.

Labesóenloslabiosporprimeravez.Denuevo,sinquerer,lacomparóconSally. Incluso los castos besos enpúblicoquehabía intercambiado conSally (enmomentosdedespedidaode reencuentro trasuna larga ausencia)acelerabansussentidos.EnloslabiosdePatsyCustisencontrócalor…,yalgomás.Sediocuentadequesubesopodríahabersidoelintercambioafectuosodeunaparejaacostumbradadesdehacíamuchotiempoasumutuacompañía.Era como si para ellosnoexistiera lavacilación,ni lamenor torpeza en suamor,sinounasatisfaccióntemprana,deliciosaybienvenida.

EraobvioquePatsypensabalomismo.Levantólasmanosytomósucara.—Viejomío—dijo sonriente—, que ofreces amí y amis hijos tumás

queridaposesión,MountVernon,paraqueseanuestrohogar,yluegointentassersincerosobresusdeficiencias.Parecíastandesolado.

Rieron al unísono. Era la primera vez que le llamaba su viejo, peroGeorgesupoquenoseríalaúltima.

Noeralaprimeravezquehabíasidotestigodesuperspicacia.Patsypodíaserunamujermuyfemenina,procliveaqueunhombretomaralasdecisionespor ella, pero poseía tal intuición que, en ocasiones, se preguntaba si eracapazdeleerensumente.

HabíapensadoquePatsycompartiríasucasa,sesentaríadelantedeélalamesa,seríasuanfitriona.Cayóenlacuentadeque,ignorantecomoera,nuncahabíapensadoqueellatambiéncompartiríasusesperanzas,sueñosyplanes.Laideaeraregocijante.

—¿LlamamosamaeseCustis?—rioGeorge—.Estoysegurodequesehaenfadadomuchoconmigo,yyaeshoradequeme reconcilieconminuevohijo.

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Juniode1758PuestoMilitarWinchester

Recuperadoal findesusachaques, regresóalpuestomilitardeWinchester.Al parecer, por fin le iban a hacer caso en lo tocante a llevar la guerra alterritorio en poder de los franceses, aunque tampoco creyó que fueran acambiar laestrategiadebidoasuconsejo.Sinembargo, losbrutalesataquesde los salvajes contra los colonos, las incursiones y hostigamientosincesantes, dejaban claro que el enemigo debía ser extirpado de raíz. Ir aWilliamsburg para explicar la situaciónmilitar al Congreso había sido útil.Georgevioquemuchosmiembroshabíanquedado impresionadosal finporsufraserepetidaunayotravez:«HayqueexpulsaralosfrancesesdelOhio».

Doscambiosfacilitaronlascosas.ElgeneralForbesfuepuestoalmandodelastropas,yFauquierfuenombradogobernador.Georgenodejódeinsistira estos nuevos líderes sobre la urgencia de la situación. La celeridad eraesencial.Losindiosamistososseestabanimpacientando,ynodebíanperderaestosaliados.FueenviadoconsuregimientoaFortCumberland.Yporfin,setrazaronplanesconcretosparaelasediodeFortDuquesne.

En cuanto reconquistaran ese fuerte, abandonaría el ejército. Habríalogradosuobjetivo.

Había mucho que hacer. No era tan difícil sobrellevar estas nochesporque, de repente, una vida en Mount Vernon se había convertido enrealidaddenuevo.Prontohabríaterminadoconelejército.ProntosecasaríaconPatsyCustis.ProntosepresentaríaparalograrunescañoenlaCámaradelosBurgueses.

DedicabacadahoralibreaplanearalteracionesyreparacionesenMountVernon,yenviandocartasdetalladasalcontratistaqueseencargaríadeellas.George William Fairfax vigilaba los progresos y le informaba conregularidad.

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Había intentadocomunicarsucompromisoaSally.Empezó lacartaunadocena de veces, y una docena de veces la rompió. Y al final, se habíaenterado por otra persona, tal vez alguien de Williamsburg a quien Patsyconocía.

La carta de Sally era jovial y bromeaba sobre la bonita viuda a la queestabacortejando,peropeseasutonodistendido,tambiéncaptóunanotadetristeza.

SallysesentiríafelizdeverleinstaladoconunaesposaenMountVernon.Sally amaba a sumarido. PeroGeorge sabía que no se trataba tan solo devanidadporsupartecreerqueellalequería.Noeraunaatracciónunilateral.

¿Y si se hubieran conocido cuando ella era libre, antes de casarse conGeorgeWilliam?

Georgesonriódemalagana.CuandoSallysecasóconGeorgeWilliam,tenía dieciocho años.En aquella época, él tenía solo dieciséis.No eramuyprobablequeellahubieraaceptadosusatencionesenesemomento.

Pero ahora habían transcurrido diez años. La diferencia de edad entreSally y él era insignificante. Carecía por completo de importancia. Si sehubieranconocidoahora…,sifueranlibres…¿quépasaría?Después,afrontóla pregunta que estaba atormentando su subconsciente. Si Sally fuera librealgunavez, ¿lamentaría él no serlo?En el tormento de su alma le escribió:«Nometomeselpeloconlodelabonitaviuda,cuandoyasabesaquiénamoenrealidad».

LarespuestadeSallytratabasucartaconligereza.Unavezmás,escribió:«¿Esposiblequenomehayasentendido?».

Mientrasesperaba la respuesta,Georgeexperimentó lasensacióndequevivía en un vacío. Daba órdenes como un autómata, se encargaba de lospreparativospara lamarcha sobreDuquesne.Eraunbuensoldado,unbuencomandante. Podía confiar en que una parte de su mente se encargaría detomardecisiones,yloharíabien.Sesentíacomounespectadorapostadoenloaltodeunacolina,observandoalgrupodelvalle.Sesentíaunobservadordesímismo.

Comodecostumbre,fueMountVernonloquelesalvó.SuscartasaPatsyeran frías, casi desapasionadas. Firmaba «tu afectuoso amigo». Después,mientrasnollegabalarespuesta,esperabareproches.

PerocuandollególacartadePatsy,conteníamontonesdepreguntassobreMount Vernon. ¿Querría hacerle un esbozo de la distribución de la casa?Llevaría algunosmuebles de la Casa Blanca. Pero quería complacerle, porsupuesto.Queríaquesuspertenenciashicieranjuegoconlasdeél.Queríaque

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lehablaradelaporcelana,losartículosdehilo…yloscuadros.¿Quémueblede la Casa Blanca consideraba él que sería un buen complemento de lasposesionesdeMountVernon?

Seleescapóunsuspiromientrasleíalacarta.Comounabrisafrescaquebarrieraelcalordeldía,lacartaborrabalainquietudfrenética,lasopresivasemociones de las últimas semanas.George se sentó a su escritorio, alisó lanota que tenía ante él, cogió papel y pluma. Frunció el ceño, mientrasintentabarecordarconexactitudelinventariodesusmueblesactuales,yquépiezasnuevashabíaencargadoasuagente.

Mientrasmeditaba,olvidóqueelcorreonohabíatraídoningunacartadeSally.Hastaolvidóqueesperabaunaconansia.Yanosesentíaatormentadoniangustiado,sinoimpaciente,conganasdetrazarplanes.Mojólaplumaenlatintayempezóaescribir:

«QueridísimaPatsy…».

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4demarzode17979delanocheFiladelfia

Casi trescientos invitados estuvieron presentes en la cena de despedida. SecelebróenelRickett’sAmphitheater,ylospreparativosfueroncomplicados.La mayoría de los congregados se reunieron en el vecino hotel Oeller, ydespuésentraronenelanfiteatroentonandola«MarchadeWashington».

GeorgesintióelsilenciosoorgullodePatsyenestaúltimaceremoniaensuhonor.Porsuparte,solodeseabaterminardeunavez.Sumentepensabaenelfuturo.Podríanempezarahacerelgruesodelequipajeporlamañana,alfin.¿Cuántosdíastardaríanenterminarlatarea?Tres,cuatro,peronomás.

Nelly estaba encantadora, con el pelo recogido sobre la cabeza, loshombros y cuello de color crema, que su vestido escotado dejaban aldescubierto.Yahabíamuchosjóvenesrevoloteandoasualrededor,peroellanosedignabahacerlescaso.Bien,dadletiempo.Noteníalamenorprisaporperderla.APatsyyaéllesgustabalacompañíadelosjóvenes.

Habíaoídorumoresacercadeunasorpresaqueseexhibiríaaquellanoche,pero no estaba preparado para lamagnífica pintura de él que le ofrecieron.EraunatransparenciadeCharlesPeale.AGeorgelegustabalaobradePeale,y el cuadro le plasmaba de cuerpo entero. Era bastante acertado, pero biensabíaDiosquenoleinteresabanloscuadrosqueleretrataban.Noconsiderabala vanidad uno de sus pecados capitales, y opinaba que la mayoría de susretratosleconferíanunaexpresiónrígidaquenocreíatípica.Sí,losmalditosdientesque lehabíanatribuladodurante todasuvidaaparecíanensumentecadavezque ledibujaban,y talvez laexpresiónreservadaeraun tributoaltalentodel artista.Patsynoopinaba lomismo.Patsy siempre sequejabadequeningúnartistaeracapazdeplasmaralhombrequeera.Estabaestudiandoelcuadro,ycuandoéllamiró,leestrechólamano.

—Miviejo—murmuró,envoztanbajaquenadiemáspudooírla.

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En el cuadro de Peale, la figura «Fama» sostenía una corona de laurelsobrelacabezadeGeorge.Lesrodeabanotrospersonajes,quesegúnexplicóalguien,simbolizabanlagratituddelpueblo.

Defondo,PealehabíapintadoMountVernon.Georgesesintiódivertido.Si bien la pieza era demasiado sentimental para su gusto, estaba muyagradecido de que Peale hubiera captado tan a la perfección el encanto deMountVernon.

Después, el momento de humor pasó, y George comprendió que solohabíaservidoparadisimularunsentimientomásprofundo.Habíansidomuyamablesalconvocarestareunión,alplanificarllevaralaprácticaestetributo.Había muchos que se alegrarían, junto con el periodista Bache, de que suadministración terminara,perohabíamás,muchosmás,convencidosdequehabíahecholomáximoposible.

Fue consciente de que deseaba de todo corazón que su madre hubieraestadopresenteparacompartireltributo.BiensabíaDiosque,deadulto,nohabía anhelado a menudo su presencia, pero sabía que se habría sentidocomplacida. Mucho tiempo antes, le había dicho que intentaría vivir deacuerdoconellemadelafamilia,ylafamiliaBallhabíaelegidounoaltanero:«Aspiraalcielo».

Despuésdedescubrirelcuadro,empezólacena.Enrealidad,noeraunacena,sinounbanquete.Georgepaseólavistaporlamesaabarrotada.Muchosde loscomensalesdesapareceríandesuvidaparasiempre.Losembajadorescambiaban, las autoridades elegidas se ibana casa,oporpropiavoluntadoporlavoluntaddelpueblo.Nohabíasociedadmásflexiblequelaconstituidaporfuncionariospúblicos.Muchasdeestaspersonashabíansidoinvitadosdelpalacio presidencial montones de veces. Algunas encontrarían tiempo paravisitarle algún día, pero para la mayoría se trataba de una verdaderadespedida.

Tomóelcuchilloyeltenedor.Bajolamelancolía,unavibranteexultaciónempezóasurgircomounadescargadeenergía.CuandoPatsyyélterminarandecenar,podrían retirarse.Hastaeraposiblequepudieradedicarunaodoshoras a revisar sus papeles. Si Lear había sacado las cajas, incluso podríaempezaraempaquetarlos.

Pocodespués,tocóelbrazodePatsy.—¿Querida?Sucabeceofuecasiimperceptible,perocontestóadospreguntas.No,no

erademasiadoprontopararetirarse.Sí,estabapreparadaparamarcharse.

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Cuando se levantaron, los congregados se pusieron en pie. La orquestatocódeinmediato,ylosaplausosylamúsicasemezclaronenlasala.

Unavezenelcarruaje,losdossereclinaronysuspiraron.—Mehandichoquetehandedicadounbrindismuyemocionante—dijo

Patsy.Fruncióelceño,concentrada—.Diceasí:«Queelanochecerdetuvidaseatanfelizcomogloriosamenteútileshansidosumañanaysumediodía».Jefferson me dijo que ese fue el elegido entre muchos. Creo que es muyentrañableyapropiado.

—Elanochecerdemividaserágloriosamenteútilestosdíassiguientes—comentó George—. Patsy, temía los preparativos de esta mudanza. Da laimpresión de que hemos acumulado cantidad de cosas. Los carruajes seromperánbajoelpesodetodoloquenosllevamosaMountVernon.

El cochero desvió los caballos por el camino de acceso al palaciopresidencial.Cuandoelcarruajeosciló,Patsyseapoyócontraélysereclinóuninstantesobresuhombro.

—Utilizastelasmismaspalabrasexactasenotroviaje—lerecordó—.¿Teacuerdasdecuál?

El carruaje se detuvo, y Christopher ya estaba esperando para abrir lapuerta.Georgesedetuvoantesdedescender.

—Por supuesto —replicó con calma. Bajó del carruaje y extendió lasmanosparaayudarla—.Fueenlaprimaveradel59,cuandollevéalanuevaseñoraWashingtonyasushijosaMountVernonporprimeravez.

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6deenerode1759LaCasaBlanca

Contrajeron matrimonio el 6 de enero de 1759. De alguna manera, habíasobrevivido,aunquesobrevivirnoeralapalabraadecuada,porsupuesto.Talvezdescribíaelhechodehaberaguantadoel increíblenúmerodegente, losfestejos, el desmañado asunto de ser el centro de atención en unacontecimientoquecarecíadeelementosfamiliares.HabríapreferidoafrontarotraemboscadadeMonongahela.

Perolaceremoniaensífuemuydiferente.PatsyvolvióarecordarlealamuñecadeBetsycuandolatuvoasulado.Inclusoconelpelorecogidosobrela cabeza, apenas le llegaba al hombro. Llevaba un vestido de brocadoamarilloqueseabríapararevelarunasenaguasplateadasyblancas,zapatillasde seda violeta y perlas. Él vestía su uniforme azul y escarlata. Cuandointercambiaronlosvotos,pudoolvidaralamuchedumbreyelhechodequeeraincapazdehablarenpúblico.Solosefijóenquelosojosdeellaposeíanesamaravillosamezcladefelicidadypreocupaciónporél,maternaleinfantil.¿Cómopodíaunamujermezclaresosingredientes?

Después, la fiesta se prolongó durante horas. Asistió el gobernador enpersona,ylamitaddelaasamblealegislativa.Georgegruñócuandocayóenla cuenta de que la Casa Blanca estaba invadida por invitados que sequedaríanapasar lanoche,peroal finalpudieronescaparalpisodearriba.Antesdeirasuhabitación,pararonaecharunvistazoalosniñosdormidos.Patsy besó ambas frentes, y él casi siguió su ejemplo, pero en el últimomomento se contuvo. Dios no permitiera que Jacky despertara en esemomento.

Después,lapuertadeldormitoriosecerróyestuvieronsolos.Solos.Pensóqueseesperabadeélalgúnmovimiento,algúngesto.Sesentíapetrificado,yconscienteporprimeravezdesdelosdieciséisañosdesugranestatura.

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Y Patsy comprendió, por supuesto. Se acercó a él y dijo con aireindiferente:

—Hedichoamiscriadasquenomeesperaranlevantadas.¿Quieres…?Condedostorpesytemblorosos,Georgeledesabrochóelcollar.Después,Patsysevolvióhaciaélconunasonrisadulceyamorosa.—¿Hasidounaexperiencia tan terriblepara ti?—Habíauna jarrasobre

unamesa, juntoa lachimenea.Ella sirvióel jerezendoscopasy le tendióuna.Seacomodóenunabutacaysequitólaszapatillas—.Mipobreviejo.

Al percibir el tono afectuoso, George se sentó en la butaca opuesta,vacilante.

—Mehahalagadomuchoqueelgobernadoracudiera—dijoPatsy—.Esodemuestralabuenaopiniónquetienedeti.Rechazadocenasdeinvitacionesamagníficas fiestas deWilliamsburg.Y ya ves, ha hecho este viaje para vercómotecasabas.

—Existe la posibilidad de que haya venido en honor de la encantadoranovia.

Georgesediocuenta,aliviado,dequehabíarecuperadolavoz.Patsynegóconlacabeza.—Creoquelanoviacabíaalaperfecciónenlalargasombraarrojadapor

elnovio.—Selevantóycaminóhaciaél.Tomósumanoderechaconambasmanosy laalzóhastasucara—.Lanoviaestaráencantadadevivir todasuvidadeesamanera.

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Enero-marzode1759Williamsburg

Pasaron el final del invierno y el principio de la primavera en la casa deWilliamsburg,dondeGeorge,nuevomiembrodelaCámaradelosBurgueses,asistióalassesioneslegislativas.

Williamsburg estaba muy alegre aquella temporada, una alegría quereflejaba el regocijopor la reconquistadeFortDuquesne.ParaGeorge, esaestación social fueuna revelación.Legustaba acudir a losbailes conPatsydel brazo, y pronto averiguó que nunca había sabido en realidad qué eraasistiraunafiesta.Muchodespuésderegresaracasadealgúnacontecimientosocial, yacíandespiertos, la cabezade ella apoyadaen suhombro,mientrasella hablaba de quién había dicho qué, a quién relacionaban con quién, losmatices y corrientes subterráneas que parecían ser la prerrogativa de lashembras.

DescubrióquelainformacióndePatsyeramuyprecisa.Siaveriguabaporunadamaque sumarido ibaa apoyarunamedidaen la asamblea,oquealgobernador no le gustaba un decreto inminente, mucho antes de que SuExcelencia hubiera insinuado siquiera su disgusto, siempre tenía razón.Georgedescubrióque,en lugardecontestarconaire tolerante,«MiqueridaPatsy,lasseñorasnoentendéisdeesosasuntos»,ardíaendeseosdeescucharlosúltimoschismes.

—Sialgunavezvuelvoaingresarenelejército,metentaráutilizaraunamujercomoespía.Ganaríalaguerraenunasemana.

Habíatemidoquelasolteríafueraunacostumbredifícilderomper.Estabaacostumbrado a vivir solo, a no ser responsable de nadie en una estructurafamiliar. Para su placer, descubrió que su personalidad y la de Patsyarmonizaban de tal forma que era imposible imaginar una vida anterior sinella.

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Sabíaqueeraunhombresilencioso, lacostumbre,suponía,delaslargashorasenMountVernon,cuandosolohabíatenidoaloscriadosporcompañía.Otalvez,esareservaeraelresultadodelavozchillonadesumadre,queenlainfancialehabíaobligadoaretraerse.

Pero si Patsy le encontraba demasiado callado, nodiomuestras de ello.Seguía charlando, satisfecha de recibir tan solo un asentimiento o uncomentarioocasional.Porotraparte, sucalmaerabuenaparaella.SiPatsytenía una debilidad, era su incesante preocupación por los niños. Si lapequeñaPatsy senegabaa comer, sumadrecasi lloraba. Jackyeraunniñoactivo y travieso, que no andaba cuando podía correr, y al que parecíaentusiasmarlaideadeaterrorizarasumadrecontodaclasedeacrobacias.

Patsy estuvo encantadade dejar los asuntos financieros enmanosde sumarido.Ledijoqueseconsiderabamuyahorrativaen laadministracióndelhogar, aunque a veces era demasiado extravagante cuando encargaba suvestuario, pero él solo tenía que decirle lo que no le gustara…, estoprocedentedeunamujercuyasactualesposesionessuperabanenmuchoalassuyas.

Peroeneltemadelosniños,Patsynoaceptabasugerenciasniayuda.ElvacilantecomentariodeGeorge,enelsentidodequetalvezelapetitodelapequeña Patsy mejoraría si no le hicieran tanto caso durante las comidas,provocóunodelosrarosestallidosdenerviosdesuesposa.

—Es fácil hacer sugerencias cuandonohasvisto aunbebédesmayarsecada dos por tres, no la has visto perder peso cuando sus compañeras dejuegosladoblanentamaño,nihasenterradoasuhermanoysuhermana.

La irritación terminó con un sollozo y un labio tembloroso. Georgeresolvió morderse la lengua antes que intentar calmar la preocupación dePatsyporsuhijita.

Pero Jacky era una cosamuy diferente.George no entendía por qué sepermitía a un crío de casi seis años aterrorizar a su madre cuando bajabacorriendolaescaleraoseescapabadesucriadopersonal,Julius,queleteníaasu cargo, y se escondíamientras toda la casa registraba el vecindario y sumadreseponíaalbordedelsíncope.

Volvióundíadelaasamblealegislativayseencontróconesasituación.Juliusestabaapuntodeecharsea llorar,ynoparabadeexplicarquehabíadejadosoloamaeseJackysolounmomento,porqueelniñoestabahaciendolasiesta,perocuandovolvió,elcríohabíadesaparecido.

HabríasidomásfácilsiPatsyestuvierallorandoohistérica,perosucarapálidaydemacrada,lavozqueapenaseraunsusurro,asustaronaGeorgemás

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quecualquierestallidodeira.Porsuparte,noestabanadapreocupadoporJacky.Nocreíaenlateoría

deunsecuestrador,niqueJackysehubieraidodecasayestuvieravagandopor Williamsburg. La noche anterior, Jacky había estado hablando de losesconditesdeestacasa,ydesuconviccióndequepodíaescondersedurantemuchoratosinserlocalizado.

George reunió a los criados. Habían ido en una docena de direccionesdiferentes,algunoshabíanmiradoenlacalle,otrosenelpatio.Ledijeronquevariosestabanbuscandoporlaciudad.

—CreoquemaeseCustisnosestágastandounajugarreta—dijo—.Creoqueestáescondidoenestacasa,talvezinclusoensucuarto.Registradcadaarmario, mirad debajo de cada cama, detrás de cada mueble, hasta que loencontréis.

Loscriadosparecíanincrédulos.UnaleveesperanzasetransparentóenelrostrodePatsy,perodespuésrechazólaideaymeneólacabeza.

—Jackynuncameharíaeso—dijo,mientrasloscriadossedispersaban—,asustarmeporunabroma.

Georgesequitóelcintodelaespadaconundeliberadomovimientolento.Estaba luchando por ganar tiempo. Esto era importante. Si Patsy llegaba adarsecuentadequelastravesurasdeJackyteníancomoobjetivodescubrirloslímitesalosquepodíallegar,talvezledejaríacolaborarenlaeducacióndesuhijo.

Pensóensumadreyen lacorreaque llevabaalcinto.Desdequepodíarecordardetestabaasumadreylaligerezadesumanoconlacorrea,peroasumanera,Jackyestabademostrandoquenoaceptabalalibertadilimitada.

Intentó imaginar un campamento en que cada soldado obedeciera a suscaprichossintemoralcastigodesucomandante.Elcaos.EltipodecaosqueleencantabacrearamaeseCustis.

Seoyóungritoprocedentedearriba.—Oh,señoritoJacky…Patsysepusoenpiecomoimpulsadaporunresorte.Surostroenrojeció,y

luegopalideció.—¿Está…?Puedequesehayahechodaño…Un momento después, Julius bajaba la escalera, agarrando a Jacky del

brazo.Elrostrodelcriadoexpresabaunamezcladealivioeirritación.—Coronel Washington, señor, estaba escondido…, como usted dijo…,

escondido…enelarmario…,ytodoesterato…supobremamá…—Gracias.

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El tono de George despidió al hombre, que salió de la habitación. LaexpresióntriunfaldeJackysetransformóenunadepreocupacióncuandovioelrostroimpasibledeGeorge.Miróasumadre,peroPatsyestaballorandosincesar, lágrimas silenciosas que resbalaban sobre sus mejillas. Jacky quisoacercarseasumadre,peroGeorge lecogiódelbrazoy leobligóavolversehaciaél.

—¿Dóndeestabas?Eltonodesuvozhabríahechopalideceraunoficialdemenorrango.—Oh,señor,nosabíaqueyahabíallegadoacasa.Penséqueaúntardaría

unratito.Porlovisto,Jackysedabacuentadequesuencantonoleibaasalvarde

lasituación.—Tehepreguntadodóndeestabas.—Solo era un juego, papá.—Jacky ensayó una sonrisa conciliadora—.

Soloestabaescondido.Eradivertido,todoelmundollamándome…—Ylaangustiadetumadre.¿Esoesdivertido?Jackymiródereojoasumadre,yenseguidaapartólavista.—Amamáledaigual.Sabequemegustajugar.—Ah,¿sí?Georgepensóqueibaaperderlosestribos.Apretóloslabioshastapoder

controlarse.Cuandohablódenuevo,suvozerafríacomoelhielo.—MaeseCustis, vedirectamente a tuhabitación.Subiré enseguida,y te

aseguroquesetevanapasarlasganasdegastarjugarretasduranteunabuenatemporada.

Jackysevolvióalpuntoycorrióhaciasumadre,sepultandolacabezaensu regazo. George le agarró por el hombro, levantó la mano y le dio unasonorapalmadaeneltrasero.

—Hedichoquesubasatuhabitación.Jackysaliócorriendodelahabitacióndeshechoenlágrimas,yGeorgese

dispusoaseguirle,peroPatsytiródesumano.—Nopuedescastigarle,teloprohíbo.Nopuedescastigarle.Georgelamirósinsonreír.—¿Crees en serio que voy a permitir que Jacky te dé este tipo de

disgustosypongalacasapatasarriba?—Habla con él, pero con dulzura. Explícaselo, pero no le asustes. No

vuelvasaponerlelamanoencima…nuncamás.—Unniñonopuedecrecersindisciplina.—Teprohíboqueletoques.

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Georgenotóquelarabialeabandonabapocoapoco.—Ojalátuvieraderechoaimpedirquelemalcriaras.George salió de la casa. Estuvo paseando una hora por las calles de

Williamsburg. Patsy estaba equivocada, equivocada, equivocada. La nocheanterior había gemido en su sueño con tal sentimiento, que le habíadespertado.Lehabíaconfesadoelsueñoque laacechabadevezencuando.En él, caminaba por un cementerio en el que solo había cuatro lápidas. Sedeteníadelantedecadauna.Endosestabangrabadoslosnombresdelosdoshijosqueyahabíaperdido,laadorableFrances,decuatroaños,yDaniel,detres.Perolasotrasdostambiénestabangrabadas.UnadecíaPatsyCustis,ylaotraJohnParkeCustis.

—Enterraréatodosmishijos—sollozóPatsycuandoterminódereferirleelsueño—.Losé.Siemprelohesabido.

Unmiedoterrible,terrible.YlapequeñaPatsyeraunaniñafrágil.¿Podíaalguienculparalamadreporsuaprensión?

Ese miedo malcriaría a Jacky, por supuesto. George seguía cualquierdirecciónquesuspiesleindicaban.¿Quépodíahacer?Porfin,regresóacasa.CuandoPatsyyéltuvieranhijospropios,talvezlaaprensiónseapaciguaría.Ocupada con los nuevos bebés, la obsesión que sentía por sus dos hijossupervivientes se apaciguaría. Hasta entonces, sería absurdo permitir queJacky se convirtiera en causa de fricciones. No era culpa del crío que sumadrefueratanmiope.Georgecasisonrió.Queríamuchoalguaponiño,yadecir verdad, le halagaba que Jacky le adorara. Si no podía utilizar ladisciplina para domeñar la malicia e indolencia de Jacky (era una luchaobligarleaqueestudiara),guiaríaalniñocomomejorpudiera.

Porfin,entróenelcaminodeaccesodelacasaCustis.Resultóevidenteque estaban vigilando su aparición, porque Bishop le abrió la puerta alinstante.Elhombrehizounareverenciasinhablar.

Patsyestabaenelsalónderecibo.Sehabíacambiado,yahorallevabaunvestido de tarde verde claro a tono con sus ojos. Tenía los párpados algohinchados, pero aparte de eso no se veían señales de su reciente estallido.Corrióhaciaélyesperóparatomarsusombrero.

—¿Hasidoagradableelpaseo?Suvozeracalma,peroGeorgedetectóelnerviosismosubyacente.Si era prudente, aún podría salvar algún vestigio de la autoridad que le

conferíasupapeldepadrastro.Patsysehabíapuestoaladefensiva.—Unpaseosiempreproporcionalaoportunidaddepensar…Sutonoeraevasivo.

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—Yo también he estado pensando. Tienes toda la razón. Jacky se haportadomuymal.Leheenviadoalacamasincenar.

Paraella,significabaunagranconcesión.Georgesonrió,casiconironía.—Enesecaso,almenosmaeseCustisnohaescapadoporcompletodelas

consecuenciasdesutravesura.Supongoqueesoestranquilizador.—No,no…Ledijequenodebehacerteenfadar.Georgeempezóadecirquenoeraunacuestióndeenfadarse,peronose

tomólamolestia.—Hablaréconél.—Perono…—No,querida,nolepondrélamanoencima.SubióalahabitacióndeJacky.Elniñoestabaenlacama,completamente

despierto. Se incorporó muy tieso cuando George encendió la vela de lamesita de noche. George indicó con un cabeceo a Julius que saliera de lahabitación,yluegoseacercóalacama.

—No hace falta que te preocupes. No he venido para administrarte elcastigoquetantomereces.

Jackynoparecióaliviado.—Lamentohaberlehechoenfadar,papá.—Ytumadre…—Mamáyahadichoquesabequeyonoquería…—Entiendo.—Georgeviounabandejasobre lacómoda—.Pensabaque

tehabíanenviadoalacamasincenar.—Sí, sin cenar de verdad, pero mamá dijo que podía tomar pan,

mermeladaylechesimeentrabaunhambreterrible.George se volvió para salir sin decir palabra, pero antes de llegar a la

puerta, dos brazos se cerraron alrededor de sus piernas. Notó el cuerpo deJackyestremecidoporlossollozos.Sevolvióylevantóalniño.

—¿Qué pasa? Tu madre pensará que te he medido las costillas con lacorrea.

Conunamanorodeabaalniño,yconlaotraleacariciabaelpelo.—Noquieroqueseenfadeconmigo,señor.Novolveréaesconderme.Le

prometoquenovolveréahacerlo.Noseenfade,porfavor.—¿Quierescomplacerme?—preguntóGeorge.Unvigorosoasentimiento.—Muy bien. —Acercó a Jacky a la cómoda y juntos examinaron la

bandejadeatractivoaspecto.Pancrujiente,unbotedemermelada,unajarra

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de leche fría, suficiente para que George tomara conciencia de su hambrevoraz—. ¿Tienes mucha hambre? —Jackie asintió—. Si quierescomplacerme,castígatetúmismo.Notoquesniunapizcadeesacomida.Notomesnadahastaeldesayuno.¿Esesoposible?

Jackyvolvióaasentir.Georgecargóconelniñohastasucama.Leabrazóconfuerzauninstante,antesdeacostarleytaparle.TeníaelamordeJacky,yconuncontrolrazonablesobreelcrío,podríaconvertirleenunjovendelqueestarorgulloso.Bien,eltiempoteníalapalabra.

Apagólavela.—Buenasnoches,hijomío—dijoenvozbaja.

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2deabrilde1759MillbankyFerryFarm

CuandolassesionesdelaAsambleaterminaron,sefueronaMountVernon.Erael2deabrilcuandolaprocesiónsaliódeWilliamsburgconcajas,baúlesymuebles.

George descubrió que experimentaba sentimientos encontrados. Por unaparte,ardíaendeseosdevolveraverMountVernon,paradarlabienvenidaala primavera en su propiedad, cabalgar por sus campos y ver la plantación.Porotra,eraconscientedequeMountVernoneraunacasapequeña,pequeñacomparada con la Casa Blanca, pequeña comparada con Belvoir, pequeñacomparada con la casa de su hermana Betty. ¿Se llevaría una decepciónPatsy?

Después,rechazóesepensamiento.PatsynosesentiríadecepcionadaporMount Vernon. Ya le había contado sus planes de ampliación. Pero ¿cuálseríaelaspectodeMountVernonpordentro?HabíaconfiadoenqueGeorgeWilliam vigilaría las reparaciones, pero nadie se había hecho cargo delcuidadodelacasa.Tendríaqueescribirunanotayenviarlaantesdepartir.

IbanapararencasadesuhermanaBettyparapasarlanoche.Losniñosestabanmuycontentosporlaperspectivadeconocerasusnuevosparientes,yGeorge sabía instintivamente que Betty y Patsy se iban a caer bien. HacíamuchotiempoqueBettylereconveníaporsusoltería.Elfuertevínculoentrelos dosnuncahabía cambiado, y siempreque iba a ver aBetty a subonitacasadeFredericksburg,ellalesermoneabaconbuenhumorsobreelhechodequenecesitabaunaesposa.PensabaamenudoqueBetty intuía sudevociónporSallyFairfax,porquehacíareferenciasaencontrarunachicasensataynoperder el tiempo, de lo contrario terminaría convertido en un solterocaprichoso.

Siemprepronunciabaestossermonesenpresenciadesumarido.FieldingLewisyGeorgeerangrandesamigos.FieldinghabíaconquistadoaBettycon

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lapromesadequetendríaunacasabonita.Habíacumplidodichapromesa,ysucasaeraunadelasmaravillasdeVirginia,perohabíaconquistadosuamorporméritospropios.Yateníandoshijos,ysuhogareramuyfeliz.DurantelasvisitasdeGeorge,siBettylerecriminabaenexcesosusoltería,Fieldingdecíacon voz mansa, «Querida, esta noche te pareces muchísimo a tu madre».Betty componía de inmediato una expresión herida. «George sabe que soloestoybromeando,¿verdad?Muybien,nodiréniunapalabramás».

George admiraba la destreza con que Fielding manejaba a su hermanapequeña,yestabaansiosoporpresentarleasunuevafamilia.

Y,porsupuesto,estabasumadre.FerryFarmnoestabalejosdelacasadeFieldingyBetty,yqueríallevara

Patsya la fríay tristecasadondehabíapasadosu infancia.Queríavera sumadre, quería que esta viera a Patsy. No obstante, cuando estaba en supresencia,eracomosinohubieralogradonuncanada.Despuésdeunoodoscomentarios de su madre, ya no sería el comandante que había ayudado aliberarsucoloniadeunterriblepeligro.Seríaelidiotadescerebradoquehabíadejadoarruinarlaplantación,mientrasperdíaeltiempoenlaguerra.

Entonces,lospensamientosdeGeorgevolvieronalpresente.LapequeñaPatsyestaballorandoporunjuguetefavorito,quesindudaestaríaenelfondodeunacajadeembalar.Pero¿cuál?Eraimposibleabrirlastodas.Ordenóqueelcortejosedetuviera.Patsyylosniñosestabanenelcarruaje.Georgefrenósucaballoallado.Ellalemiró,perpleja.Rodeabaalapequeñaconelbrazoypalmeabasucostado.

—Tranquila,cariño—estabadiciendo—.Papáencontrarátujuguete.Jacky,mohínoporquenoledejabanmontarensuponialladodeGeorge,

decidióderepenteportarsecomounhombre.—Mamá,noledigasqueencontrarássujuguete.Papánopuedeordenar

queregistrenlascajas.TendráquepasarsinélhastaquelleguemosaMountVernon,dentrodeunosdías.

Sus palabras solo consiguieron que la niña llorara conmás sentimiento.Jackymiróasupadrastrocomodehombreahombre.

—JovenCustis,tienespocotalentoparalaestrategia—murmuróGeorge.Sediocuentadequeeramuyridículointentarsolucionarunacrisisfamiliardesde lo alto de su montura, con la cabeza metida dentro del carruaje.DesmontóalpuntoysacóaPatsydelcarruaje.

—Muybien,bastadelágrimas.—Buscósupañueloylesecólosojos—.Enséñamelacajaquehemosderegistrarprimero—ordenó.

LapequeñaPatsylemiróconlosojosdesorbitados.

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—¿Deverasvasabuscarmimuñeca?Aunqueaúnnohabíacumplidolostresaños,Georgepensabaquesehacía

cargodeunasituaciónconmuchamayorrapidezquesuhermano.—Desdeluego—prometió—.Claroquenospuedeocuparlamayorparte

deldía,ynollegaremosestanocheaFredericksburgparaquepuedasconoceratusnuevosprimos,yverelregaloquetehahechosumadre,perovamosabuscartumuñecadetodosmodos.

LapequeñaPatsyreflexionósobrelasituación.Georgesosteníaalaniñaenelhuecodesubrazo.Mientrasesperabasucontestación,Georgesequedóestupefactodelopocoquepesaba.DeseócontodosucorazónquelacampiñadelPotomaclesentaramejorqueladelRappahannock.

LapequeñaPatsytomóunadecisión.—No pasa nada, papá. No hace falta que lo desempaquetemos todo.

Prefieroveramisnuevosprimos.—Buenachica—aprobóGeorge.Seacercóalcarruajeylaizóalinterior.

Patsyparecíatemerosa.—Nopodemosdesempaquetar,¿verdad?Suvozestabaponiendoapruebalasituación.Georgesonrióasumujer.—Nohacelamenorfalta.Estajovencitatanrazonablehadecididoquesu

muñecaestáasalvoconelequipaje,ynosvamosamarcharalinstante.Cerró la puerta del carruaje, sin hacer caso de la súplica silenciosa de

Jacky,pidiendopermisoparamontarenelponi.Encuantoestuvierancercade Fredericksburg, se lo permitiría, pero no tenía la menor intención depreocuparsetodoeldíaporelhechodequeJackyfuerasoloensuponi.

George tomó nota mental de pedirle a Betty que hiciera un pequeñoobsequioalapequeñaPatsy.Decidióconironíaque,durantelospocosmesestranscurridos desde su matrimonio, había acumulado más experiencia ensalirseconlasuyagraciasalaestrategia,queenlamesadeconferenciasdeBraddock.

AnochecíacuandollegaronalacasadelosLewis,peroardíanfuegosencadahogar.Lahermosacasaestabailuminadaparadarleslabienvenida,yelplacerreflejadoenlascarasdeBetty,FieldingysushijossecorrespondíaconelradianterostrodePatsy,enelorgulloconelquepresentóasushijos.

Georgecayóenlacuentadeque,hastaahora,habíanestadoenlapartedeVirginiadePatsy,entresusamigosyparientes.Depronto, tomóconcienciade que debía de tenermuchomiedode conocer, en persona, a su familia y

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amigos.Alpensareneso,fruncióelceñosindarsecuenta.Porlamañana,iríaconellaaFerryFarmparapresentarlaasumadre.

Muyapropiadamente, eldía siguiente amaneció fríoydesabrido.Nubesgrisesocultabanelsol,yunfríovientoprimaveralazotabaelcarruaje.Georgeiba sentado al lado de Patsy, y miraba por la ventana abismado en suspensamientos.Elpaisajeseleantojódesnudoytriste,loscamposfamiliaresparecíanyermos.Eracuriosoqueél,tanamantedelatierra,pudierasentirsedisminuido por el hecho de estar aquí. Pero eso estaba relacionado con lasfrustracionesdelavidaconsumadre,eldesasosiegodesuadolescenciaantesdequeLawrencelerescatara,invitándoleaMountVernon.

Estabatanabsortoensuspensamientos,quenonotólamanovacilantedePatsyenlasuya,nitampocosediocuentacuandolaretiró.Noreparóensuexpresiónangustiada,niobservóquesesentabamuyrígidaenelasientoyseapartaba un poco de él. La llevaba a conocer a su madre, y de repente seconvertíaenunextrañoparaella.NuncaselehabíaocurridoquePatsytalvezse estuviera preguntando si estabamenos que orgulloso de presentarle a sumadre.

Elcarruajesedetuvoantelagranja,yGeorgebajóatodaprisa.Comounautómata, ayudóabajaraPatsyy laguiohacia laescalinataconunamanobajoelcodo.Ellaledirigióunafugazmiradasuplicante,peroaloírsubrusco«sigueandando»clavólavistaenelfrente.

DurantelosañosquehabíavividoenMountVernon,solohabíavueltoasu casa en contadas ocasiones. Ahora, miró la casa de verdad cuando uncriado desconocido le abrió la puerta. La expresión del hombre era hosca,típica en la servidumbre de su madre, y George le saludó con un brevecabeceo.Lasalacentralhabíacambiadopoco.Lafamiliasiempretomabasuscomidasenella,peronosehabíallevadoacaboelmenoresfuerzopordotarlade calidez o embellecerla, algo esencial para cualquier comedor. Seguíatodavía triste, todavíaabarrotadademueblesdiversosqueparecíanreunidosal azar, en lugar de haber sido elegidos para crear un ambiente hermoso oconfortable.

Fuemuypropiodesumadrequenolesestuvieraesperando.—¿DóndeestálaseñoraWashington?—preguntóGeorgealcriado.—Bajará enseguida, señor. Dijo que fueran al salón de recibo. Está

terminandodevestirse.Muypropiode ella.Detestabavestirse para las grandes ocasiones, y no

cabíadudadequehabíaempezadoahacerlocuandoelcarruajeaparecióala

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vista.RecordólacálidabienvenidaquelehabíadeparadolamadredePatsy,laatmósferacordialyrefinadadesucasa.

Patsycontinuabaensilencio,perosuexpresiónerapensativaeinquisitiva.George no podía saber que ella estaba tomando conciencia de que iba aconocer otra faceta del hombre complicado con el que se había casado. Aveces, se había preguntado por qué hablaba tan poco de Ferry Farm. Enrealidad,solohabíadichoquehabíaheredadolatierradesupadre,perocomoprefería mil veces vivir en Mount Vernon, ya le iba bien que su madrecontinuaraocupándosedelacasaqueahoralepertenecía.

NolaextrañabaqueGeorgenoquisieravivirenestacasadeprimente.—Dadoquenuestraanfitrionanoestápreparadapararecibirnos—dijoen

aquelmomentoGeorge—,¿quieresquenossentemosaquí,querida?Patsy,obediente,dejóqueleguiarahastaelpequeñosalóndereciboque

dabaalpasillo.Vioellibrosobrelamesa,yconlaintencióndeacabarconelincómodo silencio, se acercó para levantarlo. Era el ejemplar deContemplaciones,quesehabíaconvertidoenunmueblede lahabitacióndesumadredurantecuarentaaños.

Patsyabriólaprimerapáginayviodosfirmas.—Mipadre—explicóGeorge—,como sabes, eraviudocuando se casó

con mi madre. Al ama de llaves no le hizo ninguna gracia el segundomatrimonio, y cuando mi padre entró con mi madre en brazos en estahabitación, el libro estaba abierto por esta página…, con la firma de supredecesora.Comopuedesver,ellaseapresuróaescribirsunombreallado.

Ambos contemplaron las letras espaciadas que formaban el nombre«MaryBallWashington».Yambosdieronunbotecuandounavozpenetrantedijodetrásdeellos:

—Y yo aconsejaría a cualquier persona que inicie unmatrimonio en elqueeslasegundaparejadelconsorte,quereafirmesupresenciaconidénticovigor.

George notó que se le encendía la cara cuando asimiló la increíbledeclaración.Este era el recibimientoque sumadre les deparaba a él y a suesposa.

Giróenredondo.Sumadresehabíavestidoparalaocasión.Reconociósumejorgorrodeencaje,quenecesitabaunplanchado,elvestidodesedanegroqueconsiderabaelmásbonitodesuguardarropa.

Forcejeóconlaconocidairaprovocadaporlasimprudentespalabrasdesumadre,mientraslacompasiónoponíaresistenciaalsentimientomásfuerte.Sumadreparecíamáspequeña,másfrágil.

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—Señora —dijo, se inclinó y le dio un beso en la mejilla como unautómata. Empujó a Patsy hacia delante—. Le presento a la señoraWashington.—Podríahabersemordidolalenguaporaquellapresentacióntanformal—.Quierodecir,madre,estaesPatsy…,enfin,Martha.

¿Era posible que un hombre se pusiera en ridículo hasta tal punto?, sepreguntóabatido.¿Seahorraríaalgunadelasantiguasemociones,orecorreríatoda la gama? Hasta el momento, durante la última media hora se habíasentido deprimido, frustrado, irritado, encolerizado, y ahora, un estúpidointegral.

Pero, comodecostumbre,Patsyno se arredrabaanteninguna situación.Extendiólasdosmanoshacia laancianaylabesóenlamejilla,comosinohubiera oído el ácido comentario. Su saludo transmitía más placer por elencuentroqueelsuyo,reflexionóGeorge,peroalmenoslaatmósferasehizomásrespirableenlahabitación.

Se sentaron (ay, la inolvidable incomodidaddeestas sillasdecrin)y sumadremandótraerel té.Sabíaquesealegrabadeverles.Hasta le temblabaunpocolamano.Perosumadrenosetolerabadebilidadesoemociones.VioqueenlazabaconfirmezalasmanossobreelregazoyestudiabaconatenciónaPatsy.

Fue evidente que no pudo encontrar ningún defecto. Asintió aregañadientesysevolvióhaciasuhijo.

—Confíoenquehayasacabadoconesatonteríadelejército.—Creo que está informada de que he dimitido de mi cargo, madre—

replicó en voz bajaGeorge. Se recordó con furia que esta visita seríamuybreveyquedebíacontenersuira.

—Dimitido—resopló la mujer—. Ojalá no te hubieras alistado nunca.Enfermo todo ese tiempo. La disentería ha matado a hombres mucho másfuertesquetú.Perdiendoeltiempo,dejandoquetutierrasearruinara.Esunmilagroquehayassalidobienlibrado.ElpobreLawrencenosabíaloquesehabíatraídodentro,ylematódespuésdesusbatallitas.

¿Siemprehabíasidoigual?,sepreguntóGeorge.—Meencuentromuybien,seloaseguro.Patsyseinclinóhaciadelanteensusilla.—Creoquevanaservirelté.Apoyó lamano sobre la suyaun instante, y luego la retiró.Confortado,

Georgedecidiónopermitirquesumadreledisgustara.El té no había hervido lo suficiente. Era flojo, y las pastas estaban

esponjosas.Georgebebió,mientrassumadresequejabadelaayudaincapaz

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quedebíasoportar.Patsyintentódistraerla.—LosniñosyyotenemosmuchasganasdeverMountVernon.—Prontoseospasarán,porquemehandichoqueestámuydescuidado.¿Qué significaba esta espantosa necesidad de sumadre de aplastar todo

logro,todaesperanza?Patsyhizocasoomisodelcomentario.—Noslopasaremosmuybienarreglandolacasa.Esunaactividadqueme

entusiasma.MeharámuyfelizcolaborarenlarestauracióndeMountVernon.Medecepcionaríanotenernadaquehacer.

—¡No te llevarás esa decepción! —La señora Washington miró a sunueva nuera con aire especulativo—. Bettyme ha dicho que ya tienes doscasasexcelentes.

—LascasasCustissonmuyagradables.DiolaimpresióndequePatsysospechabaloqueseavecinaba.—Bien, mi hijo es afortunado. Su padre nunca contó con fondos

suficientesparatrabajarsustierras.Siemprecomprando,añadiendounapiezaaquíyunapiezaallá.Ya tenemosbastante, solíadecir.Hayalgomásen lavidaquelatierra.

Georgeselevantósinhacerruido.—Ylatierra,biencuidada,puededevolvermultiplicadopordieztodolo

quesenecesitaodesea.Creoquehemosdemarcharnos,madre.Mañanaporlamañanapartiremostemprano.

Porunmomento, aparecióuna expresión indescifrable en los ojos de lamujer,nolágrimas,perosíuntoquedemelancolía,unanhelo.¿Quéqueríadeél? ¿Por qué no podían comunicarse? ¿Por qué se convertía en un serreservadoyformalcuandosehallabaensupresencia?¿Porquéintentabaellaazuzarlesiempre?Seinclinóyrozósumejillaconloslabios.

Enelcarruaje,caminodecasadeBetty,sevolvióhaciaPatsy.—¿Ybien?PeroPatsyestabaperdidaensuspensamientos.¿Cómohabíallegadoaser

George lo que era, habiendo nacido en esa casa?, se preguntó. ¿De dóndehabíasacadosusdotesdeliderazgo,lafeensubuenjuicio, lacapacidaddetomardecisiones,cuandoningúnaspectodesucarrera,ningunodesuslogros,recibíalamenoralabanza?

¿Alabanza?Sumadredesconocíaelsignificadodeesapalabra.¿Ternura?¡QueDiosnosasista!¿HabríasidoMaryWashingtonsiempre

igualconsuhijo?Ynoobstante,eraevidentequelequería,estabaorgullosadeél.¿Porqué,entonces,nosepermitíamanifestarlo?

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Patsy sintió una repentina compasión por el muchacho solitario queescapabaconfrecuenciaaMountVernon.Cogiósumano,laapretóentrelassuyasyselallevóaloslabios.

—Mipobreviejo—murmuró.Estas palabras acabaron con la sensación de depresión de George. De

pronto,sesintiócomounniñoquehubierasalidodelcolegio.Lavisitaquetantotemíahabíaterminado.Coninfinitaternura,infinitagratitud,rodeóentresusbrazosaPatsyyyano reparóenelpaisaje tristeydeprimentedeFerryFarm.

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7deabrilde1759

En Ferry Farm pensó que el invierno se había apoderado de la tierra, perounos días después, a medida que el carruaje se acercaba a la campiña delPotomac, dio la impresióndeque la primavera flanqueaba la carretera paradarleslabienvenida.Delanochealamañana,elpaisajeseconvirtióenunaexhibicióndecoloresalegres.Lahierbaperdiósuaparienciaresecaymarrón,yviróaunverdefértil.Elsolbrillabaconbenevolenciaenuncielosinnubes.

TodoelmundoreaccionóalaemociónsuscitadaporlacercaníadeMountVernonyelbuentiempo.

—Será estupendovolver a casa, coronel—murmurabaBishop cadadosportres—,seráestupendo.

Losniñosnoparabandeasomarlacabezaporlaventanilladelcocheparaverelpaisajedesconocido.Jackypreguntabasincesar,«¿Faltapoco,papi?»,y hasta la pequeña Patsy daba saltitos en su asiento, sin hacer caso de losintentosdesumadrepordormirla.

Georgedescubrióqueteníaquehacerungranesfuerzoparanoponerseagalopar. De vez en cuando apretaba las rodillas contra el costado de sumontura,yelobedienteanimalacelerabaelpaso,paraserfrenadoalinstante.

Bajo su aparente calma imperturbable, George sufría las agonías de unamadecasaapuntoderecibiraunhuéspedimportante.RevisómentalmenteladistribucióndeMountVernon.¿Habríaolvidadoalgo?HabíaenviadounmensajeropordelanteconinstruccionesparaAltondequeventilaralacasa,sacarabrilloalosmueblesehicieralascamas.Tambiénhabíaordenadoquetuvieracomidaparatodos.

La clave estaba enBelvoir.CuandoSallyyGeorge se enterarandequellegaba,iríanaecharunvistazoalacasa.Podíacontarconellos.HacíamesesquenoveíaaSally,desdesuúltimoyfugazviajeaMountVernonantesdelaboda. ¿LegustaríaSally aPatsy, se harían buenas amigas las dosmujeres?Eranmuydiferentes,peroconsiderabaimportantequetrabaranamistad.Gran

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partedelaalegríadeMountVernonsebasabaenlosestrechoslazosconsusvecinosdelPotomac,ylosmásimportanteseranlosFairfax.

Por fin, llegaron a su propiedad.Unviento suave acariciaba los árbolesqueyaestabanempezandoaflanquearelsenderodeMountVernon.Georgereprimióelimpulsodeadelantarse.Pesealaimpacienciaquesentíaporversitodoestabapreparado,queríacompartiresemomentoconPatsy.Cabalgóallado del carruaje cuando doblaron el recodo y apareció la casa a la vista.Parecíareciénpintada,yresplandecíasobrelahierbaverdequedescendíaconsuavidadhastaelPotomac.Lasventanasrefulgíancomodiamantes,yGeorgesonrióconorgullo.MountVernonparecíaunamujerhermosaqueacabaradevestirseparaunbaile,convencidadelefectoinsuperabledesuapariencia.

NotuvodudasnivacilacionescuandomiróaPatsy,cuyosojosbrillantesysonrisaentusiastalecomunicaronquecomprendía.

Loscriadosdelacasa,limpiosyaseados,inmaculadamentevestidosconlibrea, estaban esperando en el porche. Delante de ellos estaban Sally yGeorgeWilliam. Sus sonrisas eran tan dichosas y radiantes como la de él.Desmontóatodaprisa,abriólapuertadelcarruajeybajóaPatsy.Losniñossalieroncorriendotrasella,mientrasBishopseapresurabaaayudarles.

—Bienvenidoacasa,coronel.Bienvenidaacasa,señoraWashington.Uncorodevocesrepitióelsaludo,mientras losesclavosque trabajaban

enlacasahacíanreverencias.Sally yGeorgeWilliam se contuvieron un instante, como si prefirieran

que compartieran solos aquel momento. Después, se precipitaron haciadelante. El beso fraternal de Sally en la mejilla de Patsy fue devuelto alinstanteporesta.

—Nosalegramosmuchodeveros—dijo.LosojosdePatsyinsinuabaneldestellodelágrimas.—Teníamuchasganasdeconoceros.George se dio cuenta de que Sally estaba más guapa que nunca a sus

veintinueveaños,ylasofisticaciónestabasustituyendoasuencantoinfantil.Tomóconcienciasinelmenorpesar,yseenorgulleciódelcomportamientodePatsy.Saludóasusamigosycriadosconserenidadybuenaeducación,sindarseñalesdecansanciodespuésdeltediosoviaje.

—Nos reuniremos con vosotros dentro de unosminutos—dijoSally—,perohepreparadounrefrigerioyquierocomprobarquetodoestéapunto.Yahablaremosdespués.

Sindarlestiempodecontestar,GeorgeWilliamyellafueronalacocinade la casa.Con su tacto exquisito, los Fairfax dejaban que losWashington

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disfrutaransolosdesusprimerosmomentosenlacasa.George se quedó muy complacido al ver que George William había

seguidoalpiedelaletrasusinstruccionesrelativasalinteriordelacasa.Losmuebles brillaban. Habían pulido el suelo y trasladado la cama conbaldaquino al dormitorio de la planta baja. Había ordenado que pintaran yempapelaran la habitación en azul y blanco, y el efecto era agradable.MientrasJackyylapequeñaPatsysubíancorriendolaescaleraparainvestigarsus nuevas habitaciones, enseñó la casa a Patsy, y le informó de todos losdetallessobreloscambiosquehabíaefectuadoycuántofaltabatodavía.

Ellaescuchó,hizopreguntas,admiróelnuevocubrecama,lascortinas,lavistadesdeeldormitorio.

Habíanpuesto lamesa,yGeorgesealegróalverqueyahabían llegadolosnuevosplatosycubiertos.Alpoco,SallyyGeorgeWilliamsereunieroncon ellos. Los cuatro se sentaron a la mesa con los niños. Sally habíaencargado la comida, pero fue Patsy quien tocó la campanilla para indicarcuándo debían traer más platos y quién se encargaba de que el té fueraservido.FuePatsyquienseconvirtiódeinmediatoenlaanfitriona.

Conunapartedesumente,Georgemanteníaunaanimadaconversacióncon George William sobre el estado de la plantación, además de solicitarinformaciónasuamigosobre losasuntosquerequeríanatención inmediata,peroalmismotiemposeguíalaconversaciónentrePatsyySally.PatsyestabacontandoaSally laboday lafiestacelebradaenWilliamsburg.OyódeciraPatsy que nunca le había gustadomucho bailar hasta esta temporada, peroGeorge era un compañero tan soberbio que la hacía sentir grácil y diestra.UnaoleadadenostalgialeinvadiócuandoSallydijoenvozbaja,«Sí,losé».

Los niños se levantaron pronto de la mesa, pero cuando los Fairfaxestabanapuntodemarcharse,volvieronparadeciradiós.LapequeñaPatsyteníalasmejillascoloradas.Rodeólarodilladesupadrastroconelbrazo,yGeorgelalevantó.

—Dinossitegustatunuevacasa—dijo.Jackycontestóporella.—Oh,papi,nosgustamucho.HeoídodeciraBishopquemañanaporla

mañana,antesdedesayunar,saldráacaballoparaverloscampos.Yopodríairconustedparaayudarle.

GeorgeWilliamestallóencarcajadas.—Nohabía oído en todami vida una oferta de ayudamás generosa—

dijo, mientras revolvía el pelo de Jacky—. Si te sobra tiempo, jovencito,podríasecharmeunamanoenBelvoir.

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—Cuandopapáymamávenganavernos—dijoSally,conunapizcadetristeza en la voz—, tenéis que venir vosotros también. Tengo muchosjuguetesenBelvoirparanuestrossobrinosysobrinas.

Georgecomprendiólacausadelatristeza.Existíanpocasprobabilidadesdeque,despuésdediezañosdematrimonio,Sallytuvierahijosquecrecieranen Belvoir. George William y ella parecían tenerlo todo. Ahora, cuandoempezaba su vida enMount Vernon como hombre casado, intuyó que lastornas habían cambiado. La vida social de las familias del Potomac secentraría aquí, antes que en Belvoir. Ya no iría a casa de los Fairfax paraescapar de la soledadde su casa.Antes bien, estos queridos amigos que sehallabanalfinaldesujuventud,vendríanaquí.Delmismomodoquehabíansatisfecho sus necesidades durante tanto tiempo, Patsy y él lescorresponderían.

LesacompañóafuerayayudóaSallyamontarensucaballo.—Gracias,jovenWashington—sonrióella—.Querido,creoquenodebo

volverallamarteasí,ahoraqueestáscasadoyerescabezadefamilia.—Patsymellamasuviejo—contestóGeorge.GeorgeWilliamrio.—Ycuandoteponesserio,eselnombrequemejortesienta.—Extendió

lamano—.Hasidoundíaestupendo.GeorgeestrechólamanoconvigorysevolvióparaofrecerlaaSally,pero

ellaestabasujetandosulátigodemontarenunamanoylasriendasenlaotra.Porun instante, lemiróconunaexpresión indescifrableensusojosverdes.Después,diounlatigazoenelcostadodesumontura.

—A ver quién llega primero, cariño —gritó, y salió disparada por elsendero.GeorgeWilliamrio,clavólasespuelasensucaballoygalopódetrásde ella. George les siguió con la mirada hasta que se perdieron de vista.CuántasveceshabíaparticipadoenaquellasdemencialescarrerasatravésdeloscamposysaltandovallashastallegaraBelvoir.

Sintióunescalofríodefríoysoledad.Corrióadentro,enbuscadePatsy,peroestabaarriba,supervisandoelbañodelosniños,ynoleoyócuandolallamó.

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9demarzode1797PalaciopresidencialFiladelfia

ElpalaciopresidencialdeFiladelfiateníaunaspectoincorpóreo.Porfin,lasgrandescajashabíansidocargadasenloscarruajes.Porfin,habíaterminadoel inacabable debate sobre quémuebles debían regresar aMountVernon ycuálesdebíanquedarse.

DecidieronllevarselacamadeNelly.Nellyhabíainsinuadociertodeseode una cama más moderna, cosa que su abuela había rechazado de plano.Tambiénconservaronelcarritodedebajodelacama.Georgecomprendióelmotivo.Muchotiempoantes,lapequeñaPatsydormíalassiestasenél.

Los grandes espejos que habían llevado a Filadelfia planteaban unproblema. Tenían que embalarse con absoluto cuidado. Algunas de lascarreteras que recorrerían estaban sembradas de baches. Un espejo malembaladollegaríahechoañicos.

Durante las semanas de embalaje, George tuvo la impresión de que notranscurría un cuarto de hora sin que alguien viniera a despedirse.Desesperado, dijo a Lear que pusiera todos los papeles en cajas, y ya losclasificaríanalllegaracasa.TampocoeraqueesperaragozardemuchosratosdeocioenMountVernon.Concrecientealarma,contabilizabaelnúmerodegentequeinsistíaeniraverleaMountVernon.Conlaprimaveraapuntodeempezar,teníatodoslosmotivosparacreerquelamayoríaeransinceros.

Estaidealemovióaencargarunanuevaalfombraparalahabitaciónazul.Laúltimavezquehabíaestadoencasasediocuentadelomuynecesariaqueera.Sepreguntósilairritabilidadaumentabaconlaedad.Cienvecesduranteesaúltimasemanatuvoquemorderselalengua,peroleencolerizabaquesuspreciosasposesionesfueranembaladascondescuido.Noteníalaintencióndellegaracasaconcarruajesllenosdepertenenciasdestrozadas.

Nelly tenía un par de loros. Sus graznidos ponían los pelos de punta aGeorge,yhabíaesperadoquelosdejaraenFiladelfia.Inclusohabíasugerido

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aalgunosamigosque seprestarana cuidarde lospájaros.Por lovisto, susinsinuacioneshabíansidodemasiadosutiles.Nellyplaneócontododetalleeltrasladodelospájaros.

El joven Washington intentaba colaborar de buena fe. George recibiómuchas sugerencias del muchacho, la mayoría impracticables. Se sintióaliviado cuando el chico fue a despedirse de las jóvenes, y luego regresó aPrinceton.Eraigualquesupadre.Estepensamientoleprovocóunasonrisadeironía. Los Custis eran chicos guapos y encantadores. Un poco menos deencantohabríasidounabendición.

El jovenLafayetteestabapreocupado,ynadiepodíaculparle.Todos losbarcos de Francia traían nuevos rumores, pero daba la impresión de que elmarquésseríaliberadopronto.Georgesabíaqueelmuchachohabríadeseadocompartirsuencarcelamiento.Recordabaconfrecuenciaasupupiloqueeralaesperanzadelacontinuidaddeungranapellidofrancés,queelconsuelodesupadredurantelosúltimoscincoañoshabíasidosaberquesehallabasanoysalvo. Ahora que la angustiosa situación estaba a punto de resolverse, susefectosempezabanamostrarseenelhijodelnoble.Éltambiénestaríamejoren Virginia. La campiña en primavera podía calmar cualquier espíritudesasosegado.

Patsyestabaencamaconunfuerteresfriado.Susresfriadosleasustabanmucho. Losmédicos habían advertido de que cualquier inflamación de losconductosbronquialesdegeneraría con toda seguridadenneumonía. Intentóprohibirle que se levantara de la cama, pero ella no quiso ni escucharle.Mientras intentabacontener la tos, insistióenque loqueambosnecesitabaneravolveracasayestablecerse,yseencontraríaperfectamenteencuantolohicieran.

La mañana de la partida fue fría y ventosa. Por supuesto, se dijo consarcasmo George. Habría sido absurdo esperar un día apacible en marzo.Ordenóquepusieranmásmantasenelcarruaje.HabíaqueprotegeraPatsydelascorrientesdeaire.Élqueríairensufaetón,peronisiquieraloinsinuó.Ya era hora de que el tiempo mejorara un poco, y Patsy sufriría por sugargantasiviajabaenunvehículodescubierto.

Tomaronelúltimodesayunoenelcomedor.Loscriadosdelacasa,quesequedaríanconlosAdams,estabanapesadumbradosysilenciosos.Loscriadosde Mount Vernon se encontraban en un estado de nerviosismo apenasdisimulado. Patsy apenas tocó su desayuno, pero George insistió en quetomara una segunda taza de té caliente. Le pareció que sus ojos estabandemasiadobrillantes,casifebriles.

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Laangustiaquesentíaporellafacilitóquelapartidaresultarafácil.Yanosentíaarrepentimientoninostalgia.Lasdespedidashabíanterminado.Porfin,Patsy y él subieron al carruaje principal. Se marcharon a las siete de lamañana.

Nellysetapólabocaparadisimularunbostezo.—Quédíatanhorrible—suspiró—.¿Creesquelaprimaverallegaráalgún

día?Patsylamiróconsorna.—Si crees que hoy hace frío, tendrías que haber pasado algún invierno

connosotros.Meacuerdodehaberidoacaballoparareunirmeconelabuelo,yhacíatantofríoqueelalientodelcaballosecongelaba.

—Perolaabuelasiemprevenía—dijoGeorge—.Todosesperábamosveraparecer su carruaje. Ninguno de estos vehículos sobrecargados puedecompararse con lo que ella traía: jamón, pasteles, vinos y conservas. LanoticiadequelaseñoraWashingtonllegabaalcampamentobastabaparaquetodos los hombres del ejército se alegraran. Yo creo que pensaban que elcomandanteestabademuchomejorhumorcuandosudamaleacompañaba.

—Meacuerdodecuandohacíaselequipajeparaesosviajes—dijoNelly—.¿Recuerdaselbaúlquesiempreutilizabas,abuela?Decíasquellorábamoscuandohacíaselequipajeenotoño,pero teayudábamosahacer lasmaletascon gran alegría después de que regresabas en primavera. Recuerdo que avecestúllorabasporqueestabaspreocupadaporelabuelocuandoempezabanlascampañasdeprimavera.

PatsyenrojecióyGeorgesonrió.—Tuabuelanuncadejabaentreverqueestabapreocupada.Insistíaenque

elejércitoyyoéramosinvencibles.Hastalograbaconvencermeamí.—Siemprelocreí—afirmóPatsy—.Yrecuerdoquellorabamuypoco.Notó lamiradapenetrantede sumarido,y supoqueestabapensando lo

mismoqueella:lomuchoquehabíalloradodespuésdelterribledolorqueseabatiósobreMountVernon…

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19dejuniode1773MountVernon

Trasunlargoyduroinvierno,yunaprimaverapostergada,elveranoestallóen el Potomac. Los tulipanes y lasmagnolias, las violetas, la catalpa y losabetos de Nueva Escocia competían en teñir de color la tierra. Los saucesllorones teníanmuchas ramas rotas y dobladas debido al peso de la nieve,pero los huertos estaban llenos de grosellas, frambuesas, melocotones ycerezas.

Encatorceañosdevida ininterrumpidaenMountVernon,Georgehabíaconseguidotransformarenrealidadmuchosdesussueñossobrelamansiónylos terrenos.Suherenciahabíaconsistidoenmilhectáreasy lacasa.Ahora,loslímitesdelaplantaciónabarcabanmásdetresmilhectáreas,yteníaunaopcióndecomprasobrelapropiedadvecina.

HabíaampliadolacasaprincipalylosedificioscircundantesantesdequePatsy y él se casaran, pero estaban a punto de iniciar la ampliación quesiemprehabíadeseado.Laconstrucción ibaaempezarcondosalas,unaencada extremo del edificio principal. Una de las alas consistiría en unacombinacióndecomedorysaladebaile.Laotraalbergaríaunabibliotecaconunaescaleraprivada,queconduciríaalnuevodormitoriodePatsyyél.

Lasampliacioneserannecesarias.LaprimeranochequehabíallegadoconPatsyacasa,habíatenidolaintuicióndequeMountVernonseconvertiríaenunameca social. ¡No se había equivocado!De hecho, con frecuencia creíaqueregíaunhotel,yquedeberíacalificarsedeposadero.

Nosetratabatansolodelacantidaddeamigosyvecinosquevenían.Sushermanos,suhermanaBetty,docenasdesobrinosysobrinas,losamigosdelcolegiodeJacky,lasjovencitasyprimasquesearremolinabanalrededordelapequeña Patsy, juntos daban pie a un interminable desfile de fiestas,acontecimientossocialesyalegresveladasdemúsicaycancionesenelsalónderecibo.

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A menudo, anhelaba una noche tranquila y sabía que el deseo no erasincero. Le gustaba la gente joven tanto como a Patsy, y no cesaba deasombrarse de la silenciosa eficiencia con la quemantenía la casa siemprerelucienteylascomidassiempredeliciosas,pormásapruebaquepusieransuhospitalidad.

Talcomohabíaesperado,SallyyGeorgeWilliamibanaMountVernonmásquePatsyyélaBelvoir.Catorceañosnohabíanmitigadoelbrilloalegrede losojosdeSally.Avecesse lamentabadesudelgadez, suspirabaporelhechodeque leprodujeraarrugas,peroGeorgenunca la encontrabamenosatractivaqueaquellejanodíaenquelavioporprimeravezenlaescaleradeBelvoir.

Enun tiempohabía temido esa atracción, pero ahora la recibía de buengrado.SaberqueSallyyGeorgeWilliamibanasersusinvitadosalahoradecenar le colmabade impacienciadurante todo el día.Ella aún era capazdedivertirle y desafiarle. Sería siempre su pareja de baile favorita, aunqueprocurabanobailardemasiadoamenudoconella.Noobstante, laprofundamedidadeestafelicidadysatisfacciónresidíaensuvidaconPatsy.Durantetodosestosañoshabíacalmadoelanhelonoverbalizadoqueaún recordabadesuinfanciayjuventud.

Enuntiempo,lagraciacasiimprovisadaconlacualSallyregíaBelvoirleintrigó. Ahora, sabía que no habría podido llevar a cabo sus planes paraMount Vernon si Patsy no se hubiera preocupado tanto como él. Cuántasnocheshabíapasadohoraspensandoenvozalta,hablandodelaprudenciadeasumirunahipotecamásparaampliarlapropiedad,odeendeudarseconlosagentes de Londres para comprar colgaduras, alfombras y muebles. Laopinión de Patsy siempre había confirmado sus deseos. Siempre le habíaayudado a asumir la responsabilidad de un gasto que pudiera perjudicar sueconomía.Siemprehabíademostradounafeabsolutaensubuenjuicio.

Entodoslosaspectos,salvouno.Entodosestosaños,Patsynuncahabíapermitidoqueintervinieraenlaeducacióndesushijos.Georgesabíaquesuesposasequedaríaasombradasiconocierasuopinión.SiempreleconsultabaportodoslosdetallesdelasdecisionesmásnimiassobreJackyyPatsy,peroenunacrisisgrave,sihabíaqueelegirentreloqueélconsiderabaadecuadoyloquelosniñosdeseaban,suopiniónnuncaeratenidaencuenta.

Alprincipiohabíaesperadoque,cuandonacieranmásniños,seríacapazde compartir las alegríasde la paternidad, peroPatsyy él nohabían tenidohijos propios. El segundo invierno posterior a sumatrimonio, ella se habíaencontradomuymal.Quizáfueeseelmotivodesufaltadedescendencia.A

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veces, George se preguntaba por qué ni su hogar ni Belvoir habían sidobendecidosconunheredero.SeconsolabaconlacertezadequeloscaminosdelSeñoreraninescrutables.Éltendríasusmotivos.

SabíaquehabíatransferidoelamorquehabríasentidoporsushijosalapequeñaPatsyyaJacky.Suesposaseríasiemprelapersonamásimportantedesuvida,yesohabríasidociertoaunquehubiera tenidounacasa llenadeherederos,perodespuésdeella,sushijoseranloquemásquería.

George aceptaba el hecho de que era lo bastante humano para sentirseresentidoporlacegueradePatsyasussentimientos.Admitíaparasíqueellaanteponíaelbienestardesushijosaldeél,perocrecíanconrapidez,ypronto,contodaprobabilidad,seembarcaríanenunavidapropia.

Cuando Jacky cumplió dieciocho años, resultó evidente que tenía prisapor adoptar responsabilidades adultas. George consiguió arrancarle de unarelación romántica en un colegio y le matriculó en el King’s College.Después, para su disgusto, Jacky conoció a Nellie Calvert y le propusomatrimonio al cabo de poco. Su madre reaccionó con sentimientosencontrados al anuncio, pero George estaba disgustado y furioso. No teníanadacontraNellie,queeraunachicabonitaydecente,peroJackyteníaqueconcentrarseen losestudios.Estabadandoseñalesde iraconvertirseenunfrívoloirresponsable,ydentrodeunosañosobtendríaelcontroldeunagranfortuna.Debíaalcanzarlamadurezantesdesellarsufuturo.

Georgenopudoimpedirelcompromiso,perodejóbienclaroalpadredeNellie que no quería ni oír hablar de matrimonio hasta que Jacky hubieraterminado su educación universitaria, lo cual equivalía a casi cuatro años.Jackyvolvióa launiversidad, alparecer satisfechoporel acuerdo,yNelliefueaMountVernonparaquedarseunatemporada.

Unamañanadejunio,pocodespuésdesullegada,Georgeselevantóconinesperadooptimismo.Pensabaque,igualqueelveranohabíaestalladodelanochea lamañana,muchosde losproblemasacuciantesdelañoanterior seresolverían. Nellie era una muchacha deliciosa, y tal vez el compromisoimpediría que maese Custis mariposeara en exceso con otras jovencitas.Mientras el matrimonio se aplazara hasta su graduación, George estabadispuesto a conceder que quizá el compromiso se convirtiera en una buenainfluenciaenlavidadeJacky.

Durante el año anterior, otro problema había preocupado también aGeorge. Comprendía mejor que muchos las graves implicaciones de lacreciente hostilidad entre las colonias e Inglaterra. Muchas veces se habíapreguntado si la brecha no se estaría ensanchando con demasiada celeridad

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parasercurada.Perolamañanadel19dejunio,cuandomiróporlaventanayobservó su jardín estilo inglés tan anhelado, fue incapaz de creer que lasdiferenciasnopudieransuperarse.

Sabíaquenohabíacambiadodemasiadodesdelosdíasdesuexperienciamilitar.Sí,ahorateníaelpelogrisylasarrugasquecircundabansubocaeranmás profundas, pero aún se sentía en tan buena forma física como unageneraciónantes.Sialguiensepasabaalairelibrelamayorpartedeldía,nocriabagrasa.

Patsy llegóprocedente de suvestidor, y alisó el encaje quebordeaba elcuellodesuvestido.Georgesonrió.

—LaseñoraWashingtontienemuybuenaspecto.Ellariocontimidez.—La señoraWashington se acuerda de cuando era apenasmás delgada

quesuhija.George,parecequehamejoradobastante,¿nocrees?—Desdeluego.Georgedeseabasersincero.Alosdieciséisaños,lapequeñaPatsyerala

bellezadelcondado.Habíaheredadoelpelooscurode losCustisyelperfilcinceladodelahermosafamilia.NuncahabíaperdidoeltoquedemelancolíaquelehabíarobadoelcorazónaquellalejanatardeenelsalónderecibodelosChamberlayn,ynuncahabíaperdido la fragilidaddesu infancia,cuandosumadresufríatantoporsusalud.

La pequeña Patsy era frágil todavía. Padecía desmayos con excesivafacilidad.Habíademasiadas fiestas a lasquenopodía asistir.Con excesivafrecuencia acudían a una celebración y tenían que regresar a toda prisa,porqueellasehabíaderrumbado,febrilytemblorosa.

Georgepensóenlasincontablesvecesquelahabíasubidoenbrazosasuhabitación después de esos desmayos, cómo se aferraba a él y su asustadosusurrofinal,«Creoqueyameencuentrobien,papi».Losataquesnohabíansidomuyfrecuentesdurantelasúltimassemanas,peropormásqueintentabainsuflaroptimismoasumadre,siempreestabapreocupadoporsuhijastra.

Aun así, comprendió que su optimismo de esta mañana también seextendíaalasaluddePatsy.

—Estámejorando—afirmó—,ydentrodepoco,nomecabedudadequeinterpretaréelpapeldepadreseverocuandoelprimerjovenpidasumano.

—Ah,peronohadecasarsedemasiadojoven—exclamóPatsy—.Nolopermitiré.Jackyyapuede,peroellanoestápreparadatodavíaparaesetipodecosas.

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—PorelamordeDios,¿cuálessonesascosas?—preguntóGeorge,ysucarcajadacoreóladeellacuandoseencaminaronhaciaelcomedor.

Nellie Calvert ya estaba sentada a la mesa. Era evidente que la bonitaNellietodavíavivíaenunmundohabitadotansoloporellaymaeseCustis.LesrecibiódiciendoqueJackylehabíadescritomañanascomoesta,yquelegustabamuchopasearporlaorilladelPotomacantesdedesayunar.

GeorgenohizocasodelainsinuacióndelomaravillosoqueseríacontarconlapresenciadeJacky.BiensabíaDiosquenoexistíalamenorposibilidaddeconvertiralmuchachoenunerudito,perodebíacontarconciertaculturaydisciplinasiqueríaadministrarcomoeradebidosugenerosaherencia.

La pequeña Patsy entró en el comedor. Sus faldas crujieron cuando seinclinóparabesarasumadre.Después,rodeóelcuellodeGeorge.

—Buenosdías,papi—murmurócuandolebesólaoreja.George la examinó con detenimiento. Tenía buen color y sus ojos

centelleaban.Suvestidoazulhacíajuegoconeltonocaramelodesusojos.—Estás muy guapa esta mañana —comentó—. ¿Has dormido bien,

cariño?—Tanprofundamente como si estuvieramuerta—rio la pequeñaPatsy,

perolaspalabrasestremecieronaGeorge.LaamigadeNellie,quelahabíaacompañadoaMountVernon,sereunió

conellos,yGeorgecomentóquepocasvecesteníaelplacerdedesayunarcontres damas tan adorables. Cuando Patsy enarcó una ceja, se corrigió alinstante.

—Contresjovencitastanadorables—dijo,ytodosrieron.Despuésdeldesayuno,seexcusóyfueaverloscampos.Eraevidenteque

laconversación ibaagiraren tornoa losfuturosplanesdeboda,vestidosyzapatos. Como faltaban cuatro años para el enlace, imaginaba muchasconversacionessimilaresenlosmesesvenideros.

Cuandovolvió a casa, se alegróde encontrar a suhermano Jackcon suesposa,Hannah,ydosdesushijos.Georgesaludóasuhermanoconafecto,yasuesposaconciertareservainconsciente.Sospechabaquelavisitasorpresano erapor la alegría deverle a él y aPatsy, sinoporque la esposade Jackquería echarunbuenvistazoaNellieCalvert.SabíaquePatsyy él estabanpreocupadosporelrápidocompromiso.

Aunasí,fueunatardeagradableyplácida,sobretodoporelhechodequelapequeñaPatsyparecíaestarmejordesaludyánimosqueenmuchotiempo.

A las cuatro, cuando se levantaron de la mesa, la muchacha fue a suhabitaciónparaleerunacartaquehabíarecibidodeJacky.Pocodespués,fue

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víctimadeunodesusataquesysedesmayó.FueNellyquienoyólacaída.No era uno de sus desmayos habituales, cuando se congestionaba y

empezaba a temblar. Esta vez, se quedó inmóvil por completo, y surespiraciónapenaseradiscernible.Suvidaeracomounafrágilvelaazotadaporunvientoferoz.Unsolomovimientolaapagaría.

Georgelalevantóenbrazosconabsolutadelicadezayladepositósobrelacama. Patsy pidió ayuda frenéticamente, pero había visto la muerte conexcesiva frecuencia para engañarse. Se postró de hinojos junto a la cama,tomó la mano de la pequeña Patsy en la suya y, mientras las lágrimasresbalabansobresusmejillas,empezóarecitarlasoracionesdedifuntos.

Murió antesdeque transcurrierandosminutos.Las lágrimasdeGeorgecayeronsobrelosrizosquecubríansufrentecuandolabesóysepusoenpie.Patsy,pálidadeangustia,agarrólasmanosdesuhijayempezóamasajearlas.Después, al tomar conciencia de que la pequeña Patsy ya no respiraba, ledirigióunamiradaimplorante.

George tomó a su esposa entre los brazos, cuando su primer sollozo ledesgarróelpecho.Moviólacabezaendirecciónalosdemás.

—Dejadnos solos —ordenó en voz baja. Cuando la puerta se cerró,empezóaacunarlacabezadePatsycontrasuhombro,peroellaseliberódesuabrazoconunchillidoysearrojósobrelaformainmóvildelacama.

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Juliode1773MountVernon

Durante las semanas posteriores al fallecimiento, George hizo todo cuantopudopor recuperar aPatsy de su depresión. Su corazón sufría por la dulcemuchachaalaquetantohabíaquerido,peroniporunmomentosedetuvoapensarensudolor,puesdedicabacadamomentodeldíaaladesoladamadre.

Pidió laayudade losFairfax,ycasicadadíaSally llegabaconunplatotentador de Belvoir para intentar convencer a Patsy de que comiera. Sally,debido a su carácter, siempre lograba levantar el ánimo, yGeorgeveía congratitudcómopocoapoco,congranpericia,ibaplantandolaideadequelapequeña Patsy había muerto en un momento dichoso de su vida, antes deconvertirseenunaverdadera inválida, antesde tenerqueafrontar lapenosarealidaddequesuafección lahabría imposibilitadoparaelmatrimonioy lamaternidad.

Cuando Patsy hablaba de la tragedia que había significado la delicadasaluddesuhija,SallycontraatacabaconunadocenaderecuerdosfelicesdefiestasybailesenquelapequeñaPatsy,hermosaconsuvestidonuevo,habíasido el centro de atención. Recordaba la alegría de la muchacha cuandomontabasuponi, lasmaravillosassorpresasquesiemprecontenían lascajasllegadasdeInglaterra.

—A veces lloraba cuando se encontraba mal—decía Sally—, pero entodos losañosque laconocínunca lavi llorarporquefueradesdichada.Yopensaba a menudo que, si hubiera sido bendecida con una hija, me habríagustadodarletantafelicidad.

GeorgeWilliam venía con frecuencia a buscar a Sally al final del día.Daba la impresión de que comprendía los sentimientos de George y letransmitía sin palabras su solidaridad, que era un bálsamo para el espírituconturbadodeGeorge.

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Unanoche,casiunmesdespuésdel fallecimiento,estaban tomandounacopadevinojuntosenelestudio,yGeorgeWilliamhablósindramatismos.

—Es duro para ti también. Envidiaba la adoración que sentías por lachiquilla. Bien, dicen que lo normal es que un padre quiera a su hija, yviceversa.

—¿Yquédicendeunpadrastro?—preguntóconamarguraGeorge,perobienpodríahabersemordidolalengua.

GeorgeWilliamlemiróconcompasión.—Supongo que casi todo el mundo diría que un padrastro padecerá el

mismodolor que un padre natural, pero nunca se lo reconocerán.De todosmodos, el tiempo es un remedio para todo, sea el dolor o la falta decomprensión.

Georgediovueltaslentamentealtallodelacopaylamiró.—Temoqueelremedioparaeldolordemiesposaseatraerasuhijodela

universidad.Porlovisto,creequelapresenciadeJackylaayudaráasoportarlapérdida.Jacky,porserunCustis,síquepuedecompartirsupena.

—SiJackydejalauniversidadahora,nuncavolverá.George William pronunció la frase de una manera que no admitía

discusión.—Nunca —admitió George—, pero su madre opina que quizá sería

positivoparaélcasarsepronto.Asítendránietosquecriar.Yaestádiciendoque cuando Nellie y Jacky se casen, le gustaría que vivieran aquí, o queconstruyeranunacasacerca.Noobstante,siJackyquiereresidirenunadelascasasCustis,ellapodríairaverlesconfrecuencia.

GeorgeWilliamdejósucopasobrelamesa,seacercóyapoyóunamanosobresuhombro.

Georgelededicóunasonrisadegratitud.—Yasabesquenopodríahablarconningunaotrapersonadeesto.Pero

quién sabe,puedequeconel tiempo todo salgabien.Estamospasandounamalatemporadaentodoslosaspectos.

—Enunaspecto,creoquetodoirábienalalarga—dijoGeorgeWilliam—.Patsysuperarásudolorysededicaráporenteroati.Hasdedarletiempo.Pero en el aspecto de las colonias e Inglaterra, mucho me temo que nosdirigimoshaciaundesastre.

—Locualcomplicacadavezmástusituación.GeorgesabíaqueelclimapolíticoeramuydifícilparaGeorgeWilliam.

Como posible heredero de lord Fairfax, estaba atrapado en el antagonismoentreInglaterraylascolonias.

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—Bien,paracuandovolvamos,esposiblequetodosehayasolucionado.—MientrasGeorge lemirabaconaprensión,GeorgeWilliamseacercóa lachimenea y apoyó un codo contra la repisa—. Hemos decidido vivir enInglaterra—dijo—.Como ya sabes,mis expectativas futuras dependen porcompleto de mis relaciones con mi familia de allí. Una separación dekilómetrosprovocaconfrecuenciaunaseparaciónemocional.TambiénconfíoentratarmeenBathdeestaartritis,antesdequeempeoreaúnmás.

George siempre había sabido que, algún día, los Fairfax volverían aInglaterra, y tal vez se quedarían a vivir allí. Pero perderles ahora eraimpensable.

—¿Cuándopensáisiros?—preguntó.—Dentrodepocas semanas.Estuveapuntodedecírteloelmespasado,

cuando…, cuando ocurrió la tragedia, y no he querido sacar el tema acolacióndesdeentonces,peroahorahedehacerlo.

George pensó en los veinticinco años transcurridos desde que GeorgeWilliamyélparticiparonenelprimerviaje topográficoyvolvieronhechosamigos.Alolargodelosañoshabíanintercambiadoherramientasycaballos,discutido de política, cazado juntos y pasado incontables veladas en susrespectivascasas.LaideadeperderasugranamigoyaSally…,yaSally…,lecausóundolorcasitanprofundocomoeldelamuertedelapequeñaPatsy.

GeorgeWilliamasintió.—Si existe un único consuelo de este traslado, es que nos ahorraremos

tomarpartidoafavoroencontradelamadrepatria.EnInglaterra,seréunavozrazonableenloscírculosdelpoder,ydefenderélacausadeloscolonos.Aquí, estoy demasiado enfermo para luchar por las colonias, si llegara esemomento,ymeveríaobligadoaenemistarmeconfamiliaresoamigoscuandotomara partido. Pronto será imposible hablar con moderación a favor deInglaterraenAmérica,peroenInglaterra,creoquepuedoseruncolonoqueexigesusderechoscomoinglésamiscompatriotas.

—Sí,algunasvocesmoderadasquehablenpornosotros,queacabenconlacreenciadequesomosunosbárbaros incultosantesque ingleses,podríansignificarunagrandiferencia.

GeorgeWilliamseacercóalajarrayvolvióallenarambascopas.Alzólasuyaenalgosimilaraunbrindis.

—Hace mucho tiempo, profeticé que te convertirías en un gran lídermilitar.Nomeequivoqué.Ahora,profetizoque,siestarebeliónsetransformaenunarevoluciónagranescala,túseráselelegidoparaliderarla.

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—No abrigo el menor deseo de encabezar una revolución —protestóGeorge—.BiensabeDiosquenoambicionoesatarea.

—Sinembargo,recaerásobretushombros.Prepárateyponenordentusasuntos.Loveovenir,George.

—¿Qué ves venir? —Sally estaba en la puerta. Tenía aspecto decansancio,ylasojerasconseguíanquesusojosverdesparecieranmásgrandes—.Patsysehaidoadormir.Creoqueestáunpocomásanimadaestanoche—dijoaGeorge.Repitiólapregunta—.¿Quévesvenir?

—Veo a nuestro amigo aquí presente tomar una vezmás elmando delejército—contestóGeorgeWilliam.

Sallyasintió.—Recuerdaque,hacemuchotiempo,tedijequeGeorgellevabalamarca

delagrandeza.Ylosdososreísteis.—Lorecuerdomuybien—sonrióGeorge—.Creoquereímosporquetu

esposoestabaesperandounaprediccióndeuntipomuydiferente,algoacercadeunnuevocarruaje.

Sallymeneólacabeza.—Caramba, joven Washington, tienes muy buena memoria. Ahora,

inclusoenestaépocadedesdicha,yotambiénquierohacerunaprofecía.Latristezapasaráytodoelmundoconocerátugrandeza.Locreofirmemente.

Georgelamirósinpestañear.—¿YcuándopredicesquelosFairfaxdeBelvoirregresarándeInglaterra?LaslágrimasacudieronderepentealosojosdeSally.Semordióellabio,

volvió la cara y tomó la copa de vino que George William le estabaofreciendo.

—Nolosé—contestó—.Nolosé.Unas semanas después, Patsy y él fueron a acompañar a los Fairfax al

trasbordadorquelesconduciríaenlaprimeraetapadesulargoviaje.GeorgeWilliam le estrechó la mano vigorosamente, y después le tomó por loshombros en un breve abrazo. El rostro surcado de lágrimas de Sally sedemoró sobre sumejilla.Después, fueron figuras diminutas como juguetes,queagitabanlamanosincesarmientraseltrasbordadorseperdíadevista.

Patsyagitósupañuelo,yluegosesecólosojosconél.—Tantosadioses—suspiró—,tantos.Elmédicodelafamiliayamigodemuchosaños,eldoctorCraik,también

leshabíaacompañado,yesperabaalgoapartado.MiróconfijezaaPatsy,peronohizoningúncomentario.

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Volvieron al carruaje en silencio. Cuando se alejaron del embarcadero,unasensacióndepérdidaydepresiónabsolutaseapoderódeGeorge.Estabaseguro de que nunca más volvería a ver a Sally y George William. ¿Eraposible que hubiera dejado atrás para siempre sus días de felicidad? Estosúltimoscatorceañoshabíansidofelices,muyfelices.¿Seríalavida,apartirdeestemomento,solounasombradeloquehabíasidohastaentonces?

Serevolvióinquieto.No,uncapítulohabíaterminado,perosusvidasno.Continuaría con la ampliación deMountVernon. Trabajar de nuevo en losplanoslograríaquesesintieraútilyactivo.

SiPatsyqueríapermitirunmatrimonioprecozentreJackyyNellie,yanoseopondría.Habíaquehaceralgopositivoparaaliviarsudolor.Siesealiviosolo podía surgir cuando concentraba su amor y atenciones en una nuevageneracióndelafamiliaCustis,queasífuera.

En los meses venideros, sería importante que Patsy encontrara algúnmotivo de felicidad. Sería demasiado para ella preocuparse por la auténticaamenazaquesecerníasobretodalaestructuradesusvidas,ytambiénsobrelascolonias.

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9demarzode1797ElSignodelBarcoChester,Pensilvania

La posada del señor O’Flynn se llamaba El Signo del Barco. Georgerecordaba que era un lugar tranquilo con buenas camas. Cuando el cortejoparó ante el establecimiento, confió con toda sinceridad en que no hubieracambiado.

Entumecidosycansados,bajarondelcarruaje.Lascarreterasestabanunpocomás secas y lisas de lo que había osado esperar, pero aun así, el díahabíasidolargo,ylasoscilacionesysacudidasdelcarruajehabíanfatigadoaPatsy.Yanopudocontenermáslatoscuandosalióalvientohelado.

Latomódelbrazoyseapresuraronaentrar,peronotódecepcionadoquehacía frío en la posada.El propietario se apresuró a darles la bienvenida, yproclamóobsequiosoquesupresenciacaldeabasucorazón.

Peronotuestablecimiento,pensóGeorgemalhumorado,ypreguntósinopodíanalimentarelfuego.

—LadyWashingtonestáresfriada,yhagaelfavordecalentar lascamascuantoantes.LadyWashingtonestácansadadelviaje.Y…

—YladyWashingtonestáhambrienta—rioPatsy—.Bastadeprotestar,viejo.Estarébien.

Tenía mejor aspecto cuando al fin se sentaron a la mesa, y George serelajóunpoco cuando sedio cuentadeque la comidade la posada era tanbuena,quehabríacomidoenvueltoenpielesllegadoelcaso.Detodosmodos,Patsynodebíaenfriarse.Nodebíaponerseenferma.Ahorano.Lamirabaconatencióncadavezquevolvíalacabezaparatoser.

—Teretirarásencuantoterminesdecenar—ordenó—.Ysimañananoteencuentrasmejor,nosquedaremosotrodía.

—Ni hablar.—Patsymeneó la cabeza con vehemencia—.Cuanto antesllegue a casa, antesme pondré bien. Lamejor solución sería viajar toda lanocheparallegarcuantoantes.

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Georgepaseólavistaalrededordelamesa.—¿Alguien tiene algún mensaje para Filadelfia? —preguntó—. He de

escribiraLearparaquemecomprealgunosfolletos.—Noteolvidesdepreguntarporlaslibreas.EltonodePatsynoinsinuabaqueyatendríaquehaberlohechoantesde

salirestamañana.—Señor,¿puedoayudarleaescribirlasnotas?FredFrestal,eltutordeljovenLafayette,eraunmuchachoagradable.Sus

deferentesofrecimientosdeayudaeransinceros,yno loshacíasinoestabaconvencidodequeexistíangrandesposibilidadesdequelosaceptaran.

Georgesonrió.—Situvieraqueescribirmásdeunapágina,aceptaríaconmuchogusto,

pero lanotasereduciráaunaspocas líneasde instruccionespara lacasadeFiladelfia.

—Puedes añadir una línea de mi parte, abuelo. —Los ojos de Nellybailaban, aunque su tono era vacilante—. Parece que hemos olvidado algomuchomásimportantequelaslibreas,algoquetesabríamuymalperder.

Georgebajósutenedor.LosojosdeNellydesmentíansuspalabras.—Hazelfavordedecirmecuáleseseolvidotanpenoso.—Te daré una pista —dijo Nelly—. Hay dos. Son seres vivos. Los

sonidosqueemanandeellosalegrantualma.Losquierestantoquedeseabascompartirlosconlosdemás.

—¿Has olvidado tus loros? —preguntó George con incredulidad—.Después de tantas declaraciones de amor, de que no podías estar ni un díaapartadadeellos.¡Yteloshasolvidado!

—La verdad es que no—explicóNelly—.Los llevaba yomisma en lajaula,yladejéunmomentoparavolvercorriendoamihabitación.Penséquehabíaolvidadomichal,perodescubríquenoeraasí,yentoncesolvidécogerlajauladelosloros.¿QuerráshacerelfavordepediraLearquelostraiga?

Georgeasintió.—Sololamentonohabermeenteradodequeloslorosnoformabanparte

de nuestro séquito. Me habría dado una gran alegría saber que se habíanquedadoextraviadosenFiladelfia.

—Oh,abuelo—protestóNelly.Lafayetteuntóconmantequillaunagenerosarebanadadepan.—¿Hasinformadoalgeneralacercadelperro?—preguntóaNelly.Georgevolvióabajarsutenedorymiróasunieta.

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—¿Noshemosolvidadodetuperro?Omejordicho,¿tehasolvidadodetuperro?

La expresión y la voz de Nelly transmitieron el reconocimiento de suerror.

—Temoquecompartióeldestinodelosloros—admitió.El joven Lafayette rio sin disimulos. El tutor no pudo disimular una

discreta sonrisa, y Patsy meneó la cabeza mientras intentaba reprimir unacarcajada.George fue incapaz de impedir que las comisuras de su boca seagitaran. No había comida aburrida cuando se hallaba presente algúnmiembrodelafamiliaCustis.

Aquella noche, después de que Patsy y los demás se fueran a la cama,George escribió a Lear. Le habló de los folletos, los espejos y las libreas.Después, con un suspiro, añadió una posdata. «Alguien ha pedido que meacordaradelosloros,yotrapersonaquemeacordaradelperro.Pormiparte,nomeimportaríagrancosaquetodoscayeranenelolvido».

PasaronlasegundanocheenElkton,y la terceraenHarford.UnafuertetormentadenievelesrecibióenlascercaníasdeBaltimore.Elvientoaullabacontralasventanasdelcarruaje,ylosgruesoscoposremolineabanalaluzdelanochecer.

Georgemeneólacabeza.SabíaqueunaescoltalesesperabaparaentrarenBaltimore, y no quería que Patsy se quedara al aire libre escuchandodiscursos.

—¿Porquéparecesiemprequecae lapeor tormentadenievecuando laprimavera está a la vuelta de la esquina? —preguntó de repente Nelly—.Parecealgoinnecesario,unapérdidadetiempo.

—¿Quieres decir que no debería nevar, cuando existen grandesposibilidadesdequevayaafundirseenseguida?—preguntóGeorge.

—Algoporelestilo,supongo—contestóNelly—.Esqueyatengoganasdequelleguelaprimavera,ynoquierosoportarmásnieve.

—Haymuchascosasenlavidaquenoquerrássoportar—dijoPatsy—,yesperoquelapeorseaeltiempo.

—Yalosé,abuela—repusoNelly—,ytampocomereferíaalanieveenconcreto. Es que tengo miedo de que se convierta en una verdaderatempestad,tengamosquequedarnosundíaencerrados,ynomegustaesperarcuandodeseoalgocontodasmisfuerzas.Enestecaso,llegaracasa.

La sonrisa de Patsy se convirtió en una tos fuerte. George la miróalarmado,peroserecuperóenseguida.

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—No te gustan las esperas ni los retrasos. Es una suerte que no fuerascomandante en jefe de las fuerzas revolucionarias hace veinte años—dijoPatsyasunieta.

—Nilamujerdelcomandante—intervinoconsequedadGeorge—.Patsy,¿te acuerdasde las tormentasdenievede aquel año?Daba la impresióndequeelcielonovolveríaaserazulnuncamás.

El sonido de cascos de caballo acercándose provocó que todos seasomaranporlasventanillasdelcarruaje.

—Debe de ser la escolta —dijo George—, y a juzgar por el ruido,deduzcoqueesnumerosa.

—Muyapropiado—comentóPatsy—.Nuncahabráunacapazderendirtelos honores que mereces. —Rio—. No obstante, hemos de admitir quealgunosrecibimientoshansidomuyimaginativos.

George lanzó una carcajada, y Nelly compuso una expresión deperplejidad.

—TerefieresalasjovencitasyasusmadresdeTrenton,larecepciónquemeofrecieroncuandoibacaminodelaprimeratomadeposesión.

—¿Echarás de menos llevar escolta, abuelo? —preguntó Nelly—.Supongoqueyanotendráscuandoestemosencasa,¿verdad?

—Cuando lleguemos a casa, el granjero Washington no necesitaráningunaescolta—dijoGeorge—.Ycreoquealaabuelanoleimportaráqueunviejolaacompañeensusvisitas.

La escolta de Baltimore había llegado. A través de la nieve que caíavieron oficiales uniformados con elegancia,muy tiesos sobre susmonturas,quesesituabandelanteydetrásdesuscarruajes.

LosojosdeNellybrillarondeemoción.—Confieso que será difícil acostumbrarme a ir sin escolta—dijo—.Es

algoqueempezócuandoeraniña.—Alosdiecisieteaños,ochoañosesmucho tiempo—admitióPatsy—.

Yoeramuchomayorcuandounaescoltaoficialmerecibió.RecuerdohaberescritoamiamigaBettyRamseyquecualquierapensaríaqueyoeraalguienimportante.

Alinstante,volvióaanudarlascintasdesutoca,echarhaciaatráselpeloquecaíasobresufrenteyalisarsucapa.

—Fueelprimerviajelargoquehiceenmivida—dijoaNelly—.Fuelaprimeravezquemereuníconelabuelodurante laguerra.FuiaCambridgeparaestarconél.

Enlazólasmanosdentrodelasmangas.

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—Losperiódicosme llamaban«laesposadeSuExcelencia».Yoestabamuynerviosa,porquecuandoatravesabaunpueblo,muchagentesealineabaen lasaceras. Intentabadisimularqueestabaaterrorizada,perocreoquefuedurante eseviaje cuandocomprendíque, si quería ser la esposadel abuelo,tendríaqueestarasualtura.

—Hacía mucho tiempo que no os veíais—dijo Nelly—. Tuvo que sermaravilloso. —Sus ojos brillaron—. Algún día, cuando quiera mucho aalguien,noquerrésepararmedeélnunca.Perosialgunaveznosseparamosunatemporada,creoquelareuniónserámaravillosa.

GeorgemiróaPatsy.Estabasegurodequelosmismosrecuerdosestabandesfilandoporsumente.

—Bien —dijo, con los ojos brillantes—, nuestra reunión fue bastanteprosaica. Al cabo de media hora de su llegada, me estaba cosiendo losbotonesdelachaquetadeluniforme.

—¡Botones!Nellyparecíadecepcionada.YGeorgeobservó,divertido,unleveruborenlasmejillasdePatsy.

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Agostode1773-Mayode1775MountVernon

DespuésdelapartidadelosFairfax,Georgeintentóceñirsealcalendarioquesehabíamarcado.Enunestadodeenergíacompulsiva,confeccionólalistadefechas a la que debían ceñirse las ampliaciones de la casa principal, labibliotecayeldormitorioenlapartesur,ylasaladebaileenlapartenorte.Preparó con meticulosidad los planos y las instrucciones exactas de cadadetalle de la obra, como si ya sospechara que no estaría presente parasupervisarlostrabajos.

No se le escapó ningún detalle. La cocina necesitaba reparaciones. Lashabía terminado. Encargó más ruecas y guadañas, y examinó otrasherramientas e instrumentos.Preparaciónyprevisión…Nopodíaolvidar laadvertenciadeGeorgeWilliam.

La situaciónpolítica empeoraba.Georgedescubrióque el honordictabaque participara de manera activa en la ruptura de lazos con Inglaterra.Aconsejóquelamiliciaempezaraaentrenarsedeinmediato.FueunadelaspersonasquepropusieronundíadeayunoparadramatizarlapropuestacontraelcierredelpuertodeBoston.

SibienintentabapasartodoslosmomentosposiblesconPatsy,despuésdela marcha de los Fairfax, siempre tenía la sensación de que ella le estabaexcluyendo. Sabía que no era a propósito, pero Patsy continuaba usandoexpresiones como «ojalá pudieras entender…». Escribió al King’s College,coninstruccionesdequeenviaranaJackyacasa,aunqueélcreíaensilencioque su presencia y su amor debían ser suficientes para prestar apoyo a suesposa. Pero sus sollozos nocturnos no se apaciguaron hasta que aceptóescribirlanota.

LagratituddePatsycuandoenviólacartafuetandesagradablecomosusilencio herido cuando él había intentado aplazar la vuelta a casa. Jacky locomprendería.EraelhermanodelapequeñaPatsy…Poresoellaqueríaverle

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casado…para que pronto hubiera niños…, tal vez incluso una niña que separecería a la pequeña Patsy. George se preguntó dónde encajaba él en elcuadro.

Peseatodo,lavidaparecíaplacenteradepuertasafuera.Nohabíaseñalesvisibles del cataclismo inminente. Tal vez se producían tensiones en elgobierno,perocuandolaCámaradelosBurguesessereuníaenWilliamsburg,casitodoslosmiembrosasistíanalacenaceremonialdelgobernador.

Si llegaba la guerra, Mount Vernon se convertiría en objetivo de losproyectileslanzadosporlosbarcosingleses,peronadiequefueratestigodelagenerosainversiónenlasampliacionesadivinaríaesetemor.

Patsy y él podían haberse convertido casi en unos extraños, cada unoabsortoensupreocupaciónparticular,ensudolorparticular,peroesonosetraslucíaalosinvitadosquellenabanMountVernonolosamigosqueibanaverles.

Enfebrerodel74,JackyyNelliesecasaron.PatsynoquisoiralacasadeCalvert, enNuevaKent, para asistir a la boda.Teníamiedode estropear lafiestasiseponíaallorarporlajovenquenoestaríapresentecomodamadehonor de la novia. George fue sin ella y trató por todos los medios departicipar en la alegría general y no abrumar a los jóvenes con su continuadesaprobación.

La boda pareció animar a Patsy. Tomó un interés más activo en losprogresosdelaconstrucción,yescuchóconmásatenciónlasnoticiassobrelarupturaconInglaterra.

El septiembre siguiente,George fue a Filadelfia comodelegado elegidoparaelCongresoContinental.[2]Decidióasistirenuniformemilitar,y luegoafrontólarealidaddequenadiepodíairauncongresoqueibaadiscutirsobreunaposibleguerraconeluniformedelbandohostil.

Eligióeluniformeazulyrojoquehabíallevadodurantelaguerracontralosfrancesesysusaliadosindios.

En la sesión de Filadelfia fue elegido para ponerse al mando de lasmiliciasdelcondado,ydedicóelinviernoalainstrucción.Leimpresionaronlosrostrosjuvenilesdelosanimososreclutas.Sabíaque,silaguerraestallaba,se endurecerían y madurarían. Observó casi con nostalgia la torpeza dealgunos, jóvenesquenuncahabíanempuñadounarma,peroel soldadoquehabíaenélseimpusoehizohincapiéconbrusquedadenlasdeficiencias,lasinsuficiencias y los puntos débiles al responsable de la instrucción. Por loscielos,siteníasunejército,teníasunejército,nounapandilladezoquetes.

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ConvocaronunsegundoCongresoContinentalparaelmayosiguiente.Enlosmesesprevios,sucomedorseconvirtiócasienunasaladeconferencias.FueronCarter,GatesyLee.PatrickHenry,Pendleton,Robinson,Mason…Laconversacióneratranquilayreposada.Girabaentornoalinminentecongreso,lasdecisionesquese tomaríany lospreparativosnecesariospara llevara laprácticalasdecisionesqueconsiderabaninevitables.

LehabríagustadoprotegeraPatsydeestasconversaciones,perono fueposible. Escuchaba, hacía preguntas y daba la impresión de sopesar ycalcular. No obstante, creía con sinceridad que era incapaz de concebir elestallidodeunaguerra,ytratabaelproblemacomounariñafamiliar.Siempremantenía la compostura, y hasta había empezado a reír de las ocasionalesingeniosidadesquealiviabaneltonosolemnedelasreuniones.Seguíasiendolaanfitrionaperfecta,ysusinvitadossiemprelafelicitabanenlamesa.

Con frecuencia, las conferencias se prolongaban hasta altas horas de lamadrugada. Patsy se excusaba y se iba a la cama. Durante años se habíanquedado dormidos con la cabeza de ella apoyada en su hombro, los dosdisfrutandodeunospocosminutosdeamodorradaconversaciónantesdequeunouotro sedurmiera. Inclusoen lasnochesenqueella era laprimeraenretirarse, antes de quemuriera la pequeña Patsy, él había pasado un brazoautomáticamente a su alrededor para acercarla. Pero en estas noches seretirabaconsigilo.TeníalaimpresióndequePatsysiempreestabadespierta,y como despertarla podía desembocar en uno de sus frecuentes ataques dellanto,procurabameterseenlacamasinhacerningúnruido.

A veces se quedaba despierto durante horas, mientras veía con terribleclarividencialosproblemasquedeberíanafrontar.Lagentenocomprendíalaguerra, a menos que hubiera participado en una. Para demasiada gente, sereducía a uniformes y desfiles. La guerra era polvo, barro, disentería yheridas. Era provisiones podridas y agua contaminada. Era cuerposdestrozadosy separaciónde los seresqueridos.Era ruina, retroceso laboral,agoníaydesconsuelo,celosyriñasinternas.Yseestabaacercando.

En ese punto de sus meditaciones, empezaba a extender el brazo parasentirelcalordePatsyyluegosiempreloretiraba.

En mayo fue al Congreso, portando de nuevo el uniforme azul y rojo.Cuando llegó la hora de partir, Patsy le acompañó a la puerta y salió a laescaleradelantera.HabíallevadotantolutodurantecasidosañosqueGeorgecasihabíaolvidado lo agradablequeeraverlade color.Sehabíapuestounvestido azul que relucía al calor de sus ojos.El pelo, que había sido de uncastaño lustroso, estaba veteado de gris, pero los cabellos grises que

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escapaban de su gorro la dotaban de un aspecto juvenil, cuando se rizabanalrededordelafrenteylasorejas.

Enotraépocasehabríaaferradoaély lloradoante laperspectivadeunmesdeseparación.Ahora,cuandoéltomósumano,Patsylemiróalosojos.Estuvo a punto de decir algo, pero no surgieron palabras. Ella, que habíaderramadodiezmil lágrimaspor suhijamuerta, tenía ahora losojos secos.Por una parte, agradeció su compostura. Por otra, se preguntó si ya habíapasadoeltiempoenquehabíalágrimasparaél.

—EscribiréencuantollegueaFiladelfia.Adiós,querida—dijoGeorge.Le besó los labios y la mejilla, y creyó que la mano que aún sujetaba

temblaba, pero su «Adiós, George» fue pronunciado con absoluta calma.ConscientedelapresenciadeRichardHenryLeeyJackycercadelpiedelaescalera, George dio un paso atrás, y ella retiró la mano de inmediato. Elmozodecuadraseacercóatodaprisaconelcarruaje,yGeorgeclavólavistaenlaescalera.Estadespedidaerainsatisfactoriaeirritante.Tuvoganasdedarmedia vuelta y apretar a Patsy contra él unmomento, pero teníamiedo deavergonzarladelantedelosdemás.

Subióalvehículo,malhumorado.Asomólacabezaporlaventanayalzóla mano a modo de despedida, pero su adiós se perdió entre los otros.Avanzaronporlacarretera,perojustoantesdeperdersedevista,miróhaciaatrás. Ella seguía inmóvil, una figura diminuta. El sol estaba empezando aalzarse, y los primeros rayos bailaban sobre las ventanas y a través de losárboles que bordeaban el sendero. El rocío de lamañana cubría todavía lamansión,ylapinturablancabrillabaalaluz.TuvoelpresentimientodequetardaríamuchotiempoenvolveraverMountVernonoaPatsy.Observóconojosangustiadosqueellaagitabalamanoporúltimavez.

En la posada donde pararon a comer, Lee le contó cuál había sido laadmonicióndePatsya losdelegados:«Esperoquesemantenganfirmes.SéqueGeorgelohará».

Cuandooyólaspalabras,Georgeselevantódelamesa.SiPatsyeracapazde decir eso a sus amigos y a su hijo, ¿por qué no le había hablado en elmismotono?¿Porquésehabíaabiertounabismoentreelloscuandomássenecesitabanmutuamente?

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Mayode1775Filadelfia

Cuando llegó a Filadelfia, George descubrió que muchos miembros delCongresohabíanpasadoelinviernomeditandosobrelasmismasideasqueélhabíaconsiderado.Estabamuybienhablardederechos,perolascoloniaseranpobres.Estabandivididasen secciones,yhabíamuchosqueconsiderabanaJorgeIIIellegítimogobernante.Habíamuchosqueveíancomounalocuraelhechodequeunratónseenfrentaraauntigre,pueselresultadoseríacasicontotalseguridadundesastre.

Y no obstante, pese a todos los elementos negativos, la mayoría dedelegados compartían la íntima convicción de que no iban a permitir eldespotismo.Quizáperderíantodassusposesionesenlalucha,peroalmenoslasperderíanconhonor.

Pros y contras, detalles agotadores, patriotismo y refriegas… Georgeescuchabayobservaba.AprobólaresolucióndereclutaryenviarcompañíasaBoston para aliviar los padecimientos de la ciudad sitiada. Incluso cuandoverbalizó su aprobación, fue dolorosamente consciente de que era el únicodelegado en uniforme, y de que su historialmilitar era el tema de intensasdiscusiones.

El14dejunioempezóeldebatesobrelaeleccióndelcomandanteenjefede las tropas americanas. Cuando George oyó a John Adams empezar sudiscurso,asintióparamostrarsuacuerdo.AdamsestabadiciendoquesinoseenviabanrefuerzosalasfuerzascolonialesqueasediabanalosinglesesenlasafuerasdeBoston,ysisepermitíaqueeseejércitosedisolviera,talveznuncase formaríaotro.Adamsdiounpuñetazo sobreunamesapara subrayar suspalabras.

—Hallegadoelmomentodepresentarunfrenteunidoanteelrey—tronó.Después, con vozmás calma, inició su propuesta del hombre que creía

más capacitado para ser el comandante en jefe de los colonos. George

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escuchó con creciente desazón, cuando se dio cuenta de que el menudo ydeslenguadoAdams estaba hablando de él. Las cabezas se volvieron en sudirección,hastaquealfinselevantóysalióensilenciodelasala.EnnombredeDios,siibanadiscutirdesuscapacidadesyvirtudescomolídermilitar,supresencialesibaacohibir.

Volvióasualojamientoysequedóallí todoeldíaypartedelsiguiente.Sabíaque,contodaprobabilidad,sunombreseríaaceptadoporlosdelegadosy le elegirían comandante en jefe de las tropas. Su honestidad le impelía aafrontarelhecho.Suhumildadcuestionabasucapacidadparallevaracabolatarea. Durante el día y medio que estuvo encerrado en su habitación pasórevistamentalasusasuntos,altiempoquetomabanotassobretodaslastareaspendientes. Si le elegían para ir a la zona deBoston,mandaría redactar unnuevotestamento.Unhombrepodíamorirconfacilidad,tantoenunabatallacomoenunaescaramuza,ysutestamentoanterioryanoeraválido.

Se resignó al hecho de que, en el caso de que fuera nombrado, iríadirectamenteaBoston.Pormásquelodeseara,leresultaríaimposiblevisitarMount Vernon. Tal vez la separación solo duraría unos meses. Cabía laposibilidaddeque,siel reycomprendía ladeterminaciónde lascoloniasdeformar un frente unido, se produjera una rápida y justa reconciliación.Entonces,podríavolveracasaporNavidad.YtalvezelasediodeBostoneratansoloelprecursordelosmesesyañosdebatallasquelesaguardaban.

Tendría que escribir a Patsy si no podía volver a casa. ¿Cómo iba adecírselo?¿Porquénohabíanpuesto remedioa la tristezaque les separabaantes de su partida? Mientras paseaba de un lado a otro de la habitación,Georgepensóen loscatorceañosquehabían terminadoconlamuertede lapequeña Patsy. En los últimos meses había estado tan preocupado por losasuntos de las colonias, que tal vez había fallado a su esposa. ¿Se habríaaferradoaélsinohubieraestadotanocupadoporlasreuniones,lainstrucciónylosproblemasdegobierno?Talvez,aunquehubierasidoelpadrenaturaldelapequeñaPatsy,suesposahabríamostradolamismaactitudexcluyente.Lasmadres siempre pensaban que sus sentimientos eran más profundos en lotocante a los hijos. Por regla general, los padres eran relegados a un papelsecundario.

Además,habíaquetenerencuentaelproblemadeJacky,launiversidadyelmatrimonio.Nadiehizocasodesusopinionesyconsejos.Todohabríasidomuchomásfácilsinolehubieraimportado,sisehubieracomportadocomoun padrastro y segundo marido, pero mucho tiempo atrás había logradodesembarazarse de su amor romántico por Sally porque era propio de su

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naturalezaserelprimeroenlavidadelamujeramada.Lanecesidaddeserelprimero le había ayudado a redimir el desastre deMonongahela. Le habíasostenido en su incansable esfuerzo por transformarMount Vernon en unamansiónconplantación,cuandonoeramásqueunapequeñacasarodeadadeunaspocashectáreasdeterreno.

Entonces, ¿por qué no podía ser el primero con su esposa, el almay elcentrodesuser?

Alguienllamóa lapuertayGeorgefueaabrirlaconparsimonia.Variosdelegadosleestabanesperando.Elsaludofueelqueesperabaytemíaoír.

—Buenasnoches,general—dijeron,conelairedequienesportadordegrandesnoticias.

Cuandosefueron,Georgefueadarunlargopaseo.PartiríadeinmediatohaciaCambridge.¿LeecharíademenosPatsy?Puesclaroquesí.EscribiríaaJackyyNellie,ylesdiríaquefueranaMountVernonparahacerlecompañía.GraciasalcieloporLund,queeraunbuencapataz.EntreélyPatsypodríansacaradelanteMountVernon.

Era una tarde calurosa y bochornosa.Recorrió calles y callejones. Pasóanteunamerceríacuyoescaparateexhibíamaterialdealegrescolores.Sefijóenundibujodefloresazulessobrefondoblanco.Georgevacilóunmomento,yluegomiróatravésdelcristal.Eltenderoestabadentro.Fuealapuerta,laabrióyentró.Pocosminutosdespués,salióconsuficientematerialparaquePatsysehicieraunvestido.Elpropietariolehabíaaseguradoqueesteera,delejos,eldibujomásbonitoquehabíavistonuncaenlascolonias,yGeorgesemostródeacuerdo.PatsyllevaríaelvestidoesteveranoenMountVernon.

Peroélnopodríaverla.

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Junio-noviembrede1775Cambridge,Massachusetts

Lamañanadel23dejuniopartiórumboaBoston.HabíacompradounnuevofaetónyenviadoelcarruajeaMountVernon,peroempezóelviajemontadoacaballo,comodecostumbre.Eramásfácilpensar,planificar,cuandoestabaalaire libre, cuando sujetaba las riendas en sus manos, cuando gozaba de lalibertad de apresurar o disminuir el paso. Su séquito incluía a sus nuevosayudantes,ThomasMifflinyJosephReed,yadosgenerales,CharlesLeeyPhilipSchuyler.

El viaje a Cambridge duró una semana. En Newark y Nueva York, enNuevaRochelleyNewHaven, sealegródever la respuestaentusiásticadeloshabitantes.Lanoticiadequecompañíasdelamiliciaseestabanformandoalolargoyanchodelascoloniaseratranquilizadora.

PerocuandoporfinllegaronaCambridge,estaballoviendoynadiesalióaesperarles.Seleantojósimbólicodelfindelafanfarriayeliniciodelaguerrael hecho de llegar a su destino final manchado de barro, sin anunciar ydesapercibido.

Empezóairritarseenseguida.LoprimerofuedescubrirquesusoficialesyélibanaalojarseencasadeSamuelLangdon,elpresidentedelaUniversidaddeHarvard,mientraselpropietarioeraconfinadoenunahabitación.CuandoWashingtonseenteró,decidióbuscarotracasadeinmediato.

Mucho tiempo antes se había enfadado porque un oficial real podíaimponerseaunocolonial,derangomuysimilar.Nolesorprendióaveriguarquehabíanumerosasquejassobrelosnombramientosdecididosenelejércitoamericano.LosgeneralesdeNueva Inglaterra teníanmotivosparaquejarse.Algunosde losmejoreshombresestabanbajo lasórdenesdeoficialesa losque habían mandado en las fuerzas de Massachusetts, y el cambio era elresultadodelaestupidezdelCongreso.

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LosprimerosdíasenCambridgeleiluminaronsobrelaenormetareaquele aguardaba. Los ingleses debían haberse apoderado de Boston, pero lageografíadelazonafacilitabaprotecciónaloscontinentalesdeunataqueporsorpresa.Encontrómáspólvorade laquehabíaesperado,ymenoscañones.Las fortificaciones eran penosamente inadecuadas. Si los británicosdescubríanlopobresqueeran,solucionaríanelproblemadeunavezportodasconunataquemasivo.

Encontrómáshombresenelejércitodelosquehabíaprevisto.Sabíaporla batalla de Bunker Hill que eran valientes. También descubrió que erandesaliñadoseindisciplinados,yquenohabíanrecibidoinstrucción.

Georgesediocuentadequelaconfrontaciónnoseríainmediata.SutareaseríamantenerelasediodeBoston,perosinunataquedirecto.Enelínterin,intentaríacrearunejércitoconloscontinentales.

Se trasladóaunnuevocuartelgeneral, lacasaconfiscadadeun lealista.Allí,rodeadodesufamiliadeoficiales,sededicóacrearunejército.Cadadíaesperabaunataquesorpresadelosingleses.Elhechodequelas«langostas»,comosushombresllamabanaloschaquetasrojas,nolanzaranningúnataqueabierto,provocabamayorespreocupaciones.¿Pensabanesperarlosinglesesaquealimentaranyentrenaranacasiveintemilhombres,hastaqueelinviernoles obligara a dispersarse? ¿Sería una guerra ganada en las mesas de loscontablesyenelgranero?

Dabadecomeryentrenabaadiecinuevemilhombrescadasemana,ylaúnicaacciónqueveíaneraunaescaramuzamuydevezencuando.

Llegó el otoño a Nueva Inglaterra. Durante los escasos descansos queGeorgesepermitíaenaquelloslargosdías,dejabasuplumayseacercabaalaventanaparaobservarlosgloriososamarillos,naranjas,verdesymarronesdelpaisajedeNuevaInglaterra.Anhelabaconfrecuenciasaliradarunpaseoparatomarelairefrescoyvivificante,aligualqueenMountVernonpaseabaentrelosbosqueshastallegaralaorillaarenosadelPotomac.

LabellezadeNuevaInglaterralellenabadeorgullo.Paraél,ningúnlugarenelmundoposeía lahermosurade suspropiashectáreas,perodurante lasprimerassemanasquevivióenCambridgellegóaapreciar labonitaciudad,las hermosas granjas y la incesante lucha de los granjeros para arrancarcosechasdeldurosuelo.

LoshabitantesdeNueva Inglaterraposeíanunaenergía,una resistencia,quedebíanserproductodelclima.

Denorteasur,de lasgranjasdeNuevaInglaterraa lasplantacionesdelsur,eraunatierraporlaquevalíalapenaluchar,unatierraque,inclusosin

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opresión,habríaabandonadoalgúndíaelpapeldehijoencasadelpadre.Durantelosmomentosenquemirabalastardesdeotoño,conlasmanos

apoyadas contra el antepecho de la ventana, George era consciente de susresponsabilidades. Era como si pudiera ver el futuro, un futuro en que lastrece colonias empujarían sus límites hacia el oeste, cuando topógrafos queaúnnohabíannacidomarcaríanconestacas los límitesdenuevas tierrasenbosques vírgenes. Una diminuta isla gobernaba el Imperio británico. Estascoloniasconteníanmuchasmáspromesas,cuandopudieranexpandirseensupropiocontinente.

Entonces,volveríaasuescritorio,confortadoytodavíamásconscientedesupapel.Noerasoloelcomandanteen jefede lascoloniasrevolucionarias.EraunodelosplantadoresquelaProvidenciahabíaelegidoparaencargarsedequeelgranodemostazadeunagrannacióncrecierasanoyfuerte.

Eraestepensamientoelqueleayudabaamantenerunairedeconfianzaytranquilidad con su estadomayor y delante de las tropas. No permitía quenadie se diera cuenta de la verdad: la extremada debilidad de las fuerzascoloniales.

RecibíanoticiasdeLundyPatsyconfrecuencia.Ambosescribíancomosicomprendieranloquedeseabasaber.Patsylehablabadelosprogresosdelacasa.Aportabaunpuntodevistafemeninoalprogresode laampliación.Lemantenía informado sobre las yeguas que habían parido y le contabahabladuríassobrelosesclavos.

Describíaconentusiasmosunuevodormitorio.Habíaordenadotrasladarsusmuebles,yyaloocupaba.«Esmuybonito»,escribía,«yestoyseguradeque tegustarámucho.Lavistaesespléndida,hagael tiempoquehaga.Losmuebles son a tono, y las dimensionesmayores de la habitación les hacenjusticia. Han colocado la alfombra con cuidado. Los vestidores están biensituados. Te gustará el tuyo. La verdad es que se está tan a gusto en estosnuevosaposentosque,por lanoche, cuandomeacuesto, casi esperooír tuspasos».

En la primera carta queGeorge había admitido la imposibilidad de ir averla, había suplicado que no manifestara su desolación, porque seríademasiadoduroparaél.Jamáshabíarecibidounacartaquejosa.Ellanodecíaqueleechabademenos,sinoque«denocheesperabaoírsuspasos».Pensóentantasnochesquehabíaidoasuhabitaciónysupuestoquedormía.Talvezhabía estado despierta. ¿Era posible que hubiera dejado traslucir suresentimientoporsulutocontinuado?

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Había pensado que ella no le tenía en consideración, pero en todas suscartas escribía, «Te complacerá saber», «Creo que te gustará», «Sonreí alpensarentuprobablereacciónante…».

Eracomosiellavieralavidaatravésdesusojos.¿Noeraesounapruebadeamor?QueríaveraPatsy.Lanecesidadimpregnabatodosuser.

Lund lemantenía informado de los acontecimientos. LordDunmore, elgobernadoringlésdeVirginia,sehabíarefugiadoconsufamiliaenunbuquede guerra británico, y amenazaba con bombardear las casas de la orilla delPotomac.

Lundpensabaqueno sedebía trabajarmásen la ampliación.Si la casaardía,significaríatrabajoperdidoyundespilfarrodedineroaterrador.Habíaempaquetadoyenviadosuspapelesaunlugarseguro.ElcapatazañadíaquelaseñoraWashingtonsehabíaencargadodelatareaenpersona.

Y después, llegó el mensaje que provocó escalofríos a George. Lundestaba preocupado por Patsy. Notificaba a George que muchos virginianoscreíanqueDunmoreplaneabaatacarMountVernonyreteneralaesposadelcomandanteenjefecomoprisioneradeguerra.

La primera reacción de George a la carta fue de incredulidad. LordDunmoreeraunaristócrata.TodossusinstintosasegurabanaGeorgequeerademasiado caballeroso para atentar contra una mujer indefensa. No. Nointentaría hacer daño de forma deliberada a Patsy. PeroMountVernon eraotracosa.Suorgullo inusualpor laplantaciónsuscitaba respetoydiversiónentresusamigos.Sinduda,Dunmorelosabría.

¿Por qué, impulsado por la rabia, no destrozaría lo que George habíatardadoañosenconstruir?Alfinyalcabo,él,Washington,estabaintentandodestruir el sistema al que Dunmore estaba dedicado en cuerpo y alma. SiDunmore bombardeaba Mount Vernon, tal vez Patsy se hallaría en lamansión.

Sí,Lundleasegurabaqueteníanplanesparaalejarladelapropiedad,quea los diez minutos de avistar un barco se encontraría de camino hacia unescondite, acompañada de amigos. George sabía que, a veces, estasadvertenciasdediezminutosnoexistían.Unbarcopodíallegaramparadoporlanieblayempezarabombardearantesdequesonaracualquieralarma.

El pensamiento provocó que las arrugas de su frente se hicieran másprofundas, y su aire de reserva más pronunciado. No tardaría en recibirinsinuacionesde su ayudante,Reed, en el sentidodeque el comandante enjefeproyectabaciertaaparienciaaltivayhosca.Quizápodríadarsubrazoatorcerunpoco.

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George descubrió que, si se relajaba lo suficiente, era en las cenas oreuniones cuando algunas esposas de sus oficiales aportaban un toque dealegríayplaceralaatmósfera.LegustabaenespecialKittyGreene,laesposadeunodelosoficialesenquiendepositabamásconfianza,NathanaelGreene.Kitty era la sobrina de un prominente legislador de Rhode Island. EstabadesesperadamenteenamoradadelserioNatGreene,peroteníaunapropensiónnaturalalflirteo.EmpezabaunaveladasiendomuydeferenteconGeorge,ydespués, su humor natural estallaba y George se descubría riendo acarcajadas.

Encuantolamúsicaempezaba,Kittyempezabaamoverelpie.—SuExcelencia—ledijounanoche—,correnrumoresdequeesustedel

mejor bailarín de todaVirginia. ¿Puedo ayudarle a demostrar que está a laalturadesureputación?

Georgerioysepusoenpiedeunbrinco.NatGreenemeneólacabezaendirecciónasuesposa,altiempoquetambiénreía.HabíanpasadomesesdesdelaúltimavezqueGeorgehabíabailado,perotodavíaeraalgotannaturalparaélcomocaminarocabalgar.Hastaeracapazdeseguirpasosquedesconocía,consoloecharunvistazoalospiesdelosdemásbailarines.

Kittyeraunaparejaexquisita,grácilyelegante.Depronto,comprendióaquiénlerecordaba.SantoDios,separecíaalaSallydehacíaveinteaños.YNatGreene, incapazdedisfrutar del baile debido a su rodilla rígida, habríapodidoserGeorgeWilliam,aquejadodereumatismo.

La comparación consiguió queGeorge disfrutara todavíamás del baile.Losmúsicos, alver su satisfacción, siguieron tocandomuchodespuésde loquehabíanprevisto.Unaauna,lasdemásparejasserindieron,hastaquesolobailaronKitty y él. Por fin, cuando ella se quedó sin aliento, la acompañójuntoasumarido.

—Confieso que esta noche estaba un poco desentrenado—dijoGeorgemuyserio—,peroenotraveladahemosdecomprobarcuántopodemosdurar.Esfantásticoformarseunaopinióndealguien,inclusoenlapistadebaile.

Kittyrecobróelaliento,ycontestóconigualseriedad:—SuExcelencia,puedoasegurarlequemerecelafamademejorbailarín

deVirginia.NohabíaencontradomejorparejaentodaNuevaInglaterra.Fue una velada compensadora. La sensación de buen humor y placer

acompañó a George hasta que se retiró. Billy había calentado y abierto lacama.Estabaesperandoparaquitarle lasbotasy la chaqueta.PeroBillynoeralapersonaquequeríaasulado.QueríaaPatsy.Queríapreguntarleaquiéncreía que se parecía Kitty Greene, y ella lo sabría, por supuesto. Quería

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tenderleunanzuelo,sugiriendoqueeljovenHamiltoneraunbuenactivoparala causa. Sabía que la combinación de presunción y altivez del hombreirritaríansobremaneraaPatsy.Georgepensóenlomuchoquehabíaconfiadosiempre en las dotes de observación de Patsy. Le ayudaban a clarificar yenfocarsuspropiasimpresiones.

CuandoBillysaliódelahabitación,Georgesuspiróyse levantó.Estabaagotado, pero inquieto ymolesto.Ya estaban en noviembre, y pronto seríaNavidad.¿QuéclasedeNavidadviviríaaquí,tanlejosdecasa?

Amenosque…,amenosque,comoélnopodíairaMountVernon,Patsypudierareunirseconél.Georgeconsideróalinstantequeeraalgoimposible.Hacía demasiado frío, y el año estaba demasiado avanzado. Las carreterasestaríanenmalestado,yPatsynuncahabíaestadoalnortedeVirginia.

Perohorasdespués, todavíadespierto,George tomóunadecisión.Por lamañana,escribiríaaPatsyylepediríaquesereunieraconél.

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Diciembrede1775Cambridge

A la mañana siguiente, cuando escribió, George procuró expresar suinvitación a Patsy en el más negativo de los tonos. Sintió un orgullo casiperversoalfacilitarlequenoviniera.Indicóquelascarreterassehallabanenun estado deplorable y la estación estaba avanzada.Tal vez le gustaría ir avisitar a su hermana, Nancy Bassett, y disfrutar de la compañía de susparientes.NuevaInglaterraseríaunlugarfríoynevadoparapasarlaNavidad.

Almismotiempo,escribióunanotaaLundenlaquedecíaqueinvitabaaPatsy,aunquenolaesperaba.

Pasarían semanas antes de que pudiera confiar en recibir respuesta.Georgeestuvocadahorade aquellas semanasdedicadoencuerpoy almaaformarunejércitodeverdad.Muchosalistamientosterminaronendiciembre.Trasmeses de instrucción y de alimentar a las tropas, debía concederles lalibertadsinhaberobtenidonadapositivodeellos.

LadifícilsituacióndelgeneralArnoldenCanadáyeldesastredeaquellacampañaseañadieronasuscuitas.Laleñaescaseabahastatalpuntoqueeraimposible contar con suministros suficientes para construir barracones yalmacenarcombustible.

Porlanoche,pocoantesdedormirse,alejabasuspensamientosporfindela guerra durante unosminutos, y se preguntaba cuál sería la respuesta dePatsy. Revivía una y otra vez el momento de su despedida. Tendría quehaberlaabrazado, sinpreocuparsepor los testigos.Encontrade susdeseos,sintió que la ira crecía en su interior.No debía sacar a colación problemaspúblicosoprivadosdelantedesuestadomayor.Sepidióserenidadexterna,aunquelamenorexhibicióndeestupidezodescuidodesencadenaransufuria.

RecibiónoticiasdePatsyydeLundalmismotiempo.Ellavenía,lomásrápido que pudiera conducirla su carruaje por la carretera nevada quecomunicabaVirginia con Cambridge. En su carta, escrita a toda prisa, con

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másfaltasdeortografíadelonormal,elladecía:«Sinomehubierasmandadollamar,yohabríaacudidodetodosmodos».

Lunddecíamásomenoslomismo.LaseñoraWashingtonllevabamuchotiempo diciendo que iría a ver al general si él no podía volver a casa. LaseñoraWashingtonteníaalosesclavosalbordedeldesfallecimiento,puesnocesabandeprepararcomidaparallevaraCambridge.LaseñoraWashingtonse pondría en camino dentro de pocos días. La señora Washington iríaacompañadaporelseñorylaseñoraCustis.

Siguió al júbilo lapreocupaciónpor el estadode la casadeCambridge.Georgepensóen sudormitorio.Habíaobservadopolvoen lasesquinasqueformaban las paredes con el techo. Había que solucionarlo antes de quellegaraPatsy.Dedía,cuandoélestuvieraocupado,suesposanecesitaríaunasalapara recibir a los invitados.Ah, lapequeña salade reciboquehabíaalotro lado del pasillo. Eso bastaría. PorNavidad (si había conseguido llegarparaentonces),ordenaríaaloshombresquecortaranramasdemuérdagoydeárbolesdehojaperenne.Patsydebíaexperimentarel sabordeunaauténticaNavidaddeNuevaInglaterra.

Porfin,volvióaexaminarlospapelesdesumesa.Laleñaaúnescaseaba.No se podía confiar en que los regimientos de Connecticut volvieran aalistarse.UntraidorsehabíaescapadoaBostoneinformadoalosinglesesdequeeraelmomentoidealparaatacar.ExistíanseriosmotivosparacreerqueeldoctorChurchhabíaestadoenviandomensajesalenemigo.

PeroGeorgetratócadacrisisdeaqueldíaconcalmayseguridad.Cuandollegabanmomentosdedesaliento,soloteníaquepensarenelcarruajequeyaseestaríaacercandoaFiladelfia.

Escribió a Reed que escoltara a Patsy hasta Filadelfia y la atendieradurante su estancia en la ciudad. Para la última etapa del viaje envió alcoronelBaylorconlamisióndeescoltaryguiarelcarruajeatravésdeNuevaInglaterra.

Informóalasdamas(KittyGreene,MercyWarrenylaseñoraMifflin)deque Patsy venía, y le dijeron que la acompañarían cuando él estuvieraocupado.

La noche del 11 de diciembre estaba en su estudio, repasando losinterminables informesdelCongreso.Durante losúltimosdíasestabaatentoal ruidoderuedasdecarruaje,peroahorasehallaba tanabsorto, intentandocomponer las frases con propiedad, que no reparaba en los sonidosprocedentes del exterior. Necesitaba hacer comprender al Congreso lasituación desesperada en que se hallaban, pero sin aparentar desesperación.

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Nodebía transmitirles una sensación de desaliento, sino de confianza en lavictoriafinal.

Oyóque lapuertaprincipal seabríayel sonidodepiesapresurados.Selevantóatodaprisa,cuandouncentinelallamóalapuertayentróenseguida.

—Estáaquí,SuExcelencia,suesposaestáaquí.Georgesaliócomounaexhalación.Recorrióellargopasilloenunaspocas

zancadas. Otro centinela mantenía abierta la puerta de la calle. Bajó lospeldañosdetresentres.Elcarruajeestabaalpiedelaescalinatadoble.Jackyestabaallado,ayudandoaNellieasalir.Diounapalmadasuaveasuhijastroyeljovenseapartóalpunto.

GeorgelevantólosbrazosybajóaPatsydelcarruaje.Laestrechócontrasí,conlosbrazosceñidosalrededordesucinturaysu

espalda,lasmanosenguantadasdeellaalrededordesucuello.Labesóenlasmejillas, los ojos y los labios. Había llegado. Había llegado. Por él, habíadesafiadoalhielo, lanieveyelpeligrodesercapturada,perohabíavenido.Fuera cual fuera el lugar que ocupara en sus afectos, lo aceptaría. Siempreocuparía el primero en los suyos. Y había llegado. Murmuró su nombre,intentó decir «bienvenida, querida», pero lo hizo en voz tan baja que sepreguntósiellalehabríaoído.Sindejarderodearlaconelbrazo,lacondujoal interior de la casa.Por fin, se separóde ella unmomentopara saludar aJacky y Nellie. Jacky se había convertido en un hombre, casi dos años dematrimonio le habían dotado de una expresión decidida, una madurez quesentaba bien a su apostura. Nellie estaba tan adorable como siempre, ymostraba una confianza en sí misma de la que carecía la extasiada reciéncasada.

GeorgeestrechólamanodeJacky,abrazóybesóaNellieatodaprisaysevolvióhaciaPatsy.Sehabíaquitado lacapayelgorro,y llevabaunbonitovestidoverdeoscurodeviaje.Durantelossietemesesdeseparación,supelohabía encanecido por completo. ¿Era el pelo o su forma de comportarse?Percibía un cambio indefinible enPatsy.Tendió la capa a un ayudante conmajestuosidad.Exhibíaunaserenidadquenohabíaobservadoantes.Enotrotiempo, sehabría avergonzadode cualquiermanifestaciónde afectodelantedesushijos.Ahora,seacercóyletomólamano,comosiJackyyNellienoestuvieranenlahabitación.

Billytrajovinoydiolabienvenidaalosreciénllegadosconunasonrisadeorejaaoreja.

—¿Hacuidadobiendelgeneral?—preguntóPatsy,sonriente.Aceptólacopadevino.

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—Creoqueelgeneraltienemuybuenaspecto—dijo,paratranquilizaralhombre—, aunque un poco más de descanso no le iría mal. Veo arrugasnuevas.—Acariciósufrenteconundedo—.Nomeacuerdodeestas.

—Hayotrasquesenotanmáscuandoestoysentadoamiescritorio—dijoGeorge—,yotrasqueserevelancuandopasorevistaalastropas,yotrasqueaparecencuandomirodesdelacolinaelpuertodeBoston…,perotodoesodaigualahora.Cuéntamecómohaidoelviaje.

Jackyrio.—Nuestroviajehaconsistidoentressemanasdeoíramamáazuzandoal

cocheroparaquecorrieramás.Señor,nosabelofelizquesoydeentregársela.Georgeenarcóunaceja.—Calla,Jacky—dijoPatsy.PeroJackynoqueríaquelesilenciaran.—La verdad, papi, desde que llegó la carta en que anunciaba que no

volvería,mamáobligóatodoelmundo,incluidaellamisma,atrabajarcomoposesos,hastaquemeconvencídequeelcolapsonerviosoeraelúnicofinalposible.Dehecho,cadadíarecorreMountVernonacaballoencompañíadeLundparavigilar que se cumplan sus instrucciones.Cada arbusto se plantadondeustedindicó.Eslaverdaderadirectoradelasampliaciones,ysiempredicelomismo:«algeneralnolevaagustar;repitaneso;elgeneralquierelaesquina así y así». Cuando amueblaron sus aposentos privados, supervisócada puntada de la alfombra, porque dijo que usted se fijaría en la malaconfección.CuandotodoelmundolesuplicóqueabandonaraMountVernon,portemoraDunmore,ellasenegó.Ydudo,señor,dequesialgúncanallasehubiera presentado ante su puerta hubiera huido.Habría dicho, «George hadedicadotodasuvidaaMountVernon,yyolavoyaproteger».

—¿Quéarmashabríaelegido?—preguntóGeorge.MiróaPatsy,observóelleverubordesusmejillas,peronoreparóenlaslágrimasqueseagolpabanensusojos.

Jackyabandonósutonoburlón.—Creoqueelamorhabríasidosuescudoysuespada,papi—dijoenvoz

baja—.Ahora…—TocóelcododeNellie—.Vamosaacomodarnos,yluegonosreuniremosconustedesparacenar.

SeacercóaGeorgeyasiósumano.—Le hemos echado muchísimo de menos, señor. Me gustaría poder

servirledeayudaenloquesea.Meparecehorriblequemipadreasumatodala responsabilidad de nuestras fuerzas,mientras yo holgazaneo enVirginia.Talvezpuedaserútilenalgúncometido.

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George miró al joven apuesto que, muchos años antes, había pedidoempuñar su espada. Se había equivocado en lo referente al precipitadomatrimonio. Había iniciado el proceso de maduración que tanto habíaanhelado presenciar en el joven. Jacky había dicho «mi padre». Jacky nohabíavenidotansoloparaacompañarasumadre,sinoparacolaborar.

—Seráunorgulloparamícontarcontuayuda—dijo.Mañana, pensó, mañana, cuando pase revista a las tropas, Jacky me

acompañará.Mañana,elejércitoveráamihijo.Entonces,lapuertasecerrótrasNellieyJacky,yPatsyyélsequedaron

solos.PensóenloquehabíadichoJacky,«elamorhabríasidosuescudoysuespada».Unaoleadadeemocionesleinvadió.Sesonólanarizconvigor.

—Este salón… —dijo—. He pensado que podrías utilizarlo de día.Podríasrecibiralasseñorasaquí.Esperoqueteguste.

Estabanelunofrentealotro,ellaenelcentrodelaestancia.Georgehabíaacompañadoalajovenparejahastalapuerta,ysehabíaquedadodelante.ElcolorhabíahuidodelrostrodePatsy,queestabablancacomoelpapel.Enlazólasmanos.

—El salón me gusta muchísimo —dijo—. Te he echado de menos,George.

Dosmetroslesseparaban,peroerancomounabismo.Laúnicaocasiónenquehabíapermanecido tan inmóvil fuecuandoabrazóa lapequeñaPatsyytrató de insuflarle un soplo de vida. Este momento transmitía la mismasensacióndepeligro inminente.Loquedijeranahoraguiaría el cursode sufuturo. Patsy ya debía comprender ahora lo que sentía por ella. Pero laspalabrasnosurgían.

Fueellaquienhablóprimero.—Desde lamañana en que te fuiste…, y ni siquiera te dije adiós…, la

verdadesque…tupartidameentristeciómucho.Tenecesitaba.Peronuncapensé en tus necesidades. Cuando te marchaste, comprendí… Sabía que siestallaba la guerra, quizá no regresarías nunca. Y sabía que no podríasoportarlo.Peroelañopasadofuimuyegoísta.Siemprehesidoegoísta.

Georgenopodíamoverse.Nopodíacontestarle.Palabrastranquilizadorasseapelotonaronensugarganta.

«No fuiste egoísta. Estabas consumida por el dolor». Pero no pudopronunciarlas.

Ellaavanzóunpaso.—He aprovechado todos estos meses para pensar. Lo feliz que era la

pequeña Patsy. Lo feliz que la hiciste. Cuando estaba enferma y asustada,

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siempretebuscabaati.Desdeelprimermomentoenqueextendiólosbrazoshaciati,cuandonoeramásqueunbebé,laprotegiste.Lacuidaste.Ledistetoda la felicidad, todo el amor. Hiciste su vida perfecta. Y cuando murió,nuncapenséenti,soloenmí…

Otropaso.Casinoteníavoz.Laspalabrasalieronaborbotones.—Y todos estos años… Jacky… Tú te encargabas de los colegios, le

sacabas de apuros, le convertías en un hombre, cuando yo habría podidomalcriarle.¿Sabesquiénmedijoeso?Él.Élenpersona.Ysuboda…Quererque se casara para no perderle de vista, querer nietos, en lugar depreocuparmeporticuandoestabastanabrumadoporlosproblemas.Nuncatedi un hijo propio, y nunca me lo reprochaste, ni una vez. Sufrías por midecepción, y has cargado con tanto peso sobre tus espaldas durante todosestosmeses…

Ahoraestabadelantedeél,yapoyólasmanossobresupecho.Retorcióunbotóndesuchaqueta.

—Hace mucho tiempo que quería venir, pero tenía miedo de que nodesearas mi compañía. Cuando escribiste que la señora Greene, la señoraMifflinylasdemásestabanaquí,sinpedirmequeviniera,penséquetalvez…Mehabía convertido enuna carga.En cualquier caso, nohabría tardado envenir.Nohabríatenidootroremedio.SololaoportunidaddecuidardeMountVernonhadadounsentidoamividaduranteestosmeses…

Elbotónsesoltó.Ellaloguardóenelbolsillodesuesposocomoausente,yluegoprosiguió.

—Hesidomuydifícilymuyarisca.Todoelmundoestádeacuerdo.Losé.Esquecuandotúnoestás, todosalemal.Teheañoradomuchísimo.Nomeproporcionaningúnplacermontaracaballo,pasear,comero irdevisitasinti.Entonces,mepongodemalhumor,observoerroresymeirrito.

Estaba manoseando el siguiente botón, el cual retorcía y tironeaba sincesar.

—Ysolopodíapensarenque, si tederrotaban, tecolgarían.Lohabríanhecho, ¿verdad? No podía soportar… —El botón se soltó. Ella lo miró,conscientedeloqueestabahaciendo.Alzólavista,sobresaltadayruborizada—.Oh,George…

Yentonces, lossentimientosseliberarondesusataduras.Unaoleadadeternura recorrió el cuerpo de George. Ya podía moverse. Ya podía hablar.Rieronalunísonocuandolaestrechócontraél.

—MiqueridísimaPatsy.Laslágrimasdeambosseentremezclaroncuandolabesó.

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—Estoytanorgullosadeti—susurróella.—Tequiero—dijeronambosalmismotiempo.Y como los demás se reunirían con ellos al cabo de poco para la cena

(Jacky,Nellieylosoficialesdesuestadomayor),ellasesecólosojos,alisósu pelo y buscó en su bolsillo el hilo y la aguja para coser botones quesiemprellevabaencima.Élsesentóasulado,contentoysatisfecho.

Cuántasnochessehabíanquedadosentadosasíensucasa…,yvolveríana hacerlo. Estaba seguro. Por más tiempo que pasara, y pasaría, pornumerosasquefueranlaspenalidades,yseríanmuchas,porgrandequefueraeldolor,yeldolorylapenaeranparteinseparabledelaguerra,lolograrían.

Estanoche lehablaríade todoello.Estanoche,cuandoellasedurmieraconlacabezaapoyadasobresuhombro.Laadvertiría.Peroellayalosabía.Podría quedarse hasta la primavera. Y cuando empezara la campaña, laenviaría a casa. Pero estaría con él siempre que fuera posible.Una energíarecién descubierta le ayudaría a olvidar la fatiga, las preocupaciones y latensión.Todasuvidahabíaesperadoestospocosminutos…Todasuvida.

Ellaterminódecoseryleindicóconunademánqueselevantara.SostuvosuchaquetamientrasGeorgeintroducíalosbrazosenlasmangas.

—Elgeneralsevemuyapuesto—dijoPatsy,altiempoqueinvestigabasulabor—.Estánmuybiencosidos,diríayo.Dehecho,mejorqueantes.

—Nomecabelamenorduda.Yahora…—SuExcelenciatienehambre—insinuóella.—¡Estoyfamélico!Nuncahabíatenidotantahambreensuvida,yelaromadel jamónylos

pastelesquePatsyhabíatraídodeMountVernonestabaninvadiendolacasa.

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12-16demarzode1797DeBaltimoreaMountVernon

La escolta de Baltimore les acompañó hasta la Fountain Inn, donde iban ahospedarse.Frentealestablecimiento,yenlascallesqueconducíanaél,unaenormemultitudaguardabaparadarleslabienvenida.Lanevadaeraintensa,y el viento lanzaba copos remolineantes contra sus cuellos y gargantas.GeorgeestabafrenéticoporprotegeraPatsydelfrío,peroellanoqueríadarseprisamientrasibasaludandoalamultitud.

Peseasuinsistenciaenqueentraraparaprotegersedelfrío,elladijo:—Estagentehaesperadodepiehorasparavernos.Estoyseguradeque

podemosquedarnosalaintemperieunosminutos.ElalcaldeCalhounteníaundiscursopreparado,peroenconsideraciónala

dama lo abrevió y se contentó con darles la bienvenida en nombre delayuntamientodeBaltimore.

Alamañanasiguiente,sepusieronencaminotemprano,yelmaltiempoles persiguió hasta su siguiente escala, Bladensburg, pero cuando el día 14llegaronalanuevaciudadfederaldeWashington,lanievehabíaempezadoafundirse y las carreteras eran un verdadero mar de barro. Los caballos seesforzaban en tirar del carruaje, mientras las ruedas se hundían en losinterminablessurcos.Georgemirabapor laventanilladelcarruaje, inquieto.No lamentaba que su administración hubiera terminado antes de que elgobierno se trasladara a su nueva sede. La familia Adams ocuparía laresidenciaqueseríaelnuevopalaciopresidencial.SealegrabadequelatareadearreglarlanohubierarecaídosobreloshombrosdePatsy.

AquellatardecomieronconPattyyThomasPeter,yluegofueronacasade Eliza y Thomas Law a cenar. De camino, pasaron ante el palaciopresidencial, todavía en construcción, y fueron saludados con una salva dedieciséiscañonazos.Patsyestudiólasdimensionesdelacasaconatención.

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—Serámuybonita—dijo—,yunmagníficolugardondetenerlaoficina,peromealegrodeahorrarmelatareadeconvertirlaenunacasa.

Justo lo que él había pensado una hora antes, reflexionó George.Demostrabaquetrascuarentaañosdematrimonio,hastapensabanigual.

ElizaLawyPattyPetereranlashijasmayoresdeNellieyJackyCustis.Mientras comían, George observó que Patsy estaba muy contenta decompartir lamesaconsus tresnietas.Eranunas jovencitasestupendas,yaligualquesuhermano,eljovenWashington,separecíanmuchoasupadre.

Delas treschicas,admitióGeorgeparasí,Nellyerasufavorita,pero loconsideraba muy comprensible. La habían criado desde que era un bebé.Patsyescuchabaconatenciónalasmuchachas,quecomentabanlosesfuerzosque realizaban por decorar sus respectivos hogares. Las dos eran reciéncasadas.AlguiendijoenbromaqueNellyseríalasiguienteenelegirmarido,y luego todos se pusieron a reír.George sabía que era debido a su aspectodesolado.

—ElabuelonoquiereperderaNelly—dijoEliza.—El abuelo sabe muy bien la cantidad de pertenencias que Nelly ha

perdidodurante este viaje, y cree que seríamejor esperar unpoco antes dequetambiénpierdaelcorazón—replicó.

Nellyselevantóylerodeóelcuelloconunbrazo.Lediounvelozbesoenlacabeza.

—Estásenfadadoporqueolvidélosloros—dijo.Lacarcajadadesuabuelahizoelresto.Más tarde, cuando se retiraron a su dormitorio, confortable y bien

amueblado, George descubrió que no podía dormir. La cercanía deMountVernon le llenaba de tal júbilo que sus esperanzas de descansar parecíanhabersedesvanecido.Bajódelacamaconsigilo,paranomolestaraPatsy,ysesentóenunabutacajuntoalaventana.Denoche,laciudadreciénnacidanoeravisible.Denoche, las siluetasde losedificiosamedio terminareransímbolosdepromesas.

¿Cómoseríaestaciudad,alaquehabíanbautizadoconsuapellido,dentrodeunadécada,deunageneración,decienaños?Porlogeneral,eramejornoconocerelfuturo,perolegustaríasaberquéaportaríaelsiguientesigloaestepaís.Sindudahabríaluchas,retrocesosyfracasos,peroalfinal,estanaciónseríapoderosa.Poseíalafrescurayelvigordelajuventud.Poseíaelvigordeunpueblodedicadoygeneroso.

Yélhabíasidotestigodelcorazónycorajedeesepueblo:enCambridgeyNuevaYork, enTrentonySaratoga, enValleyForgeyYorktown.Había

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visto a sus hombres hambrientos y harapientos, sin quejarse mientrasatesoraban el sueño y proseguían el combate. Hasta que al fin, en la granvictoriadeYorktown,Cornwallishabíarendidosuespada.

George suspiró y se levantó paramirar por la ventana, pero no veía lacapital federal, bañada por la luz de la luna. En cambio, se encontraba denuevo en la llanura de Yorktown, con su ejército reunido, y aceptaba larendiciónbritánicapormediacióndeloficialque representabaaCornwallis.Habían combatido durante más de siete años, desde los primeros días enCambridge hasta aquella mañana de octubre de 1781, cuando la bandabritánica tocó «The World Turned Upside Down», mientras sus oficialesderrotados se alejaban del campo. Daba la impresión de que los chaquetasrojasnocomprendíanelsignificadodeaquellatonada.¡Eralamúsicaconlaqueloscontinentalescantabanlaalegre«YankeeDoodleDandy»!

LosmilesdeojosquelemirabanlerecordaroncontristezalaausenciadeJacky.

Georgeapretólospuñossinquerer.Inclusodespuésdedieciséisaños,lecostabapensarensuhijastrosinexperimentarunaterriblepunzadadedolor.Pensó en las ocasiones en que Jacky había estado a su lado enYorktown,comofielayudante.Laperezaeindolenciadeladolescentecontrastabanconel joven que había madurado, hasta convertirse en devoto esposo, padre ehijo. Lo único que no había cambiado era el veloz ingenio Custis. GeorgerecordóloscientosdeocasionesenqueJackyhabíaconseguidoquesonriera,incluso en los momentos más sombríos. Pero después, la mala salud queparecíaserlaherenciadelosretoñosCustisemergió,cuandolaslargashorasylasprivacionesdebilitaronlasreservasdeenergíadeJacky.Lafiebreatacócon saña a Jacky, que fue trasladado a la casa de la hermana de Patsy enEltham,aunoscuarentaycincokilómetrosdedistancia.PatsyyNelliefueronacuidarle,perodespuésGeorgerecibióundesesperadomensaje:Jackyestabaagonizando.

Llegóatiempodearrodillarsejuntoallechodelmuchachoquehabíasidosu hijo. Sostuvo la mano de Jacky, mientras los largos y estremecidossuspirossedesvanecían,hastadesaparecerporcompleto.Temerosodeloqueibaaver,sevolvióhaciaPatsy,peronoestabamirandoelcadáverdesuhijo.RodeabaensusbrazosaNellie,yestabasusurrandopalabrasdeconsueloeneloídode la jovenviuda.Georgeabrazóa lasdos,ydespuésvolvióa todaprisa aYorktown.Pese a su dolor, una idea consoladora se encendió comouna vela en la oscuridad. Esta vez, Patsy estaría bien. Esta vez, curaría sudolorayudandoaNellyyaloshijoshuérfanosdeJacky.

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Se había logrado la gran victoria, pero el estado de guerra no habíaterminado.Seguiríancasidosañosdeescaramuzasyespera,antesdequesefirmaraeltratadodepazypudierapresentarsurenunciaparavolveracasa.

Patsynodejóque la tristezapor lamuertedesuúnicohijoamargarasuregreso.Unairedefiestaimpregnabalacasa,ynumerososvecinosyamigosfueron invitados para darle la bienvenida. Comprendió que Patsy habíalogradoreconciliarseconeldestinoquehabíaconvertidosupesadilladelascuatrolápidasdesuscuatrohijosenrealidad.

PeroMountVernonnoibaaquedarsesinniños.CuandoNellieregresóasucasa,sellevóalasniñasmayores,perodejóalosbebés,lapequeñaNellyy el pequeño Washington, con ellos. Les pidió que cuidaran de los máspequeños,diciendoqueMountVernondebía tenerniñosque laalegraran,ysabíaqueaJackylegustaríaquesumadreyelgeneralleayudaranacriarasufamilia.

LagenerosaycomprensivaNellie.Habíasidomuyamablealrenunciaraldeseonaturaldecriarasuspropioshijos.SehabíavueltoacasaralgunosañosdespuésconungranamigodeGeorge,eldoctorDavidStewart.LosStewartformabanahoraunafamilianumerosa,peroNelliesiempreestuvomuyunidaconloshijosdeCustis.

Patsyhabíabendecidoelsegundomatrimoniodesuexnuera.—Hizo a Jacky muy feliz —dijo—, y merece volver a encontrar la

felicidad.Además, ¿qué habría sido demi vida si, viuda joven, no hubieravueltoacasarme?

LapreguntahizosonreíraGeorge.—¿Yquéhabríasidodemísinotehubierasvueltoacasar?—preguntóa

suvez.—¡George!—Unavozfirmeydesaprobadoraleobligóavolverseatoda

prisa.Patsyestaba sentadaen la cama,conel ceño fruncido—.Vuelvea lacamainmediatamente.Tevasaresfriar.

Elgeneralobedeciócondocilidad,ysediocuentadequeestabaateridodefrío.Subiólasmantas,conscientedequelacamanoeralobastantelargapara que pudiera estirarse con comodidad, y trató de improvisar unaexplicación.

—Descubríquenopodíadormirymepuseapensar.—Peronoentugarganta—replicóPatsy,peroahora,lafirmezadesuvoz

estabadandopasoalapreocupación—.Tieneslasmanosheladas.Empezóamasajearlas.

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—Nomehabíadadocuenta.Estabapensandoenlosañosdeguerra,yquecuandoterminóestabaconvencidodequeibaavolveracasadeunavezportodas.

—Y parecías tan cansado como ahora, pero solo necesitas unas pocassemanas en casa. Y gracias a Dios, no existe la menor posibilidad de quevuelvan a llamarte. Creo que puedes contar con que vas a ser el granjeroGeorgeWashington,viejo.

Georgesereclinócontralaalmohadaycerrólosojos.—No puedo imaginar un título que desee más. Siempre he detestado

cambiarloporotros.—RecuerdocuandoelgranjeroWashingtonseenteródequeibaaserel

presidente Washington —dijo Patsy—. Creo que fue la única vez en queacepté lo inevitable antes que tú. En cuanto redactaron la Constitución, notuvelamenordudadequeseríaselegidoprimerpresidente.

—Adamsrecibiómuchosvotoselectorales—lerecordóGeorge.—Nunca tomaron en serio a Adams—replicó Patsy—.Y ahora, viejo,

¿quiereshacerelfavordedormirte?Aúnhemosdeviajarmuchoparallegaracasa.

—No,Patsy—dijoGeorge, exultante—, esa es la cuestión.Quedamuypocoviaje.Casihaterminado.

Sentía el peso del sueño en sus párpados. Habría sido interesantecontinuarmeditando, repasar los últimosocho años, peroya tendría tiempoparaeso.Lehabíansugeridoquededicarasuretiroaescribirsuautobiografía.¡Una autobiografía, nadamenos!Su limitada educaciónno se lo permitiría.Que otros contaran la historia por él. Los historiadores documentarían lasvicisitudesdesusdosadministraciones.Algunos,comoelperiodistaBache,consideraríansuadministracióndesastrosa.Otros,talvezcomprenderíanquelo había intentado con la ayuda de la inteligencia recibida, y quizádescubriríanalgúnméritoensuslogrosyesfuerzos.

Unavezmás,el tiempo tendría lapalabra.El tiempodejaríaconstancia,sopesaría.Habíahecho todo loposible,ysecontentabaconsaberlo.Oh, sí,tambiéneraconscientedesusfracasos,quenohabíansidopocos.Mientrassedormía, decidió que hasta su madre admitiría que no había deshonrado endemasíael lema familiar.Suúltimopensamientoconsciente fueel recuerdodelavozdesumadre,repitiendoellemaasushijos:«Aspira…al…cielo».

A la mañana siguiente, partieron pronto. Georgetown estaba esperandopararecibirlesconescoltas,desfilesydiscursos.Después,llegóAlexandria,yel entusiasmo les dejó a todos sin habla. Hacía viento y frío, pero el sol

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brillabaenelcielo.Laprimaveraestabaapuntodeestallar tras losúltimosrugidosdelinvierno.

Porfin,sehallaronaescasoskilómetrosdeMountVernon.Elmuelledeltrasbordador estaba lleno de gente que les esperaba, pero esta reunión eradiferentedelasdemás.Eranlosvecinosyciudadanosquehabíanacudido,noparadar labienvenidaaunpresidente, sinopara recibir aunode los suyosquevolvíaacasadeunavezportodas.Prorrumpieronenvítoresymontaronensuscaballosparaescoltaraloscarruajesensuúltimaetapadelviaje.

ElcaminoqueconducíaaMountVernontambiénconducíaaBelvoir.Laexpresión de Patsy era meditabunda. George sabía que ella compartía suspensamientos.Alsur,ydespuéshaciaeleste.Cuántasveceshabíanidoavera los Fairfax, pero Belvoir había sido destruida durante la guerra. GeorgeWilliam habíamuerto, y lomás probable era que Sally no volviera jamás.GeorgenotóquelamanodePatsysedeslizabaenlasuya.Lavueltaalhogarhabría sido perfecta si aquella pareja les hubiera estado esperando pararecibirles,comoentantasotrasocasionesposteriores.

Estaban en los terrenos de Mount Vernon, sus terrenos. El carruajeaceleró.Loscaballosvolaronliteralmente,hastaqueavistaronporfinlacasa.¡Allí estaba! Su aspecto era magnífico y orgulloso a la luz del sol delatardecer.Brillabanlucesentodaslasventanas,comofarosdebienvenida.Elcarruajerodeólanuevabolera,mientraslosesclavoscorríanacongregarseenel patio. Salían del establo y las hilaturas, de la cocina y la carpintería.Erguidosenlaescalinatadeentrada,loscriadosdelacasa,conlalibreacolorescarlata y hueso de los Washington, agitaron las manos a modo derecibimiento.Lanzarongritosdebienvenida,llamándolesporelnombre.

Lagentedelpuebloqueleshabíaacompañadobajarondesusmonturasyse unieron a los vítores. George ayudó a Patsy a bajar del carruaje, conparsimonia. Sabía que los ojos de ambos brillaban. Tragó saliva, se volvióhaciasusamigosylesinvitóaentrar.Peronolohicieron.Leestrecharonlamano,sonrieronyprometieronquevolveríanpronto.Sealejaron,yPatsyyélsaludaronalosesclavos,henchidosdealegría.

ElviejoBillylesesperabapararecibirles,yfueélquientuvoelhonordeabrir lapuertaparaqueentraran.Sedispusoacerrarla,peroGeorgeasióelpomocon fuerza.Dirigióunaúltimamiradaa la tierra, la tierraque,por lamañana,volveríaainspeccionarycuidar,yluegocerrólapuertaensilencioyconfirmeza.Elcortantevientodeinviernodejóunfríolatenteenelvestíbulo,peroPatsyyélsedirigieronatodaprisaalsalónderecibo,dondeunfuegobienalimentadolesesperabaparadarlabienvenidaalamodeMountVernon.

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Notas

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[1]CámarabajadelalegislaturacolonialenVirginiayMaryland.(N.delT.)<<

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[2] Reunión de 55 representantes de las colonias británicas en América delNortequesecelebróenoctubrede1774.Aunquedecarácterreformista,selaconsideraelprimerembrióndelprocesodeindependencia.(N.delE.)<<

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